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que llaman amor, es trabajo no pago”. –Silvia Federici
Nuestra sociedad entiende el trabajo del cuidado de distintas maneras. El trabajo remunerado implica la contratación de una persona para asistir a otra dependiente y el no remunerado cuando una persona, generalmente una mujer, realiza las tareas del cuidado de manera gratuita y a veces obligatoria. A pesar de no compensarse económicamente, su contribución es invaluable, ya que garantiza el bienestar y la comodidad de toda la familia.
De acuerdo con Karina Batthyány (2022), la noción de los cuidados surge como un concepto que busca representar y destacar el trabajo que implica tanto el aspecto afectivo como el racional en las actividades de cuidado. Incluye tareas domésticas como limpieza, preparación de alimentos, organización del espacio y atención a las necesidades básicas de personas dependientes.
Históricamente, el cuidado se ha asociado principalmente a roles femeninos, pero se reconoce que va más allá de géneros específicos. Ampliar nuestra comprensión de los cuidados, implica promover una distribución equitativa de estas responsabilidades y valorarlos tanto económica como socialmente.
Mujeres en la ciencia y la academia: con la inclusión de mujeres en el mercado laboral, se permite su ingreso a espacios académicos. Con esto se empiezan a generar conocimientos desde distintas perspectivas y se estudian áreas que a los hombres no les interesaban, como salud reproductiva o fenómenos socioculturales.