10/7/2014
Fuentes para el estudio de la Historia de Chile - Universidad de Chile
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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales José Miguel Carrera: Diario Militar Capítulo VI. 10 de Agosto de 1813 - 27 de Noviembre de 1813. VI. Acciones posteriores al sitio de Chillán. Toma de Santa Juana. Preparativos para una nueva campaña. Combate de El Roble. Viaje de la Junta de Gobierno a talca. Deja el mando del ejército.
Agosto 10 de 1813. A las siete de la mañana salió el enemigo de la plaza, presentó sobre el Maipón una línea como de 800 fusileros, y al sur del estero, como de 400 de caballería. El parlamentario don José Hurtado se adelantó con el oficio de intimación Nº 41. [Juan Francisco] Sánchez había llegado a saber que no teníamos municiones, según pude comprender de algunas expresiones de Hurtado; por eso cobró tanto ánimo en circunstancias que me consta estaban muy satisfechos con sólo mi retirada; retirada que los alejaba de un peligro del que no habrían escapado a no ser [por] tantas casualidades que acudieron en su favor. Como era tan insolente la intimación del gallego [1] , conocí que no había otro arbitrio que la decisión. Contesté [con] el oficio Nº 42. En presencia del parlamentario di la orden de no dar cuartel, y presenció él mismo el entusiasmo con que se disponía el ejército a la defensa. Le advertí que cualquier otro enviado del jefe realista sería ahorcado. Tardó un poco Hurtado en volver, y fue el Capitán Pasquel a exigir la res puesta; ambos se la llevaron al señor General. Inmediatamente se formó el ejército, se enarboló el pabellón tricolor y se hizo salva de veintiún cañonazos a bala. Cuando se trató de que bebiese la tropa, no quiso admitir, a causa de la insubordinación que decía hubo en otra ocasión dimanada del aguardiente, y que no lo necesitaban para batirse con soldados tan ridículos. La posición, como he dicho anteriormente, era fuertísima, y nos aseguraba la victoria, sobre todo cuando el entusiasmo de la tropa era extraordinario. Nuestros flancos estaban sostenidos por la artillería gruesa, y alcanzaban a dieciocho las piezas que defendían la línea. Sánchez mudó de dictamen y apeló a la prudencia, encerrándose con su ejército en la plaza. Algunos oficiales fueron a burlar al enemigo tirándole voladores, pero ni sus guerrillas se movían. Mi Ayudante, don Juan de Dios Martínez, tomó prisionero a un soldado de milicias, natural del Parral, del modo más gracio s o. El Brigadier [Juan José] Carrera le dio libertad sin mi conocimiento, para que en su nombre fuese a decir a Sánchez que saliese a batirse. El Teniente don Juan Nicolás Carrera, cuya alma feroz se complace en la destrucción de sus semejantes, estaba avanzando con una guerrilla, encontró al infeliz miliciano que acababa de man darse y le cortó la cabeza; como por triunfo le cortó las orejas, según supe después. En la tarde fui con Mr. [Joel Roberts] Poinsett a reconocer el paso del río Chillán cerca de dos leguas hacia el Ñu ble. En la noche nos retiramos al mismo punto. Cuatro o seis viajes hicieron los bueyes y las mulas para conducirlo todo; la noche fue lluviosa. Agosto 11 de 1813. De 10 a 11 de la mañana llegó el ejército a orillas del río y empezó a pasarlo. El jefe de la segunda división fue el primero para esperar a sus Granaderos. Creció el río antes de anochecer, y ocurrimos [recurrimos] a las balsas. La luna nos favoreció, y en toda la noche trabajé sin cesar. http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh_article/0,1389,SCID%253D7443%2526ISID%253D405%2526PRT%253D7184%2526JNID%253D12,00.html
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