Nuestro Tiempo 711

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NUESTRO TIEMPO NÚMERO 711 VERANO 2021 11 euros

Número 711 NUESTRO TIEMPO Verano 2021

Brecha en África Gobernantes eternos se aferran al poder en el continente más joven Pasado y presente Las fotografías de Ana Teresa Ortega reflexionan sobre la fragilidad de la memoria Los de la maleta El campus, protagonista y testigo de grandes sueños

DOBLE PANDEMIA

Margarita del Val, la voz del CSIC en la crisis sanitaria, lucha contra el virus y la desinformación



NUESTRO TIEMPO Verano 2021 Fundada en 1954 Año LXVII. Número 711

Editor Jesús C. Díaz [Com 82] Gerente Carmen Muriel [Bio 92 PDG IESE 08] redacción Ana Eva Fraile [Com 99], redactora jefe María González Zabal [Com 03] Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16] Lucía Martínez Alcalde [Fia 12 Com 14] Teo Peñarroja [Fia Com 19] Columnistas Enrique García-Máiquez [Der 92] Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] Críticos Libros: Joseluís González [Filg 82] Cine: Ana Sánchez de la Nieta Series: Alberto N. García [Com 00 PhD 05] Música: Alberto Bonilla [Com 12] Escena: Felipe Santos [Com 93] Arte: Ana Eva Fraile [Com 99] Colaboradores en este número Percy Añez, Javier Aranguren, Javier Cabaleiro, Manuel Casado, Leire Escalada, Sonsoles Echavarren, Javier García Herrería, Rocío García de Leániz, Beatriz Jiménez Nácher, Pilar León, Juan-Gil Leoz, Teresa Llamas, Josean Pérez, Pablo Pérez López, Blanca Rodríguez GómezGuillamón, Leopoldo Roux, Patricia SanMiguel, David Soler, María Tapias, José Vázquez, Amaya Vizmanos Fotografía Manuel Castells, Webb Chappell, Ana Teresa Ortega, Íngrid Ribas, Juanma Serrano, Luis Tato Ilustraciones Diego Fermín, Sr. García Diseño Errea Comunicación Impresión MccGraphics Redacción y Publicidad Facultad de Comunicación Universidad de Navarra 31009 Pamplona, España Atención al suscriptor Palmira Velázquez T +34 948 425 600 (Ext. 80 2590) pvelazquez@unav.edu Edita Universidad de Navarra Suscripción anual España 40 € Europa 50 € Internacional 60 € Web nuestrotiempo.unav.edu DL: NA 10-58 / SP-ISSN-0029-5795 La revista no comparte necesariamente las opiniones de los artículos firmados

8 344 ejemplares/ número (2020)

Member of CASE

LA PRIMERA Jesús C. Díaz

Más que una cuestión de esfuerzo El padre de Sheila Mameng nació en un pequeño archipiélago de Filipinas, llamado Mindoro, y su madre procede de Luzón. En los ochenta ambos, por separado, emigraron a Barcelona. En esa urbe cosmopolita se casaron. Fruto del matrimonio nacieron Sheila y dos chicos. Se instalaron en el barrio del Raval, donde la mitad de la población es inmigrante. Él padece una enfermedad que le impide ejercer un trabajo y ella es empleada de hogar. La prioridad, sin embargo, como la de tantos filipinos, fue la educación superior de Sheila. Cuando era pequeña la llevaron a la asociación Terral, donde recibió el apoyo académico y personal que la gran mayoría de los niños del Raval no tiene en casa. Allí, el ejemplo de las voluntarias supuso el primer estímulo para plantearse metas altas. Esto y el empuje de las profesoras de su colegio y de otras personas animaron a Sheila a estudiar en nuestra Universidad y solicitar ayuda económica. Tenía un buen expediente y consiguió los dos objetivos: plaza en Bioquímica y una beca Alumni. He recordado su historia revisando las últimas páginas del número, antes de que vuelen a imprenta. En un artículo buscamos respuesta a las siguientes preguntas: ¿tenemos todos las mismas oportunidades de prosperar?, ¿cómo podemos recuperar la perspectiva del bien común? Michael Sandel, afamado profesor de Harvard, reflexiona en su último libro sobre La tiranía del mérito. Muestra con datos que el punto de partida —el lugar donde nacemos, nuestras características genéticas, la familia en la que crecemos, etcétera— condiciona la llegada a la meta. Sandel concluye que los méritos no bastan: necesitamos suerte y oportunidades; por eso las reclama para los menos afortunados. Sheila ha contado con personas que la han alentado a proyectar un futuro ambicioso. Y ella ha correspondido con esfuerzo. Se graduó con una media que le permitió renovar la beca Alumni y consiguió otra para el Máster en Investigación, Innovación y Desarrollo de Medicamentos. Actualmente trabaja en una empresa farmacéutica. Está feliz en su trabajo porque se da cuenta de la proyección social que tiene. Forma parte del equipo de planificación de nuevos productos cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además, procura ayudar a otras jóvenes a marcarse grandes objetivos. Hace unos meses, la escritora Ana Iris Simón puso en el centro del debate público en España la precaria situación de los jóvenes. «No habrá agenda 2030 ni plan 2050 si en 2021 no hay techo para las placas solares porque no tenemos casas, ni niños que se conecten al wifi porque no tenemos hijos», dijo. Es cierto que el esfuerzo tiene su mérito. Pero no resulta suficiente: es tarea de todos crear oportunidades para que talentos como el de Sheila no queden ocultos. jediaz@unav.es

Esta revista ha recibido una ayuda a la edición, del Ministerio de Cultura y Deporte

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En la Universidad de Navarra somos conscientes de que cada estudiante es una realidad, un caso diferente a otro. En función de las circunstancias académicas y familiares del alumno, es posible acceder a un precio de matrícula personalizado. Por ello ponemos a disposición de las familias una herramienta de asesoramiento para conocer el importe de la matrícula y los programas de ayuda que encajan con la situación del futuro alumno. La Calculadora se puede utilizar en la web de forma pública y anónima para obtener una primera estimación y, una vez se haya solicitado la admisión a través del Estudio de Coste y Becas.

1 de octubre 2021 - Apertura del Plazo de Admisión

SI QUIERES VENIR, QUEREMOS QUE VENGAS

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Servicio de Admisión Edificio Central 31009 Pamplona – España Tel. +34 948 425 614 Whats. +34 680 423 810 Inst. @admision_unav admision@unav.es www.unav.edu


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GRANDES TEMAS

BOLIVIA DESPUÉS DE EVO

JUEGO DE TRONOS

[Página 48] ¿Hubo

un golpe de Estado en 2019? ¿Sigue Evo Morales gobernando en la sombra el país? Varias claves para comprender el magma de una nación volcánica.

[Página 18] En Áfri-

ca, los presidentes no se levantan del sillón. Con extrañas triquiñuelas legales, los más viejos gobiernan el continente más joven.

DE DÓNDE VENIMOS

OLEADAS DE CIENCIA

[Página 06] La viróloga Margarita del Val, a quien el CSIC ha puesto al frente de su campaña contra la desinformación sobre el coronavirus, se sienta a hablar de bulos, vacunas y el final de la pandemia.

¿MERITOQUÉ?

[Página 28] Algunas voces se levantan contra la cultura del puro esfuerzo. ¿Si te dejas la piel, conseguirás lo que quieras? Una mirada a la meritocracia con el profesor de Harvard Michael Sandel.

[Página 106] El catedrático Pablo Pérez reflexiona en el ensayo sobre el espíritu de la Transición y sobre si constituye un buen punto de apoyo para nuestra democracia.

CAMPUS Y ALUMNI DE DIEZ [Página 72] ¿Existe el gradua-

do ideal? ¿Qué características debe tener? Al responder a estas preguntas, la Universidad ha desarrollado un plan para que su formación sea, todavía más, una educación transformadora.

ENTREVISTA LAURA FERRERO

[Página 78] La escritora Laura Ferrero [Fia Com 04] es una de las voces más prometedoras del horizonte literario español. Conversa con NT VERDE QUE TE QUIERO VERDE sobre su mirada. [Página 62] El campus no se plantó ni sembró solo. Carlos Soria, como Campus 56 curador, y un infatigable equipo de Alumni 78 artesanos jardineros hacen sonar cada Cultura 86 año en este rincón de Pamplona Las Ensayo 106 cuatro estaciones.

COLABORAN Patricia SanMiguel [Página 84] No tema a los influencers. Muchos son buenos. Pero sepa cuáles son los ídolos de sus hijos en internet.

CARTA DESDE...

[Página 82] Nueva York, donde José Vázquez [Hum 09 PhD 15] trabaja en la ONU como representante de una ONG.

FIRMAS

Amaya Vizmanos [Página 76] tiene un superpoder. Y usted también. Nuestra forma de mirar transforma el mundo.

Más que una cuestión de esfuerzo, Jesús C. Díaz 01 Amores imposibles, Enrique García-Máiquez 16 El poder del anillo, Javier Aranguren 46 Superpoderes, Amaya Vizmanos 76 Influencers y responsables, Patricia SanMiguel 84 Soñar acaso, Ignacio Uría 104 El estreno de la vida en color, Paco Sánchez 112 verano 2021  Nuestro Tiempo —03



CUÉNTANOS

Las voces de Nuestro Tiempo en las redes «En @NTunav publican un trabajazo sobre los 10 años de aquello que algún listo (con más de publicista que de periodista) llamó “the Arab Spring”. Se ilustra con mis imágenes realizadas a lo largo de esta década en muchos de sus diferentes conflictos. ¡Un honor!». @ManuBrabo «La revista Nuestro Tiempo (@NTunav) hace un buen resumen de la polémica vivida los últimos siete meses sobre “¿Dónde están los intelectuales cristianos?”. Probablemente no están todos los que han participado, pero sí participaron todos los que están». @quintanapaz «Justo esto ya se lo planteó la revista Time en 1962...». @txemadiaz

«@c_tangana o el triunfo de la radio del taxi. Ojo al artículo de nuestro prodigioso @Danidb4 y @asanreig en @NTunav». @losdelvolcan

«Ante la pregunta de la autora Pérez Forriol: ¿Es el famoso autocuidado la antesala del egoísmo? diría que no, si seguimos la letra de la canción “Toda una vida te estaría cuidando como cuido mi vida, que la cuido por ti”». @9_patriciadiaz «Hay obituarios para enmarcar, también a las personas y amistades que se reflejan en ellos. Suena un poco así, pero ojalá todos tengamos un obituario como el de David, incluyendo a esas personas y amistades. Gracias, @pacosanchez, y a @NTunav por publicarlo». @Loret_maresp «Me acaban de contar que han recomendado “Señora de rojo sobre fondo gris” en COPE Huesca gracias al reportaje que publiqué en @NTunav. ¡Qué alegría dan los trabajos que perduran! ¡Y qué bonito es ver cómo se descubre a los mejores gracias a uno!». @ManuChica «Me parece una reflexión lúcida y muy necesaria en estos tiempos en que el significado del liderazgo se oscurece de tanto manosear el término. Gran acierto combinar el caso del Dr. Goodwin con las ideas de @WDeresiewicz. Bien por @nikibraham y @NTunav». @igsaavedraceu

«Dos revistas, @Ethic_ —gracias, @Borjamonde— y @NTunav, de lectura para el sábado por la mañana. El buen periodismo en papel». @inigoalli

«Matar no es un derecho». @elv2501 «Pues no es lo mismo ser una persona eficaz o exitosa y ser una buena persona». @anamartagg «Una de las principales deficiencias de nuestro sistema educativo es que no enseña a argumentar. Luego lo pagamos en la vida social: abundan las falacias y nos cuesta aceptar las razones de los demás. Buen ensayo de @dosvecescuento en @NTunav». @JoseMTorralba «Dice “No se puede caer en la arrogancia de ignorar el pasado como fuente de conocimiento”. Esto es lo que me encanta de @irenevalmore, da justo al blanco, y esto pasa en Latinoamérica: ignorar es común y de estos naufragios debemos salvarnos. #IreneVallejo Excelente texto». @RafaeBenavente

FACEBOOK

«Me declaro prendido por la hermosura literaria de Irene Vallejo. Pocas veces me ocurre que tenga que volver a leer un párrafo de un libro para recrearme en la belleza de su escritura. Y en El infinito en un junco me ocurre con frecuencia. Es toda una obra maestra, un libro sobre los salvadores invisibles y el bien que no se nota, un mástil en tiempos de desasosiego, un auténtico placer». Luis Gresa «Soy yo quien desea dar las gracias. El reportaje es una joya». Irene Vallejo HILADOS

«El 710 se nos viene con un reportaje “que roza lo divino”, en palabras de @TeoPenarroja». @MarcosOndarra

«No recuerdo haber dicho eso». @TeoPenarroja «El hombre se revela en la conversación no solo por lo que dice, sino por lo que calla, que decía Zweig». @MarcosOndarra verano 2021  Nuestro Tiempo —05


Grandes temas Vacunas y pospandemia

Margarita del Val «La investigación previene gasto y, sobre todo, sufrimiento» La investigadora Margarita del Val es una de las principales voces que ha contrarrestado el miedo y la desinformación durante el covid-19. Trabaja en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y defiende las vacunas como la mejor forma de control de la pandemia. texto Blanca Rodríguez Gómez-Guillamón [His Com 15]

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uimp - juanma serrano


Grandes temas Vacunas y pospandemia

M margarita del val optó por la química, en cierto modo, por descarte. Aunque sus padres compartían la profesión, no recuerda que la casa familiar fuese un entorno científico. Cabe sospechar que las conversaciones, los pedazos del día, influyeron en su elección, pero nadie le dijo qué tenía que estudiar. En 1976 el abanico de licenciaturas era todavía limitado. Desechó la Física, las Matemáticas, la Biología y la Ingeniería, porque supuso que en la carrera escogida encontraría la respuesta a cómo funcionan «las enfermedades, los mecanismos, las cuestiones más abstractas». Desde pequeña había sentido curiosidad por comprender los misterios de la ciencia. Hoy es investigadora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y, desde el inicio de la crisis sanitaria, invitó a los españoles al salón de su casa. Sentada en un sofá oscuro y al otro lado de una pantalla, Margarita continúa reflexionando sobre el coronavirus y las vacunas. No lo hace sola. En marzo de 2020 el CSIC lanzó la plataforma Salud Global con el objetivo de «buscar soluciones desde la ciencia ante la pandemia». Detectaron que la divulgación era un antídoto contra la desinformación y el miedo y movilizaron más de trescientos grupos de investigación para explicar qué estaba ocurriendo. Para lograr una interacción intensa, colaborativa, crítica y productiva, profesionales de diferentes áreas se organizaron en reuniones telemáticas. Un año después, y pese al centenar de encuentros digitales que comparten, la mayoría no

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han tenido contacto en persona. Margarita del Val, coordinadora de la plataforma, es una de las científicas que compagina su trabajo investigador con las cámaras, los micrófonos y las conferencias. Del Val saluda al otro lado del teléfono. Prefiere una entrevista no presencial, de modo que procuramos conocerla a través de la palabra ciega. Su voz es clara y constante y afronta los temas sin preámbulos. «La pandemia me ha exigido estar aprendiendo continuamente —asegura—. Analizamos cada noticia que se publica e intentamos detectar qué es lo que desconocen los ciudadanos para poder transmitirlo y abordarlo. Mi vida y mi profesión han dado un vuelco, como la de otras muchas personas». Por eso, se muestra capaz de desenmascarar unos cuantos mitos alrededor del virus y las vacunas. Hubo quien desconfió de las vacunas dada la velocidad a la que se obtuvieron. Ha sido la vacuna más veloz de la historia: se desarrolló en solo once meses. Principalmente han influido dos aspectos. Por un lado, la inversión de muchísimo dinero público en todo el mundo, una aportación que resulta fundamental [Alrededor de cinco mil millones de euros proceden de financiación pública y filantrópica según el informe «No es sano» de la Fundación Salud por Derecho]. Y, por otro, la sensación de emergencia que tenía tanta gente ha permitido reunir una elevada cifra de voluntarios [La OMS estima que entre diez mil y cincuenta mil personas por cada vacuna]. En otros ensayos clínicos se tarda meses, e incluso años, en reclutar un número muy inferior. ¿Repercute en la solidez de los datos de seguridad? Son las vacunas más seguras elaboradas hasta el momento, porque ante la enorme cantidad de inmunizados se están descubriendo las consecuencias más infrecuentes. Seguir por farmacovigilancia a un amplio grupo de personas ha permitido evaluar estos efectos tan mínimos, que revelan un riesgo muy inferior al de cualquier otro medicamento. A largo plazo, ¿podrían aparecer nuevos efectos secundarios de la vacuna? En realidad, prácticamente todos los efectos adversos surgen muy pronto. No depende del tiempo, sino de los millones de vacunados. Si habitualmente aparecen


Del Val recibió el premio Pasión por la Ciencia en la última edición del festival internacional #LabMeCrazy!, organizado por el Museo de Ciencias de la Universidad. césar hernández - csic comunicación años más tarde, es porque solo entonces se alcanza la cifra de diez millones de personas inmunizadas. Pero en esta pandemia eso ha ocurrido en cuestión de días. ¿Podemos confiar en su memoria inmunológica? Las vacunas de AstraZeneca y Janssen se basan en vectores estudiados durante años y se espera que se potencien con cualquier otra exposición a los mismos antígenos del virus. Con las de ARN mensajero —Pfizer y Moderna—, no sabíamos si serían flor de un día; ahora conocemos que se inducen linfocitos B de memoria que producen anticuerpos con alta afinidad de unión a la proteína S del virus, y eso es importante para que la memoria dure años. ¿Se alcanzará la inmunidad colectiva si un 70 por ciento de la población ha recibido el fármaco o es necesario llegar al cien por cien? Los números pueden resultar engañosos, por eso hay que fijarse en quién está vacunado. Lo que importa es que lo reciban al cien por cien los grupos de

alto riesgo, bien sea por la edad, por enfermedades crónicas… La inmunidad colectiva necesita que las personas vacunadas no se infecten ni transmitan el virus, que sean seguras, pero por ahora sabemos que pueden infectarse, aunque alrededor de cinco veces menos, y que probablemente puedan contagiar, porque, cuando se infectan los vacunados, su carga viral es también muy alta. Si el virus sigue mutando, ¿podríamos volver a una situación de descontrol? Para quienes se enfrentan por primera vez al covid-19, no importa de qué cepa se trate. No creo que esto sea un problema. Contra todas las variantes que se han impuesto se ha podido proteger muy bien con dos dosis de vacunación. Por otro lado, este virus tiene poca capacidad de mutación y no produce reorganizaciones de su material genético como el de la gripe. Es un tema que está magnificado en los medios de comunicación y sobre el que se ha generado una alarma innecesaria. verano 2021  Nuestro Tiempo —09


Grandes temas Vacunas y pospandemia

Como asegura Del Val, en el desarrollo de las vacunas contra este virus ha resultado decisiva la experimentación con cuatro modelos animales. foto con licencia cc en wikimedia. autor: u.s. secretary of defense un solo planeta. En contraste con la energía con la que desmiente bulos, la voz de Margarita del Val se suaviza cuando recuerda sus años de investigación posdoctoral en Alemania. En 1986, inició una estancia en Tubinga y más tarde en Ulm. Era una joven científica con una formación «rigurosa y de muy buena calidad», como define la impartida en España, y tenía ante ella un horizonte amplísimo: «Es una etapa libre, porque tomas las decisiones a placer, y es muy importante que haya suficiente movilidad, pues, como se ha visto en esta pandemia, la ciencia es universal». El sufrimiento se derrama líquido en la conversación. «En la primera oleada, pedimos un esfuerzo tremendo a los hospitales, a la atención primaria, a todo el equipo sanitario, y a pesar de ello, les hemos vuelto a someter al mismo estrés», lamenta. Su tono se apaga cuando imagina el cansancio, el dolor, la desesperanza de tantas personas infectadas en situación de vulnerabilidad. Al vivir en un mundo global, ¿dependemos de que se alcance un equilibrio tanto en los países 10—Nuestro Tiempo  verano 2021

desarrollados como en los que se encuentran en vías de desarrollo? Sí, sobre todo si tenemos vacunas que protegen solamente a quien está vacunado. A efectos de movilidad, si no lo están todas las personas del planeta, estaremos exponiendo de forma continua a otros y también a nosotros mismos. Es cierto que el riesgo aumenta exponencialmente con la edad, y por eso es superior en poblaciones como la europea, que es la de mayor esperanza de vida junto con la de Japón. Pero en otros países están sufriendo y casi no reciben

«Este virus tiene poca capacidad de mutación y no produce reorganizaciones de su material genético como el de la gripe. Se ha generado una alarma innecesaria sobre las cepas del covid-19»


EN EL PASADO

Un virus mortal en el laboratorio

¿Cómo le parece más justo repartir las vacunas? Equitativamente desde el principio no es realista. Es lo mismo que cuando en los aviones explican las medidas de seguridad: en caso de despresurización, los padres han de colocarse la mascarilla antes de ponérsela a los niños. Sin embargo, una vez que hemos alcanzado un buen nivel de protección en los países más fuertes, tenemos que apoyar a los demás y llevarles dosis. No solo dinero. Dosis reales. ¿Qué papel juega la geopolítica en este reparto? Los países anglosajones, por ejemplo, se resisten a compartir sus reactivos hasta que no esté el último de sus ciudadanos absolutamente protegido, aunque carezca de relevancia porque no presente ningún riesgo. Esta política, egoísta y muy agresiva, queda lejos de lo de la mascarilla de oxígeno del avión. China y Rusia realizan una labor de distribución de sus vacunas por muchos países para ganar influencia. Europa está a mitad de camino, pero más próxima a la postura de compartir. cómo se gesta una vacuna. A través del teléfono, su etapa formativa en Alemania se percibe como un periodo feliz, donde trazó las líneas de su carrera: «Allí empecé a entender no solo quién es el enemigo —los agentes infecciosos—, sino también cuáles son nuestras armas —nuestro sistema inmunitario—». Rememora, con tono pausado y notas alegres, a sus compañeros, con los que de vez en cuando continúa colaborando. Sin embargo, lamenta que «en ese país hay muchos fondos para investigación, pero muy pocas oportunidades para que las mujeres sean líderes en ciencias». En España, en cambio, el sector atraviesa el túnel de la precariedad. Margarita del Val compara su trabajo con un cultivo: «No sirve anegarlo de agua, sino que hay que regarlo gota a gota y continuamente». Así concibe la investigación saludable: sin escudarse solo en planes de choque, sin considerar la inversión

El único virus humano que se ha erradicado del planeta es la viruela. Después de la peste negra, se trata de la segunda enfermedad infecciosa más mortífera de la historia: se calcula que solo en Europa fallecieron cerca de sesenta millones de personas en el siglo xviii. De modo que, cuando el médico inglés Edward Jenner encontró una variante de la viruela que lograba la inmunidad, comenzó una exitosa campaña de vacunación. España cumplió un papel muy importante en esa labor. En 1803 Francisco Javier Balmis ideó una forma revolucionaria de trasladar el fármaco a otros continentes. Sin refrigeradores y con una travesía por mar que podía durar meses, se le ocurrió transportar la vacuna en personas vivas. Veintidós niños huérfanos, de entre tres y nueve años, embarcaron en una expedición que cambió la historia. Para mantener el círculo de conservación, cada cierto tiempo se extraía líquido de las pústulas del infectado más reciente y se inoculaba a otro niño sano. Así fue cómo la vacuna llegó a América y Asia. «Un ejemplo de filantropía», escribió Jenner. La viruela no se dio por erradicada hasta 1980. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra su preocupación por que se convierta en arma biológica. Dos laboratorios, de Estados Unidos y de Rusia, poseen muestras del virus en instalaciones de máxima seguridad biológica. Su destrucción, según un acuerdo firmado por ambas potencias, se había orquestado para 1993, pero se reculó tras un encendido debate. Desde entonces, la OMS ha retrasado cuatro veces su eliminación y ha aceptado su conservación temporal con fines científicos. Los investigadores que defienden su existencia controlada advierten de que, en el caso de que se utilizase como arma de bioterrorismo, sería el único modo de actualizar la vacuna que la contrarrestase. La tecnología de biología sintética ha permitido crear el virus a partir de secuencias de aminoácidos publicadas, por lo que no se descarta la posibilidad de su reactivación.

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foto de dominio público en wikimedia - f. pérez

dosis de vacuna. Además, en cualquier momento nos pueden diagnosticar un cáncer y que una quimioterapia nos haga perder las defensas resistentes. O puede que nos pongan un tratamiento para una enfermedad autoinmune, o que recibamos un trasplante de órgano y nos tengan que inmunosuprimir…


Grandes temas Vacunas y pospandemia

como una ayuda, sin supeditar la financiación basal a que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado. Reclama estabilidad en las convocatorias y en la perspectiva de crecimiento, financiación sólida y flexibilidad: «Nos hemos dado cuenta de que los objetivos que se marcaron en mayo de 2020 habían caducado en marzo del 2021. La ciencia avanza así y no podemos prever con tres años de antelación. La gestión debe ser más flexible». «La investigación es lo que nos ha sacado de esta pandemia», subraya la viróloga con firmeza. Las vacunas que han desarrollado los científicos en sus laboratorios han resultado ser la herramienta más eficaz contra el virus. Para algunas de ellas — Pfizer y Moderna— se ha usado una tecnología inédita, y para todas, precisa, ha resultado crucial la experimentación con animales. ¿Cómo se desarrolla una vacuna? Las fases de investigación son importantísimas y dan lugar a diversos modos de hacer vacunas. Las que se están comercializando están basadas en inducir anticuerpos frente a la proteína S de la espícula del virus, pero se pueden y deben reclutar más herramientas de defensa inmunitaria. Por ejemplo, hace unas décadas descubrí cómo crear una vacuna que protegía a ciertos animales de morir por la infección que provocaba un virus. Lo diferencial de la solución era que se lograba con inmunidad celular, o sea, en

«La investigación es lo que nos ha sacado de esta pandemia. Pero no sirve anegar de agua este cultivo: hay que regarlo gota a gota y continuamente» «En España contamos con una buena escuela que no se ha cuidado: hay pocos expertos en enfermedades infecciosas y la mayoría tienen edad avanzada» 12—Nuestro Tiempo  verano 2021

ausencia total de anticuerpos. Sabemos que ese proceso funciona. Algunas vacunas en desarrollo contra el covid-19 son más completas y siguen también este principio, en emplear más proteínas del virus para complementar los anticuerpos con una óptima inmunidad celular. ¿Por qué ha marcado una revolución científica el uso del ARN mensajero? Las vacunas con ARN mensajero se estaban empleando en algunos ensayos clínicos pequeños, sobre todo contra el cáncer, pero era muy poco predecible cómo iban a funcionar ante una infección. No tenían recorrido en circunstancias normales por su inestabilidad y por su reactogenicidad [efectos secundarios que surgen en los siete días posteriores a la vacunación], que limita la dosis empleable y, por esta razón, necesita incluir más proteínas para enfrentarse a patógenos complejos. ¿Cuáles son sus ventajas con respecto a las biológicas tradicionales? Es una tecnología sintética, lo que significa que no varían sus propiedades si cambia la secuencia. En las vacunas biológicas, una proteína es distinta de otra y, en cuanto modificas la secuencia, cambia radicalmente la proteína. Pero las de ARN mensajero que están autorizadas por las Agencias del Medicamento son muy sencillas, porque era necesario para que fuesen rápidas. ¿Han sido favorables para este desarrollo veloz las investigaciones previas en animales? La experimentación animal es decisiva. Si con este coronavirus no hubiésemos contado con cuatro modelos animales distintos, probablemente los equipos de investigación, las empresas farmacéuticas y las pequeñas tecnológicas no se habrían lanzado a producir vacunas. Sin testar en animales, no nos podemos arriesgar con personas, porque podría ocurrir, como ha sucedido en otros casos, incluido el SARS1 en animales, que la vacuna predisponga a que la infección sea incluso más grave. [En 1967, por ejemplo, la vacuna diseñada para combatir al virus VRS, causante de bronquitis, agravó la enfermedad en los niños que la recibieron, e incluso provocó la muerte de algunos de ellos].


Margarita del Val reclama que la investigación en España se considere una inversión, en lugar de una subvención, como sucede en la actualidad. césar hernández - csic comunicación ¿Se temía? Era el principal temor. Por eso ha sido tan importante que funcionase en macacos, hurones, hámsteres y ratones. Después, en los ensayos clínicos, se evalúa la seguridad y si el sistema inmunitario responde. Durante las siguientes fases se va incrementando el número de voluntarios y de variables. Y en la última se analiza cómo es la respuesta frente a la infección real. las pandemias que vienen. Cuando Margarita del Val mira al futuro de la ciencia en España, no es particularmente optimista. «Contamos con una buena escuela que no se ha cuidado, por lo que hay pocos investigadores expertos en enfermedades infecciosas y la mayoría tienen edad avanzada», dice. España ha colaborado en los ensayos clínicos de Janssen, en el proceso de producción de Moderna e investiga otras nuevas, pero la escasez de personal formado y de infraestructura ha dificultado la incorporación de una vacuna propia a las dosis que están aplacando la pandemia.

Curiosidad, rigor, una mente abierta, independencia y creatividad son las principales competencias que les recomienda desarrollar a los jóvenes científicos y en especial a las futuras profesionales. «He tenido la suerte de estar rodeada de mujeres investigadoras y, sin ser consciente, eso me ha hecho ver que era posible —explica Margarita cuando mira hacia atrás—. A las chicas les diría que, si disfrutan con la ciencia, sigan adelante. Encontrarán gente a la que le gusta lo mismo y harán proyectos interesantes y productivos que pueden beneficiar a la humanidad». Parece que nos acercamos al epílogo de esta terrible experiencia. Sin embargo, «todavía hay quienes no están vacunados —constata Margarita del Val— y eso me preocupa. Lo más difícil es el perfil de riesgo tan fuerte de algunas personas. Al principio, se localizaba fundamentalmente en las residencias y en los hospitales; ahora el foco apunta a algunos jóvenes». Las vacunas, en opinión de la viróloga, «resultan la mejor opción: previenen gasto y, sobre todo, sufrimiento». verano 2021  Nuestro Tiempo —13


Grandes temas Vacunas y pospandemia

¿Venceremos al coronavirus? No podrá erradicarse y probablemente tampoco tendrá sentido intentarlo. Está por todo el mundo y hay reservorios en animales. Del planeta se ha erradicado un virus en toda nuestra historia: la viruela. Está a punto de eliminarse la poliomielitis, de la que quedan solo decenas de casos en unas zonas muy concretas de Pakistán y Afganistán. El siguiente objetivo es el sarampión. El coronavirus, en cuanto tengamos inmunidad, va a ser mucho más suave. Además, forma parte del grupo de miles de agentes infecciosos a los que estamos expuestos cada día y cada hora. No vivimos en un entorno aséptico y estéril. De modo que todos nos enfrentaremos a él. La pandemia se ha producido porque el virus que se transmitía era nuevo y nadie tenía preparado el sistema inmunológico. Cuando ese entrenamiento ocurra, bien por infección o bien por la vacuna, perderá fuerza. Más adelante se irán infectando los niños al nacer, probablemente en los primeros años de vida, y no les pasará nada. Será como cualquier otra enfermedad respiratoria, que quizá repunta en invierno, o de la que habremos de estar más pendientes si, por ejemplo, nos han trasplantado un órgano. ¿Hemos fallado en prevención? La salud pública es la cenicienta de la Sanidad, que ha resultado muy buena en el ámbito hospitalario.

«Cuando tengamos inmunidad, el coronavirus va a ser mucho más suave. Forma parte del grupo de miles de agentes infecciosos a los que estamos expuestos» «Del planeta se ha erradicado un virus en toda la historia: la viruela. Somos muy vulnerables como humanidad ante una nueva infección» 14—Nuestro Tiempo  verano 2021

Sin embargo, está más desprotegida en atención primaria, donde debería contar con más apoyos y actuar de barrera. Si logramos una prevención temprana, seremos como Australia o Nueva Zelanda, que reaccionaron desde el principio con medidas drásticas, lo que les garantizó salud y protegió su economía. ¿Qué se recordará de la actual pandemia dentro de unos siglos? Espero que no se olviden dos puntos: que somos muy vulnerables como humanidad ante una nueva infección y que gracias a la investigación hemos salido de ella. La respuesta al coronavirus no se ha improvisado, sino que nos hemos basado en estudios previos. Esto hay que tenerlo muy claro. Hemos de estar muy satisfechos de lo que se ha logrado a través de la ciencia y la tecnología. También nos quedará el legado de la necesidad de una actuación precoz. ¿Qué enseñanzas podemos sacar ante futuras pandemias? En nuestra memoria lejana queda la gripe A, que nos dio la falsa sensación de que una pandemia no es tan seria. Después vino el zika, que se ha quedado en los trópicos, y el sida, que se sabe cómo prevenir y tratar. Existe una gran diversidad de agentes infecciosos. Sin embargo, debemos tener en mente que, igual que las vacunas son el mejor medicamento, más vale prevenir el dolor que curar. No hay que aguardar a que el sistema sanitario esté al borde del colapso, sino actuar muy pronto e invertir mucho en investigación de vacunas, de enfermedades infecciosas y en vigilancia, para conocer qué agentes están circulando. En 2003, el sudeste asiático se enfrentó al «hermano» del covid-19, el SARS-CoV-1, que también causaba infecciones respiratorias graves. «La actual pandemia es enrevesada —explica— porque se transmite de una manera asintomática, pero ha sido viable preparar una vacuna. Antes de elaborarlas, identificamos cuáles podían ser las incidencias que se presentasen, pero no se han producido y, precisamente por eso, las vacunas han estado listas antes de lo previsto». Ese es el motivo de que Margarita del Val advierta que esta pandemia no será la última. «Desconocemos cómo se desplegará la próxima gran enfermedad, pero debemos tener un poquito de realismo —indica—. Las siguientes infecciones no resultarán tan fáciles». Nt


VACUNAS ESPAÑOLAS

Desde el comienzo de la pandemia se vive una contrarreloj para hallar la vacuna contra el covid-19. Rusia registró la Sputnik V en agosto de 2020. La desarrollada por Pfizer/BioNtech se hizo realidad en diez meses. Existen 22 vacunas autorizadas en el mundo. Algunas voces se preguntan por qué España parece ir a la cola. Actualmente, en nuestro país, se trabaja en doce posibles vacunas. Aunque todavía ninguna ha recibido aprobación, entre las más adelantadas se encuentran las lideradas por tres científicos jubilados ad honorem del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). A principios de agosto, el salto a los ensayos clínicos en humanos de la vacuna de Mariano Esteban y su equipo del Centro Nacional de Biotecnología (CNBCSIC) junto con Biofabri fue aplazado por la Agencia Española del Medicamento, con el objetivo de garantizar su seguridad. Esta vacuna está basada en una versión atenuada del virus Vaccinia, el mismo que se usó para erradicar la viruela, y le sería más fácil que a las vacunas de ARN acceder a las células, con un mecanismo más rápido que las de adenovirus. Vicente Larraga, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC), trabaja en una vacuna de ADN recombinante. Una de sus ventajas es que la molécula de ADN es más estable

emilio naranjo - efe

Una carrera de fondo

Luis Enjuanes tiene 76 años y dirige el laboratorio de coronavirus del CNB. y no requiere ultracongelación; por otra parte, puede reducir los efectos secundarios y es más barata. Ahora estudian la mejor forma de administrarla en humanos. Una sola dosis por vía intranasal es la apuesta de Luis Enjuanes e Isabel Sola [Bio 91] en su laboratorio del CNB-CSIC: un ARN sintético con las mismas características del coronavirus pero sin capacidad de infectar ni transmitirse. Al ser un modelo nuevo, requiere más tiempo; el equipo de investigadores confía en poder entrar en las fases clínicas a finales de año. Sus puntos fuertes: la dosis de ARN inyectada puede multiplicarse hasta cinco

mil veces en el organismo; las personas vacunadas no enferman y tampoco contagian el virus; al ser intranasal ofrece mayor protección en las vías respiratorias. Y fuera del CSIC, la farmacéutica Hipra avanza con una vacuna basada en proteína recombinante que defendería frente a todas las variantes conocidas y ya ha empezado a reclutar voluntarios para probarla. Esperan tener la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos en el primer trimestre de 2022. Uno de los muros con los que se topan estos proyectos en España es la falta de financiación para seguir pro-

gresando: «Pasar de las pruebas en animales a los ensayos clínicos supone un salto de cientos de miles de euros a varios millones. Solo la primera fase de la investigación puede costar unos diez millones de euros», afirmó en mayo Mariano Esteban en un coloquio organizado por la Fundación Alternativas. A estas alturas de la pandemia, ¿tiene sentido continuar invirtiendo esfuerzos y recursos en proyectos de este tipo? Los expertos coinciden en la respuesta: la elaboración de nuevas vacunas resulta necesaria para poder llegar a la población mundial por completo. Redacción NT verano 2021  Nuestro Tiempo —15


AHORA BIEN Enrique García-Máiquez

Amores imposibles

Los amores platónicos son más literarios que los aristotélico-tomistas, pero todo amor es, en el fondo, también platónico, si se lo mira bien.

H

todo esto y que acabo de recordar, con gozosa melancolía insumisa, aquello de Dante: «[su belleza] que solo su Hacedor la goza entera». Hasta su belleza, por lo visto, se me escapa viva. Menos mal que Dios —Dante mediante— la recoge. Chesterton sostenía que la variabilidad en el carácter de la mujer es una maravilla más. Y de tal calibre que permite al hombre monógamo compartir el vértigo del visir en su harén, sin sus numerosas contraindicaciones. Una mujer es tan rica en personalidades, que nos da inacabables sorpresas. Tantas que cabría añadir, entre las mil y una posibilidades de la monogamia, la de conocer también la melancolía hermosa y poética del amor imposible, inalcanzable e idealizado. Cuando Neruda era un jovencito inocente y romántico escribió un poema añorando lo que cualquier matrimonio estable le hubiese dado sin necesidad de tanta impertinencia: «Me gusta cuando callas porque estás como ausente». Un viernes por la noche, exhaustos del ajetreo de toda la semana, tenemos ese silencio soñado de Neruda en nuestro cuarto de estar, real como la vida misma. Leo los hermosos versos de Alba Flores con admiración y, ojo, con un gozoso reconocimiento. «Sinceramente pienso ojalá algún día coincidamos borrachos/ para poder contarte algo que vayas a olvidar», dice; y yo no necesito estar borracho, ni mucho menos que lo esté mi mujer, para contarle algo que ella vaya a olvidar de inmediato o, todavía más, ni vaya a escuchar del todo. «De qué me vale la poesía —se pregunta Alba— si ni con ella me atrevo a decirte la verdad./ De qué vale la poesía si ni con ella te das por enterado». Yo a eso, desde luego, no puedo responderle. Tengo exactamente la misma duda. «Si algún día te murieses y no tuvieses nicho yo te haría un hueco en el mío». Cuánta emoción destila esa imposibilidad amorosa hasta que la muerte nos aclare. Yo la puedo compartir punto por punto. Alguien dijo que todo amor, mientras dura, es eterno, y es verdad; como lo es también que todo amor es el primero, el instantáneo, el único, el último, el práctico, el platónico, el imposible, el infeliz y el feliz, todo a la vez y cada parte por completo. Si es bueno, no hay poema de amor ni de desamor ni de amor de vuelta que nos sea ajeno.

E LEÍDO CON MUCHO PLACER el libro de poemas Azca (Laika, 2021) de Alba Flores (Madrid, 1992; premio Adonáis 2017 y Ojo Crítico 2018). Es un cancionero petrarquista a un chico medio amigo de la infancia, medio primer amor, medio amor platónico, medio reencuentro de cada verano… Sumando, me salen dos chicos enteros, o es que tal vez son varios, pero dejemos las matemáticas. El desorden de los factores no altera el producto. El poemario funciona como un solo cancionero estremecido a lo inalcanzable del amor. Véase: «Te he visto pasar por todas las edades/ corriendo./ Un animal que huye de mis manos rojas/ cada vez que intento acercar a su boca/ el jugo dulce de las zarzamoras». Los amores imposibles tienen un encanto lírico que no tienen —envidié por escrito alguna vez— los amores contantes y sonantes. En la memoria, LA PREGUNTA DEL AUTOR son serenos como un lago de plata. Fue un pensamiento imperdonable, no solo por lo Dentro de su amor feliz y que enseguida explicaré más detenidamencotidiano, ¿hay también te, sino porque ya el capitán don Francisco agazapado un poético de Aldana escribió en nuestro Siglo de Oro amor imposible? un soneto magistral sobre la imposibilidad última de culminar la fusión amorosa como piden los corazones más ardientemente enamorados. ¿Por qué, se pregunta el capitán, «en medio a tanto bien, somos forzados/ llo@NTunav rar y suspirar de cuando en cuando»? Porque Opine sobre este asunto en todo amor verdadero es, en última instancia, Twitter. Los mejores tuits se imposible. Me pilla mi mujer (teletrabajamos publicarán en el siguiente número. ahora juntos) mirándola. «¿Qué?», pregunta. «Nada», replico fingiendo indiferencia. Porque quién le cuenta que estoy ponderando 16—Nuestro Tiempo  verano 2021

Enrique García-Máiquez [Der 92] es poeta y ensayista. @EGMaiquez egmaiquez.blogspot.com.es



Grandes temas El tercer mandato

EL BIG MAN AFRICANO SE AGARRA AL SILLÓN

EN EL ÚLTIMO LUSTRO, TRECE LÍDERES AFRICANOS HAN MANIOBRADO PARA SALTARSE LA LEY Y AFERRARSE AL PODER. AMPLIAR LOS PLAZOS DE LOS MANDATOS PRESIDENCIALES AGRANDA UNA BRECHA GENERACIONAL ENTRE GOBERNANTES Y CIUDADANOS QUE DAÑA LA DEMOCRACIA EN ÁFRICA. texto David Soler Crespo [Com 17] fotografía Luis Tato

18—Nuestro Tiempo  verano 2021


—Kinsasa (Congo), 19 de diciembre de 2018. Manifestación en una encrucijada del distrito de Ndjili, después de que las autoridades suspendieran la campaña electoral por motivos de seguridad. verano 2021  Nuestro Tiempo —19


Grandes temas El tercer mandato

—Jimeta (Nigeria), 14 de febrero de 2019. Un niño baila en Ribadu Square dos días antes de las elecciones presidenciales y legislativas. Una carrera reñida en la que Muhammadu Buhari buscaba ganar un segundo mandato contra el exvicepresidente Atiku Abubakar.

20—Nuestro Tiempo  verano 2021

bobi wine camina con la cara seria entre una multitud. Viste un traje de chaqueta azul marino sin corbata, un pin en su solapa izquierda de la Plataforma de Unidad Nacional y su inconfundible boina roja. En ella luce una insignia redonda: el lema «People Power, Our Power» abraza el mapa de Uganda, sobre el que se sitúa un puño negro en alto. Bobi Wine es en realidad Robert Kyagulanyi, un joven del asentamiento informal de Kamwokya en Kampala, la capital, que a comienzos de siglo decidió probar suerte en la música con ese sobrenombre. Hasta hace poco más de cuatro años llevaba rastas, chándal y cantaba reggae con letras combativas y preocupadas con la actualidad de su país. Ahora, a los 39, es la mayor amenaza para el régimen del presidente, Yoweri Museveni. El músico entró en el Parlamento en 2017 para hacer oposición a un mandatario que gobierna desde que él tenía tres años, en 1986, y, poco a poco, su popularidad ha ido creciendo hasta convertirse en el principal antagonista de Museveni. Wine

se ha granjeado el apoyo de una parte de los ugandeses con la promesa de liberarles de la dictadura y se ha propuesto algo que nadie ha conseguido a lo largo de más de tres décadas: ganar a Museveni de forma pacífica y democrática. Wine habla el idioma del pueblo, se autoproclama «el presidente del gueto» y se dirige sin rodeos a los jóvenes. La edad media de los ugandeses es de quince años y más de tres cuartas partes de los ciudadanos no conoce a otro presidente que no sea Museveni. Hay quien considera que Wine se parece mucho a su rival en otra época. Utiliza un discurso de liberación, clama contras las élites y no tiene un programa nítido, ya que no se declara ni de derechas ni de izquierdas. Además, comparte con el dictador su rechazo a la comunidad homosexual, perseguida en Uganda, donde las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales. En una de sus canciones, Wine dice «Quemad a todos los batty. Ugandeses, venid detrás de mí y pelead contra los batty», un término urbano para referirse a


los hombres homosexuales. Sus letras y su posición abiertamente antigay le valieron la negativa de Reino Unido a obtener un visado para dar dos conciertos en las islas. El 14 de enero de 2021 ambos se enfrentaron en las elecciones presidenciales más esperadas en décadas. Desde antes de la campaña, Wine y Museveni jugaban sus cartas para atraer al electorado. En marzo de 2020, el músico estrenó una pegadiza canción de reggae para concienciar de los peligros del coronavirus: «La mala noticia es que todos somos potenciales víctimas, pero la buena es que todos somos una potencial solución». Una semana después, Museveni contestaba con un vídeo en el que hacía flexiones y aparecía corriendo a sus 75 años en el despacho presidencial para pedir a la población que practicara deporte en casa. El dirigente olvidó que el 71 por ciento de los residentes de Kampala malvive en construcciones precarias de una sola habitación, más pequeñas incluso que su oficina. Es en esas zonas empobrecidas y urbanas donde Wine saca músculo. Durante los últimos años, Museveni ha intentado desacreditarle. Le acusa de no conocer otra realidad que la de los jóvenes de la capital y la de su propia tribu, la baganda, el mayor grupo étnico del país, con un gran poder social. En el centro de Uganda está el reino de Buganda, el más grande de los feudos tradicionales ugandeses que históricamente ha estado en tensión con el Gobierno. En verano de 2020, Wine se alió con el líder de la oposición, Kizza Besigye, con un único objetivo: derrocar a Museveni. Desde entonces, el presidente no ha tenido reparo en utilizar a las fuerzas del Estado para reprimir a sus adversarios y asegurarse el puesto. A Wine lo arrestaron hasta en tres ocasiones en campaña y sufrió un intento de asesinato con una granada que explotó a escasos centímetros de él mientras atendía a la prensa. En una de las detenciones, el Gobierno le acusó de saltarse las medidas para prevenir el coronavirus al organizar un mitin, y tras su prendimiento las protestas acabaron con cuarenta y cinco personas muertas en dos jornadas de enfrentamientos con la policía. El día de las elecciones, los militares cercaron su casa y pusieron a Wine bajo arresto domiciliario después de que votara, alegando que su presencia podría

generar peligro de violencia callejera. Lo liberaron once días más tarde gracias a una sentencia judicial. Para entonces, Museveni se había proclamado ganador con un 58 por ciento de los votos frente al 35 por ciento de Wine. El derrotado denunció fraude y llevó el resultado a los tribunales. Al cabo de tres semanas, retiró la petición acusando a la Justicia de no ser imparcial. Museveni inició así su sexto mandato. El big man continúa agarrado al sillón. presidentes de por vida. El caso de Uganda no es único en África. Museveni es uno de los cinco líderes del continente del top ten de presidentes que más tiempo llevan en el poder en el planeta. La lista la encabeza el camerunés Paul Biya, seguido de su homólogo de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. La media de edad de los dirigentes en esta región del mundo es de 62 años, mientras que la de la población es de 20, una diferencia casi cuatro veces mayor a la existente en los países de la OCDE, donde los gobernantes tienen doce años más que la media de los ciudadanos. Esta distancia agiganta una brecha generacional que desconecta a los mandatarios de la realidad y aumenta las posibilidades de gobernar de manera autocrática. Cuando Obiang llegó al Gobierno en 1979 todavía existía la Unión Soviética, internet no se había creado y la música se escuchaba con un nuevo aparato: el walkman. Los datos muestran que cuanto más tiempo pasa un líder en el poder más se enraízan las redes clientelares corruptas, más se

Los presidentes en África tienen una media de edad de 62 años, mientras que la de la población es de 20. La brecha generacional desconecta de la realidad a los dirigentes.

—Yola (Nigeria), 16 de febrero de 2019. Una mujer comprueba su nombre en el censo electoral, pero no pudo votar. Horas antes, las elecciones habían sido pospuestas. Los dos principales partidos condenaron la medida y se acusaron de orquestar la demora como una forma de manipular el voto.

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Grandes temas El tercer mandato

—Nairobi (Kenia), 26 de octubre de 2017. Una opositora en una barricada en llamas de Mathare, una zona marginal de la ciudad. Los manifestantes intentaban evitar que los votantes accedieran a un colegio electoral.

Los líderes más longevos son militares que lucharon contra la colonización y sienten que tienen legitimidad para gobernar de por vida. 22—Nuestro Tiempo  verano 2021

erosiona el Estado de derecho y mayor es la simbiosis entre las instituciones y el gobernante. Ninguno de los cinco países con líderes más longevos en África es democrático, libre o limpio. A Camerún, Guinea Ecuatorial, República del Congo, Uganda y Eritrea se les considera regímenes autocráticos, según el ranking de democracia de The Economist, y altamente corruptos, según el barómetro de Transparencia Internacional. Tampoco son naciones libres atendiendo al índice de Freedom House. La falta de derechos y libertades esconde una realidad cada vez más presente en África: los líderes quieren y pueden quedarse en el poder hasta morir. Hay tres razones principales que permiten entender esta situación. La primera es que los más longevos se sienten con la legitimidad para gobernar al haber participado en la lucha contra la colonización. Estos dirigentes se adjudican a sí mismos una especie de derecho divino como padres de la patria y desacreditan los logros de aquellos que nacieron en libertad. Esto no se circunscribe solo a los países con los gobernantes casi perpetuos, sino que también ocurre en naciones en las que sí ha habido cambio en la presidencia, pero no generacional. Es muy ilustrativo mirar al sur del continente, donde los partidos en el poder sustituyen al mandatario, pero todos provienen del mismo círculo impenetrable. Si uno intenta romper el orden, el núcleo duro se asegura de que no ocurra, como fue el caso de Zimbabue.

En 2017, el propio partido en el Gobierno dio un golpe de Estado para reemplazar al octogenario Robert Mugabe tras descubrir que planeaba nombrar a su mujer, Grace Mugabe, como sucesora, en lugar de al vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, de 78 años y exguerrillero por la independencia. Además, Sudáfrica, uno de los siete países considerados democráticos en el mapa africano, siempre ha tenido a líderes nacidos de la liberación, desde Nelson Mandela hasta el actual Cyril Ramaphosa, quien negoció con los cabecillas del apartheid la transición a la democracia. La historia y la cultura configuran el segundo factor relacionado. En las sociedades africanas previas a la colonización, el funcionamiento tribal otorgaba al hombre de mayor edad el rango de jefe, al tener la sabiduría que le daba su experiencia. El anciano decidía temas políticos o económicos como el reparto de las tierras en un sistema de gobierno que apoyaron las potencias coloniales para extender su control lejos de la capital. En la actualidad, estas jerarquías aún tienen influencia en lugares como Uganda, donde el reino de Buganda cuenta con dieciocho saza, jefes locales que representan a sus condados. En tercer término, más allá del pasado están las perspectivas de futuro poco halagüeñas al dejar el mando. En la mayoría de países africanos no existe un sistema de pensión para expresidentes, como hay en Europa o en Estados Unidos. A la falta de seguridad económica se une la desprotección jurídica que, en ocasiones, les obliga a huir. Algunos de esos líderes sospechan que sus sucesores les perseguirán y juzgarán por los actos cometidos durante su extensa presidencia, a menudo por hechos probados, pero en otras ocasiones sin pruebas y simplemente por quitarse a un rival de encima. Prometer una pensión e inmunidad a quienes pueden haber cometido atrocidades en el poder es controvertido, pero algunos asesores lo defienden como medida para renovar la cúpula y favorecer un relevo pacífico y democrático. Sin embargo, ni siquiera entonces un exmandatario se asegura un retiro tranquilo. En Angola, José Eduardo Dos Santos aceptó en 2017 apartarse. Llevaba treinta y ocho años en el Gobierno. Lo hizo nombrando a su sucesor, Joao Lourenço, y tras asegurarse una pensión del 90 por ciento de su salario de por vida e inmunidad para


su familia y él. A los pocos meses de asumir el cargo, Lourenço retiró la presidencia de la petrolera estatal a la hija de su predecesor, Isabel Dos Santos, y después la Justicia angoleña la imputó por desviar fondos públicos cuando se filtraron a los medios los Luanda Leaks, unos contratos que probaban la corrupción en la familia. Dos Santos hija era una de las mujeres más influyentes de África y se rumoreaba su salto a la política después de la retirada de su padre, lo que habría supuesto un desafío a Lourenço, que no dudó en romper filas y dejar de ser el delfín de su predecesor. Por otro lado, el hecho de ofrecer una pensión tampoco garantiza que un líder desee dejar el poder. Costa de Marfil ofrece a los antiguos jefes de Estado una amplia lista de beneficios que incluyen 25 900 euros mensuales, los gastos de gasolina y teléfono, una casa con seis empleados, tres coches con chófer, diez agentes de seguridad y un equipo de cinco trabajadores. A pesar de ello, el expresidente Laurent Gbagbo no quiso abandonar el mando en 2010 al perder los comicios ante su rival, Alassane Ouattara, aludiendo a una farsa

electoral. Comenzó una guerra civil de cinco meses que se saldó con más de tres mil muertos y con Gbagbo en el exilio, acusado ante la Corte Penal Internacional de crímenes de lesa humanidad de los que le han absuelto en marzo de este año. Gracias a esa sentencia ha vuelto a su patria. los golpes de estados constitucionales. En la década de los noventa, la mayoría de países africanos introdujeron en sus constituciones límites a los mandatos presidenciales para evitar que los gobernantes se atrincheraran en el poder. La medida la promocionó Estados Unidos para impulsar la renovación democrática del continente y la apoyaron los organismos internacionales occidentales, exigiendo su implantación como requisito para recibir ayudas al desarrollo y préstamos. Casi todas las naciones adoptaron esta fórmula y a día de hoy tan solo ocho de los cincuenta y cinco miembros de la Unión Africana no han tenido nunca una ley que limite la estancia en el despacho del jefe del Ejecutivo. Durante años, la medida estuvo

—Harare (Zimbabue), 30 de julio de 2018. Un hombre deposita su voto en un colegio electoral del barrio de Mbare. Eran los primeros comicios tras el golpe militar que derrocó a Mugabe en noviembre de 2017. El presidente «casi eterno» falleció el 6 de septiembre de 2019 a los 95 años.

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Grandes temas El tercer mandato

—Harare (Zimbabue), 30 de julio de 2018. Los observadores verifican el conteo de los votos en un colegio de la capital del país. Las elecciones se vieron ensombrecidas por acusaciones de fraude.

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vigente pero, conforme se agotaban los mandatos, comenzaron paulatinamente los intentos de saltarse la ley y quedarse en el Gobierno. El primero en conseguirlo fue el presidente de Guinea, Lansana Conté, en 2001, y el último ha sido en el mismo país en 2020, esta vez Alpha Condé. En total, dirigentes de dieciséis naciones lo han logrado, trece de ellos en el último lustro, lo que marca una deriva peligrosa. La tendencia ha llevado a bautizar a estos «golpes de Estado constitucionales» como tercermandatismo, ya que el límite habitual es de dos mandatos. El modus operandi es el siguiente: en un alto porcentaje de los casos, los presidentes reforman la constitución y modifican los años de cada mandato —a menudo de 5 a 4, o viceversa—, y ponen el contador a cero, sin efecto retroactivo. Para legitimar la medida la someten a un referéndum, que suele tener baja participación y pocas garantías democráticas, o la aprueban en el Parlamento, habitualmente bajo su control. Fácil y sencillo. La importancia de la caducidad de los mandatos se descubre en la dife-

rencia con aquellos territorios que sí los han respetado. En total, catorce países en el continente los han acatado siempre, y en otros seis sus dirigentes han fracasado en el intento de postergar su poder. Esos son más pacíficos, democráticos y menos corruptos que los que no han cumplido la ley. Las ocho naciones en las que hay conflictos internos activos —excluyendo el yihadismo— nunca han puesto límites a los mandatos presidenciales o los han eliminado. Además, los que respetan la medida constitucional están de media cincuenta puestos por encima en el índice de corrupción de Transparencia Internacional y cuarenta y siete en el de libertades de Freedom House. Un ejemplo claro de la funcionalidad de los periodos acotados es Ghana. El dictador Jerry Rawlings acató la ley y no se presentó a las elecciones del año 2000, que dieron paso al primer relevo de partido pacífico. Desde entonces, cada ocho años ha cambiado el Gobierno y se ha institucionalizado un respeto por el proceso electoral que ha convertido a Ghana en la referencia


democrática en África Occidental, con la excepción de Cabo Verde. Todo ello se refleja en el tiempo en el poder de cada dirigente por país: los que sí cumplen con los límites presidenciales están de media cuatro años y medio, por los doce de quienes no. Las estadísticas manifiestan que un candidato que se presenta a la reelección gana en un 96 por ciento de las ocasiones en África subsahariana, pero las posibilidades de su delfín se reducen al 60 por ciento. Este descenso se debe a que una cara nueva tiene difícil encontrar un equilibrio entre ganarse a los partidarios de su predecesor y separarse a su vez de él para convencer a la gente que no le votaba. Además, la lucha por la sucesión en el seno del partido del Gobierno puede pasar factura y, simultáneamente, el nuevo candidato tendrá menor capacidad para utilizar la intimidación y la represión en campaña con impunidad, al no controlar las estructuras del Estado. el triángulo por la democracia. A pesar de la preocupante tendencia antidemocrática, hay motivos para pensar que el continente puede mejorar su registro democrático. En 2020, Malawi se convirtió en el primer país en el que un candidato de la oposición ganaba en una repetición electoral tras anularse, por fraude, las primeras urnas. En mayo de 2019, Peter Mutharika fue reelegido presidente por poco más de 150 000 votos. La población salió a protestar por lo que consideraban un resultado amañado tras publicarse imágenes de actas con los votos cambiados a boli sobre corrector, en las que fueron conocidas como las elecciones del típex. En febrero de 2020, la Justicia dio la razón a los opositores Lazarus Chakwera y Saulos Chilima y se convocaron de nuevo elecciones. Ambos unieron fuerzas y consiguieron acabar con dieciséis años de gobierno de la familia Mutharika entre Peter y su predecesor, su hermano Bingu. El caso de Malawi ilustra el trinomio de fuerzas sociales, políticas y jurídicas que deben confluir para evitar un abuso de poder. En Guinea, las protestas contra la extensión de Condé en 2020 no sirvieron para evitar su continuación. Tres años antes, en Kenia la justicia había anulado los comicios por irregularidades pero, como no hubo una nueva comisión electoral, los opositores boicotearon la segunda vota-

ción. Por último, en Uganda se vio en enero de 2021 que el tándem de Wine y Besigye no era suficiente para vencer a la represión de Museveni, con la connivencia de las autoridades judiciales. Los límites a los mandatos presidenciales sirven para frenar las aspiraciones autocráticas de líderes longevos, pero solo si a la vez emerge una sociedad civil que demanda la democracia y lucha por ella, una alternativa política real y unas instituciones fuertes. Por sí misma, esta medida no garantiza la democracia, ya que siempre habrá un líder dispuesto a saltarse la ley. Sin embargo, sí ayuda a romper con una dinámica de impunidad y a despertar a una población contra los intentos de sus gobernantes de perpetuarse en el poder. La población africana es cada vez más joven, está más conectada a las redes y tiene más ganas de un relevo generacional. Las manifestaciones que derrocaron a los dictadores Abdelaziz Buteflika en Argelia y Omar al-Bashir en Sudán en 2019 lo dejan claro. En 2020 se marcó un nuevo récord con más de diez mil protestas en todo el continente. Sin embargo, el cambio de edad en el liderazgo africano sigue sin producirse y, cuando lo hace, no es democrático. En 2021, dos mandatarios de menos de cuarenta años llegaron al poder, ambos militares: Mahamat Déby en Chad y Assimi Goïta en Mali. Las caras jóvenes y partidarias de las libertades se hacen esperar en África. Nt

La población africana es muy joven, está más conectada a las redes y se moviliza cada vez más por un relevo generacional.

—Kano (Nigeria), 27 de febrero de 2019. Seguidores del candidato Muhammadu Buhari celebran su victoria. La reelección del presidente, que llegó al poder en 2015 después de haber ostentado el cargo en 1983, estuvo marcada por la violencia.

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Grandes temas El tercer mandato

FOTORREPORTAJE

Luis Tato (Ciudad Real, 1989) es un fotoperiodista español que reside desde 2017 en Nairobi, Kenia. Interesado en las artes plásticas desde niño por influencia familiar, descubrió la fotografía mientras estudiaba Comunicación Audiovisual en Barcelona. Dio sus primeros pasos en esta disciplina de manera autodidacta y, gracias a la Beca del Carnet Joven 2014, tuvo la 26—Nuestro Tiempo  verano 2021

posibilidad de trabajar como becario en La Vanguardia, cubriendo acontecimientos locales y deportivos. Tras esta etapa, la cabecera catalana le ofreció en 2015 incorporarse al equipo de fotografía, donde coincidió con algunos de los más experimentados fotoperiodistas del país. Posteriormente, Luis decidió dar el salto a la información de carácter internacional y se trasladó a Nairobi. Allí comenzó a colaborar con la agencia


internacional de noticias Agence France-Presse (AFP). Su serie de imágenes sobre las elecciones y la violencia en Kenia en 2017 le valió el prestigioso Visa d’Or Ville de Perpignan al mejor fotoperiodista joven del año en el mundo. Con AFP, ha cubierto procesos electorales en diversos países del continente africano entre otros muchos conflictos, como la guerra Fulani en Nigeria o la desigualdad derivada del coronavirus en Kenia.

Asimismo, Luis realiza encargos de carácter editorial para medios internacionales como The Washington Post o The Guardian. En 2021, ganó un premio World Press Photo y fue nominado a mejor fotografía del año por su cobertura de la plaga de langostas en el este de África. Galardonado con varios de los más importantes premios de la industria, su trabajo ha sido extensamente publicado en los principales medios de comunicación del mundo.

—Harare (Zimbabue), 30 de julio de 2018. Desde muy temprano, decenas de personas aguardan la apertura de un colegio electoral.

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Grandes temas La igualdad de oportunidades y sus paradojas

¿Es justa la meritocracia? El profesor de Harvard Michael Sandel (Mineápolis, 1953) es un referente mundial en filosofía moral y ciencia política. Su curso Justice —presencial y online— ha batido récords de asistencia. En 2020, dedicó un libro a la meritocracia, una cuestión que está pasando a la primera línea del debate público y que, según Sandel, pone de manifiesto algunas contradicciones de las sociedades liberales. texto Javier García Herrería [Fia 02], profesor de Filosofía

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webb chappell photography

Para Sandel, el ascensor social no es solo el mérito propio; no todos partimos del mismo punto y, además, la suerte existe. la meritocracia es la teoría que representa el ideal del sueño americano, en el que todas las personas tienen las mismas oportunidades de prosperar económicamente y mejorar en la escala social. Si todos partimos del mismo punto —se piensa en EE. UU. y, por extensión, en Occidente en general—, parece lógico premiar a quienes consigan destacar, porque se entiende que el mérito recaerá mayoritariamente en su inteligencia y su esfuerzo. Sin embargo, los datos demuestran que la realidad es muy distinta. La casilla de salida —al menos en lo relativo al nivel de ingresos y de formación de los padres— no es idéntica para todos y eso condiciona el sistema de ascenso social en su conjunto. Por ejemplo, en nuestro país, según el informe Desigualdades socioeconómicas y rendimiento académico en España elaborado por el Observatorio Social de «la Caixa» en 2018, hay una brecha de dos años de 30—Nuestro Tiempo  verano 2021

escolarización entre los alumnos de hogares con un mayor nivel socioeconómico y aquellos que proceden de familias más humildes. Eso se traduce en que la mitad de los estudiantes más pobres ha repetido curso en primaria o secundaria, algo que no ocurre en las clases media y adinerada. Y la brecha continúa ampliándose a medida que van creciendo: de los jóvenes cuyos padres no cursaron estudios superiores solo un 32 por ciento llega a la universidad, frente al 75 por ciento cuyos progenitores son universitarios, según un estudio del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil del gobierno español, con datos de 2019 del Instituto Nacional de Estadística. Por eso, tampoco sorprende que un español que nazca en una familia con bajos ingresos tarde cuatro generaciones (120 años) en conseguir un nivel de renta medio, como afirmó la OCDE en un informe de 2018 titulado A Broken Social Elevator? How to Promote Social Mobili-

ty. Este tipo de indicadores se repiten en otros países de nuestro entorno. opuesto al discurso meritocrático. El conferenciante y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard Michael Sandel analiza estas cuestiones en su última obra, La tiranía del mérito, que vio la luz a finales de 2020. El autor describe una sociedad polarizada, donde la igualdad y la libertad no son siempre valores complementarios. De hecho, un informe que elaboró el banco suizo UBS y publicó Financial Times en octubre de 2020 afirma que en la crisis de 2008 y durante la pandemia los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. Lo sorprendente de su tesis es que, para explicar las causas de esta situación, no pone el foco en los motivos habituales, como la corrupción, el libre mercado, la gestión de los recursos públicos o el género. Por el contrario, Sandel piensa que una de las


razones principales es que en las democracias liberales de EE. UU. y Reino Unido —por extensión podría decirse lo mismo de muchas otras— ha calado a fondo el discurso meritocrático, según el cual cada uno es responsable de su destino: si te va bien en la vida, es porque te lo has ganado; si te va mal, es porque no has trabajado duro. Este ideal, para Sandel, lo impulsaron en los años ochenta Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y la mayoría de presidentes estadounidenses lo asumieron, especialmente Bill Clinton y Barack Obama. La excepción fue Donald Trump, que supo reconocer que muchos de los que perdieron sus empleos en el sector primario o secundario en las últimas décadas en EE. UU. habían trabajado duro y, a pesar de ello, sufrieron los efectos de la deslocalización industrial fruto de la globalización. En este punto, el análisis de Michael Sandel se distancia del establishment político demócrata y de una buena parte de los grandes medios de comunicación. No piensa en Trump como un populista que llegó al poder porque sus seguidores fueran unos fanáticos irracionales. Al revés, plantea que el problema ha sido que Obama y los Clinton dejaron de lado los intereses de la clase trabajadora en sus políticas y su discurso. Si los demócratas repiten el mantra de que América es la tierra de las oportunidades para quien trabaja duro, resulta lógico que los que pelean por salir adelante sin éxito se sientan especialmente humillados. Y este no es un fenómeno solo americano; se está dando en multitud de países en lo que suele llamarse «auge del populismo», con Bolsonaro en Brasil o Marine Le Pen en Francia entre otros. ¿por qué la meritocracia no es tan real? La piedra de toque de la meritocracia es si el ascensor social funciona o no. Si un número representativo de los que están en el 20 por ciento más pobre consiguiera llegar a la zona media de riqueza, afirma Sandel en su última obra,

Por eso, el profesor de Harvard conel sistema meritocrático estaría bastante justificado. Sin embargo, en EE. UU. so- sidera que la meritocracia pasa por alto lo una de cada cinco personas que nacen la arbitrariedad del talento y exagera el en un hogar del 20 por ciento con menos valor del esfuerzo. En un mundo en el que, ingresos logra subir a la clase media. Por como publicó El País en marzo de 2019, las eso, parece que tenemos una especie de veintiséis personas más ricas acumulan «aristocracia hereditaria»: no hay verda- tanto como los 3800 millones más pobres, dera meritocracia para la mayoría de las a nadie se le escapa que las primeras han personas. «El sueño americano ya no es tenido mucha suerte, con independencia creíble —concluye— pues, por mucho de lo duro que hayan trabajado para conque trabajes, es difícil que asciendas». Según datos de Credit Suisse, el 1 por ciento más rico de la población mundial se ha beneficiado de la mitad del crecimiento de bienestar global desde comienzos de milenio. La diferencia entre ricos y pobres se agranda día a día. Así, la mayor parte de la riqueza en EE. UU. ha ido a parar al 10 por ciento más adinerado, hasta el punto de que el 1 por ciento de los estadounidenses gana más que el 50 por PARECE QUE TENEMOS UNA ciento más pobre. ¿Es culpa ESPECIE DE «ARISTOCRACIA de alguien? ¿Habría que inter- HEREDITARIA», AFIRMA SANDEL: NO venir para corregirlo? HAY VERDADERA MERITOCRACIA Para Sandel el ideal meritocrático olvida tres aspectos PARA LA MAYORÍA. «EL SUEÑO importantes. El primero, el AMERICANO YA NO ES CREÍBLE azar que conlleva nacer en PUES, POR MUCHO QUE TRABAJES, un sitio rico o pobre y en una ES DIFÍCIL QUE ASCIENDAS». familia estable o desestructurada, asuntos determinantes en el éxito académico y profesional de seguir su patrimonio. Su éxito no habría una persona, como muestran multitud de sido posible sin los ciudadanos de la socieestudios. En segundo lugar, está la lotería dad en la que se enriquecieron. Además, este ideal dificulta que aquegenética, que condicionará notablemente nuestras capacidades intelectuales y llos a los que la vida les sonríe estén disnuestro temperamento. Y por último, y puestos a compartir su riqueza con los este es un punto muy olvidado, la suerte de más desfavorecidos. Al fin y al cabo, si pertenecer a una sociedad que reconozca unos y otros son responsables de su sinuestros talentos en mayor o menor me- tuación, nadie está en deuda con nadie, ni dida. Por ejemplo, un jugador de la NBA obligado a ayudar a los demás. Desde el liberalismo —ya sea el de como LeBron James o muchos youtubers no habrían podido vivir de su habilidad Thatcher o el de Clinton— suele alabarse hace cien años o si hubieran nacido en otro la meritocracia, pues supone que la distririncón del planeta, pues su entorno no va- bución de la riqueza fluye en función de la loraría económicamente sus capacidades. valía de cada uno. Y esta perspectiva tiene verano 2021  Nuestro Tiempo —31


Grandes temas La igualdad de oportunidades y sus paradojas

mucho sentido, pues otras opciones falsamente igualitaristas no han dado buenos resultados. Por ejemplo, el sistema comunista o determinados desarrollos del socialismo han desincentivado la iniciativa personal y construido sociedades en las que un gran número de personas vivían trabajando poco o a base de subvenciones.

profesor tiene un trabajo más relevante para el bien social que un buen futbolista, pero el criterio por el que se le suele pagar tiene que ver con el dinero que genera o lo fácil que resulta sustituirle.

la importancia excesiva de la educación universitaria. Un punto clave en el análisis de la desigualdad es la influencia de la enseñanza superior. A las consideradas mejores universidades de EE. UU. llegan sobre todo alumnos ricos. Según datos que aporta Michael Sandel en su último trabajo, dos tercios de los estudiantes de la Ivy League proceden del 20 por ciento de las familias más pudientes del país. La meritocracia en el acceso a la universidad es irreal y, además, en su opinión, esconde dos LAS REFLEXIONES DE SANDEL problemas: conlleva un APUNTAN A LA NECESIDAD DE esfuerzo extenuante para DISTINGUIR ENTRE EL MÉRITO, labrarse un buen currícuEL VALOR DEL TRABAJO DE UNA lum en la adolescencia que permita entrar en las mejoPERSONA Y EL IMPACTO ECONÓMICO res instituciones, y facilita DE SU TAREA. EL CAPITALISMO que los bien posicionados LIBERAL VALORA LAS COSAS POR piensen que su éxito es soSU DEMANDA PERO NO POR SU lo obra suya, consecuencia APORTACIÓN SOCIAL. natural de su empeño. Para evitar este segundo efecto, Así las cosas, ¿en qué quedamos? ¿La Sandel propone sortear todas las plazas meritocracia es real? ¿Y es justa? Muchos de las mejores universidades entre los esautores en nuestros días responden sí a tudiantes de high school con buenas notas ambas preguntas, pero liberales clásicos (más de un 9 sobre 10). De este modo, el como Hayek o pensadores anarquistas alumno advertiría con claridad que, adesubrayan el valor de la libertad individual más de calificaciones altas, tuvo suerte en y la ineficiencia del Estado. En cambio, la distribución. El sociólogo Max Weber profetizaba los intervencionistas —Clinton y Obama lo eran para muchos— destacan la que el siglo xx sería el de los «especialistas falta de ayudas para paliar una desigual- sin alma y vividores sin corazón», algo que dad que cada vez crece más. Otros, como quizá puede aplicarse a la mayoría de los Sandel, sugieren que una sociedad ver- mejores estudiantes en numerosos países daderamente justa debe ofrecer igualdad del mundo. Esclavizados por la obsesión de oportunidades y procurar retribuir a de unas notas perfectas y un currículum las personas en función de su aportación inmaculado y polivalente, ellos o sus pareal al bien común. Por ejemplo, un buen dres diseñan su infancia y juventud con el 32—Nuestro Tiempo  verano 2021

único objetivo de entrar en las universidades con mejor puntuación en rankings. Y así es lógico que el estrés, la ansiedad y las visitas a los terapeutas crezcan de manera alarmante entre los hijos de las familias adineradas. Sandel sabe de lo que habla; no en vano ha tratado como profesor a casi mil estudiantes cada año durante dos décadas, en Harvard. La línea de fondo de este paisaje que ha descrito el autor desde Justice (2011) hasta La tiranía del mérito (2020) es el peso desmedido que está adquiriendo la educación universitaria como pasaporte exclusivo para una profesión y, por extensión, para una vida que merezca la pena. Con independencia de las disparidades salariales, estamos estigmatizando cada vez más las tareas que no requieren título universitario como menos nobles, socavando la aportación de estos trabajos y degradando a quienes no han accedido a una educación superior, como si unas profesiones fueran mejores que otras incluso desde el punto de vista moral. Por este motivo, Sandel muestra en su obra sobre el mérito su alegría por que la pandemia haya puesto de relieve la repercusión de algunos puestos aparentemente poco trascendentes: personal de los supermercados, sanitarios de cualificación media y transportistas, entre otros. Ahora somos más conscientes de la dependencia mutua. «Nos hemos percatado de que todos estamos juntos en esto», afirma. Las reflexiones de Sandel apuntan a la necesidad de distinguir entre el mérito, el valor del trabajo de una persona y el impacto económico de su tarea. El capitalismo liberal valora las cosas por su demanda pero no por su aportación social. Sin embargo, la pandemia nos ha enseñado que un reponedor de supermercado o un maestro pueden contribuir más al bien común que el dueño de un casino. En resumen, el discurso meritocrático dificulta la solidaridad entre los ciudadanos. En condiciones de desigualdad galopante y movilidad social estancada, el mensaje de que somos individualmente responsables de nuestro destino desmo-


justin ide, harvard news office

Durante dos décadas, Sandel impartió en Harvard Justice, un curso con asistencia récord: más de 14 000 alumnos. raliza a las personas a las que la globalización deja atrás y genera bolsas de descontentos. Ayudar a los desfavorecidos —sea su pobreza motivada por sus propias decisiones o por sus malas circunstancias— facilita que se consideren ciudadanos incapaces de ser responsables y contribuir al bien común. Y de ese modo aumentan el resentimiento y los problemas sociales. Evidentemente, no se trata de no auxiliar a los que lo necesitan sino de hacerlo sin que se sientan humillados. En este sentido, es mejor enseñar a pescar que dar de comer, entre otras cosas porque lo primero empodera y refuerza la autoestima para afrontar los contratiempos. Por último, no hay que olvidar que a veces no es fácil saber hasta qué punto uno es libre a la hora de tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, un ludópata delante de una máquina tragaperras fue quizá muy libre de empezar a jugar, pero tiene que lidiar con un sistema pensado para volverle adicto. Ese mismo vértigo lo podemos sentir al pensar en la indefensión frente a la tecnología o la publicidad, como han

puesto de manifiesto los documentales El gran «hackeo» (2019) o El dilema de las redes sociales (2020). hacia dónde caminar como sociedad. Michael Sandel se mueve dentro del comunitarismo, un movimiento filosófico preocupado por el bien común y crítico con un liberalismo que invade todos los campos sociales. Entre sus representantes se encuentran Robert Bellah, Alasdair MacIntyre, Michael Walzer o Charles Taylor, director de la tesis doctoral de Sandel en Oxford. El comunitarismo del autor de Minneapolis y su preocupación por las contradicciones de las sociedades liberales está presente a lo largo de toda su obra: desde el individualismo y el utilitarismo descritos en Justice (2011), a la mercantilización excesiva, abordada en Lo que el dinero no puede comprar (2012), donde denuncia la conversión de todo —incluido el vientre de una mujer— en objeto de transacción económica. Así, hasta sus reflexiones y aportaciones más recientes sobre el mérito.

Michael Sandel sabe bien que el mundo se mueve en buena medida por el talento y que ignorar esto podría acabar siendo contraproducente. Su objetivo, con sus publicaciones y conferencias en los últimos meses, consiste en mostrar la meritocracia como un ideal atractivo pero a la vez peligroso. Quizá su fin no es ofrecer soluciones concretas, aunque en ocasiones lo hace (por ejemplo, cuando propone adjudicar las plazas universitarias por sorteo). Más bien procura aportar luz para la construcción de una sociedad que equilibre la máxima libertad posible para que cada uno disfrute del merecido rendimiento de su trabajo y las condiciones para progresar que se dan a los más desfavorecidos. Esta noble aspiración resulta inalcanzable sin humildad colectiva; sin reconocer que, aunque a aquellos que les va bien se han esforzado, en el fondo también han tenido suerte en muchos ámbitos. De ahí que algunos, como Sandel, reclamen la creación de mejores oportunidades para los menos afortunados. Nt

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cortesía de michael sandel

Grandes temas La igualdad de oportunidades y sus paradojas

Con 18 años, en 1971 Sandel participó en un debate con Ronald Reagan, entonces gobernador de California. PERFIL

Pensador agudo y comunicador eficaz A pesar de su aspecto discreto y sus movimientos sobrios, Michael Sandel es una celebridad académica. Gran parte de su éxito reside en la sencillez de sus modos pedagógicos, comparados por muchos con el diálogo socrático con los alumnos, que combinan amenidad y profundidad. Por eso no extraña que esté presente en todo tipo de formatos: pódcast en la BBC, charlas TED, debates en Filmin... Su pensamiento abarca numerosas cuestiones éticas, sociales y políticas. Por ejemplo, fruto de su trabajo como miembro de un comité asesor del presidente George W. Bush, escribió en 2007 el ensayo Contra la perfección, un sólido alegato 34—Nuestro Tiempo  verano 2021

contra el «mejoramiento» biotecnológico y la mentalidad transhumanista. El contenido de su asignatura en Harvard se recoge en Justice (2011), quizá su obra principal. Allí habla de las limitaciones del utilitarismo ético en boga —el fin no justifica los medios— y la insuficiencia de la ética kantiana y las deontologías profesionales derivadas de ella. Su conclusión es que para desentrañar los interrogantes éticos contemporáneos la mejor salida posible es regresar a Aristóteles. Sandel se aleja de posturas relativistas, confía en la capacidad humana de descubrir la verdad sobre el

bien del hombre. De ahí que no tenga miedo a abordar controversias morales y afirme que los grandes debates de las últimas décadas (aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, fecundación in vitro, prostitución, investigación con embriones, vientres de alquiler, etcétera) se están decidiendo por mayorías legislativas muy ajustadas y no por un sosegado debate que ayude a encontrar la verdad. Cree que esa es la razón por la que este tipo de asuntos vuelven a plantearse con frecuencia. No fueron convenientemente analizados sino impuestos por una parte de la sociedad a otra y es necesario escuchar todas las voces. Por eso, Sandel se posiciona a favor del papel de la religión en la vida pública. Para este autor agnóstico, pero de origen judío, es conveniente que el Estado sea laico, pero

eso no quiere decir que no dialogue con las creencias de sus ciudadanos. En mayo de 2019 pude entrevistarle en Mineápolis, su ciudad natal, antes de un congreso. A pesar de que en público suele mostrarse reacio a expresar sus opiniones más personales para dar prioridad al diálogo, respondió con amabilidad a una docena larga de preguntas. Allí vi al Sandel amante de su familia —está casado con la profesora de Harvard Kiku Adatto y tienen dos hijos, Adam y Aaron— y al entusiasta de España, país que ha visitado en varias ocasiones, que en 2018 le concedió el Premio Princesa de Asturias y en el que no descarta jubilarse. Allí estaba un hombre reflexivo y cercano, que reconoce los límites de sus argumentos y los sesgos personales que tenemos todos.



La biblioteca es un símbolo de la memoria cultural que Ana Teresa Ortega muestra envuelta en andamios.

Memoria: espacio en construcción


Videoinstalación titulada La biblioteca, una metáfora del tiempo (1998).

Frente al bombardeo de imágenes deslavazadas que entronizan el ahora, Ana Teresa Ortega, Premio Nacional de Fotografía 2020, busca refugio en la literatura para entender el presente. Su exposición retrospectiva en el Museo Universidad de Navarra apuntala la identidad colectiva y rescata el pasado del olvido. texto Ana Eva Fraile [Com 99] fotografía Ana Teresa Ortega y Manuel Castells [Com 87]


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ana teresa ortega (alicante, 1952) disparó sus primeras imágenes contra el olvido en la década de los noventa. Había cultivado la escultura en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, pero le apasionaba la fotografía. Al terminar sus estudios, en un contexto donde los límites de las disciplinas artísticas se difuminaban, Ortega comenzó a experimentar con ambos lenguajes buscando sinergias. «La única manera de aunarlos era expandir la fotografía, que saliese del marco, que ocupara otro lugar, que ganara volumen», dice. Así nacieron sus Fotoesculturas: transfería sobre tela o metal imágenes históricas —capturadas de la pantalla del televisor o recicladas de revistas y periódicos— y después las integraba en estructuras tridimensionales. Esta fórmula expresiva híbrida no se entendió en aquel momento, incluso sufrió rechazo por infringir las reglas del soporte plano de la fotografía. Sus trabajos evolucionaron de la opacidad a la transparencia. El hierro y el acero de la etapa inicial dieron paso a los meta38—Nuestro Tiempo  verano 2021

crilatos y los vidrios con los que la autora invitaba a reflexionar en torno a la idea de la memoria y su construcción. Unos materiales que, además de conferir ligereza visual, facilitan que el espectador entre en la obra «porque funcionan casi como espejos en los que vernos reflejados». Este es el punto de partida de la exposición retrospectiva abierta al público hasta el 10 de octubre en el Museo Universidad de Navarra. Coproducida con el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, la muestra se inauguró el 14 de abril, después de varios meses en los almacenes a la espera de que las normas de acceso a causa de la pandemia se suavizaran. En palabras de la artista, «es la primera vez que se puede ver esta selección de piezas —fotografías, fotoesculturas, proyecciones e instalaciones desde los años noventa hasta la actualidad— relacionándose entre ellas, dialogando». Como subraya el comisario, Pep Benlloch, contemplar estos proyectos en su conjunto permite zambullirse con hondura en el te-

ma angular de su producción fotográfica, «diversa y comprometida»: la fragilidad de la memoria histórica. Ana Teresa Ortega alude en sus primeras obras a los efectos de la cultura de masas sobre nuestra identidad. Se preocupa por cómo la memoria se va configurando a través de los medios de comunicación que «transmiten una idea del mundo desarticulada, vacía de contenido, alineada con los intereses del poder político y económico». Para hablar del territorio mediático «de dominación» y de una sociedad que no recuerda «cómo se piensa históricamente», la artista recurre al concepto exilio. Refugiados de guerra, apátridas, asilados políticos, migrantes en busca de una vida mejor... Las Figuras del exilio imprecisas y anónimas, que realizó entre 1997 y 1999, representan diversas formas de olvido y exclusión. En esta serie Ortega ensambla con listones metálicos imágenes de «seres que parecen aprisionados en un presente sin esperanza».


En el montaje de la exposición colaboraron alumnos del Máster en Estudios Curatoriales, que imparte el Museo.

Las columnas de personas errantes, que deambulan y se funden en un movimiento perpetuo como el rumor de las olas que se escucha en la sala, evocan un pasado no muy lejano y a la vez un drama actual. «Pasado y presente ­—señala— son tiempos contrapuestos pero simultáneos, que atrapan la memoria del ser humano en su soledad de permanente exiliado». los vacíos del olvido. Cómo reconstruir el pensamiento crítico es una de las preguntas recurrentes que se plantea Ana Teresa Ortega. Y encuentra respuesta en la literatura: los libros como «depósitos de memoria» protagonizan la videoinstalación La biblioteca, una metáfora del tiempo (1998). La fotografía expandida sobre el muro de un «archivo de saberes» envuelto en andamios simboliza la necesidad de apuntalar la memoria —«cada vez más frágil»— y de su reedificación constante. Ortega, de la mano de Umberto Eco, concita dos tipos de bibliotecas: aquella de la que se sale, como la de don Quijote, para

hacer realidad las fantasías que ha alimentado la palabra escrita; y otra de la que no se sale, como la de Borges, donde los libros contienen la trama completa de realidad y ficción que constituyen el mundo. Con el nuevo siglo, Ana Teresa Ortega genera un conjunto de proyectos que le han llevado a investigar en diferentes archivos históricos nacionales sobre la Guerra Civil y el régimen franquista. «Como aprendices de la historia, vemos muchos vacíos. Estos trabajos —dice— intentan llenarlos, cuestionarlos, visibilizarlos y aprender de ellos». Así recorre prisiones habilitadas durante la contienda y la posguerra en Cartografías silenciadas (20062014), obras públicas realizadas por los presos políticos en De trabajos forzados (2014-2019) y Lugares del saber y exilio científico (2008-2018). Como subrayó en el acto de presentación Valentín Vallhonrat, director artístico del Museo, mediante un lenguaje sobrio y contenido Ortega «nos invita a detenernos en cuestiones difíciles de nombrar porque la garganta se anuda y perdemos la voz». Hasta ahora permanecían espacios ocultos, invisibles. Solo en muy pocos casos una placa recuerda lo que fueron: «No hay monumentos ni calles, ni aparecen en los libros, es imposible que los conozcamos», reivindica la artista. Precisamente, su manera de entender la fotografía como «documento, testigo y herramienta para construir la memoria colectiva» y de indagar en la tridimensionalidad de la imagen la hicieron merecedora del Premio Nacional de Fotografía 2020. Ana Teresa Ortega, profesora titular de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, donde también codirige el Máster en Fotografía, Arte y Técnica, recibió con sorpresa la llamada del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. Las siguientes páginas proponen un recorrido visual por tres de los nueve proyectos de la muestra: «Jardines de la memoria», «Pensadores» y «Presencias sombrías, otra vez la memoria». Tres aproximaciones de una artista comprometida con su tiempo que explora las posibilidades de la fotografía para conocer de dónde venimos, «un pasado del que ya solo queda su huella y el silencio». Nt

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Grandes temas Jaque al vacío

Sin título # 4

Jardines de la memoria Los libros como fuente de conocimiento, como experiencia o medio para imaginar lo desconocido. Con ellos el acto de leer como una voz interior que surge en la intimidad. Frente a la estridente exaltación del instante en la sociedad de la información, Ana Teresa Ortega ofrece, en silencio, la imagen de una joven lectora ensimismada. Esta instalación evoca la palabra —y su escritura— como jardín o paraíso, al igual que la biblioteca y el laberinto lo fueron para Borges. Ese jardín de naturaleza frondosa se muestra en las fotografías murales. «Un jardín —una biblioteca— cuyo enigma no es otro que el tiempo que ya no se despliega de manera lineal ni uniforme sino en una red de temporalidades divergentes, convergentes y paralelas… como los laberintos de la memoria», señala la artista.

2003 Videoinstalación y serie fotográfica a las sales de plata, metacrilato y dibond 70 x 180 cm 40—Nuestro Tiempo  verano 2021


Sin título # 2

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Pensadores Entre los autores de una biblioteca imaginaria, Ana Teresa Ortega selecciona una veintena de figuras del siglo xx que ella identifica «con la voz de la conciencia y del pensamiento». Elías Canetti, Fernando Pessoa, Antonin Artaud, Primo Levi, Emil Cioran, Alejandra Pizarnik, Simone Weil, María Zambrano o Hannah Arendt, entre otros, representan un grupo de «exiliados, forzosos o voluntarios», que se refugiaron en la escritura para expresar su descontento con el mundo. La artista proyectó fotografías de los escritores en diferentes rincones urbanos vacíos —sobre fachadas, muros interiores, pasillos, vanos de puertas o escaleras—, en una asociación de la imagen con lo tridimensional y escultórico. En estos retratos, el rostro actúa como metonimia del pensamiento del autor, mientras que los espacios donde se proyectan materializan la metáfora del confinamiento físico o psicológico que sufrieron en vida.

«Pensadores», 2000-2006 Inyección de tinta sobre metacrilato 150 x 95 x 7 cm

Galería de retratos de la serie «Pensadores». Arriba: Sin título (2019). Anna Ajmátova (1889-1966), poeta rusa. En la página 42: Sin título (2019).

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Grandes temas Jaque al vacío

Presencias sombrías, otra vez la memoria Este trabajo surge de la colaboración de Ana Teresa Ortega con una serie de escritores e intelectuales contemporáneos que han pensado sobre la historia, su confluencia con la memoria y su papel como recuerdo vivo. «Todos comparten el

«Presencias sombrías, otra vez la memoria I», 2019 Impresión digital sobre fibra de papel, metacrilato y dibond 75 x 60 cm

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asombro y el miedo ante la percepción del mundo, de la vida y la violencia que los amenaza», explica. La artista fotografió lugares concretos elegidos por cada uno de ellos que reflejan espacios simbólicos presentes en su literatura. Después, los

[...] Nómadas en esencia Muchedumbre que cruza en extravío de uno al otro lado de nosotros, polizones en la nave del mundo,

huéspedes al amparo de nadie, en deuda con la vida, que está en deuda con el secreto de amor que profesamos a todo trance siempre hacia la vida. Apátridas por fuerza en nuestro espíritu. Sin título (2019) Carlos Marzal, Servidumbre de paso


autores acompañaron las imágenes con sus textos. Con esta simbiosis entre el espacio de la historia y el de la literatura, Ortega invita a reflexionar sobre el tiempo, el discurso histórico y la construcción de la memoria colectiva. El espacio

mundano y el de la reflexión se unen en este encuentro entre fotografía y escritura, «dos temporalidades heterogéneas alumbrando la memoria de lo que fue desde el ahora que es, y viceversa».

Porque el pasado pudo ser de otra manera, lo que ahora existe no debe ser visto como una fatalidad que no puede cambiar. Y si el presente tiene una posibilidad latente, que viene de un pasado que no pudo ser, entonces podemos imaginar un futuro que no sea proyección del presente dado, sino del presente posible. Sin título (2019) Manuel Reyes Mate, Medianoche en la historia

Mi única certeza es ahora saber que solo se conoce lo que se ha perdido, lo que ya no está, como el trueno dice la verdad del rayo. Como si solo fuera posible sentir en las cosas aquello que las hace ausentes, su irremediable distancia. ¿Es esta la razón por la que he sentido y siento la necesidad de escribirte, a ti que ya no estás, que estás tan lejos? Sin título (2019) Miguel Morey, Deseo de ser piel roja

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FIRMA INVITADA Javier Aranguren

El poder del anillo

idea del Génesis de que «No es bueno que el hombre esté solo» a vivir como misántropos por el miedo a causar o a llevarnos una decepción. Para algunos, comprometerse es perder la libertad. Parece que las relaciones tienen un carácter circunstancial, relativo, inestable; mientras dure el sentimiento o lo pasemos bien. Ya nadie remienda los calcetines: se tiran y se cambian por otros. La cultura del descarte perjudica también a los vínculos entre amigos y parejas. La palabra recomenzar no está de moda. Ante las dificultades, hay quien prefiere empezar de cero, en lugar de esforzarse por volver a ganar el amor, por mejorar. Desde esta visión de gran desesperanza antropológica, el fracaso se vive como un punto final, no como una oportunidad para iniciar un camino de rescate y redención. Entonces, ¿supone el compromiso una cadena o un modo de reforzar la libertad? El escalador, en su ascenso, podría entender la cuerda con la que se asegura, entre mosquetones y clavijas, como un modo de perder espontaneidad. Pero, si no es un «El escalador, en su ascenso, podría entender la insensato, se dará cuenta de que eso no solo puede salvarle la cuerda con la que se asegura como un modo de perder espontaneidad. Pero, si no es un insensato, vida, sino que, en las montañas difíciles, ir encordado es el único modo de llegar a la cima. Y, precisamente, es la cima lo que se dará cuenta de que, en las montañas difíciles, ir da sentido a la acción de escalar: el fin y el bien que se anhelan. encordado es el único modo de llegar a la cima» Desde este enfoque, un compromiso no constituye una rémora, sino la posibilidad real de alcanzar las grandes metas. ¿Sería mejor una carrera universitaria en la que no hubiera que OCOS OBJETOS SON TAN SIMBÓLICOS como pasar horas estudiando materias que a menudo resultan áridas? ¿Sería mejor un trabajo en el que no hubiera que esforzarse? Lo un anillo. Desde la mitológica joya nibelunga hasta primero no conduciría a ningún aprendizaje significativo; lo el aro dorado de Frodo —que dentro de unos meses segundo difícilmente resultaría interesante, no nos interpelaprotagonizará una serie de Amazon Prime—, las ría. El afán de crecer se alimenta de los obstáculos. Lo fácil solo artes lo representan de manera recurrente y con cierta fascinainvita a la inercia; lo árido mueve a las personas a dar su mejor ción. Sin embargo, este pequeño círculo encierra ambigüedad: versión. ¿se trata de una imagen de liberación o de encadenamiento? Los compromisos refuerzan la libertad porque le dan un Todo depende de la visión que se tenga del ser humano. sentido, una orientación, un significado. Y, por eso, el hecho Con un anillo podemos decir muchas cosas. Por ejemplo, de ponerse un anillo —en la ceremonia académica, en la boda, nuestra filiación. Hay países donde, al terminar los estudios en la profesión religiosa— tiene lugar en un acto público, ante universitarios, los graduados lucen en sus manos el sello de su alma mater. Pero el uso que quizá primero viene a la cabeza hace testigos que pueden ratificar que esa persona ha decidido libérrimamente entenderse a sí misma, y a las acciones de su vida, referencia al compromiso matrimonial. de una manera que explicará quién es ante el El anillo es redondo, pero no solo para mundo. que se ajuste al dedo. Lo circular siempre ha LA PREGUNTA DEL AUTOR El anillo representa así una atadura que apuntado a lo perfecto: recibo lo dado a camlibera, una libertad que apuesta, que no está bio de respetarlo sin rupturas. El anillo, una ¿Tendría sentido o al albur de lo que le acaece a esa persona o vez entregado y aceptado, es signo de eternimás bien sería banal de sus caprichos, sino que se enraíza en una dad, pues no tiene ni principio ni fin. una libertad exenta de decisión autónoma que permite que la propia Otros, en cambio, interpretan su forma cocompromisos? vida se entienda como obra de arte. mo una cadena, un grillete. ¿No es eso lo que significa la palabra siempre? Hoy día abundan quienes consideran utópica la posibilidad de Javier Aranguren [PhD Fia 01] es filósofo y profesor del Instituto Razón Abierta de la Universidad Francisco comprometerse. ¿Anillos? ¡Esclavitudes! @NTUnav Vitoria en Madrid. En octubre de 2015 fundó la ONG Se palpa una intensa desconfianza en las Opine sobre este asunto en Karibu Sana para promover la educación en los posibilidades de lo humano: ¿acaso no somos Twitter. Los mejores tuits se suburbios de Nairobi (Kenia). Autor de trece libros, su el peor de los animales posibles, siempre publicarán en el siguiente número. último relato corto se titula Mi Nadir. 36 días en la uci con marcados por la violencia, el capricho, el el coronavirus. egoísmo o el instinto? Hemos pasado así de la

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Grandes temas Bolivia, sin brújula

UN PAÍS BLOQUEADO, UN VOLCÁN DORMIDO Brotes violentos en Colombia y Chile, cambios de Gobierno en Ecuador y Perú, una Argentina en caos permanente, la Venezuela hambrienta cercana al abismo y un Brasil dividido por la figura del presidente Bolsonaro. Si a todo esto se suman las desigualdades económicas, la mala gestión, la corrupción y la sacudida de la pandemia, el retrato actual de Sudamérica resulta inquietante. Bolivia ha tenido su propio itinerario. Tras catorce años de luces y sombras con Evo Morales al frente, el país trata de estabilizar su economía y cerrar las heridas sociales provocadas por tres lustros de políticas populistas. texto Percy Añez Castedo [Bachelor of Arts 14], miembro del consejo editorial de Forbes Bolivia, lanzada en mayo de 2019 bolivia es un país volcánico hasta en la política. Todo tiende a ir muy rápido; los discursos revolucionarios, de cambios de gran calado, priman sin importar el color del partido. Sin embargo, la realidad permanece casi blindada al paso del tiempo: la pobreza, la corrupción institucionalizada, la politización de la justicia y los precarios sistemas de salud y educación continúan castigando a una sociedad herida por quienes deberían cuidarla. En las primeras semanas de junio de 2021 Bolivia tocó fondo: varios parlamentarios llegaron a los puños en el Congreso; la expresidenta Jeanine Áñez [la coincidencia del apellido de esta política con el del autor de este artículo es casual] sigue en la cárcel 48—Nuestro Tiempo  verano 2021

desde marzo, acusada de sedición, terrorismo y conspiración, sin un compromiso claro de tener un juicio o una investigación imparciales; y la tercera ola de la pandemia golpeó con crudeza: las muertes aumentaron alrededor de un 20 por ciento, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mike Ryan, director de Emergencias Sanitarias de este organismo, alertó entonces de que en Sudamérica se encontraban ocho de los diez países con las tasas más altas de mortalidad. Al borde del colapso sanitario, sin oxígeno ni camas suficientes en las unidades de cuidados intensivos para atender a los pacientes críticos, Bolivia lamenta, de acuerdo con las cifras ofrecidas por Reuters el

diciembre 2005

3 Una boliviana indígena camina por El Alto, en las afueras de La Paz, junto a una propaganda electoral de Evo Morales, candidato presidencial del partido Movimiento al Socialismo.

josé miguel gómez reuters


verano 2021  Nuestro Tiempo —49


Grandes temas Bolivia, sin brújula noviembre 2019

2 El expresidente Evo Morales, asilado en México, en una rueda de prensa convocada para denunciar las muertes de partidarios suyos en Ciudad de México.

josé méndez - efe

noviembre 2019

3 Manifestantes de la etnia aimara, que apoya a Evo Morales, exigen en La Paz la renuncia de la entonces presidenta interina, Jeanine Áñez.

gaston brito - alamy live news

19 de julio, 17 443 muertes desde el inicio de la pandemia. Con la esperanza puesta en la llegada de nuevas provisiones de vacunas, apenas el 11 por ciento de la población ha recibido una primera dosis, y solo el 2 por ciento de los once millones y medio de habitantes está completamente vacunado. En el plano laboral, como mostró un estudio publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en julio de 2018, Bolivia —con un 62,3 por ciento— es la mayor economía informal del mundo. El segundo de la lista, Zimbabue, registra un 60,6 por ciento de informalidad. A estas actividades sumergidas, al margen de la regulación del Estado, se une el elevado índice de desempleo —un 11,8 por ciento, según los datos difundidos por su Instituto Nacional de Estadística en julio de 2020— y genera un caldo de cultivo y un camino sin retorno hacia una profunda crisis social y económica cuyo trazo viene desde tiempo atrás. ¿quince años perdidos? Evo Morales (Orinoca, 1959) era Bolivia, esa Bolivia profunda, olvidada, pobre y estancada en un presente sin horizontes. Como otros revolucionarios habían hecho antes, él vendió esperanza. Empezó a principios de los ochenta como representante sindical de los campesinos cultivadores de coca en la región del Chapere, en el centro de Bolivia, que aún es su bastión. Y en los noventa se convirtió en un icono de la izquierda radical 50—Nuestro Tiempo  verano 2021

latinoamericana que culminó con la refundación, en 1997, del partido Movimiento al Socialismo (MAS). La histórica sigla se alió con pequeñas formaciones indigenistas, acogiendo en su seno el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP). En aquellas primeras elecciones, Morales entró en el Congreso como diputado del nuevo MAS-IPSP por Cochabamba, pero el despegue del partido no se produjo hasta 2002, cuando obtuvo casi seiscientos mil votos. Durante ese periodo se comportó con frecuencia como un guerrillero y popularizó el bloqueo de carreteras, que se prolongaba durante semanas o meses, como arma de presión política. Incluso amenazó con volar puentes cuando era diputado y presidente de la federación de cocaleros. Las élites no lo tomaron en serio pero se ganó la calle. Morales llegó a la presidencia en diciembre de 2005 después de años de obstinada lucha política. Su partido demandaba una nueva asamblea constituyente, estatalizar los hidrocarburos, mantener los cultivos de «coca excedentaria» —la parte de la producción que supera los cupos legales— y dejar de vender gas al extranjero a través de puertos chilenos. Esas promesas, que sus opositores tildaron de populistas, atrajeron a muchos y dieron resultados a corto plazo. El primer presidente de origen indígena gozó de dos factores clave durante sus tres mandatos: una


estabilidad económica prácticamente desconocida y un apoyo popular sin precedentes. Ganó las elecciones de 2005 con un inédito 53,74 por ciento de los votos, algo infrecuente en un país cultural y socialmente diverso: alrededor del 40 por ciento de sus once millones y medio de habitantes corresponde a población aborigen de distintas etnias (quechua, aimara, guaraní, etcétera). Durante su gestión, se abrió una época de bonanza, bautizada como «el milagro económico». Bolivia fue uno de los países con mayor crecimiento de la región. Según afirma Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano (Argentina), «este milagro se atribuye en gran parte al boom de las materias primas que vivió el sur de América latina entre 2005 y 2015». En el caso de Bolivia, «se reflejó en el gas natural, que exporta principalmente a Brasil, aunque también en las ventas de zinc, estaño, oro y plata», explica. Gracias al encarecimiento de estos minerales, obtuvo mayores ingresos, «que generaron un gran superávit comercial y un significativo incremento de las reservas externas». Circulaba en el país más dinero que nunca. Los números avalan este programa económico sostenido sobre medidas como restricción de exportaciones, establecimiento de cuotas de producción, nacionalizaciones, subida de impuestos, expropiaciones… Así lo resume el periodista Diego González

en Deutsche Welle: entre 2006 y 2019, el PIB subió de 9 000 a más de 40 000 millones de dólares, el PIB per cápita se triplicó, aumentó el salario real, las reservas crecieron, la inflación dejó de ser un problema y la pobreza extrema cayó de casi un 38 a un 15 por ciento. Sin embargo, como advierte el economista Iván Velásquez en ese mismo medio, «más allá del crecimiento hay que analizar la calidad de ese crecimiento». En su opinión, «la economía boliviana no se ha diversificado —sigue descansando en la exportación de gas a Brasil y Argentina—, no se ha logrado la industrialización del gas y no hay otras fuentes de generación de ingreso». Pese a la mejora que ha experimentado, si se considera el PIB per cápita, la población boliviana tiene un bajo nivel de riqueza —ocupa el puesto 126— en relación con los 196 países del mundo de los que datosmacro.com publica variables económicas. En 2019, el PIB per cápita de Bolivia era de 3196 euros, frente a los 843 euros registrados en 2005. No obstante, se trata de una cifra que le sitúa entre las naciones más pobres de Latinoamérica y el Caribe, solo por delante de Honduras (2278 euros), Nicaragua (1715 euros) y Haití (1137 euros). Ese mismo año el PIB per cápita de España fue de 26 430 euros. Otro indicador relevante es el Índice de Libertad Económica, elaborado por Heritage Foundation basándose en doce factores: derechos de propiedad,


integridad del Gobierno, eficacia judicial, gasto público, libertad comercial y de inversión y salud fiscal, entre otros. En este ranking Bolivia ocupa el puesto 172 entre las 178 naciones examinadas y se encuentra dentro del grupo de países reprimidos. En lo que respecta a educación, en 2008 Bolivia consiguió la declaración «libre de analfabetismo» de la Unesco gracias al plan «Yo sí puedo», gestado originariamente en Cuba. Sin embargo, el país no cuenta con indicadores internos fiables sobre la calidad del sistema educativo. Tampoco participa en otros índices internacionales de medición, como el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), que Evo rechazó en 2016. Dos años después, algunas cabeceras informativas anunciaron la realización de las pruebas en 2019, pero finalmente los estudiantes bolivianos quedaron fuera del estudio. el primer revés para evo. Si bien Bolivia nunca había contado con un tercer poder verdaderamente independiente, cabe decir, como piensan sus oponentes, que Evo no mostró respeto por la ley y el sistema judicial: el Gobierno enmendó reglamentos, normas y leyes en su beneficio. El punto de inflexión se dio en 2016, cuando Morales convocó un referéndum para modificar la constitución aprobada por su propio partido, que estipulaba un límite de dos mandatos. 52—Nuestro Tiempo  verano 2021

Después de una campaña muy disputada, el «No» a la nueva carta magna se impuso con un 51 por ciento de los votos y marcó un hito en la democracia del país. Fue el primer gran rechazo social al líder de los cocaleros convertido en presidente. Meses más tarde, como si nada hubiera pasado, el Gobierno activó una tozuda búsqueda jurídica para hacer viable la reelección indefinida. Lo consiguió mediante un amparo al Tribunal Constitucional en 2017, que lo habilitó bajo el argumento de que presentar la candidatura es un derecho humano del que no se puede privar a nadie. En los comicios de 2019 se enfrentó a una oposición fragmentada, reflejo de la realidad social del país. Aquel 20 de octubre hubo sorpresas. El Tribunal Supremo Electoral anunció la victoria del partido Movimiento al Socialismo de Morales con el 47 por ciento de los votos, mientras que Comunidad Ciudadana, del candidato opositor Carlos Mesa, aglutinó el 36,51. La interrupción en la transmisión televisiva no oficial del conteo rápido resultó desconcertante y dos informes de la Organización de Estados Americanos denunciaron irregularidades. Morales pasó de negar la convocatoria de una segunda vuelta a anunciar la repetición de elecciones para, finalmente, sustituir a los encargados del Tribunal Electoral. Mientras todo eso sucedía, miles de personas hastiadas se manifes-


octubre 2020

22 Una mujer participa en un ensayo de votación en un colegio de La Paz cinco días antes de las elecciones. radoslaw czajkowski alamy live news

noviembre 2020 2 El nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce (en el centro), y su vicepresidente, David Choquehuanca, saludan cogidos de la mano desde el balcón del Palacio de Gobierno. martin alipaz - efe

taban en las calles pidiendo transparencia. Con el paso de los días las protestas se recrudecieron y dejaron a su paso tres muertos y casi 350 heridos. Ante la escalada de violencia, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, le «sugirió» en una rueda de prensa a Morales que abandonara el mandato para restaurar la paz en el país. Paralelamente, Yuri Calderón, comandante general de la Policía boliviana, leyó otro comunicado en el que se sumaba a esta petición. Horas después, la tarde del 10 de noviembre de 2019, Evo describió los acontecimientos como un «golpe de Estado cívico y policial» y renunció a su cargo para evitar que siguieran «maltratando» a sus compañeros —ministros y diputados— y a sus familiares. Presionados por las amenazas y los ataques en sus domicilios, todas las cabezas del aparato estatal cayeron en cadena. Morales dejó entonces Bolivia y se refugió en México, que le ofreció asilo político. transición y nuevas elecciones. Tras el anuncio de de Evo, al cabo de dos días, la senadora opositora Jeanine Áñez (San Joaquín, 1967) prestaba juramento en el Congreso, ante los escaños vacíos de los parlamentarios del MAS, como presidenta interina. Una sucesión, según subrayó en su discurso, «prevista en el orden constitucional». Abogada, política y segunda autoridad del Senado hasta entonces, asu-

mió el mandato de convocar unas nuevas elecciones generales, que se retrasaron hasta octubre de 2020 debido a la pandemia. En ese lapso, la comunidad internacional —excepto algunos países como Cuba o Venezuela— reconoció el Gobierno de Áñez, la segunda mujer al frente de Bolivia tras Lidia Gueiler Tejada entre 1979 y 1980. La crisis del coronavirus impactó con fuerza en Bolivia en ese momento tan delicado —fue el tercer estado del mundo con mayor porcentaje de fallecidos por millón de habitantes tras Perú y Bélgica—. Pero el equipo presidencial, por desavenencias con el Congreso, no pudo aprobar medidas de financiación extraordinaria para frenar la enfermedad. Además, el Ejecutivo de Áñez se vio salpicado por una serie de casos de corrupción, como el sobreprecio en la compra de respiradores, que condujo a destituir al ministro de Salud, Marcelo Navajas. Pasado con más pena que gloria el año del Gobierno interino, la nueva campaña electoral estuvo muy polarizada, pero no contra el legado de Evo; el breve proyecto de Áñez centró las críticas de los principales candidatos de la oposición. El delfín de Evo Morales, Luis Arce, ganó las elecciones con un 55 por ciento de los votos, mientras que Carlos Mesa, que abandera una propuesta de socialismo light, obtuvo un 28. verano 2021  Nuestro Tiempo —53


Grandes temas Bolivia, sin brújula marzo 2021 2 Jeanine Áñez ingresa en el Centro de Orientación Femenina de Obrajes, en La Paz, para cumplir su detención preventiva mientras se investiga su caso. stringer - efe

PARA ENTENDER

¿Hay justicia? Hay un consenso casi total en que durante los mandatos de Evo Morales se produjeron en Bolivia grandes irregularidades jurídicas, como el encarcelamiento desde 2009 de una serie de personas acusadas de intentar asesinar al presidente sin pruebas ni sentencia. En aquella operación, llamada «caso Terrorismo», murieron tres europeos —Eduardo Rózsa Flores, húngaro-boliviano; Árpad Magyarosi, húngaro; y Michael Dwyer, irlandés— que la Policía identificó como mercenarios. También fueron detenidas otras dos personas: Mario Tadic, 54—Nuestro Tiempo  verano 2021

boliviano-croata, y Elöd Toasó, húngaro. El grupo lo constituían, en efecto, asesinos a sueldo, aunque contratados por el jefe de la inteligencia de Evo, Jorge Santiesteban, para tender una trampa a grupos separatistas. Al menos así lo relata un cable de la embajada estadounidense en Bolivia destapado en el caso Wikileaks. A partir de esa operación, la Policía persiguió a políticos de la oposición y empresarios tratando de relacionarlos con el caso Terrorismo. Uno de los presos más incómodos para el Gobierno fue Zvonko Matkovic Ribera (Santa Cruz, 1978). A este economista lo detuvieron preventivamente el 19 de marzo de 2010 y lo presionaron para que se declarase culpable a cambio de obtener la libertad. Él nunca confesó y su carácter sim-

pático y sencillo de víctima inocente le hizo granjearse el cariño popular. Después de una década, el tribunal extinguió la causa el 4 de febrero de 2020. Poco antes la Fiscalía y el Gobierno interino se retiraron del proceso judicial por considerar que hubo una «acusación falsa» por parte del Ejecutivo de Evo Morales. Matkovic y una treintena de ciudadanos que seguían enjuiciados fueron absueltos de todos los cargos. Zvonko entró a la cárcel con un hijo de dos años. Y después de ocho de encierro injusto pudo volver a abrazarlo en marzo de 2018, cuando regresó a su casa en régimen de detención domiciliaria por problemas de salud. Libre y símbolo de fortaleza y resistencia, en noviembre de 2020 volvió a la esfera pública como senador suplente de la alianza

Creemos por Santa Cruz. En la actualidad, preside la Asamblea Legislativa de ese departamento. En Bolivia, el 73 por ciento de los presos no tiene una sentencia; es decir, uno es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Según la ONG Human Rights Watch, «el uso extendido de la prisión preventiva y las demoras en los juicios hacen que las cárceles estén sobrepobladas y generan condiciones penitenciarias precarias e inhumanas». Parece que la situación se repite con la expresidenta Áñez y su equipo, en prisión preventiva desde hace más de cuatro meses, acusados de golpe de Estado.


la sombra de evo. El actual presidente, el catedrático Luis Arce (La Paz, 1963), fue ministro de Economía de Evo durante los años de bonanza, y carga con la acusación lanzada por el responsable de Economía de Áñez de malversación de fondos (más de ocho millones y medio de euros) y de explotación insostenible de las reservas de petróleo. Arce jugó cómodo durante la campaña. Apeló al «milagro boliviano», apuntalándose él mismo como artífice. Los ciudadanos, con mucho temor a la pandemia y a la evidente crisis económica y social, confiaron en su mensaje de «Vamos a salir adelante». La victoria del candidato del MAS, sin embargo, parece alejar de Bolivia la consolidación de la democracia que se vio tan cerca con la marcha de Evo. Aunque Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca, invocaron en sus discursos de toma de posesión la paz, la reconciliación y el entendimiento, los hechos, tras más de seis meses en el poder, van en dirección contraria. El nuevo Gobierno empezó por acusar a sus predecesores de golpe de Estado y encarcelarlos en régimen preventivo, incluida la expresidenta Áñez, detenida el 12 de marzo. Por otra parte, un gran número de voces dentro del MAS reprocha la intromisión de Evo en asuntos políticos de envergadura. La designación forzada de candidatos —el dedazo— ejecutada por el histórico dirigente para las elecciones regionales de marzo de 2021 fue un acelerador notorio de ese descontento. El

MAS obtuvo su peor resultado desde 2005 al perder regiones clave y digirió un duro voto de castigo. Evo regresó a Bolivia en noviembre de 2020, tras un periplo por Cuba (para someterse a un chequeo médico), México y Argentina. Llegó a pie a la frontera acompañado por el presidente de esta república, Alberto Fernández. Lo recibieron en su región originaria como a un héroe. Luis Arce, que tuvo la suerte de ser ministro de Economía en el periodo de bonanza durante la gestión de Evo Morales, tendrá que ver cómo maneja ese liderazgo gastado pero indiscutible de su predecesor y, al mismo tiempo, hacer frente a una dura pospandemia y una grave crisis económica. De acuerdo con estimaciones del FMI, la economía boliviana cayó un 7,9 por ciento en 2020 y será difícil un cambio fuerte en 2021. Acercándose al segundo centenario, en 2025, de su declaración de independencia, el país que tuvo como libertador y primer presidente a Simón Bolívar (1825) parece estancado tras el shock de los mandatos de Evo y el encumbramiento de su versión 2.0, Arce, que renuncia a reproducir al original. Junto a él comparten escenario una expresidenta encarcelada y una oposición dividida. Con todos los contrastes bolivianos en efervescencia —ciudad-campo, planicie-montaña, población blanca-población indígena, Santa Cruz-La Paz—, ha llegado el momento de descubrir si hay Bolivia después de Evo.

marzo 2021 0 Cientos de manifestantes protestan en La Paz por la detención de la expresidenta Jeanine Áñez. radoslaw czajkowski alamy live news

Nt

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CAMPUS

producciones se han presentado a la III edición del festival de cine científico #LabMeCrazy! Al certamen, convocado por el Museo de Ciencias, han concurrido trabajos de 104 países. Los finalistas se conocerán en septiembre y los ganadores en febrero de 2022.

NOS VISITARON ION AROCENA

Director general de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio)

[27.05.21 Facultad de Farmacia y Nutrición] «Trabajar en biotec-

nología supone ayudar a mejorar la vida de las personas; repercute en catorce de los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030». Así lo señaló Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), durante el primer evento celebrado en el marco del convenio firmado por 3P y la Facultad de Farmacia y Nutrición. Según Arocena, la inversión en I+D en el sector biotecnológico, que continúa creciendo desde 2013, alcanza hoy máximos históricos. «Contamos con un talento universitario brillante donde existe una alta participación de mujeres —el 60 por ciento en 2018—. Además, la productividad y el salario por empleado de las biotech son tres veces superiores al del conjunto de la economía», precisó. 56—Nuestro Tiempo  verano 2021

DANIEL SERVITJE

INMACULADA VELA

CONRADO DURÁNTEZ

[21.05.21 Career Services] Daniel

[25.06.21 Foro Recursos Humanos]

[23.06.21 Centro de Estudios Olímpicos] En la antesala de los Jue-

Presidente y director general de Bimbo

Servitje, presidente y director general de Bimbo, y Franz Heukamp, director general del IESE Business School, dialogaron sobre liderazgo durante el I Latinoamerican Challenge Forum impulsado por Career Services. En el webinar, se refirieron a la acción de liderar como servicio a los demás, ejercida con humildad, y como potenciadora de la capacidad de escucha con los empleados y la sociedad. «La empresa será lo que sea su gente y esta, lo que sean sus líderes», afirmó Servitje. Además, incidió en la cercanía como cualidad del líder. Por su parte, el profesor Heukamp destacó que el liderazgo no se improvisa y abogó por la formación continua en los altos directivos. «Quienes se gradúan hoy lo tienen muy presente, pero hay que aplicarlo a los máximos responsables de las empresas», concluyó el director general del IESE.

Directora de Comunicación Interna en EY España

La Universidad y Foro Recursos Humanos organizaron un encuentro para reflexionar sobre buenas prácticas de comunicación interna, «la mejor aliada —según el título de la cita— en tiempos de incertidumbre». Entre otros ponentes, Inmaculada Vela, directora de Comunicación Interna en EY, Miguel Ruiz de Valbuena, su homólogo en IBM, y Blanca Zayas, directora de Comunicación en Uber, compartieron en una mesa redonda las experiencias vividas el último año a raíz de la pandemia. Vela resaltó cómo la comunicación interna les ha permitido «materializar los valores de la compañía». En EY desarrollaron numerosos contenidos y actividades que, a pesar de la distancia, mantuvieron unidos a sus empleados. Sus iniciativas han sido merecedoras de dos Premios Dircom en las categorías «Compromiso del CEO con la comunicación» y «Mejor pódcast».

Presidente de la Academia Olímpica Española

gos de Tokio, se presentó en la Biblioteca la exposición «El Olimpismo en la tensa tregua entre dos guerras (1920-1940)». Conrado Durántez, presidente de la Academia Olímpica Española, viajó a Pamplona para intervenir en la inauguración. A través de materiales procedentes de la Biblioteca, el Archivo General y el fondo del diplomático salvadoreño Pedro J. Matheu, «trata de reflejar la intensa actividad de un movimiento olímpico que buscó puntos de encuentro en torno al deporte», según afirma su curador, Francisco Javier Caspistegui. De forma paralela, el Polideportivo de la Universidad acoge la «Galería Olímpica Navarra», una muestra fotográfica para homenajear a deportistas y técnicos de la Comunidad foral que han participado en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos a lo largo de la historia.


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personas de 47 países de los cinco continentes participaron en el curso sobre educación de la afectividad organizado por el Instituto Core Curriculum. El ponente principal fue Juan José Pérez-Soba, profesor del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia (Roma).

ALFOMBRA ROJA

NOVEDADES

Formar en igualdad en la empresa La Universidad inicia en septiembre el Curso de Formación Superior en Igualdad. Coordinado por el Grupo de Investigación en Historia Reciente (GIHRE) de la Facultad de Filosofía y Letras, tiene una duración de cuatro semanas y se imparte online. Como describe la profesora María Cruz Díaz de Terán, «el programa ofrece los fundamentos necesarios para la elaboración del plan de igualdad en las empresas», así como el desarrollo de acciones de sensibilización y formación en esta materia.

Valentía y tenacidad para defender la tesis en tiempos de pandemia 319 doctores de veintiséis países defendieron la tesis durante los cursos 2019-20 y 2020-21. Debido a que la situación sanitaria obligó a suspender el acto de investidura el año pasado, esta celebración fue, por vez primera, un evento en el que participaron las dos últimas promociones. En su discurso, el rector destacó la valentía y tenacidad de los nuevos doctores que, desoyendo «los mensajes desalentadores», lograron culminar su trabajo en las condiciones más difíciles. Alfonso Sánchez-Tabernero los definió como protagonistas de una aventura apasionante, como herederos de quienes decidieron trabajar por un mundo en el que el conocimiento estuviera al servicio de todos: «Ese es el único motor que da sentido pleno a la investigación: su impacto positivo en la vida de muchas personas».

Como expuso Ramón Salaverría, el padrino de la promoción, este tiempo ha revelado que la actividad investigadora «es transitoria, transitiva y, sobre todo, trascendente». En su discurso, el profesor de la Facultad de Comunicación reflejó que pocas veces este carácter finalista de la ciencia ha quedado tan patente como en esta época incierta que nos ha tocado vivir. «El mundo ha necesitado de los investigadores para plantar cara a una tragedia global, y cada uno, desde vuestra disciplina, habéis conseguido encontrar la salida», dijo. Por su parte, Javier Sáez Gastearena [Arq 14 PhD 19], habló en nombre de sus compañeros. Se refirió al «valor de conservar la sensatez y resistir a la tentación de dejarse llevar, de no ver nada, pero seguir luchando y avanzando con éxito o no».

El deporte desde el derecho y la gestión El Centro de Estudios Olímpicos ha lanzado los cursos de Especialista en Derecho Deportivo y en Sport Management. Desde 2013, la Universidad ha formado en Derecho Deportivo a más de trescientos alumnos, y esta especialización, dirigida por el profesor Ángel Ruiz de Apodaca, supone un paso más en la profesionalización de este ámbito jurídico. Por su parte, el curso online de Sport Management, que cuenta con la coordinación académica del profesor de Económicas Javier Elizalde, se marca el objetivo de conocer los principios esenciales en las distintas áreas de la gestión deportiva.

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CAMPUS

PUBLICACIONES

EL ALMA VISUAL DE NT

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La serie Un diario visual de la cuarentena, de Errea Comunicación, obtuvo el Best of Show en la categoría de impresión en los Premios Malofiej, organizados por la Society for News Design Spain (SNDE) y la Facultad de Comunicación. Los galardones están considerados como los Pulitzer de la infografía. El estudio que dirige Javier Errea también ha sido premiado por este trabajo, pero en formato de libro, con un Laus de Oro. NT CERCA DE LA ACADEMIA

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1. Escrita por Nieves Gómez Álvarez, la obra Dolores Franco de Marías. Una vida desde la razón vital femenina forma parte de una nueva colección del Instituto Cultura y Sociedad que aspira a recuperar referentes femeninos y visibilizar sus aportaciones en el mundo actual. 2. Nunca el ser humano disfrutó de mejores condiciones de vida pero, paradójicamente, eso no se manifiesta en mayores dosis de felicidad. El psiquiatra Luis Gutiérrez Rojas [Med 93] ofrece algunas claves en La belleza de vivir. Todos los problemas tienen solución. 3. Sebastián Cerro Guerrero [His 84] es el autor de La vida que nos toca. Y lo que decidimos hacer con ella, un libro con historias de personas corrientes que quieren convertir sus vidas en algo extraordinario. 4. Mercedes Montero, profesora de la Facultad de Comunicación, e Inmaculada Alva, investigadora del Centro de Estudios Josemaría Escrivá (CEJE), son las autoras de El hecho inesperado. Mujeres en el Opus Dei (1930-1950). El relato muestra el trabajo y las actividades de formación y desarrollo cultural de las mujeres en la Obra durante sus primeros veinte años de desarrollo. 5. Jorge Segura [ADE 96] aporta en Céntimos underground las herramientas para poder desenvolverse en la nueva realidad financiera digital y global.

La memoria, en cifras Durante el curso 2019-20, la Universidad de Navarra aumentó su actividad económica y superó los 500 millones de euros. El resultado significa una mejora con respecto al curso anterior, aunque es todavía negativo en 11,9 millones de euros frente a los -16,2 del pasado ejercicio. Además, consolidó su plantilla, que llegó a los 6173 profesionales. Así se recoge en la última memoria económica del centro académico.

Enrique García-Máiquez, escritor, columnista y colaborador de Nuestro Tiempo, ha sido nombrado académico de número de la Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras. Su elección responde, entre otros méritos, «a su amplia y consolidada trayectoria literaria».

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CON NOMBRE PROPIO

Siete años a la cabeza como hospital privado español con mejor reputación

sancho-madridejos

En un año marcado por la pandemia, la Clínica Universidad de Navarra ha sido reconocida, por séptima vez consecutiva, como el hospital privado español con mejor reputación. Según el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), la Clínica lidera 22 especialidades entre los centros privados, y 19 servicios médicos se sitúan entre los diez mejores en el balance general. Se trata de los mejores registros de la Clínica en el MRS. En la clasificación de centros públicos de este estudio independiente, el Hospital Universitario La Paz repite también en el primer puesto.

Un proyecto para dar cabida a los 15 000 antiguos alumnos del IESE en Madrid El IESE Business School ha ampliado su campus en Madrid con un nuevo edificio. De este modo, su superficie supera los 33 000 m2. El espacio construido alberga cuatro aulas anfiteatro, dieciséis salas de trabajo, un auditorio para más de 500 personas, un hall multifuncional, un comedor y un gran aparcamiento. Más de doscientos antiguos alumnos y cincuenta empresas han ayudado en la puesta en marcha de este proyecto que pretende aumentar un 50 por ciento la actividad de la escuela.

Joseba Campos ha sido nombrado director general de la Clínica Universidad de Navarra. Sucede en el cargo a José Andrés Gómez Cantero, que en los últimos dieciséis años ha contribuido a la expansión e internacionalización del centro hospitalario. Amelia Marti, catedrática de Fisiología de la Facultad de Farmacia y Nutrición, ha tomado posesión como miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia. Antigua vicedecana de la Facultad, es subdirectora del departamento de Ciencias de la Alimentación y Fisiología. Carlos Naya es el nuevo director de la Escuela de Arquitectura en sustitución de Miguel Ángel Alonso del Val. Ha sido profesor visitante en universidades nacionales y americanas como la de Columbia, en Nueva York. Ignacio López-Goñi ha recibido el Premio COSCE a la Difusión de la Ciencia 2021. El jurado ha destacado su contribución a la divulgación de la ciencia en general y, en particular, de la microbiología, la virología y las vacunas del covid-19.

EN EL SENADO

Ramón Salaverría, que coordina la investigación «Sociedad y comunicación en el entorno digital», dentro de la Estrategia 2025 de la Universidad, participó en junio en el Senado en un debate sobre desinformación. El profesor lidera el proyecto IBERIFIER, que ha recibido una financiación de 1,47 millones de euros y forma parte del European Digital Media Observatory de la Comisión Europea.

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CAMPUS REPUTACIÓN

Número 1 de España. El QS World University Ranking ha situado a la Universidad como primera de España según los empleadores por quinto año consecutivo. En datos globales, es el primer centro privado de España y el sexto del país, de los 29 que aparecen en el ranking.

Entre los mejores. Doce másteres de la Universidad han sido reconocidos los de más calidad de España, según el ranking que elabora el periódico El Mundo. Los posgrados de I+D+I de Medicamentos, Dirección de Empresas de Moda, y Comunicación Política y Corporativa se sitúan en el primer puesto. 54 del mundo. El Navarra Center For International Development, dirigido por el profesor Luis Ravina, es el mejor think tank universitario de España y el 54.o del mundo, según recoge un informe de la Universidad de Pensilvania que analiza 8100 centros de investigación. Formación de talento. El Cima Universidad de Navarra ha obtenido el sello HR Excellence in Research. Este reconocimiento, otorgado por la Unión Europea, certifica la apuesta del centro por la formación y la retención de talento investigador.

LAS DIEZ DE...

4. ¿Qué rincón del campus le gusta más? De Pamplona, el ático del bar Faustino, donde hablábamos de Platón. Y de Gipuzkoa, el Palacio del Marqués de Adama, antigua sede de ISSA y actual Colegio Mayor Jaizkibel. 5. ¿A qué personaje histórico le gustaría haber conocido? Al Cid Campeador, para entender las raíces de la lealtad que expresan los versos que cantan sus hazañas. 6. ¿Qué persona le marcó al llegar a la Universidad? Isidoro Rasines, entonces secretario general. El primer día RAFAEL HERNÁNDEZ de clase coincidimos y me llamó URIGÜEN por mi nombre. Caminamos [Capellán y profesor de la Escuela de juntos un rato y me sorprendió Ingeniería-Tecnun, en San Sebastián] lo bien que sabía escuchar. 7. ¿Qué noticia le ha conmovido recientemente? 1. ¿Cuál es el mejor consejo La llegada de inmigrantes que ha recibido? en pateras y los casos de Cuando le planteé a mi padre subsaharianos que, ya en que quería matricularme en Filosofía me animó a estudiar lo España, han arriesgado sus que más me gustaba y a contri- vidas para salvar a personas en buir como cristiano a que otras peligro de ahogarse. muchas personas encontraran 8. ¿Qué personaje de ficción le atrae? el sentido de su vida. En la infancia y adolescencia 2. ¿Qué es lo primero que me atrajo Tintín, por su deseo piensa cuando se levanta? de ayudar, resolver injusticias y Doy gracias a Dios por contidifundir el bien en escenarios nuar vivo, siguiendo una cosculturales tan variados. tumbre que copié de Agatha Christie al leer su Autobiogra- 9. ¿Qué quería ser de pequeño? fía. También ofrezco a la Trini- Guardia de circulación, militar (me encantaba escuchar dad santa lo que haré. 3. Un libro (o dos): Un mundo marchas de todos los países), feliz, de Huxley, para entender conductor de autobuses, pintor artístico, arquitecto... y hasta el fondo de las ideologías dominantes y los programas polí- abogado, como Perry Mason. ticos actuales. Para superar esa 10. ¿Cuál es el regalo que más distopía, hay que leer después ilusión le ha hecho? las encíclicas Laudato si’ y Fra- La guitarra española que me regaló mi padre a los once años. telli Tutti del papa Francisco.

RENOVARSE

Los colegios mayores Belagua y Goimendi han comenzado la reforma de sus instalaciones para hacerlas más eficientes y sostenibles. En el caso de Belagua, durarán varios años, se renovarán sus dos torres y se construirá un nuevo edificio. Se prevé que la obra integral de Goimendi concluya en el verano de 2022. 60—Nuestro Tiempo  verano 2021


Campus In memoriam

Un defensor de la ciencia al servicio de la vida humana Gonzalo Herranz Rodríguez (1931-2021), catedrático de Histología y Anatomía Patológica, vicerrector (1974-78) y decano de Medicina (197881), en 1987 cambió el rumbo de su investigación hacia la ética médica, campo en el que fue un referente mundial. texto Pilar León Sanz, catedrática de la unidad de Humanidades y Ética Médica

al inicio de una primera clase de Anatomía Patológica, Gonzalo Herranz provocaba así a su auditorio: «Cierren los libros, aquí han venido a pensar». Y, en efecto, toda su vida se esforzó por cultivar un pensamiento fuerte y franco. En 1985 disfruté de sus lecciones en el curso de doctorado de Escritura, Lectura Crítica y Bibliografía Médica. Llegó a publicar en Medicina Clínica una serie de artículos con títulos tan sugerentes como «¿Por qué no escribir claro en medicina?». Muestra su coraje el hecho de que, en 1987, cuando tenía un gran prestigio en Anatomía Patológica, decidiese dedicarse a la Ética Médica porque vio la necesidad de formar a los futuros médicos en esta disciplina. Fue el primer profesor ordinario de Bioética de España. Desde esa fecha colaboré y sobre todo aprendí de él en la Comisión de Ética y Deontología Médicas de la Clínica y en el departamento de Bioética,

donde le hemos visto preparar con rigor y empeño cada reunión, cada informe, cada clase. Y, con la misma claridad con la que pensaba y escribía, defendió la vida desde su concepción hasta su término natural. El profesor Herranz nació en Porriño (Pontevedra). Estudió Medicina en Santiago de Compostela, donde conoció el Opus Dei, y en Barcelona.

Salvo un paréntesis en 1971 en la Universidad de Oviedo, permaneció en la capital navarra, desde donde proyectó su magisterio a más de treinta promociones de alumnos y profesionales. También colaboró con instituciones de los ámbitos de la anatomía patológica y la ética médica, desde el Comité Permanente de los Médicos de la Comunidad EuJokin de Irala y Pilar León celebraron con Gonzalo Herranz la publicación de su última obra, sobre la contracepción.

Allí obtuvo el doctorado en 1957 y dio sus primeros pasos en el Hospital Sant Pau, donde una revisión de los gliomas le llevó a la anatomía patológica, área la que se especializó en Pamplona de la mano del profesor Letterer, y también en Alemania, en las universidades de Tubinga y Bonn.

ropea hasta la Academia Pontificia para la Vida. Su espíritu de servicio, fruto de una profunda visión cristiana, así como su deseo de difundir una buena praxis médica, le llevaron a viajar por todo el mundo. Con los años sufrió dificultades auditivas, pero eso no le impidió estudiar, además del

alemán, la lengua de Shakespeare. De ahí su gozo cuando el editor de la revista Zygote le felicitó por el buen inglés de un artículo que envió en 2012. Fue muy querido y apreciado, y por eso entabló largas amistades. Hasta este año han llegado a la mesa de su despacho los libros que enviaban sus discípulos, como los de Ángel Bilbao [Med 66 PhD 81] desde Pittsburg. Eran los regalos que más agradecía. Publicó docenas de artículos, informes y libros. Hay una fotografía que refleja su alegría al ver publicado Leyendo entre líneas: una historia crítica de la contracepción (2020), una obra a la que dedicó sus últimos años. Sonriente, amable, siempre pensante y comunicativo. Maestro. En su última clase en Medicina, con fuerza, planteó frente al «drama de la eutanasia», título, por cierto, de una publicación suya, la necesidad del arrepentimiento como único remedio para quienes habían colaborado en la muerte intencionada de un enfermo. Nt

verano 2021  Nuestro Tiempo —61


Campus Los de la maleta

DONDE EL SUEÑO ECHÓ RAÍZ Al principio solo estaban los chopos. Y los falsos plátanos. Tierras de cereales. El río susurrante. Era 1963 cuando se aposentaron secuoyas y coníferas enfrente del Colegio Mayor Belagua. Desde entonces, hasta los más de cuatro mil árboles en 113 hectáreas, se han sucedido lluvias, sequías, heladas y días de sol; personas que han soñado el campus, que lo han cuidado o que, sencillamente, han dejado su huella mientras iban de paso. El campus también pone su sello en quien lo transita y en quien lo habita. texto Lucía Martínez Alcalde [Fia 12 Com 14] colaboradora Ana Eva Fraile [Com 99] fotografía Manuel Castells [Com 87] en 1960 el campus ya era, pero aún no todo lo que estaba llamado a ser. Al lado del Hospital de Navarra se había construido la Escuela Nueva para los alumnos de Medicina. Hacia el sur y el este se extendían tierras de secano, campos de trigo. Una cadena de chopos lombardos —ahora centenarios— surcaba el color pardo de los terrenos, desde la antigua Fuente del Hierro hasta el río. Al llegar a la carretera paralela al Sadar se unían a los altos plátanos de sombra, y acompañan aún hoy el recorrido del agua. Algún frutal aislado. Un nogal —que todavía perdura, 62—Nuestro Tiempo  verano 2021

«LOS DE LA MALETA»

La séptima entrega de esta serie sobre la historia de la Universidad elige como protagonista al campus de Pamplona. Con motivo de la publicación del último libro de Carlos Soria, El campus de la Universidad de Navarra, estas páginas hacen memoria de su crecimiento desde las primeras plantaciones en 1963.

cercano a la ermita—. Allí donde los límites de Pamplona se desdibujaban. El campus ya era, pero estaba aún por construir. Una aparente contradicción que él ha escuchado durante sesenta años a profesores de Filosofía, cuando explican que la persona es un ser completo que a la vez se va haciendo, con su libertad. Pero ¿cuál era la libertad del campus? ¿Qué podía hacer él? ¿Qué magia transformó sus tierras de labranza en una sinfonía de colores? No ha habido magia, pero sí sabiduría, manos trabajadoras, mirada amorosa, almas que cuidan, brazos fuertes, voces bajas y un sueño. un jardín en sus manos. Llamado por la Universidad, Ángel Ramos fue el primero que soñó el campus como un paisaje, un bosque, sin encorsetarlo en trazados geométricos, otorgándole la libertad que necesitaba, la libertad que podrían respirar quienes lo transitaran y lo vivieran. Ramos, profesor de la Escuela de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, trenzaba del estilo del jardín inglés el baile entre el paisaje natural, el creado por el hombre y la arquitectura. «El hombre ha buscado siempre el jardín», dejó escrito en Espacios verdes. El campus no era, no podía ser, un espacio cerrado, el tesoro de unos pocos privilegiados, como se concebía desde la Antigüedad, sino un jardín para muchos, para todos.


—Resiliencia. El ginkgo biloba del Central fue uno de los primeros árboles en el campus. Se trata de una especie resistente: tras la primera bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, rebrotó un árbol nuevo a setecientos treinta metros del epicentro de la explosión. 3


Campus Los de la maleta

Si el adalid sabio fue Ángel Ramos, la misión de primer artesano se otorgó a Pachi Villar. En los años sesenta, animado por José Ona, el arreglalotodo de la Universidad por aquel entonces, dejó las tierras y las viñas de Olite y comenzó como responsable de Mantenimiento. Y, de ahí, a primer jefe de jardineros. Las manos de Pachi sembraron, trasplantaron, regaron, podaron… Sus pies recorrieron una y otra vez las hectáreas del campus joven y también apagaron explosivos. Carlos Soria cuenta en El campus de la Universidad de Navarra —publicado en junio de este año— que el 12 de julio de 1980 el sistema de detección de incendios instalado en el sótano del Central registró humo. Pachi, que vivía con su familia en el edificio, «se lanzó escaleras abajo y [...] se encontró con varias mechas encendidas y humeantes. No salió huyendo [...]. Pisó, retorció y apagó las mechas». De los veinte artefactos, solo llegaron a explotar cuatro. Pachi impidió una tragedia mayor. En la tarea de construir el campus, además de los sueños de Ángel Ramos, se siguió una máxima: ajardinar al tempo marcado por los edificios que se fueran levantando. Así sonaron sus balbuceos iniciales, en el curso 1963-64: la plaza del Central, la campa de Belagua y un trocito de verde alrededor de Goimendi, todo de la mano de Villa Miranda, un vivero local que aún existe. El primer árbol fue un cedro atlántica, en los terrenos frente a Belagua, cerca del río. Entre los pioneros que comenzaron a poblar el campus se erigían también otros cedros, tuyas gigantes, arces, secuoyas, cerezos del Japón, ginkgos, hayas rojas y abedules. el curador del campus. El pequeño campus se teñía de rojos y dorados cuando Carlos Soria llegó en 1967 a la Universidad. Los árboles apenas levantaban unos metros del suelo. En Madrid, había cambiado el derecho por la profesión periodística y, tras diez años en Europa Press, 64—Nuestro Tiempo  verano 2021

Alfonso Nieto le dijo que le querían para el incipiente Instituto de Periodismo en Pamplona. Poco tiempo después le nombraron director de Comunicación, para relevar a Paco Gómez Antón. Sus trayectos desde la antigua biblioteca —que se había terminado un año antes— y el Central se convirtieron en paseos: veía, miraba, saludaba a los jardineros... Ellos, con la confianza que les había inspirado aquel treintañero que contemplaba con mimo las parcelas y los árboles, empezaron a preguntarle: «Don Carlos, ¿qué podríamos plantar en esta zona, que está un poco embarrada y tiene poco fondo?», o «¿Y este arbusto no se helará aquí?». «Pensaban que sabía y por eso contaban con mi opinión, pero la realidad es que yo distinguía un pino de una palmera y poco más», recuerda Carlos Soria. Entonces se hizo con los diez tomos de Manuales de jardinería, del escritor catalán Noel Clarasó, que fueron sus primeros libros de cabecera. «Ángel Ramos vio que era un campus para vivir sobre todo en invierno y primavera, así que no podía estar desnudo durante tres o cuatro meses», explica Soria. Por eso se optó en gran medida por coníferas —¡más de novecientas!— que «hacen que, incluso en invierno, el campus tenga vida, como una esperanza de que llegará la primavera», añade. Un día de 1970 el rector Francisco Ponz llamó a Carlos Soria: «Pensé que tal vez me iba a decir algo por dedicarme a pasear tanto…, pero me preguntó qué sabía de jardinería. A su mesa llegaban cuestiones sobre si convenía plantar en tal esquina un cedro deodara, podar los tilos o luchar contra la grafiosis de los olmos… Y él veía que no era la persona adecuada para decidirlo. “¿Podrías encargarte de eso?”. Así, sin necesidad de ningún documento oficial, fui nombrado curador del campus». Carlos Soria no es un teórico del medioambiente, ni un experto en botáni-

—Pioneros. La campa de Belagua en 1963 fue el inicio del ajardinamiento del campus. Los álamos blancos de la primera línea señalizaban con anterioridad el camino de la Fuente del Hierro. josé galle 3 —Los primeros cuidadores. Una representación del primer equipo de jardineros, con Pachi Villar a la cabeza (a la izquierda); Pascual Lecumberri encima del carro y junto al remolque, Porfirio Leoz y Luis Cano; al fondo, Nilo Lecumberri. josé luis zúñiga 6

ca ni en biología. La palabra curador implica algo más que conocimientos: remite a alguien que también mira amorosamente al campus, convencido de que habla y trasciende. Hacia finales de los setenta, la mayor parte de las hectáreas del campus lucían desnudas, en barbecho. Se optó entonces por lo que Carlos Soria, en su libro, denomina «la solución forestal»: «Plantar miles de árboles, pequeños y baratos, que trabajasen la tierra, esponjaran el suelo y mantuvieran más sueltos aquellos terrenos arcillosos y pesados». Los liquidámbares en la cuesta que une las Facultades Eclesiásticas con el edificio Amigos son una muestra de aquella etapa. sinfonía de colores. El campus habla en silencio a todo aquel que quiera escucharle. Pero también canta. A lo largo del año interpreta lo que el curador llama «sinfonía de colores». Como una composición en la que la voz principal fluye de pasa a la página 68 >



Campus Los de la maleta

—Otros pobladores. De las 273 especies de animales identificadas en el campus, 77 son aves. Las urracas, también llamadas picarazas, son muy invasivas y viven a costa de los otros pájaros. 1

—Despedidas. Chopos, fresnos y plátanos entre el río y la carretera. Estos chopos son jóvenes, pero hay otros en el campus que han superado los cien años, algo poco común en su especie. 3

—El Sadar. Noel Clarasó dice que el agua es un elemento indispensable en un jardín. El campus tiene su río, de presencia constante y discreta. 0

—Todos a una. El campus no es un jardín botánico, un catálogo exótico y variado, sino un conjunto de especies configuradoras. 3


—Equilibrio. El campus crece en una armonía entre lo estético y lo funcional. Se cuida de su belleza con la mentalidad de hacerlo sostenible. 00

—El «paseo marítimo». En la zona de las facultades de Ciencias siempre ha sido más difícil ganar terreno al asfalto a favor del jardín, por las limitaciones de espacio. Aquí, castaños de Indias y cedros acompañan los pasos. 0

—Leyenda. Cuentan que cuando el cerezo japonés del ala izquierda del Central empieza a florecer todo alumno debe haber comenzado a estudiar ya los finales de mayo. 0


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< viene de la página 64

rama en rama, de árbol a árbol. Como un Bolero de Ravel de la naturaleza en el que, sobre una armonía y un acompañamiento constante de los verdes de las coníferas, cada instrumento interpreta su solo en un momento indicado del año, a veces durante varias semanas, a veces durante algunos días, en ocasiones a dúo o en cuarteto, derrochando virtuosismo desde un rincón del campus. Con el inicio de curso estalla el rojo de los liquidámbares contra un cielo azul límpido recién estrenado. Los robles se tornan color caldera. En noviembre, las hojas del ginkgo biloba del edificio Central se vuelven doradas en un crescendo perfecto y, tras el clímax, caen formando una alfombra alrededor, en un «desnudo pudoroso», como dice Carlos Soria. De amarillo se visten también los tilos y los fresnos. El oro del atardecer brilla en las copas de los chopos lombardos. Los plátanos de sombra junto al río componen un mosaico de hojas verdes, amarillentas y ocres. El colorido del otoño parece concentrarse en las copas de los abedules que acompañan los pasos hacia la ermita. Los arces rojos imitan a los fuegos artificiales, en una explosión que permanece congelada para que todo el mundo pueda verla. Al llegar el invierno, el campus simula susurrar y corean los pinos, abetos, tejos, pinsapos, cedros y otros perennes, los permanentes y leales. Un oído atento y una mirada certera descubren entonces un mar de verdes y, además, la picea azul y los pizzicatos de los acebos. Cuando los días se alargan, los ciruelos rojos se lanzan a florecer aun conscientes del peligro que corren sus frágiles pétalos frente a las heladas. En la entrada de la Escuela de Arquitectura, los magnolios de hoja caduca destellan en rosas y blancos. De repente, en una pradera, la primera margarita. Y, al día siguiente, más voces blancas se unen a la sinfonía. 68—Nuestro Tiempo  verano 2021

El blanco también es el color de la floración de los castaños de Indias. Los cerezos japoneses comienzan su aria en torno a Semana Santa, con un timbre bellísimo y una tonalidad hipnótica. Les sigue el violeta pálido que vierte la paulonia. Solo los alumnos que tienen que profundizar en alguna materia en junio pueden maravillarse del esplendor en tres o cuatro compases de las flores de los magnolios de hoja permanente. Y quedan para el disfrute de quienes aún no se han ido de vacaciones las chispas blancas del árbol de los farolillos y el rosa con vibrato de la lila de las Indias. más bello, más alto, más libre. La música no se improvisa en el campus. El equipo de brazos fuertes y almas cuidadosas que se preocupan de que cada intérprete se encuentre bien afinado, de que la armonía sea correcta, lo forman nueve jardineros. En total, desde que nació el campus, no más de veinticinco. Con un quehacer callado y constante, velan por mantener las 113 hectáreas bellas calendario tras calendario. Si el campus siempre fue el campus, ellos no siempre habían sido jardineros. Pero aprendieron. «El que construye un jardín goza en su obra, pero no ha de olvidar que trabaja también para los demás», dice Clarasó. Y los jardineros no lo olvidan. Desde los primeros, con Pachi Villar a la cabeza, han sabido que plantaban semillas de vida para otros, cuidaban las raíces soñando en ramas altas que tal vez no llegarían a ver. Una tarea bien hecha, pensando en los frutos como en una promesa. Cuenta Soria en su libro que en el otoño de 1980, unos meses después de que los pies valientes de Pachi apagaran las bombas de ETA, el doctor Eduardo Ortiz de Landázuri observó desde la Clínica a un grupo de jardineros en la colina al lado de la ermita. Plantaban encinas, un árbol que crece lentamente y que llega a centenario.

—Bandera verde. El campus ha recibido tres veces el Green Flag Award: un galardón a los jardines de acceso público que destacan por la excelencia en su gestión. En 2020 obtuvo además el premio People’s Choice, entrando así en el top ten de los parques favoritos de los visitantes en todo el mundo. 3 —Pensadero. «Hay que dejarse llevar, captar el hechizo de la naturaleza, mirar y sentirse mirado, y permitir la invasión de las sensaciones. Esperar sin impaciencia a que en algún momento se despierte la sensibilidad y, con ella y tras ella, el pensamiento» (Carlos Soria, en El campus de la Universidad de Navarra). 6

Don Eduardo comentó: «¡Hay que ver qué escena más reconfortante estamos viendo! Acabamos de sufrir un fuerte ataque terrorista que debería provocarnos parálisis y temor, y en su lugar los jardineros de la Universidad tienen tanta fe en el futuro que han decidido plantar encinas». José Ona incorporó a la Universidad, ese mismo año, a otro Patxi. Francisco Javier Díez de Ulzurrun, actual jefe de jardineros, llegó de Arraiza con 17 años y la maleta cargada de «mucha ilusión, muchas ganas de trabajar y de aprender», como él mismo recuerda. Algo que no ha cambiado en estas cuatro décadas. En 1991 sustituyó a Pachi Villar y ha sido el encargado de construir en el campus los «Quiero...» de Soria, ese «mundo de sueños», que, según Patxi, lleva dentro. Patxi Díez de Ulzurrun tiene andares largos; dice el curador que su zancada equivale a un metro. Llama por su nombre en latín a todo lo plantado en el campus. Él, que había estudiado para mecánico tornero, se enamoró del jardín. Su pasión



Campus Los de la maleta

por estas tierras universitarias le lleva a procurar que estén lo más bonitas que puedan estar: «Y si hay algo más que puedas hacer, lo haces. No dices: “Bah, ya está bien”. Ese “Bah, ya está bien” no existe en mi cabeza». Su motivo de orgullo en estos años no ha sido el crecimiento de un árbol en particular o una plantación destacable sino poder «admirar cómo crece la Universidad, cómo la vas moldeando con tus ideas y tu trabajo; comprobar que eso que tú tienes entre manos gusta a la gente. La satisfacción de que el conjunto de la Universidad sea un poquito mejor cada día». Escribía José Antonio Vidal-Quadras en Nuestro Tiempo en diciembre de 2007 cuál le parecía la gran lección de los jardineros: «Cuando los alumnos pasan por el campus y disfrutan de su belleza, aprenden sin darse cuenta de que lo cuidado vale, es mejor y se impone a lo inculto». Estaba hablando, precisamente, de Patxi. lo que permanece. El campus sabe —también se lo ha escuchado contar a profesores entre las paredes de unas aulas o al lado del pozo— que cultivar y cultura provienen de la misma raíz. Los jardineros, como los buenos profesores, preparan el terreno, conocen a sus pupilos: captan lo que deja traslucir una mirada, el color de unas hojas, un gesto, una manera de mecerse con la brisa. Uno tiene sed, los brotes en otro anuncian la primavera, uno no se siente a gusto en esa tierra, otro se ahoga. Algunos piden más sitio, como el haya roja; y a otros les va mejor la compañía, como a las hayas selváticas, que logran sobrevivir en estas praderas amparadas por los chopos lombardos. Los cedros, por su parte, como explica Soria, también «necesitan un amplio espacio vital para desarrollarse». Observando sus ramas fuertes y robustas —pueden aguantar sin dificultad el peso de la nieve— uno puede intuir las raíces abriéndose paso por esas tierras. 70—Nuestro Tiempo  verano 2021

«El campus no era, no podía ser, un espacio cerrado, el tesoro de unos pocos privilegiados, sino un jardín para muchos, para todos» «Los jardineros han sido sabedores de que plantaban semillas de vida para otros, cuidaban las raíces soñando en ramas altas que tal vez no llegarían a ver» «A lo largo del año el campus interpreta una “sinfonía de colores”. Como una composición en la que la voz principal fluye de rama en rama, de árbol a árbol»

El suelo del campus es poco profundo, húmedo y arcilloso; «cuando todo estaba por hacer» parecía misión complicada que unos árboles con vocación de siglos se anclaran con firmeza. Ahora, de las noventa secuoyas —52 gigantes y 38 rojas—, algunas han alcanzado los cuarenta metros. Y los chopos, que ya estaban ahí, se acercan a los cuarenta y cinco. El terreno está poblado de ejemplares de especies supervivientes: mientras la inmensa mayoría de olmos del resto del país han ido cayendo por las plagas, los cuidadores del campus han conseguido salvar algunos de los suyos. También de habitantes exóticos como las metasecuoyas, una especie redescubierta en 1946. En las Facultades Eclesiásticas, las palme-

ras rodean el edificio; durante un tiempo estuvieron acompañadas por higueras, mucho más corrientes pero también con simbolismo bíblico, que finalmente se helaron. Hay árboles de crecimiento lento y belleza solemne, como los magnolios y las encinas. Los cipreses, en cambio, ascienden deprisa, se dejan podar y llevar donde la mano experta quiera. Los jardineros ponen de su parte pero, llegado un punto, es labor de los árboles ocuparse de su propio crecimiento: la lucha por la luz de sus ramas y el trabajo oculto de las raíces, como un bosque subterráneo, buscando el sustento, siguiendo el rastro del agua y los nutrientes necesarios. «Los árboles son la permanencia del jardín», dice Noel Clarasó, y añade: «Nosotros pasamos por el árbol: somos un momento de la vida del árbol». Como también los profesores son un momento en las vidas de sus alumnos. El campus no es solo un escenario para acompañar los trayectos entre un edificio y otro. «A la inmensa mayoría de estudiantes que han vivido la Universidad, lo que les queda de su paso es el recuerdo de algunas personas concretas y del campus», afirma Carlos Soria. Y continúa: «Eso es porque él tiene una enorme capacidad de comunicar. La belleza, la armonía, la sinfonía de colores… Él no es un profesor al uso, no nos forma; nos formamos nosotros en contacto con él». A Soria no se le escapa que hay mil historias que él no conoce pero el campus sí. No son solo recuerdos —aquí vi por primera vez a aquella chica, allí me dijeron que había aprobado aquel examen, bajo esa sombra recibí aquella noticia— también es un pensadero, un disparador: ahí me senté y tomé esa noche una decisión que cambió mi vida, frente a este árbol me desahogué de una pena enorme, reclinado en el tronco de un cedro recuperé la paz que me faltaba.


SABER MÁS

Mirar de nuevo el campus raíces que permiten volar. De esta tierra que ha visto crecer, Carlos Soria se recrea en el camino que baja desde la ermita hasta el puente de los Suspiros: «Quizá no es la zona más bonita, pero es la que tiene más historia: al recorrer esos metros pisas sobre las huellas de los viandantes que desde hace cientos de años se dirigen a Santiago. Ahí, en el crucero del campus, el peregrino se despide de Pamplona». También tiene querencia hacia los olivos de la explanada frente al edificio de Comunicación, desde donde se ven los montes, el valle entero, y se ofrece en cada estación una panorámica espectacular. El curador del campus sigue soñando. Sueña con un campus sin coches, con transformar el asfalto en praderas; sueña con un río limpio y saneado, con riberas cuidadas con mimo. Dice que «hace falta soñar» que la zona de arriba y la de abajo queden entrelazadas más fácilmente, una solución que sume belleza y unidad. Aunque el campus no necesita llaves ni candados, porque es libertad y es para todos, Carlos Soria imagina también puertas de naturaleza que den la bienvenida y acojan. Es verano de 2021 y Patxi se encuentra arremangado en medio de las obras del paseo nuevo que unirá a partir de otoño el campus con el barrio de Iturrama, un corredor, un puente que vincula, aún más, la Universidad con el resto de Pamplona. «Todo el que ama su jardín crea en él algo nuevo», escribe Clarasó. Quien lo soñó primero; las manos que lo forjaron y lo construyen; quien veló para que fuera lo que estaba llamado a ser; quienes aprenden y se enamoran entre sus colores y sus melodías; los que enseñan en sus edificios y en sus praderas; los que levantan la vista de sus puestos de trabajo y una chispa de belleza les ayuda a seguir con su labor; los paseantes vespertinos, los peregrinos… El campus respira libertad para que cada uno de ellos aporte la novedad de sus vidas. Unas vidas que, como el campus, ya son pero se van haciendo. Nt

El campus de la Universidad de Navarra Carlos Soria Fotografías: Manuel Castells, Elena Moreno, Fernando Pagola, Valentín Vallhonrat Ilustraciones: María José Cruz, Martín Zalba Eunsa, 2021 312 páginas, 29,90 euros

No es la misma mirada la de quien llega al campus de la Universidad por primera vez, la de aquel para quien es su segunda casa —o primera— o la de quien vuelve tras unos años y los pinos, las hayas y los cerezos le despiertan recuerdos. No es la misma mirada tampoco la que se le dirige a este bosque de secuoyas —antiguas tierras de secano— tras leer El campus de la Universidad de Navarra, de Carlos Soria. Desde la primera plantación en los terrenos enfrente de Belagua, como una especie de tesina de lo que sería el campus, Soria recorre las peripecias vividas por los árboles nuevos y los que ya estaban —chopos y plátanos— y por los jardineros que supieron transformar estos terrenos de cereales. A ellos les dedica el libro. También hay páginas para los otros protagonistas: los árboles, con una visión nueva, intimista, desde dentro. Son doce los elegidos por los jardineros: un ginkgo, un olmo, un magnolio, dos cedros atlántica (uno de ellos, el «árbol decano») y un cedro deodara, un roble común, una secuoya gigante y una roja, un haya roja, una metasecuoya y los chopos lombardos. Soria y los cuatro fotógrafos no entran en los edificios —eso queda quizá para un segundo tomo—, sino que el campus se convierte en cicerone que señala dónde dirigir la mirada, dónde detenerse, cuándo apresurar el paso, en qué rincón descansar. El ginkgo biloba en pleno esplendor dorado como portada del libro no ha sido elegido al azar: es el árbol por el que Carlos Soria tiene predilección, porque «los primitivos ginkgos vieron pasear a los dinosaurios, y al mirarlo uno siente que 250 millones de años le contemplan». La misma sensación que se experimenta al observar el cielo constelado una noche, como recomienda José Luis Comellas, profesor de la Universidad en sus primeros años recientemente fallecido, en las últimas páginas de este libro que no llegó a ver terminado.


Campus Alumnos con visión 360o

La mejor versión de Carlota La Universidad de Navarra quiere poner el acento en que su formación, durante los próximos cinco años, sea una «educación transformadora». A través del diseño de experiencias de aprendizaje, el centro académico promueve que sus alumnos desenvuelvan su personalidad en situaciones dentro y fuera del aula que los hagan competentes, críticos, con visión integradora, autónomos, con sentido de servicio y preparados para un mundo sin fronteras. Así es el graduado ideal. texto Redacción NT

«hoy me va a dar un ictus», comentó de pasada una empleada de la Universidad en la redacción de Nuestro Tiempo. Un alumno levantó la vista del iPad con horror y extrañeza. La sonrisa de ella le dijo que no debía preocuparse. De vez en cuando colabora como paciente en algunas asignaturas de Medicina. Esta metodología —que se conoce como simulación docente— consiste en crear experiencias profesionales controladas. En las carreras sanitarias, actores voluntarios siguen un guion y sufren un ictus o son víctimas de violencia de género o van a morir de cáncer. Entran en la consulta y los alumnos deben hacerse cargo, diagnosticarlos o darles malas noticias. Es mejor equivocarse aquí; en la vida real será más duro. Lo que se logra en estas simulaciones es diseñar una experiencia formativa. ¿Qué pasaría si la Universidad se propusiera hacer lo mismo a gran escala? Orquestar, durante lo que dura un grado, una serie de situaciones que preparen a los alumnos para un futuro apasionante. A esta labor demiúrgica se ha lanzado la Universidad bajo el lema «Educación transformadora», uno de los tres ejes sobre los que se asienta la Estrategia 2025, el gran proyecto del centro académico para este lustro. Pongamos que se llama Carlota. Empezará Arquitectura en septiembre. ¿Cómo será cuando deje atrás el campus? Como si avanzara en un videojuego, tendrá que pasarse todas las pantallas; adquirir una serie de conocimientos y competencias que lleven a definirla con estos seis rasgos: será una joven competente, crítica, con visión integradora, autónoma, con espíritu de servicio y visión global. Para lograrlo, Pablo Sánchez-Ostiz, vicerrector de Ordenación Académica, señala en Docencia Rubic (Eunsa, 2020) que «el papel del docente debe mutar poco a poco, con realismo y humildad: desde el rol de transmisor de conocimiento a uno de diseñador de experiencias de aprendizaje». «No se trata de montar performances en clase para divertir al alumno —puntualiza—, sino de promover que se enfrente con los problemas; hacerlo sufrir no en solitario, sino en equipo, hasta llegar al eureka. Entonces les habremos enseñado a nadar y no solamente a estar en el agua». más allá de la clase magistral. En su primer día de Anatomía Arquitectónica, Carlota vería entrar, encorbatado, al profesor Héctor García-Diego. Con cierta pompa anunciaría que se ha cometido un asesinato que deben resolver. «Ellos piensan que se han equivocado de aula —sonríe él—, que es una broma». En realidad es el primero de los Arquicrímenes, «un


misterio en el sentido más tradicional, a lo Agatha Christie. Cinco arquitectos —explica García-Diego— son convocados en la Casa de Cristal de Philippe Johnson, que esa noche aparece asesinado. Entre las paredes de cristal del edificio, todo el mundo se ve constantemente». La arquitectura es la protagonista del juego. «Hay cuatro momentos en los que tienen que dibujar dónde está cada uno, y eso resulta fundamental para resolver el misterio. No pueden ganar si no conocen perfectamente el edificio y a sus protagonistas: hay dibujo, historia, anatomía arquitectónica…», argumenta. Pero él pretende estimular no solo la parte intelectual de sus alumnos, sino también la afectiva. «Cuantas más ganas y motivación tiene un alumno, más se multiplican sus posibilidades de aprender», asegura. Con esta aparente boutade, los futuros arquitectos participan de una filosofía de la educación basada en una simbiosis entre conocimiento y competencias, dos elementos que «se han planteado en términos de exclusión —según Pablo Sánchez-Ostiz—, pero es imposible obtener competencias sobre el vacío, si no están basadas en conocimientos». Las competencias son «hábitos de la persona que la capacitan para el ejercicio de la profesión al tiempo que forjan un carácter que aporta equilibrio, integridad y desarrollo personal», tal y como se definen en Docencia Rubic.

para aprender, servir. Supongamos que nuestra Carlota, que viene de otra ciudad, cambia de piso en tercero de carrera. Y que la casera no quiere devolverle la fianza porque asegura que le han roto el lavaplatos, que tiene doce años y hace dos que solo funciona si le incrustas un tenedor en el botón. Para evitarse el gasto en abogados, nuestra alumna podría recurrir a Asesoramiento Jurídico para Alumnos (AJÁ), una iniciativa que ideó el profesor Javier Fajardo, de la Facultad de Derecho, en 2013. El titular de Derecho Civil ofrece a sus alumnos internos una experiencia laboral como casi-abogados de sus compañeros que lo necesitan y, en general, de cualquiera que se lo pida. Una de ellas es Natalia López Jaramillo [Fia Der 22]. A lo largo de este año ha atendido desde una migrante a quien su jefa pretendía echar sin motivos hasta un chaval multado con tres mil LAS COMPETENCIAS SON «HÁBITOS DE LA PERSOeuros por organizar una fiesta. El profesor Fajardo les asigna un caso NA QUE LA CAPACITAN a Natalia y a su compañera Paula Salar- PARA EL EJERCICIO DE te [Fia Der 22]. Después de estudiarlo, LA PROFESIÓN AL TIEMhablan con el cliente y con la otra parte. PO QUE FORJAN EL CA«El objetivo es no llegar a juicio —explica RÁCTER». Natalia—. Nuestras clases de Procesal siempre empiezan con “Intenten la conciliación”, pero a eso le dedicas dos minutos». Ellas no podrían defender al cliente ante un tribunal, pero obtienen un gran aprendizaje por el camino y prestan un servicio a personas sin recursos para costearse un litigio, como un chico extranjero que necesitaba urgentemente una tarjeta sanitaria y no la conseguía por sus propios medios. Natalia y Paula, sin embargo, lo lograron. «El espíritu de servicio es clave —explica Sánchez-Ostiz— porque compromete al alumno con la sociedad. Se trabaja a través de iniciativas en las que los estudiantes tratan de solucionar problemas reales, actuales y cercanos». Hay proyectos de aprendizaje-servicio en casi todos los grados de la Universidad, como

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Campus Alumnos con visión 360o

esa asignatura en la Facultad de Comunicación en la que se producen documentales solidarios para concienciar sobre la discapacidad, la ludopatía o la contaminación. O aquellos alumnos del diploma en Arqueología que diseñaron un juego para hacer más didáctica y atractiva la visita de turistas a la ciudad romana de Santa Criz de Eslava (Navarra). montar un puzle. «Cuando hacemos un puzle no vamos pieza a pieza —asegura Sánchez-Ostiz—. Separamos las del contorno, las del interior; y estas las agrupamos por colores y formas. ¡Pero necesitamos el contexto! Antes de nada hemos de tener clara la imagen completa. Es absurdo no mirar primero la tapa». Lo dice a propósito de una de las competencias que la Universidad quiere potenciar: el pensamiento integrado. «¿Por qué empezamos por la lección primera sin tener antes una visión de conjunto de las quince unidades temáticas?», se interroga el vicerrector. La idea de un conocimiento integrado se rebela, en concreto, contra las unidades de aprendizaje entendidas como compartimentos estancos, que Sánchez-Ostiz quiere convertir en vasos comunicantes. Esta comunicación se puede dar entre la teoría y la práctica, entre una asignatura y otra, entre grados. Uno de los ejes en este proyecto es el Instituto Core Curriculum, que se encarga de impartir formación transversal a todas las carreras a través de asignaturas de Antropología, Ética y Claves Culturales. «El Core Curriculum no es un añadido a los distintos grados, sino su cimiento», afirma con convicción. Dos de las muchas iniciativas orientadas a generar vasos comunicantes son especialmente significativas: los currículos integrados en Diseño y Medicina. Este último se puso en marcha en septiembre de 2020 después de dos años de trabajo en colaboración con el equipo de la Harvard Medical School. Aunque fue el grado en

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Diseño el que abrió camino en 2016: una carrera que funciona por proyectos, tres cada semestre. Todas las asignaturas se orientan al mismo, aunque luego cada docente evalúa los conocimientos y competencias que le corresponden. Javier Antón desarrolló con otros profesores de la Escuela de Arquitectura este plan de estudios. «El plan integrado funciona mucho más como la vida real», afirma en conversación con Nuestro Tiempo. El profesor LA IDEA DE UN CONOCIsostiene que, frente a los compartimen- MIENTO INTEGRADO SE tos estancos de la formación clásica, «la REBELA, EN CONCRETO, integración es necesaria porque se toman CONTRA LAS UNIDADES decisiones híbridas, que afectan a varios DE APRENDIZAJE ENTENámbitos». Según cree, este modelo obliga DIDAS COMO COMPARTIal alumno a tener su criterio, a asir las MENTOS ESTANCOS. riendas de su educación, porque «si cada profesor les aporta un enfoque distinto, a veces incluso contradictorio, no les queda más remedio que asumir determinaciones respecto al proyecto de un modo muy autónomo». una chica con criterio. ¿Se puede innovar en la metodología y al mismo tiempo potenciar en los alumnos el pensamiento crítico? Eso se propuso el profesor José Javier Azanza, de la Facultad de Filosofía y Letras. «Decidí adoptar el formato debate —explica— en el que los pintores Caravaggio, Rubens y Rembrandt, con su grupo de asesores y de personajes acompañantes, se disputasen durante dos horas la hegemonía de la pintura barroca europea». Por eso un día, de golpe y porrazo, Leyre Santos Vidal [His Com 22] se vio disfrazada de María de Médicis. «Y mi amigo Andoni era Rubens», explica,


FORO INNOVA

Contra el profesor tiktoker Al hablar de innovación docente solemos pensar que se trata de la aplicación de nuevas tecnologías en las aulas. Sin embargo, el III Foro Innova —un encuentro de profesores de la Universidad, organizado en junio por el Servicio de Calidad e Innovación para pensar en cómo mejorar la docencia— estuvo plagado de ejemplos innovadores que ponen el énfasis en seis competencias clave para los próximos años: integración de conocimiento, espíritu de servicio, competencias, internacionalidad, pensamiento crítico y autonomía del alumno.

Los vídeos y ponencias de la sesión pueden consultarse en unav.edu/web/ calidad-e-innovacion/foro-innova

divertida. En su momento pensó que los universitarios deberían escribir ensayos, artículos técnicos, pero, «mirándolo en retrospectiva, lo que mejor recuerdo de la asignatura es lo relacionado con esta experiencia teatral. Investigamos muchísimo, profundizamos durante dos meses enteros». En la formación del criterio y en la autonomía del alumno resulta una herramienta muy útil el asesoramiento, que, según la web de la Universidad, proporciona al alumno consejo y orientación para que pueda desarrollar todas sus potencialidades; que facilita descubrir horizontes más allá de los estrictamente académicos: la vida cultural, el deporte, la solidaridad y el desarrollo personal. «Esto debería ser la bandera de la Universidad de Navarra —dice el profesor Ricardo Piñero en su despacho, que parece la sala de espera de la sabiduría—. Al venir aquí te tendrían que decir: “Te damos una vacuna del covid y un mentor”». Él es un forofo no solo por la cantidad de horas que dedica a esta labor sino, sobre todo, porque vio cómo el asesoramiento transformó a su hijo. Los dos llegaron a la vez a la Universidad: su hijo como estudiante de primero de Química y él como profesor de la Facultad de Económicas. «Yo aprendí el asesoramiento de manera especular de cómo lo vivía mi hijo, que vino a la Universidad siendo un señor X y ahora es un químico muy majo, entre otras cosas gracias a su mentor», ríe. A nuestra Carlota le ofrecerán, desde primero, este servicio, que se mejoró el curso pasado dentro de un programa llamado Tu&Co, que básicamente es la aplicación de ciertas técnicas de recursos humanos a esta oferta formativa. Los alumnos que quieren participar realizan una autoevaluación por competencias, y ese mismo cuestionario lo rellenan amigos, profesores y familiares. Uno descubre, en primer lugar, si se conoce a sí mismo, además de cuestiones como si

mantiene un sano equilibrio emocional o si sabe gestionar su tiempo. Sobre ese mapa de competencias, alumno y asesor trabajan para mejorar los aspectos débiles. Ricardo Piñero usa tres palabras para describir las relaciones mentor-alumno: intimidad, sinceridad y amistad. «No vienen aquí a que les explique la lección en la que tienen dudas. Abren esa puerta y me cuentan que su padre no sé qué o su novia no sé cuál…», asegura. «Vete tú a saber por qué razón alguien te abre parte de su intimidad. De pronto te comparten un depósito que tienen muy dentro. Me dicen: “Tengo este problema”». Y él pone toda su atención y trata de ayudar. «Hay dos modos de hacer universidad —señala el filósofo—: por correspondencia, donde vas a clase y ya está, o esto que se hace en otros sitios y aquí, donde el profesor forma parte integral del desarrollo del estudiante y el alumno es parte de la vida del profesor». Cuando un asesorado de Piñero se gradúa, él siente que se le va un amigo. Algunos lo invitan a su boda. Muchos le escriben años después para contarle que han cambiado de empleo. Eso le podría ocurrir a Carlota. «Y yo nunca pienso: “Y a mí qué me importa”, sino que recuerdo la primera vez que vino a mi despacho y me tomé un café con él», dice, nostálgico, el profesor. Eso es una educación transformadora. Nt


MIND THE GAP Amaya Vizmanos

Superpoderes

Nos pasamos la vida en busca de superpoderes, admirando la infinitud de virtudes de los demás y las promesas increíbles de la tecnología. Sin embargo, no hay que ser un superhéroe para tenerlo todo. Basta con descubrir que en cada uno yace un arma infinitamente poderosa que puede usarse cada día.

E

aventura a través de la mirada, la ventana por la que nos asomamos al mundo. Hay días en los que todo parece gris, insípido. Pero, si nos frotamos un poco los ojos, descubriremos que el mundo no ha cambiado, pero sí nuestra forma de verlo. Sobre los demás, la mirada también tiene un efecto transformador. Cuando alguien nos mira con recelo, hace que nos cerremos en banda. De repente, nos dan ganas de esconder lo bueno que tenemos. En cambio, cuando uno se descubre en una mirada de cariño o admiración, su corazón explota. Se anima a escuchar, a compartir, a desvelar todas sus virtudes. Como dice Mariolina Ceriotti: «Es la mirada de la posibilidad, que mantiene abierta la esperanza en el futuro, y por eso mismo lo hace posible». ¿Y sobre uno mismo? Estamos acostumbrados a mirar, pero nos olvidamos de mirarnos. Y no me refiero a comprobar en el espejo si se nos ha movido el peinado o si combina bien la ropa. La mirada hacia uno mismo implica el reconocimiento personal y nos mueve a descubrir no solo quiénes somos, sino cómo queremos ser. Porque el sentido no está fuera, sino en el interior. No hay que mirarse al ombligo, sino a las entrañas. En el futuro, la tecnología nos hará capaces de volar como Superman, tener una fuerza infinita como Hulk o correr más rápido que la luz como Flash. Pero ninguno de esos superpoderes bastará para transformar el mundo, a los demás o a uno mismo, porque es algo que solo se puede alcanzar si somos capaces de enfocar nuestra mirada. Qué suerte que cada mañana se nos brinde la oportunidad de abrir los ojos.

L MUNDO DE HOY parece irreconocible frente a la sociedad de hace unos siglos. Gracias a la tecnología y al progreso, todo avanza a una velocidad supersónica. No hay tiempo ni para pestañear. El hombre contemporáneo ha sido capaz de inventar infinitas Amaya Vizmanos Larráyoz [Eco Der 25] impulsó la iniciativa #Yoteayudoherramientas e instrumentos que le permiten hacer cosas ini- conlasele, galardonada en la convocatoria Universidades Excelentes del periódico El Mundo. Desde noviembre de 2020 forma parte de Nova, una red global maginables años atrás. Podemos saber qué pasa en cualquier rincón del mundo a un solo clic, comunicarnos con personas a de talento, y este curso la consultora estratégica McKinsey & Company le ha miles de kilómetros, gestionar millones de datos en segundos otorgado un premio que apoya el desarrollo del liderazgo. y desafiar las leyes de la física. Sin embargo, por muy deslumbrantes que percibamos estos avances, son minúsculos si los comparamos con nuestro superpoder natural: la mirada. LA PREGUNTA DE LA AUTORA Una mirada que pregunta, que busca, que conoce y que cuida. Una mirada que es perY tú, ¿cómo eliges mirar? sonal y única. Que es auténtica. Una mirada que va más allá de lo material, puesto que intuye algo más profundo que simplemente la acción de ver con los ojos. Quizá a eso se refería el principito cuando decía que «lo «Mind the gap» es una sección de opinión en esencial es invisible a los ojos», porque «no la que Nuestro Tiempo abre sus páginas a los @NTunav se ve bien sino con el corazón». ¿Qué poder estudiantes que deseen participar. Constituye Opine sobre este asunto en tiene la mirada sobre el mundo, sobre los una oportunidad para mostrar una voz joven Twitter. Los mejores tuits se demás y sobre uno mismo? sobre los grandes temas que laten en el mundo publicarán en el siguiente número. El ser humano es abierto, se encuentra contemporáneo. Puedes enviar tus colaboraciocon una realidad que le invita a conocerla. Y nes a nuestrot@unav.es para que la redacción uno, movido por el asombro, se lanza a esta las valore. 76—Nuestro Tiempo  verano 2021



ALUMNI

Laura Ferrero «El amor se escribe poco a poco y con buena letra» El alma sensible de Laura Ferrero (Barcelona, 1984) casi se sorprende del éxito de sus libros. El último de ellos, La gente no existe, es un breviario de cuentos afilados que ha rendido a la crítica a sus pies. Y, sin embargo, Ferrero es ajena al triunfo. En la mujer que es ahora afloran a ratos la niña que guardó en un cajón —todavía está ahí— su primera novela y la estudiante que en Pamplona vibró leyendo a Carver y escuchando a Alejandro Llano. En esta conversación, llena de dudas, habla de la vida —de la suya—: amor, literatura y corazón universitario. texto Bea Jiménez Nácher [His Com 20] fotografía Íngrid Ribas [Com 12]

cuando laura ferrero [Fia Com 04] tiene que rellenar algún formulario en el que se pregunta por la profesión, siempre pone una cruz en la casilla de «Otros». Ha publicado cuatro libros: Piscinas vacías (Alfaguara, 2015), Qué vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara, 2017), El amor después del amor (Bridge, 2018) junto con el ilustrador Marc Pallarés, y La gente no existe (Alfaguara, 2021). Podría decirse que es escritora, periodista y filósofa, porque se licenció en las dos últimas en la Universidad de Navarra. Pero realmente no es ninguna de las tres cosas. Lo mejor que define a esta barcelonesa, nacida en 1984, es una imagen: el mar. Laura es horizonte de búsqueda, un espejo en el que mirarse para comprenderse y alguien que nada en la cotidianidad. 78—Nuestro Tiempo  verano 2021

Alfaguara llamó a Laura tras el éxito de la venta online de una obra suya que se autoeditó y publicó en la plataforma megustaescribir.com. Fue un salto al vacío desde un acantilado pero, al cabo de una semana, y sin el salvavidas del marketing, el título Piscinas vacías se situó entre los treinta más vendidos de Amazon. Enseguida los lectores conectaron con esa serie de relatos sobre los silencios que todos llevamos dentro. Seis años y tres libros después, Laura se ha convertido en una joven referencia literaria en España. Lectora voraz de niña, pronto descubrió que la escritura sería su «forma de estar en el mundo»​​. Puso el punto final a su primera novela con quince años, un texto que permanece en la oscuridad desde entonces. «Nunca la publiqué —dice—.

La tengo guardada en el mismo cajón de siempre». En 2013 empezó a coleccionar píldoras reflexivas y literarias en el blog «Los nombres de las cosas». Gracias a ellas fue perdiendo, poco a poco, el miedo a exponerse y compartirse con los demás. Su último libro, La gente no existe, debería haberse publicado en junio de 2019. De hecho, todos los relatos estaban escritos antes del confinamiento. Salvo uno. A finales de marzo su abuela Elisa «dejó de existir». Estaba ingresada en el Hospital de Sant Pau y una mañana la prueba de coronavirus dio positivo. No pudo despedirse de ella. «Lo único que me quedaba para superar la tristeza eran las palabras», afirmó entonces Laura. «La trenza» es uno de los diecisiete cuentos en los que la autora se pregunta, como afirmó durante una entrevista concedida a El Cultural en enero, «cuánto estamos vivos, realmente aquí» o, dicho de otra manera, «qué es lo que nos hace estar vivos». Tras seis años de recorrido en la industria literaria, Ferrero compagina su escritura con otras pasiones, como el cine y los viajes. También escribe guiones. Actualmente, se encuentra centrada en su próxima criatura de papel, que recoge toda una vida en un viaje al presente con tintes muy personales. Tu forma de escribir tiene algo de inocente y puro que evoca la niñez. ¿Cómo te ha marcado esa etapa iniciática? Hay unos versos de Louise Glück que dicen «Miramos la vida una sola vez, en la infancia. El resto es memoria». Gran parte de nuestra historia está determinada por


Laura Ferrero acaba de publicar su último libro, La gente no existe. esos primeros siete años y por el primer mundo al que pertenecemos, que es la familia. Algunos opinan que nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pues yo creo que no: que es la que nos toca y hacemos con ella lo que buenamente podemos. La infancia puede ser un paraíso o un infierno. Con los años, a veces hay que volver allí para arreglar determinados capítulos de los que ni siquiera eras consciente de que ocurrieron en ese momento. Mis padres se separaron en los ochenta. Entonces la gente no se sabía separar. Ahora hemos aprendido que los niños son lo más importante. He pensado mucho en mi infancia para reelaborarla. He escrito sobre eso para entender a la niña que fui. Desde los once años, me he entendido a través de las palabras. ¿Te acompañó la escritura también durante los años de efervescencia en el campus? En esa época sentía la obligación de vivir al máximo, de hacer muchas cosas, y eso,

en ocasiones, me complica la escritura. No porque la escritura no me conecte con la vida, sino porque escribo desde otro punto, desde la introspección. La gente con capacidad para estar sola tiene esa ventaja respecto a quienes nos cuesta más. Escribí muchos textos de búsqueda. Durante varios veranos colaboré de voluntaria en Chad, Etiopía y la India. Con frecuencia me preguntaba «¿Qué hacemos aquí?». Y me asombraba comprobar cuántas maneras había de vivir. Siempre he tenido la sensación de que nos falta pausa, y aquellos viajes me daban la oportunidad de parar. Conservo muchísimos diarios y reflexiones de entonces. La escritura me ha servido para pensar la vida, para vivirla dos veces. ¿Qué emociones sientes al recordar tu paso por la Universidad? Tengo un gran recuerdo de esa etapa. Estudiar Filosofía me marcó. Aprendí a pensar, me enseñaron que en la vida siempre hay más de un camino... y a no quedar-

me con el más obvio. Eso me ha llevado a tomar buenas decisiones. Deberíamos dar más peso a las humanidades. La única asignatura que he suspendido ha sido Lógica [Ríe]. Cuando ajustas el retrovisor, ¿distingues la huella de algunos profesores? Álvaro de la Rica y Antonio Martínez Illán son dos grandes maestros que me aportaron mucho literariamente. Me hablaron por primera vez de Carver. En mis primeros trabajos literarios me ayudó mucho Álvaro de la Rica. Alejandro Llano me encantaba. Esas personas cimentaron buena parte de mis intereses. A propósito de Carver, decía sobre la ternura en uno de sus poemas: «Es el don que me conmueve, que me sostiene, esta mañana, igual que todas las mañanas». En tu último libro miras con ternura a tus personajes, como la mujer que se enamora de su vecino al verle regar sus plantas. verano 2021  Nuestro Tiempo —79


Alumni Entrevista

Siempre reivindico la ternura, porque la hemos olvidado y solemos confundirla con la cursilería. La ternura es muda; la cursilería, ruidosa y latosa. En ese relato me parece tierno constatar que muchas veces nos enamoramos de lo que necesitamos encontrar, de lo que nos falta. A esta mujer, en el fondo, le da igual quién sea el tipo, eso es anecdótico: va a comprar hasta el último detalle de la fantasía. Ella enfatiza que se ha separado y que es una mujer nueva pero, en realidad, sigue siendo la misma. Me parece muy tierno ver cómo pasan los años y seguimos siendo los mismos niños que éramos. Hay un punto nostálgico e incluso doloroso en lo que comentas. La única canción que me ha hecho llorar [Se refiere a «Criticarem les noves modes i pentinats» —«Criticaremos las nuevas modas y peinados»—, del grupo Manel] habla de algo que me obsesionaba cuando escribí Piscinas vacías: la posibilidad de casarse con una persona y estar toda la vida pensando en otra. ¡Es una pesadilla! Me dio por esa angustia cuando era más pequeña. Esas dobles vidas que veía en las películas me provocaban terror. Has citado en alguna ocasión este poema-canción de Cristina Peri Rossi: «Líbranos, Señor, de encontrarnos años después con nuestros grandes amores». ¿Es el reencuentro uno de tus temas favoritos? Defiendo las segundas oportunidades, pero no las terceras. No estoy de acuerdo con lo de «las segundas partes nunca fueron buenas». Si realmente te quieres olvidar de algo, debes darle una segunda oportunidad sabiendo que no habrá una tercera. Quedarse con la duda de que algo pudo ser diferente es de las peores cosas. Darle vueltas al qué hubiera pasado sí me parece una forma de no estar vivo del todo. ¿Se ha transformado tu visión del amor? 80—Nuestro Tiempo  verano 2021

Supongo que antes lo idealizaba. Había visto muchas películas en las que los trenes pasan solo una vez. Creía en el amor escrito en neones fluorescentes, en los grandes momentos de la vida con alguien, como la boda. Quizá estoy un poco desengañada, pero ahora pienso en el amor en prosa, que se escribe poco a poco y con buena letra. Tiene una parte de milagro encontrar a una persona y decidir pasar la vida con ella, pero es algo mucho más cotidiano y se demuestra todos los días. Ahí está la clave.

«La infancia puede ser un paraíso o un infierno. Con los años, a veces hay que volver allí para arreglar determinados capítulos de los que ni siquiera eras consciente» «Estudiar Filosofía me marcó. Aprendí a pensar, me enseñaron que en la vida siempre hay más de un camino»

«Reivindico la ternura, porque la hemos olvidado y solemos confundirla con la cursilería. La ternura es muda; la cursilería, ruidosa»

¿El enamoramiento tiene fecha de caducidad? El enamoramiento es como si estuvieras drogado. El cerebro produce una sustancia, como cuentan médicos y psicólogos, que genera esa sensación. ¡Sería insostenible estar en ese estado toda la vida! Es cansado vivir todo el rato en esa intensidad. Aunque sí es un principio para cimentar una historia. ¿Cuál fue el primer libro que te marcó? Uno que se titula El dios de las pequeñas cosas [de la escritora Arundhati Roy]. Había ganado el Premio Booker en 1997 [uno de los galardones literarios más prestigiosos de habla inglesa], aunque con doce años yo no sabía ni lo que era. Lo vi anunciado en unas marquesinas en el metro. Trataba sobre la India y me alucinó. Es la historia de dos gemelos separados durante mucho tiempo. Me pareció espectacular, y por eso nunca lo he vuelto a leer: me da miedo que no sea el mismo libro. Tus textos también hablan de las pequeñas cosas... Con quince años escribí mi primera novela [no la ha publicado], que fue precisamente una respuesta a la obra de Roy. Porque por primera vez pensé en las pequeñas cosas. Incluso en tu forma de hablar del amor. Con gestos desapercibidos. ¿Qué es el amor? Son gestos. Creo que estamos esperando que nos quieran como queremos. Y queremos como podemos. Un psicólogo me preguntó: «¿Te quiere tu padre?», y yo le dije: «Por supuesto». Él insistió: «¿Cómo lo sabes?». Y, claro, ¿lo sabes porque te da cincuenta euros?, ¿o por cómo te mira orgulloso? Todo está en los gestos. Al hacerte mayor descubres las cosas que dan sentido. Cada uno demuestra el amor como puede, con más o menos suerte. Para mí es un pensamiento liberador porque sabes que no tiene que ver contigo,


¿Han logrado entenderse la niña, la joven y la mujer que eres? Sí, pero me hubiera gustado hacer determinados procesos en su momento. Y de repente es ahora. Resulta complicado porque, cuanto mayor eres, has dejado que pase más tiempo y se te ha ido más de las manos.

La escritora barcelonesa prepara una nueva novela inspirada en su familia. es un aprendizaje. Y nos pasamos la vida en ello. La frase que más repito es «Cada uno hace lo que puede». ¿Es tu secreto para comprender al otro y sus circunstancias? Eso se llama empatía: sentarte a escuchar a alguien y entender que hizo lo que pudo. Probablemente no te parezca suficiente. Es un gran aprendizaje y me sirve para no enfadarme. En una entrevista dijiste que hay que «amar a fondo perdido». Pero una cosa es comprender y otra amar. Hay situaciones para pensar «Mira lo que me ha hecho» y defender el amor propio. Sin embargo, en otros momentos tienes que querer a fondo perdido. Es una frase bonita, en el sentido de saber soltar cosas y mostrar la propia vulnerabilidad. Cuesta hacerlo, pero ahí estamos. Corren rumores de que estás escribiendo otra novela. ¿Es cierto?

Lo de las novelas es un proceso tan largo, tan difícil… Nació hace dos años, pero la dejé. Es una novela autobiográfica que empezó como una investigación familiar. Estoy documentando las cosas y resulta superinteresante trabajar de esta manera. ¿Cómo llevas vivir entre el ayer, el hoy y el mañana? Me encantaría decirte que me muevo en el ahora, pero yo habito mucho en el pasado. Me di cuenta escribiendo la novela, cuando llevaba ochenta páginas y tenía que definir qué le iba a pasar a la protagonista. Y es raro, porque la protagonista soy yo. A la vez estaba haciendo un guion [para una serie basada en su relato «Sofía», incluido en Piscinas vacías] y en ambos trabajos me pasaba lo mismo: intento saber siempre de dónde vengo pero luego me pierdo en el presente. Reivindico el hecho de estar conectada, me gusta estar presente en cosas, pero a largo plazo no sabría decir nunca hacia dónde estoy yendo.

¿Escribes para ti o para los demás? Antes buscaba aprobación: quería gustar. Pero cuando tu trabajo tiene una faceta pública es mejor que te olvides de eso o te pasarás el día preocupada. No puedo controlar lo que los demás piensan de lo que hago. Yo intento hacer las cosas por mí, y hacerlo lo mejor posible. Es algo que me ha costado mucho. Escribir relatos en España implica, de entrada, que vas a vender poco. Y más si no hablas de los temas de los que todos hablan en este momento. Parece que se ha convertido en una moda tratar con demasiada ligereza temas sensibles que se deberían cuidar, como el hecho de haber sufrido una violación. La vida iría mucho mejor si fuéramos capaces de sentarnos a hablar de todo. ¿Se podría decir que tu mirada es micro? Yo creo que escribo para un público reducido, desde una mirada de empatía y comprensión. Escribir es la manera que tengo de entender el mundo y entenderme a mí, y todo forma parte de un proceso interior. Por eso me da pena que en el panorama literario a veces no se deje espacio a lo minoritario y se preste más atención a lo que hace más ruido, a lo que busca la industria por seguir tendencias. Y no lo digo solo por mí, sino por otras personas que pierden la posibilidad de contarse por ir a contracorriente. Digo mucho que la memoria es el gran editor de nuestras vidas porque lo más natural es que tengamos deseo de contarnos, de mirar atrás y dar con nuestro relato. Nt

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Alumni Carta desde... Nueva York

Un americano «haciendo las Américas» La estancia de doctorado que realizó José Vázquez [Hum 09 MGCO 10 PhD His 15] en Nueva York en 2011 preparó el terreno para su aterrizaje, cinco años después: un sueño cumplido en la ciudad que nunca duerme. texto José Vázquez

nueva york [ee. uu.]. cuando en 2011 comencé la tesis tenía en mente una misión clara: preparar un desembarco en el país de Tío Sam. Washington y Nueva York me atraían por su importancia en las discusiones de impacto global y la presencia de organismos internacionales. Además, esta nación ha acogido a varios miembros de mi familia procedentes de Ecuador y les ha dado oportunidades de progresar. La Universidad de Columbia —alma mater de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de Estados Unidos— me abrió sus puertas en 2013 para ahondar en pensadores políticos, ya que realizaba mi doctorado sobre el catedrático Ángel López-Amo (1917-1956) y la legitimidad de la monarquía española. En aquella estancia conocí a profesores, políticos y diplomáticos y contacté con profesionales de la arena internacional y del sector privado. Pasaba los días entre el estudio de archivos, la lectura de autores censurados en época franquista, la asistencia a seminarios y la preparación 82—Nuestro Tiempo  verano 2021

de entrevistas para conseguir un trabajo tras la tesis. Juan Bosco Molina, profesor de la Escuela de Arquitectura recientemente fallecido, fue mi mentor durante el proceso de búsqueda de empleo en Nueva York. Gracias a su ayuda, conocí a su amiga y colega Porie Siakia-Eapen. Hablar con ella me marcó. Nacida en Sri Lanka, entonces era una directiva del MTA, la agencia responsable de la eficacia de los metros, trenes, autobuses y ferris. Sentados a la sombra de los árboles de Bryant Park y protegidos del fragor de la estación de Grand Central por la biblioteca pública, me atreví a preguntarle por qué un cargo tan destacado había accedido a reunirse con un simple doctorando. «Porque aquí uno nunca sabe si en algún momento yo trabajaré para ti», contestó. A finales de 2015, defendí mi tesis en el Aula Magna de la Universidad de Navarra y el día de San Valentín de 2016 pisaba de nuevo el aeropuerto JFK. Dejé en Pamplona más de una década de aprendizaje, muchos amigos de por vida y a mi hermano Sebastián cumpliendo su sueño de convertirse en traumatólogo. Me llevé conmigo unos títulos firmados por Su Majestad y muchos recuerdos, como el pañuelico rojo de Sanfermines y la boina de san Beda, patrón de los historiadores. Ya en tierras de Hemingway, la acogida de mi familia contrastó con los gélidos inviernos del norte. En los primeros meses en Nueva York, se descubre la cara más hostil de la ciudad: el gentío en movimiento, el ritmo trepidante y el individualismo arrollador hacen de ella un lugar distinto para residentes y turistas. Venía con una agenda llena de nombres pero ninguna propuesta. Era la paradoja personificada de un latinoamericano «haciendo las Américas». Uno de los hilos que me salvó de navegar a la deriva fue Albert Mengual, un buen amigo catalán, con experiencia en la sede de Naciones Unidas en Ginebra. De un contacto llegó otro y concreté alguna entrevista. A finales de marzo, en un diner regentado por griegos a las faldas del

—Con Unicef. José forma parte del grupo de expertos del proyecto Sustainable Development Goals & Families.

—Viaje a Catar. Actividad turística en el marco de la conferencia sobre integración juvenil celebrada en Doha en 2018.

Chrysler Building, defendí mi candidatura ante mi futuro jefe, Ignacio Socías, para trabajar en la ONU como representante de International Federation for Family Development (IFFD). El principal reto en una entrevista de trabajo es saber la respuesta a tu debilidad más evidente: en mi caso, el limitado conocimiento que tenía de Naciones Unidas; por eso me centré en resaltar mi motivación y mi capacidad para aprender. Me aferré también al consejo de uno de mis directores de tesis, Jaume Aurell: «Necesitas un buen traje académico para influir en las relaciones internacionales». Eso fue definitivo para conseguir el puesto. Como representante de IFFD en la ONU procuro abrir una línea de comunicación entre los Estados miembros, el mundo académico, el sistema de las Naciones Unidas, las familias y la sociedad civil para poner de relieve la perspectiva de la familia y el alcance de la protección de los niños en el diseño de diversas recomendaciones de política social. Casi nada. En los últimos años, he participado como project manager en un informe global


—Todo listo para la cumbre. José Vázquez en el salón de la Asamblea General de Naciones Unidas en 2017.

junto con Unicef. Aunque el proyecto estaba en marcha desde 2016, la pandemia ha corroborado los resultados obtenidos, que sugieren que las políticas familiares son más efectivas cuando están diseñadas dentro de un marco general familiarmente responsable, adoptado no solo para la familia sino también con la familia. de la onu al mundo entero. Cuando uno cruza la Primera Avenida y se adentra en la sede de la ONU, la ciudad se transforma. Quedan atrás los tiburones legales de Madison Avenue y los agobiados brokers de Wall Street. En el territorio de aguas internacionales que dependen del ex primer ministro portugués Guterres, cada sesión o encuentro es un momento para aprender más de diplomacia, retos globales y relaciones humanas. Mi trabajo, centrado en las familias y el parenting, me ha dado la oportunidad de conocer a gente increíble y culturas apasionantes, desde Senegal hasta Rusia, pasando por Guatemala. Antes de la pandemia, amigos y compañeros de trabajo

nos reuníamos en la cafetería de Naciones Unidas. En mi primer año organicé un grupo de WhatsApp para que quien fuera a tomar el lunch en el comedor de la ONU avisara. De este modo hemos logrado comer siempre en compañía. Así, entre cristianos, musulmanes, agnósticos, budistas y ateos hemos forjado amistades duraderas. El momento más esperado del año suele ser el fin del Ramadán, cuando toda la ciudad sigue sumida en su frenesí pero a los empleados en la ONU nos conceden fiesta. Sin mucho tráfico ni aglomeraciones, viajamos a las playas cercanas y disfrutamos compartiendo tortilla de patata, tradiciones senegalesas y delicias noruegas. También he podido conocer in situ otras culturas: hace unos años nos invitaron a una conferencia sobre integración juvenil en Catar, donde el lujo asiático y el pudor árabe se mezclan. Allí coincidí con un budista y un francés en un trayecto por el desierto a lomos de camello con un guía saudí al son de una playlist de reguetón. En medio de la cuarentena, dos de mis hermanos decidieron casarse.

—Mejor con amigos. Con Pablo Castrillo [Com 09 PhD 17] delante del Empire State Building en 2019.

Agustín y Rebeca en Nueva Jersey, el verano pasado, y Sebastián y Alexia, en Andorra y Ecuador, unos meses después. Gracias a la facilidad de movimiento que mi trabajo me ha dado, pude estar presente en las bodas, a pesar de los retos logísticos. Esta última temporada, el mundo ha estado sumido en una precariedad nunca antes vista. Por eso, la actividad multilateral cobra mayor relevancia y en especial para las familias que han sufrido lo más duro del impacto: desde los niños que se han quedado sin escuela hasta las personas mayores con más riesgo de contraer la enfermedad. Es palpable en la actitud de varios países que han colaborado con la vacunación, con los tratamientos más eficaces, con modelos y estrategias económicas y sociales para paliar lo que queda por venir. Hay un clima de mucha esperanza, ganas de transformar y recuperar el tiempo perdido. Al igual que Nueva York, el mundo, reflejado en cada delegación de Naciones Unidas, saldrá reforzado de esta pandemia. Nt

verano 2021  Nuestro Tiempo —83


CÁTEDRA ABIERTA Patricia SanMiguel

Quieren parecerse a sus gamers, tiktokers o youtubers favoritos y copian su forma de hablar, sus movimientos, sus bromas, su ropa… Incluso, sin darse cuenta, también integran sus ideas como propias. Según el estudio de Interactive Advertising Bureau (IAB) España 2021, el 74 por ciento de jóvenes entre 16 y 24 años siguen a influencers y la mitad de ellos considera que son muy creíbles o bastante creíbles. Statista Global Consumer Survey 2021 destaca que España es el quinto país del mundo donde sus opiniones tienen un mayor impacto. También sueñan, cada vez más, con estar al otro lado de la pantalla, como demuestra la última encuesta de Adecco «¿Qué quieres ser de mayor?». Ven esta profesión como una forma de dedicarse a lo que les apasiona, desde cualquier lugar. Solo necesitan un móvil. Se fijan en cómo las marcas pagan por publicar fotografías, regalan productos, invitan a fiestas y viajes… Les resulta, en apariencia, un mundo idílico. Somos nosotros quienes entronizamos a los influencers: un millón de followers equivale a un millón de individuos que han decidido seguir a ese perfil. Algunos hasta llegan a sentir preocupación o ansiedad por el miedo a perderse algo que otras personas están viendo. Así describen los expertos el síndrome «Todos necesitamos modelos de conducta, y los FOMO (Fear of Missing Out). jóvenes encuentran en internet sus nuevos puntos Pero el poder de las redes sociales va más allá del cardinales. ¿Cómo podemos ayudarles a que sean entretenimiento: mueve a la acción, y de ahí el interés que despiertan en las marcas. Detrás de las decisiones de compra conscientes de la influencia que ejercen sobre motivadas por los influencers se esconde el crecimiento de un ellos y a elegir bien qué instagramers, youtubers, fenómeno psicológico llamado «prueba social» por el que las gamers... van a convertirse en sus referentes?» personas tienden a imitar comportamientos: cuando algo lo respalda un influencer se considera aceptado socialmente. UDREY HEPBURN ERA influencer mucho antes de Todos necesitamos modelos de conducta, y los jóvenes que esta palabra se encumbrara como trending topic. encuentran en internet sus nuevos puntos cardinales. ¿Cómo Los conjuntos monocromos en negro, las rayas ma- podemos ayudarles a que sean conscientes de la influencia que rineras, los vestidos de corte midi combinados con ejercen sobre ellos y a elegir bien qué instagramers, youtubers, bailarinas, las gafas de sol XXL... continúan en nuestro armario gamers, cantantes, humoristas, cocineros digitales... van a desde que la actriz los convirtió en iconos. Hoy cualquiera pueconvertirse en sus referentes? de ser Audrey: el poder de influencia está al alcance de muchos La pandemia nos ha ofrecido la posibilidad de ver la cara más en la época digital. Diarios online, foros, blogs y redes sociales, humanitaria de estos líderes de opinión digitales. Por ejemplo, además de posibilitar el acceso a un inagotable catálogo de Chiara Ferragni (@chiaraferragni), bloguera y empresaria información, permiten que los usuarios entablen contacto de de moda que ronda los veinticinco millones de seguidores en manera directa. Cualquier voz puede alcanzar a cuatro mil miInstagram, donó cien mil euros y logró recaudar otros cuatro llones de personas. millones para una nueva unidad de cuidados intensivos en el Cada vez somos más conscientes del Hospital San Raffaele de Milán. Así una de impacto de los influencers en nuestro las personas más influyentes del mundo, la LA PREGUNTA DE LA AUTORA mundo, de su papel en la difusión de ideas, Audrey de nuestros días, conjugó ser la única de tendencias culturales o comerciales, en invitada al desfile crucero de la casa francesa ¿Sabes a quién siguen el apoyo de causas sociales. Sin embargo, Dior con su rol solidario y responsable en la tus hijos? padres, educadores e instituciones —como la lucha contra el coronavirus. Para bien o para Confederación Española de Asociaciones de mal, todos podemos influir, lo importante es Padres y Madres de Alumnado, la Plataforma pensar cómo queremos hacerlo. de Infancia o la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, con las que he podido Patricia SanMiguel [Master in Fashion Business Administration 14 PhD 18] es profesora de Marketing hablar en el marco de un proyecto europeo— Digital de ISEM Fashion Business School, en la se muestran preocupados por la influencia @NTunav Universidad de Navarra, y autora del libro Influencer que ejercen en los niños y los adolescentes. Opine sobre este asunto en Marketing. Ha colaborado en el documental De profesión, Las redes sociales —en especial Twitch, Twitter. Los mejores tuits se influencer, producido por ¡HOLA! Media. Discord, TikTok o YouTube— están repletas publicarán en el siguiente número. de usuarios menores de edad, más vulnerables porque su madurez aún está en desarrollo.

Influencers y responsables

A

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Libros

NÚMEROS

74,4 3170 por ciento de padres con niños menores de seis años les lee a sus hijos.

empresas editoriales en activo seguían abiertas en España en 2019.

... o trabajar en una editorial

Lucy Barfield, ahijada de C. S. Lewis, prestó su nombre a Lucy Pevensie, el personaje de Las Crónicas de Narnia.

Más que profesionales expertos en hacer dinero vendiendo lo que sea, una buena editorial sigue necesitando hoy especialistas formados —formadas— en disciplinas humanas y técnicas. No vendría mal un máster útil. texto Joseluís González [Filg 82],

profesor y escritor @dosvecescuento 86—Nuestro Tiempo  verano 2021

«Querida Lucy: »Escribí para ti este relato, pero cuando lo empecé no me di cuenta de que las niñas crecen más deprisa que los libros. En consecuencia, tú eres ya demasiado mayor para cuentos de hadas, y para la fecha en que se imprima y se encuaderne serás todavía mayor. Pero algún día tendrás la edad suficiente para comenzar a leer de nuevo cuentos de hadas. Podrás sacar el libro de algún estante de los de arriba, desempolvarlo y decirme qué te parece. Probablemente me habré quedado demasiado sordo para oír y me habré

hecho demasiado mayor para entender ni siquiera una palabra de lo que me digas, pero seguiré siendo »tu afectuoso padrino». C. S. Lewis (1898-1963) le envió en mayo de 1942 a su ahijada Lucy Barfield el manuscrito completo de El león, la bruja y el armario con esa breve y cariñosa carta que acabo de traducir. El 16 de octubre de 1950, cuando la novela se publicó en Londres, esas líneas se convirtieron en la dedicatoria. Fotos de esa época retratan a Lucy como toda una señorita de su tiem-


José Martínez de Sousa

Tatiana Tibuleac

po: iba a cumplir quince primorosos años, quería ser bailarina y sin saberlo le prestó su nombre a la heroína del libro, a Lucy Pevensie, la primera niña en adentrarse en Narnia a través de un armario. Tras los abrigos que cuelgan de las perchas se despliega el frío mágico que se hace blanco en ese reino donde falta el león Aslan. Que los niños crecen más deprisa que los libros podría ser la máxima de todo editor consciente. Y valiente. Han variado, es cierto, la manufactura y el proceso de engendrar un libro. Y de incubarlo. La rapidez tecnológica ha avanzado siglos en unos decenios. Y la legítima aspiración de todo negocio de ganar dinero debe estar presente en una editorial. Aunque una criatura crezca más rápido que las hojas de papel o las pantallas que se suceden en un dispositivo, cada etapa requiere su tiempo. Se trabaje azuzado por la presión y los plazos o con parsimonia. Un libro necesita un equipo coherente de unas cuantas personas, no solo un autor. Y más si se trata de ir engrosando una colección digna y un fondo con personalidad. Porque no es lo mismo editar una comedia del Siglo de Oro castellano, un cuento infantil, un manual de Bioestadística, una novela gráfica, una guía de viaje o un poemario o el catálogo de una exposición. Mantienen similitudes y algunas diferencias. Y no es lo mismo editar que vender. Siguen haciendo falta editores. Los graduados universitarios pueden aspirar a ejercer ese oficio de preparar textos —con palabras, imágenes, sonidos…— y trabajar para redondear los resultados. Increíblemente, tres mil editoriales declaran estar activas en España en estos tiempos nuestros. Por editor se entiende hoy una vertiente doble. El inglés diferencia dos palabras:

David Gistau

publisher y editor. El publisher es un gestor que se dedica empresarialmente a descubrir nombres y temas novedosos, a sacar libros asumiendo los riesgos financieros de la publicación. Decide qué títulos lanzar, necesita conocer el público y sus expectativas y preferencias y por supuesto la legislación de derechos de autor; tener aptitudes mercantiles y de organización para cualquier proyecto. Editor es en la actualidad también quien hace editing, o sea, quien revisa y prepara —y procura mejorar— el contenido del original, «con la anuencia del autor». Este editor puede trabajar en una editorial o en una agencia literaria, o en un gabinete de prensa, en una multinacional, en un bufete… y no debe manifestar dotes solo para despiojar erratas en las pruebas, ni siquiera embalsamar cadáveres de textos sin reflejos de vida, ni cazar líneas huérfanas o viudas en una página o justificar por qué el nombre de origen hebreo Míriam lleva tilde en nuestro idioma. Además de esa imprescindible habilidad para captar los detalles y minucias, necesita más cualidades. Como en toda dedicación profesional, hace falta unir conocimientos, comportamientos y destrezas con rasgos personales. Lo complejo es precisarlos. Por eso, hoy promete posibilidades de empleo el afinar saberes —de escritura y de empresa— y el relacionarse con especialistas en ese quehacer cultural. Quien se embarque en esas aventuras averiguará si la vida de Lucy Barfield, con sus dificultades y obstáculos, creció más que su personaje.

Anne Tyler

G. K. Chesterton

APUNTES

imprescindibles Dos españoles, José Martínez de Sousa y Euniciano Martín (1925- 2016), han escrito obras todavía indispensables para el conocimiento de qué es editar. Con ellos se aprende a preparar con esmero originales para la imprenta y que de los talleres salgan ejemplares dignos. Los renovados manuales de estilo de don José, tan juiciosos, y las lecciones de 1981 del salesiano —maestros de artes gráficas en España— sobre Cómo se hace un libro son de verdad útiles. posibilidades de máster Varias universidades imparten un máster en edición. Se dirigen a graduados recientes, a jóvenes profesionales del sector y a emprendedores. La Universidad Pompeu Fabra, la Autónoma de Barcelona y la Autónoma de Madrid iniciaron esa docencia, casi siempre en colaboración con grandes casas editoriales o con agencias literarias donde asentar las prácticas.

Nt

verano 2021  Nuestro Tiempo —87


Libros

Mira cómo brillan Vulnerables, sí esas botellas sucias

Huida en falso

La brevedad de la vida

El jardín de vidrio Tatiana Tibuleac Impedimenta, 2021 356 páginas, 22,80 euros

Una sala llena de corazones rotos Anne Tyler Lumen, 2021 200 páginas, 18,90 euros

Un domingo en Ville-d’Avray Dominique Barbéris Libros del Asteroide, 2021 138 páginas, 16,95 euros

Llévame a casa Jesús Carrasco Seix Barral, 2021 320 páginas, 19,90 euros

Hay un estante en la casa de Tatiana Tibuleac en París donde están «los libros de mamá». No porque sean de su propiedad, sino porque solo puede leerlos ella. Están en moldavo. El jardín de vidrio canta la historia de una huérfana en el Chisinau comunista. Una botellera la adopta más como esclava que como hija, y la niña se cría entre las viudas, enfermas y prostitutas de un barrio obrero en un país obrero. Mientras intenta comprender el violento mundo que le ha tocado en suerte, la lengua moldava desaparece, los hijos de los rusos se empiezan a considerar invasores y se escucha la palabra perestroika. ¿Qué muere cuando muere un idioma? Tibuleac triunfó con El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, una novela casi poesía tierna y dura, sucia y pulcra. Para leer El jardín de vidrio hace falta más estómago, pero aun así brilla al fondo de sus cortísimos capítulos un breve destello de belleza.

Micah no es fan de los videojuegos. «No me gusta que la pantalla esté llena de cosas que aturden. Que salen de la nada. Aparecen de forma azarosa. Desorganizada». El único que tolera es el Tetris. Honrado trabajador, conductor intachable, educado en el trato, firme en sus rutinas, a sus 44 años podría considerarse un hombre bueno. Pero en menos de veinticuatro horas su vida sufre dos seísmos: están a punto de echar a su novia de la casa donde vive y aparece un joven que dice ser su hijo. Y a Micah no se le dan bien las distancias cortas; estar cerca implica ver —y que te vean— los defectos, las grietas, y te arriesgas a tropezar con los pies del otro. Ante la vulnerabilidad, la respuesta más humana es la ternura. Así mira y retrata Anne Tyler a sus personajes, al tiempo que saca chispa a situaciones anodinas. Junto a la ternura, Tyler planta en el lector la risa; a veces sonrisa indulgente, otras veces carcajada.

Una novela corta para leer de una sentada. «Fíjate —dice la protagonista— que, en esta clase de historias, nunca hay nada que entender. Y no tienen mucho interés». Ahí reside la clave de lectura. La trama es sencilla: una parisina visita a su hermana, que vive en una urbanización, una tarde de domingo, a punto de entrar el otoño. Sin venir a cuento, la más pequeña le cuenta la infidelidad que cometió contra su esposo quince años atrás. El asunto no pasó de unos cafés, pero eso no importa. De lo que se trata es de la fidelidad del corazón y de lo que le pedimos a la vida. «¡Qué bien entendía yo aquel mecanismo! —rumia la hermana de la capital—. Su desconcierto cuando se sintió encerrada, con la llegada de los cuarenta, en su casa de Villed’Avray [...], cuando comprendió que su vida iba “sobre raíles”». Ahí asoma la pregunta inquietante. ¿Podemos amar la vida, con toda su concreción, o solo su fantasma?

«Mi padre ha muerto y yo no estaba a su lado. ¿Por qué no estaba?». Juan se ve obligado a regresar a Cruces, su pueblo natal, para ocuparse de su madre enferma de alzhéimer, una opción que le cuesta asumir pero que sabe es ineludible. De su mano irá reconciliándose con ese pasado del que siempre ha querido huir. Llévame a casa nos habla de nuestra responsabilidad como hijos, de tomar decisiones que seguro modificarán el curso de la vida porque la única forma de conservar la dignidad del ser humano es «dar cobijo, sustento y cuidado en el tramo final». Una preciosa historia de huida y desencuentro, de perdón, de responsabilidad y renuncia, pero, sobre todo, una historia que narra una vuelta a casa, como el hijo pródigo, para por fin entender que «el amor florece en las neveras llenas, en las sábanas planchadas y no tiene por qué menguar con la distancia».

Teo Peñarroja

Lucía Martínez Alcalde

Leopoldo Roux

Teresa Llamas

88—Nuestro Tiempo  verano 2021


El amor que damos

Con versos a María

Vosotros sí que valéis

Añorado maestro de la columna

Domingo. Relatos, crónicas y recuerdos Natalia Ginzburg Acantilado, 2021, 144 páginas, 14 euros

Nuestra Señora en la poesía española actual (Antología) Carmelo Guillén y José Julio Cabanillas San Pablo, 2021, 112 páginas, 9,95 euros

Todo lo que vale Tim Gautreaux La Huerta Grande, 2021 256 páginas, 19 euros

El penúltimo Negroni David Gistau Debate, 2021 236 páginas, 19,90 euros

Hay una nostalgia precisa en las narraciones que reúne Domingo. Relatos, crónicas y recuerdos, de Natalia Ginzburg (Palermo, 1916-Roma, 1991). Una nostalgia que habla de veranos que terminan, amores que ya fueron, guerra y miseria, dignidad y empatía. «Nuestra infancia esconde el secreto de lo que somos», reflexiona la autora italiana en uno de los textos autobiográficos de la obra, que también recoge cuentos y artículos periodísticos, siete de ellos inéditos hasta ahora en castellano. Incluso un hermoso y desgarrador poema dedicado a su esposo, Leone Ginzburg, asesinado por la Gestapo. Su singularísima mirada, provista de una honestidad y una sensibilidad desbordantes, acerca al lector al dolor propio y al de los otros y a la constatación de que importa el amor que recibimos pero, sobre todo, el amor que damos.

Dos poetas, Carmelo Guillén y José Julio Cabanillas, se embarcan de nuevo en la aventura de compilar poesía española contemporánea, esta vez reunida por su temática mariana. Prologa el libro el cardenal Robert Sarah. Sorprende cómo la lírica más reciente, desde una pluralidad de voces, mantiene vivo el acercamiento a la Virgen María, protagonista de estas páginas. Además de las voces de poetas de larga y fecunda trayectoria (Martínez Mesanza, Miguel d’Ors, M.ª Victoria Atencia, Luis Alberto de Cuenca o Andrés Trapiello, sin olvidar a los propios editores antólogos), se recogen otras más recientes, pero no menos inspiradas, como las de Daniel y Jesús Cotta, los García-Máiquez, Gabriel Insausti o Inmaculada Moreno. Difícil saber dónde termina la poesía y comienza la oración.

El segundo libro de cuentos de Tim Gautreaux (Luisiana, 1947), once piezas, salió en Estados Unidos en 1999. Su traductor ha tenido el acierto de titular Todo lo que vale aquel Welding with Children. «Bailando con la mujer manca», «Resistencia», «El Congreso de Escritores…», «Exceso de luz», «El afinador de pianos», «Mala sangre» y el que abre la compilación resultan —son— cuentos redondos. Divertido, con ingenio y piedad, conmovedor sin ñoñeces, los mayores son los mejores protagonistas de varias narraciones, que afrontan problemas y vicisitudes de ahora. El núcleo de la historia es una persona normal con una vida demasiado normal, a la que le sobreviene un inconveniente, un contratiempo. Uno de los moldes más clásicos para narrar con humanidad verdadera y con alcance. Demuestra lo valioso que es cualquiera. Cada cuarto de siglo llega un narrador de las dimensiones de Gautreaux. Intenso.

El periodista David Gistau murió en la cúspide, ejerciendo como patriarca del nuevo columnismo español. Sin su magisterio desenfadado y pop cuesta ubicar a los Bustos, Jabois y compañía. Este libro es un homenaje a quien siempre se supo insobornable, capaz de conjugar el análisis político con la prosa de costumbres, de adobar las referencias cultas de sus textos con apuntes de madridismo o boxeo. A través de los breves escritos que Gistau sembró en tres periódicos (La Razón, El Mundo y ABC), El penúltimo Negroni configura el retrato de un tipo alérgico a las tribus identitarias, de un simpático lugareño con el que cervecear charlando de cine o de un escritor disciplinado que sabe de la estafa del malditismo. Son los retazos de un hombre valiente —talentoso y mordaz— al que, por desgracia, se le cumplió el mayor de sus miedos: el de no estar ahí para sus cuatro hijos.

Leire Escalada

Manuel Casado

Alberto N. García

Joseluís González verano 2021  Nuestro Tiempo —89


Libros Novedades EUNSA

¿Con quién habla Leonardo Polo?

Grafitis para la batalla cultural

El relato de lo auténtico

Un barco de palabras

Leonardo Polo en diálogo Alberto Sánchez León 2021 161 páginas, 12,90 euros

A veces Dios escribe en las paredes Ángel Guerra Sierra 2021. 250 páginas, 11,7 euros

Qué raro es todo en la superficie Carlos Cebrián Cuesta 2021. 116 páginas, 10,90 euros

El barco de juncos Pedro Lozano Bartolozzi 2021 223 páginas, 14,90 euros

Leonardo Polo es quizá el pensador más complejo e innovador de la filosofía española reciente. Alberto Sánchez León consigue ponerlo en relación con otros grandes nombres de los siglos xix y xx como Ratzinger, Scheler, Nietzsche, Husserl y Pfänder. A lo largo del libro, no apto para recién llegados a la filosofía, se profundiza en temas como la libertad, la voluntad y el capricho, la persona como apertura, los motivos y las causas, el ser y el co-ser (el hombre existe para darse al otro), el yo y la persona, y, por supuesto, Dios. De fondo, la idea poliana más novedosa y revolucionaria: el abandono del límite mental. El colofón lo ponen las conversaciones de Sánchez León con dos discípulos de Polo, Juan Fernando Sellés y Juan A. García González, que ayudan a vislumbrar y conocer un poco mejor la importancia del método y temáticas que afrontó el profesor Polo a lo largo de su extensa obra.

Como un poeta moderno, Dios escribió su mensaje a Baltasar, hijo de Nabucodonosor y rey de los caldeos, en un muro de palacio: «Mené, tequel y parsin»; el profeta Daniel tradujo y explicó el texto al monarca. Spoiler: al día siguiente, el rey murió. Ángel Guerra Sierra, investigador del CSIC, se sirve de pintadas callejeras para explicar el papel de los cristianos en la sociedad actual. Por su profesión, acierta en señalar el peligro de algunos de los avances científicos y tecnológicos —maternidad subrogada, inteligencia artificial o transhumanismo— porque afectan a lo más profundo de la persona. Cada grafiti da pistas al lector para que sepa que, como se titula uno de los apartados, «la cuestión es salirse del laberinto» de la ideología posmoderna. Así, el autor conforma un compendio de argumentos que se pueden utilizar en la guerra cultural, al tiempo que reivindica el optimismo y la esperanza.

Narrar lo cotidiano para describir lo trascendente o narrar lo trascendente para describir lo cotidiano. A este retruécano de intenciones se enfrenta el lector cuando aborda los veinte relatos cortos que componen Qué raro es todo en la superficie. Escrito por el polifacético Carlos Cebrián —guionista, escritor y diseñador—, el libro reúne un compendio de escenas, pensamientos y ensoñaciones modeladas por las luces y sombras de sus personajes. Zapateros, sicarios, inmigrantes, pescadores, viudas o padres divorciados. Todos ellos hilvanados por puntadas de soledad, sabiduría y madurez que acaban tejiendo la autenticidad de sus raíces. El libro presenta, a través de una prosa enérgica y directa, paisajes anónimos cotidianos que desprenden ese sentido trascendente que hay en todo lo humano.

Como un homenaje a su hija María, fallecida en noviembre, el último libro de Pedro Lozano Bartolozzi es el legado de un viejo marino. Veterano periodista, maestro de generaciones de comunicadores y profesor emérito de la Universidad de Navarra, confiesa que, con El barco de juncos, «llega a puerto algo cansado» y relata las aventuras de su vida a sus nietas y amigos. A través de estas líneas, Lozano (Pamplona, 1939) recorre las páginas de periódico que escribió, sus andanzas de juventud cuando paseaba perros en el París de los sesenta, quimeras en las que habla con escritores o los juegos de infancia con sus hijos. Cuando sus cuatro niños ponían a navegar barcos de juncos en el río de Murieta, en Navarra. Un título diferente a los anteriores, muy personal y en el que viaja por sus ocho décadas como un barco de palabras por el río de la vida.

Javier Cabaleiro

María Tapias Fraile

90—Nuestro Tiempo  verano 2021

Rocío García de Leániz

Sonsoles Echavarren


Clásicos: otra mirada

Nueve cuentos J. D. Salinger Edhasa, 2001 288 páginas, 11,99 euros

Borrosa transparencia

DIEGO FERMÍN

Libros

Excepcional, y muy humano, cuentista, J. D. Salinger (19192010) eligió apartarse de casi todo y se hizo misántropo convencido. Prohibió que en sus libros mencionaran sus datos biográficos, que guiaran la lectura. Apenas concedió entrevistas. Denunció hurañamente a quienes se atrevieron a investigar y escribir sobre su pasado. Salinger era ya tan de leyenda como la peculiar familia Glass —padre, madre y siete hijos— que recorre su narrativa. Cuando el mayor de los descendientes le dice a una niña en una playa de Florida su nombre —Seymour Glass—, le entiende «See more glass». Y así es: la mirada de Seymour penetra todo y llega a lo hondo. Incluso a sus abismos. Aunque ver demasiado claro puede desembocar en atravesar el cristal: en tragedia. Hijo de judíos estadounidenses adinerados, con residencia en la vistosa Park Avenue de Manhattan, Salinger no fue estudiante de buenas notas. Tuvo que acabar la enseñanza secundaria en una academia militar. Pero escribía y hasta quería ser actor. Fue alumno de Escritura Creativa de Whit Burnett en la Universidad de Columbia. Desentrañar en el aula el cuento de

Faulkner «That Evening Sun» (1931) le aclaró cómo se desenvuelve un narrador y guarda o no la distancia con sus lectores. Su padre quería que se hiciera un buen futuro de importador y lo mandó a Europa. Aprendió francés y alemán. La Segunda Guerra Mundial le estalló por dentro. Desembarco de Normandía. Campos de concentración. Pesquisas —por dominar idiomas— para desenmascarar agentes de la Gestapo. Habilidoso técnicamente, escribe escenas minuciosas que yuxtapone para insinuar significados misteriosos. Junta a protagonistas y temperamentos singulares. Brillan los diálogos. Hace sabios a niños. Inserta detalles y gestos reveladores, como apoyar al revés unas gafas infantiles sobre la mesilla para marcar el desafecto por una criatura. Obliga al lector a que se fije en levedades y reacciones y a adivinar qué falta y qué sigue. «Para Esmé», «Un día perfecto para el pez plátano», todos… muestran, sin la confortadora transparencia del cristal, insondables, la complejidad del ser humano. Juan-Gil Leoz Osés

verano 2021  Nuestro Tiempo —91


Cine

NÚMEROS

426

millones de dólares es la recaudación de la película más taquillera de 2020. La china The Eight Hundred, que, por cierto, aún no se ha visto en España.

50

películas tiene Disney preparadas para estrenarlas antes de 2028.

Cuando las plataformas se convierten en majors

Ahora que vemos la luz, tras los meses duros de la pandemia, hay que reconocer que la industria del cine ha sido uno de los sectores que más ha sufrido, aunque no todas las empresas de igual manera. texto y críticas

Ana Sánchez de la Nieta

92—Nuestro Tiempo  verano 2021

Estrenos retrasados, rodajes parados, salas cerradas y aforos exiguos han asestado para muchas productoras y distribuidoras la puntilla a una situación que, ya de por sí, era crítica. Para una gran parte de la industria del cine, la pandemia ha traído prácticamente la ruina. Sin embargo, en este negro panorama, hemos visto emerger una batalla entre guerreros fortalecidos, precisamente, por una pandemia que ha encerrado a millones de ciudadanos en sus hogares sin más salida que una pantalla. José María Aresté, director de Decine21 y crítico de la

agencia Aceprensa, la ha bautizado como «la guerra del streaming», en un reciente ensayo publicado por Rialp que lleva por subtítulo El ascenso de Netflix. Cuenta Aresté cómo Netflix —cuando aún era una plataforma novata— sacó partido a dos crisis anteriores al covid. Después del 11S, los estadounidenses, sacudidos todavía por el terror de los atentados a las Torres Gemelas en 2001, se encerraron en sus casas. Ante el temor de ir al cine o a cualquier local susceptible de ser atacado, fue un buen momento para que los videoclubs, que ofrecieron la posibilidad de un


Steven Spielberg

Emma Stone

ocio seguro, crecieran, y, sobre todo, para Netflix, que entonces ya tenía bastante desarrollado su sistema de envío postal con sus famosos sobres rojos. El cliente solo debía dar unos pasos hasta el buzón de su casa. La situación ideal, en definitiva, para unos ciudadanos aterrorizados. La segunda crisis de la que se benefició Netflix fue la debacle económica de 2008. Las vacas flacas afectan en primer lugar a lo que se presume prescindible. Ir al cine, asistir a un concierto o disfrutar de una función de teatro son privilegios de sociedades opulentas y cuando estas dejan de serlo lo primero en lo que recortan es en cultura (decisión que hemos visto también en esta pandemia). Pero una cosa es no poder o no querer pagar cincuenta dólares para asistir a un musical y otra muy distinta no abonar siete por una suscripción mensual a una plataforma que permite disfrutar de cine a diario. De hecho, en la primavera de 2009, Netflix llegó a la cifra dorada de diez millones de suscriptores en Estados Unidos. Un dato que hoy parece ridículo porque, poco más de diez años después, y gracias en parte al dichoso virus, se ha multiplicado por veinte y actualmente Netflix tiene más de 195 millones de suscriptores en 190 países. Aunque el libro de Aresté se centra en la compañía fundada por Marc Randolph y Red Hastings y destaca la capacidad de riesgo y anticipación de Netflix, la guerra del streaming es eso, una competición que disputan varios contrincantes. Después de la suculenta lectura del ensayo queda claro que la tradicional indus-

Charles Chaplin

Emma Thompson

tria del cine tiene que reinventarse. Hay historias que contar y los espectadores han crecido en una cultura absolutamente audiovisual, rodeados de imágenes y pantallas. Además, no solo consumen esos contenidos sino que acostumbran a crearlos. Como refleja con indudable acierto la película Los Mitchell contra las máquinas, cualquier joven centenial es un potencial director de cine desde su más tierna infancia. Por eso las plataformas se están convirtiendo a marchas forzadas en productoras, en majors, porque saben que se juegan su futuro en la calidad de los contenidos, en el estudio detallado de su audiencia y en la orientación al espectador. Es decir, hace tiempo que han dejado de ser meras expositoras para convertirse en creadoras. Y en eso están no solo Netflix, HBO o Disney+ —que son las que, tradicionalmente, se han volcado más en el cine— sino Amazon Prime, Apple TV o Google Play, por mencionar algunos ejemplos que Aresté analiza con cierto detenimiento al final del libro. En este contexto se entiende que un enemigo declarado de las plataformas como el todopoderoso Steven Spielberg, que acusó a Netflix de «dañar la experiencia del largometraje en cines», haya terminado por firmar con ella un acuerdo para realizar múltiples —no una ni dos— películas al año. Como se suele decir, «Si no puedes contra tu enemigo, únete». Y si las plataformas se han convertido en majors, lo mejor que puedes hacer es aliarte con ellas.

Julián López

Natalia de Molina

TELEGRAMAS

cien años El chico, la mítica película de Charles Chaplin estrenada el 6 de febrero de 1921, cumple un siglo de vida. Hace diez años, en 2011, fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su conservación en el National Film Registry. aniversario del anillo Hace dos décadas se estrenó El comunidad del anillo, la primera película de la saga proyectada por Peter Jackson. Compartió cartel con Harry Potter y la piedra filosofal, y se convirtieron en las dos cintas más taquilleras de 2001. Los personajes de la Comarca serán noticia de nuevo el 2 de septiembre de 2022: Amazon ha anunciado el lanzamiento de la primera temporada de la serie sobre El señor de los anillos. Con una inversión que supera los 4o0 millones de dólares, se trata de la más cara de la historia.

Nt

verano 2021  Nuestro Tiempo —93


Cine

Pixar habla en italiano

Los (posibles o no) beneficios del alcohol

El origen de la villana

Luca

Otra ronda

Cruella

Dirección: Enrico Casarosa Guion: Jesse Andrews, Mike Jones EE. UU., 2021 Para amantes de la pizza y la pasta.

Dirección: Thomas Vinterberg Guion: T. Lindholm, T. Vinterberg Dinamarca, 2020 Un drama con personalidad.

Dirección: Craig Gillespie. Guion: A. B. McKenna, D. Fox, J. Butterworth, K. Marcel, S. Zissis, T. McNamara EE. UU., 2021 Cuando Disney es mucho más que un cuento.

Para los habitantes de Portorosso, un bello pueblo costero en la Riviera italiana, Luca es un monstruo marino. Pero la realidad es que Luca es mitad niño mitad pez, igual que su buen amigo Alberto. Los dos tratarán de conseguir su sueño: montar en una Vespa. Encantadora película de Pixar que aúna la calidad de la animación y el cuidado de la historia habituales en la compañía del flexo con el carácter latino —concretamente italiano— que le imprime el genovés Enrico Casarosa, que debuta como director con esta película después de trabajar en el storyboard de títulos tan notables como Cars, Ratatouille y Up. A la rotundidad vistosa de los fondos —un puro festival de color— se une un dibujo más original, que coquetea con el cartoon e incluso recuerda al trazo del estudio Ghibli. Y se une también una banda sonora que recoge algunos temas míticos de la canción italiana. En resumen: una delicia.

Cuatro profesores de instituto deciden experimentar los efectos supuestamente beneficiosos de una ingesta continua y controlada de alcohol. Pronto, el ingenuo experimento pondrá en jaque sus vidas y hará que se enfrenten a sus mayores miedos. El danés Thomas Vinterberg ganó el Óscar a la mejor película extranjera por este drama adulto que rodó en pleno duelo por la muerte de su hija. La cinta es una radiografía de las esperanzas y frustraciones de un grupo de amigos que se acercan al ocaso de sus vidas sin tener muy claro el norte al que se dirigen. Sobresale la interpretación de Mads Mikkelsen, que vuelca en su personaje esa mezcla de cinismo, nostalgia y apertura a la trascendencia que rodea toda la historia. Una historia que, por cierto, termina con una de las coreografías más rotundas y brillantes que nos ha dado el cine en los últimos años.

¿Se acuerdan de la villana de 101 dálmatas? Seguro que, además de la popular cantinela «Cruella de Vil igual que un reptil», no han olvidado a la excéntrica señora que se hacía abrigos con las pieles de los perros. Siguiendo una moda que empieza a convertirse en tendencia, la película de Disney bucea en los orígenes de Cruella de una manera similar a como lo hizo en Joker, con la misma originalidad y vocación de ruptura pero con un tono menos violento y negro: al fin y al cabo, son malvados que juegan en distintas ligas. En cualquier caso, y en medio de una cartelera aún desnutrida de buenos estrenos, Cruella es una de esas películas que devuelven al público a las salas. Una película grande que hay que ver en una pantalla ídem. Es grande por un guion muy bien hilado, construido a la vez como cuento y cinta de aventuras, con numerosos y sorprendentes puntos de giro. Es grande por una puesta

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en escena espectacular que explota el siempre llamativo mundo de la moda —el paisaje donde se desarrolla el relato—. Es grande por un diseño de vestuario maravilloso y por una banda sonora ecléctica y sumamente eficaz. En Cruella suenan desde Tina Turner a Queen o Supertramp pasando por Doris Day. Todo cabe en una historia absolutamente musicalizada que se recita, se vive y se disfruta a un ritmo frenético. Tanto que los 134 minutos pasan en un suspiro. Por último, es grande también por sus brillantes protagonistas. Emma Thompson y Emma Stone construyen una carismática pareja que rivalizan y suman como solo lo hacen —sí, me lo han quitado de la boca— los grandes actores. En fin, por si hay alguna duda, Cruella es una película enorme.


Una negrérrima comedia

El chico perfecto

La batalla de los móviles

Una joven prometedora

Operación Camarón

Dirección y guion: Emerald Fennell Reino Unido, 2020 Para espectadores con estómago.

Dirección: Carlos Therón Guion: Josep Gatell, Manuel Burque España, 2021 Para los de la comedia made in Spain.

Los Mitchell contra las máquinas. Dirección y guion: Michael

Esta ácida y oscurísima comedia cuenta la historia de Cassey, una joven que pasó con éxito los primeros cursos de Medicina y ahora, a los treinta años, vive con sus padres, trampea en el trabajo y pasa la noche alcoholizada ligando con desconocidos. Más de uno tratará de abusar de ella aprovechándose de su condición. La actriz británica Emerald Fennell debuta como directora con esta perturbadora historia sobre la venganza femenina. Una cinta muy original en su montaje y narrativa que alterna lo cómico con el terror y que ofrece un producto final tan indigesto como interesante. Y eso porque Fennell, entre chiste y golpe de efecto, plantea cuestiones de entidad. Por un lado, la cinta habla del abuso sexual y sus heridas, pero Fennell lo relaciona además con la sociedad hipersexualizada, la trivialización de las relaciones sexuales entre hombres y mujeres y la cobardía que lleva a actuar a muchos como borregos, in-

capaces de plantar cara a conductas inaceptables. Carey Mulligan demuestra una vez más que es una de las mejores actrices de su generación bordando una interpretación compleja en grado sumo: dando vida a un personaje que es pura contradicción y enigma. La película resulta incómoda, sobre todo para el público masculino, desde los primeros segundos hasta su impactante final. La radiografía social que muestra es devastadora, pero, al mismo tiempo, certera. Una de esas cintas tan molestas como necesarias, que hace pensar y provoca la discusión y el diálogo. La película recibió cinco merecidas nominaciones a los Óscar y ganó finalmente la estatuilla por su brillantísimo guion.

Un policía de Valladolid bastante torpe tendrá que infiltrarse en una banda de flamenco trap para capturar a un poderoso traficante local. Carlos Therón dirige esta hilarante comedia española que sufrió un importante retraso por culpa del covid y que cuenta con todos los elementos para convencer a un público ansioso de reírse delante de una pantalla grande: una historia disparatada, gags eficaces, música pegadiza y buenos intérpretes. La comedia tiene ritmo, mantiene un tono contenido —a pesar del mundo corrupto que rodea a la historia— es muy divertida en muchos tramos y se apoya en un elenco muy dotado para la comedia, encabezado por un desternillante Julián López y Natalia de Molina, que demuestra que es una actriz muy versátil, capaz de moverse bien en la comedia y en el drama. No es cine de cinco estrellas, pero cumple con creces su objetivo de entretenimiento.

Rianda, Jeff Rowe. EE. UU., 2021 Para adictos y tecnófobos y, sobre todo, para padres y madres.

A pesar de sus rarezas, los Mitchell son una familia bien avenida. Para demostrarlo, todos acompañarán a la hija mayor que empieza la universidad y que quiere ser directora de cine, pero el viaje se verá interrumpido por un ataque tecnológico. Sorprendió el estreno en Netflix de esta película que es uno de los mejores títulos de animación del año. Con un guion muy cuidado, lleno de referencias cinematográficas y guiños a una sociedad hiperconectada, se atreve a entrar en algunas cuestiones sugerentes, como el papel de la tecnología en nuestras vidas o la importancia de los lazos familiares. Es también inspiradora su defensa, muy realista, de las familias imperfectas porque, al fin y al cabo, todas lo son… Y, además, precisamente estas imperfecciones permiten que cada uno se sienta en casa y que se vea capaz de enfrentarse a cualquier amenaza: aunque sea un ejército de máquinas.

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Series

NÚMEROS

4000 74

series y películas tienen, aproximadamente, los catálogos de Amazon Prime y Netflix.

series y películas están en AppleTV.

Calls: una serie que se escucha

Calls es una serie para escuchar pero también para ver. Su apuesta visual contribuye a envolver al espectador.

Estampas sonoras para temblar con este relato apocalíptico de Apple TV. texto Alberto N. García

[Com 00 PhD 05] es profesor titular de Comunicación Audiovisual y crítico cultural

96—Nuestro Tiempo  verano 2021

Televisión para escuchar o un pódcast que se mira. En ese umbral transmedia se mueve Calls, una de las apuestas más arriesgadas de la cada vez más pujante Apple TV (la animante Ted Lasso, la compleja For All Mankind o la ambiciosa Fundación). Porque la televisión, siempre con la oreja pegada al terreno para cazar las novedades estéticas, lleva tiempo oyendo con atención. Eso sí, no olvidemos que la admiración es mutua, puesto que la ficción sonora que tan de moda se ha

puesto adoptó muchos de los hallazgos narrativos que, precisamente, ha refinado la serialidad televisiva desde su boom a principios de este siglo. Así, desde hace ya unos años el pódcast ha pegado un salto artístico de gigante y es lógico que sus triunfos se polinicen con los de la televisión. Las muestras son múltiples: desde el despiporre animado que hace ya una década proponía The Ricky Gervais Show hasta la visualización de mitos y leyendas en Lore, pasando por la


Fundación

Ted Lasso

The Mandalorian

For All Mankind

coronación dramática de Homecoming, una adaptación de un famoso relato sonoro de Gimlet Media, tan potente que logró traerse a Julia Roberts, por fin, a la pequeña pantalla. Y todo ello sin olvidar que el renacimiento catódico del true crime (The Jinx, Making a Murderer, Tiger King) le debe mucho al influyente Serial, aquel pódcast de investigación periodística que revisitaba un caso criminal... hasta voltear el veredicto. En este vibrante escenario de ascenso del homo sonorus aterriza Calls. Es una antología de corte apocalíptico: nueve historias vagamente relacionadas que, haciendo paradas narrativas a lo largo de un año, van dando cuenta de un suceso insólito que provoca saltos en el tiempo, deformaciones corporales e inexplicables cambios de identidad. La primera originalidad del formato es que todos los relatos se nos cuentan mediante llamadas telefónicas, de modo que el espectador ha de rellenar los huecos que se sugieren más allá de las conversaciones. Como es lógico, la textura acústica es sabrosa, repleta de detalles tan sutiles que visionarla con los auriculares puestos se impone como consejo ineludible. Un ruido en la habitación de al lado o una sirena que se acerca pueden adquirir una potencia dramática tremenda. Pero también un titubeo en la voz o una exclamación que puntea lo inexplicable añaden escalofrío e infarto; no en vano la serie cuenta con actores televisivos conocidos, como Pedro Pascal (The Mandalorian), Nicholas Braun (Succession) o Aubrey Plaza (Parks and Recreation). La segunda originalidad —la más llamativa— es visual: cada historia viene ilustrada con una suerte de motivos abstractos, que recuerdan a los antiguos

salvapantallas de los ordenadores. Esas figuras flotantes que acompañan a cada diálogo son las que hacen de Calls algo novedoso, donde radica la verdadera fusión. Porque ahí, en esa visualidad masticable y minimalista, se multiplica la fuerza de lo que se narra. En los colores, en las formas, en el juego espacial que se establece en las conversaciones a tres, en el énfasis repentino de un primer plano ¡de unas letras que subrayan un momento clave de un diálogo! Es posible que Calls funcionara solo como pódcast, pero la experiencia estética no sería tan plena. Porque el acompañamiento visual engendra una atmósfera opresiva —paradójicamente higiénica— que agranda la intensidad y agonía de cada episodio al obligarnos a visualizar un imposible. Un hombre que ha matado a su novia y, de repente, ve cómo la supuesta muerta le llama por teléfono, un piloto de avión obligado a estrellar su nave para evitar un cataclismo cuántico o un enamorado que asiste, impotente, a cómo su matrimonio se lo traga el tiempo. Partiendo siempre de lo inexplicable y lo siniestro, entre las historias que se narran en Calls encontramos terror, thriller y drama. En todas sus variantes genéricas, son todos relatos potentes, que azuzan la inteligencia del espectador y lo colocan frente a situaciones angustiosas, de esas que te dejan mal cuerpo mientras te rascas la cabeza para intentar reordenar el puzle. No es una serie esperanzada ni luminosa. Pero también consumimos ficciones para eso: para enfrentarnos a pesadillas y desasosiegos que, por suerte, nunca viviremos en la vida real. Nt

APUNTES

movistar+ y ‘el gran apagón’ La serialidad española también busca inspiración en el pódcast. En esta ocasión Movistar adaptará la célebre distopía sonora creada por Podium Podcast en 2016. Su premisa: un mundo que, de repente, se queda totalmente a oscuras. Prometedor. la fiebre de los ‘remakes’ ¿Hacer caja? ¿Nostalgia? ¿Falta de ideas? Quizá las tres cosas. El caso es que siguen relanzándose series que tuvieron popularidad: Primos lejanos, Dexter, Gossip Girl, Aquellos maravillosos años, Punky Brewster, El príncipe de Bel-Air, Frasier, In Treatment... Excesivo. ‘the mandalorian’ se retrasa Tras la polémica por haber echado a Gina Carano por sus opiniones políticas, otra mala noticia para los fans de Baby Yoda. La tercera temporada de las aventuras galácticas no llegará hasta finales de 2022. ¿Las razones? Pascal está rodando The Last of Us. ¿La alternativa? El libro de Boba Fett, que llegará este diciembre. Ansiado.

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Música

SELECCIÓN

Mujeres [2009]

Soft Gems [2012]

Mujeres: abrazos, rock y amistad Hay una banda en Barcelona tocada por la varita de las melodías efectivas y contagiosas. Un trío que lleva una década empuñando la bandera del rock y la amistad por medio de composiciones directas y letras universales. Se hacen llamar Mujeres.

Nadie hubiese apostado en 2009 por una banda barcelonesa que despachaba melodías en inglés en plena efervescencia de la escena independiente en castellano. Eran los tiempos de los Supersubmarina, Love of Lesbian, Lori Meyers... Grupos del «indie español» que durante años coparon las cabeceras de los principales festivales. Fue en ese momento cuando el entonces cuarteto formado por Yago Alcover, Martín Gallén, Pol Rodellar y Martín Gutiérrez se lanzó a la aventura con esa paradoja llamada Mujeres y un debut homónimo. En ese trabajo ya se atisbaba un gusto especial por la melodía rápida, efectiva y accesible a través de canciones que todavía hoy acaparan las escuchas de las plataformas, como es el caso de «Frantic» o «Blood Meridian». Un sonido que en sus inicios se asoció a conjuntos como Black Lips, Los Saicos —«Demolición» es una de las versiones fijas en vivo— o los españoles Triángulo de Amor Bizarro. 98—Nuestro Tiempo  verano 2021

sonido muchacho - dani cantó

texto Alberto Bonilla [Com 12]


Aquellos ojos [2014]

Marathon [2015]

Ese discreto arranque tomó otro rumbo en 2012 con la publicación de Soft Gems, un álbum que, manteniendo la esencia rítmica y el idioma (inglés), ya experimentaba con el castellano en temas como «Salvaje». La canción sirvió de antesala para el EP en el que despertaron el interés de un público menos local y más nacional. Con «Aquellos ojos» (2014) alcanzaron la meta de toda banda. El hit. La canción que traspasa la línea del anonimato. El desgarrado estribillo «Oh, nena, no más, aquellos ojos. No pude aguantar aquellos ojos» pasó a formar parte del imaginario colectivo, pero este éxito no acabó de cerrar el debate sobre el idioma, ya que Marathon (2015), su segundo largo, se presentó como un trabajo casi íntegro en inglés. De Marathon solo se puede extraer un corte exclusivo en castellano, «Vivir sin ti», que lo mismo podría cantarla una grada o una tuna. Un himno que junto con «Aquellos ojos» acabó por señalar una senda irrebatible para los barceloneses. Ese nuevo camino se reveló definitivamente en Un sentimiento importante, su tercer álbum, y el que les llevaría a girar por las principales salas de España. Un disco al completo en castellano que muestra su capacidad en melodías costumbristas y con un afán colectivo. Sentó las bases para el reconocimiento del gran público. «Siempre eterno», «Ciudades y cicatrices» o «Un sentimiento importante», que pone nombre al álbum, son una evidencia de cómo un pequeño cambio puede destapar las mejores virtudes de una banda. Un viraje en el que Sonido Muchacho, la discográfica que aglutina lo mejor del pop, rock y garage en español, tuvo buena parte de culpa. Este sello produce la música de Mujeres desde 2017. Apadrinaron su sonido sucio, sus guitarras y percusiones

Un sentimiento importante [2017]

Romance romántico [2019]

Siento muerte [2020]

trepidantes, y les dieron libertad creativa. Las inconfundibles señas de identidad de Mujeres van más allá de lo musical. Una legión de fans acapara su icónico merchandising (los diseños son del propio Rodellar) y comparten su humor. Así, a partir de 2017, todo empezó a ir rodado. En 2019 publicaron el EP Romance romántico, con cuatro canciones, que contiene una de esas frases de desamor marca de la casa: «Tengo la foto en mi cartera, no es que estemos nada guapos, por lo menos sí que estamos». Llegó la pandemia y uno de los movimientos más inteligentes de la banda. Cuando parecía que no era el momento indicado, Mujeres estrenó Siento muerte, su disco más ambicioso y con mejor producción hasta la fecha. Las referencias a la película Airbag («Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa») en la revitalizante «Todo bien», el excitante bridge de «Un gesto brillante» o el estribillo soñador de «Cae la noche» son algunas de las armas de un trabajo que, en pleno confinamiento, sirvió de medicina. No hubo directos en la primavera de 2020, pero la música no dejó de sonar en las casas. A día de hoy, en sus conciertos con «todo vendido», no hay un fan que no entone todas sus canciones. En 2021, y para acabar de redondear la desescalada cultural, Mujeres ha traído un EP titulado Rock y amistad; un compendio de toda la trayectoria, carácter y música de la banda. Escuchamos con ellos a Carolina Durante, Los Punsetes, Nueva Vulcano y Cariño. Mujeres ha fijado siete citas en festivales de julio a octubre. En este último EP nos cantan: «Hagamos una fiesta histórica para este glorioso año. Después de tanta pena y desarraigo, ahora toca una ceremonia de todo lo hermoso». ¿Quién no compraría un mensaje así tras todo lo vivido?

Rock y amistad [2021]

APUNTES

extraño ‘merchandising’ Llegaron a su concierto en la sala Ochoymedio de Madrid en febrero de 2019 sin merchandising para ofrecer al público. Fue entonces cuando un conocido de la hermana de Pol Rodellar, que trabajaba con Fabada Litoral, dio con la magnífica idea. No pudieron vender camisetas de la banda pero durante el directo repartieron latas de fabada entre los asistentes. el sello ¿Qué tienen en común Hinds, Carolina Durante, Kokoshca o los propios Mujeres? Todos forman parte de Sonido Muchacho, una casa de discos y editorial fundada en 2014 que aglutina a buena parte de la escena pop, rock y garage de España. y para terminar De los pamploneses Kokoshca es la versión con la que Mujeres pone fin a todos sus directos. «No volveré» es una de esas melodías pegajosas que se convierten en un himno desde su primera escucha. Si alguna vez bailaste al amanecer con Los Fresones Rebeldes, es una canción hecha para ti.

Nt

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Escena

tristán, en el acto III

«Estuve, / donde he permanecido siempre / y hacia donde partiré / para toda la eternidad. / ¡En el vasto reino / de la noche universal / solo se posee / un conocimiento: / el divino, eterno y primitivo olvido!»

Demasiada eternidad

Jonas Kaufmann y Anja Harteros en el segundo acto de la versión de Warlikowski de la tragedia musical de Wagner.

Múnich y Aix-en-Provence firman la última actualización de la ópera Tristan und Isolde, de Richard Wagner. texto Felipe Santos [Com 93]

@ultimoremolino fotografía ©W. Hoesl / Bayerische

Staatsoper

100—Nuestro Tiempo  verano 2021

Le debemos a la pasión de Richard Wagner por la mujer de su mecenas esta partitura deslumbrante, en la que sobresalen compases con una de las músicas más bellas jamás compuestas. Así que, tratando de levantar un homenaje al amor eterno que profesaba por Mathilde Wesendonk, terminó por convertir en eterna la obra de arte. La sublimación del sentimiento amoroso fue una constante en el romanticismo. Cuanto más imposible y complejo fuera,

conducía sin remedio a una solución radical. El de Tristán e Isolda no es menos, empujados a vivirlo al abrigo de la noche, hasta que la muerte sea quien los una para siempre. Pero ese «para siempre» ya fue un exceso que no ayudó a la comprensión del sentimiento. Como a la belleza, al amor le ocurre que resulta más cegador cuanto más débil lo presentimos frente al embate de las circunstancias. Cuando se trata de escenificar esta ópera, el relato tradicional no satisface la pro-


Escena del segundo acto del Tristán de Simon Stone (Aix-enProvence) © jean-louis fernandez

fundidad de la historia que se pretende contar. Las puestas en escena tratan de hacer reflexionar desde el presente sobre los grandes temas que plantean obras concebidas en siglos pasados. El Teatro de la Ópera de Baviera y el Festival de Aixen-Provence han sido los últimos lugares donde se ahonda en el mito de los dos amantes. En el libreto original, la irracionalidad de la pasión se debe al filtro del amor que beben ambos. Si bien Isolda quería envenenar a Tristán, su sirvienta intercambia las pociones. Es difícil sustraerse a ese deus ex machina. Tanto en Múnich como en Aix lo respetan y lo vinculan con las drogas contemporáneas. Krzysztof Warlikowski parte de un planteamiento onírico. En la región de los sueños radica el paraíso de los amantes, que en este caso proceden de un sanatorio mental donde Tristán es uno de los internos e Isolda, la directora. Se citan a escondidas cuando Tristán deja la institución y tratan de recuperar las sensaciones a través de las sustancias farmacológicas que tomaron en aquel primer momento. Todo transcurre en un escenario art decó de largas paredes de madera que se ayuda de proyecciones para subrayar los significados de los sueños. A la derecha, una copia del diván que Freud tenía en Bath. Simon Stone [director de la versión de Aix] es mucho más realista; las alucinaciones son breves momentos en una narración que nace de la tensión entre la fidelidad de Isolda y la infidelidad de Tristán. Así es como escenográficamente explica ese odio irracional de ella, que la empuja a querer envenenarlo. Tristán está atrapado en una sempiterna historia pasional, que un día empezó con Isolda y que en el preludio pretende continuar

duelo de titanes en múnich y en aix-en-provence Los montajes de Warlikowski y de Stone son respetados y discutidos. Warlikowski deslumbró hace dos años con su Salomé y se ganó el derecho de ponerla en escena en el teatro donde se estrenó. Por su parte, los trabajos de Simon Stone en Múnich con Die tote Stadt de Korngold y el Tristán de Aix-en-Provence lo mantienen en el olimpo de los grandes directores de ópera.

con otra mujer más joven. El segundo acto rememora el origen de su relación, en la oficina donde trabajan a las órdenes del rey Marke, el marido de ella. La escena del dúo de amor se plantea aquí como un desdoblamiento de los amantes en diversas parejas atrapadas en un bucle: desde la más joven a la más madura, que conduce la acción, y hasta terminar en la más mayor, con un Tristán en silla de ruedas atado a una máquina de oxígeno mientras Isolda, encanecida pero todavía joven, lo atiende. La voluptuosidad del momento tiene a las cuatro parejas sobre el escenario, como si las noches de pasión de una vida se vivieran al mismo tiempo y estuvieran interconectadas entre sí. El tercer acto transcurre entre las paradas de la línea 11 del metro de París, que se interrumpe en un breve excurso durante el delirio de Tristán. Las heridas las causa el hijo de Marke, aunque en el libreto Melot siempre será un amigo de Tristán que se debate entre él y su fidelidad al rey. Stone pone en sus manos la figura edípica y freudiana de «matar al padre». La muerte de amor, la bellísima aria que cierra la ópera, se canta en un vagón en claroscuro como una reivindicación de la fidelidad de Isolda, que decide desaparecer de la vida de Tristán antes que morir. Quizá la verdadera tragedia del amor eterno del romanticismo esté en que siempre termina. Demasiada eternidad le fue conferida para que aguantara las duras pruebas de la rutina y la mundanidad de lo cotidiano. Múnich y Aix-en-Provence sacan a la luz dos propuestas del agotamiento de esta visión. Tan solo la primera deja a los amantes en el recuerdo eterno de una felicidad efímera. Pero para entonces el hombre ya llevará demasiado tiempo preguntándose qué es la felicidad.

FICHA ARTÍSTICA

Tristan und Isolde, de Richard Wagner. Nueva producción del Teatro de la Ópera de Baviera, estrenada el 29 de junio de 2021. Director de escena: Krzysztof Warlikowski. Escenógrafa y figurinista: Małgorzata Szczesniak. Iluminador: Felice Ross. Intérpretes: Jonas Kaufmann, Mika Kares, Anja Harteros, Wolfgang Koch, Sean Michael Plumb, Okka von der Damerau. Director musical: Kirill Petrenko.

Nueva producción del Festival de Aix-en-Provence, estrenada el 2 de julio de 2021. Director de escena: Simon Stone. Escenógrafo: Ralph Myers. Figurinista: Mel Page. Iluminador: James Farncombe. Intérpretes: Stuart Skelton, Nina Stemme, Jamie Barton, Josef Wagner, Franz-Josef Selig, Dominic Sedgwick. Orquesta Sinfónica de Londres. Dirección musical: Sir Simon Rattle.

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Arte

la naturaleza como lienzo Entre 1982 y 1991, los troncos del bosque de Oma (Kortezubi, Bizkaia) se convirtieron en el soporte de una de las aventuras estéticas más reconocidas de Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930), que recibió la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes junto con los integrantes del Equipo 57 en 1993. deia - pablo viñas

El mural que Agustín Ibarrola pintó hacia el año 1977 se compone de diez óleos que miden en total diez metros de largo.

El Guernica de Ibarrola vuelve a casa Nadie había visto este otro Guernica desde hacía cuatro décadas. Pero tras salir a la luz en la feria ARCO en julio, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha recuperado una pieza clave del patrimonio artístico vasco, que se dio a conocer precisamente en una de sus salas en 1977. texto Ana Eva Fraile [Com 99] 102—Nuestro Tiempo  verano 2021

Esta es la historia de dos cuadros unidos por un nombre cuyos caminos nunca llegaron a cruzarse. El 4 de junio de 1937, después de cinco semanas agónicas, Picasso dio las últimas pinceladas al Guernica en su taller de la parisina rue des Grands-Augustins. «No sé cuándo lo acabaré. Puede que nunca. Será mejor que vengas y lo cojas cuando lo necesites», respondió al arquitecto Josep Lluís Sert durante una de sus visitas. Como recordaba el propio Sert, el pintor se presentó con el gran lienzo a finales de junio en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París. Finalmente, el 12 de julio, en plena Guerra Civil, el mundo vio el Guernica por primera vez. Picasso supo de los bombardeos de la aviación alemana sobre la villa vizcaína a través de las dramáticas imágenes publicadas por el diario francés L’Humanité. Esta noticia, como señala Paloma Esteban Leal en la ficha del Museo Reina Sofía, le impulsó a culminar una de las escenas más representativas del arte del siglo xx.

El 26 de abril de 1937 era lunes de mercado en Gernika. A las cuatro menos cuarto de la tarde, las campanas de la iglesia de San Juan empezaron a tañer. Minutos después..., «un océano de dolor y de muerte». Con estas palabras describió Picasso el ataque, según citó en 1947 Alfred H. Barr Jr., primer director del MoMA. Elegió solo tres colores —blanco, negro y gris— para dar forma a este alegato contra la guerra de 3,49 metros de alto y 7,77 de largo. La misma paleta cromática que utilizó Agustín Ibarrola cuarenta años después para su Guernica. El pintor bilbaíno solo añadió el rojo de los balazos. Mientras la obra de Picasso recibía asilo en el museo de Nueva York, la de Ibarrola abanderó en los setenta el empeño de un grupo de artistas e intelectuales vascos —entre los que se encontraban Chillida y Oteiza— por que el Guernica del malagueño se instalara en el escenario de la tragedia. En 1977, el mural de Ibarrola se dio a conocer en la sala Gris del Museo de Bellas


el primer hogar del ‘guernica’ Hacía cinco meses que había estallado la Guerra Civil cuando se colocó la primera piedra del Pabellón Español en París. Desde aquel 27 de febrero de 1937, se trabajó contra reloj para conseguir un milagro. El edificio se inauguró el 12 de julio y las creaciones de Picasso, Miró, Alberto Sánchez o Alexander Calder atrajeron todas las miradas. museo nacional centro de arte reina sofía

APUNTES

museo de bellas artes de bilbao

Artes de Bilbao; cuatro años más tarde, el 10 de agosto de 1981, la creación de Picasso aterrizó por fin en España. Cuando largas hileras de personas aguardaban el 25 de octubre en el madrileño Casón del Buen Retiro para contemplarla, coincidiendo con el centenario del nacimiento de su autor, Agustín Ibarrola decidió descolgar definitivamente los diez lienzos que forman su obra. Y permanecieron ocultos en un almacén de su caserío de Oma (Bizkaia) hasta que el galerista José de la Mano los redescubrió en noviembre de 2020. Fue por casualidad. Tenía en mente un proyecto sobre los trabajos geométricos del Equipo 57 y, entre los catálogos que le envió la familia, una foto despertó su curiosidad. Nunca olvidará la experiencia de estar frente a este cuadro de dos metros de alto y diez de largo «absolutamente espectacular», un óleo donde motivos figurativos icónicos de Picasso se entretejen con elementos del universo creativo del pintor vasco, como los enrejados.

De la Mano vio la oportunidad de sacar de nuevo a la luz esta «joya» en la feria ARCO, que celebró su cuarenta aniversario plantando cara a la pandemia, y deslumbró a los visitantes. «Un escaparate que hacía justicia a esta obra histórica», reconoce. Para la familia era muy importante dejar claro el contexto en el que se creó. «Esta interpretación del Guernica surge en un momento en el que se estaba construyendo la democracia en España —explica—. El cuadro refleja la represión policial y la lucha contra la dictadura» . En 2021 se cumplen cuarenta años de la llegada del Guernica de Picasso a España. También hace cuatro décadas que el Guernica de Ibarrola se sumió en el olvido. Un espacio que nunca volverá a habitar. El Museo de Bellas Artes de Bilbao lo adquirió en julio y ya prepara la que será su segunda presentación oficial. Como apunta su director, el cuadro está recibiendo «un pequeño tratamiento de conservación» antes de exhibirse nuevamente después del verano.

picasso, director del museo del prado El 19 de septiembre de 1936 Manuel Azaña, entonces presidente de la República, nombró a Picasso director del Museo del Prado. El artista, que nunca tomó posesión de su cargo ni tampoco fue oficialmente destituido, intentó salvaguardar las obras de Velázquez, Goya y El Greco durante la Guerra Civil. Antes de que el Gobierno evacuara las 425 piezas que componían la colección, las almacenó en los sótanos del edificio protegidas con sacos de arena. el valor de la historia El Museo de Bellas Artes de Bilbao adquirió en julio el mural de Ibarrola por trescientos mil euros gracias a una aportación extraordinaria de las tres instituciones fundadoras: el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. La compra propició la donación de otras dos obras de Ibarrola fechadas entre 1973 y 1979. Ambas formaron parte del singular montaje concebido por el pintor para otra de sus exposiciones en la sala Gris en 1979.

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verano 2021  Nuestro Tiempo —103


HISTORIAS MÍNIMAS Ignacio Uría

Soñar acaso

seguían en la cama, bien hablando o bien rezando; otros se levantaban y comían algo —ah, el viejo resopón—, jugaban a las cartas o preparaban la comida del día siguiente. Hoy nos sorprende, pero extraña menos si pensamos en los benedictinos. Estos monjes se retiraban a las siete de la tarde, se levantaban a las once para maitines y laudes y volvían a sus jergones a las dos de la mañana hasta que llegaba la hora prima. Así, día tras día, como en un sueño divino. En aquellos tiempos, la cama dejó de ser un mueble para dormir y se convirtió en un símbolo de estatus social. Lo narra Hans Christian Andersen en La princesa y el guisante, cuento donde la candidata a reina debe dormir en una cama con veinte colchones y percibir si hay escondido un guisante entre ellos. Solo los reyes podían permitirse tal despliegue de sensibilidad, comodidad y poderío. También Cervantes, con esa vena cronista tan suya, nos habla de cómo dormían hidalgos y campesinos: «Cumplió don «A veces, me pregunto qué soñarían los grandes, Quijote con la naturaleza durmiendo el primer sueño, sin dar por ejemplo, Julio César. Sin embargo, pienso en lugar al segundo, bien al revés de Sancho, que nunca tuvo segundo, porque le duraba el sueño desde la noche hasta la mañana, él y se me aparece su onírica esposa, Calpurnia, en que se mostraba su buena complexión». que vio a su marido ensangrentado en los idus Las cosas cambiaron con la Revolución Industrial y la llegada de marzo» de la iluminación artificial. Primero, el gas; después, la electricidad, y de remate los horarios inhumanos de las fábricas. STÁIS SEGUROS DE QUE ESTAMOS despiertos? El cuerpo perdió el oremus y ya no sabía si tenía que seguir Para mí es como si estuviéramos durmiendo, y despierto, dormir o levantarse. Tan solo la siesta —que resiste soñando». Esto se lo preguntaba Shakespeare en ahora y siempre al invasor, cual guerrero galo— nos recuerda Sueño de una noche de verano —obra con duende y con esa alternancia de sueño y vigilia característica de otras épocas, bosque— en boca del enamoradizo Demetrio, eternamente más humanas por más lentas y menos capitalistas. cautivado por Helena y solo por eso digno de aplauso. Pero eso Goya, que era insomne, odiaba la noche porque en ella la es otra historia. razón dormía y producía monstruos (grotescos, cómicos o A veces me pregunto qué soñarían los grandes, por ejemplo, trágicos, daba igual, pero monstruos al fin). Luego llegó Freud, Julio César. Sin embargo, pienso en él y se me aparece su onírique veía enfermos por todas partes, y quiso interpretar los sueca esposa, Calpurnia, que vio a su marido ensangrentado en los ños, concluyendo que eran impulsos reprimidos por la mente. idus de marzo. También me curiosea Fernando III, rey santo y Psiquiatras posteriores, como Jung o Pearls, opinaban otra coconquistador que mandó levantar las catedrales de León y Bursa —qué bueno es disentir—, pero todos convenían en que los gos. Supongo que anhelaría la gloria de Dios y verle cara a cara. sueños siempre tienen un significado. Hoy día existen teorías Al final lo consiguió. neurológicas para las que la función de los sueños es desaprenMiguel Ángel ambicionaba diseñar una der. Borrar de nuestro cerebro conexiones cúpula más bella que la de Florencia. Paunerviosas innecesarias que ocupan espacio LA PREGUNTA DEL AUTOR lo III le dijo que lo intentara en San Pedro cerebral. del Vaticano, pero Buonarrotti sabía que era El sueño, qué gran cosa aunque se ronque ¿Ha perdido la sociedad un sueño inalcanzable. Por eso, se despidió y apenas dure unas horas. Los sueños, más occidental su capacidad de del domo florentino con una declaración de grandes aún porque duran años y sobreviven soñar? amor: «Me voy a Roma para construir a tu heral que los tiene. ¿Soñamos para vivir? ¿O quizá mana. Más grande, quizá, que no tan bella». para olvidar? Lo relata Vasari en sus Vidas y «se non è vero, Vivir, dormir, morir: soñar acaso, pero soè ben trovato». ñar para quedarse corto. Una historiadora británica, Sasha Hand@NTUnav ley, cuenta en uno de sus libros que, hasta Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] es profesor Opine sobre este asunto en de Historia en la Universidad de Alcalá. finales del siglo xvii, lo normal era dormir Twitter. Los mejores tuits se @Ignacio_Uria alrededor de cuatro horas, permanecer despublicarán en el siguiente número. pierto una o dos horas más, y volver a dormir otras cuatro. ¿Qué hacían entre medias? Unos

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ENSAYO

Historia reciente y desmemoria

Raíces, lecturas y relecturas de la Transición La Transición española a la democracia se consideró unánimemente un gran triunfo hasta el siglo xxi. Sin embargo, en los últimos veinte años, determinados grupos de izquierda proponen una mirada revisionista. Un enfoque populista de la política ha llevado a subrayar mucho más la ruptura que el acuerdo, reduciendo a ruinas la conciliación lograda en los setenta. Además, cerca el principal fruto de ese periodo, la Constitución, en aspectos centrales como la monarquía o el sistema territorial. La posible simplificación o el puro olvido hacen pertinente una reflexión sobre los orígenes, las alternativas y las consecuencias de lo vivido en aquellos años en España. PABLO PÉREZ LÓPEZ Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra

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en su obra transición. una política española (19372017), Santos Juliá se remonta a la Guerra Civil para aproximarse al hecho y al concepto de la transición a la democracia, y se extiende hasta 2017 para abarcar el movimiento de ruptura nacional-populista vivido en Cataluña en ese año, que describe como un intento de terminar con el sistema surgido en el 78. Su sólida aportación demuestra la conveniencia de ese arco cronológico amplio para comprender de qué hablamos. A partir de la muerte del general Francisco Franco en 1975 España caminó hacia la libertad. Consiguió establecer una democracia donde esta había fracasado y abocado a una trágica guerra civil entre 1936 y 1939. El recuerdo de aquel desengaño estuvo muy presente en el proceso de democratización en los setenta. en busca de definición. El régimen de Franco no fue un apéndice de los totalitarismos derrotados en la Segunda Guerra Mundial. Se le ha identificado a veces con esos perdedores, como si los vencedores hubieran sido solo las democracias. Ese juicio exige olvidar que el totalitarismo comunista ganó la batalla e impidió la democratización de media Europa. Y, también, otra cuestión más relevante: que el conflicto español ocurrió antes que el mundial, que no lo replicó, ni tampoco lo anticipó, aunque fuera un precedente, según señala el historiador estadounidense Stanley Payne en La Guerra Civil española (Planeta, 2014).


ILUSTRACIONES: SR. GARCÍA

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Historia reciente y desmemoria

Al terminar la contienda mundial, los exiliados republicanos españoles promovieron una intervención en España para deponer a Franco. Las democracias se opusieron al reconocer que el enmarañado problema era esencialmente español y que la solución debía serlo también. La guerra había sido la consecuencia de numerosas rupturas sociales: entre derechas e izquierdas, revolucionarios y contrarrevolucionarios, intransigentes y moderados, totalitarios y demócratas, laicistas y católicos, separatistas y defensores de la unidad nacional, republicanos y monárquicos, etcétera. Semejantes divisiones habían atravesado el interior de los grandes grupos políticos y llevaron a que una creciente violencia acosara al Estado de derecho hasta derribarlo. El levantamiento militar y los grupos revolucionarios que se le enfrentaron consiguieron reducir el país a dos únicos bandos, pero no repararon las rupturas que los habitaban. Franco interpretó su victoria como un triunfo personal que confirmaba la validez de sus ideas políticas, no muy sofisticadas: el peligro revolucionario comunista representaba el peor enemigo, y el liberalismo individualista y la democracia le resultaban sistemas desintegradores que debían rechazarse para construir una nación unida, fuerte y en paz. El remedio pasaba por reconocer la grandeza del pasado español y edificar sobre él la convivencia nacional. Las instituciones tradicionales garantizarían esa restauración. Los hechos pusieron a prueba el planteamiento de Franco: dentro de su propio bando competían por el poder diversas tendencias, la más activa asimilada al entonces prometedor fascismo. Pero lo tradicional en España era la monarquía, y el pretendiente al trono deseaba regresar; la situación internacional resultaba muy complicada; los católicos, que habían buscado en el Ejército rebelde refugio frente a la persecución religiosa, no congeniaban con los fascistas y consideraban demasiado estatalista su proyecto político. De hecho, el Ejército apoyó más que ningún otro grupo al general, que apagó toda disidencia inaugurando lo que sería una constante durante su mandato: su persona como clave del régimen. En el exterior, la oposición a Franco siguió muy dividida y no encontró una alternativa capaz de hacerle frente. Ambas partes habían entendido la Guerra Civil como el enfrentamiento entre dos modelos de España incompatibles. La victoria de Franco significó una dura represión para todos los que habían apoyado a 108—Nuestro Tiempo  verano 2021

la República. El franquismo intentó eliminar la oposición y someter y unificar las facciones que lo habían secundado. Lo hizo con extraordinaria contundencia, especialmente con los vencidos, pero también con los que le favorecieron y se atrevieron a disentir. Las instituciones del régimen se fueron definiendo poco a poco: primero se apeló a la «constitución tradicional» del país como base del nuevo orden y luego se recurrió a definir España como un reino, pero sin permitir la vuelta del rey ni nombrar a Franco regente. Así se manifestaba que Franco estaba por encima de la monarquía: su sistema encarnaba la tradición del pueblo español, que él personificaba, se había hecho con el poder en un momento de hundimiento de la política y lo devolvería a un soberano cuando el peligro pasara. Esta idea, casi insoportable para los monárquicos, hija de la Guerra Civil, guio el ejercicio del poder franquista. En 1947, una ley de rango constitucional ratificada en referéndum avaló la Corona. Junto al trono vacío, en representación del pueblo se erigieron unas Cortes que elegidas por el propio Franco y, en parte, por las corporaciones públicas. Se creó así una «democracia orgánica» —distinta de la individualista liberal— que pretendía ser la síntesis de las libertades tradicionales. cambios sucesivos y planteamientos para “el día siguiente”. La resistencia del régimen y la incapacidad de sus adversarios para derrocarlo encontraron un aliado en la situación internacional. La Guerra Fría alteró el conservadurismo norteamericano y parte del europeo en anticomunismo, y facilitó un posible entendimiento con Franco. España comenzó su apertura al exterior e ingresó en la ONU en 1955. A finales de los cincuenta, la evidente necesidad de reforma económica empujó a Franco a dar un giro a su Gobierno: inició una transformación del tejido económico del país y auspició un gradual y limitado cambio político. Todo esto culminó con

Franco estaba por encima de la monarquía: él personificaba al pueblo español, se había hecho con el poder en un momento de hundimiento y lo devolvería a un rey cuando el peligro pasara.


la aprobación de nuevas leyes fundamentales que modificaron ligeramente la arquitectura del sistema y, sobre todo, llevaron al nombramiento en 1969 de un sucesor de Franco a título de rey: el príncipe Juan Carlos de Borbón, hijo del pretendiente Juan de Borbón y legítimo heredero de la corona en la Casa Real presente en el trono hasta 1931. La represión inicial se había suavizado, y las libertades aumentaron paulatinamente. Las reformas legales tendieron a recuperar el Estado de derecho con las limitaciones de un sistema sin libertad política. Las nuevas generaciones de cuadros profesionales y de gobernantes en España estaban formadas en ver la democracia como futuro del país, cuando se superara la etapa simbolizada por el general vencedor de la guerra. La sociedad en su conjunto apuntaba en la misma dirección: estaba políticamente muy desmovilizada y experimentaba cambios muy intensos en los modos de vida; la renta per cápita creció, y el nivel de estudios también. España se convirtió en la décima economía del mundo a finales de los sesenta. Por otra parte, si ya desde la guerra el catolicismo había sido una llamada a la reconciliación, durante el Concilio Vaticano II se esfumó la idea de que un régimen confesional fuera lo mejor para un país de mayoría católica. El pluralismo y la libertad religiosa fraguaban el nuevo paradigma. Expulsar del poder al general se había demostrado ilusorio. La oposición comenzó a pensar en lo que ocurriría tras su muerte. El tránsito a la democracia empezó a valorarse entre exiliados y oposición interna. Grupos de universitarios, profesionales, altos funcionarios y responsables del régimen preparaban un cambio. Distintas propuestas convergieron en una solución: transformar desde dentro el sistema y llegar a una democracia. Para hacerlo debían darse varias circunstancias. La primera y fundamental, que el nuevo jefe del Estado, el rey, lo aceptara. Segunda, que la clase política franquista se retirara. Parecía difícil, pero posible. Había una minoría abierta a reformas entre los franquistas, decidida y joven, capaz de convencer a los más recalcitrantes sobre la conveniencia de hacerlo. Más complicado resultaría que el Ejército admitiera ese cambio. Era preciso, también, que la sociedad lo aprobara. Estaba bastante claro que la gente prefería un cambio pacífico, sin sobresaltos ni violencias, que alejara el peligro del enfrentamiento y de una nueva guerra. Por último, la oposición debía sumarse al proceso. Desde finales de los sesenta se iba dibujando algo así: en el di-

lema entre la vuelta de la República o de las libertades, muchos republicanos, incluidos algunos socialistas y comunistas, habían concedido que lo fundamental era recuperar la libertad y no el tipo de sistema. Si la monarquía garantizaba las libertades políticas, podría ser un camino efectivo de transición a la democracia. No obstante, algunos miembros de la oposición sostenían que la ruptura con el franquismo era imprescindible. la transición: reforma mediante ruptura pactada. Franco falleció en noviembre de 1975, y el rey Juan Carlos I ocupó la jefatura del Estado. Inmediatamente impulsó un proceso de democratización que se estancó en una primera fase. Para acelerarlo, el joven rey recurrió a un nuevo presidente del Gobierno en julio de 1976: Adolfo Suárez, identificado con las intenciones del monarca, que se manejaba con gran habilidad entre la clase política franquista. Estos dos personajes se convirtieron en símbolos de la recuperación de la democracia, aunque su popularidad ha experimentado cambios con el curso de acontecimientos posteriores. Tras el intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981, el rey aglutinó la adhesión simbólica al sistema democrático. El afecto general se desplazó del monarca a Suárez después de su muerte y la abdicación de Juan Carlos I en 2014. El Gobierno de Suárez de 1976 presentó un proyecto de ley para la reforma política que posibilitó la creación de nuevas instituciones democráticas a partir de las normas refrendadas por Franco. La propuesta legislativa se expuso al partido único y las Cortes franquistas, que la aprobaron, y abrieron así la vía a su propia disolución. Se sometió a referéndum en diciembre de 1976: el 94 por ciento votó a favor, con una participación del 78 por ciento. El Gobierno había dado los primeros pasos hacia la democratización. ¿Qué podía frustrar la realización de aquella aspiración? Primero, una reacción involucionista, en verano 2021  Nuestro Tiempo —109


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Historia reciente y desmemoria

especial si se apoyaba en los militares y empujaba a un golpe. Fracasó, aunque algunos lo intentaron. Segundo, una respuesta rupturista radical de la oposición que se negara a entrar en el juego propuesto. Solo los terroristas de ETA y de algunas otras formaciones de extrema izquierda y una pequeña facción de extrema derecha intentaron impedir de forma violenta que la Transición prosperara. En cambio, el apego popular se manifestó abundante y sólido. Juan Carlos I y Adolfo Suárez consiguieron hacerse portavoces de ese deseo, negociar con los actores políticos y que todos, especialmente la oposición, lo aceptaran. El último escollo fue la legalización del Partido Comunista de España en la primavera de 1977. Con eso, todo quedaba listo para las primeras elecciones democráticas, en junio de ese mismo año. Las ganó la Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición de partidos reformistas encabezada por Suárez en la que coexistían antiguos franquistas y opositores al régimen. En segundo lugar, quedó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a continuación el Partido Comunista, la derecha ligada al franquismo y, finalmente, otras formaciones, algunas nacionalistas. la constitución de 1978 y su aplicación. Las Cortes democráticas recibieron el encargo de elaborar una Constitución. La acometieron con el criterio de hacerla todos juntos, no unos frente a otros. Se quería que fuera una obra de consenso, y no de parte, como las constituciones anteriores. El reto se consiguió en un plazo relativamente breve pese a la fuerte embestida separatista del terrorismo de ETA y a las dificultades económicas, objeto de un pacto específico para evitar la quiebra nacional. La búsqueda de una convergencia política en lo fundamental avanzó de la mano de conceder una amplia amnistía, que llegó a ser símbolo de la reconciliación. En paralelo, se vivió una descentralización del poder territorial que anticipó la que más adelante consagró la Constitución: la llamada «España de las Autonomías». Las relaciones entre los partidos buscaron el consenso, palabra que se convirtió en descriptor y símbolo del periodo constituyente. La carta magna fue posible por el acuerdo social observado en el referéndum y las elecciones: el pueblo había manifestado su apoyo a una propuesta de reconciliación política que reflejara la que ya se había vivido en los hogares y las calles. La Constitución la 110—Nuestro Tiempo  verano 2021

aprobaron las nuevas Cortes y —por primera vez en España— quedó ratificada en referéndum en diciembre de 1978 con el voto a favor del 92 por ciento y con una participación del 67 por ciento. El rey la sancionó y se transformó así en monarca constitucional. Prácticamente todos coincidían en que había sido un logro histórico. Se había impuesto la convivencia frente a la división. Al año siguiente se celebraron nuevas elecciones generales, que volvió a ganar UCD, y también locales, para constituir los primeros ayuntamientos democráticos. En las municipales, aunque UCD obtuvo el mayor número total de votos, no consiguió las alcaldías de varias ciudades importantes, entre ellas Madrid. Era el síntoma de un movimiento de la opinión que se manifestaría rotunda en la siguiente convocatoria a las urnas: UCD entró en una grave crisis interna en 1980 y el PSOE ganó por mayoría absoluta los comicios de 1982. La llegada de la izquierda al poder, con la nueva Constitución consensuada, refrendó la validez del sistema. De ahí que muchos consideren ese momento el final de la Transición a la democracia en España. Antes de que los socialistas alcanzaran el Gobierno se habían producido otros hechos de gran trascendencia política. El primero, la consolidación de un mecanismo de reparto del poder territorial que creaba gobiernos autónomos en todas las regiones españolas. Era una demanda largamente planteada. Las elecciones celebradas en las nuevas autonomías —en primer lugar, en Cataluña y el País Vasco— manifestaron la crisis del centro político y la pujanza de algunos nacionalismos. En segundo lugar, se contaba con que la democracia y la descentralización trajeran el final del terrorismo separatista de ETA, pero no fue así. Al contrario, la banda cometió más asesinatos que nunca durante los primeros años de libertad, demostrando que su violencia iba también en contra la España democrática.

Las Cortes acometieron el encargo de elaborar la Constitución con el criterio de hacerla todos juntos, no unos frente a otros. Se quería que fuera una obra de consenso.


Parcialmente como consecuencia de la ofensiva terrorista y de las dudas sobre si la descentralización podría degenerar en desintegración, se produjo un intento de golpe de Estado involucionista, promovido por militares, en febrero de 1981. Lo abortaron las fuerzas políticas y la falta de adhesión de la mayor parte del Ejército, con el rey y las instituciones como protagonistas. El proceso judicial que siguió al golpe sirvió para reafirmar la primacía del poder civil sobre el militar y para prevenir nuevas intentonas golpistas. el legado. La Transición española a la democracia sorprendió por su efectividad, su relativa celeridad y su carácter pacífico. En muchos casos se vio y estudió como modelo para la sustitución de un régimen dictatorial por uno democrático. En buena medida fue eso, pero hay que advertir que el franquismo en los setenta era más un régimen autoritario con rasgos propios de un Estado de derecho que una dictadura personal. El sociólogo y profesor español de Ciencia Política en la Universidad de Yale J. J. Linz lo definió como un autoritarismo de pluralismo limitado. A pesar de que Franco se reservaba el manejo último de las palancas del poder y no hubiera libertades políticas, el respeto a la ley era un hecho en numerosos ámbitos. Conviene tener presente también que muchas de las fuerzas que habían apoyado al general estaban deseosas de un cambio de signo democrático y lo manifestaban así públicamente de forma más o menos expresa. Era el caso de un gran porcentaje de las clases instruidas, de la jerarquía católica, de los grupos derechistas moderados, de un sector del Ejército, de las organizaciones sindicales, de la mayoría de los empresarios, etcétera. A ellos se sumaba una oposición que comprendió las ventajas de una negociación pragmática que evitara la ruptura a cambio de unas libertades políticas completas y garantizadas. El rey actuó como piloto de esa transformación y permitió una metamorfosis en la que la Corona mudaba por completo su papel: de poder personal escasamente limitado a poder constitucional arbitral más simbólico que efectivo. Con el paso del tiempo y la práctica política se manifestaron las carencias que también acarreó el proceso. La más significativa ha resultado la difícil integración de los poderes territoriales autónomos en un proyecto unitario. Fue una apuesta arriesgada en busca de compaginar diversidad y unidad,

pero no funcionó como se esperaba. Los gobiernos autonómicos se convirtieron en algunos casos en competidores del poder central, y eso ha puesto en riesgo al propio Estado y la democracia española, al mismo tiempo que dejaba descontentos a los que reivindican una personalidad política propia. Esta cuestión estuvo ligada al terrorismo y la respuesta del Estado a su desafío, ya que el terror más tenaz y sangriento ondeaba la bandera separatista. Pareció que la democracia había ganado tras una larga lucha la batalla policial y judicial cuando ETA dejó de matar en 2010, pero no ocurrió lo mismo con la de la legitimidad política. Esto se debió en parte a que durante la Transición varios grupos políticos concedieron legitimidad a ETA como luchadora contra el franquismo, un apoyo difícil de retirar cuando siguió ensangrentando a la democracia. Para muchos fue una lección amarga que algunos pagaron con la vida. El poder militar, en cambio, pese a presentarse como el gran problema inicial, se ajustó bien al funcionamiento de la democracia. Finalmente, la cuestión de las víctimas de la represión franquista y de la memoria comenzó a plantear un desafío en las postrimerías de los años noventa por su recuperación como argumento político de actualidad. De ese planteamiento nació una tendencia a denunciar la Transición como un proceso de engaño y camuflaje, algo que contradice las evidencias históricas disponibles. El consenso sobre las virtudes de la Transición se perdió con la victoria por mayoría absoluta del Partido Popular en el año 2000 y con la crisis económica de 2008. A partir de entonces ha habido campañas iliberales —nacionalistas, de extrema derecha, comunistas, populistas— contra el régimen democrático nacido en 1978. No está de más recordar cuáles fueron sus orígenes y cuáles sus alternativas para comprender qué sigue en juego hoy. Nt

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VAGÓN-BAR Paco Sánchez

El estreno de la vida en color

«Yo hablo mucho de colores en clase. Me parece una manera eficaz de mostrar a los de primero la importancia decisiva del matiz, para conseguir la especificidad en la escritura, principal rasgo del estilo según Flaubert»

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RIMERO SE LO LEÍ a Nassim N. Taleb: por lo visto, los antiguos griegos se las apañaban con apenas dos colores. Distinguían entre claro y oscuro, palabras que usaban también para blanco y negro. Con el tiempo, añadieron el rojo, porque es el color de la sangre. Más tarde llegaron el amarillo y el verde. Sin embargo, el azul tardó mucho en comparecer. Pese a tanto mar y tanto cielo, no había azules en la Odisea ni en la Ilíada. William Gladstone, varias veces primer ministro británico en el último cuarto del xix, parece que fue el primero en advertirlo. Releyó las obras de Homero solo para cerciorarse. Sobre esta intuición trabajó Guy Deutscher, un lingüista israelí de 52 años que enseña en la Universidad de Manchester. Él fue quien descubrió la ausencia de azules en el mundo antiguo, no solo en Grecia, y quien estableció una primera relación entre la competencia para distinguir colores y el estadio de desarrollo de una sociedad, lo que equivale a definir la capacidad de matizar como un termómetro evolutivo. Cuanto más matiz, mayor progreso. Parece que algunos pueblos no conseguían ver el azul y distinguirlo de los demás colores. Otros sí lo veían, pero les faltaba un término para nombrarlo. Porque no lo necesitaban. Deutscher dispone de una explicación para esto. Cuando su hija estaba comenzando a hablar, se ocupó de enseñarle los colores, pero se aseguró de que nadie le chivara el del cielo. Con los conocimientos ya asentados, y durante un paseo, le hizo un examen de reconocimiento cromático según lo que iban viendo. Por último le preguntó de qué color era el cielo

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de aquel día despejado. Alma, la niña, no supo contestar. Y tardó quizá semanas en dar una respuesta. «Blanco», dijo al fin. Como los antiguos. Deutscher piensa que no necesitaban darle un color al cielo o al mar, porque no son objetos. Por tanto, nadie los ha pintado y carecen de un color estático, cambian. No se caracterizan por su color ni son coloreables. Y casi todo el azul de este Planeta azul se agota en las aguas, las del cielo y las de la tierra, como dice el relato del segundo día de la creación, en el primer capítulo del Génesis. Este asunto me sobresaltó en su momento, porque yo hablo mucho de colores en clase. Me parece una manera eficaz de mostrar a los de primero la importancia decisiva del matiz, para conseguir la especificidad en la escritura, principal rasgo del estilo según Flaubert. Entonces, cuando escriben que la puerta del aula es de color azul, los vuelvo locos. «¿De color azul?», les digo, y contestan: «Sí, de color azul». Les pregunto entonces qué pasaría si quitaran dos palabras. Caen en la cuenta: «¿Quito “de color”?». Digo: «No sé, ¿qué pasaría si lo quitas?». Responden inmediatamente: «Nada». Les explico que, si al suprimir palabras no se pierde nada, entonces sí ocurre algo: que el texto funciona mejor. Esta parte es fácil, se entiende en un santiamén. Pero luego les digo: «¿Y ese azul qué azul es?» y se desesperan. La mayoría responden lo mismo, como si yo estuviera tonto: «El azul es… azul». «Ya, pero es el azul de tu camisa, el de aquella mochila, ¿qué azul?». Piensan un momento, se meten en Google, tropiezan con escalas de Pantone y paletas infinitas de azul. Resoplan. Hablan con el de al lado. Me llaman. El color de la puerta importa poco. Importa que les importe el matiz, que lo busquen y lo disfruten, que no se queden en dicotomías primitivas, en claro y oscuro, en blanco y negro. Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] es periodista y profesor titular de la Universidade da Coruña. @pacosanchez



NUESTRO TIEMPO NÚMERO 711 VERANO 2021 11 euros

Número 711 NUESTRO TIEMPO Verano 2021

Brecha en África Gobernantes eternos se aferran al poder en el continente más joven Pasado y presente Las fotografías de Ana Teresa Ortega reflexionan sobre la fragilidad de la memoria Los de la maleta El campus, protagonista y testigo de grandes sueños

DOBLE PANDEMIA

Margarita del Val, la voz del CSIC en la crisis sanitaria, lucha contra el virus y la desinformación


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