Adicciones

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Cuidado

adicciones


Este libro fue elaborado por el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (crefal)

Nueva edición revisada y actualizada Cuidado con las adicciones, 2013

Primera edición, Cuidado con las adicciones, 2000

Coordinación editorial: Luis Cortés Bargalló y Martha Covarrubias Newton

Coordinación general: Juan Francisco Millán Soberanes

Actualización de contenidos: Alfredo Martínez Cortés

Diseño gráfico de la colección: Yolanda Pérez Sandoval

Especialista: Elena Trejo

Diagramación y formación del presente título: Ocelote, servicios editoriales/ Ángela Trujano López

Equipo pedagógico: Graciela Galindo Orozco, Bernardo Lagarde y Marcela Acle Tomasini

Cuidado editorial: Sergio Negrete Salinas

Apoyo Institucional: Lilian Álvarez Arellano y Carlos López Díaz/ sep; Carmen Bulos Méndez y Jesús García/ Instituto Mexicano de la Juventud

ISBN:

Ilustración: Cecilia Lemus y Emilio Watanabe

© 2013, Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (crefal)


Índice Para empezar 6

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¿Por qué un joven se hace adicto? n

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¿Se hace o lo hacen?: 14

Podemos prevenir

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¿Qué podemos hacer?: 24 n Para que las niñas, los niños y los jóvenes rechacen la droga: 27 n Juntos lo hacemos mejor: 29 n

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La familia amorosa: el mejor frente contra las drogas 36 Señales de alerta: 36 n ¿Cuándo se requiere ayuda profesional?: 37 n ¿Cómo podemos apoyar?: 38 n Las recaídas: 42 n Señales que alertan de una posible recaída: 43 n

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Para redondear ideas

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¿Qué son las drogas?: 50 n El alcohol y tabaco, puertas de entrada al mundo de la adicción: 51 n ¿Qué efectos nocivos tiene el alcohol?: 52 n ¿Qué efectos nocivos produce el cigarro?: 53 n ¿Qué efectos nocivos tienen los inhalantes?: 54 n ¿Qué efectos nocivos produce la mariguana?: 55 n ¿Qué efectos nocivos produce la cocaína?: 62 n ¿Qué efectos nocivos provocan los estimulantes?: 63 n Hay mucho que hacer: 71 n

Si tienen dudas 81


Para empezar Escribimos este libro pensando en las inquietudes que us­

tedes pudieran tener acerca del consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias que causan adicción. Este consumo ha aumentado entre los niños y jóvenes de manera importante en los últimos años. Mu­ chos padres de familia desconocen las causas que llevan a sus hijos a consumir drogas, las posibles soluciones y las medidas de prevención disponibles. En este libro encontrarán información sobre cómo prevenir el pro­ blema, qué hacer si sospechan que alguno de sus hijos está en riesgo de adquirir una adicción y a dónde acudir para ser orientados sobre cómo manejar el problema. En el primer capítulo, “¿Por qué un joven se hace adicto?”, se pro­ porciona información sobre las principales causas que promueven el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre los niños y los jóvenes. Estas causas son tanto familiares como sociales. En el segundo capítulo, “Podemos prevenir”, se dan recomendacio­ nes para prevenir el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, y se destaca el papel tan importante de los padres y las madres de familia en la prevención de las adicciones. En el tercer capítulo, “La familia amorosa: el mejor frente contra las drogas”, se presentan las principales señales de alerta que indican que un niño o joven ya está en el camino de la adicción; así como qué hacer en caso de requerir ayuda profesional. Se indican los tipos de tratamien­ to que existen y cómo la familia, los amigos y los maestros pueden apo­ yar en la rehabilitación del adicto. En el cuarto capítulo, “Para redondear ideas”, se brinda información técnica general sobre las principales drogas que consumen los niños y jóvenes y cuáles son los principales daños que produce su consumo.


PARA EMPEZAR 7

Por último, en “Si tienen dudas” se pro­ porcionan las principales direcciones y teléfonos a los cuales acudir para recibir mayor orientación sobre este tema. En los capítulos encontrarán una historieta y algunas preguntas que los ayudarán a reflexionar sobre su contenido. Los invitamos a comentarlas con sus hijos y con otros padres de familia para compartir experiencias y así conocer más de cerca este asunto. El camino más eficaz en la prevención de las adicciones es estar aten­ tos e informados para orientar a nuestros hijos sobre cómo resistir la presión que los conduce al consumo del alcohol, el tabaco y otras sus­ tancias que causan adicción; así como interesarnos por lo que les sucede y mantener una relación de afecto y amor con ellos.

Junto con ustedes deseamos formar generaciones de niños y jóvenes sanos y sin adicciones.








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¿Por qué un joven se hace adicto?

¿Se hace o lo hacen? Cada persona tiene su propia historia y una familia diferente a

las demás. Las adicciones son un problema social tan amplio que cada vez existen más familias en las que alguien sufre de esta enfermedad: hay alcohólicos, fumadores, consumidores de tranquilizantes u otro tipo de medicamentos, como los que quitan el hambre para bajar de peso. Si un niño crece en un hogar donde hay algún adicto, es probable que aprenda esta manera equivocada de resolver problemas. Es muy impor­ tante formarlos con seguridad, afecto y respeto, para que tengan fortaleza y confianza en ellos mismos, de manera que en una situación difícil pue­ dan decir “no”, resistir las presiones y rechazar las drogas. Lo importante es buscar soluciones responsables y adecuadas a sus problemas, no falsas salidas que atenten contra la salud y pongan en riesgo sus anhelos. Ustedes se preguntarán: ¿cómo haremos para que nuestros hijos ten­ gan confianza en sí mismos? No hay recetas, pero el mejor ingrediente es el amor y la solidaridad, esto es algo que se da cada vez que les demos­ tramos nuestro cariño, les reconocemos sus éxitos y capacidades y les respetamos sus diferencias. También, cada vez que, sin ofenderlos y sin humillarlos, les hacemos ver sus errores o les ayudamos a entender que tienen que esforzarse en lo que hacen; cuando confiamos en ellos y les hacemos sentir que cuentan con nosotros en las buenas y en las malas, y cuando les damos información para entender sus problemas y tratar de resolverlos.


¿por qué un joven se hace adicto? 15

El amor también consiste en ponerles límites, cuidar lo que hacen, saber dónde están y con quién andan. Sin embargo, no podemos evitar que vivan sus vidas y enfrenten sus propios riesgos ni imponerles tal cantidad de normas que los ahoguemos. Recordemos que para los niños y los jóvenes no es difícil conse­ guir cigarros, alcohol y otras drogas. Desafortunadamente, en ocasio­ nes es bastante fácil, pues se las pueden vender hasta en las paradas del camión o en puestos callejeros. Por ello es apropiado decirles que, aunque puedan conseguir las drogas, es importante que rechacen con­ sumirlas. Por otro lado, si nuestros hijos no tienen confianza y seguridad en sí mismos, probablemente harán todo lo que les pidan con tal de perte­ necer a un grupo de amigos o a una “banda” y sentirse aceptados. Si les exigen fumar, beber o consumir alguna droga, es probable que lo hagan. Fomentar y contribuir a desarrollar la autoestima y la confianza en nues­ tros hijos es una tarea muy importante de los padres. Las adicciones pueden iniciarse con una invitación o con la curiosi­ dad para experimentar nuevas sensaciones. Algunos niños y jóvenes son más propensos que otros a consumir alcohol, tabaco o algunas drogas cuando se encuentran en una o varias de las siguientes situaciones: Son maltratados. Carecen de atención y comprensión. No estudian o dejan la escuela. Son tímidos y con poca confianza y seguridad en sí mismos. Son hijos de madres o padres alcohólicos o adictos a las drogas. Son hijos de madres y padres rígidos y sordos a sus necesidades e inquietudes.


16 cuidado con las adicciones

Si nuestros hijos están en alguno de estos casos lo que debemos ha­ cer es reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos; aceptar que los podemos estar afectando; comprender que es posible cambiar la forma en que los tratamos; acercarnos a ellos con paciencia, sinceridad y respe­ to para mejorar las relaciones familiares y así disminuir el riesgo de que busquen drogas. Además de los problemas emocionales, económicos y sociales que pueden provocar que ciertas personas se vuelvan adictas, también exis­ ten otros factores; por ejemplo, algunos programas de televisión en los que aparecen personajes que fuman o beben sin medida para adoptar un estilo de vida, o toman pastillas para tranquilizarse, para dormir o di­ vertirse. En estas situaciones se están proponiendo modos de vida. Por lo regular, el consumo de alcohol y de tabaco se liga con falsas ideas de poder, sexo, prestigio o éxito. Pocas veces se informa abiertamente sobre la relación que puede haber entre el consumo de alcohol, tabaco y drogas y el deterioro de la salud, la violencia, la infelicidad, el fracaso y la incapacidad para relacio­ narse, así como la pérdida de la libertad esencial del ser humano: su capacidad para decidir.


¿por qué un joven se hace adicto? 17

N

o todos los casos son iguales, hay unos más graves que otros. La violencia familiar y las limitaciones económicas a veces empujan a niñas y niños a abandonar el hogar. Ac­ tualmente se les llama “niños de la calle”. Su vida es muy dura y mu­ chos de ellos consumen drogas. Otros se convierten en víctimas de “enganchadores” (o dealers, co­ mo se les dice en inglés), que les ofrecen una vida en apariencia sin complicaciones a cambio de consumir drogas. Una vez que son adic­ tos los hacen distribuidores y nuevos enganchadores, los explotan y prostituyen, exacerbando la violencia y degradación en que viven. En todos los casos, sean niños de la calle o que tengan familia, jó­ venes estudiantes, trabajadores, hombres o mujeres adultos, ricos o pobres, la adicción es una enfermedad, porque daña la salud física, mental y emocional de quien la padece, y afecta a la comunidad. Hablar de adicción o dependencia al alcohol, el tabaco o las drogas es hablar de una enfermedad progresiva y que puede ser mortal. La persona adicta sufre y difícilmente puede controlar su adicción. Es ne­ cesario entenderla y ayudarla.

pensemos otro poco ¿Qué favorece el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre niños y jóvenes? ¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos de las adicciones? ¿Cómo podemos estar alerta a sus cambios de comportamiento? ¿Han pensado en cómo reaccionarían sus hijas o hijos frente a algún “enganchador”?


¡Qué s u erte la LALO ! de






¿De qué depende que Lalo no vuelva a caer en la tentación de la droga? ¿Consideran que el hecho de que su padre fuera alcohólico influyó en Lalo para querer consumir droga?


2

Podemos prevenir

¿Qué podemos hacer? Sin duda, lo más importante es prevenir que nuestros hijos consu­

man drogas. ¿Cómo evitarlas? Ya dijimos que el principal ingrediente es el amor, lo segundo es ha­ blar con ellos y explicarles qué son las drogas, por qué son peligrosas y cuáles son los daños que provocan. Se trata de animar una plática agradable e incluir el tema en la vida cotidiana de la familia. Es necesario escuchar a nuestros hijos, tomar en cuenta sus comentarios y buscar juntos información en libros o con otras personas que nos puedan ayudar. Podemos mirar de manera crí­ tica los programas de televisión que tratan el tema o comentar casos de enfermos conocidos para que nuestros hijos puedan comprender el dolor, los problemas y la destrucción que afectan a esas personas y sus familias. Las familias unidas que dan atención a sus hijos forman un frente contra muchos riesgos sociales. Si ellos crecen en un ambiente de segu­ ridad, adquirirán una fuerza interna que les ayudará a tomar decisiones, resolver problemas y darle sentido a sus vidas; también se sentirán en la libertad de expresarse, de desarrollar habilidades, de sentir compren­ sión y estímulo, de saberse reconocidos y aceptados. Con esa seguridad probablemente aprenderán a rechazar lo que daña su cuerpo y su men­ te, no harán uso del alcohol, del tabaco o de las drogas y serán capaces de negarse cuando se los ofrezcan.


podemos prevenir 25

Hay quienes no hablan con los niños y jóvenes sobre el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas porque no saben qué decir o cómo hacer­ lo, o porque tienen miedo de proporcionarles información que los lleve a interesarse en ellas. No esperemos hasta sospechar que alguno de nuestros hijos tiene el problema. Muchos jóvenes que están en tratamiento dicen haber consu­ mido alcohol, tabaco y drogas por lo menos dos años antes de que sus padres lo supieran. Comencemos hoy a hablar con nuestros hijos e hijas sobre adiccio­ nes. Mantengamos abierta la comunicación. No tengan miedo de confesarles que no conocen todas las respues­ tas. Háganles saber que juntos pueden encontrarlas. Hay instituciones que ofrecen orientación profesional: les recomendamos acudir a ellas.

L

as familias que fomentan la comunicación entre sus miembros y se tratan con cariño y respeto, son el mejor frente contra las drogas. Las madres y los padres somos modelos para nuestros hijos, quie­ nes creen en nosotros. Es importante ser sinceros, honestos y no defraudarlos. No hagamos nosotros lo que no queremos que ellos hagan.

Es probable que a partir de los once o doce años los niños sean in­ vitados a fumar o a probar el alcohol. Por ello, desde antes debemos reforzar el diálogo preventivo y darles toda la información que nos sea posible. Nunca es demasiado temprano para empezar la plática. Los adolescentes desean encontrar su propia manera de ser. En este periodo pueden acercarse al alcohol, al tabaco y a otras drogas porque sus propios amigos lo hacen y requieren aceptación del grupo, o por curiosidad, casi siempre sin tomar en cuenta el riesgo que corren. Aquí también son indispensables las pláticas de prevención, los valores fa­ miliares que les den seguridad en sí mismos y la confianza que tanto necesitan.


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Es necesario que ustedes y sus hijos comprendan: Qué es una adicción. Cuáles son sus causas. Cuáles son las drogas más comunes y cómo dañan la salud. Cuáles son las maneras más comunes de introducir a niños y jóve­ nes en el consumo de drogas. El efecto mortal que pueden tener las adicciones. La destrucción personal y familiar que generan. Los problemas sociales que provocan. La responsabilidad de hablar en familia de todo esto cuantas veces sea necesario. La importancia de informar a nues­ tros hijos respecto a este tema, pero sobre todo de formarlos y prepa­ rarlos para que los jóvenes ha­ gan un frente común contra las drogas.

L

o más importante que una persona puede alcanzar en su vida es la capacidad de decidir con libertad su rumbo, y esto es lo primero que pierde cuando se vuelve adicta, pues su incontrolable necesidad de consumo la atrapa. Las adicciones no respetan edad, sexo, condición social o etnia.


podemos prevenir 27

Ciertos programas y anuncios comerciales de la radio y la televisión, algunas películas, revistas y canciones, imponen modas y modelos de hombres y mujeres, supuestamente exitosos, que adoptan actitudes y esti­ los de vida basados en la superficialidad, el consumismo y las adicciones. Nuestros hijos están en riesgo potencial de convertirse en personas adictas, si a esta influencia externa agregamos: La falta de comunicación y diálogo en la familia. La falta de información sobre el tema. La facilidad con que las niñas y los niños pueden ser engañados. La actitud de búsqueda de nuevas experiencias de los adolescentes, que puede estar mal encaminada. El maltrato físico, emocional o sexual en la familia. Madres o padres adictos. La facilidad para consumir alcohol, tabaco y drogas con los amigos. Soledad, ocio o malas compañías.

Para que las niñas, los niños y los jóvenes rechacen la droga droga Con las siguientes sugerencias ustedes pueden ayudar a sus hi­ jas e hijos a rechazar las drogas:

Hablen con ellos del alcohol, el tabaco y las drogas como lo harían sobre deportes, ciencia u otros temas. Si saben que pueden hablar


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con ustedes acerca de cualquier cosa, se senti­ rán en confianza para platicar cuando algo les preocupe. Por ejemplo, si les comen­ tan: “A Juan su papá le permite beber una cerveza los domingos”, ellos desean saber qué piensan ustedes. Aprovechen la oca­ sión para dejar que expresen lo que les preocupa. Pregunten: “¿Tú qué harías si el papá de Juan te ofreciera una cer­ veza?” Oriéntenlos para que reflexio­ nen sobre el daño que les producirá el consumo de alcohol a su edad, y que la moderación fortalece nuestra libertad. Enséñenles a tomar sus propias decisio­ nes y a resistir la presión de la invitación. Permítanles asumir su responsabilidad. Fortalezcan su capacidad para tomar decisiones que no los pongan en riesgo. Establezcan las reglas de la familia. Éstas deben ser claras, conciliadoras, de respeto mutuo y firmes. Constrúyanlas con ellos. Elógienlos cuando se esfuerzan y no sólo cuando tienen éxito. Há­ ganles saber que lo importante es el empeño que han puesto. Esti­ mulen su creatividad, no los ofendan con sus críticas. Denle importancia a sus estudios y establezcan y respeten horarios para hacer sus tareas. Denles ánimos. Las niñas y los niños, como cualquier persona, tie­ nen sus altas y bajas. Impúlsenlos a encontrar algo que disfruten hacer y para lo que tengan destreza. Compartan las responsabilidades. Participar en los quehaceres, de acuerdo con su edad, hará que se sientan útiles en la familia. Siempre transmitan mensajes claros. Cuando les hablen sobre el consumo de alcohol, tabaco y drogas, utilicen las palabras que ellos usan para asegurar que la comunicación se establezca.


podemos prevenir 29

Juntos lo hacemos mejor ¿Sabían ustedes que en la escuela se trata el tema de las adic­

ciones? Platiquen con los maestros de sus hijos y conozcan qué les están en­ señando. El trabajo conjunto de ustedes con los maestros será de gran ayuda para prevenir el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Organicen pláticas sobre estos temas. Por ejemplo, un médico puede hablar sobre cómo el alcohol, el tabaco y las drogas afectan la salud de los niños, los jóvenes y la población en general; un promotor comunitario puede dar información sobre la gravedad del problema en la comuni­ dad. Formen un grupo con otros adultos con quienes puedan conver­ sar. Incorpórense a las organizaciones de padres de familia y platiquen sobre el tema. Intercambiar experiencias les ayudará a saber que otros padres han enfrentado situaciones parecidas y a dialogar sobre cómo prevenir o so­ lucionar sus problemas.

A

pesar de las historias desalentadoras que llenan los pe­ riódicos, la mayoría de los jóvenes no consumen drogas ni están de acuerdo con que sus amigos las usen. Segura­ mente encontrarán que sus hijas e hijos comparten su preocupación sobre los peligros de consumirlas.


รณ f i u d er a e Suc de

a l e e s cu e la






¿Por qué creen que ni Margarita ni los otros muchachos comentaron a sus padres sobre las “preparadas” de don Toño? ¿Sus hijos platican con ustedes sobre lo que sucede dentro y fuera de la escuela? ¿Alguna vez les han hablado sobre qué hacer cuando un extraño les ofrece algo novedoso que supuestamente los hará sentir bien? Si lo hicieran, ¿qué les dirían? Recuerden que hay que evitar consumir bebidas que no vengan selladas o no tengan envase original, ya que pueden estar adulteradas. Además, si ustedes saben que hay al­ guna persona desconocida y sospechosa que trata de hablar con los alumnos, denúncienla a las autoridades de la escuela: puede es­ tar ofreciendo drogas.


3

La familia amorosa: el mejor frente contra las drogas

Señales de alerta Como padres de familia, no olvidemos tener siempre pre­

sentes las señales de alerta que indican ¡cuidado!, tales como cambios repentinos en la conducta, nerviosismo, agresividad, insomnio, irres­ ponsabilidad, bajas calificaciones, ausentismo y abandono de la escuela, inestabilidad emocional, o incomodidad o enojo cuando se habla del tema. Puede ser propio de la edad, pero también pue­ den ser señales de alerta si de manera muy notoria e intransigente sus hijos se alejan de la familia, hacen nuevas amistades que no comparten con ustedes, mienten, adoptan nuevas maneras de hablar y de vestir y cambian la hora de llegar a casa. Otra señales de adicción son la demanda excesiva de dinero para gastos personales, el robo de dinero u objetos que puedan ser ven­ didos, la presencia de un olor especial en la ropa o en el cuerpo, el empleo de anteojos oscuros, la lectura de revistas y el uso de ropa con mensajes relacionados con alcohol, tabaco y drogas, o de camisas de manga larga para esconder marcas de in­ yecciones.


la familia amorosa: el mejor frente contra las drogas 37

¿Cuándo se requiere ayuda profesional? En el momento en que nos damos cuenta de que la señal de

alerta confirma nuestra sospecha de adicción en nuestro hijo o hija es necesario: primero, reconocer el hecho; segundo, buscar ayuda profesio­ nal, y tercero, actuar. El tratamiento puede variar según el tipo de droga empleada y el tiempo que la persona lleva consumiéndola. Básicamente existen tres tipos de tratamiento:

El empleado por médicos y psicólogos (a estos últimos también se les conoce como terapeutas).


38 cuidado con las adicciones

El de grupos de autoayuda (enfermos adictos en recuperación que brindan apoyo a otras personas que quieren dejar de consumir al­ cohol u otras sustancias tóxicas). El mixto, que incluye los anteriores.

Existen centros de tratamiento abierto donde sólo se brinda ayuda en consulta externa, y centros de tratamiento residencial, donde los en­ fermos adictos pueden permanecer internados por periodos de treinta a noventa días. Para que un adicto pueda recibir tratamiento y rehabilitarse necesita: Aceptar su enfermedad. Reconocer que él solo puede hacer poco y que requiere ayuda pro­ fesional. Convencerse de que es capaz de rehabilitarse como muchos lo han logrado. Saber que existen centros de tratamiento y personas a los que pue­ de acudir. Realizar alguna actividad que lo discipline y lo mantenga ocupado, que estimule su creatividad y su realización personal.

¿Cómo podemos apoyar? La participación de los familiares es clave para que el adicto lo­

gre su rehabilitación. En la familia todos nos relacionamos unos con otros y lo que le pasa a uno afecta a los demás. Si ya hay problemas, la presencia de un adicto los agrava. El ambiente familiar se vuelve muy difícil y todos resultan da­ ñados. Por lo general, la atención se centra en el enfermo y la situación se empeora porque se descuida al resto de la familia.


la familia amorosa: el mejor frente contra las drogas 39

Por esta razón, cuando una persona está siendo atendida en un cen­ tro de tratamiento abierto, es necesario que la madre, el padre, las her­ manas y los hermanos platiquen con los terapeutas para saber cómo pueden apoyar y reforzar el tratamiento en casa. También, si el joven adicto fue internado, es necesario que la familia reciba capacitación para saber qué hacer y cómo comportarse cuando éste regrese a casa.

En casa. Cuando un joven adicto asiste a un centro de tratamiento, los terapeutas lo hacen hablar de sí mismo y de sus problemas. Esto no es fácil. Él o ella tiene que enfrentar su realidad: hablar de sus sentimien­ tos, de lo que considera como sus fracasos, de sus temores, de que no se acepta y de los problemas que le ocasiona la adicción. Cuando el enfer­ mo regresa a su hogar, necesita un ambiente tranquilo y acogedor que le permita continuar con su rehabilitación.


40 cuidado con las adicciones

Si su familia está en ese caso, es importante que traten a su hija o hijo con cariño constante y fortaleza. Con su ayuda podrá aprender a enfrentar su realidad de la mejor manera. No olviden que probablemente enfrenta­ rá nuevas tentaciones, y sólo el apoyo de la familia y el que los buenos amigos le brinden logra­ rá mantenerlo en abstinencia prolongada y duradera, es decir, que deje de consumir la droga. Le sugerimos proponerle ta­ reas y responsabilidades en casa, como el cuidado de su ropa, la preparación de los alimentos o la limpieza de su cuarto; pero también, volver a sus estudios o trabajo, hacer deporte, colec­ cionar objetos que le gusten o aprender un oficio. Si cumple con estas tareas, será señal de que está en etapa de recuperación.

Los amigos y su maestro. Si su hijo o hija está en tratamiento, el terapeuta les pe­ dirá que platiquen del problema con las personas más cercanas para que le ayu­ den a mantenerse en abstinencia. Éste es el caso de las amistades, la novia o el novio, y los maestros. Hablen con ellos, pues serán un gran apoyo. El cariño que le tienen a su hija o hijo le ayudará en los momentos difíciles. A veces, un adicto puede enfrentar problemas como los siguientes: “se le


la familia amorosa: el mejor frente contra las drogas 41

hace el feo”, se le aleja “porque es vicioso”, la gente se burla o lo pone como un ejemplo que no se debe seguir. Esto afecta mucho al enfermo y puede echar a perder su proceso de rehabilitación. Anteriormente se consideraba que un adicto tenía pocas oportu­ nidades de rehabilitarse; hoy sabemos que esto no es así. Existe una va­ riedad de alternativas y modalidades de tratamiento que lo pueden ayu­ dar a recuperarse, aunque requieren voluntad y esfuerzo de todos. Explíquenle a los amigos y maestros lo importante que es para la rehabilitación del enfermo recuperar la autoestima y la seguridad en sí mismo, confiar en la gente que lo quiere y que desea ayudarle. Es importante tener en cuenta que hay personas que reconocen su adicción pero no la promueven, y otras que además de padecerla tratan de hacer que otras personas se vuelvan consumidoras de sustancias. Es importante hablar de esto durante el proceso de rehabilitación.

H

asta ahora hemos hablado de situaciones en las que la familia se preocupa y participa en la rehabilitación de niños o jóvenes adictos, pero ¿qué sucede cuando también la madre o el padre son adictos? Hemos dicho que lo que le pasa a uno de los miembros de la familia afecta a los demás. La madre o el padre adictos son un mal ejemplo para sus hijos. Si alguno de ustedes está en ese caso, es importante buscar apo­ yo y orientación. No sólo existen tratamientos para personas adic­ tas sino también para sus familiares, independientemente de que el enfermo decida rehabilitarse. Al final del libro se presentan algunas direcciones que pueden ser de utilidad. Vivir con un adicto es difícil; sin embargo, podemos encontrar soluciones para que no destruya nuestra vida.


42 cuidado con las adicciones

Las recaídas Cuando el adicto está en tratamiento es posible que sufra una

recaída. Ésta no ocurre a propósito, sucede ante una urgencia irresisti­ ble de consumir alcohol, tabaco o drogas. La adicción es una necesidad que no es fácil de controlar y a veces es más fuerte que la voluntad. A menudo la recaída se presenta después de un buen tiempo de tra­ tamiento en el que todo iba bien. “¡Ya la hice, así que si me tomo una copita o me doy un toque no me va a pasar nada!” De ahí a volver al consumo de alcohol, tabaco o drogas, sólo hay un paso. La mayoría de las recaídas se presentan como el resultado de una falta de confianza en sí mismo, por sentirse desprotegido del apoyo que se le brindaba cuan­ do estaba internado o por el rechazo y las recriminaciones de la familia, vecinos, amigos y compañeros de trabajo. La recaída no es un fracaso ni una señal de que los esfuerzos fueron en vano, sino un momento a veces inevitable de la rehabilitación. No hay que darlo todo por perdido, pero sí insistir en continuar el trata­ miento. Ustedes pueden apoyar a sus hijos en ese camino tan difícil.

recuerden que: Hay que prevenir la recaída desde que empieza el tratamiento. La abstinencia, es decir, no volver a consumir alcohol, tabaco o drogas por ningún motivo, es la señal más clara de recuperación. No se dejen convencer cuando les diga que “sólo era una probadita para ver cómo se sentía” o “te prometo que no lo vuelvo a hacer”. Recuerden que el enfermo no tiene el control y que es mejor en­ frentar el problema. Cuanto antes, recurran al terapeuta.


la familia amorosa: el mejor frente contra las drogas 43

Señales que alertan de una posible recaída SEÑALES QUE DA EL ENFERMO

QUÉ HACER

Trabaja demasiado ¡Cuidado! El cansancio lo puede llevar a pensar que con un para recuperar trago o un poquito de droga se sentirá mejor. el tiempo perdido. Compartan con ella o él su tiempo libre. Inventen activida­ des que lo diviertan. Explíquenle que aún es joven, que tiene la vida por delante. La recuperación lleva su tiempo y es necesario tomarlo con calma. Se desespera No caigan en la tentación de cortar el tratamiento. Mantén­ o impacienta. ganse firmes en la necesidad de continuarlo hasta el final. Su recuperación Explíquenle que en la vida no hay soluciones fáciles, y que no es tan rápida sólo su voluntad y entusiasmo le ayudarán a salir del pro­ como quisiera. blema. Miente, inventa problemas y discute sin razón con el fin de buscar un pretexto para volver a consumir drogas.

No caigan en su juego. Platiquen sobre las consecuencias de su adicción, sobre lo que ha ganado y lo que ha perdido. Si no está convencido de que necesita ayuda para continuar, seguirá diciendo mentiras.

Se entristece, Es lógico, sucede en cualquier tratamiento. Anímenlo a se­ se enoja guir adelante. y se deprime. Se compadece Háganlo sentir que es importante para ustedes. Que la culpa de sí mismo y la autocompasión no llevan a ningún lado. y le echa la culpa al mundo de lo que pasa.


Una

e r p s o r sa la de

SaĂşl






¿Por qué creen que recayó Saúl? ¿Dedican ustedes tiempo a platicar con sus hijas e hijos?


4

Para redondear ideas

¿Qué son las drogas? Llamamos droga a toda sustancia tóxica que altera la actividad

mental, estimulándola o deprimiéndola, que causa adicción y daño físi­ co y psicológico. Existen varios tipos de drogas:

Algunas son medicamentos, como los tranquilizantes y los estimu­ lantes. Otras provienen de plantas, como la mariguana o la coca. También sustancias de uso industrial como el tíner o el cemento, que se inhalan. Compuestos químicos adictivos y dañinos para la salud, como los que se usan en la fabricación de pastillas o polvos, conocidos res­ pectivamente como tachas o crack.

Las drogas son sustancias que producen cambios en la capacidad de sentir, percibir la realidad y pensar. Alteran la forma de ser y de com­ portarse y crean la necesidad de continuar consumiéndolas sin control, aumentando cada vez más la cantidad y la frecuencia. A esto se le llama dependencia o adicción. La adicción produce angustia. Las drogas dañan en grado variable y con frecuencia en forma irreparable el funcionamiento del cerebro, del corazón y del hígado, entre otros órganos. Todo esto transforma la vida de quienes sufren la adicción y afecta sus relaciones familiares, escola­ res, laborales y sociales.


para redondear ideas 51

Por lo general, los adic­tos consumen al mismo tiempo varios tipos de drogas, son inestables, inmaduros, no quieren tener responsabilidades, están atormentados por problemas internos y externos, y se concretan en la medida de sus posibilidades sólo a resolver sus necesidades inmediatas. Algunas drogas producen placer al inicio. Los jóvenes ignoran y no creen en los graves problemas que les causarán en sus vidas, pues suponen que las pueden controlar.

El alcohol y tabaco, puertas de entrada al mundo de la adicción Sabemos que el consumo de alcohol y de tabaco es aceptado por la ma­ yoría de las personas y por lo general se consumen en fiestas y reunio­ nes. Así, estos productos con frecuencia se encuentran al alcance de ni­ ños y jóvenes, lo que muchas veces convierte estas sustancias en puertas de entrada al mundo de la adicción. Sabemos que en muchas ocasiones su consumo es visto como natural. El problema no está en su consumo sino en la frecuencia y en el abuso o en la falta de moderación. En ge­ neral, quienes son adictos se iniciaron entre los 10 y 12 años, mediante el consumo de tabaco y de bebidas alcohólicas. Posteriormente, algunos


52 cuidado con las adicciones

de ellos, entre los 16 y 20 años, exploraron otras drogas como la mari­ guana, la cocaína y las pastillas estimulantes o tranquilizantes.

¿Qué efectos nocivos tiene el alcohol? Poco a poco y sin darnos cuenta nos hace perder el control, los

reflejos y el equilibrio. El alcoholismo produce desnutrición, pérdida de la memoria, cirrosis hepática y alteraciones en el sistema nervioso, entre otros daños físicos y mentales. Cuando una persona desnutrida consume alcohol, los efectos destruc­ tivos de éste son todavía más rápidos, al afectar órganos tan importantes como el hígado. Por desgracia, esto también sucede con frecuencia en co­ munidades rurales o suburbanas muy pobres, donde, además, se consume alcohol de muy escasa calidad producido localmente, como el aguardien­ te. Otros efectos dañinos son los que produce en la personalidad del indi­ viduo, al aislarlo de los demás o fomentar la compañía de alcohólicos con quienes comparte la misma adicción. El abuso en el consumo de alcohol aleja a las personas de sus actividades cotidianas, así como de las respon­ sabilidades que tienen para consigo mismas y con los demás. El alcoholismo está relacionado con las causas más frecuentes de muerte entre los jóvenes: acci­ dentes automovilísticos, suicido y violencia. Vivir en una familia donde las rela­ ciones son difíciles, provoca que una persona busque la solución a sus pro­ blemas en el consumo del alcohol y que con esto aumenten la violencia, el maltrato y la incomunicación.


para redondear ideas 53

El adicto y su familia caen en un círculo vicioso de rechazo e intolerancia del que sólo pueden salir con ayuda profesional.

S

e estima que en México, en 2008, había casi 27 millones de personas, entre los 12 y 65 años, que consumían alcohol, y fue el de los jóvenes de entre 18 y 29 años el grupo de po­ blación que mostró los niveles más altos de consumo. Son los varones jóvenes quienes beben más, aunque es cada vez más preocupante el aumento de adolescentes mujeres que beben en exceso. Los jóvenes que consumen alcohol a temprana edad tienden a be­ ber cada vez más y esto aumenta el riesgo de que consuman drogas. Los jóvenes alcanzan una concentración de alcohol en la sangre más rápida que la de los adultos y permanecen alcoholizados más tiempo. Algunos jóvenes, hacia el último año de secundaria, consumen re­ gularmente bebidas alcohólicas, al menos los fines de semana. Fuentes: Encuesta Nacional de Adicciones, Secretaría de Salud, 1998, y Encuesta Nacional de Adicciones, Secretaría de Salud, 2008.

¿Qué efectos nocivos produce el cigarro? El tabaco puede producir dependencia física y psicológica

en cualquier persona. Los fumadores tienen mayores posibilidades que los no fumadores de desarrollar con el tiempo enfermedades cardiacas, respiratorias y cáncer. Los hijos de madres fumadoras pueden nacer con bajo peso y tienen muchas posibilidades de enfermarse en los primeros años de su vida.


54 cuidado con las adicciones

Las madres fumadoras o en contacto con fumadores corren riesgo de parto prematuro. Los no fumadores también se ven afectados en su salud al respirar el humo de cigarros. Por eso, cada vez más se prohíbe fumar en lugares públicos como escuelas, hospitales y oficinas públicas.

L

a edad promedio a la que comienzan a fumar los adoles­ centes es a los trece años y medio. El 20% de los alumnos del último año de secundaria fuman en promedio once cigarros por día. Los niños y jóvenes que fuman tienen una mayor probabilidad de consumir drogas. Fuentes: Encuesta Nacional de Adicciones, Secretaría de Salud, 1998, y Encuesta Nacional de Adicciones, Secretaría de Salud, 2008.

¿Qué efectos nocivos tienen los inhalantes? Su consumo produce desorientación, dificultad para hablar,

pérdida de contacto con el entorno, desnutrición, falta de coordinación, debilidad y fatiga muscular que pronto impide a los adictos caminar y valerse por sí mismos; también, visión borrosa, náusea persistente, he­ morragia nasal, alucinaciones y sentimientos de persecución, así como deterioro irreparable del sistema nervioso. Además, provoca alteracio­ nes importantes en la conducta y en las emociones, pues causa daño a las neuronas.


para redondear ideas 55

La inhalación de cementos, disolventes, tintas, barnices y “activo” (mezcla de varios productos de desecho que se utilizan en la elabora­ ción de tintes y pinturas), entre otras sustancias, se ha convertido en los últimos años en el segundo tipo de droga de mayor consumo entre las personas de recursos económicos más bajos. El uso repetido de inhalantes crea una dependencia incontrolable en poco tiempo y sus daños son casi inmediatos e irreparables.

¿Qué efectos nocivos produce la mariguana? El consumo de mariguana produce dependencia física y

psico­lógica, y altera de manera muy marcada el comportamiento y las emociones. A los consumidores les acelera el corazón, les pone los ojos rojos, les seca la boca y la garganta, les deforma la percepción de la realidad y a veces les produce alucinaciones; disminuye progresivamente la memoria y la comprensión, altera el sentido del tiempo e incapacita para realizar tareas que requieren coordinación y concentración. Como pasa con todas las drogas, la adicción a la mariguana puede ser una puerta falsa de escape de una persona ante un problema para el que no encuentra solución. Al igual que sucede con el alcohol, la fa­ milia entra en un círculo vicioso, es decir, de regaño disculpa re­ gaño promesa recaída regaño, del que no puede salir, por lo que todos necesitan ayuda profesional.


La cal le de l a

g u r r a a m a







62 cuidado con las adicciones

¿Qué efectos nocivos produce la cocaína? El consumo de cocaína produce dependencia física y psicoló­

gica con alteraciones importantes en el comportamiento y las emociones. Acelera el corazón y el sistema nervioso en general, por lo que la mente de quien la consume se agiliza y se mantiene despierta en exceso, más allá de su capacidad natural. Cuando el efecto pasa, la persona pre­ senta temblores, suda mucho, se angustia y necesita física y psicológica­ mente volver a drogarse. La dependencia a esta droga es tan brutal que los enfermos hacen cualquier cosa por conseguir dinero para comprarla: robar, corromperse, prostituirse y vender objetos domésticos, con lo que, además del daño emocional que causan al resto de la familia, afectan su propia economía. Para la atención del enfermo es indis­ pensable que trabajen de manera conjunta la familia, el médico, el terapeuta u orientador y el centro de atención. La cocaína es una dro­ ga muy peligrosa. Su uso repetido y en sobredosis puede producir la muer­ te repentina provocada por hemorragia cerebral, convulsiones, paro res­ piratorio o infarto del corazón.


para redondear ideas 63

Una variedad de la cocaína es el crack, que es muy tóxico y causa daños muy serios desde el primer consumo, principalmente alteraciones en el ritmo cardiaco. Su uso frecuente puede llevar a la muerte.

¿Qué efectos nocivos provocan los estimulantes? Algunos estudiantes y personas que trabajan de noche erró­

neamente los toman para mantenerse despiertos. Pasado el efecto, se presenta dolor de cabeza intenso, visión borrosa, mareos, taquicardia y presión alta. Como todos los medicamentos, éstos deben tomarse sólo por pres­ cripción médica, pero en algunos lugares todavía los venden sin receta, contraviniendo la ley. Esto permite que muchas personas se automedi­ quen. Su consumo crea dependencia física y emocional. Su empleo es muy peligroso.

pensemos otro poco ¿Se podrían dar cuenta si alguna persona es adicta? ¿Han pensado qué hacer si descubren que uno de sus hijos o hijas consume alcohol, tabaco o drogas?


64 cuidado con las adicciones

L

as drogas de mayor consumo entre niños y jóvenes son el tíner, el “activo”, la mariguana, la cocaína y las anfetaminas, además del alcohol y el tabaco. Los enfermos sufren el rechazo familiar y la marginación social. Son expulsados de las escue­ las, despedidos de sus trabajos, encarcelados, sobornados, chantajea­ dos y prostituidos. Son presa fácil de las redes de narcotráfico. El pro­ blema de la adicción no sólo afecta a la persona enferma sino también a la familia y a la sociedad.

recuerden que: Es importante platicar sobre este tema con nuestros hijos e hijas. Si, por ejemplo, los oyen hablar de “churro”, “mota”, “cartucho”, “blanca”, “roca”, “piedra”, “mona”, “spid”, “cristal”, “éxtasis” o “tacha”, proba­ blemente están hablando de drogas. Platiquen con ellos y manténganse comunicados e informados. Recuerden que es preciso: Favorecer la salud física y mental de sus hijos mediante el estudio, el deporte, el esparcimiento y, sobre todo, la convivencia familiar. Aceptar que todas las drogas causan daños irreparables. Aprender a identificarlas por su apariencia física y lo que se usa para su consumo (papel arroz para liar cigarros, jeringas, ligas para presión, envoltorios). Conocer los nombres populares de las drogas que se usan en el lugar donde ustedes viven. Reconocer los signos de una intoxicación para conducir a la perso­ na a un centro de urgencias. Para prevenir que sus hijos consuman alcohol, tabaco o drogas, ¿cuál sería el mejor ejemplo o la mejor sugerencia que ustedes les podrían dar?


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para redondear ideas 71

Hay mucho que hacer En el problema del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas no todo está perdido. A pesar de que nuestros hijos están expuestos a la invitación permanente a probarlas, podemos:

Platicar con ellos. Darles información. Apoyar los esfuerzos de sus maestros. Ganarnos su confianza. Ayudarles a que se sientan seguros de sí mismos, tengan autoesti­ ma, se respeten. Enseñarles a reconocer las situaciones de riesgo y a tomar decisio­ nes acertadas en sus vidas.

A lo largo de su convivencia, las familias pueden aprender a comu­ nicarse positivamente, a relacionarse con respeto y a tenerse confianza para resolver problemas y compartir éxitos. Estas familias favorecen el desarrollo afectivo y emocional en los niños necesario para evitar que caigan con facilidad en el consumo del tabaco, el alcohol y las drogas. Si desde pequeños los niños aprenden a controlar sus emociones y a ser disciplinados y seguros de sí mismos, probablemente adquirirán la seguridad necesaria para controlar las situaciones y las tentaciones que se les presenten en la vida. Cuando decidimos ser padres o madres, la responsabilidad que tene­ mos sobre nuestras propias vidas aumenta en la medida en que de­bemos cuidar más nuestra manera de ser y de relacionarnos con el mundo, ya que será principalmente de nosotros que aprenderán nuestros hijos. Si nosotros no tenemos control sobre lo que hacemos, ellos actuarán de la misma manera. Es importante que día con día los ayudemos a no perder el control sobre sus vidas. Debemos estar atentos a cualquier signo, por insignifi­


72 cuidado con las adicciones

cante que parezca, que pueda estar diciéndonos que alguno de nuestros hijos está en peligro y necesita ayuda. En este caso, debemos redoblar esfuerzos para que se sientan amados, aceptados y acompañados, y recu­ peren el control sobre sus vidas.

Seguramente algunas veces ustedes se preguntarán: ¿Por qué parece tan complicado educar a mis hijos? ¿Soy el padre o la madre que quiero ser? Estas preguntas tienen que ver con la forma en que se ven y se sien­ ten los hombres y las mujeres que son padres y madres, así como con la manera de comunicar y demostrar el afecto entre padres, madres, hijos e hijas. Es importante destacar que las formas autoritarias de relación en las familias ponen a sus hijos en riesgo de consumir alcohol, tabaco y dro­ gas, afectando su desarrollo personal. Por eso es importante que cualquier persona que conviva con jóve­ nes reflexione y revise cómo es su relación con ellos y, si lo considera necesario, inicie un proceso permanente de cambio a maneras más dis­ frutables de convivir y educar a niños y jóvenes. Leamos la historia de Luis, y reflexionemos sobre cómo su mamá y su papá le están ayudando a vivir mejor su vida.


Mรกs v al e . . . r i preve n

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niñas niños tienen

para redondear ideas 79

Las y los

derechos

“Es nuestro derecho que se nos proteja del consumo, producción y distribución de cualquier droga.”

Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, noviembre de 1989.



para redondear ideas 81

SI TIENEN DUDAS Algunas dependencias

han establecido una línea telefónica para orientarlos en el manejo de situaciones delicadas, sobre los signos de alerta frente a un posible adicto y la manera en que puede recibir tratamiento. n La

Comisión Nacional contra las Adicciones (conadic) Tel. 50 62 17 00 El conadic cuenta con un Centro de Orientación Telefónica (cot) que brinda información sobre adicciones a todo el país, durante las 24 horas del día de todo el año. Lada sin costo 01 800 911 20 00. n Centros de Integración Juvenil Coordinación Nacional Aguascalientes No. 201 Col. Hipódromo, Del. Cuauhtémoc, D.F., C.P. 06100, Tel. 01 (55) 59 99 49 49 En cada ciudad capital del país existe un Consejo Estatal contra las Adicciones, que agrupa todas las instituciones que dedican sus esfuerzos a la prevención y el tratamien­ to del alcoholismo, el tabaquismo y la farmacodependencia. En el siguiente listado encontrarán los teléfonos a los que pueden dirigirse para solicitar orientación profesional. Se incluyen los teléfonos y direcciones de los Centros de Integración Juvenil (cij) en las entidades federativas. n

AGUASCALIENTES Consejo Estatal contra las Adicciones Artillero Mier No. 905 Fracc. Ciudad Satélite Morelos, C.P. 20270 Aguascalientes, Aguascalientes Tel. 01 (449) 977 52 40 / 977 15 58 Ext. 1202 / 1248 Fax. 01 (449) 977 52 40 / 977 15 58

n

BAJA CALIFORNIA Consejo Estatal contra las Adicciones Blvd. Anáhuac y Laguna s/n Plaza Juventud 2000, Local 1-AA, C.P. 21379 Mexicali, Baja California Tel. 01 (686) 555 58 62, 557 19 81 / 557 15 17 Ext. 101 Fax. 01 (686) 557 15 17 Ext. 101 cijmexicali@cij.gob.mx

n

BAJA CALIFORNIA SUR Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Nicolás Bravo No. 1010, 1er. Piso, entre Josefa Ortiz de Domínguez y Lic. Verdad Col. Centro, C.P. 23000 Baja California Sur Tel. 01 (612) 122 46 59 / 122 53 25 Fax. 01 (612) 122 53 25 maria.castro@saludbcs.gob.mx

cij

Emiliano Zapata No. 117 Col. Centro, C.P. 20000 Aguascalientes, Aguascalientes Tel. 01 (449) 915 65 26 / 915 45 42 Fax. 01 (449) 915 45 42 cijaguascalientes@cij.gob.mx

Av. República de Brasil No. 1117, Esq. Con Río Elota Col. Alamitos, C.P. 21210 Mexicali, Baja California Tel. 01 (686) 565 98 48 Fax. 01 (686) 565 98 48 cijmexicali@cij.gob.mx

cij La Paz Oaxaca esq. Chiapas s/n, Col. Prensa y Radio, C.P. 23070 La Paz, Baja California Sur Tel. 01 (612) 122 23 62 Fax. 01 (612) 122 59 59 cijlapaz@cij.gob.mx


82 cuidado con las adicciones

n

CAMPECHE Consejo Estatal contra las Adicciones Calle 24 s/n, Col. Lázaro Cárdenas, Kila Lerma, C.P. 24500 Campeche, Campeche Tel. 01 (981) 812 06 92 / 812 06 90 Ext. 103 y 102 Fax. 01 (981) 812 06 90 / 812 07 68 Ext. 103 vidanueva_direccion@hotmail.com

cij Chihuahua M. Ojinaga No. 1001 Col. Centro, C.P. 31000 Chihuahua, Chihuahua Tel. 01 (614) 415 72 22 Fax. 01 (614) 415 72 22 cijchihuahua@cij.gob.mx n

cij Ciudad del Carmen Calle 38 por 40 s/n Parque Tocolutla, C.P. 24178 Ciudad del Carmen, Campeche Tel. 01 (938) 382 59 57 / 382 15 72 cijcdcarmen@cij.gob.mx n

CHIAPAS Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Palma Datilera No. 503 Col. Las Palmas, C.P. 29040 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas Tel. 01 (961) 613 18 36 Fax. 01 (961) 613 18 36

cij Saltillo Purcell Nte. No. 609 esq. Múzquiz Col. Centro, C.P. 25000 Saltillo, Coahuila Tel. 01 (844) 412 80 70 / 412 51 73 Fax. 01 (844) 412 51 73 cijsaltillo@cij.gob.mx n

cij Tuxtla Gutiérrez 12a. Av. Norte Pte. No. 130 Col. Centro, C.P. 29000 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas Tel. 01 (961) 618 18 51 Fax. 01 (961) 618 18 51 cijtgz@cij.gob.mx n

CHIHUAHUA Consejo Estatal contra las Adicciones Calle Aldama No. 1903 Col. Centro, C.P. 31000 Chihuahua, Chihuahua Tel. 01 (614) 429 33 00 Ext. 15170, 15171 y 15169 Fax. 01 (614) 429 33 00 Ext. 15176 direccionestataldeadicciones@ gmail.com

COAHUILA Consejo Estatal contra las Adicciones Victoria Poniente No. 312, piso 6 Zona Centro, C.P. 25000 Saltillo, Coahuila Tel. 01 (844) 438 83 30 Ext. 4635 y 4690 Fax. 01 (844) 438 83 30 Ext. 4690 y 4793

cij Delegación Cuauhtémoc Aguascalientes No. 201 Col. Hipódromo, Del. Cuauhtémoc, C.P. 06100 México, Distrito Federal Tel. 01 (55) 59 99 49 49 direccion.general@cij.gob.mx n

cij Durango Bruno Martínez No. 140 Nte. Col. Zona Centro, C.P. 34000 Durango, Durango Tel. 01 (618) 825 59 91 / 813 09 32 Fax. 01 (618) 825 59 91 cijdurango@cij.gob.mx n

COLIMA Consejo Estatal contra las Adicciones Playa Cuitzamala esq. Laguna de Juluapan Col. Primavera del Real, C.P. 28180 Tecomán, Colima Tel. 01 (313) 125 06 05 cij Colima Estado de México No. 172 Col. Alta Villa, C.P. 28970 Villa de Álvarez, Colima Tel. 01 (312) 311 44 09 Ext. 11 / 311 53 44 Ext. 12 Fax. 01 (312) 311 44 09 Ext. 13 cijcolima@cij.gob.mx

DISTRITO FEDERAL Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Río Mixcoac No. 234 Col. Acacia, Del. Benito Juárez, C.P. 03240 México, Distrito Federal Tel. 01 (55) 46 31 30 11 / 46 31 30 12 rcamachos@df.gob.mx

ESTADO DE MÉXICO Consejo Estatal contra las Adicciones Isabel la Católica No. 211-A, Col. Santa Clara C.P. 50060, Toluca, Edo. de Méx. Tel. 01 (722) 213 50 63 (directo) / 213 52 19 / 213 52 21 Fax. 01 (722) 213 52 21 Ext. 92704 y 92705 imca.adicciones@gmail.com cij Toluca Av. de los Maestros No. 336 Col. Doctores, C.P. 50060 Toluca, Estado de México Tel. 01 (722) 213 03 78 cijtoluca@cij.gob.mx

n n

DURANGO Consejo Estatal contra las Adicciones Aquiles Serdán No. 119 Pte. Col. Zona Centro, C.P. 34000 Durango, Durango Tel. 01 (618) 811 57 87 / 811 56 90 Fax. 01 (618) 811 56 90

GUANAJUATO Consejo Estatal contra las Adicciones Tamazuca No. 4 Zona Centro, C.P. 36000 Guanajuato, Guanajuato Tel. 01 (473) 735 27 00 Ext. 240 y 221 Fax. 01 (473) 735 27 00 Ext. 227


SI TIENEN DUDAS 83

cij León Blvd. Hermanos Aldama No. 1105 Col. San Miguel, C.P. 37489 León, Guanajuato Tel. 01 (477) 712 14 40 Fax. 01 (477) 712 14 40 cijleon@cij.gob.mx n

n

GUERRERO Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Ruffo Figueroa No. 6 esq. Eje Central Col. Burócratas, C.P. 39090 Chilpancingo, Guerrero Tel. 01 (747) 472 22 98 y 494 31 00 Ext. 1180 Fax. 01 (747) 472 22 98

HIDALGO Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Madero No. 405 esq. Dr. Manuel Gea González Fracc. Ex Hacienda de Gpe., C.P. 42059 Pachuca, Hidalgo Tel. 01 (771) 717 02 25 Ext. 2212 y 2213 Fax. 01 (771) 718 08 31 saludpublicahgo@yahoo.com.mx ana.tavarez@salud.gob.mx cij Pachuca San Martín de Porres No. 100 Fracc. Canutillo, C.P. 42070 Pachuca, Hidalgo Tel. 01 (771) 713 16 07 / 719 25 29 cijpachuca@cij.gob.mx

cij Cuernavaca Av. Centenario No. 206 Col. Carolina, C.P. 62190 Cuernavaca, Morelos Tel. 01 (777) 317 17 77 cijcuernavaca@cij.gob.mx n

cij Guadalajara-Centro Federación No. 125 Col. La Perla, C.P. 44360 Guadalajara, Jalisco Tel. 01 (333) 618 07 13 / 654 43 75 Fax. 01 (333) 654 43 75 gdlcentro@cij.gob.mx

cij Chilpancingo Carretera Nacional MéxicoAcapulco km 276 Col. Salubridad, C.P. 39096 Chilpancingo, Guerrero Tel. 01 (747) 494 94 45 cijchilpancingo@cij.gob.mx n

JALISCO Consejo Estatal contra las Adicciones Lago Tequesquitengo No. 2600, entre Laguna de Pescadores y Lago Superior Col. Lagos del Country, C.P. 45177 Zapopan, Jalisco Tel. 01 (33) 38 23 20 20 / 38 54 60 77 / 38 54 60 80 Fax. 01 (33) 38 54 63 02 rectoriacnv@hotmail.com

cij Guadalajara-Sur Arroz No. 501 Col. La Nogalera, C.P. 44470 Guadalajara, Jalisco Tel. 01 (333) 670 84 55 / 670 25 12 Fax. 01 (333) 670 25 12 cijguadsur@cij.gob.mx n

MICHOACÁN Consejo Estatal contra las Adicciones Benito Juárez No. 223 Col. Centro, C.P. 58000 Morelia, Michoacán Tel. 01 (443) 317 50 00 Ext. 239 angelasaludmich@hotmail.com cij Morelia Av. Acueducto No. 824 Col. Chapultepec Norte, C.P. 58260 Morelia, Michoacán Tel. 01 (443) 324 33 81 Fax. 01 (443) 324 33 81 cijmorelia@cij.gob.mx

n

MORELOS Consejo Estatal contra las Adicciones Leandro Valle s/n, Planta Alta Col. Lomas de la Selva, C.P. 62270 Cuernavaca, Morelos Tel. 01 (777) 314 51 88 / 310 38 22 Fax. 01 (777) 314 51 88 Jaime.davila@ssm.gob.mx

NAYARIT Consejo Estatal contra las Adicciones Blvd. Tepic-Xalisco No. 346 Col. Miravalles, C.P. 63184 Tepic, Nayarit Tel. 01 (311) 214 42 05 / 214 41 73 Fax. 01 (311) 214 42 05 / 214 41 73 ceca.nayarit@gmail.com comisionestatalcontralasadiccione snayarit@hotmail.com cij Tepic Montes Andes No. 45 Col. Lindavista, C.P. 63110 Tepic, Nayarit Tel. 01 (311) 217 17 58 Fax. 01 (311) 217 17 58 cltepic@cij.gob.mx

n

NUEVO LEÓN Consejo Estatal contra las Adicciones Emilio Carranza No. 732 Sur, piso 2, ofnas. 201, 202 y 210 Zona Centro, y Matamoros No. 520 Ote., 3er. Piso, entre Zaragoza y Escobedo Col. Centro, C.P. 64000 Monterrey, Nuevo León Tel. 01 (81) 81 30 70 65 / 83 45 64 27 / 81 30 70 00 Fax. 01 (81) 81 30 70 65 jroque@ssnl.gob.mx cecanuevoleon@gmail.com dir.sma.nuevoleon@gmail.com cij Monterrey Dr. Raúl Calderón González No. 240 Col. Sertoma, C.P. 64710 Monterrey, Nuevo León Tel. 01 (818) 348 03 11 / 333 14 75 Fax. 01 (818) 348 02 91 cijmonterrey@cij.gob.mx


84 cuidado con las adicciones

n

OAXACA Consejo Estatal contra las Adicciones Calle Campeche No. 304, letra A Fracc. San Felipe del Agua, C.P. 68020 Oaxaca, Oaxaca Tel. 01 (951) 520 16 71 cecao@live.com

cij Querétaro Av. De los Teotihuacanos s/n Col. Cerrito Colorado, C.P. 76116 Querétaro, Querétaro Tel. 01 (442) 218 38 58 Fax. 01 (442) 218 38 58 cijqueretaro@cij.gob.mx n

cij Oaxaca Lote No. 1 Paraje el Tule Col. San Bartolo Coyotepec, C.P. 71256 Jurisdicción Municipal San Bartolo Coyotepec, Oaxaca Tel. 01 (951) 143 15 37 / 551 04 06 Fax. 01 (951) 143 15 37 cijoaxaca@cij.gob.mx n

PUEBLA Consejo Estatal contra las Adicciones Clínica de Salud Mental El Batán, Kilómetro 7.5 Carr. Puebla-Valsequillo Col. La Joya, C.P. 72560 Puebla, Puebla Tel. 01 (222) 216 38 18 / 216 18 68 Fax. 01 (222) 216 38 18 cecapueblamx@gmail.com cij Puebla Calle 18 Ote. No. 430 Fracc. San Francisco, C.P. 72000 Puebla, Puebla Tel. 01 (222) 246 20 08 Fax. 01 (222) 232 93 72 cijpuebla@cij.gob.mx

n

QUERÉTARO Consejo Estatal contra las Adicciones Independencia No. 97 Centro Histórico, C.P. 76000 Querétaro, Querétaro Tel. 01 (442) 212 96 87 / 212 02 36 / 212 04 08 Fax. 01 (442) 212 04 08 cecaadicciones@queretaro.gob.mx rmendozah@queretaro.gob.mx agonzalezm@queretaro.gob.mx smata@queretaro.gob.mx mendozah@queretaro.gob.mx

n

QUINTANA ROO Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Niños Héroes de Chapultepec No. 267, esq. J.M. Morelos Col. Centro, C.P. 77000 Chetumal, Quintana Roo Tel. 01 (983) 835 19 30 Ext. 4847 Fax. 01 (983) 835 19 20

cij Culiacán Mariano Escobedo No. 651 Pte. Col. Centro, C.P. 80000 Culiacán, Sinaloa Tel. 01 (667) 716 41 46 cijculiacan@cij.gob.mx cij Culiacán-Oriente Satélite No. 1963, entre Calle Universo y Galaxia Col. Obrero Campesina, C.P. 80013 Culiacán, Sinaloa Tel. 01 (667) 753 68 61 cijculiacanoriente@cij.gob.mx

cij Chetumal

Subteniente López No. 458, esq. Av. Magisterio Col. Fracc. Residencial Chetumal, C.P. 77039 Othón P. Blanco, Chetumal Tel. 01 (983) 837 90 61 Fax. 01 (983) 837 90 61 cijchetumal@cij.gob.mx n

n

SAN LUIS POTOSÍ Consejo Estatal contra las Adicciones Jesús Goytortúa No. 340, 5o. Piso Fracc. Tangamanga, C.P. 78269 San Luis Potosí, San Luis Potosí Tel. 01 (444) 811 41 83 / 834 11 00 Ext. 21202 y 21238 Fax. 01 (444) 811 41 83 dpoliticas_slp@hotmail.com cecaslp@hotmail.com cij San Luis Potosí Madroños No. 394 Col. Fracc. Jardines del Sur, C.P. 78399 San Luis Potosí, San Luis Potosí Tel. 01 (444) 112 00 79 cijslp@cij.gob.mx

SINALOA Consejo Estatal contra las Adicciones Blvd. Ciudades Hermanas No. 610 Pte. Col. Guadalupe, C.P. 80220 Culiacán, Sinaloa Tel. 01 (667) 715 91 74 / 715 84 04 Fax. 01 (667) 715 84 04 / 715 91 74

SONORA Consejo Estatal contra las Adicciones Luis Donaldo Colosio y Carlos Quintero Arce s/n Col. El Llano, C.P. 83230 Hermosillo, Sonora Tel. 01 (662) 260 33 90 / 260 65 39 / 218 32 13 Ext. 112 Fax. 01 (662) 260 33 90 Ext. 107 cij Hermosillo Blvd. Transversal y Esq. Morelia s/n Col. Coloso, C.P. 83040 Hermosillo, Sonora Tel. 01 (662) 213 28 68 / 217 18 61 Fax. 01 (662) 213 28 68 cijhermosillo@cij.gob.mx

n

TABASCO Consejo Estatal contra las Adicciones Retorno Vía 5 No. 104, 3er. Piso Col. Tabasco 2000, C.P. 86035 Villahermosa, Tabasco Tel. 01 (993) 317 70 49 Fax. 01 (993) 317 70 49


SI TIENEN DUDAS 85

cij Villahermosa Fernando Montes de Oca No. 208 Col. Lindavista, C.P. 86050 Villahermosa, Tabasco Tel. 01 (993) 315 96 27 cijvillahermosa@cij.gob.mx n

TAMAULIPAS Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Francisco I. Madero Nte. No. 414 Zona Centro, C.P. 87000 Ciudad Victoria, Tamaulipas Tel. 01 (834) 318 63 00 Ext. 20628 y 20521 Fax. 01 (834) 312 20 38 infoadicciones@tamaulipas.gob. mx cij Ciudad Victoria Av. Zeferino Fajardo, esq. con Bolivia s/n (antes Rastro Municipal) Col. Libertad, C.P. 87019 Ciudad Victoria, Tamaulipas Tel. 01 (834) 135 11 49 cijvictoria@cij.gob.mx

n

TLAXCALA Consejo Estatal contra las Adicciones Av. Ignacio Picazo Nte. No. 25 Col. Centro, Sta. Ana Chiautempan, C.P. 90800 Tlaxcala, Tlaxcala Tel. 01 (246) 462 10 60 Ext. 8073, 8075, 8067 y 8084 Fax. 01 (246) 462 36 58

cij Tlaxcala Calle 6 No. 2505 Col. Lomas Xicohtecatl, C.P. 90070 Tlaxcala, Tlaxcala Tel. 01 (246) 462 83 71 cijtlaxcala@cij.gob.mx n

VERACRUZ Consejo Estatal contra las Adicciones Ernesto Ortiz Medina No. 3 Col. Obrero Campesina, C.P. 91020 Xalapa, Veracruz Tel. 01 (228) 840 37 17 hdeleo@ssaver.gob.mx cij Xalapa Av. Acueducto y Ruiz Cortines s/n Col. Unidad Magisterial, C.P. 91010 Xalapa, Veracruz Tel. 01 (228) 815-0500 cijxalapa@cij.gob.mx

n

YUCATÁN Consejo Estatal contra las Adicciones Calle 20 No. 344 por 27 Col. Miguel Alemán, C.P. 97148 Mérida, Yucatán Tel. 01 (999) 926 80 29 / 927 41 94 Fax. 01 (999) 926 80 29 adicciones.yuc@ssy.gob.mx

cij Mérida 55 No. 535, entre 64 y 66 Col. Centro, C.P. 97000 Mérida, Yucatán Tel. 01 (999) 923 32 87 Fax. 01 (999) 923 08 43 cijmerida@cij.gob.mx n

ZACATECAS Consejo Estatal contra las Adicciones Av. González Ortega s/n Col. Centro, C.P. 98000 Zacatecas, Zacatecas Tel. 01 (492) 923 94 94 Ex. 2224 y 2207 Fax. 01 (492) 923 94 94 Ext. 2207 cecazacatecas1@yahoo.com.mx consejoestatal@hotmail.com cij Zacatecas Parque Magdaleno Varela Luján s/n Col. Buenos Aires, C.P. 98056 Zacatecas, Zacatecas Tel. 01 (492) 924 77 33 Fax. 01 (492) 924 77 33 cijzac@cij.gob.mx



Cuidado con las adicciones se terminรณ de imprimir en los talleres de en xxxxxx de 2013 El tiro consta de xxxxx ejemplares


Cuidado con las adicciones tiene presente que nuestros niños y jóvenes están creciendo

riesgos, que amerita educarlos e informarlos sobre el valor de vivir una vida libre de adicciones. El tabaco, el alcohol y otras drogas están

en un ambiente lleno de

a la vuelta de la esquina, mucho más cerca de lo que pensamos. Es muy probable que por

ignorancia, curiosidad o presiones las busquen o acepten cuando se las ofrezcan, si no conocen los grandes peligros que representan.


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