![](https://stories.isu.pub/89890825/images/55_original_file_I3.png?crop=583%2C437%2Cx0%2Cy408&originalHeight=845&originalWidth=583&zoom=1&width=720&quality=85%2C50)
2 minute read
El libro que no puede ser leído
Por Arturo Valtierra
A lo largo de la historia de la humanidad, la palabra oral y escrita han sido fundamentales para descubrir los secretos de nuestro pasado. Desde que, el ser humano aprendió a comunicarse entre sí, ha transmitido información valiosa de generación en generación con el objetivo de preservar el conocimiento adquirido con el paso del tiempo, sin embargo, no todos los libros tienen la finalidad de hacer público su conocimiento, tal es el caso El libro que aún no ha podido ser leído.
Advertisement
Así es, aunque no lo creas existe un libro, entre los cientos de millones de los que se tiene conocimiento, que no ha podido ser descifrado por ninguna persona. El Códice Voynich, como se conoce actualmente, es un manuscrito que data de principios del siglo XV el cual pasó por muchas manos hasta que un especialista en libros poco comunes llamado Wilfred M. Voynich lo compró a los monjes del monasterio de Mondragón en Italia, para añadirlo a su colección personal. El libro no estuvo mucho tiempo en la familia Voynich ya que, al morir Wilfred, su esposa lo donó a un coleccionista de arte, quien más tarde lo donaría a la universidad de Yale donde se resguarda y estudia actualmente. Este códice de 240 páginas, con alguna de ellas desplegables, ha sido dividido por expertos en 6 diferentes secciones: Cosmología, Astronomía, Biología, Farmacología, Botánica e incluso lo que parece ser un recetario entre sus páginas. Sin embargo, lo que hace aún más interesante a este libro es que cumple con la regla Zipf, la cual se puede explicar de la siguiente forma, según Goerlich G. y Francisco J. (2010) “si las ciudades fueran ordenadas de mayor a menor, la segunda ciudad debería tener la mitad de la población de la primera, la tercera en el ranking un tercio de la primera y así sucesivamente.” (p. 134). Esta regla se puede aplicar a cualquier texto que no provenga de una lengua no inventada, como las que aparecen los libros de ciencia ficción, ya que la palabra que más se repite duplicará en apariciones a la segunda palabra más mencionada y así hasta abarcar todas las palabras del texto.
Sin duda alguna, el códice ha despertado la curiosidad de cientos de personas, incluyendo reyes, criptógrafos expertos y aficionados, desde que fue descubierto hace más de 500 años. Esta misma curiosidad y deseo ha abierto la puerta a distintas teorías, unas más descabelladas que otras, pero la realidad es que hasta el día de hoy ninguna de ellas ha podido ser comprobada en su totalidad, aun cuando se ha utilizado la tecnología más avanzada, como el uso de inteligencia artificial para poder descifrar este enigma.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/210510235953-b2f95c159d5a790be11a118fa1ec9927/v1/a31204ff6edb56b8f7ead3167221c1e0.jpg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/210510235953-b2f95c159d5a790be11a118fa1ec9927/v1/60354a73f1d8785f8084bb3cce1842aa.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Puede que el Códice Voynich no sea más que una broma pesada que ha perdurado por siglos, o puede ser que realmente contenga en su interior secretos que aún aguardan ser descubiertos, de lo que sí podemos estar seguros, es que no estamos ni cerca de desentrañar este misterio.