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BlueSky LABORATORIO DE LABORATORIOS
Francisco RUIZ DE INFANTE Curadora invitada: Nekane Aramburu
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Fundación Telefónica
Espacio Fundación Telefónica
Agradecimientos
Eduardo Caride Presidente
Alejandrina D’Elía Gerente
Embajada de España en Argentina
José Luis Rodríguez Zarco Secretario general
Marcelo Marzoni Jefe de Montaje
Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX)
Mario E. Vázquez Tesorero
Julia Zurueta Asistente de Curaduría
Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA)
Juan Waehner Javier Nadal Ariño Francisco Serrano Martínez Carmen Grillo Federico Rava Manuel A. Álvarez Trongé Vocales
Silvana Spadaccini Asistente de Programación
Galería Elba Benítez (Madrid, España)
Josefina Pasman Cecilia Pitrola Equipo de Educación
Artium. CentroMuseo Vasco de Arte Contemporáneo (VitoriaGasteiz, España)
Cecilia Paganini Christian Funes Equipo de Montaje
Césaré Centre National de Création Musicale (Reims, Francia)
Federico Demateis Asistente técnico
Atheneum de l’université de Bourgogne (Dijon, Francia)
Miriam Méndez Asistente general
Le Centre des Rives / Autour de la Terre (AubervilleVaillant, Francia)
Jazmín Collado Castro Victoria Rodríguez Aragón Recepción
Sebastián Mirengo Maderas Delta
Carmen Grillo Directora Fundación Telefónica Bibiana Ottones Jorge Leiva Alejandrina D’Elía Gerentes
Leo Núñez José Trejo Jefe de Seguridad
Organización y producción de la exposición Nekane Aramburu Curadora invitada
Marcelo Marzoni Diseño de montaje
Alejandrina D’Elia Coordinadora general
Federico Demateis Asistente técnico
Julia Zurueta Marcelo Marzoni Producción
Ezequiel Verona Pablo Lepiane Cecilia Paganini Christian Funes Montaje
Allan Medina Roberto Jesús Paladino Juan Cuello Asistencia de montaje José M. Puccinelli Gustavo Papeschi Estudio Beccar Varela Asesoramiento legal
Esta muestra ha sido coproducida con SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España) y organizada conjuntamente con el CCEBA (Centro Cultural de España en Buenos Aires) ISBN: 9789872447557 © de la presente edición, Fundación Telefónica © de los textos, los autores © de las fotografías, sus propietarios Prohibida su reproducción total o parcial
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CON EL APOYO DE
Contenido
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Presentación Eduardo Caride Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Telefónica
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Ruiz de Infante en la era BlueSky Nekane Aramburu Curadora invitada
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¿Lo humano prisionero del cielo? Marie José Mondszain
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Capítulo FRI
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Obras en exhibición EFT BlueSky / Laboratorio de laboratorios
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Obras en exhibición CCEBA BlueSky / Taller de Re: presentaciones
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Biografía del artista
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Versión en inglés / English version
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El Espacio Fundación Telefónica presenta, por primera vez, un proyecto pensado y diseñado en torno a las telecomunicaciones, el cual es sumamente relevante, debido a que el artista ha trabajado en su investigación más de dos años, junto con el equipo de técnicos y profesionales del Centro Superior de Red de Telefónica de Argentina. Esta experiencia de trabajo en equipo, entre personal de la Empresa y el artista, resulta inédita dentro y fuera de esta Institución. Es poco habitual el cruce entre disciplinas tan diversas y complejas y, en especial, su traducción en una obra artística. Creemos que el resultado ha sido altamente satisfactorio, en primer lugar por el aporte e intercambio entre nuestros equipos de trabajo y el artista y, además, por la obra producida, donde se propone hacer visible lo invisible de las telecomunicaciones y poner en evidencia, a su vez, el sistema que interviene en el fenómeno comunicativo. Esperamos que esta propuesta sea disparadora para futuros proyectos similares en torno a un campo de alto impacto y desarrollo en nuestras vidas, y que, al mismo tiempo, permita poner de relevancia las posibilidades del trabajo interdisciplinario en la producción en el campo del arte y las nuevas tecnologías. Eduardo Caride Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Telefónica.
For the first time, Espacio Fundación Telefónica is presenting a Project devised and designed around telecommunications. This project has involved a considerable amount of work, since the artist has dedicated over two years to his research into this topic in association with the team of engineers and professionals from the Centro Superior de Red de Telefónica de Argentina. This experience involving teamwork between company personnel and the artist is unprecedented, both inside and outside this institution. Crossdisciplinary interactions between such different and complex fields of expertise are quite rare, more so if this collaboration translates into a work of art. We believe the results are highly satisfactory, firstly because of the cooperation and exchange between our work teams and the artist and, secondly, because the work produced attempts both to make visible that which remains invisible in telecommunications and to cast light on the mechanisms underlying the communication process. We sincerely hope this proposal will trigger similar projects in the future focusing on a field that plays such a key role in our daily lives. At the same time, we trust that it will help to emphasize the possibilities afforded by crossdisciplinary collaboration in the fields of art and new technologies. Eduardo Caride Chairman of the Board of Administration of Fundación Telefónica.
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Ruiz de Infante en la era BlueSky Un texto de Nekane Aramburu (con inoculaciones víricas de Francisco Ruiz de Infante)
Prólogo: Algunos puntos de inflexión y comprensión express para empezar
Una bruma blanquecina, húmeda y tan ubicua como las dudas y las sospechas enmarañadas en el software de nuestras vidas, cubre una extensa nave dividida en múltiples estancias y niveles unidos por tablones, precarias escaleras y puertas. En la trayectoria de Ruiz de Infante todo está interconectado. Ideas germinales, que aparecen como intuiciones en un momento, son desarrolladas como grandes temas en otros, hay caminos que se cierran, trenes de alta velocidad, pozos abiertos por la mano de un radiestesista pertinaz, charcos de aguas estancadas sobre los que flotan inertes hojas y bichos muertos, centrifugadoras, seres que están sin estar. Las luces aún permanecen encendidas. Veinte años no es nada. Podríamos situarnos en un único tiempo, el de la creación, o diseccionar en cuatro grandes períodos el trabajo de este artista fuera de formatoI que transita entre la instalación, las acciones efímeras, el activismo pertinaz y el video en su estado más experimental. Si consultamos su extensa bibliografía o los escritos que genera meticulosamente como un entomólogo tenaz, observaremos que la propia fluidez y transitoriedad del proceso creativo del autor, en apariencia serpenteante entre medios y módulos ubicuos, se revela finalmente como si viniera a emerger de un minucioso plan preestablecido. La genealogía de sus trabajos se inserta en grandes proyectos temáticos unidos por engranajes perfectamente sincronizados. Esta genealogía procesual engarzada por dispositivos invisibles de mecánica especular se divide en cuatro etapas: Castillos bajo el agua (19881992), Centro de tránsito para adolescentes (19921994), Los lobos (19942001) y, a partir de 2001, el Tronco ecosistemas. Unos momentos y otros se retroalimentan, como unidos a tubos de respiración o redes eléctricas pertenecientes a un mismo Tiempo, un tiempo donde la palabra Real ha perdido su significado. Antes de abandonar la pista de despegue es aconsejable comprobar los radares y las señales de la torre de control. Somos como nos hacemos, pero, sobre todo, somos de donde venimos y hacia donde intuimos que queremos ir. “He nacido en el norte de un país que se encuentra al sur. Pero ¿al sur de qué?”.II Una ciudad con poca luz y bastante agua. Pantanos, ríos, lagunas, lluvia. La ciudad del aparente bienestar con una lengua extraña que, prohibida, apenas se hablaba, una situación política convulsa, un período social concreto, un área separada de la ciudad por el río, la vida en familia, la televisión, muy tarde por la noche y muy pronto por la mañana. 8
I. Artes fuera de formato: las que difícilmente pueden medirse, pesarse, colgarse o guardarse; las que utilizan el tiempo, el cuerpo, el espacio, la imagen y el sonido como materiales maleables; obras en las cuales la presencia del espectador es a menudo un elemento sustancial del proyecto.
II. Gamarra Mayor, un pueblo situado a las afueras industriales de VitoriaGasteiz, País Vasco, en España. Una carretera de 4 kilómetros bordeada de fábricas de industria pesada separa la ruralidad moribunda gamarresa de la ciudad que no era aún la capital de Euskadi. Francisco recorrió cientos de veces esta carretera fascinante y peligrosa cada vez que la noche hacia desaparecer los autobuses. Las luces intermitentes de las grandes forjas, las llamas en las chimeneas y los ladridos de los perros le acompañarán siempre.
Encore je suis un enfant (serie homenajes), 1990. Instalación. Muestra de Arte Joven ’90. Museo de Arte Contemporáneo de Madrid
Homenaje: los falsos gemelos, 1990. Instalación. Muestra de Arte ’90. Museo de Arte Contemporáneo de Madrid
1991 (serie homenajes), 1991. Instalación. Germinations VI. Galerie Nationale. Budapest
El reformatorio (falsos gemelos), 1992. Instalacion audiovisual, 2 canales de imagen (det.). Visionarios Españoles. MNCA Reina Sofía. Madrid
Constelación de eclipses, 1995. Instalación (det.). Los huesos blandos. Galería Elba Benítez. Madrid
Una etapa formativa volcada en la pintura, la escultura, la música, el súper 8: sombríos presagios, la memoria, inventar polisemias. Leer. A finales de los 80, las AtmósferasFRI eran ya misteriosas e intrigantes; la exploración de nuevas fórmulas de construcción narrativa, un impulso tentador y necesario. El tiempo, una preocupación. El capitán deja atrás Batalla naval (Primera parte: el campo y los navíos), técnica mixta, y hace girar la nave hacia trabajos en video como Hacia el agua (1988), donde aparecen la muerte y los límites espaciotemporales. La fragilidad, siempre. El agua en todos sus estados. Del negro al blanco. Vapores y textos en una etapa muy literaria. Entre 1990 y 1991 se instala en París. Aún en la École Nationale Supérieure des Beaux Arts frecuenta el taller de Christian Boltansky. De la pintura al muro. Fuera y dentro. Los estados efímeros. El muro puede ser intervenido, rasgado, horadado, injertado e incluso atravesado. Las ventanas y las puertas, también. El espíritu de las cosas y algunos muebles. Los viajes son reales e irreales. Los mundos son líquidos. La sombra alargada de El Greco aparece de manera intermitente. Todo se acelera. El primer viaje: cuatro días (1992), CICV de Montbéliard. Primer libro de artista, Jardin blancJardin d’hiver. Escritura manual y tachones de una mano que ejercita y dibuja sobre el papel todo lo que pasa por la mente. Surge una gran exposición en la Sala Amárica, de Vitoria (1992), donde el tránsito es el motor: incubadoras e invernaderos translúcidos, humedad, electricidad y calor. Tiempo de escayolas y desequilibrios, instalaciones de espacios dobles con recorridos de ida y vuelta. Tiempo para la búsqueda vana de fronteras: lo real y lo imaginario se están fundiendo. El Greco de nuevo. Ha quedado claro que la infancia y la adolescencia son los momentos en los cuales las mentes mezclan realidad y ficción. Aparecen ya el Juego de los errores y las Dualidades autosemejantes. La fragilidad lo invade todo. Algunos perros transitan por sus videos. En sus imágenes no vemos seres humanos, sino fragmentos de cuerpos. Los textos acompañan a casi todo, el lenguaje y la literatura son las maneras de empezar a entender y afrontar cuanto sucede alrededor… aunque a estas alturas ya sabe que el texto es una quimera. Con la primera instalación monumental (El reformatorio –Falsos gemelos–) se impone el deseo de construir una casa. A partir de ahí, muchas construcciones efímeras. Las instalaciones son obras que denominará como “trabajos de manos sucias”. Escayolas y tiritas. En 1993 se instala definitivamente en Francia. Realiza el video Las cosas simples, cerrando un bloque, y tras él empieza a trabajar en el ciclo Los lobos. La instalación audiovisual Los paseos nocturnos (Ménagerie de Verre, París, 1994) sincroniza por primera vez video, audio y luz; el espectador desorientado empieza a caer en trampas. Sus trabajos en blanco, poco a poco, se cargan de eclipses: La constelación de eclipses (Galería Elba Benítez, Madrid, 1995). Las sillas vacías aumentan en número y tamaño. Las ausencias cada vez se hacen más pronunciadas. Las instalaciones “de manos sucias” adquieren, fabricadas en la improvisación del in situ, vida propia según van construyéndose. Por otro lado, los trabajos “de manos limpias” son esos videos monocanal que se edifican lentamente con el vértigo de verse cerrados irremisiblemente. Imágenes y sonidos dan lugar a historias plagadas de dobles sentidos. De nuevo los estados transitorios. Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco… ¡Hipnosis! En el video Las cosas simples, el lenguaje y la literatura, el sonido extraño e inquietante y los niveles del YO habían sido largamente desarrollados. Entre lo autobiográfico y lo poético pasa lentamente del monólogo al “falso diálogo” (ese en el cual las voces hablan una detrás de otra sin escucharse realmente). Así pues, aparece la multiplicación de las voces en off de la banda sonora. Con Los paseos nocturnos (versión monocanal, 1994) la naturaleza es sospechosa… y la telepatía también; hay que desconfiar tras la aparición por primera vez del TÚ en los textos. ¿Quién eres tú? En 1995 se compra una cámara microscopio: el mundo puede verse de cerca. Con un abismo tan próximo y fácil de atrapar, aparece el peligroatracción de las imágenes abstractas. 9
Nuevos dispositivos y lentes tentadores irrumpirán más tarde como recursosinstrumentos para capturarmanipular la realidad. El sentido de “viaje mental” que acompaña a sus trabajos puede convertirse en un viaje real. Todo desemboca en un largometraje: Los lobos (1995), un viaje iniciático realirreal donde el tiempo se diluye orquestado por unas ciertas reglas de supervivencia. “Ver y entender sin ley entrando en un estado de observación alucinatorio”. La audiencia, es decir, el tú/yo, tendrá que someterse. “¿Para sobrevivir es necesario aprender los mecanismos de la violencia?”. Imágenes y textos dominan un complejo laberinto audiovisual del que deberíamos de saber que sus dos personajes principales (el arquetipo de guía y el de aprendiz) son múltiples. Interludio Otras dos líneas paralelas, pero no menos importantes, se dibujan en las Trayectorias-FRI desde su llegada a Francia. –A partir de 1993 se involucra en la asociación de artistas Autour de la Terre, relacionada con el video independiente y la música electroacústica. Con este grupo (reunido para la reflexión, creación, difusión e invención de nuevos contextos ligados a las artes audiovisuales experimentales) irá evolucionando hasta intervenir hoy, fundamentalmente, en entornos rurales. En 2003 las cosas en este campo de trabajo se concretan con la creación de Le Centre des Rives (el centro del borde) en Haute-Marne, en colaboración con Ermeline Le Mézo. –También desde 1993 empieza a trabajar en contextos ligados a la pedagogía (talleres, seminarios, workshops). Las escuelas de París, Burdeos y, especialmente, la ESAD de Estrasburgo (Escuela Superior de Arte en la que es actualmente profesor) serán caldo de cultivo para poner en práctica fórmulas experimentales para la transmisión del arte. “El acto pedagógico debe ser un acto de creación en todos los sentidos del término… incluso en los más difíciles de nombrar”, apunta al hablar de su territorio de investigación con el Grupo ART3 de Estrasburgo (fundado con los artistas Pierre Mercier y Eléonore Hellio en 2000). La labor de “maestro” le ayuda también a interpretar y entender otras secuencias de la vida y la creación.
A finales de los años 90, aparece el deseo de organizar los “modos de hacer” (ya que las series temáticas siempre habían estado presentes). Surgen así las obras construidas según el “método”, Banco de ensayos, que se inicia en el 97 en Madrid. Todo espectador es actor para los otros, la percepción es puesta a prueba; el que mira es mirado. Distintos experimentos en el territorio de las artes escénicas son su nuevo campo de batalla. Comienza colaboraciones con el coreógrafo francés Loïc Touzé: A menudo en el bosque (1997), Un bloque (1997), Si hubiera lugar (19992000). Y más tarde establecerá fértiles diálogos de creación con el músico Christian Sebille. Las instalacionesexposiciones se hacen tentaculares. Los sonidos de supervivencia (CAC La Ferme du Buisson, París, 1997) será una muestra clave en este nuevo terreno de trabajo. Recorrer los EspaciosFRI es ahora una experiencia físicosensorial en lucha necesaria con la percepción intelectual. “Dejarse llevar”… pero ¿a dónde? Interactividades básicas on/off. Relaciones complejas con el visitante de la sala de espectáculos. Sonidos estridentes o amenazadores. Lo “extraño cotidiano”. Aceleradores del inconsciente. Empieza a aparecer profusamente el término “laboratorio” como “modo de exponer” (“Un laboratorio debe estar por debajo de un granero y por encima de una bodega”, dirá Diderot en su Enciclopedia). Los trabajos desarrollados desde 2001 empiezan a abrir paso a nuevas ideas. Algo está pasando. Aparecen aquí algunas nociones amorales (malas hierbas, semillas inciertas, equilibrio, inestabilidad y un interés más agudo por los sistemas de relación vegetales, animales y humanos). 10
Bestiario 1, 1998 Instalación interactiva Onoff. La Habitación de lenguajes. MNCA Reina Sofía. Espacio Uno. Madrid
S’il y a lieu, 1999 Espectáculo con la Compagnie danza 391 / Loïc Touzé. Scène National La Ferme du Buisson. Noisiel. Paris.
Imágenes del proyecto La edad de las serpientes Instalación audiovisual en evolución permanente desde el 2002
Disco Duro Instalación interactiva Onoff. 2001 Gaur Hemen Orain. Museo de Bellas Artes de BILBAO
Se fragua el libro Carnet de terrain nº 1 (2003) para dar un cuerpo atemporal a todo un programa de acciones que irán desarrollándose a lo largo del tiempo y el espacio en el nuevo ciclo temático: el Tronco Ecosistemas. Al instalarse en 1998 en Auberive, un área extremadamente rural (tres habitantes/kilómetro cuadrado) de la HauteMarne francesa, sus trabajos sobre la relación de escala empiezan a adquirir sentido y, sobre todo, comienza a pensar seriamente en la “ficción del saber enciclopédico”. Con Ecosistemas emprende la organización de subsistemas dominados por la arborescencia y la hipertextualidad. Dentro de esta especie de “organización de materias” empieza a desarrollarse el Proyecto Index con una idea de por medio: “Las cosas solo existen por el hecho de nombrarlas” (Jean Piaget). Index será el laboratorio experimental para la generación y el control de interconexiones de significados que dará lugar a una serie de acciones expositivas, editoriales y audiovisuales. Es el momento de las traducciones, los lenguajes reales o inventados. Diccionarios y glosarios inspiran, ayudan, complican y colaboran para sistematizar una realidad densa, angosta, tremendamente furtiva. Durante este período, algunas constataciones se imponen: –El tiempo real puede ser manipulado, como en la aceleración y ralentización de Predador (Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, 2000). –Los juegos y las reglas también son maleables: La construcción del puzzle y Sabotaje nº 2 (Guggenheim Bilbao, 2000), Explicando colisiones (EACC, Castellón, 2000; Milán, 2001), El placer de cazarse (Donostia,San Sebastián 2001). Los dispositivosdejuegoFRI devienen un campo de entrenamiento y aparecen en su obra de manera intermitente. Las normas de seguridad (una de las principales reglas del gran juego del control) pueden ser saboteadas. Looking for a place (III Bienal de Santa Fe, EE.UU. 1999), Dobles juegos. Non lieu nº 2 (Río de Janeiro, 2001). En 2000 trama un largometraje (que él quisiera amoral) sobre el espinoso tema del terrorismo. Es la época de la muestra Roble macizo (Galería Windsor, Bilbao). Pero el tiempo se acelera de nuevo, y en 2001 las Torres Gemelas se han caído. En octubre de ese mismo año nace de manera abrupta el video Colisiones sin título y abandona el proyecto de largometraje. La exposición y el libro Black Sky (La Gallera, Valencia) se fraguarán entre 2001 y 2003: humo de trincheras, chapapote, bombas en estaciones. Un cielo negro y falso avanza de forma acelerada. Comienzan a aparecer evidencias claras de la existencia de los “discos duros”. El primero, en la muestra colectiva Gaur, emen, orain (Museo de Bellas Artes, Bilbao, finales de 2001). Dispositivos de vigilancia audiovisual para capturar las anomalías del tiempo y el espacio son utilizados a partir de ahora con prolífica asiduidad. Frontalidad, circunvalación e inmersión. Fallas en el sistema. ¿Flashback premonitorio? Un BlueSky / Red ExiT se verá en la exposición Trembling (Museo de la Universidad de Houston, 2002). Aquí aparece la primera idea de cielo azul certificada por la pintada en la pared de la quinta sala. Tareas de alquimista.
El placer de cazarse, 2001. Instalación audiovisual interactiva, dos canales de imagen (det.). Arte y ciencia. Museo de la Ciencia. San Sebastián
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Sabemos contar hasta mil haciendo un agujero, 2004. Exposicionperformance 12 h (vistas generales). Nuit Blanche. Hôpital SaintLazare. Paris
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III. http://cvc.cervantes.es/ artes/p_corrientes/expo2. htm
En estos momentos sus “performancestest” (otro de los “modos de hacer” que habían comenzado como de rodajes vagabundos vinculados a acciones del Proyecto Index) cobran más importancia pública como espacios probeta para verificar la relación entre lo real y lo irreal. Las accionestest se realizan en “puestos de observación” compuestos generalmente por una mesa, una silla, una máquina y una lámpara. Entre 2003 y 2006 produce el net.art Index: GlosarioAtlas para el proyecto Palabras corrientes del Instituto Cervantes.III Muy cercano, en la Nuit blanche de Paris (2004) realiza su primera “ficción urbanística”: un “environnement” evolutivo y una acción colectiva que evidencia en su título que Sabemos contar hasta mil en el momento de hacer un agujero. Todos sus proyectos presentan un carácter tentacular e inevitablemente tienden a las apropiaciones del espacio nomuseístico como campo de pruebas. El acto artístico ligado a la construcción del Collège de la Rochotte (libro Álbum de trayectorias, Chaumont, 2007) pone en relación tiempo y espacio utilizando técnicas semietnológicas. Con el proyecto La piedra de Nueva York (20042005) logra traducir una misma obra a varios géneros: del video monocanal a la performance musical (con el compositor Christian Sébille) y, más tarde, a la instalación interactiva. Los espacios probeta para las “ficciones urbanísticas” siguen desarrollándose: Empuja empuja, proyecto realizado junto con Pierre Mercier en las líneas abandonadas del tren que atraviesa la ciudad de Kinshasa (República Democrática del Congo, 2007), y Eje, polo y centro, performance y exposición para Test Madrid en Matadero (Madrid, 2005). En estas obras, el lugar imaginario se mezcla con el análisis de la percepción de la realidad. El zoom. Los animales, materia prima y tema intermitente en su trabajo (en este momento, particularmente los insectos), son estudiados y analizados con precisión milimétrica; con ellos el texto vuelve a cobrar importancia. Un nuevo dispositivo como interfaz: las Mesas amplificadas aparecen en la exposición del FRAC ChampagneArdenne (Reims, 2007), evidenciando algunas constantes en sus próximos trabajos: las instalaciones de cuartos semiabiertos, pasillos, cámaras y túneles se vuelven más complejas en recorridos laberínticos a la vez tecnológicos y orgánicos; las mezclas de sonido se hacen invasoras. Las instalaciones, donde los tendidos de cables y parches se multiplican, son “dibujos habitables”. Con la gran exposición +Insectos (CA La Panera Lérida, 2007) la forma y el fondo serán sincrónicos, al evidenciarse en la suite de instalaciones interconectadas las tramas de los sistemas organizativos y las microcomunidades amorales e imperfectas de los insectos. La evolución del proyecto La edad de las serpientes (MAMC de Estrasburgo, 2002; PTA de Ámsterdam, 2003; MEIAC de Badajoz, 2008, y ZKM de Karlsruhe, también en 2008) muestra una vez más su fascinación por los elementos conectados entre sí en el espacio tiempo ficcional del temor y las dudas en un mundo peligrosamente en red. Mientras preparamos esta muestra que abarca los últimos años de investigación, se infiltran el azul y el complot. El Tronco Ecosistemas ha dado lugar a BlueSky. Ya no hay puertas ni ventanas, solo el velo compacto y cristalino de las pantallas interconectadas. El error. El tiempo ha desaparecido porque en un instante están todos los tiempos. La muerte se programa, los diálogos son polifónicos y desincronizados, la contaminación es vírica, la naturaleza muta, fagocitada por un mundo dominado por máquinas que dialogan entre sí, y el cuadro blanco de Malevich sampleado a lo largo de los frames de sus primeros trabajos adquiere vida propia en su estertor final. Todo es mentira, hemos entrado en la era BlueSky.
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Érase una vez en una galaxia muy, muy lejana... (algunas pautas para la teletransportación)
BlueSky se va fraguando dentro del eje temático “Ecosistemas” y evoluciona de forma paralela hasta que, en un momento impreciso, adquiere todo el protagonismo del proyecto porque sintetiza los resultados y las vías de investigación creativas más fértiles y sofisticadas surgidas a partir de 2001. La tinta azul r0v0b255 255 de un cartucho explotado en algún momento del muelle helicoidal espaciotiempo poco a poco ha empapado e invadido todo. Por eso no es de extrañar que, siendo una de las ramas más inquietantes del tronco “Ecosistemas”, retome la idea del Laboratorio de ficciones, un organismo que piensa y se piensa en un mundo alienado por la realidad subjetiva, la manipulación, el miedo, la autosugestión y la caza del error. Desde este laboratorio múltiple, se empieza a idear un cierto complot donde uno puede imaginarse a científicos, artistas, poetas, filósofos o incluso economistas trabajando para intentar detectar, a través de extrañas experiencias, los túneles que entrelazan polisemias vertiginosas. La historia de BlueSky podría empezar de la misma manera que el primer capítulo de la novela Neuromante, de William Gibson, quien por otra parte acuñó el término “ciberespacio”: “El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto”.1 Salvo que en este caso el espacio en el que transitamos es una plataforma llena de trampas para la percepción. En nuestro planeta, el único cielo que se manifiesta es aquel que viene perfilado por los tonos pictóricos y por las historias y leyendas míticoreligiosas. Claude LéviStrauss ha sido uno de los pensadores que ya analizaron esta separación entre la capa atmosférica y la corteza terrestre como eje de referencia físico y simbólico. Con la aplicación de las leyes de la perspectiva lineal en la primera mitad del Quattrocento, las divisiones entre el arriba y el abajo quedaron acotadas, a la par que su forma, luz y color. Físicamente, la tonalidad del cielo se debe sobre todo a la interacción de la luz del sol con la atmósfera. Como color, el azul ha sido siempre un símbolo de representación y metáfora. La historia del arte lo sabe y lo hizo suyo. Así, no son de extrañar declaraciones como esta de Renoir: “Una mañana uno de nosotros, careciendo de negro, se sirvió del azul: el impresionismo había nacido”,2 o que la Fondation Cartier consagrara a ello, en 1993, una exposición, Azur, con todas sus variaciones de pantones y nombres de artistas posibles. 14
1. Gibson, William, Neuromante, Barcelona, Minotauro, 1989, p. 11.
2. Renoir, Auguste, citas recogidas por G. Coquiot, en Dictionnaire de citations françaises, t. 2, Les Usuels du Robert, Paris, Robert, 1993.
Cartel de la película Pierrot le fou, de JeanLuc Godard
3. Jodorowsky, Alejandro, Psicomagia, Barcelona, Siruela, 2004, p. 73.
4. Šklovskij, Viktor, “El arte como artificio”, en Teoría de la literatura de los formalistas rusos, compilación de Tzvetan Todorov, tr. Ana María Nethol, México, Siglo XXI, 10ª ed., 2002, pp. 60 y 65.
5. Ibid.
El azul, a la par que se manifiesta más intenso y claro en el cielo, hace incrementar proporcionalmente el grado positivo de la afirmaciónestado, por contraste con un cielo gris cargado de nubarrones. Un cielo azul es una terapia y una puerta al paraíso. El uso dado por la publicidad, políticos, sectas religiosas, cadenas de televisión y bancos da buena cuenta de ello. Un envoltorio frío para arropar la ilusión. En el polo opuesto, algunos ejemplos destacados sobre todo por afinidad y sincronía con el propósito de Francisco Ruiz de Infante. En Pierrot le fou, de JeanLuc Godard, una triste, brillante y críptica película de transición entre dos etapas del cineasta, la pantalla se vuelve de pronto monocromática, toda roja o azul. El azul ya no es HappyBlue, sino que se transmuta en paradigma del drama al ser utilizado en diversas asociaciones a lo largo del film, especialmente cuando Ferdinand/Pierrot/JeanPaul Belmondo se pinta el rostro de ese color con la idea del suicidio, vinculándolo así a la desesperación absoluta y la muerte. Como algunos saben, los ordenadores también “se pintan de azul” antes de morir (http://es.wikipedia.org/wiki/Blue_screen_of_death). Todo se fabrica en nuestro cerebro, ya lo dicen en las consignas de los libros de autoayuda; nosotros creamos nuestra propia realidad, algo que ya en otro sentido nos transmitió el viejo sofista griego Protágoras de Abdera cuando afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son y las que no son. Vivimos inmersos en un gran simulacro; eso es estar en el BlueSky, reconocer que nos rodea una gigantesca holografía de un mundo caótico y atomizado pero por la que aún podemos deslizarnos con menos riesgos si logramos entrenar nuestra percepción y comprender. Platón proclamó que caminamos entre ser y sombra, y quizás ahora más que nunca ambos mundos están mezclados. Hemos sido condicionados para acatar y asumir que el mundo exterior, sus giros y señales son reales, pero el sistema de suposiciones inculcadas y que creemos verdaderas puede no serlo. Hemos visto que, a través de sus obras, Francisco Ruiz de Infante trabaja con la percepción en el espectador y los mecanismos receptivos. El sistema subjetivo de valores que interesaba a Jung y el lenguaje alegórico de los sueños aparecen de forma reiterada en sus piezas. Alejandro Jodorowsky insiste en que “la realidad funciona como un sueño”. Según esta teoría, es posible actuar durante el sueño y trabajar sobre sus contenidos; es lo que llama “entrar en el sueño lúcido”.3 Entre el magma de imágenes de los trabajosFRI, el espectador busca fragmentos de realidad, anclajes para reconocer algo familiar y próximo que le ayude a entender. Sin embargo, sus estrategias le orientarán a vías insospechadas. En el formalismo, movimiento ruso de teoría de la literatura y crítica literaria (1914 1930), se abordan la ruptura de automaticidad de la percepción y los recursos literarios que la permiten. Uno de sus primeros teóricos, el escritor Viktor Šklovskij, introdujo el término “extrañamiento”. El extrañamiento parte de la concepción del arte como “un medio de experimentar el devenir del objeto”,4 es decir, que la dificultad y duración de la percepción de la obra artística debe prolongar sus efectos, y, para ello, “es necesario crear una percepción particular del objeto, crear su visión y no su reconocimiento”.5 Se trata de llegar a la desautomatización de la percepción. Como ellos, FRI se propone hacernos extraños los objetos e imágenes cotidianas, incrementando la dificultad y la extensión de la percepción de la realidad. Esto dará lugar a la inmersión en la desautomatización, un estado donde el ser y su representación, significante y significado, el espectador o lo observado se confunden. El espacio expositivo se convierte en el lugar último de la transmisión y la comunicación de la experiencia. Wittgenstein sostenía que la verdad es una representación, y la forma más adecuada de mostrar este “BlueSky” es darle el formato de una empresa, entre lo real y lo imaginario, con un gran neón por delante como el de cualquier corporación multinacional. 15
Francisco Ruiz de Infante crea una ficción para hablar de ficciones en la era del storytelling. De los distintos bestsellers de storytelling se deduce una cosa: la gente no quiere información, lo que quiere es creer. Roland Barthes y la parisina Escuela de Altos Estudios insistían en que el relato es una de las grandes categorías del conocimiento para entender y ordenar el mundo Según la teoría del storytelling, el orden establecido, “la realidad está ahora envuelta por un red narrativa que filtra las percepciones y estimula las emociones útiles […] el storytelling establece engranajes narrativos según los cuales los individuos son conducidos a identificarse con unos modelos y conformarse con unos protocolos”.6 De esta manera, las “campañas” publicitarias han sido sustituidas por las “secuencias narrativas”. Dos ejemplos claros. A partir de una anécdota de la vida de Kafka, Paul Auster retoma en su novela Brooklyn Follies la historia de una niña que había perdido su muñeca, y para la que acaba desarrollando toda una serie de aventuras con objeto de que olvide su pena y de darle a entender que, aunque lejos y con otra vida, aún continua añorando a su dueña. “Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir”. Más próximo al mundo del arte, podemos recordar la conocida acción, en septiembre de 2003, del grupo 0100101110101101. ORG, integrado por Eva y Franco Matte, demandados por Nike, la multinacional de productos deportivos, al haber generado una alucinación colectiva en una de las principales plazas de Viena, la Karlsplatz, donde, rebautizándola como Nikeplatz, simulaban que la firma estaba comprando los principales centros de las ciudades como operación publicitaria. “El marketing narrativo confiesa ser una empresa de sincronización de ‘visiones del mundo’ que pueden ser antagónicas en términos políticos o religiosos, pero que se reconcilian en el gran escenario del mercado mundial”.7 La palabra “propaganda” es un término latino que alude a aquello que debe ser propagado, relativo a la fe y las creencias, misterios y milagros, no al conocimiento objetivo. Si vamos más lejos, se reconoce como secuela estratégica de la tradición oral de toda la vida, en las llamadas organizational storytelling, una fórmula por la que la empresa viene a ser una organización narrativa generadora y propiciadora de relatos regulados y controlados y apoyada en la difusión viral de las historias. La ficción se extiende por todo con las tramas más insospechadas. Sharon Ghamari Tabrizi realizó un estudio sobre las convergencias y frecuentes relaciones del Pentágono, el Departamento de Defensa norteamericano, y Hollywood. Uno de los ejemplos más conocidos se produce en el marco del Proyecto Camelot, en 1965, cuando el Departamento de Defensa encarga a Abt Associates de Cambridge, Massachusetts, un juego de simulación destinado a prevenir y atajar una supuesta guerra civil en un país imaginario de América Latina. Este juego, llamado Política, se focalizaba en la figura de Salvador Allende, y en 1973 sirvió a la CIA para su acción en Chile. La idea de que la ficción precede a lo real y de que la información propagada por los medios de comunicación también es una realidad manipulada e inventada viene a ser algo muy extendido y asumido. La manera en la que, por ejemplo, trabaja Fox News no deja de ser un ejemplo curioso, puesto que empieza con una nota que la dirección envía a sus empleados por la que éstos deciden qué historia contar como protagónica ese día. Pegan las noticias a la historia, invirtiendo el trabajo periodístico y produciendo narraciones para hacer felices a los telespectadores. Con la aparición de nuevas maneras de narrar y transmitir como los SMS, YouTube o los blogs surgen otras fórmulas para crear fake news que se extienden en cadena planetaria, fabricando desde un nuevo poema inédito de Neruda a informes del Vaticano sobre ovnis. Al más puro estilo Fahrenheit 451, la sociedad infantilizada es controlada tanto por la publicidad, basada en historias de objetos y por objetos, como por los poderes fácticos que manejan con argucia el patrimonio mágico y fabulístico de los libros de J.R.R Tolkien, 16
6. Salmon, Christian, Storytelling, La máquina de fabricar historias y formatear las mentes, Barcelona, Península, 2008, p. 38.
7. Ibid., p. 63.
J.K. Rowling y los hermanos Grimm. Todos estos mitos y cuentos, desde El Golem a Superman, pasando por algunos tan próximos a los referentesFRI como Alicia en el País de la Maravillas, Peter Pan o Pinocho, son el suero que alimenta la Gran Fábula. Como máximo exponente de todo ello ha surgido en poco tiempo un número incontable de series de películas y libros que, utilizando elementos de la física cuántica iniciada por Heisenberg y aderezadas con opiniones de científicos y gurús, intentan promulgar un nuevo modelo de ciencia que induce al individuo a crear su propia realidad a través de la voluntad.
BlueSky Espacio Fundación Telefónica. 2009 Edificio original de la Central Juncal.
BlueSky/Red Exit Instalacion, (det). 2002. Trembling, Blaffer Gallery. Museo de la Universidad de HOUSTON
Con todos estos ingredientes, es preciso entender que los espacios expositivos del proyecto BlueSky se han configurado para convertirse en el lugar último de la transmisión y la comunicación de la experiencia, un lugar para las percepciones amplificadas. El Espacio Fundación Telefónica, BlueSky / Laboratorio de laboratorios está constituido por una amplia serie de dispositivos que invaden las dos plantas de la Fundación y algunos anexos insospechados. En el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) de la calle Paraná surge BlueSky / Taller de Re:presentaciones. Esta muestra acoge un gabinete de dibujos (en el sentido más amplio, expandido y experimental del término) y una inquietante mediateca. El Taller del CCEBA complementa, en cierta medida explica y en todo caso da réplica a lo que ha sucedido y sucede en el Espacio Fundación Telefónica. Todo ello constituye un recorrido de instalaciones en el cual es tenida en cuenta la “dramaturgia de la visita”, mediante el uso de varias estrategias: repetición de elementos para crear ritmos y memorias visuales, utilización de los mismos materiales pero de diferente manera, presencia evidente y ostentosa de máquinas audiovisuales y distintos tipos de relación con el espectador (participativa, frontal, inmersiva, discreta, espectacular…). Pensemos que los componentes que la integran son: – La serie de videos BlueSky, que supone un punto de inflexión en el trabajo en monocanal de Ruiz de Infante, con nuevos hallazgos e investigación en las formas narrativas experimentales. – Las instalaciones. Aunque cada una guarde independencia como laboratorio, la noción de “exposición habitable” las intercomunica (centro de mandos, biodôme, banco de ensayos, banco de pruebas, acelerador de agitaciones, simulador de vuelo…) y las controla entre sí. – Contaminación audiovisual en espacios intermedios y residuales. – Centro de documentación, registro y divulgación de la plataforma BlueSky (tienda, mediateca, espacios para la socializacióncompresión). – Ediciones especiales, desde intervenciones en este catálogo hasta el desarrollo de salvapantallas, Internet y otros productos, como la huellaregistro del proceso. Por toda la exposición aparecen alusiones y anclajes a otras piezas realizadas con anterioridad, por ello no es una retrospectiva al uso sino un compendio de asociaciones y referencias trabajadas durante estos años que culminan en un proyecto evolutivo. Por eso, nos sentiremos familiarizados con las fórmulas de abordaje para capturar una realidad alienígena, los elementos técnicos como recurso, su capacidad de comunicación, la semántica de los cables o los materiales constructivos. El primer BlueSky apareció en 2002 como el reverso de Red ExiT, dos estancias contiguas en la muestra Trembling de la Blaffer Gallery del Museo de la Universidad de Houston. Un suelo negro, una pared a medio pintar, una mesa, una silla, una boca de refrigeración (no olvidemos que es el momento de la psicosis por el ántrax), algunos focos portalámparas, una pintada en dos líneas en la pared, la sensación de países confrontados, perdidos y frágiles, como nuestras vidas. Con las nuevas obras, aun manteniendo constantes los estratos que activan sus sistemas de referencia y su proceso creativo, Ruiz de Infante introduce nuevos temas y recursos estilísticovisuales. Su interés por los estados transitorios (infancia/adolescencia, el agua y 17
sus alteraciones físicas) aparece ahora bajo nuevas inquietudes: la pérdida de la energía y su transformación, y el tránsito hacia la muerte con la idea de suicidio programado. Se denomina “apoptosis” al momento en el que una célula decide invertir el tiempo y reprogramarse para morir; se encoge, aniquila sus proteínas básicas y desmonta su propio ADN. Un acto de generosidad donde el suicidio da vida y que suele producirse cuando una célula detecta que su ADN está dañado, es defectuoso o hay un error. Intuimos algo parecido en el tríptico B.S.o.D. formado por tres videos sincronizados donde averiguaremos que tres pantallas hablan y se comunican entre sí para caminar hacia su desactivación total. La obra que se piensa, piensa, observa o es observada, se vincula a la paradoja de lo que representa y ve, aparecerá diseminada por todas las estancias bajo diferentes formas, inoculando en el espectador la duda y las sospechas de que algo funciona de otra manera. En la historia del video de creación recordamos otra pieza, Sumas y restas (1978), de Gary Hill, grabada en tiempo real, que presenta tres imágenes fijas que se alternan y cambian con los sonidos progresivamente, vibrando y superponiéndose. Ruiz de Infante comparte diversos puntos en común con la obra de Hill, no sólo por los experimentos en la sincronización de imágenes, textos y gestos o por los hallazgos relativos a la acústica y lo visual. En ambos, instalaciones y videos interrogan sobre la propia naturaleza de la percepción; sus signos lingüísticos y electrónicos se funden con aparente sencillez para indagar en las dimensiones de lo real, y a través de ellos el video será la herramienta de pensamiento y deconstrucción. Para Hill, “el trabajo con video abarca un espacio de reflexión en el campo de la electrónica e incluye procesos de preguntasrespuestas”.8 Con estos últimos trabajosFRI nos zambullimos, vulnerables, en el tiempo de cada obra con la única arma de nuestros sentidos, atentos a las señales auditivas y a las pistas que pueda detectar la mirada. Nuestra retina tiene que aprender a ser rápida y reaccionar. Tal y como afirma Jacques Aumont respecto de la percepción, estructuración y rememoración de la imagen: “El tiempo ocular, por articulado que esté en segmentos mensurables y, a veces, previsibles, no es un tiempo mecánico. Incluso las situaciones más elementalmente experimentales demuestran que un ojo no vaga por la superficie de una imagen, sino que siempre hay una mirada que se dirige y que, las más de las veces, es dirigida”.9 Los videos (imágenes mentales reconstruidas) de la serie BlueSky son secuencias audiovisuales en el espacio, producidas específicamente para la muestra. Estos videos nos adentran en el complejo mundo de la cibernética y se manifiestan con comportamientos formales que alteran el intraframe, operan hipnóticamente con códigos criptográficos y semántica en capas entrelazadas por misteriosos túneles. En esta etapa se mantienen las experiencias cotidianas, anclajes objetuales, metáforas o signos entre lo onírico y lo real, pero profundizando con mayor intensidad en otras dimensiones de la percepción de la realidad. FRI nos conduce a un estado donde intuimos que las máquinas pueden ser armas peligrosas, que atrapan con el ritmo vertiginoso de sonidos, bandas acústicas y balizas visuales. Las bandas sonoras, intensas y barrocas, incorporan ahora canciones de la cultura pop. Los textos son el canal verbal que dialoga entrecortadamente, o bien se presenta como el signo de error emisario de una historia a punto de extinguirse. Aparecen también con intensidad los códigos de sonidos procedentes de sistemas de transmisión o interferencias y chasquidos emitidos por máquinasseres que van adquiriendo protagonismo y dominando el espacio. Se interesa por estos sistemas de transmisión en un solo sentido como radares o sistemas morse donde un repetidor recibe la información y la transmite. Los nuevos medios de comunicación electrónicos que se expanden tan aceleradamente desde mediados de los 90 han dejado en el olvido experimentos fallidos, a veces ocultados por la historiografía oficial, pero que abrieron 18
Célula en apoptosis
8. Morgan, C. Robert (ed.), Gary Hill, Baltimore, The John Hopkins University Press, 2000, p. 64.
9. Aumont, Jacques, El ojo interminable, Barcelona, Paidós, Colección Comunicación Cine, 1997, p. 63.
Nikola Tesla en el laboratorio de Colorado Springs. Foto: Tesla Memorial Society. Nueva York
IV. Desde 2007, varios artistas de generaciones y contextos creativos diversos (Christian Sébille, Fanny Chassot, Paul Guilbert, Anne-Lise Le Gac, Olga Mesa, Felix Ramon, Lidwine Prolonge y Paul Souviron).
10. Futurismo. Manifiestos y textos, Buenos Aires, Quadrata, 2003, pp. 110 y 111.
puertas a otras formas de pensar la comunicación. El ejemplo más claro es el misterioso y enigmático trabajo de Nikola Tesla, quien, además de inventar la corriente alterna, las primeras lámparas fluorescentes de neón, la fotografía en rayos X, aplicaciones de las ondas de radio y altas frecuencias y la transmisión inalámbrica de energía, entre otros, se anticipó con sus hallazgos a la robótica y las comunicaciones sin red. Una red tentacular une todas las apariciones públicas del proyecto BlueSky. Su principal estrategia para desarrollarla es inocular actos en espacios y tiempos diversificados: exposiciones, conferencias, Internet, publicaciones, aplicación de un determinado marketing, alianzas con otros artistas)IV que trabajan individualmente o en colaboración con Ruiz de Infante en la construcción de varias de las células BlueSky, evolución de las instalaciones mutando o realizando ecos en varios contextos. Las palabras “contaminación” y “complicidad” activan su compresión y expansión. En BlueSky son puestos a prueba los sistemas emergentes aplicados a un grupo de personas. El yo social como exponente de la idea de pensamiento colectivo, que puede ir encaminado hacia una dirección común o desviarse. Un secreto es un concepto social. Ofrece la posibilidad de generar un mundo paralelo adherido como un siamés al visible. Georg Simmel, en su libro La sociología del secreto y las sociedades secretas, analiza cómo la sociedad evolucionó porque, de alguna manera, ciertos elementos pasaron a tratarse de la popularidad a la clandestinidad y, al revés, acciones privadas comenzaron a desvelarse a la luz natural de las plazas públicas. Todas las técnicas de control de la realidad la deforman. La idea de vigilancia de las obras que miran y se miran, del espectador que traspasa dos espacios diferentes en tiempos que se alternan y superponen es muy evidente en las dos instalaciones, que contienen sendos discos duros, el de Fundación Telefónica y el de la sala del CCEBAParaná. Los lugares tampoco son inocentes. La Central Telefónica Juncal, el edificio donde se asientan las salas de exposiciones de Fundación Telefónica, fue espacio dedicado a la telefonía, testigo y protagonista del avance de las comunicaciones/tecnologías en Argentina, y aún hoy permanece en funcionamiento como central, abasteciendo las líneas de Barrio Norte y Recoleta. Durante la reforma del edificio para adaptarlo a espacio cultural, se resolvió que los cables visibles que atravesaban el espacio quedaran a la vista. Justo a la vuelta se encuentra la sala del Centro Cultural de España; basta con doblar la esquina y cruzar la calle para sumergirse en otra área complementaria del proyecto. Al recorrer las diversas instalaciones del complejo BlueSky el espectador se siente sobrecogido por una extraña sensación, un percepción física y psíquica de que algo parece estar en progresiva mutación, que se ha llegado a un territorio inquietante donde se está produciendo un cierto error o desequilibrio delante de nuestros ojos, un proceso de hominización de las máquinas. No se trata sólo de una intensificación de la idea de videovigilancia y omnivisión; de una forma muy sinuosa, apenas imperceptible, nos adentramos en el misterio del revés orgánico de las cosas y las máquinas, para confrontarnos a una situación donde la ausencia del ser humano es demasiado evidente. En sus optimistas manifiestos los futuristas exaltaban la pasión por la velocidad y todo cuanto tuviera motor o respondiera al artificio. En uno de ellos, El hombre multiplicado y el reinado de la máquina, revelan: “Es preciso preparar la futura e inevitable identificación del hombre con el motor, facilitando y perfeccionando un cambio continuo de intuiciones, de ritmos, de instintos y de disciplinas metálicas, absolutamente ignoradas hoy de la generalidad y adivinadas sólo por los espíritus videntes”. Siguiendo la teoría de Lamarck, aspiraban a la formación de “…un tipo inhumano, en el que quedarán abolidos el dolor moral, la bondad, la ternura y el amor, únicos venenos corrosivos de la inagotable energía vital, únicos interruptores de nuestra potente electricidad fisiológica”.10 19
Este ser inhumano construido para una velocidad omnipresente será cruel y agresivo y “estará dotado de órganos desconocidos adaptados a las exigencias de un ambiente hecho de choques continuos”.11 Entre la fe ciega y la alienación, la historia de la cultura visual ha utilizado las máquinas como instrumentos, en su software y su hardware, encumbrándolas al pedestal. Los videoinstaladores lo han tenido claro. Hasta Wolf Vostell, declarado adversario, reconocía que si Marinetti dijo que el coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia, él se había dado cuenta de que “el televisor, el coche, el avión son esculturas de la segunda mitad del siglo XX, los objetos que influyen en nuestro comportamiento, en nuestro pensamiento y forma de ser”.12 Según la Wikipedia (gracias, Jimmy): “La vida artificial es el estudio de la vida y de los sistemas artificiales que exhiben propiedades similares a los seres vivos, a través de modelos de simulación. Christopher Langton fue el primero en utilizar el término a fines de los años 1980, cuando se celebró la Primera Conferencia Internacional de la Síntesis y Simulación de Sistemas Vivientes. En la ciencia ficción, la vida artificial puede desarrollar autonomía de movimientos y razonamientos, imitando el pensamiento, lo textual y un cierto comportamiento”. Turing ya lo planteó, y en nuestra historia hay antecedentes como el trabajo del español Leonardo Torres Quevedo (18521936), constructor de vehículos aéreos, submarinos teledirigidos y autómatas. Sus ajedrecistas, realizados entre 1912 y 1920 para resolver y actuar según las circunstancias, eran estructuras capaces de reproducir el comportamiento humano. El test de VoightKampff, que es el que aparece al comienzo de Blade Runner, se basa en la presunta reacción fisiológica de un androide, un ser creado artificialmente. El test de Turing es un prueba muy simple mediante la cual, colocando en dos habitaciones distintas a un hombre y una máquina, un juez externo sería capaz de detectar mediante preguntas concretas quién es el hombre y cuál la máquina. Para que una máquina supere estas pruebas debería ser capaz de desarrollar una comunicación fluida mediante el lenguaje, poder representar el conocimiento, responder automáticamente, adaptarse a nuevas situaciones y manifestar la opción de aprender. Sin embargo, si observamos la manera automática de construir la poesía, los resultados son bien parecidos, con lo cual las preguntas y las pruebas frente a una pantalla podrían quedar sin demostrar. En BlueSky la telepresencia nos sitúa en el espacio de la desmaterialización, donde la acumulación de los mensajes revela la ausencia de los mensajeros. En el territorio de las simulaciones, el espectador atento comenzará a descubrir y entender este mundo de vida sintética y sus consignas. Luego, sólo queda, como anuncia el manifiesto Desenfocar, de Lars von Trier, tomar posiciones y abrocharse los cinturones: “Nos encontramos en busca de una cosa ficcional, no factual. Al estar la ficción limitada por nuestra imaginación, y los hechos por nuestra perspicacia, la parte del mundo que buscamos no puede delimitarse con una ‘historia’ o enfocarse según un ‘ángulo’”.13 Las preguntas simples se transforman en complejas: ¿El cielo es azul? Con BlueSky nos adentramos en una zona inexplorada, no sólo el espacio ubicuo, efímero, poliédrico y evolutivo de los laboratoriosinstalaciones creados por Ruiz de Infante, sino en una sofisticada plataforma de libertad y ruptura, de códigos y conjuros sin desvelar por los que el autor (y sus cómplices) avanzan y nos arrastran. To be continued…
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11. Ibid.
12. Wolf Vostell, para el programa de RTVE “El arte del video”, serie dirigida por Pérez Ornia, 1991.
13. Lars, Von Trier, “Défocaliser”, Rageleje, 22 marzo de 2000 (www.filmssansfrontieres. fr/5obstructions/voila.swf).
Nota de la autora: estos textos son la primera y cuarta parte de un bloque denominado Ruiz de Infante en la era BlueSky (Análisis y evolución de su obra creativa), fueron escritos entre 2008 y 2009 y desarrollados a raíz de diversos encuentros con Francisco Ruiz de Infante entre 2006 y 2009 en VitoriaGasteiz, Buenos Aires, Madrid, Reims y Auberive.
Nekane Aramburu es historiadora del arte y máster en museología. Desde 1992 trabaja como gestora y comisaria focalizada en la cultura como laboratorio de exploración y comprensión de los contextos sociales y el mundo en el que vivimos, a partir de proyectos tentaculares entre espacios no convencionales y el museo. Especializada en prácticas creativas transmediales y ecosistemas territoriales glocales. Entre sus proyectos destacan: Trasforma (19922003); Historias del dolor (19941995); Red Arte (19941998); Seminarios Arte Electrónico (19972002); Arquitectura industrial (19992001); Editarte, In & Out, Artium (20042005); Generación digital (20032007); Territorios mutantes, Cendeac (2005); Primeros auxilios y cuidados intensivos, Montehermoso (2007); Simbiocity, Tabakalera (2008). Comisariados recientes: Otras resonancias, Estudio Abierto, Buenos Aires (2006); Sintopías/ Palabras corrientes, Instituto Cervantes, Pekín (2007), Nueva York (2008); Una larga y profunda mirada, Fotoencuentros, Murcia (2007); Sobre puentes, ventanas, calles y fantasmas, Arteko, Donostia (2008); Artistas noveles, Koldo Mitxelena, Donostia; Absolute Beginners, Sala Amárica, VitoriaGasteiz (2009). Diversos cursos y conferencias en centros privados, universidades y foros nacionales e internacionales (La Friche de Mai, Marsella; Southern Exposure, San Francisco; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Festival Observatori, Valencia; Museo de Antioquía, Medellín, etc.). Proyectos editoriales y colaboraciones como asesora y escritora. Libros: Encuentros de arte actual, Red Arte y colectivos independientes en el Estado español (Fundación Arte y Derecho, 1997), Arte español y latinoamericano en el extranjero 19902006 (Plaza & Janés, 2006), Un lugar bajo el sol (CCEBA, 20062008), Historia del videoarte en España (2009), entre otros. Paralelamente tiene a su cargo Espacio Ciudad. Centro de arquitectura y urbanismo para la ciudad contemporánea del Ayuntamiento de VitoriaGasteiz (País Vasco).
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¿Lo humano prisionero del cielo? Marie José Mondszain
¡Qué riesgo asumido, incluso qué pretensión, haber accedido a la propuesta de escribir acerca de una obra de Francisco Ruiz de Infante sin haberla visto aún realmente en su emplazamiento, en su despliegue espacial, en su concreción técnica tal como los espectadores argentinos la verán aparecer en Buenos Aires! Sin embargo, la apuesta es estimulante, en el sentido de que las operaciones imaginarias que esta gran instalación pone en marcha son sorprendentes ya desde la formulación del proyecto. Como siempre, Francisco redacta y dibuja un verdadero plano de realización, de la misma manera que un arquitecto construye mental y gráficamente el edificio que pronto ocupará un lugar en el espacio público. Pero también a imagen de la relación que puede tener un director de orquesta con una partitura cuya lectura ya le da a entender lo que va a hacer escuchar. Por todas estas razones, me nutrí tanto con el proyecto como con la memoria de las obras anteriores que hallaron su nuevo lugar en este dispositivo, sin embargo inédito. El diseño del proyecto podría figurar fácilmente entre las abundantes producciones que componen BlueSky. Forma por completo parte de él. Los cuadernos preparatorios, los diarios de a bordo que prevén y disponen, las notas, los croquis son otros tantos testigos de que BlueSky es una producción de manos creadoras activas. Esas manos y esos gestos de los dedos tienen una fuerte presencia en el corazón de las imágenes. Es la primera paradoja: el artista trabaja con sus manos y con sus ojos, se dirige a nuestra mirada, a menudo a todo nuestro cuerpo, en el momento mismo en que interroga la realidad y la necesidad de nuestra presencia en el centro de un dispositivo abandonado por la presencia de los cuerpos y la carne de las cosas. La verdadera dificultad está en otra parte: esta obra opera no como un objeto cuya realización final se prevé, se espera y luego se acoge, sino, para hablar con propiedad, como un acontecimiento ininterrumpido. Hablo de acontecimiento no solamente porque toda verdadera creación merece, en un sentido, ser recibida como el surgimiento en lo real de una materia sensible y de un pensamiento totalmente imprevisible, sino que entiendo aquí por acontecimiento lo que constituye la sustancia misma de los gestos que hacen que se torne visible una presencia definitivamente, intrínsecamente incontrolable, aleatoria. Si aquí hay acontecimiento, es en el sentido en que tiene lugar lo irrepetible, la modificación. Es una combinación sorprendente de la ciencia programadora y de la cultura de la perturbación. Desde luego, la palabra laboratorio podría hacer creer que, fiel a los usos de la ciencia, lo que tiene lugar tiende a pasar de la experimentación a la expresión de leyes universales e inmutables. Pero el terreno designado por ese término en BlueSky es el de las bodas de lo aleatorio con el universo electrónico de las máquinas, aquellas que cuentan, aquellas que informan, aquellas que hacen ver; en una palabra, todas las 24
máquinas que las tecnologías y las industrias de la programación utilizan a partir de ahora para producir y controlar lo real sin nosotros. Ahora bien, en BlueSky se trata más bien de lo que no va a dejar de suceder en el tiempo y en el espacio de su despliegue. Debo, entonces, apelar a mi memoria tanto como a mi imaginación, puesto que BlueSky reúne varios años de creación y de reflexión acerca de un número definido de temas que forman una especie de espiral inédita en torno de un núcleo de energía. En ese metalaboratorio que pone en crisis la lógica de todos los laboratorios se componen dos temporalidades: la de una realización de una pluralidad de propuestas y la inaugural de un punto de partida para un sistema no cerrado, porque es indeterminado e infinito. La espiral continúa y los dispositivos se enredan, se responden o se repiten como los motivos de una composición fractal que juega con las formas y con las escalas. Aquí la escritura, la mía, no podrá sino ser infiel a lo que en esa creación está marcado por la indeterminación y la aventura de los encuentros, de las ocurrencias y de las conjunciones azarosas que son los posibles de esa vasta propuesta. La escritura va a pasearse, pues, entre la memoria de lo ya visto, las esperas cómplices y las fantasías de la anticipación. Un ejercicio de asociación libre que se sabe dirigida por una mano a veces imperiosa, otras imperceptible y como ausente. Es una mano astuta. La creación producida bajo el título de BlueSky / Laboratorio de laboratorios, opera un gesto cosmológico. Esta formidable instalación resume y vuelve a transitar, tornándolos más complejos, muchos aspectos de las obras precedentes de Ruiz de Infante que han sido expuestas desde hace casi veinte años en varios lugares del mundo. Sin embargo, este nuevo agrupamiento desplaza la problemática obsesiva de esta gran obra: ¿dónde estamos en el mundo que producimos cuando ya no somos más que un producto de ese mundo? El reajuste de las partes, la invención de conexiones nuevas y, sobre todo, el inmenso toldo impalpable del azul que se anuncia como el plano de inscripción de lo visible y de su desaparición componen la ambición antropológica y cosmológica del proyecto. BlueSky se hace cargo, bajo una multitud de figuras, de las relaciones entre el estado presente del mundo y el destino íntimo del sujeto humano e incluso de todo ser viviente. La obra parece asumir un carácter de generalidad mundial. Tiende a hacer resonar los inconmensurables registros de una energía universal, tanto bajo el signo de una exploración poética como de una alarma relativa a la supervivencia del sentido. Se asiste así a una escenografía compleja que parte de la vida más elemental, de los microsistemas, testigos de la respiración secreta de lo ínfimo, hasta la puesta en escena de los mecanismos más sofisticados de la producción científica y de las tecnologías industriales. De lo colosal a lo microscópico, es como si una energía única e invisible, diseminada por todas partes y, en cada caso, a pesar de todo, singular, inervara la totalidad del mundo, su historia y los enigmas amenazantes y prometedores del futuro. Un vaivén, una pulsación de la que no se sabría decir si se origina en un cuerpo viviente o en una máquina sin alma. La energía de los electrones se torna flujo vitalista e, inversamente, las fuerzas invocadas de la vida, vegetal, animal o humana, son inseparables del flujo abstracto de las cifras, de los cálculos y de los controles más desencarnados. Extraña hibridación de lo humano y de lo inhumano, de la vida y de la muerte. Se trata de una quimera, inventada como los monstruos engendrados por los sueños de la noche. Con la diferencia, paradójica y decisiva, de que el tiempo de los monstruos, el de los sueños, se despliega habitualmente sobre un fondo nocturno y tenebroso, mientras que aquí lo irreal del presente, como el fantasma, reluce en el resplandor opaco y vacío de un cielo de un azul intenso. El color del cielo ya no debe nada al aire y al sol. ¿Puede un universo sin sombra albergar aún el pensamiento? El color azul, portador de insondables promesas y de navegaciones aventuradas desde hace milenios, ese velo celeste del que se adueñaron la astronomía, la metafísica y la teología, todo eso se ha convertido en la tela, la pantalla y el sudario de nuestros sueños. El azul inhabitado es ahora el índice cromático de todas las desapariciones y de la muerte. El vacío es, por primera vez, hermano de la opacidad. BlueSky of death. 25
Pero nada es tan simple, pues BlueSky nos embarca en una expedición desbordante de cambios imprevisibles. El hilo del pensamiento está presente allí en la maraña de los cables que transportan y transmiten el poder invisible de fuerzas contradictorias. La muerte y la vida dialogan sin fin y ninguna tiene la última palabra. ¡Qué riesgo, decía, el de hablar sin haber visto! Ahora comprendo mejor la completa pertinencia de mi propio gesto: escribir forma parte, en la simplicidad artesanal del gesto, de esos incontables movimientos de las manos que pueblan el mundo, lo sufren y lo transforman. La escritura es hermana de todo movimiento, del que hace que se agiten los párpados de una vaca, del que hace ladrar a un perro, oscilar una tabla, transmitir corriente eléctrica, producir ondas, emitir señales electrónicas. Todo movimiento, sea cual fuere, es a la vez fruto del azar, persecución de un riesgo, consecuencia de una determinación, a veces voluntaria, a veces totalmente sometida al control, o vuelta maquinal. Cuando uno se acerca a BlueSky desde al campo de la filosofía, no puede sino reconocer el espacio de una domiciliación familiar. Pienso en una especie de gigantesca encarnación aristotélica que hubiera captado de lleno la cuestión principal del aristotelismo: la articulación de la metafísica con la física, pero aquí no ya como problema que recae en el discurso y la razón, sino en los gestos productivos que articulan las materias sensibles más antiguas y más recientes. Si todo saber es saber de una relación, desde ahora las relaciones son abundantes e inciertas, puesto que la lógica de lo visible no es la de la necesidad. El mundo es movimiento, el espacio nace de la temporalidad de todos los desplazamientos Todo no es otra cosa que transformaciones, mutaciones, metamorfosis. Pero las figuras de la eternidad son perecederas y se sustituyen unas a otras a lo largo de los siglos. El mundo es sólo la infinidad indeterminada de todos los desplazamientos determinados en una historia de las formas inseparable de la historia de las materias. La gran diferencia con la ambición aristotélica es que todo eso no tiene lugar bajo la divina esfera de los astros fijos cuya celeste presencia daba testimonio de la matemática universal, de la armonía musical e inaudita de la bóveda que nos gobierna. El azul del éter ya no es promesa de inmovilidad eterna. El azul del cielo está atrapado aquí en la misma violencia estocástica de todo lo que nos sucede y de todo lo que producimos. ¿El principio de aparición del mundo, la luz, no se convertiría bajo nuestros ojos en la materia de su desaparición? La mirada debe hacer el aprendizaje de la nueva elasticidad del universo, y BlueSky nos somete a la prueba de una inmensa maqueta del destino moderno. La muestra de Francisco Ruiz de Infante expone nuestra situación actual en el cosmos, pero en el mismo movimiento pone en escena una cuestión más amenazante: ¿en qué ese mundo, precisamente, el nuestro, nos expone a nuestra vez? La aparición del hombre en la gran aventura de los movimientos del mundo se vuelve brutalmente un elemento precario, tal vez provisional. Esa gigantesca movilización de los desplazamientos, de los choques, de los movimientos que nos vieron nacer y que quizá veremos desaparecer. Remplazar la antigua mitología del cosmos por el imaginario electrónico, abrir ese imaginario como una obra en construcción, como un terreno de ensayos doblemente rondado por la vigilancia y por la incertidumbre, hablar de laboratorio; he aquí otros tantos indicios que transforman las cuestiones metafísicas: esas cuestiones ya no conciernen a la relación de los hombres con los dioses o con el imperio de las ideas, sino que son un asunto estricto de conexiones, de transmisiones, de continuidades y de síncopas inscritas en el espacio de los cuerpos. Y, sin embargo, esos cuerpos, los nuestros, siguen buscando entre los cielos vacíos los espacios de tinieblas donde aún murmuran sus deseos. De allí la riqueza enigmática de esas bandas de sonido donde voces, suspiros, ruidos familiares, frases, se deslizan como fantasmas irreductibles, huellas resistentes de la vida del sentido. Todos esos signos son la música de la sombra. Pero ¿cuál es, entonces, nuestra música hoy? La música de nuestro mundo, “nuestra música”, como la llama JeanLuc Godard, ya no es la de las 26
Esferas, sino una rapsodia azulada cuyo color ya no proviene de algún estado del cielo o del alma, sino de una respiración técnica producida por un gran cuerpo de metal y de hilos. Ese cuerpo arrastra al nuestro a un laberinto de corredores, hacia cámaras nupciales sin lecho, salas de espera llenas de pantallas que distribuyen todas las declinaciones de la señal. ¿Nuestra música es todavía audible? La señal de ajuste, el azul, indicación emitida desde la nada hacia la nada, ubica de pronto al espectador en una expectación sin porvenir, un suspenso del sentido, una catástrofe indolora. ¿Cuántos pensadores y poetas elogiaron en otros tiempos el desperfecto para reconocer en él las posibilidades de la libertad, las figuras de la turbulencia? Retenido o expulsado, fascinado o excluido, hoy el visitante se bambolea en un mundo del cual es ora el demiurgo, ora el perturbador o aun la pieza sobrante, incluso inútil. El azul del cielo es el azul de la inmersión. Si se corre, como Ícaro, el riesgo mortal de ir a las alturas para volar, no es sino para conocer el naufragio asfixiante de las profundidades del ahogamiento. Pero Dédalo, su padre, ingeniero tan sabio como prudente, conocía el arte de atravesar el cielo sin hallar en él la muerte. BlueSky es, pues, también el nombre de una tentación milenaria que engendra tanto la felicidad como la desgracia. ¿Quién no asocia el azul con la fantasía del vuelo? El azul, decía una vez un biólogo, es el color de los venenos. Ahora bien, es sabido que los venenos también curan: los griegos llamaban pharmakon tanto al veneno como al remedio, de allí vienen las dos cabezas de la serpiente hipocrática. ¿Es el color del vuelo o el del naufragio? ¿Qué sucede entonces con ese azul del cielo que aquí hace referencia a todo lo que se vuelve la materia del sueño y a todo lo que puede convertirse súbitamente en la tela más venenosa tejida por nuestras pesadillas? ¿Cuál es la pesadilla que devora al hombre moderno? Uno tiene, por cierto, la sensación de que en el ambicioso proyecto de BlueSky está en juego, como se ha dicho, algo eminentemente metafísico, a condición de precisar también que la esencia misma de las grandes empresas metafísicas está ausente allí, e incluso como resueltamente expulsada. La edad de la técnica ha puesto al hombre al margen de sus propias empresas, y esta comprobación melancólica ha alimentado muchas filosofías que no hallaron a esto otro remedio que rehabilitar las retóricas de la salvación. Allí está el dato decisivo de la nueva distribución de los poderes. Creyendo ver la desaparición del hombre, se convoca a los dioses para hacerlo reaparecer. En la creación contemporánea, y particularmente en el campo audiovisual y plástico, reina una especie de inquietud y de alarma que no obedece únicamente a la dificultad para los artistas de asegurar su supervivencia y asumir su vocación. La mundialización económica o la globalización de la información parecen deshumanizar el mundo y provocar, a causa de ello, una movilización “neohumanista”. Habría que salvar al hombre de un naufragio, incluso de su desaparición. El léxico del salvamento en todos los ámbitos de la actividad cultural y científica es el recurso más pobre de quienes se creen desde ahora impotentes. Inversamente, quienes denuncian a esos nuevos salvadores de la humanidad, los entusiastas de la nueva situación, consideran a los primeros cobardes reaccionarios, incapaces de asumir las alegrías y los sabores del nuevo mundo. Habría, al contrario –piensan–, que acoger jubilosamente ese advenimiento glorioso de una nueva especie antropológica liberada de todos los arcaísmos que la estorban. Los films de ciencia ficción anticiparon esta visión futurista, adoptando ya el tono de la catástrofe, ya el de la embriaguez y el triunfo. Revoquemos esa doble ingenuidad. Las cosas son, en realidad, mucho menos simples, y es un efecto importante de BlueSky el ponernos en presencia de un cuestionamiento desprovisto de todo maniqueísmo, de todo triunfalismo ingenuo pero también de todo alegato en favor de una regresión salvadora. Es más bien una navegación incierta en el centro de todos los cuestionamientos. Lo real que hoy nos pone a prueba es esencialmente contradictorio. BlueSky nos permite considerar la intrincación reticular de todos los niveles del gran laboratorio de la vida y del 27
mundo moderno. Se trata de un estado de situación que considera, sin oponerlos, tanto los movimientos íntimos e ínfimos de los organismos vivos como los movimientos ordenados y desordenados de las cosas en medio de las cuales se despliega esa vida bajo la mirada de los hombres y de sus máquinas. El movimiento de las cosas, como el de los seres vivos, está explícitamente cautivo de nuestros instrumentos, pero continúa estando habitado por el pensamiento, por la palabra, aunque también por el deseo y las fuerzas sin palabras. El maestro de obras parte de un tema que da el tono: pongamos un cabello, hormigas, moscas, una serpiente, o bien un lavabo, una mano, un objetivo, un time code, un huevo, poco importa, pues lo real nace en cualquier instante en cualquier cosa, sin discriminación ni jerarquía. El montaje elige cada vez un tempo que organiza la tonalidad y el ritmo de las percusiones, de los centelleos, de las precipitaciones, y el ojo del espectador es arrastrado en un torbellino existencial, regocijante y amenazador. El artista opera como un director de orquesta que se apropia a cada instante de las propuestas presentadas por la vida de las cosas y por el flujo tecnológico que las hace aparecer y metamorfosearse en una pantalla. BlueSky es también cuestión de oído. El espectador penetra en jaulas que no lo encierran, atraviesa corredores que no imponen ningún destino, puede sentarse para asistir a un momento de la vida del mundo o bien negarse a detenerse; es más bien una envoltura sonora que rodea su ruta, pero que también va a despistarlo. Los recorridos son erráticos entre módulos rigurosamente configurados, entre estrépito y murmullo. Cité antes a Aristóteles. Ahora pienso en esa descripción del mundo de Epicuro de la cual Lucrecio hizo un magnífico poema, De natura rerum, de la naturaleza de las cosas. La “cosas” designan todo lo que se mueve en el cielo, en la tierra y debajo de ella. Res, en latín, da a entender el peso compacto de lo real y el universo de las causas necesarias o accidentales. Y nosotros también somos cosas entre esas cosas; nuestros movimientos son los de nuestros átomos que caen como lluvia sin verticalidad. La inclinación de las caídas, el azar de los choques, la bondad de los encuentros, la enemistad de las colisiones: ahí está el mundo que es el nuestro y del cual formamos parte. Visión materialista que no se preocupa por la soberanía del azul, como tampoco el azul se preocupa por nosotros. BlueSky retoma, a su manera, ese materialismo al pie de la letra, pero aquí hay que captar la nueva tonalidad política. ¿Caemos bajo el poder atómico y técnico de las cosas o sabremos, por nuestra sola presencia, modificar su curso, resistir al dominio industrial de una economía desubjetivizada? La era atómica ha tomado a partir de ahora un sentido muy diferente para designar nuestra capacidad de hacernos desaparecer a nosotros mismos. Esa comprobación está en el centro de la meditación del filósofo Günther Anders cuando habla de la “obsolescencia del hombre” después de Hiroshima. ¿En dónde estamos hoy? ¿Sobre qué frágil hipótesis reposa nuestra perennidad? BlueSky nos hace oscilar irónicamente entre las propuestas lúdicas y el anuncio del desastre. Nos incumbiría, pues, reapropiarnos de nuestro poder sobre lo real. Es justamente de lo que se trata en el paseo que nos hace atravesar la exposición. ¿Es una escenografía de nuestra aniquilación o una oferta de emancipación? Existen futurologías que nos privan de todo porvenir. No es éste precisamente el caso aquí. La exposición sólo se sostiene con el desplazamiento del espectador, y nadie está obligado a permanecer. Cada uno acumula experiencias cuyo sentido le queda por componer y cuyos encadenamientos debe hacer o deshacer. En tiempos más antiguos, cuando uno se liberaba de los dioses, era casi siempre para devolver al hombre los poderes de los cuales lo privaba la creencia en las divinidades. Hoy es muy distinto. Un mundo sin dioses parece conducir a encarar en adelante un mundo sin hombre. Si el cielo está vacío, si el hombre está ausente, ¿tenemos que afligirnos por ello o convertirlo en el fermento de una nueva emancipación? Volvamos a BlueSky: ninguna nostalgia, ninguna sacralización de lo visible ni de la técnica. Nada más en el cielo, nada 28
más en los cielos. La materia celeste es industrial y su uso semántico ratifica el vacío de toda eternidad en el éter. Nos resta hallar al hombre, aun cuando sea sin intención de salvarlo. Sobre todo con esa condición. Descubrir a través de todas las instalaciones la pulsación del deseo, sus incertidumbres, sus metáforas secretas, ¿no es descubrir la omnipresencia irrecusable de una energía pensante y deseante a la vez? Una silla de madera en bruto delante de una pantalla que centellea con propuestas inestables, una mezcla de cables que recorren en forma visible lugares de estimulaciones, de temblores, de deslumbramientos orgánicos… basta con abandonarse como un paseante sorprendido y encantado con las sorpresas metaforizadas de su propia anatomía. Así se construye para el espectador el campo de experimentación de un mundo del cual está ausente y que, al mismo tiempo, opera como la visita de su cuerpo en movimiento. El afuera y el adentro se interpenetran y las pantallas forman una película receptiva como una epidermis electrónica. Nosotros mismos somos verdaderos laboratorios, espacios alquímicos donde las cosas y sus imágenes se transforman sin cesar en función de nuestras apariciones y nuestras desapariciones proyectadas en forma pulsátil en todo el espacio de la muestra. Que por momentos funciona como un espacio endoscópico. De allí la extraña y fascinante paradoja de ese gran cuerpo que es la exposición misma. El espectador se convierte en su elemento excedente en el mismo movimiento que hace de él la materia prima de una experimentación relativa a las nuevas figuras de su existencia. En el universo tecnológico e hipersofisticado de las industrias de la comunicación y de la información, el hombre es una señal entre otras, y cuando produce la señal azul de su ausencia, de toda ausencia, lo que está en juego es como una risa a la vez inquieta e inquietante. Una inquietante extrañeza, Unheimlich, impensada por Freud, que abandonó a los dioses por la omnipotencia del lenguaje y por la liberación del deseo de los sujetos. Aquí el lenguaje no goza de ninguna prerrogativa. La imagen toma el poder, la pantalla plantea sus condiciones, la visión no disocia en ninguna parte lo visible de lo legible. La ausencia del hombre es la condición de su desplazamiento invisible, subrepticio y clandestino. La excedencia del espectador, su contingencia, abre justamente todos los encuentros con esa presencia clandestina. Desde ahora, bajo las luces espectaculares de las nuevas industrias celestes, el hombre es un paseante irreconocible, un pasajero irónico o rebelde, una resistencia en el circuito de los impulsos controlados y previstos. La distribución de los espacios de desplazamiento del visitante hace de ese laboratorio de laboratorios un itinerario experimental. La dimensión dramática es allí crucial: las iniciales B.S.o.D. (blue screen of death), que aparecen en una cierta cantidad de propuestas visuales y sonoras, significan, como se nos recuerda a modo de lema, que ese azul de la pantalla “es desplegado por el sistema de explotación cuando éste no puede recuperarse de un error o cuando está en un punto crítico de error fatal”. Ese punto de partida es el dato decisivo a partir del cual van a declinarse todas las figuras del placer y del terror. A veces los dedos que sostienen una pequeña serpiente la pasean por espacios heterogéneos: el de la naturaleza, el de la captura, el de la experimentación, el de la domesticación o el de una tierna atención. Esa vida minúscula parece soportar la presión de una fuerte dominación y a la vez resistir el borrado de su especificidad imprevisible. El animal, bajo los dedos de su manipulador, disfruta imperturbablemente de su irreductible autoafirmación. Está por cierto allí, sinuoso y sensible, entre indiferencia y vigilancia, entre libertad y servidumbre. Aparición indecidible que resiste a todo borrado. Ahora bien, ese breve guión nos hace caer de golpe en la atmósfera legendaria de un romance muy humano: la voz que canta “Qué será, será” transforma el extraño episodio en drama de la vida, en enigma biográfico, en cantinela casi infantil. ¿Qué mano nos sostiene así sobre el vacío, nos conduce al encierro o nos devuelve a la tierra? Nos convertimos en pequeñísima serpiente. Es en tales puestas en escena donde BlueSky adquiere de pronto y repetidas veces su dimensión alegórica, en breves dramaturgias del devenir humano del animal o del vegetal, a menos que se 29
trate, inversamente, del devenir animal o planta del propio humano. En otro lugar, es en presencia de perros; en otro más, en la fuga de un pájaro. En esos juegos de confusión de las especies y de los géneros, la atención dirigida por el artista a los insectos ya ha sido, desde hace varios años, objeto de creaciones e instalaciones. Los pequeños organismos vivos construyen un mundo, lo organizan a su vez y se desplazan en él según el orden de un saber invisible. Ese saber orgánico hiperactivo está habitado por el rigor y la precisión que exige la supervivencia. Súbitamente, bajo el ojo del objetivo, esta agitada actividad adquiere una dimensión antropológica. El laboratorio de la vida y el de la muerte de los humanos son atrapados en una contigüidad desconcertante: el espacio en el cual esas vidas minúsculas están cautivas y condenadas es también el lugar artificial de su observación paciente y respetuosa. La interrogación de la mirada ya no sabe dónde situar el placer de su asombro, entre el disfrute de lo heterogéneo y la angustia de la confrontación con nuestra propia imagen. Las manos que manipulan y hacen ver parecen pertenecer a un universo de gigantes. En una gran cantidad de films, están presentes esas manos que imponen una presencia táctil, interrogadora, simultáneamente todopoderosa y torpe; no cabe duda de que la marca de ese impresionante laboratorio consiste en introducirnos como una pieza maestra y contradictoria de un vasto ecosistema donde se juega a cada instante una figura de nuestra identidad y de nuestra contingencia. Al ver esos insectos, yo pensaba en el mundo arácnido descrito por Fernand Deligny cuando quiso caracterizar el espacio de circulación y de expresión de los niños autistas. En su silencio de naturaleza casi animal, esos niños sin palabra trazan, en sus vagabundeos en el espacio, una madeja de líneas que forman una red arácnida de referencias y trayectorias. Inscriben así en sus desplazamientos y su repetición “líneas de deambulación”, el tejido viviente del cual ellos mismos constituyen las fibras intrínsecas, el órgano indisociable y operante. Así, en BlueSky el espectador se convierte, en medio de sus desplazamientos silenciosos y atentos, en el creador de trayectorias y de redes significantes a la vez programadas e imprevisibles. Tal es la propuesta fecunda y paradójica de esta exposición que nos exige seguir o no las previsiones del creador, perturbarlas con nuestra presencia sin dejar de sentir intensamente la escenografía de nuestra elisión, incluso de nuestra expulsión. En la película titulada Apprendre à compter (Aprender a contar), las cosas se tornan brutalmente explícitas mediante la dramatización crítica de las palabras que se oyen y la resonancia humorística de su estribillo: “Todo debe ser perfecto”, “Lo conseguiré” y, finalmente: “Algo no funciona”. La mecánica cuchicheante del desafío contable es acosada por turno por la ambición del triunfo y por la comprobación de la inadecuación indefinida de esa misma ambición al murmullo del deseo. René Char escribió en una ocasión: “Número, sombra negada”. La numeración frenética es invadida súbitamente por la sombra. Son las máquinas humanas las que producen la noche. BlueSky me parece enteramente atravesado por esa atmósfera sísmica donde el imperio industrial y científico de las conexiones es, incesantemente y tal vez para siempre, inseparable de la violencia pulsional del deseo que empuja a los sujetos humanos a explorar para conquistar, a ponerse en peligro para saborear las alegrías infantiles e inalterables de la desaparición y la aparición. La rítmica que atraviesa todas las propuestas no deja de evocar las turbulencias del free jazz, donde se combinan los juegos sabios de las propuestas temáticas y las explosiones improvisadas que hacen de cada interpretación una forma deducida y una hipótesis frágil. Lo mismo sucede, sin duda, con el paseante espectador, quien en cada visita redescubrirá un mundo en el que aún no había pensado y del que va a apropiarse. Esa apertura indefinida de los dispositivos otorga al conjunto su dimensión política, la que remite a cada uno de nosotros a su capacidad de apropiación y de distanciamiento del mundo que quiere compartir sin correr el riesgo del naufragio o de la inmersión.
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Marie José Mondszain Es directora emérita de Investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), Institut Marcel Mauss, Grupo de Sociología Política y Moral; miembro del Consejo Científico del Collège International de Philosophie y de la asociación de estudios teatrales Sans Cible, y directora del grupo de investigación sobre la imagen OBI (Observatoire des Images Contemporaines), Francia. Trabaja en el análisis de la imagen y de las producciones visibles como problema específico de la filosofía en sus implicaciones especulativas y políticas. Partiendo de una investigación histórica y filológica en el ámbito bizantino y esencialmente patrístico (hasta la crisis de la iconoclasia), desarrolló progresivamente la problemática de lo visible y de la imagen hasta la época contemporánea, incluyendo el campo de las nuevas tecnologías de la imagen. El punto fundamental, circunscrito a partir del análisis de la “economía” patrística, es la gestión y la administración de las visibilidades por el poder político dentro de las comunidades. Así se perfiló la exigencia ética y política propia de todo régimen pasional puesto en movimiento por la imagen. Mondzain siguió sus etapas desde la Edad Media y el Renacimiento hasta los umbrales del siglo XXI para determinar los efectos de continuidad y de ruptura. Los ejes actuales de su labor se relacionan con nuevas vertientes; una de ellas se refiere a las fuentes arcaicas de la representación (análisis de los documentos prehistóricos relativos a la imagen y trabajo orientado al campo del psicoanálisis). En ese sentido, procura inscribir las operaciones con la imagen en la filogénesis y la ontogénesis de un terreno antropológico libre de toda referencia teológica y religiosa. Otra vertiente se vincula a los problemas de educación de la mirada frente a las producciones plásticas y audiovisuales. Realiza esa tarea en colaboración con maestros y en contacto con los niños. A ello se agrega una colaboración regular con realizadores de cine y directores de teatro (seminario de formación para actores teatrales). Su seminario Observatorio de las Imágenes Contemporáneas tiene lugar en los Talleres Varan (escuela del documental). Es autora de numerosos libros; entre los más recientes, Qu’estce que tu vois? (2008), Homo spectator (2007) y L’Arche et l’Arcenciel: La Voûte de la Chapelle Sixtine (2006).
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Señal Neón Bluesky/AiresBuenos 01 Escultura luminosa. 2009. Dimensiones: 250cm. x 70cm. El tamaño de la pieza (demasiado grande con respecto al lugar donde está situada), sus ruedas y el hecho de que aún puedan verse elementos de madera de su caja de transporte, permiten dudar respecto al carácter definitivo o no de su emplazamiento. El video silencioso proyectado en la parte superior de la obra, crea un ritmo nervioso pero lento, que inunda la entrada de la exposición al mismo tiempo que la menciona.
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Microintervenciones MORSE Intervenciones Medidas variables Seis intervenciones crean relaciones audiovisuales entre los diferentes lugares del proyecto Bluesky en Buenos Aires, constituyendo un fuerte hilo conductor de “llamadas”. Varios mini-lectores DVD con pantallas LCD integradas, difunden imágenes intermitentes y un sonido idéntico a todas ellas, que recuerda el lenguaje Morse. Dentro del edificio del Espacio Fundación Telefónica han sido instaladas tres intervenciones diferentes de este tipo (una en la planta baja, una en el espacio mediateca y una en el interior de la instalación Campos eventuales), en la exposición del CCEBA pueden verse y escucharse dos más, así como en el sitio Internet ligado al proyecto (www.bluesky-buenosaires.net)
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Laboratorio de sincronizaciones BlueSky (B.S.o.D) Training attitude Instalación audiovisual interactiva on-off. Tres canales de imagen sincronizados / dos canales sonoros, 2008-2009. Duración on = 12 min. Dimensiones variables. Imagen-sonido y montaje: F. Ruiz de Infante. Músicas adicionales: Found footage y re-remezcla de Elektro (versión The Cube Guys Delano Remix, 2006), Outwork feat. Mr. Gee. Espacio iluminado por un tríptico de proyecciones azules en las cuales pueden leerse cifras y textos en varias lenguas. Dichos textos indican que los proyectores no logran la conexión para comenzar el “programa” (estado off).
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Cinco sillas de madera invitan al espectador a instalarse. Un botón rojo en el centro del espacio permite sincronizar las proyecciones (estado on) y dar comienzo a la triple proyección del film B.S.o.D. La triple proyección propone, a partir de ese momento, la batalla de un “último viaje”. Los tres protagonistas de la ficción (las tres pantallas) representan y realizan el corto trayecto que separa la imagen de su desaparición: su pantalla azul… su “ausencia de señal”. La “pantalla azul de la muerte” cuyas iniciales son B.S.o.D. (del inglés Blue Screen of Death) hace referencia a la pantalla lanzada por el sistema de explotación de algunos ordenadores, cuando no pueden recuperarse de un error o cuando se acercan al temido estado crítico de “error fatal”. El B.S.o.D. es también la señal / código visible de una “parada de urgencia”. Nota: B.S.o.D. pertenece a una serie de films, instalaciones y performances en la cual FRI/BP intenta confrontarse a una metafísica de las máquinas en un tiempo sin frenos). Dentro del equipo de trabajo BlueSky, TRE (Paul Guilbert) y PW (Fanny Chassot) han realizado otros dos otros trípticos B.S.o.D.
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Contaminaciones Simulacro de boutique Instalación. Dimensiones variables En un rincón, al lado del ascensor, se ha preparado un lugar con varias mesas. Máquinas, objetos y documentos han ido encontrando poco a poco su posición en este espacio. En un principio la empresa BlueSky pretendía instalar aquí una boutique para presentar prototipos de varios “productos derivados”… En un ordenador puede verse la imagen de una serpiente que, guiada por una mano, recorre diferentes espacios: un desván, un estudio de montaje, una sala de control… el sonido del video “canta” lentamente la melodía “Qué será, será” en su interpretación por los Pink Martini. Dicha canción funciona como prólogo y epílogo del Laboratorio de laboratorios lanzando una nueva pregunta: ¿Qué será?
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Control de simuladores de vuelo (prototipo in situ) Disco duro tipo 3 - Buenos Aires Dispositivo audiovisual (seis canales de imagen en circuito cerrado, un canal en diferido, tres canales -diaporama), 2009. Dimensiones variables. Obra tentacular creada a partir de una plataforma de madera construida en el hueco de la escalera que separa la planta baja y el primer piso del Espacio FT. El centro de ella lo constituye la maqueta esquemática de una montaña (alambre, madera y papel, de 110 cm de altura). Varias máquinas la iluminan, la ventilan y la observan, configurando un “laboratorio de puntos de vista” para descifrar enigmas. Cuatro prolongaciones alimentan este “disco duro”: Tres de las mesas de la zona “cafetería” del Espacio FT tienen una pantalla LCD que muestra imágenes de tres situaciones formalmente semejantes: la construcción de la “DevilTower” en el salón del protagonista del film Encuentros cercanos del tercer tipo, de Steven Spielberg (EE.UU., 1977), la construcción en el Museo Artium de Vitoria-Gasteiz (España, 2009) de la primera versión del Disco duro tipo 3, de Ruiz de Infante, y la reciente construcción de la maqueta del Espacio FT, que el espectador puede observar a escasos metros de las mesas. La cuarta prolongación ha sido situada en el espacio Plasma del EFT. En él, una imagen-metrónomo en bucle marca un tiempo obsesivo.
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Laboratorio de simulacros (BioDôme) Activando núcleos Dispositivo audiovisual, un canal de imagen, doce canales de sonido no sincronizados, 2004-2009. Dimensiones variables. Obra realizada en colaboración con Christian Sébille y con consejos de Fanny Chassot. Una alfombra oscura y las líneas del cableado (audio, video, luz) construyen el espacio en forma de “dibujo técnico transitable”. La obra se completa por un esquema que funciona como paradójica “advertencia” en la entrada del espacio expositivo. Texto acción test Verano de 2004. Proyecto Index. Seis de los huevos fueron descongelados al sol de un verano aún joven. El líquido nutricio pronto reblandeció las cáscaras y lentamente el calor fue cociendo y pudriendo las sustancias de alta fertilidad. El 2 de agosto nos indicaron que ya era posible el quitar la mosquitera. Como previsto, varios insectos nocturnos depositaron sus huevos en el caldo de cultivo. Diez días más tarde tres de los huevos fueron inoculados con varias especies de larvas recién nacidas y visibles a simple vista. El calor cerró rápidamente los tejidos desgarrados y de nuevo los recipientes pasaron al congelador. Un video recoge y traduce la acción; en él, reflejo, superficie y fondo se funden extrañamente. Primavera de 2008. Proyecto BlueSky. Seis nuevos huevos han sido reblandecidos gracias a los consejos de PW. Ella deberá darnos un sonido para su manipulación sin riesgo. (Finalmente la acción test con PW no pudo ser concluida). Invierno de 2008. CS nutre y hace evolucionar el proyecto. Doce sonidos, doce altavoces y un sistema de difusión sonora dispersado. Primer test público: Atheneum de Dijon (noviembre francés). Segundo test público (más simple desde el punto de vista sonoro): Espacio FT de Buenos Aires en el marzo argentino de 2009.
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Laboratorio germinal de imágenes Políptico de equivalencias Imágenes serigrafiadas sobre vinilo translúcido adherido a metacrilatos de 8 mm y 6 mm, 2006-2009. Dimensiones: 4 de 150 x 113 cm, 6 de 84 x 60 cm, díptico luminoso de 230 x 160 x 15 cm. Las imágenes muestran un conjunto de máquinas ordenadas a la manera de una “foto de familia”. Entre amenazantes y melancólicas, las máquinas esperan ser activadas o guardadas definitivamente.
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Laboratorio para la traducción simultánea Por qué qué? (diálogo de colapso y paradoja) Instalación audiovisual con tres canales de video (dos de ellos idénticos) y dos canales de audio, 2008-2009. Medidas de jaula de madera y tela metálica, 440 x 290 cm, altura: 240 cm. El espectador puede girar alrededor del tríptico de imágenes –y de la jaula–, para intentar encontrar su posición frente o dentro de la obra. El texto (con una voz en off en inglés) está subtitulado… el hecho de ver las frases de los subtítulos al derecho o al revés es lo que indica el sentido real de la imagen, a pesar de que las nociones de dentro/fuera y delante/detrás son cuestionadas por el dispositivo. Texto acción test Estamos en 2009: Hace ya 8 años que esta imagen me persigue. Cada vez que atravieso el pueblo veo la casa íntegra y extrañamente destruida al mismo tiempo. ¿Qué es esta ruina?¿Un elemento de decorado en un campo de tiro? ¿Un mundo en desequilibrio que reclama simultáneamente la reconstrucción y la destrucción?… A veces le hago una foto, a veces saco la cámara de video, a veces escucho una vez más la misma historia: la revolución, el patrimonio, la intolerancia, la ruina… el pasado lejano y el pasado muy reciente de símbolos violentamente atravesados. A veces también escucho voces esquizofrénicas que apenas logro descifrar: “¿Por qué? ¿Por qué, qué?”. La “ruina” (casa rota, como arquetipo romántico) aparece aquí amenazada de manera perpetua por la velocidad del objetivo, las risas, las afirmaciones desconcertantes (“¡OK!, ¡Bien!”) y el cuestionamiento sin respuestas (“¿Por qué, qué ?”). El posible colapso está en suspensión: la energía del montaje (parpadeo de la imagen, movimiento de la cámara por embestidas, hesitación entre el blanco y negro y el color…) y la tensión seudosimétrica del tríptico de imágenes mantienen la ruina en estado de alerta. Una cuestión suplementaria (dentro del video) funciona como eje dentro del trabajo. “¿Por qué siempre estás completamente reventado?”. ¿Quién? ¿La casa? ¿El personaje que gruñe? ¿El que ríe? ¿El espectador que observa?
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Señal Las distancias entre A y A’ (luz con tres patas) Escultura luminosa. 2009. Dimensiones: variable. Escultura luminosa que viene evolucionando en diferentes exposiciones desde 2002. Una lámpara motorizada mueve su “cabeza” de izquierda a derecha. Un “corsé” construido con alambres y maderas bloquea la amplitud de su recorrido. La luz que produce la lámpara se proyecta sobre el muro, uniendo dos puntos: A y A’. Una línea dibujada sobre el muro subraya el movimiento de la luz.
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Simulador de vuelo (prototipo) Campos eventuales 1.0 Instalación audiovisual. Tres canales de imagen, cuatro canales sonoros, 2009. Arquitectura “habitable” de madera de encofrado y material de aislamiento metálico. Dimensiones: 600 x 300 cm, altura: 430 cm. Prototipo de la parte delantera de un avión. En su interior puede experimentarse un “simulador de vuelo” en estado de Larsen. Dos proyecciones verticales se responden e interrogan (“¿Qué pasa?”, “¿Qué está pasando?”), al mismo tiempo que una tercera imagen nos ofrece la definición en el lenguaje de la aeronáutica del término “campo eventual”. Diario de a bordo: Invierno de 2008. Visita al aeropuerto de 4 Vientos (lejos, muy lejos de AiresBuenos). Perdido en la librería, ninguna camisa de mi talla. Por lo tanto, quería disfrazarme de aviador… Detrás de la estantería de mapas descubro la Guía de seguridad en vuelo (conversaciones para casos de emergencia, editadas por el Ministerio de Defensa). Justo al lado, encuentro el libro de fichas Campos eventuales, una serie de fotos aéreas realizadas por el ejército del aire. En ellas pueden verse “todos” los terrenos posibles para un aterrizaje forzoso en tierra de las Españas…. (“¡Al fondo y a la izquierda, volaremos hasta que amanezca!”). Nota: la difícil construcción de esta instalación fue la “excusa” para una serie de rodajes que serán integrados en un proyecto de film que llevará el mismo título.
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Laboratorio de sincronizaciones Díptico animal (jaula) Dispositivo audiovisual, tres canales de imagen, ocho canales de sonido no sincronizados, 2008-2009. Obra realizada en colaboración con Christian Sébille.
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Laboratorio de Intercomunicaciones Reina 2009 Dispositivo videográfico en circuito cerrado (un canal de imagen), 2007-2009. Dimensiones variables.
Un despacho de control: una mesa amplificada… una especie de “interruptor en forma de mesa”. A los enchufes, que forman parte integrante de la obra, han sido conectados largos cables que recorren las paredes de la exposición y que dan energía eléctrica a otras instalaciones situadas en la sala. Un circuito cerrado de video muy básico (cámara-monitor) verifica y controla el estado on del dispositivo y, con él, el resto de obras de la exposición… ya que un único interruptor (situado sobre la mesa) permite encender y apagar todo el circuito. Dentro del espacio de Reina y ligadas a ella mediante una estantería, pueden verse dos imágenes fotográficas ampliadas. Se trata de ligeras variaciones de los esquemasdibujo realizados por Ramón y Cajal para representar las neuronas del córtex.
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Obras en Exhibición CCEBA “Bluesky/Taller de Re:Presentaciones
En el CCEBA de la calle Paraná, la muestra BlueSky / Taller de Re:presentaciones, acoge un gabinete de dibujos (en el sentido más amplio, espacial y experimental del término) y dos zonas de visualización de videos. Este taller amplía, a veces explica y en todo caso da réplica a lo que ha sucedido y sucede en el Espacio Fundación Telefónica: el Laboratorio de laboratorios. Varias estrategias permiten una relación complementaria entre ambas muestras: repetición de elementos para crear ritmos y memorias visuales, utilización de los mismos materiales semánticos (que toman diferentes formas), presencia siempre evidente y ostentosa de máquinas audiovisuales, proliferación de “puestos de trabajo y observación”… Pero si en el EFT nos encontrábamos dentro de la sede central de la Empresa BlueSky, con su despachos, sus prototipos y sus, en cierta medida, espaciosos laboratorios, en el CCEBA todo se hace angosto e inquietante. Todo observa y es observado de manera obsesiva. Respiraciones enfermizas, techos bajos y acumulaciones de información nos hacen entrar en un terreno de pesadilla en el cual es necesario el “dejarse llevar” para, en un segundo tiempo, “domesticar” las proposiciones y entrar en ellas. Los recursos utilizados en la exposición del CCEBA: fotografías (galería de retratos máquina), dibujo (representación de espacios), texto (definición, descripción, comentario…) y, sobre todo, audiovisuales (circuito cerrado, imagen diferida, deformaciones ópticas, emisión de mensajes sonoros desplazados…) cuestionan de manera aún más evidente el tiempo y el espacio de lo real. Aquí el espectador debe realizar rápidos movimientos perceptivos: ver de lejos (el conjunto del taller), ver de cerca (cada una de las áreas que lo constituyen), ver de más cerca (entrar en el tiempo de cada obra)… e incluso “ver más” gracias a los protocolos propuestos por los dos puestos de visionado individual integrados a la muestra. 80
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Zona Caja Negra Es la primera zona del recorrido en Paraná y reconstituye un espacio compacto de análisis y control de todo el proyecto en Buenos Aires. Las paredes han sido pintadas de negro y el suelo recubierto por una moqueta color gris oscuro (que marca posibles caminos para la deambulación del espectador). En la ventana, un vinilo translúcido, semejante a los del EFT, filtra la luz del exterior con una imagen azul B.S.o.D. La zona Caja Negra puede ser dividida en tres propuestas:
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Disco Duro nº8 Espacio de trabajo compuesto por elementos de mobiliario solidarios entre sí: tres mesas de madera con ruedas, dos sillas también con ruedas, una pantalla-pizarra negra y un soporte vertical para maquinarias audiovisuales. Sobre las mesas pueden verse varios aparatos para la “prolongación de la visión”, entre los cuales se encuentra un equipo completo de videovigilancia. En el monitor de control de este equipo se han conectado las nueve cámaras que “protegen” la sala habitualmente, mediante su observación cotidiana de los diferentes lugares de la exposición, y cuatro cámaras suplementarias que multiplican la visión de la mesa. El sistema de conmutación de las doce imágenes ha sido activado en velocidad rápida (un segundo para cada imagen), lo que hace difícil el reconocimiento de lugares y, en cierta medida, sabotea su función primera. Sobre la pantalla-pizarra-negra es proyectada la imagen en directo captada por la cámara cenital del Laboratorio de laboratorios del EFT. Es ella la que literalmente une las dos exposiciones en tiempo presente. Dicha imagen se prolonga en la pared mediante un dibujo hecho con tiza que representa elementos constructivos y planos del proyecto realizado en el espacio de la Fundación. Los numerosos cables del dispositivo son muy visibles y dibujan líneas sobre muebles y paredes, relacionando físicamente las mesas con las otras zonas del proyecto en el CCEBA. Pasado y presente (concreto y representado mediante gráficos) se mezclan. En este espacio la omnivisión se hace evidente y vertiginosa. El sonido de este Disco Duro está marcado por una nueva Microintervención morse instalada sobre la mesa. Las máquinas siguen lanzando mensajes…
Zonas de Visualización (1 y 1’) “Conectadas” al centro de control del Disco Duro n° 8, han sido instaladas otras dos mesas más pequeñas. Se trata de dos “despachos semiprivados” para la consulta audiovisual. En la pantalla del ordenador, la interfaz BlueSky / Taller de Re:presentaciones integra un menú de acceso creado específicamente para la exposición. A partir de él pueden ser consultados varios sitios de Internet que abren puertas a la lectura del proyecto conjunto (Index, Monografia FRI, BlueSky-BuenosAires.net) y permiten acceder a la videoteca Ruiz de Infante (una selección de videos monocanal y varios trabajos work in progress inéditos).
Muro HolyBilis (SantaBilis) Para cerrar el espacio de la Caja Negra, se ha construido un gran muro de tablas de madera que divide radicalmente el CCEBA. Dicho muro contiene una pantalla recto-verso. Sobre ella se proyecta una inquietante secuencia del film (en curso de realización) BlueSky / HolyBilis, en el cual puede observarse fundamentalmente la cabeza del artista, que se ve desencarnado y transformado en máscara. Los sonidos de respiraciones más o menos artificiales y los de las Microintervenciones morse son, junto con el tratamiento de la luz, los que confieren un aspecto de pesadilla al conjunto del Taller de Re:presentaciones.
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Zona Caja Azul Frente al carácter “lleno” de la Caja Negra, la Caja Azul ha sido “vaciada”… pero no en densidad. Una luz cenital azulada desmaterializa el espacio y los objetos. Las estanterías blancas vacías, las dos sillas también vacías y la serie de multiconectores eléctricos “encadenados” y dispuestos para ser utilizados proponen un contexto desestabilizador a la hora de contemplar un film difundido por una pantalla colgada del muro: BlueComplot 1.0 (2009, 7 minutos en bucle). En el video, un ritmo entrecortado de respiraciones rápidas sincroniza una gran serie de imágenes fijas que muestran obsesivamente publicidades diversas (de objetos, viajes, situaciones, políticos, religiones…). Todo se entrecruza vertiginosamente con un solo punto en común: la utilización del azul del cielo como trampa para atrapar el inconsciente.
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Zona Caja Transitoria La sala ha sido transformada en un particular “gabinete de dibujos”… pero dibujos-motor de ideas en un sentido muy amplio del término. El eco de la gran cabeza que respira en el videomuro del HolyBilis inunda con su presencia el espacio. El suelo está recubierto con una moqueta oscura que traza caminos que se cruzan y construyen un plano de trayectorias posibles, como prolongación de los iniciados desde la zona Caja Negra. Sobre una mesa puede verse una gran cantidad de máquinas que parecen esperar a ser conectadas y, en un rincón, una gran fotografía de otro grupo de máquinas también a la espera (serie Políptico de equivalencias –melancolía–). Un panel explicativo sobre el muro retraza las conexiones del proyecto BlueSky en su globalidad, mostrando pistas que desbordan largamente lo que puede verse en Buenos Aires. Un agujero en la pared es prolongado por varias fotografías germen para nuevas ideas. En el centro de este espacio, una serie de sillas unidas entre sí invita al espectador a instalarse para contemplar una proyección sobre una pantalla de cristal translúcido. El video muestra imágenes filmadas con una cámara-microscopio del movimiento de un bosque de pelos-cable e inscribe lentamente líneas textuales que cuestionan las nociones de complejidad y de simplicidad a la hora de percibir la realidad.
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Zona Caja Blanca Al fondo la exposición, y detrás del muro-pantalla de cristal que cerraba la Caja Transitoria, nos encontramos con un espacio / sala de reuniones. Alrededor de una gran mesa, pueden verse varios sillones blancos. Aquí también la tenue luz azulada confiere un aspecto irreal a los objetos, lo que es acentuado por la palpitación de la proyección del video (que veíamos desde la zona Caja Transitoria y que ahora vemos invertida). Sobre la mesa ha sido dibujado un nuevo esquema de la serie La distancia de A-A’. En cierta medida estamos en una cabina de proyección y control. Un espacio en tensión para provocar la perplejidad y el desplazamiento de ideas (¿Delante? ¿Detrás? ¿Al fondo? ¿De A a A’?).
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Biografía
Francisco Ruiz de Infante • Forma: Frágiles construcciones
Las referencias a los pasajes
3. Construir situaciones de un
habitables dispositivos recorridos
infancia / adolescencia / estado adulto
desorden altamente sofisticado... y
expositivos imágenes fijas imágenes
recorren sus diferentes proyectos,
dibujar su cartografía.
en movimiento sonidos dibujos
haciéndonos entrar en espacios en los
textos performances espectáculos.
cuales lo “extraño cotidiano” se hace
EAHCI (Espacios y Actos Humanos
En su concepción del espacio
evidente (lugares para el aprendizaje,
Complejos e Ineficaces)
4. Observar la diversidad de los
5. Verificar los límites de la frase:
expositivo, la noción de “recorrido” es
desequilibrados juegos de construcción
predominante. Así pues, traza pasajes,
a escala uno, espacios de violencia
“Decimos lo que hacemos... hacemos lo
caminos, túneles, puertas… del avance
aparentemente absurda, laboratorios
que decimos”.
de las comunicaciones. Rituales físicos
en pleno desarrollo...).
de acceso hacia sus “arquitecturas” a
La obra de este autor es un
6. Comprender y fragilizar el concepto de “prohibido” mediante
medio camino entre la construcción
gigantesco “juego de pistas” en el que
la invención de reglas para extraños
y la ruina. Construcciones que son
cada espectador debe encontrar su
juegos.
generalmente el resultado de una
propia lógica.
7. Activar ecosistemas in vitro... en los cuales las nociones de intruso,
experiencia in situ llevada al límite. • Excipientes: Algunos estados
catástrofe, transformación y/o
• Catalogación: Artista “fuera de
efímeros (presente / pasado / futuro),
evolución son tenidas en cuenta.
formato”, pertenece a una generación
algunos espacios inestables, algunas
cuya sensibilidad es marcada por
paradojas (mamíferos acuáticos / malas
muy física, que la vida es un “negocio
el encuentro y la confrontación
hierbas), dos dualidades falsamente
arriesgado” y que es necesario siempre
de máquinas audiovisuales para el
similares (lo real / lo imaginario
el permanecer alerta.
control y el divertimento con otros
y viceversa), algunos medios de
materiales aparentemente más simples
comunicación (televisados o no) y
y cotidianos. Ruiz de Infante hace
otros complejos aceleradores del
juegos y malabares sin complejos entre
inconsciente.
(geométricas y de valores).
urgencia”, intentando reconstruir la
• Tareas de investigación (objetivos,
cosa inacabada”.
manera como funciona la memoria
obsesiones y terrenos de observación):
• Tareas de orden alquimista: a. Problematizar escalas b. Comprender la necesidad de “la
la “alta tecnología” y el “bricolaje de
cuando nutre el presente: mediante
8. Mostrar, a veces de manera
1. Regenerar algunos métodos
c. Rentabilizar el error. d. Alimentar copiosamente el
embestidas llenas de errores de
constructivos (imposibles a clasificar)
acuario donde viven las polisemias
información, o a partir de torrentes
de la infancia.
vertiginosas (Cf. Proyecto BlueSky y
de imágenes que recomienzan indefinidamente.
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2. Permitir la visión de algunos lugares ocultos... sin traicionarlos.
Proyecto INDEX) http://cvc.cervantes.es/ artes/p_corrientes/expo2.htm
• Selección de referencias: Las bellas
También ha expuesto su trabajo de
Varios de sus videos son visibles
mentiras de la tradición oral (infantil y
instalación en lugares como el MAMCS
en la colección del Centre Pompidou
adulta), los descarrilamientos violentos
de Estrasburgo, la Kunsthalle de Bonn,
(París) y el Museo Reina Sofia de
de Nietzsche, el fríocalor de Bob
el Stedelijk Museum de Ámsterdam, la
Madrid, entre otras numerosas
Wilson y sus organizaciones sonoras,
Fundación Botín de Santander, el Museo
colecciones de museos y mediatecas
las muecas de Tadeusz Kantor, los
Carrillo Gil de México D.F. y el Grand
internacionales. La mediateca del
niños de Vitali Kanevski, el flujo de
Palais, el CAC Le Plateau y el Museo de
CCEBA también dispone de una amplia
Deleuze, las aventuras contrastadas
Arte Moderno (ARC) de París…
selección de su trabajo.
de Courrier International... y también
Trabajos recientes: En 2007 deben
Proyectos para o con el espacio público:
los viajes de Tarkovski, Lars von Trier,
ser señaladas las exposiciones Mesas
Desde 2001 ha realizado varios.
Eugène Savitzkaya, Deligny y René
amplificadas (FRAC Champagne
Actualmente prepara una intervención
Daumal.
Ardenne, Francia), +Insectes (CAC La
en un puente de la ciudad de Curitiba
Panera, Lérida, España), un recorrido
(Brasil), dentro del contexto de la
de piezas monumentales para el
Bienal VentoSul 2009.
festival Mirages et Désirs (Izmir,
Artes del espectáculo: La colaboración
Cuando aparece un gran deseo de
Turquía) y la participación en el festival
(en el sentido más amplio del término)
viajar hacia la zona blanda.
Scénographies Urbaines (Kinshasa,
con el coreógrafo Loïc Touzé (Un
República Democrática del Congo).
bloc, 1997 y S’il y a lieu, 1999) y el
• En qué casos utilizar este producto:
• Advertencias al utilizador:
En 2008 realiza La edad de las
compositor Christian Sébille (desde
serpientes dentro de la exposición
2003) han sido experiencias necesarias
La trayectoria parabólica de este
El encanto de la tecnología (ZKM de
para inventar relaciones más complejas
producto puede producir vértigos y
Karlsruhe en Alemania y MEIAC de
con el espectador.
estados metafóricos delirantes.
Badajoz en España) y participa en la
exposición Banquete. Nodos y redes
Francisco Ruiz de Infante es
• Otros links:
(LABoral, Gijón, España). A partir de
http://www.mediatecaonline.net/
ese año inicia la serie evolutiva de
de Estrasburgo y codirector, junto con
Obert/EP00026/www/enter.htm
exposiciones e intervenciones BlueSky,
Ermeline Le Mézo, del Centre des Rives
http://www.itinerariosdelsonido.org/
que se concretizan en 2009 con
(un lugar para el arte contemporáneo
http://heuredepointe.net/spip/spip.
intervenciones individuales o colectivas
y documental en contexto rural, Haute
php?article35
en Argentina (EFT y CCE de Buenos Aires),
Marne, Francia).
http://www.elbabenitez.com/artistas/
Francia (Nuit vidéo de Nancy, Atheneum
ruiz_infante/enter.html
de Dijon), España (Artium de Vitoria
profesor en la Escuela Superior de Arte
Gasteiz), Marruecos (FIV de Casablanca) y • Algunos actos destacados de su
Polonia (WRO’09 en Wroclaw).
trayectoria:
Videos: Dentro de su extensa producción pueden ser señalados el largometraje Los
Exposiciones: La construcción del
lobos (1995) y los cortos Las cosas simples
puzzle (Guggenheim Bilbao, 2000),
(prix découverte en el Festival du Nouveau
Mixing the air (sabotage) (III SITE
Cinéma de Montreal, 1993), Colisiones sin
Biennial Santa Fe, Santa Fe, EE.UU.,
título (2001), La piedra de NY (2005) y, en
1999), Collisions (PAC de Milán,
2009, B.S.o.D. (Training attitude).
2001), Non Lieu (Rio Scenarium, Río
Actualmente está terminando varios
de Janeiro, 2001), Fly simulators
nuevos trabajos dentro de la serie BlueSky
(Ujazdowski Castle, Varsovia, 1998),
(HolyBilis, CamposEventuales) y un nuevo
Les sons de Survie (CAC La Ferme du
largometraje: Ecosistemas BlueSky.
Buisson, París, 1997), Trembling (Museo
Su trabajo monocanal es distribuido
de Arte de la Universidad de Houston,
por Hamaca (www.hamacaonline.net/
2002), Habitación de lenguajes (MNCA
autor.php?id=134), Heure Exquise! y
Reina Sofía, Espacio Uno, Madrid, 1998).
Videographe.
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