AL LÍMITE DEL DESBORDAMIENTO: MUNÍCIPES LANZAN SOS A LA FEDERACIÓN
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CAMPECHE, QUINTANA ROO, YUCATÁN NEWSWEEKESPANOL.COM NEWSWEEK.COM
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SIGLO XXI: ELEFANTE BLANCO DE LA SALUD ADEMÁS: • EL RETO DE LA RIVIERA MAYA • LAS MAESTRAS DEL FUEGO YUCATÁN• EN CAMPECHE SIN CONTROL CRISIS ECONÓMICA Y DE SALUD • MÉRIDA: EL CORAZÓN DEL TREN MAYA •MASCOTAS Y COVID-19: ¿CÓMO CUIDARLAS? Argentina: $31.00 Bolivia: Bs25.00 Chile: $2130.00 Colombia: $8,900.00 Costa Rica: ₡1,900.00
Ecuador: S/.87,600.00 El Salvador: 31.00 EE. UU. :$5.00 Guatemala: Q27.00 Honduras: L75.00
México: $40.00 Nicaragua: C$95.00 Panamá: 3.50 Paraguay: ₲16,500.00
Perú: S/.11.00 Puerto Rico: US$3.50 Rep. Dominicana: RD$157.00 Uruguay: $87.50
EN CAMPECHE,
Malas decisiones de gobierno, falta de estrategia, negligencia de funcionarios y médicos, así como un sector salud que deja morir a la gente en la vía pública, tienen a los campechanos contra la pared, en una pelea que va ganando el COVID-19. POR JORGE CHAN
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FOTO: A A RÓN GÓME Z
SIN CONTROL CRISIS ECONÓMICA Y DE SALUD
FOTO: JO RGE CHAN
EN CAMPECHE LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS AÚN NO SE REACTIVAN y tal parece que no ocurrirá hasta dentro de algunas semanas, pues ya han pasado cerca de 90 días sin que los pequeños comercios puedan aperturar por completo sus establecimientos, lo que a su vez, deriva un bajo flujo económico, deudas, cambios de giro y hasta cierres permanentes. Fue el pasado 12 de junio, cuando las autoridades federales de Salud presentaron el nuevo Semáforo de Riesgo COVID-19, en ellos se establecía por color la evolución de cada entidad de acuerdo al número de casos confirmados, de sospechosos, de ocupación de camas y fallecimientos. Desde entonces 16 entidades del país dejaron el color rojo de riesgo máximo y transitaron a color naranja de riesgo alto, entre ellos se encontraba Campeche. Este anuncio significó una esperanza para los pequeños comerciantes y microempresarios, debido a que algunas restricciones serían levantadas y la operatividad empezaría a levantarse paulatinamente,
sin embargo, desde entonces, la entidad se ha estancado en el semáforo naranja por la creciente movilidad social, que lo va a llevar nuevamente al rojo si continúa como va. De acuerdo a la Secretaría de Salud del Estado, la movilidad nunca llegó a la meta que se tenía pronosticada, es decir, los campechanos nunca hicieron caso al llamado de quedarse en casa. Esto propició un acelerado contagio que, al día de hoy, mantiene a la entidad en semáforo naranja, con altas probabilidades de regresar al rojo. El tres de julio, a nivel nacional se anunció que Campeche tendría un cambio pero no se trataba de uno favorable ya que retornaría al color rojo y entonces, las restricciones se volverían a implementar, los comercios de comida que ofertaban sus productos por entrega a domicilio o con afluencia del 25 % tendrían que detenerse. Los parques y espacios públicos de nueva cuenta serían sellados con listones de prevención para evitar que las personas ingresaron a ellas. Las estéticas y salones de belleza, también tendrían que poner una pausa a sus citas
y atenciones, pero no fue así. Durante el informe técnico Manuel Zaldívar, Subdirector de Salud en Campeche informó que la entidad se mantendría en color naranja pero serían interpuestas nuevas medidas sanitarias para contener la propagación. OTRA VEZ LEY SECA El anuncio ya no gustó a los propietarios de comercios, entre las nuevas disposiciones se encontraba la aplicación, por segunda vez en lo que va de la emergencia sanitaria, de la ley seca. Ante esto, los integrantes del Frente Único de Propietarios de Minisúpers de Campeche ya se estaban preparando por la vía legal para conseguir amparos, debido a las afectaciones económicas que esta disposición les traería. Marcos Canul Estrella líder de esta agrupación buscó una audiencia con el Gobernador del estado, Carlos Miguel Aysa González, así como con los representantes del Gobierno Federal en Campeche, y el alcalde de la ciudad de San Francisco de Campeche, Eliseo Fernández.
El cierre de negocios afecta a una gran cantidad de familias campechanas.
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“Suspendieron la venta de alcohol, pero ¿por qué no se suspendió la venta de tabaco? ¿Por qué no la venta de bebidas gaseosas, que es lo que nos está teniendo con sobrepeso a todos? Los que fallecen más son los que tienen problemas de sobrepeso, diabéticos, hipertensos. No sé si esto lo hacen en Campeche con la intención de molestarnos y de ir contra ellos o el Gobierno Federal, porque no es así; hay incapacidad” señaló. Los papeleos siguieron su curso, los más de 30 integrantes se reunieron en diversas ocasiones, buscando la forma correcta de llegar hasta las autoridades y sean escuchadas las peticiones, pero al paso de los días las puertas cada vez se cerraban más, nadie los escuchaba, nadie los apoyaba, perder la batalla era inminente y siguiendo el principio de la ley del más fuerte, decidieron pausar las intenciones. Una semana después, oficializaron su postura y desistieron a los amparos, asegurando que lo hacían en apoyo a la ciudadanía para que ésta no tuviera más razones para salir de casa, romper el confinamiento y propiciar reuniones sociales de manera clandestina. “La experiencia con la ley seca anterior, no fue muy agradable y vimos que el índice de casos iba en incremento de contagios en Campeche y a nivel
nacional también, por ello la agrupación decidió suspender todo el proceso dando tiempo a que los contagios disminuyan” comentó en la entrevista Marcos Canul. Considerando que los minisúpers subsisten gracias a las ventas de alcohol, los meses en los que este producto ha estado prohibido, los comerciantes se han declarado casi en quiebra puesto que la venta de licores y cervezas representa un 70 % de sus ingresos totales y el quedarse solo con el 30 % para poder sufragar todos sus gastos es imposible, y ha generado afectaciones al grado de que se han descapitalizando. Ningún comerciante se había imaginado que una pandemia de este tipo pudiera poner al borde de la quiebra a sus negocios ya que en tan solo unos cuantos meses, sus ganancias se redujeron casi al 90 %. Por ello, los empresarios dedicados a la venta de alcohol se vieron en la necesidad de cambiar de giro, ya no se centrarían en ofertar exclusivamente bebidas etílicas sino que mudarían a ser comercios similares a tiendas de abarrotes, no obstante, esta no será la única alternativa que tomarán para subsistir. Estos comercios están tratando de adaptarse a las necesidades de un mercado nuevo, la demanda marcará el rumbo
Los restaurantes y sitios turísticos son de los más afectados .
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La pandemiale ha significado para Campeche la pérdida total de 5, 682 empleos.
de sus actividades, mismas que diversificarán en el fortalecimiento de su infraestructura, pero además, pondrán a disposición de la población el servicio en reparto de abarrotes consumibles a domicilio. Otros, por ser descendientes y tras haberse diversificado en más de dos sucursales, han pensado en unirse a una sola empresa para convertirse en una de mayor oferta y pueda competir con las cadenas de supermercados. “Como no tenemos todos la capacidad económica, entonces puede ser que los negocios de los familiares se puedan fusionar manteniendo su participación con el giro que se tenga y sea una empresa más fuerte y conseguir mejores precios”. Este mismo panorama se ha reflejado en otros comercios, esos que ya estaban más establecidos y que por ofertar productos de la canasta básica pareciera que nunca tendrían problemas financieros, pero esta pandemia barrió con todos, sin distingos de
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FOTO S: JORGE CHA N (2)
mayor en el número de locales comerciales cerrados, en quiebra o renta que, a su vez se traduce en despido de personal operativo. De acuerdo a los datos de la tabla de trabajadores asegurados en el IMSS por entidad federativa, desde marzo inició la pérdida de empleos en Campeche, tiempo que coincide con la aplicación de la fase 3 de pandemia, es decir, cifras propiciadas a raíz de la crisis por la emergencia sanitaria.
estatus, giros o ingresos. Así lo relata Mauro Chan Canto, quien hasta antes de la pandemia era el presidente de Microempresarios de la Masa y la Tortilla, pero que tras la baja afluencia de ciudadanos, la competencia desleal y los altos precios de los insumos tuvo que cerrar su tortillería para emprender en un nuevo giro. El desplome fue lento, inició con la reducción del salario a sus trabajadores que con el pasar de los días se convirtió en despidos del 50 % de los mismos. Aunado a ello, el pago de la energía eléctrica, los permisos de funcionamiento y la baja venta lo orilló a despedir al resto de su personal y declararse en bancarrota. “Ahora tuve que cambiar de giro a algo menos procesado, que no requiera tanto personal que deba pagar, así que decidí colocar despachadores de agua purificada y con eso tendré para poder vivir. Es más fácil porque la gente solo vendrá, llenará sus garrafones y se irá. Así guar-
damos distancia, no hay aglomeraciones y no se tiene contacto con tanta gente”. DESEMPLEO El cierre definitivo de los establecimientos no solo afecta a los propietarios, sino que lleva consigo a un ejército de personas que durante años entregaron su tiempo al crecimiento y desarrollo de las empresas, mismas que ahora dan las gracias por quiebra, sin que la gran mayoría pueda siquiera entregar un finiquito. La suspensión de las actividades económicas en los últimos cuatro meses de la pandemia ocasionada por el SARSCoV-2, le ha significado a Campeche la pérdida total de 5,682 empleos, mismos que en su mayoría corresponden al sector comercio y servicios turísticos. A pesar de que se realizaron estrategias gubernamentales basadas en la inyección de recursos vía créditos, las pequeñas empresas campechanas no han podido hacerle frente a la crisis derivando una tendencia
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DESPIDOS TRAS DESPIDOS Para poder entender la magnitud del desempleo en Campeche, debemos contextualizar que en el mes de marzo, cuando inició el confinamiento, el estado reportaba un total de 133,756 empleos distribuidos en todo el territorio, pero en abril, este padrón se redujo a 131,649, es decir, en menos de 30 días 2,107 campechanos fueron despedidos de sus centros de trabajo. Al finalizar el mes de mayo, los datos siguieron cayendo, los despidos siguieron presentándose favoreciendo que el padrón se redujera a 129,325 personas con empleo. Lo que significa que, en el lapso de abril a mayo 2,324 personas se quedaron desempleadas, pero eso no fue todo, en junio 1,251 ciudadanos más fueron dados de baja lo que propició que el absoluto de trabajadores afiliados al IMSS decreciera a 128,074. En total desde el inicio de la fase 3 de la pandemia hasta el último día de junio, una suma de 5,682 personas perdieron su trabajo, sus ingresos, la posibilidad de llevar a casa un bocado de alimento, esperanzas y sueños. Todo se lo llevó consigo el COVID-19. Lo más delicado de todo, es que Campeche, aun siendo uno de los estados con menor número de habitantes, superó en despidos a siete estados que lo duplican y triplican en población. Registró más bajas laborales que Tabasco que contabilizó 2,020 en los mismos cuatro meses, Chiapas que registró solo 757, el estado de Oaxaca tuvo un registro de 1,619, Michoacán contabilizó 2,920, Durango solo sumó 3,003 despidos mientras que en Zacatecas fueron 2,710 e Hidalgo 2,287. Hasta el último día del mes de junio, el Instituto Mexicano del Seguro Social, registraba un total de 19 millones 499, 859 puestos de trabajo de los cuales, el 86% son asignaturas en puestos perma-
nentes y el 14 restante eventuales. MUERTOS EN VIA PÚBLICA No solo en cuestiones laborales el IMSS ha reportado bajas, también en el tema de la salud, pues desde que el COVID-19 llegó al estado se han registrado un sinfín de acontecimientos lamentables en las personas portadoras del COVID-19, al extremo que han perdido la vida en las puertas de los hospitales de este sector, porque no fueron atendidos por los médicos y enfermeras. Al principio la población pecaba de ingenuidad; quizá el tema cultural penetraba más en sus mentes que el peligro real que representaba el SARS-CoV-2, en redes se inundaban los mensajes que aseguraban que la pandemia era mentira, un invento de los gobiernos para controlarlos y que en realidad el padecimiento se trataba del ya conocido Dengue. Fue hasta que los primeros decesos en la vía pública se registraron, cuando la población empezó a tomar conciencia. Las primeras dos de seis muertes similares que se le adjudican al mal servicio brindado por personal del IMSS, así como una tardía respuesta, ocurrieron el 25 de junio en las afueras de la clínica del IMSS ubicado Ciudad Concordia en el municipio de Campeche. Por la tarde, un hombre que llegó pidiendo auxilio al personal médico se desplomó
a los pies del guardia de seguridad luego de externar problemas para respirar a causa del SARS-CoV-2. La Institución se pronunció asegurando que el personal no contaba con Equipo de Protección Personal (EPP) al no ser la primera línea de combate del virus. Horas más tarde, entrada la noche, un hombre perdió la vida en el acceso principal del mismo hospital a causa de un paro cardio-respiratorio ocasionado por el COVID-19. El sujeto que ya había consultado con su médico particular fue referido como sospechoso de coronavirus y enviado a este centro de salud, donde por la falta de atención prehospitalaria adecuada por el temor de contagio por parte del personal, cayó al pie de los escalones y perdió la vida de manera fulminante. Tres días después, el 28 de junio otro caso similar ocurrió en las instalaciones de la Unidad Médica Familiar 10 ubicada en el barrio de Santa Lucía, donde un hombre llegó refiriendo sintomatología compatible con el coronavirus sin que fuera atendido. Agitado pero valiéndose por sí mismo, el señor de aproximadamente 50 años pidió el auxilio del personal médico, pero de nueva cuenta, por el temor a ser contagiados los trabajadores del lugar no atendieron al paciente. Un familiar de este hombre, que por respeto a su familia pidió no ser identificado, relató el calvario que vivieron al presenciar la muerte de su familiar en pleno acce-
so al hospital, “recuerdo que se les estuvo hablando a los doctores, enfermeros y solo estaban adentro en bolita, hasta mandaron a la asistente de limpieza a cerrar la puerta, nos dijeron que no había doctor disponible porque estaba en su hora de comida”. Pasaron 24 horas para que un nuevo hecho volviera a manchar el nombre del IMSS delegación Campeche. Una persona del sexo masculino y de edad aproximada de 45 años perdió la vida centímetros atrás de la rampa de urgencias del Hospital General de Zona 1, el sujeto que también refirió cuadro sintomático de COVID no logró siquiera llegar al acceso, perdió la vida en el asiento trasero de su auto sin que nadie pudiera intervenir para darle oportunidad de sobrevivir con los primeros auxilios. En este caso, el familiar que lo trasladaba responsabilizó a su pariente de no acudir al médico cuando iniciaron los síntomas, pues ya había pasado una semana con dolor de cabeza, fiebre y pequeños lapsos de dificultades para respirar. “Nunca imaginé que pudiera perder la vida tan rápido; ya el médico lo había valorado, no estaba tan mal, fue un cambio repentino su malestar, o sea, no era para que falleciera”, explicó visiblemente afectado por la pérdida. El 30 de junio, otro paciente perdió la vida en el interior de una ambulancia al no haber sido aceptado para su ingreso en el mismo Hospital General de Zona 1, pues el personal que recibió a la unidad médica, manifestó que la zona COVID-19 se encontraba al límite de su capacidad pidiendo a los familiares, llevar al enfermo al nosocomio Dr. Manuel Campos sin embargo, esto no se pudo concretar debido a que el hombre perdió la vida de un paro respiratorio, antes de que llegar al sitio indicado. El último hecho del que se haya tenido registro en Campeche, se presentó el 4 de julio cuando un sujeto falleció en el interior de su auto al momento de dirigirse a consulta a la Unidad Médica familiar 1 del IMSS, luego de haber sido redireccionado por parte del Hospital General de Especialidades. Durante el trayecto, en la avenida Central a unos cuantos metros de la clínica sufrió un infarto que terminó con su vida. PIERDEN CUERPO EN EL IMSS Pero los fallecimientos en la vía pública no son los únicos hechos que vergonzosamente catalogan a los empleados del IMSS de Campeche como negligentes. El pasado 17 de julio, salió a la luz un he-
Las pequeñas empresas campechanas no han podido hacerle frente a la crisis.
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ALCALDE DE CAMPECHE
HACE CAMPAÑA CON RECURSOS PÚBLICOS
FOTO S: JORGE CHA N (3)
El SARS-CoV-2 trajo a Campeche desempleo y problemas económicos, esto propició que un sinfín de organizaciones religiosas y civiles pongan manos a la obra en entrega de víveres, productos enlatados y de limpieza personal, pero también despertó la ambición de políticos, que aspiran a un mejor cargo en las próximas elecciones a realizarse en el 2021, donde se renovarán la gubernatura, alcaldías y diputados locales. Tal es el caso del actual alcalde de Campeche Eliseo Fernández Montufar, quien a raíz de la necesidad que tiene la población de abastecerse de productos de la canasta básica, organizó a todo su equipo para la entrega de víveres casa por casa. La idea enmascarada de ayuda humanitaria, pero con mensajes subliminales electorales, tenía el único objetivo de conseguir votantes para el próximo proceso electoral. Querer ser el héroe le trajo al autonombrado “Súper Alcalde” una denuncia formal por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), por hacer promoción personalizada en la entrega u ofrecimiento de bienes, ya que en el interior de las bolsas se encontraban folletos, trípticos y tarjetas donde la imagen del funcionario era el principal y no el del logotipo de la administración que representa. De acuerdo a la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, se determinó imponer medida cautelar al alcalde por la probable promoción personalizada de su imagen, en la entrega de insumos durante la contingencia sanitaria derivada de la pandemia propiciada por el COVID-19, sin embargo, este mandato no cumplió, ya que el equipo de medios bajó la información de las plataformas y redes digitales. Actualmente, el funcionario continúa recorriendo las calles de la ciudad haciendo proselitismo. Según el INE, las denuncias ciudadanas fueron cotejadas durante los meses de abril, mayo y junio por lo que la autoridad electoral inició el oficio “Procedimientos Especiales Sancionadores”, ya que estos actos afectan las condiciones de equidad que deben cumplirse durante los próximos procesos electorales locales y federales.
cho sin precedentes en la historia del estado, cuando el cuerpo de una persona que falleció por COVID-19 se perdió de las instalaciones del Hospital General de Zona 1, cuyo director es el médico Juan Pablo Zapata Menchaca. Todo inició el pasado 4 de julio cuando una mujer y su hijo llegaron a las instalaciones del nosocomio ubicado en el cruce de las avenidas Central y Circuito Baluartes, en busca del cuerpo de su madre y abuela respectivamente, sin embargo, al solicitar información sobre la ubicación de los restos, el personal médico le notificó que no se tenían datos de la persona fallecida. El primer día de la búsqueda, el director de dicho nosocomio, les aseguró a las familias que el cuerpo había sido trasladado a la funeraria para su cremación, pero al llegar al sitio se percataron que el cuerpo no correspondía al de su familiar. “Cuando fuimos, nos dijeron que el cuerpo estaba en la morgue; llegamos allá y nos dicen que siempre no, que lo tienen aquí y nos regresamos de nuevo”, refirió la madre de la mujer fallecida.
La mujer de 74 años de edad que perdió la vida a causa del COVID-19 era originaria de la comunidad Ciudad del Sol que pertenece al municipio de Champotón. Tras la negativa para entregarle el cuerpo, la hija y el nieto tuvieron que realizar tres viajes más desde su comunidad hasta la capital del estado, lo que les representó un gasto excesivo ya que ellos, son personas de escasos recursos. Por tan absurda negligencia, los familiares señalaron como responsable de la confusión al director del Hospital, Juan Pablo Zapata Menchaca, pues entre sus múltiples asignaciones se encuentra velar por el orden y cumplimiento de protocolos tanto de ingreso como de salida de pacientes aunque esta sea por fallecimiento. Tres días después, las Oficina de Representación del IMSS en Campeche encabezado por Carlos Félix Medina Villegas, informó a los familiares que el cuerpo del paciente que contaba con 82 años se encontraba en el mortuorio del hospital, ubicado en el patio trasero y no en el área de urgencias
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respiratorias donde solicitaron información, tratando de justificar y desmentir la versión de los afectados, sin embargo, la falta de comunicación ya había sido evidente. Para hacer creíble la versión oficial, la institución aseguró que el desorden fue generado por la falta de comunicación entre el personal de la funeraria y las que integran el hospital, pues según el IMSS, los cadáveres en el interior del nosocomio se encuentran perfectamente identificados, como marca el lineamiento federal e institucional en el HGZ No. 1. Este hecho, para la familia y otros pacientes, dejó entrever la fala inminente de un plan de tratamiento para los cuerpos y que la desaparición de los restos mortuorios, es una muestra más de que la crisis ya se les salió de las manos, con desabasto en camas y en personal médico. Y mientras esto pasa, en medio de justificaciones, el médico Víctor Luna, Director General de Hospitales IMSS en Campeche, no tiene una explicación técnica, médica, ni humana.