1 minute read

Síndrome de lazaro

Next Article
God save the game

God save the game

Síndrome de lázaro

Por Pedro Lazcano

Advertisement

Tal vez casi todos los que somos católicos recordamos aquel hecho narrado por Juan en la Biblia, sobre cómo Jesús resucitó a su amigo Lázaro, ya que este fue el único milagro registrado en el Nuevo Testamento donde Jesús resucita a alguien. Es por esto, que la serie de hechos extraordinarios registrados en la antigüedad y en la actualidad en el que una persona después de no presentar signos vitales y posteriormente transcurrido cierto tiempo sus signos regresan a la normalidad se le denominó el Síndrome de Lázaro. Cabe mencionar que este hecho se informó por primera vez en la literatura médica en 1982, y el término fenómeno de Lázaro fue utilizado por primera vez por Bray en 1993.

Por lo tanto, el Síndrome de Lázaro también conocido como resucitación después de una reanimación cardiopulmonar fallida, es el retorno espontáneo de un ritmo cardíaco normal después de intentos de reanimación.

Una de las causas de este síndrome puede ser a raíz de una acumulación de presión en el tórax causada por la reanimación cardiopulmonar. Una vez que esta se detiene, la presión puede liberarse gradualmente y poner en marcha de nuevo al corazón dejando fluir la sangre y activando el flujo sanguíneo.

Otra de las causas puede ser una hiperpotasemia, en la que los niveles sanguíneos de potasio son demasiado altos y se puede generar un retraso en la circulación espontánea. Una vez que los niveles vuelven a la normalidad la circulación también lo hace y el cuerpo revive luego de estar unos minutos sin vida.

También podría ocurrir una recuperación espontánea del miocardio después de sufrir un evento isquémico. Independientemente de lo que ocurra, es un evento desagradable y un fenómeno nada común.

Por lo que este fenómeno, aunque no es muy común, nos plantea un dilema en cuanto a cuestiones legales y éticas que pueden afectar al médico encargado de determinar el momento de la muerte de un paciente, así como el momento en que deben suspenderse las maniobras de reanimación, o bien proceder a estudios o procedimientos post mortem, como la autopsia o la donación de órganos.

This article is from: