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Cómo el CGI cambió la forma de hacer cine

CÓMO EL CGI CAMBIÓ LA FORMA DE HACER CINE

Por Josué Cruz

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El cine es el medio de entretenimiento más rentable en la actualidad. Contando con grandes producciones de enorme presupuesto que les permiten triunfar en taquilla y con la crítica especializada. La gran mayoría de éstas películas, si no es que todas, emplean diversos métodos o “trucos” para hacer más realistas sus escenas, y el favorito de todos parece ser el CGI, siglas de Computer-generated imagery, imágenes generadas por computadora por su nombre en inglés.

La historia del CGI tiene sus orígenes en el siglo pasado, más concretamente en el inicio de los videojuegos; la creación de sprites o los modelos clásicos que vemos en movimiento en la pantalla marcaron el comienzo de la animación en 3D, precursora del CGI. Conforme la capacidad de procesamiento de las consolas de videojuegos fue creciendo, también lo hicieron los gráficos de los juegos, pero no sería sino hasta la década de los 70’s cuando se emplearon por primera vez imágenes creadas por computadora en el mundo del cine.

Particularmente se empleó CGI 2D para la película de Michael Crichton de 1973, Westworld, una fantasía distópica en la cual existe un parque de atracciones ambientado en el salvaje oeste, repleto de androides caracterizados para hacer más amena la visita, pero todo se sale de control cuando dichos robots empiezan a tomar conciencia de sí mismos, misma trama que fue empleada en su remake como serie de HBO en el 2016.

Su secuela, Futureworld de 1976, es considerada como la primera en la historia en generar una mano robótica completamente en 3D por medio de CGI. Cabe destacar que dichos efectos no eran muy realistas, o quizá no lo parezcan para los cánones actuales, pero en su momento fue toda una revolución.

Westworld 1973

A partir de entonces, muchas películas comenzaron a emplear imágenes creadas por computadora, solo que lo hacían de manera moderada. George Lucas, en el año 1977 dio vida a una de las sagas cinematográficas más icónicas de toda la historia, Star Wars, haciendo su sueño realidad, contando la historia de un granjero que se une a un contrabandista espacial en busca de rescatar a una princesa y salvar a la galaxia, algo que no podría haber sido posible sin el uso de efectos especiales avanzados para la época, y claro, con ayuda del recién descubierto CGI. Sin embargo, los cineastas se mostraban reacios a esta nueva tecnología, no querían adoptarla y poco a poco su uso dejó de popularizarse, por considerar que el nivel de procesamiento computacional de la época no daba para la creación de gráficos más realistas.

No fue sino hasta el año 1993 cuando un ya reconocido director, Steven Spielberg, dio un salto en el avance de los gráficos por computadora, mismos que nos permiten disfrutar de éxitos taquilleros como Harry Potter, las películas del universo Marvel, e incluso se han empleado para series de televisión.

Michael Crichton fue el responsable de escribir una novela, muy parecida a su anterior trabajo, en el cual un empresario millonario decide apostar por la ingeniería genética que le permitiera revivir criaturas prehistóricas extintas, con el único fin de entretener a las masas, todo envuelto en un parque temático en una isla a kilómetros de tierra firme, su nombre, Jurassic Park. La novela fue todo un éxito en su tiempo, y es que Spielberg peleó contra otros cineastas para lograr hacerse con los derechos de adaptación de dicha historia.

Por desgracia, a pesar de tener una temática interesante, digna de ser adaptada al cine, la producción se encontró con ciertas limitantes, y es que no existía una forma en la cual poder recrear a los dinosaurios en la pantalla de una manera que se viera realista, recordemos que los efectos visuales no se habían desarrollado bastante por falta de interés. En primera instancia se pensó en emplear animatrónicos, robots gigantes que fueran realistas en cuanto a movimiento y apariencia, sin embargo, la simple construcción de estos resultaba demasiado costosa como para empezar a usarla. Fue entonces que Spielberg decidió por el stop motion, sin embargo, el resultado no terminó convenciéndolo por lo que decidieron intentar algo más.

Industrial Light and Magic , empresa creada por George Lucas para la realización de la saga de Star Wars, además de prestar servicios a diversos cineastas, eran los únicos en la industria que apostaron por la tecnología CGI, perfeccionándola con los años, por lo que prepararon un demo para Spielberg, quedando impresionado con el resultado, pues las nuevas técnicas de animación permitían un movimiento más natural, más creíble y sobre todo escalofriante, tres cosas que llevarían al rotundo éxito que tuvo la cinta.

Pero existía un pequeño inconveniente, la tecnología de la época no era de la mejor computacionalmente hablando, por lo que la renderización de dichas animaciones creadas por computadora podía llegar a tardar de 4 a 6 horas por encuadre. A pesar de todas estas dificultades, los efectos especiales de Jurassic Park se consideran excelentes, aún al día de hoy siendo considerados como uno de los mejores del séptimo arte. La película también inspiró a muchos cineastas a incursionar en proyectos que hasta ese momento parecían imposibles, debido a las limitaciones de los proyectos clásicos; George Lucas se animó a crear precuelas de su saga Star Wars, mismas que emplearon casi en su totalidad imágenes creadas por computadora; Peter Jackson trajo a la vida el universo fantástico de El Señor de los Anillos, y Stanley Kubrick finalmente pudo realizar 2001:Odisea en el Espacio, proyecto inconcluso por las limitaciones de la época.

Sin duda, las producciones actuales tienen mucho que agradecerle a Spielberg y a su equipo de animadores, por adelantarse a su tiempo y crear los primeros efectos especiales realistas en la historia del cine, mismos que al día de hoy siguen sorprendiéndonos, tanto así que ya se nos hace algo común en producciones cinematográficas, pues es muy raro que una película no emplee alguna técnica de CGI el día de hoy. Efectos que nos hacen reír, llorar, emocionarnos y seguir amando el cine.

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