Colección UN LIBRO POR CENTAVOS
perro muerto en la avenida central
No inclines la cabeza si mañana los transeúntes hacen gestos al pasar por lo que sobra de tu existencia. Inútil es ladrar, mover la cola, cuando alguna hembra –sin reconocerte– vaya sobre tu cuerpo como por una alfombra. Hoy no muestras al enemigo las navajas de tus colmillos; giras feliz, multiplicado en las llantas de los autos.
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