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La Neutralidad del Internet: La Extinción de la Libertad Digital

Por Daniel Alberto Zarco Manzanares

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El internet vio la luz por primera vez, en la década de los 90’s, todos los que accedemos a él hemos disfrutado de una privacidad clara y transparente, misma que nos ha servido para forjar una vida digital, esto es consultar nuestro correo electrónico, hacer uso de redes sociales, así como encontrar y producir diversos tipos de contenido en un amplio océano de páginas web.

Nuestra privacidad es uno de los aspectos más preciados que tenemos como individuos, sobre todo en los medios digitales. Cuando alguien tiene el privilegio de invadir nuestra privacidad, nos aborda una serie de emociones que nos obligan a proteger y resguardar nuestra integridad, en el caso digital, ya sea una fecha de nacimiento o nuestros gustos y preferencias en las redes sociales.

En el mismo sentido, en los últimos años la red ha experimentado una serie de protestas y revoluciones digitales. Estas últimas fueron provocadas por leyes que dañaban la privacidad y la libertad en el mundo digital y con las que se intentó controlar el contenido que se compartía en internet. El ser humano tiende a ser un ser social que necesita compartir, comunicar y transmitir ideas, ya sean verbales o no, por medio de distintos tipos de lenguaje. En el mundo digital no es la excepción ya que ahí se comparten opiniones, artículos, noticias y contenido multimedia, entre otros.

Continuando con los sucesos que dañaron la privacidad digital, hoy en día surgió un nuevo problema que nos afectará de manera directa al conectarnos y navegar en la red. La neutralidad del internet (Net Neutrality por su nombre en inglés), es una propuesta para poder controlar el acceso a los sitios de internet, la cantidad de datos transferidos y la disponibilidad de la conexión en una región delimitada mediante los convenios con los proveedores de internet.

Lo anterior implica que a cualquier usurario o grupo se le podrá regular el acceso a la red. Las compañías como Google, IBM y los grandes de Sylicon Valley podrán firmar contratos para tener exclusión y control de esa red, así como el poder de monitorear y redimensionar el acceso a través del proveedor del servicio a internet. Esto no es, en absoluto, algo lejano. A finales del año pasado, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (FCC por sus siglas en inglés), restringió la red en Estados Unidos por mandato de su actual presidente, Donald Trump. Con ello se trastocó la libertad digital.

En México la neutralidad del internet no tendrá efectos visibles en algún tiempo pero, posteriormente, conforme pase el tiempo, se podrá limitar el acceso a distintos dominios, páginas y servicios como Netflix, Facebook y YouTube. Queda en nosotros reflexionar si estamos dispuestos a que se nos condicione el acceso y uso de servicios, aplicaciones y páginas web. Tenemos, al menos, dos opciones: la primera es luchar contra esta ley; la segunda es rendirnos ante la corporatocracia de Sylicon Valley y los gobiernos poderosos. Al parecer, la libertad no es ya un derecho sino más bien un privilegio.

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