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La Octava , el universo sinfónico de Mahler

En el verano de 2020 se cumplen cinco décadas del muy tardío estreno en España de la «Octava Sinfonía» de Mahler, conocida como «De los mil». El concierto se celebró el 28 de junio de 1970 durante el XIX Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

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TEXTO Ana Eva Fraile [Com 99] FOTOGRAFÍA Orfeón Pamplonés

Fue en el verano de 1906 cuando las notas que sobrevolaban los sueños de Gustav Mahler se acomodaron en la partitura. Su esposa, Alma, cuenta en sus memorias que durante dos semanas estuvo «perseguido por el espectro de una inspiración infructuosa» hasta que el primer día de vacaciones el «espíritu creativo» le apresó. A orillas del lago Wörthersee, en su villa de Maiernigg, al sur de Austria, modeló el corpus de la «Octava Sinfonía».

Esta obra, completamente coral, marcó un hito en el repertorio musical clásico. El propio compositor aseguró, como recoge el biógrafo Henry-Louis de La Grange, que todas sus sinfonías anteriores no eran más que un preludio. «Imagine que el universo entero comienza a cantar y a hacer resonar su voz. No son solo ya voces humanas, sino planetas y soles que giran en torno a sus órbitas», describió Mahler.

Para expresar esa visión cósmica, apunta La Grange, el artista necesitó ir más allá de los límites y dimensiones explorados. A la «Octava» se le conoce como la «Sinfonía de los mil» por el colosal número de intérpretes que se requieren para su puesta en escena. En el estreno, celebrado en Múnich el 12 de septiembre de 1910, Mahler se rodeó de una orquesta de 171 músicos y un coro de 850 cantantes: ocho solistas vocales, dos coros mixtos de adultos y un coro infantil.

Con el corazón doblemente desolado —por la muerte de su hija mayor, María, gravemente enferma, antes de cumplir los cinco años; y por la deslealtad de su mujer, enamorada del arquitecto Walter Gropius—, Mahler afrontó el debut de esta sinfonía. A principios de septiembre los músicos, que llevaban preparando la obra desde primavera en diferentes ciudades alemanas, se reunieron en Múnich, donde, bajo su dirección, ensayaron de manera conjunta durante tres días. Como recordó tiempo después su ayudante, Otto Klemperer, Mahler hizo numerosos ajustes a la partitura: «Él siempre quería más claridad, más y más contraste dinámico. En algún momento se volvió hacia nosotros y dijo: “Si después de mi muerte algo no suena bien, cambiadlo. Tenéis no solo el derecho sino también el deber de hacerlo”».

Las 3.200 entradas del Neue MusikFesthalle se agotaron. En el auditorio se congregaron personalidades de la sociedad y de la cultura europea como los compositores Richard Strauss y Siegfried Wagner, los directores de orquesta Oskar Fried y Leopold Stokowski, los escritores Thomas Mann y Arthur Schnitzler.

Cuando el eco del último acorde se fundió con el silencio, la sala enmudeció. Al cabo de un instante el público prorrumpió en aplausos durante veinte minutos. Aquella ovación, tan monumental como la sinfonía, consiguió arrastrar los años grises, casi negros, en los que Mahler sufrió la incomprensión de sus contemporáneos y el repudio del Tercer Reich, que pretendió reescribir la historia de la música ninguneando a los compositores de origen judío.

Al finalizar el concierto Thomas Mann envió una carta al compositor en la que se refería a él como el hombre que «expresa el arte de nuestro tiempo en su forma más profunda y sagrada». La «Octava» sonó a primera y a última: un éxito sin precedentes, el estreno definitivo. El 18 de mayo de 1911, ocho meses después de esta actuación, el maestro falleció en Viena.

La partitura «De los mil» llegó a España el 28 de junio de 1970, dentro del programa del XIX Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Sobre el escenario del Palacio de Carlos V, repleto como nunca, Rafael Frühbeck de Burgos reunió bajo su batuta las voces del Orfeón Donostiarra y del Orfeón Pamplonés, entre otras, y la reforzada Orquesta Nacional.

En su repertorio, Frühbeck siempre intentaba «buscar con ahínco la verdad en la música», «exponer, aun por encima de la belleza, la posible verdad que el autor nos ha legado», como declaró en enero de 1994 al recibir el doctorado «honoris causa» por la Universidad de Navarra. Y así debió de percibirlo el público reunido en la Alhambra, que recompensó la ímproba labor del maestro, considerado el director de orquesta español con mayor prestigio internacional, y el buen hacer de los intérpretes, desde la primera línea del himno latino «Veni, Creator Spiritus» hasta el último fragmento sobre el «Fausto», de Goethe.

Según relató Baldomero Barón, enviado especial de «Diario de Navarra», los orfeonistas llevaron la fiesta por la ciudad cantando serenatas, «y la cosa terminó comiendo churros». Quizá las calles de Granada vuelvan a ser testigos de la emoción del veterano coro navarro al cumplirse este año el cincuenta aniversario de una cita tan memorable.

APUNTES

La «Octava Sinfonía» de Mahler tiene un significado especial para el Orfeón Pamplonés. En octubre de 2010, las voces navarras, invitadas por el director ruso Valery Gergiev, la interpretaron en el Carnegie Hall y se convirtieron en el primer coro español en alinearse en este escenario neoyorquino. «Por este recinto han pasado personas tan importantes como Tchaikovsky o el propio Mahler, quien dirigió aquí su último concierto en 1911. Es uno de los auditorios más importantes del mundo», comentó Igor Ijurra [Der 97], director artístico del Orfeón desde 2005. Su actuación obtuvo ocho minutos de ovación del público.

Así sonó

En este link puedes escuchar un fragmento de ocho minutos de la actuación del Orfeón Pamplonés en el Carnegie Hall el 21 de octubre de 2010: https://orfeonpamplones.com/es/multimedia/audios

Niño virtuoso

Gustav Mahler (1860-1911) nació en el seno de una familia judía. Con cuatro años comenzó a tocar el piano en casa de sus abuelos en Bohemia. Recibió clases y desarrolló su talento innato. A los seis compuso su primer lied y dio su primer recital público cuatro años después. En 1875, ingresó en el Conservatorio de Viena.

SELECCIÓN

Mahler 8. Live from Caracas [2012] Gustavo Dudamel, Los Angeles Philharmonic y Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.

The Complete Mahler Symphonies [2012] Leonard Bernstein y New York Philharmonic.

Mahler. Symphony N.º 8 [2020] Valery Gergiev, Filarmónica de Münchner y Orfeón Donostiarra.

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