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UNA MUJER RESILIENTE

Miriam Rizo Ceo RHapiness México

Sabes, aguante 1 año y medio en ese ambiente, pero ¿acosta de qué? Me enfermé, me dio colitis, me estresé mucho, lloraba, no quería ir a trabajar, incluso me metí a box para sacar todo mi coraje en el costal; era la forma de sacar lo que sentía, sin lastimar a nadie y además me ayudaba a cuidar mi salud y ejercitarme al mismo tiempo.

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¿Crees que realmente valía la pena sacrificar mi salud por un trabajo? La verdad ¡No lo vale! Un día, mi compañero de trabajo me dijo ¡No soporto como te tratan, vámonos!, tú dices cuando nos vamos y yo me voy contigo. No me la creía, él me motivo a renunciar; hicimos una lista de las ventajas y desventajas que teníamos de trabajar en ese lugar (te imaginarás para donde cargaba la balanza. Sí, eran más desventajas) y en ese momento, decidimos que al día siguiente ibamos a renunciar. ¡Así lo hicimos! No valía la pena sacrificar un día más de nuestra salud física, mental o emocional por un salario. Ese día me sentí libre, aunque no nos querían dejar renunciar, era la primera vez que dos personas de la misma área renunciaban al mismo tiempo ¿Te imaginas? Pues, es una señal de alerta para el área de la empresa, así que renuncié el 25 de Enero del 2019, fue uno de los días más felices de mi vida ¡Gracias!

¿Qué aprendí?

Aprendí muchas cosas gracias a esa experiencia ¡Sí, gracias! Gracias Dios, gracias ex jefa, ex compañeros, gracias a la vida por esta experiencia.

Creo que todo pasa por algo y Dios te pone en el lugar correcto, en el momento correcto para que vivas lo que necesitas; tal vez, en el momento no lo entendemos, hasta que pasa el tiempo y cuando comprendemos ¡damos gracias porque paso!.

Hoy puedo decirte que gracias a que tuve una jefa “tóxica”, conozco la gran diferencia entre un jefe y un líder. Gracias a esa experiencia, decidí renunciar y poner mi propio negocio para ayudar a las empresas a tener líderes y colaboradores felices, comprometidos y productivos para lograr sus metas, fomentando la felicidad en el trabajo. Gracias a esa experiencia encontré mi propósito, ahora me dedico a lo que amo y ayudo a transformar el liderazgo en líderes Happiness efectivos en las organizaciones a través de certificaciones nacionales e internacionales.

¿Qué

viví después de renunciar?

El emprendimiento, lo cuál es un camino solitario porque muchas personas te juzgan de loca, que sueñas muy alto, que tus sueños no se van a hacer realidad, te preguntan cómo vas a vivir, hasta que un día les demuestras que puedes vivir de tus sueños, que en verdad cuando trabajas todos los días por un sueño, eres perseverante, disciplinada y persistente ¡Lo puedes lograr!.

Así que, renuncié con la firme convicción que quería emprender, porque no quería que las personas vivieran lo que yo viví ¡No! Te confieso, no sabía como empezar, pero fue Dios guiando mi camino. En Febrero, se abrió una convocatoria para realizar el plan de negocio, así que fui y comencé, no tenía idea como empezar sólo sabía que me gustaba el área de capacitación y también quería ayudar a las personas que fueran felices en su trabajo ¡Ese era mi sueño!

¿Cómo empecé?

A través de un mentor que me apoyo a realizar mi plan de negocio, pero todavía no era una emprendedora. Sabía que quería brindar capacitaciones empresariales con un respaldo que indicará que yo podría impartir capacitaciones, por lo que, decidí certificarme para impartir y diseñar cursos de capital humano avalada por la SEP y CONOCER. Me certifique junto con una persona con la cuál trabajé como “becaria”, imagínate mi sorpresa ¡Woow, lo había logrado! Mis certificados decían que soy una competente para impartir y diseñar cursos. Ahora sí, una organización respaldaba y avalaba que yo podía ser instructora de cursos ¡SÍ!, estaba lista para comenzar, así que estuve estudiando sobre la metodología para fomentar la felicidad en el trabajo, sabía que quería impartir cursos que lograrán impacto en la vida personal y profesional de las personas. Me adentré en el mundo de la gamificación, utilizando el juego como herramienta de trabajo en los adultos. Así que me preparé, estudie, me capacité, me certifique una y otra vez y me sigo preparando hasta la fecha para brindar más y mejores servicios. Como dice Titto Gálvez “Para emprender, primero hay que aprender”, por eso sigo preparándome cada día para ser mejor persona, mejor profesional y poder brindar mejores servicios a nuestros clientes.

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