FUERA DE LUGAR. EN UN PLAN DE ÓPERA. Raúl Mejía Rodríguez

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FUERA DE LUGAR EN UN PLAN DE ÓPERA



FUERA DE LUGAR EN UN PLAN DE ÓPERA Raul Mejia Rodriguez


Derechos Reservados @ 2014 Herederos de Raúl Mejía Rodríguez @ De esta edición Cali-Colombia Primera edición: Octubre de 2014 Dirección editorial: Maria Cristina Lora Diseño e impresión: Lito Muñoz S.A.S. Calle 20 No. 3-34 Cali-Colombia Tel. 8813019 www.litomunoz.com.co se utilizo la fuente Minion Pro 9/11/12 puntos Diseño de carátula: Maria Cristina Lora Diagramación: Brayan Aristizabal Fernandez - Lito Muñoz S.A.S. Ilustración de portada: Diego Velázquez, La rendición de Breda ISBN: 978-958-46-5125-9 Impreso en Colombia Printed in Colombia

Queda hecho el depósito legal El contenido de esta publicación puede ser parcialmente reproducida, siempre que se cite la fuente y se den los créditos correspondientes a sus autores.


ÍNDICE Fuera de lugar.

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Del amor

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Ilustración

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Monaliso

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Otra razón de amar

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II. De la virtud lírica. En un plan de ópera

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De una virtud que esclarece …a Conrad Y es que no cabe duda uno siente cuando se pasa del bosque a la llanura que no hay mucho que ver aunque se dispone de mucha luz y la verdad es que durante bastante tiempo no se intenta ver nada.



Después veremos a la fiel mentira aquí el engaño a la hiel de treguas como hogueras que nublan los días con el humo y espanto a tantas vidas.



De otro lado hay maĂąanas como de verdad inventadas. Los pĂĄjaros mĂĄs coloridos y en fin, sonrisa a los vecinos.



FUERA DE LUGAR



Y AHORA HABLAR DE RENDICIÓN… Si mencionar al otro, despierta temor en los enemigos de la paz como que en ellos “ La rendición de Breda” es afrenta, esa pintura de nobleza dando cuenta, cuatro siglos ¡Qué la paz puede concebirse! O se prefieren cruentas las mil y la noche no acabe sino en estelares de guerra en el refulgente rating que para efectos de captura no permite parpadeo ni al encandilado un pensamiento afuera; claro, suponen que al mirarnos en las pautas hablemos indiferentes como fija garantía de no ser futuro escombro allí tirado lo mismo del que grita: ¡carajo! es como si fuera arte el crimen de esa foto. … Mientras la joven campesina canturrea, patria un lío ser de ti pedazo ahora el campo quiere canto para machete no va a la tierra tampoco de mi hoz, la santa ira... (bis) Corten, Mientras el ruin sus gotas en asedios los duelos se vinieron franqueados, con la altanería que dobla el carajillo su camisa de marca y logo cocodrilo ríen de sospechas para ese vil tanta pantalla. República independiente, pabilos de mecha de un noticiero allí y otro más lejos por allá y los que dicen no querer la guerra dan a esos góticos jornadas extendidas.

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Y ENTONCES… A quién palidez de coro se dirige si a flecos ¡OH! bandera ésta de plata o para la hecha Policarpa, sin coro de metralla, ni el progreso se’ntibie, ¡Ay, esa verdad de soledad! ¡Ay! libertad y yo aquí de guapo por un trémulo me cambio si me desato del cordón de tu infinito y me quedo en este muro de lamentos.

ARROZ AMARGO, TODO ESTÁ CARO Allí la ira, allá los velos mentirosos ahora mismo al aire sus monedas todos el día los que se ríen orondos y que siempre han arrojado al aire esas monedas. Con sello pierden con cara nosotros... La frase del año del Ejecutivo de Oro.

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Y LUEGO TENER QUE IRME Bien lejos contigo reinventarme, esconderme como si no lo hubiese hecho, y aquí aparece en punta de colmo cruel, si aún te quiero, el no me toques y ni contar con las ganas en forma extrema si su aflorar oculto para un mejor despertar de fiera que sin acecho vague y en torno mío puesto sea, ¿hum? … O en líricos retornos que dan pena y por eso me di a cosechar lontananzas en absurdo y aparte de reinos y alegrías o de preguntas que de lejos no se entienden y si te acercas todo tiende a distanciarse, casi todo y luego apelo a ti y me señalas con el dedo aquel lucero, míralo, no titila, está enardecido, quizá ofendido, pienso al paso.

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PORQUE EN ESAS DE IDAS Fui a lo profundo tierra con el desplazado hecho pedazo, barrido y enga単ado a cualquier fuego. Que cuando quiere como brisa correr por entre las zarzas floridas por sobre las tumbas, las fosas de sus amigos, que fueron muertos en ese carnaval siniestro en infeliz anuncio en la conocida circular de feudos; ahora soslaya el duelo mientras llega el plagio legal del puro centro.

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Y ESE OTRO SUBLIME EN LA PANTALLA Que al indefenso a su casa llega a mi me da una especia de ají rojo delirante y otra si hablamos de eso que a ningún verso anima, y entre paréntesis que lo mejor es la guerra (casi lo dicen en pantalla) Y las señoras de pipiripao en cócteles, hermosas uno se las imagina tristes de alegría cuando en colmo de fiesta el anfitrión ebrio muestra el diente de oro del campesino dado de baja. Ellas, horrorizadas dijeron desconocerlo, si en una parada lo vieron bajo el kepis lloraba por el niño que se salvó de una bala perdida, “gracias a Dios”. … Luego vienen ellos que a párpado abierto para no observar nos dan viendo oír sin escuchando o se arme pensando y uno siente la mordida, pero es que son tan bellas, ellas de advertencias de lo que va ser un buen día, y duro con él, si bañadas y untadas en coimas y mentiras las lindas sonrisas.

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EL BARRO Y EL SONIDO a Tarkovski1

Una noche conocí el estado de oír metales en la humildad de barro soy Aunque Miguel me llame, fui a verlo urgido, a escuchar su primer tañido. Y en tanto las oía en cuadro y en otras formas me empezaba a fijar en los zapallos del chileno y en un tercer plano la canción a Pénjamo. La experiencia compartida y comentada, surgió en una reunión de aromas, amanecer de sábanas de amor y café hervido; sorprendidos, por un doblar a esa hora, como que anunciando la tarde rara venga; así fue, después de los crepúsculos rosados le apareció una congoja nunca sufrida y al despedirse apurado, sintió el esfuerzo, creyó que nadie lo había notado, sobró explicación porque la tarde oscureció repentina; tan rápida y tan lenta, ya con las cúpulas no divisadas y distado de sus últimas casas escuchó como Zen de amigo, de hermano o de Patria las campanas, a lo lejos, o como si fuera en cruz otro recuerdo.

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Cineasta ruso desaparecido muy joven: Andrei Rubliov

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EL PALIMPSESTO HABLABA: Que poblado de algún sonido, como si supiera, recubierto de cobre y estaño tal como en ese viejo proceso de campana… y sucedido hace tanto, que había perdido la cuenta, ahora devuelto al estado de milagro con tan sólo tu mirada. Pero no sabe si a punto de tolerar, aparte del metal, y en la comodidad de simple barro, el fuego, el sudor, la presencia mágica, todo sea en la alegría por el sonar de la campana. Aquel testigo que hizo parte de ese anhelo lo vio todo con la consideración y el amor como pintaba su credo, las cosas, fiel a su destino.

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¡SEÑOR! ¿Y es que, hablamos del mismo barro el moldeado con tus planes divinos pero que le atribuyen error empíreo salvas las acciones bárbaras con lavados de providencia? Y por eso quedó forjada la espada con el fuego los pactos de lobos, los pájaros sin condena y como si fuera poco, por ti bendecidos. Ejemplo aquí, los bellos descendientes y dirigentes tan rubios, tan limpios como si nada, aquí los mismos con las mismas, dice la gente, mientras al votar, suma de nobleza es el olvido para los que hoy salvan un banco, una bolsa. Son los mismos que con la sonrisa más blanca (de Colgate) Niegan los sueños a las inmensas mayorías. (también dicen ellas, siempre han robado…) Y cuando los hechos despuntan en las plazas frente a sus televisores Uds. preguntan si son terroristas y qué ha pasado con el circo ¿acaso sólo de pan se vive. De pan? ¿Y es que estos medios no funcionan? … ¡OH los medios! en ricos abandonos de conciencia con los entreverados de noticias relajado uno se traga la mentira.

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¡Ay! Las palabras bien dichas y bien vestida la sonrisa las pautas que cortan en su punto. Y el viejo periodista amarillo ya escogió la víctima sin abolengos no respeta. Viene la pregunta con falsos silogismos. Los medios y sus títeres por favor cambiemos eso, las reinas y los reinados los príncipes del dinero los encuentros de reinas y negociados el poder, los modistos, todos sonríen. Y a los pobres que los comerciales no pueden o no pudieron esconder a tiempo, en tanto las bellas fotos, los soldados del plomo, después los periodistas bien pagos y el que escucha cuenta las palabras ¡Las palabras son palabras y van al aire! ¡Hay festival, hay poetas! Ron pa’todo el mundo lleno de sur y de piedad (digo equidad) alarma si hay en país hermano. Mientras aquí el desprevenido atracado mil veces se ha ido antes, invisible se había hecho de camaleón rezó un poco señaló su grupo de recalcitrante y la seguridad democrática de fueros ahora los ve con miedo.

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EL MUY LIBRE SIGLO Y en plena ley del monte, se reciben príncipes se exporta moda y corredores de Fórmula. Ahí en vientre de monte, diente por diente… eso que al ser apena y esconde al mundo pero que son pautas y no hay conflicto, o que la guerra es patria para consumo patrio. Entonces si la guerra es patria, que se abra el telón: En el puro centro el país de Barataria sus quintos de verde y hojarasca la inocencia de Marte dios de la guerra como si no supieran los ángeles de burla y engaño, en tanto sus pares de cuello blanco hunden el erario. Todos los días frescos en los hogares sobrados vuelven y devoran crudos electores ahora ya sobre el botín de oro, y a la vez montados en el vagón de la mentira: Y para enredar repiten y repiten como cortina y humo que allá en el otro país hermano no hay libertad de prensa, aquí sí, todo en revuelto sin masticar siquiera en la canasta que distraen ellas tan bellas, como si no supieran en qué país viven, extrañadas, macrobióticas, toda su belleza en las noticias a la hora de las comidas.

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COMO UN POEMA EN OFF SIDE Como de azul se prestan los recuerdos para cantar en esquinas de esperanza su color no convoca clamores, los aplaza con él las broncas no van a los conciertos. Ahora bien, también usados en fondos de versos blancos, sin causa y los más respetuosos son molestos, si en ellos hay intolerantes verdes zumos como si de árboles a borde de carretera de la misma especie se ven iguales, su naturaleza presta a vientos corales librado de instinto ya un verso domado… En dicha de la dama de garganta y crucifijo, atrás bien sentada en su discreto encanto escucha, que no habrá rimas sediciosas, comenta que se quemen en su pira, de aquí ningún alzado. Esos que aman en todo tiempo la lucha ardiente hagan balcón allá afuera, que se olviden aún sean tiempos claros para más acuse hay quienes al pensar confunden o no pueden. Digo, eso de ser o no ser en esta época es grave habrá quien tras la traición de un… link este aquí que le den un vino en estos tiempos peligrosos, si, si y la fiesta pronto, los aplausos no dan espera, como vítores como reclamos a la pequeña guerra los antiguos cantos del verde olivo como vieja gloria ya gordos en el rincón cagados de la risa, todos en susurro:

¿Patria de mi silencio mudo los dueños del poder hicieron guerra para qué morir en ti pobre y desnudo? (bis)

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BAUDELAIRE Charles, no lidiaste en tu buen jardín con el destino de tus flores del mal: Ninguno de esos setenta millones de las dos grandes guerras pudieron, la mayoría no supieron de tus endemoniados versos y en tu infierno de preguntas ¿cuántos de ellos quisieran? En cambio una consideración al vuelo es que tus poemas ayudaron a colorar aún cuando ya crecían entre el rojo y el negro; y ese maloliente florido se enredó en la raíz de rosa que vivió después. Bien, luego de esas masacres tus poemas nos ayudaron, era fácil, nos ha bastado con nuestros muertos la ironía: la carroña ahora es más virtual, no hay que leerla. Y por supuesto mal de muchos… y si del primer mundo, nuestro modelo… Pero este ejemplo no puede repetirse al pie de letra y si los pobres de Wall Street aprietan el cuello a la historia, porque los barcos y cañones son de acero, las balas, las estadísticas, el desarrollo que miden su alma en la producción de acero ¡Es que ellos necesitan la guerra! Nosotros con el espíritu Cristianu, generosu, ¿se la daremos?

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ESTE HOMBRE Este hombre quiso amar a los sesenta pirce de oreja, ramita verde en el pico como la paloma de la paz, rock al parque, móvil al oído, mira futuros, los oía, como quien llover escucha. Luego, habla, en dudas, contradicciones, en aprietos el gran espejo con muchos ahogados… Los afincados volvieron a sus casas despistados con un diamante en bruto de esperanza, para los buenos, tan lentos decididos siguen ahí, hasta a sus penas va, acompaña, y tratará cuando la gente se olvide, volverá, volverá…

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ESPERANZA Y la tierra estremecida cargada de sueños; tú negro, la encantas a diestra y siniestra, nuestras almas erguidas y mestizas de tu patio trasero te queremos, así nuestros cuencos achiquen de sangre las mañanas, y los grandes patriotas blancos del Sagrado Corazón a los que todo se les va en tretas como si fueran débiles mandaron a sus mujeres a encender cirios para tu derrota. Todo el mundo sabe que eres el general negro que no quiere galones de guerras ni el caos y tú tengan el mismo nombre. Y de tu lado Delfos estamos pendientes ¿y si la maldita pulsión de Imperio gana? De sobra sabes que no se deben armar más guerras porque de entrada todas se pierden, las vidas, los niños y @, los pocos sueños bombardeados. ¡Ay! flor de alegría que a ratos se me va. Un día quiso como amada mandar un ramo. Tan abochornado estaba que ella preguntó; las flores hablaron, cerca está el cuartel vimos arrancando claveles para un falso laurel.

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Y LOS QUE NO

Años 50

VIOLETA, NO Si a ovillos de recuerdos, banda presidencial en el pecho sonrisita y dama con flor nacional en sus dientes, si, a esos pequeños y pícaros ojos bellos de tábano cruzada, le soportamos su puta descarga en la prensa y la montaña, montañas tan nuestras, pues Efraín Forero nos llevó a conocerlas que pasó por la tierra caliente como una exhalación, montados en sus caballitos de acero en conjunto multicolor que inauguró la voz de Carlos Arturo Rueda C. Sólo se hablaba de la Vuelta a Colombia en tanto por los pueblos que pasaba en los pequeños círculos de plaza se hacía gala de humor a lo tolimense. Para los muertos que bajaban, había un distanciamiento como para el compadre de allá arriba del pueblo, que hablaba de plusvalía y gamonales cuando ya estaba copetón se le salía el gaitanismo con todo el ardor y dolor del alma, en tanto la orquídea como flor nacional se consagraba por el río balseando los muertos en difícil morado, todo eso nos llegó a la escuela, sin televisión a color, entonces el maestro quiso mostrarnos la flor consagrada de la que tanto se hablaba, empezó a dibujarla con tiza azul y roja y no salía en tanto en mí se cruzaban, el doloroso color ya comprometido, para fortuna del salón, en el corredor, la más fresca, creíamos, la bonita de las maestras bien sentada nos dejaba ver por entre sus piernas y el vestido púrpura, su fondo que nos miraba, intimidándonos…

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DEL AMOR LÍQUIDO Y EN ARMAS El que se envasa en cualquier forma y al amar deja que el elixir ahogue el alma sin preguntar, si será terror futuro o si asesinos por naturaleza o maltrato alguno, en tanto pasa como nube negra corregir el rumbo harán la más fácil, pactar con sangre ser pareja. Logran con el tiempo creer de bulto que ninguno repetirá infaustos y si los hay, lo tomarán como tránsito al arrepentimiento, entonces por allí vendrá el niño de mirada salvadora. Por ahora que está de moda ir al templo fueron con maña descubriendo que podrían ser pastor o curas extremos sin ponerle bolas a los recientes hechos se vieron únicos, como un modelo… para armar. En medio de libros esta frase la vio tirada en la acera y solamente vino a descifrarla cuando ella le dijo: ármame y verás. Lo cierto es que hubo cambio de toldo y para todos, todo el cielo. La crónica los vio jugando ajedrez todo el tiempo y a ese impulso dado por el cambio de techo lo hacían con el rey, lo enrocaban por enrocarlo. No se si eso explica que mucho después, felices, acostados, vieron como se estrellaban sus lastres en el cielorraso solitos, por el amor expulsado, se iban, se iban…

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DEL AMOR



DE TODO EL MUNDO LAS MAÑANAS

a M.C.L.

Como ayudas por si el amor vuelve, como árbol que su sombra deja todo en la flor que ardió su mediodía, con un siempre pendiente de reclamos por unos dorados, para ella perdidos en el envidiado despuntado de la rama, y que sin notarlo el pudor la embellece. Luego en la oscura esperanza y en el recuerdo hondo de epifanías, como todo el mundo en las mañanas nosotros en el balcón llenos de razón la compensamos en esa espera y lo sabe que mientras hablamos, de sobra también la vemos de corazón y que uno de los dos quedará solo, y para entonces, me verá sin ver atentamente si estoy triste y si esa lengua de los ojos que de sobra también conozco son de lágrimas habladas que sin querer a punto de salir y caer sobre uno de mis pétalos.

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TE DOY MI HOMBRO Una es mi sombra y la tuya, es mediodía caminamos, caminamos, la vi como no quería verla la amante de un magistrado (godo). Fuimos a una galería de arte caminamos otra vez en silencio, ya con un sépalo en mi boca pregunté ¿Qué te pasa? Nada me contestó. Del salón un señor mayor, nos alcanzó y me dijo aparte: Ella sólo quiere que Ud. le ponga la mano en el hombro. Así lo hice –Al rato– Con la dulzura que no suelen tener sus ojos, murmuró ¡Qué día tan lindo, eh!

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Y EN TANTO, TÚ, EL CIELO… Las aceras calientes y al cielo que también es mío, urjo para que te enajene de tronos, potestades y magnitudes y no te aumente sonrojos si mis cumplidos ya están púrpuras en tu rostro para qué más, si siempre persigo de ti otra mirada que aquí escondiera si este ardid éxito tuviera; en tanto lo de ayer fue otra cosa, estábamos diáfanos y encimeros, todo para contagiar a otro… Pero aquel día bajo tanto arco, tú yéndote y la calle sola el borde de bolero en la esquina alegre y triste luego mirar a lado y lado por ese abrazo almidonado por esos dos testigos que de mentiras me besabas y que si de verdad fuera y no ese beso al aire, que nada dice pues salen de esquivos colmos rosa cuando ahí en la calle inexplicables, celebramos, entonces esos vecinos me hubiesen felicitado. Hay una excepción, supongo has caído en cuenta que es por aquel declinado que tanto te gusta; ahora bien, siendo y creo, para los dos el único secreto, no lo puedo divulgar a menos que y la verdad de antemano, mi bella, lo lamento si el simple amague de revelación te pone roja. Así también se nota, has perdido el incesante rosadito desplazado por ese color de Bureau atenta, el mohín contado por tu madre de tu abuela, recatado ya lo veo si esto lo leemos en público y haya un dedo o una mirada lo delate.

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COMO QUE OTRA VEZ ESCUCHÉ EL SISEO… Me detuve, me escondí en el poste, el carro de las frutas las manzanas intactas tus pasos, tus faldas largas, el siseo, la esquina de la sexta de Gustavo con La palma de La Quinta de Beethoven que Paul Dury pintó y ahora han borrado, su sonrisa atento, los otros, la mía por mis ojos prestos sólo para ella prietos y entonces suena el poste de luz en mi cabeza: El vendedor de frutas, el cerrajero de la acera buscaron con sus ojos lo que estaban haciendo, los vi, se los llevaron adentro, para así soltar las ahogadas carcajadas. Seguirte aturdido con un ojo sin darte cuenta, la otra esquina, el vestido lejos, la mirada de centellas y el mil de instantes más el viejo espejo que va del piso al cielo con los tomos de significantes. ¿Eh? Y es más, en cuanto selección que de natural no tiene nada pero es que dejas cuando caminas ese aire de princesa y yo de caballero andante, cuando te veo casi loco y si para ti a la larga sólo escudero empero no importa si me dieras mulo por caballo y si por ahí derecho nos perdiéramos en ese atajo, en fin…

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Y AHORA DULCE PIEDAD A la hora que te espero me divierto con una sombra apretada a la tierra de minúscula flor que bajo un sol abraza otra como si la protegiera de la mía; hay brisa y será una delicia la tarde que se extenderá en ayuda al fresco de la noche. Entonces el opaco fue a parar de inmediato a tu boca, ya sonreías como las mujeres de San Antonio avezadas a esas vespertinas se divierten con el asombro del recién, que lo invitan a manteles. Y aquella que siendo tan bella le tocó volver hacer teatro y otras ricuras en la mesa, entonces aparecen las márgenes que se hunden en el suelo, también que todo estaba lleno hasta las banderas. Y un amigo ya lo había dicho, si por entre encortinados las canciones a la plancha, oyó cuando venía en su eros de adolescente, los enrejados le impedían ver adentro si amor o sexo en su tamaña urgencia más allá del avatar insurrecto. Yo no creo en presagios, pero aquí la amada es Scherezada y si hay otra, hay que darle espera. Mientras, todo parece no poder acabar aquí y así. El rocío de la mañana siguiente en caminata a ver las nubes cuando una seguidilla de voces huracanadas y que algo o alguien las partía en dos cuchillos, como si Buñuel, déjame ver esos hombres en qué concierto las mujeres de risas serpentinas y las otras de arcos destemplados, y si quedara un filmado del alma en su despojo mientras que ella prometió algo mejor cuando subiera la neblina.

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En fin, ahora los dos tumbados, atrás de su pelo las nubes lentas, muy lentas y ella hablando de ellas sin verlas que si veía rostros tan descaradamente riendo, o nubes cargadas de datos, anudándose su pelambre (el paso interrumpía)… detuvo el látigo de sus ojos y yo queriendo salir de la madriguera. Ya había pasado bajo pesados cirros y aún existiendo el poder de aquel beso nada hay de garantía, lo que pasó, pasó; pues con ella se trastea a confines imprevistos.

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HABLANDO DE NUBES

al palabreo

Y de lo que pudo haber sido, fue… y es que entre tu mohín y la nube eso tan tenue tan ralo tan insignificante que ahora me sorprende y me consume; esa magnífica ausencia, el fuego prendido en tu pelo… Y yo mirando otras y las mismas esa nube negra esa delgada como si atribuladas escúchenme, de ellas quiero hablar: fíjense, las inmensas de cara, y las coronadas ja ja, atrás en tumulto las encortinadas de Gedeón y esas no pudiste, porque están de mucho reflejo en tus ojos y como ángeles aquellas pequeñas de faz perpleja que me vieron señalar con el dedo los intercisos por donde puede aparecer Dios... y entonces, se agitaron, hace un rato quise que las vieras eran un nubarrón sin forma un maremágnum allá en el cielo y tú seguías hablando con tu amiga goda la enduro virgo todavía, ¿si?

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Y yo de rayos y heraldos, solo entre otras, me quedé con las nubes encrespadas, tercas y tú como si nada. Al fin logré que me escucharas de veras: esas siempre esperan... ¿sip? si tienen mucha calma, insoportables esperan (que te fijaras en ellas) o disipan antes que el sol las deje con los crespos hechos. Para entonces hay quién las ayude, como ahora, que le digan, si vuelve, que las busque, no importa si están tristes o jugando… grises.

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DE CÓMO ELLA, AL PIE DE MI CAVERNA Tal como es, tosca, agitanada saliéndose del retrato y de sus ropas, la del pelo insurgente pero que ya no cree en nada si acepta un puesto y la niña de sus ojos puede viajar a España, todo lo cuenta con su lanza de lengua y uno no puede hacer nada, porque al fin y al cabo aquí o allá es un voto en ese punto a los dos nos suda la punta de la nariz y para que no se note pongo a Serrat o Paco, Paco de Lucía cantando en francés andaluz. Como también ya era hora de desearla (o ¿no?) Lo toma al vuelo y empezó a mirar mi biblioteca Y siempre se detenía en los libros más densos Como aquel de la discusión entre marxismo y cristianismo. Y alguna vez cuando ya nos habíamos tomado tres carajillos le dije muy cerca a su bella oreja no importa, por ti voy a la iglesia y entre los dos en oración conseguiríamos la visa de la chica, ella me miró severamente y dijo: ¡Uy cómo son los hombres con tal de conseguirla a una! Si yo sé que UD. no cree en esas cosas en cambio una de mujer que tiene tamañas responsabilidades, ¡Uy cómo son! Una quisiera creerles y se fue. Según mi sinopsis de este primer acto, bien aclaro, este acto tuvo sus entreactos, primero se asomaba a la puerta y siempre preguntaba ¿molesto? Eso fue los primeros meses, yo estaba como sobradito en detalles (siempre soy así al principio). Después aparece esa sombreada soberbia y se tira todo, lo he comprobado y aunque la he querido corregir no es fácil, alguna vez a alguna de ellas le dije que todo fue culpa de mi mamá y mi hermano mayor que me querían tanto, que aceptaron que hasta yo fuera comunista (eso fue hace rato, aclaro)

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siendo que la familia ya no le estaba corriendo a la pobreza… Eso a mí me dio muchas alas. En fin, un día para variar le conté que tenía necesidad de una musa pues la que fungía ya tenía cincuenta y tres años y no me daba sino besos en la frente y sus abrazos sin pegarse a mi pecho y algo más, se empezó a vestir con blusas cerradas al cuello, yo me vengué la vez que tomé sus manos en un taxi, me parecieron ásperas, pero no dije nada, es decir, si tenemos en cuenta dicho por ella en otras partes: para mural de hormona recargada, aunque por lo de masas y militancias unas manos así da mucha seguridad de orilla. Todo iba bien, pero lo que realmente se tiró todo fue mi bailado, es que estoy bailando como un verdadero Niche mejor dicho soy Niche bailando. A ella no le gustó, porque estábamos en casa de una amiga de ella deseada, que le estaba coqueteando y ella me quería mostrar como uno de los amigos más serios y militantes, no sé por qué, o tal vez le había dicho a su amiga que era el único amigo que de verdad había visto llorar en una ópera y que amaba los cuartetos de Schubert sobre todo aquel de la “muerte y la doncella” y que la habíamos conocido en una película de los desaparecidos y torturados en Chile y entonces nos fuimos a comprarla; lo que no le contó es que a ella le aburría y que sólo había sido flor de un día. Yo estaba entusiasmado contándole, y ella, como sucede con la mala educación que ha exacerbado el celular, empezó hablar melosamente al otro lado del cancel de la cocina, sin pedir una disculpa siquiera. P.D. Ayer descubrí de verdad a los Van Van de Cuba, mediante un CD. Yo no sé si pirata, lo cierto es que desde ese día me vi tentado a seguir el curso rítmico de su música, de tal manera que se me entrecruzaban en mis versos los pegajosos del “Cansancio del buey” y “Marilú”.

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HAY UNA DISCUSIÓN EN EL BARRIO

Ab irato2

Discusión con sabor a tierra a pared de grueso adobe a Cuba o a África pura a Caribe a sobrado Caribe. Que si el Son se fue de Cuba, como si estos golpes no hablaran claro como si esto no fuera tumba como si las paredes no contienen su arrebato. Entonces es cuando tú escuchas, así paseando por la calle: Buscando tras de ti me iré ahora con ojos de buey canto yo a mujer del’ado la estoy mirando y supiera cuánto soy amando. El vecindario sonríe Que es de Yemayá lo que aquí ocurra Y que Changó es fulano de tal. Por eso todo se va en tumbao como golpes de agua golpes de ron que va golpes del guapetón. Si por el pasillo ella no está son golpes al corazón y qué tronco de yegua preferida y si te fijas tu piel late todo su culo es brahma y que si a religión suena el amor en tonos se parece.

2

¡Ab irato! Por un movimiento de ira, abstracto

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Y si la gente te dice que te quieren al piso no es a nivel de cuerpo del delito. Desde Helena de Troya Aquí no cuenta Salomé en fin, todo eso tarde en jueves el viernes a punto de rumba… la discusión quedó allá ríen, volcados en ese cuero, mira cómo vuela mi mano mira cómo está el furor mi hermano codea, codea el son con la tarde huye… La noche, la noche tímida entra o será lo ardiente que intimida en fin, ¡por fin la noche! Mira cómo van saliendo por ahí algunos que no estaban por aquí, cada uno con su corte, los también del cuero los van siguiendo los padres de la pelada, zapato blanco todas ellas de zapatillas delante de la calle van. Hacia la media noche la timidez quedó sentada desde arriba el compás se ve las cabezas forman una ola oscura y cuando pasa el foco, como espantos de sudor y alegría aparente desarticula, una que otra se sale a la franja (uno cree que es amarilla) bailan una tras una por encima del nivel y entre ellas, ella, claro. Nadie me detiene grita la miro y la miro, me enrollo en su vórtice cadencia y cadera que me lleven a cualquier parte y en eso de que me arrojo alguien me abraza con determinación me dijo no te dejo en ese abismo. Y que ya me emborracho, en la ensoñación me escucho.

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ILUSTRACIÓN De otro lado hay mañana Como si de verdad las inventáramos Los pájaros más coloridos Y en fin, otra sonrisa a los vecinos.



AQUÍ SUPE LO QUE ERA AMOR PROHIBIDO

(y otro sin chance)

Lo supe porque todos los lugareños al poco tiempo de estar aquí me saludaban, sí, pero en su forma natural, de lejos, la mirada no dura, distraída, de esto no me había dado cuenta, de veras. Del lugar la más bella madre y buena esposa¿ hasta dónde? me había lanzado una mirada infinita que yo no pude descifrar al rompe, me disculpé mostrándole mi estrella favorita ella sonrió. Cuando se iba, casi en el oído, ese todos te queremos no me dejó dormir. Me levanté y por encima de la mata del picaflor la estrella que se había salido de sus ojos estaba ahí tampoco me había dado cuenta que el milagroso verano hacía tregua, si todo suceder pudiera. Esa noche el torrencial aguacero casi dormido di con aquello, una gotera en mi frente me iluminó: Emma, Emma Bovary sólo que su marido… no era médico estaba urgida todos lo sabían y creyeron que yo… Cómo se repite la historia, ni que fuera la mansión de Rodolfo siendo que yo había ido allí a apalear deudas me encuentro con el amor en esa urgencia. También me creían excéntrico como la bella médica del lado que había poblado hasta la azotea de árboles del picaflor. La primera vez me sonrió de qué manera, con un beso pero que yo sólo quise en la frente, y cuando le dije que se parecían a las enredaderas psicológicas pintadas por una amiga, llamó a su bello amigo, apareció en la puerta que abierta sentí los olores mezclados con sándalo y líquidos ya secos de un hombre agotado por una vestal mandada por un dios que ya es mi enemigo.

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LA MISMA QUE ME DEVOLVIÓ En botón el espino de inocencia Amadeo pintó su cuello con qué lirismo en ese crudo verismo. La flor blanca que marchita el púrpura en sus labios rosa, y la mata que los repite como sueño de encanto todos los pétalos abiertos, son su boca y todo en ese aire de rojo es para mi me los da ella por primera vez en jarras. Me río ¿a quién no le gusta tu aire en jarras? y mi corazón alborotado que está de par en par le digo que esperara aunque ya me siento con la mirada alucinada… En ese momento llegó el pájaro con sus alas de cristal, me invitó a usarlas, me negué, hubo un forcejeo como pelea de toche contra guayaba madura así fue, yo me alcé con ellas para no agraviarlo, volé por encima de cercas y el delicioso arbusto con los ricos néctares que le gustan tanto no le importó, se quedó sin alas pero junto a ella...

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Y ENTONCES, LA MUJER COLIBRÍ Liviana, vestida a lo dama criolla posa entera frente a mi porche y no tuve más que verla, verla, verla. Su marido, de rasgos puñeteros en jarras ella mira a sabiendas que tras la cortina hay un futuro otoñal comiéndomela a besos. Él con un ademán de luces, la esperanza, ¡oh, mira hacia acá, bello, amable ceño sonríe, amigo y se retira entonces me da sus ojos tras el velo y lo despide “Dios te bendiga”. Ya en la devoción de un triángulo estaba en él y no me había dado cuenta, y tan bella y esos labios reventados la gran mata de colibrí, sus flores rojas ella respira, ríe más y habla muy poco, ave de paraíso tan abierta ahora para mí, en cada uno de esos cien días amo su boca, ahora rodea el cerco y el alboroto los picaflor volaron con estrépito sólo uno como esperando algo, muy raro porque difícilmente ellos hacen migas con uno, eso me dejó pensando, ya consciente después, encontré la clave: aquí hay magia.

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Y ASÍ FUE EN OTRO SOL ENCENDIDA Cerrada a medio porche, alegre en juego de misivas furtiva, por si el lugarejo inventa el tiempo acosa, la entrega es pálida entrega. Con tal belleza uno siempre espera que los rayitos de sol la envuelvan en la puerta que la cortina deje ver su juego amoroso y para pronto toda transparencia allí imaginada sea la medida de mi mano en su cintura y la otra tan en flor de su abisal ofrecido, que aún ardo en esa tarde en que todo fue y nada. Y qué quieren si se movió un poco bastó para que los chorritos de sol en el techo y ya el amor hecho polvo de oro bailaban yéndose. Lo demás, pura y delicada utilería; el no te vayas aún y la ñapa en su mirada, casi cubrió su cuerpo como venía y salió volando, qué peligro como la mujer de al lado. Se devolvió por un tropel de caballos y hombres vestidos de verde y verde hojarasca, pasaron estremeciendo todo y cimbrados todos la miraron, le dijeron cosas, otra vez de bruces en mis brazos pero esa escena de guerra me había agotado. Quise explicarle, me fui de hablas del conflicto, a salvo, que la exacerbación de sentimientos se da por ese estado y de las necesidades materiales, también una resultante… Ya no me oía, se te hizo tarde para todo, me gritó.

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EN CAMBIO, ESTA SEÑORA ES UN MODELO En este cerro con sus faldas floridas el índigo las tiene desterradas, modelo son cuando suben cuando bajan, tan cruzadas, en este oscuro es la mujer de Juan Antón. Si de lejos no me conociste ¿A quién dices que me parezco yo? tranquila, tranquila, es un ardid ¿un qué? Una treta de seducción pero no tiene que ver con Ud. Señora. No me interesa, pero a mí me gusta ese respeto. Entonces le fui contando sobre las épocas y países, la invención de la galantería, y muchas almenas y ventanas inaccesibles y tras ellas, ellas. Y que estaba de moda huir cuando no podían amarse y pasear del brazo por frente de iglesias lejanas. Que se apelaba a los juglares llevaran el mensaje de amor… Hoy es la radio, con las canciones a la plancha, dijo ella riéndose…

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O LA ENCARECIDA Que golpea mi cuello donde quedó el recuerdo ahora en versos y no sé por ellos, o su tantra, la etérea de las primeras noches sus manos tan humanas y sus divinos insistentes, y qué, si culpo a mis primeros tactos la mirada lela, lela a sus labios y luego a esos pezones bellos y rosados, como si no supiera cuánto cuesta una obertura fresca, sin pestañear siquiera,

c o n m i s e r a d a, abrió su elipsis hasta donde más pudo allí pude ver una perla por mí conocida, rebozada de barro, igual en su guerrera de ese babilónico en sus párpados ya seco; era como llegada de otro universo tan difícil para mí, no entiendo eso, o sí, pero de otra manera, lo espiritual hecho una buena sopa esotérica… Entonces la solicitud que me supo a infinito no se hizo esperar de ultrajes si aún lloro y en esa lucha mi corazón aguantó si con el peso huyo siendo ella a toda luz, un lucero.

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JAMÁS POR TUS BESOS Jamás por tus besos me iré si es necesario como esa tu flor preferida cortejo me llamaré la que en barrios d’oriente, besos de negra y en los sectores más irreverentes putilla. Porque se dan en cualquier parte en una grieta en una raya del pavimento en un dintel pudriéndose de barro. Me gusta la color ladrillo, también la roja como la flor del trabajo. El gótico fucsia en su oscura sangría como si en la tarde, tarde casi en la noche o en la noche cuando los coches amarillos te llevan y no sé cuándo vuelvas. Ellas me recuerdan un no sé si un vestido de mi madre se lo puso el día siguiente a la muerte de J.E. Gaitán por punta y punta esa tristeza me invade.

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LOS RECUERDOS QUE SE QUIEREN Foto sepia, foto tocada por tantos dedos unas veces la mirada tierna y en otras tantas como odiada. Pero eso no se dice, generalmente quien la posee, pasa muchas horas mirándola y tratando de ver otras cosas o no observa, sólo ahí sin juzgar nada y suspire quieta por algún recuerdo. La foto, sentados sobre los rieles la carrilera se pierde sólo ellos dos la inocencia en ella la tímida sonrisa él impávido mira el lente de la cámara mientras al otro lado del Atlántico la guerra, aquí la violencia empezó a tener color y nombre. Se hablaba mucho de amor sobre aquellos rieles las azucenas como los mirtos abundaban en tiempos de olor las tardes me fastidiaban pasaban los hombres con el parche en el sobaco mezcla de miedo después del Bogotazo. Esa mañana no estaba para descubrir nada y aunque había un motivo y un deseo, otro fue el curso a ese soporte lírico cuando dejamos transcurrir las horas sin hablar siquiera.

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SOLAMENTE UNA VEZ Es el margen de un destino acomodado la pira del ahora por si todos son recuerdos y el sólo dejarse llevar adonde quieran ellos si hay solvencia, se puede con un vale negociado, y si no el verso el de muchos logros al menos soledad con cierta alegría eludirla de manera que no se advierta astucia tu ovación privada como leva repentina aquí la belleza cuenta en su propio beneficio dejándose ver porque ese también es su destino en fin que sea un simulado desde una recompensa. Aquí, en previa de esfuerzo, premia. Si ese día ella, al principio desconocida grito y señas desde la otra acera, son las cuatro yo estaba en la Aragonesa de la sexta3 me fui de asfalto. ¡HOLA, no te reconocí! ¡Oh, Oh, pero si eres Ofelia! ¿Acaso no flotabas en eterno rodeada de flores? NO, no me confundas soy la amiga de aquella ópera. ¡Ay, que tonto, Carmen…! No, y no importa, vengo amarte como te prometí Y ya sabes, solamente una vez. Pero, yo…

(Las flores del guayacán caídas hacían una franja Por cierto no era roja, amarilla). 3

Cafetería donde se efectúan tertulias.

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MONALISO De lapo sĂŠ que no puedes borrarme de esa lĂ­nea feliz en tu boca permanente.



EN FIN DEL HOMBRE DE UR NUNCA SE SUPO Si era él o el anterior a él

Y si ella lo acompañó ¿por qué no se menciona? Por ejemplo, haber caminado a cierta distancia con la misma destreza, llevar la sal que había olvidado o miel para mejorar algún bocado y cuando se asomó a aquel pozo, lo sostuvo cuando los dos perdían el equilibrio su mejor oído para el hostil ruido la envidiada habilidad para encender el fuego mas ya el calor materno cuando casi se lo lleva la otra con su piel más fiera. Había veces en ese peregrinar la advertencia de hembra, que sí, que por allí habían pasado; y la vez que le enseñó a reír de otra manera enredándose, cayéndose y mostrar la cara puesta cuando ella mirando fijo consciente por primera vez besó su verga… Exhaló un grito creyendo que la devoraba su boca con toda ella entera inútil por su pelo apartarla intenta, y que de bramidos los dos llenaron la selva, después se miraron llenos de dolor y suspiro. Él se acarició la barba ensortijada y la miraba quería preguntarle, desorientado estaba luego recostado sobre una roca miró el cielo y se durmió.

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SER SIN LUGAR A DUDAS “Cuando el amor llega ¡Cuidado, es otro amor que llega!” Desus4

También la última esperanza, del plisado encanto de tu seno de la costura más pegada a tus caderas y en ascenso, el afuera de tu jardín negado; me conformé al día siguiente cuando en el alba en sueño fui gajo de pétalos en tus yemas, raro, ahora que ha llegado la hora en que soy sombra de un abrazo roto y el miramiento del dar lo que podías. Así la noche del más público timbrado en sólo un socarrón tu bella forma descubriendo que no está aparte de metal en ti como rendición de alguna cuenta que es de tu insondable el maltrato fatal, pero uno se quiebra la nariz como a una esfinge. Sólo ser sin lugar a dudas y no la estrella inmutable, y lo señalado es riesgo como creer que la autoestima lo supera todo. Si el vino, la puntualidad endrina, la música ese primer pie, luego con el otro ese pachito en ti es un hombre o mujer ahogada. ¿Y si a ese buen índigo me hubiese pegado no alardear de negro? no hubiese recibido tu coz parida de ¿cuál ofensa? ¿Las aristas en tu armario gris? ¿Y si fuera devoto y te sueño negra en pleno candongueé flagelarte con mi alegría? ¿O eres el fálico de Cristina Elle5 o tú la mujer prosternada? 4 5

Desusado Pintura

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SI LLUEVE… Y si todo está húmedo hilo de agua marrón y sucia, suena, ruge nadie del lugar le para bolas dicen que así ha sido pero no recuerdan otro invierno igual, en cambio azarado sigo pendiente del torrente voy, miro su caída fuerte y alcanzo en su ímpetu seguirlo. Ahora, frente a mí, la antes seca canaleta el agua greda también desborda, más tarde, forma su lecho para barquitos pero con esa rapidez para canoas canadienses de aguas que se remontan como en Discovery, con casco, ¿no? Sí, dijo el niño que apareció ahí junto a mí. Luego vino otro y dijo que no, pues le iba a pasar lo del Titanic. Se rió y se fue; había cesado la lluvia, allá arriba, aquí abajo torrente y canaleta las aguas rápidas, desagolpadas en un cantar de gallo se fueron.

Santiago de Cali, vereda de Bataclán Parque ecológico en veremos Sin culpar a la “gleba”residente lo están “siloegizando”, lentamente.

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ESPIRITUAL Entonces me senté con la compostura de estar atento a la puerta del recinto. Los granados hombres fueron entrando por supuesto, me fijaba en la forma debida todos ya hablaban en voz baja como se habla en los templos, en las pompas, en los conciertos. Los simples, a simple vista, no lo eran otros con aspecto de pertenencia más carilambidos, los que no dan para fuera de lugar; y entonces por fin después de un largo corrillo ¡las mujeres! primaverales resplandecían antes, en el porche, en semicírculo inclinadas al centro, una mujer baja con rostro angelical las absorbía después las soltó. Entonces fue cuando entraron enardecidas sólo una de ellas permanecía en total mute miraba hacia sí misma, delgada, con su vestido que a partir de la cintura doblaba dulcemente hacia fuera, clásica chanel, suavemente me rozó con su cadera ofreciéndome disculpas celestes que yo las convertí en paraíso terrenal, el verdadero edén, el cosmos rosa, y cierro los ojos como si meditara la verdad, para que no viera el primario salido en mis pupilas no me dejo caer en evidencia, vaya flor que tengo en mi alma y en mis dedos pronto se la daré, sólo espero que me mire y chance, hablarle y sentirá mi voz como una flauta de pan, sufrirá por un instante desbandarse su pureza y casi el aire de ninfa en sus oídos.

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Entre sufrimiento y felicidad a mi lado; ahora quería verla de frente para cuando las piernas cruzara no había cómo, es mi flanco débil y fuerte al mismo tiempo cuando hablo con ellas y están así sentadas, los ojos se me van y en ese volver se me nota toda la inspiración, a veces digo cosas pareciendo fuera de contexto y casi siempre cuando la bella se aburre hay otra que feliz me interpreta; entonces, es cuando hago para emparejar belleza e inteligencia en fin, todavía tengo cerrados los ojos… Luego me percaté que allí no se podían cruzar las piernas en tanto, ella que ya ha devuelto a todos la mirada, con su alma entera en las niñas. Sentí desfallecer, cuando pasaron a los míos me repuse como pude y le di una mirada chaplinesca me la devolvió con sonrisa apretada. Hubo un prólogo y una película “Encuentro con hombres notables”. La historia de un joven nacido en una aldea cerca de la capital de la Antigua y nueva Ucrania, a final del siglo XIX; casi campesino con alguna información religiosa y vernácula, inquieto, nervioso, aunque comparado con su madre, más nerviosa a causa de su mascota: tal vez una serpiente, allí no está muy claro... Un día le dijo a su madre: Emprenderé un viaje en búsqueda de conocimiento espiritual. La madre un poco sorprendida le preguntó: ¿Hacia el Este o hacia el Oeste? Hacia el Este. Yo creí… dijo la madre pues las Universidades están aquí no más, mi querido Gurd… al Oeste.

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OTRA RAZÓN DE AMAR



UNA ILUSTRACIÓN EQUIVOCADA, PARA… Y si en todas las esferas existía y aún existe misoginia reaccionaria, en dichos y decires que hacían gala de humor popular, por su aparente inocencia… “Si el cielo fuera de papel y el mar de tinta No alcanzarían para escribir sobre la maldad De la mujer” Si esto le dice el padre a una joven de l4 años en una penumbra … Y si ella después madre, ¿qué tal el terror futuro? en tanto también ha desencadenado arte, casi se ha logrado un empate, perdiendo por supuesto el público, desde Medea, Salomé, Otelo etc. “¿Quién en esa sábana blanca?” Por qué Ubu Rey, “Asesinos por naturaleza”, etc. Ahora bien, ¿son misóginos los tantos artistas que han tratado el tema, señora?

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II. De la virtud lírica

EN UN PLAN DE ÓPERA



SI EL CIELO FUERA DE PAPEL… (y el mar de tinta…)6

(Recitativo y canto)

¡Oh desgracia! Jamás fiel si a manos largas un padre siembra, en el cuerpo, en el alma, una condena como verdades siempre, siempre escondidas, en noches trémulas y la piel de dudas inscritas entre verdad y mentira un dossier permanente y al amor le faltará una lealtad, siempre. Sus cielos y capillas, su casa aun el sitio de las hostias, lugares de batallas y como todas de legados parecidos en el amor, antes que llaves, cerraduras, con su Abelardo tallando sus cinturas. Porque sus ojos acusan abundancia en golpes de piedad las miradas por ese derroche en sus jardines floridos, por un sueño de amor y penas, esa noche entre risas, extrañas ser bebida y al revelado culpas por fijarte sorprendida, con un afuera, como si uno de tus fardos espirituales el curioso “clavo saca otro clavo” oyera tu vesánico, del que pierde a un misterio se arroje; entonces casi loco, quien te amó sólo pudo vaciar tu fuero roto…

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Proverbio popular, repetido coloquialmente a su hija de l4 años.

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ÉL: Este presentir de templos el tuyo como un alegro triste, siempre como en vaivén expuesto, algo mustio para leer en silencio. Y a tanto esfuerzo, comprendo y a tanto extremo, maldita sea el cuerpo se duele de vergüenza como en imposible devane una madeja. Mi voz sin plexo ausente de plan para un último concierto porque lo que ya no fui, su único testigo a la vez aprendía de sus rictus si eran rosa o reflejo de navegaciones anteriores. Mientras cierro el párpado clamo en claro oscuro por ese amor de anchas oleadas en tanto un detalle da con todo al traste el consuelo de torpe como el Moro mis malos sueños por afrentas inventadas. Sombra de sombra flor que aplaza íntima mirada lástima, tan claro festín, ojalá encaje en otra, si me veo fuera, cuanto digo, no sé para quién ensayo, no me río, pues en ella por ahora no confío, si entre cuidar esa bandera a cuadros rosa que da largas a decálogos sensuales uno no repara con quien va, ella sabe donde están los ramalazos goza al llegar cuando uno menos los espera.

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Es de tu cuenta una mezcla de tierra y cielo e infierno entendido de celestial manera. Aquí de inicio el peldaño roto, su profundo eco es una ruptura que transita con paso en sesgo que contiene resistencia. cuando se pregunta quiénes somos y eso de ser “ terror futuro” cabe en el amor completa si se va con todo y cuerpo, cuando ausente escala cada peldaño la victoria cerca cada forma una imagen laureada todo, incluso las palabras que no se querían engañadas. El esperpento en la comisura de tu sonrisa; ¿por qué en función de qué irrumpió ese día desatada? Todas las veces la conjetura me acompaña, si esos jugadores si hubiese utilizado aquella caña. ¡Pero es que, no y no, yo no! Si de combate será siempre, es en el amor una razón ¿O sólo decora mientras la naturaleza se complace? Aquí en mi doble mansedumbre hay reservas, Si, vi tu antigua grieta aún fresca y en tus delirios la amenaza.

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Ahora bien, aquellas túnicas la historia de esos claustros… sí, sí, te vi un Boccati di Cardinali; en ese sospecho desaherrojo mi aliento cítrico y evidente por ese tufillo de reservas en todo el rostro. ¡Y entonces empezaste armar elipsis, ninguna se prestaba para desatar el nudo todas apuntaban a traición segura. Me miraste, luego al oído, son para tu “Jardín de las delicias”. Miré al cielo, a la nada, iba de conjetura a otra extraña, como dos sin sombra alguna por cierto, aparté el terror de mi camino. Esos celos y barruntos no hacen bien al amor intruso, ni más ni menos cuando todavía el amor no era infierno ni el placer para ti una tortura jamás vislumbré ese cielo oscuro si mis dedos dilataban tu lucero. ¡Ay! ¿Cómo no leer tu vuelos si de los míos te quejabas? Unos ojos que no dormían, deslucidos, prestos a ser engañados, dóciles acompañando cualquier engaño, flor de monasterio bien regada, invitación que me tocaba siempre de inicio, luego, por la fuerza de tu cariño, por ese cuerpo barroco extenso de belleza, mi amor como un alfanje sobre ti reflejado.

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ELLA: Confundida, si, como siempre al principio, también tus trémulos, que de sobra conozco ahora, no te podrás quejar de mí, siempre tierna, delicada, echa luz en este ocaso, te regalabas caminar detrás mío, tuyo mi cuello, mi espalda, mis caderas, el universo tuyo una epifanía para tus ojos, la dulzura para mis deseos cuando casi llorabas de alegría. Aún de tu apego sobreseída mostrabas tus sandalias, como al hombro los ladrillos de la casa por ese crimen de amor tanto te molestaba. Yo, fui tu claro de luna y a la vez alfanje, o luna árabe, como quieras, fiel a otras ilusiones, para ti aún ajenas igual curiosa en tu lírica escalaba, ahora con un pretérito imperfecto, escribo para mí en comprensivos… cruda harina, alcanzamos a gastar una fortuna de mi corazón ahorrado en tanto tiempo. Te advertí, que en mi casa ningún flameo rosa, el piano, la cocina, y yo la experta en pagar los platos rotos así que nuestro cuarto, el cuarto de primaveras que vivimos aún de princesa, no encajaba en mi zapato.

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A torrenciales ajena demasiado para mí, como ese signo de militancia sin encajar en tus “heroicas”. Te dije no quiero estar más equivocada no aguantaba, “resbalé en otra tarde…” ni siquiera alas en mis viejos escarpines menos ancho para fugas tardías. ¿Fugas? Aún preguntas por mis cielos ¿cuáles? te los di, no eran muchos, no te quejes, lo sabes, muy pobre quien cuenta todos sus secretos. ¿Recuerdas? los oscuros te hacían silbar, bajo las nubes, aquel día con el viento inquieto. En espiral para no herirte, subía. Y si de aquel “Jardín” frente a tu espejo el cuadro a mis espaldas pensé en el tremendo osado de ese tiempo. La mezcla del edén con un infierno, las elegías, las represiones, así de glorias en altares, el amor huye de esas claras cuando de verdad son sólo tientas el tiempo las convierte en caricias infligidas.

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Ahora bien, tú lo has dicho así como la imaginación muerde, libera permite hacer de mi virtuosa o en fuera de lugar, una puta; y si salida de la fuente de tus mujeres viste valentía que no tengo, ni me interesa, en cambio me gusta flor de Caravaggio, me llamabas. ¿Alguna vez vi un original? no recuerdo si copias certificadas, ja ja, alguien que al verme ya me amaba me explicaba diferencia y decadencia una denuncia en su tiempo, como ese algo sumergido en lo informe tan vigentes en el más septembrino sur se vive un paraíso fiscal, en susurro, cerca a mi oído…

CORO ¡Cómo se miran picante en sus hablas! dados sus tiempos, los tiempos que transcurren cual mozos todavía, si se quiere de perdones por ese amor tan rápido y viviente ¿por temor a esas soledades? ¿Pero qué dicen? a éstas alturas ¿falso silencio? Acercarnos no se puede en coro sólo uno, es que sus voces no se escuchan y suponer, aquí no cabe.

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Aunque, veamos ¿En donde la palabra al cruzar ortiga, en dónde la emoción contraria arde? ¿O tanto dolor por cenizas agolpadas? Por ese mar que se creía poblando siempre hubo réquiem a mano alzada uno de los dos estaba cruzado de tormenta. Ellos pierden, nadie calla si un pie bajo sus cortinas y nosotros testigos, ojo pues esa puerta oscura las llaves están perdidas. Nada de espasmos, tampoco estremecidos, en las historias de amor hay algo cierto cuando lo oscuro todo es triunfo si el bronceado es lo profundo.

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ÉL: Escucha, escucha, esas “gentes”, ¡por esas luces no las veo! bajemos más las voces cuidado con esa masa obnubilada si nada es personal en esta noche si cuestión de amor, ellos creen entre dos, tres, una víbora, un deber, una capilla, así cuánto diera porque sus dioses rieran… aunque los creo adeptos a sólo uno tan severo con su dedo en la Sixtina es una lástima, si en alguna constancia riera. Aquí la victoria es, si el amor mezcla A saber: si derrota o viceversa harina de molino siempre el tiempo, que lastra con su peso en oro; los imagino ahora aturdidos. ¡Óyeme! Así en abanico que cerrado abra y deja en manos de oráculos tus dudas mira al cielo, como un moño pone fin al lazo de riña y siendo análisis tu enemigo, pubis ralo frío de ideas, sólo un sargento puede amarte. Pregunto si estás ahí todavía o sólo con tu sombra hablo, por escucharla aspiro, que por lo dicho, nada por su urgencia vale.

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Exagero, exagerado dirás ¿Pero quién no por amor, aunque a la larga un tesoro equivocado sea? ¡OH! Precaria, tanto que a mis anchas me habías dado, creído del que es sombra y plagio si aquello me faltaba acusado, cuando en el fondo allí raya algún… ¡algún poder, algún dinero! Si en realidad no hubo enroque… tu cielo por tantos cielos la verdad que por una piel se muere ese tóxico que en su eros viene como un contraste historia: De la Princesa del diario rostro, que en esplendor de alcoba melancólico y desnudo mira, en esa gota de onda falta, hasta un imperio cae… Pensando en otros ¡Ay! En ese cuerpo tanto desamparo como desamor príncipe, y aquí Platón, dicen, si más allá se fuera... En cambio tú astromelia de relamida cintura sin desnudar, en mi como un venero, un brocado, como fauno saboreo, saboreaba, no te acomodaste a mi constelación herida ningún suspiro, ningún gemido ¿a cuál te envío?

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No importa, si a la hidra que para ti niebla tenga, quisiera para mis ojos verla y no la veo, poco importa si después de un sol que ya no apunta un gallo que de cabeza parte el mundo, canta… para ti basta ¡Oh! Amor, ahora más desconocida. (Y no me digas tosco), Si he de ver lo que se madura en ese bosque: tanta luz al lado de tal llanura, donde el rojo y el negro casi iguales y los racimos que se pierden para ti nada queda, todo delirio al final ¡cosecha! Paraíso de virtuosos paraísos, sin ti el cansancio no tarda, por piedad baja tus ojos de mi encrespada frente mira mis ojos cómo lloran.

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ELLA: ¡Y el disfraz de cuánta humildad me encanta! Recuerdo, menos mal, ¿O sólo pensé? Ahora dudo: Esos temores se agolpan en mis manos en mí, por ellos tanto valor puesto y tanta voluntad, los dos vencidos por tu asedio. Y no te quito mérito, además, si, halagada me sentí, con eso bastó y algo más… Creí que tus raíces vagaban en fronteras y no que venían de toldos parecidos y en tanto te escuchaba, ya los coros ya las sinfonías y tus montañas de verdades Sí, si, eso fue suficiente, te di mi cuerpo. Luego, entre destellos el amor sufre una condición de… de triángulo lo impone Y entonces quién desconoce a quién Y a la vez a quién acudo. Yo no podía apretar los dientes, me dolían, como esa tarde una aclaración con besos “Del espantoso sonar de sierras en tierra de amapolas” No pude. Y la tarde de empanada del muerto Y muerta de risa en ese cementerio cartuja y laica en remolino con cierto pesar aquí esta historia. ¡Ay! Los mejores propósitos se mueren las llamas de la decencia no los salva. Cierto, después de ti respiré diferente, Toda una queja: mi tiempo no era mío pero si tu gozo mi molicie.

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No lo niego, te asomaste al diapasón de mi silencio un día, me mirabas con tal fijeza tus manos bajo mi falda, aún no recobrada eran las manos más calidas y dulces y tu descaro con el delicado humor en mis oídos. El ayer obsceno por desgracia hoy desgracia de trincheras francotiradora sin saber por qué ni cuándo tus dedos en mi piel y en mi frente había reflejo de mi desdén profundo tanto, que mis oraciones ya en casus belli elevé a cruzada ver más en ti, ofensas rubias, y esa fiel razón, feo disgusto, cuando era común amar si no se conocía bastaba peregrinar en claves, como la Bergman, Ingrid… y el amor lírico cuesta abajo, la enamora yo hubiese preferido sólo piel y nada más. En un fuera de dudas, encontré tu libro, para defenderte mostrabas como de oro el mío, no era tan tonta como Emma B ni frágil como Ana K Todas las noches en ese imaginario no me disgustabas…

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LOS DOS A CORO: (Imitando un bolero) Viva el amor que merece Se viste de oro, se blinda de todo. A gotas te llega a mares te ahoga en tiempos de paz en tiempos de guerra… (bis) Amor moderno y de todos los tiempos el amor de trémulos y de tantos bríos una verdad que al otro duerme una confesión que el otro nunca quiso la sincera promesa “luz que ningún futuro presiente oscuro”. Cuánto el amor cuando sale de sus cenizas imagina, imagina, y en tanto puede, arriesga aunque pueda finalmente reír de una lágrima negra. Ríe, porque primero todo fue delicia. El dicho aquel mi reino por ese… cuerpo Por esa rosa que conserva su sabor a tierra Mi sed en esa flor gotea y la roca que permite si ella ahonda en ella el supremo valor en un silencio. (bis)

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EL Y UNO DEL CORO: ¡Ja, Ja, Ja! te invito celebremos de otra manera sin unanimismos de ese coro se sospecha. ¡En estos tiempos de centros sospecho! (bis) ¡Como de tantos ojos complacientes una guerra! ¡Ésta ópera, por qué la ópera, si sólo llega a cierto público. A menos que sean populares como aquellas habaneras! (bis)

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VOZ EN OFF: ¡Que qué me dices de voz en una si el grueso d’eso en cuáles tiempos en qué rincones un pueblo de eremitas y cata catatónico a la vez? No, masacrado, que es otra cosa. Sí, sí, comprobado: la misma farsa verlos todos vestidos de etiqueta no hubo quién por fuera. Señal o contraseña la de buen gusto dice, no nos gusta; el decente, si se ungiera otro pero, hay quienes, cambiar a fondo… Hay tanta cuña, esa bandera lobo sin estepa ahora son los mismos, corren con piel de oveja. Y qué lobos son los otros. (bis)

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EL: Veamos de nuevo la historia para bien, para… mal una sola voz con todo y peligro, a veces el pequeño universo frena y en otras acelera entonces que sean todas sus formas y estoy diciendo: sobrevive animal hasta el organismo más simple el apareo, amor elemental emplea todas sus formas. ¿Acaso como los Estados? Garrote y zanahoria. ¿Qué es? ¿Cómo distinguir? Y en el amor también son válidas todas las formas de lucha.

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VOZ EN OFF:

(entre recitativo y canto)

Pero que no sean las apariencias Las que nos eleven a estas potencias No, no. El momento exige Seamos prolijos, amenos, queridos, sensatos Es tan difícil eso Y que nadie me diga que la monstruosidad Del éxito la inhibe, no permite ¡Que sólo sea en el club mi humanismo! Whiskey en la mano Y las historias de mis putas tristes Y de hablas y respuestas en el brocado del pozo de la dicha. ¿Pero, de qué se habla, qué tiene que ver amor con todo esto O ya somos un monólogo. O nosotros somos él? Y no me vayas hablar de terrorismo, Es que en el amor también lo hay. (bis con coro)

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EL: Bien, bien, bien Tal, tal vez, tal vez Pero no, no revolvamos Una cosa es el amor y otra son estas cosas, Las hay de poetas Pero no todos, ni todas Sin embargo Las cuentas crudas nos dicen Que una cosa es amar en tiempos de amor Y otra en tiempos de guerra. Y creo que aquí todos tenemos que meter la mano. (y entre nos, a varios no les creo) y si apelo a ellos, sólo hay un no, hasta en mi propio verso. O ¡AY! entonces filosofías con todos esos sepultureros como ciudadanos K, y ahora tan claro en su opuesto amarillo. SOS Arcana, ¿me escuchas? por favor, para vos cantadas o demasiado para ti y si te gustan más floridas y quién no con menos brillo.

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Con toda mi intención aquellos días No de presumido Hasta un deber me parecía Después, es cierto adulaba Quería quitar rigor a tanta cosa. Alguna vez sin creerme mirándome pierna arriba me dijo lo que me esperaba esa noche. Así fue, las hipocondrías me atacaron Luego nos reímos un forzado a besar sólo a punta de tus bellos senos para ir en ascenso o en descenso puro que llevaban una plegaria. ¡OH Amor en tu silencio mudo! que de fugas pasó a las flores a mi fuero, en estos dedos defensores tu curiosa clorofila a color violeta; creí que todo era un embuste el ardid que no sabe su verdadero juego de traiciones filtra a verdadero duelo.

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(Ahora, en yerro que coincide con el intermedio; a estas alturas, agraviada mucha gente, se va, sobre todo Diana –una aspirante a princesa–, que se sale del vestido jersey pegado a sus magros glúteos)

ELLA: Lírico, místico, político atrevido, o solamente para atracar, saltar a mi orilla de poco hábito mi playa. Dime quién, dímelo sencillo aunque de mujer tampoco sabe Y en ternura dónde yerro, en el amor un hierro. Déjame caer seguir hasta perderme y tú en susurro, como el mar devuelve no, no confiaba si uno de los dos la nave quema... Tampoco te sufrí, de algún amigo tuyo agradezco como para ti un sufrimiento creerme “La chica del regimiento” aunque lo merecías por aquel tiempo. Yo que de pocas palabras tú me desataste la lengua cuando de abrigo para ti ejercicio de tu mente, ¡para! y tampoco sigo se que aún sufres, entonces, sin despecho hay que despachar este derroche. Ahí me quedo y no me quejo tu persistencia, tus toques floridos, tus credos, tu antorcha, también la tira recelo o falta de amor ¿acaso? humos, no quiero pensar en lo más pobre del amor el dinero.

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Tú, primer fantasma que te movías por mis galerías, bandido. En esos días y noches grávidos sin querer por mí, lentamente decidías, entonces lograste abrir las selladas puertas. Y aunque reí, esa ventana abierta su luz en tu frente, vagabas por encima de mis largas piernas... a medio entorno tus ojos, llenándose de arrugas tu frente y de entre mis muslos emergías tan serio como un cocodrilo, nunca me reí aunque siempre quise. ¡Basta. Basta! ¡Bien. Bien. De todo lo dicho que el coro diga que ha oído y si quiere, su veredicto! Pero antes digo: Si ayer fue mejor en aquel tiempo cuando embelesado en lo continuo de los parques y convergencia de toldos votivos pasé a tus carpas vindicadoras… gocé en ese fuego semejante al mío Cristo y el Che los vi parecidos te conté la noche que soñé con ellos tal vez ahora pesadilla, porque no sé si aún te quiero.

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TODOS FINALE: Como en esas masas, y sueños de sospechas entre un mar de tinta el amor despierta en un abismo la calma, en un papel su espuma como sobre sus bordes las trincheras, espinas, y también tesoros, se construye. Todo un imperio del sentir goza Cuando si de vivir se trata Y las emociones decidan Y qué, si en el hervor del fuego equivocado. Aquí nadie pierde, todo se compensa No es del ahogado el sombrero, como tampoco la soga para el arrepentido ahorcado. El palpitar entre la vida y la tumba El amor en su esplendor vence Y cuando no, ya ha amado suficiente. Y su capacidad ¿redentora? si es núcleo donde empieza la guerra todo vale para tal fin si allí también termina. Y ahora nada personal contigo No será contigo Ya confesos por encima del bien y del… y si postmodernos, digamos ningún trozo, ni dignidad hundida un cuarto de hora y ¿qué con las pájaros de abril? no han vuelto por las cosas perdidas el alma, una tregua, que se vaya el tigre que regrese el ave basta de excusas y pedir… perdones, como esta polea correa, que sin amor no fuera, de sueños y de azules, en dulce agotamiento. FIN

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