comunidad ceramicacomechingona
CAPITULO 03
....Lo que se busca con el presente trabajo, es la recuperación por parte de La Comunidad Comechingona del Pueblito de La Toma, de un aspecto de su cultura, su cerámica, para reforzar la identidad cultural de una comunidad que está reorganizándose. Además los tres temas que se han buscado desarrollar: ORÍGENES, ACTUALIDAD y COMUNIDAD, es con el propósito de darle una continuidad al trabajo que aquí se comienza, y buscar desarrollar una actividad productiva (la cerámica) con un arraigo cultural muy importante, que a su vez La Comunidad, puede incorporarla como una forma de trabajo para su futuro. Para ello se busca rescatar la esencia de lo que fue la cerámica desarrollada por esta cultura en la historia (ORÍGENES), detectar y rescatar a alfareros que sigan produciendo cerámica en la actualidad con algunos métodos, motivos o elementos similares a los que se empleaban en la antigüedad, para que puedan cumplir el rol de maestros para los miembros de La Comunidad (ACTUALIDAD), y por último profundizar en el conocimiento de La Comunidad misma, pero no tanto en los aspectos históricos o formales, sino en los aspectos personales en relación con su “ser Comechingón”, para que se refuercen como grupo humano, para enfrentar la futura actividad productiva (COMUNIDAD)...
Leyendo al ingeniero Aníbal Montes en una descripción de la geografía de lo que actualmente conocemos como Córdoba, uno concibe imaginarse un paisaje totalmente distinto al que podemos observar. Dice "Los ríos y arroyos tenían un caudal mayor y una fauna riquísima…Grandes bosques, posteriormente talado por el hacha hispana… grandes ciervos de ramidificados cuernos, famas y guasunchos de astas como puñales, guanacos, vicuñas, las muy mansas y serviciales llamas y chanchos del monte…” Conversando con gente de la comunidad del Pueblito de la toma, en la actualidad, sobre los recuerdos que tienen de la flora y la fauna de la zona nos comentan que no hace muchos años “esto era todo muy distinto”; Dichos de vecinos de la comunidad y de la zonas aledañas, hablan del río como un lugar para vacacionar y en torno a la flora y fauna comentan que existían anguilas y peces chicos y vicha dentuda, como la existencia de chanchos del monte, liebres, conejos y los famosos patos negros del río, como también, de muchos panales de miel. Muchas especies desaparecieron otras se conservan en muy poca cantidad como resguardándose de las manos del desprecio. Hoy en grandes partes del río no se observa vida acuática, ni la vegetación que hemos nombrado. Existen especies en las áreas del parque San Martín, lugar que mantienen características autóctonas. *La zona del San Suquia (Río primero) siempre ha sido de gran importancia para las diferentes comunidades aborígenes y para los españoles en su llegada y lo es en gran medida para nosotros aunque no tomemos esa agua ni la conciencia. Según archivos, el gobernador del Tucumán, don Jerónimo Luís de Cabrera se asentó en dicho río el 24 de junio de 1573, en territorio denominado por sus habitantes como Quisqui Sácate en las barrancas del barrio Yapeyú, al declarar las actas de fundación. Luego de un tiempo prolongado logra la expedición cruzar el río y expulsar a los habitantes que ocupaban la zona del actual casco céntrico decidiendo mudar la ciudad a aquella margen del río. En ese momento histórico la zona estaba poblada por familias nativas del lugar. La relación entre el originario y el extranjero, según autores y documentos, se trato de un “trato pacifico” describiéndolos como pueblos labradores, agricultores, que vivían de la algarroba, que vestían camisetas de cuero o “lana” de los animales de estas tierras. Como contrapartida existen varias pictografías en el norte de la provincia que muestran al español y a nativos en posición de guerra.
En el primer dato demográficos del año
1760 la población era de al menos 22 mil habitantes, siendo solamente 1.500 españoles, el resto indígenas, negros, con alto grado de mestizaje. En tanto el censo de 1840 nos da la cifra de 11.552. Se puede notar una baja de alrededor la mitad de la población en solo 40 años. Como paso en el resto del continente, la mayoría de nuestros hermanos han muerto a raíz de las enfermedades por malas condiciones de vida, con sus defensas que no estaban preparadas, también a causa de la guerra y la explotación. En efecto, en 1869 la capital mediterránea contaba, según trabajos de la Junta Provincial de Historia de Córdoba, con 34.458 habitantes, cifra que ascendió a 54.763 en 1895 y a 92.776 en 1906 . Estas últimas cifras hacen referencia al flujo de inmigrantes que arribaron a la ciudad en las épocas de oro de la economía Argentina pero sigue presente la masa indígena y mulata en la ciudad. Ha pasado mucha agua por el río y durante siglos la conquista para muchos pueblos nunca ha desaparecido. Hoy tenemos como tarea el compromiso de indagar acerca de nuestro pasado, de nuestra formación social, étnica, cultural.
situación de los pueblos originarios de Córdoba.(historia)
INTRODUCCIÓN
Breve extracto carta al congreso provincial. Curaca Lino Acevedo 1882
“Hoy mismo se construyen dos estanques de agua en terreno de la comunidad, ésta no ha reclamado de esas obras, ni reclamara porque allí hay un propósito de bien publico” Razones de bien público era el justificativo que utilizaba el estado para apropiarse de las tierras comunitarias, argumentando poca productividad. En 1880, periodo en el cual el estado toma una avanzada represiva contra todas “las tierras indias” del país, Córdoba no es la excepción. En este contexto, el famoso Pueblito de la Toma, en CORDOBA CAPITAL ha sido tenido en cuenta por el poder político quien ya tenia el plan de convertir dicho territorio comunitario en bien público introduciéndola al saneamiento y ordenamiento de dichas tierras, fragmentándolas en parcelas, vendiéndolas y rematándolas. Pese a todo el atropello cultural, los habitantes resistieron. La primera medida utilizada fue el arma legal como ha sido costumbre en el pueblo “comechigón” durante la conquistacolonización y posterior construcción de la nación. Pese al afán de algunos sectores económicos y políticos de querer poseer extensiones de tierras, el Pueblo de La Toma siguió resistiendo con sus rasgos culturales durante muchos años posteriores, con sus curacas (caciques) con su medicina, sus ancianos, sus animales y su agricultura, sus jóvenes, sus niños, su río.
Dicho pueblo, antiguamente llamado Quisquis Sacate según nos cuentan las familias actuales del pueblito, componía diversos barrios de la actual ciudad de Córdoba. Algunos relatos que nos dicen “de colon y cañada hasta calera” u otros que nombran al tercer cuerpo de ejercito, como Ramón Aguilar, para referirse a parcelas que antiguamente eran trabajadas por su familia. Lo hacen a uno asombrarse cuando se imagina dicha cantidad de tierra en estado rural y perteneciendo a una comunidad o a familias comunitarias descendientes y practicantes de viejas tradiciones aborígenes. Según datos proporcionados por el historiador cordobés Rojas de Villafañe los barrios Industrial, Flores, V. Alberto V. Arsenales, V. Parque Republica, V. Martínez, Unión, San Salvador, V. Siburu, Panorama, Unión Tranviarios, Barrio Obrero, Santa Ana, Santa Elena, San Rafael, Los Plátanos, Granados, Carola Lorenzini, Los Naranjos, Primera Junta, Alberdi, Alto Alberdi, Ameghino, Villa Adela, V. Aspasia, Bº Parque Rosedal, Mariano Balcarce, Santa Isabel y parte de V. Libertador pertenecían a dicho pueblo.
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ciudad de córdoba | sistema de barrios
Argumento de los comuneros frente al gobierno en 1881 “hoy se trata de despojarnos de nuestra tierra y nuestras casas puede ser, se nos quitaran nuestros hijos… A merito de denominarnos indios, es decir, hijos de la humanidad, sin derechos, sin patria y sin hogar. Ante abusos y usurpaciones que consideramos indignos de un país culto y católico, no es decoroso silenciar” En las últimas décadas de 1800 el estado provincial dividió esas tierras, convirtiéndolas en tierras pública y posteriormente en propiedades privadas. Esto fue parte de un conjunto de leyes que venían teniendo este propósito desde hacia mas de 20 años, que solo un gobierno liberal como el de la época podía dar cabida y funcionamiento. Hoy hay que mirar el Pueblito de la Toma y los barrios que lo componen y vislumbrar cuales son las grandes instituciones que se instalaron en dicho territorio antes y después de 1880 notando la importancia de dicha tierra para la construcción y extensión de lo que hoy somos y vemos. Ante este atropello era lógico pensar que algo no iba a funcionar “correctamente” en la sociedad. Es el testimonio de Teresita Villafañe donde podemos ver una reacción. Cuenta que su padre entendía que el pagar impuesto era una injusticia, “Si la tierra es nuestra, como voy a pagar impuesto (…) La zona del Cementerio, mi padre y los padres de los Canelo decían que esas tierras eran nuestras por que éramos todos comuneros”. Es también el caso de Argentina Acevedo, bisnieta del curaca Lino Acevedo donde la posesión de la tierra siempre estuvo presente en la familia, cuenta que tuvieron juicios y problemas por los títulos y que muchas de esas tierras fueron a parar en manos de los abogados, lo que llevo a la familia a asentarse en un lado y otro sin tener un lugar seguro donde vivir.
El proceso fue largo. La construcción de los barrios demoraron décadas y así los espacios conservaron características autóctonas, que se fueron perdiendo a medida que crecía la ciudad. Aunque nos suene raro, este territorio hace cincuenta años nomás, conservaba rasgos autóctonos en su vegetación, y en su fauna. Por ejemplo Ramón Aguilar recuerda al aloe vera, mistol, burro, ambay, quimpe, chañar, piquillín como plantas que nacían en la zona sin dificultad. En cuanto a los animales recuerda las liebres, conejos, gato del monte, chancho del monte, cuisis, anguilas, dentudos del río, rana y cachalote. “El río en esa época era ancho, normal con mucha vegetación. Se sacaba anguilas y pescados chicos que se cocinaban enteros y también berro con el que hacíamos ensaladas y papas del aire y la Cipa , que es un fruto verde y se come solo la parte blanca. Nos bañábamos y lavábamos ropa, jugábamos, también había muchas tunas, la fruta del algarrobo y uvitas del campo”. Dijo Lucia Villarreal curaca de la familia, compartiendo con muchos otros relatos que describen del mismo modo al San Suquia.
Relatos de una señora mayor, descendiente comenta también que existían muchos molles y algarrobos, talas, piquillín, uvas del campo y muchas plantas para curar. Por su parte, Sarita Lutri miembro de la comunidad y conocida vecina del barrio Alto Alberdi, hablando de la zona, nos dice del espacio físico “Era todo greda, acá al frente, en la casa de mi amiga, todo, era todo greda”, refiriéndose al actual Boulevard San Juan, además de mostrarnos un vasto registro fotográfico del terreno en un estado muy diferente al que vemos hoy en día. Con respecto a la flora Teresita Villafañe recuerda de niña: “comíamos el Chaguar, que es una fruta amarilla y también comíamos la Pasacana fruta de el cactus largo” recordando también “que era todo barranca, hace 50 anos nomás”. El testimonio de Rubén Villafañe, también curaca de la familia hace referencia a los lagartos: “cuando íbamos al río había cuevas de los lagartos y uno jugaba con ellos tocándolos con ramas… Cuando hicieron la costanera, fue raro ir a jugar al río y ver a los lagartos pisados por la rueda de un auto”. Virginia Villarreal nos comenta del paisaje natural del pueblito: “no había calles, solo senderos que se podía caminar. Había mucha tierra roja por la calle que hoy se llama Tablada. De allí sacábamos la tierra para hacer nuestras cuencas para cocinar y para tener agua, la cual mezclábamos con la tierra del río Suquia. Cuando buscábamos las plantas para hacer los remedios, íbamos por lo que ahora es Colon y subíamos por donde esta ahora el Macro y bajábamos por el cañadon siguiendo por los caminitos trayendo nuestras cosas”.
La lenta pérdida de estos elementos ha propiciado que los habitantes, del pueblito, al no poder ya ejercer su economía o sus costumbres, corrompida por la propiedad privada, el avance de la urbanización y la contaminación, debieron integrarse a la nueva sociedad casi siempre como los eslabones más chicos de la sociedad. Es en el comentario de Lucia Villarreal, de Lucia Iriarte, de Rubén Villafañe, de Argentina Acevedo y otros, que cuentan los trabajos que realizaban sus padres y ellos, como albañiles, carreros, empleadas domesticas o cualquier tipo de changa. Nos parece importante hacer esta observación para poder entender o reflexionar como se configuro la sociedad y los roles de sus habitantes, aunque cabe mencionar que esto no es una regla general, existen familias que han tenido mejor suerte que otras y han podido acceder a estudios superiores y trabajos profesionales o desempeñarse en otros ámbitos.
EDUCACION, SILENCIO Y RESISTENCIA “la masa principal de aquella población lleva todavía demasiado visible el sello de la raza indígena (…) Poco se preocupan por esconder del publico la vida irregular de sus costumbres” Monseñor Zenón bustos y Ferreira en 1906 visita|parroquia san jerónimo
Los manuales que hemos leídos en las escuelas dicen textualmente que muchos pueblos originarios no existen mas, Hablan constantemente en pasado, negando, olvidando que muchas comunidades siguen con sus practicas o no en la actualidad, continuando el legado cultural de su ancestros. En el libro Lecciones de historia Argentina. Rómulo D. Carbia. 1917 se lee: “Hubo un tiempo en el territorio que hoy forma la Republica Argentina estuvo ocupado por indios, muchos de ellos salvajes”. En ese contexto para alguien que sabe de su ascendencia se hace complicado el reconocerse y compartir su identidad cultural. “Recuerdo de la escuela la historia del malón, el indio salvaje, bestial… cómo me iba a reconocer como aborigen”. Nos comenta Teresita en una ronda de mates en Bº Alberdi, ¿tan así han sido los antepasados nuestros?. Lucia Villarreal escribió: “en los comentarios dolía, pero callábamos y no es que no sabían que estábamos, lo que pasa que nosotros éramos muy callados, por eso cuando el padre Horacio nos llamo pensé que ya había llegado la hora de hablar y entonces pedí permiso a mis ancestros y ellos en sueño me dijeron que no deje morir lo nuestro y con mucho orgullo, me dispuse a hablar con el consentimiento de mis tíos ya mayores y toda la familia”.
La Transmisión oral se puede asociar con el patrimonio del conocimiento. Hay pueblos enteros que han resistido mediante esta practica, fuente de sabiduría para no desaparecer culturalmente, llevando consigo milenios de historia, de investigaciones e interacciones de la humanidad con la naturaleza, pero también han tenido que saber de que manera actuar en un contexto de conquista y colonización, olvido y urbanización, es por ello que el silencio para afuera y la transmisión oral para adentro de las familias ha conseguido conservar rasgos y conocimientos ancestrales. Hay familias que nunca han hablado del tema ser descendiente de comechigones, porque se quería olvidar, porque la opresión había sido grande o porque simplemente se perdió en el mestizaje de los años. “Nuestro padre y abuelo nos decían nunca se olviden que somos originarios y no callen mas cuando pregunten, pero no nos hacían preguntas” dice Lucia Villarreal. Lucia Iriarte tuvo un proceso de autorreconocimiento muy interesante, ya que nunca su familia le había comentado de su pertenencia cultural, pero ella a través de la intuición y del saber ser, fue indagando en sus costumbres “raras” de entierro y de premoniciones: “La transmisión oral no existió pero si la parte de la intuición”. En una lucha constante asegura que: “los ancestros ayudan y entre los pueblos hay una transmisión espiritual”. Otras familias han decidido tirar producciones aborígenes encontradas en sus terrenos como en el caso los Lutri que al sacar un algarrobo del patio encontraron cerámicas entre las raíces que su padre decidió tirarlas o el dar a extraños “tesoros” de nuestra historia que poseían sin conocer bien su valor. El silencio fue producto en parte por la discriminación, la cual es un fenómeno que no ha desaparecido. Teresita también nos cuenta que el apodo que a ella le asignaban era “Negra de la barranca”, mientras que Vicenta Villarreal recuerda que a mediados de los 60, cuando era todo tierra había un pico común y cuando iban a buscar agua con sus hermanos recibían insultos como chanco del monte, india camorrera y agresiones físicas, al recibir piedras o agua con barro. En una ronda de mate, Argentina Acevedo y Sarita Lutri cuentan de cómo integrantes de familias descendientes no se reconocían siendo visibles los rasgos físicos y como el discurso racista de la sociedad se había enquistado en su interior también.
Fragmento de una exposición de la
Comunidad de la Toma. Año 2008
”Decidimos dejar de decirnos que somos descendientes de comechingones para decir somos comechingones” Desde el 19 de abril de 2008 dicha comunidad retomo el curacazgo familiar designando a un miembro de cada familia: curaca (jefe o encargado de la familia), como forma de restituir parte de la organización comunal. Dicho acto se realizo en el pasaje Santa Catalina conmemorando el día del aborigen. Sin dudas un día histórico para Córdoba quien hacia ya muchísimos años que venia negando su raíz aborigen y su actual presencia. Con relación al objetivo de la comunidad en la actualidad, hace a la unión de las diferentes familias que juntas construyen dicha comunidad aborigen urbana con respeto y sinceridad. Esperan ser reconocidos por la sociedad, la historia y sus profesionales. Que se deje de lado los prejuicios propios y ajenos para compartir la historia de los cordobeses. La comunidad esta trabajando con las escuelas primarias, secundarias y universidades. Estas clases testimoniales llevan consigo el anhelo de la lucha presente para la visibilización de la comunidad, poder contar el relato que ni padres ni abuelos tuvieron oportunidad de hacerlo. llevando la propuesta que no se olvide estas voces de la historia, integrandolas en el currículum de las instituciones educativas.
El proceso actual de la Comunidad de la Toma es muy complejo y reciente, sin lugar a dudas se necesita tiempo y convicción en fijar objetivos comunes que logren una mayor conexión entre las familias de dicha comunidad. Activar, en los jóvenes la participación es fundamental para que la organización comunal que se esta logrando restituir tenga continuidad e innovaciones de las generaciones venideras con sus inquietudes e intenciones. También es bueno tener en cuenta que faltan muchas familias que reconozcan su identidad y procedencia, porque relatos de todos los entrevistados han dado claros conocimientos de otras familias con el mismo legado. El rescate cultural va de la mano con las tomas de decisiones, por eso es muy importante el dialogo, la discusión y el consenso en cada actividad que se proponga. Sin lugar a dudas esto recién comienza y posee mucha fuerza interior, pero hay que ser concientes que el reconocerse de la manera que lo han hechos los miembros de la comunidad, no es pasajero ni es interesado por privilegios económicos, sino que todo lo contrario, en el largo proceso que viene por delante lo que hoy vivimos va a ser mucho mas intenso y quizás molesto para algún grupo privilegiado de la sociedad.
GLOSARIO | según Lucia Villareal Cipa: fruta color verde. Se pela y se come lo blanco. Pasacana: fruta. Chagua: fruta. Topasaire: infusión curativa. Altamira: flor dulce que se come. Aloe vera: se usa para curar la piel y las enfermedades malignas ej. cáncer. Palo amarillo: cura viruela, sarampión. Palo azul: cura los riñones. Yerba buena: es bueno para el dolor de estomago. Yerba depollo: cura la sangre, el higado y los riñones. Tomillo: bueno par el empacho y el cansancio. Peperina: sirve para las diarreas, vómitos, dolores de huesos y de muelas. Piquillín: se hace el arrope y con la raíz se cuece y sirve para teñir lanas. Churqui tala: se come el fruto y las hojas sirven para desinfectar heridas. Con las cenizas se hace un emplaste. Chañar: se come la fruta, es dulce. Con las hojas se hacen infusiones para el asma. La corteza se usa para el sangrado. Tamisqui: para curar los huesos, cuando están rotos se machaca las hojas y se los ponían en los huesos.
COMUNIDAD COMECHINGONA
EL PUEBLITO “LA TOMA”
CONCLUSIONES
El presente trabajo se realizo respetando los comentarios de los entrevistados. La idea fue hablar con los representantes de las familias, sabemos que han faltado voces. Esperamos estén representados por los comentarios expuestos. Creemos, por otra parte, primordial que empecemos nosotros hoy en día a conocer la historia oculta de la ciudad y la Provincia. Que los niños, niñas, adolescentes y adultos empecemos a reconocer y a redescubrir costumbres y relatos de la población aborigen, mestiza, mulata para comprender el ser que componemos.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA | "lecciones de historia argentina" Romulo Carbia + "Indigenas y conquistadores de cordoba" Anibal Montes + "La trama de una ciudad.Cordoba entre 1870 y 1895" Cristina Boixados + "Los hijos del Suquia" Centro de investigacion del ICA + “Cordoba la vieja” fotografia de la ciudad 1879 / 1950. AGRADECIMIENTOS | A los miembros de la comunidad comechingona del Pueblo de la Toma, al profesor del Instituto de Cultura Aborigen Alfonso Uribe y a Silvia Fois de la biblioteca de Filosofia y humanidades. Y a las compañeras y compañeros, gracias.
Producción y Coordinación General | quinua.arquitectura.Participación | Comunidad Comechingona del Pueblito de La Toma.Participación y Colaboración | (ICA) INSTITUTO DE CULTURAS ABORÍGENES de Cba.-
ORIGEN, ACTUALIDAD y COMUNIDAD están realizadas con el apoyo de Fundación Navarro Viola, a través del Programa FIDES de INCIDE. Coordinación General | Arq. Pablo Capitanelli. ORIGENES Coordinación por parte de La Comunidad Comechingona del Pueblito de La Toma | Teresita Villafañe. Coordinación por parte del INSTITUTO DE CULTURAS ABORÍGENES | Cecilia Pizarro. ACTUALIDAD Coordinación por parte de La Comunidad Comechingona del Pueblito de La Toma | Lucía Iriarte. Coordinación por parte del INSTITUTO DE CULTURAS ABORÍGENES | Huayra Bello. COMUNIDAD Coordinación por parte de La Comunidad Comechingona del Pueblito de La Toma | Lucía Villarreal. Coordinación por parte del INSTITUTO DE CULTURAS ABORÍGENES | Lautaro Ortiz. Diseño Gráfico y Diagramación General | Arq. Humberto Billia