Manhunt: Unabomber

© Manhunt: Unabomber, Creador: Andrew Sodroski, Maconfidential

Por Daniel Mares

En cada periodo vacacional, suelo encontrarme con uno que otro contenido multimedia que me parece tan bueno que termino por recomendarlo a cualquier persona. En esta ocasión, gracias a uno de mis hermanos, conocí Manhunt: Unabomber, una serie que hace poco estrenó Netflix en asociación con Discovery Channel.

El sitio de streaming cataloga la serie de 8 capítulos como un drama criminal y psicológico (aunque yo añadiría también filosófico) donde el FBI, después de años de intentos fallidos, quiere dar con el paradero de un desconocido que envía bombas por correo a personas elegidas al azar. Por más de una década se tenía poca información al respecto sobre el perfil del atacante, pero todo cambia cuando un nuevo criminólogo realiza análisis lingüísticos y poco a poco se comienza a armar el perfil del llamado Unabomber.

Desde mi punto de vista, las actuaciones son buenas y se nota la inversión monetaria en la producción, pero aquello que considero que es lo más valioso es la historia misma. Toda serie, por muy apegada que sea a la realidad, no elimina su carácter ficcionario; Manhunt: Unabomber, evidentemente, no carece de ello, pero se agradece el que se haya tomado la decisión de llevar a la pantalla una historia que causó tanto interés y creó un particular miedo social en Estados Unidos durante los años 70 a 90.

Ted Kaczynski, el nombre de pila del llamado Unabomber, opinó sobre la serie y dijo que aunque no la ha visto, sí ha recibido cartas de personas que le cuentan sobre ella, por lo que piensa que es bastante inexacta y que exagera muchas de las cosas. Creo, sin embargo, que la razón por la que ha gustado tanto al público (yo incluido) es porque se vuelve una buena brecha para comenzar a investigar más sobre Kaczynski, sobre su filosofía y sobre la forma en que repercutieron socialmente sus acciones e ideas.

Algunas de las reflexiones que muchas filósofas y filósofos han hecho a lo largo de la historia pueden ser aplicadas en cualquier momento si es que quieren pensarse las realidades presentes y las formas en que las vivimos. Y si bien no me es nada grato hacer spoilers, creo que no afecta mucho traer a cuenta un muy pequeño fragmento de La sociedad industrial y su futuro, texto que durante su proceso de búsqueda por el FBI, Kaczynski logró hacer público bajo el nombre de El manifiesto del Unabomber:

Libertad significa tener control (tanto como una persona o como miembro de un grupo PEQUE- ÑO) de los problemas de la vida y de la muerte de la existencia de uno; comida, vestido, refugio y defensa contra cualquier temor que pueda haber en nuestro medio. Libertad significa tener poder, no el poder de controlar a otra gente sino el poder de controlar la propia vida. Uno no tiene libertad si cualquier otro (especialmente una gran organización) tiene poder sobre ti, no importa la benevolencia, la tolerancia y la permisividad con que el poder pueda ser ejercido. Es importante no confundir libertad con la mera permisividad.

Con esta pequeña reseña no pretendo colocar a Ted Kaczynski como un hombre modelo que luchó por la libertad e igualdad social, al menos no como se ha visto con otros personajes reunidos en este número. Pero me parece que sí es un buen caso para mostrar que siempre, sin importar el lugar donde estemos parados, podemos (y necesitamos) poner en duda todo eso que siempre hemos dado por sentado y reflexionemos si realmente han sido benéficos aquellos “progresos” de los que tanto presume el ser humano.

Referencias:

http://www.fotogramas.es/series-television/Manhunt-Unabomber-opinion-serie-Ted-https://sindominio.net/ecotopia/textos/unabomber.html