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URBANISMO: ROSARIO PREPARA SU VERSIÓN DE CIUDAD DE LOS 15 MINUTOS
from AEV Revista N° 34
La secretaria de Planeamiento municipal analizó el impacto de los cambios en las normativas de construcción de plantas bajas y balcones. Anticipó además el plan que impulsa el municipio para revitalizar la zona central y avanzar hacia una “ciudad de 15 minutos”

Ya antes de la pandemia resultaba claro que las plantas bajas de los edificios habían quedado pequeñas para montar negocios de jerarquía, y que los estrechos balcones sólo alcanzaban para colocar el tender y algunas macetas. Pero el coronavirus, la obligación de quedarse en casa y las nuevas maneras de ocupar y hacer uso de lo público lo pusieron todavía más en evidencia. La Municipalidad se hizo eco del reclamo de desarrolladoras y de los propios vecinos para avanzar con normativas claras al respecto, ampliando la altura de las plantas bajas y la profundidad de los balcones. Tras el éxito en la materia, ahora va por un proyecto más ambicioso: revitalizar el centro. Apunta a lograrlo a partir de mayores alturas, facilidades y beneficios para construir en esa zona clave de la ciudad, que en el último tiempo parece haber perdido el brillo que supo tener.
Pero a la par, se trabaja para descentralizar el comercio, potenciarlo en los barrios y de este modo avanzar hacia la “ciudad de los 15 minutos”, el concepto del que tanto se habla en el mundo. “Queremos generar centros comerciales cerca de cada casa y llevar viviendas al centro”, dijo la secretaria de Planeamiento municipal, Agustina González Cid, en una entrevista con la AEV Revista.
- Tras la aprobación del Concejo Municipal, se podrán construir plantas bajas más altas y balcones más profundos. ¿Qué beneficio trae esto para los rosarinos?
- Son dos ordenanzas muy buenas, con las cuales quedamos muy conformes. Le darán más espacialidad a los edificios, mejorando la calidad de las edificaciones sin asignar más metros cuadrados. En la planta baja mejora la calidad del espacio urbano y lo hace más amigable con el peatón. Caminando por la vereda uno percibirá una relación más directa entre el interior y el exterior. Además con la normativa anterior se establecía una altura máxima pero no mínima, quedando plantas bajas que no servían para nada. Con 2,20 metros como estaba establecido, no se podía habilitar un comercio, ni hablar de un gimnasio, y se terminaba destinando ese lugar a cocheras o a algún minimercado que no mejoraba la cuadra. La nueva ordenanza establece un mínimo de 3 metros en planta baja, con posibilidad de que en lugares donde el balcón se pida a partir de los 4 metros, como ocurre en el área central, se otorgue ese metro extra para hacer plantas bajas de 4 metros. Lo que hace la ordenanza es aclarar de cuánto deben ser las plantas bajas y cuántos pisos se pueden levantar, de modo que no se podrán hacer entrepisos o algo distinto a la norma. En el área central se establece que sea de planta baja y ocho pisos como máximo.

- Eso en lo que respecta a plantas bajas, ¿qué ocurre con los balcones?
- El cambio en los balcones es algo que veníamos pensando en la prepandemia, y con la pandemia se tornó mucho más importante su uso, ya que durante esa etapa ni siquiera estaban disponibles las amenidades. La ordenanza establece que se pude salir 1,20 metros pero en aquellas que tienen 17 metros de ancho o más se puede volar 1,50 metros, es decir, se agranda lo que puede salir por fuera de la línea municipal. Además se modificó el cálculo de la profundidad del balcón en conjunto con los locales, permitiendo así espacios más amplios. De modo que podés armar una mini terraza, poner una mesa con sillas o un parrillero, que ahora también habilitamos. Además, con la ordenanza de hidrotermia se pedían parasoles para protección solar y reducción del consumo energético, pero no se podían colocar en el filo exterior del balcón. Ahora esto se permite, posibilitando proyectar otros diseños y asegurando que el usuario final tenga un ambiente con sombra, al aire libre, fresco, y en condiciones ideales para disfrutar.

- En síntesis, parecen ser modificaciones que hacen más vivible los departamentos.
- Exacto. Tenemos la ventaja de vivir en una ciudad que en la gran mayoría del año podemos estar al aire libre, y hay que apuntar a incrementar ese tipo de actividades. En muchas zonas son pocos los que tienen disponible un patio o un jardín, pero en cambio el balcón está al alcance de todos, por eso hay que potenciarlos para que los usuarios puedan aprovecharlos mejor. Tanto los balcones como las plantas bajas tomaron relevancia, en el contexto de la pandemia, ante las necesidades sanitarias de mayor ventilación y distanciamiento social. Adquirieron un nuevo significado en el uso cotidiano de sus habitantes y la manera en que se relacionan con ellos, y desde el municipio apuntamos a acompañar esos cambios con normativas específicas.
- A propósito de la pandemia, uno de los movimientos que se dio fue que los negocios barriales y de cercanía tomaron más relevancia, en desmedro de los del centro. Hace años que se plantea transformar el área central de Rosario, pero hasta ahora no se había podido avanzar demasiado. ¿En qué están trabajando para reactivar ese espacio?
- Junto a la comisión asesora armamos un conjunto de proyectos para revitalizar el área central. Apuntamos a una transformación profunda, un cambio de fondo, y no a un maquillaje. Lo más importante es el nuevo planteo que proponemos para los corredores peatonales como Córdoba y San Martín, pasando de los 23,50 metros de altura a un esquema adecuado para cada cuadra en función del patrimonio histórico que allí se encuentre. Así, en algunos casos será planta baja más dos pisos, en otros planta baja más tres, dependiendo de cada cuadra, y pudiendo alcanzar en edificios los 31,50 metros, lo que daría una planta baja de cuatro metros y diez pisos altos. Además, se buscarán generar terrazas que sirvan tanto para uso público como privado, con bares, gimnasios, u otras actividades. Ahora la normativa exige hacer cocheras a quien construya edificios, entonces nadie quiere desarrollar en la zona. Este sería un incentivo más. Además buscamos extender peatonal San Martín hasta San Lorenzo.

- ¿Qué otras iniciativas tienen en carpeta?
- A su vez vamos a mandar un proyecto específico para calle Maipú, entre Pellegrini y Urquiza y para calle San Juan, donde venció el plan especial y lo actualizamos. La idea es que se pueda construir planta baja y 10 pisos. Para eso se revisó el catálogo patrimonial de la zona, ya que Maipú tiene una
linea de edificación vieja, donde están los edificios patrimoniales, y una nueva donde las veredas se ensanchan mucho. Al aparecer el edificio patrimonial, la vereda se recortaba y no se terminaba de generar ese espacio público amplio y continuo que se buscaba con la nueva traza. Revisamos esas obras para preservar las que valen la pena como el Jockey Club de Maipú y Córdoba, porque es un edificio de valor, y avanzaremos allí donde se pueda ensanchar. En las veredas más anchas podrán realizarse canteros verdes, que absorban agua en caso de tormenta, y se propiciará la aparición de árboles para generar sombras, porque esa zona es muy calurosa. De a poco vamos a sumar más verde en áreas de la ciudad que quedaron impermeabilizadas, secas, y que generan islas de calor importantes. También tenemos un proyecto para que los propietarios de playas de estacionamiento puedan hacer planes de detalle, con el fin de recuperar esos lotes que están muy bien ubicados, con todos los servicios y no son tan bien aprovechados. Creemos que todas estas normativas juntas lograrán un impacto importante en el área central.
- ¿La idea sería repoblar el centro, en el que hoy hay más comercios que viviendas?
- Buscamos impulsar viviendas en esa zona, porque para que tenga vida debe estar las 24 horas en movimiento, no solo cuando abren locales o bares. Queremos que la gente vaya a vivir ahí, porque está a cuadras del Monumento a la Bandera, del Parque España, es una ubicación excelente, y vemos que queda espacio desocupado o está mal utilizado, y existe un público que perfectamente podría vivir ahí.
- Otro planteo de los comerciantes de la zona es que falta gastronomía, lo que también le daría más movimiento una vez que los locales cierran y se cree que ayudaría a reducir la inseguridad. ¿Tienen en cuenta esta posibilidad?
- Nosotros generamos una normativa que permite ubicar distintos usos. Por eso hablamos de planta baja que no sea vivienda, es decir que puede ser un comercio, un servicio como restaurante o bar, y que tenga 4 metros de altura, lo que le dará otra jerarquía. Al volcar más gente incentivamos que haya más bares. Y, lo más interesante es el tema de azotea. En Rosario casi que no quedan bares en altura, las azoteas o terrazas no están aprovechadas para estas actividades. Con las nuevas alturas disponibles se podrán sumar terrazas que aportarán una tridimensionalidad interesante al espacio. Hoy la gente camina por la peatonal y no levanta la vista, pese a que hay edificios muy importantes. Creemos que estas terrazas harán que estos también se pongan en valor.
- Por otro lado, en el mundo se está poniendo de moda el concepto de la ciudad de los 15 minutos, algo opuesto a la planificación tradicional que separaba zonas residenciales de otras laborales, comercio minorista, industria y entretenimiento. ¿Ves esto factible en Rosario?
- La idea es que las compensaciones que se cobren por esta mayor edificabilidad en el centro se vuelquen en obras tanto en la peatonal como en otros centros comerciales a cielo abierto en la ciudad. Es decir, buscamos abrir el abanico y empezar a generar eso de la ciudad a 15 minutos que tanto se habla. Lo planteamos por el lado de generar y fortalecer centros comerciales cerca de cada casa, pero también allí donde ya hay comercios como en el centro, llevar las viviendas. Si bien esta tendencia en el mundo explotó con la pandemia, hace tiempo que los urbanistas hablan de actividad en plantas bajas, de más cercanía, de una ciudad con usos mixtos, para que puedas tener todo cerca de tu hogar, porque a la vez, si eso ocurre, hay más locales, te dan más ganas de caminar por el barrio, se genera más movimiento y por ende más seguridad. Todo aporta al mismo camino.