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Deconstrucción de roles desde la primera in fancia: Educadores de párvulos, un paso para la inclusión social

deconstrucción de roles desde la primera infancia educadores de párvulos un paso para la inclusión social

Andrea Figueroa-Vargas Directora Escuela de Educación Parvularia,Universidad de Las Américas, Facultad de Educación Investigadora Centro Iberoamericano de Investigación en Educación (CIIEDUC)

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tradicionalmente, la formación inicial docente en Chile, como en varios países Latinoamericanos se ha configurado como una fuerza profesional fundamentalmente femenina. Así en este campo, las mujeres han asumido la labor docente y, como consecuencia, concentrado la fuerza laboral en distintas disciplinas, principalmente en aquellas ligadas a la primera infancia, la educación primaria y la educación especial. Los datos entregados recientemente por Unesco (2016) señalan que el 100% de los educadores en primera infancia en países como Chile y Trinidad y Tobago son mujeres. Por su parte, a nivel nacional, de los 3.213 estudiantes de carreras y programas de pedagogía que rindieron la Evaluación Nacional Diagnóstica (END- FID) aplicada durante el año 2019 un 0% de los estudiantes son hombres (CPEIP, 2020).

El fenómeno de la feminización en la educación parvularia, se sostiene sobre varios preconceptos del quehacer docente en la primera infancia y la naturaleza histórica de la misma. La convergencia de elementos de carácter históricos, sociales y culturales desembocan en enfoques educativos que se han enmarcado, en mayor o menor medida, entre la asistencialidad y el aprendizaje. Así, la feminización en este campo, también se intersecta con elementos de género que articulan un imaginario en el que convergen prácticas, interacciones y dinámicas que, de acuerdo a los planteamientos de Ortner (1999), enmarcan ideologías, simbolizaciones y ordenaciones socioestructurales concretas relativos a la mujer y los detalles observables sobre el terreno de las actividades, aportaciones, poder e influencia.

(...) vale la pena problematizar y reflexionar sobre educación en primera infancia desde un enfoque de género; que no tan solo distinga sesgos, estereotipos y brechas evidenciadas desde la primera infancia, sino que también integre los elementos de género que influyen en las creencias sobre el género de los formadores en primera infancia.

Por otro lado, la predominancia de género en la formación de educadores de párvulos y, en consecuencia,

en el ejercicio profesional dan cuenta, por un lado, de sesgos ideológicos, socio-históricos y culturales, propios de la cultura latinoamericana y occidental, y por otro, de los estereotipos y roles de género que se instalan desde el plano educativo y que configuran entramados complejos que impactan en la formación, la institucionalidad, los centros educativos, los educadores, sus familias y comunidades.

La evidencia histórica de esta feminización podría explicarse en parte, en la tradición occidental que tanto Butler y Lamas señalan como parte de las configuraciones del mundo productivo- social y político de las mujeres. Por un lado, plantean que la naturaleza biológica en la que se sitúan, determina las posibilidades de acción de género y la confinan al espacio privado, de cuidado y protección a la familia; despolitizando este espacio en la cultura occidental (Lamas, 1986). No obstante, los estereotipos de género en la profesionalización y ejercicio profesional de los educadores tienen su razón en las distinciones de género particularmente occidentalizadas; que por un lado distinguen y valorizan, o bien, segregan y relativizan las potencialidades profesionales de educadoras y educadores de párvulos en función a las experiencias vitales de los sujetos; perpetuando así en la primera infancia una sobrevaloración de la experiencia materna a la experiencia de aprendizaje. Esta última es un campo que sin distinciones de género pueden desarrollar tanto educadoras como educadores de párvulos.

Evidentemente, el escenario sociopolítico de la acción docente en la primera infancia, configura un ethos particular de la profesión, fundándose entre imaginarios y creencias como un campo exclusivo de lo femenino. Sin embargo, deconstruir roles desde la primera infancia en sociedades occidentalizadas, urbanizadas y de predominancia social y cultural que se fundan en el cuidado y a partir de ellas legitiman la acción femenina; se debiesen concebir como un proyecto político de equidad de género a nivel general, y, de políticas de incentivo para el acceso a carreras de pedagogía a nivel local.

(...) por ello, cabe preguntarse ¿Habrá algo más segregador y estereotipado que asignar mayores competencias a priori sobre el bienestar, cuidado y aprendizaje de un niño a una educadora frente a un educador?

Por ello vale la pena problematizar y reflexionar sobre educación en primera infancia desde un enfoque de género; que no tan solo distinga sesgos, estereotipos y brechas evidenciadas desde la primera infancia, sino que también integre los elementos de género que influyen en las creencias de los actores de las comunidades, familias e instituciones de educación superior sobre el género de los formadores en primera infancia. Por ello, cabe preguntarse ¿Habrá algo más segregador y estereotipado que asignar mayores competencias a priori sobre el bienestar, cuidado y aprendizaje de un niño a una educadora frente a un educador?.

La literatura, ha señalado ampliamente, que los procesos de construcción de la identidad en niños y niñas están predeterminados por factores sociales y culturales que afianzan en ellos determinados comportamientos. Estas construcciones presentan una dimensión pública que se expresa en los discursos y prácticas científicas, en las normativas, en las políticas sociales, en el sentido social común y en la circulación de mensajes en los medios de comunicación, entre otros espacios sociales. En consecuencia, la experiencia educativa desde las infancias a partir de la diversidad, podría constituirse en sí misma, como una instancia de valor educativo, social, relacional y política que avance a un proyecto de equidad desde todas sus aristas que no impliquen teorizaciones generalizables sino más bien posibilidades de asumir la riqueza de la experiencia educativa con sujetos diversos.

Considerando por su parte la posición de los educadores, sus biografías y trayectorias profesionales; el campo de la primera infancia siguiendo a Bordieu (2000) representa un capital simbólico que se espera se reproduzca de algún modo por su propia fuerza, y al margen de la acción de agentes concretos y localizados. Por ello, comprender desde el posicionamiento del mundo de la educación parvularia y los aportes de educadores no es posible aproximarse desde el punto de vista de un sujeto universal abstracto (Federici, 2020) sino más bien desde sus historias, imaginarios, formación, posicionamiento sobre la educación, la pedagógica, el sujeto que aprende, trayectorias profesionales y campos profesionales; desmarcando el rol en sujetos prototípicos y generalizables a las realidades y contextos en los que realizan su ejercicio profesional.

Avanzar a establecer analíticamente el proceso de aprendizaje en la primera infancia, como temática transversal a la acción pedagógica de un Educador, no tiene distinciones plausibles de ser argumentadas desde distinciones externas al sujeto y sus características desde la corporalidad. Por ello, el rol profesional de un Educador o Educadora de párvulos siguiendo a Burman (2013) implicaría el “análisis de la evaluación de las diferentes infancias en diferentes circunstancias y las maneras en que las fronteras políticas de la pertenencia nacional, o de la exclusión, delimitan el tipo de infancia asequible para ser vivido” (p. 6). Desentrañar estos elementos desde la perspectiva pedagógica debería ser uno de los elementos para la validación y distinción del rol docente, como un campo profesional de legitimación de los sujetos frente a su actuación docente y sus poten-

cialidades para cumplir su rol profesional.

Por ello, la reestructuración en la formación inicial docente de educadoras y educadores de párvulos en Chile y con ello los supuestos hacia las pedagogías, no tan solo se deben centrar en la adquisición de conocimiento pedagógico- disciplinar, sino que implica ampliar los campos de formación en áreas de las Ciencias Sociales que se intersectan con el fenómeno educativo en las infancias. En consecuencia, pensar desde la formación de los Educadores y Educadoras transversalizar contenidos para la promoción de la inclusión, multiculturalidad, enfoque de género y el enfoque de derechos (MINEDUC, 2018) se estima que pueda ser un camino para avanzar a sociedades más inclusivas y las experiencias diversas desde las primeras infancias. En síntesis, la deconstrucción de roles desde la infancia y la posibilidad de avanzar a una equidad de género en este campo profesional, no tan solo evidencia, un conjunto de nudos críticos que las instituciones de educación superior no han alcanzado a subsanar y que entran en disputa; sino que también un cambio paradigmático desde la formación y la profesionalización docente. Redefinir elementos culturales, sociales e históricos de la educación parvularia será el nuevo desafío de este campo para los próximos años, al menos en un primer nivel se estima necesario, visibilizar a los educadores y valorar el aporte profesional, ético y político en los espacios educativos y decisionales a los cuales estos han sido convocados. Luego, del diálogo y la civilización, avancemos a un discurso pedagógico que no distinga el sujeto que enseña

bibliografía

Bordieu, P. (2000). La dominación masculina. Editorial Anagrama, España.

Burman, E. (2013). Entre dos deudas: niño y desarrollo (inter)nacional. Teoría y Crítica de la Psicología, 3, 3-19. Recuperado de http://teocripsi.com/documents/3BURMAN.pdf

Federici, S. (2020). Reencantar el mundo. El feminismo y la política de los comunes. Editorial Taficantes de sueños, Madrid.

UNESCO (2016). Estado del arte y criterios orientadores para la elaboración de políticas de formación y desarrollo profesional de docentes de primera infancia en América Latina y el Caribe.

Ministerio de Educación de Chile (2018). Bases Curriculares de la Educación Parvularia. Santiago de Chile: Ministerio de educación de Chile.

Ministerio de Educación de Chile (2020). Informe resultados evaluación nacional diagnóstica. Santiago de Chile: Ministerio de educación de Chile.

Lamas, M. (1986). La antropología feminista y la categoría “género” Nueva Antropología, vol. VIII, núm. 30, noviembre, 1986, pp. 173-198 Asociación Nueva Antropología A.C.

Ortner, S. (1999). ¿Es la mujer con respecto al hombre lo que la naturaleza con respecto a la cultura?

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