LA PRESENCIA Hola me llamo Raúl y últimamente ocurren cosas muy raras, tengo dos hermanos uno es Mario y el otro Isaac y mis padres Clara y Rubén. Mis hermanos y yo tenemos un cuarto para los tres, ya que la casa es muy grande y tenemos miedo porque últimamente se escucha ruidos que proceden del armario de la parte superior de la habitación. Algunas veces se escuchan voces de niñas diciendo ‘¡Marina, Marina!’, mi hermano Mario que es el más pequeño y su cama está al lado del armario se duerme en mi cama y muchas veces se pone a llorar. Mario es sonámbulo y algunas veces se sale de la habitación. Un día en una fría y oscura noche de invierno le ocurrió algo raro a Mario, él era sonámbulo, pero no para llegar a un extremo, eran las 1:50 de la noche y vimos a Mario sonámbulo dándose golpes con el armario donde se escuchaban ruidos, nos asustamos y llamamos a nuestros padres, se lo llevó de nuevo a su cama, ya que estaba dormido y a la vez sonámbulo. Eran las 2:45 de la noche y se escuchaban ruidos en la parte de abajo, Isaac tenía que ir al baño y nos daba miedo, pero lo acompañé, llegamos y Mario estaba dándose golpes de nuevo en el armario, la volvimos a agarrar y lo llevamos a la cama y cerramos la puerta… Más tarde miré al reloj y eran ¡las 3:33!, se supone que esa hora es donde aparecen más espíritus en la noche. A lo largo de ese minuto, es decir los 60 segundos hasta que se ponga el reloj a las 3:34, en ese minuto se escuchaban golpes en el armario como si fuera alguien queriendo salir. Mario se puso a llorar y vinieron mis padres, mi madre se durmió toda la noche con nosotros en la cama de Mario.
Al día siguiente le pregunté a mi madre cómo había dormido. -Raúl: qué tal dormiste. -Mamá: muy bien y además no se escuchó ningún ruido. -Raúl: es extraño, antes de que vinieras parecía que daban golpes dentro del armario… (Se empiezan a dar golpes en nuestra habitación y…) -Isaac: ¡mamá!, ¡mamá! -Mamá: ¡¿qué?! -Isaac: Mario se ha encerrado en nuestra habitación con pestillo y se escuchan muchos golpes. (Mi padre va para allá y hecha la puerta abajo) -Papá: ¡¿qué te pasa Mario?! (Mario está llorando en el suelo diciendo ‘¡ayúdame, ayúdame!’) -Todos: tranquilízate, tranquilízate, estamos todos aquí. Después de dos días Mario está muy raro, nos mira mal, nos habla mal... Una noche algo raro sucedió: Mario vio algo detrás de la puerta, era su amigo imaginario, me decía: *hermano te presento a mi nuevo amigo*. Al día siguiente me levanto a las 10:00 y desde la cocina veo a Mario hablando a la nada, fui para allá y le pregunté: *¿con quién hablas? *, Me dijo: *con mi amigo, ¿os es que no lo ves? *, Le dije: *¡ahí no hay nadie! *. -Raúl: mamá, Mario ve espíritu. -Mamá: ¿de qué hablas? -Raúl: le habla a la nada y dice que es su amigo. -Mamá: eso no lo sabía, pues creía que hablaba con su peluche.
-Isaac: mamá, ¿sabes dónde está Mario?, es que lo he buscado por toda la casa y por el jardín y no está. -Mamá: yo no lo sé, vamos a buscarlo. -Papá: ¿alguien sabe dónde está Mario? (Todos buscando a Mario) -Isaac: ¡mamá!, ¡papá! -Padres: ¡¿qué?! -Isaac: ¡Mario está en el armario de nuestra habitación! -Raúl: ¡¿qué haces ahí Mario?! -Mario: mi amigo se esconde aquí cuando tiene miedo… -Mamá: ¿tu amigo?, ¿quién es tu amigo? -Raúl: ¿y de qué tiene miedo? -Mario: no lo sé, no me lo quiere decir… -Papá: Mario preséntame a tu amigo… -Mario: puedes verlo a través de este espejo. (Papá mira a través del espejo y no ve nada) -Papá: no veo a nadie. -Mario: ¿no notas su presencia?, está detrás de ti. (Papá se gira, pero no ve nada. Todos se quedan mirando). -Papá: hijo, pero si no hay nadie.
-Mario: papá, yo tampoco puedo verlo, pero noto su presencia, dice que pronto podré verlo. -Raúl: ¿cómo sabe todas esas cosas Mario? -Mamá: no sé de dónde ha aprendido esas cosas, es muy pequeño. -Isaac: Mario, ¿qué más te ha contado? -Mario: dice que es un secreto y que no se lo cuente a nadie. (Se hace de noche y Mario se va a la cama) -Raúl: Mamá, Mario se cree que es su amigo y no lo es, no está vivo y lo que más me ha sorprendido es que dice que es un secreto… -Mamá: pues sí. (Están viendo la tele y se escuchan voces en nuestra habitación) -Isaac: mamá Mario está hablando solo en nuestra habitación. -Papá: ¿Mario, con quién hablas? -Mario: con nadie… (Mi padre se asoma por la puerta y no estaba dormido, estaba hablando con su amigo imaginario) Decía: -Mario: ¿de qué tienes miedo? (Mario habla con él, pero los demás no podemos escucharlo ni verlo)
Al día siguiente. -Mamá: Mario, ayer cuando te fuiste a la cama estabas hablando con alguien, ¿con quién? -Mario: con mi amigo. -Mamá: lo sé, pero ¿cómo se llama? -Mario: me dice que no se te o diga… -Mamá: ¿cuándo te lo dijo? -Mario: me lo acaba de decir… -Mamá: ¿dónde está? -Mario: detrás de ti. -Mamá: ¿puedes verlo? -Mario: no, pero puedo sentirlo, noto su presencia. -Mamá: ¿y por qué le dijiste a papá que lo puedes ver a través que el espejo que le enseñaste? -Mario: porque solo puedo verlo yo a través del espejo. -Mamá: pero, ¿y si se rompe? -Mario: dejaría de verle u ocurriría algo malo… -Mamá: ¿cómo algo malo? -Mario: no sé a qué se refiere… (Estamos todos comiendo y Mario empieza a charlar) -Mario: ¡hola! (En forma amigable) -Isaac: ¿a quién le dices ‘hola’?
(Mario sin echarle cuenta a Isaac sigue hablando con su amigo imaginario) -Mario: ahora no puedo jugar contigo porque estoy comiendo… ¿tú no comes? -Mamá: Mario, come y calla. -Mario: sí. Al día siguiente: -Raúl: Mario, estás muy confundido, él no existe, es producto de tu imaginación. -Mario: ¿cómo?, no te entiendo. -Raúl: tu amigo imaginario no es real. -Mario: sí lo es. -Raúl: si fuera un humano de verdad podríamos verlo y escucharlo. -Mario: sí es real, es muy real… -Raúl: también si fuera verdad no viviría en casa y tendría casa, y además, no se escondería en nuestro armario. -Mario: me da igual lo que digas. (Mario se va sin echarle cuenta a Raúl) (Raúl le cuenta todo lo que le dijo a su madre) -Mamá: Raúl, déjale ya se le olvidará… -Raúl: ¿y si no?... Más tarde:
-Mario: papá, ¿sabes dónde está mi espejo con el que me comunico con mi amigo? -Papá: no lo sé, pregúntaselo a tus hermanos. -Mario: Isaac. -Isaac: ¿qué? -Mario: ¿sabes dónde está mi espejo con el que me comunico con mi amigo? -Isaac: ¡¿por qué lo iba a saber?! (En forma grosera y alterado) -Mario: has sido tú, ¿verdad? -Isaac: ¡qué pesado eres!, ¿por qué iba a quitártelo? -Mario: si me lo quitaste nos pasará algo malo... (Isaac no se cree lo que le dice Mario y en realidad se lo escondió él) -Mario: Raúl, ¿sabes dónde está mi espejo con el que comunico con mi amigo? -Raúl: no.-Mario: creo que me lo ha escondido Isaac, se puso muy raro cuando se lo pregunté… -Raúl: yo sí que no lo sé. (Mario nos lo preguntó a todos) Al día siguiente: -Isaac: Mario, ¡mira lo que he encontrado en el armario! -Mario: ¡es mi espejo, bien!
-Raúl: Mario, ¿dónde encontraste ese espejo? -Mario: cuando nos fuimos de nuestra antigua casa a esta, me lo encontré en el armario de nuestra habitación. -Raúl: ¿de quién sería?... -Mario: no lo sé… -Mamá: sería de los que vivían antes de nosotros en esta casa. -Raúl: supongo… (Estábamos cenando e Isaac hizo una pregunta) -Isaac: Papá, ¿quién vivía antes de nosotros en esta casa? -Papá: no lo sé hijo, nosotros restauramos la casa. -Raúl: si esta casa se restauró, entonces abandonaron la casa, ¿no? -Mamá: no lo sé… (Nos fuimos a la cama y Raúl cogió el portátil) - Mario: ¿qué haces? -Raúl: investigar quién vivió en casa. -Mario: vale.
Raúl estuvo hasta las dos de la mañana investigando con el portátil. -Raúl: mamá, anoche estuve investigando y aquí murió un niño y su madrastra Marina. Por eso la casa se abandonó. -Mamá: ¿de verdad?, ¿tienes la página guardada? -Raúl: si, lo deje encendido para eso. (Raúl le enseña a su madre la página de internet) -Mamá: tienes razón. -Raúl: por eso mis hermanos y yo escuchábamos una voz que decía *¡Marina, Marina! * y puede que también tenga algo que ver el amigo imaginario de Mario. -Mamá: pues si y, además, decía que tenía miedo de algo y por eso se metía en el armario. -Raúl: Mario, sabemos el secreto de tu amigo. -Mario: ¿así? -Raúl: si -Raúl: ya puedes decirlo. -Mario: vale, mi amigo se llama John y murió por culpa de su madrastra Marina, estaban jugando al escondite y su madrastra se olvidó abrirle la puerta y se asfixió. -Mamá: tengo una idea: vamos a mudarnos de casa y el espejo lo dejas en el lugar de dónde lo cogiste. -Mario: vale.
Al final nos mudamos, Mario se despidió de su amigo imaginario y dejó el espejo en el armario, mis hermanos y yo estábamos más tranquilos, ya que no se escuchaban golpes en el armario y ya no dormimos todos en la misma habitación y la casa era más chica.