Videopoesía y otras hierbas. C. A. Villegas Uribe. 2012

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C.A. Villegasuribe C.A. VillegasUribe

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Videopoesía y otras hierbas

Videopoesía y otras hierbas C.A. Villegasuribe © 2012 Diseño e imagen de portada Fósil de Ícaro para una luna de marzo Grabado Digital C.A. Villegasuribe © 2012 C.A. VillegasUribe

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Con especial reconocimiento a Denyse Peyroche Sasha Pimentel Rosa AlcalĂĄ Pedro Vianna C.A. VillegasUribe

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Hacia una poética propia

Siento y pienso y obro y persisto. Esas palabras podrían bastar para decirme, para cantar estrellas y contarme cielos. Pero no diría todo. Siento. Mi corazón abre la mañana y acuna sueños y el otro que me habita asoma sus ojos a mi suelo, entonces el paso cotidiano huele a desierto y oigo sinfonías de chicharras que vienen desde lejos. Huelo la mañana y los mañanas sin temor al futuro ni a la patraña. El niño que despierta en mi

palabra juega en la calle a la rayuela y atesora memorias de potreros. Esa ensoñación de la infancia recobra símbolos. Soy un niño con canas, con canicas y con ganas de vivir, de extender el hoy, sacarlo a caminar y asolearlo en las calles del asombro. El hoy es niño conmigo y mi palabra titila como si fuera a viajar en un vilano. Suave, tranquila, la palabra es un tremolar de sueños y sentidos. Palpo, toco, acaricio y los sentidos florecen para saludarte, verbo y canto. Canto también, en la ducha, con conciencia de finitud. Porque nada será mañana, solo hoy, el hoy de sentir, de extasiarme. De llenarme de sentidos provisorios, de reservorios de presencias que serán imagen, luz, símbolo, vida. Razón de ser y cronotopía personal (espacio-tiempo sin distancias). Siento. La voluntad de sentir, una de las esencias de mi poética. Mi poema será mañana ensoñación atesorada, consentida, con sentidos, hoy es

solo sentir desde el abismo de la profundidad cotidiana. La palabra en germen desde las sensaciones plenamente vividas. Pienso. Y la lógica abre líneas y entre líneas. Se asoma con rostro de abuelo y la lógica paradójica de los eleáticos, los griegos que inventaron al mundo y a los dioses –la multiplicidad de dioses que luego de ser soñados nos soñaron, nos encadenaron a sus formas a sus ritos, a sus míseros cielos y transmigraciones–. Pienso y la música de las esferas llega como razón ordenadora. Pienso y la cronotopía (el espacio tiempo) abre los pétalos de su complejidad razonadora en el sujeto, en lo social, en las objetivaciones. Y la rosa de la razón roza la sinrazón, la realidad se vuelve evanescente y se diluye en múltiples planos. La realidad se diluye en ejercicios gnoseoC.A. VillegasUribe

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lógicos, en teoría del desconocimiento. En qués, en quiénes, en cómos, en porqués. La razón que organiza y vigila. Argos mitológico y arquetípico que racionaliza y ordena.Y entonces la poética demanda razones, lógicas, sentidos consistentes, inducciones, deducciones y abduciones. Y los griegos, con sus mitos y razonamientos se toman la página en blanco para incrementar el simbolismo, la razón que se potencia y estalla en nuevos niveles de significación. “Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir” susurra ahora en mi oído el dios de los misterios teratológicos, para decirlo con las palabras del Poeta Elías Mejía, quien también cantó a Borges. Pienso. La pesada belleza del pensamiento, de la bella forma del decir poéticamente. La “technique” poética. El juego cerebral de la forma. Y entonces la razón, la lógica, la deducción cobra su espacio en el poema, lo reclama, con todos los

requerimientos y silogismos, sin el vuelo de la imagen, sin sus nirvanas. La voluntad de pensar, otra piedra angular de mi poética y mis obsesiones griegas.

Obro. Y soy. Lo otro es ensoñación y divagaciones. Necesarias para el obrar porque nadie es poeta sin sentir ni pensar, pero lo es aun menos sin obrar. Los poetas son las obras y las obras los poetas. Círculo virtuoso que solo se hace realidad con el trabajo y la disciplina. Momento del malabar con lo sentido y lo pensado. Horas de trabajo con la palabra. Silencioso momento de la creación. La capacidad de atornillarse al asiento y dialogar con las letras. Tiempo de crear y recrear, de objetivar, revisar y corregir. Tiempo de pulir pero también tiempo del ensayo y el error. El obrar es el laboratorio C.A. VillegasUribe

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de la palabra. Obro y soy poeta. Obro y soy autor. Obro y soy artista. Obro y soy. Obro. La voluntad de obrar que exige disciplina como la tercera piedra angular de mi poética personal. Una conquista sobre mi mismo que exige la aventura de empezar. De reconocerme como autor y obrar en consecuencia. Obro y soy en el otro.

Persito. Y no me diluyo. Persisto y regreso a la jornada del héroe arquetípico. Persisto y me sé viajero de los sueños, el hombre que debe volverse a levantar. Sísifo y su roca que pareciera condena pero es exigencia del ser. Soy cuando siento, soy cuando pienso, soy cundo obro, pero sigo siendo solo cuando persisto. Pues sólo somos lo que hacemos y persistir en lo que se hace significa sobre todo persistir en el

Ser. Soy poeta cuando persisto en la palabra creadora, cuando la cito al encuentro personal y triunfo sobre sus demandas de sentir de pensar y de obrar y trasciendo en ella, independiente del reconocimiento o de la fama. La voluntad de persistir como la cuarta de las piedras angulares que configuran al escritor (al poeta, al artista, al creador) como summa de voluntades, no como un ser raptado y sepultado por la caprichosa inspiración.

C.A. VillegasUribe

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VIDEO 1 http://www.youtube.com/watch?v=idVqLf2yq04

Paradoja de Diofanto (a la Zarca de Alejandría) Alguien dirá, alguna vez, que me oyó repetir a Homero. Por ese que me recuerde ya no seré más sólo un instante de fuego. C.A. VillegasUribe

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VIDEO 2 http://www.youtube.com/watch?v=Qmi3kvhSLik

R.I.P. por CB

Yo, fantasioso también, creo que lo engaño, como el griego, proyecto sombras sobre las sombras de la caverna contemporánea en un pedante intento de jugar a la superioridad. Se engaña, lo engaño, nos engañamos todos; ilusos, casi enajenados, creemos posible raponear la realidad.

Borges, mi gato, juega con las sombras que una lámpara de papel arroja al piso. Sus manos, tan reales como esta pantalla donde escribo, tratan inútilmente de aprehenderlas.

Como el gato, le sigo dando vueltas a la sombra, y a pesar del gesto inútil, cada vez es más distante la gredosa presencia de Ítaca.

El gato de Ulises

C.A. VillegasUribe

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POÉTRIE 2009 VOIES et VOIX VIAS Y VOCES París, abril 2009

Videopoemas “Poema visual para la nostalgia de un Amigo” y “Otra página de Homero” seleccionados por la fundación cultural Actes de Présence y presentados en la versión de Poétrie 2009 Voies et Voix, Traducción de la hispanista Denise Peyroche C.A. VillegasUribe

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PREÁMBULO

Las calles nuestras de cada día El camino viene a la memoria como una premonición de calle. El camino es el espacio de los pasos que intuyen y conquistan futuros. Un anhelo que planta esperanzas bajo otros cielos. Y allí donde dos anhelos se cruzan, los caminos instalan las primeras calles. Vienen entonces las fondas y las casas esquineras. A lado y lado de las fondas las casas se extienden con sus representaciones económicas y con

sus medidas históricas, en pulgadas, en yardas, en varas, en cuadras, en fanegadas. Pronto las calles han creado escalas sociales y aparece la plaza y el cura y el alcalde. Es decir, la inequidad se organiza y se instala. El camino es el viajero, la calle es el habitante. Allí surgen entonces las calles físicas, pero son otras las calles que nos interesan, las calles subjetivas, reservorios de presencias que nos constituyen y nos cuentan a lo largo de nuestra historia. Cuatro son las calles básicas de esas narrativas vitales, con sus matices y bifurcaciones, que pueden ser visitadas, revisitadas y complementadas por próximos viajeros: las calles heredadas, las calles construidas, las calles anheladas y las calles recreadas. Las calles heredadas, legados en la infancia; aquellas que nos pertenecen por vínculos atávicos, pero que no comprometen nuestra piel. Calles que muchas veces

se tejen en la intimidad del hogar, hiladas por la voz de nuestros abuelos o nuestros padres. O calles que llegan a nuestros sentidos por la mediación de quienes tienen despierta su conciencia ancestral, su sentido de tiempo y de espacio y su compromiso con la historia local, regional, universal desde su historia personal, particular, privada. Polos de una misma y única historia, la historia de la especie ritualizada. Sin duda cada lector aportará un dechado de nombres y situaciones de calles heredadas, donde la infancia ensoñada tiene permanentes regresos. Las calles construidas: paso a nuestros pasos, aquellas que nos pertenecen porque en ellas involucramos la piel y nos construimos, con el otro, como sujeto. Un día abandonamos la protección del hogar o de la escuela y empezamos a experimentar la calle no como un con-

cepto ajeno, sino nuestro. Entonces las cosas empiezan a cobrar identidad propia para nosotros y los espacios, referentes de paso, adquieren una presencia auténtica, definida por olores, sabores, colores y circunstancias. Los nombres de las personas y sus historias se consolidan ante nuestros ojos, cobran vida, ritmo, proyectos propios. Aparecen el par y la gallada y los ojos que miramos y nos miran, la complicidad necesaria para inventar nuestro propio mundo y oponernos a ese otro que nos legaron, que nos impusieron. En ellas tenemos nombres para los otros y los otros recuerdan los nuestros. La calle entonces es roce de piel con el otro, reconocimiento, validación social de nuestros sueños y anhelos, marcha, toma de conciencia, ideología y consigna, preguntas esenciales y propuestas noveC.A. VillegasUribe

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dosas. No es imposible ninguno de los Nóbel y ninguna razón tiene más razones que las nuestras. Las calles se acumulan innumerables, las del pueblo, las de la ciudad, todas las calles construidas por y para nuestras conquistas. Podemos trasladarnos pero siempre habrá una calle por construir, por delinear, por hacerla cotidiana. Trayectorias y recorridos poblados de significaciones, fotos instantáneas de las neuronas que colocamos en el álbum de nuestro cerebro para revisitarlas diariamente. Calles que tienen domingos soleados y rincones para nuestras rutinas. Voces de pueblo que rompen la neblina del anonimato hasta volverse formas concretas, con todas las trayectorias vitales que tocan nuestros afectos. Calles que se morigeran, pero que no terminan. Que sólo tendrán punto final

con el paso definitivo. Las calles que aún son para nosotros a pesar de las amplias avenidas. Calles anheladas, la premonición habitada. Por el contrario, las calles anheladas no tienen vínculos atávicos con nosotros y no comprometen nuestra piel hasta que no las hayamos caminado. Las calles anheladas han llegado a nosotros como extensiones, como mediaciones, a través de la palabra escrita, de la imagen audiovisual, del relato oral o de textos escritos de aquellos viajeros que mitifican esas calles futuras donde algún día nuestros pasos harán su travesía narrativa. Algunas de ellas se convertirán en calles construidas por nosotros, otras tan sólo seguirán alimentando nuestros anhelos viajeros. Pero aquellas que nos acojan recibirán el eco de nuestros pasos como tur-

istas, -un afán de catálogos ciegos para los recintos de la vanidad-; como viajeros -un inventario de reconocimientos para una cartografía vital de la existencia-, o como constructores de realidades -extensión de nuestras calles construidas, objetivación de sueños y vuelta al hogar de nuestros imaginarios-; distintas intensidades para habitar la calle, que dejan en la memoria, a su vez, diversas apropiaciones, distintos paisajes internos. Y para terminar esta fiesta de la evocación: Las calles recreadas, posibilidad de la universalidad; calles sedimentadas en los tiempos y espacios de los hombres, que pasan por la voluntad creadora. Calles que fueron piel pero ahora regresan mitificadas por códigos y símbolos, calles que fueron anhelo pero que se materializan en medios y expresiones, en gestos mimetizados. En ellas el signo y la ficción se juntan para

fundirlas en un nuevo objeto de nuestras andanzas: la estética del espacio–tiempo. La historia como arte. Ellas son para nosotros, material de transmutación personal y estética, metamorfosis y reinvención del ser, camino de trascendencia. Calles que sólo pueden ser contadas, cantadas, narradas, poetizas, pintadas, filmadas por un sujeto, por el sujeto como cosmovisión única e irreductible, como el cuadro El Café de la Terraza de noche, pintado por Van Gogh, con sus amarillos inconfundibles y esos cielos estrellados que ya auguraban el expresionismo, pero que ante todo nos cuentan el amor del atormentado pintor por ese rinconcito de Arles, donde no es difícil imaginar a un grupo significativo de arlesianos disfrutando la palabra compartida bajo las luces acogedoras que le regalan color a la calle contigua. C.A. VillegasUribe

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O la calle que recorre con su aire de gacela, la hermosa Fermina Daza de El Amor en los Tiempos del Cólera, seguida por la pasión incurable de Florentino Ariza; una calle anfibia que uno puede ubicar en Cartagena, sin temor a equivocarse. Calle en las que las toponimias ya construyen presencias poieticas: el Café de la Parroquia, la tienda El Alambre de Oro, el Portal de los Escribanos, pero sobre todo una disculpa del autor para recrear con su realismo mágico la barahunda multicolor del trópico. Fenomenología pura, así nuestro Nóbel no sea afecto a los tremedales de la razón. Calles, donde el pie de Fermina Daza –nuestro propio pie literario– hizo un recorrido largo y minucioso, sin rumbo pensado, con demoras, que no tenían otro motivo que el deleite sin prisa en el espíritu de las cosas. Y luego un prolijo paseo por las sensaciones que las cosas producen en los

sentidos y el alma como repercusiones y resonancias. Un tour de force que nos reconcilia con los objetos callejeros y con los personajes coloridos, sus afanes, miedos, angustias y esperanzas que le dan peso específico a la calle, que la densifican y la ponen en valor humano. O, como lo señalara el escritor quindiano Jaime Lopera Gutiérrez, esa calle, Eccles Street, donde Joyce dio los primeros pasos de la novela moderna y nos confundió a todos con su anticipada percepción de un mundo cambiante. Las calles pesarosas y absurdas de Kafka o las posmodernas calles de Kundera, donde el ciudadano común construye la seguridad de su existencia con la lábil verdad de las encuestas. Las calles parisinas que reconstruyó Julio Cortázar en Rayuela para atrapar con su red de ensoñaciones a la Maga

de sus afectos. O las calles del Buenos Aires borgesiano, laberínticas calles de cuchilleros y olvidos, donde la sombra de la eternidad se asoma a repetir su nombre. Calles todas ellas echas de barro, sueños y espejos para el juego insondable de unas ruinas circulares donde otro dios nos sueña. Las poco aprehensibles calles cinematográficas que están supeditadas por entero a las acciones de los personajes, pero sin embargo suscitan alas y amores de butaca para nuestros imaginarios. Calles consentidas, calles con sentido, en las que naufraga la razón pero en las que sobreviven para la memoria los detalles intensos de nuestra embriaguez imaginativa. Calles para contar y ser contadas, para recrear, para hacer girar de nuevo las narrativas vitales de Las calles nuestras de

cada día. Calles que les serán heredadas a nuestros hijos, o serán heredadas para nuestros nietos, como acervo vincular o como imaginario de sus propias calles construidas, anheladas o recreadas. Un catálogo que nunca termina, como lo sugiere el Poeta Elías Mejía, quien extiende, desde el otro lado del Atlántico, con su poética solicitud, el repertorio de calles, con sus calles añoradas, esa trampa de la memoria donde la cotidianidad naufraga a veces como una deuda impagable, como una extensa saudade.

Carlos Alberto Villegas Uribe (Y la niebla que afantasma las esquinas)

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Voies Voces Voix Vias Voies Voces Voix Vias et Voies Voces

VIDEO 3

http://www.youtube.com/watch?v=C68VeolfyVQ

POEMA PARA LA NOSTALGIA DE UN AMIGO O POEMAS CON FORMAS DE CALLE Poèmes pour la nostalgie d’un ami ou poèmes en forme de rues

INTRODUCCIÓN AL VIDEO

INTRODUCTION À LA VIDEO

Poema para la nostalgia de un amigo

Poème pour la nostalgie d’un ami

El presente poemario visual es un acto de creación en respuesta a la solicitud de un amigo poeta, Elías Mejía, quien desde Calarcá me pidió que visitara a unos amigos suyos, aquí en Madrid en donde el vivió hace treinta y cinco años.

Ce recueil poétique visuel est un acte de création en réponse à la requête d’un ami poète, Elías Mejía, qui, m’a écrit de Calarcá pour me demander d’aller voir des amis, ici, à Madrid où il a vécu il y a trente-cinq ans.

Es ante todo, un ejercicio de creatividad, por extender y entreverar las calles anheladas, las calles construidas. Las calles que nosotros construimos en este momento en Madrid y que Elías construyó hace tiempo y que se han convertido para el en unas calles anheladas. Un calles que comparto ahora con ustedes y con la Penélope de siempre.

C’est avant tout un exercice de créativité, pour relier et mêler les rues désirées, les rues construites. Les rues que nous construisons en ce moment à Madrid et qu’Elías construisit il y a longtemps et qui pour lui sont maintenant des rues de nostalgie. Des rues que je partage maintenant avec vous et avec ma Pénélope de toujours.

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Solicitud Resuenan mis pasos en el bello Madrid de mi pasado, arroyo de diamante líquido que fluye como “Imprecación del hombre de Kenya”, poema de Zalamea que no tropieza ni cansa desde que lo leí hace treinta y cinco años y ahora regresa de la mano de Santiago Mutis en la Antología de Omar Ortiz. Amigo, en favor del poema que abrió sendas a nuestros pasos te ruego de nuevo pases por calle Preciados 25, piso quinto, izquierda, Madrid 13, y en la pensión Teruel, que espero exista aún, averigües por la familia Gómez Guillén.

Si existe, un abrazo para quien sea de ella. Si no, me cuentas y borro de un manotazo ese recuerdo de donde viví dieciocho meses. No es difícil cumplirme este deseo frustrado. Saludos a tu compañera y una caricia para Borges. Elías Mejía (Y la niebla que afantasma las esq

V

Requête Mes pas résonnent dans le beau Madrid de mon passé, ruisseau de diamant liquide qui coule comme l’ «Imprécation de l’homme du Kenya», poème de Zalamea qui ne trébuche pas, ne lasse pas depuis que je l’ai lu il y a trente-cinq ans, et qui revient par la main de Santiago Mutis dans l’Anthologie d’Omar Ortiz.

de chercher les Gómez Guillén. S’il y en a, une accolade pour qui que ce soit d’entre eux. Si non, tu me le dis et j’efface d’un revers de main ce souvenir du lieu où je vécus pendant dix-huit mois. Il n’est pas difficile d’accomplir pour moi ce désir frustré. Un salut à ta compagne et une caresse à Borges.

V

Elías Mejía (Et le brouillard qui fantomise les coin

Carlos, en l’honneur du poème qui ouvrit des sentiers à nos pas je te prie à nouveau de passer par la rue Preciados, au 25, cinquième étage, gauche, Madrid 13e, et à la pension Teruel, qui j’espère, existe encore, C.A. VillegasUribe

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Calles añoradas

generosas pesetas sino mezquinos Euros

Estremeciento de piel que habita meses y estaciones precisas memoria desgranada, necesidad de calor para la imagen desvaída que tiene vivo el tiempo y los afectos.

Foto, postal, memoria, recuerdo. Rescoldo que aviva pone calor y color y estira sentidos y razones en muy lejanas esquinas.

Princesas que tienen nombres de calle y de rebusque que ya no cazan

V

mais de chiches Euros

Frémissement de peau qui habite des mois et des saisons précises mémoire égrenée, besoin de chaleur pour l’image pâlie qui conserve vivants le temps et les sentiments.

Photo, carte postale, mémoire, souvenir. braise qui ranime donne chaleur et couleur et lance aux coins des rues au loin, très loin, sens et raisons !

Bruits de trains et de pas et de bouches baisées, dans les nombreuses et vastes toponymies. Princesses qui ont des noms de rue et de débrouille qui ne chassent plus de généreuses pésètes

Carlos Villegas (Et le brouillard qui fantomise l

V

Sonidos de trenes y pasos y bocas que besan en la muchas y extensas toponimias.

Carlos Villegas (la niebla que afantasma l

Rues de nostalgie

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Calles del desencuentro Con Eva Durán, la poeta de sales y de sol y con Penélope, tejedora de mis sueños, la cómplice de siempre, regresamos a la caza de nomenclaturas, a la imprecisa cartografía de calles y fantasmas. En alguna esquina de Gran Vía tropezamos sin saberlo con Amparito Guillen que no te reconoció entre mis barbas. Tal vez otra era la edad de ambos. Y es casi probable que en la propia puerta del metro de Callao aún sobreviva como un clochart socrático el Apolo con nombre de bailarín argentino que gozó el honor de tus poemas inaugurales.

La fuente que suscitó en tus oídos las calles anheladas de Piaf y de Aznavour murmura cautelosa la provebial sentencia de Heráclito de Éfeso y en los andenes alguien vende la ilusoria suerte que tus recuerdos no tuvieron.

Edición de una fotografía de Elena Ospina. Alicante 2008.

Pero, como el Ulises que soy, he de volver a los silencios, al inútil apretar de timbres, en estos dédalos venturosos que algún Borges, burlón, imagina como cielos circulares. Carlos Villegas (y la niebla que afan C.A. VillegasUribe

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Videopoesía y otras hierbas Edición de una fotografía de Elena Ospina. Alicante 2008.

Rues de la rencontre manquée Avec Eva Durán, poète de sels et de soleil et avec Pénélope, tisserande de mes rêves, complice de toujours, nous repartons à la chasse aux nomenclatures, à l’imprécise cartographie de rues et de fantômes. À un coin quelconque de la Gran Vía nous tombons sans le savoir sur Amparito Guillén qui ne t’a pas reconnu sous ma barbe. Notre âge à tous deux était sans doute différent. Et il est presque probable qu’à la porte même du métro Callao survive encore comme un clochard socratique l’Apollon au nom de danseur argentin que tu honoras de tes premiers poèmes.

La fontaine qui suscita à tes oreilles les rues désirées de Piaf et d’Aznavour murmure avec prudence la proverbiale sentence d’Héraclite d’Éphèse et sur les quais quelqu’un vend la chance illusoire que n’eurent point tes souvenirs. Mais, comme l’Ulysse que je suis, je reviendrai aux silences, aux sonnettes pressées inutilement, dans ces dédales heureux que quelque Borges, moqueur, imagine comme des cieux circulaires. Carlos Villegas (Et le brouillard qui fant C.A. VillegasUribe

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Calles del eterno retorno

donde la esperanza persiste con voluntad de yuyo caminero.

Neschtze sonreiría con nuestras andanzas.

El otro Borges (y la niebla que

Su cielo imposible donde todo vuelve a girar desde el comienzo hasta quedar estático; su deseo mesiánico de matar a Dios para instalarse como profeta de una nueva religión, se habría cumplido Yo, más humilde, si tal virtud abrigara, sólo quiero dejar constancia de que hemos recalado de nuevo en estos pagos

Voies Voces Voix Vias Voies Voces Rues de l’éternel retour Nietzsche sourirait de nos aventures. Son ciel impossible où tout recommence à tourner depuis le début jusqu’à rester statique ; son désir messianique

de tuer Dieu pour s’installer en prophète d’une nouvelle religion, se serait réalisé. Moi, plus modeste, si toutefois j’abritais une telle vertu, je ne veux que laisser témoignage du fait que nous nous sommes plongés à nouveau dans des terres où persiste l’espoir avec un entêtement de mauvaise herbe des chemins. L’autre Borges (Et le brouillard qui

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Versión y perversión de un poema que tiende puentes

Mis pasos en estas calles resuenan en otra calle donde Elías escucha resonar mis pasos en esta calle donde sólo es real la niebla. Octavio Paz (y la niebl

Version et perversion d’un poème qui établit des ponts Mes pas dans ces rues résonnent dans une autre rue où Elías écoute résonner mes pas dans cette rue où seul est réel le brouillard Octavio Paz (Et le brouillar

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VIDEO 4 http://www.youtube.com/watch?v=dy1s9wIXmkM&feature=related

Otra página de homero En el Metro de Madrid, una mujer de pezones azules me mira desde sus ojos de cielo. Mis pupilas estrábicas, que entretejen y confunden tiempos y distancias y anhelan regresos primordiales, auscultan su impalpable geografía de valles, montañas y cavernas

donde una flauta de Pan inaugura héroes y siglos. Un golpe brusco y un mugido de astado bicorne que no alcanzan mi rostro detienen la torpeza de mis manos ciegas. Tras la puerta del vagón desaparecen la mujer y su aroma y el territorio intuido regresa a la oscuridad del olvido. Por entre escaleras mecánicas, que suben y bajan, la fragancia azul es un hilo de Ariadna que mi olfato sigue con habilidad de galgo viejo, pero entre los nodos del telar hispánico que con paciencia desteje Penélope,

las notas de una canción ciudadana me devuelven la certeza de un día que instaura historias de dagas y cuchillos. Ahora que sé quién soy una luz peregrina golpea mis ojos de luna. Detenido frente a la sombra migrante que alarga nostalgias de bandoneón, repito, íntegros, los versos con la prolijidad del memorioso Funes: “Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles” Y el euro que tintinea en la baldosa reverbera amargo en algún lugar de Ítaca bajo las pezuñas de un minotauro.

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Une autre page d’Homère Dans le métro de Madrid une femme aux tétons bleus me regarde du haut de son regard de ciel. Mes pupilles qui louchent, entremêlent et confondent temps et distances et aspirent à des retours essentiels, auscultent son impalpable géographie de vallées, de montagnes et de cavernes où une flûte de Pan consacre héros et siècles. Une brusque embardée et un mugissement de taureau bicorne qui n’atteignent pas mon visage bloquent la maladresse de mes mains aveugles. Derrière la porte du wagon

disparaissent la femme et son parfum et le territoire entrevu retourne à l’obscurité de l’oubli. Au milieu des escaliers mécaniques, qui montent et descendent, la fleurance bleue est un fil d’Ariane que mon odorat suit avec la maîtrise d’un vieux lévrier, mais entre les nœuds de la toile espagnole qu’avec patience détisse Pénélope, les notes d’une chanson citadine me rendent la certitude d’un jour qui instaure des histoires de dagues et de couteaux.

à l’infinie mémoire, les vers «Chante, oh déesse, la colère d’Achille le Pélide» Et l’euro qui tinte sur la dalle résonne amèrement en quelque lieu d’Ithaque sous les sabots d’un minotaure.

Maintenant que je sais qui je suis une lumière étrange frappe mes yeux de lune. Immobile face à l’ombre migrante qui allonge des nostalgies de bandonéon, je répète, en entier, prolixe comme Funes C.A. VillegasUribe

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Triptico de Portugal ,

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VIDEO 5 http://www.youtube.com/watch?v=uBkwcQ0PX-U&feature=endscreen&NR=1

Memoria en amarelo Un trino de agua canta desde el bosque y Sintra nos regala sus amarillos de siempre.

Quien no pueda oir el arrumaco de las piedras sordo estará para el color que rumora en la lluvia. Sintra es amarilla

Lenta, como la lluvia, la piedra desciende por sus calles y encuentra la libertad en un sonido de alas

Sintra es húmeda, vuela desde las sonrisas y lame las paredes con el murmullo amoroso de su lenguaje amarillo.

Quien no pueda ver el amarillo en el verde ciego estará para el color que Sintra le regala.

Quien no pueda repetir las voces susurrantes, mudo estará para el canto de sus sueños

ni podrá pronunciar el rosado calor del blanco de la cameleira y sus dedos no hablarán el verde húmedo de sus paredes. Quien no pueda ver el amarillo en el ocre nunca verá el verde de las ramas inclinadas tras la verja invitándole a seguir invitándole a quedarse en el azul de sus baldosas enmohecidas bajo su cielo amarillo. Sintra pinta, y sueña y recuerda en el ocre de sus puertas. Bosque y piedra y trino y vuelo, Sintra es amarilla. C.A. VillegasUribe

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VIDEO 6 http://www.youtube.com/watch?v=rUg1HJiwwnY&feature=relmfu

Memoria en Vermelho

vocifera manifestaciones en los pasos indecisos de calles reticuladas.

Invierno en Lisboa y cálida sonrisa mi lúdica ignorancia viaja en busca de una sombra, una huella habitada.

He viajado en busca de un fantasma y he topado con un pueblo: Tereisa y Claudia y Pedro y Antonio y Terry y Ruí y Rita y Mery y Margarita y Plantú y Kiska y Alexandra nombres múltiples de múltiples sueños que quieren esenciarse en una sola voz asombrada.

La singular multiplicidad de Pessoa

Reis, Campos, Caeiros, Soares, cuántos yo, cuántos ellos, cuántos nada cuerpo menudo de bigote recortado, singular multiplicidad silenciosa, y la escasez de una silueta

C.A. VillegasUribe

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Acaso él y yo, entretejidos de tiempo y espacio, cronotopías aleladas, hablamos ahora entre un afán de turistas del mismo uno que canta, que pinta, que cuenta bajo miriadas de estrellas. De Picoas a Chiado Baixa de Prazeres a Boavista de queijo de ovelhia a bacalhau cum natas he viajado en busca de una saudade y he topado con un pueblo que susurra fantasmas en su tiempo detenido.

Siete o setenta o setenta veces siete orto, homo, seudo, multipicidad de heterónimos o efectivas presencias una pessoa camina por la húmeda Lisboa en busca de su íntima sombra en un rastro detenido.

C.A. VillegasUribe

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VIDEO 7 http://www.youtube.com/watch?v=iWzmLGJGVzY&feature=relmfu

Amor a Lisboa (Á maese Pedro) No Lisboa o cantado río Tejo e um rio muito amoroso não atravessa a cidade só a beija a beija a beija a beija

Ela, tendida do norte ao sur anelante, desejosa, úmida e o rio só a beija, a beija, a beija desde Marvila a Belém a beija a beija a beija dos pés à cabeza. C.A. VillegasUribe

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Videopoesía: la poiésis como metarrepresentación

VIDEO 7 http://www.youtube.com/watch?v=J71vdUTYh-E

Desde el trabajo de investigación protagónica de Belén Gache, el aporte conceptual de los poetas canadienses quienes a través de su página web recogen el Manifiesto de la videopoesía de Tom Konyves y desde el acercamiento teórico de Clemente Padín, nos aproximaremos al contexto teórico para pergeñar finalmente algunas reflexiones sobre la videopoesía en Lógica amatoria de los colibríes.

Acercamiento teórico a la videopoesía Para iniciar esta reflexión sobre la poiesis a través del video, quiero recoger la reflexión de Padín, para afirmar que el poeta, como creador de planos de realidad que permitan al ser humano volver a mirar su mundo desde el asombro, debe acometer los retos de los nuevos medios y recursos expresivos disponibles, sus nuevas perceptivas. Y agregaría el académico: no confundirla con la preceptiva. El poeta, nunca dejará de aceptar el reto que le ofrecen los nuevos medios y recursos expresivos para crear nuevas obras, valiéndose de cualquiera de las dimensiones del C.A. VillegasUribe

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lenguaje verbal, ya sea lo semántico, lo visual, lo sonoro o lo performático, solas o conjuntadas. (Padín, Web) Sin embargo, es necesario plantear también, desde una particular teoría sobre el mundo y sus lenguajes, que oficiar el acto poiético desde los medios de la contemporaneidad, significa igualmente ejercer una cosmovisión particular que condiciona la creación y su lectura. Nos referimos al hecho de que la videopoesía es un medio de expresión postmoderna. Y como tal implica asumir el signo desde esa cosmovisión. Lo cual requiere entender, siguiendo a Foucault en Las palabras y las cosas y complementando con la mirada de Marshall Berman, en Todo lo sólido se desvanece en el aire,

que el signo y sus representaciones han variado a lo largo de los tres periodos más importantes de la historia de la humanidad –leída, claro está, desde el canon occidental–: La Premodernidad, la Modernidad y la Postmodernidad.

De signos, poéticas y funciones El signo en la premodernidad opera como analogía y tiene en la palabra hablada el medio predominante para la divulgación de esa cosmovisión, en donde, igualmente la verdad autónoma es el sentido último de cualquier acto humano y su explicación. Los rapsodas, Homero entre ellos, no sólo contaban y cantaban la historia de los hombres a través de la épica, sino que intentaban agradar a los dioses –cualquiera fuera su denominación–. Recordemos aquí el sentido teleológico de expresiones estéticas

como el canto gregoriano. El signo en la Modernidad opera por orden y medida y tiene la intención de representar la idea de un mundo que puede ser conocido o razonado. La modernidad encuentra en el libro, su posibilidad de reproducción y la divulgación mecánica del signo predominante en la palabra escrita –la imprenta–. El libro connstituye el dispositivo primordial para acercar a los hombres a las nuevas represtaciones y razones teleológicas del mundo de la modernidad. Un mundo sujeto al orden y la medida consensuada por los hablantes a través de la palabra escrita. Desde la Carmina Figurata, pasando por los juegos de los simbolistas, y llegando a la poesía concreta, el poema deja de ser una creación para ser dicha – hablada y escuchada: medio predominante de la Premodernidad– y se convierte en

un hecho estético para ser leído –el libro como dispositivo predominante de la Moderndad–. El acto poético se transforma así en intercambio mediado entre el lector y el poeta –ahora el escritor–. Sin duda los poemas de figuras existen desde el inicio de la tradición poética occidental. Pero debemos subrayar que esa figuración se hace a través del libro incunable, que tiene como signo predominante, insistimos, la palabra escrita. El libro es el medio o dispositivo predominante del la modernidad. Porque la cronotopía cultural va más allá de una fecha determinada: es ante todo una cosmovisión. El sentido lúdico y estético de los monjes iluministas complementan con la dimensión visual de la caligrafía, acentuando desde el figuratum, el significado visual del poema. Importante señalar también que el C.A. VillegasUribe

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poema figurado no es monolítico, como si lo pretende ser el poema visual, el cual no puede ser entendido sin los recursos que el grafismo le aporta a la lectura –y la condiciona–. De acuerdo con César Chaparro, recordemos aquí que los caligramas de Guillaume Apolinaire constituyen una resemantización del carmen figuratum de la antigüedad, presentados en las primeras décadas del siglo XX como una novedad absoluta del vanguardismo.

Poesía y Postmodernidad As an amalgam of Latin (video) and Greek (poetry) origins, “videopoetry” combines the best of two classical traditions: making poetry with technological innovation Konyves

La poesía no escapa a las corrientes renovadoras. La videopoeta Belen Gache, escritora de doble nacionalidad (argentina– española) quien ha publicado las novelas Divina Anarquía (2004) y Luna India (1994) y finalista en distintos concursos iberoamericanos, ha dedicado parte de su vida artística a comprender la función del signo en la videopoesía (Escrituras nómadas, del libro pérdido al hipertexto Gijón, Trea 2006). Su compendio de poemas El libro del fin del mundo (2002) incluye un CD con obras interactivas de carácter experimental. Su trabajo (videopoemas, instalaciones sonoras, poesía electrónica y proyectos mixtos), la han llevado a convertirse en una de las poetas postmodernas con mayor propiedad en el continente americano y su mirada teórica y praxis estética orientará el acercamiento a la videopoesía.

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La videopoesía es una expresión estética que también resemantiza a través de los medios audiovisuales esas formas antiguas. Pero al apropiar la expresión estética y someterla a las condiciones de encodificación que los nuevos dispositivos demandan (uso de la electricidad para la divulgación del mensaje, códigos resemantizados –visual, sonoro, lingüístico–) transforman también la función del signo. El plan totalizador que ofrece el video, ha venido a concretar el programa, preanunciado por Mallarmé, de poetizar a través de formas de expresión sintéticas, ideogramáticas y sincrónicas, no meramente analíticas. El video ofrece recursos casi ilimitados al quehacer poético, no sólo la posibilidad de combinar y conjugar lenguajes de todo tipo bajo

RELACIÓN ENTRE CRONOTOPÍA Y VALORES REPRESENTACIONALESS CRONOTOPÍA CULTURAL

PRE POST MODERNIDAD MODERNIDAD MODERNIDAD

las formas más alejadas al sentido común posible sino que, además, ofrece un nuevo espacio con el cual entrever nuevos sentidos de la realidad (reducir el caos) y crear nuevos ámbitos poéticos imposibles de ser imaginados por otros medios o soportes. (Padin, web).

transmitido en tiempo real”, o es un programa en “tiempo diferido”. Y sin hacerse consciente de ello, está manejando implicitamente conceptos de cronotopías (espacio–tiempo) que relativizan la realidad o los planos de realidad que pueden ser habitados por él –sus cronotopías subjetiva, intersubjetiva y mediada–.

Valores representacionales Predominantes Teleología

Pasado

Futuro

Presente

Lenguaje predominante

Oral

Escrito

Digital

Paradigma científico predominante Medio de comunicación predominante

Mecánica Ptoloméica Palabra hablada

Mecánica Newtoniana

Mecánica Cuántica

Impreso

Audiovisual

Economía

Feudal

En lo audiovisual el signo no opera como representación sino como meta–representación. Al favorecer la objetivación de múltiples códigos y múltiples cronotopías (espacio–tiempo) que son transferidos a otros espacio–tiempo, el signo no sólo cumple una función de representación, sino una función de metarrepresentación mediante la cual crea distintos planos de realidad. Al ciudadano del siglo XXI, por ejemplo, no lo conflictúa ya la expresión de que tal o cual acontecimiento “esta siendo

Y así como para la premodernidad el estatuto de verdad es la verdad autónoma, para el habitante de la modernidad el estatuto de verdad es una verdad consensuada bajo el poder de lo hegemónico (son poseedores de la verdad: los hombres –no las mujeres–, lo blancos y los poderosos); en la posmodernidad el estatuto de verdad es relativo, porque el juego de las metarrepresentaciones y los espacio–tiempo (cronotopías) descentran la esfera de poder. La otredad aparece como posibilidad

Capitalismo burgués

Capitalismo Global

Ejercicio del poder predominante Mnemotopía predominante (objetivación de la memoria)

Monarquía

Democracia

Corporación

El sujeto

Las bibliotecas La red

Estatuto político

Señor–Lacayo

Ciudadano

Lugar de encuentro

La plaza

Veridicción (estatuto de verdad) Emergencia del sujeto En el pronombre

Verdad autónoma

El centro comercial Verdad consensuada

Él

Nosotros

Yo

Validación

Dogma

Razón

Creación

Apreciación corporal

C.A. VillegasUribe Perdición Pudor Celebración

Canon estético

Verdad

Belleza

Consumidor La web Verdad relativa

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Libertad


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de verdad y se incorporan al concepto de poder las minorías, los géneros, las multiplicidades. Como lo afirmara Marx, citado por Berman, todo lo sólido se desvanece en el aire y las esferas de poder pierden su centro con la aparición de un grupo de pensadores –Niesztche, Foucault, Wiggestein, Derridá, Deleuze, Bauman, Lyotard– quienes iluminan con sus planteamientos una cosmovisión de múltiples e imprecisas variables. Esas variables conjuntadas configuran la cosmovisión de la postmodernidad (Ver Tabla). Pero además de la corriente epistémica, existen en el quehacer estético un sinnúmero de ofertas y discursos que llevan a creadores y teóricos como Tom Konyves a elaborar un manifiesto de la videopoesía con claras intenciónes taxonómicas:

What follows is intended to distinguish videopoetry from poetry films, film poetry, poemvideos, poetry videos, cyber-poetry, cine-poetry, kinetic poetry, digital poetry, poetronica, filming of poetry and other unwieldy neologisms, which have been applied, at one time or another, to describe the treatment of poetry in film and video but which have also developed different and divergent meanings. (Konyves,Web). El acercamiento teórico de Clemente Padin, nos ofrece pistas adicionales sobre la videopoesía y su estatuto conceptual, como medio estético: Según definición del estudioso Giorgio de Marchis, en relación al soporte, tenemos que: “Un videopoema es toda aquella obra grabada al meC.A. VillegasUribe

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nos en parte (o volcada totalmente para su distribución) en soporte vídeo o cine respectivamente, en cualquier formato, emitida por proyección en cualquier medio; y que su autor denomina como tal. Es también toda obra en la que (reuniendo las características anteriores menos la de ser denominada como “videopoesía”) un poema reconocido como tal se integra de forma sonora o visual, o ambas, con imágenes. Finalmente, lo es toda obra que visualiza o representa a un poema reconocido como tal, aunque éste no esté reflejado directamente.” (Padin, Web) Agregamos ahora que el hecho estético de la videopoesía ha sido posible gracias a la introducción y la democratización de la tecnología del video. Cada vez con

mayores posibilidades, el ciudadano corriente puede acceder a los componentes de hardware y software que posibilitan su manejo como un elemento de creación estética para narrar el mundo y narrar su subjetivad. Como lo define Konyves: Videopoetry is a genre of poetry displayed on a screen, distinguished by its time-based, poetic juxtaposition of images with text and sound. In the measured blending of these three elements, it produces in the viewer the realization of a poetic experience. Presented as a multimedia object of a fixed duration, the principal function of a videopoem is to demonstrate the process of thought and the simultaneity of experience, expressed in words

–visible and/or audible–whose meaning is blended with, but not illustrated by, the images and the soundtrack. Pero como pasa siempre con el dispositivo, él no garantiza nada. Cuántos ciudadanos tienen un computador con procesador de texto y cuántos han escrito un libro de poemas? Al dispositivo es necesario adicionarle el concepto del escritor como suma de voluntades desde un auténtico deseo (la voluntad de sentir, la voluntad de pensar, la voluntad de obrar y la voluntad de persistir).

mara de fotografía digital corriente –que en la actualidad incorpora las facilidades del video–, un editor de video del computador portátil, recursos sonoros que brinda la tecnología mp4, recursos gráficos y creativos que brinda la tecnología de photoshop y algunos sonidos recogidos del ambiente cotidiano.

De la teoría a la práctica: hacer volar un colibrí

A partir de textos previamente elaborados (poemario Pavimento Reventado) se recogieron con la cámara digital, lecturas de tres poemas, (escritos que fueron leídos por tres estudiantes de la UTEP). Con los fragmentos de estas lecturas y experimentos previos de videopoesía se configuró un relato total que dio como resultado el videopoema: Lógica amatoria de los colibríes.

En nuestro caso dispusimos para la creación de la videopoesía de una cá-

En el proceso creativo tuvimos en cuenta las orientaciones de Konyves en el C.A. VillegasUribe

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sentido de equilibrar los códigos que subyacen en la videopoesía: visual, sonoro y lingüístico: Videopoetry is one word; it is not separated or hyphenated. As one word, it indicates that a fusion of the visual, the verbal and the audible has occurred, resulting in a new, different form of poetic experience. As one word, it recognizes that a century of experiments with poetry in film and video – poems introduced to motion pictures as intertitles, then as kinetic texts, as images illustrating voiced texts (some excluding visual or voiced text entirely), poems performed in front of a camera, poems as text superimposed over images – is the narrative of a gradual movement from the tenuous,

anxious relationship of image and text to their rare but perceptible synthesis, i.e., from poetry films to film poems to poetry videos to videopoetry. (Konyves, Web) Y podríamos afirmar ahora, el ejercicio logró un resultado que no se agota en el registro visual de una poesía leída o ilustrada mediante video, sino que tiene la intención de integrar la imagen y el sonido (texto leído y sonido ambiente) en un todo coherente con voluntad poiética (alcanzar una emoción estética a través de la recreación del mundo dado). Y a pesar de ser un todo coherente bajo un solo título –y una sola intención: hacer volar un pájaro de diversas y poéticas maneras– en la videopoesía Lógica amatoria de los colibríes se pueden apre-

ciar distintos momentos que podrían ser sintetizados en los siguientes tópicos: a. Despertar de la conciencia desde la imagen b. Despertar de la conciencia desde el sonido (el canto de los pájaros crea la mañana) c. Declaración de la imposibilidad de recrear el colibrí con un Videofiguratum d. Mímesis audiovisual de su vuelo e. Negativa verbal a convertir el vuelo estético del colibrí y su relación con la naturaleza en simple mecánica. f. El reconocimiento de las posibilidades estéticas del colibrí como integrador de la naturaleza mediante la metáfora del beso. g. La insistencia en la imposibilidad de escribir poesía a través de un nuevo

videofiguratum –la paradoja como hecho estético– h. El logro de hacer volar un colibrí mediante un videofiguratum o la ilusión de hacerlo volar. i. La nueva posibilidad –que es al mismo tiempo imposibilidad– de hacer volar un colibrí, o su imperfecto arquetipo, utilizando otra técnica estética: el origami –testimonio paradójico de la imposibilidad poiética– A manera de colofón, es necesario subrayar que esta experiencia de Videopoesía, además de un disparador creativo, se convirtió, en mi caso, en la apropiación y puesta en escena de un acervo teórico complejo. De otra parte, ayudó a consolidar experiencias previas en videopoesía, donde todavía el video cumplía una función de registro poético –el videopoema desde la difeC.A. VillegasUribe

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renciación de Padin–. En aquellas primeras realizaciones se relegaban las múltiples demandas de la videopoesía como lenguaje autónomo con una estética particular: el necesario y equilibrado juego de sus códigos expresivos desde su propia poiética.

Referencias Barthes, Roland (1973); “Las láminas de la enciclopedia”, El grado cero de la escritura, seguido de nuevos ensayos críticos, traducción de Nicolás Rosa, Buenos Aires, Siglo XXI. –––––––––––––– (1999) “Variaciones sobre la escritura”, La escritura y la etimología del mundo, Buenos Aires, Suramericana. Gache Belén, Videopoesías: de la imposibilidad de la escritura a la lectura

como traición. http://findelmundo. com.ar/belengache/videopoesiavortice.htm 05.03.2012. –––––––––––––– (2006) Escrituras nómades, del libro pérdido al hipertexto, Gijón, Trea. Berman, Marshall (2000); Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad. México: Siglo Veintiuno Editores. Campa Ricardo (1999) La escritura y la etimología del mundo, Buenos Aires, Suramericana. Chaparro Cesar, Acercamiento a los Carmina Figurata: Optaciano Porfirio. ACERCAMIENTO A LOS CARMINA FIGURATA: P. OPTACIANO ... Pdf. 05.01.2012 Anuario de estudios filológicos, ISSN 0210-8178, Vol. 4, 1981 , págs. 55-69

Foucault, Michel (2001); Las palabras y las cosas, México, Siglo XXI. ________________ (1981); Esto no es una pipa. Barcelona, Anagrama. Konyves Tom “VideoPoetry: A manifesto”. Poetry Québec.com http://www.poetry-quebec.com/pq/article/article_ 477.shtml 04.25.2012 Padín Clemente, Videopoesía una aproximación teórica Escáner Cultural, Revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias http://revista.escaner.cl/node/705 Chile, 04.25.2012. Web.

C.A. VillegasUribe

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