REVISTA DE HISTORIA Y ACTUALIDAD MILITAR
En Melilla, por España Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería “Disipa, como el Sol, las nubes a su paso”
Annual 1921
«Los ejércitos de España son herederos y depositarios de una gloriosa tradición militar. El homenaje a los héroes que la forjaron es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra.» Artículo 16 de las Reales Ordenanzas (1978) «Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra.» Artículo 21 de la Reales Ordenanzas (2009)
JESÚS DOLADO ESTEBAN Definía Justiniano la Justicia como «...la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho». 91 años después podemos afirmar que, al menos en parte, así ha sido. Por Real Decreto 905/2012 de 1 de junio de 2012 (B.O.E. Núm. 132, de 2 de junio de 2012) el Consejo de Ministros aprobó la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, Colectiva al Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14º de Caballería
Ann ual «...por los hechos protagonizados en las jornadas del 22 de julio al 9 de agosto de 1921, 1921 en los sucesos conocidos como “Desastre de Annual”, donde dicha unidad combatió heroicamente protegiendo el repliegue de las tropas españolas, desde las posiciones en Annual a Monte Arruit, hasta el punto de que las bajas sufridas fueron de 28 jefes y oficiales de un total de 32 y de 523 de clases de tropa de un total de 685 en filas»
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os llama poderosamente la atención el escaso eco que esta noticia –que en el ámbito militar (y porqué no también civil) deberíamos calificar de transcendente– ha tenido en la sociedad española. Sólo en el desconocimiento de nuestra Historia, la falta –casi patológica– de orgullo nacional, los «complejos internacionales» y la indignidad de quienes por bastardas razones les molesta la «Gesta del Héroe», podemos encontrar la repuesta.
zona muy montañosa mal comunicada y ocupada por distintas tribus»3.
Annual 1921
Cuando los medios de comunicación de todo tipo y color dedican cientos de horas a las «hazañas deportivas», cantan alabanzas a los semi dioses de la raqueta, del volante o a las gestas de la «roja»1, el reconocimiento de la hazaña de aquellos que dieron su vida por España no reclama ni un minuto, ni un mal párrafo de su atención.
Comienza así lo que en la actualidad no habría duda en denominar con el eufemístico nombre de «Misión de Paz». Llega España, por el mandato de las potencias internacionales, como leal amigo del Sultán, quien encuentra en el Ejercito Español un fiel aliado y único garante de su legitimidad. No diríamos ninguna barbaridad si afirmamos que el trono alauita se levanta sobre el sacrificio, la sangre y el dinero de miles de españoles. Los rifeños conocían a la perfección el terreno donde se movían.
Creada por la Cortes de Cádiz en 1811, el actual reglamento2 de la Laureada, en su articulo 1º, declara como su objeto el: «honrar el reconocido valor heroico y el muy distinguido, como virtudes que, con abnegación, inducen a acometer acciones excepcionales o extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España.»
MIREMOS 100
AÑOS ATRÁS…
La Conferencia de Algeciras de 1906 (en la que España ejerce una labor mediadora entre las rivales Francia, Inglaterra y Alemania) y el posterior tratado hispano-francés de 1912 supuso la entrada de pleno de España en el norte de África. Recibe España una franja en el norte, el Rif, y un enclave en la zona atlántica: Ifni y Río de Oro. Acude España a Marruecos, por mandato internacional, con el fin de llevar la paz al Sultanato de Marruecos que desde finales del siglo XIX vivía envuelto en la anarquía y la inestabilidad política. Por el tratado de 1912 se acordó dividir Marruecos en dos protectorados: uno, el de mayor extensión y riqueza, situado al sur, al amparo de Francia; el otro, al norte, menor en territorio y mucho mas pobre, en las montañas del Rif, fue adjudicado a España. «El dominio de España en su protectorado no fue nada fácil ni económicamente muy rentable. La ocupación militar del protectorado español en Marruecos estaba resultando una operación difícil y costosa porque el ejército español estaba mal preparado y carecía de recursos. Además, las características del Rif no ayudaban, puesto que era una 1.- «La Razón» 12/06/2012 2.- Aprobado en 2001 es el 8ª desde su creación.
Los rebeldes rifeños, enemigos del Sultán, no aceptaron esta intervención, iniciando agresiones por parte de las kábilas que pronto alcanzaron prácticamente la totalidad del territorio. En 1920, daba comienzo una campaña con el objeto de someter a los rebeldes y pacificar la totalidad del territorio. Fue durante los meses de julio y agosto de 1921, cuando las tribus hostiles, lideradas por Abd El Krim, presionaron a las tropas españolas provocando el repliegue de las mismas sobre la plaza de Melilla. La retirada se convirtió en el mayor desastre de nuestro Ejército. Estos sucesos son conocidos como «El Desastre de Annual» y en su desarrollo el Regimiento de Cazadores de Alcántara fue protagonista, por su heroísmo y espíritu de sacrificio, de una de las más inmortales gestas de la Caballería española. Hemos extraído íntegramente del Historial manuscrito del Cuerpo, depositado en el I.H.C.M., el correspondiente al año 1921 donde se narran aquellos sucesos. Este manuscrito es copia del 3.- Historia de España. Ramón Manuel Gonzalvo Mourelo
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Plano de la retirada de las tropas españolas. Julioagosto de 1921.
original, remitido por el Regimiento al entonces Depósito Geográfico e Histórico del Ejercito, por Circular de 6 de agosto de 1929 (D.O. Núm. 172). «Los Escuadrones cubren destacamentos en el mes de febrero, habiendo tres en Segangan, uno en T´latza, otro y ametralladoras en la Plaza (Melilla) y el restante entre Jehafen y Jasanen; se retiraron los destacados en la guarnición de Monte Arruit por existir un acuartelamiento hecho en Segangan capaz para el Regimiento, y los Escuadrones que no cubrían servicio avanzados por la naturaleza del terreno donde estaban enclavadas las posiciones de primera línea en la que sólo había pequeñas fuerzas del Regimiento para escoltas y vigilancias de límites: Los Escuadrones se concentraban o dislocaban en las posiciones con terreno para maniobras de Caballería, durante las operaciones, regresando después a las más próximas a aquella línea para ser utilizadas en caso preciso. Dar-Drius ha sido base importante desde su ocupación en 13 de febrero de 1920. Hasta el mes de abril continuaron los Escuadrones en Segangan y posiciones T´latza, Jahafen y Jasanen prestando servicios de escolta, convoyes, seguridad y vigilancia, siendo el 7 de este mes distribuidos, 1º, 2º y Ametralladoras en Dar-Drius, 3º y 4º en Zoco T´latza y el 5º en Beutiel, el 6º no era orgánico por constituirse con todos los destinos del Regimiento en Plaza y campo, no disminuyendo así los efectivos variables de los Escuadrones, unidades tácticas. –21 JULIO. Se concentraron los Escuadrones en Dar-Drius formando una columna de Caballería independiente, al Mando del Teniente Coronel Primo de Rivera por ausencia del Coronel Manella, Jefe del Regimiento que tenia el mando de la Circunscripción de Annual. Esta columna salió el
mismo día en protección del convoy que se intento llevar a Igueriben desde Annual, y a su regreso estos Escuadrones regresaron a Dar-Drius. –22 JULIO. Forma el Regimiento la columna que estableció la posición de Izumar protegiendo su retirada en extrema retaguardia, situándose los Escuadrones en las alturas derecha e izquierda del barranco de Izumar, retirándose después de haber pasado toda la columna que llego a la posición de Beutrel, siguiendo el Regimiento nuevamente a Dar-Drius donde pernoctó. –23 JULIO. Dos Escuadrones al mando del Capitán Chicote protegen la evacuación de las posiciones de Cheif y Karramidar y los tres restantes a las ordenes del Teniente Coronel protegen la de Ainker cargando dos veces sobre el enemigo que huyó, continuando a Drius de donde nuevamente salió todo el Regimiento para proteger un convoy de heridos que iba en vanguardia de la columna Navarro, que evacuado Drius se retiraba sobre Batel; al llegar al caudal del Igan el enemigo numeroso espera parapetado en trincheras sobre la loma de Dar-Azugar y en las kabilas próximas a la posición de Amesdan, impidiendo el paso hacia Batel y habiendo detenido dos camiones llenos de heridos que remataron asesinándolos; para abrirse paso tuvieron los Escuadrones que cargar repetidas veces mandados por el Teniente Coronel Primo de Rivera y completo el Regimiento con los dos Comandantes que se habían incorporado este día en Drius y todos los oficiales y Capitanes entre ellos el Capitán Castillo, que no perteneciendo al Regimiento por haber sido destinado días antes al Grupo de Regulares Nº 4, no vaciló en unirse al Regimiento cuando lo hicieron los Comandantes por deber. El Regimiento dio repetidas cargas para desalojar al enemigo de sus posicioVista aérea del campamento de Dar Drius en 1923. (M. de Ugarte).
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Pequeño cofre con tierra africana de los lugares más característicos ligados a la gesta del «Alcántara», conservado en la Academia de Caballería.
la madrugada. –29 JULIO. Se organizó la evacuación, para continuar la retirada de la columna sobre Monte-Arruit 15 kilómetros, transportando a los heridos muy numerosos en camillas unos y otros en número de treinta y tantos sobre caballos que quedaban del Regimiento con pocos mas después de los épicos hechos ocurridos en los días 22 y 23 de julio y los cinco restantes en Tistutin donde murieron por fuego enemigo los salvados después de la tragedia narrada excepto veintitrés.
nes y abrir paso a la columna siendo herido en una de ellas el Teniente D. Fernando Vea-Murguia y el Capitán D. José del Castillo muy grave (falleció a los dos días) y contuso el Capitán D. Ricardo Chicote que cayó del caballo, siendo estas tres bajas las únicas que tuvieron recogerse y evacuar la Plaza; el camino quedo expedito a costa de la lucha heroica del Regimiento que sufriendo muchas bajas, pero logrando a costa de ellas restablecer el paso a Batel a donde llegó la columna hostilizada constantemente y sin poder recoger tanta baja causada por el intenso fuego enemigo, continuando hacia Tistritin por no poder detenerse en Batel que carecía de condiciones de defensa. Reunidos en Tristitin el Regimiento, el Teniente Coronel ordena que el primer Escuadrón, dos secciones del segundo, una del tercero, otra del quinto y la sección de Ametralladoras todas estas fuerzas muy disminuidas en sus efectivos y todas al mando del Capitán del segundo Escuadrón D. Jacinto Fraile Rodríguez marcharón a Zeluan, donde pernoctaron el día 23, y también dos capitanes del 4º y 1º Escuadrón. El resto del Regimiento con su Teniente Coronel, Comandantes, Capitanes con las bajas del Capitán Castillo, y D. Ricardo Chicote, Tenientes D. Fernando Vea-Murguia, Alférez D. Fernando Díaz de la Guardia y muchos de clases e individuos de tropa permanecieron en Tistut con la columna Navarro, siendo hostilizados con fuego tan continuo e intenso que impedía a las fuerzas salir de sus alojamientos que eran los edificios de la posición, respondiendo al ataque desde el parapeto, en el que estaban también las fuerzas del Regimiento que continuó en esta posición hasta
La columna salió a las tres del día 29 llegando sin novedad a un kilometro de Monte-Arruit, donde en un macizo grande de chumberas parapeto que izaba bandera blanca, el enemigo rompió nutrido fuego y enseguida la Mía de Policía que iba en vanguardia, se unió al enemigo, y la guerrilla de infantería que la acompañaba, no pudiendo resistir el intenso fuego se refugió en la posición, saliendo entonces el enemigo que atacó con violencia a la columna, apoderándose de tres cañones que pudo conservar hasta entonces; rematando a todos los heridos y haciendo numerosas bajas mas que no hubo medio de recoger, buscando también refugio los supervivientes en la posición de MonteArruit, sufriendo el fuego que le hacían desde su poblado y casas de la Colonizadora inmediatas a la posición, donde pudieron entrar las fuerzas resto de la columna; uniéndose a las pocas que habían llegado días antes con muchos heridos: La Columna Navarro la componían dos mil hombres y todas las fuerzas reunidas, unos tres mil con los que se organizó la defensa de la posición correspondiendo a los pocos de este heroico Regimiento el frente Noreste que es el comprendido entre la puerta principal y los hornos de intendencia, para ser defendidos por los sesenta hombres escasos del Regimiento con el Teniente Coronel, dos Comandantes, un Capitán, cinco Tenientes, un Capellán, y dos Veterinarios notándose la falta del Teniente Medico D. Modesto García Martínez que desapareció en el trayecto Tistutin – Monte-Arruit.
Sección de ametralladoras Hotchkiss
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Aspecto dantesco que ofrecía la subida a Monte Arruit tras su captura por las tropas españolas.
La posición carecía de artillería, pues su guarnición eran solo tropas de policía indígena en número escaso, y algunos de Intendencia contando la columna con las municiones que había podio conservar y las cajas que encontró, una ametralladora y víveres para dos días, comenzando desde el primero a comer carne de caballo de los muertos por granadas enemigas, caballos había treinta aproximadamente y algunos mulos; el enemigo emplazó las tres piezas tomadas, en las chumberas próximas a la posición, desde donde rompió el fuego haciendo 114 disparos el primer día y al siguiente las transportaron al cerro inmediato a la aguada batiendo diariamente la posición hasta el día antes de su evacuación, haciendo por término medio de 30 a 40 disparos diarios. Careciendo de agua la posición había que hacer aguadas la más próxima de 400 a 500 metros distantes, empleando 4 carri-cubas, cubas de mano, cubos, morrales, bolsas cañoneras, latas, y cuantas vasijas se encontraban, sufriendo siempre que se hacía bastantes bajas. Duró el sitio 12 días en los que todos los Jefes y Oficiales con los pocos soldados que lograron entrar en la posición, ocuparon constantemente el parapeto dando ejemplo a la tropa, animada por el Teniente Coronel Primo de Rivera que fue herido el día 6 de agosto por una granada que le arranco el brazo derecho, y no habiendo medicamentos se le gangreno la herida, soportando estoicamente la amputación del trozo de brazo, oliendo agua colonia; la gangrena le produjo la muerte el día 8 de
agosto decayendo el ánimo de todos al enterarse de la muerte de tan heroico jefe; al siguiente día 9 se evacuó la posición previa capitulación que no respetó el enemigo, asesinando villanamente a casi todos los defensores siendo librados el general Navarro y oficiales que con el salieron, por algunos moros que obedecieron a Ben-Chelall antiguo amigo que fue de España; el número de víctimas fue casi tres mil, cuyos restos fueron encontrados insepultos el día, de la reconquista 24 de octubre recibiendo cristiana sepultura, identificándose muchos pero no lográndolos con el resto en cifra tan elevada; funesto y trágico fin que tuvieron los valientes defensores de Monte Arruit, cuyo nombre no podrá borrarse en la Historia del Protectorado de España en la Región del Rif en el Norte de Marruecos. Las fuerzas que del Regimiento que llegaron a Zeluan, 54 entre clases y soldados, ocuparon la Alcazaba el 23 de julio, sumándose con los que habían llegado antes 300 hombres; presentándose voluntario el Alférez de Complemento de este Regimiento D. Juan Maroto para la defensa del Aeródromo distante 400 metros, con fuerzas del Regimiento no obstante haber de otras Armas y en mayor número; en uno de los convoyes que con veinte hombres hizo el Capitán D. Jacinto Fraile encontró honrosa muerte. Durante la defensa que duro 9 días se distinguió extraordinariamente el Cabo Emiliano Pajuelo de la Sección de Ametralladoras, quien no se separó ni un momento de su puesto sirviendo la ametralladora que no abandonó ni para hacer sus necesidades, resistiéndose constantemente ante el pestilente olor y el aire viciado que se respiraba, teniendo cerca muchos cadáveres de moros y soldados y animales muertos. El soldado del 5º, Tesifonte Expósito salió diariamente a hacer aguada, montando en pelo sobre su caballo y llevando otro de mano; se prestó voluntario a los tres convoyes llevados al Aeródromo queriendo siempre ser empleado en las ocasiones de mayor peligro. Cadaver desenterrado en Monte Arruit del teniente coronel D. Fernando Primo de Rivera
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Carga de Igán, por Ferrer-Dalmau.
El día 3 de agosto capituló esta posición siendo asesinados como en Monte Arruit sus defensores salvándose únicamente del Regimiento los Tenientes Francisco Bravo y D. Luis Martín Galindo y tres o cuatro de tropa entre ellos un suboficial. Todos los demás fueron muertos o prisioneros. El Alférez de complemento D. Juan Maroto y Teniente D. Luis Martin Galindo, siendo el único evadido el Teniente Bravo. Del resto de oficiales se hace mención en el Cuadro de Honor, que para finalizar las páginas del heroísmo de este Regimiento, han grabado las victimas de su deber que sellaron con la muerte su comportamiento durante los luctuosos días de los hechos narrados anteriormente, que demuestran la disciplina, alto espíritu, abnegado valor y ejemplo que este Regimiento ha dado con su conducta, y entusiasmo a las ordenes del Teniente Coronel D. Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, Jefe que supo mandar hasta el último momento, dar ejemplo, animo y valor a su tropa sucumbiendo en Aras de la Patria con los demás Jefes, Oficiales y Tropa que en sus puestos encontraron como su Jefe gloriosa muerte. En el Zoco de T´latza había en el mes de julio un destacamento de sección al mando del Sargento Benavent, en total 23 hombres, los que en la madrugada del 25 de julio al evacuar la guarnición esta posición protegen la retirada
en extrema retaguardia de la columna al mando del Teniente Coronel del Regimiento de Infantería de África D. Saturio García, defendiendo en fuego la marcha sin dejar acercar el enemigo, siendo muertos el Sargento, un Cabo, un Herrador y doce Soldados y heridos otros varios. En este destacamento estaba el Veterinario Tercero D. José Montero que tomó parte activa en la retirada, internándose la columna en la Zona Francesa. Todas las víctimas escritas en el Cuadro de Honor, que pertenecieron al heroico Regimiento y que encontraron gloriosa muerte en defensa de otras fuerzas merecen la gratitud de la Patria y la admiración de los compañeros del Arma que sacrificó un Regimiento para salvar la retirada de una columna, que hubiera perecido toda no contando en ella los valientes cazadores que a las ordenes del Teniente Coronel Primo de Rivera, Jefe accidental del Regimiento, y ayudado por los Jefes y Oficiales nombrados, mandando las clases y soldados que han sabido morir con disciplina, heroico valor y sublime abnegación, luchando hasta lograr honrosa muerte casi todos en el campo y el resto (salvo muy pocos supervivientes) en la evacuación de la Alcazaba de Zeluan (2 de agosto), y en la de Monte-Arruit, reductos obligados por carecer ya de elementos para continuar la defensa, siendo villanamente asesinados por el enemigo, que de haber sido
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civilizado hubiese respetado la vida de los que hasta el último momento, cumplieron con su deber. Ha escrito este Regimiento las páginas de más relieve en la Historia de la Caballería, mereciendo por el heroico comportamiento de todos desde el 1º Jefe hasta el último soldado que formando en sus filas, y tomando parte en los tan luctuosos días del 22 de julio al 9 de agosto, la apertura de juicio contradictorio para lograr como premio la Corbata de la Cruz de San Fernando para el Regimiento y el de la Cruz de clase para el heroico Jefe, que guió a sus Tropas en los imborrables hechos, motivos del honor, y que después de las brillantes cargas donde salvó, encontró después gloriosa muerte el 8 de agosto en la posición de Monte Arruit, a consecuencia de una gravísima herida que sufrió estoicamente causada por una granada enemiga estando en el parapeto el día 6 de agosto, derrochando valor, infundiendo ánimo y dando constante ejemplo a los valientes soldados que tan alto han puesto el nombre del Regimiento Cazadores de Alcántara, 14º de Caballería Española, que ha merecido el honor de SS.MM. dedicándoles sus fotografías con los entusiastas autógrafos, que han de leerse siempre para guiar la conducta futura de los que formen este NUEVO Regimiento. «A
VOSOTROS HEROICOS
CAZADORES DE ALCAN-
TARA, QUE SUPISTEIS ENSEÑAR COMO SE MUERE POR LA PATRIA Y CUAL ES EL DEBER DE TODO ESPAÑOL»
Alfonso XIII (Rubricado). «AL REGIMIENTO DE ALCANTARA Nº 14 QUE TAN
S.M. el rey Alfonso XIII.
En 1921, año en el que tuvieron lugar los sucesos que tratamos, estaba en vigor el Reglamento sobre Recompensas del 5 de julio de 1920. En él se estableció un modelo único de Cruz, siempre laureada e igual para clases de tropa, oficiales, jefes y generales.
BONITA PAGINA DE GLORIA HA ESCRITO EN LA HISTORIA DE LA CABALLERIA ESPAÑOLA» Victoria Eugenia (Rubricado). (...)
Melilla, Septiembre 1922 El Teniente Coronel Enrique Dalias. – Rubricado VºBº El Coronel Fernández.- Rubricado Hay un sello en tinta que dice REGIMIENTO CAZADORES DE ALCANTARA 14º DE CABALLERIA – MANDO. Por razones no muy claras y difíciles de explicar a día de hoy, la gesta del 14 de Caballería se saldó, sólo, con la concesión de la merecida pero insuficiente, Cruz Laureada al teniente coronel Fernando Primo de Rivera y Orbaneja. Cruz Laureada de San Fernando
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La regulación de las acciones militares que daban derecho a la Cruz de San Fernando era muy detallista –artículos 35 y 47 al 75–, siendo en todo caso regla previa que «los hechos realizados no estuviesen originados, como único impulso, por el propósito de salvar la vida, y revelasen en todo momento el de afrontar y sobreponerse al riesgo, fuese éste evitable o no». Prevalecían en esta reglamentación las ideas de riesgo, esfuerzo y mérito: pérdida grande de gente, lucha contra un enemigo superior en número, obtención de victorias decisivas, etcétera. También se ocupaba este quinto reglamento de las recompensas colectivas, estableciendo como condición indispensable para su concesión, el haber perdido el Cuerpo en la acción al menos un tercio de su fuerza entre muertos y heridos, acreditando a la vez extraordinario valor y disciplina; o bien la ejecución por parte de
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la mitad de las unidades o contingentes que lo formaran, de hechos meritorios de tal recompensa, realizados estando aquéllos aislados del resto del Cuerpo. Las insignias consistían en el emblema bordado en la bandera o estandarte, si el Cuerpo los tuviera, más una corbata; y para los individuos que tomaran parte en la acción una corona de laurel con la fecha de la acción en su interior, bordada en el antebrazote la manga izquierda del uniforme, tal como hoy se sigue usando…4” Deja claro el reglamento los dos requisitos a cumplir por la Unidad que aspire a la concesión de la Laureada colectiva: • haber perdido el Cuerpo en la acción al menos un tercio de su fuerza entre muertos y heridos De un total de 717 oficiales y soldados, 551 hombres son bajas mas de ¾ partes de la fuerza. • acreditando a la vez extraordinario valor y disciplina Basta la simple lectura del informe elaborado en 1922 por el teniente coronel Enrique Dalias o del juicio contradictorio por el que se aprobó la concesión de la Laureada a Primo de Rivera, para saber que desde el primer momento la gesta del Alcántara se calificó de heroica. Esperamos que algún día podamos saber las verdaderas razones por las que han tenido que pasar más de 90 años para que el Imperio de la Justicia amparase a los héroes del Río Igan. Decíamos que gracias al Real Decreto 905/2012, casi un siglo después, podemos afirmar que, al menos en parte, se ha hecho justicia. Efectivamente con la concesión se ha pagado la deuda con los 717 «sables bizarros» del Alcántara, pero si con Justiniano creemos que «Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde por derecho», esta quedará coja si la concesión no se realiza en la ciudad de Melilla. Melilla, española desde 1497 (15 años antes que el Reino de Navarra), punta de lanza, junto a su hermana Ceuta, en la misión pacificadora y civilizadora encomendada a España en 1906. En su hermoso cementerio descasan miles de soldados 4.- Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando (Intendencia, Cuerpos Comunes y Cuerpos disueltos) J.L. Isabel, C. Puente de Mena, A. Ceballos-Escalera. Mº de Defensa-2011
Medalla conmemorativa del 75 aniversario de la gesta del Regimiento «Cazadores de Alcántara» n.º 14
españoles que hicieron posible la realidad del Marruecos actual, entre ellos los héroes del Alcántara. En la antigua Rusadir sirve el 14 de Caballería desde hace más de 100 años y en ella continua su legítimo heredero, el Regimiento de Caballería Acorazado «Alcántara» nº 10. En sus tierras vivieron, lucharon, murieron y en ellas descansan el paz la mayoría de «bravos cazadores.» Alcántara y Melilla son de hecho, un binomio inseparable. Nos resulta muy difícil comprender por qué se quiere descartar Melilla, cuna de la Gesta, como lugar de imposición de la merecida recompensa, asignándole a Madrid –y mas concretamente al Palacio Real– una gloria que no le corresponde. Si difícil es comprenderlo, mucho más difícil lo tienen aquellos que pretenden justificarlo. Varias son las razones que se esgrimen: Justifican algunos la decisión alegando posibles limitaciones de movilidad de S.M. el Rey, a quien sin duda le corresponde el honor y el deber de imponerla. No es el momento de abordar otros viajes del monarca al continente africano pero si el de recordar que hace apenas un mes que S.M. volaba a Chile en compañía de un nutrido grupo de empresarios españoles. ¿Acaso los «negocios de España» merecen mejor trato que sus héroes? En un momento de cortes y recortes donde la consabida crisis justifica cualquier medida antigasto parece lógico pensar que será mucho más rentable para las maltrechas arcas del Estado que sea S.M. quien se desplace a Melilla en lugar de que todo un Regimiento, no menos de 350 personas, sea trasladado hasta la capital. En los mentideros se debate la paternidad de que el expediente de concesión llegara a buen puerto. Y por ellos sabemos que esta concesión tiene mil padres. Todo el mundo estaba informado, medio Ejército colaboró de manera decisiva y el otro lo apoyó sin descanso. Hay momentos que uno tiene la impresión que el día de la imposición entre los miles de abnegados «consegidores» a lo mejor hay que invitar al «Alcántara», pero eso sí, si es posible, sin que moleste mucho. Sobre la «paternidad» de la Laureada, sin poder obviar que ha sido una logro para, y de, todo el Ejército español, recordar que se gestó en la ciudad
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de Melilla, donde coroneles del Regimiento y Comandante General retomaron el expediente. En Madrid tanto el Jefe del Estado Mayor como la propia Orden lo recibieron con entusiasmo, no siempre compartido por nuestra clase política. Tras la victoria electoral del PP el proyecto vio –por fin– la luz al final de este largo túnel que ha durado 90 años. Obligado es hacer un alto y reconocer el importante papel jugado por el actual Ministro del Interior D. Jorge Fernández Díaz, vinculado familiarmente al Arma. El Ejército esta en deuda con él. Hay quien habla de que sea Valladolid, cuna del Arma, el lugar donde deba realizarse el acto, entre otros motivos, el de estar allí la Academia e Inspección del Arma de Caballería y el monumento a los Héroes del Alcántara. Sentimos no participar de esta opinión. 91 años ha tenido el Ejército en general y el Arma en particular, para levantar un merecido monumento en la ciudad de Melilla, al menos en la cripta donde sus héroes descansan. 91 años para que, año tras año, y con una simple ofrenda floral se acordarse del lugar donde reposa Fernando Primo de Rivera y sus 716 cazadores. Incluso hubiera bastado con un simple acto anual ante el monumento que el Regimiento tiene en la capital castellana, que recordara que la Laureada seguía pendiente. Melilla sí lo hizo. Produce autentica pena, cuando no rabia, la excusa predilecta para evitar cualquier acontecimiento en la España africana, en este caso la ciudad de Melilla, los consabidos problemas con nuestro vecino alauita. Creemos haber demostrado como la monarquía marroquí se asienta sobre la sangre de miles de españoles que la hicieron posible. Lejos de un problema es una obligación invitar a Mohamed VI, y para él debiera ser cuestión de honor la asistencia por una mera cuestión de gratitud. La no imposición de la corbata en la ciudad de Melilla solo puede ser entendida como un acto de deslealtad. Entre otras causas, y quizás la primera, porque por ella, por su españolidad, lucharon y murieron los jinetes del Alcántara.
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Solo encontramos una seria causa que justifique el desaguisado de que el «Alcántara» no vea colmado su justo deseo de ser condecorado en su querida Melilla. Este no es otro que el riesgo que puedan asumir S.M. y demás invitados, al visitar el acuartelamiento del Regimiento, literalmente en derribo por la falta de la más mínima inversión en sus instalaciones. El «Alcántara» no sabe lo que es la crisis, hace años que vive sumido en ella. Si es por precaución, y ante el eminente riesgo de ruina, lo entendemos. Buena parte de nuestra política de Defensa se basó estos años en cantar las glorias de las Misiones de Paz y la colaboración internacional. Sin dudar un solo instante del excelente papel realizado por nuestras FF.AA. nos llama la atención el gran despliegue mediático que la finalización de nuestra Misión en los Balcanes tuvo en 2011, cuando vemos pasar la mitad de 2012 si que nadie se acuerde del Centenario de la creación del Protectorado de Marruecos. A lo sumo una o dos conferencias, han tratado de tapadillo el tema, trascendental para entender la historia reciente de España, sin que las televisiones, públicas o privadas, prensa, radio… hayan dedicado un solo minuto a este acontecimiento. Nuestra acción en el Norte de África determinó la política nacional a lo largo de todo el siglo XX, siendo sin duda alguna una de las acciones más importantes acometidas por España. Así lo declara de forma contundente la Medalla de la Paz de Marruecos, creada en 1927 para celebrar la pacificación del Protectorado: «España, siempre dispuesta a toda empresa de civilización universal, contribuyo a la de Marruecos con la sangre preciada de sus hijos y con el oro de sus arcas. El triunfo de sus armas y la cultura de sus métodos son los cimientos de esta gran obra de humanidad» Para ello murió el «Alcántara»