De polvo y telarañas esta todo cubierto y una vieja ventana traga la luz. Enciendo una vela que hay al lado de la cama de madera y apenas aún en azul. Seguramente sonaría así, siguiendo el corazón que ahora suena en mi latir Lo mismo ahora al igual que entonces en este oscuro y viejo cuarto, recordando entre puño y cuerda la letra de aquel regalo. Y suena, suena muy triste pero no muy callada. Poco a poco, allí se escucha los acordes de esta pequeña guitarra. Enredando toque lo que mi abuelo enseñó, hacer de mi regalo
una canción. Era muy bonita pero él en aquel tiempo, poco y tan apenas tenía voz. Diviso unas curvas olvidadas, que describen, un cuerpo de guitarra. Pulso sus cuerdas y afino en cada nota recuerdos, inevitablemente tristes y felices por otro lado. Y suena, suena muy triste pero no… Para mi nieta Cris
“En todos los acordes suena tu voz.”
Letra basada en los textos de Cristina Martín.
La nana de mama la nana de papa, duerme a mi niño que espera conciliar el sueño al tiempo en que su nana le despida en un beso de nube con espacio a sentir, el cariño de un mundo no siempre tan afín. Pues es hora de luchar con versos, es hora de llorar sin velo, es hora de extender las alas, es hora de… Es hora de cantad muy alto, es hora de regar el huerto, es hora de cambiar el mundo. Pero también es hora de dormir. Pues tú, que solamente sabes naturalmente lo necesario duerme, duerme la nana de mama la nana de papa.
Hoy es dieciocho de septiembre, te has marchado y me has dejado aquí. Te has ido para siempre ya no vas a estar, cerca de mí. Todo ha pasado muy deprisa. Estoy creciendo sin saber de ti, ha cambiado por completo mi vida desde el primer momento que supe te perdí. Te fuiste y no me dijiste adiós. Sólo fue un hasta mañana, pero ese hasta mañana se hizo adiós mas cuando pude entenderme sola y junto a tus recuerdos, que con el tiempo se acabaran, al igual que cuando tú en mis juegos y tras los dibujos decías a estudiar. Te extraño, mucho mama. Quiero tenerte cerca,
por más que Erika me intente explicar que cuidas de mi aun sin estar. La vida no precisa explicación, todo viene como va. Es complicado hacer frente a su timón. Hay mas rumbos en la vida y guías hacia la ilusión. Como dijo la pequeña Erika -“Tu madre siempre cuidará de ti”-. Hoy es dieciocho de septiembre y sin dudar del presente Presiento que estas aquí al fin. Te extraño, mucho mama. Hoy siento que me cuidas, gracias a Erika que me supo explicar nunca te olvidaré mama. “Te recuerdo en cada latir de mi alma”
Letra basada en los textos de Cristina Martín.
Estaba inmóvil en mi recreo tranquilamente, Echado en la hierba sintiendo la tierra aún húmeda de la nieve. Las grullas peinaban las nubes de marzo formando cenefas, dibujos aéreos grabando en el cielo un mensaje de primavera. Observando todo esto bajo una quietud que mata, respiro fuerte y anhelo tu corazón en mi espalda. Libre, libre, libre en tu cuerpo. Libre, libre da igual gobierno.
Libre y atado a tu cuerpo llegará el buen tiempo, en el que la gente aburrida no invente la guerra, no invente la guerra. Libre y despacio en la era de tu orografía, constituyendo los poderes de un nuevo gobierno, de un nuevo gobierno. Lanzo mi deseo al aire, rodeado de montañas. Y el eco envuelve mi cuerpo, tu corazón en mi espalda. Libre, libre…
¿Si ya tengo un amor para que quiero uno nuevo? Si lo viejo perdura prueba será de que lo quiero. Y si mi corazón se parte en deseos a otra parte. Corazón con razón no duda él sabe bien por quien late. Si quise y existió el deseo. Si quiero consciente, quererte resultará fácil, mañana, hay clase de nuevo de padecer amor sin padecer. Si el comienzo fue bonito sin pedir explicaciones. El presente lo discute para mejorar a tiempo.
Despertando la conciencia. Sentenciando aquel pasado por la ley de quien aprende con el paso de los años. Si quise y existió el deseo si quiero consciente, quererte resultará…
Entre la siesta y el entusiasmo, hay un camino que recorre un despertar. Hablo del sueño que ya ha dormido y que despierto precisa de levantar. Él está en cama arropadito o destapado tomando el sol. Pero de ahí no lo mueven, sigue tumbado, con la esperanza de ponerse en pie y andar. En tu siesta, entusiasta. Ay… vence a la pereza. Y tu ejemplo lo contagies con entusiasmo a esas personas que aún despiertas descuidaron poner en pie los sueños. Sueños en pie, en pie los sueños. Vence la pereza y cumple sueños. No existe ejemplo, sin entusiasmo, ni amor que muera por no ser correspondido.
Pues un sueño roto dura un asalto. Mira los niños como al poco están jugando. No es un milagro. Existen magos. No sé si reyes, sí más sencillos que con un gesto, voz o mirada, devuelven la ilusión en un sueño distinto. Vence a la pereza, báñate en el rio aun con frio. Corta leña, transpórtala hasta casa a cuestas y enciende la hoguera. Y tus sueños despiertos en cama se alzaran sin miedo a dar el paso fuera del dominio de la empresa que vive de tus sueños tumbados.
Del 26 al 30 de diciembre, con tres días de fuel y dos de viaje. Una discreta expedición de Jaca y Sabiñánigo, partimos a Galicia. En un gran autobús. Y no, en lata de sardinas. El mal tiempo duro toda la carretera que nos llevo a Muxía y Camariñas. Dos pueblos de mar, unidos, por una misma ría de solidaridad.
Renovada por oleadas de toda España y del extranjero. Tengamos o no playa seamos una ría solidaria. Entre hondonadas de gotas de lluvia horizontal, sacamos autovías y carreteras del mar. Las rocas y las playas el peaje, lugar donde tuvimos que currar. Y no les sepa raro que siendo voluntarios, allí, la propia gente del lugar nos echara la foto y dándole las gracias respondieran -“Gracias a vosotros”-. Renovada por oleadas de toda…
Ves las estrellas mi niña. Son tan pequeñas y brillan como lo harás tu también y no sólo durante el día. Pues tu padre es el lobo feroz devorador de estrellas. Debes dormir a tu pequeña luz con él, la oscuridad se acerca. Tu padre no viene a comer. Pues lo hace con caperucita. Que pena se acabe, pues tú y yo pagamos por él. Su despertar, tu realidad. Somos dos sombras que pronto dejaran el hogar. Pues a falta de luz debemos brillar sin por ello temer aquel lobo feroz
Yo tuve un sueño y se ha dormido. Un sueño de mi edad, siempre a mi lado. Un sueño inseparable, cotidiano, que alimenté con los textos más prohibidos. Caminaba conmigo desde niño, midiendo mi esperanza a cada paso, del color de la pasión se me encarnaba, ardiendo en mi pecho solidario. Yo tuve un sueño desbordado como un río que me arrastró a vivir cada jornada, una fuerza irrefrenable que llenaba de razón y sinrazón tanto vacío. Caminaba conmigo desde niño, susurrando a mi oído mil palabras, inspirándome amor, versos con alas, que el cuchillo del tiempo ha cercenado.
Tuve un sueño Escombros Antonio Pérez Morte