CATELLUS 2016, No. 17

Page 1

FAMILIA & MISERICORDIA NOVICIADO INTERNACIONAL SAN LUIS BERTRÁN



PRIOR PROVINCIAL Fr. Said León A., O.P. MAESTRO de NOVICIOS Fr. Duberney Rodas G., O.P. SOCIO del MAESTRO y DIRECTOR de REVISTA Fr. Juan Pablo Romero C., O.P. DIRECCIÓN GRÁFICA Studio R CORRECCIÓN Fr. Duberney Rodas G., O.P. Fr. Juan Pablo Romero C., O.P. ITEDRIS S.A. IMPRENTA ITEDRIS S.A.

Revista Anual - Noviciado Internacional San Luis Bertrán de Colombia

EQUIPO EDITORIAL Noviciado Internacional San Luis Bertrán

ISSN: 1794-1741

1


NOVICIADO INTERNACIONAL

Provincia San Luis Bertrรกn Colombia

2

Vice Provincia Santa Catalina de Siena Ecuador


n ó i c c odu

Gra das s o R ney ovicio uber N Fr. D stro de Mae

Intr p.6

jales

n ó i c a ent

tidas p.10é Freire Bas

P

s Fr. Jo dor a Ecu

ya O Ama l n ó e L cia aid ovin Fr. S Vice Pr Prior

Presp.8

OP

p.1Ri6vera

P

stib

oO lanc

p.30

Ca r win a D Fr. mbia Colo

ma ny To n h o Fr. J dor Ecua

p.4u0ga OP r

erd do on V Ecua

eiss Fr. J

P

O rez

3

p.2

lór s So i u L Fr. dor a Ecu

amí no R

za

3

p.5

ray r Ga

e Barr

ma Fr. O dor Ecua

p.46OP

onyl Fr. R

hez Sánc

oza Sorn cuador E

2 p.6rez OP

n rso efe Fr. J lombia Co

tiér

Gu

3


m PRESENTACIÓN MISERICORDIA y ENCUENTRO Fr. Duberney Rodas Grajales, O.P. Maestro de Novicios

La experiencia del noviciado de este año 2106 ha estado enmarcado por la oportunidad de poder disfrutar de dos hechos extraordinarios en nuestra vida de fe; el año santo de la Misericordia y el año Jubilar de la confirmación de la Orden de Predicadores en su fundamental tarea al servicio de la Iglesia y la humanidad. Dos acontecimientos que se viven perfectamente en el anuncio íntegro del Evangelio que se nos ha transmitido. Este anuncio requiere la disposición del Predicador para acompañar a toda persona y mostrarle que el Espíritu del Señor sigue actuando en cada ser humano. En el contexto del año de la misericordia, el 19 de marzo, el Santo Padre Francisco dirige a toda la Iglesia la exhortación apostólica postsinodal “Amoris Laetitia” la cual tiene entre sus objetivos “orientar a todos para ser signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo” (Amoris Laetitia n.2) Reflejo de esta esperanza que estamos llamados a comunicar, se presenta en los artículos que componen este número de “Catellus”, en donde se puede percibir el valor que tiene la familia en el formación de los valores que sostienen la vida social y suscitan la entrega de un joven en la vida consagrada. Sus escritos revelan a la familia como escuela para aprender la misericordia y el perdón, a la vez que resalta la capacidad para acompañar a sus miembros para asumir los elementos necesarios que garantizan la realización personal y social.

4


miseRI CORDIA y encuentro Por otra parte en las Actas del Capítulo General de la Orden celebrado en Bolonia, se nos advierte que: El futuro se nos presenta con muchos desafíos y tareas. Sin embargo, la Orden renueva su confianza en Dios y su esperanza en el compromiso de los hermanos, especialmente de los más jóvenes, porque somos conscientes de que tenemos una gran historia que contar y un gran futuro que construir. Por eso, en este Jubileo nos sentimos nuevamente enviados a alabar, bendecir y predicar. (ACG, Bolonia, 2016, n. 84)

Desde esta orientación nos da mucha alegría compartir las reflexiones de nuestros frailes novicios sobre la identidad del Predicador llamado a vivir su afectividad en la reciprocidad del don recibido por Dios, un llamado a pasar por la experiencia del abandono en la confianza de que la Trinidad nos conduce a vivir en libertad la misericordia de la Verdad, descubriendo el papel fundamental que nuestro servicio comunitario ofrece a la Iglesia, al presentar a Cristo como luz para el mundo. Las reflexiones de nuestros jóvenes hermanos, fruto del encuentro consigo, con los hermanos y con Dios, nos llenan de esperanza para continuar extendiendo por el mundo la Palabra y el estilo de vida ideado por nuestro Padre Domingo. Encomendamos a Dios y a la especial protección de la Bienaventurada virgen María la obra comenzada en 1216 y esperamos que con este aporte evangelizador nuestros lectores puedan alimentar su propia fe y renovar su entrega al Señor.

5


EDITORIAL UN PROYECTO DE DIOS Fr. Said León Amaya, O.P. Prior Provincial,

Provincia San Luis Bertrán de Colombia

Cada año tenemos la alegría de presentar la Revista Catellus, espacio importante de predicación y de reflexión de los frailes novicios dominicos. En esta ocasión se reflexionará sobre el papel de la Familia en la sociedad y en la vida consagrada a partir de la Exhortación apostólica “Amoris Laetitia” en el contexto de los ochocientos años de la Orden de Predicadores. El Papa Francisco nos ha venido insistiendo sobre la importancia de la familia en la sociedad y en la misión que tiene en el mundo actual. Los fundamentos los encontramos en la Revelación de Dios al ser humano. La Biblia nos ha revelado que Dios nos ha creado con amor y por amor. Para comunicar este don crea al hombre y a la mujer. Este fue su proyecto, su plan, la familia nació de su corazón creador, del poder de su Palabra divina, da vida a Adán y a Eva, los bendice para que continúen su obra creadora. La familia es un proyecto de Dios, no es un invento humano. Podríamos preguntarnos ¿por qué es importante la familia? porque sólo de allí brota y se manifiesta el amor de Dios. El alma humana esta hecha de amor y necesita esta gracia para poder vivir. El ser humano necesita amor, ser amado y amar. Sólo la podrá recibir a través de un hogar, de una familia de un matrimonio. Este proyecto divino es atacado

6


PROYECTO UN PROYECTO

DIOS

de

por corrientes malignas que están atacando a Dios Creador, es un plan de la oscuridad acabar con este proyecto, ¿cuál es el objetivo de atacar la familia? Destruir el amor, acabar con la estabilidad del ser humano y hacerlo infeliz. La Orden de Predicadores que tiene la misión de predicar la verdad, promueve y defiende el plan de Dios desde la creación del mundo. Como Predicadores estamos llamados a defender la vida, defender el matrimonio de hombre y mujer. La Biblia comienza en Génesis con el matrimonio de un hombre y una mujer y termina en el libro de Apocalipsis con una boda, con el matrimonio de Cristo y su Novia, la Iglesia. Esto no lo podrá cambiar nadie, por mas que se quiera acomodar a los deseos de este mundo y a las ideas de los que se creen mas inteligentes que Dios. Se quiere imponer modelos que son contrarios a la misma naturaleza. Las leyes humanas y el pensamiento del hombre fuera del amor de Dios caerá en el abismo de la soberbia y de la destrucción. Hay derecho de esperar mucho de la Orden de Predicadores, y desde la reflexión de los frailes se espera que la luz del Evangelio siga brillando con todo su esplendor.

7


La

Familia y la

iseri Mcordia Fr. Jose Manuel Freire Bastidas O.P.

8


INTRODUCCIÓN Todas las actividades humanas se desarrollan dentro de la esfera de lo social, por tanto se afirma que el núcleo familiar es indispensable para el desarrollo del hombre, porque es allí donde se forja el carácter y la personalidad de cada individuo. La familia es la primera realidad de una persona, ya que desde el momento de la concepción del niño, éste se encuentra íntimamente unido física y espiritualmente a su madre, ahí es donde encuentra los primeros vínculos de amor. Sin embargo, ampliamente la familia puede experimentar muchas situaciones críticas que ponen en entre dicho la concepción misma, como escuela de valores fundamentada y vivificada en el amor. Conscientes en nuestra misión evangélica, como predicadores de la Palabra de Dios y de los medios que ésta labor exige, en el presente artículo se desea compartir de forma sencilla un mensaje a la familia, a la luz de lo expuesto por la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia del Papa Francisco, para lo cual se va a presentar el concepto de familia en este documento.

9


LA FAMILIA EN LA Sin embargo, ¿cómo entender este “peso de violencia”, circunstancia ACTUALIDAD que sucedió en el principio y se repite en la actualidad? las familias “La Biblia está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares” (Francisco, 2016, p. 9), ciertamente, la realidad familiar toca directamente a la fe cristiana; el libro en el que se sostiene la doctrina católica no se aleja de esta esencia ya que, “desde la primera página, entra en escena la familia de Adán y Eva con su peso de violencia pero también con la fuerza de la vida que continúa (cf. Gn 4), hasta la última página donde aparecen las bodas de la Esposa y del Cordero (cf. Ap 21,2.9)”.Es por esto que la familia como núcleo, o mejor, célula fundamental, participa de la unidad de Dios, unidad que se ve reflejada posteriormente en el pueblo de Israel.

10

se encuentran desorientadas, confundidas, llenas de mentira y hasta de venganza. Ante esto, cabría preguntarnos, ¿sobre qué base se están apoyando las familias contemporáneas?; y nos vendría bien tomar el pasaje evangélico de Mt 7,24, donde nos habla de dos casas que son construidas. Una de ellas está puesta sobre la arena, no tiene una base sólida y cuando llegan los fuertes vientos se desploma; esto nos hace pensar en las familias actuales, cuyas columnas no están bien construidas, y por tanto ante la primera dificultad sobreviene el pánico, el miedo, la incertidumbre y el querer dejar todo en el olvido. Ante esta realidad que nos toca, también recibimos una mirada más esperanzadora en torno a la concepción de una familia. Jesús nos habla de una casa construida en la roca, que tiene buenos cimientos y buenas columnas, y que a pesar de los fuertes vientos no se derrumba. Esta enseñanza nos invita a revisar la vida familiar, para que se construyan buenos cimientos y unas columnas que sean capaces de soportar las tribulaciones que se presentan. La familia, a pesar de las dificultades esta llamada a vivir en amor es decir “realizar aquel designio primordial que Cristo mismo evoca con intensidad”: « Se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne » (Mt 19,5; Gn 2, 24). Así pues, la familia es importante en la vida de la sociedad, ya que


así como « Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó » (Gen.1, 27), desea para nosotros la plenitud. Por tanto, “... Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo” (Juan Pablo II, 1979, pf. 6). Por otro lado, esa plenitud no es algo que quede lejos del alcance del ser humano, sino que es real y verdadero; encontramos el ejemplo de esto en la familia de Nazaret, porque con su cotidianidad de cansancios y hasta de pesadillas, como cuando tuvo que sufrir la incomprensible violencia de Herodes, nos muestra el camino que se debe seguir, un camino de perfección, de una entrega por entero a Dios. Este modelo de familia nos lleva a repensar nuestros hogares y por tanto, a ser conscientes del llamado que hemos recibido como creyentes, en el único pastor, Jesucristo.

Jesús nos habla de una casa construida en la roca... revisar la vida familiar, para que se construyan buenos cimientos y columnas, capaces de soportar las tribulaciones que se presentan.

pueden darse por la falta de recursos económicos, o por el enfriamiento del amor en cada uno de sus miembros. Así mismo, en la familia encontramos uno de los problemas que afecta también a la sociedad actual, como lo es el egoísmo que conduce a la separación de la familia, y se debe en gran parte por que sus miembros no están encaminados con y hacia Dios.

Vemos que dentro de muchos hogares ya no se da primacía al “ser familia”, se consideran perdidos, y con ellos toda la sociedad. Ciertamente el hecho de la familia pierde su sentido primero de la creación de Dios Padre, que no es para un ser individualista, sino para LA ENSEÑANZA que hombre y mujer se unan DE NAZARET por amor, para que puedan apreciar las enseñanzas de la Los problemas por los que Familia de Nazaret, las cuales atraviesa la familia de hoy están centradas en la libertad, en día son muchos que la unidad y la paz.

“Lección de vida doméstica. Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo fundamental e insuperable de su sociología” (Francisco, 2016, p.56).

En los hogares actuales, existe también el sentimiento de cansancio ante las dificultades que los aquejan; es verdad que los problemas no se pueden extinguir de un día para otro, y se deben sobrellevar todos los obstáculos, a través del dialogo con los integrantes, acercándonos en amor y libertad, acompañando en la soledad y en las alegrías, en la maduración personal y cristiana. Es por esto que la familia tiene un valor muy grande, pues es en ella donde se funda la unidad, donde se

11


... muchas familias están a la deriva sin una dirección clara... se enfrentan a los fracasos y las desilusiones... crece como persona. Es gracias a la educación que allí se recibe, que ante los avatares que expone la sociedad no se ven violentados sus integrantes. Así pues, la educación en la familia, debe tener como base central el amor, que es la fuente de toda la realidad cristiana. Por otro lado, muchas familias están a la deriva sin una dirección clara, se encuentran confundidas, incluso podríamos decir sin un rumbo fijo, y se enfrentan a los fracasos y las desilusiones. Por ello se debe reforzar el mandamiento del amor, para que reine en cada uno de los hogares. Debemos incentivar una postura de cariño, donde caminemos con Jesús, que nos ofrece su misericordia, para que él sane las cicatrices que a veces surgen en el marco de la familia. Así pues, debemos invitar a la confianza en las familias, para que en cualquier momento de la vida puedan sentirse reconfortados por el abrazo de su hermano, de su padre, de su hijo; esta realidad toca nuestras vidas, y por tanto nos invita a

12

brindar protección, respeto y el calor necesario, para que de esta manera se fortalezcan los lazos de la unidad. Por otro lado, la familia es el plan de Dios, donde se hace presente su voluntad, en ellas reina la felicidad a pesar de las dificultades, la oración los sostiene y al hacerse parte de la Iglesia, son también familia de Cristo, “mi madre y mis hermanos” (cf. Lc 8,21). Esta es la tarea de los cristianos, alcanzar la realización personal en la vocación del matrimonio. Esta es la enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo, vivir en armonía y amor con Dios, “El que ama es capaz de decir palabras de aliento, que re- confortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan” (Francisco, 2016, p. 81).

La familia necesita pensar su sentido original, volver a las raíces de su vocación, que no es otra cosa, que el amor. Por esto Francisco (2016) nos dice: “Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo” (p.12)

CONCLUSIÓN La familia tiene un valor importante en la sociedad ya que le da sentido; y lo hace por medio de su testimonio, que está cargado de amor y misericordia. Dios es para con nosotros misericordioso y a pesar de las grandes dificultades Él está a nuestro lado y siempre nos ilumina el camino que hemos de seguir. En este camino que emprende el matrimonio, Jesús invita a vivir en el amor, pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, para que nos ilumine y nos llene de fortaleza, de unidad y paz.

Debido a estos problemas en los que se encuentra sumergida la familia y de los que parece no querer salir, la unión del matrimonio se ha visto envuelta en una confusión, es por esto que se halla mediada por lo repentino, lo fugaz, donde lo más importante pasa a no serlo. Así mismo, en el marco del año


del Jubileo de la misericordia, se nos recuerda la importancia de la familia, pues es en el hogar donde se cultivan los valores a los hijos, el futuro de nuestra sociedad, y es responsabilidad la formación en el amor y por tanto en la misericordia. Por tanto, la familia es templo de la misericordia y es lo que la Orden de Predicadores en múltiples escenarios ha querido evidenciar, se nos invita a impartir el amor a los hijos para que sientan ese cálido amor de familia en sus corazones y en sus vidas, siempre reconociendo a Dios Padre como el autor de la vida. Así pues, “Que te penetren en tu mente estas palabras que yo te he dicho hoy. Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado.” (Dt 6, 6-7).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Papa Francisco. (2016). Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Roma: Tipografía Vaticana. Papa Juan Pablo II. (28 de enero de 1979). Homilia Puebla de los Ángeles. Recuperado el 8 de agosto de 2016, de http://bit.ly/2fa2Wdr

13


Escu e del Una

P erdรณ Fr. Johnny Oscar Tomala Rivera O.P.

14


ela

ón

INTRODUCCIÓN La misericordia es el contenido de preferencia en la Iglesia, la cual en cabeza del Papa Francisco ha buscado generar distintas iniciativas para motivar su reflexión. Por otra parte, de manera reciente el Papa emitió la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia acerca de la familia, a partir del sínodo de los obispos realizado entre el 5 y 19 de octubre del 2014 en el Vaticano. Es por esto que a partir de las enseñanzas del Santo Padre, en el presente artículo se busca comprender en primera instancia el significado de la misericordia y su importancia en la familia, para lo cual se va a desarrollar el concepto de misericordia que este ostenta, y en segunda instancia mostrar la importancia que tiene la práctica de la misericordia en el núcleo familiar, con respecto a la consolidación de la vida cristiana como escuela de perdón, teniendo como base lo planteado por el Papa en los libros “El nombre de Dios es misericordia” y la Exhortación antes mencionada.

15


EL ROSTRO llamado, es decir la salvación. logre comprender que las malas MISERICORDIOSO DE Ciertamente el núcleo familiar acciones tienen consecuencias. DIOS EN LA FAMILIA necesita un discernimiento en Así mismo, invita a los padres En un entorno en que debe afrontar tantos desafíos, la familia se ve afectada por la carencia de aspectos que han ido desapareciendo, y que antes se consideraban necesarios. Tales aspectos hacen eco en un desinterés por la sociedad, entre ellos se encuentra la crisis de valores, la desconfianza, la impaciencia, la intransigencia, la falta de perdón. Muchas veces dentro del hogar hace falta un acompañamiento que sea verdaderamente cristiano. Por otro lado, se denota cómo la familia ha ido perdiendo su sentido original y por tanto ha olvidado la misericordia, caminando en tinieblas y olvidando su sentido original o perdiendo el propósito al que Jesucristo nos ha

16

a educar a sus hijos desde la libertad personal, que consiste “en desarrollar esos principios interiores estables que mueven a obrar espontáneamente el bien”. Esta es una realización personal que se ve reflejada en nuestras acciones, que como se nos dice “actúe según una Ante la realidad familiar la elección consiente y libre, Iglesia Católica ha querido es decir, movido e inducido pronunciarse para mostrar personalmente desde dentro” las causas existenciales que (Francisco, 2016, p.208,209). provocan la desintegración de la familia, al mismo tiempo, la Por otro lado, es necesario Iglesia en cabeza del Sumo que en algún momento el niño Pontífice, propone una solución o adolescente reconozca con a estos problemas, partiendo gratitud que esta manera de desde la raíz. El Papa presenta educar ayuda al crecimiento el icono de la familia, haciendo personal. La familia se un llamado a cada hogar, en convierte en escuela y por especial a los padres, para tanto, sus integrantes deben que en la tarea que Dios les ha estar conducidos por el encomendado sensibilicen al mandamiento principal, es niño o al adolescente para que decir, el amor; ya que si éste el que encuentre realmente su primer llamado: ser escuela de perdón. Pero antes de continuar, detengámonos en la enseñanza que el Papa Francisco (2016) en torno al concepto de misericordia en la familia.


llegase a faltar, la vida en el núcleo familiar se ve violentada por las realidades socioculturales que la amenazan constantemente.

(…) la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio Ante lo anterior, con la afirmación de que la familia es escuela, para saber quiénes son sus encontramos uno de los rasgos que el papa Francisco recalca en verdaderos hijos” (Francisco, este año jubilar, como lo es la misericordia. Cabría preguntarnos, 2016, p. 247). ¿Qué es la misericordia?, y por tanto ¿Cómo puede la familia configurarse en modelo de misericordia? Por consiguiente, la misericordia de Dios debe ser vivida y Ciertamente, la misericordia se puede entender desde diferentes ejercitada mediante la práctica perspectivas, sin embargo quisiera recalcar la definición que se nos de sus virtudes para que de ofrece: “La misericordia es una virtud que anima a compadecer las esta manera se pueda mostrar miserias ajenas y a tratar de aliviarlas debidamente” (Ezquerra, el rostro de Dios a través de 1996). Así pues, esta virtud nos invita a nosotros como hijos de las acciones; así pues debemos Dios a ser conscientes de las necesidades del otro y por tanto de preguntarnos ¿Cómo la familia logra hacer vivo el don de la acompañarle en su crecimiento espiritual. misericordia?

...la familia ha ido perdiendo su sentido original y por tanto ha olvidado la misericordia, caminando en tinieblas y olvidando su sentido original o perdiendo el propósito al que Jesucristo nos ha llamado...

Por otro lado, el Papa nos dice, “la Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona” (Francisco, 2016, p. 246), estas palabras, nos vienen muy bien, ya que la familia está llamada a ser ese corazón palpitante, que penetra hasta el fondo del sentido humano. Así, la familia, y por lo tanto, todos sus miembros están “llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia” (Francisco, 2016, p. 247). El Papa recalca “a todos puede llegar el bálsamo de la misericordia como signo del reino de Dios que esta ya presente en medio de nosotros.

UN DOBLE MOVIMIENTO DE LA MISERICORDIA En referencia con la pregunta anterior, recordamos el llamado que se nos hace a todos los cristianos, que consiste en ser el rostro de la misericordia de Dios, de la misma manera que Cristo fue y es el rostro de la

17


misericordia del Padre; es decir, saber comprender y ayudar al hermano que sufre en este valle de lágrimas donde la familia se convierte en escuela de perdón, reconciliación y paz, donde los esposos, los hijos y padres, valoran la plenitud del don que significa el ser familia. La reconstrucción de los valores cristianos en la familia empieza en primer lugar por el diálogo sincero y la escucha, esto consiste en reconocer y aceptar que hay problemas que causan división en el hogar, y una vez reconocidos y aceptados debemos cerrar nuestros ojos y mirar hacia dentro para ver qué podemos en la cotidianidad mejorar, para que el amor de la familia no se vea violentado. A continuación presentaré dos de los problemas que afectan el entorno familiar. Por un lado, la resistencia al cambio, en el

18

sentido de que, descubriendo la falencia, no se busque la solución, sino que, por el contrario se lo ignore y se siga viviendo en lo mismo, esto evitaría dar paso a cosas nuevas, tal vez por falta de experiencia y maduración en una relación. Esta clase de problemas, se ven reflejados en los esposos o en las parejas a muy temprana edad, aunque no se limita únicamente a ellos. Por otro lado, se denota en la familia la relajación en la educación cristiana de los hijos, y este es otro problema que provoca que los hijos crezcan con este vacío, que será fatal en un futuro, porque puede ser el causante de violencia, división familiar, rivalidades, desigualdades y venganza, precisamente porque los valores cristianos están haciendo falta, por esto debemos fomentarlos mediante la practica dentro del hogar. Así pues se denota que la familia se encuentra debilitada y sucumbe ante cualquier dificultad. De esta manera cabría preguntarnos ¿todavía queda esperanza? La práctica de la misericordia dentro de la familia es un hecho que debe tener relevancia; la familia que es escuela de perdón se hace también el medio por el cual alcanzar la felicidad. Dios mismo invita a las familias a la unión, a la perseverancia, es sin duda la razón de ser de la sociedad. Ser escuela de perdón es mucho más que saber perdonar, es vivir en unión con el Dios del amor, que sostiene todas las cosas. Por tanto, la invitación a la familia es a continuar en la labor de ser escuela de perdón, con el fin de hacerse rostro vivo de la misericordia, donde sobreabunde el amor y la unidad. Esto es en definitiva la consolidación de una “Schola Cristi”. La vida del

...la familia que es escuela de perdón se hace también el medio por el cual alcanzar la felicidad...


cristiano se ve mediada por su entorno familiar; puesto que es allí donde se encuentra la base de los valores cristianos. Sin embargo, la misericordia en la familia se ha visto violentada y se le ha convertido como en un viejo objeto, que antes funcionó pero que hoy en día resulta obsoleto. La falta de comunicación, la situación económica, la ausencia muchas veces de los padres, los medios de comunicación, la violencia intrafamiliar, una sociedad que se mueve a un ritmo, muchas veces sin sentido; esto y muchas otras cosas están dejando a la familia olvidada, está produciendo en sus miembros un adormecimiento, y han llegado incluso a la negación. Este último, la negación o mejor un desinterés por la situación, es el que gobierna todas las situaciones familiares. Es por esto que muchas veces, aun sabiendo los conflictos o realidades de una familia, lo único que aparece es el silencio, esa postura que degrada toda relación humana, porque no hay búsqueda ni de justicia, ni de

paz, ni mucho menos de unidad. Así pues, estos problemas necesitan enfrentarse, tocar la realidad precedente y de este modo como cristianos, consolidar a nuestras familias como escuelas, pero no de engaño, es decir escuelas que traten a sus alumnos como otros del montón, sino como seres humanos. Es por esto que resulta preciso pensar en la familia como una “misericordiada que es fuente de misericordia”.

las tormentas porque quiere sanar los corazones heridos que aún no han cicatrizado, y solo permitiéndole la apertura de nuestra puerta, de nuestro corazón, Él hará maravillas en cada una de nuestras familias, Él suscita las luces que se necesitan para dar solución a cualquier problema que esté atravesando la vocación de la familia. Es en Dios donde encontramos el valor y la fortaleza para sobrellevar los problemas y si por circunstancias de la vida piensan que todo está perdido, que es tarde para remediarlo, debemos recordar que el Señor también pasó por muchas confrontaciones y sólo el amor pudo mantenerlo en pie, no tenemos que rendirnos, sólo debemos confiar en Dios, ponernos en las manos misericordiosas de un Padre que quiere lo mejor para nosotros, que somos sus hijos, debemos permitir que Él invada el corazón de nuestros hogares y así lograremos ver los frutos.

Una reflexión que nos vendría bien es la del pasaje bíblico del apocalipsis “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”(Ap. 3,20). Primero aterricemos este pasaje bíblico en torno a la familia, encontramos inmerso en el texto, la invitación de un Dios que está a la puerta, que quiere entrar en cada familia rebosante de misericordia y amor para inundar a todos, y es por eso que sale al encuentro y llama a la puerta para hacerse el centro de cada hogar; cuando Dios forma parte del hogar, allí hay paz y Así pues, la familia es alegría, es decir que Dios calma misericordiada por Dios aquel

19


que toca la puerta, y tiene la tarea de ofrecer también misericordia; es un doble movimiento en el que se encuentra Dios, nosotros y el mundo.

CONCLUSIÓN En este año en el que se unen dos celebraciones como los son el año jubilar de la misericordia y también el de la orden de predicadores, se ha hablado bastante del papel de la familia en torno a la realización de la misericordia. Ciertamente cada hogar está llamado a reafirmar su compromiso de conversión como aspiración a la santificación de la familia cristiana. Sabemos que ninguna familia es perfecta, pero es conveniente enfrentar toda dificultad con disponibilidad a tener el corazón abierto, para que Dios tome posesión de nuestra vida.

egoísmo, el desacuerdo, las tensiones y los conflictos, que en algunos casos nos pueden llevar a la violencia, debemos orar, cultivar más el amor y la misericordia, lo cual sólo es posible si se tiene a Dios como el centro del hogar. Para que esto sea una realidad se nos demanda a cada uno de sus miembros una pronta y generosa dosis de comprensión, tolerancia y perdón, que permitan un espíritu de paz y reconciliación. Por tanto, la misericordia a la que estamos llamados, como Hijos de Dios, nos lleva por un camino de salvación y por tanto de perdón; por esto los hijos deben buscar siempre el perdón, la reconciliación del prójimo cuando se haya ofendido a los demás.

Estos retos, que presenta el mundo actual en torno a la familia, nos llevan a pensar Ahora, no olvidemos que cuánto amor debe abundar en fortalecidos en Jesucristo, el nuestros corazones; ya que sólo

el amor puede combatir cada uno de estos desafíos, porque cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, se podrá por gracia divina amar a los demás, y entonces, seremos capaces de perdonar sinceramente. Sin embargo, esto no se podría lograr sin un dialogo sincero, cargado de confianza mutua y con la disposición de escuchar al otro; esta manera de pensar permite que se viva con paciencia y esperanza la armonía familiar. Por tanto, los padres deben preocuparse de la educación de sus hijos, preparándolos para enfrentar los riesgos que les propone el mundo contemporáneo, una educación que parte desde la corrección, y el diálogo, para de esta manera ir fortaleciendo las debilidades en fortalezas. Es por esto que la familia es escuela y por tanto, templo de la misericordia.

REFERENCIAS BIBLIOGÁFICAS Ezquerra, M. A. (1996). Diccionario manual ilustrado de la lengua española. Barcelona: Biblograf. Francisco, S. (2016). Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia. Roma: Tipografía Vaticana.

20


Ser

Iglesia

iva V

Fray Luis Solorzano O.P.

n รณ i c a c o ...con v

o i r a t i n u m o c o l a

21


INTRODUCCIÓN anuncio del Evangelio, mediante el nacimiento de una vocación El Catecismo de la Iglesia Católica para adultos (1992) citando a Santo Tomás de Aquino dice: Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros (...) Es, pues, necesario creer (...) que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza (...) Así, el bien de Cristo es comunicado (...) a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia. (n. 947).

La vida de la Iglesia comienza con el encargo de Jesus a Pedro, “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt. 16, 18). Quienes formamos el cuerpo místico de la Iglesia también somos parte de la misión a la cual está encaminada por mandato de Cristo, es así que la Iglesia no es sólo el edificio que vemos, por el contrario, es el lugar donde somos congregados para hacernos uno solo con el Creador, mediante la práctica de los Sacramentos y la vivencia de lo común. Es por esta razón que en el presente escrito se planteará, de qué manera la Iglesia vive en comunión con los suyos, reflejando en cada uno de ellos su aporte en la misión del

22

como principio de la realización personal y búsqueda de la felicidad. Pero también tendremos en cuenta la manera en que el desarrollo de esta Vocación se ve afectada por la aparición del individualismo en la vida del hombre.

COMUNIDAD ES MISERICORDIA Debemos tener en cuenta que la Iglesia vive un misterio de comunión donde se hace presente la unión que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es así como la Iglesia, siguiendo las enseñanzas de Cristo, segunda persona de la santísima Trinidad, se ha mantenido en una comunión estable y armónica con todos sus miembros. “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (cf. Jn. 17, 21).

Quienes formamos el cuerpo místico de la Iglesia también somos parte de la misión a la cual está encaminada...

Sabiendo que esta comunión que se vive en la Iglesia es el reflejo del Amor Trinitario, podemos decir que al ser miembros de ella somos participes de los bienes con los que cuenta: materiales y espirituales, los cuáles haremos ahora explícitos.

IGLESIA, ¿CAJA FUERTE DE TESOROS DE VALOR INCALCULABLE? Es cierto que los bienes que poseemos nos brindan alegría y satisfacción. En ocasiones la búsqueda de poseerlos lleva al hombre a ambicionar más de lo que no tiene, a estos esfuerzos que se logra tener, los llamamos bienes materiales, que son alcanzados con sacrificios y horas de trabajo. El auto o el televisor son artículos que ayudan a crear el confort necesario a los miembros del núcleo familiar. Pensando siempre en los que luego llegarán, el esfuerzo


se incrementa al manifestar, de esta manera, el interés y preocupación por el otro. En los términos mencionados anteriormente la Iglesia ha conservado a lo largo de su historia majestuosos tesoros que en sí forman el grupo de los bienes terrenales, tangibles. Como los templos que se levantan a lo largo y ancho de todo el mundo, el arte plasmado en las imágenes religiosas que ayudan a fomentar la fe en los pueblos, y muchos otros objetos de arte sacro en los cuales se reflejan la sabiduría de Dios manifestada a los hombres. Dentro de este marco, los bienes materiales que posee la Iglesia forman parte del fondo común del cual gozan todos quienes la integran. “vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Co 12, 27). En efecto, al formar parte de ella, se alimenta el fondo común y se hace de manera en que todo lo pongo a disposición y al servicio de Cristo, que se refleja en los demás miembros del cuerpo. Estos bienes dan paso a la comunión fraterna, distintivo del cristiano: “un solo corazón y una sola alma” (Hch 4, 32).

hacemos nuestros y cercanos, el vivir esta plenitud nos adhiere mucho más a quien nos llama, y nos permite sentirnos juntos. Las enseñanzas de los apóstoles que “Vivían en comunidad y lo tenían todo en común” (Hch 2, 42) es el ejemplo para quienes ponen al servicio de todos, los bienes que poseen.

Depositar todos estos bienes a los pies de la comunidad,es un tesoro incalculable, ya que permite a la comunidad entera y cada miembro a dejarse El disfrutar de estos bienes conducir y permitir que su materiales no sólo se da cuando voz sea una sola, formando participamos y admiramos estas parte de una sola familia que obras del arte, sino que va vive, comparte y da de lo mucho más allá, se los disfruta suyo a todos equitativamente, en su plenitud cuando los enfocándose en el bienestar de

cada miembro, ayudando de esta manera a la construcción de una sociedad unida y comprometida que busca los caminos que conducen a la formación de hombres comprometidos a vivir unánimes en el amor.

¿REALMENTE, QUÉ ESCONDE LA IGLESIA DENTRO DE SÍ? En varios momentos de la historia, Dios se ha manifestado de muchas maneras, revelándose así como “misterio de amor del Dios vivo” (Francisco, 2015), mostrándole al hombre su cercanía y su presencia en el actuar de cada uno. Esta es

23


la comunión de la que goza la Iglesia Católica y de ella se desprenden los diversos sacramentos que ayudan al hombre a tener una experiencia cercana con Dios, es así que dentro de la vida sacramental de la Iglesia está principalmente la Eucaristía, sacramento con el cual nos unimos a Cristo inmolado por nuestra salvación. Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos; los Sacramentos son la fuerza de Cristo, Él está presente en los Sacramentos. Cuando celebramos la Misa, Jesús está vivo en la Eucaristía, nos reúne, nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre. Cada uno de nosotros, de hecho, mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, se incorpora a Cristo y se une a toda la comunidad de los creyentes. (Francisco, 2013). La Eucaristía como centro y pilar fundamental de la Iglesia congrega a todos sus miembros en una sola suplica elevada al Padre por medio de su Hijo,

24

convirtiéndose así en el motor que anima y hace avanzar a la Iglesia en su misión diaria y perenne hacia el encuentro con Dios Padre de Misericordia. (CEC, 1992).

posee una gracia santificante, que santifica la estructura física de la Iglesia y componen así el tesoro incalculable de ella. La práctica de estos es donde podemos decir que el cielo se une con la tierra para cantar Mediante la Participación en los al Dios hacedor de maravillas, sacramentos, nos beneficiamos los sacramento son los bienes de los bienes espirituales de la espirituales de la comunidad Iglesia, ahora preguntémonos eclesial. ¿Qué queda de la Iglesia sin los Sacramentos? Pues sólo CONFRONTACIÓN y nos quedaría una estructura sin sentido. Si bien, por un lado, REALIZACIÓN es la Iglesia que “hace” los sacramentos, por otro, son los Ahora bien veamos como el sacramentos que “hacen” la nacimiento de una vocación Iglesia, la edifican, generando motiva al hombre a la búsqueda nuevos hijos, agregándolos de la deseada realización al pueblo santo de Dios, personal. consolidando su membresía. (Francisco, 2013). Quizás desde pequeños nos preguntaban en la escuela o ¿De qué nos sirve tener un cofre en el Jardín que queríamos sin el tesoro dentro? Valorar ser de “grandes” y nuestra nuestra vida sacramental es respuesta seguramente difiere tener la confianza de acercarse de lo que somos hoy. Y eso al Dios vivo, que llama y acoge se da porque nuestros sueños al hombre para crear comunión de formar un hogar, ser y hacerle partícipe de su obra doctor, o tal vez ingeniero van salvífica. Es de esta manera que desapareciendo con la medida cada uno de los sacramentos en que comprendemos el plan


En algunos países existe una de Dios en nuestras Vidas (…) “Justos y verdaderos tus caminos, ¡oh fuerte tendencia a tener un solo Rey de las Siglos!” (Ap 15, 3), y en el descubrimiento de nuestra hijo, con lo cual la experiencia verdadera Vocación, es necesaria la confrontación para responder de ser hermano comienza a ser a las inquietudes que seguramente nos surgen en esos instantes, poco común. Cuando no se haya las más comunes seguramente serán o han sido: ¿qué quiero ser?, podido tener más de un hijo, ¿a dónde voy? Estas dan apertura a la búsqueda de un ideal o habrá que encontrar las maneras una opción de vida, formando así nuevas ilusiones que ayudan de que el niño no crezca solo o a que nos preparemos para un reconocimiento personal, en el aislado (Francisco, 2016). cual podremos descubrir las cualidades con las que contamos, animándonos a continuar con la tarea de saber por cuál de todas De esta manera nos podemos las opciones que se nos presentan inclinarnos. dar cuenta como la base del La decisión es dura y complicada pues implica desprendimiento nacimiento de la Vocación es de muchas situaciones que pueden en algún momento quebrantar la Familia, ya que es la pionera o hacer dudar de la decisión que se ha tomado. Jesús confronta en enseñanzas, “claro está al interesado y en medio de ésta, guía sus pasos para que pueda que nunca será perfecta, sino encontrarse consigo mismo y pueda darse generosamente a la siempre será imperfecta y en medio de ésta habrá momentos causa de su Evangelio. fuertes de crecimiento mutuo, como también existirán momentos de fuertes conflictos, de decepciones e incluso de infidelidades”. (Kearns, 2011, págs. 35-36). Enfoquémonos en el ambiente de la convivencia diaria en la vida Consagrada, la comunidad es algo que caracteriza a esta forma de Pues bien, dentro del descubrimiento de nuestra verdadera Vocación vida, la iglesia acogen su existe aquella que podríamos llamar “sin sueldo”, la vocación a la regazo a muchos institutos Vida consagrada, también se puede llamar extraordinaria, y pocos de vida consagrada, quienes la llamada son los arriesgados que como Samuel dicen: “¡Aquí estoy!” (cf. escuchando hecha por Jesús, deciden 1 S 3, 4) pero para seguir este camino que nos presenta Jesús, debemos aprender a vivir en comunidad y fraternidad, esto implica ser mensajeros del Amor, dejarse seducir por sus palabras y emprender el camino de la consagrando sus vidas al búsqueda y el compromiso como lo manifiesta el Papa Francisco: servicio del pueblo de Dios, creando así la comunión de la Crecer entre hermanos brinda la hermosa experiencia de cuidarnos, de que habla Jesús, siendo parte ayudar y de ser ayudados. Por eso, «la fraternidad en la familia resplandece de una misión común.

...seguir este camino que nos presenta Jesús... implica dejarse seducir por sus palabras...

de modo especial cuando vemos el cuidado, la paciencia, el afecto con los cuales se rodea al hermanito o a la hermanita más débiles, enfermos, o con discapacidad». Hay que reconocer que «tener un hermano, una hermana que te quiere, es una experiencia fuerte, impagable, insustituible», pero hay que enseñar con paciencia a los hijos a tratarse como hermanos. Ese aprendizaje, a veces costoso, es una verdadera escuela de sociabilidad.

Pero cuando se descuida el objetivo principal que sería el servicio y la vivencia común “porque Él vino a servir y no a ser servido” (Mt 20,28), es donde

25


comienza a enraizarse en la vida de la persona el individualismo, que afectará mucho su proyecto de realización, y de igual manera dificultará el proceso de los demás. El individualismo se origina muchas veces por el apego a los bienes materiales, por tanto en el camino de la Vida Consagrada es importante el desprendimiento de las cosas que pueden ocasionar el fracaso en esta opción de vida, lo que hay que tener claro es que los bienes son de gran importancia para el hombre, siempre y cuando no los vea como posesión netamente suya, sino de un todo comunitario. El desprendimiento es muy importante y por ello hacemos énfasis, abandonar el YO para pasar a ser el NOSOTROS. Según la regla de San Agustín, (citado por Boff, 1992): “La propiedad común une, la privada divide” (p.58), de esta manera es como encontraremos el significado y la importancia de la entrega

26

desinteresada a causa del Reino de Cristo; en la vivencia de las primeras comunidades se reflejaba el amor, la unión y el interés de seguir creciendo equitativamente en la vida misionera de cada uno.

material, convirtiendo así a esta opción de vida en una “tienda de barrio”, donde se entra y se toma lo que se quiere, pasando por encima de la comunidad, buscando intereses y queriendo instrumentalizar a los otros para que se acoplen a nuestros ¿Qué ocasiona el individualismo caprichos, envolviéndonos en la en un contexto comunitario? sábana de la soledad. Fácilmente la respuesta a esta pregunta podría ser el deceso Es por esta razón que para evitar de la vocación del individuo, la presencia del individualismo pero no es así, éste afecta, sin en nuestras comunidades duda, no sólo al individuo sino debemos fomentar espacios también a la comunidad en en los que se incrementen los sus experiencias de consenso, encuentros comunitarios, siendo unión, caridad, entre otras. comunidades acogedoras, misericordiosas y ante todo Ahora veamos las consecuencias reflejo de conversión continua, del individualismo: discordias, que manifiesten al mundo que desacuerdos, enfrentamientos vivir en comunidad es posible, que hacen que la comunidad “Dios puso a esas personas en se comience a desorientar de su mi vida para ayudarme a llegar ruta y a su vez vaya perdiendo a una mayor fidelidad en mi cada vez a sus miembros. consagración” (Kearns, 2011, La falta a los encuentros al p. 39), si se pone a Cristo como compartir fraterno va creando cima de todo. un ambiente poco satisfactorio en el entorno comunitario, y En este año de gracia en que muchas veces tienen su sentido celebramos los 800 años de


la Orden de Predicadores, se nos ha pedido recordar que somos “enviados a predicar el Evangelio.” Nuestro Jubileo nos invita a volver a los orígenes de la Orden para recordar el momento fundacional, en el que santo Domingo envió a nuestros primeros hermanos fuera de su casa, de su familia, de su nación, para que descubrieran el gozo y la libertad de la itinerancia. (ACG Trogir, 2013).

de sus bienes benefician a todos sus miembros, y de esta manera aporta al cumplimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia.

“Un solo corazón y una sola alma” (Hch 4,32). Esta es una Doble gracia sentimos al celebrar el Año Jubilar de la Misericordia, invitación que como Católicos y en medio de este acontecimiento de los 800 años se nos muestra estamos llamados a atenderla a Domingo que queriendo servir a Dios, presente en su pueblo y haciendola viva, comenzando animado por el Espíritu Santo aporta su vida para la continuidad en nuestras familias, como de la misión de la Iglesia, es por esto que a lo largo de este tiempo nos exhorta el Santo Padre la Orden ha conservado el ideal de su Fundador en una comunión Francisco, buscando y viviendo autentica con la iglesia viviendo en Fraternidad y que se hace la Misericordia de Dios presente predicación viva en el rostro de cada fraile, hermana, o laico de la en la vida de cada ser humano. gran familia Dominicana extendida por el mundo entero. Así, la Orden de Predicadores, en este año de celebración CONCLUSIÓN jubilar, predica al mundo la comunión que mantiene con la Ciertamente el hombre no se ha hecho para vivir solo; ya que Iglesia, es por esto que la gran siempre necesita alguien a su lado que lo ayude y con quien pueda familia Dominicana es enviada, no simplemente como un hecho compartir lo poco o mucho que posea. casual, sino con el objetivo Estamos llamados a vivir unánimes, dando paso a una comunión de de construir comunidades al la que gozan todos quienes integran la Iglesia, lugar donde se une lo servicio del pueblo de Dios, humano y lo divino, testimoniando así el Amor Trinitario presente en convirtiéndo este objetivo en ella. Gracias a este amor el nacimiento de vocaciones comunitarias una de las mayores riquezas florece, arriesgándose a descubrir un ideal de vida, decidiéndose que aún conserva desde su a formar parte de comunidades consagradas que en el compartir fundación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ACG Trogir. (2013). Recuperado el 22 de 09 de 2016, de Actas Capítulo General Trogir: http://bit. ly/2fafnGa Boff, C. (1992). El camino de la comunión de bienes. Bogota : Paulinas.

Papa Francisco. (2015). La Santa Sede. Recuperado el 23 de julio de 2016, de Angelus: http://bit.ly/2eG66CT

CEC. (992). Catecismo de la Iglesia Católica. Recuperado el 13 de agosto de 2016, de http://bit.ly/2faLqFP

Papa Francisco. (2016). Amoris Laetitia. Recuperado el 22 de Agosto de 2016, de vatican.va: http://bit. ly/1SiMsau

Papa Francisco. (2013). Aciprensa. Recuperado el 22 de agosto de 2016, de aciprensa.com: http://bit.ly/2epT0vi

Kearns, L. (2011). Teología de la vida consagrada. Brasil: Editora Santuário.

27


El

Encuen de la erdad V el encuentro del A mor 28


ntro dy r

INTRODUCCIÓN Al celebrar en este año el Jubileo de la Orden de Predicadores con motivo de cumplirse 800 años desde su fundación, experimentamos una gran alegría y un profundo sentido de gratitud por todo lo que esto significa y que por tanto nos invita a redescubrirnos y apropiarnos con un renovado impulso de lo que es propio de nosotros y que es don de Dios en la Orden de Predicadores. En esto encontramos nuestra vocación, que es la vocación a la vida religiosa como frailes predicadores. La vida religiosa dominicana está enmarcada dentro de ese primer llamado del Señor que es quien llama, y en segundo lugar, a vivir ese llamado en un estilo de vida que se encuentra dentro de una grande y profunda tradición que caracteriza el ser dominicano. En ésta se halla de manera especial la vida de Santo Domingo, tal como lo describen sus primeros biógrafos, como Constantino de Orvieto: “Todos los hombres cabían en el ancho regazo de su caridad, y como a todos amaba, de todos era querido. Hacía suyo el gozar con los alegres y llorar con los afligidos…” (Gelabert O.P. & Milagro O.P., 1966, p. 373), una persona profundamente compasiva, sensible que lloraba exclamando: ¿Qué será de los pobres pecadores?.

29


Esto representa ciertamente LA AFECTIVIDAD un interesante perfil de EN LA VIDA RELIGIOSA afectividad. El presente artículo DOMINICANA busca indagar acerca de la articulación de la afectividad en La Constitución Fundamental la vida religiosa dominicana. de la Orden nos estipula: “… De acuerdo con lo anterior nuestros frailes, de acuerdo se realizará una exploración con el propósito del fundador, acerca del concepto de compórtense en todas partes afectividad que se ha vinculado virtuosamente y religiosamente normalmente con el estudio de como quienes desean conseguir la psicología, relacionado con su propia salvación y la del “…la manifestación fenoménica prójimo…”, y también: “Para que se da en los instintos, que, mediante el seguimiento de emociones y los sentimientos, Cristo, nos perfeccionemos en el impulsos, pasiones…” (Sierra, amor de Dios y del prójimo...”, Constitución 2009, p.57) y no tanto con un (LCO, 2010, Fundamental, §II y §III), se tratamiento de su esencia. observa de esta manera la Para ello se busca identificar fundamentación de uno de los la concepción ontológica pilares: la Vida Común basada del personalista Dietrich Von en el amor de Dios y del Hildebrand y la concepción prójimo, y lo correspondiente antropológica de Leonardo a un testimonio virtuoso para la Polo que permitan hallar salvación de las almas. algunos factores afines a la vida religiosa dominicana, teniendo Por otra parte en el libro de como base el Libro de las Constituciones y Ordenaciones, Constituciones y Ordenaciones respecto los criterios para donde se define su espíritu de la la formación de los frailes menciona: Orden.

30

Para promover la formación religiosa deben integrarse y promoverse la cualidades naturales que contribuyen sobremanera a la madurez humana, como son la estabilidad de ánimo, y la capacidad de tomar decisiones ponderadas y de asumir las propias responsabilidades. (LCO, 2010, Capítulo X, n.216).

En relación con el tema, Fray Timothy Radcliffe, ex Maestro de la Orden de Predicadores señala en el libro “El Manantial de la Esperanza”: “Actualmente los formadores religiosos de todo el mundo están comenzando a afrontar la cuestión de la “afectividad”… ¿Cómo podemos formar a los que vienen a la Orden para que puedan amar recta y plenamente, como religiosos castos?” (Radcliffe O.P., 1998, p. 192). Por lo tanto la afectividad, es un tema apremiante de estudio y reflexión en la vida religiosa dominicana, para lo cual se desarrolla a continuación, bajo las perspectivas indicadas.


APROXIMACIÓN ONTÓLOGICA A LA AFECTIVIDAD De acuerdo con la tradición filosófica, la persona en su esencia se ha estructurado en las categorías de inteligencia y voluntad, tal como lo concebía Aristóteles. Posteriormente, Santo Tomás de Aquino reconoce la existencia de una parte aprehensiva correspondiente a las pasiones de la esfera racional con lo que se tiene la afectividad, de esta manera se empieza a definir la persona por la triada de inteligencia, voluntad y afectividad que atraviesa toda la actuación de la persona (Sierra, 2009). Dietrich Von Hildebrand, filósofo y teólogo católico alemán de las corrientes del personalismo y de la fenomenología, fue un estudioso de la esfera afectiva en el ser humano. Su aporte se centra sobre el reconocimiento del corazón como el núcleo de la persona a partir de ciertas consideraciones, sobre algunas de las cuales se van a plantear algunos factores concernientes a la vida religiosa dominicana. Los aspectos principales a tratar de los planteamientos de Hildebrand para la identificación de dichos factores, giran en torno a los siguientes puntos: el significado de la afectividad, el concepto de corazón y su equilibrio con las partes constitutivas de la persona, el significado del amor y de la libertad y el significado de la alegría o felicidad. Se presenta a continuación el desarrollo de los puntos indicados: 1. El significado de la afectividad Hildebrand advierte que la persona tiene que incluir una comprensión del fenómeno sentir y una escala de valoración de éste, donde la afectividad “… es justamente hacerse cargo de lo sentido…” (Sierra, 2009, p.108), y sin detrimento del intelecto y la voluntad, el autor afirma: “la verdadera riqueza y plenitud de una persona se encuentra en su esfera afectiva” (Sierra, 2009, p.136). 2. El concepto de corazón y su equilibrio con las partes constitutivas de la persona En el segundo aspecto, Hildebrand plantea que el corazón es el centro y eje conductor de la esfera afectiva, el cual tiene un papel primordial en la constitución de la persona, así lo presenta en su obra “El Corazón: Un análisis de la afectividad humana y divina”: Es en la esfera afectiva, en el corazón, donde se almacenan los tesoros de la vida más individual de la persona; es en el corazón donde encontramos el secreto de una persona y es aquí donde se pronuncia su palabra más íntima. (Hildebrand, 1996, p.118, citado por Sierra 2009, p.136).

Sierra, 2009

Sierra señala en este sentido que no en vano la Sagrada Escritura dice: “De la abundancia del corazón habla la lengua” (Lc 6,45). Hildebrand recalca la importancia del corazón como núcleo de la afectividad dentro de la triada constitutiva del hombre, junto con la inteligencia y voluntad, triada en la cual debe existir una cooperación armónica y recíproca (Sierra, 2009). Cuando se pierde el equilibrio Sierra (2009) presenta lo indicado por Hildebrand como una “Tiranía del corazón”, con cuatro posibles situaciones en el caso en que impere el corazón sobre la inteligencia y la voluntad. La primera de ellas es una actuación benevolente inapropiada hacia el otro, o lo que es conocido como alcahuetería, esto se ocasiona por el egoismo y por la ignorancia; la segunda situación se da cuando se prefiere a unos sobre otros, y por tanto se va en contra de la justicia. La tercera circunstancia es cuando

31


no se quiere buscar lo grande o lo sublime, tendiendo a lo superficial y la cuarta situación es cuando se cae en el deseo de ser amado excesivamente, que lleva a una hipersensibilidad y un egocentrismo que cierra a la persona.

mismo y exista una interacción verdadera con el otro.

Otro aspecto llamativo señalado por Sierra (2009), es el equilibro de las partes constitutivas de la persona, de acuerdo con Hildebrand, la captación gozosa de la Se observa de esta manera que verdad por medio del corazón, todas las cuatro situaciones no jamás va a ser superada por la son compatibles con la vida aprehensión de la verdad por religiosa dominicana, y existe parte de la sola razón, lo cual entonces el riesgo de caaer se puede asociar a la búsqueda en la “Tiranía del corazón”; de la verdad, propia del carisma respecto la alcahuetería exige dominicano. el ser oportunos y asertivos en la corrección fraterna tan 3. El significado del amor necesaria en la comunidad. y la libertad Respecto a las preferencias, En cuanto al significado del hay un llamado a la justicia, amor, tal como lo señala Sierra y en no hacer diferencias en (2009), Hildebrand afirma el trato con los demás, sin que el amor no tiene límites que esto se entienda como el de temporalidad, y que la negar las amistades que son inteligencia tiene un deber de tan indispensables. En cuanto contribuir a hallar las razones a la superficialidad, el llamado que permitan sostener o dominicano es a la búsqueda de mantener el amor y así mismo la Verdad y respecto al deseo la voluntad tiene naturalmente de ser amado excesivamente el deber de querer el amor. Por es una invitación a buscar un tal razón, en la vida religiosa equilibrio en la fratenidad en dominicana debe haber una que se evite toda reserva de sí interpelación cada día por el

32

primer amor, un preguntarse el porqué del amor a la vocación y la inquietud de cómo mantenerse en ese amor. Según Hildebrand “el amor surge como una respuesta afectiva al valor, no como un acto libre de la voluntad” (Sierra, 2009, p.151), puesto que existe una relación bastante estrecha entre el significado del amor y la realidad afectiva de una persona, por lo que es indispensable considerar este aspecto en el sentido de que aún cuando normalmente se considera el amor como un acto de voluntad, el amor es una respuesta que surge de la identidad personal. Así, la libertad se define en el sentido de una respuesta afectiva a un valor o un antivalor, según lo indicado por Sierra (2009) de acuerdo con Hildebrand, pero también existe un margen en el cual la persona tiene la opción de actuar por su propia voluntad con el fin de aprehender algún valor. Así la persona mediante el ejercicio


de su libertad que se compone de su respuesta afectiva en algunas circunstancias, y de su actuar por la voluntad en otras, es la manera como la persona puede ser persona, y manifiesta su propio ser, algo completamente necesario en un un proyecto de vida religiosa dominicana. 4. El significado de la alegría o felicidad La felicidad correspondiente a una acción con valor moral es un añadido según Hildebrand (Sierra, 2009), por lo tanto si se quiere buscar la felicidad en sí misma, y aquello que la sustenta es desatendido, lo cual es el objeto o valor moral, se puede correr el riesgo de caer en un “eudemonismo”. Cuando se procede en esta manera, aunque se puede experimentar cierta felicidad, esta va a ser “hueca” y no auténtica. Recordando lo consginado en la Constitución Fundamental, el carisma dominicano consiste en el seguimiento de Jesucristo para la salvación de las almas, siendo esto el objeto o acción moral; entonces la felicidad llega como un añadido y por lo tanto no debe desdibujarse como algo a lo que se llega directamente.

APROXIMACIÓN ANTROPOLÓGICA A LA AFECTIVIDAD

una condición inapropiada de la persona, y es en cierta forma la tendencia de la sociedad actual. De acuerdo con Polo, el ser humano se encuentra en una era de automatismos dada por el progreso técnico y científico, hecho que ha reducido la necesidad de la inteligencia o de la voluntad, y en cambio requiere de una alta carga afectiva (Sierra, 2009). En este sentido Polo (2012), afirma: “Cuando se intenta vivir desde la afectividad y ocurre de

...el amor es una respuesta que surge de la identidad personal.

Una vez realizada una aproximación a una visión de la afectividad según el pensamiento del filósofo Dietrich Von Hildebrand y su aplicación en la vida religiosa dominicana, se presenta en este capítulo la visión, aportes y pensamiento del filósofo español Leonardo Polo, y en adición a lo aportado en esto en el capítulo anterior, se buscará dar un aporte desde el autor indicado. Se presenta en la siguiente cita una introducción al pensamiento de Leonardo Polo, tal como lo presenta en su libro “El Presente y el Futuro del Hombre”: inmediato que la afectividad se retrae al chocar con la rigidez …¿Qué responde en mí a la realidad, si ya la voluntad no me sirve para nada y de la realidad, el resultado es la el pensamiento es una mera formalidad casualmente acertante que ha pasado desorganización” (Sierra 2009, a instalarse en automatismos externos a mí y nada más? Pues no me quedan pp.168, 169). más que mis afectos. Sin embargo, vivir a base de afectos, de mis sentimientos, de agrados, de desagrados, buscando tal tipo de placer, huyendo de tal tipo de dolor, es encontrarse con una dotación muy precaria… (Polo, 2012, citado por Sierra, 2009, p.165).

Con el fin de dar respuesta a la problemática presentada, se desarrollarán algunos aspectos de afectividad según Polo, en Lo anterior corresponde a un desequilibrio en el ser de la persona el siguiente orden: La relación definido por inteligencia, voluntad y afectividad, tal como se indicó entre la libertad y la afectividad, en el anterior apartado, donde impera la afectividad siendo esto los sentimientos y el amor.

33


1. La relación entre la libertad y la afectividad De acuerdo con Sierra (2009), Polo indica que la afectividad es la potencialidad de ser afectado y abarca toda la persona con su condición física y espiritual, la cual está irrevocablemente presente en la actuación de la persona como un condicionante. De esta manera, la persona en su actuación libre no puede desvincularse de su susceptibilidad de ser afectado, la cual también influye en su actuar, por lo que se trata de una libertad limitada, pues existe una serie de factores que van desde lo biológico hasta las características muy personales como de comportamiento y disposición espiritual, así como la historia personal que finalmente intervienen en la forma como una persona interactúa con su entorno. Fray Timothy lo recalca de la siguiente manera: Comenzamos desde lo que somos y quienes somos. Cuando tomamos el hábito, traemos a la Orden a esta persona concreta, que es el fruto de una historia, y trae consigo sus heridas. Esta es la persona que llamó el Señor; no un ser humano ideal. (Radclyffe O.P., 1998, p.198).

Este enfoque de libertad en la vida religiosa se puede apreciar a través de la vivencia de la fraternidad, la cual es el resultado de las interacciones, y está directamente relacionada con la disposición de cada uno. Al tomar consciencia de esto, se hace necesario un conocimiento profundo de sí mismo lo cual ayudará a tener un mejor entendimiento de la libertad en el contexto comunitario. Según Polo, el conocimiento de sí mismo consiste en: “…el hábito de la sabiduría el que permite a cada quien conocerse desde dentro” (Sierra, 2009, p.175), y este conocer “…equivale en este contexto a ir entrando en posesión del futuro… sin perder la totalidad de conocimiento…” (Sierra, 2009, p.175). Por otra parte la búsqueda de la verdad, donde la persona se identifica a sí misma, se denomina como libertad nativa según Polo (Preguntas

34

polianas, 2016). Es decir mediante el conocimiento propio, se puede hacer un mejor uso de la libertad personal, y esto puede ser visto también como la capacidad de entrar a poseer el futuro pues con este entendimiento se puede tener una disposición que permite anticipar de mejor manera la forma de responder al medio. Al respecto de esto Fray Timothy Radclyffe dice: “Mientras no miremos cara a cara honradamente nuestros deseos y aprendamos a deear honestamente, estaremos sujetos a control y seremos sus prisioneros” (Radclyffe O.P., 1998, p.199). 2. Los sentimientos Según Sierra (2009), Polo define los sentimientos de la siguiente manera: un sentimiento que lleva a una acción, se vuelve un hábito, el cual complementa y a la vez perfecciona la esfera intelectiva y volitiva de la persona, pero


es finalmente la inteligencia la causa final de la actuación, de lo contrario se puede incurrir en un sentimentalismo. De esta manera lo presenta Juan Fernando Sellés:

bien, ¿se puede conseguir <<estar bien>>, <<sentirse bien>> siempre? Obviamente no, porque la armonía de todas nuestras facultades no está asegurada…” (pp.275, 276).

Esta misma situación Polo la denomina como frenesí y es cuando la afectividad quiere sobrepasar sus propios límites, y recurre a recursos externos, tal como lo hace la técnica actual para incrementar su capacidad, y así lograr satisfacer una necesidad de bienestar a costa de lo que sea. Frente a esto, la búsqueda del equilibrio, propio Una de las maneras por tanto de la vida dominicana, también de contrarrestar la hegemonía es necesario en la afectividad, de los sentimientos es mediante tal como lo indica Sellés (2006): el conocimiento de sí mismo “un sentimiento moderado como se señalaba en el punto revela amor profundo, en tanto anterior. En la vida religiosa se que, si es excesivo, indica falta experimenta el deseo supremo de sensatez” (p.275). de sentirse bien, consigo mismo 3. La afectividad y el amor y con los demás, al respecto de esto, Sellés (2006) plantea: Uno de los ejes transversales “¿Y el que quiere <<sentirse de la afectividad vista desde bien>> enteramente, es decir, Leonardo Polo consiste en el en todas sus capacidades o descubrimiento de reconocerse potencias, y siempre? ... Ahora como hijo de unos padres de Si el motivo del obrar se cifrara siempre en si se encuentra agrado o no, se subjetivaría la actuación humana, pues se tendería a medir lo real según el estado en que uno se encuentre corporalmente, más que según cómo uno es y cómo es la realidad. (Sellés, 2006, p.275)

“la afectividad de cada persona es el retumbar en todo su ser de la relación con Dios”

quienes se ha heredado todo su componente biológico, y en el descubrimiento de sí mismo, conocimiento que es inagotable, le lleva a comprender que es hijo de alguien superior, como una creación única y singular, comprendida en su cabalidad solamente por quien la creó. Por tal motivo Polo dice que el acto de creación es un acto de puro conocimiento, y mediante este se revela a cada persona. Esta fundamentación de un Padre Divino Creador, le confiere una dimensión inquietante a la afectividad: “la afectividad de cada persona es el retumbar en todo su ser de la relación con Dios” (Sierra, 2009, p.185). Partiendo de esta filiación divina, como algo que se ha recibido gratuitamente, se llegan a las categorías del dar y el recibir. Si el ser personal es la forma más alta de ser, el dar y el recibir, y este último, no entendido como suceso pasivo, sino como un aceptar consciente y activo, se convierten en la modalidad más alta de la actuación humana: el amar donal… (Sierra, 2009, p.185)

El amor en la concepción de Polo es dar y recibir, y don. El ex maestro de la Orden Timothy Radclyffe muestra en parte esta concepción del amor cuando afirma: “Progresar en un amor como el de Cristo requiere su tiempo, y este tiempo nos es dado. Es un don y Dios siempre

Sierra, 2009

35


da sus dones a través del tiempo” (Radclyffe O.P., 1998). Por lo tanto el amor en la vida dominicana, de acuerdo con los planteamientos de Polo, se puede vivir como la alegría de dar y de aceptar los dones que pueden venir de Dios y de los demás, y todo esto sobre la base del reconocimiento de la filiación divina. “Para nosotros dominicos, aprender a amar es inseparable de ser atrapados en el misterio de la redención de la humanidad por Dios. Esta es nuestra escuela de amor” (Radclyffe O.P., 1998, p.192). Domingo, decía a sus frailes “Tened caridad”. (Gelabert O.P. & Milagro O.P., 1966).

afectiva, lo que genera ciertas dificultades en un desarrollo integral personal, a partir de lo cual es posible plantear algunos criterios respecto a la condición personal que sirven como orientación para una mejor articulación de la afectividad en la vida religiosa dominicana.

que puede dar una persona frente a un valor, y en la medida en que haya una mayor concientización de la propia condición personal, redundará en una una mayor libertad y mayor equilibrio. Existen diversos aspectos adicionales tratados por ambos autores, los cuales constituyen aportes significativos y necesarios para una correcta orientación en este tema, sin embargo, se considera que es un campo bastante amplio que urge de mucho estudio y profundización y que se puede enriquecer con la consideración de diversas perspectivas.

La concepción del amor en los dos autores tiene diferentes perspectivas, pero que pueden ser complementarias. Por parte de Hildebrand se observa el amor como algo que no obedece por completo a la voluntad de la persona, mientras que por su parte Polo lo define como la capacidad de aceptación lo cual es el amor La Orden de Predicadores, donal. como comunidad que predica CONCLUSIONES Respecto el concepto de la a partir del estudio y la Tanto Hildebrand como Polo libertad, los dos autores tienen contemplación, está llamada a tratan acerca de aquellas un pensamiento cercano que ser una luz muy grande en esta situaciones en las que la persona corresponde al conocimiento área, y con ocasión del Jubileo puede verse envuelta por propio, pues a partir de este se por los 800 años, contribuir a la una orientación mayormente desarrolla la respuesta afectiva Iglesia a discernir los signos de

36


los tiempos del hombre de hoy y planteados, se presenta a continuación una cita que se considera sus necesidades más grandes y que síntetiza de manera formidable la esfera afectiva y el espíritu apremiantes de ser orientadas, auténtico del carisma dominicano: una de las cuales sin lugar a dudas es la cuestión tratada. “En rigor, el encuentro de la verdad y el encuentro del amor se corresponden: Finalmente, habiendo realizado una reflexión acerca de la ontología y la antropología de la afectividad según los autores

enamorarse es inseparable de encontrar la verdad y encontrar la verdad es inseparable de enamorarse. En virtud de esta correspondencia, se ha de decir que la libertad nativa es la sede de la afectividad.” (Polo, 1999, citado por Sierra, 2009, p.162).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Gelabert O.P., M., & Milagro O.P., J. M. (1966). Santo Domingo de Guzmán visto por sus contemporáneos. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. Hildebrand, D. V. (1996). El Corazón: Un análisis de la afectividad humana y divina. Madrid: Ediciones Palabra, S.A. Orden de Predicadores. (2010). Libro de las Constituciones y Ordenaciones. Sevilla. Polo, L. (1999). Antropología trascendental. Pamplona: Eunsa. Polo, L. (2012). Presente y futuro del hombre. Madrid: Ediciones Rialp, S.A. Preguntas polianas. (24 de 10 de 2016). Obtenido de http://bit.ly/2eFVILu Radclyffe O.P., T. (1998). El Manantial de la Esperanza. Salamanca: Editorial San Esteban. Sellés, J. F. (2006). Antropología para inconformes: Una antropología abierta al futuro. Madrid: Ediciones Rialp. Sierra, Á. L. (2009). Preguntando por el Corazón - El mundo de la afectividad. Bogotá: Minos III Milenio Editores.

37


Construyendo

Horizo de

E xi l

38


ontes

ito

INTRODUCCIÓN En la actualidad se vive una crisis de vida religiosa preocupante, este artículo trata sobre algunos aspectos determinantes en el fracaso o éxito de quienes optan por la vida religiosa. La palabra vocación se deriva del latín “vocare” que significa: llamado, en este caso a la realización de la propia felicidad, bien sea en una carrera o profesión. Cuando se habla de vocación para la vida religiosa no es distinto, ya que la vocación religiosa es un llamado que Dios hace a la persona con la promesa de la plenitud de la existencia, aunque a veces se convierta en una decisión difícil y muchas veces insegura. Para el desarrollo de este tema se van a considerar dos puntos: la importancia de la formación de valores al interior de la familia como presupuesto básico en la opción por la vida consagrada y verificar cómo el relativismo moral en la familia afecta el proyecto de vida religiosa e incide en la deserción de sus asociados. Lo anterior se va a exponer con base en los autores Humberto de Romans, con su libro “La formación de los predicadores”, Benito Goya, con su libro “Psicología y vida consagrada”, José Ramón Fabelo Corozo, con el libro “Los valores y sus desafíos actuales”, el Observatorio Romano, que en el artículo “Crisis de la Vida Religiosa” presenta

39


la opinión de Mons. Rodríguez Carballo, Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” de SS Francisco. Finalmente se presenta la conclusión donde se expone un punto de vista personal, que tiene en cuenta el artículo “La misión de la familia” del portal católico ACI Prensa.

NUESTRA BASE PARA EL ÉXITO ¡LOS VALORES! Existen muchos ámbitos en los cuales se puede iniciar un proyecto de vida consagrada, el discernimiento vocacional puede darse en escuelas, colegios, universidades, grupos juveniles etc., ¿pero qué es lo que impulsa la opción por esta vida?, ¿qué es lo que ayuda a tomar esa decisión de elegir un camino incierto?, en donde no se sabe lo que sucederá, en donde lo único seguro en ese momento es el ardor en el corazón por seguir a Dios desde la vida religiosa, en donde los miedos y la inseguridad se hacen más y más patentes, ¿quién nos inspira confianza y seguridad para afrontar todos esos temores? La respuesta es sencilla: La Familia. Ya que la familia siempre será incondicional, ella impulsa y da confianza en momentos de dificultad, es apoyo en momentos

40

de angustia o desesperación; y en aquellos momentos de decisiones definitivas, como el de la realización de la propia persona, es la familia quien de una u otra manera, con su apoyo, despierta confianza y seguridad para dar una respuesta positiva hacia ese camino. Uno de esos caminos es el proyecto de vida consagrada. Según análisis realizado por Crottogini (citado por Goya, 1996), podemos afirmar que, en el despertar vocacional, la familia ocupa un lugar muy significativo, ésta incide en un alentador porcentaje del 79%, en el despertar vocacional, siendo la influencia de la madre el 68% y del padre el 11%, para responder a un llamado desde la libertad. Algunos autores han tomado a la familia como el inicio de todo, como la primera referencia en cuanto a la enseñanza de valores; en efecto: Hubo familia antes de existir clases sociales, antes de que aparecieran las naciones, antes de que se concibiera siquiera cualquier otro tipo de vínculo humano. Al mismo tiempo, la familia está inserta en los más disímiles ámbitos, en los marcos de cualquier clase social, de cualquier nación, de cualquier Estado, de cualquier forma civilizatoria. Y en todos los casos siempre es el más inmediato y primario medio de socialización del ser humano (Corozo, 2004, p.147).

Por consiguiente, la familia cumple un papel relevante como presupuesto básico en la opción por la vida consagrada, ésta tiene el deber y el derecho de formar a los hijos con valores suficientemente propicios para enfrentar las dificultades que se encuentren, a lo largo de su vida. Se podría decir prácticamente que todo confluye en la formación al interior de la familia, y entiéndase esta formación no sólo como el sermón, sino como el ejemplo de vida que los demás pueden apreciar, cómo aquellas actitudes adecuadas que pueden hacer que cualquier gesto sea entendido en la clave de una escuela de vida. Al conmemorar el jubileo de 800 años de aprobación de la Orden de Predicadores es conveniente recordar grandes figuras por sus grandes aportes, como lo fue su quinto maestro general Humberto de Romans, quien basándose en San Gregorio ofrece algunos elementos para comprender las actitudes que se deben tener en torno a una verdadera escuela de valores: se debe mirar primero cuál ha de ser la propia vida, ya que es propio del predicador hablar fielmente para que su predicación pueda ser irreprochable, y esto es imposible con una conciencia torcida o con una actitud diferente a la que se quiere exhortar, y es de suma importancia que las acciones


Francisco plantea la importancia de la formación en la familia En los términos anteriormente expuestos, la familia tiene la misión de como principio fundamental ser escuela de valores, transmitidos a los hijos. La cual aporta una en todo proceso de formación serie de caracteres importantes para poder sobrellevar cualquier humano, e invita a estar atentos tipo de conflictos, y en este caso en los internos a la vida religiosa con muchas de las situaciones que muchas veces son causantes de decisiones apresuradas, que que se dan en éste siglo XXI: su mayoría no son lo suficientemente razonables, y teniendo en cuenta que la vida se forja por medio de éstas, en el peor de sus La escuela no sustituye a los casos pueden ser erróneas y perjudiciales para la realización de padres sino que los complementa. la propia felicidad. Este es un principio básico: de un predicador concuerden con sus palabras. (Romans, 1991).

Ya que es en el propio seno familiar, en donde se adquieren las primeras normas de conducta y de relación, vinculadas a lo que se considera un comportamiento moralmente bueno y a una adecuada relación de respeto con el otro. Todos estos valores se asumen por el niño en una primera etapa como un proceso lógico y natural de identificación con su medio social inmediato -la familia-, que sintetiza para él lo que es su género, el género humano. (Corozo, 2004, p.148). Es a través de los vínculos afectivos prevalecientes al interior de la familia, sobre todo en relación con los niños, que se produce la apropiación del lenguaje como medio fundamental de comunicación y socialización, es en ese marco donde se aprende a sentir, a pensar, a concebir el mundo de un determinado modo y se reciben la orientaciones primarias de valor. (p.148)

Cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consenso y, en cierta medida, incluso por encargo suyo». Pero «se ha abierto una brecha entre familia y sociedad, entre familia y escuela, el pacto educativo hoy se ha roto; y así, la alianza educativa de la sociedad con la familia ha entrado en crisis. (Francisco, 2016, p.70).

Por lo tanto, uno de los deberes más importantes de la familia A todo esto, en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia el Papa como escuela de valores, es

41


los valores son los aspectos importantes que orientan la vida, hacen comprender y estimar a los demás ir implantando en los hijos éstos valores importantes en la vida de todo ser humano para un camino de excelencia, garantizando un buen comportamiento, una buena relación ente la personas y un equilibrio personal que sin duda alguna ayudará significativamente de una manera positiva la elección hacia una vida de servicio desde la consagración a Dios.

LA SOLIDEZ DE LA VIDA RELIGIOSA En muchas ocasiones la percepción de la familia, su punto de vista hacia muchas cosas, sea positiva o negativa, es muy influyente en el mirar de quien acoge toda ese sentir, y refiriéndose propiamente a la tan denominada “crisis”, claro está en la vida religiosa tomando en cuenta la mirada de la familia hacia ésta, nos podríamos plantear

42

la siguiente pregunta: ¿cómo el relativismo moral en la familia afecta el proyecto de vida religiosa e incide en la deserción de sus asociados? En relación con la deserción de la vida religiosa Mons. Rodríguez Carballo nos dice que: “el abandono de los religiosos a la vida consagrada es considerable, según estudios en cada año del quinquenio 3.000 religiosos han dejado la vida consagrada” (L’Osservatore Romano, 2013). Dentro de los problemas más comunes se evidencia: Problemas de relación interpersonal, incomprensiones, falta de diálogo y de auténtica comunicación, incapacidad psíquica de vivir las exigencias de vida fraterna en comunidad, incapacidad de resolver los conflictos, estos son los que hacen parte de un sinfín de conflictos dentro de la vida religiosa. (L’Osservatore Romano, 2013).

Se afirma que tales conflictos son normales, ya que al momento de iniciar un proceso no se elige la persona con la que se lo quiere realizar, sino que simplemente se integra a un grupo de individuos que quieren seguir su mismo ideal y una vivencia fraterna, pero las diferencias estimulan, a veces, que las culturas e ideologías entren en conflicto. El papa (Francisco, 2016) ha planteado algunos factores que responden al ritmo actual de la familia y dificulta en gran medida concretar este tipo de procesos: El ritmo de vida actual, el estrés, la organización social y laboral, porque son factores culturales que ponen en riesgo la posibilidad de opciones permanentes. (…) La libertad para elegir permite proyectar la propia vida y cultivar lo mejor de uno mismo, pero si no tiene objetivos nobles y disciplina personal, degenera en una incapacidad de donarse generosamente. (Francisco, 2016, p.27).

Esta donación generosa va a encontrar en el relativismo moral imperante en el medio social un palo en la rueda a la realización de una vida feliz en la vida religiosa; bien sea por la influencia de un pensamiento muchas veces de despilfarro o por considerar que la vida religiosa es sinónimo de poder y dinero con lo cual se confunde la misión evangélica a la que todos hemos sido llamados, con una vida de privilegios y servidumbres, si esto se ha dado en el núcleo familiar. En el sinsabor de una vida sin rumbo, cuando se comienza a experimentar lo contrario a esa vida de comodidad aquí planteada,


se vuelve un infierno aguantar a otros individuos en un mismo lugar, y se pierde el sentido del llamado, el sacrificio y la ofrenda personal. Todo esto sin contar que en una comunidad el dinero es la cosecha de un trabajo común y debe ser utilizado para el beneficio de todos, al servicio de la evangelización, jamás para satisfacer los egos o intereses personales. En torno a la problemática planteada nos preguntamos, nuevamente, por el lugar que ocupa la familia, ya que ésta es la encargada de guiar a los hijos por buen camino. A esto se refiere el Papa Francisco (2016) cuando nos dice que: “La escuela no sustituye a los padres sino que los complementa”, pues esta es la encargada de infundir conocimientos, pero es la familia quien da la base de los valores para colocar el conocimiento a disposición de éstos. Es así que los valores son los aspectos importantes que orientan la vida, hacen comprender y estimar a los demás, pero también se relacionan con la

imagen que se va construyendo el propio ser, además con los valores adecuados, la familia podrá formar en sus hijos un desarrollo integral y pertinente, flexible y humanista para que éstos puedan de una manera prudente desempeñarse en un ámbito social adecuado, con las bases para enfrentar todo tipo de adversidad que la vida plantea día a día, incluso en el camino de la consagración a Dios.

CONCLUSIÓN Al abordar la importancia de la familia en cuanto a la formación de valores al interior de ésta, como presupuesto básico en la opción por la vida consagrada y cómo el relativismo moral de la misma afecta el proyecto de vida religiosa, se puede concluir que la misión principal de la familia es crear un ambiente propicio en el que se pueda brindar el amor sincero y necesario a los hijos, pues; “Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo

hombre: la santidad” (Castro & Molina, s.f.). Por otra parte, mostramos que con el cuidado pertinente hacia los hijos se podrá hacer del futuro un mejor porvenir, pero, ¿cómo será esto? Si no protegiéndolos, disciplinándolos, encaminándolos con integridad para respetar a los demás, enseñándoles a ser responsables, de palabra inquebrantable, para que vivan según los valores imperecederos, con voluntad de fuego para hacer siempre lo correcto, dando todo de su ser, para que así, puedan proteger aquello que los hace ser mejores ante la sociedad, por tanto, es la familia la responsable de todo esto por la posición de influencia que Dios les concedió, no puede descuidarse ni pasar por alto tan grande responsabilidad de dejar un legado respetable a las próximas generaciones, sabiendo que: “La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren ordenadamente en su decreto Creador y Salvador” (Castro & Molina, s.f.).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Castro, F., & Molina, J. (s.f.). ACI Prensa. Recuperado el 16 de 10 de 2016, de ACI Prensa: http://bit.ly/2eC1ChK

Goya, B. (1996). Psicología y vida consagrada. Milán: San Pablo.

Corozo, J. R. (2004). Los valores y sus desafíos actuales. Habana: LibrosEnRed.

L’Osservatore Romano. (29 de 10 de 2013). Infocatólica. Obtenido de infocatólica: http://bit.ly/2enEAvD

Francisco, S. (19 de marzo de 2016). Amoris Laetitia. Obtenido de: La Santa Sede http://bit.ly/2egPrGw

Romans, H. O. P. (1991). La formación de los predicadores. Bogotá: biblioteca dominicana.

43


El Don

deDi que

ecesitam N

Fr. Ronyl Raul Sanchez Sornoza O.P. 44


ios

mos

INTRODUCCIÓN En un mundo que tiende a vivir del consumismo, se habla constantemente de espera y de esperanza, las cuales se suelen desfigurar con realidades que desmoralizan la dignidad humana. Es por eso que la espera y la esperanza necesitan una revaloración en la que se entiendan estos dos términos en su sentido original y por tanto, que conduzcan a la realización personal. Por esto, se pretende aclarar el sentido primordial que tocan a estas realidades y que atañen al hombre directa e indirectamente; con el fin de mostrar como una esperanza realmente cristiana hace de nosotros seres humanos que existen con Dios y para Dios, que es la salvación. De acuerdo con lo antes mencionado, en el presente artículo se desea desarrollar los conceptos de espera y esperanza, que aunque estos dos términos proceden de una misma raíz etimológica, no quiere decir que su significado sea el mismo. De ésta manera, se busca desarrollar el concepto de esperanza cristiana, una vez comprendido el significado de la misma. Se la enfocará dentro de las familias del mundo de hoy, para comprender el rol que ejerce la familia en la construcción de la esperanza cristiana en los jóvenes. Para desarrollar lo antes expuesto, se tomará como referencia el Catecismo de la Iglesia Católica, el texto de la exhortación apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco, la Encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI, Familiaris Consortio de san Juan Pablo II, y algunos aportes del pensamiento de los santos de la Iglesia.

45


LA ESPERANZA: CONFIANZA EN LAS MANOS DE DIOS En un primer momento, encontramos el término “espera” que se fundamenta meramente en nuestras limitaciones humanas, las cuales se manifiestan en anhelos de la vida terrena, como por ejemplo, solemos esperar el tren, el bus o que una persona llegue puntual; así mismo suele relacionarse con una necesidad social, como un trabajo, o un bien material. Debido a lo antes mencionado solemos frustrarnos cuando no llega una pronta respuesta hacia algunas súplicas que le hemos hecho con mucha insistencia a Dios; para lo cual es importante reconocer la majestuosidad de nuestro Dios. Él que es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente, sabrá en qué momento ofrecernos lo que le hemos pedido, o también sabrá si lo que pedimos no nos favorece. Es por esto que nuestra espera debe estar puesta en las manos de Dios, ya que para Él somos importantes y no una simple casualidad. Benedicto XVI (2010) afirma que: “el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza”. Por otra parte, la esperanza en el hombre se puede definir como uno de los sentimientos más positivos, está íntimamente unida con la confianza, la cual

46

...la esperanza también se puede concebir como una idea escatológica. nos permite construir un bienestar futuro para nuestras vidas, que puede ser inmediato o lejano. La “esperanza” está propiamente entroncada al evangelio, siempre se encuentra sostenida por la Fe y la Caridad; estas tres virtudes son las características propias y esenciales de un ser que ha aceptado y acogido a Dios como centro de toda su vida. Es por eso que “El hombre necesita a Dios, de lo contrario queda sin esperanza” (Benedicto XVI, 2008, p.34).

Partiendo de estos puntos importantes se entiende que la esperanza para la Iglesia Católica es un don, un regalo de Dios para los hombres, que se hizo vida con la llegada del Primogénito, Cristo Jesús Nuestro Señor, que llegó para liberarnos de las cadenas de la opresión, es decir del pecado y darnos una esperanza de que hay vida después de la muerte, de que resucitaremos igual como lo hizo Él. Es por eso que la esperanza también se puede concebir como una idea escatológica. Por la fe creemos que hay un Dios y por la esperanza creemos que algún día al final de las cosas últimas, veremos a ese mismo Dios que en vida creímos en Él sin haberlo visto. La fe y la esperanza siempre estarán ligadas y como fruto de las dos tenemos la caridad, la cual reinará hasta después de la muerte. Como lo indica el Catecismo de la Iglesia Católica: La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. (CEC, n.1817).

Podemos por tanto tener la confianza de esperar la Gloria prometida por Cristo, ya que “por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla”. (CEC, n.1843). Por otro lado, la virtud de la esperanza cristiana consiste en confiar con certeza en las promesas de salvación que Dios nos ha hecho, que se encuentra fundamentada en la seguridad que debemos tener de que Dios nos ama. Y así mismo, está basada en la bondad y el poder infinito de Dios, que es siempre fiel a sus promesas. Él quiere que todos seamos


salvos, es por eso que nos da por medio del Espíritu Santo el don de la esperanza, es decir, la confianza de que Dios está y estará con nosotros hasta el fin de los tiempos. Por tanto, es deber nuestro estar como centinelas vigilantes a la Parusía del Señor, porque nadie sabe ni el día ni la hora, como lo afirma el evangelista Mateo “más de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mt. 24, 36). Debido a lo antes mencionado nos viene bien recordar las palabras de Santa Teresa de Jesús: Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y en tiempo breve largo. Mira que mientras más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado con gozo y deleite, que no puede tener fin. (Espejo, Ruedas, & Vargas, 1999, p.70).

En efecto, en un mundo donde la esperanza se ve confundida diariamente con simples esperas sin fundamentos antropológicos, nosotros tenemos el deber de seguir sembrando esperanza cristiana a todos los rincones del mundo, teniendo en cuenta que no debemos solo sembrar optimismo que no es igual a esperanza cristiana. El ser positivos y poner buena cara ante las dificultades del mundo no es esperanza cristiana. Vivimos en un mundo que hoy en día va perdiendo la esperanza por el dolor, la guerra, la violencia y la pobreza, evidentemente hay una crisis de esperanza y no es pertinente que inculquemos a las personas que ante el dolor solo pongan buena cara, por tanto, cabría preguntarnos: ¿Qué relevancia tiene la esperanza cristiana en los jóvenes de las familias actuales?

LA FAMILIA: PENSAMIENTO DE DIOS Sin duda, los jóvenes están en una constante búsqueda de

felicidad, en la cual, muchas veces, suele desdibujarse el verdadero sentido de la misma. Se ve confundida con meras alegrías, que en su mayoría podrían ser artificiales, es decir momentáneas, como por ejemplo los efectos del alcohol; así mismo, los efectos causados por sustancias psicotrópicas, las cuales alteran directamente el sistema nervioso y son perjudiciales para la salud. Por otro parte, cabe recordar que si el joven no se siente amado en su casa, podría buscar ese amor fuera de la misma, y en el mundo seguramente no encontraría una felicidad plena, en efecto, es en la familia donde se deben forjar los valores cristianos, entre ellos, la virtud de la esperanza cristiana. Por tanto, es en la familia donde se debe inculcar el respeto hacia la dignidad de la persona, en primer momento al reconocernos como creaturas de Dios, hechas por amor, para amar y ser amados. “Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, llamándolo a la existencia por amor, lo ha

47


llamado al mismo tiempo al amor” (Juan Pablo II, 2000, p.18). Partiendo de lo antes mencionado cabe recalcar las palabras del emérito Papa Benedicto XVI, (2005), en su homilía del 24 de abril: Y únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida. Solo cuando encontramos en Cristo el Dios vivo, conocemos lo que es la vida. No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno de nosotros es amado, cada uno es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con Él.

Por tanto, es en Dios donde encontramos nuestra mayor dignidad como seres humanos, una vez que hemos logrado comprender aquello, es donde comienza nuestra misión de anunciar a tiempo y a destiempo lo que Dios ha hecho en nosotros, empezando desde el hogar. Es desde allí donde parte el rol que ejerce la familia en los jóvenes, se trata de que los padres se enamoren perdidamente de Dios, para que de esta manera puedan compartir los valores cristianos con sus hijos. En definitiva, hacer de ellos personas de bien para que opten en libertad y por amor al llamado que Dios les hace, para que esta decisión esté cimentada sobre la libertad y la confianza, reconociendo el significado y el sentido original

de la vocación que elijan vivir como estilo de vida. Así mismo, en el sacramento del matrimonio se unen dos seres, para formar un solo ser en Cristo Jesús, teniendo un solo corazón. “Esta íntima unión, por ser una donación mutua de dos personas, así como el mismo bien de los hijos exigen la plena fidelidad de los esposos y urgen su indisoluble unidad” (Gaudium Et Spes, p.175). Ante esto Tertuliano afirma: ¡Qué matrimonio el de dos cristianos, unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el mismo servicio! Los dos hijos de un mismo Padre, servidores de un mismo Señor; nada los separa, ni en el espíritu ni en la carne; al contrario, son verdaderamente dos en una sola carne. Donde la carne es una, también es uno el espíritu (CEC, n. 1642).

Por tanto, una vez comprendido el rol que ejerce la familia, cabría bien denominarla como la primera escuela cristiana para los hijos; en un hogar donde se habla de Dios, de valores, tanto éticos como morales, se fomenta en los jóvenes una esperanza de que vale la pena entregarse por Cristo, ser como peces que nadan contra corriente, contra lo que ofrece el mundo de hoy, que ofrece una libertad y felicidad maquillada bajo las sombras del consumismo, no obstante desvaloriza el verdadero sentido de las mismas. En un

48


“Solo cuando encontramos en Cristo el Dios vivo, conocemos lo que es la vida”.

que las cosas puedan cambiar, tal como lo indica Francisco (2016) en su carta apostólica: Panta elpízei: no desespera del futuro, indica la espera de quien sabe que el otro puede cambiar. Siempre espera que sea posible una maduración, un sorpresivo brote de belleza, que las potencialidades más ocultas de su ser germinen algún día. No significa que todo vaya a cambiar en esta vida. Implica aceptar que algunas cosas no sucedan como uno desea, sino que quizás, Dios escriba derecho con las líneas torcidas de una persona y saque algún bien de los males que ella no logre superar en esta tierra (p.90).

Por tanto es aquí donde encontramos la esperanza en su sentido original, en su sentido pleno, ya que todo lo ponemos en las manos de Dios y confiamos que Él hará su obra, es decir nos abandonamos Papa Benedicto XVI, 2005 ciegamente a sus designios y nos convencemos de que todo aquello que Él ha pensado para nosotros verdaderamente es lo mundo que aqueja necesidades que necesitamos. Desde el momento que el joven logra comprender exuberantes de esperanza, es esto, podríamos decir que a pesar de la disfuncionalidad en la que deber nuestro como cristianos vivió en su hogar, puede ser un joven capaz de construir un futuro seguir sembrando esperanza de cara a Dios. más que todo desde las familias, que son esas semillas que más CONCLUSIÓN adelante se las reconocerán por sus frutos, es decir, por sus hijos. Cabe recalcar que la vida cristiana no es nada fácil -contiene sus exigencias- esto lo sabemos muy bien. En efecto, muchas veces Por otro lado valdría bien solemos desanimarnos por aquellas cosas que atañen hacia los preguntarnos: ¿Y los jóvenes compromisos que adquirimos con Dios, pueden tornarse tediosos, de familias disfuncionales abrumantes e incluso agobiantes, sin embargo, la esperanza podrían encontrar una luz de cristiana es la virtud que mantiene viva la fe en el corazón del esperanza en medio de su hombre. Por consiguiente, cuando la oscuridad y las tinieblas que realidad? Evidentemente sí, la asechan al mundo nos atrapan y no nos deja ver claro el horizonte familia ha sido pensada por de nuestro caminar cristiano, es cuando aún más debemos Dios desde la eternidad y Él aferrarnos a ella y confiar en Dios, Él que es nuestra fortaleza, nos ,con todas sus cualidades, sabe dará las herramientas necesarias para salir de las rutinas insípidas perfectamente bien el por qué y de las dudas incesantes que nos aquejan. han nacido allí, Él tiene un plan perfecto para cada uno de sus No obstante, es en la familia donde debe reinar esta valiosa virtud, hijos y debemos estar siempre es allí donde salen las nuevas generaciones, por ende es deber agradecidos por ser fruto de de cada integrante de la misma hacer del hogar una escuela de sus pensamientos. Es por eso esperanza cristiana, para que los jóvenes no se desanimen ante que los jóvenes de familias las dificultades que encontrarán en el mundo y desde allí se hagan disfuncionales una vez hallada sembradores de luz, de paz, de fe, de esperanza y de amor; se la verdad del evangelio, deben necesitan jóvenes santos que luchen por el bien y por la dignidad sembrar esa luz de Cristo desde de la persona humana, en medio de un mundo contemporáneo sus familias, esa esperanza de que día a día está desmoralizando y desdibujando la figura y la

49


dignidad del hombre, que es sin más, semejanza del mismo Dios. Por otra parte, cabe recordar que estamos celebrando el jubileo de los 800 años de la Orden de Predicadores, 800 años llevando esperanza al mundo, sembrando luz en medio de los abismos de la ignorancia, acompañando al desvalido, promoviendo un mundo donde reine la justicia y la paz, donde reine el perdón. Y precisamente nuestro deber es seguir siendo ese manantial de esperanza cristiana, para un mundo que se encuentra agobiado por el descuido de la

fe y el alejamiento consciente o inconsciente de Dios, tal como lo hizo nuestro padre santo Domingo de Guzmán que sembró esperanza a todas aquellas personas que sufrieron el hambre y la escasez que asolaba a España en el año 1191 y no tan solo a ellos, sino a todos aquellos que se acercaban a pedirle consejos o que les alcanzase favores del cielo. Sin lugar a dudas, María, Madre de Dios, Madre de las familias, que encontró la santidad al hacer la voluntad de Dios en medio de su familia y de sus labores cotidianas, siempre fue ese ejemplo de espera y de entrega, un completo abandono, como esa sierva a disposición de su Señor. Por tanto, ella, como Madre de la Iglesia, está constantemente infundiendo esperanza, hacia todos aquellos, sus hijos que recurren a su manto de amor para alcanzar gracias y bendiciones de su Santo Hijo, por lo tanto, se convierte en un modelo tan necesario para las familias de hoy. Así pues al ejemplo de María es importante que las familias se consagren a Dios, para que Él con su infinita bondad y amor, haga de ellas, familias en gracia y en santidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Benedicto XVI. (24 de 04 de 2005). La Santa Sede. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de http://bit.ly/2epSKPo Benedicto XVI. (2008). Spe Salvi. Bogotá: San Pablo. Benedicto XVI. (28 de 11 de 2010). La Santa Sede. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de http://bit.ly/2dRadge CEC. (1993). Catecismo de la Iglesia Católica. Roma: Librería Espiritual. CV II. (2006). Gaudium Et Spes. En M. d. Iglesia, Concilio Vaticano II. Bogotá: San Pablo. Espejo, B., Ruedas, J., & Vargas, U. (1999). Antología de la prosa en lengua española (Siglos XVI y XVII). Mexico: Universidad Nacional Autónoma de México. Francisco. (2016). Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris laetitia. Roma: Santa Sede. Juan Pablo II. (2000). Familiaris Consortio. Bogotá: Paulinas.

50


Base Desarrollo

La

del

undo M de hoy del

Fr. Omar Fabian Garay Barre O.P. 51


INTRODUCCIÓN

es el amor, éste amor se verá manifestado en dos elementos importantes; la comunicación Hoy podemos escuchar a miles y la unidad intrafamiliar. Por de personas hablando sobre lo que es necesario que el la situación de la juventud, hogar haga evidente el amor de hecho, es uno de los y lo transmita partiendo desde dilemas más discutidos en la estas esencialidades para actualidad. Nos hemos estado la sociedad. La familia, que cuestionando sobre la razón “según el designio divino, de ser de los jóvenes, de lo está constituida como íntima que hacen, sus planes y sus La educación y formación de comunidad de vida y de objetivos. Pero quizá también la niñez claramente depende, amor (…) recibe la misión de hemos descuidado y dejado en primer lugar, de sus custodiar, revelar y comunicar de lado la educación de éstos, la misma, que realizándose progenitores y de aquellos por el amor” (Juan Pablo II, 2000, bien, hace de los jóvenes quienes están rodeados en pp.30-31). personas capacitadas para ser primera instancia “El primer felices. Pero ¿A quién compete ambiente natural y necesario La familia, como fuente y base la educación de los jóvenes? de la educación es la familia, de la sociedad y de la Iglesia, se Dando respuesta a esto el Papa destinada precisamente para encuentra deteriorada. Hemos Pío XI (1929) dice lo siguiente : esto por el Creador” (SS Pío XI, perdido la conciencia de lo 1929, p.17). Es necesario que que verdaderamente significa el La educación no es una obra la familia encuentre y recupere hogar, las virtudes y los aportes de los individuos, es una obra su sentido y esencia para el que da a ésta nuestra realidad. de la sociedad. Ahora bien, tres bienestar de la sociedad. Con los miembros, casi en su son las sociedades necesarias, totalidad, separados, se ha distintas, pero armónicamente La base de toda enseñanza ido desvirtuando y también

52

unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hombre: dos sociedades de orden natural, la familia y el Estado; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. En primer lugar, la familia, instituida inmediatamente por Dios para su fin específico, que es la procreación y educación de la prole. (Divini Illius Magistri, p.3)


desapareciendo su sentido, su función está siendo suplantada por instituciones como guarderías, colegios, etc. lo que ha ocasionado que los valores de la juventud se encuentren en estado crítico. Este planteamiento final será el que oriente el presente escrito, inspirado en el Magisterio del Papa Francisco. Además, se quiere comprender de qué manera el hogar es el principio articulador en la formación de los jóvenes en el modo de vida de los religiosos, para lo cual también se considera los aportes de otros pontífices.

LA FAMILIA, ÁMBITO DE SOCIALIZACIÓN PRIMARIA A lo largo de su Magisterio, el Papa Francisco ha insistido constantemente en el valor de la familia, para el bien de la sociedad. De hecho, “ha hablado de ella (…) en las audiencias de los miércoles, dedicadas durante un largo periodo -concretamente desde diciembre de 2014 a septiembre de 2015- a este tema” (Crepaldi, 2015). Y lo ha hecho en muchas otras ocasiones, conferencias, audiencias dadas en distintas partes del mundo; en las que expresa frases sencillas pero muy significativas queriendo dar suma importancia al rol que cumple la familia en sus distintos frentes. En efecto, en audiencias emitidas durante el mes de Octubre del 2015, el Papa Francisco se ha referido en los siguientes términos: “la familia abre para toda la sociedad una perspectiva mucho más humana” (SS Francisco, 2015.b). También la ha descrito así: “familia es un gran gimnasio para entrenar al don y al perdón recíproco…” (SS Francisco, 2015.c). Es evidente la importancia de este tema para el Papa Francisco.

“El primer ambiente natural y necesario de la educación es la familia, destinada precisamente para esto por el Creador”

qué llevarnos a querer controlar los espacios de los mismos y mucho menos trata de una especificación geográfica; sino más bien, que indaguemos en torno a “dónde está en un sentido existencial, dónde está posicionado desde el punto de vista de sus convicciones, de sus objetivos, de sus deseos, de su Un gran texto en el que trata una extensa temática en torno a la proyecto de vida” (SS Francisco, realidad familiar es la Exhortación Apostólica “Amoris Letitia” el 2016, p.204). cuál será un “punto de referencia durante no poco tiempo poniendo el acento en la belleza del matrimonio y la familia desde el punto La educación debe darse con de vista cristiano” (Monge, 2016). En ella se refleja la mirada del base en la libertad. Teniendo Papa Francisco a la realidad de la familia y su situación actual, en cuenta el lugar en el que además plantea soluciones para enfrentar la actual crisis que tiene están posicionados aquellos quienes reciben la instrucción, la vivencia familiar. los formadores están vistos en El Sumo Pontífice ha rescatado la esencialidad que tiene la la obligación de saber hacia participación de los padres de familia en los quehaceres de los dónde quieren que se dirijan hijos, llevando a realizarnos la siguiente pregunta a partir de la los formandos, escudriñar exhortación apostólica antes mencionada: ¿Dónde están los sus intereses e instruirlos, padres? El Papa nos invita a reflexionar sobre el lugar que se les evidentemente sin “ahogarlos”. da a quienes estamos formando. Pero esta pregunta no tiene por Por tanto, los padres de familia

53


necesitan estar pendientes del camino que seguirán sus hijos. En cierto sentido, la felicidad de los hijos depende también de los padres. Necesariamente los padres deben darles a entender el verdadero sentido de la libertad, enseñarles a valorarla, entenderla y respetar la de los demás. Que si no sabemos de ella, podremos echarla a perder, “lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía” (SS Francisco, 2016, p.204), lo que servirá para afrontar de manera madura y responsable los problemas e inconvenientes venideros. Al comprender que la superación de estas circunstancias, además de

54

espontánea a realizar el bien, se logra realizar dependiendo de nuestro uso de la libertad, y que ésta se ve construida, fortalecida y educada por la vida virtuosa, evitando así que los jóvenes se vuelvan esclavos y realizadores de acción antisociales y deshumanizantes (SS Francisco, 2016). Será esto, lo que logre una magnífica armonía en el hogar y en la sociedad donde cada miembro responda libre y comprometidamente a sus responsabilidades. Es así como el Sumo Pontífice ha sido muy específico mencionando, en cada una de sus formas, la gran responsabilidad que tienen los padres con sus hijos. Al dejar en claro que el mundo en el que queremos vivir luego también depende de lo que ellos dejen sembrado en los corazones de los más jóvenes. Por esta razón, depende de los padres que, como formadores, sean siempre solícitos en el amor a sus hijos, preparándolos para que desde su entorno empiecen a vivir una vida virtuosa, rompiendo además, las cadenas del egoísmo en el que solo importa lo que se piensa y se hace por sí mismo sin respetar la opinión de los demás. Que este no sea el tipo de “libertad” que enseñemos a los más chicos. “La familia es el ámbito de la socialización primaria” (SS Francisco, 2016, p.214). Aquí es donde se aprende a respetar, valorar a los demás hijos de Dios, a hablar, pero también a escuchar sin olvidar que “la familia es la primera escuela de los valores humanos, en la que se aprende el buen uso de la libertad” (SS Francisco, 2016, p.212). Si revisamos el recorrido que se ha hecho, y se señalan varias de


cristiana el renovador espíritu de comunión que hace que ésta sea la primera comunidad cristiana. Siendo conscientes de la difícil tarea y de los complicados retos que se presentan para una buena formación cristiana, “los padres deben formar a los hijos con confianza y valentía en los valores esenciales de la vida humana” (Juan Pablo II, 2000, p.68). Es importante que a los padres de familia no les dé miedo ni vergüenza asumir sus responsabilidades como conductores y guías de quienes están preparando para superarse en la vida, no sólo socialmente, sino también en FAMILIA: PRIMERA nuestra calidad de personas.

las características mencionadas por el papa Francisco en la labor de la familia que servirán como pilar fundamental para una buena realización, en su integridad, de la persona, para una gentil disposición para el servicio en la sociedad y en la Iglesia, partiremos a dar valor al rol familiar en cuanto a la educación que ofrece ésta a las personas para el servicio de la Iglesia y en bienestar del pueblo de Dios, y mostrar la opción por la vida religiosa como uno de los modelos de realización personal y comunitaria.

COMUNIDAD

En este año en el que celebramos el Jubileo de los 800 años de la Orden de Predicadores, recordamos también la misión que hemos recibido de nuestro padre Santo Domingo de Guzmán: Evangelizar para la salvación de las almas. Y de entre los pilares fundamentales para lograr este objetivo está la vida fraterna, de la que procederá la experiencia suficiente como para aportar a una Iglesia anunciadora de la comunión y unidad en medio de los hombres. A lo largo de 800 años, entre otras cosas, se ha experimentado y vivido la comunidad, como una verdadera familia. Partiendo de aquí, se quiere introducir dentro de la familia

Ingrediente principal en el que se empieza a vivir y a fortalecer el sentido de vida como personas es la unidad y la comunicación manifestada en la familia, que hacen de ésta el primer centro de formación con una relación armónica. De estos elementos, se deriva la convivialidad, la misma que se forma en los miembros desde los primeros años. Esta convivialidad es definida por el Sumo Pontífice, el 11 de noviembre, como “la actitud de compartir los bienes de la vida y ser felices de poderlo hacer” (SS Francisco, 2015.d). Por lo tanto, los padres deben procurar inculcar en los hijos esa unidad que los preparará al servicio de los más necesitados, esa comunicación que nos lleva a conocer la realidad

de aquel que se encuentra en nuestro entorno. ¿Cuál sería el estado de la familia, si en ésta no existiese comunicación alguna? El Papa es consciente de lo difícil que se ha vuelto la comunicación intrafamiliar y expone que es en la familia donde se aprende el “arte” del diálogo y la comunicación interpersonal, además de ser el lugar donde se aprende a valorar la propia dignidad y la de los demás. En un mensaje para la XLIX jornada mundial de las comunicaciones sociales, el Santo Padre dice lo siguiente: “El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido…” (SS Francisco, 2015.a). Aquí se aprende a convivir con las diferencias de los demás, que luego nos llevará a soportar con amor los defectos, y apreciar las virtudes de los que amamos. Más adelante, en el mismo mensaje dirá “La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, experimenta los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo”. Es este el lugar propicio para que crezca la unidad, en los que pertenecen a esta familia. “La unión de fraternidad que

55


se forma en la familia entre los hijos, se lleva a cabo en un clima de educación a la apertura a los otros, es la gran escuela de libertad y de paz. En la familia entre hermanos se aprende la convivencia humana, cómo se debe convivir en sociedad” (SS Francisco, 2015.b). Entonces, vemos cómo la labor de la familia, específicamente en la educación en la libertad, comunicación y unidad, entre muchas otras cosas, hace de la persona alguien capacitada para el servicio de Dios manifestado en los hombres. De este modo, toda persona puede con su vida glorificar a Dios, es el fin para el cual está destinada la formación en el hogar. “La familia debe formar a los hijos para la vida, de manera que cada uno cumpla en plenitud

56

Entre los cometidos fundamentales su cometido, de acuerdo con de la familia cristiana se halla la vocación recibida de Dios” el eclesial, es decir, que ella (Juan Pablo II, 2000, p.94). está puesta al servicio de la En efecto, todos estamos edificación del Reino de Dios llamados a hacer algo en la en la historia(…) Si la familia vida, a responder de manera cristiana es comunidad cuyos autónoma a lo que Dios tiene vínculos son renovados por Cristo destinado para nosotros. No mediante la fe y los sacramentos, podemos olvidar que la familia su participación en la misión de la solo puede conducir a sus hijos Iglesia debe realizarse según una hacia el camino de la felicidad modalidad comunitaria; juntos, basada en el amor, si ésta tiene pues los cónyuges en cuanto como base a Jesucristo, fuente e pareja, y los padres e hijos en inspirador de toda fuerza en el cuanto familia, han de vivir su corazón humano. Por lo tanto, servicio a la Iglesia y al mundo. si verdaderamente se quiere ver (pp.87-89). una realización antropológica en la persona, se debe partir en que sea la familia testimonio del Entonces, la familia cristiana amor de Dios reflejado en sus debe responder a su misión evangelizadora, acoger y miembros. vivir el Evangelio de Cristo, Es así que san Juan Pablo II conducida y fortalecida por el (2000) escribe en la encíclica nuevo mandamiento del Amor: “Ámense los unos a los otros Familiaris Consortio:


para la realización personal, debido a que hacemos una renuncia a muchas de las cosas que dan identidad a las Por otro lado, el corazón de cada ser humano tiene una gran personas, a los seres humanos sed de Dios “porque el hombre ha sido creado por Dios y para del mundo actual: lucrarnos Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí y sólo en Dios a través de un trabajo que encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar” nos rinda monetariamente (CEC, n.27). Todas las personas fueron hechas para Dios, y éstas bien, gozarnos de una pareja buscan incansablemente todo aquello que pueda conducirlos a para la procreación de hijos, Él. Dentro de infinitas formas y maneras de llegar a la realización servirnos de una carrera para personal, tanto humana como espiritualmente, encontramos una en la obtención de bienes, etc. Ir en contra naturam puede ser particular: la Consagración. muy mal visto ante los ojos de la sociedad. Es bien sabido que la La Consagración fe es un hecho humano, “creer puede ser entendida es un acto auténticamente como una entrega humano, por lo que esto, no profunda y libre, de es contrario ni a la libertad ni su propio ser, a Dios. a la inteligencia del hombre, “La interrelación depositar la confianza en Dios resultante es puro y adherirse a las verdades por don: es una alianza Él reveladas” (CEC, n.154). Es de mutuo amor y así que como consagrados, fidelidad, de comunión nada de lo que se haga en y misión para gloria Cristo va a ir en contra de la de Dios, gozo de la dignidad humana. Colocar persona consagrada nuestra inteligencia y voluntad y salvación del al servicio de Dios y de esta mundo” (Rodríguez, manera llegar a estar más 1987, p.272). Cristo íntimamente ligados con Él, no fue consagrado por el Padre, sin embargo por el bautismo compartimos la vida con va en contraposición a nuestra Él. Es así, que la consagración vivida por Cristo, con todos los dignidad (CEC, 1993). aspectos que éste encierra, es compartida por todos los cristianos. No obstante, Dios da el don a algunos, para el bien de todos, de seguir a Cristo de una manera más cercana en su profesión de El texto de Colosenses 1, 17 los consejos evangélicos; pobreza, castidad y obediencia, con la dice refiriéndose a Cristo: “él es mediación de la Iglesia, por medio de la profesión pública de estos modelo y fin del universo creado; él es antes que todo y el universo (Rodríguez, 1987). tiene en él su consistencia”. “La comunidad religiosa, por el hecho mismo de ser una “Schola Lo que quiere decir, que Amoris” (Escuela de Amor), que ayuda a crecer en el amor a Dios todos nosotros fuimos creados y a los hermanos, se convierte también en lugar de crecimiento “en Cristo y para Cristo”. Es humano” (SS Juan Pablo II, 2001, p.54). El llamado a donarse a decir: que todo lo meramente sí mismo, como consagrados, pueden ser visto como un obstáculo humano desde el principio como yo os he amado” (Jn 13,34), en profunda comunión con la Iglesia, para dar su servicio de amor a Dios, como Padre y a los demás, como sus hermanos.

...una “Schola Amoris” que ayuda a crecer en el amor a Dios y a los hermanos

57


de los tiempos, comienza en Cristo y está orientado a Cristo (Castillo, 2007). Por lo tanto, queda claro que todo lo que hagamos en Cristo, de ninguna manera, será un obstáculo para llegar a la realización plena, al conocimiento de nuestra identidad. Entonces todos nos preguntamos. ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Cuál es el valor de la vida religiosa? A esto responde el ex maestro de la Orden de predicadores Fr. Timothy Radcliffe, O.P. de la siguiente manera: El valor de la vida religiosa consiste en que ofrece una vívida expresión del destino de todo ser humano. Pues cada ser humano descubre su identidad en la respuesta a la invitación de Dios a compartir la vida divina. Nosotros estamos llamados a ofrecer una particular y radical respuesta a esa vocación renunciando

58

a cualquier otra identidad que pueda seducir nuestros corazones. Otras vocaciones, como el matrimonio, dan respuestas alternativas a ese destino humano. (Radcliffe, 1996).

CONCLUSIÓN Se quiere concluir -al haber ya recorrido sobre el pensamiento del Papa Francisco y la importancia que éste le da a la labor de la familia para la construcción de un mundo renovado en Cristo, y desarrollada, de forma concisa y sencilla, una valorización al papel que tiene la familia en cuanto a la educación de sus hijos y la preparación de los mismos para el servicio como consagradoscon un énfasis en lo que puede comprender una buena educación cristiana, para el bienestar de la persona humana. “La educación cristiana comprende todo el ámbito de la vida humana, la sensible y la espiritual, la intelectual y la moral, la individual, la doméstica y la civil, no para disminuirla o recortarla sino para elevarla, regularla y perfeccionarla según los ejemplos y la doctrina de Jesucristo” (Pío XI, 1929, p. 23).

Cada ser humano que está puesto en esta tierra, por obra y gracia de Dios, necesita nutrirse de valores, fuerzas y en especial rodearse de amor, para poder llegar a sentirse plenamente realizado. Amar y sentirse amado es base infalible en el corazón de cada persona que ansía ser feliz. Y es la familia en donde el ser humano


experimenta por primera vez esto, y lo que luego dará a conocer y demostrar a los de su entorno. Que las familias no pierdan el sentido y el valor que tienen para la construcción de un mundo de personas realizadas y felices, en armonía

con los de su alrededor y la creación. Es así que al echar un vistazo a los ocho siglos desde que el Papa Honorio III confirmó la Orden de los Predicadores, percibimos la riqueza y los aportes que ha hecho para la Iglesia y la humanidad, lo cual

ha de llenarnos de esperanza y valentía para seguir cumpliendo con nuestro objetivo, llevando el Evangelio a todas las gentes. Que con nuestro modo de vivir, podamos dar muestra de la misericordia que Dios tiene para con la humanidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Castillo, J. M. (2007). Espiritualidad para Insatisfechos. Madrid: Trotta. CEC. (1993). Catesismo de la Iglesia Católica. Roma: Librería Espiritual. Crepaldi, S. M. (23 de Noviembre de 2015). La Familia En La Enseñanza Del Papa Francisco. Recuperado el 16 de Septiembre de 2016, de vanthuanobservatory.org: Juan Pablo II. (2000). Exortación Apostólica Familiaris Consortio. Bogotá D.C. Colombia: Paulinas. Monge, M. S. (2016). La alegría del amor: Sobre el amor en la familia. Radcliffe, F. T. (21 de Agosto de 1996). La identidad de los religiosos hoy. Recuperado de dominicos.org: http://bit. ly/2eBbG93 Rodríguez, A. A. (1987). La Vida Religiosa. Madrid: Claretianas. SS Francisco. (28 de Agosto de 2015.a). es.zenit.org. Recuperado Octubre 21, 2016: http://bit.ly/2fajAcS SS Francisco. (7 de Octubre de 2015.b). radiovaticana.va. Obtenido de radiovaticana.va: http://bit.ly/2ephYLd SS Francisco. (4 de Noviembre de 2015.c). w2.vatican.va. Recuperado el Septiembre 17, 2016, http://bit.ly/2eph01u SS Francisco. (11 de Noviembre de 2015.d). w2.vatican.va. Recuperado el Octubre 20, 2016, http://bit.ly/1QuF8Mg SS Francisco. (2016). Exortación Apostólica Amoris Letitia. Roma. SS Juan Pablo II. (2001). Exortación Apostólica La Vida Fraterna en Comunidad. Bogotá, D.C. - Colombia: Paulinas. SS Pío XI. (1929). Divini Illiuis Magistri.

59


El

Abandon una

Re-

del

Fr. Jeferson Steven Gutierrez O.P. 60


no

-

INTRODUCCIÓN El mundo contemporáneo se encuentra en un dilema de identidad, es decir, no se comprende la existencia como algo proyectable sino como un hecho muchas veces fortuito en el que lo último y necesario, como lo es la felicidad, se desplaza a un segundo plano. Ser o no ser se han convertido en acciones equivocadas en las que se entrega el hombre de lleno, y en este hecho se encuentra con la desesperanza y la tristeza, al no hallarse tal como es. Los medios de comunicación, las relaciones interpersonales y el consumismo, han hecho del hombre un ser alejado de sí mismo donde la razón humana se ha visto volcada en un sinsentido, así pues, la existencia se ha hecho un completo límite donde converge el desinterés por el yo y por el otro; es por esto que ante tal cuestión, un “abandono”, no como hecho trágico, sino como plenitud de la vida del hombre, se hace necesario. Lo anterior tomado desde una perspectiva positiva en el pensamiento del Maestro Eckhart, en el que encontramos la base para entender la existencia humana como un sinfín de posibilidades, que tienden hacia el umbral del fin último del hombre: la felicidad. Así es como llega la pregunta base de este artículo, ¿de qué manera la doctrina del abandono a la Trinidad propuesto por el Maestro Eckhart, puede conducir a un existir auténtico?, y la que se tratará de responder no de manera exacta sino como una reflexión que nos permita comprender la existencia desde otro punto, que

El Maestro Eckhart, fraile dominico alemán y artífice de la teoría del abandono, dedicó la mayor parte de su vida a relatar su experiencia con La Trinidad, en la que él, como religioso, se contenía.

61


conlleva por ende, la libertad de optar por asumir o no esta manera particular de existir, que da un nuevo sentido a nuestro ser. A tal cometido se quiere llegar con la premisa de que una liberación racional, que sólo es posible mediante el buen uso de la facultad primera, como lo es la razón; que no es ciencia humana propiamente sino ciencia divina (cfr. 1 Co, 2, 6-12), que produce en el hombre un abandono que es sostenido por la voluntad y asi, también de la libertad, donde la vida se acepta tal como es y la muerte que es el punto central no es en sí misma una desesperanza sino una posibilidad de ser, donde el hombre no viva para sí sino para los otros; así pues, morir en cuanto a lo espiritual, a lo mundano y en lo físico, se hacen tres dimensiones que encierran al hombre en su integralidad y que le sostienen como ser que tiende hacia el fin último: la felicidad.

62

EL “ABANDONO”, MAESTRO ECKHART La existencia humana se ve mediada por posibilidades ontológicas, es decir “de ser”, así pues, el hombre se mueve entre lo que desea de por sí realizar en su existencia y aquello a lo que se niega, mostrando un desequilibrio entre lo que realmente es y aquello que aparenta. Confunde el ser con un hacer mediocre, incluso con un tener, es un juego sin sentido en el que la existencia se menosprecia y se le considera como un hecho fútil. Y entonces, cabría preguntarnos ¿qué es lo realmente importante?, o en otras palabras ¿cuál es el motivo de existir, o es simplemente un hecho de azar, en el que por determinaciones desconocidas, como producto salimos nosotros y nos movemos existentes hacia el fin trágico de morir? Ciertamente, el ser humano necesita una revaloración de su existencia, ya que se ha visto confundido por las nuevas corrientes de lo que conocemos como posmodernismo. Es por esto, que el hombre vive con el afán, con la rapidez de tener un mundo sin preocupaciones en el cual lo único verdadero es lo tangible. Ante este hecho, nos encontramos con una de las posturas más novedosas en la que todo se re-crea y permite al hombre encontrarse con su propio yo, atisbar su ser y encontrar su sentido primero y por tanto su fin. Podríamos denominar a lo anterior doctrina espiritual, que con el paso del tiempo se le ha denominado “Mística Renana”, en la que más que “exponer una doctrina, se basa en enseñar a vivirla. (…) guiar a sus discípulos no únicamente a través de una disciplina especulativa, sino además -y principalmente- por un camino espiritual que no conoce otro límite que la unión con la Deidad Trinitaria” (Brian Farrely, 1997, p. 53). Esta unión con la


Divinidad es lograda en tanto yo la reconozca y por tanto, realmente la encuentre, un hecho que para muchos tiene un tinte utópico por el hecho de mantener la esperanza en alguien que nunca se ha visto, al decir esto no quiere decir que la revelación sea un hecho ficticio, sino que se hace incomprensible para el hombre posmoderno. Dentro de esta doctrina espiritual encontramos aquello que encierra nuestra existencia es decir, Dios mismo, es él quien permite de facto que el hombre exista y así mismo éste se encuentra en una permanente búsqueda de su origen. Sin embargo, para que esto sea posible el hombre debe sumergirse en un “abandono”, en un “dejamiento en la Deidad”. Partamos del hecho de que “Dios es la forma más eminente de la vida, es más que ser o viviente”. Así pues, Dios es la forma más pura, es el “ser por excelencia” y por tanto es la “actualidad formal de toda forma y de toda esencia”. Por otro lado, todas las cosas que existen contienen en sí mismo el ser que es de suyo y lo reciben del Ser por excelencia, así pues, nosotros somos las creaturas y él es nuestro Dios. (Brian Farrely, 1997).

Eckhart (1998) sostiene en un comentario a Hechos 9, 8, “Cuando se levantó del suelo, con los ojos abiertos, nada veía y esa nada era Dios; puesto que, cuando ve a Dios, lo llama una nada” (p. 87). Así, el hombre recorre la vida con el fin de encontrarse con Dios que es Uno, Ser y Nada; se encuentra con la unidad dentro de la diversidad de las tres personas, ciertamente Dios es uno solo que contiene en sí mismo a tres, un hecho que produce en el ser humano intriga; la Divinidad, es decir, la Trinidad se abre a la existencia del ser humano y este se une en su ser con el Ser de Dios logrando hacer uno sólo como una sola es la creación. Es por esto que Heidegger (1997) afirma, “son la razón y la voluntad, el conocimiento y el amor, los que llevan a lo absoluto” (p.173)

Es así pues como hablamos de un abandono, que no consiste en un olvido de sí mismo sino en una re-significación del hecho de encontrarse como ser humano. Y ¿En qué consiste ese abandono que nos propone el Maestro Eckhart en torno a una nueva visión de la existencia? Ciertamente el hecho de existir está marcado por posibilidades de ser, y dentro de esas se encuentra la más grande que Este hecho de unión entre supera a toda pretensión, la Divinidad y su creación corresponde a la posibilidad se hace latente cuando el de “llegar a no ser”, es decir, hombre encuentra en la nada dejar de existir (Heidegger de Dios su propio ser, a esto M., 1997). Este hecho natural

y necesario nos lleva hasta el umbral de la inexistencia, nos confronta con nuestra realidad, somos finitos, caducos, y sólo con la re-significación logramos encontrar la profundidad de nuestra existencia en la Divinidad. De esta manera el abandono en la trinidad, el dejarse por completo a ella se convierte en un hecho transitorio, en el que el Yo del ser humano se abre a la inexistencia porque

... encontramos aquello que encierra nuestra existencia es decir, Dios mismo ...

anhela la eternidad. Y como hecho transitorio se convierte en un “camino espiritual”, que comienza con una “abnegación cristiana” donde se comprende la persona desde la libertad antropológica y cristiana, donde el ser humano se hace realidad viva en la Divinidad, hablándose ya de una “dejamiento”. Con este hecho se abre la existencia a la realidad espiritual de

63


...“el alma recorre su

itinerario hacia la unión transformante con su intelecto iluminado por la gracia, y no halla reposo en su búsqueda hasta penetrar en el silencioso desierto” Maestro Eckhart, 1998

encontrarse con el Hijo que nace de facto en el alma de la criatura, es decir, “el proceso de deificación del hombre: el nacimiento, por gracia, del Hijo de Dios en el alma” (Brian Farrely, 1997, p.103). Sin embargo, todo este camino de espiritualidad tiene su sentido en cuanto “alcanzar la unión transformante” , es decir “llegar a ser por gracia lo que el Hijo de Dios es por naturaleza en el seno de la Trinidad, y así sumergirse en el abismo de la Deidad” (Brian Farrely, 1997, p.104). Este sentido está relacionado con la re-significación, puesto que es allí donde se funda, donde encuentra su complementariedad, el hombre no logra comprenderse desde una perspectiva de negación a la Deidad. Ahora bien, hasta este punto la doctrina del Maestro Eckhart queda

64

encuentra situado en un mundo, él en sí mismo se pertenece, él que es “creatura” es también hermano, así pues, su existencia se ve atravesada por la del otro, por las demás creaturas que comparten -por gracia de Dios- el mismo inicio y por tanto el mismo fin. De esta manera el hombre se hace uno para el otro, no un yo egoísta y aislado, sino un ser que comparte su naturaleza, que lleva su vida marcada por el interés mutuo y por la dimensión antropológica del amor. Así pues:

manifiesta, sin embargo surge otro cuestionamiento que viene Si el hombre es capaz de un a ser el más pragmático, por amor verdadero, amor a Dios decirlo así, y es ¿Cómo lograr en sí mismo y amor al prójimo un estado de “abandono “o por él mismo, según el amor de “dejadez” en la Trinidad, la amistad del que habla santo partiendo del hecho de la Tomas, en ese caso el deseo de la libertad, es decir, de la voluntad felicidad le puede también abrir a misma como hecho fundante de Dios, al otro, y hacerse generoso la radicalidad de dejar “todo” (Pinckaers, 2007). por encontrar el sentido de la existencia, y de por sí de la Ahora bien, para que esto muerte? realmente sea, en términos no estrictos, verdadero se debe “EXISTIR producir en la existencia del AUTÉNTICAMENTE” hombre un dejamiento. Un UNA CUESTIÓN DE entregarse por total a Dios que RELACIONALIDAD es el bien supremo; es decir, vaciar su existencia en un sentido Existir, ser auténticamente desde positivo, ya que esto “dispone a la experiencia de abandono su alma para dar lugar a Dios, es fundamental para asumir que como fuego encendido, por plenamente nuestra libertad, la caridad obrará la deificación para ello debemos tener del hombre justo, o noble” presente las tres dimensiones del (Farrely, 1997, p.104). Así pues, abandono: ser, otros, y mundo. se entiende que el hombre en su Ciertamente el hombre se primera dimensión como lo es


ser -que de por sí ya encierra a las otras dos- necesita revalorarse para hallar el sentido primero de su realidad existencial. Por esto el hombre es también un “ser para los otros”, se encuentra con su realidad y la lleva al umbral de la plenitud para no quedarse en una espiritualidad elevada entre el amo y su criatura solamente, sino entre el Señor y la humanidad. Existe el hombre por Dios y para él, pero no se logra ahondar este abismo si la creatura vive con un Yo arrasador en el que no importan lo demás sino la mera satisfacción. De esta manera es que queda manifiesta la primera postura, el hombre existe auténticamente cuando encuentra en el otro que también es creatura el rostro de Dios, que no tiene forma particular, es decir egoísta, sino que es por todos y para todos. A esto Eckhart (1998) dice: Es luz, claridad, es todo tiniebla innombrado ignorado liberado del principio y del fin, yace tranquilo desnudo, sin vestido. ¿Quién conoce su casa? Salga afuera y nos diga cuál es su forma (p.140)

Así mismo logra entenderse la existencia del hombre en relación con el mundo, que en cierta medida le pertenece y es pertenecido; ya que Dios le ha dado poder sobre todas las cosas, pero no un poder maquiavélico sino un poder de amor, en el que la creatura da todo de sí mismo para que en el mundo se refleje el amor trinitario que es unidad, ser y nada. Unidad porque todo el cosmos junto con el hombre son una alabanza al Padre creador, es decir, “su causa análoga universal”; ser, ya que, “creando, Dios llama a todas las cosas de la nada al ser”, por esto comparten de por sí su naturaleza con la realidad divina, es decir, el Ser por excelencia. Así pues, se puede afirmar, “la creación es producción a partir de la nada, y por eso dice san Juan al hablar del Verbo: “sin Él nada fue hecho” (cfr. Jn 1,3); y nada en cuanto que “la creatura es una pura nada”, que no se entiende como una imposibilidad de ser sino como un reconocimiento de que “así como las creaturas fueron creadas de la nada por eso de sí mismas son nada, una nada ante Dios”. Este reconocimiento de la grandeza de Dios hace también de la creatura una grandeza, y por esto “ninguna creatura es tan poca que no necesite de Dios para ser” (Farrely, 1997, p. 84, 85).

encontramos lo que realmente anhelamos. Así, “el alma recorre su itinerario hacia la unión transformante con su intelecto iluminado por la gracia, y no halla reposo en su búsqueda hasta penetrar en el silencioso desierto” (Eckhart, 1998, p.113) y “la cuestión de la meta o el fin último es como la columna vertebral de la cuestión de la felicidad” (Pinckaers, 2007, p.54); sin embargo, esta realidad en su mayoría de veces, se vive con miedo, con dolor y sufrimiento. A la iglesia, en sintonía con el año Jubilar de la Misericordia, el Papa Francisco (2016) en su reciente exhortación apostólica, tratando los temas que afectan a la familia, nos dice “es como si se detuviese el tiempo: se abre un abismo que traga el pasado y también el futuro (…). Y a veces se llega incluso a culpar a Dios” (p.198), y es que no se está preparado, se quiere remediar de algún modo con la sola pretensión de olvidarla, para que nunca llegue, así pues, “la sociedad contemporánea parece haber perdido todo sentido del valor de la muerte, del vínculo indisoluble de la muerte con la vida, de la muerte como componente de la vida” (Heath, 2008, p.31).

LA FINITUD COMO HECHO RADICAL DEL EXISTIR Por tanto, el hecho de la muerte se ha convertido en una realidad Ahora, existir auténticamente es también reconocer el hecho de “olvidada”, y ciertamente nos es nuestra temporalidad, es decir, somos finitos y tenem os un fin propia, ya que es fundamental que no es imposibilidad, sino la mayor posibilidad de ser, porque para existir auténticamente, es

65


decir, debemos abandonarnos en Dios, y de por sí en la muerte “si aceptamos la muerte podemos prepararnos para ella” (Francisco, 2016, p.202), y no como hecho trágico sino como realidad que nos supera, y nos lleva hasta el umbral de la felicidad, es decir, la unión con la Divinidad en un abandono total, en el que no existen límites. Por otro lado, nos dirá Küng (1983) “aceptando su inane existencia en libre decisión y con resuelta disposición para morir y tratando de existir desde sí mismo: para llegar así a su auténtica mismidad y totalidad, en cuanto que aprende el hoy, el presente, como la posibilidad de ser él mismo” (p.74). Es decir, y sería la cuarta postura del abandono que no está directamente en la teoría del Maestro, que corresponde a “ser para la muerte” de una manera auténtica. Es dejar toda nuestra existencia en manos de la divinidad que lo puede y lo trasciende todo, él es la fuente

66

de la vida y por tanto es el culmen de la existencia. Él, el Ser por excelencia, que comparte con nosotros su Ser se hace realidad en nuestras vidas, “Dios viene con su amor sobre el alma, para elevarla por encima de lo que puede obrar por sí misma” (Farrely, 1997, p.112); es Él quien viene a nuestra existencia, la toca y hace del hombre un “ser auténtico”, que no es limitado, sino que se extiende en y por gracia de Dios. Por tanto, aun cuando la muerte llega y la vida parece destruirse “nos consuela saber que no existe la destrucción completa de los que mueren” y aunque, “su presencia física ya no es posible (…), es fuerte el amor como la muerte (cfr. Ct 8,6). El amor tiene una intuición que le permite escuchar sin sonidos y ver en lo invisible” (Francisco, 2016, p.200). De esta manera se entrevé la realidad de nuestra existencia, que no es un hecho fútil o pasajero, sino que nos hace realidad en la Divinidad, existir es estar junto a aquel que nos ha llamado a la vida, aquel que es también el sentido de nuestro fin, y por quien se decide abandonarlo todo, no meramente en cosas materiales, sino, como se decía antes en pretensiones, esas cadenas que nos limitan y nos imposibilitan a “ser auténticamente”, que es un hecho de libertad, en el que nosotros como creaturas optamos, si dejarlo todo, o seguir aferrados a nuestras condenaciones. Sin embargo, esta libertad, no se puede ver como un “yo hago lo que quiera”, sino que es una voluntad razonada, en la que prima el amor y la dignidad humana, y en la que toda existencia es igual que la nuestra, es decir, modos de ser, que permiten la unidad, esa unidad con la Divinidad que nos habilita a encontrar lo que tanto anhelamos, ser felices


CONCLUSIÓN Ciertamente el hombre se encuentra en un momento en el que su existencia se extiende en busca de la felicidad, y así mismo esta se ha visto mediada por múltiples realidades, que sobrepasan muchas veces la dignidad humana. Es por esto que el hombre está llamado a revalorar el hecho de existir, y lo debe hacer de manera integral, con Dios, consigo mismo, con los otros y con el mundo. Estas realidades deben situarse en un plano esencial ya que hacen parte del abandono a la Trinidad, que supera a toda pretensión y que nos vacía, en el sentido más pleno; permitiendo de por sí, que nuestra vida en todas sus dimensiones sea resignificada. Sin embargo, la muerte toca a nuestra puerta y parece haberse

perdido todo lo anterior, de cierta manera carece, para muchos de sentido; y es precisamente porque se enfrenta la vida ante el umbral de la finitud. Este abandono en la Trinidad, es también un “ser para la muerte”, ya que cada instante de nuestra vida se hace un “morir a”, en este caso a las pretensiones. Por tanto, la familia desempeña un papel fundamental en cuanto “ser la escuela del abandono”; es allí donde se enseña la misteriosa pero grandiosa manifestación del rostro misericordioso de un padre que nos abraza, anhelando de nosotros, las creaturas, la apertura del corazón, para que alcancemos “nuestro fin último”: la felicidad.

sentir que nuestra existencia se mueve en la profundidad de la divinidad, y que en la familia halla sentido, donde la vida misma se hace una eternidad; el Reino de Dios presente en la actualidad. Por esto el vivir auténtico no es algo que se reduce en el hecho de morir, esto sería fatídico, sino que es un hecho de este mundo, de esa relacionalidad con “los otros y el mundo”. Así pues, la invitación primera es “abandonarnos” en las manos de la Trinidad que no tiene forma alguna, porque es desinteresada, y por tanto, también la vida del hermano que es el rostro de Dios, que se manifiesta en el mundo, en la familia, que como se dijo antes, es “escuela de abandono”.

Abandonarnos pues en las manos de Dios nos hace de por sí existir auténticamente, es

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Brian Farrely, O. (1997). Meister Eckhart: Teologo Místico. Mendoza, Argentina: Facultad de filosofía y letras de la Universidad de Cuyo. Eckhart, M. (1998). El fruto de la nada. España: Siruela. Francisco, P. (2016). Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia. Roma. Heath, D. I. (2008). Ayudar a morir. España: Katz Editores. Heidegger, M. (1997). Estudios sobre mística medieval. México: Siruela. Heidegger, M. (1997). Ser y Tiempo. Mexico: Fondo de cultura. Küng, H. (1983). ¿Vida eterna? Madrid: Ediciones Cristiandad. Pinckaers, T. S. (2007). Las fuentes de la moral cristiana (Tercera ed.). Navarra: Universidad de Navarra (EUNSA).

67


NOVICIADO INTERNACIONAL

Provincia San Luis Bertrรกn Colombia

Vice Provincia Santa Catalina de Siena Ecuador




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.