arquitectura concepto, contexto y contenido
Bernard Tschumi
Sergio Campos Martin Ottonello
Contenido
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Texto Arquitectura, concepto, contexto y contenido
2 Marco 3 Aporte
generar contenido introductorio, como plataforma para el desrollo del tema
estudio de obras desarolladas resaltando puntos de interes
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Operatividad Reconocer herramientos y estrategias de trabajo
Texto Arquitectura Concepto, Contexto, Contenido – Bernard Tschumi Concepto versus Contexto(s) contexto puede conceptualizarse. Contextualizar el concepto significa adaptarlo a las circunstancias de un sitio o situación política particular. Conceptualizar el contexto significa No hay arquitectura sin concepto - una idea general, un diagrama o un esquema que da coherencia e identidad a un edificio. El concepto, no la forma, es lo que distingue a la arquitectura de la mera construcción. Sin embargo, no hay arquitectura sin contexto (excepto para la utopía). Una obra arquitectónica está siempre situada o “ en situación” , localizada en un sitio. El contexto puede ser histórico, geográfico, cultural, político o económico. No es nunca sólo un asunto visual, o lo que en los años 80 y 90 se llamaba “ contextualismo” , con cierto conservadurismo estético implícito. Dentro de la arquitectura, el concepto y el contexto son inseparables. Frecuentemente, también, están en conflicto. El concepto puede negar o ignorar las circunstancias que lo rodean, mientras que el contexto puede oscurecer o difuminar la precisión de una idea arquitectónica. ¿Debería prevalecer alguno de estos dos términos sobre el otro? La historia de la arquitectura abunda en debates entre los partisanos de la tabula rasa — el concepto— y aquellos del genius loci — el contexto— o, dicho de otro modo, entre conceptos genéricos y específicos. La respuesta puede descansar no en el triunfo de uno sobre otro, sino en explorar la relación entre ambos.
Concepto versus Contenido ¿Qué pasa entonces con el contenido? No hay espacio arquitectónico sin algo que tenga lugar ahí: no hay espacio sin contenido. La mayoría de los arquitectos empiezan con un programa, es decir, una lista de requerimientos del usuario que describe el propósito del edificio. En varios momentos de la historia de la arquitectura, se ha afirmado que el programa o la función pueden ser generadores de forma, que “ la forma sigue a la función” o, quizás, que “ la forma sigue al contenido” . Para evitar entrar en discusiones acerca de la forma per o de la forma contra el contenido, la palabra forma se reemplaza, aquí, por concepto. ¿Se puede sustituir la fórmula “ la forma sigue a la función” por “ el concepto sigue al contenido” ? Sin embargo, el concepto de un edificio puede preceder a la inserción del programa o el contenido, ya que un contenedor neutral puede alojar numerosas actividades. Del mismo modo, un elemento programático puede exacerbarse o tematizarse de tal modo que se convierta en el concepto del edificio. Por ejemplo, en el Museo Guggenheim de Nueva York, Frank Lloyd Wright toma un elemento implícito del programa — el movimiento a través del edificio desde la entrada a la salida— y lo transforma en un concepto en forma de rampa continua que, finalmente, caracteriza al museo. El hecho de que la configuración de la rampa derive o no de la tipología de un estacionamiento es algo secundario en relación al concepto general que determina al edificio.
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Segunda Guerra o el gran centro comercial construido bajo el Louvre, en París. En otras palabras, un santuario para aves puede construirse en un parque, o no; una tienda en un centro comercial, o una alberca en el océano. Las relaciones entre contenido y contexto pueden ser, de nuevo, de indiferencia, reciprocidad o conflicto. Hechos versus interpretaciones Aunque los arquitectos, por lo general, distinguen claramente lo dado — el contexto— y lo concebido — el concepto— , la relación no es tan simple. En vez de algo dado, el contexto es algo definido por el observador del mismo modo que un hecho científico recibe influencia del observador. Los contextos son enmarcados y definidos por conceptos, del mismo modo que la afirmación contraria es cierta. El contexto no es un hecho; es siempre resultado de una interpretación. El contexto de un preservacionista no es el mismo que el de un industrial. El primero ve el habitat para peces donde el segundo ve el potencial para instalar turbinas que provean energía para miles. El contexto es comúnmente, ideológico y, por tanto, puede ser calificado o descalificado mediante conceptos.
puede, por tanto, mostrar un registro de contaminaciones a la pureza de los conceptos dado el desorden de sus contextos, donde conceptos y contextos chocan de formas en apariencia impredecibles y, con todo, estratégicas. Proyectos Los proyectos ilustrados aquí exploran distintos temas delineados con anterioridad. En el proceso de hechura de estas obras, raramente se trató de un conjunto de recetas. A veces, un proyecto se desarrolló a partir de una idea conceptual o de una estrategia específica. En otras ocasiones, la estrategia fue delineándose mientras luchábamos con las exigencias funcionales o relativas al sitio ligadas a una cuestión particular de diseño. Al trabajar en estos proyectos distintos, encontramos que los conceptos podrían calificar o descalificar a los contextos, tanto como los contextos pueden calificar o descalificar a los conceptos. He tratado de documentar las distintas exploraciones y los descubrimientos ocasionales, organizando los proyectos en seis categorías que describen distintas relaciones entre concepto, contexto y contenido. Indiferencia táctica
Una genealogía de conceptos La historia de la arquitectura no es tan diferente de la historia de la ciencia. Es una historia de formas de conceptualización. Elaborar conceptos significa empezar con preguntas o problemas que,
Aquí, tres proyectos se originan en un concepto para el cual el entorno genérico no juega casi ningún papel. Al contrario, los conceptos para estos edificios exploran el potencial de la arquitectura como envolvente, quitando énfasis en nociones
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Contextualizando el concepto Aquí, la estrategia es contextualizar un concepto arquitectónico. Una idea a priori se adapta a un medio específico. En el caso del Centro de Medios Electrónicos y Arres de Troy. Nueva York, donde el concepto decisivo — la idea de una cubierta mínima doble que envuelve un intrincado programa y su circulación— se maximiza sacando ventaja de su contexto, una cuesta empinada. De manera similar, en San Pablo, la híbrida geometría curvilínea de la nueva torre del museo responde a las condiciones particulares del sitio del proyecto. Conceptualizando el contexto Invirtiendo la proposición anterior, aquí el contexto se impone. Las condiciones complejas del sitio y del programa exigen que el contexto y el contenido sean entendidos y atendidos. Como el contexto no puede ignorarse o eludirse, debe conceptualizarse. El concepto ataca directamente, por tanto, los requerimientos contextúales volviéndolos a su favor. Por ejemplo, en el diseño del Museo de Arte Africano, localizado en el distrito para el desarrollo de parques especiales, en Nueva York, se lleva hasta el extremo el reglamento de la zona. El resultado es una caja de vidrio que cumple con el código y aloja una geometría irregular prohibida por el mismo. El Centro Atlético en Cincinnati da la vuelta a las condiciones locales al proponer la noción de un relleno conceptual o una forma libre contextual. El contexto del Nuevo Museo de la
inició con un concepto urbano: la idea de que la densidad y el dinamismo son partes constitutivas fundamentales de una ciudad del siglo XXI. En el proyecto para la Fabrica 798, en Beijing, el concepto es una polémica acerca del contexto. El nuevo desarrollo flota sobre la vieja ciudad, permitiendo que se conserve el barrio existente. Teoría, práctica y la ciudad Estos proyectos sugieren que la actividad de la arquitectura es menos hacer formas que investigar conceptos y la consiguiente materialización. En tanto la sociedad evoluciona, su arquitectura anuncia o responde a esta evolución generando nuevos conceptos, cuestionando y reemplazando los viejos y obsoletos. En este proceso puede ser benéfico, aunque no fácil, que los arquitectos rechacen los métodos predeterminados y los dogmas a priori, los cánones académicos y las tipologías historicistas. El pensamiento arquitectónico tiene poco que ver con la religión: no se trata de imponer sistemas de creencias, como parece haber sido el caso durante gran parte del siglo XX. La arquitectura se parece a una gran
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Marco A modo de análisis, comenzaremos planteando las diferencias entre concepto y contexto a grandes rasgos. Desde nuestro punto de vista, los conceptos son objetos mentales, por medio de los cuales comprendemos las experiencias que emergen de la interacción con nuestro entorno, a través de su integración en clases o categorías relacionadas con nuestros conocimientos previos. La palabra concepto proviene de la voz latina conceptum que significa concebido. La formación del concepto está estrechamente ligada al contexto; esto significa que todos los elementos, incluyendo lenguaje y cultura, y la información percibida por los sentidos que sea accesible al momento en que una persona construye el concepto de algo o alguien, influyen en la conceptualización. El conocimiento de la experiencia siempre es concreto, tiene una referencia a una cosa, una situación o algo que es único e irrepetible. Las cosas únicas e irrepetibles no se pueden conceptualizar desde premisas. El contexto es un conjunto de circunstancias en que se produce el mensaje: lugar y tiempo, cultura del emisor y receptor, etc y que permiten su correcta comprensión, entorno, ambiente, etc. En comunicaciones y lingüística, contexto es el significado de un mensaje (como una oración), su relación a otras partes del mensaje (como un libro), el ambiente en el cual la comunicación ocurrió, y cualquier percepción que pueda ser asociada con la comunicación. En ciencias de la computación, contexto son las circunstancias bajo las cuales un dispositivo está siendo utilizado, por ejemplo el uso actual del usuario. En arquitectura, sería desde las construcciones cercanas, el entorno político, socio-económico, etc. Adentrándonos mas en el texto de referencia, analizaremos el marco en el que el mismo fue concebido. Fue en la década del setenta, que este renombrado arquitecto de origen suizo pero formado en Francia. Inicia sus primeras ideas que desarrolla en textos y dibujos esquemáticos. Fuertemente influenciado por la arquitectura imperante, creada bajo la sombra de la arquitectura moderna. Desarrolla sus lineamientos básicos, basados en la dualidad función - forma. Los cuales adorna y les busca sinónimos. Pero siempre deja entrever que se transforma en uno más, de los tantos, que busca explicar y reducir la arquitectura a estos dos conceptos introduciendo en ellos un tercero, contexto. Su vida profesional toma un vuelco vertiginoso en el año 1983. Cuando proyecta y realiza “le parc de la villete”. Fue el punto de partido para el desarrollo de su arquitectura y su crecimiento profesional. La cual busca encausar con bases firmes y fundamentos sólidos. Crea en este ámbito, “concepto, contexto y contenido”.
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Aporte Basa sus pensamientos en las viejas doctrinas. Y no concibe una practica sin teoría. Meticuloso y estudioso, genera un marco conceptual real o no, para el punto inicial de partida de sus proyectos. No le basta únicamente con generar una base teórica sino que crea 8 puntos a seguir el cual el “buen” proyectista debe acatar para llegar a proyectos de calidad y entendimiento. Estos duros y rígidos lineamientos sorprenden más a contra cara de un proyectar tan lúdico y sencillo que se predica hoy, sin dejar de ser obsesivo y excesivo, en base al ensayo y el error. Nos encontramos que fue Loos el padre de la “forma sigue a la función”. Conocedor de la arquitectura y de sus posibles vuelcos. El cual logro infectar a los proyectistas más influyentes del siglo XX. Lo cual vemos en Tschumi, una clara derivación del pensamiento de Loos, derivando “concepto, contexto y contenido”. Distintas palabras, pero que tangencialmente buscan el mismo significado. Lo que encontramos en el texto son verdades, las cuales ya se han gritado a los cuatro vientos. Por lo que no tienen novedad alguna. Más que ver otro punto de vista sobre el archiconocido dilema de la arquitectura y su arte de proyectar. Punto a favor a para Tschumi, reconociendo el sitio de implantación, su bagaje histórico y su visón a futuro. Punto a favor para Tschumi demostrando la prioridad del concepto en el proyecto. Y punto a favor para Tschumi en buscar la infinidad de casos concepto - contexto. Serán estas las únicas tres posibilidades? No habrá matices entre sus tres situaciones (indiferencia, reciprocidad y conflicto). No habrá zonas grises? o yuxtaposiciones? Me parece que definir situaciones estancas no nos lleva a una mejor comprensión del proyecto y nos reduce el espectro de actuación. Para fortalecer sus argumentos Tschumi toma ejemplos concretos de arquitectura realizados en los cuales sustenta su discurso. Sería poco inteligente repetir en estas líneas los edificios y sus conceptos. Pero si es bueno apreciar bajo que cristal mira las obras. Identifica los tres casos antes citados (reciprocidad, indiferencia y conflicto) y hábilmente genera y crea su contexto y concepto para que puedan ayudar a explicar sus teorías. Nos trata de convencer que no hay recetarios en arquitectura pero escribe todo lo contrario. Quiere formar una forma de proyectar que el no concibe ni comprende. Sabiendo que el no realiza arquitectura de esa forma. Quiere dar libertades en el camino de la generación de proyectos y deja abierta la interpretación del contexto que se basa en las ideologías y vivencias de cada uno. Pero en contrapartida, busca razones para sus teorías que no son más que recetas de una arquitectura ejemplar. Serán estos los mecanismos a usar? ¿Encontrara primero los resultados y después desarrollara la teoría? Lo que encuentro es un Tschumi, que nos quiere convencer de algo que ni el mismo está convencido. No quiere generar una arquitectura de manual y él es el principal abanderado con las reglas y las estrategias. Uno de los aportes más importantes que realiza es la apertura que le da al concepto de programa, al relacionarlo directamente con el evento, el acontecimiento y el movimiento con el usuario como actor principal, el cual deja claramente demostrado en la obra del Nuevo museo de la acrópolis mediante la ejecución de sus croquis, donde le da la misma importancia al recorrido y visuales en todo momento de la persona que lo vive como a las exposiciones que allí yacen.
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Operatividad Su obra suele considerarse dentro del deconstructivismo aunque el afirma no adherirse totalmente a esa teoría. Su postura teórica se basa principalmente en la práctica de la libertad personal del diseñador frente a sus obras. ESPACIO, EVENTO y MOVIMIENTO se combinan entre si para el manifiesto de una nueva realidad arquitectónica. Estos tres conceptos son las claves que desarrollan su teoría. Lectura diferente de la arquitectura en la cual espacio, movimiento y acontecimientos son independientes, aunque se mantienen en una nueva relación. La obra refleja su tendencia teórica al replanteo y análisis de la ciudad contemporánea en toda su complejidad. Se habla de una “ARQUITECTURA DEL EVENTO” en lugar de una “Arquitectura-objeto”. Tschumi ve los diagramas como “dibujos operativos” cuyo objetivo se concentra en generar las condiciones del programa a partir de eventos de todo tipo. El movimiento incide de forma directa en la representación secuencial y en la propia concepción del espacio arquitectónico. A continuación podemos ver dos claros ejemplos de la arquitectura que predica Tschumi. Nos remitimos a dos ejemplos conocidos que denotan las características antes explicadas. Comenzaremos con el centro universitario de Cincinnati, construido en el periodo 2001 - 2006. El cual se basa en un relleno conceptual, para el desarollo del proyecto. implantado en una parte muy singular del terreno. localizado entre el estadio y la universidad, tomando como partido la forma sinuosa que fuerza a la pieza. Logrando una forma libre contextual. El otro ejemplo de estudio es la sala de conciertos de Rouen construido durante 1998 - 2001. Se busco un espacio interior versátil de fácil adaptación a los distintos acontecimientos que se puedan generar . Implantado de forma independiente logrando un tipo “landmark” y priorizando el llenado conceptual para luego transitar por el camino conceptual. Que logra con dos envolventes en la cuales según comenta, opto por este sistema para economizar el desarrollo del proyecto. A continuación les dejamos las imágenes de los proyectos anteriormente sitados.
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