Revista Tectonica No. 18 Rehabilitación I

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•únicaml!nll! pued~ ~r jusliciiJ a una obra del pasado aquel para quie11 ésta es presente uiuo, que ha

<tprendido a Cllfentkr su lenguaje y le responde

COl! ·" '

propio trabajo.

Para él, un m.omen.to es un lugar en el que se instaló el espíritu para quedarse, para. que se considere su

mensaje)' se le conteste... • RudolfSchwarz.

D1t Bou.unot dtr Ge¡:emrorl. lmmatrikulati~e

Diisseldorf, 1959.

Presente continuo n monumento es un documento del pasado

multáneamente todos los presentes que dignificaron

que Luvo un origen y un destino creciente o

menguante. Su arquitectura encamó unos vn· lores, unas leyes, una inteligencia, una ooUeza. un ca· ráctcr, un espfritu peoe1rado en su sustancia y amasa· do en el tiempo, que la hicieron ser unas veces admira· da. otras ignorada, y en muchos casos despreciada, y en cons«uencin engrandecida, conservada o degrada· da en un presenw continuo inacabado.

su condición, no descartando incluso In quo sabe inhi· birse para dejar que el tiempo sin medida sea el testi· go mudo de su existencia. De nosotros depende SliOOr ver, enwnder y sentir lo que cada situación demanda y el lugar que n001 corresponde en ese proee;o abierto que no. da la oportuni· dad de poder demo.-trar que sabemos dlStinguir entre lo que se debe afirmar y en qué nos deoomos someter.

Cada intervención sobre su ser la aparta o aproxima a su mejor condición: aquella Qtle pone de manifiesto sus

Cómo aunar fuerza, delicadeza, claridad y respeto. Cuándo grandeza significa renuncia o reclama atrevi·

cualidades más auténticas. Aquella que descubre y a umenta sus potenciales. Aqt1ella que es capaz de imbri ·

carse en au '"inteligencia", como si de un nuevo impuJ·

miento. Dónde adecuación es mesura y discreción o re· quiere presencia. Por qué nuestra actuación es neceAa· l'ia y cuánto aporta de verdad.

so vital se tratara, para hacerla renacer de sus propias entrañas en un cruce de autenticidades que veriJica si·

Vlctor López CoteJo, enero 2005.

U

2

TECTON:ICA rthabif!UKión 1 ~truct~..WM

Rtrtaut3Ción clt b Vaqueria do Calll't rn Santia,go d( Compostel;a, A

Coruia. 2003. ~VIc!/o

l.ópu C.tdo.


Fernando Juan Ramos Galino Anna Ramos Sanz

Intervenir en arquitecturas portantes

La rehabilitación de una estructura portante no debe quedarse en la simple recuperación d e su capacidad mecánica, sino que deberá llevar al arquitecto a coordinar con eflcada los múltiples factores que inter· vienen en el proceso. El arquitecto deberá trabajar con sensibilidad d e lnté<prete y con corrección ertructural, procurando que su Interven· dón resulte comprensible y atrac:t lva.. además de útil. Con estiiS pautas de actuación, Fernando R•mos, catedrático de Construcción de la

Escuela de Arquitectura de Barcdona, Junto con la también arquitecta1 Anna Ramos, abordan el dlagnóstko y la n:paración de l<ls distintas patologia• que pueden presentar las estructuras de fábrica, hormigón, madera y acero, prestando especial atención a los criterios de reversibi· lldad en las intervenciones. i la arquitectura es una representación de la eons· trucción. la construcción se propone lidiar antes que nada con 1()6 problemas derivados de la gravedad, hasta conseguir que ésta crabl\je a favor y no en contra del constructor. Utilización de la gravedad encendí· da no sólo como la fuerza con que car·

S

gmt, concargas y sobrecargas son atmldas poi' la madre tierra y por tnnto deben ser contrarrestadas por ella, sino también como e) aprovecha· miento de nuestros recursos para transportar y poner en obra materia· lea que frecuentemente pesarán más de lo que el ser humano es capaz de soportar por sí mismo, y que una \'et puestos en obra, gravitarán contra otros materiales contiguos, que deberán hacerse cargo de su estabilidad de fol"ma durable. Eo esw contexto, el valor arquitec· tónico de la obra portante se inere· monta, por cuanto no sólo deviene la muestra de un artificio sustentante, o la OXJ>res.ión de un sistema de valores y métodos generales para afrontar el hecho gravitatorio, sino que presen·

ta, aparte de una t.<lcnica de obttn· ción, manipulación y puesta en obr• de di,•eno• materiales posibles. b extenso epifanía de texturns,

dim••

sioncs y colores con que enfati.z.a.mt:l tanto lo interpretación sensitiva del maLeriaJ como su aportación al uso previsto y su valor ioónico de

rep~

scntación 1 on una determinada cultura del eon•truir y por tanto del babi· tor, o sea, del vivit. Si In orquitcctura representa siempre, y 1>0r t.anto iconiza (o pre-iconiza = preconiz.n) cua1quier construeciÓll que la haga real, la arquitectura de !a obra portante será doblemente re~ aentativa, por cuanto se nos mostl'3!'1 en ella, o un tiempo, la fonna (geomótrinl en que ese sistema construrtm resuelve y oprovecha la gravedad. 1 el modo de tratar el material, .sirnultánenment.e como una paleta de recursos Wcnicos y como una temía de valores simbólic08, específicos dE In cultura q ue cada arquitectura

vi'"

CXPI'CSil.

La re¡>nrnción de una arquitectum portan !.e no deberá quedarse pues en 1• simple repü6ieión de una dc-tenJri.


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(ft la pig1n1 antmof,

lo&pooaón

ratos 6t u" p.lar

Unio<nol d<

mdilc hallado en

~rtt.br.a. MICS Viif'l

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"" Roht, 1929. Rmabthtaoón. ·981-1986, autorts:

-llón. La fonu y

lgNIWdt Sofí

lktr:rmmar 11 solucl6n rtllmcnte:

Mmles. Cristian Cirid y F(f"n¡n&Jo

/\lid<•-dd p.la~ fonnado pcw

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las cfimtMiones l)(lmlllt ron

•~op~>d•.

Ramos.

rehabilitación 1 estnxturaJ l'ECTOHICA

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noda capacidad mecamca, sino que

El arqUitecto que inteniene sobre

debení llevar al arquioocto a declinar coo eficaaa las múltiples ecuaciones de la reparaci6o. restauración, rehabi·

una construccion preexistente t• tod.l

litactón e inten·encióo en Jo cooslrui· do, cooooptos harto freeuentemente

usados como simples sinónimos. Reparar ea reponer. ~volver al ele· mento dnñndo, lesionado o degradado,

su capacidad funcional, haciendo que 1:1 ua características mecánicas (en e l

caso de la obra portante) vuelvan a ser lo.s que fueron (o debieran haber sido)

en su primer momento de existencia. En la base de una reparación debcní existir, pues, un buen diagoósnco. Re$aurar es rcinstaurar. recompoo-

ner lanto la obra portante como su ambiente, a fin de que pueda ser gustada, o al menoo degustada, por les nue\·os visitantes (no en vano 1-es:tau·

rar' .se uso tanto en las artes como en In gastronomía). En la base de una l'estauraci6n deberá pues existir un 1>rorundo conocimiento, no sólo de la Ulcnica 0011 que se construyó la obra a 1'0Sl$Ul'RI'1 sino de Jns leyes arquitectóa

nica.8, muchas veces no escrita.$, SUI\· quo casi siempre construidas y legiblet~ en

lo• edilicios coetáneos. Rehabilitar es recuperar. Y para

AniJgu>

p,,_,,.,. ele

l.<ur>dt. lolln Klcnn. 1816.ll<hobilo1>0ÓI\

194ó-19S7 por~•n• DOilgast: ·a butn arqt.Aitecto d~erA tran~mitir (. .,) 1 ~

n!Cuperar es a meoudo necesario reu-

,.,..bil....,

sor. reutilizar.

Con algunas conladas excepciones de nrqwtccturas cuya simple contemplación puede aportar un uso suficiente para subvenir al costo de su

arqul.'b:tb5nKa y los

walom a.mbitfltaJes con q~~e fue: conctbido el edificio sob~cl

mantenimiento, la común ley es que

qut"

i n tervient~

Las fábritM se

EUJ'OP8. es una

~

jar c::on finurn de intérprete. P(lr supuesto que un interprete no puedt cometer falt.n.s de dicción, ni de sima· :ds, y que su Lraducdón tiene que ser oompronsible y legible, además de veraz. De igual modo, el arquitecto deberá i nLorvcnir con corrección osl:ructurul, según la• leyes de la buena conatruccjóo, y su intervención tiene que ser comprensible y útil. ademds de atractiva. As! como el buen intérprete debo? reflejar en 8\1 traducción la forma, o! esúlo y el eolado de ánimo ooo que sw interpretado se presenla, el but~ nrquioocto debera tronsmitir, para b gcntC6 de su propia época, de su mi3· ma cultum, In sensibilidad arquiteetónica y ni menos un ntisbo de los vaJo. res ombicntolc!:l con que fue concebido el edificio sobre el que interviene. No quisiera que esto último se con· fu ndiera con el casi el<lrno -y habi· tualmcnte falseado- debate sobre el tratamiento rnimótico o cxhibicioni.s· ta de la obro nue\'a, que ine\-;tabJemcnte apa~ en cua.lquiB intem:nción sobre lo c:on>lruido. por J1ÍJDij que ésta sea. Esta última cue,"'im noos llcvnrfo lejOB, muy lejos de la intención de C6te ortfculo y lo dejare. nu)6 paro mejor ocas ion.

Reparar edificios de fábrica

sólo Hob1·eviven los edificios que se

portante

utilizan. Precisamente radica aquf una de lna J>rincipales senridurnbres. y por tanto glorias, de la arquitectura

l.os edificios con est.ructura de muroo portantes de fábrica. sea ésta de can[Cr,n, ntnmJX'IStcría. ladrillo, bloque, adobe o LBJ>ial, constituyen una w:i.

taf'Niios y

en ~lnción con otras bellas artes. Muchas veces, arquitecturas pasadas corresponden a fines caídos en

~:piedra.

cot'lfiguran con plws

nuestro vieja

trua:ión preexistente) deberá trnbo-

ohido o en de.uso. En la base de una

dad reJotivame:nt.c coherente de rom· pon:.micnto freote a di\'ersas .solici· tac:iones mecánicas (terreno. sismo.

ladrillo. tlt.. trlbldas

arquitectura recuperada se enruen·

,.¡ento o mal di~o eslrudural~ odt

ron un naatuial

siempre, una fina búsqueda de loo usos que dicha arquitectura

otra fndolc (químicas, reológicas. tér· miens, etc.). Los ontllisis de causalidad patolo[!i·

sóhdas de divmm

aglotntraRtt o mortm>.

Ita, casi

podrfo soportar y ravorecer. Intervenir en lo construido es, sobre todo, interpretarlo, para ofrecer n los nuevos usuarios lo mejor del

Habitualmc:ntc: I n~

edilicio, leído desde nuestra cultura

gdetMse manifiestan

l'li'QUitoctónica (no tenemos

en la linea dtl

bien interpretado desde el reconoci-

mortero.

miento de las anteriores culturas que pasaron por é1 1 comenzando por Ja que lo construyó.

otra}, si

ca deben. pues, inwntarse mancomunodamentc pura los diversos tipos de fábricas, o fin de que nuestro terapéutic.o pueda con mayor facilidad afrontnr en primer lugar las caull'a!l paro ncutruliznrlas, si no querem<ls caer en una SÜUJ>Ie terapéutica !'inta. mátjca, con el Unico fin de tratar de reparar o paliar los efectos. Valdra.

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r~lf unto,)'

a ni\'cl de primera apro-

nmacion. !!ludiar en conjunto las li!a!ica. clf repanl(ión que nos resuJ. ":.!11 m.!5 oplicnbles a las diversas caur

analizada,.,, y aplicarlas. en una ·~-lula oproximación, a cada uno de .,, multipl"" mntenales que pueden oor.6guror una fábrica portante. "-ti

lA. OIRA DE FÁ.BitKA COMO U PAlMER Ml\n.IAL COMPUESTO

Una f.íbrico se configura como la tra-

ba7.ón, medinntc un 1\laterial aglomera.nlc, de dh1ersns piezas sólidas de rn{·nor d1men.sión que el element..o lf.l• ron ellu queremos conseguir. El Olllporlnmient<> de una fábrica será JIU"' el de un compuesto formado por tlllolterial rígido de base, y el material •o.Wn.uiamente) Huido de encajo, adllereneia y b<!Uado. E.3te matcrinl de encaje suele ser mortero Me n•·cilla, cal. cementos r.aluralcs, PorUand, resinas ...) y sus

caroet.err.sticas de fluidez vuriarán con~tidcrnblcmcnLc

en el tiempo, pue.to que lo que~ p•·etende es preciJ~amentc que orrczca durante s u pue,tn en obro una gran plasticidad. Eslo permitirá adaptarlo al rígido aat.rial de base. configurando así la ilrma d..eada para el conjunto de la fíbri<a mientm., una \'et alcanzada &h:l forma. lo deseable será la indeIOrmabilidad del col\iunto y por tanto lo del mortero. Dicho variación de la plasticidad se encuentl'o CJ\ el origen de buena par 10 de la ¡>al.ologrn de las obras de f:íbrica, pucst<> que dificulta la adapladón de é.<Las a variaciones en el fir· me, en las solicitncioncs o en el estado de degradación del material de b:1se. una vez las juntas hayan adquindo una rigidez pétrea. t:M muestrll paradigmática nos la proporcionan loe morteros de cal Su pb;litidad en el momenl<> de la fabri· CICión y )l<IEI>Ia en obra es casi total, mientr.13 que su resistencia mecánica es muy e.casa Haráfalta que pierdan 4

por evaporación e l ngua sobrante,

necesaria ¡>aro asegurar la correcta adoplación dolmorroro a las variables .v rugosas su¡,erficiet:~ del mampuesto configurando una junto adecuada. P~ro

aún entonces el mortero joven

e>tara dotado de una considerable <.lpocidad do adaptación a las poste·

riores deformaciones de lo fábrica, vengan éstas cau•adas por cargas nuevas, variables o simplemente diversas, por ...,;cnl<lo dil'erenciales o por otras deformaciones I!Obrevroidas.

Reparaciótl c1t grltus '"'Una vtz qu( ~ han

...,._,.. causas .X su

ap¡rióón- con inytedón de pasb

A8lRl\IIAS ADIHnLADA$ lH LA OMA DE

matriz agva-ttmento

FÁBRI<A

o r~nas.

Aunque por definición lns aberturas están más sometidas a los agentes atmosf6ricos, y po•· consiguie-nte a las lesiones derivados do ésws, los úni· cos aspecto.~ distintos de sus patologías son los derivados del reparto de cargas y de las deformaciones difc· renciales que ¡>uedcn derivarse. lA OUA

O(

FÁAKA l H AMOS Y

IÓVlDA.S

Tanto 106 arooo como lu bóvedas res· ponden a la definición de obra de fábrica, de la que conotituyen sendas variantes, que estudiaremos separo· <lamente, de Jos muros en hts: lesiones de origen mecánico, y conjuntamente con ellos en el real<> do la casuMico a tratar.

Para rtp;mr filbricas se putdt optar por

reforzar las mismas <'On

lOS CAMINOS DE LA lfP.UACIÓH DE

OBRAS DE FÁBRICA

La reparación de obras de fábrica implica casi siempre ele¡ir entre la simple limpieza o eliminación de lo dañado sin añadir elementos nue,·os al parament<>, la repooíción pan:ial o total de piezas o poramcnl<><s -sea con el mismo tipo de fábrica original, sea con un tipo d ife rente o diferenciado para hacer patcnt.c el coróctcr de la nueva ioter\•Cnción QI.IU80 l'ealiza- o bien el refuc•'W do los paramentos debilitados por 8118 lesiones. El refuerzo, a su vct, puede hacerse apelando a las mismos l.écnicas y arte-s que el primitivo maestro de obras habría aplicado ante el mismo problema, o bien recumendo a la más amplia panoplin de soluciones que la actual tecno!ogla nos ofreee. En el primer cnso~ frecuentemente utilizado cuando el edificio constituye un documento de reconocido valor histórico, scrri irnportonLc evitar los

anacronismos que puede conllevar un deficiente conocimiento de la hist.oriu de la construcción. En el segundo, el con•truct<>r ul.ili ~a­ rá las usuales l.écnicas derivadas de la inclusión de refucr7.()6 mctáli006, tanto

dementO$

metal iros como anc::la~ o armadurii.

dil>ujo sobtt ......

lineas. ~ddl'altt

Güdl (19CXH 914~

Antoni Gaudi (SaJa Hipóstila). Jost Antonio Martinez Lap.:rla y Elias Tones (1985). Refuerzo con

armadura de actm protegida con un

baño de resina epoxJ y morteros sin

retracdón.


Cuando d terretlo ttd~. sOOrc rl muro afte:tado apartttn -como COnSfCUt'tK:Ía de los esfuenos cortantes- una ~rir de grietas que tierldm .a adoptar la figura de un arco parabólico.

superficiales como lineales, fijados a la vieja fábrica mediante anclaj<ls metálicos, encolado con resinas o inclusión en mmtero, sea éste de cemento o de re.~·

na. Otra forma probable de incorporar estas armaduras de refuerzo consistirá en perforar previamente la fábrica,

para establecer en ella loo alojamientos de las inclusiones metálicas, que se fijarán iguabnente de alguno de los modos antes citados. El grave inconveniente derivado de la inclusión de refuerzos de acero en

obra de fábrica que nunca lo ha contenido, es que sembramos la semilla de una futura corrosión del n¡fuerzo, con el consiguiente futuro entumeci· miento de éste, el subsiguiente efecto cuña sobre la fábrica resultante y su En el dibujo de la izquierda. d cedimiento tiene

lugar hacia d punto M. Por el conttario, en el de la detrc:ha las grietas apartctn inclinadas en rl s~ntido opuesto, ~es el hundimi«~to se product ha<:ia la esquina N.

posterior fisuraeión. La aparición en e-,ceoa de posibles

refuel'2<)s de fibra de ,.¡drio, fibra de carbono, kevlar e incluso otros meta· les meoos propensos n la corrosión, permite vislumbrar un nuevo periodo en los sistemas de refueno, que nos empuja a procurar que, mientras

estas técnica;; se acaban de experi· mentar, nuestras reparaciones sean

lo más reversibles posible. Reparar estructuras murarías: el madzo y el hueco

L<ls muros de fábrica portante se caracterizan por una relación inme-

Existen diversos procedimientos para mejorar la eapacidad portante del terre-oo. la inyettiOO de resinas expansivas de alta d(ft5id3d es uno dt ellos. llegando si es nettsario a producir la elevación del cimiento.

j

diata y lineal con el tern¡no, hasta el punto de que, hasta linaJes del XlX, la cimentación de los muros portantes consistió en un simple ~do de los mures. El generoso espesor de éstos permite, por otra parte, una s uperfi·

r~

cie de contacto con el firme suficiente para soportar las cargas relativamen· tAl reducidas que el muro transmite y reparte. Cargas que, además. corres·

ponden en su mayor parte a la propia fábrica, que por tanto sufria la principal prueba de carga ~1) cimieotos

como en la propia fá brica- en e) momento de su en¡cción. Por ello, en

jf

nado, el asiento tiende a est.abilizme una vez consumada la separación del tramo de cimentación asentado. Ést~ arrastrará consigo en su asiento la parte inmediata del muro, formando familias de grietas que tienden a

adoptar la figura de un arco parabólico. Este arco es inscribible en un triángulo isósceles cuya base es ~1 tramo de cimentación afectado -si éste se halla en el centro del muro-o el triángulo mitad del mencionado si el asiento se produce en un extremo

del muro. Si la antigüedad del ru;i(¡llto es suficiente para que el muro SE> adapte a su nueva distribución decargas, el triángulo en que se ioscri~ el arco parabólico oonfo11nado por la grieta se aproximará progresivamen·

te a un equilátero. Hay una cierta tendencia entre nuestros técnicos a establecer una relación directa y casi automática en<n¡ grietas inclioadas y asientos diferenciales del terreno, tal vez oca· sionada por un exceso de simplifica.

ción en la enseñanza de las patoJ.. g!as de la edificación, a la que las reducciones de la duración de los estudios están en ocasiones llevan&• a ridículas caricaturas de Jo que debiera ser. A fin de evitar la repelición de estos errores, que acaban costando mucho dinero en recalces inne.

ccsarios y atribuyendo rospon.:;abili· dades erróneas a veces, enuncia!l"mos algunas características qte

deben reunir las grietas que indican la existencia de un asiento difereodal en un muro portante.

- Una grieta de asiento diferenctll •lace) inevitablemente, en el origeu del asiento; que se encuentra siempre en la base de la cimentación. Cuand:

muchas ocasiones estas lesiones

el asiento corresponde a un t:ran:::

central del muro, el espesor de la gri•

lESIONES POR ASitNTO DIFERENCIAL

pel'O

ción de la fundación con el

~.erreno,

cuyas variaciones pueden traducirse TECTONICA rehabilita(lón 1 estructuras

grietas está suficientemente cohesio-

comsponden a las primeras épocas del edificio, y hao conseguido ya la pasivación de sus causas.

Provienen de disfunciones en la rela·

8

en asientos diferenciales. Ési.os generarán en el muro esfuerzos cortantes que se traducen en familias de grietas eventualmente inclinadas. Si el mtu·o en que se ¡>roducen las

ta en su arranque puede aparecerca9

imperceptible -a causa del desplal3· miento vertical del tramo ascntado-la grieta existirá, y SCI'\~rá pnr.1 ayudarnos a entender dónde ha

comenzado el fallo relativo dellinrr.. · Los asientos diferenciales dt


muroR portantes suelen producirse

"'1.. tres pnmeros años de vida del edificio...,¡ .,.u¡ asentado en arenas o ~n' arenosas- y en los cinco pri· m~ si 'f.e' fl~iienta en arcillas o marf.v;

arttllosas. Pasado este tiempo,

.,lo una modificación sobrevenida al

terrtn<> (\·nrinciones del nivel freáti· ro, des\·iación de corrientes subterrá·

neas, exea\'nción próxima de túneles o muro!\ de c:ontanci6n de sótanos, ele.> o ni edificio (remontas, cambios ~;;tructura los

o apatición de nuevas

DEBIDAS A ASilNTOS DifERENCIAlES

producir nue,·os asientos.

Las lesiones que ocoaionahnente pue-

-implifiear las grietas de asiento mttndiéndolas como "inclinadas". su lbma, en asientos centrales. tenderá 1 definir un nn:o parabólico -más o l:lfnOto virtual- que en su parte supe-

rior y oontrnl 8<!rá por tanto de tan· g~>ntt hoñzontal, y en asientos del tramo cxLremo del muro tenderá a definir lo mitad de dicho arco, pudiendo pOI' tonto en el extremo del muro Alcanzar tnmbién lma tangen·

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lESIONES Of. FORMA '"tuNADA NO

Clrgo• de cierta envergadura) puede · Si bien existe una tendencia a

cimientos, por cuanto el asiento ya se estabilizó, y bsstará con fijar y/o sellar el muro lesionado. . No hay que dejarse engañar por la rotura de teStip: un teotigo que no se rompe es ensi siempre un testigo falso. La utilidad del humilde testigo estriba en analizar el movimiento de la grieta desde su coiO<ación, compa· rándolo con el do otros l.estig06 más o menos recientes.

cia horizonta1. ·En el tro>.odo de ese arco parabóli· ro ,..¡rtual, cua1quier abertura, puer· la, Yentana, grieta o junta preexis· kntt. será utiliuldlo. A diferencia de Jo, humanO!', el malerial nunca ha<:e t<iutnDO innece.ariM, y desviará su e:mtino para convertir en grieta la aOOnura yn existente. · Cuando en un muro existan dur· micn~. • unch0<1 o forjados con capa de compresión ormoda, se producirán en •mcRtro un.:o virtual retroc:esos y disconlinuidadcs ni nivel de estos ele· men~ de OLOdo horizontal. • Cuando el asiento diferencial es homogéneo, la grieta no presenta tllllbio de plano. Si el asiento es ere· ci<>n1• bocio una de las d05 caras o !uri3 un extremo del muro, la parte d. muro que hu descendido más ,...,.., preoentando también un cam· ilio n!>pocto al plano vertical. Pasan· do b rMno por loe labiO<! de la grieta ~odremos aprociorlo fácilmente. ·Si el pra<:eso de asiento se ha con· sumado, y el finne encuentra un nue'0 oquilib,·io, lu grieta deja de crecer, aunque mantiene In actividad de dilnmción -c:on1racción dla-na<:he e invierno-verano. Sin embargo, en e,t.a t:a.AO no será preciso recalzar los

den llevarnos u error por la fonna inclinada que adoptan S<ln: · Las lesiones por defonnación diferencial del propio muro, originadas por diferencia de c:urgn o por varia· eión en la calidad del mortero o del mampuesto. Las más frec\1entes son: las habituales ~riotas·bigow en el encuentro jamba-alféizar de tantas

~ LEJJ ~~

Alguoos casos dr

agrietamiento en muros p<K ce:dimiento del plano de asiento.

Las grieus ik oñgm si$t!Uco *ptan la

fog•"' dt CNz dt Son And<isporla

alttrnancia ere ntutrzos gtnmdm d1.1rantt ti proctSO.

ventanos de muros J>OI'tantes; ICts

correspondientes ni encuentro de la fá brica quo soporta una tor.·e con su hermana más arort..unodo que ya no la soporta; la que nace de la flecha excesiva de tantas vigas y viguetas

que soporteron un muro o un tabique hasta que un dín dijeron basta y flecharon (en fteeha central o en •·oladi· zo), dejando que el muro se las c:om· pusiera como pudiera con sus apoyos; las grietaJ!·bigute que aparecen en el apoyo directo sobre lo fábrica de vigas demasiado cargados o demasin· do delgadas, etc. .. Las grietas en esquinas pnxluci· das por dilatación cxocsivll de algu· nas cubiert.ns (pnrticularmenw del forjado de cubierta en azowas mal aisladas térmicamente). y a veces de a1gunos muros más .soleados. Suelen adoptar inclinaciones que podrfan confundir a alg111en qua no sepa que los asientos diferenciales nacen del suelo y no del cielo. · Otras grietas inclin!ldru~ produet· das en las fábricas portantes por esfue~os cortentes. aunque de difícil confusión, son las de origen sísmico, que e'•entualmenl.e adoptan la forma de cruz de San Andrós, pot· In oontra· dictoria alternancia de esfuerzos generada por el sismo.

El común dMo1ninudor de todas estas grieta<, y de ahf In proximidad

J Con el sisttma del "Jet Grouting• st

inyecta una lechada de «:mento a alta presión para

aglomerarst con d terreno; de este mi)(Jo st putdet~

rulrur lt.'C'AIIcts y porilollas.


1

en el aspecto y en la inclinación, viene del hecho de que corresponden a un fallo de la fábrica a esfuerzos corlan!A!s. En la casuí,"tica práctica eola similitud ha llevado a muobos recalces completamente innecesarios, y a atribuir responsabilidades a perso· nas inooontes. Valdrá pues la pena tenerlo en cuenta. Ret:alct con

RU'ARACIÓN DE LAS LE.SIOHU A

micropilotes. Jgle~la

CORTANTts

En general, la reparación de cualquier lesión implica la previa anulación de muros~ rdoruron las causas y la po6terior recuperación con la indwslón 6c de la capacidad portante del muro una •rrti<ub nn!A!s del fallo. La reparación de un c:tmmtadi•. asiento no debe hacen;e hasta que no se tenga la cer1&a de su pasivación, tras la neutrnlización de sus causas. Para eJJo conviene recurrir a un exhaustivo seguimiento ~e norma1Esquema de: •rttlcula mcnte combina UD seguimiento to!»' gráfico con loo !>'adicionales y trnmpoctmenuda~ Consm.e en una red de aos testigo&- que nos lo garantice. Si perroradon~ en los so dctcctn quo el asiento es aún activo, que se insertan habrá que estabilizarlo mediante redondos de attro recalce, sea ampliando el ancho de la (Q(I mOtttro de resina ciment.ación, sea haciéndola más proo de rormuJación funda basta encontrnr un estrato de .,.... Strlo dd<~< mayor capacidad portante. utiliz.¡r mfonllos dt El méllldo actualmente en boga de f*a dt wicfno o m~ora de la capacidad portante de la carbono pit1 ('WftM la cimentocióo considera su recalce con inNitabk C'OrTmión micropilotes. Tan es así que, a juzgar dr las arm"'urai. por las est.adlsticas de su uso en reparación de cimentaciones. uno se pregunta en su ingenuidad cómo la humanidad pudo llegar a constr uir nlgo nM.es de la aparición en el mun· Iglesia de San do de esta técnica. Ferdinando. Caserta Tal vez parte de este auge estriba (sigla< VI-VIl). S. en el hecho de que la maquinaria rtf'onó <:on un~ necesaria para su ejecución es la misrdkula «mtntada ma que In maquinaria que usan para para p»er abtir ~ los eond006 las empresas especializahuctOS CfiK' ata!Nn da.o en sondeos e informes geotécni· «godos. 008 (o fácilmente adaptable a ella), por lo que la misma empresa puede recomendarte el sistema y aplicártelo Juego, previo pago. Un amigo mío, muy mal pensado, dice que esto es lo mismo que poner al lobo a cuidar de las ovejas. Yo, por supuesto, tengo mucho más confianza en la honradez de lo humanidad en general, pero claro, nunca se sabe. Su principal virtud radica en que no se reduce UD ápice la seguridad de ck Sant'And11:a de41t Fratte, Roma. los

l !K\VI f\\

10

TECTOHICA rtf'labll.toteión 1 estructuras

lo cimentación existente. ya q~~~e tt 8.1\adeo pilotes (poli• rodiri. et t bella versión italiana de Fern.rn Liui) •in prácticamente des<abr b vieJa omentación, y en el uso de~ como encepado de homogenei,o'l' de las reacciones de los micropilote; El problema que a veces comportan suele consistir -<:u ando sólo se reea\. za con este método una parte del edi· flcio- en lu mayor r igidez e iodefur. mabilidod que producen en la cimen. tación de la zona •·cpnrndo. Esto P"" de traducirse, en ocasiones, en nu('vos asientos diferenciales -de esca.:a magnitud- en la parte no reparada Otro problema añadido es que mo6 incorporando un elemento met&lico, y por Ulnto sujeto a una futura corrosión, a una cimentación nada~· poco armada. con lo que t.a1 ,.ez e:.ia· mos alimentando im. oluntariamente a nuestros colegas reparadores d.: siglo J0.11. Una vez comp•·obada la neutra~za. ción do las cousas, procederemos a recuperar In capacidad portante del muro ori~ónal. Si en In lesión S<! ba producido el cambio de plano verti<al generado por rotación de la cimentación n que hemos hecho referenria. mi recomendación es clara: la • recupenu:ión será la ..-...trucáóo del muro afectado. Si ol cambio de plano no se ba pro. ducido, podremC>S proceder a reparar el muro afectado. La reparación pue-

de consistir en un recrecido general del muro, en una. inyección de pa.:;ta matl'it agua·cemcnto o de resinas, en un ¡p·apado oon elementos mctáliros, en una retículA cementada, o en uo trobado continuo del muro mediante zunchos dunnicntes. Tanto la reposición parcial o total como el roc:recido conviene hacerlo; con el mismo material del muro o"'• uno ligernment.e más resistente. La parábola de los sacos viejos cosidot con hilo nuevo viene aqul totalmente a cuento. Podrá ocurrir, no obstante, que la rapidez de ejecución nos lleve a inser· l.ar mnllozo o cha¡>a desplegada en ambos lados del muro, trabándolos con il<;ics o redondos conectores, y a p•·oycctor contra ellos una capa delga· da de microhormigón (6·8 cm por cara). E:n este caso, convendrá com·

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se

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probar rigurosamente la c(lrrecta oone.'rión del recrecido con los forjad05. La inyección mediante bombeo de pasla matriz en boquillas distribui· das a lo largo de la grieta, debe reser"arse e.'\clusivamente a empresas con uo alto nivel de especialización, tanto en medios como en recursos huma·

:aldiOr-

oos. La mezcla a inyectar en las grietas ha sido tradicionalmente una posta matriz de cemento y agua a

' la ndo r la

'sta

ión

:es.

partes casi iguales en peso, estabili-

Je-

zada oon algún aditivo oomo bentoni-

Je$a

ta uotros en un pequeño porcentaje,

la.

:a:á-

ra

o are

el

pre,·iameute emulsionada. En la actualidad, las resinas cpoxi y los y

morteros de resina )a han sustituido. Hay que advertir que, en el caso de las resinas, la coloración de los muros

puede ''enir afectada al cabo de un largo tiempo, por lo que se recomienda prudencia si los muros a reparar tiene frescos o tonalidades y texturas

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1-

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1

lfSfOHES POR PANDEO

Son también frecuentes en muros portantes. Se traducen en una grieta

una auténtica red de perforaciones, casi siempre diagonales al plano del mlll'O, en las que se insertan redondoo de acero fijados mediante inyección de pasta matriz o, más frecuentemente, de mortero de resina o de formulación epoxi. Los muros así reticuladoo adquieren, por supuesto,

horizontal en la cara "convexa" (traccionada) del muro deformado. Se sit.úa a la mitad de la altura de éste, con una separación de labios sensiblemente igual. En los puntos de arranque y fin de la grieta horizontal, ésta puede adoptar una doble inclinación buscando suelo y techo, como sucede en ocasiones en las proximidades de muros o tabiques que le sir· van de contrafuerte - donde a veces la grieta muere- en muros cargados homogéneamente. Frecuentemente son grietas de evo ~ lución vertiginosa, por lo que es necesario proceder al apuntalamiento inmediato de las cargas que soporta el muro ftexado, normalmente cargas de forjados o de jácenas, además del peso propio. Si es posible, el npuntalamiento debe hacerse de forma que no sea preciso desmontarlo para pro· ceder a la reparación, por lo que cier· ta separación de los puntales con respecto al muro es aconsejable cuando el tipo de estructura lo permita.

resistencias muy superiores a las originales, pero la corrosión del acero

REPARACJÓN DE FALLOS POR PAHOEO

aconservar. \-

El trabado se puede. también rcali· zar mediante zunchos durmientes, generalmente metálicos, configurados por pletinas o perfiles en L, a ambos lados del muro. & fijan a éste y entre sí mediante pernos roseados, conectores empotrados en el muro con mortero convencional (1:4) o con mortero de resinas, colocados a lo largo del encuentro del muro con los correspondientes forjados, y también (uno o dos cinturones, en función de la altura libre), en el tramo central del muro entre forjados. Para facili· tar la continuidad del cosido se suele elegir la altura de alfeizar y/o la de dintel de las ventanas.

El grapado suele llevarse a cabo oon redondos de acero de longitud variable - no recomiendo menos de 100 cm- colocados peq>end.icularmente a la grieta a inter...alos regula·

res -normalmente del orden de los 70-100 cm- tomados oon mortero de

resina o convencional>en rozas l'ea.1izadas previamente a tal efecto. El grapado debe realizarse, si es posible, .an ambas caras del muro, y por supuesto~ no conviene abrir las rozas

de un lado hasta que las grapas del otro han endurecido. La retícula cementada consiste en

que les hemos metido dentro los hace vulnerables en el siglo que viene. Creo que debemos hacer un esfuerzo, si elegimos este sistema, muy en boga hace unas décadas, para susti·

tuír los redondos metálicos por redondos de fibra de vidrio o de carbono, siempre y cuando se pretenda una duración del muro superior a los cieot.o cincuenta o doocientos años.

Las leslooes por

pandeo $C tr.~duccn en la aparición de

una grieta !)orizontaf

en 1~ coua c.onvt.Xa del muro deformado. Soo frecuentementt gtiet<ts de tvOIII(ión vertiginosa, teniendo

que p1ocederse al apuntalamiento inmedi.ato.

•, . . ., .: PlANU,

Una solutión para reparar fallos produddos por pandto es el re<:rec:ido mediilnte proyccrión dC' hormigón (A) C<H'Itr<l un mallazo (B) en ambas c..1ras del muro, contctadas

por pasadores metálicos (C).

Iglesia de San Lorenzo Maggiore.

N;po¡.,_ S.

La reparación de este tipo de fallos exige aumentar o reconstituir la capacidad portante del muro. Muy freeuentemente comriene plantearse el aumento de su espesor a fin de reducir la esbeltez. El recrecido del muro será pues una de las primeras

soluciones a plantear. Dado que la filosofía del recrecido se analiza con

algo más de profundidad en el capitu-

consolidaron los

.,

gran<les pilares dt lil

navt ttntral

.· .

me'<liante un cosido «ln una retlcula «mentada.

1' · 1- .

., '

·~

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rthabihlació'' 1t1tructuras TECTOHICA

11


lo de la reparación de pórticos de ho,... migón, no repetiremos aquí su glosa, aunque vnle la pena mencionar a lgunos aspectos de los diversos materia· les a utilizar. Uno buenn filosofía a doptable en cualquier re)mración es que la mejor de ellas es In que aplicaría el viejo maestro que construyó el edificio a reparar, con los materiales de que disponfa1 siempre y cuando esté a nuestro alcance en material, en capa· cidad del personal y en nuestros

Potlo c... tr.l.

mos acortando su fcdta de roducidJC tnl v"" a uno o dos siglos. Qui"" tl edificio no está previsto pam durnr t.nnto, o se prevén intervencionc:- pt.~· tel'iores. Pero cuando se trato d11

'*"''

nuestra parte resultará muy niente. Si toda'ia no dispone~ dtsoluciones alternativas de refu~l'1(f

no metálicos a precios sufieientctneD· te asequibles o a disposición de cual·

Po•· tanto, e l mejor materia l de

quier albañil, convendrá encontrar

Municipal de Xiltiva

recrecido será el que constituye la

soJuciones que puedan hacerse tt\'CI..

(Valentta), 198S.

fábr ica, o el do características máa simil>rcs a éste. El único problema que esto comporta radicará en el espacio que un recrecido exige, del

aiblcs en un momento dado.

\'ea!S

no se

~-pone.

En este

Los puntos donde se

en las bóvedas y

localizan las

111cos son trts: la

que nos 1>errnitn un recrecido funeio-.

lM tOnuas estructurales de an i m al<~·

fracturas, por ser las zonas mH ptligrosts

dave (e) y los dos riñones (a, a).

nalmont.e válido.

¡

'

.•..·. :.~~.·::~:·.·=~~. 1 Si dofM\In las c.ar¡as

dominanta, las cinco

"'"ates. el arco st abft tn anoo puntos

fr>ctum!<

( ~~quierda).

Si por ti

contrario son c:argas

Reparar bóveda• y cúpula o F~lix Candela -probablemente uno" los mejores arquitectos espailol.,. el<! siglo XX- parte, en su análisis de lu cáscaras de doble curvatura, de un axioma extraído de In ob$crvnción de

convendrá recurrir al material inmediatamente próximo en módulo e lástico y en coeficiente de <lilatación Cl'ISO,

manifiestan tn sentido tormario (dcr<cha).

laterales lis

Si la ausencia de espacio se con·

y plantas, a cuya demootrnción físioo· matemática consagró imJ>O rlonl(!~

vierte en acuciante. podemos recurrar al trasdosado de ambas caras del muro con perfiles tubulares, perfiles en U, L. T o pletinas. Se traban entre si mediante pernos roscados embebi· dos en el muro con mortero de resina o simpleme nte con mortero. Las

Segun dicho axioma, •una s uperft<1 de doble curntura se deforman!, lllllt un determinado estado de car¡a.•, hnsta aleanzar una geometría en qu cada uno de sus puntos (hoy diríam01 clemcnt"" finitos) trabajen a t<acC16n

separaciones estarán calculadas p..1.ra

o a cornptesión, pero no a ftcxión". Si

evita r el ¡>nndco de las piezas metálicns de refuerzo. En el encuentro oon el techo se colocan largueros de perfil U a ambos lados del muro. Éstos reciben la carga del forjado o las jácenas paro repartirla con el refuerzo metálico anexado nl muro. Existe, igualmente, la alternativa del rec•·ooido mediante la proyección

en esta deformación los esfum·..,

de hormigón oont.r a un mallazo o uno Apatidón dt lcsiOMs y grirtas en una ~po<

conccntraoón dr: a~

para los que

no ntaba preparada.

cha pa do acero estirado, anclado o ambos Indos del muro mediante conectores metáJicos embebidos en éste. El problema de est8 solución radica eo la dilicil verificación de la efoolivo puesta eo carga del refuerzo, aunque al meoos s irve para reducir un poco In esbeltez y "coser" la grieta de t racción a parecida. La vieja sentencia hipocrática "p r i ~ mum non nocere" es perfectamente

a)>licablc a nuestras reparaciones. Cuando añadimos acero a elementos que hasta ahora no lo poseían, esta·

e' y c' fi

Lirse a nuestros descendient.cl'-, un .. ruerw de reftexión l'l!llponsnble por

conocimientos técnicos.

que a

n

rcpnrnciones en fábricas port..anlc11 pa Lrimoniales destinadas o trnn<m>

Restauraa6n de:l Almt~drn para museo

AUfOf: Giorgio Gr~ssi.

d

asfuerros, no siempre con igual Cllto

n d a n q E f ti

inducidos de compresión o de lncci(m no s uperan la respectiva capoc•d•d portante del material, la bó--edl habrá alcanzado su eslado de equiibrio y permanecerá en él. En '"" contrario. colapsará. Este posible axioma n06 permite ant~nder

que casi cualquier bó\'odo

existente que reJ)Aremos hnb1·A

tllcanzndo, tras su construcción, dCI"' ci mbrado y deformación, la forma y ti est.ado de equilibrio evocados. Dado que la deformación primigenia ,. produjo con un mortero muy hE'rD (de cnl probablemente) y por tan.. todavra plástico, la fábrica se reacomod6 sin problemas. Como el mortero (y a<m más si NO do cnl) ha incorporado con el t icm¡>l cada vez más carbonato cálcico, ~u rigidez dificultará la asunción dt nueva& deformacione-s posterio~ inducidas por cambios en ~u ~t.G

I d


1 r l

'

;

di earps, originados por múltiples Cia...., poSibles (asientos, dilatacio·

l.esionts O'l \N\1 bóoed• dt aolóft. las

""'- d<gradación del material, \'11CÍa·

gñms ton•ftucl"'*'

cióo de bs car¡as. ere.). La bóveda,

(A) ""'"!>'<"~mente ponrtndo

ya ngida, uuminl su nueva deforma· <ion fi;urándoee, y aprovechará la/s 6sura/s como una bisagra que le per· mita encontrar una nueva geometría

pd..,_

tn~iauna

u~ 1

imutkitncia dt t"Stribos, un tslado de

El encamisado puede:

de equilibrio, e\'Ítando así el colapso. En la ~paració11 de bóvedas y túpuln.s convendrá no rorzar las for ·

cargas próximo al colapso o un asiento

h•ctrst por d trasdó-s

d ifeu~~ial

dt las

mt1s olconzadas en esta evolución

imposta~ la~

fiJuras (8)

~~métrico., 1)()r lo que el encamisado> total o porcial, pero siempre simétri· ~\de bóvedas y cupulas, con ladrillo, mort<ro y/u hormigón oon mana IJ<1áli<a, ha oonsl.ituido la solución hlllitU31.

(C) o d ;"trarl6s (D)

dt la bó~eda. En estt último caso~

,,.,.,¡.,

t...

proyectará un

únic¡¡rncnte lfecttn 1

mkrohormigón sobrr:

la tstétitl y no 1 11

la ,¡rma<hna

csllbolrdld.

dls.pltt':Sbl.

l'OWIIWIO

Corui•tc en la ooostrueción de una nueva copa envolvente de la bó"•eda, de espesor promedio igual o inferior al de ésto, en el que se incluyen elementos do ntirontado y/o encadenado que 0\'iten nuevas deformaciones. Estos elementos ¡>uedell ser arcos fdjone! do ccrámi"" o de hormigón, tirantes configurados por perfiles nw1álioos o de madera, encadenados >.'I!Uid01 y simples maUa.zos envuel· ltl f'D mort.ef'O u hormigón. Deode la aparición del microhormi· gón proyectado (tamaño máximo del :L'Ído 10 mml, existe la posibilidad, anteb negado, de encamisar las bóvedas por su cnra inferior. Parece obvio indicar que con ello se pierde la

rlsión del aparejo abovedado, pOr lo que esto operación, tal vez la de menor oosLo, sólo puede reservarse a túneles de boJ"migón o de fábricas cuya memoria formal no interese. S.. cusl sea la cara envuelta y el rnattrial de encamisado -y esté éste amado o ro- resulta necesario est.ablf<er conec10ros entre la capa anti· ~.13 y 1.'1 añadida a fin de hacerlas Ira· hljar coqjuntamente. Frecuentemen· t•esl<lo conectores son ~Olidos o per·

R~ración

dt una bóvtda mt<hantc

misma. En la im,¡grn ~e ha aña<Jido una

enamisado. Supone

capa de hormigón

a~ldu

una n .rtva

capa dt rducao a la

para que el conjunto pueda trabajar solidariamente.

armado t<1n Jos

and.ajo l'ltt'Oarios hra rdorzar tn an:o flttlcmos aptarb

prtvian.entt: después rtalizaranos un sobttarco 6e hormigón armado unl6o al primeto y

ar;clado a los muros rn lo~ mechinalcs.. tal como st indita tn los dibujos..

~de acero, tom.ndoe en la vieja bó\"& d:~ mediante

perforaciones en las jun· tas y mortero epoxi o tacos químicos. El problema es que con esto intro· ducimos el huevo de la corrosión en un nido pétreo o oerámico, destinado por tanl.o a durar más que el acero. Ha~to hoce muy poco, la única forma de coqjurar parcialmente esta muer·

Atir.~ntado aJeo~ en

dr los la mezquita

de Sióo Ogb><n Kairuan. Túna.


te anunciodn. era el uso de nnnndurn y conectores de otros metales, como el

Sa1n de los Estados

-

Gtntr~les.

Fran<:ia.

Attr~ntldo

de las

...

En un arco de: mftf.o pu-nto. el efttto dd tnante se- traduce en

una cuf\!a dt J)ftsiono mucho mAs

horizontal. qut prorwoca una acción

de citrrt en la dm mi<ntras qur los riñones ttnderin a abñrsr.

acero inoxidable (no siempre fiel a su nombre), ol lat.ón y otros. La solución, hoy ya po;;i ble, estriba en no annar este encamisado con aoe. ro, sino con elementos no metálicos, como la fibra de vidrio y la fibra de carbono. Ln primera puede emplearse tanto en forma de redondos, embe-bibles en hormigón (con algunas J)I'O• cauciones), oomo en malla tejida y en fieltro no ll'jido (matt), que se encolan con resina o oon mortero epoxi. La fibra de carbono está hoy sólo disponible para la construcción en ronna de mallo encolada con resinas, aun· que exi•Lcn pora usos (y oostesJ oeronáutiOOfl redondos y cables de fibra de carbono. En el caso de bó'·edas y cúpulas tabicadas (con dovelas cuya tabla supere al tizón), el encamisado de malla de fibra encolado con momro de resino resultn. particularmente adecundo, por cuanto el incremento de peso es mínimo, lo cual conviene particularmente a una membrana originalmente poco pesada. A TIWfTADO

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Di'ltlntas pos.ibilidad~ d<_..d<

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•0 -~·P----

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tinlntn.:

por d

punto. lo posiOón óptiml ts a dos

trt:Sd65 tn ~as

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ttbajad:.s. Es menos tfic:i~nte pe:ro queda

(8). Para l1s rc:baj1das se shU.o a dos tercios

O<Uito (A); ro •"-"" o

dt su Oto:lla (C).

Bmacizadod<los senos en una bóv~

es beneficioso porque refuerza una de lu

zonts más delic;du: los rrñon~ Ad«nti

14

bóvtdas de mecho

TECTONlCA rehablllwción J estructwas

de la MOti tta

Pretonde evitar o contrarrestar nuc· vas deformaciones que aumenten ln anchura do crujía de las bóvedas de cañón se¡ujdo, causadas general· mente por deficiencias de estribado o por asientos diferenciales de uno de sus lados. NormalmenLe el atirantado aólo pretende evitar las nuevas derormn· ciones y mantener la geometría pro· ducida por las anteriores. Para este caso bastarán barras (antiguamente de hierro rooooo o de bronce, hoy de aC<!ro inoxidable, mañana de fibra de vidrio o de carbooo) ancladas en los estribos y solidarizadas con pnsadl)res acuñados o con perfiles o planchl)nes oorridos. Cuando se intente utiliUlr los tirantes como elemento oomlelor de defonnaciooes. a base de introducir esfuerzos de ~racc.:ióo que recompon· gan la geometría inicial de la bóveda, habrá ((\IC extremar la finura en las hipótesis do cálculo, y sobre todo, cui· dar In ejecución del atirantado y su puesta en carga. dándole a la fábrica holgado tiempo para reaccionar a

cada paso de rtlOlCII, y sabteodo '!"'· como en el siete y medio, es tan fa:il pasarse como quedarse corto.

co

ACODAlADO MEDIAHT[ CONTRAfUltnS

R

Solución tradicionalmente adoplad• cuando se abre uno bó\·eda. S... ~bar produciendo n~'-os a.sied;· diferenciales del firme que deh soportar el peso del contrafue!U,o:n lo que, o el cont.rtlrucrLc se desvi~~<ul• (en el mejor de lo• CMO•) o se prod"" un nuevo y mayor asiento del murn! de la bóveda que soporta éste. ron~ consiguiente agravamiento. A fitt respecto resulta in!ltructivo obsem:

p

los contrafuertes a~adid06 de '"""" y tantas constl'uccioncs abovedada:. SEU.ADO DE GRIUAS

Puede hacerse con moi'Wo de cal, óo cemento o de resina, y eo funciic. sobre todo, de la capacidad ~ del persooal al cargo de la operació• Un axioma apropiado es que la mejot reparación es ¡>roboblemente la que propondría el viejo maestro de obrn que la construyó, ya que la compan· bilidad entre materiales y comporu· mientos evitaña cunlquier SOTJll'fSl desagradable. En este sentido, los morteros de cal ser(a.n, si conseguimos un buen sumi· nistrador, Jos idóneos, siempre y cuando podamoo esperar a entregllr la obra hasta que se hayo produ¿d, cierto endurecimiento. En caso oontrnrio. el mortero dt cemento, más resi.!tente, pero de otro color, puede colocnrsc s iempre J cuando se llaguen las juntas para acabarlas con un mortero de cal de tono similar al existente eo el re510 de la bóveda. No obstante, considerando que la inyección de resinns puede facilitar una mejor penetroción que los mor!& ros tradicionales, puede aplicarse este método siempre y cuando el per· aonal que lo ponga en obra esre ya especializado al llegar a la obra, y el momro de acabado compense con el :írido cierta tendencia de mucha> epoxi a verdear o amarillear cuanda envejecen. Criterio general J)flt'Q la reparación de bóvedas y ctlpulas será, pues, el viejo precepi.D hipocnl.tíoo "primum non noc:ere•, que aplicndo a la obra

111

te


mnsistiria en aplicar un arte suave, más protector que director, más sos· ~iblt que soporUldo.

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Reparar forjados Pooos elementos constructivos han "flt'rimentado una variación coneeproal wn importante como los forjados re;pecto a su papel en relación con el de la est.ructura portante del edilicio. Aporte del hecho básico de StJplrtar y transmitir a )a estructura renical las sobrecargas, los forjados eoteodidos hoy oomo más evoluciona· dts -las losas de hormigón- ofreeeo difereoeias sustanciales respecto a los antiguos y tradicionales forjados de eo"igado de madera sobre muros portanffs. Las oondiciones de apoyo, farigide2,la capacidad de absorción y transmisión de empujes horizontales, las deformaciones instantáneas y diferidas aceptadas, los comporta· Clientos acústioo y térmico, y hasta la resisttncia al fuego, difieren de forma radical entre ambos sistemns. Estas diferencias resultan propor· ciooalmente diversas en relación con los restantes tipos intermedios de for· jado (trabes y viguetas, envigado meülioo, fotjados ocrámicosJ vigue· tasde hormigón, fodados reticulares, mapas colahorantcs, placas alveolares, prelooas de hormigón, etc.) que jalooan el camino evoluth•o de este sistema, desde la independiente, libé· nima y sostenible vigueta de madera, basta la bidireccional e biperestá· üca losa de hormigón, con estaciones iotermedias en la solidaria capa armllda de compresión y en la mulrillSO chapa grecada colaborante. Allre tal variedad de sistemns y comportamientos sólo cabe oponer el análi· sis cuidadoso y un correcto enteodimifllwdel funcionamiento estructural del forjado a reparar y de lns condiciones de apoyo y transmisión al sistema eslnlctural que lo soporta. La primera condición para una reparación correcta es siempre un buen entendimiento del comporta ~ mienw de las pie•as a reparar.

, ¡,

D

INCRIM9ITO DE LA CAPAODAD PORTANTl 1

Of 1M FORJADO

:1

Este caso se presenta con frecuencia, incluso en forjados que no han mos· liado ninguna disfunción o lesión. La

• ~

conversión de tantos palacetes, casonas o villas en edificios de uso públi· eo, con el correspondiente incremento de las sobrecargas de uso aplicables a Jos forjados, conlleva frecuentemente esta demanda, que en otras ocasiones puede venir acompañada o producida por degradaciones del material y su capacidad mecánica, por deformaciones excesivas del forjado y/o por fallos en su sistema de apoyo. Con independencia del tipo y condi· ciones del forjado a reparar, la primera decisión será topológica: reparar el forjado desde arriba o desde ab!ljo. Decisión básica que arrastrará importantes consecuencias, tanto desde el aspecto económico como desde el formal.

r '

EJ forjado existe~~te

Habril que establ«tf kls vínculos y

y d decto sobrt la

estructuralmente en

('()Ot:xioo~tS nc~rios

6truct\lra vertical

mayor o menOf

entre ambos y

dtspués del nueYO

medida ron d nuevo.

estudiar las

estado de c;~rga.

~Dabofará

condiciones de apoyo

RUVERIO DE LA CARA Wl'fRIOR DEL f ORJADO

Casi siempre consistente en el recre· cido mediante adición o ampliación de la capa de compresión de hormi· gón armado unida al forjado primitivo mediante conectores. Implica la remoción de mobiliario, ¡>avimento, tabiquería, marcos y puertas, sani· tarios con su correspondiente insta· ladón. etc. La unión entre la capa de compresión añadida y el forjado primitivo se reali· za mediante anclajes. Éstos se dimen· sionan en función de1 esfuerzo rasante originado entre ambas capas por la defonnación producida por las cargas añadidos después de la reparación. Estos anclajes, netamente más abundantes en los cuartos de la vigueta inmediatos a los apoyos que en su tramo central, obedeciendo a la ley generada por la distribución de los esfuerzos cortantes en el forjado. Estarán constituidos por pentos roscados embebidos en la vieja vigueta mediante resina epoxi, si la vigueta es de madera, hormigón o cerámica, y por perfiles o redondos fijados mediante soldadura o lomillería, si la vigueta es metálica. Un aspecto generalmente negativo del recrecido radica en el incremento de peso del forjado resultante, oon lo que tanto las condiciones de apoyo del forjado como la capacidad portan· te de la estruc.t ura vertical que transmite sus cargas, deben ser 'Verifica· das para el nuevo estado de carga.

Ejemplo de refuer%o

de forjHo por su car'a supctiOt. Sobre

d existente. de madera. ~ añade una

capa de compri!SicSn

con armado, rtfonándose la entrega al muro con

r(dondos. Unos cooectores mdálkos

hacen solidatio todo el conjunto.

ejemplo de refuerzo de fofjado.

rehabiitaciÓcl/ e:structura.s TECTONtCA

15


i

Si las viguetas preexistentes son

te intacta la cara inferior del foJjado,

capa«ls de absorber y ~rsnsmitir sin

por lo que, en el caso de techos paJti.

problema a su muro o jácena soporte

eularmente t-rabajados o significao-

los esfuet:ws oorLantes derivados de

vos, puede constituir la única soJo.

las nuevas cargas y sobrecargas esta-

ción recomendable.

bleeidas, el recrecido podrá limitarse a la superficie visible del forjado, sin

INTlRvrNCJÓN EN LA CARA IHfiRJOR Dft

interaccionar directamente con su

FOR}AOO

estructura portante vertical. En cambio> si los nuevos esfuerzos cortantes prtn"istos requieren una

Implica reforzar las zonas <-entrales más

traccionadas~

o aquélJas cuya

degradación ha hecho perder capaci· transmisión mejor que la existente, dad portante para la transmisión de el recrecido deberá dotarse de conec- cargllS a los apoyoo. tores metálicos o de dados de hormiTeniendo en cuenta que los tl·aro«: gón que penetren o descansen en el centrales del forjado en su parte infe· muro/jácena portante. rior trabajan habitualmente a trae· Los conectores podrán oonsist-ir en ción el material más frecuentemente redondos o perfiles de acero> embebí· utilizado será normalmente acero, en dos en el muro con mortero rico en forma de pletinas, chapas o cabl~ Portland (M 40 a M 80) o mo~ro fijado con tornillería, pernos roscad<" epoxi, con una profundidad de pene- o resina epoxi, o bien fibra de carbono 1

j ~

tración en el soporte superior a dos

tercios del ancho del muro/jácena y en ningún caso inferior a la mitad del canto final del fo1jado después de su

encolada con resina epoxi.. Una solución económica y relativa.

mente sencilla, sobre todo en f01jados de viguetas metálicas o de madera.

recrecido. Se dispondrán preferentemente con una separación que no supere al

consistirá en establecer un postensa· do mediante cables tensados cor. manguitos roscados fijados a la cam doble (y en todo caso nunca al triple) inferior de las viguetas con perfiles de la separación normal entre ejes de soldados o s(\jetos mediante pernos

1

La unión entre la

1

viguetas.

roscados a la vigueta.

En el caso de que la zona a refonar sea la de los apoyos, convendrá desnu· dar pletinas o chapas fijadas a la liga

capa de compresión

La conexión mediante dados de

1

añadida y el forjado

j

hormigón no es conceptualmente

primitivo se reati z~

muy diversa de la conexión mediante

mediante anclajes

viguetas. Su cllculo

redondos de acero. Su virtud estriba en un mayor canto del dado conector, que asume directamente parte del

se estable«ri para

esfuerzo cortante. Las oondiciones

ADIOÓN DE NUEVOS SISJ'lMAS I"'RTA.NrES

resistir e-1esfuerzo

geométricas de penetración en e l

Cuando resulta posible y soportabl•,

ras:¡¡ntc originado

muro/ jáoona portante serán las mis-

es sin duda la forma más económica y

mas que para los conectores, y su

sencilla de resolver el problema. Con·

armadura, anclada o soldada al mallazo de reparto del recrecido, será la indicada por la normativa vigente

siste en la incorporación de vigas par.

que se fijan a las

1

t ntrr ambas capas.

con respecto al hormigón armado. A no ser Que la intervención arqui·

tectónica sobre el edificio prevea la sustitución del pavimento y sus ele·

mentas sobrepuestos, con indepen·

dencia del sistema de reparación del forjado, el re<:recido superior será siempre considerablemente más caro,

y entre sí mediante conectores f()S(.(I· dos o por encolado con resina epoxi.

teluces y de durmientes de apoyo. Las vigas parteluoos, muy fácil& de instalar en los casos de edificios de muros de fábrica portante, suelen

oolocarse centradas o en los tercios de la luz del forjado. Cuando la estructu· rs portante sea de pilares y jácenas, las vigas pa~luoos se presentarán en tma trama de vigas principales y secundarias. Si las viguetas, como es probable,

hasta el punto de que la adopción del méwdo del recrecido puede fácilmen- presentan deformaciones diferentes. te arrastrar unos oostes oolaterales habrá que resolver las tolerancias de

16

TECTONICA

rehabilitac'ón 1esvucturas

que impliquen la declaración de rui·

apoyo con cuñas del mismo material

na económica del e<lificio. Su principal virtud, estriba, en

o mediante lechos de mortero. La adición de durmientes de apoJ•

cambio, en que mantiene formalmen·

significa la anexión al muro o a la


do, ti-

)lll'r.o Qu•· "'portan el forjado de per~ a '" paoible en sus dos caras, ..ol""' ode madern. EstAlS perfiles ~ tntre ~

lu-

"" IOf)odo, PI"' wi •b «<n6maco este: tipo 6e inttrYfnCión

'· ·n.•uiJ,, eaneteo o asnillas que

que 1\a«rlo por su

milJn el muro o la jácena, y

a ra superiOt.

pn:'ltith·~.

~

uya dc

por a. en mfmcw dr:

mediante pernos ros-

el muro o jáooo bien se apoyan en

n

o~aci ­

m~

~tK'tU.it

qtll atrav~n

U

a les

Si ts ~blc. G

··~"~"'"· • .er 110oible simétricamen:l' .l:t1 d1u·micntcs de apoyo.

l.n ' '"" vcntt\ia de la adición de ~!!rleltiCI":- y

durmientes estriba en

qUio, ni reducir

oono

la luz libre de los forj~:f, aumlnlnn de fonna muy consirahle P..U t!l¡,acidad portante, manerutndo t-u visión relativamente illU El principal inconveniente atta '11 la n!dua:ión de la altura m a incdeocia espacial de las <t<lrn]e,¡ y eo la dificultad de '' ·t¡onobrodejácenasdedeterminld:a~ C.imen.'lionee.

ivatdos

(Ufi.YJA Dl CARGA

era,

\\)t~

nsacon

,,,¡ocidnd 110rtante de un forjado unli~uo, y tilín mós si está lesionado o

r,lcli O'r'Oiunr con exactitud la

u

~¡:mdil<l<l

fiJes '1)0::;

n.ar

mu¡iga sea-

¡_ S

blc, ea y ~on -

:>ar-

:iles

;:de ~len

;;de

ctu•

lS..,

rán ~!:i

y

ble,

tes. s de TiaJ

]>or ello, una vez ejecuta11.1, tnlc'""·ención reparadora, con· .·'" ~e.>roder a la prueba de los tra• f<JrjDdo cuya resistencia puea bber ...rndo mayores incidena M de a.<gurumos de que todo ha 'I'CIJiado correc:ta.meote. Cr~nphrt'mod osi nuestra aporta ·' n u.no de loo lrab.'\ios que, casi vunaciones, y desde los más leja•!• tiempos, ..·enimos ejerciendo wn,lruet.ores, albañiles, maestros, ~J<U'tjndoros, arquitectos .... la oonvexa l.ri¡la de cualquier techo JIJAnin celosamente memoria de tan· :; p¡vimeniOS, de mil diversas car¡ •, ~·· han soportado y hecho •·?""ble tontas ,.idas trabadas ..,. ~ por la casa de la que el forja" psrte su.uneial. Ya..ma humilde historia se trab:.c t.1111bi•n o la <asa al reparar de nuroó !!~ fOrjados: la historia ínter· r..:n,bl<. 4

lqlar•r pórticos de hormigón hormigón soportan "''' del SO'l de los edilicios de más ~t'tr\~ J>lanto.s construidos en el siglo ~:X. Sus poU>Iogias configuran pues el babil uol de las lesiones estruc.rJ" de nuestra época. En cuanto a

¡,,, pórticos de

"'V'

laint~enl.a

carJ inftrior dd

lorjodo '""""'

gtnef11mtntt rd~

las zonas ttnttJIC1

más trxtionadas o aquéllas que h.;ln

p<.<dodo apaod.d pomntt por

C'Uitqúitr mobvo. En

la i""l'"'· otfvtm> Plnl Ylgud.as de~rmig6n. ~dera

Puesto que las ~ ctntrak:s

dd

r.tjado ..... ~.

int'trior lrobajan tlabrtuatmcntt a

y

tJa~ión, t i mattñal

acero.

mis rrttumttmtnte

utilizado seta el actro, en forma de

pletinas. dlapas o (abln fijados con

tornillería, pernos o rrsina C'po.xi.

p,,. pode< •d'lltarse a las viguttas C'xisttntts. las vigas dt refuerzo serán

telrsOOj)icas o c:on posibi1id"' de

dlv!dlrsc: en ttamos qut se: un(n con tornlllería de alta ttsisttnóa.


su clasificación, habrá en.s<lg'Uida que e~tablocer diferencias entre los erro""' de diseño y dimellSonado, los de <tiecución y los de previsión.

que en tiempo seco y calll1'060 puedt causar import.anle8 grietas de afoga. rado y pérdidas de resistencia, y m tiempo Crío conaiderables pérdidas de resú!tencia del hormigón.

Ellllous or OISfHO

La es:ttuctura de pórticos dt hormigón armado caracteriza

edificios del s:iglo XX.

gran p¡rtc !k los

le Corbusitt.

Paradójicamente, se llevan la palma laa disfunciones en la evaluación del comportamiento del suelo, entendido como firme de cimentación y como int.crcombindor de acciones entre el edificio y la tierra, aunque los errores Cll la evaluación del tipo de esfuerzos a soportar por las diversas partes de la estructura también cuentan entre las eau888 freeueole8 de lesiones. Entre los primeros, los problemas provendrM de los asientos euesivos o simplemente diferenciales -<:<>n la tierra como elemento pasiv~ y de los movimientos de origen sísmico, con la tierra como elemento activo. Entre los segundos, los errores en la previsión del tipo de esfuerzos conllevan fallos estructurales de mayor ~'l'avednd que los simples errores de dimensionado de barras o de armaduma.

Villa Saboyr en Poissy [1931 ),

ERitORU Df OIMEHSK>NADO

ll<fvmodtp;tom

""' pl<tl... y p<rli"'- A la hon dt

mtuar la~ di.mfmiontS dt utas pletinas, habrí que tentr t n cuenta ti trabajo conjunto tn

eomprtslón dtlllctro

con ti hormlg6n, dtbltndo set sus dtformadones

compaliblfl.

j

Como tales, casi no aparecen entre lns principales causas estadisticns de follo.. eslnlcturales, y cuando apareo cen, oe refieren más a la geometría de pieUI8 aometidas a pandeas imprevistos que a puro6 errores en el cálculo de cuantías de acero. Podemos atrevemos a decir que, si In armadura está donde conceptual· mente eH necesaria su presencia, un desl\justc en In cuantía no va a pro· ducir grandes distorsiones, aunque implicará probablemente alguna fisuración indeseada. EltOOAU Dl QEOJCIÓN

ef<

•a rra tic

E..oou Dl •otVlSIÓN

dos

Corresponden a la evolución qufmita de los mntcrio1cs que constituyen el hormigón, de la que sabemos hoy algo máa Que hoco treinto años y mucho

mo pro

euy cxi

más qu~,; hace cien.

Cabe citar dos cru;os como referen· tes cnraciAlrlsticos de estos errores eo la previsión del comportamiento químico del hormigón: la acidificación y la aluminosís. Ln acidificación del hormigón viejo aometido a lo intemperie hare temer por lo durobilidnd a largo pla:ro de nuestros hormigones. Esto no reoulta preocupante para ediflcioe con una previsión de ,.¡da inferior ni •iglo. Sin embargo, puedt ser problemático en estructuras de edificios pensados para durar, incor· porándose o un patrimonio arquitro tónico con vocación de durabilidad. En cualquier caso, todo proceso de corrosión del acero de un hormigóo comporta como efecto colateral la hinchazón de laa armaduras, y e&e efecto de cuila rompe y di$groga el hormigón, reduciendo de forma c:oosidernble lo adherencia aeenH>onnigón y poniendo por tanto en cuestióo In esencia misma del hormigón armado. Otro prooeso de resultados sellllljantes on cuanto u la disgregación del hormigón por acufiamiento, auoque mucho más rápido una vez iniciadoel proceso, podemos hallarlo en loe casos de aluminosis. I..os nluminat..s que caracterizan el cemento aluminoso, recristalizan ea determinadaa coodieiooes de humedad y temperatura. El incremento do volumen producido por la rec:ristalizaeión disgrego el hormigón, ron la consiguien~ pérdida de resistencia y de adherencia a la annadura. Este proocao se cntaliza en presencia de sales do urea, razón por la que los

Pueden dividirse en tres grandes grupos: • ~- en la ea.lidad del hor· migón. Entre éstos Jos principales corresponden a desajustes en la relación agua cemento y a vibrados inadecuados. - Utilización de armaduras oxidadas, cuyn adherencia al hormigón primeros casos de aluminosia se aurrird. poi' tanto considerables mer- detectaron en suelos prefabricados de m88 completamente ínnecesarias. granjns porcinllll. · Inadecuación o inexistencia del Dada la rapidez de fraguado del curado posterior a la puesta en obra, cemento aluminoso y sus mag:níñcas 4

res bru

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1

l

" 'trnciu tempranas, se utilizó bombeo- del hormigón fresco resulte !W.".lJJt~ por desoonocimiento de sus factible, a ser posible desde la planta <1« po<~<riore., en el periodo de- superior para facilit.ar elllenndo, y no ,.,.¡¡ rta el<> nuestra tardopostgue- impor1é el aumento de volumen del "' doil-nlal. a fin de reducir el pilar con la mnsiguiente pérdida de IJICl¡u ¡j, frnguado de los prefabricaespacio Otil. y optimiz:tr el rendimiento de los Puede igualmente hacerse sin enco!!!•' d· '1'1 mwilicos de las viguetas. frado, por proyección de microhormifr<·fcnonlllmente de las pretensadas, gón sobre la superficie ubujardada y oo.toso instalación de tensado tratada previamente del hormigón 11i~!n ser 1oentnbilizada. viejo. En este coso, la nnnadttl'8 de 1umbiln se utilizó ocasionalmente refuerzo deberá organizarse para p} •.luminO'Io en ¡>ilares y jácenas de facilitar la ndhorcncin de la capa .diñdo• para los que una rápida gunitada y evitar a uJJ tiempo la for18:Jp!rnción implicaba a veces la mación de .¡¡cavernas" en los zonas de Jt:;t:"l"li\'l•ncm {l(X)OÓmica de Ja pro- •sombra• de proyección que pueden <ioio: muchoo hoteles de nuestras producir las am>aduras. IO!:&i, en la mi""a época, están tamEl contacto directo, auficiente y r;;. awadoo en su eslroctura por comprobado entre el hormigón recre¡~~Nocin del a¡mento allllllÍ.Jl()$). cido y las jácenas que lmnsmiten su [f,.L, la h>Steria con que la alumi- carga al pilar resulta btlsioo para un ,..., ha sido recibida por nuestra buen funcionamiento de éste aistem.a. ••1ciednd, hobrá que poner en el tema Ln inclusión en los jácenas de de~., dotii.s de aereoidad. La existen- conectores - pernos salientes doble· d.q doromcnto aluminoso en un hor- menw roscados, Nldondos tomados migún no implica, en muchos casos, oon mortero epoxi en perforaciones de q,111 111 mencionada recristalización precisión realizadas on el t.rruno central del canto de las jácenas, o sim· ' 'Y' o llc•·:trSe a cabo. El1tondo lo presencia de humedad plemenw un tratamiento oon resina ¡, P" supuesto, de sales de urea, un pre,~o al honnigonndo- facilita esta h<ifllllg\)11 de cemento aluminoso transmisión de cargas. ¡>:dri vivir tantos aoos oomo su pri- Encamisado met.álico. Conaiste ""' ti Pónland, sin que en él se de- en el recubrimiento, toJal o parcial ottt:ldene ningún proceso disgregan- del pilar, con chapa de acero encola•• No obolantt, la existencia de esta da al hormigón viejo - previa elimi"""""'" hoce recomendable el esta- nación de la lechada superficial por blecimiento do revisiones periódicas ab<\iardado o chorro de arena- oon de ¡,.elementos portantes oonstrui- resina epoxi y/o anclada medinnw dcboon oomonto nluminoso. pernos traveseros tomados con mortero epoxi en perfOraciones de preciltlfUlJIZO ot lUMOOOS UNIEALES DE sión hechas al ¡>ilar. Considerando ltORMIGÓN qu~ para asegurar UI\O buena adheD•do que la reparación de forjados y rencia de la resina será preciso recu1.! de bóvedas se abordan en otros rrir a sistemas de sujeción que pun!M de esl<l trab'lio, nos ceñiremos garanticen un buen contacto en alma al refuerzo de elementos linea- ambas caras durant<> el periodo de ¡, d• bonnigón: pila""' y jácenas. endurecimiento, y que, cuando sólo se utilizan conectores, evitar pandebRSJO Df "'-'MJ os de la chapa multiplica exc:esivaSe plan~a en cuatro gnmdes líneas: mente el ndmero y In proximidad de reereeido de hormigón, encamisado éstos, el uso simultáneo y sinérgico metálico, rcruerzo oon perfiles o p1eti- de ambos sistemas de función resulta nas de acero y refuerzo con ~ido­ recomendable. mallo otejido no tejido (matt) de fibra Para garnotizar In colmatación de de vidrio o fibra de carbono. los espacios entro chupn y hormigón · Recrecido de pilares con hormigón se recomienda una secuencia vertical Resulta a v~es la solución más de perforaciones - a djstancias del sencilla y económica, siempre y cuan- orden de 50-60 cm- que al tiempo que do elaoceso al t.ajo - normalmente por albergan las boqllillas de inyección

'-Y'

En ambientts muy ogr<SNos. por <jcmplo "' """' ...,;timas(dtr«N~

ts mtc:m¡¡nt~ la

ptOtettión gaMf!it:a d~

la atmadura. que

mejora w resisten-ci~ a la ccwrosión.

B rducrm (arribo)

.....,...,tonfibn de 'fidrio o dt

tafbono. tn mana o tejido no tc:jido

(matt) ptg;~d.. sobrt la superfitit del efemer~to de hormigón. El encolado st confla

sistemiticarnente a la resina tpoxi. por lo qut su unión «igiri una puparadón

previa tuididos¡ y un 9>'fugado pos!triu.

"'"'


sirven como testigos de colmatado del tramo inferior.

• Refuerzo con perfiles o pletinas metálicos. Conceptualmente próximo al encamisado, t3.cilita la ejecución de

ciones del forjado superior, • ful ~ garnntitar un colmatado compl del recrecido en su uma de eor.tartu con la cara inferior del ioljada. ].¡ solución alternativa del relkoo mediante bombeo a presión es P'• . ble, pero exige un cuidadof!!:¡x,:ia!e:r. la estanqueidad del encofrad~ S"~ ""r más cómodo y eficaz, d~ o punto de vista práctioo,l'CCI'OO!r pila·

soldaduras (siempro previas a cualquier resina) así como la compraba· ción del encolado. En cambio, la mayor rigidez de los perfiles dificulta su adaptación a la imperfecta geometría del hormigón, que habrá que res y jácena de un mismo pórtieo llll compensar con w• regleado previo o igual dimensión. una cuidadosa colma.Ulción, ambos - El encamisado metálico, to.al11 con mortero de resina. El caso más parcial, de la jácena, aporta un oco+ frecuente en pilares es la colocac.ión derable incremento de su caJXlcr]&l C~

de la Casc.ada,

en los cantos de angulares, unidos

portante, con un aumento de pesoc:at~

Bcar Run,

entre si mediante pletinas horizontales soldadas a éstos, con un collarín -en ambos c<tremll$ del pilar- formado pcr pletinas de mayor altura, platabanda o angulares, para faciHtar la transferencia de cargas. EJ cál· culo de los perfiles y pletinas verticales se realizará considerando que para un trab&jo oonjunto en compresión Ja deformación ha de ser igual en

insigni.6cant.l. El inconveniente radi·

Ptnn~ylvannia.

Frank

Uoy<J wr;ght, t937. la estructura de hormigón arm3do <k

los grandes voladizos de las tcrraz.n fue un rdo dificil para

tonstro<:tOfts y calculistas.

el aoero que en el hormigón, por lo que no podremos atribuir al acero

l

disponiéndola longitudinalmente en la parte inferior

toda su capacidad mecánica. El viejo método de cálculo de la sección equivalente tiene en los refuerzos un campe de aplicación no desdeñable. · Refuerzo con fibra de vidrio o de eru·bono, en malla o en tejido no tejido (matt). Implica una especialización en el refuerzo, pcr cuanto los textiles

Rtfutrló de ~ctna

con fibra de carbono. A momentos.

las láminas de fibta

6e carbono se putden

prrtensar exte.riormente, provocando una

r((juc:ción de las traccioMs y por tanto una di~inución

<k fa fl«:h~.

traccionada de la

de fibra mencionados colaboran con

'Viga, o sobre el alma

el hormigón en los esfuerzO$ de trac-

para aumenbr su

ción, pero no en los de compresión, y

rts.istencia a c:ortante.

de forma limitada en la absorción de cortantes. El encolado se confia sist;e.. máticamente a la resina epcxi, pcr lo

j que resulta importante la elimina·

ción previa de la lechada superficial de pastA de cemento mediante bojarda o chorro, y la ümpieza exhaustiva de pclvo, aceioo y humedad anoos del encolado, así como el protector ignífugo con que se revestirá el elemento así reforzado Oa resina epoxi, oomo

todo compuesto del carbono, arde). ft

RlRJERZO DE JÁCENAS DE HORMIGÓN

que el de los pilares, con algunas p~­ cauciones suplementarias.

· El recrocido de jácenas con hormi-

20

TECTONICA rehabilitotción 1estiucturas

re~

rnl csl re~

En

ga loo lO

re.

"'mi

ca en la necesidad de garantizar 'Jr1 buen contacto y adheroncia de la;

caras de la jácena y de su t.airiW

metálica. Una forma de asegura..-.o ésta cohesión radica en el uso sicml·

táoeo de conectoros, calculadll6 parn una coJTecta transmisión de oortan\es y, si es posible, pasantes a trnvé; del anc.ho de las jácenas y res.ina ep:«i. · El refuerzo con perfiles o pletina.< metálicos puede ser una solución~ cilla siempre que consigamos adapz la forma de la pletina o perfil a la mayor o menor planeidad de l3s caras de la jácena, igual que en ~ pilares. · El refi,en,o con fibra de carbooo resulta particularmente útil en las disfunciones de la jácena a trareión.: su único inconveniente es toda'tÍa el precio, la necesidad de pel'$()nal especializado para su colocación y la inevitable protección ignífuga.

d nl

q

p

d e e

TRANSflRENOA OE CARGAS AL RlfVlRZO

Es obvio que cualquier refuerzo sólo entrará en cargs para soportar car· gas que sean añadidas a la cstructu·

ra con posterioridad a su ejecución (normalmente las sobrecargas y aquella parte de las concargas que hayan sido removidas previamente\ y esto, en principio, en colaboracióo con el viejo pilar o jácena, que nor-

malmente estará ya soportando el Utiliza las mismas lineas de acción

nu

peso propio de la estructura no demolida y las concargas no removidas. Se produce, pues1 en cada refuerzo, una situación asimétrica en el repar·

gón exige un cuidadoso llenado y

to de cargas que habrá que cuantificar con finura para no caer en grose·

vibrado medianl<l diversas perfora-

ros errores.

d r j

n 1


de cto .cto

La ~no

)'>i-

en ele el la·on -o si·

ad lSi ;li-

Dn.. f>pc:iMes se abren al respecto a

En cualquier ea&O, es recomendable

La asunción por el

proceder con cuidado a la nueva puesta en wrga, analizando cuidadosamente las posibles de(onnaciones y microfisuras.

OSt& ck~'ión: IÉiltnO ~1

prolagooismo estructu-

r!l,¡ b 110liduiz-acióo c:oo la ,.ieja tNdura. En el caso del recrecido :t~Ci:.t fnl<uente lo primera opción. "' 1'' reuantcs. suele optarse por la

HVJndo. Cr (ll primer cnso dimensionare· mm; la F.Ccción y el armado del recre· tido ¡>Oro SOt>O•"tor pot s( solo las eartul uan~mitido.s por las jácenas y/o k; füJjados. cstobleciendo un contac1• i:'ltimo con ésta a base de conectol'bi pi\'VÍOti o au entrega a] viejo pilar, ~el que l!'o'it.aremos cualquier roza· IJÍft:.to m<diante alguna lAmina plás-

Reparar e.structuras de acero Los problemas que presentan las

estructuras metálicas acostumbran a derivarse de la corrosión, de la pérdi · da de resistencia al fuego y de enores en e l diseño do las barruH o de sus

uniones. lEsiONE.S PRODUCIDAS POR CORROSIÓN

METÁLICA

Una patología inherente al aoero, y desde luogo la que presenta c:on mayor frecuencia, es la corrosión metálica Sus efec~os son ton simples como complejas son sus cawsas. Para

•• ~· u-

tica Ull(!m'llada• la 1111primatióo ooo ~ina epoxi, ~ asimismo resolver el COO· =>en<rt honnigón ví~o y hormigón tJl'\'0. tiene el inconveniente de obli·

ra

~'"'"o unn rapidet en el encofrado y

es

.o

hnmug<>nsdo In fin de que se produzca <urantc ol ¡1criodo de pot·life de la re~ina. nonnoJmcntc bastante corto) que no siempre se puede garantizar. 1\:rolro parle sus •·caultados no siemJl!' "'"de fácil verificación. En rl "'gundo caso, la colaboración """' l'!fuerzo y el hormigón exigirá -4ahkur (ll)tl(!:xiones entre el viejo !ibr y el refueno, sea medianoo """"'"' traveseros tomados con

.5

l!ltlrtfi'O tpoxi

,,

de an<i'IJe, ••a mediante encolado ~ rtsina epoxi. Los conectores se dimensionarán en función de los

y pierde cohesión, odoptando una

de tos redondos lk

estructura exfoliada en capas fádl-

acero, elimil1;~ción del

f·.:fuerzos cortnntes originados por

mcntc sepa rables.

1" cargnsL•·ansfcridM, y el encolado,

- Vaciado inwl"ior. La sección del núcleo central se vaefo y el perfi l

final izar, la aplicación

aumenta s u volumen, adoptando una

de un mortero de

textura que do al¡pln modo recuerda al hojaldre y casi puede di•gregarse manualmente. Los dos primeros est.•dina son reparables, en tanto en cuanto la cohesión

rr:paración.

.JD

as

el ti. ~S ~­

.,. la

•• >S

y

a

.-

o bien tornillos o tacos

en función de los rasantes derivados de éstos. La trnnsferencia de cargas de Jos

,.r,..... de pillll'es a través del for,ado ~e reahza mediante peñoracio.,. del forjado en eu encuentro con , ranl40 del pilar. en las que se :Jt.'trtan perfiles metáliaJO (normal-

determinar el nivel del proceso de

corrosión del acero podemos considerar cuatro estadios prcgrosivos: · Oxidación puntual cu s uperficie. Pcque•ios gránulos de óxido dispersos en la superficie del acero y todavía

adheridos a ésta. · Capa de orín. Polvillo de óxido escasamente adherido a la superficie, a la que presta una textura oterciope-

Tratam~toy

lada. Si el perfil está pmlodo o esmal-

reparació-'1 de u~

tado, comienzan o producirse esca·

vigapci<C<IfTO!i6nd<

mas superficiales del revestimiento, que saltan con facihdod. - Exfoliación. El per61 se entumC('l

proct":SO contmpla la limpiaa y ptott«ión

horm•gón a~rbonatado

y, para

interna del arero restante, después

angulares, rectangulares o

de eliminar por méuldoe abrasivos la

ro:ldradillool que ae aolidarizan con k• pilo res 11!forzndoo por los procedi-

caracter!sticas mecánicas, aunque

oientos habituales.

disminuidas ya que lo sección del

twlltt

sus afi'Udur1S. El

capa de óxido, sigue manteniendo sus

f.o transferencia de cargas de los

perfil puede haberse reducido. No

refuerzos de jácenas, normalmente

obstante, y considerando que la e li·

monos problemática que en los pila- minación del óxido no evita las caures, cxigo, no obstante, e] estableci ~ sas de la corrosión, sino Bólo sus efecmi~nto do conectores, a ser posible tos, habrá que proceder a la detección ?'""ntes a trové• del ancho de la jáoe- y el control do ~Stas, cosa obvia pero oa, repartidos en toda su longitud. no fácil, tanto por )a com¡,lejidad ca u· rehabilltatión 1fttn.K:tur.s TEC'TONlCA

21


En principio, t'mbcll~r el aoero en hOf'migón es un buen m(todo contra la corro~ión. Pt.ro esto suctdt cuando es joven el hormigón. pues es muy Msico (pH alrc:dedor de 11). A

medida que envtjece (de cincuent\l a cien año~) pierde su basicidad, pasando de ser un inhibidor de la corrosión a fomentatfa.

sal antes meneionada1 oor:np por que

la tendencia natural, a largo plazo, del acero, es la corrosión. Entre las causas, que en última instancia se traducen siempre en el

tactos con otros metales, determina· das geometrías punzantes o arista·

das, la presencia de radicales ácidos en cualquiera de sus formas (muy

particularmente el ión CJ.),

y

en

general, la inmersión en medios

neutros o ácidos (a partir de un pH igual o inferior a 8). El control de estas causas pasará

pues por la búsqueda y anulación de pares galvánicos producidos por el contacoo direcoo con otros metales,

Pata determinar el

la superlicie,

grado de rorrosión del 3cero sobre una

produttión de una capa de orrn. exfoliición y por último vaciado del interior.

estructura pod~mos

co11siderar cuatro 11iv~lts progresivos: oxid3Ci6n puntual de

prcvi

eu un buen protecoor del fuego, si "'

mala La nieos ras e

éstas punt

nivel de afect.ación por un incendio.

apoy

Si la temperatura ha sobrepa!;$do determinados umbrales, las defor· mociones serán tales que claramen· te nos llevarán a desecharla. Si sus deformaciones después del fuego son

siona éste física

escasas o inexistentes, podrcmQ! tener la certeza de que la l.empera· tura a que fue sometida no ha supe·

detec

rado la admisible. En cualquier

No das dura menL unJa.

caso, no se debe considerar ni la posibi lidad de reaprovechar una estructura metálica que se ha defor·

colap apoo

mado por el fuego: su estructura

cació solda ws q

previ

interna ha sufrido rcfusionos y

lUIONU PRODUCIDAS POR ERRORES Df

La re

de los perfiles en un ambiet\te fuerte·

DISEÑO O DE CÁLCULO DE LA ESTRUCTUIIA

mente básico. El hormigón jo,~en tie· ne un pH de ah·ededor de 11, aunque cuando envejece en exteriores pierde

Las lesiones originadas por error('$

Lural estas

recristalizaciones que la hacen muy poco o nada fiabJc.

REPA

de diseño o de cálculo suelen tradu-

. L

cirse en deformaciones excesh•as1 casi siempre producidas por faUo a ftexocompresión.

las p La

Dada la habitual esbeltez de las barras, el pandeo vertical de pilares y el pandeo lateral de los cordones olas barras comprimidas de cerchas y

man poqu ción. suel

cohesión interna del material, y por tanoo la pérdida de gran parte de sus

vigas compuestas, constituyen la

debi

patología más frecuente a anotar ea

presi

característ-icas mecánicas. En consecuencia, dejan de ser fiables a nivel eskuc.tural y requieren una repara·

este apartado.

del eval

lES.ONfS PRODOCIDAS POR R FUEGO EN

Dado que dichas deformacione~ implican la entrada de parte de la barra en estado plástico, los t111mo; deformados habrán de ser inexora· blemente sustituidos en su cometido

ESTfiUcroRAS METÁIJCAS

estructural, Jo cual no necesariamen·

pués

Las características mecánicas del

te implica su remoción del luga1· ~•

hierro y del acero, y en general de todos los metales, sufren fuertes

que se encuentran.

una ba rr

variaciones a altas temperaturas. En el caso del acero, una temperatura de

lfStOHfS PRODUCIDAS POR ERRORES EN lL

eval prim

doscienoos grados centígrados reduce sus resistencias mecánicas a menos de la mitad, y a los quinientos grados su capacidad portante res uIta prácti·

SOlDADURAS

lentamente (de cincuenta a cien años) su basicidad y deja de ser un

inhibidor de la corrosión para contri· huir a fomentarla.

Los estadios tercero y cuarto impli·

ción en profundidad.

camente nula. Por otra parte, al ser

el acero, y en general todos los meta· lECTONICA rehabilltadón 1 estrvctlHM

'irierte, paradójicamenw, a )a maden

produ

por la protección de las superficies del acero mediante revestimientos o pinturas adecuadas y bien manteni· das en el tiempo y, en casos particu· }armen te virulentos, por el embebido

can una drástica disminución de la

22

orient

establecimiento de un par electrolí- escuadría resulta suficientomente tico, con la correspondiente transfor· generosa. mación estructural, mencionaremos La parte positiva de todo esro O>n· sin entrar ahora a analizarlas en siste en la claridad coa que 1lll1 profundidad: la presencia de agua estructura metálica nos muestra>• en cualquiera de sus estados, los pares galvánicos producidos por con·

te eo

les, materiales de alta conduc~,·idad térmica, no se produce el fcnómei'A de retardo en la transmisión que oon·

DISEÑO, CÁlCULO O EJECUCIÓN Df lAS

Normalmente, en tma obra realizada bajo una concienzuda dirección facul· tativa, las soldaduras suelen estar sobrodimensionadas. Su problema no aparece tanto por un cálculo deficiea·

nalm

por ción piez

com

cuan dos, habe dera redu inte fiar



.ad

n-

cun:o por. a \'ece8, una situación u m olaoón Inadecuadas, <apaoos de pobu momentos residuales no ··.q:-tn-, y, frecuentemente, por una . .ejecución. " ab,.lul<l indefensión de los técirm no espe<ializndos en soldaduUH'JI orden a evaluar la calidad de

característi...., mecánicns del mnterial restante. La palabra pasivado ha sido objel<> de una considerable degradación semánti<a, y gran porte de las empresas dcdicadaa a la resúluración la utiliza oomo sinónimo de revesti-

~tas,

óxido, o en el mejor de los casos, con algún mortero de •·esina. llay que aclarar que sólo ln•·cducción o eliminación de las causos do la corrosión producirá un verdadero pnsivado del acero reparado. En el caso de que el desencadenante de la corroeión metálica haya sido la progresiva acidificación del mortero o del hormigón en que las barras pudieran estar empotradas, el auléntioo pasivado se obtendrá emhebiendo el tramo ompotrndo de la barra en mori<¡ro u hormigón fresco y rioo en cemenl<> Portland. La J>rotooción se tealizará median-

'" ;u

resulta palmaria. Hasta el ~w1t0 do que r.nalmcnte hace falta

io.

en los cali licaeiones profe<Onales del S<>ldador y esperar que de buena salud mental y fmcu tio obótante, las patologías deriva,¡,¡ de un fallo de soldadura son lt•dables por un novato: la soldaIn ,. ha ooltado, !<>tal o parcial...:.. de uno de los tramos que ...... Si .,te error no ha produ<ido el J>'O de la estructura, es posible el ,..o y la subsiguiente reparación, tre\'Ui rC\·isión de In situación, oriena.ciúo. composición y dimensión de la .:ldndum con rcspeeto a los esfuer~;~que debo tl'ansmit.ir.

~.

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lluARACIÓN Dl UTRUCTURA.S MlTÁLt(AS

La n:oparoción de un elemento estruc:mul de acero puede plantearse en S

• ' '

¡

t~a.t- alternativas~

. Lijado, pasivndo y proucción de h·,..... metálicas e.•puestas La oliminnción del ó:lido, tradici()llllmente ejecutada mediante lijado JIBDo.al, se realiza en los casos de ¡>;queña escala con lijadoras de rota,>Jo. En los callOs de gran escala se t:Jele recurrir al chorro de arena, debiendo enwnces ovitarse que una ¡mióo excesivo se lleve también por delante las partes sanas del acero. La !'laiWlción de la pérdida de sección, y ¡o¡r tanto la oorrespondiente rcducaio de la capacidad portante de las pir¡as reparadas, puede hacerse por >;Qj)ll'8ción de pesos, antes y des'""'de la eliminación del óxido, de 1111 muestra representativa de las :arras afectadas. Este método de l'l'81uación es sólo válido para los d<>S pruncros estadios de la oorrosión, por C'Janlo en los estadios más nvanwdos, la misma corrosión puede ya baher producido unn pérdida consiJrrablc de masa. Po•· otra parte, la reducción o pérdida de In oohesión interna del perfil no nos permite conJi.lr en el mantenimiento de las

El problotma tn l¡s

soldaduras M ~ gmtnlrncnk ck .,..

cilaJiodcl\ócnt<.

sino por una situac:ón

y oritnUC:ión inadtal.adas o po1

miento con pinturas resistentes al

un;~

mala ejecu(ión.

; ~

1 !:'.

•l

~

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te pinturas cspccialos o mediante

resinas. La desaJ>ariei6n, por causas ambientales, del viqjo, barato y venenoso minio de plomo, hn producido en la construcción un vnclo de dil'ícilllenado, aunque 1:1.!1 pinturas ni clorocaucho realizan bien eu papel, si bien

exigen la renovación con rnn_yor fre.. cuencia. La protección con resinas epo:ri es

perfectamente válido y relath•amente duradera cuando se trota de resina pura (resina más e-ndurecedor, sin arena). Los morl<¡ros de resina y árido silíceo, en cambio, no garantizan

la suficiente impermenbilidod, y los morteros de resina y árido calcáreo no resultan indicados.

- Refuerzo mediante adición de planchones, plotobondas, pletinas o perfiles. Tanto en el cnS<> de una considerable pérdida de ISCCCIÓn, oomo en el caso de un previsto incremento de las cargas, una aolución posible es el incremenw de las soociones de acero mediante la adición de planchas o perfiles. El problema es que, frecuentemente, el acero disponible y el que reparamos no corresponden a una misma -o ni menos COinJ>nHble- for· mulaci6n química. En este caso, y en la medida de lo poeible, convendrá evitar las soldaduras, garantizando la unión del material nuevo y el viejo mediante el uso de oone<:l<>re;; rosca·

Los metates, y tn particular ~1 acero, sufren hlertes vatiadones de fofma

-

cuando se someten a altas ttmpr:raturJS.

-

"{ J

Untón atornillada

Por dio. t11S sufrir un in<mlfio. ... puede dettrmíftaf OO!mmtt' si un.a

estructura es válida o no por ras defofmaciones qut

Uno6n T.A.R.

ticn~.

Sobre estas líneas, antigua f.ibrica textil Aymerich 1Atnat de Uuis Munasnill, en Ta~asa

(1908).

SI queremos rc:roner

una tstnH:tura dt acero con chapas o

unión con (Onectores I"O$e<~dos o tornill«ía d~ alta

n::sistencia

perfiles. debemos tvitar la$ soldaduras.

(T.A.R.), qu•

ga.ra.ntuanOO la

Hfu.eno cortante.

dimensionaremos a


Envtjtcimiento

natural d~ la madua

por mettorizatión.

ción de la arquitectura que soportan, el embebido ~n hormigón de las

dimensionar a esfuerzo cortante para las correspond ientes hipótesis de

estructuras metálicas ~nvirtiéndo-

transferencia de cargas. El encolado con resinas epoxidicas, si disponemos de colocadores experi·

mentadO<S, puede ser perfectamente válido, siempre y cuando podamos

Madc:ra atacada por

termitas. Las piezas deben ser reemplatactas. ya que suelen tsbr at«bdas interiormente.

> ~

Carcoma. Su

actividad se

drcunscribe ctrca de la su~rficie d~ la

madera. las piezas. con algún rdue!lo, pu~en str

utillzadas.

~ Madera atacada por hongos d~ pudrición

parda. X product en coodicionts (!(alta hurn~ad.

i

dos o de tOrnillería calibrada de alta ~sistcncia (TAR.), qu~ habrá que

24

TECTONICA rehabi!iUKión 1 eslructtlras

garantizar la adaptación geométrica de las piezas que ensamblamos. Para facilitar esta adaptación convendrá, en la medida de Jo posible, evitar planchones demasiado gruesos y por· fiJes con gran momento de inercia, que dillcilmente •• adaptarán a la geometrfa existente. En éste sentido, cabe recomendar el uso simuJtánco de conectores de alta resistencia y encolado continuo con resina epoxi. Los conectores garantizarán la adaptación del refuerzo a la geometria preexistente y la resina evitará peligros de nuevas corrosiones -en el caso existir dife. rencias importantes en la composi· ción química <we puedan implicar diferentes potenciales galvánicos de ambos aceros-. No parece necesario insistir en que el encolado con epoxi exige una previa limpieza exhaustiva de las caras metálicas a unir, lo cual. por otra parte, redundará en una mejor eliminación de toda traza res· tante de óxido. Para conseguir una correcta puesta comú.n en carga de la primitiva estructura y de sus refuerzos, será necesario proceder a la máxima descarga posible antos do proceder a la reparación. Si no ha podido proceder· se a un apeo fiable de la estructura a reparar~ y considerando que los pesos propiO<S del edificio no serán fácilmente descargables en su totalidad, par~ ce razonable atribuir a la vieja estructura la wtalidad de las cargas -<X>rrespondientes a JO<S pesos propios y a las concargas que no hayan podi· do compensarse- y considerar que los refuerzos van a colaborar soportando oon la estructura primitiva las sobn~· cargas y aquellas concargas que hubieran podido descargarse durante el proceso. · Refuerzo mediante embebido de lo.• perfiles en hormigón annado. En el caso de estructuras euya vista no resulro importante para la perccp·

las d~ este modo en estructuras mix· tas- puede a UJ\ tiempo facilitar las posibilidades de reforzarlas mecáni· camente, de reducir las posibilidades de pandeo y d~ reenviar a un siglo después la reanudación de la corrosióo del aoero. l....a transmisión de cargas puede realizarse fácilmente mediante pernos calibrados, dimcn· sionados a esfuerzo oortante, atravesando IO<S viejO<S perfile• y rO<Scados a ellos en ambos lados. · Sus~itución patcial o total del elemento lesionado. Aun suponiendo que las características de la arquitectura a reparar nos lo permita, la sus· titución total del elemenw, frecuen· temente la solución más segura, y en todo caso la m¡\s radical, tropieza a menudo con el problema de la desear· ga y nueva puesta en carga de la estructura. Si bien las técnicas de S<>porte por gatos oleodinámicos han ~bido un fuerte impulso de la mono de la infor· mática, se trata normalmente de equipos sólo disponibles en obras de cierta envergadura. Los apeos con· vencionales, aparentemente más~ quibles, exigirán un control intensivo y deberán ser cuidadosamente diseilados y dimensionados. En cualquier caso, un buen consejo, válido siempre en el campo de la restauración, es oo retirar un elemento hasta que su reemplazante está en servicio. La sustitución parcia! de LUla sola pieza resultará mucho más fácil, tanw por la escala de la pieza como por la faci· lidad del apeo. Habrá que aplicar en este caso las re<.'Omendaciones ya dadas respecto a la elección de los medios de unión del acero nuevo al viejo. Una vez más, Jos conectores roscados nos ofrecen una mayo•· seguridad en su comporta· mienw que las soldaduras. · Establecimiento de una Ut1eva estructura. portante y mantenimicn· w de la antigua una vez liberada. wtal o parcialmente, de su cometido portante Est..-'1 técnica, a menudo utilizada en pilares de fundición o en forjados de viguetas metálicas, de edificios unifa. miliares dedicados posteriormente a

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n,;s ySl()brecargas públicos, exige del Jtquitccto una oonsiderable dosis de reosibilidad.

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Reparllr estructuras leñosas l,J. MADUIA Y LOS SERES VJVOS

La madera es el único material vivo de ('Onst.rucción. Ko es pues en.raño que su principal patología provenga

de que otros seres animados hagan deól su festín o su albergue, aproveliialldo su estructura y oomponentes. Üls agentes vivos destructores más importantes son: TO!MITA.S

Cüm insectos, orden is6pteros. fam.i· iia riU.11otermftidos.

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Son los basureros del bosque, donde se encargan de hacer desaparecer uoncos caídos y madera Jlluerta, oonvirlieodo la oolu1osa en materia \•iva ydcl'oil'iéndola por tanto a la cadena tró6ca de alimentación. En el contexto urbano constituyen, en cambio, una importante causa de lesiones y fallos en las estructuras leñosas, y pueden destruir cualquier elemento que contenga oolulosa. La especie 'reticulitcrmes lucifugus.. es la variedad mas frecuente en la península, aunque no la única. '!\ene una dimensión de entre S y 4 rnm r el aspecto de una hormiga gorda y de color lechoso. A diferencia de sus primas africanas, sólo establece el termitero en el subsuelo, eventual· mente bajo cámaras sanitarias, a munudo cerca de albañales y arquews de saneauúento, ya que esta especie es particularmente ávida de humedad y muy temerosa de la luz. Construye y re"oca con pasta de celulosa regurgitada galerías que pueden atravesar obra de fábrica e inc1uso unos cuantos centímetros de hormigón. Su profunda cautela hace que sus galerías (a diferencia de las de la carcoma} no aparezcan normalmente al exterior, aunque en el caso de madera esmaltada llega prácticamente hasta la superficie imprimada. Estas galerías la conducen a los comederos. escogidos con auténtico sibaritismo, hasta el punto de que puede nt.ravesar varias vigas sin dignarse a darles un bocado hasta encontrar una esencia de madera a

su gt•sto. Entonces vaciará completamente la pieza, dejando sólo la superficie y evitando haoo:rsc notar si se produce un ruido en el exterior. La ~nica forma de detectar su presencia -aparte de los vuelos nupciales de primavera con la procesión de reinas Yírgenes y machos aladosserá por percusión sobre Jos receptores de ultrasonidos o bien, una vez detectada su existencia, mediante amplificadores de sonido {un estetoscopio manejado por un experto puede ser ótil). En Canarias, y ocasionalmente Andalucía, existe también la especie "criptotennes brevis", que anida en la misma madera seca, y es originaria de Sudamérica. Aunque su tamaño responde al nombre, el comporta· miento es similar al de su prima mediterránea. Las piezas devastadas por las termitas deben ser reemplazadas en su función estructural, ¡>ero el problema permanecerá mientras la comunidad continúe viva. Si se tiene la rara suerte de localizar Jos tenniteros, cualquier intervencióo destructiva eficaz (voladura, demolición, inmersión en insecticida, etc.) puede dar resultado. siempre y cuando no que· den elementos vivos capaces <le reor· ganizarse. ~ormalmente no se localiza, por lo que se suele recurrir a una de estas t<tls soluciones: - Previo desalojo del edificio durante al menos una semana, y mejor dos, tratamiento generalizado J)()r fumi· gación con insecticidas de alta eficacia. El problema estriba en que con esto se suele alcanzar a los especimenes adultos que trabajan en el comedero (obreros y algunos soldados), 1>ero muchas veces no se alcanza suficientemente a la teína ni a las larvas 1 por lo que el termitero puede seg,úr vivo, aunque la increfble sagacidad de las tcnnitas las inducirá a cambiar de comederos, probablemente probando con la casa vecina. • Localización acústica de algunas galenas y comederos, y fabricación de falsos comederos en los que se deposita y repone celulosa impregnada en sustancias quúnicas particularmente atractivas para el gusto de estas gourmets. Llevadas al te1·mitero como .nutrientes, producen como efec·

P.lses de actu\lc:ión y rec:uptradón de una

viga de: madera: 1. La ~ba.a de la

viga está dañada. 2. Se elimina la

madeta ddec:tuosa. 3. Se c:oloc:an bar!41s de armado.

4. Se rellena con resina epoxi wtlte un crK:ofrado. S. Pieza re<:upCJada.

rehabilitación ¡ eslructuta.s TECTONICA

25


~ióndr:

to colateral la inhibición del desarrollo de la queratina que endurece la

cubiertas con

carcasa exterior en las larvas,

estructura de

A- Construc:ción a

tico y único esqueleto de los insecros. .e:stos devienen así adultos débiles y fácilmente atacables por las honn.i-

"'tt'ja vana•, las tej-as

gas y otros vecinos. Es éste un proce-

apoyan

so caro y lento, pero de una perversa

transvtrsalmente

eficacia, al menos hasta que aparez-

sobre los cabios.

can termitas mut.antes resistentes al

8- Construcción a ·lata por canal·. las

tratamiento.

ujas canales quedan

Aunque varios órdenes (ascomicetcs, basidiomicetos, ...) y múltiples fami· lias de hongos se alimentan de la madera, previa destrucción y trans· formación de su estructura iJJtero~ Ja implantación es siempre media:.· t~ esporas aéreas, existentes e•l c~i todas partes, que se desarrollan a CARCOMA partir de la existencia de humedad Clase insectos, orden coleópteros, (mejor entre 35% y 50%), temperatu· familÚJ an6bidos, familia lfctido.< y ra suave (entre 15 y 30°1 y air< demás familias. estancado. A diferencia de las termitas, para La pudrición se presentará en las las que la madera deviene el alimen- zonas menos ventiladas y con mayor to de toda una vida, las carcomas sólo contenido de humedad. Los apoyos de consumen celulosa en su fase larva· vigas en muros testeros o exteriores, ria1 que transcunc tunelando y digi- en zonas bajo baños o cocinas y en las riendo galerías de un solo uso, de las estructuras de cubierta, suelen ser que emigrarán cuando alcancen la lC>S más afectadC>S. madurez biológica y sexual, para, en La madera atacada ''a cambiando u1\a jornada de intensa actividad, de color y va reduciendo la cohesión enoontrar pareja. aparearse y poner interna en una primera etapa, per· los huevC>S en alguna rendija o peque- diendo progresivamente masa hasta ña fisura de la madera, aprovechando una drástica reducción de volumen y un peque6o oviducto-aguijón caudal, una total o casi total pérdida de resis· donde las larvas resuJtantes comen· tcncia mecánica. zarán un nuevo ciclo. Las pu<lriciones suelen clasificarse, Las carcomas buscan una relativa en el sector, por sus características proximidad a la superficie ventilada externas más que por sus agentes de la madera que ocupan, probable- productores. Tendremos así: mente para no complicar su futura - Pudrición blanca, desligníficante, emigración adulta. Esto nos da una que fagocita la lignína dejando masas cierta tranquilidad con respecto a la de celulosa blancuzca entreveradas capacidad portante residual de los con zonas de madera no atacada. elementos estructurales leñosos car- Pudrición marrón. Exactamente comidos, por cuanto, aun cuando la al revés que la blanca, fagocita la profusión de galerías hiciera mecáni- celulC>Sa y deja la lignina, que da un camente inútil la zona atacada, color amarronado a la madera res· siempre es posible una reevaluación tante. Frecuentemente ésta se fisura, de la capacidad portante residual del adoptando texturas de microvolúme· elemento dañado eliminando de su nes cúbicos, prismáticos o laminares. sección, a efectos de cálculo, una - Pudrición seca. Es una variante franja de superficie perimetral ven ti· de la pudrición marrón. El hongo prolada del orden de los 30 mm. El corte ductor (merulius) no necesita espetransversal de alguna probeta o las ciales condiciones de humedad, ya pruebas organolépticas de penetra- que puede ujarla él mismo de la ción con punzón podrán darnos en atmósfera y crear en torno m.icrocli·

Algunos ejemplos de

madeta:

ent<Jjadas entre dos !.atas.

®

C- Tejas amortuadas sWt una soltra de ras.illa que descansa

sobte latas.

Oy E- Soluciones que mejo~n las

anteriores por la inclusión de

ai$1amic:nto térmi<:o.

26

TECTONICA rthabilitaci6n /estructuras

autén~

- Sustit<•ción a))s()luta, en el edificio atacado, de cualquier elemento de

madera por otros metálicos, de madera laminada encolada, o de madera trata· da al respecto con repelentes. El problema de dichos repelentes es que suelen abandonarte, oomo el desodorante, en el momento menos adecuado.

cada caso una idea aproximada de la profundidad afectada y del nh·el de afectación.

Las

pie-~a.s

e.stn•cturaJes atacada!

por la carcoma no suelen requerir

una sustitución, pero la reevaluáciJn de su capacidad portante pide a """" un refuer•o, y en todo caso algún Ira· ta.miento de imprimación protcccora para minimizar nuevos ataques. HONCOS Dl PUORICIÓH


la

m.'\ bumOOos. Prefiere l as coníferas

de

a otru espeeies. no atacando a las ~ tropical!'$ ni al roble. Suele "'b do el'ect4o máll dl!$\rudivos. c..,...,. no confundir la tonalidad uu13<U que produeen los bongos crocruitil'ROS con unn pudrición. Estos boni(O< c:1si no afectan a la estructura o propicdadcij de In madera, por lo que- no l)arcoo correcto aplicarles la tm·minologro uaunl de pudrición azu1, ~·~~ que Hu efecto es sólo cromático, per{l no mecánico. El trntnmiento fungicida de la !JI,idc·ro ya at.Dcndn ~ue le ser poco o >:!dt efcd:ivo, por lo que las posibiliQk, d< aecióo se redueen al recono-

s, j.

la S·

R, 1·

si a

nritnto del est.odo de resistencia de le>. •I.menl4o para susbtuir los más

¡j;J,rioradoo. o la evitación de focos de humed~d y al tratorniento con Fongtcidos de 1M maderas aún no

-e

o!t:etnda~.

d

Utiliución de la

El I'Ofucr'ZO se realizará normalme-nte modit'nLe chapa de acero

e S,

innx-id:1blc, lijuda a la madera oon tornillcrín, y mejor aún con pernos roscadol'O.

.S

T

o 3

lA MADllA Y U rUE'O fo e.te apartado habria que distin!Wr ...., puntos: la madera 'en el fut&o y la madera 'antes' y 'después'

r..-go:

madera corno prot«tión (rente al

fuego de esttuc:tu~os metálicu. Edificio de ofleina~ en Osaka (2000). Shigcru San. Detalle c1t la ~ión d< una jámla d< ..... t...._ _

ta ptOt~ fKnlt ot fuego formodo por un dobk fono de

Ú M.LOliA IN ll IWCO

11blcro de ~rtfcul~s

En contrn do lo creencia popular, el

df: madtrJ.

oomp(ll't.tllnient.o ele In madera ante e l Fuego propol'ciona mayor seguridad qu~ los

metoles. l.n cncrgío aportada por el calor del in~ndio se empleo en la combustión dt las primcrss capas. lnvirtiéndose

r

~

1 '

eo sument.Ar la temperatura de la apo •uper6cial y luego en producir )1\s (()(ldicioncs necesarias para que b riolenta combinación con el oxlge-

produzca. lhentrns eslo ocurre, las capas

IJO ·•

iru:t~iatO!;

ej(!rcen de aislante térmi· co. comenwndo •u ignición sólo después de ae que haya oonsumado la de 13 eapa onterior. Esta organiztlción J'CSistentc~ actu·

ando en

ctt¡)ilS

como las ordenadas

6 1,u~ de \ 11\ ('oj~rcíto,

permite que cinco

ctntimct ' "' de madera de conlfera puedan prO¡>orcionar a la madera ~'"'rmana

que protegen una resisten·

Oubftta:s. soktdones tncfi(ionales p¡ra cnvofvtr con madera

un forjado dt pttfi!<S de acero.


cia al fuego de 60 y a veces de hasta 90 minutos o más. LA MADERA ANTE$ DEl lUEGO

Shigeru Ban, el arquitecto japonés, conffa tanto en la resistencia al fuego de la madera que llega a utilizarla

como envolvente protectora de sus estructuras metálicas. Radica. tal vez en un conocimiento intuitivo de este comportamiento e l hecho de que, tanto las viguetas como las vigas y pilares de madera, han

sido siempre considerablemente sobredimensiooados con relación a s u

carga. En todo caso, esta realidad nos pro·

pone los mejores sistemas de protec· ción al fuego de la madera: el sobredi-

mcnsionado y el recrecido.

remos la capacidad portante de la pieza para una sección reducida - Costra s uperficia l de lO a 15 mrn carbonizada, agrietada y/o cuarteada. Capa interior contigua tiznada de humo, con el resto interior del corte color madera, conservando intac[a y sin disgregaciones la estructura interna de anillos de a lbura y de

duramen. Si el espesor de las costras carbonizadas supera el 10% del canto de la pieta, conviene desecharla a efectos portantes. En caso contrario podrá

recalcularse reduciendo la seeción útil en un espesor igual al doble de la perüérica expuesta. No obstante, se

S

actuación universalmente válidas. Un protocolo de aproximación sistc·

e

costra carbonizada eo toda la rona

permitirá, sin embargo, establecer

recomienda para este caso una prueba de carga de los elementos afectad()$ u1la vez. .reciclados. · Costra superficial do color ceniciento sobre c.~pa carbonizada. A des-

una primera evaluación de los daños.

echar sin más.

y por ende, una hipótesis del compor-

Aviso general: Dada la prevención (tal vez genética) que gran parte de

mática a los e fectos del fuego sob.r e

tamiento estructural previsible de lo que queda después del fuego.

Un corte en las vigas o pilares sometidos al fuego permitirá detectar la profundidad a la que han producido las transformaciones de la made-

ra. Podrán ser las siguientes: - Superficie expuesta del elemento

leñoso tiznada de negro

d~

humo.

nuestro sector ibero de la construcción tiene hacia la madera. cualquier incendio, por pequeño que sea, da Ja excusa para sustituir los forjados leñosos por otros de hormigón o inclu· so metálicos. En honor a In verdad hay que decir que el forjado, y aún más lasjáoonas y pilares sobrevivien-

e

•n d ci

d. d d p

si m ri m ci d

Corte restante del color natural de la

tes a un fuego, suelen a menudo con·

madera. conscn•ando intacta y sin disgregaciones la estructura interna

servar gran parte de sus capacidades estructurales y presentar en adclan·

metalic:os en estructura de

de anillos de albura y de duramen. En este caso la madera no ha sufrido menna en su capacidad portante,

fagos. Los insectos huyen de la que-

de de

cubierta. Las

aunque convendrá evitar, en el caso

ma incluso eo sus tratas olfativas más antiguas.

ho de

soluciones actuales

de reciclado de vigas y viguetas, la

de repara<:ión <fe piezas dañadas

inversión de cargas: tanto la cara comprimida como la traceionada

utililan ck modo ~si unánime las chapas

deberán seguir trab8jando a o-ompresión y tracción respectivamente. Se puede decir que a estas vigas les ha

Ejemplos de refuerzos

met.llim. aunque también es posible d

te muy raramente problemas de xil6-

REFUERZO DE ElEMENTOS PORTANTES

pi

lEÑOSOS

re

La construcción contemporánea en

ro, ro en pa pr

madera tiende cada vez más a garantizar las uniones de elementos linea·

tocado la loterfa: conservan su capa·

les leñosos - provengan éstos de

encolado dt: tejidos de fibra de vidrio o

eidad portante y nunca más serán atacada.• por insectos xilófagos.

madera natural maciza o de madera laminada encolada- mediante pieza.

IUO

incluso de piezas 6e

· Capa superficial expuesta, de espesor 1 a 15 mm. tiznada de humo,

de chapa de acero galvanizado o

m el ·

mack:r.~nutva.

TECTONICA rehabilitación 1es;tructuras

de anillos de albura y de duramen. El excesivo secado puede haber producido en la capa superficial alguna pérdida de resistencia. Recalcula-

LA MADERA DE.SPUl$ DEL lUEGO Cada catástrofe varia en duración e intensidad, por lo que se haoo prácticamente imposible dar recetas de

Jos elementos leñosos portantes nos

28

coo el resto ioterior del corte color

madera. conservando intacta y sin disgregaciones la est.ructura interna

inoxidable, dobladas, troqueladas,


tlor sin

-na >er

lala 101

·a le i-

.a >S

á n a

a e

l!l'lm3dllS o desplegadas a fin de cualquier nm'lodura de ncero embebi· i>cll.lr • u odhen!lleia. da en hormigón, mortero u obra de I.J mJauracion de piezas lesiona· fábrica, es la corrosión. cbt • ..blft8flloda& tiende pues hoy Durante 108 lre4 primeroo cuartos a: ".furrzo roo chapa metáli~ fijada del siglo J'l'$ndo ~• ve~nte- hemos a l1 mJdern con mmas ylo conedó- creído que la principal causa de t\'.-~ de tomiUerfn. y pernos roscados. corrosión del aooro estribaba en la Resulto perfe<taroeow posible, asi- oxidación, que \'Cnfn fa\'Orecida por mismo. el encolado de tejidos no teji· la humedad, po,. lo que protegiendo dus <malU de Obra de vidrio, aunque (!?) e) acero con hormigón, mortc1·o o el e!Hnbio de l.oxtura que comportan fábrica de ladrillo, la oxidación se cbli>'ll f,-eeuenwmeme a algún tipo evitaba. De aquf luRdistancias mini· dP n¡nquillajc. mas de recubrimiento de las armaEl refuerzo mediante enoolados de duras en el hormigón, y toda la casu· rntldem nuO\•a, teóricamente )a so)u. ística de envolver en mortero las gra· ""'m.ú obvia, obliga a mecanismos pas de cosido de las grietas y de dt >11JfCÍOO muy enérgicos duranw el emparedar en fábrica de ladrillo tndor.ámiooto de las resinas. y exi- algunlll! cerehas metálicas de parti1' b participación de personal fuer- eular compromiso. t..'llltllte top<cio.lizado. Pasado un siglo desde loo primeros hormigones, el resultado empieza n Refueuos no metálicos: una plantearse como preocupante, si no n~o olttmatlva desastr()SO. Aqucl106 primeros redonEl•iglo XX ha asistido a una apoteo- dos de acero que nucst,·os bisnbueloe •is dclnccro on sus múltiples aplica- embebieron en hormigón se están ciones técnicas y, desde luego, la corroyendo y ncuflondo su rovosti. ronstrucción, y particularmente el miento protector, mientras los de las nrte y la t&nica de la restauración, rejas de ventanas permanecían mal 110 han sido los mil$ remisos ala hora que bien. Las eerchas metálicas deuwlo. modcmistns protegidas por fábrica Lo.! precisas t~nicas de perfora- de ladrillo se han convertido en ri<m.la quimiea de las resinas epo:ó· auténticas calcomanlas férricas de si &.;, la facilidad para manipular, mismas, mientras sus hermanas des· cloillar, ~uelnr y desplegar delga- nudas soportaban mucho mejor el das plonchM de acero más o menos agua y la intemperie. Mucbas viguernoxidable, nsí como la facilidad tas metálicas de loa primeroe forjapara recurrir a técnicas de dimen· dos, envueltas en senos de mortero u •ionado derivadas de los modelos de hormigón, se han exfoliado como cálculo del ho,.migón armado, pri- hojaldres, miontrus que primas mer mntorinl c:omposite de la histo· suyas, como las barandillas expuesrin de la construcción moderna (el tas al aire, sobrcvivfnn mejor, aunque ~nó• ontiguo es el tapial), han producon apuros. En esto contexto, los pricido un despliegue de gran espectro meros conectores y las primeras gra· MI ncero como sistemático siswma pas embebidas en mortero no tardade refuerzo do fábricas portant<,. rán en dejar en ridlculo a los primedtbilitadu por el tiempo, el uso o el ros 80i-<Ji$8Qnl reataurodores. hombre, principal agente abrasivo Hay pues que revisar nueslra idea dl> nuestrns obras. del hormigón c:omo perznanenle proLos refuerzos mediante pletinas, teetor del acero, y oorle a roda valor pb""h"' perforadas o desplegadas, su justo término. El hormigón no proredondos, pernos y conectores de ac:e-- tege al acero de In humedad, o mejor, ro. normalmente embebido en morte- no lo protege demasiado. La retícula ros, hormigones y, ocasionalmente, porosa por lo que el agua sobronte en mortc,.06 epoxi, fol"man parte de la escapa evaporándose del hormigón panoplia de I'Cparucioncs al uso que fresco, deja el camino abierto para proyecwmos, r()olizo,nos y enseña- que, por capilaridad, cualquier nueva mos cada dín. Y sin embargo, hace ya humedad exterior trnacicndn los más de veinw años que sabemos que escasos centímetros normativos de el inexorable destino a largo plazo de protección.

Refuerzo de forjado de ma4era por medio dr un losa dt hclmligóo armado.

Oisúntos tipo> dt lujad0$l<ñosos,tn

fundón dd mattriaJ

que: forma la base dd pavimento: A· Tabl-a$ de mackra dmdas 1 las viguetas.

a- Cabios de mader3 y soportt de tablero de rasilla.

C- Bovedilla$ sobre

viguttas.

~ . . . . ,. - ... . . ' ,, ' ~

:\.

-

.

''

Refuerzo de forjJdo

de madera ron perfiles metal icos.

rtNOiíl hxlón 1 estruc:tur.u TECTONK:A

29


:;

Es otra )a razón por la que e) acero

Es pues razonable preguntarnos

embebido en hormigón joven no se • corroe, y consiste en la fuerte basici· dad del cemento recién fraguado, que alcanza un pH del orden de 11. En un ambiente básico de tal orden, la corro>-

qué pasará dentro de un siglo o siglo

-~~

sión, intercambio electrónico genera~

do por un diferencial de potencial galvánico, queda totalmente. inhibida,

Los sistemas de unió11 a b;J$( de elementos

de ace1o tonUevan. a pesar de los distintos grados de

sofistic<1dón (camisas. recubrimientos ('SJ~edates...) el mal imparable de la

rorroslón.

incluso en presencia de humedad. Si consiguiéramos proteger perfec· ta e indefinidamente nuestro hormigón fresco, el acero permanecería indefirudamente incólume. Pero

roados a una duración s uperior, nues· tros refuerzos metálioos serán cohe-

rentes y adecuados. Pero ¿qué ocun-i· rá en el siglo veintidós con el pat.ri· roonio histórico de piedra, cerámica y madera que estamos trufando de ad!·

ro para reforzarlo? Las industrias químicas nos ofretra a la intemperie, es frecuentemen- cen hoy, como uoa panacea, la resina te ''isitado por el agua de lluvia, ávi- epoxi y sus morteros derivados. Resda virgen que a veces capta el anhí· pecto a la formulación epo>i pura, drido carbónico de la atm&;fera para una concienzuda aplicación puede devenir ácido carbónico con tan poca garantizar una protección del acero acidez que lo bebemos en la gaseosa, equivalente a la tradicionalmente pero que penetrando decenio tras suministrada por el desaparecido 1

hormi ~

aunque e ficaz minio de plomo. Pero el

gón, acaba por reducir lentamente su

mortero epoxi1 con su est ruct ura parcialmente porosa, no garantiza la

basicidad hasta Uevarlo a uo pH neutro (7) e incluso ácido(< 7). Si la atm&;fera es industrial o está poluc.ionada, el anhídrido carbónico

será ayudado por sus primos, los anlúdridos sulfuro.so, sulfúrico, nítri· co, y en atmósferas marinas, por el ión cloro, con lo que el efecto acidu-

estanqueidad del acero, y por tanlh, el progresivo juego de acidulación acabará llevándose a cabo. Habrá pues que pensar en armar

los refuerzos llamados a larga dura· ción con materiales no corrosivos,. y

por tanto, no metálicos. La fibra do vidrio, tanto en forma de redond<li

lante será mucho más rápido. A partir de un pH=S del hormigón, a la armadura de acero le abandona

es ya uoa realidad alcanzable. t.

e l desodorante: ya no está protegida

fibra de carbono en presentación Ctx·

de la corrosión, y se desencadenarán en ella los procesos electrolíticos que acabarán, con el tiempo, por destruir

ti\ es también perfectamente asum:-

como en textiles, tejidos y no tejidos.

relativamente duradero cuaOOo se

e) acero, llevándolo a una extraña y

ble, aunque todavía cara. Nada nos impide pues utilizar~ materiales, s i tomamos precauciooe~

lentísima combustión que acabará en

ya que los protocolos de calculo,

trata de resina pura

un material -el óxido férrico- muy

manipulación y puesta en obra de M

(sin are11a).

próximo a aquél que, un día, el hombre transformó en acero.

zajc y perfeccionamiento. 'lbdos sal:t-

acero en resina epoxi p11ede ser valido y

mos que lo peor que puede pasa~ •

atm&;fera polucionada, este proceso dura tres cuartos de siglo. Supone·

terreno de aprendizl\ie de una tecnic1

mal puede durar algo más de un siglo y cuarto. No sabemos aún cuánto

durará un hormigón protegido. Sabemo.s igualmente que el pH del mortet·o es usualmente inferior al del hormigón, por lo que su protección ofrece

menos garantías de duración, y sabe· mos que la acidez de la cerámica hÚilleda contribuye a compensar la basicidad del mortero. TECTONICA rei'Wibdit&d ón 1 esttu<tvr-as

mismos están en proceso de aprendí·

Sabemos que en hormigones expuestos a Ja intemperie de una

mosqueen un ambiente exterior nor·

30

que estamos aplicando para reparar nuestras fábricas portantes. Si los edificios que reforzamos no están lla·

cuando nuestro honnigón se encuen·

decenio por capilaridad en el

Embeber la barra de

y medio con todas Jos cosidos, grapa· dos, cooexlooes y refuerzos metálicos

una obra es que se con\•ierta en d desconocida por los trabajadores.

Pero lo que incluso los más convon· cionaJes de nosotros debemos hao:r, en el momento actual, es ¡m;v~r reparaciones rc\~ersiblcs, que perltll.·

tan, en un futuro probablemenrr mucho más inmediato de lo quecr~· mas, que nuestros sucesores .sushtu. yan n uestl·os anclajes, refuem~

y armaduras metálicos, por oc"' más duraderos, y por tanto, m&

sostenibles.

[TJ


rllo.s

SISUOGRAÁA:

D~lo

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#Y

ce-

de d•'ognosis v trotamitnto d~ mot~riolts

ptfi'T:O'S y ttrómltos. CoHcgi d'Apatrlladors i

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e-n morte-ro de resina ~xidlea

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d;ogo.,; /lo tttó(Jio de. (Col«óÓn]. ITEC. rfNbdiQdón 1 ~tructur;u TECTONICA

31


Text o: Maite Apeztegu ia Elso Fot ógrafo: José Ma n uel Cut illas

Torre Jaureguía en Navarra Malte Apezteguía Elso El respeto con el que se enfrenta Malte Apezteguía a esta casa-ton-e, tipología emblemática de la cultura popular vaKa1 supone no sólo restaurar de manera precisa sus elementos, sino recuperar las sensaciones espacia.. les y sensoriales evocadoras d e un mundo que extraía del territorio al que

pertenecían sus valores, físicos y emotivos. La obra mered6 el premio del Colegio de Arquitectos VaKO Navarro de Rehabilitación en el año 2003.

U casa•tOrrt de Donam.aria (Navarra)

la torre naec enraizada en la tierra,

una presencia

emergiendo desde líl roca qttt l-e sirve: de

t$

poderosa vrotunda en el territorio tuya

apoyo.

rdt.abilitac:ión queda dduminada p« la fuerza <fe su estruttura y la lógica

de: su construcción. que distingue dos cuerpos bien diftrendados: una fuerte bast de dos plantas en piedra

caliza y una rigera construcc:ión de made~ de haya v roble para alojar lai pfaJ\tas supeJiOies.

•Existe en. la parte septentrional de Navarra un tipo de casa de labra112a muy curiOS() que recuerda bastat1le las f.orres medioevales de Baviera y de Würtenberg. Sobre un macizo de dos pisos leutmtado en fábrica lle nwmposterla de planta generalm.er,te cuadrada. se alza llna erwrme superestructura de madera. La parte construida. con piedra contiene en púmta bqja cuadras, bo<kgas y locales para carros y aperos de labranza y en el piso la saÚJ y las alcobas. En cuanto a lt>s demás pi-$0..">, que son generalmente des, sólo sirv-en de graneros. Grandes pies-derechos que apoyan en los pi.<os bajoo, soportan la viguerw. Las paredes está" for· madas por flwrtes tablas de haya y roble form.aJtdo en algwws casas voladizo. El teJado es a cuatro aguas, disposición poco usada en esta parte del país vasco. • 1

Alfrtdo Baeschlin, {QQtqilitetturodeicoserioWJSco, Editorial Dnosa. BarctiOtla, 1930.

32

TECTONICA rehabilitación 1 estructuras

E

1 palacio llamado J aurcguía (palacio en euskera) es la típi· ca ton e montaiiesa de linaje del siglo XV. Se encuentra ubicado en el municipio de Donamarfa (Nava· rra), en el barrio de Arce, junto a una antigua pre.•• del río Txarruta. Antes de proceder a la descripción del edificio y al relato pormenorizado de la totalidad de las obras realiza· das, es conveniente hacer algunas consideraciones, de carácter general. relativas a los principios seguidos por la intervención:


En primer lugar, y dado el alto

nació absolutamente enraizado con la

In restauración se plantea absoluta-

no debe únicamente su valor a su peculiar aspecto exterior sino que su importancia radica, también, en el

mente respetuosa, buscando mante-

misterioso espacio de su interior,

mente que las decisiones de la

valor histórico y art.ístico de la pieza,

~ fteja

tierra y la sociedad que lo generó. En esta actitud, se comprende fácil-

nueva escalera al

Maitc Aputtguia la

del arquitecto y el equipo téenico p~­

cultura popular vasca en lo que a la

tende quedar en el anonimato ayudando a resaltar Jos rasgos y cualidades del edificio que motivaron su

casa se refiere. Por este motivo, esta

reparar elementos constructivos

restauración no pretende solamente

dañados o reproducir otros arruina· dos y, por tanto, inservibles para su aplicación en la reconstrucción. Pero

espacio que tan bien

cada una de las características de la

declaración como Bien de Interés Cultural (B.I.C.). Sin embargo, es evidente, para cualquier visitante, que la casa-torre

todas y

garantizar la conservación de unos

elementos tipológicos formales sino

proporcionar una

1"\lS·

taurac.ión relacionadas con los elementos construch\•OS sean bastante sencillas de tomar ya que buscan

ner o recuperar, en su caso, el estado original de la construcción. La labor

Ante la exigencia de trner que

que intenta, sobre todo, asegurar la

también se comprende que las deci-

pervivencia de toda la capacidad de

siones relativas al espacio no sean

sugerencia de un mundo espacial que

tan evidentes ya que para tomarlas

intetiOf' de la tom. decide ligera y

colgada dt la estructura de: 11!41deta txistenk

rehabilitiKión 1 estructuras TECTOHICA

33


La planta de: la cau~ ts aproJumadamc:ntt

dt1S-.l0mtttosy sobtt tos dM PISOS dc:

........ ,.

consiJUCae!n do mod<fl(cadobol wtbi~~~_J«ammtt.

Alzado SE, ~tado origi~l

Alzado NE. estado 01iginal

St sa nc:ó la base cid muro dt pocdto.

~ti ~<!>o (a~iMio SE). o

limpt;ando bs junbs

donclt folt.,. alguno

dt Utrra y suc:ltdad. rdl<:nil'ldol~

pieza. st colcxaron sí lbm de rtposiaOII

mtdiantt un mottno

tqurvattntts al ma

ftuodo do '"'

do ........

"""""'"-

6r la tom.

_ ..

m

En la <thabobta<ión

la ddhnadl•

Badalso,dtstinado

S<hadiftrtnóodod

vMtncla, con un

antiguamc:ntt a

tratamiento de: los

único hurto c:n cid•

desván y granero,

tltmtntos

un• dt las fachtdas.

estab.a cerrado por

perm.ane.nks de: los

y, pcM' c:l rontrtrkt St ha prottdido 1 1brir

tablas ck madera ck

tfímeros. asi st ha

hoy> y robl• <11" se solapan en altura

rccupc:rado la

huc:ros stgún un

ftntstración origin-al

ordtn lltatorlo en d

para fac:ititar la

de: la primc:rJ planta.

cadatso.

evacuación dtl agua

dt lluvia.

34

TtCTONtCA rehabllitoKión 1 tWucturti

En alguna lOna de

...

se hace necesaria una lectura inter· pretativa de la casa-torre que ayudt a proporcionar las claves de los critt-

rios a seguk Este cntendimient.o es siempre per· sonal e intransferible ya que el mis· mo objeto puedo provocar distin!M sensaciones y evocar diferentes mun· dos en In pen:cpeión del lector. En este caso, pa.ra lo restauración de Jauroguía, 1!18 claves de In lccturo realizada son las siguien ws: - La torre es una construcción poderosa y rotunda por au escnciali·


de

l,o

'"'

ron

ión

"" sto los

!rde

dad, por su dominio sobre el lugar en el que se asienta, por la radicalidad

;e.

de su presencia, la fuerza de su

estructura y la lógica aplastante de

rialidad de la piedra pasa a la ligere· za de la madera, del espesor de sus muros de planta baja y primera (de más de uu metro) pasa a la 1\oura de

su construcción.

la lámina de cerramiento de las plan·

forma de rayo que incide

p ictó rica~

mente sobre las oscuras paredes del recinto. Se trata ésta de una luz sóli-

da qoe permite ser moldeada como si

jg.

· Es una pieUl que nace enraizada

as n·

en la tierra> emergiendo desde la roca

centímetros).

de una escultura se tratara; en la primera planta, las ventanas responden a un modelo arquitectónico

que le sirve de apoyo, y que sutilmen-

~n

te se transforma en los sillares rcc-

de ra

!angulares de sus gruesas paredes,

· Esta evolución desde lo matérico a lo aéreo resulta apoyada por la transformación de la luz a medida

de ellas transformada postcriormente en puerta), una en cada lado de la

hasta el cielo que pincha con su

que la torre sube en altura. En plan·

construcción, dirigidas a cada una

cubierta a cuatro aguas.

ta baja, en el espacio-cueva donde emerge la roca de apoyo, unas estrechas saeteras oortan la luz dándole

de las cuatro orientaciones. Su

~r-

5o

A medida que se e leva, su const.ruc.

Jj.

eión ,.• perdiendo peso: de la mate·

tas segunda y tercera (apenas tres

prefigurado: cuatro ventanas (una

misión es iluminar y ventilar los espacios domésticos; e n plantas rehabifitación 1 estructuras TECTONICA

35



Debido o lo

ill('lina6ón del

dalp¡fición dt

conjunto, por lo que

muchas de: ''' plelas de la 6tructura

desmontado, numerar

original, d codntso

las piezas y recoloc:~~lo

pmc:nttba futnes Rtc:N~ grandu deformaciones e:

ttpoo iendo las piezas

se procedió a

o

tl

i

íjD

exactammtc: igual, d~apan:c:idas..

Scctloncs longitudinal y transvtrSOJI

Q N

Planta baja

Planta ptlmtro

En .....__ .... las plontM que

"""' ......... do " ton'( st lprt<'Jl t'ÓniO

a ~oda q¡.tt <:rttt la

construco6ft en tltul'l plffllt materialidad

o

(dd metro de: gro50r en cl muro de p;edra

o

a los escasos 3 cm del

o

<:ern~miento de

o

.•. ..·· ·· ....

madc:l'a) ven cambio

e

aumc:ntoli~r1mentt

la superficie.

Ptanta segunda

Planta tttrua

segunda y terrera más que de venta· nas se debería hablar de huecoo, de pequeños cortes en la piel de modera situados aleatoriamente en el peri· metro del cadalso, y de multitud de rendijas entre las tablas que dan entrada a una luz mullifocal que anula sus propias sombras y se convierte en etérea, en luz gaseosa sin peso ni forma. Derivadas directamente de eaLos

• Respeto absoluto por l<l6 elemenlos constructivos y su colocación, especialmeniA! por la eslru(:tura a la que no se le añadirá ninguna pieza que no hubiern existido anteriormen· t..e para no desvirtuar su carácter (realmente es un alarde para su épo· ca) ni a lterar e) espacio determinado por ella. • Supresión de a quellos elementos arquitectónicos a ñadidos o inoot J>O.rtl· d06 a lo largo de la historia que con· funden la claridad de los plantea· mienlos iniciales: derribo de cons~

claves de lectura, se eligen lns siguientes decisiones como guías de la restauración:

trucciones anexas, recuperación de lns •·enlanas originales y cierre de la; abiertas con posiA!rioridad, ete. • Diferenciación en el tratamiento de los elementos pennanentas y de los ofTmeroa: recuperación de 1a

lo y

p

n d 11

fenestrnción de In primera planta y. en oposición, apertura de hueros en e l cada lso cortando ta blas de la fachada y siguiendo reglas de pa,i. cióu aleutori!l!l. • Mnntcnimiento de la chimenea en su posición original y recuperación de su forma, entendida como un elemen..

C<

o: Ul

li¡ y

ju


U estrurtura intMor

" l>ml>ón diftt<ntt tn los dos OIUpos

ta torr~: en la pJanu baja, de quf f01man

muros de piedra 6t 101 zor~a,

f.os ~ofados se apoyan sobre

COntundentes vigas de mJdera que saiV"an ur1a g1an Ita sir1

apoyos; en las pl¡¡ntas superiorC'S, un¡¡ ajustada

otn.otbu> <k mad<n -•<kmúl~

"""" ¡._ pilms. tomapuntas. cabttcm. peanas._)

conformart el cadafso.

f.o los 5l y SO 1< ....W d

A lo dcotdlo, plan!> bol' m lo qu< cmag<

-qo¡<flol>b

loroadt-.

_

~-~~ido

.. ... ,......... ~

con uno nuMdc ~orm.gón

11mado

ligado al ant~riot por rozam~tnto

v

med'tante va1iiiJS de acero de alta tts~stencia.

lo de ancltlie de la casa-tOrre al suelo

r dt trabazón entre sus difcrenu.s plantas (formnlizt>da como una oontinu:ll:ion vertical puntual de la fachada de srllerfa de piedra de las plantas inferiores). · Creación de una nueva escalera, colgndn de la estructura de madera oxistcntc en lugar de apoyada sobre unn nueva, Cl)tcndidn como nél'ea y

lii[Cra por oposición a la materialidad y pc$ndcz del hogar-fuego situado justo enfrente.


La estfuctura

la ese01lera, airea p01ra no competir COil la

portante, de muros

rotundidad deJa ~on~truc:ción. cuelga de las

dt cant~ria (A),

vlgn 6c la r:strucum original mediante un

conforma los dos

'colu'!1pl0' formacto por cablo de attro

primttos nivtlts.

sold¡do' J un,¡ barra tn Ta la que st atorni 111'1

c:uyos fO<jodos ..

las 'ligiS dt: madera. unas qut rtqueÑn uru

rtSUdwn ""'

N>d>dosa q«vdón ....... -

9"- jác<NS el<

f~itnto.

m-..a empcmJCbs

Hiotdlly tontnhudb st ensamblan

en d

cmformando d pdclañeado <:Omo una

muro (8), o ~n

""lo (C~ El paso de piedra a

superliclc con1i~ de madera que vuda e" Jos lattrllts.

madera C$ también el paso de un-a estructura

unidirectiGnal a otra máscomplejJ. con vigas el'l 01mbéls

di:rra:iones (D), apoyos it~ttnofr:s (E)

1

1 ¡

¡

• 1

y un mtr.;"'* .,...,..,., (f). Como

en una jaula,. la

descripción de cómo es esta casa-torre

trabal<itl St consigue

de Oonrunnna.

mccllanl( d tonjunto

Sobre un mnt'izo de dos pisos levan· tado en pit<lra silleria, de planta rectnngulnr de aproximadamente ló m x lO m, se alza una enorme superes. tructurn de madera, también de dos J)if(OR, volndn 0,5 m sobre la alineación de lOA pisos inferiores. La J>lunta bqjo. aoteriormente dcsti. nada n alojar las cuadros, bodegas y locales paro carros, y la planta prim..

de piezas honzontt~ks

y diagooales que rigidizan la fach ada.

r

Descrlpc:.l ón

Pero primero vamos a ofrecer una


Dos elementos Wftkatn rt("'(Ttn b c:asa.-torre y l'tpmffttM fa

du>lidod dt ,.

mbma: la ttlimtMJ. pCitt> y p«<da. y " tstal«a. li9era, dt acero '( madcrJ, qu(

tuvo qut sustituirse en su totalidad por d

estado dt dC!lerioro y

folt. de K'gUfldlld en su planteamiento qut pmenllbl la

cwiginat

ra. dedicada a vivienda (sala y alcow~ .. encuentnm conslnridas a base de mu...., de sillería, de piedra caliza de la 1<>na, mármol oon alguna pieut :!ingulnr de o6ta. de más de un metro de esp•sor.

D1ch~

muros apoyan

du·f<:tament<' sobre una roca del terreno, vi<ible po1· emerger en los lados NE y SE y en el inte1ior de la planta baja. Una molduro oo cuarto bocel y filete recorre perimctralmente la parte

da inicio a la superestructura de madera que sqjeuo el 'cadalso', elemento definitorio por excelencia de la singularidad de la torre Jaureguía, destinado antiguamcot<' a desván y granero y cerrado por f ucrtcs tablas de madera de hayo y roble. El acce30 a In plnnta 1>rimcra se Lle· va a cabo por tma cacaleta exLerior adosada en esqui na n loa fachadas

NO y NE, denominado 'palio' y que,

superior d('!l volumen de piedra, sir· por t'!star npal"(!jodn COl\ diferente tra'~endo de apoyo a

una serie de torna·

punlns quo sostienen la carrera que

bado de piedra, se croo que es un aña· dido JlOSt<'rior a In ed•ficnci6n origi·

nal, probablemente del siglo XVII. En este piso, la torre, en origen, disponía de uoa única ventnna por

t>dli,..,..lla lni'IWiido su

posdón origin:o~l y st

fachada aunque pooteriorment<' ~e le abrieron algunas más con el fin de

tontmuxMn dtl

iluminar y ventilar nuevos y distin·

muro d( la base de: la

tas piezas funcionales opnreeidas en la cambiante vivienda. Los huecos originales están abocinados y, en sus laterales se sitllan asionto.~ de piedra

torrt:.

que ocu1>on todo su espesor. En cuanto a la estruct.ura jnLerior

es Lambién diferente en la parte bt\ja, de piedra, y en In parto nltn, de

tu tt(OnSb'Uido ceno


•· l

El mtuo. de lpl'OXImadamMte

en 1~ caj~ados de: In viga$. l..o5 lntermtdios

1 tn tk opcor, se

se colotan posttrionnet\tc: ton

tt'fNta mn

d wdo

""''"""' .,. ...

rdlajt en taarbilla.

*

gt~ndn j.lctnas. los

apuntalan la p.m

to~napuntas an;~nc:a n

borde ptñmtO'al

dt la moldura tallad-a

dando continuidad :.1

~n IJ piedra, fijcindose

ritmo de la c:om1su.

los QJUóos (AJ m coronación del muro.

rtoben laJ grandn vig;as (8). rdon:.:~das con pletinas superior t ii'IFetiOC' (C). c:osídu mediante: pa$3d<Uts de acero. la pltza dt atado (O), apoynda en los extrtmos dt !os W(l~. se

madera. En la de piedra, el a poyo de los dos solados se resuelve mediante ,.;gas de madera, de gran luz para e.u. material. que salvan lo distancia existente entre muros opuestos 8in n~sidad de apoyos intermedios. En In de madera, lo estructura del codal· so se oompone en cada uno de los dos niveles de un pórtico longitudinal

compone dt tramos con empalmes a mtdll madtrt. provistos dt: una ranura (E) para la plcti., de fijocion (F). El cajcado (G) roeibt la baw talladHd pilat (H~

"''"'"'*

El d< t~a está <Ctllpu&O po< pies (1) y .......ños c.J)<o.. ""'"'bln .,. ..¡. y nptga, va.c:uHras (1() de rig~6n, COI'I c:ompltjas c:ntalladurou tn sus abczas. tl'lsambladas a mtdi.a madera.

central, con pilares que descat'gnn en

La c::abu.a de los pilares dt bo1dt {U st v•da.

el oontro de los vanos de las vigas inferiores, y sobre el cual apoyan

t i tnwnblc de caja y esp;ga (N), unión euya

vigas transversales reforutdu con jabaloones. 'lbdo eUo queda cn•ouelw 40

TECTOHICA rehabifitación 1 t!11ruc:tutJJ

rec:•blendo las vigas (M} que qut:dan fijadtS por

rig<kz " g>tantilo coo d jabalron (O). con ~ tspiga y a.Ñs (P) m unión <on pilac.



u

<

:::3

--• .,

ani: i longit por un

oonti lOS pi (B), so

·~

tron>V

abtr

"''" se diFt El ambiente húmedo

3nill0!

de la zoo.a, el efecto

(0), f<

del fuego del hogary 11 suprCS16n dt

pilare

1lgun1s picus para

(E),ft

d npac;o

rorm

dt afMKt~WT~i(nto.

altuJ

l\lmcntar

rorre~

han sido las causas

Y"

pnn('ipal~ del

es~

deterioro de la

ngidí

t\tnJt tuta de midera dt las plantas

llnt3

"'"' derec

~upe:r101es.

de

doct

poste:

send¡

1

1 En las fachadas SE y SO, en las que habfa tenido Jugar un proceso de lavado del cimienló y de desintegración parcial de la base del muro de piedra, se reparó esta lesión estructural mediante un n!<alce que completaba el cimiento existente con otro de hormigón armado, ligado al anterior por rozamiento y medianw varillas de acero de alta resistencia. Se saneó la b... del muro de pie-

dra, especialmente en las dos orientaciones mencionadas, limpiando las jnntas de la üorra y porquerias alma42

TECIONICA

_.....,;on l «tnKtutoo

ccnndas y rellenándolas nuevamente media n(() un mortero Buido de alta

resisten tia. l:n P""""" similar se siguió para ..llar lu grietas de las fachadas SE, SOy~O.

Por lo demás, el buen estado genc-

ritl de In piedra desaconsejó cualquier otra acLuuciún a excepción de In repa-

ración do aquellas zonas cerradas IXil' rellenos (alzado SE), y en las que se reeoloeó la sillcria que debió tener, )' lo reposición de las piezas desprendidas en la rona superior del alzado

NO. La sillería de reposición selilio en condiciones equivalentes, tanto <11 calidad y cualidad del material, como en forma, dimensión y disposiCión dt lu piezas, a las presentadas por <1 n!OW de la torre, en buen ••todo cli conservación. Finalmente, se reconatruyó l. mampost.ería que levanta cl'patrn' du en~rada, desde la roca emergente, e~ el a lzado NE, ya que •u cstodo actual, sin masa de trabazón, hado previsible su desmoronamiento t.olol o parcial.

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El $Olape vtrtical entr( las baOOas de ctrramiento se r~pl ante:a en la propia

Las continuas

~tru c:t\ua,

superior sobre el inre.rior (A}. evitando así la

b'IIYh de gomas v agujeros. causados

aparición de subestru«uras secundarias entre

por ta rotu1n o bha

la principal y d entablado de ctrramltt~ to.

e pluas de cubrid61

con un vudo dt 7 cm del piso

filha<lonu de agwa

Los apo'VtM de los pilar(S de: borde se óefinen

provoc:a~on ~

~base a dii:ho sol.apt (8). El pilar de borde

cktcno10 de la

ttntral (C) adquiere mayor tom~ejMbd

ntiU(t\HII

geomttrica para responder a los requisitO$

6c ~ por k) que se

debidos a su posición: así. la vigutta (O) st

dtttrmíM iil

inti()(Mt en el cajeilidO ~ctiado en su lmt y

suSbtue:ión tout e1t

la eabtn st vacia para m:ibir la viga ttAO'al

b cutlltf1:a.

longiblóinol (E)

y."""' dla.l> .;ga tnm-.mal

de bonh! (f). Ambas st fi}an al pibr mtd.ial'ltt cnsamblts de: ca;a y ~ Los pib"' tllanos dt Móata (G). liliados tobrt d <rv<t dt W¡as y~ apoy¡n """'

las pri"""" (HI. dtjando 1>"3' las _..,., (Q

por la c:aflt vl(ioda on SU base. ñ~ndo la uniÓfl COf'l bulon~ dt

madera.

según se ob.<lrvo en las fologr,Jb• antiguas, no habla sido sustituidu

menos, en los últimos cien años. ~ estado de conservación er~ muy d<ñ ciento, aunque dc¡>endfa de la ari•n· tación de 16 fnchnda, ae enoonlrnlu prácticamente desll'\lido en la NO!

NE y algo mejor en 1• SE y SO. La restauración, conscicn1c de qut este elemenl,o es, probablcmcnlc, 11 1nás detinitorio, Lipol6gicamer:tt hablando, de In edificación, fue '"mt· mente cuidadosa con In rcpogidóna.l cadalso de made•·n que se llevó ocn!l 44

TECTONICA rehabtlita<ión J titf\JC.lUIIS

l !l.


agua a as y

dos falta dción

Id<

,.. tablazón de roble de 3 cm de c,-pe,.. y 2.S 1:21cm de anchura, debida-

La altura de las ;>ttza, quedó determinada por la oitlUcion de la estructura porimerral, al tiempo que volaban unas sobre ocms paro gnrnntizar una buena eva- l t ,.....,liuldo.

-aba

Oy que \el nte 013·

del abo

cuación de oguo. Los solapos laterales se plantearon a media madera. Debido o lo folt.n de criterios funci<>nales que ayudaran a la ubicación de la!! nue\'aS \'Clltnnns, resueltas como !.mples cortes en la continuidad de la '"adera, la .solución planteó la posi·

bilidad de apertura de cualquier lugar, eligiendo casi al azar una situación que, en cuaJquier momento, puede cambiar sin afec:tar a la imagen de la IDrre. Por último, este capítulo contempló lo reposición do In IDI.alidad de los tornaptmtas exteriores, muy deteriorados por !'>!u continuada exrKtSición al agresivo medio. En cuanto o la cubje.rta, se decidió su sustitución t.ot..al por encontrarse roayoritoriamcllt.c en mal esl.ado los solivos y las diagonales de apoyo. La

nueva cubierta, id~ntico en rormn y pendiente a lo anwrior, >e resoh·ió con una estructura similar a lo anti· gua, en madero de roble, sobre la que se apoyó un tablero de modera de roble o 1ata', como .soporte del rusiamiento témtico. Finalmente se colocó la teja, nueva p.nrn las eonulca y de l'ecuperación para las oobijns. Como solado se colocó tarima de roble vieja 'de recuperación'. En el ca.so de la escnlcrn, !u actuación fue radical: se sustituyó en su totalidad, adaptándola o los normati·


las La Cllbiefta ....

ft.mocl> f10< tHias ...:1 ""' ..to ai$bmicnto

dt -

~

támito tntrt fiSlrtft$.

0001

impermeabillzad6n,

Abl

enrJStrtlado

hOt"izontal. y teja wrva nueva y de 1etupe..ad6n.

ce~mica

"'"

cu~

"" de As(

'"

., ••

"" del

...

...

REFEJIENCIAS Obto: Toue j.Megu•J en Oon.J1naría (Navarra) Fedla dt t'Jí!Q.tdón: f<~se t, Mayo 1994·Mayo 2000. Fase 11, Octubre 2000· Ago~IO 200 1

nu alo

,.,

llutor. Mil te ¡\ptzlegvíil Elso Ptop."'dod: C.nrmt-n y M• Angeles Peralta Urquiilga PtMIOliJr. hl)lituc.IÓn PnrK pe de \1ana, (Gobierno de Navarra) Co..,$!r~!ora y conltno:

Comtrvcciones Zubillaga, S.A. T.948276862, r.948763S22

Calculo d~· eWIICZCIIO.t O.utsn, S.L T.948206735 A(x;reyodor: MJtAE'4 lb.ir.e-z

/tftdtobto: Pedro Zamot~ Gur-ado

En""..,_ C"'J'W't.na C.saslpatla, T.9486l0937, f94862S442

,.

lstnxruru tnt'!Jictl: MtU.utenalarrumbe. T.918140233.. F.9.f816l661

d n

CdrJ'ir.tlnO <Ñ rnodfflt.l1'l(.éttT'I.)W SA... -9<-18244749, f.9481 St S19

a

("'P"''""' <k m~ A<)udo """'· 1.948338008 El•nncid<lit tngtm•n S.A. T.948147S8l. f.94813Sl7 Monta1e ck anJ;J.rr.,v;, FIM Ca.\teis, T.94525681 7, F.94SlS6817

Pinwms '1 Mabado): 8iak, T.639670375 Pinrurus pato mdaJ: b:rrMhe Kililte de Procolor:. (\wiW.procolor ei)

TroMm•'Mro C~lt(I(Wro onci~"/lófcrgos: Xllaztl S.A., (vr.vw.xyl;:ucl.com) Truldttt+l'IIIO otC'fJo.• pa1o mode;o: Protector Bondex, (v."'\'vi.dyrup.(.om) Rfsino~ fPOK)~

f'osrO< Evco S A., (VM•w.fosroc com}, T.946217160, f.9468 1S150

)ora·•nr>no: ~ard nctioJ Arañotz, T.94830S367


..1$ Jbertllll$ del

-·......

Gd$ COI'tSIStrt'l Cfl

"""'R'CCIII'ttS ck l~t

......,....

.... """ pl<g>clo • lfr.do Gc goter61l. AboJgrad~s para ~mltlr tu

apertura,

~ .enUn COfl

un

~CIIo mec:onlsmo

dr cltut.

Así, n<~dtndan la KttriUe: dc:J

mram•C"nto de cablu ~ wlapes lattults

¡ IMCkl llllldm.

En

...

~-

U'~C'IIrat:l4o

. . MtO 0'1 bs que: S(

t!Úf'l '" 1.1 postC:ión lt'igh•¡l mttnuas las

rt.MS. SÍIUJdas Jlt3torl~tnentt,

son

rrct1r9ulorn.

•M vigentes para edificios públicos y <hndole un prolagOrosmo como eledewnninante del espacio anterior. Su entendimiento como un elemen-

""'"lo

"' aéreo provocó un disedo a base de una estructuro que no se apoyaba en el suelo sino que colgaba del techo. Estn monern de resolverla evi tó que lo intcm•cnción nñadiera elementos quo I)Udiernn competir con la podero"' estructura del mecano del cadalso. Unos finos cables de acero colgad"" do las "iga• de madera del piso inme-

A la luz qut entra por estas pcquerlas vtntanas. hty que añadir la que se filtra entre las uniones. crundo vn,a

atmósfera vapotos.a,

ptto que forman

en donde: e:l at~j ido

también p~rte lmpOttante de la rccup(raclón o rehabilitación de tsta torrt-Javregvill.

de las tablas y el olor

dt la mOOera de roble st convicrtc:n en elcmc:ntos Intangibles

diatamente superior sujetan un columpio, también de acero, que da apoyo a las vigas uncas de madera sobre las que se apoya In lámina continua de los peldaños, trunbién de madera. La chimeMa se rooonstruy6 apoya· da sobre un muro de aillería que no es sino la COI)tinuación vertical de una pequeñn pnrtc del muro de base de la torre. La construcción, como era de esperar, carecía de loa niveles mínimos e:<igibles • la habitabilidad.

La actuación, en este sentido, se adecúa al uso futuro de la torre, dotándola de las in.stalaciones básicas para permitir exposiciones y reuniones de pequeftos congresos y, de esta manera, que sea el uso de la construcción e l que alicgurc su mantenimiento para Que podamos seguir d isfrutando de cst.n pequeña joya de la arqu itectura I'UI'a) vasco navarra. [TJ


Texto: Carlos Ouintáns Eiras Fotógrafo: Luis Ferreira Alves

Centro de las Artes VIsuales en Colmbra Joao Mendes Rlbelro Desde su experiencia como autor de escenografías Joáo Mendes Rlbelro se enfrenta con las actuaciones sobre edificios existentes con la certeza

de que su intervención debe ser tan re-.spetuosa que pudiera pasar por una arquitectura efímera, y es con el uso preferente de la madera corno propone de una manera Inteligente y muy plá>tlu un nuevo uso a este espacio del siglo XVI. Atquit«tuta y tsc:enogral'bs en la obra de Jolo Mendts Ribeiro. dt lzqulc1da a d ~retha y de a~riba abajo: Ca~o~ drl Te, en ~~ Pa~ das Infantas. 1991: c5etnografiti p111

t

'

fnrrodo ck

~sos de H~li'nt

PJunlil'l. Oporto, 1000 y para par 1

LtOtl<ioy(t ... clo Georg l•clinc< Colmb1a. 1994, y quiosco paro bpo'98 enUs~.

LIS«dóo """"""' dd CtrJtto de Artes

v...~es(CAV) muestra con datlcbd las bastsdt la .ntctVtt~ción : tupe ta r

ti tditkio o.-lgmal y

d,ftrcnciat el

lenguaje de la nueva octuadón.

Se«:ión transvtrsal

48

TKTONICA - - 1estn1atns


~

~

~

~ 1.1 ria upcne:ncb

H«nográfia Mcndn Rlbo10 traslad¡ a l.a lllqultt<:IU13 su roM~elón

et'l'metll, asl

en el CAV incorpora m~~eblcHOntendotcs

par1 Crtlf ts.p~ios

nuevos o en los tlcmtntos ~IW11lt

f,OS.

-~natm.

.....

~no toar

~

las

"""""

!

A

Joao Mendes Ribeiro se le

oonoda hasta hace relativa-

mente pooo bempo por sus

""'oogroflos. Sus obrns han ido apa~cicndo

en publicaciones de arqui·

tectura antes que sus edificios. Acostumbrados n cuestionamos todas los posibilidades del teatro gra-

cias e Gro1>ius, n p1·cpnrnrnos a tras~ p:lsar el umbral que marcaba el mun-

do de lo ilusión con Asplund, a convertir el edificio en trasbtulllUlte al igual que la vida de los actores grada! 11 Rou.i. a mostranos la ilusión y

el arlificio ron J\liol y a tantas y 18nmundo de ilusión nos abre, nos heii!Cl6 ido olvidando del espacio fisico inmediato en el que se desarrolla In obra: el eseenario. Palladio lo hablo fijado oonstantc para todo lo que sucediese en el Olímpico de Vicenzo y lo Bahnus había incorporado sus proJ>ucstas simultaneamente con los que desn,·rollaba 18S situaciones que un

para la pintura, la

~u·quitectura ... ,

pero desde la Bauhaus no se le prestaba una cspcciu1 atención en el

mundo de la arquitectura, oon alguna


En d siglo XVI. b;~jo

D. JoQo lit. se abte una num via tn Coimbra. la rua Sofía,

o

en la que se sitúan I(H; f'IUtVOS tole:gjos univcrsi\iño$. El cole:g io de IM Artes. de 1548. se atribuye a Oiogo Castilho. la

if'lttrvtnción se ttnha en el ala oeste a la que se llega tras atravesar plazas y corrcdocts rtsidu-a'es.

-¡1

1 1

--+-- ---,- - - - ' - - - - L . --+-

salvedad como la muy conocida de Robert Wilson.

Habituados a trabajar con espacios que puedan cobijar una vida ''ariable parece que los arquitectos no nos

cncontrabamos cómodos en aquellos en los que todo discurría deJa misma forma y a la misma hora. Cargadas de intensas emociones o sentimientos

las obras teatrales marcan sus propias normas imponiéndose incluso

sobre las que genera el espacio fisico en el que se desarroJJa. Efimeras, al igual que las represen-

Sección longitudinal por el atteso entre: patios

taciones, las escenografías incorpo·

ran el tiempo ilusorio que marca la obra de teatro, pero no permiten el

paso del tiempo que sucede sobre la materia. El tiempo debe congelarse para que todas las representaciones sean la misma.

La forma de trabajo para algo per-

escenografías de Mendcs Riberio

durable no es ignal que para lo eflmero, y con frecuencia nos olvidamos de ello y actuamos de la misma forma

como abstractas, eficaces y elegantes.

para lo que dura un mes o para lo que debe durar toda una vida, cuando deberían ser comportamientos y situaciones dist.imas. SO

"'Lo efímero también tiene sus ven· tajas ... no llegas a percibir el envejecimiento del objeto ... desaparece de repenl<l y tu guardas los buenos recuerdos,. 1• Manuel Graca Dias' describe las

TECTONIC'A rt:h~bililbción 1~trocturas

Escenografias de arquitecto, que no

sabe renunciar a las facilidades que permite la distancia con la que pue-

den ser vistas y que cuida el detalle no solo para Jos espectadores sino

para el autor y para los actores que

conviven con ellas; para quien no

puede existir una ficción eo la relación entre los act-Ores y los objetos

que diseña. No puede simular que un objeto es pesado cuando no lo es,

necesita pensar que el actor transmita la veracidad del objcoo y por ello no responde a los requerimienws de las obras de teatro con apariencias. Escenografías que se van interse· cando con sus construcciones. Inter· secando porque se producen intereaJaciones temporales y porque existe una continuidad en unas y en otras

o


a iiC"ttSS a t:raves ck pasaje Ygaterios port>ados para llegar

al patio q.ue: se •~ frr:nkiilCAV

anticipa el gusto por la sorpr63 que d incorpora

a~quitt:'Cto

a la inkMnción. El patio st niveló con

un pavimento de pit:dra cuyo dise.i\o estaba detcrminm por las pilastras jónicas dr la arquería.

1

J

1

qui08C08 para la Expo 98 de Lisboa que bien podrian ser elementos Pa~ das Infantas de 1997 en la que extra idos de eua escenarios y que <On· 1M! percibe un profundo respetO por vierten lO$ actO$ de sus ocupantes y el pasado y en donde propone un los de sua usuarios en fragmentoo de e.scennrio que ftota entre y sobre lns obras de tentro que se suooden sobre ruinas exist.entes, sin tocarlas, como fondos <Us~intos a lo larg<> de la Expo. In Fnrnsworth lo hacía entre los árboDos (\jemplos de pequeña escala les y sobre las crecidas del rio; los que, de hecho, podl'lan caber en cualvid1·ios que lo limitan crean un es¡>n- quim· escenario. OLTOs proyectos de cio idóuoo para dar cobijo a las repre- mayor t.omo~o rescatan lectura.~ de scnt.ncioncs que pudieran suceder su obra t.catral y """ llenan de un delante de la caja de madera conteni· mundo de ilusión a través de la luz y da en la caja de vidrio. Y también los de Jru¡ transformación de las objetos . que pennit.eo análisis globales o fragmentad06. Así la Casa de Té en el

..n.l>hi>Coón 1 <SW<Wras TECTONICA

51


Cargando sobre pequeñas zaparas de hormigón (40 x 40 x

En 1996 la CámanJ Municipal de Coimbra encarga 41 MeOOes Ribciro el monto* de la exposidón m·Jo e

ambas IPE140, unidas entte si mediante

calces (K) dt madera mediante ángulo

20 cm) (A), pil31es

ángulos l40.40.4 (E:), dejando una clmara

ellos la tatima (M) de

enanos HEA100 (B) suste11tan el forjado

de aire (F) sobre la$ rui11as (G). El andaje

mOOera de pino de 22 mm de espesor,

de planta baja formado por un

a muro (H) ~ refuern 0011 dos

con imprimación de aceite y dos manos

entramado horizontal de vigas continuas

barras roscadas (1). Sobre este e11tramado

de barniz ttlulósico a la eera.

(C) y viguetas (0),

apoyan viguetas (J) V

l50.4ú.S (l) y, sobro

jnfierno, de Joel· 1\oter Witkin. $Qbre estas líneas,

imigMes de aquella instalación tfimera que p-rovocó la

-~--·--·

•:..::::

'

·'

recuperación del

11

espado para Centro deAnes Visuales.

. li ¡.:::

.r~"'·-· pavimento es muy tupida, como ocurre

Hay una interrelación que no abandona la coherencia del campo en el que trabaja y al mismo tiempo le pennite

en los esctnarios para poder romper y abrir

seguir una trayectoria seria y (:onsecu~nte. Tal vez una relación inespera-

el suelo por cualquier lugar.

da al comienzo, para el propio autor, pero que ha ido consolidándose oon el paso del tiempo y de las obras. "Entien·

La trama metálica del

do el trabajo entre disciplinas no como una acumulación parcial de saberes y

experiencias.. no me interesan las divisiones y separaciones, me interesan las áreas de intersección y super-

posición de lenguajes. Siento que hoy crecemos de una forma ilimitada"'.

52

TECTONICA

...... "·

1!

......~:

,.

La intervención en el Colegio d e 1.. Artes

Con esta actitud es cómo se aproxima a la intervención en un ala

del antiguo Colegio de las Artes de Coimbra, teniendo muy presen·

te que su intervención no es más que un nuevo acto que se añade a las sucesivas actuaciones que han ido marcando esta pieza de arqui·

lectura. El Centro de las Artes Visuales ocupa el ala oeste del antiguo Colegio de las Artes en Coimbra. Tras el traslado del Colegio a la Alta Coim·

Las respuestas son diferentes, y

bra, el edificio estuvo ocupado por el

l<lmbién lo son los programas, pero la metodología y la forma de mirar es

Tribunal del Santo Oficio, basta 1821. Tras la ~vol ución Liberal fue

exactamente la misma.

centro republicano y acabó converti·

rehabilitación 1 estructura5


Para la e.-posld6n dt

~viml!'nto

1996, Mtnd6 R1bciro propuso como base

sobre: una C!'structura

un sudo muy l ~ro de estructura

de madera

mrtálica. de multitud de apoyos para poder rtduci1las

moúl1ca.

d i . - de las

... lft1Cf"t'tnri6n

¡.¡pms ~ de est tii04o. pte:S(Mr kJs

dernóvonostolcjo

de aqudla rnpducu

va1igtos

propueta y monu un

arq,..¡ógjcos.


.. •••

Los pibmdt

fvldicióft K cncontr&n en tul

Htado Y lk) podlan soportar fas ca.rgas 6t

un nuevo forJ•do (~). Sr rrfurrun con li i ns.erdón dr un tubo ~tructurat IJit .. _acero

.••~.· ·~· ~J

J~

dt diámttro 1. O'OY , ... .,._(1).

••••

B tubost r¡.,all bas.a ptt(XÍU'tl'ltt lk pi~ra

(C) mtdiantt (O)

anclaj~ rosc:a6os <~

una plttlna dr

24 mm Y diimctro 200 (E) soldado 11 tubo. El espaao tnttr p•ar y tTibo st rdkt~J

'*'

morttro sin rttmtión (f]. El <>pt'tt 1c:oosís tt ttl una pletina de 10 mm de tsptsor

(G) soldada al pilar

sobre la que K atomillala v.ga HEI 180 (H~ Ésta """" de: tramos cvy1

unión. a 1 "'del ~~ sr rts~~ttvr (X)Il

La~ viguc:tas de

madera (K), de

pletinas de

12mm(l)

iltornillad:u 1 las

$Cttión 12 x 24 cm,

•1 •~ Y de 8 mm (J)

(On Imprimación en

rn ti almJ.

la cntrtga a muro. ..., prooMIJS .,. dos

vardb:s clt andajc: (LJ.

!

La ""'"' m U (M) 501dada a la viga.

permite la fijación

de ta:s viguetas mtdianlt pasadores

roscados (N). Lo pletina (O) con«ta losW¡U<t>S~ ~ambos

......

La llllillla (P) ,_

u

apoya sobre

m

onrostrel•do (O).

pe b;

re m


~ Slgu1rndo t i PJintiPJO • dt la mll'lim~

j

d<pdo-.1. hudb cl<lpno cl<l

r;empo tn ti tdifloo y Mi H l'lan

manttnklo los pit:ltU

dt fllndlclón los cuales, sin putentctr

al edilicio origino t. se hab(an lneott>Orlldo a

su historlt.

efimero es In que desencadenó el proceso de rocupernc•ón del edificio y su uso como Cent.ro de Artes Visuales. Para la actuación definitiva Joao Mcndos Ribciro no propone un pro-

yecto quo so imponga y que domine n Jo existente; máa bien busca la oonvi-

vcncia y el respew, permitiendo que In historia siga fluyendo entre sus

muros: por un lado se respeta la lectura del edificio y por otro lado se busca la clllrO separación entre lo antiguo y lo num•o, ocupando éste un lenguaje

deadidameote contemporáneo. la intervención se mantiene fisica·

mente alejado del contenedor, proponiendo para la creación de muchos de los espacios cl\ias exentas de madera. El techo no se cierra en ningún

punto y &e deja vis La toda la est.ructurn que sostiene la cubierta, percibicn·

do clarnmcut..e las distintas transformaciones que ha tenido. Todos los

rest.os arqueológicos, que se encontraron I>Juo la planta baja, se han ronl!er'•ado y se ICll ha colocado un pavimento de madera que ostá separado de eUoo y que además puede ser

la$ matnpam móvdn catg.an sobrt' d entramado

do en cuadra de las caballerizas

meUI:ico de forjado en planta baja. c:arattt.rizado

milit.nres.

por la pc:queña luz entre apoyos. La otructura de

En 1996, la Cámara Municipal de

dosmontodo con focilidad para visitar estas alns subterráneas, al modo de la torima de un osoenario que puede levantarse o moverse. Siem¡)r(l con el criterio de mínima intervención, se ha actuado sólo

blsddcues metálicos {R) 1cal ~dos er1 tubo

Coimbra encarga a Joao Mendes

"'"ngulor 60x30x3 mm y mdro<lo 30<30<3

Riooiro la instalación Cúdo e Infierno de Joel-Pet.er Witkin en la planta bl\in del ala de potúente del antiguo Colegio de las Artes pa.ra los Encuen-

sobre lo esh·ictamente necesario,

"""1"'01> sobrt e)t «n~ol (S) ""'joego dt bolasde rodamiento en d <~poyo. Se mois~ con tJblero rontrachapado de lbt<luldt 9 mm (1) y placa de yrso laminado pintada (U).

tros de Fotograña. Esta instalación

dejado.

dejando a rcos, capiteles, bases o

fustes do columnas muti lados con lns marcas que la historia les había (contin!Ín en pág. 61) reh•~ 1 t>Uuctura•

TECTONICA

55


u plant> bJjo c1<1 111

B

po~~lt•tt dd c.lc<¡óo

t>!li<¡ucs mó'oilts

dcii1Arttsw

controlarla

opos.oono tc:mporal«:s. Un

<11

comparhmcntación del espado y conveltlr la gal(r/3 principal tn varias

salas y un corrtdot.

Tl:CIOHICA _,«aclccn / tstructuras

-"Y'dl·

cltst>n6.

sl:stema dt PQntlts móviles pcrmittn variar fo

56

sis:ema de

íluntinac:i6n DtttSaÑ

cada oposición.


A 1~ d«rd'll. pl~nt1 alt> det CAV"' la que: un muro

1

blgiludin1l gtntra

ria

dm~:u~

n.

ocupado pot un gran cooten~«

preparado para trabajos dt fotografía y tn paralelo y dividido por murose:stanteria.s. un Otea Mganizada en euatro salas (exposi<:ión. tKbhot~. sttretarra y dirtttión).

Para fa reflablht.;dón de los muros de

Frente a los muros de picdtJ VISta, otros

piedra se han u1ad0

param~nt·os

st

morteros compatibles

rev1~ten dt pl ::~cas de

oon lo existente y

ytSO IIMII'IJdo,

pensados para ehminar agua infiltrada y. si ha sido

dejtndo un1 d mara para evltat pos• bit$

humedades. Los

huecos se: cierran con el mismo mattfial

quedando pcrftttamtnte escamoteatSos e:ll el muro,

necc:grio. st 1\1 rf$JUtStO piedra

1 -" ' - " " " (11) fonNclo por pi><:>

4t ~ 1JftiNdo sotwc: atructura gatvanizacb «t' 1i11Jm•cnto dt lana dt roa. pintado tn ~Jnco p!'fVia

•mpnmaaón, rematado ton u~

idiotía a b origin>l, utilil.ando P'tl la unión mi~ ptem tsp~s ocultas de

(hapl plegada la~da en blanco (8) y (QI'I

acero inoxidable

rodapif rwanquea6o rnudto mediante perfil

fijadas ron resina

en l20.20.2 lacado en blan<:o y fijado a rastre! orulto(C).

c:poxy.

Lo51tJec0511tvan contlaventanils interiores (O) fo!Y'flldJ1 por bastidores con aislamiento •nltflOt e ldlntico

teebido al trasdosado.

los ml'duccos dt 1 lrt IC'Ondidonado (E) bitn 1< oa~lt>n"' el fallO

techo (f) dt plocos dt

1'f'SO 'aminado eon aiSllml(tltO o atrtvie:san

.....,,_.. b ISIIV<I.,.

d<- (G~

a>igldos.,. '" ptodob> (H) dt los ctr<Ns. b pmtdl dt Nl'lttnt~Ñ(nto. fclnNd,¡¡ por

- n con t<plta mdllota {1) y barancilla en

"""de-. Ul di"""' m. do5 perfila UPN {l(l atornillados al cordón mferior de las ctrtha$,

todo c:llo ptOttgido ron dos m;mos dt !111)t'lmatión anticoHOY\11 y ptntado oon esmalte.

Los laboratorios de fotog tafla se alojan en el toflttnedor, rcvt~tldo {'()n tablero

rontrad'lap¡do (l.) tk madera de abedul y fijado a bastidores dt ~dcu de pino (M) oe:uttos en partiCiones. welo y t~. rf'Nbii!U{ión / tslf'U(Curas TECTONICA

57


En la planta alta

Mendc:s Rlbeiro dtsmonta un f¡lso techo atUC'hOJ '( tnr~ntt

tspacio dtj.ando ..,¡~ta

toda la c::strutiUra de bajo cubiert-a.

Se rd»jo ~ (OtOt!X:I6fl • ..,. (Q), i.nt~•cndo

e4 proc:eso de

degradodót'l de la madetL Cu.lldo st susti tl.lye ""' trall'l)

*'"..

k

detuiora6o.la tiiiM

pieza (R) st rlJ~ a los t~mos originales (S)

con pletinas lattnla

r

ffiypolldcns m<1llia>sLas vigas ti~tras (UI

con empalme ll(Oftt Secci6n llansvtrsal

oblicuo y grarg metálica de tontJ)Oil

M.opoyon"""d

""'"' """"' El lil dt

.. •El • in

1e la C\1

"1

l•s

58

TECTONICA rchabditll<ión 1 estructura~


Aderds dt la

csttuctura M l.s «r<<la<, "' 1>

cubit'rta v

mantittlftt t.n vigas de las q~ c:oJ,gaba l.a

estructura dd fafso techo. Unas mMsulas de piedra soportan 111 (arrc:ra perimc:ltal que shvt de apoyo a dichas vigas.

u cojo do """"'

"uc tentatnt e1 m dt fotografi¡ Oabotatono, ardlivo

vsalas 6f: montaje} se 1isla de las facltadas exteriores. del sudó v del techo para garantiur las corwtle:iooes 6e

temperatura y luz que U19t tilt

tiObljo.

1

J

E ensamble obl cuo en b:ubilla entre par (A) v cnntc: (8) sr asegura ton pletinas laterales (C) teS lfltn de IIWO galvanizado y pintado, 01n pasadOttS metálicos rosc:ados atando a~bas catas y ryudando

a la btlda metillic.a

'"'"'' (O).

Bentrt111do de anlostramlento y cobertura

tRi t0111plltS10 por (Otrtas (E). coincidentes "" 1M -tant" (F), y abo., (G~ Uno plata

* -el< 1o1-"" ...,..

""'l>oroinado hid.ofugo (H) ,. fijo a la """'

d a61all'iMto .._. o1t poloest......, opond<lo Q~

IJ plica oodutada (J} ...... I>StJtl<s (1(} 5t ru:tt (011

ttja ttrimita cuM (l).

t.Js 'ligas de ttri05ttamicnto (M) apoyan en la Qfl'm (N) ton bridas mrdli~s rn omega de: r.;<1ción (O). los empalmes entrt tramos. sobre hs mMwlas de piedra (P). son a media mada a.


REFERENCIA$: Obro; RecO!lVtrsión del Patio de la Inquisición y

fsrtJdlo )' e.-covaóoMs orqueofógicos: IPPAA

el ala oeste del Antigoo Colegio de las Artes

(Instituto Portugués del Patrimonio Arqll~

en Centro de Artes Visuales de Coimbri!

tectónico)

Arquitecto: foio Mendes Ribeiro ColcOOrodores: Ma BacEiclr, Edi.Nirdo Mota, Man ~

Noguetrll, Nuno

Barbo~,

Pedro

PtOle«ión estrocwro <k modeto: termicidily antixilófagm, 'Termidor' v.·ww.termite.tO:'Tl

Grand.lo, Susana 1obo, Vitor Canas C.Sm.ara Muniopal de Coimbra

O.~te:

Eslructuros: Ingeniero ¡oao H. Negrao ingentero JOsé c..rtc»

Pt<Y(l!ClO de e:sliUCturáS:

Ferreira HiSlOfiO de/ Arte y Arqueología: Instituto de

Arte de la Facuhacl de Letras de la Universi· dad d~ Coimbra, Lurde.s Crav0ro, Concei· ~aotopes

Estudio de constf\'Odót1 y re.suwr006tl d~ lo piedra de tos urqueóas: Ingeniero Fernando Marques, empresa de restauraóón Cruce-

oL[ ~ .,.._

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~~El ~

o ]~ oupl oUJ

·n n

Enrocwro metó#co: imprimación antioxidan~ (www.sib.cocn) y pinturn de protecoótl al

esmalte ("""'"""'·va'entioe.es) Carpintería interior de modera: tableco conlta· <llapado de abed~tl tipo ·v,r.sa Spruce' dE Sch.aum;m W15a, \vww.schaumanwood fiisp¡lin CtJb•etro: placas. oodulbd.u, VMw.onduline.~

Traromiento ma<lero" emplostecido. , _ . , y barniz ceiuloso:, www.rupnnol.co.ul: Siwoción: Patio da lnquisiy¡o, 10

ta. T.351 715 OFO

·····--

Comtructora: Teixeira Ouarte, Eogenharia e Constru(~O,S.A. T.JSI 226104 297./n¡-<• niero c<xulu.JClOICT. Nuno Cameiro.

1

-

í

las lintC'mas de

la conStrvadón d:

madera original

elementos dt madO'i,

Ctltlgan del

como las ttrchls dt

embrodlal4do de

cubierta. OOiigó asu

cubierta y apOyan en

cornp!t"la

una ligera C$tructura

dcsinfe«ión v

diseii.ada a modo de columpio medi¡mte

terrritas. U

protección frenlt a

cuelgues me-tálicos

protección del

atornillados a los

conjunto incluyó la

tirant~ dC'

las

ctrchas contiguas.

'

•r

pul\terización de producto tcrmlcida

sobrt el t~reno. y la

inyettión en muros. alrededor de apoy:as y

en perímetro de

t

vanos.

'S 'r

n

~--

E

NQTAS:

1. Entrmrta a Joao

MeneSes Ribtiro

' r

publiC3da (n la

,·evista UN del drpartamento d'C'

arq,ttitectura de la FlUC de Coimbra. Noviembre de 2002

2. Joóo Mt>ntks •1 .

Ribtim Alquit«t!IIC r ctnograf•'o.

'--------'LBID_ffi---:= ____ IJ 60

TECTONICA rthabilítoción 1 estructuras

_J ~8

XM. 2003 3. Op. cit. UN,

Coimbt'a, 2002

r


R

La aptrtura de la t:structura c1t

<Ubicm ... po<Sto ..,

rdln'C la txisttnda ck dos gr;ndcs

y

linttnm de rna6era

n

qut 5C h.an rthecho

ya que tan sólo

11

quedaba su tsqutleto. La5 linternas

Otiginales han SE:rvido

de base al diseDo de una nueva li nttrna, tambim en madera,

qut ilumina. de forN ttat:DI. la caja dt=!<ras.

ra. e u

En la rehabilitación del ala poniente &!antiguo C<llegio de las Artes se prorJtd reeupcrnr los sistemas oonstructi· I'OS c:on 106 que se había realizado el

«<ilkio. Se han conservado antiguos rwcstimicnoos y acabado•. La resta u· roción ha sido fiel a las técnicas tradi· cionnlcs pllrn no perder la identidad y elsignificado hist6rioo dcl odificio. Se hon respetado los sistemas oons· 1nletivos ori¡ioales y se han limitado al mutimo exigido por la .eguridad y b fun<ionalidod los intervenciones tnuusivu o que podrían producir sy

modi6caciones en la a;tructurn origi· oal: se hn renunciado a cualquier atado con hormigón y las cerchns que ~e encontrnbnn deterioradas o que no IIO¡)()rtabnn lns nucvns cargas se han

reforzado con elementos de la misma madera (pinua ailvestris L), refuer· tOS

que quedan vistos para eviden-

ciar las diatint.ns etapas que la estructura hn ido teniendo a lo largo de su existencia. 1.3 madera, por otra parte, es el lll:tltrial que enloza el posado con el

pmente: dos profundas lioternaslucemario de madero existentes se

rooservan pru-a iluminar la planta alta y sirven de pretexto pru-a el diseño de una réplica que1 además, se

transformo en la caja de las escaleras, ilu1ninada de una forma absolulamente tentral. }laneras de e•oonógrafo para un arQuitecto eficaz y elegante en sus puestas de escena, temporales o per· manentes. (T)


Texto: Fernando Álvarez y Jordi Roig Fotos: Ptpo Segura

Rehabilitación de La Ricarda de Antonio Bonet Fernando Álvarez y Jordl Rolg Esta vivie nda de vacaciones supuso un salto

c.uaUtativo~

en cuanto a

renovación tecnológka, respecto a antHiores experiencias reali.zada.s por Antonio Bonet en Argentina y Uruguay. Sobre una plataforma artificial, se extiende una malla ortogonal que ordena un sistema de cobertura a base de bóvedas rebajadas de hor· migón armado. la rehabiUtación ha prestado especial atención a la estructura: el saneamiento de las bóvedas de honnlgón y de los apoyos metálicos ha sido prioritario, y las carplnterias metálicas son actualmente objeto de una segunda fase de las obras de restauración. En una stgunda fase

-actualmmte en

march)oo. se va a proctdcr a la rtStitvcióct c1t los

dóstlmos tópos ck c:arpntcrias (acero. latón y madera).

L

El gra~ ddrrioro dt la~ bóvedas dt

l1orm1gón y de la

metílica. ~xil pnontaria w intttYtnóón.

tstntc:t\lrl

D

a casa La Ricarda 09·19·10031 de Antonio Bonet .,.tú en '"~ ceso de restauración deM!e 1997. Cuando nlcibimos elenc:aJlO do el!Le trnbajo llevábamos V&n<l@ 8JÍ< investigando la obra de Antoru Bonet, en particular aquellllS edific• cionea en las que el autor habíu ulili· w do soiuóones con bóvedas reb(\ja· dus, y dentro de éstas, en cspeciullo. casns en Martínez, Argentino, rcnliza· das con urla fina cáscara de honnigón annado, o la Casa Berlingieri, en ¡;ru. guay. realizada con la l.<icnic:a de la


"'nlmica armada, construidas ambas '"la d«ada de los cuarenta. lo qoo o pnon nos permitía acolar la búsqueda dt «>luciones. Sin embargo, el alto p:ado de articubción entre experien· ci.t formal~spacial e innovación técnica que distingue esta obra ha coodicionodo notablemenoo los p8S06 de su

restauración, obligando a una profun· diznción muyor. Paro e l establecimiento de una

la

línea de acción a seguir con la restauración se tomo la decisión de elaborar dos inrormes que diagnosticarían

el 'estado de Mlud' de la casa. El primero se ceñía exelusivament.e al estado de las bóvedas de la cubierta, pues era el que mú urgía y con el que se annlitabn todos aqueUos ele-

mentos constructivos asociados a la cubierta: reveerimicnl.o6, impcrmea· bilización. aislamiento, veotilnción de las cámaras de a ire, canales de deSJlgilo, saneamiento de la estructura sobytloente, etc. El segundo abor-

un diagnostico general de mayor alcance. Así nos propusimos averiguar el estado de lo cimentación, la estructura, revestimJentos, pavimentos, carpinterras. inst.olnciones y equipamientos o mobiliario varios. El resultado final determinó lo urgencia de actuación en las bóvedDa de In

cubierta -prioritario-, en lorcstaum· ción de la estructura ele hormigón y ID

dó definitivamente los eapftulos que

metálica asf como In rcAULuci6n al estado original del cerramiento verti-

la restauración de la coso necesitaba determinando con mayor precisión

carpinterías.

cal y en concreto de los distintos tipos


~t

CO(ItJroua tn la

.. _...

Rieard1 con una str1t rnicknciak:s

carxttrin6os por d empfto de b<Wcdas

ttbajadas qut tanto In caractcru.an npacial v formf!1mcntt.

En la ma Btrtingitri (UNgu>y) n:.l...ta

.... 941.8ontl utdu6 técnltl$ df: (tf~ atNCfa.

la Rlard~ su~ un

sallo c:u~litati'Yo desde el punto dt vist:J tecnológi~ 31

utihu r hormigón

arm¡do uligerado ~n plws CC'rám•tas.

Ad<ollslkl _JC<O....to Altura' de la _Mela, ...

dost>t•ftttos mis Importantes dtrivaban de ptoblcm~t en la tjctución onginal de la cubierta.

~ ·­

'

f


U vivienda se ~tnt3

o. <SI< modo, qo<d•

IObrt una l>l•t>forma

lib<fod¡ d< todo

.t~ficial ck

1 H.a.

consttlád> IObrt las cfun¡s y c:kvada 3 m

¡bdurJ' b yK

top0gt1fi1 at1~

stgün una

sotwt ti nivtl del mar.

mana tn las doJ

a2mdc:lacotade

dirttdonn card1nJics.

<:imtentación.

_.1

~ . :--

Las bóvedas Durante el proyed4 de re&Uluroción de las bó'•edas se levantaron los planos necesarios para el conocí· miento de la geometría de las mis· mas y de los detalles de au siatem:t constructivo, y para e.stoblocor las bases de los estudio.s de campo, el análisis y la propuesta de rC$tnurn· ción. El s istema constructivo do la casa incorporaba una &<lric de par· tes: zapatas nislndas de hormigón armado, estructura de 1>ieB dcrcch06 realizada mediante dos I.PN de 13 cm de lado, jácenas de hormigón anuodo, bó~cda estructural de hormigón armado atirantada eon dislinl48 perfiles y aligerada con un 'relleno intersticial' de ladrillo hueco de 9 cm de espesor, llamado tochano, cámara de aire y ventilaciones, aislnmiento térmico, bóveda de cubicrtn sobre tabiquillos, aislamiento hidrófugo, revestimientos. revocos, yesos, etc. Frente a esta compleja solución, In dificultad mayor consistía en deter· minar y jerarqui>ar los problemas a resolvor a partir de las visibles patologías que minaban la i magoo

e conjunto formada po<l>-d

pobdlón

ild<pe6<ott. <1 p;abdlón o~ndnco y

la piscina. $( encuentra l'Odtado

por un pinar. El

depósitodt agu-a. situ.ado fuera de: la (mica pieu que

sobresalt por Mdrna c1t las copas efe los

-lotaclón /<SlN<turas TECTOHICA

65


Los limites de: la vivimd.Jsc desdibujoul n¡,¡nfmer cada ap.JÓO

inttrior tlltl

dara rclaó6n de:

oontinuid<ld <:00 ~~ uttrior. Los C:(frami(ntQS

vc:rtic:alcs e.stablectn casi un3 relación

osmótica con ti uterior. lo!> muros son tr.Jnspan:ntts (Yidrio~

stmitranspwentes (cdosú arimia) •

.......

~ vitnfiackJJ que t(fttjan el paisajt cin:undantt.

d e la casa : desprendimientos de estuco, agrietado y rotura de las piezas cerámicas en Jas cubiertas, liltracioncs por de terioro de la impermeabilización, condensación en los interiores, oxidaciones y exfoliaciones en In estructura metálica, desgaste y envejecimiento de barnices y pinturas. La investigación dejó claro que, por encima de la degradación y envejecimiento natural imputable al paso del tiempo, existían algunos problemas dcrívndoe de errores de ejecución de algunos detalles proyectados por Bonct e, incluso, alguna earoneia proyectual en la solu· ción de algunos puntos. Cabe señalar que durante la realización de Ja obra Bonet residía en Buenos Aires y que si bien realizaba periódicas visitas a la obra, que acompañaba 66

TICTONICA

-·tooón

1 tslnJctLns

En el vtsdbulo, la c:ublc:rttl se: t'etOrta piHII «)nfigura• un

palio o modo de: •'mpltn<~·um, qu~

contiene un¡ limin.a d~

con una documentación muy com-

pleta, e l control diario quedaba en manos de su arqtlitecto de contacto, el Sr. Comns, el constructo•·, el Sr. Bofill, o el propietario de la casa, Sr. Ricardo GomiR, lo cual podría haber alterado a lgunos detalles. Las catas rcnlizodas nos permitieron comprobar cómo loo desprendi·

agua.

mientos del estuco y 1113 grietas para· lelas a la superllcic de la cubierta derivadas de la dilatación de las bóvedas se babfan agravado POI' la falta de j untas donde esos di In tocio· nes pudierar1 a bsorberse o disimularse. y cómo las condensaciones interiores derivadas de una in.sufi· ciente o nula ventilación de la cáma-


El m6dulo dt 8..8ll'8.8 m se

cxtialck m dos cift'Ctionts y mn:a

1

e

.. palita clt movimiento dr li: tdificxián en la

vivienda vde los

elemerHos situados

1

sobre la plataforma: la piscl n<~, t.os vtstuaños. el muro

de celosla. la alin~ción

G

I

T'

t

u

de los

muros de COfltención. y la pasiOón dd dq>ósito dt agua. La SIAidivisióa dd

móolulo da lugar • ~os que dtf~nen

d despittt dd pavimento. de las

carpinterías e induso

1

dd mobiliario lijo.

'1!.. !'.! '¡

los espacios de distribución se

desarrollan en torno al patio: e.n el eje N-S se sitUala

batetla 6e dormitorios y el eje E-.() a::mducot a1

pabellón iuckpaMiitute a

""""del ~nadtro;

paratdamcntt a (1 se

dtsarrollan los espacios comun(S. El pabellón de se!Yicio y

garaje configura, junto con los an ttrio~s.

un atrio de ac::ceso a la

vivienda.


...~ ~~~'~'~~.....~ ~ ~ ~~

::r....,.;s_ ~:'Q'!~p<lf\~'"-~'~~'-~

..,., '"~""""

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~

:;;

o

En l.a Clbif:rta

....

~:o~g

sitUKiOtltS

particulares: e

e

el r«ortc iObrt el vtstíbulo, p:ua oonfigur;¡r el patio; lOS hU IC'C!Ottd

o

ton6PC)nditftlt$ J

las.,_dclas

o

o

o

tlon1itorios. ~it.ados pua introdu~r tn ellos

i 1.

luz

natural y plrl

1!

o

vrntila1: y por Ultimo la mtd!a bóveda en el módulo del ctnad«.

\:.._'

1

Sreción CC

Unoa pkriil SIM ck JtttSO a los

do!m tonos. Codo

uno dt ellos esti st-Mdo por un b1Ao y

un vestidor, adtmJs puede dividirse en dos cspa<:ios medran te un panel ((Wrtdtro acabado en CO«~ q~ S( ck!JID

atwm-.11ruo pu ambls arn.


S

A.Z.,....d<

llormlgónl.lobokéo. C. 'Jiga ....... llRdiMod< .......

El pobtllón

i•

rdadonado coo las

~

zonas ck tsllr

~

aparttr arnto u•

nmlninttos

i

E.Solmto20crn

Vtttkales-, dejando de

armada con doble

manifiesto los

maltazo.

dcmtntos

F. Pilar 2l.PN120

fundamentales dt lt

soldado c:on tlnuo.

tsh'uctura dt la

G. Capitel de acero de 401<31.5• t.S cm. H. Tensor UPNtOO.

Wñenda.

l. BóY<d• d< ho<migón Jtmldo ll>geradl.

J.TimpJ'IOd< honnigónlmlldo. L~c:ap~d<

bdriloTodas las solem de 880x880 cm, prt~ntaban

hund1m\tntos en d

centro, a pesar de: estar atmad~ a do1:

G

~

.

-«-

caras. Eslo habla pr!Nocado teturas en

t

los pavimentos.

JI>

@ ·~

(

a aguo fillf>da pO< ta<Wit~UIIal>óaido

~

(()

OJOd.Jndo los c:apítttes dt amo,

_ndo .. aumento de volu.mm

' ·i

Los plllrts habían

-i-8.91)-

petdldo hana lmm de w espesor por COirOSiÓn. los tolllrtnrt tolocldos M \lnl 'ntervendón ptcvia. no hlcian mis

- -,

j35

1.4~

, .

1

7,4tl

·t

(3~ : ,¡. ,.~

y dC$prtndimiC~tto de los revtstimientos (>S 1.4tl

! . '·"'

(.~

,.,

·~

'l

¡·

1

¡¡ ~

t :~j: a •

'"" tmbd.. ""'

orrillotl~

po-.dopo<b

¡¡

los qn N-S dt la olructura st dodobb.t1 m

tcum1.1laaón de-l ~gua.

St dimlf\:Hon

lO$ toUarinn y se: restituyó t• p!rdld• 6c material con ruinas v material férrico, se 1plicó un

dos. ~rAndOSt 1.5 m. y g~ndo un ritmo

..

A8A8A que re-sulta de IJ conc.aknación de

¡¡

bóY<d•s (B) • ,,..¡,dolos ·v~tos· (A). los cuales slrvtn de eanalo p¡ra rC"COgida del agua de lluvia. El tu nueva subdivisión de la modulación ayuda,

~

ademM, a org:~~nizJr alguno.s elementos servl®res como la tsto11t ra del só~no, el aseo.,

tratamiento 1nticorrosivo

y 1< pintó. 70

.. •

TECTONICA rthabtl!t.a tión 1 estJ'1.t(;tUraS

A

• •

.. • ..

1

• •

A

• •

la chimtntl, la galt'rla o d almactn del YfStibulo.


ti"'"'"

~.SJM'CIO exterior definido por las ~ earaeteristiCM eonstrucLivas origiaa)~ Este pf'l)iffiiO fue condicionado ; por la desnporición de algunos materinle.s d~l mercado de la construcción de los rulos sesenta, eomo

Los tt<Og<fllos '"'P"P horilontal<s ck la b6v<da <'titalldo la tnftSmisión dt momtntos • los piiJm. qvr ~ a compmión.

i

Cuando d """" ap.>r«< "'lo <S ck S«d6o ÓltldO< (A); twnclo

di>con< pe>< d int<rio< dd ...., ck - · e s un p<rlil hlld.v (8); al pasar sobtt un plano ecrktalado. se IM:OfPC)ta al dinttl mtdiantt un

@

era el coso de las piezas de gres salado de 12 x 12 cm de la casa

p<rlil UPN (C).

El pilar (D) fonnado por 2 LPN. des.c~ sobtt ur1 enano de hormigón

re\'cstían los bóvedas; piezas que se

(E) a travts dt una plaea dt andajt (F) dt acero 40xAOx2 cm. Las cartdas rigidizadoras ck 15x15x 1 cm se colocan a 45 1, de moOO qut todas trabajt n en caso dt recibir tSfueflO\ de cualqui«a dt las dos

encarga1·on idónticas ni taller cerá·

dirc:c:cioncs principal e~

Cucurny - hoy dcsnparecida- que

mico de Antoni Cumella. Se analiza-

ron tres tonos de las bóvedas para determinar el color, la tonalidad y el brillo. y se reali .. ron una serie de pruebas que permitieron definir las cualidades de las pieUlll definitivas. En el proyecto ~e establecían los

( D)

detalles de encuentros relevantes entre piezas, y se determinaron las juntas de dilntoción entre la bóveda exterior y su perímetro, entre distintos pn~os de grc• y entre los pla·

no:1 de gres y el estuco definitivo, para evit.OI' ogrioLnmientos futuros, una de las pa tologias más ¡>reseotes y previs ibles. Lll obra de restaura· <ion de las bóvedas se desarrolló entre junio do 1999 y junio de 2000.

®

~l,txtón

1tstructur.u TECTONICA

71


-El pab<llón

iC'dtpcnd1cntc

smtiu • b tasa. Cuenta toft un

dormitorio, baño y

sata de e:st:.r y st oomuni<:a con c:l mio de la 1/iviend.a mediante ~ g~krí.a -

.. pat<dcs

y ttch;). qiX' w ""' como invtrnadtro. Abajo, las gárgola~ de

gres vierten el •gua de lluvia sobre: ul'\

( J)

lc<ho 6< grm drmant<. cnan!Jdo

-

pi<dr1 art>fiool

~ PJt~tnón lncttptnd~te. Estado ouginal ~ A. Cubierta: batdosin de gres. tela asfáltica..

H. Mosqvittta de bfontt sobrt bastidot' corredero dr latón pkgado.

"

capa de COfflprtSión. doble ca~ de tldrlllo crv1ado. cámara de airr. manta de fibta de

t ContravtnUn.al dt madera barnizadas.

widr o. biwtcb dt hormigón ar'"*· rrvoada

K. Voga riostr> 6< hormigón annado.

J. ~l!mo ck au~n.l compactada h-=2 m.

B. Altt&l "' hor,;p. C. TilnPfi'IO dr hormigón arm.ado.

L Sokn .ai'&Nida. ~20 ca M. - 1 0 d< 9't' IJ,Sxll,S,.I,S cm. N. Grts V'ltnfieado 4.:2 cm.

('Oft yt"SO tn

su mtradós.

O. Pilar 2 lPN120 esmaltado M ntgro.

O. HormigÓn de: ptnditntt.

E. TrMOt UPH100 integrado en cargadero. F. Cctos!a M gres y vidrios simptu.

a. ~rgola de grn Cu<urny o20 c:m.

G. Catpinterú dt l•tón y v1dno dt prottcoón

R. l.ttho de grava para dttn;aje.

!Olor.

S. ca.,;ntoró. r.,. 6< p<rlil<s l>tóo.

P. btuc:o de cal con árido de mármol.

T• .brdincn m IJ ~;a-4~


La i nst\llftión de airt iltondtcion.ado

Ot'iginal permanett enterrada, y las

rejillas aparecen su:mpn:

ptrfma m(fltt: inttgr.das en d

dd<olodeada csp«io ck ~~ casa.

(P)

®

¡

La estructura U. bó•·eda ~•lruclur al presentaba grave:~ patolo¡íae. Lo armadura se habia oxidado. pero no se apercibió perdidn de rnasn con lo que el tratamiento consitió en realizar

una exhausth•a Umpieza y saneado de IM hie rros med ia nte un eho-

rrcado con ore:na. Posteriormente ¡;e im pr imó con pintu ra a nticorrosh•a y se reHtituyó y reparó e) hor · migón de teriorado median te mort,ero tixotrópico de base e poxídica

de tres componentes.

Los elementos metálicos de la

Ett c:l

baño. aJ lgUJI

estructura de pilares y tirantes man· tenía una buena apariencia en general. Únicamente aquellos puntos sobreexpuestos como son la parte

q..t ~ la cocina. un

superior e inrerior de los pilares en

El'l la Ricarda. Bontt

sus distintas intersecciones con el plano del la bóveda o del pavimento, res pectivamenlo, presentaban un deterioro mayor. Uno 1>1·imera inter-

distOO todo d

vención había consistido e n colocar un collarin s uplementario en la base del pilar. Esta actuación habfa trasla· do el problema a la ¡>arte auperior del

grartt de: 4 x2 an rtvistt pa'tdts. sudo

l>ówda.

rnobthaJio y ptestó atenc:ión a cada dC'Iallt, dibujando todos los alzados lk cada tspacio.


~

.! ~~

tonstn.yr ron dos limlnas: \11\1

..

SUSl(fttantc: dt

. .,., ,.....

hotmlgón •modo• ~~

una cubteru a

!a catalana apopd.l

sobre llbtqullloi.

La bóveda estf'\l(t\1131

En d Intradós de la cobierta se muestran la~

st aligtta con piezas

pltus ttr~mica~ o tochanas utilizadas para ahgerar c:l peso dt la bóVtda estructural. Éstas

cerámica~ y ~u~

onpujes horirontaiM son absortlidos mt:di:antt: m~ de borde y los tif1ntts m<tilicos.

se colocan t'ft f'lln a lo la1go ck La U~P. d<j1ndo un opooo cnot dlas por doo>clt d~rtn los M'fVios de homugón

umacSo.

Elótopono dt hotmlgón- _ , . . misi6n tStJutt\IQI, K une: a la bówda IMdiantt un gnn gottrón. ntg~tivo n1101dtado tn ti tletfYii96n al de-jar un bc«npo de yeso pt'fYIO al horm!got~ado.

mencionado elemento. Con lo que el proyecto y la 1>06lerior obra lo que ha ret~lizado

hn consistido en sanear y re.¡;tituir n su aección original todos los perfiles metálicos intervinientes en la estructura aparente. Se aplicó así una pintura anticorrosiva y un m..ill>do coo minas de carrocero MI como un pintado posterior a base de esmaltes de poliuretaao de bo\ja viscosidad con un grosor mínimo de 350 micras. La

carplnterla

Esta premiso de • mínima interven~

ción npnrcnW" 1:1e mantuvo también en el proyociAJ de •·estauración de la carpintcrfu. Para organizar el trabajo se agruparon lns carpinterías de La

Ricnrdn según sus materiales: hierro, madera (pino melis y obna), aluminio

y lat<ln sulfuril.ado. El estudio se ini· ció con un lcvanta1nicu ~o exhaustivo a escala 1:1 de Cllda uno de los vanos, y fue ese centcnnr de detalles el que nos permilió entender In forma, fun· cionamiento, oompo~~Jici6n material~ estado de conSCI'•ación y orlgenes del deterioro. Éste se deb1a fundamentalmente a que una seno de piozas de hierro colocadns en el interior de los marms con el objeto de reforzarlos mecánicamente se babínn oxidado y exfoliado, aument.nndo su tnmnño, desgarrando posteriormente la chapa de latón doblada que lo re<ubrfa. En realidad In fi nn oxidación de la • uper· ficic ha conRervado el perfil de lat<ln en muy burn cfltndo, teniendo en cuenta que está a menos de cien metros del mor y sin haber tenido un mínimo mante· (cont;ruín en pág. 78)


1M l'lllpai"'IS. qwe ~ptei'JS "tapa•,

r!lll.,m •f'9.N

11"*' nlrwmnl. .,............ <k o:t~t·nuid.ad

a la

(";)"!Qtertxióndt Yll'l~b6vec!JS.

d1~¡ardo

un perfil slnJOSO de curvas y ~tr.curvas en l a~ f~njes •¡nterarto~

J

Cua.ndo se: produc:t la

c:oncate:naóón de

\

'"'

varias bcivedas, la

rranja que que<la i:nhc: c:llas re:sudvt la tr.~nsición de una a

T

,,Ir-.

--'o

otr.l. EsQ franJa

manifiesta t i carictcr

f" ·~

"'

od""" dd módulo al

<M

f'l'lanttnef

,.,......

d doblt

••

••

rMiblllueiOn 1 ewucturou TECTONfCA

75


Todos los problemas tntontrados rn dttntAtOS

i

En intradós de las

J

b6vtcbs st re¡iinron IJ>bojosck

nlruthwiln.

tq>araoOn ..-.. ,.,

rewsl•mttntos y

;amud~o~ras que

<.'trrlln'lícnto,

prHtntaban pér6da

detivilban dd m~l

de S«ción: repicado del ó:~~l4o. ctpiU.ado.

f\lncion.amicnto h•grotErmlc:o de la cubiertu :

hjado y protccdOn con morte-1os tsJ'ltciales o oon fibra de carbono.

l·Las nsutadonc:s provoradu por dilataciones tErm1cts ck liS capu de

Filttae:iOI'ItS

cubittU ptnmtia" filltJdoon ck '9"'

que ll<g>boo al cnwcntro

enut bóYtda y pilar mctáhco. oxid~ndosc

tste.

2· En l)timaveta y otol\o. la humedad

del lnterio• de ta easa pasaba al interior de 11 bóvda. La raoditción ~tar caltt~taba el

aue dt

Otoño-pr"m.a'lffa

b dm.arl, que se YOMa a enfNr

-.-neto

bniKIII'Itlllt

por b

condt~tSoK'IOMS en

b

orJ frr~ de la bóvm

exterior. De1pués. t i ;gua cara

(1()

sob1e le bóveda inferior, produciendo manchas dt humedad o fillnelonó. que

dtsenadc:naban lkspre"Cflrrtientos del ttvOQII(.

.._...

p ntura y/o

J.-En ~rano e

irMtmO. dttliclo a la dimab..t.aC'•ón artifkial en el lnttlior, aparedan

ronde11sacione:s sobre el

intn~dós de

la

bóveda Interior, rormándos.c moho en el techo.

La cubie-rta original se acababQ con baldosín de

aligctnda ct>n to<:Nnas de 9 <m, y ruyo intradós

gres Cucurny 12x12xl.S cm recibido ron mor1ero de cal (A). Bajo él, una tela de emulsiótl

se •evocaba oon yeso (G). Los unaloncs de NIOJación de pluviales se

Jsfiltie~ (B} y fieltro

rcsohlian con 1>o1mogón de pendi<ntt (H). El

adh(rido asfilltioo de

c•G mm se encargaba dt la i~tizadón.

mttSiim.tnto de Las c:am vlsUs de: la rubic:rta

" " ' - ck ~ (C) el< hormigón-

... do ....,. ck cal nopoclo'"" irido ck mimo~ (I).LM """'al...,... (10.5+10 mi

- - dt ...... crlllada el< 30l14J:3"" (,..3•3•3 .,.l...,lormll»b bóoobcdmorck la<uboctta,que- ... -.doaiot(O)

d o - """dt (J). .. - · ' " " batdot.l ttritn~e~ Yldr~ en aJior 15.1t1S cm

~lne'tt YOltibda entre biJiquts

(1(). Uno< tul>ol ck fibtoc:tmento (l) el< o100ft

palomeros de ~lb <:ada 50 cm. El aísbmie:nto (E) st rtSOivla con una manta dt fibr3 de vidrio

<docados cada 1,5 m permitían la vmtilaci6n dt la MlertJ.

c•S cm. que se te-ndfa .sobre la bóveda de hormigón arm~o (F) ooniO cm de espesor.

En In re-forma de la cubtcrta se dc:vnontaron las cnpa'i colocaclas sobre la bóveda estructural. ('On


...........,.....

~~

:::..~~···~~"' ~"t).#...............~~tD.

""·~~--.... ~<:;IO_f .....,)¡iw.. ~~~~-~b-"'4\... .

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...

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las cdosi.s st

tncontraron en J)\"rfccto tstadn. Sólo

los vi<Jrios t'uadrado$. simples vmuy gruesos. pr~n tnb1n rajas provoead ~ por las díljtJciont~ térmicas.

k(Q

¡ J r' -@ ® ·~

1

'\l \

·- ~

1'

A. !'\m d< gm

CV<vmr 19xi2.S..12.5 (11'1

8. AlmHo vMiC21 o3 mm •tcibidos con mOttCfO,

C. Vld1io simple ~mct~lado

rrc1b•do

f!'OM m1$lll.a t-3 cm. O. Vodrio d< color.

rmbldo con NSII a tal .S cm.

l

nimiento. Podemos enrontrnr earpint€!ríns de latón en obras alemanas, t~uizas

o americanas del Movimlento

Moderno (los almacenes Pctcrsdorf de Mendelsohn en Wrnclaw, o la casa Thgendhat y el Edificio Scngram de Mies) pero en España ern una técni·

ca muy poco oomún, incluso C'n las construcciones de calidad de la época; y toda\'Ía Jo sigue siendo hoy, por lo que la restauración aparece tttn com· piejo como la propia construcción original. Consecuentemente con otras decisiones, el proyecto rechazó la opción de una reconstruceión y menos aún de 1mejoras' que implico.rnn cam· bios de material, de sección o de apariencia, entendiéndose que lo restauración debía hacerse contando con el mayor número de piezas originales y que las nueyas piezas o incorporar debían respetar la geometría de las existentes. En marzo del 2003 se restauró la primera carpintcrfn de este tipo a modo de propuesta piloto, lo que nos sirvió para a:ist.emotiznJ' el trabajo a seguir. Éste ha consistido esencialmente en el desmonl8je pormenorizado de todas 1M panes inte-


n

El rttun;o de la celos(a ctrAmica aparece en varias situnc:ioots: como muro exento t n el jardín fren te a los V6tuarios. Como ctlosía adosada al ctrramitnto ttristalado de la cocina (dibujo, UquM:rdl) o como cierre del cenador

1

utetiol. la s.itu.aón que ~M~ abund.a es la de:

<do<ia

"

-ada con vód•ias de tol<lrts: ""

lostimpo- (-jo. - 1 m d módulo

íntmrco( (ambos OIWfttados a sw) o bien

·1

romo cerramiento ck la gakria ck acttSO a los dormitorios.

il l~ {Q")

Cerramiento. Pro'(tctO original A. Timpano de hOfmigón armado.

8. 8óvedn ~~~mica e.xlerior en libtc: ddatadOO.

01c.1bada en gn:s. En la rrsláur:Kión,la junta se

rellenó eon espuma de poliu ret;~no, ptrmitirndo ISr el movimiento a la vt.z que gartntiuba la lmpermtabilinción.

C. e¡ mara dt aire.

D. ~amiento tttmico ck lana de roca

E. Bówd> tW~~<tunl d< ho<..g 6 n F. CIIJI'ntcrias de bt6n ~ G. Vtdrio dt ptotHtiGn solar bntado tn wrde r-6 mm. K. Cofftdera con mosqu rtcra de bronce sobre

bastidor de latón plegado. l. Cdosla dt gns de 19x 12.Sll12.5 cm.

®

J. Tensor UPN100 relleno de mortero CP. K. Dintel de hormigón armado. L Armado vettic:al el mm. M. Solera 6e hOfmigcin ilrma®. N. Vig1 riostra. ~ 1etructur.u TE<TONICA

79


( B)

... .r. ..

• • 1

•••

S«:ción vtrtk:aJ dt la <:arplnwla por hoja fija

!J"

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lo< pcrfi In dt - · tlo¡ados ... su inttnor. qw 11 oxíd.am aumetttaron su wtumm. drfor~mndo lol pcrfik$ dt latón pl<gldo ""' los • ....,.,¡... Su rtstau~ión ha tonsist1do u d desmontajt

dd ~stidor (()(npltto. pata su limpicla y sustitución por p.czas dt IK'tfO y dt latón. tratando dt dtYOivtr aln rarpinttria.s su

aspecto oñginal, qut tanto <:atn<:ttriz-an 1la Riearda.

5«o66'' tlofitontal dt la carpinteril grantes de la carpintería para luego verificar si alguna parte oculta se debe incorporar al relc\•:mtamlemo gráfico para finalmente trasladnrlo al taller especializado y abordar el trabajo de restitución a su estado origi· naL En el talle r se restauraron manualmente las piezas menos dete· rioradas y se han restituido algunas (e•l realidad muy pacas) por otras de medidas exactas. El alma de acero se ha sustituido unas veces por perliles de latón de mayor espesor y otn~s por J>Crfiles de acero inoxidable recubicr-

80

TECTONICA 1ehob.llü<t6n 1ntruc.h..,

lo pertincnremcntc para ovitar el poz

galvánico.

Asimismo, s;e hnn rcstnurndo la. enrpinteria• de mudcra Ooma• d• protección solnr en salón y paJMolloo independiente y cerrnmiento~ d(' l0t1 dormitorios) m('(l i nnt~ un (>I'OCCI'Od€· decapado, reintegración de partts fnltantes y barni•.ndo. Poco a poco,ln casa recupera el uurn de suR m«ljor<',( días y el CApíritu de sus constructo.

res; y su excelent-e arquitectura conti· •lúa deslumbrando o loAcodn vez m·111 frecuentes visitantes. [T]

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A. Tenso' UPN100 rt11tno dt mottttO CP. B. rnntcl d< homugón ........

RffUEI\CAS,

C. Mara> dt btdo t•2 OMI. ton ngido.t>do< d<

Obto: C~sa de Vffl'W'O y f n dr ~ en LJ Uguna dE la RlG:rda

tubo d( lt'm) 50.2 mm. ~originJI' (19-49-1962)

O. Ptrfil dt btóft sutfurizado t-2 mna. E. Rilil cortir'Cro de latón s;ulfurindG.

Arqu..ttau. AntoniO Bond (Jstl"ll•nJ

F. Tubo lluortsetnlt.

CJ:itrlle: RicilrOO Gomi-s e lnt-s Berlr.uld

G. Prtctrco de l11tón ptcgado ~2 mm.

CoollrtX!OI y apateiádóf: Em1ho 8oUtr (d

H. Trav~ño supe1ior de mosqtuter1 en latOO

Oireco'ón faoJJrocivo o Vlgi.'omC' ltcniro d« la oblo; J<»e Coma:.

wgeren<:i..'l de 6onet)

40x3h2 mm.

R.eo.·estimlentos cen:ínucat CC'roiml<;llS Cocumy (desapate<:ida)

l. Trave~ño infrrior etc mos.qullc-ta t n lalón

Co;pmce;Jos de latón: Colli\do C:up¡nterf,, (de$ap(lrecida)

11S.x32x2 mm.

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,, Sección ~rtkal dt la carpinte-ría por hoja

J. Tria mosquiter¡ de btonct lxl mm.

Rest.>utación· (1997-.lOOJ)

K. Gula dt latón plegado t•1.5 mm con tigidizadOfts dt acero de 20K4 mm.

Arquisectos. tes!ou.rot~on: f("rnando Álv.u'tZ. 101d 1 Rolg Colabo!odorn: ~lo TriUIN, Cal1o~ Bermudez, Fdox. lopez..

L Mortm dt "9Uiorizatión. M. Mont3ntc de l1tcin .t0x32 IMI. N. fijo dt lat6o l0x15 mm.

l'roptdt>d oauot "".,.,"' Gom<s $etv.>nd SA

O. Monbnte fiJO ck1Jt6n 40x38 rvn con

iltslWtOCJÓil(lfW(JJ"f¡l(q: («élmiCJ (llfnflla

rig~Gzador dt a«ro dt 10x35 mm.

MOlleros "''ffial« Sb, 916 S72 3/S

P. Vidrio hntado en verde ~6 mm.

RtStótJ((](jó() tk e.sl.I.K(}(.!u

atqurtecto1. Salvador Angt, (:)tud!Jr·tede arquitectura

_,..tt

Cot'::s:nA=foro! Construtc~ Z~.n~ SA 936 626 061

Sl. 938 499 416

Onol G,at'(l.l, blu<os. bgraliados

y Rest.'ruración, 932 106 108

O. Junquillos de latón COfl fieltro. R. Pilar 2xlPN120.

Rescouroc/00 de cot{JJtlC~io de latM: Mec.1li-stena Calon, S.A. 931611 2Z1

cou·tde:ra

RestoutMiOO de k.r p(fllwtJ: 1. C.lb.ll5eto Plnturlls

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A. Contm<entlna dt pu.o dt OftgÓft.

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8. - · dt hormigón ........ C. Pfehna ck latón pkgldo l.rl m andada aJ

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ho<migóo.

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poteg1dH dd sol por

D. Brazo articullldo en latón 30'x9 mm

(Of'ltti'Ytnon.u de

1b11IIO. los trabajos

E. Pivote cónko. F. Soporte de barr1 rnottb, Qnclada.

dt ttSIIIUIJCIÓn

G. &lrra motríL

ronslstie1on en 11ab•jos de d«.Up1do,

l. Engranaje circular.

1tstitudón de masa :trdicb y barnl.rado.

H. Pivote- de trunsmtslón. J. l omillo sin fjn '( tJe unidos a m~nivtl a .


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