Notimani 33

33 ISSN 2215-9355

INFORMATIVO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE AMAZONIA / INSTITUTO IMANI Mayo de 2017

¿El aeropuerto en contra del bosque?

¿Donde está la plata de la estampilla?

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Editorial

Mayo de 2017

Tragedias ambientales en Colombia: responsabilidad y repetición

ÍNDICE Pag: 3 El bosque de la Universidad Pag: 5 La investigación como estrategia Pag: 7 Dónde está la plata de la estampilla Pag: 9 Los Testigos de Jehová Pag: 10Mocoa Pag: 12Semillero de Investigación Pag: 13Cartas del lector

Encuentra toda la colección del Notimani en la Web, ingresa al portal: http://www.imani.unal.edu.co/index. php/homepage/revistas/notimani Editor Germán Palacio Comité Editorial Juan Á. Echeverri Salima Cure Marco A. Tobón Germán I. Ochoa Yohana Pantevis Harrison Calderón Director Sede John C. Donato Director IMANI Juan A. Echeverri Diseño y diagramación Harrison Calderón Impresión Impresol Ediciones Ltda.

Correspondencia hcalderonv@unal.edu.co Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional ni las políticas del Notimani.

Instituto Amazónico de Investigaciones Imani Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonia Kilómetro 2 Vía Tarapacá Leticia, Amazonas, Colombia

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Colombia ha sufrido en los últimos meses dos tragedias socioecológicas. La avalancha en Mocoa y los deslizamientos de tierra en Manizales. De ambas han quedado muchas pérdidas humanas, millones de pérdidas materiales, mucha incertidumbre para miles de familias y un gran interrogante sobre nuestra responsabilidad ambiental. Lo que hace a estas tragedias un hecho ambiental es que ha sido la sociedad la que las hemos provocado, directa e indirectamente por la irreflexiva relación con la naturaleza que se basa en el interés de acumular riqueza, más que en el interés de vivir bien. Lo preocupante es que las dos tragedias habían sido anunciadas.

En Manizales, esta situación se repite periódicamente, y por las mismas causas: ocupación indebida de quebradas y nacientes que son rellenados y en los cuales, urbanizadores irresponsables, construyen casas baratas para los más pobres, quienes resultan ser los más afectados. En una reciente carta abierta, Luz Stella Velásquez, profesora de la Sede Manizales, ha señalado que, a pesar de que, Manizales es ejemplo mundial de gestión de desastres, los dirigentes no han dado continuidad a la política ambiental en los planes de ordenamiento que mantengan una forma de habitar de mejor las montañas colombianas.

Mucho se ha escrito sobre los acontecimientos en Mocoa que han afectado directamente a la comunidad académica de la Sede Amazonia.

Estudiantes de Mocoa que están en Leticia y en las sedes andinas resultaron afectados al perder miembros de sus familias, sus viviendas y sus medios de producción. Los estudiantes de Mocoa y la Sede Amazonia agradecen sinceramente a todas las personas, instituciones y empresas que con su solidaria colaboración permitieron que los estudiantes terminaran su semestre y continuaran sus estudios con esperanzas.

En este número presentamos otro problema ambiental que se cierne sobre la existencia de nuestra sede. Un flamante y desproporcionado aeropuerto pretende tomarse parte del bosque de la Universidad. En nuestro primer artículo, mostramos el significado de este despropósito que no afecta solamente a la Sede sino a toda Leticia. En un segundo artículo nos preguntamos sobre unos recursos de estampillas que pagamos en el departamento de Amazonas pero cuyos recursos la Gobernación envía al Caquetá. Luego traemos a colación la necesidad de seguir avanzando hacia una educación basada en la investigación y la creatividad de los estudiantes propiciada por los profesores. Las creencias religiosas son muy importantes en la Amazonia. Por ello, con mucho respeto para los creyentes, aceptamos publicar un artículo sobre la proliferación de ciertas iglesias en la región. No podíamos sacar este número sin referirnos a la tragedia socio-ecológica de Mocoa y de unos análisis que no enfocan bien las explicaciones.

Retomamos una nueva sección que esperamos que crezca: Cartas de los Lectores. Esperamos que disfruten las lecturas.

Ambiente urbano

El bosque de la Universidad Nacional de Colombia: patrimonio biológico, histórico y cultural de la ciudad de Leticia Por: Gabriel Colorado, Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia-Sede Amazonia

Una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad es la deforestación, es decir, la pérdida de cobertura boscosa. Esto es particularmente relevante en un país megadiverso como Colombia, dado que más de la mitad de su diversidad se encuentra en los bosques naturales. Más aún, si pensamos en un contexto de cambio climático, tan crítico como el que tenemos ahora, la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero de nuestro país - a pesar de la relativa baja contribución global - está relacionada con la deforestación.

En la historia reciente de Colombia, se reconoce que se deforestan entre 100,000 y 140,000 hectáreas de bosque natural anualmente, una cifra preocupante si se considera que en el territorio de Colombia se alberga cerca del 10% de toda la diversidad biológica del mundo. Para la Amazonia, el panorama es preocupante dado que en esta biorregión ocurre más de la mitad de la deforestación reportada para el país. La deforestación el resto del país- está íntimamente

relacionada con actividades que incluyen la extracción de madera de bosque natural, los cultivos ilícitos y la minería “ilegal”. Sin embargo, una buena proporción de ésta también se asocia con actividades más aceptadas socialmente, como los megaproyectos agrícolas, la ganadería extensiva, la minería “legal”, la producción energética y los proyectos de desarrollo (e.g. hidroeléctricas e infraestructura vial).

A este respecto, el campus de la sede Amazonia se ve enfrentada presenta a una amenaza inminente relacionada con la construcción del aeropuerto Internacional Vásquez Cobo. Aparentemente, debido a un error en el cálculo de la altura de la torre de control, la visibilidad de la cabecera norte de la pista se encuentra obstaculizada por el bosque de la sede Amazonia. En este escenario, más de 10,000 metros cuadrados de nuestro bosque debería ser talado como una solución sugerida por las autoridades encargadas de la gestión del nuevo aeropuerto.

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Ambiente urbano

La Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia, ha hecho un esfuerzo sin precedente, para contrarrestar la deforestación que ocurre en nuestro país: armonizar su misión institucional con la conservación de la naturaleza, al tener en su campus cerca de 12 hectáreas de bosque natural amazónico.

Esta es, sin duda, una de las mayores extensiones de bosque natural dentro del campus de las sedes de la Universidad y de las cerca de 300 instituciones universitarias del país. Es decir, la Universidad Nacional de Colombia sede Amazonia es, muy posiblemente, uno los de campus más biodiversos de toda Colombia. Con, aproximadamente, 14 hectáreas, cerca del 80% del mismo se encuentra cubierto por un bosque regenerado de cerca de 30 años de edad. Este bosque alberga elementos de fauna y de flora representativos de los bosques amazónicos, con especies tan relevantes como tucanes amazónicos, tigrillos, y tairas, con gran diversidad de palmas y árboles nativos. Tan sólo para citar un ejemplo, en nuestro campus se puede encontrar cerca del 25% de las especies de aves reconocidas para la biorregión amazónica de Colombia-el país más diverso en especies de aves del mundo-, y virtualmente todas las especies de las cerca de 50 especies de polillas colibríes (familia Esfingidae) registradas para toda la biorregión amazónica colombiana. Tenemos también animales como tigrillos que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia, que ayudan a regular el ecosistema. El bosque de la sede también genera conectividad con el vecino país de Brasil, en donde se encuentran aún grandes extensiones continuas de bosque amazónico. Adicional a representar un claro ejemplo de la biodiversidad amazónica, el bosque de la sede Amazonia ofrece múltiples servicios ecosistémicos tales como regulación de la temperatura de las oficinas y salones de la sede, captura y fijación de carbono, protección de fuentes de agua que pasan por el campus, y reducción del ruido – considerando que el campus se encuentra a pocos metros de la pista del aeropuerto -, entre otros.

Si se considera que el campus de la sede Amazonia se encuentra dentro de la ciudad de Leticia, estamos refiriéndonos a un bosque urbano, que representa una de las coberturas naturales más grandes de la ciudad, lo cual le confiere un valor adicional al encontrarse limitando una de las zonas de expansión que tiene la ciudad de Leticia y protegiendo el lado norte de la ciudad.

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Este bosque no existiría sin el compromiso conjunto de varias generaciones de profesores, estudiantes, administrativos y demás personas de la sede Amazonia y de la ciudad de Leticia, quienes en el trascurso de décadas han permitido la recuperación de este bosque, que en otro momento – cerca de 3 décadas atrás- era un área mucho más abierta y perturbada, dedicado a la ganadería. Es un esfuerzo de una entidad pública de contribuir a la conservación de la biodiversidad de Colombia y de los colombianos, como un patrimonio no sólo biológico, sino cultural e histórico.

Ta m b i é n e s c l a r o q u e e x i s t e n o t r a s soluciones, una directamente relacionada con incrementar la altura de la torre de control o desplazarla de su sitio actual, es decir, soluciones ingenieriles que no afecten el bosque de la sede Amazonia. Si bien esto representa un costo tangible es decir, es posible de medirlo en dinero-, la tala de un sector del bosque de la sede Amazonia tiene también un costo alto, pocas veces reconocido, y que en muchos casos no es cuantificable en dinero, pero que se relaciona no sólo con la pérdida inmediata de muchas especies de animales y plantas, es decir, pérdida de diversidad biológica, conectividad y aumento de deforestación, sino también con el detrimento del bienestar de la comunidad humana que allí estudia y trabaja, por cuanto las condiciones de estudio y trabajo se verán afectadas por cambios en la temperatura y los niveles de ruido - sólo por citar dos -, afectando a todos. El bosque de la sede Amazonia genera bienestar a los que allí desarrollamos nuestras actividades, es un motivo de orgullo para todos, y debemos propender por su conservación. Es un patrimonio ambiental, cultural e histórico, cuidado y protegido por muchos, que es en sí un legado para la ciudad de Leticia y para futuras generaciones. No podemos ni debemos tomar decisiones a la ligera considerando sólo cuestiones económicas, ni mucho menos asumir responsabilidades por equívocos, malas planeaciones y deficientes seguimientos, que deben ser solucionados sin amenazar nuestro patrimonio eco-cultural. El caso de conservación del bosque de la Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia, realizado por nuestra comunidad debe ser un ejemplo que debe replicarse para la ciudad y para el país.

Educación

La investigación como estrategia pedagógica en el proceso enseñanza-aprendizaje Por: Pablo A. Palacios Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonia

Para las personas como yo, que estamos a portas de ingresar al club de la tercera edad, y que nuestra niñez y adolescencia transcurrió en la décadas de los 60, 70 y 80 (del siglo pasado … para que no haya dudas), tuvimos la oportunidad de ser testigos de primera fila, de la revolución musical desatada por unos “mechudos”, llamados “The Beatles”; mientras nos maravillamos con el futbol magistral del rey Pelé y de la mejor selección de futbol de todos los tiempos “Brasil 70”. Siendo todavía muy niños, los movimientos de los jóvenes de entonces hablaban de paz y amor, … “de hacer el amor y no la guerra…”. En aquella época sucedió la guerra de Vietnam. Yo no entendía mucho de love and peace ni de make love no war, por razones de edad y comprensión, pues no tenía ni idea de lo que decían en una lengua que luego conocí como “inglés”.

A través de las “TIC(s)” de ese tiempo, la radio de tubos -los más modernos de pilas- tenían transistores (una innovación tecnológica de miniaturización de la época) y de un televisor, por supuesto de tubos, en blanco y negro. Vi y oí a Neil Armstrong poner su pie por primera vez en la Luna y decir su famosa frase "Un pequeño paso para el hombre, un enorme salto para la humanidad", aunque muchos todvavía especulan que todo fue un montaje de NASA y que en realidad, Armstrong y sus compañeros no estuvieron ni cerca de la Luna.

Todos estos y otros momentos que viví, me hacen recordar vivencias de mi temprana etapa escolar. De mi primera infancia evoco la primaria, la cual cursé en un pequeño colegio muy cerca de la casa materna; fui muy feliz, lo único desagradable que recuerdo fueron las madrugadas a las 6:00 am, repasando las tablas de multiplicar en un jardín frío, no se por qué mi mamá elegía ese sitio a esas horas para que yo repasara las benditas tablas, incluidas la del 12.

Cuando tuve 10 años, ingresé a otro colegio más grande de una comunidad de religiosos, los “corazonistas”. Allí viví muchas alegrías pero también muchas tristezas. La adaptación no fue fácil, tenía maestros muy adeptos a la pedagogía de la “letra con sangre entra”, en especial, aplicados a niños como yo que éramos zurdos.

Los zurdos éramos considerados maleducados y para obligarnos a escribir con la mano derecha, mis queridos “profesores” nos amarraban el brazo izquierdo en la espalda para que sólo usáramos la mano derecha para escribir. Bajo esta tortura y con otras estrategias pedagógicas como el “reglazo en la mano izquierda” amedrentaron mi espíritu con sólo oír el silbido perculiar que haciá el filo metálico de la regla. Filo que muchas veces encontró la palma de mi mano izquierda.

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Educación

Esta “pedagogía”, durante algunos años de aplicación, cumplió el fin deseado por mis profesores. No volví a escribir con mi mano izquierda, pero tampoco aprendí a escribir bien con la derecha y tuve otros problemas como “comemerne las palabraras” pero con el tiempo tambien perdí mi apodo que lleve durante años “manicagao”.

El modelo pedagógico predominante de mi época fue concebido en el marco del pensamiento filosófico de John Locke, George Berkeley y David Hume, entre otros; filósofos que nacieron y vivieron entre el siglo XVII y XVIII y que Karl Popper, filósofo del siglo XX , denominó la “teoría del cubo de la mente”, que propone que el cubo es un balde que representa la mente de un niño en edad escolar; el balde, es decir la mente infantil está vacía según este modelo y el profesor debe llenarla con conocimientos; esa mente, mediante estímulos repetitivos una y otra vez, se transforman en datos sensoriales, sensaciones o percepciones que penetran en la mente del infante para desarrollar asociaciones mecánicas del material sensorial introducido; de tal manera que de tanto repetir, la costumbre nos conduce a esperar y reconocer regularidades.

Les pongo un ejemplo: con mi “aprendizaje” de las tablas de multiplicar a las seis de la mañana en un jardín frío y húmedo, repitiendo muchas veces dos por uno dos, dos por dos cuatro, dos por tres seis, con un sonsonete propio, más parecido a una letanía, que me llevó a memorizar –aprender- las tablas de manera irreflexiva.

Nadie me preguntó jamás por qué dos por cuatro era ocho y menos por qué cuatro por dos también era ocho. Si lo hubieran hecho yo no hubiera podido responder nada al respecto. Tampoco era la preocupación de mis profesores, sólo con que supiera la letanía de las tablas sin equivocarme se me consideraba como un estudiante muy inteligente y destacado.

En algún momento quizás, o en varios, yo intenté ayudarme con mis dedos para contar cuatro veces cuatro y así saber cuanto era cuatro por cuatro, pero el material didáctico de la regla de madera con filo metálico acababa con mis 6

pequeños espasmos en mi cerebro por hacer reflexivo lo que se tenia que aprender de manera irreflexiva, mecánica e inconsciente. Posiblemente, hoy en día, centenares de niños, niñas y jóvenes de diversas instituciones educativas del Amazonas participan en un proceso de enseñanza–aprendizaje muy diferente al que yo tuve.

En primer lugar, los niños seleccionan lo que quieren aprender, ya sea “motu proprio” o por motivación de su profesor. El papel del profesor es ser un orientador, lo que yo llamo un Maestro Inspirador, quien estimula este proceso de aprendizaje reflexivo. Esta estrategia pedagógica usa a la investigación como herramienta fundamental en el proceso enseñanza- aprendizaje.

La investigación es la herramienta con la cual nuestra sociedad busca reflexiva y sistemáticamente el conocimiento a través de fenómenos que surgen como preguntas, mediante el entendimiento y la explicación de la realidad observada, empleando un sistema que usa un sustento empírico para lograr resultados, el análisis e interpretación, de aquellos generando un conocimiento nuevo.

Esto, no es nuevo para la humanidad. La evolución cultural de ser humano se ha efectuado con base en la experiencia, en el reconocimiento de problemas, o en la formulación de preguntas, o en la enunciación de supuestos llamados hipótesis que resuelvan el problema, o contesten las preguntas o confirmen las hipótesis, a través del diseño de un plan actividades preestablecido que conduce a producir unos resultados cuya interpretación genera un conocimiento empírico nuevo, argumentativo, crítico y analítico.

Con ellos quizás surjan algunos científicos de futuro, pero sin duda todos los niños de hoy, serán los ciudadanos del mañana, capaces de tomar decisiones, usando su propio criterio, basado en argumentos. Tengo la seguridad que la aplicación de la Investigación como estrategia pedagógica, implementada de manera sostenida, mostrará cambios en los ciudadanos del Amazonas del futuro y un panorama social económico y político muy diferente al que hoy en día viviremos los amazonenses.

Universidad

¿Dónde está la plata de la estampilla Universidad de la Amazonia?

Los pobres subsidiando a los ricos Yohana Pantevis Candidata a Doctor en Estudios Amazónicos Universidad Nacional de Colombia

La dificultad para acceder a la educación superior en el departamento del Amazonas es una realidad contundente. Año tras año, tenemos un número importante de jóvenes que culminan sus estudios de bachillerato, muchos de ellos llenos de expectativas por continuar sus estudios universitarios y otros por ingresar rápidamente al mercado laboral. Pero estos dos caminos no son fáciles en un departamento como el nuestro dónde existen grandes brechas en relación con el interior del país, en áreas tales como, educación, empleo, vivienda y acceso a servicios.

Las acciones o inversiones que se realizan resultan insuficientes para mejorar el acceso a la educación en todos los niveles, sin mencionar la calidad de la misma. Pero, ¿cuál es la situación de nuestro departamento? Realizando una revisión rápida de los indicadores sobre educación primaria, básica y media, se puede observar cómo el departamento del Amazonas está por debajo de todos los promedios nacionales, evidenciando esta gran brecha. Por ejemplo, una persona en la región amazónica cursa solo 4 años de escolarización, cifra que se encuentra por debajo del promedio nacional que son 7 años, según el Ministerio de Educación Nacional (2015). La brecha es aún más

grande si hacemos la comparación a nivel de profesionalización. En Colombia, el promedio de los bachilleres que logran acceder a la educación superior es solo del 10,4%, mientras que para el departamento del Amazonas es del 5% (DANE, 2015). Lo cual, quiere decir, que de los 1.799 estudiantes que culminaron sus estudios de bachillerato durante el año 2015 en el departamento, solo 89 de ellos podrán iniciar o iniciaron sus estudios universitarios.

En este contexto y, a fin de transformar esta realidad garantizando el funcionamiento de la Universidad de la Amazonia en toda la región, se aprobó la Ley 1301 del 18 de mayo de 2009, la cual tenía como objetivo la creación de la estampilla “Pro-desarrollo Universidad de la Amazonia. Departamentos de Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guainía, Guaviare y Vaupés”. El dinero recaudado se destinaría al mantenimiento y ampliación de la plata física, al establecimiento de centros de investigación y programas de pregrado y postgrado. En el Artículo 8, se especifica que los recursos “serán destinados en forma proporcional al recaudo efectuado en cada departamento a financiar inversiones en la sede o seccional de la Universidad de la respectiva entidad territorial” garantizando así la cobertura.

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Universidad

La Asamblea departamental incorporó esta Ley a través de la ordenanza No. 006 del 22 de abril de 2010, donde se estableció que el cobro de la estampilla sería del 1% en todos los contratos que realicen las entidades de orden departamental, superior a los 5 millones de pesos. Se reglamentó que el dinero recaudado se invertiría así: el 40% a mantenimiento y/o ampliación de la planta de la Sede Leticia; el 20% a compra de materiales, equipos de laboratorio y dotación de bibliotecas; el 30% a financiamiento de programas de pregrado y postgrado y el 10% a la adquisición de bibliografía y publicaciones.

A fin de responder la pregunta ¿dónde está la plata de la estampilla? Me dirigí a la Asamblea Departamental. Fue esa corporación quien autorizó en el año 2010 su creación. Entrevisté a los diputados Óscar Sánchez y Karina Bocanegra quienes llevan más años en esa corporación y me indicaron como en repetidas ocasiones habían invitado al señor Leonidas Rico, quién se desempeñaba como Rector de la Universidad de la Amazonia a rendir informe sobre la manera en que se habían invertido esos recursos en el departamento. Los diputados hicieron énfasis en que, solo en el año 2012, el Rector estuvo en esa corporación y al concluir la reunión se comprometió abrir el programa de pregrado en Derecho. Unos meses después recibieron copia del proceso que la Universidad adelantaba frente al Ministerio de Educación Nacional, pero nunca se inició el programa de derecho, ni se ofreció otro programa de pregrado.

Continuando con la búsqueda de una respuesta a la pregunta ¿dónde está la plata de la estampilla? me dirigí a la Gobernación del Amazonas y allí me informaron que esa entidad le transfiere a la Universidad de la Amazonia a razón de la estampilla “pro-desarrollo Universidad de la Amazonia” la suma de 200 a 500 millones de pesos anualmente. El valor girado varía año tras año, ya que depende de la contratación que realicen las entidades de orden departamental. Al intentar preguntar sobre si la Universidad entregaba algún tipo de informe sobre el destino o utilización de estos recursos no obtuve ninguna respuesta en la Secretaria de Educación Departamental ya que la persona encargada del área de educación 8

superior se encontraba sin contrato.

Ahora ya sabemos que la plata es enviada a la Universidad de la Amazonia pero esta no está siendo invertida en el departamento. Al parecer a los gobiernos anteriores, junto con el actual, no parece importarle mucho que esos recursos se inviertan en otros lugares y no se transformen en oportunidades de estudio para los amazonenses.

Repetitivamente escuchamos que no hay recursos para la educación superior, pero el dinero que se recauda de esta estampilla debería ser entregado a la Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonia, institución que oferta más de 48 carreras diferentes, incluido Derecho, en el departamento del Amazonas y que las ofrece ininterrumpidamente cada semestre desde el año 2008 a través del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica - PEAMA. Sin duda, los cupos son limitados y no todos los bachilleres pueden acceder a la Universidad Nacional pero desde hace un par de años es la institución que ofrece una posibilidad real para los amazonenses de acceder a la educación superior y de calidad.

Es paradójico que año tras año, la Universidad Nacional debe gestionar un convenio con la Gobernación del Amazonas para recibir la suma de 100 millones de pesos a fin de apoyar a los estudiantes de bajos recursos (principalmente indígenas) a través de ayudas para alojamiento, alimentación y transporte. Recursos que no todos los años son entregados pero que además resultan insuficientes para los cerca de 200 estudiantes del departamento del Amazonas que se encuentran estudiando en esta Universidad. Así que este es un llamado a nuestros dirigentes para que realicen las acciones necesarias para no seguir permitiendo esta fuga de capital, garantizando que ese dinero sea invertido en la formación de profesionales amazonenses, pero también es un llamado a la población en general a realizar una exigencia y seguimiento de este proceso a nuestros mandatarios. ¿Cómo es posible que el departamento de Amazonas le transfiera recursos al del Caquetá? La paradoja contemporánea se repite: los pobres subsidiando a los ricos.

Religión

Los Testigos de Jehová en la triple frontera Colombia, Perú, Brasil: una torre de Babel en el medio de la Amazonia Oceane Chapuis Estudiante de Posgrado de la Sede Amazonia

Llegan todos los domingos en los salones calurosos de Tabatinga, Leticia o Puerto Nariño, vestidos muy formales. Se sientan y sacan tabletas, Biblias y folletos del mes, después de haberse saludado entre ellos. La sesión se hace en castellano, en portugués o en tikuna, o todas tres. La gente contesta las preguntas, en el idioma que quiera; los que no son tikuna preparan un borrador antes de expresarse en esta nueva lengua. Además de ser una reunión religiosa y espiritual, esta se convierte también en una clase de lengua. Sin embargo, son Testigos de Jehová, y su propósito primero es la evangelización.

Vienen de Colombia, Brasil, España o Perú.

Fueron enviados aquí o decidieron venir porque aquí es necesario estar presente. Aquí no hay nadie experimentado, ni hay buena traducción de la Biblia para explicar a los indígenas tikuna lo que dicen los textos santos. Entonces, de casa en casa se van predicando, por las ciudades, pueblos y comunidades de la orilla del río Amazonas. Atraviesan la selva cada semana para ir a dar clase a las comunidades más alejadas que les reciben con alegría. Dejan folletos, sonrisas, números de teléfono y lo repiten desde que tengan tiempo libre, con una devolución sin falla.

Llegan con un modelo ya establecido, sabiamente elaborado en Estados Unidos desde hace más de un siglo y exportado por todas partes del mundo, literalmente. Están presentes en 240 países y territorios diferentes. Este modelo exitoso, puesto tal cual en el medio de la Amazonia podría no lograr pegarse y arraigarse. Las maneras de predicar, de actuar, de hablar, de vestir, de vivir de los Testigos que llegan desde afuera son diferentes de las de la gente local. Sin importar el calor de sus ropas elegantes, ni tampoco las incoherencias de sus materiales de predicación (página Web y folletos en tikuna) con la cultura tikuna, la Congregación prospera en la triple frontera y el número de bautizados no paran de crecer.

Su misión es llevar la buena noticia de que este mundo se va a acabar para dejar el lugar al reino de Jehová: muy pronto todo el mundo se va a enterar de eso, muy pronto vendrá este reino. Ellos son los que miran venir desde lejos el fin de mundo y lo advierten a los demás. En este sentido se llaman la Watchtower, o Atalaya, o Torre de guardia. No obstante, estando su trabajo muy en relación con la palabra en general y específicamente con la diversidad lingüística, más parecen una Torre de Babel de los tiempos modernos. En Tabatinga, la oficina de traducción, recibe Testigos de toda parte del mundo y trabaja con indígenas tikuna a fin de traducir Las Escrituras del Nuevo Mundo, y toda la documentación religiosa de los Testigos de Jehovah y para perfeccionar la predicación en las comunidades tikuna. Paralelamente a propósitos religiosos, está un verdadero proyecto lingüístico.

Bruegel, the elder. The Tower of Babel (Vienna), 1563.

Vienen a implantarse en una región en sí considerada como una selva-catedral, la cual ya está saturada con iglesias, cultos, mitos y supersticiones, con la pretensión de evangelizar nuevas personas. El pueblo tikuna está ya muy incorporado a la economía de mercado, la educación escolar y la evangelización católica o de otras sectas protestantes.

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Religión

Pero debe haber alguna razón por la que se vuelven Testigos.”Es muy agradable ir a predicar con los tikunas porque son muy receptivos” dice una predicadora brasileña. Tal vez tenga que ver con lo que Eduardo Viveiros de Castro llamaba la inconstancia del alma salvaje, es decir que serían

muy sueltos, muy dispuestos a varias conversiones, que aceptan muy bien las nuevas religiones y las añaden a sus bolsas religiosas, pero que igual como fácilmente se convierten, igual de fácil se desconvierten.

Mocoa

“La Amazonia no es para tener vacas y estar sobrepoblada”. Ideas para el debate sobre la tragedia en Mocoa Por: María Teresa Urueña.

Politóloga, estudiante de la Maestría en Estudios Amazónicos. UN-Sede Amazonia Mocoa - Putumayo

El pasado 1 de abril, Colombia amaneció con la noticia de la tragedia ocurrida en Mocoa (Putumayo) tras los desbordamientos de tres fuentes hídricas que están en la ciudad y que ocasionaron lo que los medios de comunicación denominaron: un segundo Armero o Armerito, recordando lo ocurrido en noviembre de 1985. Este nombre no es más que la evidencia de la crónica de una tragedia anunciada.

Hasta el momento mucho se ha dicho, alguna información es verídica, otra falsa y otra 10 imprecisa. La academia y Corpoamazonia

dijeron: ya lo habíamos advertido. Sin embargo, entre varias cosas que han circulado, me llamó especialmente la atención la entrevista a Luz Marina Mantilla, quien en calidad de directora representa la posición oficial del Instituto SINCHI. Con un titular bastante provocativo para el debate: “La Amazonia no es para tener vacas y estar sobrepoblada”: Instituto Sinchi, vale la pena leer con lupa su contenido.

Me gustaría poner a consideración dos elementos claves que a mi juicio son transversales en toda la -

Mocoa

entrevista, y de utilidad para problematizar los análisis que en ocasiones se resumen a una mirada en blanco y negro, en los que se buscan culpables, pero donde proponer soluciones se complejiza por las distintas aristas del escenario en juego.

El primer tema está relacionado con las causas del hecho fortuito y, el segundo con el manejo político y social de un problema socioambiental y las posibles propuestas. Sobre el primer tema, la deforestación aparece como causa principal, seguido de la degradación de las rondas hídricas y la fragmentación de los bosques. Y agrega que “A eso se le suman la ganadería, los cultivos ilícitos y la extracción selectiva de especies forestales de uso comercial”, sobre los cuales, dirá más adelante la entrevistada, se ha abusado en los últimos años. Adicional a estos, entre líneas aparece el problema de la planeación y urbanización de las ciudades, que relaciona con sobrepoblamiento; y el cambio climático.

El segundo tema en cuestión es el manejo político, social y ambiental que se ha hecho, y el problema de planeación asociado a ello. Para Mantilla “nuestro mal más grande es no entender que tenemos unos determinantes ambientales y sobre ellos tenemos que hacer la planeación. Quienes hacen la política pública no cuentan con que lo ambiental es una variable clave para la gente”. Y, por lo tanto, “Se debe orientar a los secretarios municipales y a las autoridades para que tomen las decisiones basados en las limitantes ambientales. La gente piensa que cuando hablamos de lo ambiental lo hacemos con un criterio preservacionista de no mirar y de no tocar, pero la naturaleza nos termina cobrando estas tragedias”.

Sin querer ofender, varias de sus respuestas son verdades de perogrullo sin mayor profundidad.

Ejemplo de ello es que en Colombia la planificación (de cualquier cosa), la mayoría de las veces se queda en el papel; que la deforestación es un problema serio y que lo ambiental no ha sido considerado suficientemente como se debería; sin embargo, me atrevería a decir que, por el contrario, en las últimas décadas lo ambiental ha tomado fuerza en el discurso político a diferencia de hace cincuenta años. Pasando por las obviedades, es mejor discutir los puntos problemáticos que podrían

pasar desapercibidos en la entrevista.

En mi opinión es muy difícil no creer que plantea su postura desde un criterio “preservacionista” cuando explica unas causas de manera simplista sin tratar las relaciones socioecológicas. Da la impresión que describe un escenario vacío, hasta que alerta que “la Amazonia no es para tener vacas y estar sobrepoblada”. No voy a discutir el tema ganadero, aunque posiblemente la cuestión ganadera es particularmente importante en el departamento de Caquetá, no tanto en Putumayo. En cambio, si me inquieta el tema de la sobrepoblación, porque parece que equiparara a las vacas y a la gente (y no creo que lo diga por el hecho de ser mamíferos), y en segundo lugar, me trajo a la mente la antigua discusión malthusiana, que traducida a las preocupaciones actuales equivaldría al deterioro ambiental por la presión que se ejerce sobre los recursos del bosque versus el crecimiento poblacional.

Hay que echar para atrás y recordar que en 1966, durante el Primer Congreso de Territorios Nacionales se exponía que en el 47,3% de la superficie del país solo residía un 1.3% del total de la población. Esto era visto como un desequilibrio y, por lo tanto, para el Estado era necesario aumentar la mano de obra en esas regiones a través de programas de colonización y así aprovecharlas económicamente y aumentar su potencial. Las vacas y los nuevos pobladores llegaron ahí por iniciativa o consecuencia de las acciones del mismo Estado.

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Mocoa

En proporción, el departamento del Putumayo con una extensión que representa el 2.2% del territorio nacional, concentra el 0,72% de la población total del país a 2017. Mientras que Bogotá con un área 16 veces menor que Putumayo, concentra el 16,39% de la población total del país. ¿Cuál estará sobrepoblado? ¿Se podría pensar que las demandas y la presión por los recursos del bosque que ejercen los habitantes amazónicos son iguales a las que ejercen otros que viven en zonas más densamente pobladas, y que ya han transformado lo suficiente sus propios ecosistemas?

Es por eso que me parece curioso que indirectamente se responsabilice a la colonización y la ganadería cuando existe en el territorio un fenómeno extractivo importante como el petrolero, del cual en teoría nos beneficiamos todos, y que ha reconfigurado el territorio y también ha contribuido a la deforestación, ni que decir de la degradación de fuentes hídricas y la fragmentación del bosque.

Finalmente, una de las propuestas sería “mover a la ciudadanía que está en zonas de riesgo” y pensar en asentamientos sostenibles. Esto resulta paradójico con la historia de Mocoa que según Lina María Sánchez Steiner tuvo un origen forzado (como proyecto de poblado), tan es así que, en el transcurso de 1557 a 1724 fue refundada y reubicada en cuatro lugares distintos hasta establecerse en el actual. La selección definitiva se explica, en parte, porque estar situada entre tres ríos y dos serranías ofrecía un resguardo ante posibles

ataques, una “fortaleza natural”. Esta decisión de defensa militar no anticipó las consecuencias de cambios ambientales de siglos posteriores que acaban de generar una tragedia socio-ecológica.

Por otro lado, la gente que se ha ubicado en estas zonas de riesgo son en su mayoría víctimas del conflicto armado que desde los años ochenta están huyendo de la violencia que se desató en otras partes de Putumayo, y en este momento son personas que lo han perdido todo de nuevo. Sin embargo, como diría Juan Pablo Ruíz a partir del caso de Mocoa, es necesario que haya un cambio de visión también por parte de las personas para que exijan su derecho a la vivienda en zonas seguras. Y por su parte, que el gobierno genere un desarrollo equitativo y sostenible.

Con todo lo anterior, quiero decir que existen unas condiciones sociales e históricas que al igual que lo ambiental son variables claves que no se pueden obviar. El tipo de visiones que separan lo ambiental y lo social, simplifican el territorio a un espacio sin memoria o sin historia, como si no se transformara con el transcurso del tiempo y la naturaleza en sí misma permaneciera siempre inmóvil. Si obviamos el pasado y creemos que la solución es excluir a las personas del territorio, posiblemente las presiones sobre los recursos se trasladen a otras zonas como ya está ocurriendo y nuevos Armeritos aparezcan en el mapa.

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Semillero de Investigación PICOA Por: Juan Guillermo Cadavid y Paola Saavedra Profesores Sede Amazonia

Una de las deficiencias de las universidades colombianas es lo tardío que los estudiantes se enfrentan a investigaciones en su pregrado. La mayoría de veces, el primer contacto con la investigación ocurre al final de su formación, en su tesis de pregrado, la cual algunos ni llegan a 12 realizar dadas las diferentes modalidades que

existen en las universidades para graduarse, tales como pasantías o materias de maestría.

Por ello, se fundó el semillero de investigación PICOA en la sede Amazonia, que surge de la necesidad de acercar a los estudiantes de pregrado a la investigación.

Pulsos de la Sede

Con ello tendrán la oportunidad de generar conocimiento desde y para la Amazonia. Su principio se basa en el trabajo cooperativo; sus propósitos son formativos y de proyección; se fundamenta en el reconocimiento de las dinámicas territoriales actuales y se aplican diversas metodologías de investigación.

Fundación El semillero de investigación PICOA se fundó el 13 de Mayo de 2016 en cabeza de Nohora Carvajal, Isabel Romero, Diana Saavedra, Eliana Jiménez y Juan Cadavid. Además posee una mesa directiva constituida por los coordinadores de cada línea de investigación y vocales estudiantiles. Cabe mencionar que por las condiciones del programa PEAMA de la Universidad Nacional en el que se incluye realizar movilidad cada año a una de las sedes andinas el número de estudiantes varía cada semestre; sin embargo, cuenta con un total de 60 estudiantes activos.

Líneas de Investigación En la actualidad PICOA ha generado cinco líneas de investigación; Matemáticas, Lenguaje, Química, Ciencias Sociales e Ingeniería a cargo de los docentes Juan Cadavid, Diana Saavedra, Ángela González, Liseth Escobar y Gabriel Quina, respectivamente. Otras áreas podrían ser incluidas en el futuro. El semillero también apoya algunas actividades de la sede Amazonia entre las cuales se cuentan la PUA (Proyección Universitaria Amazónica), la Feria de la Ciencia la Tecnología Amazónica, el Plan retorno y Grupos de investigación de la sede.

Juventud Amazónica Pro- Sede Adscrito al semillero está “Juventud Amazónica ProSede”, revista virtual creada en la clase de “Producción oral y escrita”, la cual tiene como objetivo primordial fomentar las habilidades escritoras de los estudiantes de pregrado, realizada por y para ellos mismos en un esfuerzo de crear identidad universitaria y amazónica.

Cartas del lector Apreciado señor Director: tengo tres opiniones sobre el último Notimani. Me gustó mucho que una estudiante de PEAMA sea participe en la revista, ya que las únicas opiniones válidas no deberían ser la de los profesores. Me pareció que sólo se mencionaron cosas que están fallando en Leticia; a mi parecer es bueno mencionar no solo las cosas malas sino también las buenas. Por último, me parece absurdo que en la ciudad de Leticia y en la Universidad, el servicio de internet sea pésimo y no cumpla con las expectativas esperadas. Un ejemplo de esto es que nos toca imprimir un comentario porque no se lo puede enviar por correo. MARÍA FERNANDA PACHECO, Primer Semestre, Trabajo Social, PEAMA El tema central de su último número sobre las bandas juveniles en Leticia, nos permite reflexionar acerca de la sociedad juvenil y su futuro. Igualmente, nos permite ver que es una ciudad fronteriza, tan alejada y descuidada en los diferentes sectores como la educación y salud y debido a su ubicación geográfica es abandonada como todas las regiones

amazónicas donde prospera la corrupción. Para finalizar, sugiero que sería interesante que publicaran algunos avances de las diferentes investigaciones de la Amazonia e historias personales de estudiantes que hayan estudiado un programa de posgrado ya que sería una manera muy útil para que estudiantes de pregrado vislumbren la forma de lograr sus aspiraciones.

JHONATAN EDUARDO ROJAS BUILES, Segundo Semestre, Ciencia Política, PEAMA. Aunque el artículo que publicaron sobre "Bandas Juveniles" es de suma importancia para la ciudad, por lo cual los felicito, recomiendo tener más cuidado con esa expresión. El concepto de Bandas tiene implicaciones más complejas en temas de seguridad ciudadana: organización, liderazgo, fines delictivos claros, jerarquías, estructura. A su vez, esas bandas pueden incorporar o no menores de edad. Quizás podrían llamarse Grupos Juveniles o de otro modo para no confundir.INTENDENTE NELSON MARINES, Jefe de Grupo de Protección de Infancia y Adolescencia, Policía Nacional.

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Obituario

Homenaje a Héctor Alimonda Falleció el 3 de mayo de 2017, un brillante intelectual latinoamericano, líder de la Ecología Política y amigo de la Sede Amazonia. A propósito de su promoción en el CPDA de la Universidade Federal de Rio de Janeiro, Germán Palacio, profesor de la Sede Amazonia, escribió una nota que aquí reproducimos.

La vida intelectual de Héctor en las últimas décadas estuvo asociada a la Ecología Política.

Desde mi punto de vista, esta línea de trabajo es, quizás, su aporte más interesante al pensamiento crítico y des-colonial de América Latina. Se trata de una contribución que invita a fusionar la ecología política y la historia ambiental, por lo que lo considero un mejoramiento cualitativo, una maduración o un salto adelante con respecto a su trabajo anterior.

Por cierto, conocí a Héctor a raíz de un evento en Panamá co-organizado conjuntamente por él, a nombre del grupo de CLACSO que lideraba en esa época y que se llamaba Ecología Política y por Guillermo Castro-Herrera, a nombre de la Ciudad del S a b e r. R e u n i e r o n u n g r u p o s e l e c t o d e latinoamericanos que contribuyeron a la producción de una primera obra colectiva de ecología política, editada por Héctor, y que se llamó Los tormentos de la materia. Más tarde La colonización de la naturaleza. Ecología política y minería en América Latina, contribuyó a construir no sólo el cuerpo de la Ecología Política latinoamericana, sino a conformar una potente red de investigadores en temas ambientales desde perspectivas políticas, siempre ampliándose a nuevos participantes y a jóvenes en trance de Maestría y Doctorado entusiasmados por esta perspectiva crítica.

La historia de Héctor tiene rasgos comunes con jóvenes intelectuales del Cono Sur y Brasil, abrumados desde los años sesentas por la cascada de golpes militares que defendían regímenes que pretendían prolongar la historia de oligarquías agroexportadoras que dominaron estos países desde el siglo XIX, y habían continuado durante el siglo XX, tendiendo a transformar estos regímenes oligárquicos en “burocrático-autoritarios”, en expresión que acuñó Guillermo O´Donell. De abuelos italianos, franceses y austríacos, migrantes al sur de la provincia de Buenos Aires, pudo 14 crecer en sus estudios de sociología,

enriquecido por los aportes de jóvenes intelectuales que se enfrentaban con la complejidad del marxismo de Gramsci. Frente a los proyectos de los regímenes burocrático-autoritarios, se trataba de recuperar las múltiples y proteicas formas de las resistencias nacionales y populares. Pasadas algunas décadas, hay que reconocer una penosa simetría con aquella época en los conflictos entre el macro desarrollismo extractivista y la diversidad bio-cultural de nuestros países.

En sus intentos de cualificarse en estudios de posgrado en esa época de destinos comunes sin fronteras, Héctor fue desarrollando el núcleo supranacional de sus intereses intelectuales, que desbordaban a la Argentina, lo acercaban a Brasil y lo irían convirtiendo en latinoamericano.

Efectivamente, viajó de Argentina a Chile para realizar estudios en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, justo antes del golpe militar de 1973 contra Salvador Allende. Esta situación le haría regresar a su tierra argentina donde hubiera podido permanecer, si no fuera por el golpe militar tres años después, lo que le hizo preferible refugiarse en Brasil, con apoyo de FLACSO. Esta situación le permitió enrolarse en la Universidade de Sao Paulo, USP, doctorándose en Ciencia Política. Su tesis analizó comparativamente la economía política del Estado oligárquico argentino y brasileño desde fines del siglo XIX y la década parteaguas de 1930. Propongo que estas experiencias que oscilaron entre Argentina, Chile y Brasil, configuraron el núcleo de su interés y capacidad de análisis que desbordaron a su Argentina natal y lo convirtieron poco a poco en un latinoamericanista. Ese camino hacia el desarrollo de ideas que tejen la imaginación de una comunidad más amplia hace comprensible que, en algún momento de trabajo académico, haya dedicado tiempo a publicar una pequeña biografía del peruano José Carlos Mariátegui, emblema intelectual de un

Obituario

marxismo adecuado a nuestras realidades. En adelante, no sólo el grupo de Trabajo de Clacso de Ecología Política fue latinoamericanista, sino que Héctor aprovechó estadías académicas y realizó visitas que se reflejan en sus escritos en Ecuador, Guatemala, Colombia y Panamá, entre otros.

Recientemente, al tiempo que presta atención a los desarrollos de las vicisitudes del crecimiento de Brasil, ha refortalecido los vínculos académicos que lo conectan a su tierra natal, Argentina.

En su búsqueda de Independencia económica, cultural, política e intelectual, siempre malograda o insuficientemente lograda frente al dominio imperial, movimientos intelectuales y artísticos en Latinoamérica han tratado de recuperar sus raíces, a veces en su pasado preibérico, sobre todo cuando los rizomas indígenas son todavía muy fuertes. Otros latinoamericanos no pueden acudir a ellas tan fácil porque su historia de larga duración ha transformado potente, pasional y visceralmente pueblos y cordilleras, genes y plantas, animales y espíritus, climas equinocciales, tropicales y templados. La idea de hacer parte de un mundo específico, Latinoamérica, como una versión cultural, tiene que incorporar y transitar por sus climas y biodiversidad, por lo que ella es reconstruida no de una manera distanciada, en una cierta versión de la ciencia, ni reconstruida como un asunto de control tecnológico, sino acompañada y fusionada en su cultu-(natu)raleza. Héctor Alimonda ha ayudado a dar carácter a esta renovada búsqueda, emparentándose con el proyecto Modernidad/Colonialidad, como partícipe de su desarrollo en las ideas de Aníbal Quijano, Arturo Escobar y otros. Desde otra óptica, Héctor ha contribuido haciendo énfasis en la necesidad de incorporar la historia ambiental a este esfuerzo en el cual nos ha invitado a muchos. Se trata de un nuevo intento de forjar una renovada identidad latinoamericana. Allí, Héctor y yo nos hemos acercado, disolviendo distancias generacionales.

Una conclusión radical derivada de la crítica al reciente neo-extractivismo sería la siguiente: la naturaleza Latinoamérica sigue siendo percibida como una naturaleza a dominar y explotar, a menos que logremos reconstruir y dar nuevo sentido a nuestras relaciones con las redes de la vida que nos sostienen.

El aporte de Héctor a la construcción de redes de pensamiento latinoamericano cobra

mayor importancia en su carrera académica, como orientador y entusiasta animador de hombres y mujeres jóvenes embebidos en la necesidad de forjar una nueva referencia regional latinoamericana que desborda las identidades nacionales, recuperando su historia ambiental y su análisis eco-político. Esas redes, de manera inadvertida, ayudan a gestar amores, cuando latinoamericanos, hombres y mujeres se enrolan en programas que ofrecen otros países. México y Argentina han sido frecuentemente países de referencia para latinoamericanos. Brasil, más recientemente, ha tenido un fuerte magnetismo para que otros latinoamericanos vayan a estudiar en sus programas de post-grado. Por ello, también debería decirse que Héctor no simplemente ha trabajado y dedicado su tiempo con “alma, vida y sombrero”, como diría un famoso joropo, al CPDA, sino más allá, que Héctor ha formado escuela de pensamiento eco-político desde Río de Janeiro. No siempre uno se da cuenta, por lo que no sobra que alguien se lo diga.

Novedades literarias

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Turismo

Implicaciones del turismo en el ordenamiento territorial en la Amazonia Por: Germán Ignacio Ochoa Profesor Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonia

Análisis recientes demuestran dos situaciones: el control del turismo en la Amazonia está en manos de empresas urbanas, con un importante papel de las corporaciones transnacionales, las cuales también han generado algunos efectos positivos en la mejora del servicio.

En segundo lugar, el turismo ha inducido importantes modificaciones en el territorio. Esta situación se ejemplifica con dos experiencias recientes: la Concesión Amacayacu y la certificación de Puerto Nariño.

El año 2004 marcó el inició el turismo de masas con la entrada de Hoteles Decameron a Leticia cuando recibió el antiguo Parador Tikuna y la Isla de los Micos. En 2005 recibió la concesión del ecoturismo en el Parque Amacayacu en asocio con Aviatur. Para el año 2005 se había consolidado un proceso de coordinación entre los funcionarios de Parques y las comunidades que había dado como resultado la construcción de un lenguaje común. Con la Concesión Amacayacu la región ganó visibilidad internacional, se mejoró la infraestructura del Parque y se incrementó el número de turistas. No obstante las diferentes concepciones del territorio entre empresa privada y poblaciones indígenas derivaron en importantes conflictos. La terminación de la Concesión en 2011 tuvo varias incidencias importantes, y salvo haber motivado a que los funcionarios e indígenas busquen un modelo menos pesado y más democrático para el ecoturismo, fue una experiencia negativa tanto para ellos como para el Estado colombiano.

Por su parte, la certificación de Puerto Nariño como destino turístico sostenible, ha traído beneficios como la provisión de agua y energía eléctrica las 24 horas del día, la construcción o renovación de hoteles y el surgimiento de famiempresas. No obstante hay factores estructurales de la cadena de valor que ponen en entredicho si los beneficios de la certificación son suficientes. Las relaciones de poder siendo

desiguales, y salvo un par de excepciones, los agentes externos son quienes controlan la cadena, diseñan, comercializan el producto.

Un balance de las dos experiencias muestra que la imposición de prioridades nacionales, buscando satisfacer exigencias internacionales, como el caso de Puerto Nariño, o esperando mejorar la rentabilidad de los Parques, como en el Amacayacu, no siempre trae los beneficios esperados para las poblaciones locales o puede deteriorar las relaciones entre los agentes en los destinos.

Mientras el turismo se promueve como alternativa de desarrollo y el incremento de turistas motiva el aumento de negocios asociados a la cadena de valor, en la región siguen mal atendidas las necesidades básicas de saneamiento, educación, salud, comunicación ¿Cuál desarrollo?

A pesar de este panorama, se debe explorar la idea de generar una visión del territorio, que comprenda su uso más su conservación. Bien manejado y con mayor liderazgo del sector público, el turismo puede ser una alternativa más sostenible frente a otros sectores extractivos.