Con el propósito de alcanzar un nivel adecuado de bienestar que facilite la participación activa de las personas en el proceso productivo de la sociedad, es necesario que los grupos poblacionales adquieran habilidades para identificar y satisfacer sus necesidades y problemas de salud. En la búsqueda del desarrollo de esas capacidades, juega papel fundamental la educación para la salud, una estrategia implementada por una gran variedad de profesionales en ambientes variados con metodologías diversas.
¿Qué es Educación para la salud? A pesar de que la literatura nos indica que ésta es una disciplina difícil de definir con precisión, para efectos de este curso, usaremos una definición en particular. Green y colaboradores (1980), afirman que la Educación para la salud, “es cualquier combinación de experiencias de aprendizaje diseñadas para facilitar las adaptaciones voluntarias de los individuos que conduzcan a la salud” En esta definición hay algunos conceptos importantes que debemos analizar, pues serán considerados en adelante, como características esenciales de una práctica educativa en salud.
Veamos… Al referirse a “experiencias combinadas” y pedir que las mismas sean “diseñadas”, exige que la acción educativa cuente con una complejidad de actividades, medios y recursos de aprendizaje en los cuales se empleen diferentes vías, bien sea auditiva, visual, kinestésica, práctica real, entre otras. De acuerdo con ello, la educación para la salud no es la simple transmisión de conocimientos.
El término “facilitar” se refiere al papel de ayudador, de apoyo, de organizador del ambiente de enseñanza aprendizaje que debe ejercer el educador en salud y por ende a la relación horizontal que debe existir entre éste y la comunidad. Los profesionales de la salud no somos los dueños del conocimiento, sino, un puente entre un tipo de saberes y la comunidad. Sabemos cómo ayudar y organizamos la experiencia para que la gente pueda aprender. Finalmente, queda explícito en esta definición, la condición de voluntariedad que debe regir el cambio o adaptación de la conducta de los individuos. Nunca debemos imponer nuestro criterio a las personas, el rol de educador nos permite mostrar posibilidades, riesgos y consecuencias de las conductas sanitarias, pero siempre será decisión de las personas el poder cambiar.
Enseñar a la gente a vivir una vida tan saludable como sea posible. Propiciar el acercamiento de los trabajadores de la salud a la comunidad. Ayudar a las personas a desarrollar habilidades para evitar, identificar, resolver o buscar ayuda ante los problemas de salud. Ayudar a las personas a ganar experiencias de participación y por consiguiente a abrir camino hacia otras formas de compromiso con su propio desarrollo. Fomentar el poder de las comunidades para utilizar de mejor manera los recursos disponibles y exigir aquellos que por derecho les son propios.
(adaptación de la pág 40 del texto Educación para la salud, Greene and Simons,1988)
Ninguna disciplina existe de manera aislada. El éxito de cualquier profesión al prestar servicios a sus beneficiarios depende de la posibilidad de aprovechar los adelantos en los conocimientos científicos de otras profesiones y ciencias relacionadas. A esto le llamamos: Fundamentos. Las ciencias de la conducta, la educación y la salud pública son las bases principales o fundamentos de la educación para la salud. Veamos cada una por separado.
Los resultados de los objetivos de la educación para la salud incluyen invariablemente cambios en la conducta de la salud; como tal, uno de sus fundamentos principales está formado por las ciencias de la conducta. Las ciencias de la conducta según nuestra interpretación y para nuestros propósitos, se ocupa de cómo y por qué las personas se comportan como lo hacen. Naturalmente, la conducta humana es demasiado compleja para ser clasificada de manera fácil, sin embargo, los determinantes primarios de la conducta que pueden ser influenciados por la educación han sido identificados en las investigaciones y teorías de la ciencia de la conducta. Estos determinantes se organizan de manera conveniente en tres categorías: 1. Predisposiciones psicológicas, que incluyen aquellas características que están entro el individuo, como conocimientos, actitudes, creencias, actitudes, habilidades experiencias, que se identifican en forma típica como el centro de los esfuerzos educacionales. 2. Refuerzos del ambiente: es la acción que surge sobre todo en los medios cercanos e inmediatos al hogar, con familiares, en la escuela, el trabajo, con amigos, compañeros de trabajo y maestros. 3. El contexto socio cultural: que incluye la influencia de las normas sociales prevalecientes, en especial, con respecto a actitudes y conducta, pero también en términos de conocimientos.
Existen cuatro orientaciones teóricas amplias que intentan explicar la conducta humana. Estas son: el conductismo, la psicología interna, la teoría del aprendizaje social y la teoría del cambio social. Cada una ofrece una interpretación única de las contribuciones relativas de las tres categorías de los determinantes mencionados anteriormente a la conducta de los individuos en materia de salud. Por ejemplo, el conductismo, se interesa en forma principal por los efectos ambientales sobre la conducta. Los conductistas no niegan que las predisposiciones psicológicas y las condiciones socio culturales pueden ser importantes contribuyentes de la conducta, pero estiman que es más científico centrarse en la influencia de estímulos controlados del ambiente en la observación de esa conducta. Naturalmente, miden sus resultados en términos estrictos del cambio de la conducta. En el campo de la psicología interna, se agrupan los científicos que dan importancia a las disposiciones internas cognoscitivas y afectivas, tales como los conocimientos, creencias, actitudes y valores. No niegan la importancia del ambiente y se interesan en la conducta, pero más les interesa lo que sucede dentro del sistema cognitivo de las personas. Por lo tanto, ellos buscan influenciar la conducta a través de la mediación de las disposiciones internas y miden sus resultados en términos de ganancias en los conocimientos y cambios en las creencias, actitudes, valores, y autoconcepto. Los métodos del aprendizaje social tratan de tender un puente entre las teorías de la disposición psicológica interna y el conductismo. Por lo tanto, le dan importancia tanto a la acción las disposiciones psicológicas individuales como a la influencia del ambiente social.
Finalmente, los partidarios de los métodos del cambio social se interesan en modificar las condiciones de vida de la gente en lugar de modificar sus hábitos de salud personal. Se interesan en los cambios de las instituciones, sistemas y políticas que afectan a la gente. Miden el éxito de los programas, no sólo en términos de mejoras en la salud, sino por variables como: Mejor acceso a los servicios de salud, Aumento en los ingresos y el empleo, y, Niveles de participación en el proceso de toma de decisiones u otros aspectos sociales, económicos y políticos resultados de la educación
En conclusión, las ciencias de la conducta proporcionan información respecto a cómo se comporta la gente realmente a nivel individual, de organización y de la sociedad. Como tal, proporcionan perspectivas teóricas importantes en la conducta de la salud. Por lo tanto, constituye una base importante en la cual se asienta la práctica de la educación para la salud.
La educación para la salud se apoya de manera sólida en las ciencias de la Educación, al planificar acciones educativas destinadas a individuos, programas educativos dirigidos a las comunidades, y en todo el proceso de diseñar sus métodos y estrategias instruccionales.
Además, la educación para la salud es una parte importante de la educación básica y secundaria, siendo una oportunidad única para desarrollar conocimientos y hábitos positivos para la salud, proporcionando los fundamentos básicos sobre los cuales pueden desarrollarse años más tarde, los programas de salud pública o en otros contextos. Asimismo, los maestros de las escuelas, en virtud de su potencial para influenciar la conducta de la salud en los niños, son población importante para dirigir los esfuerzos de capacitación en la educación para la salud. La educación, se interesa en los tres dominios del aprendizaje, denominados: cognoscitivo, afectivo y psicomotor. Veamos cada uno detalladamente:
La cognición, es más que el simple conocimiento de los hechos. Incluye la comprensión de información, aplicación a situaciones prácticas, el análisis de sus elementos, las relaciones con otra información, síntesis en un plan y evaluación en términos de criterios internos y externos. La educación para la salud se interesa en los métodos de cómo presentar la información, de modo que pueda ser comprendida, aplicada, analizada, sintetizada y evaluada por los usuarios. El dominio afectivo incluye las creencias, actitudes y valores, los cuales son influenciados a través de la educación sanitaria, propiciando cambios voluntarios y personales de la conducta en las personas. El dominio psicomotor se interesa en las habilidades y conductas. Una persona puede tener conocimientos y disposiciones internas, pero si carece de habilidades, es poco lo que puede hacer por mejorar su salud. Las ciencias de la educación nos enseñan a estructurar planes de enseñanza de conductas complejas, organizándolas en pequeñas metas que serán evaluadas progresivamente por los facilitadores. En conclusión, la educación se interesa en cómo el aprendizaje puede lograrse en diversos medios, por una diversidad de estudiantes, a través de los medios más eficientes y métodos más útiles. Como tal, la educación es fundamental en la práctica de la educación para la salud.
La salud pública es un fundamento importante de la Educación para la Salud porque de ella depende la administración de los servicios sanitarios y la manera en que la educación para a salud se organiza y se administra en las instituciones. Asimismo, los métodos e investigaciones epidemiológicas proporcionan la información necesaria que permita establecer prioridades a los problemas de las comunidades para darles una atención programada en los programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades.