Luis Alberto López Palomo
Memoria de Fuente Álamo
ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PUNTUAL EN FUENTE ÁLAMO (Puente Genil) (1ª parte)
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FICHA TÉCNICA Yacimiento: Fuente Álamo Término municipal: Puente Genil (Córdoba) Promueve: Exmo. Ayuntamiento de Puente Genil Dirige: Luis Alberto López Palomo Equipo de dirección: Manuel Delgado Torres David Jaén Cubero F. Javier Ávila Casasola Equipo de excavación: Antonio Jiménez Cejas José Campos Estepa Manuel Martos Pérez Jesús Ruiz Charro Otras colaboraciones: Topografía y Planimetría: Luis del Moral y Grrupo Campiña Sur Palinología: José Luis Ubera Diseños geométricos compositivos mosaicos: Sebastián Vargas Vázquez Estudio Pintura mural: José Miguel Bascón Mateos Dibujo Mosaicos: Lina Morales Informática: David Jaén, Juan Alberto Aguilar y José Miguel Bascón Página web: José Mª Ruiz Florido *** Fecha de autorización de la actividad: 2 septiembre de 2005 Desarrollo: 10 octubre 2005-15 mayo 2009
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INDICE GENERAL (1ª parte) I.
Localización geográfica de Fuente Álamo…………………..
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II.
El medio físico. La geología de la zona………………………
III.
Antecedentes de investigación arqueológica………………. 13
IV.
La investigación arqueológica del siglo XX…………………. 18
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INFORME LITERAL DE LA AA.P. DE 2004……………………………. 29 V.
La excavación actual. El punto de partida……………………. 39 V.1. Objetivos………………………………………………………. 47 V.2. Planteamiento metodológico………………………………. 47 V.3. Excavación en sentido estricto……………………………. 53 V.4. Otras actividades relacionadas……………………………. 53 V.4.1. Modificación de los accesos al interior de la carpa….. 53 V.4.2. Retirada de olivos…………………………………………… 56 V.4.3. Eliminación de barreras……………………………………. 59 V.4.4. Traslado del mosaico de la exedra del oecus………….. 60 V.4.5. Preparación del espacio y colocación de la copia del mosaico de tema nilótico……………………………………… 61 V.4.6. Anastilosis muraria………………………………………….. 64
VI.
Resultados……………………………………………………………. 74 VI.1. Estratigrafía de Fuente Álamo. Reconstrucción de la secuencia histórica. Las fases detectadas…………………….. 78 VI.1.2. La secuencia histórica. Fases…………………………….. 79 VI.1.2.1. La ocupación previa a Roma……………………………. 80 VI.1.2.2. El inicio de la presencia romana. La fase I: el balneum…………………………………………………………….. 82
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VI.
1.2.1.1. La organización arquitectónica del balneum…………. 86
VI.
1.2.2.2.. El establecimiento de la margen derecha…………….. 88
VI.
1.2.2.2.1. Es estanque circular. El frigidarim…………………… 92
VI.
1 2.2.2.2. La ampliación del frigidarium…………………………. 95
VI.
1.2.2.2.3. El estanque oriental. La Natatio……………………….. 99
VI.
1.2.2.3. La organización arquitectónica en la margen Izquierda del arroyo…………………………………………………. 102
VI.
1.2.2.3.1. El ninfeo………………….………………………………... 103
VI.
1.2.2.3.2. El hypocaustum…………………………………………… 106
VI.
1.2.2.4. Hipótesis sobre la existencia de un espacio de culto a las aguas………………………………………………….. 110
VI.
1.2.2.5. La estratigrafía superpuesta al balneum y el final de su funcionamiento………………………………………………………… 118
VI.
1.2.2.6. Fundamentos para la cronología de la fase I, balneum. Análisis preliminar de parte del registro arqueológico asociado………………………………………………………………….. 124
VI.
1.2.2.7. Conclusiones preliminares sobre la fase I, balneum……. 139
VI
1.2.3. Fase II. La villa…………………………………………………... 143
VI.
1.2.3.1. La creación de la villa y su organización arquitectónica. 145
VI.
1.2.3.2. El edificio norte………………………………………………….151
VI.
1.2.3.3. La pars urbana. Aportación de la presente actividad…….154
VI.
1.2.3.3.1. El mitreo…………………………………………………………155
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VI.
1.2.3.3.2. Los grandes espacios de la pars urbana………………. 158
VI.
1.2.3.3.3. La estratigrafía de la pars urbana………………………. 161
VI.
1.2.3.4. La pars rustica………………………………………………. 173
VI.
1.2.3.4.1. Los horrea………………………………………………….. 176
VI.
1.2.3.4.2. La monumentalidad de la habitación 15……………… 180
VI.
1.2.3.5. La estratigrafía de la pars rustica………………………..
187
VI.
1.2.3.6. Fundamentos cronológicos para la fase II. Villa………
189
VI.
1.2.3.7. El edificio sur…………………………………………………
215
VI.
1.2.3.7.1. Organización arquitectónica del edificio sur…………. 216
VI.
1.2.3.7.2. El aula tetraconque………………………………………… 218
VI.
1.2.3.7.3. El hypocaustum……………………………………………. 219
VI.
1.2.3.7.4. El horno……………………………………………………... 220
VI.
1.2.3.8. Estratigrafía del edificio sur………………………………
221
VI.
1.2.3.9. Fundamentos para la cronología del edificio sur…...
223
VI.
1.2.3.10. La técnica constructiva de la villa……………………..
224
Los muros. Los cimientos. VI.
VI.
1.3. Las fases posteriores al abandono de la villa……………… 234
1.3.1. Fase III. Tardoantigüedad. Primera fase de envilecimiento………………………………………………… 235
VI.
1.3.2. Fase IV. Época islámica. Segunda fase de envilecimiento…………………………………………………. 241
VII.
La villa de Fuente Álamo en el ambiente general de la arqueología rural de la Bética……………………………………. 249
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VIII.
Síntesis………………………………………………………………. 254
IX.
Propuestas de actuación futura………………………………… 259
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………….. 263 2ª parte
RELACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS…. 269 Unidades del Área A………………………………………………………….. 273 Unidades del Área B………………………………………………………….. 289 Unidades del Área C………………………………………………………… 298 Unidades del Área D…………………………………………………………. 383 Unidades del Área E/D……………………………………………………….. 493 Unidades del Área E…………………………………………………………… 514 3ª parte INVENTARIO DEL REGISTRO ARQUEOLÓGICO MUEBLE RECUPERADO………………………………………………………………. 582 ANEXO DOCUMENTAL.
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FUENTE ÁLAMO (Puente Genil) MEMORIA PRELIMINAR DE LA ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PUNTUAL DESARROLLADA DESDE EL 10/10/05 AL 15/5/09 Luis Alberto López Palomo I.
Localización geográfica de Fuente Álamo.
En el paraje de los Arenales, dentro del término municipal de Puente Genil, 3 km. al noreste del casco urbano. Sus coordenadas Greenwich son 4º 43´ long. Oeste, 37º 25´lat. Norte (hoja 988 del M.T.N.), fig. 1.
Situación de Fuente Álamo al noreste de Puente Genil
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Sus coordenadas U.T.M.,se especifican en la siguiente imagen
Fuente Álamo
Situación de Fuente Álamo, según las coordenadas U.T.M. La zona delimitada en rojo corresponde al espacio inicial, objeto del proyecto, que se ha visto ampliado durante el transcurso de la excavación con la adquisición de una nueva parcela al norte por parte del Ayuntamiento de Puente Genil, titular de los terrenos.
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II. El medio físico. La geología de la zona. El yacimiento de Fuente Álamo ocupa dos espacios alomados situados respectivamente al norte y al sur del arroyo que da nombre tanto al yacimiento en sí como a todo el paraje en que se ubica. El espacio norte se cierra aproximadamente por la curva 300 aunque los vestigios excavados en la presente intervención apenas superan la cota de 250 m. El espacio sur presenta una rasante algo superior a los 246 m. s.n.m., sin poder precisar por ahora cuál será su cota máxima puesto que su excavación está solamente iniciada. Ambos conjuntos geográficos buzan suavemente hacia la cárcava que ha excavado el arroyo, en torno a la cota 244 m. Cárcava que ha sido la causa histórica de una agresión natural a las estructuras próximas a las márgenes y que, tras los presentes trabajos de excavación, ha desaparecido en el tramo ocupado por vestigios arqueológicos que han sustituido al relieve original y que presentan taludes de arrasamiento con la misma pendiente que ofrecía el terreno antes de su excavación. Toda la zona está plantada de olivar, en su mayoría olivos centenarios que vinieron a sustituir a antiguas vides arruinadas por la filoxera. Es por tanto un monocultivo, que debió estar presente, aunque no de forma tan masiva, en épocas históricas y cuya plantación durante el siglo XIX determinó también agresiones en puntos concretos de las estructuras subyacentes.
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Fuente Álamo al inicio de la presente campaña.
A ambas márgenes del arroyo, en medio de un olivar continuo, el panorama que presentaba el yacimiento, en vista cenital, era éste. El asterisco señala la excavación de 1985. En la actualidad se han suprimido los tramos norte y sur de la cerca y se han desparramado las estructuras extramuros hasta límites insospechados. Se han ido eliminando los olivos a medida que entorpecían la excavación pero sigue siendo un yacimiento envuelto por el olivar.
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íEl arroyo, que fue factor determinante de la implantación humana histórica, presenta en la actualidad un lecho seco, aunque las escorrentías de los terrenos colindantes le hacen correr en épocas de lluvia. Y toda la zona sigue siendo uno de los acuíferos más abundantes de esta parte de la campiña de Córdoba.
El arroyo en una de sus crecidas (9 abril 2008)
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Desde el punto de vista geológico, toda la zona está dentro del dominio de lo que se ha dado en llamar “mioceno campiñés” (LÓPEZ ONTIVEROS, A, 1973, pp. 69-77) representado por un horizonte homogéneo de margas blancas, que constituyen la zona preferente del viñedo de la zona Montilla-Moriles en cuya demarcación se sitúa Fuente Álamo. Sobre este horizonte de tierras “albarizas” se disponen invariablemente tierras aluviales, características del Valle del Guadalquivir. Son depósitos de formación cuaternaria de características arenoso-limosas que en la zona concreta que nos ocupa adquieren en algunos puntos gran potencia y son un rasgo singular que ha incidido incluso en la toponimia puesto que todo el macroespacio en que se incluye el yacimiento, así como la aldea cercana, reciben el nombre de “Los Arenales”. La presencia de arcillas impermeables bajo capas de arena ha favorecido la formación de un gran manto freático que ha suministrado de agua potable a la población de Puente Genil hasta fechas relativamente recientes
y que en la
actualidad está muy agotado por la gran cantidad de pozos que se han excavado en la zona. Es importante el conocimiento
de la estratigrafía geológica puesto que ha
condicionado en parte las estructuras del yacimiento y la propia conformación de éste. Las margas blanquecinas han sido tanto materia prima básica para la construcción de tapiales de los edificios como causa de su soterramiento. De tal forma que en muchas ocasiones resulta complejo distinguir entre un alzado murario y la estratigrafía que ha generado su destrucción y que se ha depositado junto a sus ruinas. Posteriormente al arrasamiento de los muros, las escorrentías desde las cotas superiores han ido acumulando en el interior de los habitáculos un estrato arenoso que se generaliza en todo el yacimiento y que, con algunos matices, va adquiriendo
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mayor potencia mientras más nos acercamos a las cotas por las que discurre el arroyo.
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III. Antecedentes de investigación arqueológica. La presencia de estructuras emergentes o apenas soterradas bajo una débil cubierta vegetal, en algunas ocasiones puestas al descubierto por las plantaciones de olivos, ha hecho que no se pierda la memoria del yacimiento romano, por lo que en estricta justicia nadie puede considerarse su descubridor. Fuente Álamo ha estado presente en la conciencia colectiva de la ciudadanía de Puente Genil, pese a que hasta las dos últimas décadas no había trascendido más que una bibliografía local, fruto de excavaciones decimonónicas que se citan a continuación, más alguna obra de compendio posterior (LOSADA CAMPOS, 1971, pp. 21-24). La extraordinaria entidad de este yacimiento y la valoración que la erudición local ha venido haciendo del mismo queda de manifiesto con sólo leer lo que se publicaba en 1874 en que los señores Pérez de Siles y Aguilar y Cano expresaban su admiración en estos términos: “De la época romana se conservan los arranques de los muros de muchos edificios, gran cantidad de mosaicos, algunos en series continuadas de mucha extensión…” (PÉREZ DE SILES y AGUILAR Y CANO, 1874, p 64). Pero de aquella admiración se pasó pronto al pesimismo. Aquellas estructuras y sobre todo los mosaicos, al descubierto en un paraje agrícola, pasaron a la historia y se perdieron irremediablemente, de modo que veinte años más tarde se lamentaba Aguilar y Cano de la destrucción que se había perpetrado sobre aquellos mosaicos
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hasta el punto de no reconocerse ninguno en todo el término de Puente Genil (AGUILAR Y CANO, A, 1894, 1985, pp. 69-72). Aquellos intelectuales decimonónicos recogen la tradición oral que nunca llegó a olvidarse de este yacimiento y acometieron algunas excavaciones de las que sólo nos han quedado sus informaciones en la historiografía local y los informes que enviaron a la Real Academia de la Historia. Proyectan en sus escritos sus propias informaciones y algunas opiniones previas del historicismo romántico de la época como la que imaginaba en Fuente Álamo una ciudad llamada Tharsis, que sería destruida por los musulmanes a su llegada a España. Hipótesis carente de todo fundamento si exceptuamos la clara presencia islámica, como apéndice histórico, que se ha evidenciado en la actual campaña. En todo momento la documentación arqueológica más llamativa de Fuente Álamo han sido y siguen siendo los mosaicos que debieron alcanzar un número que causa vértigo imaginar. Teniendo en cuenta que hasta el momento, y en exclusiva bajo mi estricto control, van excavados más de una veintena, algunos de ellos considerados como excepcionales, más los que se excavaron en el siglo XIX y los que han ido apareciendo y desapareciendo por actuaciones incontroladas, el número de los mosaicos del yacimiento en sus dos grandes fases romanas a las que se aludirá más adelante, no debió ser inferior al medio centenar. Los mosaicos que vieron los eruditos locales en la segunda mitad del siglo XIX, puestos al descubierto por el azar o que aparecieron en el transcurso de sus excavaciones, se convirtieron en un referente arqueológico llamativo para propios y ajenos y un acicate para las visitas al lugar que acabaron por arrasar todo rastro y dispersar sus componentes, hasta dotar al contexto de superficie de una fisonomía peculiar en que, junto con los fragmentos de cerámica, siempre han sido muy
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frecuentes las teselas dispersas e incluso fragmentos de mosaicos que las intervenciones humanas o los agentes naturales han ido trayendo aquí y allá en cotas nunca lejanas de la rasante del terreno.
En cotas próximas a la rasante del terreno aparecen restos de mosaico, consecuencia de una afección secular.
En el estrato de aluvión, a cotas casi superficiales, se localiza algún que otro resto de mosaico completamente descontextualizado y lejos de los espacios en que originariamente debió estar situado. Es la evidencia del pataleo secular que ha sufrido el yacimiento. Algunos de los mosaicos que se pusieron al descubierto en el siglo XIX aún alcanzamos a verlos en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX permaneciendo a cielo abierto, completamente desarbolados y pisoteados, hasta el punto que hoy no queda nada de ellos, o se insinuaban bajo estratos de derrumbe en la cárcava del arroyo, alguno de los cuales pude llegar a fotografiar y publicar someramente y recuperar en la presente campaña lo que aun permanecía de ellos.
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En la segunda mitad del siglo XIX se creó en Puente Genil, propiciado por la élite culta local, un ambiente favorable a la arqueología que incluso llegó a abrigar la pretensión de crear una Subcomisión de Monumentos a la usanza de la que funcionaba en Mérida. Intelectuales como Pérez de Siles y Aguilar y Cano encabezan el proyecto que estuvo a punto de cuajar por la actitud favorable de la Real Academia de la Historia pero que contó desde el primer momento con la oposición de la Comisión Provincial que consiguió frustrar la iniciativa local. En la documentación que ha publicado la Real Academia de la Historia, referente a la arqueología andaluza aparecen una serie de escritos de este organismo, de personalidades de Puente Genil y de la Comisión Provincial de Monumentos de Córdoba, fechados en 1987 y relativos a la mencionada pretensión local, que hubiera cristalizado si el organismo provincial no se hubiese opuesto, en los siguientes términos: “…Esta Comisión cree que la asociación que se proyecta en Puente Genil no deberá contar con la aprobación ni mucho menos con la protección de la Real Academia de la Historia…” (MAIER, J. y SALAS, J., 2000 CACO/9/7951/40, p. 152). Esta aspiración de la burguesía culta pontanense estuvo inspirada en buena medida por los dos referidos historiadores, miembros de la Real Academia de la Historia y el estímulo vino de una valoración justa de la arqueología local y muy especialmente de los dos yacimientos más relevantes de la zona, Castellares y Fuente Álamo. El último de los cuales fue excavado, sus resultados enviados a la Real Academia de la Historia… y nunca más se supo.
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Dibujos de los mosaicos excavados por Aguilar y Cano y Pérez de Siles (Real Academia de la Historia) (gentileza Manuel Delgado).
Tras aquella efervescencia de cultura decimonónica, que no cuajó en ninguna actitud de conservación del Patrimonio Histórico, el perfil arqueológico de Fuente Álamo fue cayendo en el olvido y desdibujando su entidad, pese a que nunca ha llegado a olvidarse del todo. Los mosaicos excavados años atrás fueron degradándose paulatinamente mientras el lugar era de conocimiento general por ser el manantial que suministraba la mayor parte del agua potable a Puente Genil y punto de cita de excursionistas que, con el acicate de una fuente que siempre manaba, buscaban el otro aliciente de la arqueología emergente y practicaban boquetes aquí y allá, algunos de los cuales hemos alcanzado a detectar en la presente actuación.
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IV.
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Las intervenciones arqueológicas del siglo XX.
La bibliografía que se había ocupado del yacimiento un siglo atrás estaba agotada y, con excepción de los cronistas y de algún que otro erudito, casi nadie tenía acceso a aquellos libros, que tampoco debieron trascender mucho más allá de lo puramente local a juzgar por la ausencia de Fuente Álamo en obras de síntesis sobre villas romanas, como la de Gorges (GORGES, P, 1979) o la de Fernández Castro (FERNÁNDEZ CASTRO, M.C., 1982), que no mencionan ni de pasada este yacimiento. La situación de agrafía sobre Fuente Álamo y el olvido institucional que venía pesando sobre el yacimiento va a cambiar en la década de los ochenta del siglo XX,
aunque siempre a impulsos de acontecimientos imprevistos que han
revestido de urgencia las actuaciones llevadas a cabo bajo mi responsabilidad. En enero-febrero de
1982 me fue encomendada por la Dirección del Museo
Arqueológico de Córdoba, que tenía a la sazón responsabilidades en la arqueología provincial, la excavación y recuperación de un mosaico singular que estaba siendo agredido por las avalanchas del arroyo y por actuaciones de excavadores clandestinos que habían ya extraído parte de su superficie. Se trataba del mosaico de tema nilótico, que se puede considerar sin ningún género de dudas una pieza excepcional. El trabajo de campo se resolvió en pocos días y se decidió su traslado al Museo Provincial, única decisión que
resultaba prudente en aquellas circunstancias.
Recientemente se ha colocado en la ubicación original una copia de dicha pieza.
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Copia del mosaico nilótico de Fuente Álamo, colocada en la ubicación exacta del original
Con posterioridad a mi intervención de aquel momento, la Directora del Museo Arqueológico se incautó de la absidota norte que había sido extraída ilícitamente. Se me mantuvo al margen de dicha circunstancia de la que no he tenido conocimiento hasta fecha reciente y no alcanzo a comprender el motivo de no haber sido colocada en el lugar correspondiente, permaneciendo en los almacenes del museo durmiendo el sueño de los justos. El mosaico nilótico de Fuente Álamo ha trascendido tanto al público en general como a la comunidad científica que coincide en considerarlo como una pieza excepcional por lo que supone la inclusión de una iconografía de grullas y pigmeos en ambiente nilótico junto a una trama argumental en latín de principios del siglo V, que ha sido el principal elemento de fechación. A pesar de que los muros que cerraban el nilótico de Fuente Álamo hayan sido arrasados hasta la base, es evidente que estamos ante un aula tetraconque, lo que supone otra singularidad dentro de la arqueología romana de la Bética. 19
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Los estudios que se han realizado sobre este mosaico atienden más a la singularidad del diálogo que mantienen entre sí los personajes que a los aspectos musiuvarios. Coincidiendo todos en que estamos ante un auténtico “comic” del mundo antiguo. Aspecto éste que ha trascendido a Internet (0RTEGA ANGUIANO, J.A., 2006). Pero con independencia de la repercusión científica y de divulgación general que ha tenido este “tebeo” de la antigüedad, desde el momento de su excavación, hace casi veintiocho años, se pudo advertir que estábamos ante una historieta cómica destinada a divertir a quienes fueran invitados por el dueño de la villa a visitar un espacio tan singular del edificio sur. Independientemente de que por mi parte haya insistido más o menos en la publicación de esta pieza, desde hace tiempo he advertido que “este pavimento contiene una escenografía a modo de cómic” (LÓPEZ PALOMO, L. A., 2002, p.271), utilizando como información básica la traducción que brindó Daviault (DAVIAULT, A, LANCHA, J y LÓPEZ PALOMO, L. A, 1987, pp.55.78). Y siempre he entendido que las cuatro absidolas en que se reparte la historia de los pigmeos y las grullas “funcionarían como viñetas de un cómic” (LÓPEZ PALOMO, L.A. 2002, p. 211).Por tanto sigo insistiendo en la singularidad de esta obra, que ha atraído la atención de especialistas, tanto en lo que hace al asunto que representa como a la excepcionalidad en Hispania de la personificación del río Nilo sobre mosaico (SAN NICOLÁS, 1997, pp. 473-474) y muy especialmente a la Filología latina que ha matizado algún que otro aspecto de la primera traducción. Uno de los primeros en reaccionar ante el estudio multidisciplinar que ofrecimos en la publicación de la Casa de Velásquez fue el profesor Gómez Pallarés (GÓMEZ PALLARÉS, 1989 y 1997) a quien agradezco su aprobación a la metodología de trabajo que se siguió con este mosaico, que considera como “el único sistema de
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trabajo viable para enfrentarse a un material como el que representan las inscripciones musivas”. Resalta la excepcionalidad de la pieza, destaca que “el taller que confeccionó el mosaico de Fuente Álamo, no es originario de la zona ni afincado en la región circundante” sino más bien producto de un artista “que utilizaría infraestructura local, llegada al lugar de la obra” y habla de otros artistas, también itinerantes, dedicados al mimo, teatro o la música que pudieron ser los inspiradores de la obra, sin necesidad de que en el entorno de la villa existiese ningún teatro estable. El más reciente estudio de la profesora Caballer (CABALLER GONZÁLEZ, M.J., 2001), de donde dimana casi toda la información del artículo de Ortega Anguiano, plantea una traducción diferente de alguna de las líneas que aparecen en la historieta del mosaico e interpreta el fondo argumental de la obra dotada de una carga de erotismo, posiblemente muy cercana a la realidad. Remito pues al artículo de la profesora Caballer, cuya lectura resulta muy interesante, o a la versión abreviada de Ortega en las páginas de Internet. Por su parte el profesor Ventura sigue también la traducción de Caballer en su breve nota sobre el mosaico nilótico de Puente Genil (VENTURA VILLANUEVA, J, 2002). El resto de la musivaria de Fuente Álamo, concretamente lo excavado en 1985, no ha sido menor aliciente para la curiosidad científica de unos y otros. Si bien son los dos grandes mosaicos de tema figurativo que pavimentan el oecus de la villa y el patio de acceso a la misma los que han ejercido mayor influencia sobre los especialistas. Tras la publicación de aquellas excavaciones (LÓPEZ PALOMO, L.A. 1987), las opiniones e interpretaciones se han sucedido desde ámbitos interdisciplinares aunque básicamente a cargo de especialistas en mosaicos entre quienes figuró en
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primer lugar J. Lancha, que apareció por el yacimiento a poco de finalizar los trabajos. Planteó interpretaciones que seguí de cerca y que no siempre han sido seguidas con posterioridad por otros especialistas. El interés de la profesora Lancha por Fuente Álamo se limitó a aquellos momentos pero fue decisivo para la toma en consideración por parte de la comunidad científica. Fruto de sus visitas a las excavaciones de 1985 fue la conformación de un equipo de trabajo hispano-francés que se constituyó como una “acción integrada” que funcionó durante un curso y hubo que suspender por las trabas que la administración de cultura planteó a la hora de conceder permisos para una simple prospección superficial. La atención que Lancha dedicó a Fuente Álamo fue dirigida fundamentalmente a los mosaicos de tema figurativo y en especial al que pavimentaba la estancia principal del oecus, (LANCHA, J. 2001) que es otro de los mosaicos singulares de la villa al que me refiero a continuación con más detalle . La actualización bibliográfica que me facilitó en su día Guadalupe López Monteagudo, del C.S.I.C. comprende los estudios esenciales elaborados sobre los mosaicos de Fuente Álamo hasta hace poco más de una década. Estudios que han venido a ampliar el conocimiento, a niveles intelectualizados, sobre los pavimentos de tema figurativo de la villa. El llamado mosaico de las “Tres Gracias”, actualmente en fase de restauración, corresponde al espacio a cielo abierto que precede al oecus y representa a lo largo de tres cuadros otras tantas escenas en las que participan ninfas, sátiros y Pegaso.
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El mosaico de las “Tres Gracias” en el momento presente, durante el proceso de restauración.
La descripción de este mosaico que se hizo por mi parte cuando se publicó la excavación de 1985 por los cauces reglamentarios (LÓPEZ PALOMO, L.A. 1987) se limitó a la enumeración objetiva de los temas representados prescindiendo, por consejo de Lancha, de cualquier otra especulación simbólica que indudablemente se esconde tras la iconografía de la pieza, pese a haberse especulado ampliamente durante el proceso de su excavación, y antes de la llegada de Lancha, sobre unos u otros de los temas que la mitología clásica debía haber dejado presente en este mosaico. El reducido espacio que se otorgaba en el órgano en que fue publicado obligaba tan sólo a reseñar lo fundamental. Pero el interés de la pieza ha atraído a otros investigadores como quienes ven en este mosaico un tema único que se articula en torno a la simbología del
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matrimonio, partiendo de una interpretación báquica en la que las tres escenas estarían entrelazadas temáticamente (LÓPEZ MONTEAGUDO, G. et alii, 1988). El artículo en cuestión, con ser apasionante, plantea la contradicción insoslayable de que el espacio en que se ubica no corresponde ni por su disposición en la arquitectura general de la villa ni por su carácter de lugar a cielo abierto con lo que los autores proponen como “la estancia reservada al cubículo nupcial”. Por lo que pierde peso cuanta argumentación se plantea, en buena medida hipotética, como no podía ser de otra manera. Pero además se han presentado otras conjeturas no menos interesantes sobre el mosaico del patio que precede al oecus. En este caso referidas en exclusiva a la escena de la derecha donde un personaje masculino salta sobre una ninfa. El estudio en concreto niega la interpretación anterior y no ve ni sátiro ni ninfa, y mucho menos que ésta sea Amynone antes de su matrimonio con Poseidón (ESPEJO MURIEL, C, 1995). Espejo Muriel nos pone ante una interpretación en la que disiente de la “bella teoría” sobre el tema del matrimonio y se pregunta sobre si lo que en realidad contiene el mosaico del pequeño patio de la villa no será más bien la única representación en Hispania de las Lupercalia, fiestas que se celebraban en Roma el 15 de febrero en honor a Fauno Luperco y en las cuales unos jóvenes, que habían sacrificado previamente un carnero, flagelaban a las mujeres con una tira de piel de la víctima empapada en sangre para provocarles la fecundidad. Fiestas que, siendo unas de las más antiguas del imperio, llegan hasta finales del siglo V, como perduración de los ritos paganos en el seno de una sociedad cristiana hasta que concluyen con una prohibición papal.
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Aunque no me adhiero a esta postura, ni a la anterior, debo añadir que el trema de las Lupercalia fue tenido en cuenta reiterativamente durante el proceso de excavación del mosaico aunque la parquedad con que fue publicado excluyera siquiera su alusión. El tercer mosaico de los de tema figurativo corresponde al que pavimentaba a estancia principal del oecus, de planta prácticamente cuadrada con, 25 m 2. de superficie. En el momento presente se encuentra en el taller, pendiente de su recolocación in situ tras una restauración que debe ser definitiva después de otros intentos frustrados. Está dividido en dos alfombras de las que la inferior contiene la lucha de Baco por la conquista de la India, acompañado de un ejército de ménades, sátiros y animales, mientras la superior representa la entrada triunfal con un cortejo en el que junto al dios aparecen su amada Ariadna, el dios Pan, Sileno y otros personajes. Entre todos destaca el cuadro de género que compone Sileno, montado en un borriquillo y que se identifica como el retrato del dueño de la villa en el momento de su embellecimiento con mosaicos y al que acompañan su esposa y su hijo que conduce al asno.
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El mosaico de asunto báquico de Fuente Álamo en el momento de su excavación en verano de 1985 y tras la propuesta infográfica que afecta en exclusiva a la orla. En la actualidad se encuentra en el taller de restauración pendiente de recolocarlo en su ubicación original.
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Prescindiendo de mayores aclaraciones sobre este mosaico que ha sido ampliamente tratado en la bibliografía, hay que dejar constancia de su carácter de único en la musivaria de Hispania, y muy escasamente en los límites del imperio. En ello coinciden cuantos investigadores lo han tratado por escrito o simplemente lo han visitado. Rareza que viene referida al hecho de contener los dos capítulos esenciales de la historia del dios, conquista de la India y Pompa triunphalis. En Hispania se han documentado algo más de una docena de mosaicos con el cortejo de Baco de los que los más cercanos a Fuente Álamo proceden de Écija, Cabra y Alcolea, pero sólo tenemos el de Puente Genil con el primer capítulo de la lucha de Baco contra los indios y, al parecer sólo hay otro en Tusculum, datado en el siglo III y otro en Amiens de finales del siglo II o principios del III (SAN NICOLÁS PEDRÁZ, 1997 a, p. 405). El mosaico de Baco de Puente Genil, de finales del siglo IV-principios del V, es por tanto el más tardío de toda la musivaria romana y el único de época bajoimperial de Hispania. En los estudios que se han publicado sobre este mosaico (SAN NICOLÁS, 1997 a y LANCHA, 1997 Y 2001) no existe acuerdo en cuanto a la identificación del personaje que acompaña al dios en su carro que, según la opinión más frecuente, se trataría de Ariadna, mientras Lancha la reduce simplemente a “une Ménade, vue de trois quarte à droite” (LANCHA, 1997, p. 210). No es necesario extenderse en mayores consideraciones puesto que el tema ha sido suficientemente tratado, en cuanto a los mosaicos figurativos, mientras que el resto, geométricos, se tratan más de pasada y serán objeto de un estudio general cuando la villa haya entregado todos los mosaicos que aún permanecen sin excavar o a medio excavar. En el momento presente unos y otros están siendo sometidos a una
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restauración que resuelva los problemas y palíe las restauraciones inadecuadas efectuadas con anterioridad. Tras la excavación de urgencia llevada a cabo por mi dirección en el verano de 1985, el yacimiento cayó casi en el olvido y fue deteriorándose tanto en las estructuras murales como en los mosaicos que no habían sido extraídos y llevados al museo local. Poco después, por iniciativa del Ayuntamiento de Puente Genil se decidió cubrir la parte excavada y poco más con una carpa y se realizó una actividad puntual en el perímetro que iba a ser afectado por la cimentación de esta cubierta. La responsabilidad de esta A.A.P. corrió a cargo de F.J. Ávila Casasola cuya parte del informe técnico correspondiente transcribo en su literalidad como información de primera mano (ÁVILA CASASOLA, F.J (2004).
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INFORME LITERAL DE LA A.A.P. REALIZADA EN 2004,
PREVIA A LA
COLOCACIÓN DE LA CUBIERTA.
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“2.Labores de Restauración, Consolidación y Extracción de Mosaicos.
a) La actuación de Noviembre de 1985. Extracción de los Mosaicos Geométricos de las Habitaciones 5 y 6, además de la cabecera absidiada del Oecus. Esta labor fue realizada por D. Carlos Costa Palacios. b) Actuación de Septiembre de 1986. Conservación y consolidación de los Mosaicos extraídos en el año 1985. Labor realizada por Dª Fátima Martínez Ramírez.
c) Actuación de 1987-88. Restauración y Consolidación del Mosaico de carácter Báquico situado en el Oecus. Esta labor fue realizada por un equipo de restauradores dirigidos por Dª Maria Blanka Arruanegui. d) Actuación de 1989. Restauración y Consolidación del Mosaico situado al Sur del Edificio y justamente debajo del Oecus, conocido como el mosaico de las Tres Gracias. Este mosaico presenta tres escenas: Pegaso y Ninfa, Las Tres Gracias y Sátiro persiguiendo a Ninfa. Labor realizada por D. Carlos Costa Palacios. e) Actuación de 2002. Aireación y Restauración de la primera fase de mosaicos geométricos y figurativos que se conservan en las distintas estancias de la villa. Esta actuación sé esta llevando a cabo en la actualidad por un equipo dirigido por los restauradores D. Carlos Herrería y D. José Montesinos.
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3. Actuaciones de Limpieza. En 1999 bajo la dirección del Director del Museo Histórico de Puente Genil, D. Francisco Esojo Aguilar y la colaboración de un grupo de jóvenes pertenecientes a la Asociación de Defensa del Patrimonio “Singilis” se llevaron a cabo durante los meses de Agosto y Septiembre de 1999 la limpieza y desbroce del yacimiento. 4.Sondeo geofísico y levantamiento topográfico. Realizado aproximadamente en 1997 gracias al convenio entre el Museo Municipal de Puente Genil y la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Minera en Belméz (Córdoba), este específico sondeo aporta datos espectaculares para el estudio, investigación e interpretación de esta villa hispano-romana en la provincia de Córdoba. El sondeo se llevó a cabo al otro lado del arroyo que da nombre a la villa apreciándose en su resultado que la parte excavada en 1982 y 1985 es mínima en comparación con la posible extensión total de la villa. Con dicho sondeo se demostrará en consecuencia como los muros excavados continúan al otro lado del arroyo formando otra serie de estructuras de habitación perfectamente delimitadas en el Mapa Sinóptico de este conjunto arqueológico.
5. Difusión de Fuente Álamo. En este sentido desde 2001 estamos trabajando por completar la cadena propia, que a nuestro humilde entender, debe completar cualquier recurso cultural. De esta manera unido al conocimiento y la conservación de los yacimientos arqueológicos, debe vincularse la difusión de dicho enclave cultural. De esta forma en 2002 se organizo y desarrollo un Proyecto a nivel Internacional, enmarcado dentro del Programa Cultura 2000 de la Unión Europea. Puente Genil
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fue el socio que gesto la idea y uno de los socios que más implicación tuvo en el proyecto. Así de esta forma, durante 2002 hemos trabajado en la Creación y Desarrollo del Proyecto Peregrinus, que ha sido el único proyecto concedido por el Programa Cultura 2000 para difusión del patrimonio arqueológico en el año 2002. Finalmente los socios participantes fueron: Bath (Inglaterra), Ascoli Piceno y Piazza Armerina (Italia), Pecs (Hungría) y finalmente en España, el MARQ (Museo arqueológico Provincial de Alicante) y Fuente Álamo. Hemos desarrollado una pagina Web donde un viajero de época romana puede viajar en el espacio y en el tiempo de los romanos por una buena parte de la Unión Europea. Fuente Álamo es uno de los puntos de destino de PEREGRINUS. La dirección web es www.peregrinus.org . 6. Puesta en Valor de Fuente Álamo. En el año 2000 y gracias a un convenio de colaboración suscrito entre la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Puente Genil se acomete la puesta en valor del yacimiento. Con una inversión aproximada de 11 millones de pesetas de las que la Junta participa con un 70% aportando el Municipio el 30% restante. Las obras atienden la valorización del yacimiento; concretamente se ha proporcionado un acceso al yacimiento por medio de una pasarela que salva el arroyo y entra directamente en la zona de visita en la cual se elimina la valla delimitadora por un muro de mampuesto de aproximadamente 1 mt. sobre el que se coloca una pletina metálica cruzada con ornamentos clásicos.
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También se preparó el ajardinamiento y embellecimiento del lugar. Se acometió la limpieza y acondicionamiento del lugar así como la colocación de paneles explicativos a lo largo del recorrido por el yacimiento. En definitiva esta actuación fue destinada a la puesta en valor del yacimiento y se incluye dentro del Plan Astapa que es una Guía Integral de Valorización del Patrimonio Local, proyecto gestado gracias a la labor de las Delegaciones de Juventud, Turismo y Patrimonio del Ilustre Ayto. de Puente Genil.
Desarrollo de la Intervención.Atendiendo a la afección constructiva a realizar en el yacimiento hemos desarrollado una zanja de 1 m de anchura para poder estudiar fácilmente las estructuras soterradas en la zona afectada por las zapatas y por las vigas de arriostramiento, así como por la red de drenaje. Esta circunstancia es evidente en sus lados sur, Este y Norte. En el lado occidental de la parte excavada del yacimiento hemos replanteado por el contrario una zanja excavada de 1,35 cms debido a que en esta parte del yacimiento nos vemos levemente afectados por una serie de zapatas de cimentación de la pasarela de recorrido de visita al yacimiento que aumenta indefectiblemente la anchura de la zanja por la separación que ejerce entre la zanja de vigas arriostradas y zapatas, con la red de drenaje propia del yacimiento. De esta manera el porcentaje mínimo de excavación ha correspondido al 100 % de la zona afectada por la cimentación de la cubrición propuesta. La excavación se realizó en todo momento con sistema manual, sin utilizar medios mecánicos, debido a la entidad y al grado de conservación máximo del yacimiento en cuestión. De esta manera se rebajo el terreno por alzadas de 0,20 mts, aflorando
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distintos materiales y estructuras. Una vez confirmada, por medios manuales, la naturaleza de los mismos, se vació dicho corte hasta una profundidad de –0,60 mts. (profundidad máxima a la que se llegará en el proyecto de cimentación posterior). Los materiales aparecen revueltos en la mayoria de los casos, con intrusiones de elementos modernos y contemporáneos debido a la continua utilización de estas tierras para la labor agrícola. También aparecen algunas estructuras murarias. Estas estructuras son evidentes en los lados Sur, Este y Oeste de la zanja. El lado Norte de la zanja aparece sin estructuras aparentes aunque con una importante cantidad de material cerámico revuelto.
Resultados.La sencillez y el fin ultimo de la Actuación Arqueológica Puntual no ha permitido obtener unos resultados arqueológicos que sean mas interesantes que los obtenidos en su momento en la excavación de 1985. De esta forma nos apoyamos decididamente en la interpretación dada en su momento por el arqueólogo excavador de la villa. Si hemos de resaltar que en esta intervención ha aparecido el que suponemos es el cerramiento E de una de las habitaciones que en la ultima intervención se quedo sin delimitar y sin excavar completamente. Este M3, probablemente posea, al igual que las otras estancias de la villa un acceso por esta parte Este, que corresponda a la supuesta rotura que se presenta en la excavación del muro. De esta forma, dicha habitación tendría dos accesos con lo cual podría ser una estancia de distribución hacia otro sector que se abre hacia el Este de la villa y el cual desconocemos profundamente.
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Secuencia de ocupación.Debemos recordar que en esta intervención sólo hemos excavado hasta –0,60 mt. por lo cual la estratigrafía advertida únicamente evidencia esta escasa retirada de tierra. No se han realizado sondeos estratigráficos de mayor potencia y por tanto la secuencia estudiada es muy elemental y en su mayoría parcial al no alcanzar ni siquiera la cota de base de la villa.
Periodo 1. Romano Los restos estructurales y cerámicos descubiertos pertenecen a los s. IV-V y son parte de la Villa Hispanorromana de Fuente Álamo. Se trata de varios muros medianeros que dividen distintas estancias de la pars urbana de la Villa. Estos paramentos tienen distintas anchuras que oscilan entre 70 cms y 1 mt. -ésta última en el muro más ancho descubierto en la zona E. Los muros descubiertos están constituidos por hiladas alternas de ladrillo y piedra (opus mixtum); igualmente aparece algún muro hecho casi, exclusivamente, con ladrillos. En este caso, dichos ladrillos forman las caras exteriores del muro, formando dos citaras a modo de arqueta que se ha rellenado posteriormente con una masa de opus incertum. La cohesión de los materiales integrantes de los muros esta constituido principalmente por tierra con alguna presencia no significativa de cal. Es prácticamente seguro que estos paramentos estuvieron revestidos de estuco, aunque desgraciadamente no se han encontrado fragmentos adosados al muro. En cambio, dentro del estrato de colmatación se han encontrado numerosos restos de
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revestimiento de diversos colores, negros, amarillos, rojos, naranjas... Esta situación es especialmente evidente en el muro aparecido en la zanja E, a cuyos lados ha aparecido una importante cantidad de restos de estuco. Los materiales que aparecen principalmente son de construcción, destacando tegulas y ladrillos con diferentes módulos. También encontramos en la UE 22 una importante cantidad de material cerámico principalmente común, con inclusiones de fragmentos de cerámica Africana principalmente.
Periodo 2. Altomedieval. Haciendo una lectura profunda de los restos encontrados en la intervención, así como de su factura y de algunos materiales asociados podemos decir que probablemente nos encontremos ante una serie de estructuras hecha en época visigoda por los ocupadores que en una fase ya de decadencia de la villa la adecuan para sus menesteres diarios. Es una fase posterior en la cual se reutilizan ciertas estancias de la villa para labores de almacenaje principalmente. El caso es caso evidente en M3, que sufre una reutilización de muy baja calidad en alguno de los vanos que tuviera el muro de factura romana, probablemente en fechas cercanas al siglo VI o VII. Se aprecia claramente en M4 que suponemos es un adosado de reforzamiento o para compartimentar en mas estancias, de factura totalmente posterior a la del resto de los muros aparecidos en la intervención. Se trata de un acumulamiento de piedras y algunos ladrillos y tegulas de forma irregular y con un mortero de poca presencia. Se trata de un muro de poca solidez.
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Periodo 3. Revuelto contemporáneo. Debido a la calidad de las tierras, la zona ha sido utilizada en época contemporánea para labores agrícolas. De esta manera encontramos una cantidad poco importante de material contemporáneo de uso principalmente de la finca y que en muchos casos esta revuelto con materiales de época tardorromana y altomedieval por la injerencia que han sufrido los horizontes arqueológicos por parte de la maquinaria moderna en las labores propias del campo.” (Hasta aquí el informe de la actividad de 2004).
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V. La excavación actual. El punto de partida. V.1. Objetivos. V.2.Planteamiento metodológico. V.3. Excavación en sentido estricto. V.4. Otras actividades relacionadas. V.4.1. Modificación de los accesos al interior de la carpa. V.4.2. Retirada de olivos. V.4.3. Eliminación de barreras. V.4.4. Traslado del mosaico de la exedra del oecus. V.4.5. Preparación del espacio y colocación de la copia del mosaico de tema nilótico. V.4.6. Anastilosis muraria.
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V. La excavación actual. El punto de partida. Se ha llevado a cabo por iniciativa del Ayuntamiento de Puente Genil, bajo el control administrativo de don Manuel Delgado Torres quien en primavera de 2005 me encargó un proyecto para volver a excavar Fuente Álamo, al cabo de un paréntesis de veinte años que no han supuesto precisamente ninguna ventaja para el yacimiento que en los quince años posteriores a mi intervención de 1985 pasó por fases de auténtico abandono institucional, durante los que se me mantuvo completamente al margen de cualquier decisión y ni siquiera información. Tan sólo el encargo de una ponencia sobre la villa para un congreso de historia local (LÓPEZ PALOMO, L.A., 2002) me volvieron a vincular, aunque de manera muy circunstancial con un yacimiento que había sido parte esencial de mi dedicación arqueológica y al que había aportado casi en exclusiva los únicos trabajos de campo, con metodología rigurosa, llevados a cabo en el siglo XX. La iniciativa que el Ayuntamiento de Puente Genil, propietario de los terrenos, tenía y sigue teniendo con respecto a Fuente Álamo parte de una recuperación integral del yacimiento, su restauración y puesta en valor. Las excavaciones de 1985 se desarrollaron en la margen derecha del arroyo, un espacio del que la tradición local y la escasa bibliografía existente, carecían de cualquier información. Fue necesario que apareciera en el talud norte de la cárcava del arroyo la línea de un mosaico pisado por un olivo que se estaba degradando de forma acelerada. Una situación similar a la que nos movió a intervenir tres años y medio antes para recuperar el mosaico nilótico que se ubicaba en la margen izquierda, único espacio de donde se tenía constancia de la existencia de vestigios
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arqueológicos, algunos emergentes, quizás exhumados tras las intervenciones decimonónicas de Aguilar y Cano. Se puede decir que la excavación de urgencia de 1985 abrió un horizonte nuevo en el yacimiento y nos puso ante unas perspectivas impensables, tanto en el desarrollo de la arquitectura de un edificio completamente desconocido, como de la presencia de una serie de mosaicos, algunos excepcionales y, como se ha comprobado en la presente campaña, abrió las posibilidades de completar una secuencia de ocupación que se prolonga en su inicio y su final, mucho más allá de lo que se tenía documentado en el yacimiento, como se explica infra. Las excavaciones en aquella ocasión, programadas en exclusiva para la recuperación del mosaico, que se iban a desarrollar en menos de una semana, se prolongaron durante todo el verano. Casi tres meses que al final se tradujeron en la excavación horizontal de una superficie de 270 m 2. que al cabo del tiempo se han revelado como la parte esencial de la pars urbana y uno de los espacios mejor conservados en sus estructuras. Excavamos en total ocho habitaciones, más un pasillo, que no se llegó a concluir y parte de la gran habitación 9 que no se pudo interpretar correctamente hasta la presente campaña. Todos los espacios excavados hasta su base estaban pavimentados de mosaico. La villa de Fuente Álamo seguía confirmando su prestigio centenario de la abundancia y variedad de los mosaicos de los que, como caso excepcional, tres de los excavados por mi intervención son de tema figurativo, más alguno otro del que se tenía constancia por haber sido excavado de forma clandestina y perdido inexorablemente. Pero con ser muy importantes los resultados de 1985 y haber vivido de ellos el patrimonio arqueológico de Puente Genil durante veinte años, se habían limitado a una excavación de la estratigrafía superpuesta a los mosaicos y carecíamos hasta
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ahora de la secuencia estratigráfica completa del yacimiento. Desconocíamos las fases infrapuestas a los mosaicos por lo que la cronología hubo que deducirla en exclusiva por los aspectos estilísticos y por la epigrafía del nilótico.
Planimetría del espacio excavado en 1985.
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La decisión de la Delegación de Cultura en Córdoba y mis propias obligaciones como docente hicieron que hubiera que interrumpir el trabajo a finales de septiembre, cuando más apasionantes estaban los resultados. Y ello pese a la voluntad del alcalde a la sazón don Manuel Baena, que estuvo presente en todo momento de las excavaciones, que apoyó sin reservas y que, me consta, hizo cuantas gestiones estuvieron en su mano para que se continuaran. Pero hubo que suspender el trabajo de forma absolutamente aleatoria, sin concluir siquiera la excavación del pasillo cuyo mosaico hubo que cubrir precipitadamente con una capa de tierra y dejando el corte en una línea tras la que se escondía una apasionante duda sobre qué habría más adelante. Sabíamos con toda garantía que
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la villa se continuaba hacia el Este pero era absolutamente incógnita la tipología de los espacios que prolongaban la pars urbana. Para despejar esas interrogantes ha habido que esperar veinte años durante los cuales Fuente Álamo ha ido penetrando en el conocimiento general y de la comunidad científica en particular y hoy se puede afirmar que nadie medianamente informado del mundo de la musivaria romana desconoce las piezas señeras de este yacimiento. Cuantos intentos he llevado a cabo a lo largo de esos veinte años para retomar los trabajos de campo en Fuente Álamo han resultado infructuosos por la actitud denegatoria constante de la Consejería de Cultura. Se me negó un nuevo proyecto, que en este caso quería ser más ambicioso, en 1986, y se me volvió a negar en 1996 un intento de limpieza, alineación de los cortes y aireamiento de los mosaicos que no habían sido levantados. Veinte años de luces y sobras, con más miserias que grandezas, durante los que la villa de Fuente Álamo experimentó algunas actuaciones en sus mosaicos que en el momento presente se han revelado inadecuadas, por emplear un término suave, y durante los cuales llegó a convertirse en un vertedero, con mosaicos excepcionales dotados de una mínima protección, con muros que sufrieron en sus cotas superiores más arrasamiento que el que le habían infringido siglos anteriores, hasta que el Ayuntamiento de Puente Genil tomó cartas en el asunto, protegió con un muro el espacio de su titularidad y realizó una primera puesta en valor que la actual campaña ha tenido que ir modificando o anulando para excavar espacios que fueron previamente objeto de un ajardinamiento efímero. Durante este ínterin de veinte años se hace una prospección geomágnética y una prospección geofísica con georrádar por parte de la Universidad de Granada que
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nos informan de lo que ya sabíamos, que la villa se prolonga hacia el Este y el Norte de lo que se había exhumado en 1985. Prescindo de mayores detalles sobre este trabajo, que fue incluido en el proyecto y cuyos resultados se han confirmado en parte durante la excavación o están pendientes de confirmar. Se habían hecho algunas recreaciones virtuales de los espacios excavados que contribuían al entendimiento de la villa, como el que recrea infográficamente el oecus.
Infografía del oecus
En orden a la difusión del yacimiento, la villa de Fuente Álamo había formado parte de un proyecto internacional y podía ser consultada a través de la página web peregrinus, además de haberse dotado de cartelería y folletos. Se había montado una escuela-taller para limpieza de mosaicos y estructuras. Y la realidad es que el estado que presentaban las excavaciones 1985 veinte años después era desolador aunque podía advertirse el intento de dotarlas de medidas de protección que se concretaron en la superposición de una carpa, que permanece en la actualidad y a la que habrá que aludir repetidamente. 43
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Este es el aspecto que presentaba el extremo oriental de la excavación de 1985 al cabo de veinte años. Las medidas de protección se advierten en las chapas que protegen el mosaico de la habitación 7 y en el muro perimetral que iba a servir como anclaje de la carpa.
Los cortes de 1985, que al cabo del tiempo se fueron redondeando como se observa en la foto, quedaron interrumpidos de manera aleatoria y bajo el pequeño montículo del ángulo superior izquierdo de la foto (marcado con triple asterisco) se agazapaba el mitreo, una de las piezas más interesantes que ha aportado la presente actividad. Con esta situación, el Ayuntamiento de Puente Genil, con la mediación de Manuel Delgado, me encarga un nuevo proyecto con el que se iba a paliar el impás que duraba demasiado tiempo y que, como queda indicado, no había servido para la mejora del yacimiento. Las prospecciones geomagnéticas y la propia lógica de las cosas nos estaban indicando que el edificio que habíamos exhumado veinte años antes no era más que una parte de un todo cuya verdadera extensión se desconocía y no se sospechaba ni aproximadamente que extensión abarcaba. La zona excavada pertenecía a la pars urbana, que había dado espacios fundamentales y se ignoraba si la pars
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rustica, en caso de haberse conservado, iba a estar disociada arquitectónicamente del conjunto residencial o si ambas partes formarían un todo continuo. Se sabía de la existencia de mosaicos y estructuras en la margen izquierda del arroyo, lo que formaba parte del conocimiento general, pero ni se sospechaba que bajo la rasante del camino y en los terrenos colindantes se agazapara un edificio de las dimensiones y características que apunta el “Edificio Sur”. Pero sobre todo se ignoraba que bajo el plano de los mosaicos excavados en 1985 existiera una fase anterior que había sido amortizada cuando se construye la villa. Las excavaciones anteriores no habían rebasado en profundidad en ningún caso la cota de tales mosaicos que además, con excepción del oecus
aparecieron cubiertos por la
estratigrafía formada a expensas de sus ruinas, alteradas secularmente y con un escasísimo registro arqueológico. Sabíamos que tras el abandono del edificio “por sus moradores legítimos” se sucede una fase de envilecimiento que destruye parcialmente y parasita muros y mosaicos y se sospechaba que tal envilecimiento se había originado en época tardoantigua, pero carecíamos de datos precisos y sobre todo se desconocía el terrminus ante quem de la ocupación de las dependencias excavadas. En definitiva, un mundo de interrogantes que ahora se pretendían despejar con la nueva fase de excavaciones. Y sobre todas las interrogantes, nos movíamos en el desconocimiento de la verdadera entidad de la villa. El nuevo proyecto contempla, pues, tales circunstancias y establece una formulación de objetivos que trascribo literalmente:
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V.1. Objetivos: En relación con la metodología:
Determinación de todos los depósitos arqueológicos fértiles en estratigrafía vertical y en reconocimiento horizontal de los mismos.
Aclaración de los procesos deposicionales y postdeposicionales hasta la rasante del suelo actual. Determinación de la secuencia estratigráfica.
Análisis de las nuevas estructuras de habitación que aparezcan y su relación con la planimetría completa de la villa. Determinación de los posibles usos diacrónicos y sincrónicos de los espacios intervenidos.
Estudio de la técnica edilicia, su comparación con lo ya conocido. Estudio de los nuevos mosaicos y del registro mueble.
Determinación de la fecha de fundación de la villa y de posibles fases de uso y abandono.
Definición de la función de la villa en relación con su ambiente ecológico y con el contexto general de la Arqueología romana del Sur de Córdoba.
Discriminación de todas las unidades estratigráficas y de su registro asociado, con su recuperación total.
Dar cumplimiento al encargo del Ayuntamiento de Puente Genil.
En relación con la conservación, investigación y difusión:
Mantenimiento emergente de los vestigios aparecidos y de los que aparezcan en el transcurso de la nueva actuación, con vistas de su puesta en valor como fin último.
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Ampliación del ámbito de conocimiento encaminado a su estudio científico y a su difusión entre la ciudadanía.
Dotar a la villa del marco adecuado para la participación y su conformación como espacio para la convivencia, favoreciendo la empatía del resto arqueológico con el visitante.
Propiciar, a partir de este conocimiento, actitudes ciudadanas favorables a la apreciación y respeto del Patrimonio Histórico.
Se puede decir que tales objetivos están dentro de la normalidad de cualquier excavación arqueológica que no sólo pretenda excavar por excavar sino conseguir unos fines de rentabilidad científica y de aprovechamiento social. El nivel de consecución de tales objetivos ha rebasado ampliamente los enunciados y aquellos que no dependen en exclusiva del trabajo de campo (reconocimiento del ambiente ecológico, conformación de espacio para la convivencia, etc.) constituyen un desideratum que habrá que ir desarrollando en el futuro a través de los análisis correspondientes, de la creación de los foros adecuados, etc. Pero ya se han sentado las bases para tales fines. Incluso se puede afirmar que se ha conseguido más de lo que pretendía el proyecto inicial.
V.2. Planteamiento metodológico. Aunque la realidad actual ha superado ampliamente las previsiones del proyecto, desde el punto de vista objetivo teníamos por delante una superficie de terreno público de 1750 m2., cercado por una valla que podría haber sido definitiva de haber limitado la excavación en exclusiva al espacio intramuros.
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Pero durante el transcurso de los trabajos, el Ayuntamiento adquiere una amplia parcela al norte de la anterior y, por otra parte, el terreno de las proximidades del arroyo al sur de la cerca y cruzado por el camino también es de titularidad pública. De suerte que, ante la comprobación de que las estructuras que estábamos recuperando se nos salían de la cerca por todas partes, fue aconsejable prescindir de ésta por el Norte y el Sur y seguir la pista a muros, mosaicos y estratos hasta allí donde la propiedad del terreno lo permitía y la decisión del inspector de la excavación, expresa en el libro diario, nos autorizaba. Pero en la redacción del proyecto se partió de una serie de realidades incuestionables: 1ª.
Conocíamos a priori la entidad del yacimiento y la arquitectura
localizada en 1985. 2ª.
Se nos permitía una investigación inducida por los datos aportados por
el sondeo geomagnético. 3ª
Contábamos con un espacio concreto, propiedad municipal y
debidamente protegido por una cerca consistente. Y de acuerdo con esas bases, se planteó la siguiente metodología:
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Área B
Área D
Área C Área A
Vertical del terreno de titularidad municipal, cerrado por la cerca, con la subdivisión en áreas de excavación que se propusieron en el proyecto.
Subdivisión del espacio dentro de la cerca en una serie de áreas, según la fotografía aérea. Se fundamentaba en la conveniencia de reducir espacios para que la excavación en área abierta permitiera la más exacta localización de las unidades y la posibilidad de hacer lecturas estratigráficas de amplia extensión.
El área D, la más extensa, ha sido subdividida en tres tramos (D.I, D:II y D:III), según una progresión Oeste-Este, siempre siguiendo el criterio de excavación en open area y se ha tenido en cuenta la estratigrafía de la línea de contacto entre los dos primeros tramos para la prosecución del trabajo en los dos siguientes.
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Cada una de estas áreas ha dado unos resultados, no siempre coincidentes en cuanto a la secuencia infrapuesta ni en cuanto a la funcionalidad de las estructuras excavadas. El proceso de excavación no ha seguido necesariamente el orden alfabético de cada una de las áreas. Se ha alterado este orden por muy diversas razones y se ha utilizado el Área C, único espacio cubierto por la carpa, para continuar el trabajo en épocas de lluvia. Por tanto y, pese a que este área fue el punto de partida, su excavación se ha ido realizando de manera alternativa a la de las otras áreas. Por otra parte, la aparición de estructuras fuera del terreno limitado por la cerca, ha obligado a incorporar otras dos nuevas áreas que no aparecen en la foto anterior pero si en la fotografía aérea realizada poco antes de la finalización de los trabajos. En concreto el Área E/D, correspondiente al tramo entre la margen derecha del arroyo y la línea meridional de cerca y el Área E que es todo el espacio de la margen izquierda del arroyo, que denominaremos “Edificio Sur” y que, como se ha indicado, es el único punto del que la tradición y los vestigios emergentes tenían constancias arqueológicas y en el que se integra la excavación del mosaico nilótico.
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ÁREA A
ÁREA C ÁREA E
ÁREA B ÁREA E/D ÁREA D.I ÁREA D.II ÁREA D.III
Fotografía cenital tomada el 24-3-09 (casi dos meses antes de finalizar la excavación) con la subdivisión topográfica en que se ha compartimentado el trabajo. La presencia de la carpa cubriendo el Área C impide ver la excavación de 1985 más los nuevos espacios incorporados (habitaciones 9, 10 y 11).
***
En total, una superficie de 4000 m2 , incluyendo las márgenes del arroyo, que distan mucho de los 1750 m2 previstos en el proyecto, que no suponen la excavación integral del yacimiento aunque han dado resultados en muchos casos impensados. Baste comparar las dos fotos precedentes para comprobar la dimensión del trabajo efectuado. La metodología seguida ha consistido en la aplicación del método Harris, según se especificaba en el proyecto, trasladando los datos a una ficha normalizada cuyas 51
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informaciones han sido posteriormente interpretadas en la descripción de las unidades estratigráficas. Para mayor concreción de los datos se ha seguido una numeración independiente en cada una de las áreas (A.1…B.1…C.1… etc.). Con independencia de las fichas de cada u.e. he ido redactando un diario de excavación a la manera tradicional, que sigue paso a paso todo el proceso y al que haré alguna mención y/o presentación de páginas concretas.
Desarrollo del proyecto y causas que justifican su duración. En el apartado X del proyecto se argumentaba que “el proceso de excavación previsto se desarrollará en una sola fase, de forma continuada y sin más interrupciones que las que eventualmente impongan las condiciones atmosféricas o las contingencias personales, imprevisibles e insoslayables, que puedan producirse. La temporalización prevista se estima en 120 días como tiempo máximo, tomando como referencia la duración de la actuación de 1985, la necesidad de hacer un trabajo ordenado y la superficie que tenemos por delante. Todo ello, “sujeto a las vicisitudes que determine la realidad arqueológica”. Y evidentemente, ha sido la realidad arqueológica la que ha determinado la duración de un trabajo que, proyectado para seis meses, ha durado más de tres años y medio (desde el 10 de octubre de 2005 al 15 mayo de 2009) se ha interrumpido por decisión de la Delegación de Cultura y el yacimiento dista mucho de haber dicho la última palabra. Se ha hecho mucho pero queda mucho por hacer y cualquier previsión de tiempo que se haga puede resultar errónea por principio. Fuente Álamo es un enclave arqueológico desconcertante, con una secuencia compleja y muy larga, difícil de interpretar a veces y sobre todo con unas dimensiones superficiales que van mucho más allá que la mayoría de las villas que se conocen en la Península. De ahí la desproporción en el tiempo y el espacio entre lo que se
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proyectó y lo que al final hemos obtenido. Por tanto se puede afirmar que el tiempo de excavación ha sido largo pero no desmesurado. Cuando abordé la redacción del proyecto y las previsiones temporales no tenía otro referente fiable más allá de lo que habían dado los trabajos de 1985, la prospección con georrádar que no se salía de los límites de la cerca y no daba datos de cotas inferiores a 1.10 m. y además las conversaciones mantenidas con don Manuel Delgado, representante del Ayuntamiento, apuntaban a una duración estimada de seis meses. Pero la realidad que teníamos por delante iba mucho más allá de estas previsiones y además del trabajo estricto se han llevado a cabo otras actividades que paso a relacionar:
V.3. Excavación en sentido estricto. Ha constituido el trabajo esencial, que no único, de todo este tiempo. Se ha sucedido comenzando por donde quedaron los cortes en 1985, es decir, en el área C., bajo la carpa en condiciones difíciles en muchas ocasiones, con dificultad de evacuación de tierras y teniendo que hacer compatible el trabajo con las barreras arquitectónicas que imponen la cubierta y las pasarelas. En algunos puntos como el situado entre el muro de cierre norte del mitreo y el muro de riostra de la carpa ha habido que interrumpir el sondeo por imposibilidad física, sin concluir la excavación del interesante estrato C.46. V.4.. Otras actividades relacionadas. V.4.1. Modificación de los accesos al interior de la carpa. La rampa de acceso a la carpa, que inicialmente estaba situada en el lado occidental, ha habido que cambiarla de lugar en dos ocasiones. En el primer caso para poder excavar el Área A. Aquí no se esperaban grandes resultados por
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encontrase al oeste del muro de cierre de la villa y no haber aportado nada la prospección con georrádar y sin embargo ha dado algunos de los resultados más interesantes de todo el proceso, como se verá a continuación.
El trabajo bajo las estructuras de protección y tránsito bajo la carpa ha revestido en ocasiones serias dificultades.
Se situó en el lado opuesto y el segundo traslado de esta rampa fue necesario para poder proseguir la excavación del Área D. Hubo que cortarla longitudinalmente para que se adaptara al espacio a salvar y situarla en el lado norte, desde el Área B, donde continúa por ahora.
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Primer traslado de la rampa en julio de 2006 y en su ubicación actual, reducida a la mitad de su anchura.
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V.4.2. Retirada de olivos. Es un monocultivo centenario en la zona que ha ocupado uniformemente el yacimiento, con el único claro que supone el cauce del arroyo. Los olivos de Fuente Álamo parece ser que vinieron a sustituir a los viñedos arruinados en el siglo XIX por la filoxera. Pero en cualquier caso, se trata de un árbol que ha estado presente a lo largo de todo la historia, ya bajo su forma cultivada o como especie silvestre, el acebuche. Así lo evidencian los resultados arqueológicos y a ello apuntan las primeras informaciones que facilita el palinólogo. Aunque no se han hecho estudios más profundos sobre la edad del olivar, su plantación masiva debió coincidir con los años en que los arqueólogos decimonónicos Aguilar y Cano y Pérez de Siles realizan sus excavaciones en la segunda mitad del siglo XIX. Ellos aluden a un mosaico “de la higuera” pero no hacen mención de los olivos. De modo que desde entonces ha debido transformarse el paisaje agrícola de la zona y ha dado tiempo a que se seque el arroyo. Los olivos se plantaron sin orden ni concierto en muchos casos. Simplemente por que un primer intento coincidiera con la aparición de un muro hizo que el agricultor modificara su proyecto y trasladara el plantón a un lugar próximo, no necesariamente alineado, pero ya se había infringido el daño a la estructura subyacente. En muchas ocasiones, no obstante, el árbol se clava directamente sobre los muros o aprovecha la intersección de dos estructuras. El hecho de que todo el espacio haya estado plantado de olivar ha tenido la ventaja de que no se le hayan realizado labores profundas pero ha supuesto un serio problema por cuanto el desarrollo radicular ha sido en muchas ocasiones enormemente agresivo para muros y mosaicos. El mayor daño que había sufrido el mosaico del Cortejo de Bajo fue ocasionado precisamente por un olivo que ocupaba
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el espacio sur y había eliminado más de la mitad de la alfombra inferior, precisamente la más interesante. Cuando acometimos la presente actividad aun permanecían en el Área C los tocones brotados de los olivos que se cortaron en 1985, pero que no llegaron a arrancarse y ha habido que hacerlo en esta ocasión. Arranque que hay que efectuar en la mayoría de los casos con medios manuales, dada la sensibilidad de las estructuras que parasitan. Con independencia de que en algunos casos, cuando se ha visto previamente que no había afección a estructuras, se hayan utilizado medios mecánicos, la mayor parte del olivar erradicado se ha hecho manualmente. Cortando con sierra mecánica los troncos y retirando posteriormente los tocones y la peana de raíz con la aplicación de cuñas de hierro. Esta labor ha constituido un serio problema y una ralentización de la excavación propiamente dicha, al tiempo que una grave responsabilidad por lo delicado del trabajo. Incluso en algún caso no ha llegado a retirarse definitivamente algún resto de olivo por la imposibilidad de hacerlo sin producir daños irreversibles. Y no ha sido éste un proceso irrelevante puesto que el número de árboles retirados, en el ámbito estricto de la presente excavación, ha estado en torno al medio centenar, a los que habría que añadir los que cubrían la necrópolis y los espacios de acceso y aparcamiento, aunque ello dependiendo de otras responsabilidades.
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m
Algunas muestras de estructuras romanas.
olivos
parasitando
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V.4.3. Eliminación de barreras. La necesidad de ampliar las áreas de excavación más allá de los límites marcados por la cerca y de dar diafanidad a la conexión de una áreas con otras ha obligado a emplear parte del tiempo a la retirada de la cerca por el Norte y el Sur y a la eliminación del muro de riostra bajo la carpa en su lado oriental, lo que se efectuó en octubre de 2007 mediante procedimientos manuales.
Retirada de la cerca en su tramo norte.
Eliminación del muro de carga de la cubierta en su tramo oriental.
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V.4.4.Traslado del mosaico de la exedra del oecus. Tras su extracción y consolidación en 1986 fue depositado en los almacenes del Museo Local, en condiciones que distaban mucho de lo óptimo. Como quiera que está prevista su recolocación en el lugar de procedencia, en marzo de 2008 se procedió a su reconocimiento y traslado al yacimiento de las quince piezas en que el restaurador lo cortó en su día.
El mosaico de la cabecera del oecus recompuesto en el patio del Museo y junto al lugar donde espera ser recolocado.
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V.4.5.Preparación del espacio y colocación de la copia del mosaico de tema nilótico. Al cabo de veintiséis años de la extracción y traslado de este mosaico al Museo Arqueológico provincial, su lugar de procedencia se encontraba muy alterado, permaneciendo incluso el olivo que parasitaba y había destrozado la absidola occidental y el muro moderno-contemporáneo que pisaba de manera más o menos tangencial la absidola del Este. El resto del espacio había experimentado la evolución lógica a lo largo de los años. El sondeo inconcluso que se hizo en su día bajo el plano de la alfombra central para tratar de localizar elementos de fechación de la pieza había dado tan sólo un relleno anárquico de piedras que constituían un rudus de gran potencia a cuya cota inferior no se había llegado y al cabo del tiempo se había deformado y rellenado con elementos diversos. La cama del mosaico sólo había permanecido parte en la absidota oriental y completa en la meridional mientras que había sido cortada por el sondeo en el espacio central. Pero incluso en los tramos en que fue localizada, se encontraba irreconocible, cubierta por aportes recientes y vegetación. Por último, faltaba el muro de cierre por el norte del basamento en que se apoyaba el mosaico por haber desaparecido ya cuando hubo que intervenir en 1982. Por tanto, teníamos una idea bastante aproximada de la ubicación original pero se encontraba todo el espacio enmarañado en medio de un desorden en que se mezclaba todo lo que se había acumulado durante casi tres décadas. Se acometió la limpieza de la zona, el reconocimiento de la planta original y la retirada de elementos parásitos. Fue posible la orientación exacta del mosaico a partir de la localización de la cama de la exedra sur, que resultó conservarse tal como había quedado tras la
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extracción del tapiz teselar.. Y a partir de ahí se procedió a restaurar el resto de la superficie y a la construcción del muro de cierre por el Norte del basamento cuadrado en que se había levantado el edificio tetraconque que albergaría en época romana este mosaico singular. Previamente se procedió a reconocer la base del muro de cierre por el Este a partir del cual había que fabricar el nuevo muro septentrional. Tanto este muro oriental como el resto de las estructuras conservadas formaban parte de un edificio previo a la construcción del desaparecido tetraconque, perteneciente a las termas, posiblemente una de las salas calefactadas, situada al este del hypocaustum que fue transformada cuando se modificó todo ese espacio al refaccionar la villa a finales del siglo IV-principios del V, como se explica más adelante. La construcción del muro norte se hizo con elementos originales del entorno y su edilicia se limitó a imitar la de cualquiera de los paramentos cercanos. En definitiva un muro de vittatum, tan frecuente en Fuente Álamo. Todo este proceso duró desde principios de diciembre de 2007 a finales de febrero de 2008, mientras que la empresa “Mosaicos Casariche” realizaba la copia que había sido autorizada, tanto en la réplica como en su colocación. Hay que advertir, no obstante, que queda pendiente la copia de la absidota norte cuyo original se encuentra en los almacenes del Museo Arqueológico de Córdoba. Que no ha podido realizarse porque las fotografías que nos han sido facilitadas carecen de la nitidez suficiente, quizás porque los fragmentos no han sido completamente limpiados.
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Síntesis fotográfica del proceso de colocación in situ de la copia del mosaico nilótico.
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V.4.6. Anastilosis muraria. Como ha quedado indicado, los muros puestos al descubierto en 1985 presentaban veinte años después un estado lamentable. Se imponía pues acometer su restauración, de acuerdo con las previsiones del proyecto, como medida básica de protección. En el proyecto de excavación (p. 31) se planteaba que “además del registro arqueológico mueble, se recogerán todos los restos de materiales de edificación (tégulas, ladrillos, restos de cornisas, tambores de columnas, semicírculos y cuartos de círculo de columnas, etc.) con vistas a una eventual integración dentro de una futura anastilosis.” Estaba, pues, claro que la restauración con elementos originales formaba parte de la filosofía del proyecto, con independencia de que se especificara o no en los objetivos formulados. Esta recogida se había efectuado en 1985 y en esta ocasión se ha continuado el mismo proceder aunque más minucioso, puesto que se han separado y paletizado los materiales en función de las uu.ee. de procedencia. Podemos afirmar, pues que la actual anastilosis no sólo ha atendido al empleo de materiales originales sino que incluso los ladrillos, tégulas, etc. usados en cada caso en la restauración proceden de espacios inmediatos a los muros. Es decir que sensu stricto nos hemos limitado a recolocar en su sitio los mismos elementos que se habían precipitado en el interior de los habitáculos tras el abandono y expolio de la villa. Es muy sintomático que entre la ingente cantidad de fragmentos de tégulas y en menos casos de imbrices apenas hayamos encontrado piezas competas, síntoma evidente de una larga fase de robo que ocupa parte de la tardoantigüedad y la Alta Edad Media.
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La restauración de los muros forma parte de un amplio programa de restauración de Fuente Álamo que ha sido suscrito por el equipo de restauradores que trabajan de forma habitual en el yacimiento, aunque la ejecución de la anastilosis muraria ha sido llevada a cabo por el mismo equipo de excavadores, siguiendo las indicaciones de los restauradores y teniendo en cuenta los análisis de morteros efectuados por la Universidad de Córdoba. El proceso de restauración de muros se ha desarrollado a lo largo de unos ocho meses, con la participación de todo o de la mitad del equipo de excavadores. Tiempo al final del cual ha quedado restaurada toda el Área C, parte de la B, aproximadamente el 50% del Área D, toda la E/D y la totalidad de lo excavado en el Edificio Sur (Área E). En total más de la mitad de la superficie excavada. La interrupción a esta labor ha venido impuesta por varias razones: -
Práctico agotamiento de elementos originales, fundamentalmente ladrillos y tégulas.
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Necesidad de proseguir el descubrimiento integral de la villa.
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Iniciación de un plan de restauración que atiende no sólo a los muros sino a los mosaicos y a las pinturas murales conservadas in situ.
Por tanto, es de esperar que se reanude próximamente la restauración muraria dentro del proyecto general de restauración. Por lo pronto, lo realizado se sintetiza en las siguientes imágenes:
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Las excavaciones de 1985 aportaron un entramado murario que, a pesar de presentar algunas “mordidas”, conservaba en general buen estado y un alzado considerable. El deterioro vino después, básicamente entre 1985 y 2000..
La restauración de muros forma parte del proyecto general, como es la extracción y consolidación de mosaicos.
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Transcurrido el tiempo las estructuras que se habían puesto al descubierto habían sufrido el paso de los años y las que seguían apareciendo también estaban necesitadas de un tratamiento adecuado.
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La restauración de los muros ha partido del principio de no irreversibilidad y del empleo de material original, procedente de los puntos más cercanos posible en cada caso.
Amontonamiento de elementos constructivos procedentes de la estratigrafía del mitreo.
Material paletizado, separado según estratos de procedencia, dispuesto para su empleo en restauración.
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La actual restauración ha atendido sólo a las estructuras líticas y latericias y ha dejado pendiente los muros de tapial.
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Nos hemos limitado a suprimir taludes de arrasamiento, reconstituyendo planos horizontales de distinta cota, en forma escalonada para evitar tener que elevar mucho los niveles de los muros en los puntos en que las cotas originales tenían gran diferencia de nivel, además de por la escasez de material original. Se ha creado un doble plano vertical, entre el paramento original y el añadido, que aparece retranqueado unos centímetros y se ha interpuesto entre uno y otro una malla de fibra de vidrio que marca en todo caso el plano original del muro. La anastilosis ha consistido en imitar la misma edilicia en cada caso, repitiendo la alternancia de piedra y/o ladrillo que presentan los muros en sus partes conservadas. El resultado se resume en algunos de los ejemplos siguientes:
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Antes y después de la restauración del muro E.221.
Restauración del talud de arrasamiento de la esquina de la habitación 3 Sur
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Visión de conjunto del Área C, restaurada.
La anastilosis del mitreo como paradigma.
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Para no impedir unas posibilidades futuras de anclaje en los muros restaurados de algún elemento que permita recrecerlos y presentar cerramientos más altos de los habitáculos, hemos construido a modo de citaras paralelas de piedra y ladrillo y rellenado el espacio entre ambas con arena inerte, sin apenas contraste cromático. Con este proceder nos hemos limitado a imitar la técnica constructiva romana y llevar a sus últimas consecuencias el principio de no irreversibilidad.
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En total, una serie de actividades complementarias de la excavación, pero no de excavación en sentido estricto, que nos hemos visto condicionados a llevar adelante, con gran satisfacción, pero que, no cabe duda, han supuesto una fuerte ralentización de la campaña.
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Resultados. VI.1. Estratigrafía de Fuente Álamo. Reconstitución de la secuencia histórica. Las fases detectadas. VI.1.2. La secuencia histórica. Fases. VI.1.2.1. La ocupación previa a Roma. VI.1.2.2. El inicio de la presencia romana. La fase I: el balneum. VI.1.2.2.1. La organización arquitectónica del balneum. VI.1.2.2.2. El establecimiento de la margen derecha. VI.1.2.2.2.1. El estanque circular. El frigidarium. VI.1.2.2.2.2. La ampliación del frigidarium. VI.1.2.2.2.3. El estanque oriental. La natatio. VI.1.2.2.3. La organización del balneum en la margen derecha del arroyo. VI.1.2.2.3.1. El ninfeo. VI.1.2.2.3.2. El hypocaustum. VI.1.2.2.4. Hipótesis sobre la existencia de un espacio de culto a las aguas. VI.1.2.2.5. La estratigrafía superpuesta al balneum. Y el final de su funcionamiento. VI.1.2.2.6.
Fundamentos para la cronología de la fase I, balneum.
Análisis preliminar de parte del registro arqueológico asociado. VI.1.2.2.7. Conclusiones preliminares sobre la fase I, balenum.
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VI. Resultados. Una excavación como la presente, efectuada sobre un yacimiento tan extenso en el espacio y en el tiempo como Fuente Álamo y con una duración tan dilatada, necesariamente tendría que dar unos resultados importantes. La situación en que quedó el yacimiento tras las excavaciones de 1985, más la breve intervención de 1982, hacían augurar que a medida que se retomaran los trabajos los resultados positivos no se harían esperar. Fuente Álamo se venía caracterizando tradicionalmente como uno de los enclaves romanos de la zona donde la presencia de mosaicos formaba parte de la fisonomía común casi inevitable. En 1985 esa característica se confirmó con vigor puesto que todas las estancias excavadas vinieron acompañadas de mosaicos, de desigual importancia y en muy diferente estado de conservación. Detectamos con claridad una fase de abandono y de envilecimiento de la villa que fue la causante de la destrucción parcial de dichos mosaicos pero carecíamos de datos precisos en cuanto a la cronología. De ahí los errores de matiz en que incurrí en cuanto a la fechación propuesta. La cronología del siglo IV otorgada unánimemente tanto por mi como por la comunidad científica que se ha relacionado con el yacimiento de uno u otra manera, se fundamentó en la iconografía de los mosaicos figurativos y en el ambiente general de las villas tardorromanas. A fin de cuentas no fue otra cosa que la extrapolación de un lugar común en multitud de establecimientos rurales similares. Las excavaciones actuales han permitido establecer muchos matices a dicha cronología que sigue siendo un punto crucial en el devenir del edificio residencial. Los resultados en cuanto a las estructuras, que se obtuvieron en aquella ocasión, presentaron un panorama no menos importante. Los muros iban adquiriendo mayor
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alzado a medida que se progresaba en la excavación en sentido Norte y Este. De tal manera que no resultaba demasiado optimista aventurar que al proseguir los trabajos en esas direcciones, la aparición de estructuras seguiría el mismo ritmo. Pero no se había rebasado en ningún caso la excavación vertical bajo el plano de los mosaicos, con lo que carecíamos de elementos objetivos para establecer una fecha de fundación de la villa y, más aún, para saber si bajo el edificio que ya conocíamos existiría alguna fase constructiva previa. Por ello la cronología del siglo IV que se estableció, como un acuerdo general para los mosaicos, se basaba exclusivamente en criterios estilísticos y en apreciaciones subjetivas. Se pensaba, por otra parte, que la espectacular musivaria de Fuente Álamo era en todos casos coincidente con el momento de construcción de la casa y que ésta era sólo una más de la proliferación de villas bajoimperiales que se dispersan en Hispania y que la vida del edificio desde su construcción a su primer abandono habría sido una vida efímera. La escasez de un registro arqueológico mueble y la coincidencia en los estratos de relleno de los habitáculos de materiales muy dispares, dificultaba la fijación no sólo de cronologías absolutas sino también de una secuencia relativa, aunque fuera corta, ya que el desplome del edificio se había producido mucho tiempo después de su abandono, de forma que en el relleno estratigráfico, muy simple, se habían podido mezclar elementos de fechas diferentes. Con excepción del oecus cuya cubierta se precipitó sobre el pavimento mediante un incendio violento, el resto de las estancias excavadas permanecieron a cielo abierto durante los siglos posteriores a su abandono. Pero tampoco se podía establecer con claridad la fecha del incendio que ocultó bajo un potente estrato de carbón el mosaico del Cortejo de Baco. La interrupción de los cortes según unas líneas aleatorias fue motivada por imposiciones administrativas más que por la propia naturaleza de los resultados y
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mucho menos por mi voluntad. La presencia de dos puertas, al Norte y al Este, en la habitación 8, en que quedaron establecidos estos cortes, y la interposición entre ambas de un pilar era una solución arquitectónica que no se había presentado en los espacios excavados al Oeste. Y estos resultados daban la oportunidad de especular y de equivocarse sobre lo que vendría a continuación de dicha habitación, que aventuré como un probable peristilo o al menos un espacio a cielo abierto. Opinión que venía reforzada por la aparición de un fuste en la habitación 8 y que la actual campaña ha demostrado que fue una suposición errónea. Tampoco teníamos elementos de juicio para interpretar a priori la arquitectura a que nos llevaría el largo pasillo que recorría longitudinalmente casi toda la zona excavada y que no fue descubierto en su totalidad. Teníamos excavado un espacio importante de la pars urbana pero desconocíamos hasta dónde podría extenderse esta zona y si existiría la pars rustica y en tal caso si estaría disociada arquitectónicamente de las dependencias nobles o si formarían un conjunto unitario. La excavación de 1985 reveló, eso sí, la existencia de un edificio importante al norte del arroyo, del que no se tenía constancia previa y sabíamos por la excavación del mosaico de asunto nilótico que en la margen izquierda existían vestigios romanos, algunos de los cuales nunca llegaron a soterrarse. Pero se ignoraba la verdadera entidad de lo que debe permanecer aún soterrado, que se intuye con sólo la iniciación de la excavación del Área E, en lo que hemos dado en llamar “Edificio Sur”. En definitiva nos encontrábamos ante un mundo de interrogantes que han comenzado a despejarse con la presente actividad que ha multiplicado por 15 la superficie excavada, con que contábamos al inicio.
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Planimetría actualizada a la finalización de la presente actividad con señalización cromática de las fases detectadas (sin incluir el total de los mosaicos).
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V. 1. Estratigrafía de Fuente Álamo. Reconstrucción de la secuencia histórica. Las fases detectadas. Las características geográficas que han quedado expuestas al principio y la conformación geológica de la zona, junto con el proceso de caída natural del edificio han sido factores determinantes de que lo que en un momento fue un asentamiento humano se haya convertido en un yacimiento arqueológico. A ello han contribuido también las acciones humanas (aportes para allanamiento del terreno, destrucción intencionada de estructuras, incendios casuales o voluntarios y cuantas actuaciones de origen antrópico se han llevado a cabo a lo largo del tiempo) que han ido creando estratos de formación rápida o lenta, recreciendo las cotas originales y creando nuevas rasantes del terreno. En el caso de Fuente Álamo han confluido factores que son comunes en la generalidad de los yacimientos arqueológicos y algunas causas específicas de éste. Por una parte la superficie ligeramente alomada del terreno, tanto al norte como al sur del yacimiento y por otra la presencia de un curso de agua que lo atraviesa en sentido Este-Oeste, lógicamente por sus cotas inferiores, y que ha excavado una cárcava en época histórica, que se ha llevado por delante todas las estructuras próximas, creando sobre ellas taludes de arrasamiento en la misma línea de la rasante de dicha cárcava. Los dos grandes horizontes edáficos presentes en la zona, arcilla albariza del mioceno y limos y arenas cuaternarios y la utilización del primero de ellos como materia prima de construcción de tapiales han configurado perfiles estratigráficos muy repetitivos, aunque con matices, que se han visto alterados por la alternancia de estratos de destrucción por caída o por incendio, creando estratos naturales de génesis rápida.
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El deslizamiento por escorrentía de las arenas desde las cotas superiores y su frenada por la interposición de estructuras ha ido rellenando huecos y acumulando un estrato de aluvión de formación lenta, tanto más potente cuanto más cerca de las márgenes del arroyo. Al final o durante el proceso de formación del yacimiento, las actuaciones posdeposicionales, tales como excavación de hoyos, allanamientos de zonas deprimidas con materiales acarreados de otros lugares (en ocasiones de escombreras de fases anteriores, etc), han creados interfacies o han invertido en ocasiones la estratigrafía presentando contextos diacrónicos. Para explicar estos procesos, presento perfiles estratigráficos de todos aquellos puntos que han parecido elocuentes a lo largo de la excavación y que sintetizan la secuencia histórica por la que ha pasado Fuente Álamo. En definitiva que reflejan las luces y las sombras de este yacimiento.
VI.1.2. La secuencia histórica. Fases. Como primera observación hay que dejar sentado que Fuente Álamo presenta una estratigrafía recrecida no sólo en cuanto a los estratos (que es lo lógico) sino también en cuanto a las estructuras. Recrecimiento que en unos casos se superpone y en otros
se yuxtapone mediante entrecruzamientos de muros
pertenecientes a distintos momentos de la ocupación humana del espacio o reaprovecha estructuras anteriores ensanchándolas o parasitándolas con elementos arquitectónicos, siempre de ínfima calidad. Al final tenemos una arquitectura, reflejo de una secuencia que en líneas generales ocupa todo el primer milenio de la Era Cristiana. Si bien, y como resulta óbvio, no todos los períodos por los que ha pasado el yacimiento tienen igual entidad. Antes al
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contrario, se suceden períodos estelares y otros de decadencia. Las grandezas y las miserias de todo aquello que dura mucho tiempo. La tendencia inevitable de la arqueología de subdividir toda la vida de un yacimiento o de una zona en fases tiene en Fuente Álamo una justificación especial aunque en definitiva todo el proceso humano sea un continuum. Se podría hacer un esquema en que la evolución llegara a sus últimas consecuencias, proponiendo una alternancia de fases y subfases hasta el límite del absurdo, pero para hacer más inteligible la lectura histórica recurriré únicamente a los momentos esenciales que en el caso romano son dos, susceptibles de matices internos de cada uno, más una fase de decadencia tardoantigua y otra no menos decadente altomedieval.
VI.1.2.1. La ocupación previa a Roma. Es un hecho sobradamente demostrado por la arqueología la tendencia romana a establecerse sobre o en las proximidades de lugares que contaran con una población indígena, en algunos casos encauzada hacia una romanización incipiente pero siempre con un componente tradicional que se va borrando a medida que avanza la influencia romana. Raramente los nuevos ocupantes de Iberia establecen fundaciones ex novo, sobre todo en núcleos urbanos (Corduba, Astigi, Itálica, Carmo y se podrían multiplicar los ejemplos) y parece ser que repiten la idea en algunos núcleos rurales como Fuente Álamo. La topografía del entorno y la presencia de un curso de agua que en la antigüedad debió ser permanente, encaja en el esquema de un patrón de asentamiento que es muy común en la Prehistoria Reciente y en la Protohistoria. Cuestión muy distinta es que de haber existido un asentamiento indígena a la llegada de los romanos permanezcan aún sus restos en las cotas superiores de la margen izquierda del
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arroyo o haya sido barrido por éstos y por los ocupantes medievales, por más que encontremos su huella en lo tangible y en lo intangible. La aparición de cerámica de tradición ibérica es consustancial en los contextos tardorrepublicanos y/o altoimperiales. Y esta cerámica, sobre todo en forma de fragmentos de urnas con pintura deslucida está presente en diversos estratos de Fuente Álamo, pero también está presente la cerámica genuinamente de plena o tardoiberización, sobre todo en los inconfundibles platos y urnas con decoración de bandas, casi siempre en los estratos más profundos sobre la roca madre (ejemplo u.e. D.II.72 y otras). De dónde haya llegado ese escaso pero elocuente registro ibérico que coexiste con los materiales romanos más antiguos en algunos puntos, como la t.s.g de la zanja de cimentación A.58 es una de las interrogantes que queda por despejar, pero es un hecho objetivo su presencia y la única interpretación que se me ocurre es que a la llegada de los romanos, alguna comunidad indígena del entorno, aún apegada a sus usos y tradiciones, debió funcionar como colaboradora necesaria de los romanos en la construcción de sus edificios. Es decir, que fueron albañiles ibéricos o iberizados los que construyen los primeros muros. Pero existe otro fenómeno también de singular interés en el hecho de que la tradición indígena perviviera hasta principios del siglo V, cuando a uno de los personajillos del comic que representa el mosaico nilótico le llaman Gerio, es decir, nada menos que Gerión, personaje de la mitología tartesia de más de un milenio atrás cuyo nombre reaparece en un mundo en que la romanización había llegado a sus últimas consecuencias. Pero no seguiré deslizándome por un terreno en que la especulación y el subjetivismo también pueden llegar a sus últimas consecuencias.
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VI.1.2.2. El inicio de la presencia romana. La fase I: el balneum. En la segunda mitad del siglo I. a.C. se produce el asentamiento de licenciados cesarianos que habían participado en la contienda civil césaro-pompeyana. El conflicto se ha resuelto en Munda y los veteranos de guerra reciben grandes extensiones de tierra en el Valle del Guadalquivir, parceladas en forma de centuriaciones. Por otra parte, Fuente Álamo se sitúa casi equidistante de dos núcleos de población importantes, de tradición ibérica y fuertemente romanizados. Al Norte Ipagrum o Ipagro (Aguilar de la Frontera). Al Sur Astapa-Ostipo (Estepa), población situada en una ladera motañosa que se divisa desde Fuente Álamo como si estuviera al alcance de la mano. Entre ambas poblaciones funcionó una de las arterias de comunicación importantes de la Betica, como fue la desviación que el Itinerario de Antonino sitúa hacia Antikaria y probablemente hacia Malaca, partiendo desde Corduba para enlazar el Conventus Astigitanus, el Valle del Genil, con el Mediterráneo. Ese es el marco geográfico en que se sitúa Fuente Álamo, no lejos de esa desviación de la Vía Augusta que coincide con la nacional 331, pero no directamente sobre ella. El aliciente que los romanos de la zona encontraran en este lugar sería, junto a la feracidad de la tierra, la presencia de agua. El arroyo que atraviesa el yacimiento y lo divide en dos, configurándolo como un lugar óptimo para el establecimiento de un balneario público y, casi con toda seguridad, sacralizando las aguas o encontrándoles propiedades salutíferas, que no poseen. Pese al arrasamiento que el balneario experimentó tras su abandono, encontramos indicios de que pudo funcionar en él algún templo dedicado al culto a las aguas. Como también encontramos indicios de una fase previa de construcción de obras hidraulicas, que
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apenas da información para establecer su tipología, y que ha quedado oculta bajo las grandes obras del balneum definitivo.
* Señalados con asterisco, restos de un pavimento de laterculi pisado por el gran estanque oriental, correpondiente a una fase de tanteo previa a la construcción del Balneum.
En Roma existió una verdadera mitificación de las aguas que se refleja en la literatura. En la Primera Olímpica de Píndaro encontramos que “lo más noble es el agua, y el oro, ardiente como el fuego…”. Los autores latinos hacen una verdadera sacralización del Tíber. Encontramos multitud de alusiones en la Eneida de Virgilio referentes al río de Roma: “Le pareció que el propio dios del lugar, Tiberino de amena corriente, como un anciano se alzaba entre las hojas de los álamos… Y tu mismo, para que no creas que el sueño te forma imágenes falsas, encontrarás bajo las encinas de la orilla una enorme cerda blanca… .En estas orillas los arcadios, pueblo que viene de Palante, compañeros del rey Evandro que sus enseñas siguieron eligieron el lugar y en los montes la ciudad pusieron…
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Yo soy el que ves a plena corriente abrazar las orillas y cortar fértiles sembrados, cerúleo Tíber, río gratísimo al cielo… . Se levanta y mirando la luz naciente del sol Etéreo toma agua del río, según el rito en el hueco de sus manos y vierte al aire estas palabras: Ninfas, Nifas laurentes, de donde el linaje de los ríos, Y tu, padre Tíber de sagrada corriente, Amparad a Eneas y alejadle por fin de peligros…. Cornígero río que reinas en las aguas de Hesperia. Asísteme sólo y confirma tu numen más aún…”
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El primer asentamiento histórico en Fuente Álamo es cosa de latinos. Ni la arquitectura del primer momento ni los primeros mosaicos que adornan las salas del balneum tienen antecedentes en la zona. Tuvieron que ser itálicos los que
lo
construyeron como un establecimiento público para el solaz de las poblaciones cercanas (Ipagum y Ostipo) o para buscar en las aguas del arroyo una curación imposible. Y ante esta vinculación del balneario con un arroyo que correría permanentemente cabe preguntarse si sobre la sensibilidad de los romanos o romanizados que fundan el establecimiento pesaría algún sentimiento de nostalgia hacia las aguas del Tíber y quisieron repetir a pequeña escala algo de lo que habían visto en la metrópolis. En las proximidades del balneario, las excavaciones que se han llevado como consecuencia del tendido del gaseoducto han localizado la sepultura de un niño de mediados del siglo I que no se entiende como no sea en función del gran asentamiento que es el balneum. La hidroterapia fracasó y el niño fue enterrado allí. En los días en que redacto la presente memoria (julio 2009) ha aparecido otra inhumación de un adulto de fecha también muy temprana (1ª mitad siglo I) bajo la gran necrópolis islámica que se sitúa al norte de la villa y bajo el plano de los edificios industriales que se localizan en el extremo del yacimiento, próximo a la carretera,y que pertenece también a la fase del balneario. Todos éstos son indicios de que, asociada al balneum, existió una comunidad estable o flotante durante el siglo I que vivió y murió en Fuente Álamo.
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VI.1.2.2.1. La organización arquitectónica del balneum. Resulta evidente que el primer asentamiento romano tiene como objeto el aprovechamiento hídrico. Con lo excavado hasta ahora sabemos que a mediados del siglo I o poco antes se construyen dos grandes ámbitos, a ambas márgenes del arroyo, que tienen como fundamento el agua.
Estanque 1 Estanque Oriental Natatio
Estanque 2
Estancia 2 Estancia 1
Estanque occidental
Hipótesis sobre la ubicación de un espacio de culto
Ninfeo Caldarium Hypocaustum
Praefurnium
Espacios correspondientes al balneum y al ninfeo asociado, en la margen izquierda del arroyo. La mayoría de estos espacios fueron amortizados en la fase siguiente aunque algunos permanecen aunque refaccionados en sus dimensiones o cambiados de función.
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En la margen derecha una serie de piscinas con estancias asociadas que inclinan a considerar como un balneum. En la margen izquierda una serie de estanques escalonados que constituirían un ninfeo y junto a él un establecimiento termal del que la parte que ha mantenido su fisonomía clara es el hypocaustum, mientras que el resto de los espacios calefactados o fríos han sido muy enmascarados por la arquitectura posterior o han desaparecido casi en su totalidad. Las dimensiones de las piscinas y estanques y la abundancia de ellos configuran este espacio como un establecimiento público. Fue un hecho la importancia que adquieren en Roma los balnea cuya “construcción continuó sin cesar, incluso en la época de las grandes termas, tanto en Roma como en las provincias” (MALISSARD, A. 2001, pp.108-109) y el interés del de Fuente Álamo radica en las grandes dimensiones de sus piscinas y de la proliferación de éstas, pese a que una gran parte del conjunto ha sido arrasado tras la construcción del edificio privado que se le superpone o ha quedado amortizado bajo el plano de dicho edificio residencial. Entre la multiplicidad de balnea recogidos recientemente por bibliografía de síntesis (GARCÍA-ENTERO, V, 2005) no aparece Fuente Álamo, sencillamente porque aún no había sido descubierto. La mayoría de los balnea estudiados se asocian a villae, no existen dos iguales y por lo general son de cronología posterior al de Fuente Álamo. Carecemos prácticamente de estructuras hidráulicas de las proporciones del estanque circular o del oriental. El problema de este balneario es que no puede ser estudiado en su conjunto por las causas antes mencionadas. Tenemos pues datos más o menos seguros sobre la estructura del balneum, su fundación, su período de uso y las transformaciones durante el período de vigencia y la fecha y probablemente las causas de abandono. Pero nos faltan muchos datos, o
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los apunto como hipótesis más o menos consistente, como el circuito que describiría el agua, su entrada desde en arroyo, la existencia de un espacio de culto, etc.
VI.1.2.2.2. El establecimiento de la margen derecha. En la parte más septentrional de lo descubierto se sitúan los estanques 1 y 2, enlazados entre sí y con los suelos respectivos a distinta cota y separados por la u.e. C.101 (véase uu.ee. C.101 a C.106). Lo que nos está indicando que el agua pasaría de uno a otro en un primer momento. Desconocemos el punto de entrada del agua, que venía del arroyo desde cotas superiores donde debió iniciarse una canalización a partir de la margen derecha, de la que no ha quedado constancia.
C.269 Conducción hidráulica
C.93
En el subsuelo de la habitación 6 aparecieron los restos de un estanque cerrado por el muro u.e. C.269 que parece ser el punto en el que se inicia la distribución de agua en los estanques de la margen derecha. Esta estructura hidráulica se cerraría al Norte con el gran muro C.93 que aparece en la imagen derecha y que posteriormente fue cortado para insertar el ábside del mitreo.
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Hay base para suponer que la entrada del agua en el balneario se iniciaría a partir de lo que hemos llamado “estanque 0” del que apenas queda más que una línea de 60 cm. cerrada por el muro C.269, al Oeste, y por el gran muro C.93, al Norte. Este muro comenzó a aparecer en 1985 y hasta la presente excavación no se le ha encontrado sentido. Conserva revestimiento por el interior aunque la proximidad del muro de cierre norte de la fase siguiente impide conocer mayores datos. Además ha sido cortado para colocar la cabecera del mitreo y no ha quedado de él nada más que un tramo de 6.4 x 1.3 m. que corresponde con toda probabilidad a un gran contenedor de agua que regularía toda la distribución a las cisternas de la margen derecha del arroyo. Todas las conducciones que habría hacia el resto de las piscinas han quedado perdidas cuando se construyó la villa.
El inicio de las estructuras del balneum ha quedado amortizado bajo los muros de la villa.
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El estanque 1 sólo conserva parte del muro de cierre norte, habiendo quedado el resto bajo el plano de la villa, probablemente cortado y destrozado. En cambio conservamos prácticamente la planta completa del estanque 2 aunque repartida bajo el plano de varias estancias de la villa y pisada por los cimientos de ésta. Algo después de la construcción de estos estanques, se individualizan entre si construyendo sobre la base latericia del muro C.101 una estructura de tapial que los invalida como contenedores de agua y de la que tan sólo han quedado los muñones u.e. C.100 y al mismo tiempo se amortiza el primitivo pavimento del estanque 2, cubriéndolo en su totalidad de ladrillos, que dejan ver en el perímetro la moldura característica de las obras hidráulicas, y se atraviesa de parte a parte con un canal de opus signinum que termina en un desagüe de plomo, también sellado por ladrillos.
El estanque 2 se reparte al exterior del muro de cierre norte de la villa, bajo su cimiento, la habitación 4 y parte (no excavada) de la cabecera del oecus. Poco después de su construcción se refacciona colocando sobre el pavimento original un nuevo suelo de ladrillos y un canal que termina en una arqueta de plomo.
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La cisterna 2 debió de ejercer en un primer momento una función de regularización del caudal aunque posteriormente dejara de funcionar como tal. Desconocemos la profundidad real y si estuvo o no cubierta. Su excavación ha dado un estrato muy potente formado por la caída del revestimiento parietal pero no se han advertido indicios de que tuviera una cubierta abovedada. De acuerdo con la diferencia de cotas del muro C.115, que la cierra por el norte, podemos suponer una altura mínima de 2 m., lo que nos daría una capacidad de 66 m 3 A partir de esta cisterna, incluso cuando dejó de ser un contenedor de agua debió fluir el líquido hasta el estanque occidental. Se ha localizado la salida al exterior del muro C. 116, que cierra la cisterna por el Oeste pero no aparece la canalización por la que debió discurrir el agua hasta el estanque circular.
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VI. 1.2.2.2.1. El estanque circular. El frigidarium. El estanque circular podría interpretarse como un ámbito de ajardinamiento pero la ausencia de polen de plantas acuáticas en el estrato de sedimento sobre la base del suelo invalida esta hipótesis, por lo que me inclino a considerarlo simplemente como una gran piscina de agua fría. Pese a la carencia de paralelos en las termas romanas, el estanque de Fuente Álamo tendría forma circular, sólo deducible por rebasar levemente los 180º el arco de planta conservada. Con un diámetro próximo a los 16 m., supera los 11 m. de la estructura circular del baño helenístico de la rue Leca, de Marsella, con cronología anterior al 50 a.C. (BOUET, A, 2000, p. 35). Su capacidad se puede estimar en unos 200 m3
lo que supone un volumen
considerable para el baño que se podría efectuar sentado en el escalón (C.134) corrido a lo largo de toda la rosca interior del muro de cierre del estanque (C.125).
C.125
C.134 Detalle del escalón corrido por el interior y a lo largo del muro de cierre del estanque circular, para asiento de los bañistas.
Existen en Hispania multitud de estructuras semicirculares en los baños romanos, tanto públicos como privados pero son absolutamente infrecuentes los círculos completos y cuando es así no parecen responder a zonas de almacenamiento de agua, como es el caso de las termas del Este de Miróbriga (FERNÁNDEZ OCHOA, C. MORILLO CERDÁN , A y ZARZALEJOS PRIETO, M, 2000, p. 67).
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Se ha estudiado también el proceso de monumentalización de los espacios termales asociados a las villae que “va a protagonizar un importante impulso durante la segunda y tercera centurias con una marcada tendencia hacia una mayor complejización arquitectónica” (GARCÍA ENTERO, V y ARRIBAS DOMÍNGUEZ, R., 2000, p. 86). Pero el caso de Fuente Álamo presenta rasgos diferenciales puesto que no se trata de un balneum asociado a una villa sino de un establecimiento público al que la villa se le superpondrá tiempo después de su abandono y en el que los espacios residenciales son muy escasos, al menos en lo que han detectado las presentes excavaciones. Sin embargo resulta evidente que de alguna manera podemos apreciar los aspectos monumentales, tanto en el escaso registro mueble localizado, al que me referiré a continuación como por la propia configuración de los espacios arquitectónicos. El estanque occidental (circular) estuvo rodeado, al menos en la parte excavada, por una ambulatio, una especie de espacio porticado entre columnas de ladrillos y revestido de estuco en el techo. Parte de este conjunto se ha localizado in situ en el subsuelo del oecus, entre el cimiento que cierra la villa por el Oeste y el muro de la estancia 2 del balneum. Y las muestras del estuco que se han extraído de la gran costra que forma el estrato C.253 presentan policromía.
* La galería que circundaba el estanque circular estuvo cubierta, probablemente en arcada soportada por fustes de ladrillos columnarios como el que se señala con asterisco y revestida de estuco polícromo cuya caída ha generado el estrato C.253.
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Partiendo del planteamiento de que el estanque circular fue una piscina da agua fria, se interpreta todo el conjunto que lo acompaña como un gran frigidarium en el que se integraron espacios habitacionales que pudieron formar parte del apoditerium o simplemente ser cubícula para dormir puesto que en los dos casos localizados los mosaicos que los pavimentan presentan una alfombra más pequeña donde iría el lectus
A la estancia 1 del balneum se accede a través de una gran puerta de dos hojas con sus respectivas quicialeras. En la parte de arriba, la alfombra mas pequeña del mosaico indica la zona del lectus. Se trata de un rectángulo perfecto de 3.26x4.7 m. construido con tapial y una cimentación latericia en una de cuyas zanjas se han encontrado materiales de la 1ª mitad del siglo I. Esto supone una 2 superficie de 15.32 m pavimentada con un mosaico geométrico y polícromo de perfecta ejecución, con dibujos que dan la impresión de tridimensionalidad. Es el mosaico más antiguo de Fuente Álamo y también el más perfecto.
Con independencia de los análisis que se efectuarán en su día sobre las muestras tomadas, en una impresión macroscópica, los tapiales que integraban los muros de esta estancia están formados por una mezcla de arcilla albariza con algo de cal cuya destrucción ha generado un estrato que no se diferencia en nada de la estructura original.
Estrato depositado a ambos lados del muro de origen y de compleja
excavación para no arremeter contra los restos del muro.
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La estancia 1 está dispuesta en forma radial hacia el Norte del estanque y tenemos indicios de que debieron existir otras estancias con la misma axialidad. Por una parte los restos del muro C.307 que debió ser el cierre oriental de un espacio cerrado, con las mismas características de revestimiento de pintura. A ello se añaden las informaciones que nos han llegado de la excavación clandestina de un mosaico al oeste, que es compatible con la existencia de otra estancia por dicho lado. En cualquier caso, la sospecha de la existencia de un espacio de culto entre los dos grandes estanques (occidental y oriental) permiten imaginar que debieron funcionar algunas otras estancias relacionadas arquitectónicamente con el estanque circular, cuya disposición radial se intuye a través de los restos del muro C.307. Esta distribución de espacios plantea el problema de la relación con el arroyo cuyo cauce sería invadido con la construcción circular del estanque. La topografía del terreno no permite muchas variaciones en el paleocauce por lo que el agua debió discurrir por cotas más profundas o estaría entubado. En cualquier caso, la planta del estanque circular invadiría la línea del arroyo y desaguaría directamente en él.
VI.1.2.2.2.2. La ampliación del frigidarium. En el último cuarto del siglo I o inicios del II el balneario debió estar en pleno apogeo. La llegada de visitantes iba en aumento por lo que se hizo necesaria una ampliación de los espacios residenciales. De ahí la construcción de la estancia 2 (véase ubicación en el plano general y en el del balneum). De características similares a la estancia 1, este nuevo espacio adopta una forma casi cuadrada, con ligeros descuadres en las esquinas y dimensiones de 3.8 x 4.3 m., lo que supone una superficie de 16.34 m 2 , también cubiertos por un mosaico, igualmente geométrico y polícromo y prácticamente completo, con el mismo reparto
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en dos alfombras de distinto tamaño y de una buena ejecución aunque sin llegar a la perfección y tridimensionalidad del de la estancia 1. Pero así como la primera estancia se colocó radialmente y en relación arquitectónica de una organicidad perfecta en relación con es estanque circular, esta segunda desorganiza el conjunto, se descentra en relación a un plano coherente con el principio de simetría frecuente en la arquitectura romana y lo único que hace es ampliar los espacios habitables del balneum. Se encaja de una forma arbitraria entre dos contenedores previamente trazados como son la piscina nº 2 y el estanque circular, lo cual obliga a reducirla en longitud en relación con la primera estancia (4.7 m. de la primera frente a 4.3 m. de la segunda), pese a lo cual se queda muy próxima del estanque 2 e incluso tiene que montar sobre la ambulatio que circunda el estanque curvo.
La estancia 2 del balneum se construye para cubrir las nuevas necesidades que se iban creando con el funcionamiento de dicho establecimiento. Se descentra en relación con el resto de la arquitectura e invade espacios que habían sido construidos con anterioridad.
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Además, en el estado en que se ha aparecido impide reconocer la planta completa, parte de la cual ha quedado sin excavar bajo la exedra del oecus y el resto repartido entre éste y las habitaciones 4 y 5
Sector oriental de la estancia 2 del balneum en el subsuelo de la habitación 4 (a la izquierda) y 5 (a la derecha) de la villa. Las dos alfombras diferentes en que se divide el mosaico reproducen el mismo esquema de la estancia 1 aunque con motivos y calidad distintos.
La edilicia de este nuevo espacio sigue la misma norma que la estancia 2. Se trata de muros de tapial con un fuerte revestimiento de estuco, polícromo al interior y monócromo al exterior, pero en este caso se conserva mayor alzado de estructuras y también un
potente estrato de los restos del revestimiento caídos que están
siendo actualmente objeto de un estudio monográfico que viene en otorgar una cronología flavia o algo posterior a estos restos de pintura. Lo cual no entra en contradicción con la cronología del mosaico. Para mayor ampliación de datos, véase u.e. C.232.
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Sector occidental de la estancia 2 del balneum en el subsuelo del oecus.
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VI.1.2.2.2.3. El estanque oriental. La natatio. El último elemento importante de la margen derecha, perteneciente al balneum corresponde al gran estanque rectangular con cabecera absidada que debió corresponder a la natatio.
Este gran estanque, algunas de cuyas estructuras han permanecido emergentes a lo largo del tiempo, se interpreta como la natatio y se sitúa próximo al arroyo que lamería su lado meridional.
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Estuvo construido en opus incertum en una primera fase a la que se le añadió en un segundo momento un muro de refuerzo por los lados sur y oeste, según puede advertirse en el tramo en que hemos podido rebajar hasta el fondo. Tiene unas dimensiones de 18 x 6.3 m. y una capacidad de 173.5 m 3 , calculando una profundidad máxima de 1.5 m. e incluyendo el espacio de la cabecera.
BIBLIOGRAFÍA
Por el lado sur la natatio presenta doble muro, aunque muy arrasados. El de la derecha corresponde a la construcción inicial y se encuentra inclinado hacia la zona del arroyo. El refuerzo interior presenta la característica moldura de las construcciones hidráulicas que se prolonga hacia el suelo.
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La natatio es por ahora la obra más oriental de todos los elementos del balneum. Se encuentra a una distancia mínima de 24 m. del estanque circular y desconocemos la mayor parte de su estructura interior, como puede ser la presencia de una escalera, frecuentes en este tipo de piscinas, ya que tras el abandono del balneario se convertiría en una zona palúdica y peligrosa por lo que fue llenada intencionadamente con una estratigrafía antrópica formada por tierras del entorno, además de algunos aportes caídos de su propia estructura. Sobre este relleno se colocó un mosaico, al que nos referimos más adelante y sólo hemos podido estudiar el espacio de piscina en que el mosaico había desaparecido. El registro que contenía este relleno estratigráfico es muy escaso aunque se ha podido recuperar algún elemento del siglo III., lo que nos aporta un dato interesante para el edificio de la fase siguiente.
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El muro E.D. 5 (señalado con doble asterisco) forma parte del cierre occidental de la natatio. Nunca ha estado soterrado, incluso por debajo de la línea en que originariamente se introduciría en la terraza del arroyo. Había sido parasitado por una arqueta contemporánea de la distribución de agua municipal. Éste es el aspecto que presentaba en agosto de 2007. Posteriormente se ha retirado dicha arqueta.
VI. 1.2.2.3. La organización del balneum en la margen izquierda del arroyo. La alteración de este espacio y la superposición de estructuras posteriores no ha sido menor que en la margen derecha. No encontramos embalses de las dimensiones del circular o la natatio pero en su lugar han aparecido una serie de estructuras cuya disposición autoriza a considerarlas como integrantes de un ninfeo. Algunos de los elementos de este ninfeo también han permanecido emergentes a lo largo del tiempo, dándose la paradoja de que lo más antiguo es lo más superficial en algunos puntos, aunque también lo más arrasado. Algunos tramos de los estanques
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que integran el ninfeo permanecían a cielo abierto durante los años setenta del pasado siglo, por lo que su excavación se ha limitado a un simple barrido.
VI. 1.2.2.3.1. El ninfeo. En la margen izquierda se suceden una serie de estanques escalonados cuyas características permiten identificarlos como un ninfeo. La cuestión es que ha sido grande la alteración sufrida por sus estructuras y el solapamiento de éstas bajo el plano del edificio privado posterior. De tal forma que conocemos la planimetría de esta fuente aunque sólo de forma parcial.
Estanque superior Conducción Estanque medio Estanque interior
El ninfeo visto desde el Norte. Cerrado por el muro E.46 que corresponde al cierre del pasillo Sur de la villa y se apoya directamente en el suelo del estanque medio. El muro de bloques de hormigón que aparece en primer plano es una medida provisional de protección del pavimento del estanque medio. ***
Pese a ello, podemos deducir una auténtica monumentalidad y la existencia de una gran fontana que de Este a Oeste tendría no menos de 14 m., con juegos de agua y pequeñas cascadas que estaría dedicada a la contemplación pública de los usuarios del balneum, Y estas dos características, monumentalidad y carácter público, son los
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ingredientes que justifican precisamente la catalogación que propongo de ninfeo, de acuerdo con valoraciones recientes (MONTORO CASTILLO, M, 2007, p. 52). Cuestión aparte es si tuvo una finalidad cultual, como espacio religioso dedicado a las ninfas o si fue simplemente un elemento ornamental. Pero creo fuera de dudas, como expongo más adelante, que el balneum de Fuente Álamo contó con un edificio de culto. El ninfeo presenta una fisonomía en buen estado de conservación en la parte occidental, mientras que el tramo oriental está prácticamente perdido por las arremetidas del arroyo, que tiende a meandrizarse en este tramo, cuyo cauce parece ser fue invadido por los muros de esta fuente, razón que refuerza la idea de que el arroyo estuvo soterrado al menos en la fase balneum. Estas arremetidas han creado unos taludes de arrasamiento que reproducen la misma pendiente que la cárcava antes de su excavación. Pero, partiendo del principio de simetría, se pueden reconstruir prácticamente sin margen de error las partes que faltan.
Estanque inferior Estanque superior Estanque medio
Planimetría de la parte conservada del ninfeo con reconstitución de las partes perdidas en el lado oriental.
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Cuestión muy distinta es la reconstitución planimétrica de los espacios situados bajo lo que llamamos “Edificio Sur” que debieron seguir el mismo ritmo edificatorio que lo que tenemos a la vista aunque en el momento presente resultan irreconocibles. En un caso por haber sido cortadas sus estructuras, como es el caso del muro E.239 que desaparece en la habitación 3 Sur o en otro porque debe permanecer bajo el plano del mosaico que pavimenta la habitación 2 Sur. Respecto a la cronología del ninfeo está plenamente en la mitad del s.I, igual que la estancia I del frigidarium. Una lucerna de dicha cronología localizada justo bajo el pavimento del estanque medio así lo avala. Lo cual indica que la construcción del balneun responde a un programa unitario y sincrónico que abarcó ambas márgenes del arroyo.
VI. 1.2.2.3.2. El hypocaustum. Situado en el extremo occidental de las dependencias de la margen izquierda, el hypocaustum de Fuente Álamo está dentro de un esquema muy frecuente en este tipo de habitaciones calefactadas. Encontramos multitud de ejemplos en la bibliografía e incluso en algún caso identidades, como el ámbito termal de la villa de Riocaldo, cuyos arcos restaurados son una réplica exacta de los de Fuente Álamo tras la anastilosis (RODRÍGUEZ, M. X., 2000, p. 301). Es bien sabido que la mayoría de los hypocausta son de bien avanzado el Imperio. La invención de este sistema de calefacción por el pompeyano Sergio Orata en época republicana no se incorpora instantáneamente en la arquitectura de las villas que, por otra parte, la mayoría de ellas son tardías. Pero no faltan en Hispania hypocaustos muy primitivos. Han sido estudiados numerosos casos de habitaciones
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calefactadas de época republicana, como en el conjunto termal del foro de Valentia, las termas de la Neápolis de Ampurias, las de Azaila, etc. y las termas republicanas de Baetulo que presentan un caldarium de 10.85 x 5.85 m. con un alveus que consistente en “un recipiente realzado sobre hypocausto de doble conducción y abovedado de „0.35 m. de anchura y 0.95 de altura y, entre ambos, suspensurae de 0.43 m. de ancho y 0.30 de longitud y 5.5 cm. de alto” (NOLLA, J. M., 2000, p. 49). En la Galia narbonense las termas posteriores al año 50 d.C. se caracterizan por la presencia de hypocaustos sobre pilas no simétricas (BOUET, A,. 2000, p. 37). Tenemos por tanto precedentes en que sustentar una cronología julio-claudia para el hypocaustum
de
Fuente
Álamo
y
para
el
resto
del
conjunto
termal,
independientemente de que el propio registro autorice a ello. El hypocaustum de Fuente Álamo se construye, pues, al mismo tiempo que todo el balneum aunque su secuencia propia describe un proceso diferencial a través de algunas refacciones y reaprovechamiento parcial en la fase siguiente, como indicamos más adelante. Y además, con independencia del espacio calefactado que se ha perpetuado existió una fase previa. Una especie de tanteo al igual que lo advertido bajo los muros de la natatio, que ha dejado la huella de un resto de estructura latericia con señales de rubefacción, también pisada por los muros del hypocaustum definitivo., El hypocausto de Fuente Álamo ha sido tocado por excavadores o alterado por el trazado del “camino de las Vigas” con anterioridad a la presente intervención. Así puede deducirse tanto por la eliminación de parte de su planimetría que ha sufrido en la zona del camino en que lo conservado estaba prácticamente superficial, como por la estratigrafía que colmataba la zona de suspensurae. La parte mejor conservada se agazapaba bajo una pequeña elevación del terreno, al borde del camino y con el mismo perfil topográfico que las estructuras subyacentes.
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Esta pequeña elevación del terreno ocultaba los restos del hypocaustum. Otra parte, casi arrasada, se ha localizado bajo el propio camino.
*** Es lógico deducir que fue el trazado del camino el responsable del desmonte parcial de este espacio cuya excavación comenzó a deparar resultados con sólo rebajar la cubierta superficial de este espacio alomado.
Inicio de la excavación del hypocaustum, con una muestra de la estratigrafía de colmatación.
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De la estructura interior y la propia estratigrafía de relleno de este espacio se deduce que experimentó arreglos y algunas modificaciones a lo largo de su uso y que, tras el abandono del balneum parte de su trazado siguió siendo usado como habitación calefactada por los habitantes de la fase siguiente.
Arco Arco Arco Puerta
Praefurnium Zona de máximo arrasamiento bajo el camino
Planimetría del hypocaustum y del praefurnium. En el presente plano se han suprimido los restos del primitivo hypocaustum, al Norte y que pueden verse en el plano general del balneum, y el muro que lo divide por la mitad como consecuencia de su reutilización en la fase siguiente.
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Tiene planta en L aunque no puede advertirse completamente por la pérdida hacia el Oeste y en su estructura interior se observan añadidos de suspensurae que alternan las de ladrillos cuadrados y los circulares, en ocasiones en relación de proximidad unos a otros que no se explican nada más que como refuerzos en momentos distintos (para mayor información véase la descripción de las diferentes uu.ee. que lo componen (Área E).
E.5
Visión interior del hypocaustum, excepto la zona de arrasamiento occidental. El muro E.5, que lo atraviesa, es la prolongación del muro de cierre por el Oeste de la villa que se le superpone.
***
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Asociadas al hypocaustum, una serie de piscinas de agua caliente, la principal de las cuales aparece señalada en el plano general del balneum considerada como el caldarium, junto a la sala calefactada por el lado este y con una relación arquitectónica evidente entre ambos espacios aunque no pueda advertirse la entrada de calor procedente del hypocaustum, dada la fuerte remodelación del conjunto durante la fase siguiente. Pero esta piscina, que ha dejado alguna huella por el exterior, ha perdido todo rastro de su función primitiva al haberse amortizado en la construcción de la villa con un relleno enorme de piedras que sirvieron de asiento a la colocación del mosaico nilótico y la construcción del aula tetraconque que lo envolvía. Diseminados de una manera imposible de distinguir en cuanto a su lectura arquitectónica, otra serie de restos, apenas nada, de piscinas hacia la parte norte del hypocaustum, machacadas por los olivos pero que evidencian que el ámbito hídrico fue mayor de lo que podemos analizar. Cuestión distinta es el encaje cronológico de estos restos.
VI.1.2.2.4. Hipótesis sobre la existencia de un espacio de culto a las aguas. La gran remodelación del conjunto que supuso la construcción del edificio residencial posterior y la reutilización de materiales del balneum, supuso una afección arquitectónica brutal que haría desaparecer espacios y el aprovechamiento de sus elementos en otras estructuras. No obstante encontramos indicios indirectos que avalan la sospecha de la existencia de un templo dedicado al culto a las aguas. La reconstitución paleoambiental de la zona se hace a partir de los análisis de polen cuyo repertorio completo aún no se ha concluido, pero no es excesivo aventurar que fuera el agua la protagonista del espacio, por la presencia de un ninfeo, los juegos
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de agua que conllevaría la situación de estanques a distintas cotas y la abundancia de ésta. El mito del jardín paradisíaco que ha operado en espacios imperiales de mayor importancia que Fuente Álamo (MAR, R., 2000, p. 17) debió pesar sobre la mentalidad de los constructores del balneum que otorgarían a la vegetación el papel que puede llegar a tener en un medio rural abundante en agua. La sacralización de las aguas fue un hecho frecuente en la mentalidad romana, de lo que tenemos ejemplos que sintetizo en el templo de Tarazona (BELTRÁN LLORIS, M. et alii, 2004), la antigua Turiaso donde han detectado un santuario de culto a las aguas (p. 25). Sin pretender establecer paralelos forzados entre uno y otro lugar y teniendo en cuenta que el registro asociado es muy superior en Tarazona, encontramos algunos puntos de coincidencia. La fundación del santuario aragonés es consecuencia de una remodelación, en el nivel 1 que se produce en tiempos de Domiciano (86-96) y su destrucción en 284-285
(P. 323), lo que supone una vida más larga que el
hipotético de Fuente Álamo aunque un punto de iniciación muy próximo. En Turiaso tampoco aparecen restos inmuebles sobre la cota de un depósito de agua con doble ábside (p. 42). Tampoco aquellas aguas tuvieron interés medicinal pero han perdurado hasta la actualidad (p. 17), al igual que en Fuente Álamo. Entre el registro de Turiaso se ha localizado una gran cantidad de placas de mármol, quizás comparable con la abundancia de marmora de Fuente Álamo, muchos de ellos sacados de su contexto original y desplazados como consecuencia del reaprovechamiento de las ruinas del balneario en los allanamientos del entorno. Estos mármoles serán estudiados sistemáticamente en la memoria definitiva. También encontramos un desagüe de plomo, similar al que evacuaría las aguas de la cisterna 2, pese a que éste no se ha visto en su integridad por estar amortizado por ladrillos que no me he decidido a levantar. En cuanto al registro mueble e
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inmueble, también encontramos algunas inferencias que pueden ser elocuentes, sin pretender ser exhaustivo y mucho menos apriorístico. La zona donde supongo se ubicó este hipotético templo está entre los dos grandes estanque, más cerca del occidental, donde han aparecido fustes de piedra arenisca que se asemejan a alguna de las imágenes de Turiaso.
Estos restos de fustes se localizaron dentro de un gran estrato de destrucción en el subsuelo de la habitación 9, junto a sus cimientos, y en el mismo contexto un dedo de mármol, ya reparado en la antigüedad, que es uno de los escasísimos elementos de escultura que ha dado este yacimiento.
La utilización de la arenisca local en los elementos de soporte es un hecho generalizado hasta que durante época augustea se impone el mármol como piedra oficial del Imperio. Aquí
tenemos los dos elementos, consecuencia de que nos
movemos a mediados del siglo I y que ambos pertenecieron al mismo espacio de
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culto en el que el dedo formaría parte de la escultura de la divinidad a que se dedicara el templo. Argumento verdaderamente cogido con alfileres pero que no se puede descartar si lo que pretendemos es dar una interpretación a cada uno de los hallazgos. Algunos otros elementos monumentales se integran en el mismo contexto y también repiten el mismo esquema de mármol y arenica.
Ante la premura de tiempo en la redacción de la presente memoria recurriré en algunos casos a la presentación de los dibujos a vuela pluma de material, que se contiene en el diario de excavación.
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He aquí algunas de las imágenes de los dibujos anteriores en las que fundamento la existencia de un a arquitectura monumental, asociada a un espacio de culto a las aguas.
1
2
1. Placa de piedra con decoración orientalizante. Perteneció al revestimiento de una dovela o a un capitel de pilastra. 2 Placa de mármol con decoración de palmeta.
Placas de mármol pertenecientes al friso del hipotético templo.
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Además, la arquitectura del edificio residencial superpuesto al balneario presenta algunos elementos constructivos, evidentemente reaprovechados, que no se vinculan en nada a la mayor parte de la edilicia del conjunto. Entre dichos elementos reaprovechados, los siguientes:
**
* *
Tanto en cimentaciones como en estructuras de alzado, ocupando puntos que necesitaban fuerte apoyo, aparecen en la villa grandes sillares que debieron ser reutilizados de un edificio desaparecido del balneum. El resto de la edilicia residencial carece de estos apoyos.
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La destrucción radical que debieron sufrir algunos de los edificios del balneum y el traslado de sus componentes se deja sentir por su integración en unos u otros de los cimientos del edificio residencial de la fase siguiente, donde encontramos ejemplos como los siguientes:
*
Muestras de la integración de elementos arquitectónicos anteriores en los cimientos de la villa. En el primer caso un resto de cornisa embutido en la estructura D.III.66. En el segundo un fragmento de mosaico (señalado con asterisco) pegado al cimiento D.II.86
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De igual manera se han localizado en diversos contextos, formando parte del material de relleno aportado para crear los planos del edificio de la fase siguiente o en algún estrato perteneciente a la fase balneum algunos objetos que se pueden imputar a actividades de culto con toda probabilidad. He aquí dichos objetos:
Pebetero en piedra con señales de uso. Pebetero en piedra con señales de uso (estrato
E Escena amatoria en terracota. Diversos elementos aislados que se interpretan como procedentes del culto que se practicaría en el desaparecido templo del balneario se han localizado en contextos estratigráficos diferentes. En el estrato D.III.63 (Hab. 20) apareció el pebetero de arenisca, en un contexto claramente procedente del traslado de los escombros del balneum. Algunos elementos de la coroplastia como la escena amatoria del estrato C.268, en el subsuelo de la Hab. 6, en contexto de los siglos I-II y la cabecita femenina (probable imagen de Minerva) procedente del estrato E.230 son exvotos o imagen de culto.
º Cabeza de Minerva en terracota.
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VI. 1.2.2.5. La estratigrafía superpuesta al
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balneum y el final de su
funcionamiento. Resulta complejo y pudiera parecer altamente especulativo interpretar la causa que motivó que el balneario dejara de funcionar, teniendo en cuenta que más o menos medio siglo después de su inauguración había experimentado un incremento de visitantes que motivaron la construcción de la estancia 2. Pedro, de cualquier forma un corte brusco no puede explicarse si no es en función de alguna catástrofe natural. Resulta sintomático que son las estructuras hidráulicas más directamente vinculadas al arroyo las que han sufrido las mayores agresiones con señales de arrasamiento que siguen la línea que debió tener el lecho del arroyo en momentos de desbordamiento. El plano de base de los grandes estanques está incluso en la actualidad casi a la misma cota que alcanzan las aguas en momentos de fuertes crecidas. No es de extrañar, pues, que dichos estanques experimentaran las arremetidas del arroyo, que se saldría no sólo de madre sino del probable entubamiento a que fue sometido. En cambio los estanques más alejados del curso no han sufrido esas agresiones, simplemente porque el agua embravecida no llegó a ellos y sólo experimentaron una caída paulatina o la destrucción que supuso la edificación de la villa. Por tanto, parece razonable imputar la causa del abandono del balneario a las embestidas de las aguas del arroyo. Las mismas aguas que algo más de un siglo antes habían sido la justificación de su presencia. Y esta circunstancia natural fue asumida por los constructores de la villa que, como veremos a continuación, tomaron medidas para evitar nuevas catástrofes. A partir del abandono del balneario se va acumulando en el interior de los estanques una estratigrafía diversa, según sectores, generalmente no muy abundante en
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registro pero suficiente para saber que a partir de mediados del siglo II, si no abandonado del todo, al menos está dando síntomas de decadencia. He leído esta estratigrafía por diversas líneas y el resultado es el siguiente:
ESTRATIGRAFÍA 1. La estratigrafía acumulada en el interior de la estancia 1 se formó básicamente por la caída sobre el mosaico A.46 de los tapiales que integraban dicha estancia más los aluviones que se fueron acumulando como consecuencia del arroyamiento desde cotas superiores.
ESTRATIGRAFÍA 6. Muestra del relleno estratigráfico acumulado en el interior del estanque circular, al sur de la estancia1. El primer aporte es una capa de sedimentación tras el abandono del estanque y posteriormente una abundante masa de cascotes, de formación rápida. En conjunto un registro arqueológico muy escaso.
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ESTRTATIGRAFÍA 11. Estratigrafía asociada a las cisternas 1 y 2. El estrato C.98 es el que termina por cubrir los muros de separación entre ambos estanques.
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ESTRATIGRAFÍA 2. Marca el límite occidental de la excavación del Área A. Al exterior del espacio de la villa, toda la estratigrafía se ha acumulado sobre las ruinas del balneum.
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ESTRATIGRAFÍA 3. Muestra del relleno estratigráfico en sentido Este-Oeste acumulado al exterior del muro de cierre occidental de la villa sobre las ruinas del balneum.
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ESTRATIGRAFÍA
4
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º
ESTRATIGRAFÍA 15. En sentido aproximado Norte-Sur, corresponde al estrecho espacio comprendido entre el muro de cierre por el norte (al exterior de la villa) y el límite del Área C, marcado por el muro de riostra que soporta la carpa. Es una muestra de la estratigrafía acumulada desde la base del estanque 2 hasta la rasante actual. El perfil en talud que presenta el estrato C.92 y su incidencia sobre el muro de cierre, comenzado a excavar en 1985, reproduce el perfil topográfico que quedó tras aquellas excavaciones en las que no se alcanzó a ver la potencia total del muro norte. El muro C.101 y su revestimiento C.102 corresponden a la separación entre los estanques 1 y 2
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VI.1.2.2.6. Fundamentos para la cronología de la fase I, balneum.
Análisis
preliminar de parte del registro arqueológico asociado. En el momento de redactar la presente memoria preliminar (verano de 2009) el estudio del registro arqueológico en su conjunto no se halla nada más que iniciado. La mayor parte de la información obtenida
del repertorio cerámico se basa en
apreciaciones directas a la hora de su localización, en algunas ocasiones vertidas en el diario de excavación y/o en las fichas de las uu.ee., a veces con dibujos a mano alzada en los que he pretendido tan sólo dejar constancia de algunas tipologías que me han parecido significativas. A ello se suma el dibujo definitivo de una parte del material que no afecta a la multiplicidad de unidades de estratificación. Es evidente que queda pendiente un análisis exhaustivo del registro arqueológico, que abordo de inmediato pero que culminará en su día cuando el estudio definitivo de Fuente Álamo haya concluido, lo que deberá producirse a la finalización de los trabajos de campo que determinen la entidad completa del yacimiento, que aún está lejos de conocerse de forma absoluta. Dadas estas carencias y ante la premura para la presentación de resultados de la campaña actual haré uso de los datos de que dispongo, que deben entenderse como provisionales. Los estratos, directamente vinculados al balneario, de los que tengo información más o menos elaborada corresponden a momentos de colmatación de los estanques (uu.ee. C.92, C.97, C.98 y C.99) más el estrato C.46, inconcluso en su excavación y acumulado directamente al exterior de las estructuras del balneum, originado como material de acarreo y se identifica con el estrato C.98 (véase descripción de la u.e. C.46).
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Por otra parte, el hecho de que los escombros del balneario se hayan usado como material de acarreo para rellenar oquedades del terreno en la fase de construcción de la villa, como he venido insistiendo, ha determinado que encontremos su rastro en lugares muy dispares, con cerámica de los siglos I y II, que no puede imputarse a la construcción del edificio residencial sino a la existencia de una fase previa. Sabemos que durante el siglo II el balneario estaba en pleno funcionamiento aunque a partir de la segunda mitad comienza a dar señales de decadencia y a finales de la centuria estaría abandonado. Algunos materiales recuperados en el estrato C.98, de colmatación de las piscinas 1 y 2 nos dan idea de ello.
Sestercio de Antonino Pío procedente del estrato C. 98.
A pesar del estado de conservación de esta moneda, que dificulta su lectura, tras una leve limpieza física la
identifico como una amonedación del
151-152 que
contiene lo siguiente: ANVERSO: Cabeza radiada a la derecha y la leyenda (ilegible): IMP. CAES. T. AEL. HADR. ANTONINVS AVG. PIVS P.P.
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REVERSO: Annona, sedente a la izquierda: modio a sus pies y la leyenda (ilegible) : ANNONA AVG (en exergo), TR. POT. XV, COS. III. (CAYÓN, J.R. 1985, p. 509)
Resulta evidente que en la segunda mitad del siglo II estaban cayendo en el interior de la cisterna 2 materiales que acabaron configurando su estratigrafía de relleno, no necesariamente en la fecha de acuñación del sestercio. En el mismo estrato, algunas muestras de T.S.I., de la misma cronología:
Dibujo a vuela pluma de T.S.H. obtenida en el estrato C.98 (procedente del diario de excavación).
Otros materiales de los estratos de colmatación del balneum. Materiales del estrato C. 92.
Pieza C.92-1254: Fuente de imitación del barniz rojo pompeyano. Interior rojo, exterior con banda gris oscuro en borde. Forma Lamb. 9.A
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Pieza C.92-1259: Pátera de T.S.H., forma 15/17. S.I.,
Pieza C.92-1261. Imitación indígena (¿) de la forma Mayet XXXIII. Pasta y superficie crema con minúsculos puntos de mica. Conserva restos de pintura roja por ambas caras. 1ª ½ S.I.
Pieza C.92-126 (dibujo provisional). Forma Drag. 37 de la T.S.H. S.I.
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Materiales del estrato C.97.
Pieza C.97-1299. Igual a C.46-1180
Pieza C.97-1314. Igual a C.46-1070 y 1173. Mortero (similar a VEGAS 7)
Pieza C.97-1319. Pondus de tradición ibérica. Blanquecino arcilloso.
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Pieza C.97-1305. Similar al tipo Vegas 1 que pervive mucho. Similar al tipo Serrano, p. 102/26 de la necrópolis de Peñarrubia.
Pieza C.97-1301. Similar a C.97-1314
Pieza C.97-1320. Jarra italiota. Pasta ocre. Superficies con barniz irisado amarronado y más oscuro en la parte alta, en que tiene la inflexión.
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Muestra de los materiales del estrato C.99 recogidos en el diario de excavación.
Corresponde a la primera capa de relleno de la cisterna 2 y entre su registro he distinguido, directamente en excavación, los dos ejemplares siguientes.
Dibujo a vuela pluma de un fragmento de un plato ibérico.
Dibujo a vuela pluma de una jarra del tipo Vegas 38.(S.I).
***
Los materiales del estrato C.46.
Como queda indicado este estrato ha quedado inconcluso por imposibilidad física de su excavación. Se sitúa al dorso de las estructuras norte del balneum y la mayor parte de su registro procede de caídas directas de la fase de uso o de acarreos
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posteriores al abandono de las cisternas 1 y 2. Por tanto se pueden presentar diacronías, pese a que la mayor parte corresponde a los siglos I y II. El dibujo del material seleccionado está completamente elaborado aunque su análisis de paralelos queda pendiente.
Pieza C.46-1088. Olla con ranura en el borde. Diámetro boca 16 cm. Pasta ocre y superficie arcillosa blanquecina. Similar al tipo Vegas 1.A-12.
Pieza C.46-1069. Cazuela o mortero con 32 cm. de diámetro boca. Pasta y superficies blanquecinas arcillosas.
Pieza C.46-1070. Cazuela o mortero similar a C.1078. Pasta ocre y negra con arena. Fuego reductor y exterior gris arcilloso. Diámetro 26 cm.
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Dibujo inconcluso de la pieza C.46.1078. Mortero similar al tipo Vegas 7 de la República al S.I. Exterior arcilloso blanquecino. Diámetro 38 cm.
Pieza C.46-1167. Jarra de pico vertedera y asa vertical. Exterior arcilloso gris reducido. Tipo Vegas 38/11 de la 2ª 1/ S. I Tipo Serrano pp. 92 y 100/15 y 16 en los Castillones. 2ª ½ S. I o principios II.
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Pieza C.46-1171. Plato de borde escalonado. Pasta y superficie negruzcas con muchos puntos de mica.Vegas tipo 14/4, en Manigua 3º ¼ S.I. Serrano lo identifica con el tipo 15 de Beltrán, encontrando similares en la villa de los Castillones donde los llama “cazuelas” (figs. 22 y 23).
Pieza C.46-1173. Plato de borde acanalado. Pasta y superficie gris arcilloso con puntos de mica. Tipo Vegas 7. Serrano, p. 99/9. Asimilable a C.46-1070 y 1078
Pieza C.46-1080. Olla de asas verticales. Pasta marrón claro con puntos de cal. Exterior arcilloso blanquecino. Similar en la villa de los Castillones (Serrano, p. 108), de Nerón a Adriano)
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Pieza C.46-1188. T.S.H. lisa de Andujar. Forma 37 del Atlante. 2ª ½ S.I.
Pieza C.46-1189. Igual a la anterior.
Las dos piezas anteriores
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Pieza C.46-1191. Forma Drag. 24/25 de la T.S.H. o T.S.G.. Dibujo inconcluso del perfil e imagen fotogrรกfica.
Pieza C.46-1197- Forma Drag. 36 de la T.S.G.. Perfil e imagen fotogrรกfica.
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Pieza C. 46-1199. Forma Drag. 37 en T.S.H. o T.S.G.
Pieza C.46-1201. Dibujo inconcluso e imagen fotográfica de un vaso de paredes finas con barbotina. Forma Mayet, XXXVII.
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Pieza C.46-1202. Plato de tradición ibérica. Pasta ocre depurada y superficie arcillosa ocre.
Pieza C.46-1203- Fragmento de pared de urna ibérica. Pasta y superficie blanquecinas arcillosas. Decoración amarronada lineal y probablemente esteliforme.
Pieza C.46-1233. Cazuela carenada con asa horizontal. Pasta ocre con puntos de cal y exterior arcilloso blanquecino-pajizo. Serrano, p. 71 nº 4 (cazuela con asa de lazo (Beltrán 82, tipo 10, 1).
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Pieza C.46-2507. Pasta y superficie blanquecinas arcillosas. Tipo Vegas 16.
Pieza C.46-2512. Pasta y exterior renegrido arcilloso con arena fina. Tipo Vegas 15/7.
Pieza C.46-2514. Mortero. Pasta y superficie blanquecinas arcillosas. Tipo Vegas 7/6.
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VI.1.2.2.7 Conclusiones provisionales sobre la fase I: balneum. La llegada de romanos a Fuente Álamo tuvo como justificación la abundancia de agua en la zona y muy especialmente el arroyo, que cruza de parte a parte el yacimiento. Esta llegada se produjo a mediados del siglo I d.C. aunque parecen existir algunos tanteos preliminares de los que ha quedado muy débil reflejo. Las primeras actuaciones de “colonización” romana se tradujeron en la construcción de un gran balneario público, probablemente bajo la responsabilidad de alguna comunidad procedente de las poblaciones cercanas, Ipagrum (Aguilar de la Frontera), al Norte, u Ostipo (Estepa), al Sur. El balneum de Fuente Álamo fue un espacio dedicado al otium y al culto a las aguas. que se extendió por ambas márgenes del arroyo desde cotas muy próximas a las orillas. Su configuración arquitectónica se articula en dos grandes ámbitos que sintéticamente se concretan en un conjunto de grandes embalses a distintos niveles que ocupan la zona norte (margen derecha) y en gran ninfeo, también con embalses escalonados que se extiende por el espacio sur (margen izquierda). En uno y otro caso, los desniveles existentes entre los embalses daría lugar a la existencia de cascadas y juegos de agua. La entrada del agua tuvo que producirse desde el lado oriental, aguas arriba del arroyo, y su recorrido terminaría aguas abajo, pasado el gran embalse circular de la margen derecha. No se ha podido localizar la canalización que conduciría el líquido desde el arroyo al balneario porque de existir debió estar fuera del espacio de actuación de la presente campaña. Pero necesariamente tuvieron que plantearse dos entradas, una en cada margen. Parece ser que el gran muro C.93, de más de cuatro pies romanos de anchura y con revestimiento interior formó parte de un
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estanque, prácticamente desaparecido, para el control y distribución hacia los embalses más bajos de la margen derecha. Dada la cota actual de circulación del arroyo y los niveles de base de los dos grandes embalses de la margen derecha y del embalse inferior del ninfeo, se infiere que o el lecho estuvo mucho más profundo que en la actualidad o el agua discurría entubada. En cualquier caso, el balneario debió contar con algún tipo de canalización, pese a que no nos ha llegado nada de ella, o no la hemos localizado, que, no obstante, fue insuficiente para controlar las avenidas, que con toda probabilidad fueron la causa de la ruina del establecimiento. Del gran embalse curvo de la margen derecha, que se interpreta provisionalmente como el frigidarium, nos ha llegado un arco de poco más de 180º, terminados en talud de arrasamiento en ambos extremos, por lo que propongo que su planimetría original sería circular, pese a la casi ausencia de paralelos, y que su planta tendría que invadir la línea del arroyo. El gran estanque rectangular con ábside en la cabecera se interpreta como la natatio, lo que habrá que aclarar definitivamente en próximas campañas, dado que fue cubierto con un mosaico en la fase siguiente y desconocemos casi por completo su estructura interna. Asociados a los espacios estrictamente acuáticos se han localizado dos estancias de algo más de 15 m2 , vinculadas al estanque circular, construidas de tapial con cimiento latericio y pavimentadas de sendos mosaicos, polícromos y geométricos, que constituyen la primera serie musivaria y la de mejor ejecución de Fuente Álamo. Los muros de tapìal tuvieron un grueso revestimiento de estuco, polícromo al interior y monócromo al exterior, cuyo desplome se ha reconocido en potentes estratos de acumulación de “desconchones” y en la permanencia in situ de parte de este
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acabado parietal en la estancia 2. Actualmente se realiza un estudio monográfico sobre la pintura mural de esta 2ª estancia. Con independencia de estos datos tangibles existen evidencias en el registro que hacen sospechar la presencia de un espacio de culto. También hay indicios de que existieron más estancias dispuestas radialmente con relación al estanque circular, al igual que la nº 1, aunque prescindo por ahora de la reconstitución hipotética hasta tener más elaborada esta teoría. Formando parte del ámbito de la margen izquierda existieron algunos otros embalses de opus inceertum, cuyas cotas superiores permanecían al descubiedrto y que fueron reaprovechados en la fase siguiente, aunque no se puede decir nada más de su planimetría. También en el mismo ámbito se construyó un espacio calefactado del que nos ha llegado el praefurnium y el hypocaustum, que también fueron parcialmente reutilizados en la fase siguiente. Su conservación es muy desigual, con una cota de arrasamiento casi total en la zona por donde iba el llamado “Camino de las Vigas”. Del conjunto de embalses asociados a estas termas apenas ha llegado nada por simple destrucción o por haber sido reconvertidos en la fase siguiente. Toda la secuencia del balneum termina entrada la segunda mitad del siglo II por lo que su historia se concreta en algo más de cien años. En correlación con el balneum (el mundo de los vivos) está la parte de la necrópolis (el mundo de los muertos) que está apareciendo en estos momentos en la liberación de terrenos para el centro de visitantes. El descubrimiento del balneum de Fuente Álamo ha sido una aportación singular de la presente campaña y una ampliación en la secuencia del yacimiento sobre la que no se tenía ni la menor sospecha. También ha sido causa de la prolongación de los trabajos de campo.
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VI.1.2.3. Fase II. La villa. VI.1.2.3.1. La creeación de la villa y su organización arquitectónica. VI.1.2.3.2. El edificio norte. VI.1.2.3.3. La pars urbana. Aportación de la presente actividad. VI.1.2.3.3.1. El mitreo. VI.1.2.3.3.2. Los grandes espacios de la pars urbana. VI.1.2.3.3.3. La estratigrafía de la pars urbana. VI.1.2.3.4. La pars rustica. VI.1.2..3.4.1. Los horrea. VI.1.2.3.4.2. La monumentalidad de la habitación 15. VI.1.2.3.5. La estratigrafía de la pars rustica. VI.1.2.3.6. Fundamentos cronológicos para la fase II. Villa.
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VI.1.2.3. Fase II: la villa.
Planimetría del conjunto residencial (villa) de Fuente Álamo hasta donde han alcanzado las presentes excavaciones.
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El punto de partida de la presente actividad arqueológica fue la excavación de una villa bajoimperial cuyos primeros capítulos se habían leído en 1982 y 1985 y sobre la que versaba en exclusiva la información que poseíamos tanto en la bibliografía local como en el conocimiento popular. Conocimiento que ha sido la base de la catalogación del yacimiento y su declaración como Bien de Interés Cultural. Es por tanto sustancial la excavación de la fase II, que además abarca y sella toda la superficie de la fase I, la amortiza en parte y en parte la aprovecha y se extiende mucho más allá de los límites del balneum y mucho más allá de los límites de los planteamientos previos a la excavación. Se trataba de excavar una villa rústica de época tardoantigua sobre la que se tenía una idea previa en cuanto a su extensión, que ha resultado desbordada por todas partes. En la actualidad tenemos una superficie de 4000 m 2. que no son ni con mucho la verdadera superficie del conjunto residencial, que se sale por todas partes de los límites marcados por la propiedad municipal de los terrenos y que habrá que ampliar si en definitiva lo que se pretende es el reconocimiento integral y puesta en valor del yacimiento. La presente campaña ha permitido además reconstruir una secuencia más completa de la villa que se conocía previamente. Se ha podido precisar en la cronología, fundamentalmente el terminus post quem y conocer la evolución del edificio en el espacio y en el tiempo y descubrir un nuevo módulo en la margen izquierda del arroyo, que no ha hecho nada más que aparecer. Todo ello a partir de la información, interesante pero corta, que facilitó el trabajo de 1985. La recuperación de un registro mueble de mucho mayor entidad de lo que se sospechaba, aunque muy rodado y no excesivamente numérico, ha sido otro de los factores a considerar
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en la reciente excavación. En cualquier caso, las excavaciones de 1985 han constituido un excelente punto de partida.
El punto de partida. Segregación del plano general de la parte excavada en 1985.
***
VI.1.2.3.1.La creación de la villa y su organización arquitectónica. Un cambio en la titularidad de los terrenos determinó que a mediados del siglo III, tras un abandono de algo menos de cien años, lo que había sido dominio público pasara a ser de titularidad privada. Y ese cambio en la propiedad motivó que un possesor se hiciera con el dominio de un fundus cuyas dimensiones reales
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ignoramos y conociera la existencia de un edificio arruinado, parte del cual había comenzado ya a soterrarse con sus propios escombros. El primer aspecto a destacar es que, pese a la probable catástrofe que motivó la ruina del balneum, el arquitecto que recibe el encargo del pater familias para que le construyera una residencia privada lo hace siguiendo con la vinculación del nuevo edificio al arroyo. Y esta nueva edificación se plantea no sólo con la idea de administrar el fundus sino también para rodearse de los placeres y la luxuria a que estaba acostumbrada la sociedad romana económicamente poderosa. Considerada globalmente la arquitectura de la villa, se sigue advirtiendo una vinculación con el arroyo, una dependencia directa del agua y el aprovechamiento de parte de las estructuras del balneum mientras otras son amortizadas. Es evidente que estamos ante una arqueología superpuesta en que la fase villa resulta virada en relación con la fase balneun, con excepción de algunos casos muy concretos de superposición de estructuras. Pero la vinculación al arroyo no impidió que el nuevo arquitecto aprendiera la lección de la historia y construyera su edificio conjurando los efectos devastadores de las avenidas del arroyo. Para ello era fundamental alejarse del peligro y por eso la arquitectura de la villa se va adaptando a la topografía del terreno y va escalando cotas hacia el Norte y el Sur, según los dos edificios en que se divide, separándose cada vez más del curso. A título de ejemplo señalo que entre la cota máxima del muro D.II.96 (252.101) que cierra por el Norte la habitación 26 y la mínima del muro E.D.9 (246.259) que cierra por el Sur la habitación 9 hay una diferencia de casi seis metros que se van repartiendo entre los casi sesenta y nueve de distancia entre uno y otro. Y además la arquitectura de los muros próximos al arroyo, como es el caso del E.D.9 cumplen la doble función de muros de cierre del edificio y de contención de las aguas,
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adquiriendo el doble de anchura que lo general en el edificio (4 pies romanos frente a los 2 pies de promedio de muros). Por otra parte se trató de prevenir las avenidas, construyendo aguas arriba dos embalses que crearían una lámina de agua, un lago artificial que serviría tanto para controlar inundaciones como para asegurarse un caudal mínimo en épocas de estiaje.
Aguas arriba de la villa de Fuente Álamo, estructuras como ésta, correspondiente a un embalse de agua, se encargarían de controlar las avenidas del arroyo. En la masa del muro aparecen fragmentos de tégulas y la identificación con la villa parte del hecho de que no existen fases posteriores de ocupación de la zona que justifiquen una ingeniería de esta naturaleza.
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La superficie excavada
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se reparte en dos grandes unidades de edificación,
separadas por el arroyo, en cuyo conjunto se han reconocido las partes esenciales en que se divide toda villa romana, pars urbana y pars rustica, que paso a analizar, aunque sólo en el edificio norte se ha alcanzado a distinguir ambos espacios, dada la desigual superficie de excavación en cada caso. En el estado actual del conocimiento que permite una visión rápida del registro recuperado propongo una creación del edificio hacia mediados del siglo III en que se construye todo el módulo norte y probablemente el sur, aunque en este caso habrá que esperar a la ampliación de lo excavado para afinar más en la cronología. Se construye una villa de grandes dimensiones aunque sin el lujo de pavimentos de la fase siguiente, excepto un caso en las proximidades del Mitreo. Esta primera parte representa la subfase II a, que consideraremos como Villa Vetus que servirá de base para la siguiente recreación y que, con una excepción precisamente ante el mitreo, en el subsuelo de la habitación 8, determinó la planimetría definitiva. Los pavimentos son una leve capa de mortero similar al opus signinum, de muy débil resistencia que apenas han dejado más testimonio que los muñones sobre los muros. Estos muros se revocan con una muestra de los mismo caracteres que el pavimento, que se ha conservado en algunas ocasiones bajo el plano de los mosaicos de la subfase siguiente. A finales del siglo IV-principios del V, más o menos en época del emperador Teodosio, se produce una remodelación general que no afecta prácticamente a la distribución de espacios sino a una nivelación de los suelos de uso. Los pavimentos de la Villa Vetus han sufrido las consecuencias del pisoteo hasta desaparecer prácticamente. El nivel de suelo se eleva un promedio de 30 cm. que constituyen el rudus y la débil cama en que se apoya la nueva nivelación. La pars urbana se llena
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de mosaicos que son los que han constituido tradicionalmente la atracción popular hacia Fuente Álamo y los que han sufrido los embates del tiempo y de las gentes hasta llegar a la situación actual. La pars rustica experimenta una adaptación similar aunque no se advierte tan claro como en la zona noble. Simplemente en algunos lugares se recrece la topografía con un añadido de tierra.
Al mismo tiempo se
amplía n la habitación 15, como veremos más adelante. Este segundo y definitivo momento constituye la subfase II b. a la que llamaremos Villa Nova que va a durar dos siglos más y que acabará con un abandono que convertirá el viejo palacio rural en una ruina envilecida, como veremos a continuación. Parte de la bibliografía ha venido interpretando la imagen del Sileno que aparece en el mosaico del Cortejo de Baco como el retrato del nuevo dueño que manda colocar dicho mosaico y por tanto el resto de la serie. Teoría a la que me sumo y presento dicha imagen.
La iconografía de esta escena del mosaico de asunto báquico, con personajes de rasgos fisiognómicos concretos, fundamentalmente los masculinos, se interpreta como un cuadro de familia en que el dueño de la villa se hace acompañar de su esposa e hijo.
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Plano mosaico Villa Nova
Estructuras Villa Vetus
Plano Vila Vetus
Habitación 8
Plano Villa Nova
Plano Villa Vetus
La habitación 8 es el único espacio en que se advierte un cambio de organización arquitectónica de la pars urbana entre las dos subfases de la villa, como consecuencia de la remodelación de la zona. Esta remodelación dejó amortizadas dos jambas, con una puerta en medio cuyo umbral fue reaprovechado en la puerta del mitreo. No obstante el mosaico que se incluye como Villa Vetus parece corresponder incluso a un momento anterior (no de la fase I) porque sobre él se advierte el muñón de pavimento que en el resto de la pars urbana define a la fase II. La distancia vertical entre estas dos subfases se advierte nítida en esta foto en que se separan unos 30 cm.
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Pero, con independencia de estas dos subfases, analizaremos la arquitectura de la villa globalmente.
VI.1.2.3.1.1.El edificio norte.
Fotografía vertical del edificio norte, en sentido Norte-Sur, dos meses antes de concluir la excavación. La parte bajo la carpa corresponde al espacio excavado en 1985 y parte de la actual actividad.
Situado en la margen derecha del arroyo, comenzó a aparecer en 1985 y en la presente actividad se ha ampliado considerablemente. No obstante , lo descubierto
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en esta ocasión dista mucho de ser la totalidad del edificio que se prolonga, cuando menos, hasta el extremo norte de la parcela de titularidad municipal, en los límites con la carretera, como se ha evidenciado con la excavación del terreno para la construcción del centro de visitantes donde han aparecido estructuras que pertenecen con toda seguridad a la zona industrial de la villa, muy probablemente a la fabricación de aceite. Estos datos se recogen aquí sólo como mención de una realidad palpable pero se excluyen mayores detalles que serán objeto de otra memoria de excavación. La planimetría que abarca todo el terreno de titularidad municipal que me ha sido entregada en estos días (agosto de 2009), (véanse p. 261 y anexo de planos) demuestra a las claras las dimensiones de la villa hacia el Norte. Es evidente que con estos resultados preliminares estamos ante una villa de dimensiones colosales, se interrumpan o no las edificaciones entre uno y otro espacio. No resulta vana presunción la idea previa de que Fuente Álamo está entre las instalaciones rurales romanas más extensas de la Península Ibérica. Lo excavado hasta ahora permite distinguir ambos espacios, pars urbana y pars rustica formando parte de un único módulo de edificación, sin solución de continuidad entre una y otra, habiéndose excavado la totalidad de la primera, con independencia de lo que el futuro pueda deparar cuando se rebasen los límites del terreno público por el Este.
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Pars rustica
Pars urbana
Planimetría del edificio norte.
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VI.1.2.3.3. La pars urbana. Aportación de la presente actividad. El análisis detallado de cada una de las parte nos llevaría a una repetición de datos de las excavaciones de 1985 en que lo único que se excavó fue una porción de la pars urbana, que se reducía a la zona del oecus, dos cubicula más las antesalas de los mismos, otra habitación de caracteres indefinidos en aquel momento y la mayor parte de un pasillo de enlace entre estos espacios. Lo que ahora llamaremos “pasillo norte”. No obstante, sintetizaré gráficamente lo más llamativo de aquel entonces.
El oecus y el patio que lo precede (excavaciones de 1985
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VI.1.2.3.3.1. El mitreo. La presente campaña ha aportado algunos espacios particularmente interesantes y cuya interpretación puede resultar polémica. En concreto, lo que hemos dado en considerar como un mitreo, tras excluir otras posibilidades y la vista de la tipología de otros mitreos de iguales o parecidos caracteres.
Planta y foto del mitreo y los espacios que lo preceden (habitaciones 8 y 11).
*** La interpretación como mitreo de este espacio al que por el orden de aparición le corresponde el número de Habitación 10, no está exenta de dudas sobre todo por lo
que hace a la circunstancia de que el mitraísmo estaba prácticamente
desarraigado del panteón romano en el momento esplendoroso de la villa (siglo V) y en cierto modo por las proporciones entre la anchura y la profundidad, diferentes de lo que es común en este tipo de espacios de culto. Por otra parte, el haber desaparecido todo rastro de elementos asociados al culto mitraico nos priva de datos más contundentes.
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Para aclarar algunos de dichos aspectos sería necesario excavar bajo el plano de los mosaicos que cubren la nave central y las dos tribunas laterales. Pero no compensaría el tener que levantar dichos mosaicos que, aunque con algunos daños, presentan en general una buena conservación. Ante esa circunstancia se optó por excavar la habitación 8, que precede al mitreo y se ha podido comprobar que fue construido en el mismo momento que el resto del edificio. La puerta arranca en la subfase Villa Vetus,, aunque el espacio precedente sufrió una remodelación en la subfase Villa Nova, durante la que el mosaico de la habitación 8 amortiza una entrada, parte de otro mosaico anterior, se sellan las hornacinas y se
cancela también la puerta que se abría al pasillo desde la
habitación 11. Con independencia de un análisis más detallado de estos datos en el estudio definitivo, se desprende que cuando se remodela la villa en la subfase II, el mitreo dejó de ser un espacio de culto, al menos de culto mitraico, y las transformaciones que se producen son consecuencia de la desaparición de la liturgia del mitraísmo o de su sustitución por otra. Para contrastar la idea previa sobre la funcionalidad de esta sala, hicimos venir a uno de los mejores especialistas en religiones mistéricas, el profesor Alvar (ALVAR, J., 2001), que mostró una actitud favorable a la consideración como mitreo de este espacio, con la sola salvedad de la excesiva anchura en relación con la profundidad. Por lo demás, la distribución interna de la sala. Tripartita y con una cabecera absidada donde iría el altar mitraico se adecúa a lo que es común en la multiplicidad de pequeños mitreos destinados al servicio de una comunidad mitraica no muy numerosa. Y como ejemplo, algunos de los de Ostia.
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El mitreo de Felicissimus en Ostia puede servir de comparación con el de Fuente Álamo en lo referente a la distribución tripartita del espacio, con una nave central y tribunas laterales.
***
De confirmarse definitivamente la pertenencia de la habitación 10 de la villa al culto a Mitra, estaríamos ante el primer caso en la Betica y el cuarto de los conocidos en Hispania, aunque en mejor conservación que los otros tres. La escultura de Mitra procedente de la Fuente de las Piedras en Cabra fue simplemente un elemento decorativo, no habiéndose encontrado allí el mitreo, pese a haberse efectuado excavaciones con tal objetivo.
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VI.1.2.3.3.2. Los grandes espacios de la pars urbana. Una de las características esenciales de la villa de Fuente Álamo es la creación de grandes espacios. El sentido de la monumentalidad se acentúa ante la simple imaginación de lo que debió ser un edificio rural con una organización arquitectónica en la que predominan los grandes espacios., no sólo en la pars urbana sino muy especialmente, como veremos en la pars rustica.
Habitaciones 9 y 12-13
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La habitación 9, cierra por el Sur el pasillo, con más de 13 m. de longitud, igual que el pasillo. Careció de mosaico y tiene una puerta al Este que comunica con la gran galería (hab. 13) y otra al Oeste que comunica con el exterior. No se le aprecian compartimentaciones internas y el único elemento diferencial es la presencia de unas canalizaciones que desaguan en la cloaca. Pudo usarse como letrina a pesar de su gran distancia a las termas y no haber aparecido ningún otro dato que lo confirme. Cerraba directamente la playa del arroyo con un muro que debió funcionar como contención de las avenidas. La habitación 12 comienza a escalar la topografía ascendente, salvando el desnivel con una escalera de acceso, de tres peldaños y al mismo .tiempo se salía de ella por el norte a la habitación 14 y por el Este hacia el pasillo oriental, situados ambos a un plano superior.
La habitación 12 vista desde la 13. La puerta, al fondo a la derecha, ha sido amortizada tras el abandono de la villa con un montón de piedras que deberán ser retiradas durante la restauración para recuperar los planos originales de las distintas dependencias. Este sellado de la puerta se llevó por delante una escalera, aunque se conserva la impronta.
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Esta habitación, pavimentada con tres mosaicos, debió tratarse de un espacio de representación, más íntimo que el oecus porque, al contrario que éste, no tiene acceso directo desde el exterior, aunque también más abierto a otros ámbitos. Por eso es difícil considerarla como un segundo oecus. La comunicación con el pasillo oriental, del que se han excavado casi 22 m. sin concluir su descubrimiento, servía para abrirse a una serie de cubicula, al norte de dicho pasillo, casi arrasados y de los que únicamente se conserva casi completa la habitación 16. La restauración que se sigue deberá hacerse sin complejos para restituir una arquitectura arrasada, sin la cual no se entiende este sector de la villa. El pasillo oriental es otro de los grandes espacios de la pars urbana. Los muros que lo cierran por el Norte y el Sur y las características del mosaico que lo pavimenta permiten suponer que se trataba de un pasillo parcialmente a cielo abierto (Véase u.e. D.II.53). Efectivamente, los muros que lo cierran por el Sur se asientan directamente sobre la roca madre sin cimientos y el mosaico es de grandes teselas de cerámica, lo que nos indica que se trata de una larga galería que probablemente tuviera algún tipo de tejado apoyando sobre los muretes del lado norte, dada la gran cantidad de material de cubierta del estrato D.III. 29 (estratigrafía 25), que nos lleva hacia un horizonte que desconocemos porque se prolonga bajo el muro de la cerca en terrenos de titularidad privada. No obstante sabemos que este pasillo oriental y los cubicula desaparecidos que se le abrían al Norte marcan la separación entre la pars urbana y la pars rústica. Desde la habitación 12 existe una comunicación directa con la 13, la larga galería que enlaza los edificios Norte y Sur, y entre ambas completan una longitud de 43 m. (145 pies romanos).
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La habitación 13 está pavimentada de mosaico del que se ha perdido algo más de la tercera parte. Sus dimensiones son 38 x 5.5 m. , lo que supone una superficie de tapiz teselar de 209 m2,, dimensiones desconocidas en la musivaria hispana. Un itinerario interior de las dimensiones de la habitación 13 hubo de tener vanos, que por la configuración del edificio, se abrirían al Este, sobre el muro D.I.56-58. En caso contrario no sería una galería sino un túnel. Una estructura latericia trapezoidal conservada sobre dicho muro permiten identificarla como el parteluz de una ventana. Sin mayores datos. La
pérdida
tanto
del
mosaico
como
de
las
estructuras
asociadas
son
fundamentalmente responsabilidad de las avenidas del arroyo y de la antropización subsiguiente. Y ello nos vuelve a poner ante la interrogante de cuál fuera la topografía del arroyo durante la vida de la villa. Probablemente estaría a cielo abierto, a mayor profundidad que la actual y con un entorno sobreelevado en relación con la rasante de ahora. El tránsito de la galería sobre el arroyo se salvaría con un pequeño puente o una alcantarilla. El hecho de que exista una cloaca, que necesariamente hubo de estar bajo tierra y que las estructuras próximas al arroyo sean cimientos nos indica que las orillas actuales están más bajas que las que vieron los habitantes de la villa.
VI.1.2.3.3.3. La estratigrafía de la pars urbana. He leído la estratigrafía de la villa por múltiples sectores, aunque en general se trata de una estratificación repetitiva, que se puede simplificar en dos grandes aspectos aunque con matices. El relleno estratigráfico que ha acabado cubriendo las estructuras tiene dos componentes fundamentales. Por un lado las ruinas de las propias estructuras, manifestadas en forma de abundantes cascotes, ladrillos, fragmentos de tégulas,
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piedras, etc., entre una matriz de tonos ocres, pardos, grisáceos, etc., según zonas. Y sobre ese derrumbe, la acumulación de un estrato arenoso, también con matices cromáticos, procedentes de los aluviones acarreados por las escorrentías desde las cotas superiores. Junto a esa simplificación encontramos frecuentes ejemplos de allanamientos antrópicos acarreados para crear planos edificatorios, posteriores a la construcción de la villa y otros anteriores a la construcción para crear una superficie sobre la que posteriormente se edifica. En el primer caso encontramos materiales tardíos correspondientes a la refacción de la villa. Es decir, el tránsito entre la Villa Vetus y la Villa Nova. En el segundo, encontramos un estrato muy compacto formado por los acarreos de las ruinas del balneum, consistente en una tierra arcillosa, resto de antiguos tapiales, blanquecina, ocre claro, siena, etc. con un registro en el que predominan los materiales correspondientes al período de uso del balneario (siglos I y II) y algún elemento más tardío. Registro que es el que me ha dado pie para la propuesta cronológica de fundación de la villa a mediados del siglo III, pero que, dada la necesidad de un estudio exhaustivo que se hará en el futuro, podrán establecerse mayores precisiones cronológicas. Ese estrato de acarreo está presente por todas partes en el subsuelo de la villa. En unos casos funcionó como aporte de tierra para crear planos más altos con que alejar la villa de las avenidas del arroyo. Así en casi toda la pars urbana, desde el oecus a la habitación 8, bajo el plano de los mosaicos. En otros, más al Norte y más al Este, sirvió para rellenar depresiones de la topografía y crear una rasante plana donde se sustenta la villa. Estos rellenos van desde el ya aludido estrato C. 46 hasta los que colmatan las grandes habitaciones de la pars rustica del extremo oriental, como el D.III. 63. En
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algunos casos se ha encontrado una concentración extraordinaria de materiales altoimperiales en muy poco volumen de tierra, como es el caso del estrado D.I. 60, cuyo análisis del registro aún no ha podido ser abordado. He aquí algunas de las estratigrafías leídas: Tanto en estas estratigrafías como en las anteriores, correspondientes a la fase I, se ha prescindido de la escala gráfica por considerarla innecesaria, dado que se marcan las longitudes respectivas en el plano general de estratigrafías.
Estratigrafía 26.
Detalle fotográfico de la estratigrafía anterior (relleno de la habitación 13
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Estratigrafías asociadas al muro D.II.56-58. Excepto la 17 corresponden a estratos acumulados tras el abandono de la villa y contienen, por tanto, un registro diacrónico, correspondiente a la fecha ante quem y a las intromisiones posteriores.
Estratigrafía 12, del muro D.II.56-58 en la iniciación del mismo por el Norte. En la esquina Norte de la habitación 13. Los ladrillos de la base son la estructura que se adjunta a la escalera de acceso a la habitación 12 (las cotas del muro pueden comprobarse en la estratigrafía 17, que viene a continuación).
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Estratigrafía 14
Estratigrafía 16
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Estratigrafía 17. Sección de los muros D.II.56-58 desde la habitación 13 (mosaico 17) al Oeste, hasta la cota mínima alcanzada en la excavación del muro D.II.58 en un pozo de control practicado para determinar la potencia de dicha estructura, al Este. El resto de la zona permanece sin concluir su excavación.
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Estratigrafía asociada al muro D.I.5.
Estratigrafía 13. Sección del muro D.I.5, que cierra por el Norte la habitación 12. En el lado opuesto, la estructura D.I.47 funciona como cimiento en la habitación 14, muy afectada en época islámica, por lo que ha desaparecido el suelo de uso original.
*** Estratigrafía asociada al muro D.II.22.
Estratigrafía 24. Sección entre la habitación 12 y el pasillo oriental. En este tramo había desaparecido el mosaico 18 y en su lugar se colocó un pavimento efímero de ladrillos (D.II.28).
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Estratigrafía del pasillo oriental.
Estratigrafía 25. Sección transversal del pasillo oriental en el Área D.III en una de las zonas donde se hace más evidente el estrato de incendio que cubría el mosaico nº 18. El estrato D.III. 29 corresponde a la destrucción de las estructuras cercanas, muy alterado en fase postdeposicional, sin embargo la abundancia de materiales de cubierta permiten la sospecha de que el pasillo estuviera parcialmente cubierto en su lado norte. ***
Estratigrafías bajo el plano de los mosaicos de la fase II b (Villa Nova).
Corresponden a todas las lecturas estratigráficas que ha sido posible efectuar en el E
Área C (bajo la carpa) en aquellas habitaciones en las que se han levantado los mosaicos excavados en 1985. En aquella ocasión no se pudo llegar más abajo del plano de dichos mosaicos por razones obvias. Ahora, al encontrarnos la zona despejada por la extracción de los mosaicos, excepto en la habitación 7, me ha parecido una oportunidad irrepetible y la posibilidad de aportar datos sobre la fase fundacional de la villa y de la colocación de los mosaicos de la fase siguiente. Con algunos matices, las estratigrafías responden al mismo esquema de aportes procedentes de los escombros del balneum para crear un plano sobreelevado y,
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sobre este relleno, el rudus, más o menos evidente, de dichos mosaicos. Los registros respectivos arrojan los mismos materiales de los siglos I-II, no muy abundantes, en los estratos de acarreo y unos rudi con presencia de ladrillos estampillados y poco más, que son el documento que me han inclinado a retrasar en un siglo la cronología de la villa en su fase de esplendor (Villa Nova). Estas estratigrafías son las que han permitido detectar las dos subfases de la villa desde el punto de vista de las estructuras. Vistas de Oeste a Este, las estratigrafías son las siguientes:
Estratigrafía 8. Corresponde a la primera habitación excavada en 1985. Arranca desde la base del estanque circular hasta el plano del mosaico. La fase de la Vila Vetus, se marca por el nivel
Estratigrafía 8. Corresponde a la primera habitación excavada en 1985. El nivel de suelo de mortero amarillo fue el primer dato que apuntó a la existencia de dos fases en la conformación del edificio.
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Estratigrafía 18. Oecus. El estrato C.168 corresponde al rudus del mosaico de asunto báquico. La presencia de ladrillos estampillados en dicho estrato obligan a rebajar la cronología del mosaico, como mínimo a finales del siglo IV o principios del V. Es la fase Villa nova. El resto de la estratigrafía son aportes para crear un plano sobreelevado con respecto al nivel del arroyo, en su mayor parte acarreados de las ruinas del balneum que en este caso se infrapone al oecus.
Estratigrafía 9. Sección transversal de la habitación 5. Las diferencias de matiz en relación con la anterior están motivadas porque la habitación 5 de la villa se superpone en toda su superficie a la estancia 2 del balneum, lo que ha motivado una acumulación natural de restos de las estructuras de dicha estancia, sobre todo la abundancia del revestimiento parietal, que bajo el oecus también se da pero no tanto en la línea en que se ha interceptado su estratigrafía.
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Estratigrafía 19. La simplicidad de este corte es debida a que el subsuelo de la habitación 6 sólo afecta a estructuras del balneum representadas por el muro C.269 que no ha dado apenas muestras de revestimiento parietal. El resto es una tierra echadiza, representada por el estrato C.269, sin apenas registro y sobre ella el rudus del mosaico.
Estratigrafía 20. La habitación 8 ha sido el único lugar donde se han localizado muestras de la Villa Vetus en disposición arquitectónica diferente a la de la Villa Nova. Estas muestras son, entre otras, el muro C.287 y el cimiento C.303) que cruzan transversalmente el subsuelo de la habitación y se relacionan con los estratos C.286, C.295 y C.298, que son rellenos de la misma naturaleza que los de las otras habitaciones.
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Estratigrafía 27. Por la línea de contacto entre las áreas D.I. y D.II. Recorre de Norte a Sur el perfil estratigráfico que resultó tras la excavación del Área D.I., excepto un tramo en el Norte que se quedó pendiente para el paso de maquinaria, antes de la retirada de la cerca. En este corte quedan de manifiesto los diferentes tipos de rellenos que ha experimentado el espacio de la villa. El sondeo efectuado al pie del muro D.I.40 ha quedado por el momento inconcluso porque se ha llevado a cabo durante dos veranos consecutivos con alumnos de las prácticas de arqueología. No obstante, refleja el tipo de relleno con materiales procedentes de las ruinas del balneum (uu. ee. D.I. 59 y D.I.60) que fueron acarreados para colmatar un zona deprimida que debió existir en esta parte. El resto del corte contiene la estratificación repetitiva de colmatación de las estructuras de la villa tras su abandono, con estratos a veces diacrónicos, y la sección de las estructuras de la almazara islámica. Y llega por el Sur (derecha de la imagen) hasta la base de las habitaciones 12 y 13, pavimentadas de mosaicos. Sobre ellas aparece el característico estrato de derrumbe y remoción posterior, con abundantes cascotes y piedras procedentes de la destrucción de los muros.
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VI.1.2.3.4. La pars rustica. Supone una aportación en exclusiva de la presente campaña. Nunca hasta ahora se había tenido constancia de este sector de la villa, que no se excava en la mayoría de los establecimientos rurales de época romana. La pars rustica de Fuente Álamo forma un todo con la pars urbana, en un conjunto uniforme, sin vacíos arquitectónicos interpuestos y se
deja sentir a partir de la
habitación 14 y los cubicula desaparecidos , vinculados al pasillo oriental , hacia el Norte. Su planta no se ha concluido en la excavación por prolongarse fuera de los límites de los terrenos municipales, hacia el Este. Es por tanto una cuestión pendiente para futuras campañas. Tampoco se ha concluido, como veremos a continuación, hacia el Norte dentro de los terrenos de titularidad pública. Lo descubierto hasta ahora viene a tener unas dimensiones similares a las de la pars urbana por lo que se deduce que al proseguir la excavación horizontal, la proporción entre ambos espacios jugará a favor de las zonas de almacenamiento. La construcción de esta parte se realiza en el mismo momento de edificación de la Villa Vetus, con excepción de la ampliación que experimenta la habitación 15, que es una creación de la fase II b. Las dependencias que integran la pars rustica tienen dimensiones muy diferentes entre si e incluso en algún caso, como es la habitación 21, que aparece en el plano como un único espacio, en realidad se trató de dos habitaciones a diferente nivel, a juzgar por la marca de dos pavimentos diferentes sobre los muros. Pero al haberse perdido el muro de separación entre ambos, da la impresión en planta de que es una sola dependencia.
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El nivel de conservación de los espacios permite deducir que fueron zonas de almacenamiento de las producciones del fundus, en todos los casos, pero sólo en el caso de los horrea podemos deducir con seguridad qué productos se almacenaron. La presencia de material anforario y abundantes restos de dolia en las proximidades de las habitaciones 20 y 21 hacen sospechar que pudieron servir de almacenamientos de líquidos, quizás una cella vinaria o una cella olearia. Pero, dada la alteración sufrida tras el abandono de la villa, hasta ahora cualquier opinión al respecto es meramente especulativa. Quizás los análisis de polen nos den una pista de la dedicación agrícola del fundus y, por consiguiente, de lo que se almacenaría en la villa. Por otra parte, las estructuras aparecidas en el extremo norte, bajo la necrópolis islámica, parece ser que corresponden a la zona industrial, aceitera o vinícola, con una arquitectura que nada tiene que ver con lo que se ha excavado bajo mi dirección en la zona nuclear de la villa. Por tanto, me limitaré al análisis de los almacenes de grano sobre los que, pese a la ausencia de paralelos, no parece existir duda razonable y a la espectacular habitación 15. No obstante, presento en el plano de la página 262 la relación espacial entre el límite norte de la zona excavada de la pars rustica y la superficie excavada para la construcción del centro de visitantes en cuyo extremo norte han aparecido estructuras pertenecientes con toda probabilidad también a la par rustica, aunque no se representan en el plano. Las distancias y las características superficiales son sobradamente elocuentes de lo que se puede esconder aún bajo la zona sin excavar. Desde el punto de aparición de las estructuras del extremo norte hasta el muro que cierra la habitación 26 (adosada a la 15 y formando también parte de la pars rustica)
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hay 115 m. y no existe ninguna evidencia de que al final de esa distancia se hayan agotado las estructuras, que parecen existir incluso al otro lado de la carretera. Entre la línea meridional de la excavación del centro de visitantes y el límite norte de la habitación 26 hay 80 m en los que se reparten ocho hiladas de olivos con alineación bastante desorganizada. Sabemos por experiencia que esta ausencia de una alineación perfecta de los olivos corresponde, casi con exactitud, a la presencia de estructuras infrapuestas a las que el responsable de la plantación fue dando de lado después de haber sido detectadas y haberles infringido daños en las cotas superiores. No es por tanto gratuito suponer que deben existir muros de la villa en esos 80 m., con lo que nos estamos introduciendo en unas dimensiones colosales de la pars rustica, seguramente sin precedentes entre las villas de Hispania. Además, el espacio a que me estoy refiriendo tiene la ventaja de que se trata de terrenos de titularidad municipal, correspondientes a la parcela que adquirió el Ayuntamiento a los comienzos de la presenta campaña. Y bajo estas condiciones, las perspectivas de futuro pueden resultar interesantes en extremo si se plantea la excavación hacia el Norte, a partir de la línea en que la hemos dejado ahora. Posiblemente nos encontremos que la pars rustica, y por tanto la villa de Fuente Álamo llegue hasta encontrarse con el centro de visitantes.
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VI.1.2.3.4.1. Los horrea. Ocupan el extremo norte del la pars rustica, al menos hasta donde ha alcanzado la excavación. Puede deducirse que tuvieron una planta cruciforme, de la que falta un tramo completo que permanece bajo los terrenos privados del lado oriental. La planta se articula en torno a lo que hemos llamado “torre norte” y parece ser que marcan el límite de la villa, al menos por esa parte, en lo que hace al edificio principal, con independencia de que, como queda dicho, puedan aparecer nuevos espacios. La torre norte es el módulo principal de toda esta serie de silos en los que he distinguido las habitaciones 17, 18, 24 y 25. Esta última es la torre propiamente dicha, que se remata por el norte con un muro semicircular..
º
Plano de los graneros
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HAB. 21 HAB. 20 HAB. 24 TORRE NORTE
HAB. 17
Arquitectura de la pars rustica, con indicación de algunos almacenes. No aparecen las habitaciones 15 y 26.
La arquitectura de estos graneros
aparece realzada con respecto a la rasante
exterior del suelo, para aislar el grano de la humedad. Su construcción siguió varias fases. En primer lugar se trazaron los muros perimetralmente y se enlucieron por el interior con un revestimiento para darles más impermeabilidad. De tal forma que da la impresión de que es una obra acabada aunque posteriormente se llenaron las estancias con tierra compactada y en ese relleno se excavaron unos conductos de aireación que estarían cubiertos con bóveda, pese a que no se han encontrado más muestras de este abovedado que los arranques de arcos en los puntos de intersección de algunos conductos y el arco al exterior de la torre norte, donde se generaba el calor. Las conducciones de aire terminan en los muros en unas chimeneas que facilitarían la circulación de aire caliente que procedía del foco de calor. Los rellenos entre las conducciones se dotaron de un pavimento consistente en una débil lechada de cal de la que tan sólo se ha conservado la correspondiente a la torre norte.
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La denominación de “torre” para la habitación 25 obedece a su propia tipología, semicircular y a la sospecha de que tendría una segunda planta que serviría de punto de vigilancia del fundus. Los graneros romanos de Fuente Álamo son otra originalidad de este yacimiento puesto que en las descripciones de horrea en el mundo romano, no encontramos paralelos, al menos en cuanto a la planta, a estas soluciones. Sin embargo en otros muchos aspectos sí se adaptan a las indicaciones de los escritores agrónomos romanos.
La adecuación de los horrea de Fuente Álamo a los consejos de los agrónomos romanos. Desde las primeras excavaciones en la villa me he venido percatando que el constructor conoció y siguió las indicaciones de escritores como Varrón o Columela, fundamentalmente, en lo que hace a la presencia de agua cerca de la villa, la orientación, la proximidad o lejanía de las vías de comunicación, etc. El libro ya clásico de Fernández Castro sobre las villa en España (FERNÁNDEZ CASTRO, M.C., 1982) aporta bastante información al respecto, que no voy a repetir ahora por considerarla suficientemente procesada y traída en artículos anteriores. Pero tras la excavación de los horrea se advierte que esta adecuación del ambiente general de la villa, su entorno, la proximidad a los caminos, la división en las partes convencionales de toda villa, etc, de que hablan los “agrónomos” tiene particular aplicación en el caso de los horrea. Y para ello me baso en dos artículos del profesor Salido, que ha visitado recientemente las excavaciones, y que nos dan bastante información sobre la adaptación de los modelos propuestos por los “agrónomos” a la hora de construir el de la villa de Fuente Álamo.En particular el primero de los artículos (SALIDO DOMÍNGUEZ, J, 2003-2004), donde se establece la tipología y
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las características que debía tener un horreum. Por lo que sigo de cerca el contenido de dicho artículo. En primer lugar hay que destacar que el horreum de Fuente Álamo, pese a carecer de paralelos conocidos, pertenece al tipo de granero construido, no excavado en la tierra y, además, elevado. Es el tipo que Varrón denomina granaria sublimia. En estos graneros el cereal se ventilaba “no sólo por los lados, con el aire que penetra por las ventanas, sino también por el que pasa por la parte inferior del pavimento”. De forma que, aunque no se han conservado las ventanas (si es que las hubo en Fuente Álamo) la descripción de la aireación a través de los conductos que se han excavado no puede ser más acorde con las indicaciones del escritor latino. Además la orientación encaja a con exactitud con los consejos de Varrón que indica que “el trigo hay que encerrarlo en granero elevado que reciba la acción de los vientos del Norte y el Este…”, que es precisamente la orientación del de Fuente Álamo. Por su parte un texto de Columela habla de un horreum abovedado, “cuyos suelo está construido con opus signinum”. Pero la descripción literal del texto habla de que el suelo terrizo “se empapa con alpechín nuevo sin sal, para apelmazarlo luego con mazos el opus signinum…” En este caso parece que se adapta a las indicaciones del texto, pero para saber si el pavimento del horreum se empapó con alpechín habría que hacer análisis puesto que la observación macroscópica no revela tal cosa. Por su parte Plinio indica que “el horreum estaría construido con paredes de ladrillo que no permiten la entrada de corrientes de aire en el interior”, lo que parece contradecirse con lo anterior. Encontramos en cambio una gran contradicción en relación con los consejos de Vitrubio que indica que los graneros “son edificios que se construyen generalmente aislados del resto de las edificaciones, para evitar la propagación del fuego”. Lo que
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no concuerda con el de Fuente Álamo que está integrado en la arquitectura general de la villa. En otro artículo posterior, Salido apunta que “entre los elementos constructivos, la existencia de pavimentos sobreelevados constituye el testimonio más claro de la presencia de un granero” (SALIDO DOMÍNGUEZ, J. 2008, p. 696). Pero en la mayoría de los casos estos suelos estarían construidos de madera (tabulata). Trae a colación “la tipología establecida por Van Ossel para el norte de la Gallia” y, aunque encontramos afinidades en algunos casos muy particulares, el Granero de Fuente Álamo no se adapta con exactitud a ninguno de los tipos establecidos, por lo que, hasta ahora, habría que considerarlo como ejemplar único y representaría otra de las originalidades de esta villa. Cuando se realice el estudio exhaustivo del edificio, diremos la última palabra.
VI.1.2.3.4.2. La monumentalidad de la habitación 15. Con una superficie de unos 500 m2, la habitación 15 supone el espacio más espectacular de toda la villa, desde el punto de vista de sus dimensiones. Su planta se reparte en dos zonas de desigual anchura, con una longitud total de algo más de 40 m. y una anchura máxima de 13 m. El plano definitivo es el resultado de una ampliación en anchura que se hizo en la fase II b. sobre una primera habitación que ya existía desde la construcción de la villa. Alguna parte de esta primera habitación debió pertenecer a la zona noble del edificio porque una compartimentación de la estancia, la delimitada por los muros D.I.35, B.7 y B.8, estuvo pavimentada de mosaico, que nos ha llegado completamente destrozado pero que a juzgar por el tamaño de sus teselas debió ser de gran
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calidad. Este mosaico y el contexto que le rodea suponen una incógnita difícil de despejar porque además esta zona es una de las más afectadas por la ocupación islámica. Sabemos que a finales del siglo IV el espacio comprendido entre los muretes D.I. 41 y D.I.57 estaba siendo allanado para amortizar una fase anterior, porque los estratos relacionados contienen numismática de la segunda mitad del siglo IV. En las uu.ee. D.II.9 y D.II.41, entre la estructura de cierre D.II.11 y el murete D.I.51, han aparecido diferentes pequeños bronces, todos de la segunda mitad del siglo IV (véase descripción de las respectivas unidades) entre los que el más reciente es una maiorina de Valentiniano II, cuya acuñación se produjo entre 375 y 383. Así pues, contando un tiempo mínimo entre la fecha de la amonedación y la caída en estos estratos antrópicos y de formación rápida para allanar, la ampliación de la habitación 15 nos sitúa muy al final del siglo IV o ya adentrado el V. Es decir, en la fase IIb (Villa Nova).
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HAB. 26
HAB. 15 (2ª parte) Viilla Nova
HAB. 15 (1ª parte) Villa Vetus.
Planimetría de las habitaciones 15 (1ª parte, fase II a y 2ª parte, fase II b) y de la 26.
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En su conjunto este edificio es una gran nave de planta basilical aunque su dedicación a almacén aparece fuera de dudas. No obstante sería un almacén en el que se cuidaron los aspectos decorativos, como ahora veremos. Desde la primera fase de construcción se traza una planta rectangular con una techumbre soportada mediante pilares también rectangulares. La primera parte de la nave tiene una anchura de 9.35 m. que se amplían a 13 m. con el ensanche en forma de L que experimentan los muros que la cierran por el Este y el Oeste. El muro oriental (D.II.13), de 29.6 m. de longitud por el exterior, tiene en general una buena conservación excepto una gran mordida de época islámica hacia el lado norte. El muro occidental presenta un fuerte arrasamiento debido a su posición casi superficial, lo que nos impide conocer si tuvo o no puertas por dicho lado, que comunica con el exterior de la villa. Los muretes de soporte de la techumbre de la primera parte aparecen retranqueados con respecto a los de la segunda parte, por la menor anchura del espacio a cubrir. Sólo se conservan dos, más otra estructura angulada, cuyo oponente occidental se ha perdido, y que también ejercería de elemento de soporte. Precisamente es a partir de esta estructura angulada desde donde se inicia la ampliación lateral de la nave. Se conservan restos del cimiento de la primera parte, subsumido por el relleno y el pavimento que se coloca tras la ampliación. El pavimento consistió, como se ha advertido en los horrea, en una simple lechada de cal que apenas se ha conservado, apareciendo de trecho en trecho muy alterado por el pisoteo altomedieval. La ampliación lateral, y probablemente también longitudinal, consistió en la colocación de dos hilera de muretes exentos , en número de seis cada una, más otro par adosado al paramento sur de la habitación 26.
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Ampliación occidental. Villa Nova
Almazara islámica Muro parásito medieval Ampliación oriental. Villa Nova
Vista cenital de la habitación 15. Tomada el 24/3/09, casi dos meses antes de finalizar la excavación, por lo que presenta la planta incompleta, pero se observan al sur (izquierda de la imagen) la intromisión que supuso el aprovechamiento del espacio como almazara islámica.
La habitación 15 a ras de suelo a la finalización de los trabajos de excavación. El muro de cierre occidental (izquierda de la imagen) ha aparecido muy arrasado. Aún se conservan los muros medievales que parasitan el D.II. 13 (muro de cierre oriental)
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La habitación 26 tiene por el exterior del muro de cierre norte cuatro machones que siguen la línea de los muretes y otro resto de pavimento por el exterior, lo que nos indica que aún no se ha alcanzado el límite de las edificaciones por el Norte. En total, estamos ante una solución tripartita dividida en tres naves de las que la central es levemente más estrecha que las laterales y probablemente también tendría el techo a mayor altura para crear unos alzados provistos de ventanas que darían luz a toda la habitación. Este edificio ha sido muy alterado en época islámica, de Norte a Sur. En su primera parte se ubicó la almazara que altero no sólo toda la estratigrafía de la zona sino también las estructuras romanas que después de su arrasamiento fueron embutidas en muros de ínfima calidad como es el caso de la estructura D.I 40 que aprisiona después de la destrucción el parteluz de una arcada por la que se accedía originalmente a la primera parte de la habitación 15.
* El acceso por el Sur a la primera parte de la habitación 15 se efectuaba a través de una estructura en doble arco cuyos restos (señalados con asterisco) han quedado embutidos en el muro D.I.40, que forma parte de la almazara islámica.
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Las dos alineaciones de media docena de muretes de la ampliación más los de la primera parte y los que se adosan al exterior de la habitación 26 constituyeron evidentemente los pilares de sustentación de una techumbre que hubo de ser plana .En la primera parte, cuando este espacio estaba integrado en la zona noble de la villa, hemos visto que tuvo una arcada de acceso en sentido transversal, pero los soportes en sentido longitudinal tuvieron que ser de estructura adintelada porque no se ha advertido ni un ladrillo adovelado. En cambio si han aparecido otro tipo de ladrillos moldurados que servirían como revestimiento a las vigas
de madera,
colocadas de canto, a modo de almojayas, entre pilar y pilar.
Dibujos a vuela pluma, obtenidos del diario de excavación con la tipología de los ladrillos moldurados recogidos en la base de la habitación 15.
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La ruina de esta nave se produjo mucho después de su abandono y tras una reutilización islámica. El maderamen de la techumbre ardió, lo que dio lugar a un estrato de incendio directamente sobre el suelo de uso que casi llegó a desparecer por un continuo pisoteo y entre el relleno estratigráfico que colmata la habitación, un registro arqueológico con claro predominio de los materiales de época califal y algo de emiral. Con independencia de que podamos interpretar esta enorme nave como un almacén y se integre, por tanto, en la pars rustica, está claro que el constructor romano se cuidó de dotarla de cierta elegancia, a juzgar por los ladrillos moldurados que revestirían las almojayas. Encontrados en muy escaso número y casi todos en las proximidades de uno de los pilares, son un elemento decorativo cuya tipología se ha advertido también en otros lugares de la villa.
VI.1.2.3.5. La estratigrafía de la pars rustica. El relleno estratigráfico que colmata las estancias de la pars rustica no difiere en extremo del que hemos visto en la pars urbana, con excepción fundamental de la inexistencia de rudi en ninguna de las estancias, al carecer de mosaicos. En general presentan la misma simplificación y la presencia de materiales de acarreo procedentes de las ruinas del balneum. Encontramos restos de revestimiento parietal, aunque más rodados que en los casos anteriores, en puntos que en línea recta distan más de 40 m. de la estancia 2 del balneario, lo cual es una evidencia de la remoción que experimentó la fase I tras su ruina y el aprovechamiento de sus escombros en la fase siguiente. Al igual que hemos visto algunos elementos constructivos (resto de cornisa y de mosaico) integrados en los cimientos de la villa.
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Las estratigrafías que he seleccionado de la pars rustica corresponden a las habitaciones 20 y 21 y son las siguientes:
Estratigrafía 21.
Estratigrafía 22
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Estratigrafía 23
***
VI.1.2.3.6. Fundamentos cronológicos para la fase II. Villa. Se parte de la misma situación que hemos visto con los materiales de la fase anterior. El estudio exhaustivo del registro arqueológico está apenas iniciado por lo que haré uso de los dibujos realizados hasta donde han alcanzado las posibilidades y el tiempo disponible, incluso recurriendo en algún caso a dibujos a vuela pluma extraídos del diario de excavación. Queda un largo camino por recorrer y tan sólo pretendo hacer la presentación gráfica de lo que no es más que un muestreo del registro arqueológico. Con ligeras excepciones que se aludirán en cada caso, todo lo que presento a continuación procede de contextos localizados en el interior de las habitaciones de la villa, en estratos de colmatación tras la ruina del edificio. Por tanto la característica principal de esta muestra es su diacronía.
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En síntesis, lo que tenemos por ahora se reduce a lo siguiente:
.
Estrato C.54. Muestra de los materiales procedentes del mitreo
Pieza C.54-713. Pasta y superficie ocre claro con caliche. Diámetro exterior: 15 cm.
Pieza C.54-716. dibujo inconcluso de una jarra emiral, a través de dos fragmentos concertados.
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Pieza C.54-721. Plato de labio carenado. Exterior gris claro arcilloso. Diรกmetro ext. : 20 cm.
Estrato C.63. Mitreo.
Pieza C.63-245. Olla ovoide con labio arcillosa. Diรกmetro 14 cm.
saliente. Pasta gris con arena. Superficie blanquecina
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Pieza C.249. Vaso de paredes verticales y borde saliente. Pasta y superficie blanquecinas arcillosas. Diámetro 10 cm.
Pieza C.63-251. Escudilla de labio engrosado. Pasta ocre con arena y mica. Superficie arcillosa ocreviolácea. Diámetro 22 cm.
Pieza C.63-413. Escudilla. Forma Hayes, 76. Africana D.1. Prácticamente completa a través de numerosos fragmentos concertados. Diámetro 43 cm.
Algunos de los fragmentos concertados de la pieza anterior.
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Capitel de tipología visigoda localizado en el interior del mitreo como pieza acarreada. Aunque se ha individualizado como una unidad estratigráfica diferente, pertenece al mismo contexto de la C.63.
*** Muestra de los materiales pertenecientes a la u.e. C.63 en el interior de la habitación 11.
Pieza C.63 (H.11)-628. Forma Hayes 70 de la Africana E. (mediados S.V). Localizada in situ en la base del estrato.
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Fotografía de la pieza anterior.
Pieza C.63 (H.11)-703. Forma 27 de la T.S.H. Diámetro 15 cm.
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Muestra de los materiales procedentes del estrato C.64 (mitreo).
Pieza C.64-504. Plato de cerámica común con labio engrosado vertical. Pasta ocre claro y superficie arcillosa blanquecina con marcas de torno en la base. Prácticamente completo a través de varios fragmentos concertados. Diámetro 19 cm
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Muestreo de los materiales procedentes del Área D.I.
Componen un considerable número (véase inventario). En su mayoría de época tardoantigua, con intromisiones islámicas y con la excepción del estrato D.I.60. Los materiales que he podido analizar someramente y dibujar son los siguientes:
Pieza D.I.2-777. Parte inferior de una jarrita califal. Superficie ocre claro con banda anaranjada.
Pieza D.I.2-2780. Fragmento de borde y pared de una jarrita califal con pintura blanca.
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Pieza D.I.4-817. Fragmento de olla de labio horizontal. Superficie arcillosa renegrida, muy burda.
Pieza D.I.4.818. Botella de perfil en S. Superficie arcillosa renegrida muy burda.
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Pieza D.I.42-1419. Dibujo y foto de una copa Africana C.3-C.4. Forma Hayes 67/71, de fines del siglo IV y comienzos del V.
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Pieza D.I.42-1420. Jarra de cuello marcado por una arista. Exterior gris. Interior anaranjado. Parece de pp. finas pero no se asimila a ninguna forma concreta. Se acerca a la Mayet VIII, que es muy antigua. Puede tratarse de una imitación.
Muestra de los materiales del estrato D.I. 60 a través de dibujos a vuela pluma sacados directamente del diario de excavación.
Aunque soy consciente de que no es éste el procedimiento más adecuado para presentar el registro arqueológico, dado que tan sólo estoy redactando una memoria preliminar, no quiero dejar pasar la oportunidad de ofrecer un muestreo del material recuperado en este interesante estrato a través de dibujos que se han realizado en el mismo momento de su extracción y que reflejan lo que he venido indicando en páginas anteriores, del acarreo de materiales del balneum fuera de su contexto original. Estos materiales repiten la secuencia advertida en la fase I aunque están asociados a contextos de la fase II y son una de las excepciones en que no colmatan los habitáculos de la villa sino que se les infraponen.
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Dibujos preliminares de materiales procedentes del estrato D.I.60 (obtenidos directamente del diario de excavación).
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Muestra de los materiales procedentes del Área D.II. Estrato D.II.2. Contexto superficial muy penetrado por la reocupación islámica de las ruinas de la villa.
Pieza D.II.2. Ataifor de vedrío melado y decoración exterior manganeso.
Pieza D.II 2.-1460, Cangilón de noria. Blanquecino arcilloso.
Pieza D.II.2-1461. Fragmento de pared de una jarrita califal con decoración de pintura blanca.
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Pieza D.II.2-1463. Fragmento de jarrita califal.
Dibujo inconcluso de la pieza D.II.2.-.2060. Pasta ocre con abundante mica dorada, superficie oxidada y núcleo negro. Cordón con impresiones digitales. Recuerda las piezas emirales de Córdoba.
Muestras del contexto islámico superficial del Área D.II, u.e. 2
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Estrato D.II. 7. Contexto muy diacrรณnico con abundancia de elementos islรกmicos.
Algunas muestras de ladrillos estampillados de decoraciรณn repetitiva.
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Pieza D.II.7-2061. Jarra emiral.
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Dibujo inconcluso de la pieza D.II.7-2158. Africana D.
Estrato D.II.8. La misma tónica que el estrato anterior
Cerámica diversa de época califal.
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Pieza D.II.8-1468. Jarrita. Pasta ocre y superficie blanquecina con marcas de torno.
b
Pieza D.II.8-1471. Jarra de borde acanalado. Pasta ocre con arena gruesa y cal.
Dibujo inconcluso de la pieza D.II.8-1476. Imitación de las fuentes de barniz rojo pompeyano. Cerámica africana de cocina. Forma Lamb. G.A. S.II-principios S.V.
Pieza D.II.8-1480 Plato de labio afilado interiormente. Pasta y superficies renegridas.
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Ba
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Pieza D.II.8. 1493. Tapadera. Pasta ocre claro y superficie arcillosa blanquecina.
Pieza D.II.8-2205. Jarrita califal. Pasta y superficie blanquecinas. Pintura negra deslucida en el exterior y el borde.
Pieza D.II.8 (N)-1639. Botella piriforme. Exterior ocre claro oxidado, liso. Interior fuertes marcas torno.
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Pieza D.II.8 (N)-1486. Vasito. Pasta ocre. Superficie blanquecina arcillosa
Pieza D.II.8-2202. Jarrita califal. Pasta ocre claro depurada. Superficie blanquecina. Pintura rojo vinoso.
Otros materiales en proceso de estudio (u.e. D.II.10)
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Materiales del estrato D.II. 19. Se sitúa bajo el plano de los habitáculos y corresponden a los rellenos procedentes de los escombros del balneum, más alguna aportación tardía, perteneciente al momento de formación del estrato. El dibujo sistemático de su registro no ha dado tiempo de acometerse. Por ello presento un muestreo de los dibujos en borrador, con las anotaciones correspondientes tras una apreciación preliminar.
Pieza D.II.19-2405 (lucerna)
Pieza D.II.19-2417 (lucerna)
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Dibujos en borrador de algunos materiales del estrato D.II.19
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Muestra de los materiales del estrato D.II.21 (dibujos en borrador)
*** Muestra de los materiales del estrato D.III.63 (dibujos a vuela pluma tomados directamente del diario de excavación).
Se localiza en el interior de la habitación 2 (pars rustica) y corresponde a los consabidos rellenos con materiales procedentes de las ruinas del balneum más algún elemento algo más tardío. En este estrato apareció el pebetero que fue una de las piezas que me han dado pie para apuntar la hipótesis de la existencia de un espacio de culto en el balneario (véase descripción u.e. D.III.63). El estudio del registro de este estrato, no muy numeroso, aun no ha sido abordado con detenimiento por lo que presento exclusivamente algunos de los apuntes tomados directamente en el diario de excavación, que dan la siguiente imagen:
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Formas de la cerámica común procedentes del estrato D.III.63
Pátera de cerámica africana A procedente del estrato D.III.63.
***
Este material sirve de base para interpretar que, con las excepciones que se han señalado (fundamentalmente la ampliación de la habitación 15,), todo el conjunto de la villa se construye de una vez. Y que, al menos en el edificio norte, la fundación
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tiene lugar en el siglo III. Independientemente de las anotaciones vertidas en el diario de excavación, el estudio detallado del registro nos dará mayores precisiones. Provisionalmente establezco una fecha de mediados de la centuria como el terminus post quem. A pesar del expolio secular que experimentó el edificio tras su abandono, la presencia de materiales del siglo V nos está indicando que, centrado en dicha centuria, está el momento de mayor pujanza de la villa, correspondiente a la Fase II b (Villa Nova). Cuando se colocan los mosaicos de la fase tardía y se refacciona arquitectónicamente parte del edificio. Es difícil establecer el terminus ante quem o cancelación de la utilización noble del edificio que debió alcanzar el siglo VI, en plena época visigoda de la que, además del registro cerámico tardío, tenemos algunas muestras de capiteles. A partir de ese momento empieza a languidecer la vida en la villa y comienza la reocupación por débiles contingentes humanos de época tardoantigua y emiral que acaban parasitando las estructuras y utilizando los espacios con fines bien distintos para los que fueron creados. Pero esto es otra historia a la que me referiré siquiera someramente más adelante.
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VI. 1.2.3.7. El edificio sur. VI. 1.2.3.7.1. Organización arquitectónica del edificio sur. VI. 1.2.3.7.2. El aula tetraconque. VI. 1.2.3.7.3. El hypocaustum. VI. 1.2.3.7.4. El horno. VI. 1.2.3.8. Estratigrafía del edificio sur. VI. 1.2.3.9. Fundamentos para la cronología del edificio sur. VI. 1.2.3.10. La técnica constructiva de la villa: Los muros. Los cimientos.
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VI.1.2.3.7. El edificio sur. En la margen izquierda del arroyo, incluye íntegramente el Área E. Se superpone a las estructuras del balneum en ese ámbito o las reutiliza en parte.
Final galería de conexión con el Edificio norte
((
Aula teteraconque (mosaico nilótico)
Pasillo sur
Hab. 1 Sur
Hab. 2 Sur
Hypocaustum Horno
Hab. 3 Sur
Planimetría del edificio sur
(Véase fotografía vertical en las páginas introductorias de las uu.ee del Área E)
El descubrimiento de este edificio ha sido una de las principales aportaciones de la presente campaña. Los espacios excavados se integran plenamente en la pars urbana y no han hecho más que aparecer. Con excepción del horno, la parte conservada de las termas y el basamento en que se ubicó el aula tetraconque del nilótico, el resto de la arquitectura queda oculta bajo los terrenos de titularidad privada cuya gestión de compra por parte del Ayuntamiento está iniciada.
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Compone en su conjunto el Área E por lo que remito a la descripción de sus unidades estratigráficas para evitar repeticiones innecesarias. No obstante un análisis somero nos lleva a las siguientes observaciones.
VI.1.2..3.7.1. Organización arquitectónica del edificio sur. El edificio sur presenta una organización arquitectónica similar a la de la pars urbana del edificio norte y una edilicia idéntica. El núcleo fundamental de lo excavado se articula a partir del “pasillo sur” que corre exactamente en paralelo con el “pasillo norte” con dimensiones similares aunque en el caso del edificio sur se ha perdido parte del tramo occidental de su pasillo. A este pasillo se abren una serie de habitaciones de las cuales se ha iniciado la excavación de tres, estando en el caso de la habitación 2 sur pavimentada de mosaico y con una puerta de entrada de iguales dimensiones que lo conocido en el edificio norte y con un umbral de piedra idéntico a los que ya conocíamos.
Umbral de la puerta de la habitación 2 Sur, idéntico a los del edificio norte.
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Apenas está nada más que iniciada su excavación pero las características de lo que se advierte de mosaico, con una acusada prominencia original, introducen la duda sobre su funcionalidad. Las habitaciones anterior y posterior (1 y 3) carecen de mosaico y debieron cumplir funciones diferentes. La nº 2 es un espacio de mayores dimensiones que la 3, inmediatamente a la entrada al pasillo, tiene una puerta de las mismas dimensiones que la 2 aunque carece de umbral. No se ha agotado su excavación ni en vertical ni mucho menos su descubrimiento horizontal que también está apenas iniciado. La habitación 3 Sur tiene todas las características de ser un espacio destinado a la servidumbre que circularía bajo el nivel de los espacios del señor y su familia, a la manera de algunos edificios romanos excepcionales como es el caso de Villa Adriana. La base de esta habitación está a un plano inferior que el resto del edificio y se accede a su interior a través de una escalera de ocho peldaños de los cuales el superior está casi perdido. Dada la escasa superficie excavada no se puede precisar con seguridad cuál debe ser su catalogación arqueológica, pues tiene semejanzas con un criptopórtico o simplemente un sótano para el servicio de la villa (véase u.e. E.226). Debió existir al menos una cuarta habitación al oeste de la anterior puesto que a continuación aparecen los restos de otro mosaico, pero dado el nivel de arrasamiento de las estructuras por esa parte y la escasa superficie excavada, no se puede precisar más. Frente a esta habitación se sitúan espacios que aprovechan estructuras correspondientes a la fase 1 y que de Este a Oeste son los siguientes:
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VI.1.2.3.7.2. El aula tetraconque. Definir como tal un espacio del que no ha quedado más que el pavimento podría resultar presuntuoso si no fuera porque es evidente que el mosaico nilótico tuvo que estar envuelto por un edificio de planta cruciformme que a su vez estuvo asentado sobre un basamento cuadrado que había sido construido con anterioridad y que estuvo en uso hasta que a finales del siglo IV se amortiza con un enorme relleno de piedras que forman el rudus del mosaico, el más fuerte de cuantos rudi soportan los mosaicos de la villa, que en algunos casos parecen inexistentes. A este espacio se accedía a través de una puerta estrecha desde el lado oriental del viejo hypocaustum, lo cual hay que interpretar desde el deseo del dueño de la villa de dotar de intimidad a esta habitación cuya funcionalidad ha sido traída y llevada en la bibliografía desde la publicación del mosaico nilótico y que, dada su proximidad al hypocaustum es muy probable que fuera una de las dependencias de las termas, El arrasamiento hasta la raíz de los muros que la componían nos impide saber si fue una habitación calefactada, lo cual es improbable, o simplemente un espacio para la intimidad del dominus. El basamento cuadrangular sobre el que estuvo montado el tetraconque lo he interpretado como el caldarium de las termas en la fase I por lo que es de suponer que, al ser amortizado en la fase II, las necesidades de disponer de espacios calientes para los habitantes de la villa fue menor. En cualquier caso, basta un pequeño esfuerzo de imaginación para interpretar la arquitectura perdida como un edificio provisto de una cúpula central a la que se adosarían otras cuatro semicúpulas, correspondientes a las cuatro absidolas del mosaico.
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Las aulas tetraconques son una solución arquitectónica frecuente en las villas bajoimperiales de la Meseta, pero en la Bética es la de Fuente Álamo el único ejemplo con que contamos.
VI. 1.2.3.7.3. El hypocaustum. Con la construcción de la villa, el primitivo hypocaustum es reaprovechado aunque reduciendo su función a algo más de la mitad de su superficie. El muro que cierra por el Oeste el nuevo edificio y que en el norte limita desde la habitación 1 hasta la cabecera del oecus reaparece en el sur cortando por la mitad la zona calefactada de las termas. Desde el punto de vista de la planimetría, la prolongación de este muro resulta evidente (y así se ha marcado con línea discontinua en el plano general) pese a que ambos tramos aparentemente estén desconectados entre sí debido al vacío de 15 m. que han sido barridos por las arremetidas del arroyo y por la acción antrópica.
*
El muro E.6 (marcado con asterisco) es la prolongación del cierre occidental de la villa. Se introduce en el hypocaustum al que divide en dos, quedando la parte oriental (izquierda de la imagen) invalidada como espacio calefactado y convertida en una estancia de la que se accede al aula tetraconque. El arrasamiento de este muro sigue el perfil original de la cárcava del arroyo (ver u.e. correspondiente).
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Esta reducción superficial del hypocaustum llevó aparejada una repavimentación de ambos espacios en que quedó dividido con mosaico del que no ha quedado in situ nada más que una pequeña muestra en la puerta de entrada a la sala calefactada (véase foto en u.e. E.105).
VI. 1.2.3.7.4. El horno. Se construye reaprovechando unas viejas estructuras de opus incertum que debieron formar parte de alguno de los estanques arrasados de la fase I. Arrasamiento favorecido por su proximidad al arroyo. Se interpreta como un horno de panificación por la estratigrafía de relleno, en cuya base se había acumulado un estrato de carbón y por los restos de la puerta de hierro junto al vano del lado norte. La planta cuadrangular de este horno puede verse en la imagen de la u.e. E.126. La fábrica de los muros que se adosan a los restos del viejo estanque son de diferente aparejo,, simple mampuesto muy irregular, y la puerta se construye con un estructura latericia perfecta, adosada al incertum.
Boca de entrada al horno de pan, frente al arroyo. Tuvo remate de arco de medio punto del que se aprecia el arranque por el lado interior.
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Este horno es la única pieza exterior y la más occidental de la villa de cuyas dependencias se separa precisamente por el muro de cierre oeste. Por tanto el acceso a ella debió seguir un itinerario completamente diferente al tránsito interior entre unas dependencias y otras del edificio.
VI. 1.2.3.8. Estratigrafía del edificio sur. La mayor parte de las estructuras anteriores estaban cubiertas apenas con una tierra superficial y en algunos casos con aportes recientes. Por lo general, la rasante del terreno se fue adaptando a las cotas superiores de los muros y presentaba una topografía en talud que conformaba la cárcava del arroyo. No obstante esta simplificación se han podido distinguir numerosas unidades estratigráficas que se describen en relación con el Área E y se sitúan en el plano general de estratos. Por otra parte, con excepción de la habitación 1 Sur no se ha rebajado bajo el plano de los suelos de uso de las distintas dependencias y en este caso sin llegar a agotar la estratigrafía. Queda por tanto una tarea pendiente para futuras actuaciones, una vez que se haya reconocido en horizontal la arquitectura que conocemos someramente. Por tanto, los únicos datos estratigráficos dignos de tener en cuenta por ahora son los referidos a la superposición sobre e intramuros de los espacios excavados, hasta la rasante actual del suelo. En la página siguiente presento dicha estratigrafía.
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Estratigrafía 7. Corresponde a la línea en que quedó el corte en el Área E, en contacto con los terrenos privados por el Sur. Se distinguen básicamente dos estratos, correspondientes a la tierra de labor que cubre un potente estrato de destrucción de estructuras de los tapiales que recrecerían los muros y que se han desplomado en el interior de los habitáculos llegando casi hasta la base de la habitación 3 Sur. Los principales matices que se advierten son el potente estrato de derrumbe (izquierda de la imagen) que se superpone al tramo de la galería de contacto entre los edificios norte y sur, el estrato E.250, en el interior de la habitación 1 Sur y el estrato de carbón correspondiente al paefurnium (derecha de la imagen). El primero de estos estratos ha sido además removido con motivo de la instalación de un poste de alta tensión que se ubica justo en ese espacio.
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VI. 1.2.3.9. Fundamentos para la cronología del Edificio Sur. En el estado actual de la investigación de la villa, carecemos de elementos propios para fechar el Edificio Sur. Tenemos que aplicar por tanto los mismos criterios usados en la cronología del Edificio Norte. Y ello partiendo de la idea de que ambos módulos edificatorios son sincrónicos. Tan sólo en la habitación 1 se ha apuntado la posibilidad de la existencia de las dos subfases, Villa Vetus y Villa Nova. Por tanto, el análisis cronológico más pormenorizado de este edificio deberá abordarse cuando su excavación esté concluida o más adelantada. No obstante existen fundamentos para deducir la misma secuencia en una y otra parte, que resumo en los siguientes aspectos fundamentales: Ambos edificios estuvieron conectados a través de la galería que se numera como habitación 13. Los pasillos norte y sur son paralelos, lo que evidencia una construcción unitaria que abarcaría en el mismo momento la planimetría general de la villa, La prolongación del muro de cierre occidental partiendo
en dos el viejo
hypocaustum confirma que desde la construcción del edificio norte el muro de cierre llegaba hasta cerrar también el edificio sur. La observación de conjunto de la planimetría de la pars urbana causa la viva impresión de que estamos ante una arquitectura integrada en un único proyecto, pese a la originalidad de aparecer dividida por un arroyo que funcionó como un eje de simetría.
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VI. 1.2.3.10. La técnica constructiva de la villa. A pesar de lo repetitivo de los tipos de aparejo observados, la edilicia de Fuente Álamo merece un estudio más pormenorizado que en estos momentos (agosto de 2008) no estoy en condiciones de efectuar. Habrá que aplazarlo al momento en que se componga el gran libro que este yacimiento merece. No obstante, no puedo soslayar, siquiera a modo de síntesis, los rasgos fundamentales de las técnicas constructivas observadas y un muestreo fotográfico de las mismas. El esquema organizativo general de la arquitectura parte de la lógica subdivisión vertical de las estructuras en cimientos y muros de alzado y en los matices que se observan en cada caso entre las partes rústica y urbana. Las excavaciones de 1985 ya permitieron advertir algunas características constructivas que se han visto confirmadas en la presente actuación, aunque ahora disponemos de muchos más datos. Por otra parte, debemos advertir que lo que tenemos a la vista son los paramentos al desnudo en lo que se refiere a los alzados murarios y una gran parte de cimientos que han quedado colgados con la excavación vertical. Con excepción de algunos puntos del mitreo, el resto de las paredes han perdido el revestimiento original de estuco y mucho más los placajes de mármol que hubieron de tener en algunas zonas a juzgar por la gran cantidad de fragmentos de marmora recogidos y que en su día serán objeto de un estudio específico a cargo de don Santiago Rodero con el que he adquirido ya el compromiso personal para ello. Ahora, en esta síntesis de la técnica edilicia, me centro en exclusiva en los paramentos verticales y dejo el estudio de los pavimentos (mosaicos) para un futuro, que deberá ser cuando avance la restauración.
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Los muros. En lo relativo a los muros de cierre, el esquema general constructivo está dentro de lo que comúnmente conocemos como opus vittatum y/u opus mixtum vitatum que, es una solución muy común en el Bajo Imperio y el medievo (MARTA, R,, 1985, p. 34), y como ejemplo de ello los numerosos casos en Córdoba, imitados hasta la exhaustividad en restauraciones contemporáneas, y de los que valga el ejemplo de la basílica de San Vicente (MARFIL RUIZ, P, 2007, p. 190). No obstante existen multitud de ejemplos desde época de Augusto en todo el Imperio (ADAM, J. P, pp. 147-157). Encontramos en Italia muros de opus mixtum en que las hiladas de ladrillos se alternan con otras de opus incertum, como es el caso de la última fase pompeyana o alternancia pura de ladrillo y piedra, como los numerosos ejemplos de Ostia y también en la última fase de Pompeya. El opus mixtum de la villa de Fuente Álamo presenta numerosas diferencias entre si que van desde una alternancia, que podemos llamar “equilibrada” de la piedra y el ladrillo, con líneas horizontales y tamaños similares entre los elementos a una desorganización mural en que predomina el ladrillo, con apenas presencia de piedra o todo lo contrario, Piedras de gran tamaño que vienen a ocupar un espacio en que los ladrillos, en hiladas de uno o dos, se limitan a horizontalizar la obra. Estas diferencias posiblemente estuvieron marcadas por la abundancia o escasez de ladrillos que cuando escaseaban se edificaban paramentos en que la piedra tiene especial protagonismo. Diferencias que son muy evidentes en la pars urbana, mientras que los opera mixta de la pars rustica, y como paradigma el muro curvo que cierra la torre norte de los horrea, tiene una ejecución perfecta. Con independencia de que el acabado final de estos paramentos fuera el revestimiento con pintura mural o el placaje con mármol, en algunos casos se
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aprecia un enlucido previo que parte de las juntas de piedras y ladrillos y se extiende por las zonas próximas. :
Variantes dentro de común denominador del opus mixtum vittatum de la villa de Fuente Álamo.
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La abundancia de ladrillos durante algún momento de la construcción de la villa se deja sentir en algunos paramentos en que el opus mixtum da paso al opus latericium en que la piedra es prácticamente inexistente, como el siguiente ejemplo:
Paramento de opus latericium.
***
Posiblemente el constructor de la villa hubiera preferido levantar un edificio con predominio del ladrillo, pero las circunstancias económicas del momento, la abundancia de piedra en el entorno, la escasez de ladrillos y el conocimiento de un modelo adaptado de la arqueología general de Roma, lo llevaron a adoptar otros criterios y el resultado fue el predominio del opus mixtum.
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Como queda indicado, en algunos casos aparece un enlucido previo que parte de las juntas de ladrillos y/o piedra para extenderse por parte del resto de la superficie.
1
3 3
2 Diversos tipos de aparejo en que el opus mixtum se ha dotado de un leve enlucido a partir de las juntas de ladrillos y piedras. El número 2 aparece retranqueado con relación al cimiento que sobresale. El número 3 presenta sobre el enlucido marcas de los constructores y un mechinal.
***
Los mechinales son una solución arquitectónica muy frecuente en los muros islámicos de tapial, como forma para sujetar los tableros en que se vertía la masa de tierra y cal e ir dando altura al muro. Pero no es una creación medieval porque ya se
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utilizaban en época romana de forma casi general, como por ejemplo en un muro de ladrillos de Pompeya o en la muralla de Beauveais, de fines del siglo III y perforados en un muro de opus mixtum muy similar al de Fuente Álamo (ADAM.J.P, pp. 88-89). Aquí se han localizado en los muros de la habitación 3 Sur, a que pertenece la imagen, y en el muro D.II.13, que cierra la habitación 15 por el Este.
*** E opus mixtum forma una especie de caja de doble citara en cuyo interior se vierte una masa informe de cascotes con algún mortero de agarre y posteriormente se enluce por arriba con opus signinum, formando una especie de tacos de muro que se superponen hasta conseguir la altura deseada. Esta fue una solución que vimos generalizada en la excavación de 1985, que se ha deteriorado mucho en los años transcurridos desde entonces y que hemos vuelto a encontrar con claridad en el muro meridional de la habitación 9 donde incluso presenta una huella que parece una zapatilla y una superposición de otro “taco” muy alterado.
Enlucido por las cotas superiores con opus signinum en el muro E/D.9 (habitación 9). Véanse uu.ee. de esa zona. A partir de este enlucido se recrecía la obra con nuevas tongadas de muro.
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Los cimientos. En la mayoría de los estudios encontramos una desatención al tema de los cimientos (CARRILLO DIAZ-PINES, 1992,
p.311). En Fuente Álamo se han
documentado una diversidad de aparejos como forma de solucionar los cimientos de la villa. Existen diferencias entre los de la pars rustica y los de la pars urbana, siendo los primeros por lo general más groseros, a base de piedras de desiguales tamaños, en disposición desconcertada.
Diferentes tipos de cimientos de la pars rustica
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Los cimientos de la pars urbana responden a dos tipos fundamentales, los que son simplemente una masa compacta de piedra cogida con mortero en la que apenas se aprecian las uniones y los que están formados por ladrillos en disposición espicatiforme u oblicua, que también aparece en algunos puntos de la zona de los almacenes aunque con menor definición.
Diversos tipos de cimientos de la pars urbana.
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Las estructuras espicatiformes son muy frecuentes en la Galia, en forma de opus spicatum asociado a alzados de muros (ADAM, J.P, pp.156-257) (MARTA, R, pp. 30-31) desde el siglo I. El ámbito más próximo a Fuente Álamo en que encontramos cimientos en espiga idénticos a los de Fuente Álamo es el “Cortijo Caño Bajo” de La Rambla, donde se ha excavado una villa con esta estructura en la subfase 2ª (BRETONES BORREGO, J, 2007, p 135).
Un caso excepcional son los cimientos construidos con grandes sillares reutilizados, que debieron colocarse en espacios que necesitarían una mayor resistencia.
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VI. 1.3. Las fases posteriores al abandono de la villa VI. 1.3.1. Fase III. Tardoantigüedad. Primera fase de envilecimiento. VI. 1.3.2. Fase IV. Época islámica. Segunda fase de envilecimiento.
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VI. 1.3. Las fases posteriores al abandono de la villa. No puedo precisar por ahora la fecha de abandono de los moradores legítimos de la villa, que no parece ser se produjera de una forma violenta. Con excepción del estrato de incendio que se excavó en 1985 en el oecus y los que en esta ocasión han afectado al pasillo oriental y a la habitación 15, el resto de la estratigrafía delata una destrucción paulatina. Incluso esos estratos de incendio debieron originarse mucho después del abandono del edificio, durante la reocupación de nuevas familias. Lo mejor que le hubiera podido ocurrir a la villa es que se hubiera destruido de golpe tras su abandono y sus propias ruinas hubieran sellado su esplendor. Pero no fue así. Quedó abierta al clima y a las gentes que acabaron por arruinarla poco a poco. Sea como fuere, hacia finales del siglo VI la villa de Fuente Álamo comienza a dar síntomas de decadencia. Pero la desmembración de la villa de Fuente Álamo fue un proceso lento que, aunque es susceptible de dividirlo en etapas, en realidad fue una secuencia permanente de reocupación de los espacios que siglos atrás habían sido residencia de una sociedad rica que trasladó al campo los lujos que tenía en la ciudad. La urbs in rure que significó una vida acomodada en el campo y que tras su decadencia se convirtió en “campo de soledad, mustio collado”. En plena época visigoda y emiral comienza a ser utilizada por otras gentes que expolian todo, que reocupan espacios nobles hasta convertirlos en cobertizos para el ganado y que destrozan unos ajuares que hubieron de ser ricos y sólo nos han dejado la imaginación de lo que pudo ser. Y entre la mayor ausencia, el programa escultórico que hubo de existir y que habrá caído en hornos de cal o habrá sido picado o trasladado a otros lugares. Estamos al final de la etapa arriana de la monarquía visigoda.
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En esto proceso se pueden marcar dos grandes etapas que van desde finales del siglo VI a finales del X y que en síntesis son las siguientes:
VI. 1.3.1. Fase III. Tardoantigüedad. Primera fase de envilecimiento. Nuevos moradores, quizás descendientes de los antiguos servidores de la villa o de los mismos propietarios, ya empobrecidos, aprovechan las ruinas del viejo palacio rural para resguardarse del frío del invierno y del calor del verano. El sitio era propicio para ello y las condiciones ambientales no habrían cambiado. El arroyo seguiría fluyendo y la tierra dando frutos. Sólo había cambiado la economía de la nueva sociedad y posiblemente las circunstancias políticas de la Bética. La rebelión de Hermenegildo en Hispalis y la presencia de los bizantinos en el Sureste son circunstancias que marcaron la política de la época. Pero ¿se dejaron sentir estos hechos en la microsociedad de Fuente Álamo o funcionó de forma autárquica y de espaldas a lo que ocurría en el resto de Hispania?. Sea como fuere, el hecho es que, aunque tímidamente, hemos encontrado la huella bizantina en la excavación, materializada en un exagia de uno de los estratos más diacrónicos. Los nuevos ocupantes desde finales del siglo VI y durante todo el VII escriben el capítulo más triste de la historia del yacimiento. Allí donde hubo una estancia noble, pavimentada de mosaico y con toda seguridad con un ajuar mueble rico, dejaron un cobertizo para el ganado o un albergue para pastores y campesinos pobres. El envilecimiento de la villa tras su abandono se materializa en numerosos testimonios de los que vamos singularizar algunos concretos. Desde el punto de vista de la arquitectura esta fase deja un balance negativo. Lejos de construir, destruye o cuando más construye con un criterio en que cualquier
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concesión a la estética brilla por su ausencia. De ahí que no haya dejado apenas huella en el plano general y su presencia sólo la refleje la imagen fotográfica. El rasgo más sobresaliente de la primera fase de envilecimiento es una “arquitectura” que parasita los pavimentos y los muros de la villa, fundamentalmente en la pars urbana. Lo cual no es casual puesto que estos nuevos moradores prefirieron las zonas más lujosas para realojarse y siguieron utilizando algunos almacenes con el mismo fin para el que fueron creados. Por eso el envilecimiento es más ostensible en las zonas nobles. Desde las excavaciones de 1985 se venía advirtiendo este hecho y ahora hemos eliminado alguno de esos muros parásitos que distorsionaban la arquitectura romana.
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En el pasillo norte el muro C.14 se recreció con un añadido informe (marcado con un asterisco) sobre los ladrillos romanos y se anguló con otro muro, también formado con materiales reaprovechados (marcado con doble asterisco), para formar un cobertizo para el ganado o para controlarlo en su tránsito por el interior de la villa. Ambas estructuras parásitas han sido retiradas ahora.
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Desde el pasillo norte al final del pasillo oriental esta arquitectura parasita unos y otros espacios, llegando a utilizar materiales nobles desgajados de la villa, como el fragmento de basa que apareció integrado en el muro anterior. Pero se deja sentir con mayor virulencia en algunos lugares. No deja de ser sintomático de la ruina lenta que se operó sobre la villa el hecho de la desaparición de cualquier resto de revestimiento parietal, con excepción de algunos paños en el muro norte del mitreo donde se ha conservado milagrosamente una muestra manchada por el humo de los hogares que se hicieron allí. Y ni siquiera entre la masa estratigráfica que rellenaba los habitáculos ha aparecido más allá que testimonios aislados de este revestimiento, que lo único que demuestran es que existió aunque fue eliminado sistemáticamente a lo largo de los siglos siguientes. Y, pese a que la única presencia de pintura mural in situ está en el mitreo, fue éste uno de los espacios donde la reocupación tardoantigua es más evidente. Quizás el ambiente más íntimo ejerció mayor atractivo para los nuevos moradores que hicieron allí su vida y se manifestaron de múltiples formas.
La u.e. C.60 es un muro que parasitaba el altar mitraico. Tras su retirada aparecieron nuevas partes del revestimiento parietal y el tramo norte del mosaico de la nave central. Entre la masa de este muro se encontraron elementos diversos reutilizados, como un mortarium.
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Diversas muestras de la reocupación envilecida del mitreo durante la fase III: La imagen de arriba muestra uno de los hogares que se instalaron clavando en los mosaicos ladrillos y restos de fustes. La imagen central es uno de los capiteles visigodos sacado de su contexto original y trasladado a uno de los rincones de la sala para servir de asiento ante uno de los hogares que se hicieron en la tribuna de la derecha. La imagen inferior es una muestra de los fragmentos in situ de una jarra tardoantigua, aparecida en la nave central, junto al escalón de la tribuna de la izquierda y que coexistía estratigráficamente con los materiales de la fase de la villa antes de su abandono.
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La alteración de las estructuras se representa la fase III se deja sentir hasta el extremo del pasillo oriental, siempre en la pars urbana, y así encontramos, clavado en el mosaico de la habitación 12, otro hogar de las mismas características que el del mitreo.
El envilecimiento de la villa se deja sentir en este tipo de hogares como el que se instala en el centro de la habitación 12, en el que vemos un resto de fuste que serviría para apoyarse ante la lumbre que se hacía sobre el losa de ladrillos.
***
Más al este, en el extremo del pasillo oriental, otro hogar de similares características, aunque más pequeño, asociado a un molino de grano en un ambiente doméstico muy humilde, evidencia que fueron varias las familias que reocuparon la villa en la fase III. Se repartieron el espacio noble y convivieron personas y animales sobre los mosaicos que se habían colocado unos dos siglos atrás.
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** *
En este espacio, una familia durante la fase III realizaría sus faenas domésticas con el molino de trigo (marcado con un asterisco y el pequeño hogar (marcado con doble asterisco).
***
No se observa un corte brusco en la reocupación del espacio sino una continuidad de familias que siguieron explotando la tierra y criando el ganado. La subdivisión en fases es más una cuestión metodológica que real. La historia fue la misma y los cambios lentos. Lo que se produjo al final del proceso de la fase III fue un cambio cultural que coincide con la islamización de la Betica y la aparición de la entidad política de Al-Andalus.
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VI. 1.3.3. Fase IV. Época islámica. Segunda fase de envilecimiento. Representa el tramo final de la secuencia histórica de Fuente Álamo. Afecta a la villa en su conjunto aunque también las mayores afecciones corresponden a la pars urbana, concretamente a las habitaciones 14 y 15 que permanecieron en uso hasta el final del período. El estudio preliminar del registro arqueológico parece confirmar la idea de que los espacios que experimentan la máxima antropización en época tardoantigua (fase III) estaban ya arruinados en época islámica o al menos en fase califal. La sociedad del siglo X no llegó a ver los mosaicos del mitreo, que comienzan a cubrirse con escombros a finales del siglo VII, aunque en las cotas superiores de la estratigrafía de relleno encontramos algunos fragmentos emirales. Las tipologías de materiales que quedan expuestas en páginas anteriores contienen algunos tímidos testimonios de esta fase emiral que viene a ser la transición entre la fase tardovisigoda y la época califal, que sí se deja sentir con bastante fuerza. Remito al muestreo de cerámica de páginas anteriores como confirmación de este dato. Prácticamente todos los estratos superficiales contienen cerámica del siglo X. Los candiles de piquera, las jarritas califales con decoración pintada, los canjilones de noria y algunos ejemplos de la cerámica común identificable como islámica son elemento consustancial con la arqueología superficial de Fuente Álamo. Y esto ha sido otra de las grandes aportaciones de la presente campaña. Con anterioridad, y concretamente en las excavaciones de 1985, no se tenía constancia de esta presencia islámica que en el
caso de la arqueología de la muerte se puede
considerar espectacular.
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De tener en cuenta en exclusiva los datos de la necrópolis que se ha excavado llegaríamos a la conclusión de que en Fuente Álamo vivió una multitud de musulmanes durante el siglo X. Y casi las mismas conclusiones ante la contemplación del registro superficial. Pero con independencia de las conclusiones a que se llegue en el informe de esta necrópolis, mi opinión es que la maqbara de Fuente Álamo recibió los sepelios de toda la comunidad islámica del entorno y en cuanto al registro recuperado en la villa basta considerar que un siglo rompiendo cacharros da para mucho.
Planimetría de la fase IV
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Porque desde el punto de vista de la arquitectura, la fase IV, que a diferencia de la anterior sí deja constancia (vide plano supra), representa un porcentaje mínimo en la planimetría del conjunto. Con excepción de algunos muros muy superficiales e inconexos que parasitan las estructuras de las habitaciones 15 y 26 y deberán ser retirados, la única aportación arquitectónica importante de época califal es una almazara que se inserta entre las habitaciones 14 y 15 y acaba destrozando todo el entorno. La almazara islámica de Fuente Álamo se reduce a un espacio de 30 m 2 , cerrados al Norte por un muro que se mete entre la arquitectura romana y presenta una organización de prensa que repite el esquema del torcularium romano.
Muro islámico amortizando estructura romana Pavimento ladrillos Contrapeso
Regaifa
Implante arbores
Pileta
Atrojes (¿)
La presente foto aclara y amplía la información del plano anterior (véanse también uu.ee. D.I.38-48-52-53-55 y D.II.4 y 5
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Las dos piezas monolíticas esenciales de la prensa de viga islámica
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El sistema de prensado que representa esta almazara repite un esquema ideado por Roma y que se ha perpetuado hasta el descubrimiento de la prensa hidráulica. Es por tanto una industria intemporal aunque tiene ligeras diferencias con los torcularia romanos, referidas fundamentalmente al tamaño y a la ausencia de canales radiales en la regaifa islámica. Lamentablemente el establecimiento de esta prensa conllevó la destrucción parcial de la villa, pero en contrapartida nos ha dejado un documento arqueológico bastante infrecuente en Al-Andalus. Un recorrido rápido por las informaciones del Google y la consulta con uno de los expertos en el tema, como es el arqueólogo municipal de Antequera, nos confirma en la originalidad de la prensa de Fuente Álamo y en su carácter único. Efectivamente encontramos multitud de alusiones a almazaras islámicas (en la fortaleza de la Reina en Llerena, en el castillo de Torredonjimeno, en la Casa Grande de Cieza, en el Cabezo de la Almagra en Huelva y en muchos más lugares). El propio término es de raíz árabe, Pero cuando se amplía la consulta no encontramos imágenes con que comparar la de Fuente Álamo, que conserva todas las partes (además in situ) de lo que fue una prensa islámica de aceite, con cronología precisa, centrada en el siglo X. Las reducidas dimensiones de esta industria aceitera y la ausencia de otros casos similares nos están indicando que estamos ante una explotación familiar que utilizaría la materia prima de los olivos, o quizás de los acebuches, del entorno en una economía autárquica y posiblemente de trueque con el resto de la comunidad islámica que se dedicaría a la ganadería o al cultivo de la huerta que se intuye por la presencia de canjilones de noria. La no aparición de monedas de la época es un dato que nos habla de una sociedad en un estadío muy elemental, cultural y
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económicamente, lo que, considerado con perspectiva histórica, evidencia una decadencia constante y el hecho de que cualquier tiempo pasado fue mejor. El ambiente climático y agrícola de la época no debió diferir mucho del actual. La presencia de la especie olea es evidente, con independencia de los datos que arrojen los estudios polínicos que se están haciendo y que, dada la premura, no puedo presentar. El registro arqueológico de esta sociedad ha quedado esbozado en páginas anteriores. Está presente en todos los estratos de superficie y en algunas intromisiones en la estratigrafía romana y evidencia el escaso nivel económico y la ruralización en que se desenvolvió. Encontramos bastantes testimonios de cerámica común, bastantes de jarritas califales, con o sin decoración pintada, algunos ataifores vidriados y casi nada de la cerámica rica y aulica, la cerámica con decoración verde y manganeso, que prácticamente brilla por su ausencia. Los candiles de piquera aparecen en contextos generalmente diacrónicos o con una marcada fisonomía islámica, aunque no exclusiva. En la necrópolis ha aparecido algún ejemplar fuera de sepultura. Son uno de los testimonios más comunes en los registros tardoemirales y califales y llegan hasta inicios del siglo XI con
ligeras variantes. Constituyen por tanto un
documento inconfundible pero con un margen cronológico amplio, centrado en el siglo X.
Sobre ellos se han efectuado numerosos estudios, organización de
tipologías etc, partiendo de los análisis de Roselló, Recientemente se ha hecho otra propuesta tipológica a partir de los registros de las necrópolis islámicas de Córdoba (CAMACHO CRUZ, C. 2007) y encontramos todas las similitudes consabidas entre los candiles de piquera de Córdoba y los de Fuente Álamo,que están dentro del tipo 1.1.1.3, considerados globalmente.
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Candiles de piquera de los contextos de la fase IV.
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VII.
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La villa de Fuente Álamo en el ambiente general de la arqueología rural de la Betica.
VIII.
Síntesis.
IX.
Propuestas de actuación futura.
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VII. La villa de Fuente Álamo en el ambiente general de la arqueología rural de la Betica. La multiplicidad de sitios rurales considerados como villae tiene en Hispania una cuantificación mayor que en cualquier otra provincia del imperio, pese a que de forma general no se pueden considerar intrínsicamente originales, al menos en lo que hace a la parte urbana (GORGES, J-G., 2008, pp 28-29), que es la que se ha excavado preferentemente. Las villas hispanorromanas han sido tradicionalmente objeto de estudios antiguos muy dispares y las de mayor extensión se encuentran en Portugal, siendo una de las mayores, la de Torre de Palma, con cerca de tres hectáreas (GEORGES, 2008, p. 38). La dispersión de villas no encuentra en Andalucía el mayor escenario de Hispania. Son Cataluña,, Levante y sobre todo las mesetas el ámbito donde se desarrolla la máxima concentración de villas y también las más investigadas. Las actas del I Coloquio Internacional de Arqueología de Gijón (FERNANDEZ OCHOA, GARCÍA ENTERO y GIL SENDINO, (eds.) (2008) supuso una puesta al día en la que falta precisamente la de Fuente Álamo, por no haber podido llegar a tiempo. No puedo entrar en análisis detallado de la tipología de esta villa y sus aspectos comparativos con el conjunto de los grandes establecimientos rurales de Hispania y de fuera de Hispania a partir de lo que supone este agiornamento bibliográfico que aplazo al momento de componer el libro definitivo sobre Fuente Álamo. Por ahora sólo debo dejar constancia que la planimetría que presento sobre la villa, aunque no finalizada la excavación, está dentro de los ejemplos más espectaculares de la Península Ibérica y que, de acuerdo con lo excavado y con lo que se supone aun soterrado, debe estar a la altura de los ejemplos más elocuentes, como es el
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caso de Torre de Palma, La Olmeda, Almenara Puras, Carranque, Els Munt, Veranes, etc. Desde el punto de vista de la planimetría, no existen dos villas iguales, aunque se puedan dividir en pequeños o grandes edificios, como es el caso de Fuente Álamo. El ya clásico estudio de Fernández Castro (FERNÁNDEZ CASTRO, M.C., 1982) estableció una tipología de villas que ha seguido y sigue siendo muy útil a la hora de clasificar, aunque el panorama se ha desmesurado desde hace casi tres décadas. La malograda profesora (q.e.p.d.) dividió a las villas de Hispania en una serie de categorías, siendo una de las más sobresalientes las que se caracterizan por la presencia de peristilo, poniendo como paradigma la de Liédana en Navarra que se definiría como una instalación dedicada al cultivo del cereal, la vid y el olivo. Factores de producción agrícola que con toda seguridad reunía Fuente Álamo, pese a que aún no se ha encontrado el peristilo. Sin embargo, el análisis próximo del plano nos pone ante un espacio cuadrangular entre los edificios norte y sur, con la habitación 9 rompiendo el esquema, y el arroyo por medio que plantea la duda de la existencia de un peristilo sobreelevado que se lo habrían llevado las aguas del arroyo. Igualmente el espacio al sur del pasillo oriental, cuya excavación aún no está concluida, puede esconder un peristilo. Y, de no ser ni uno ni otro espacio, habría que empezar a olvidarse de buscar el peristilo de Fuente Álamo. La mayor parte del resto de la tipología anterior sigue teniendo el peristilo como elemento esencial, como si fuera una parte consustancial con todas las villas, aunque hay algunas como las de “bloque rectangular” que prescinden de él. Quizás el tipo B, “villa de corredor” pudiera acomodarse a la planimetría de Fuente Álamo, si bien con doble corredor, uno en cada edificio, asomados al arroyo o al más que hipotético peristilo desparecido.
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En cualquier caso, esta villa es una edificación en módulos cerrados, con grandes áreas y sin más espacios vacíos que los que representa un arroyo que la cruza por la mitad. No se advierte cesura arquitectónica y hasta las partes rústica y urbana se integran en un bloque continuo. Desconozco lo que pueda deparar la excavación al norte de la pars rustica, en los 85 m.que median entre la habitación 26 y el límite con la zona de la necrópolis islámica. La impresión previa a estas excavaciones es que estábamos ante una villa de “plan diseminado”, por emplear una terminología al uso. Impresión que se basaba en la aparente discontinuidad entre el mosaico nilótico, que parecía disociado del resto de la arquitectura, y en concreto del módulo que ahora llamamos “edificio norte”. Pero en el estado actual de conocimiento no se puede hablar de otra diseminación que la que representan dos edificios a ambas márgenes del arroyo. La comparación con el conjunto de villas béticas deja a Fuente Álamo en un lugar destacado. No quisiera incurrir en apreciaciones subjetivas en la comparación entra la entidad de esta villa y el resto del inventario. Hay una arqueología revisionista y de despacho, con marcada tendencia descalificatoria, que acaba no dejando títere con cabreza, que parte del supuesto de que en Andalucía se ha excavado poco y mal y que se ha perdido mucha información y mucho patrimonio en unos trabajos de campo antiguos, improvisados y sin el más mínimo rigor. Ejemplos hay muchos aunque uno de los que se lleva la palma es el del Faro de Torrox, donde el farero hizo todo lo que pudo y supo y hoy no queda casi nada. Fuente Álamo ha estado a punto de correr un riesgo similar a pesar de la erudición de los excavadores decimonónicos tras cuyos trabajos quedó todo al albur del tiempo y las gentes. La verdad es que el panorama de la arqueología rural romana en la Betica es desolador. Se han hecho multitud de excavaciones pero es muy poco y mal
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conservado lo que nos ha llegado. Ejemplos que hace unos años eran un referente importante, como la villa de Quesada en Jaén, se han ido degradando. Resulta inverosímil que en casi todo el Conventos Iuridicus Astigitanus apenas conozcamos villas y cuando más algún que otro plano de estructuras emergentes, reconocidas como villas, como el de la Mezquitilla en Écija y los ejemplos de Casariche, Herrera y Puente Genil. Contamos con una revisión-inventario que aunque publicada hace más de una década sigue estando en vigor (CARRILLO DIAZ-PINÉS, J.R., 1993) y siguen siendo válidas sus conclusiones. Estudio que pone el dedo en la llaga de una arqueología deslavazada que tiene poco que ofrecernos. No es propósito del presente informe hacer la relación de una arqueología, generalmente mal parada, para lo que remito al artículo anterior. En Córdoba hemos vivido casi en exclusiva de los hallazgos de mosaicos en villas como la de la Valenzoleja de las que apenas queda más que los mosaicos en el Museo. Las dos campañas de excavación en la villa del Mitra, en Cabra (BLANCO, A,. GARCÍA, J. y BENDALA, M., 1972, , MARTÍN, M. y JIMÉNEZ, J.L.) empezaron a apuntar la existencia de una arqueología rural romana que se inscribía casi en exclusiva al sureste de la provincia. Pero, al final, con excepción de las esculturas, aparecidas de manera circunstancial, el balance arquitectónico es muy escaso. En las últimas décadas qué duda cabe que ha sido el Ruedo de Almedinilla la villa que ha articulado casi en exclusiva toda la arqueología rural romana de la provincia de Córdoba. Excavada con método adecuado (VAQUERIZO, D, 1990), puesta en valor y potenciada turísticamente hasta sus últimas consecuencias, el Ruedo es hoy un orgullo para la arqueología provincial, aunque desde el punto de vista de las dimensiones sea poco mayor que alguno de los grandes espacios de Fuente Álamo. De ahí el interés en sacar también todo el partido posible a esta última.
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Otras villas cordobesas que han irrumpido en el panorama provincial, como la del Algarrobo, cuyo peristilo ha sido recientemente puesto en valor, algunas otras villas periurbanas de la capital, excavadas con carácter de urgencia y sobre las que apenas ha quedado nada más allá que el informe de arqueología, la ya mencionada del “Cortijo del Caño Bajo” en La Rambla o la que recientemente se ha excavado, también en una intervención de urgencia en las proximidades de la Empresa Proceram, de Aguilar de la Frontera, que es por ahora el punto más cercano a Fuente Álamo. Desconozco cuál es la actitud de la administración ante esta arqueología circunstancial de la Campiña Sur de Córdoba, que está revelando datos para el conocimiento de los repartos territoriales en época romana. Pero intuyo que las actuaciones no van más allá de la documentación del registro arqueológico y la publicación de algún que otro artículo. En cualquier caso Fuente Álamo sigue ocupando el primer lugar en el ranking de las villas rurales romanas de la provincia de Córdoba y probablemente de toda la Bética, seguida de cerca por la proliferación de asentamientos que recientemente se han puesto de relieve en la campiña de Antequera, con motivo de las obras de infraestructura llevadas a cabo, y muy especialmente la villa de La Estación, que desde el punto de vista de la musivaria tiene bastantes concomitancias con Fuente Álamo. Es por tanto una cuestión de responsabilidad valorar este enclave y darle la respuesta adecuada.
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VIII. Síntesis . El trabajo en Fuente Álamo ha sido largo en el tiempo y dilatado en el espacio. Sus resultados han rebasado con creces los planteamientos del proyecto inicial que se ha visto desbordado por todas partes, por la propia inercia de los resultados y por la entidad del yacimiento. Se puede concluir, por tanto, al menos desde la perspectiva del director, que se ha llevado a cabo una labor que ya está dando una rentabilidad en el ámbito de la conservación y difusión del Patrimonio Histórico y en el terreno estrictamente arqueológico. Que ha recibido una amplia acogida popular y que está siendo considerado de manera creciente por la comunidad científica. Al mismo tiempo Fuente álamo ha ido penetrando en la consideración de las instituciones de cultura que primero lo declararon Bien de Interés Cultural y recientemente han decidido su inclusión en la Red de Espacios Culturales de Andalucía. Gracias a Fuente Álamo, Puente Genil ha sido recibido dentro de la Ruta de la Bética Romana y el propio yacimiento está incluido en los planes culturales de la Ruta del Vino Montilla-Moriles, con aportaciones económicas en uno y otro caso. El Ayuntamiento de Puente Genil ha hecho un esfuerzo que se está viendo compensado día a día y hoy se puede considerar que el trabajo de excavación, restauración, puesta en valor y difusión de Fuente Álamo es un viaje sin retorno. Es una apuesta de futuro que promete dar grandes frutos a no muy largo plazo. El trabajo de excavación se ha visto compensado por una gestión eficaz que ha aunado esfuerzos de los que está resultando una entrada de fondos que van a contribuir de una manera rotunda en la valoración del yacimiento. Fondos que como el 1% cultural de las infraestructuras de la zona o los procedentes del Plan E. del
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Gobierno Central están suponiendo una gran aportación destinada a restauración e infraestructuras. que ya están en marcha. Se rompió la atonía en que estuvo sumido el yacimiento durante muchos años y actualmente es una realidad espléndida, que está implicando a muchas instituciones. Pero por sintetizar estrictamente la labor de campo que acabo de explicar en las páginas precedentes, haré una apretada síntesis de resultados: Ante todo hay que destacar que se han cumplido ampliamente los objetivos propuestos. Se ha excavado una superficie de 4000 m 2, cantidad considerable pero que no es ni con mucho la extensión total del yacimiento. Se ha estudiado una secuencia que, en líneas generales, llena todo el primer mileno de la Era Cristiana y que es susceptible de subdivisión en dos fases romanas y otras dos, tardoantigua y medieval, cuyo esquema es el siguiente:
Fase I (Altoimperio) Siglos I y II. Aparecida bajo el plano de la villa que era previamente conocida, se concreta en un establecimiento público de Balneum que era un horizonte absolutamente desconocido hasta ahora, lo que supone una aportación de primera línea de la presente actividad. Desde el punto de vista de la musivaria (patrimonio tradicionalmente más llamativo del yacimiento) ha contribuido con dos nuevas piezas: la primera de mediados del siglo I y de carácter excepcional y la segunda algo más tardía (finales del siglo I o principios del II), ambas en perfecto estado. También ha aportado un registro importante de pintura mural que está siendo actualmente objeto de un estudio monográfico.
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Fase II. Siglos III al VI. Supone la ampliación del conocimiento previo y se tradujo en la construcción de una villa, amortizando o destruyendo en parte los edificios del Balneum.
En esta fase, como en la anterior, toda la arquitectura se vincula
directamente con el arroyo. La construcción y enriquecimiento de la villa permite una subdivisión en dos subfases: Subfase II a o Villa Vetus. En la segunda mitad del siglo III se construye un edificio residencial privado, sin pavimentos de mosaico, con excepción de un caso no bien documentado aun, y se trazan las dos partes esenciales de la villa, rústica y urbana. Subfase II b o Villa Nova. A finales del siglo IV-principios del V los pavimentos anteriores habían prácticamente desaparecido. Ello coincide con un período de enriquecimiento que llena de mosaicos toda la pars urbana. En algunos casos con ejemplos excepcionales. Ambas fases se superponen con exactitud con excepción de algún espacio en la zona noble y de la gran ampliación de la habitación 15 en la pars rustica. *** Consideradas globalmente ambas fases, han aportado una villa de enormes dimensiones, subdividida en dos grandes módulos, a ambos lados del arroyo, a los que llamamos EDIFICIO NORTE y EDIFICIO SUR. El primero, se trata del ya conocido desde las excavaciones de 1985 que ahora se han ampliado con la recuperación de toda la pars urbana y de una superficie considerable de la pars rustica. En ambas partes se han descubierto espacios singulares. Respecto a la pars urbana ha dado el único mitreo que se conoce en la Bética, Respecto a la pars rustica es de destacar el conjunto de graneros que carecen de paralelos en la arqueología peninsular.
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El Edificio Sur ha sido un descubrimiento de la presente campaña. Se sitúa en la margen izquierda del arroyo, donde tradicionalmente se había desarrollado la arqueología de Fuente Álamo pero también donde se suponía agotado el yacimiento. Fue el lugar donde en 1982 apareció el mosaico de tema nilótico del que ahora hemos integrado una copia y es el espacio donde estuvieron las termas del balneum. Pero no se podía ni sospechar la entidad de lo que aún permanecía oculto. Nada más iniciar los cortes hasta los límites de los terrenos de titularidad pública, se ha reconocido un edificio que va en paralelo con el Edificio Norte, y que tiene habitaciones con mosaicos de las mismas características conocidas, además de otra con una rasante de suelo casi dos metros bajo los mosaicos, lo que supone unas estructuras de unos 2.5 m., que es un alzado poco frecuente en la arqueología rural romana. En definitiva, la fase villa tiene aún pendiente un enorme capítulo que habrá que escribir en el futuro.
Fase III. Supone el primer momento de envilecimiento del edificio tras su abandono. Ocupa los siglos VII y parte del VIII. El realojamiento de otras gentes, campesinos y pastores que usan el edificio abandonado, trae consigo la ruina lenta del viejo palacio, el desalojo de todo registro mueble de consideración y el parasitado de estructuras.
Fase IV.
Representa la segunda fase de envilecimiento. Corresponde a época
tardoemiral y califal, se cancela a finales del siglo X o comienzos del XI y se correlaciona con una gran necrópolis islámica que se ha localizado al norte del
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edificio residencial con motivo de la liberación de terrenos para la construcción del centro de visitantes. Continúa la destrucción lenta de la villa pero en este caso este proceso aporta algunos datos constructivos, como es el establecimiento de una almazara califal, aun a costa del arrasamiento de espacios nobles de la villa. La valoración arqueológica de esta almazara resviste luces y sombras pues, si por una parte ha sido la causa de la destrucción de parte del edificio, por otra nos ha dejado un testimonio bastante infrecuente de arqueología medieval islámica.
***
En resumen, una secuencia milenaria que se ha podido leer gracias a la presente actividad puntual.
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IX. Propuestas de actuación futura. Ante unos resultados como los que quedan expuestos no cabe otra actitud sensata frente al yacimiento que la prosecución de los trabajos. Todas las actividades que se siguen en Fuente Álamo están inscritas en un proyecto general o plan director en el que se contempla la excavación, restauración puesta en valor, acondicionamiento del entorno (restauración ambiental del arroyo), difusión del yacimiento y estudio científico de los resultados. Al final quedará un referente básico de la arqueología romana, no sólo provincial, que devolverá con creces todos los esfuerzos que hagamos ahora. Se potenciará la oferta turística y educativa de Puente Genil, se crearán puestos de trabajo estables y se difundirá la importancia del yacimiento a todos los niveles. En estos momentos ya está siendo un emblema de la localidad en los medios de comunicación, cuando de diseñar con seriedad la imagen de la ciudad se trata. El potencial de Fuente Álamo como espacio para la convivencia es inagotable y ya se están haciendo propuestas, a un año vistas, de visitas nocturnas y de actividades culturales al aire libre. La respuesta que la ciudadanía ha dado a nuestros trabajos es desde el punto de vista del director altamente favorable. Y también la valoración del esfuerzo que ha llevado a cabo el Ayuntamiento con respecto a las excavaciones y a la adquisición de terrenos donde proseguir los trabajos. En estos momentos se inicia la construcción de un centro de recepción de visitantes sufragado con los fondos del Plan E del Gobierno Central y se lleva a cabo una fase de restauración a cargo del 1% cultural, como ha quedado indicado. Por tanto está claro que Fuente Álamo es una locomotora que sigue adelante y que va adquiriendo inercia propia.
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Pero, con ser importantes todas estas actuaciones, la base fundamental es la prosecución de los trabajos de excavación. Para entender esta afirmación basta analizar el plano de la página siguiente. El Ayuntamiento ya ha sido sensible a esta situación y actualmente está en trámite, con el consenso de todas las fuerzas políticas, para la adquisición de los terrenos que lindan por el sur, donde a todas luces se localiza el edificio de dicho lado. Por otra parte tenemos la experiencia de que las interrupciones de los trabajos de excavación sine die han sido nefastas para la integridad del yacimiento. Actualmente contamos con un equipo multidisciplinar cualificado con que hacer frente a nuevas campañas. Por tanto, la interrupción de la presente no debería ir más allá de una parada técnica que ha servido para reflexionar sobre lo realizado, rendir cuentas y prepararse para una fase siguiente. En consecuencia, y con afán de síntesis, mis propuestas son las siguientes: 1ª Implicación creciente de todas las administraciones, dada la categoría del yacimiento y los resultados hasta ahora. 2ª Prosecución de las tareas actualmente en marcha en orden a la restauración, que deberá ser lo más ágil posible y compatible con otras tareas complementarias. 3ª Construcción del centro de recepción de visitantes. 4ª Aprobación por parte de la Consejería de Cultura de los proyectos pendientes, tales como la recolocación del mosaico del Cortejo de Baco. 5ª Traslado y recolocación en sus espacios naturales de los mosaicos extraídos tras la excavación de 1985. 6ª Toma en consideración y maduración de la idea sobre las posibilidades futuras de traslado del original del mosaico nilótico a su sitio de procedencia, dado el cambio radical que ha experimentado el yacimiento desde que se excavó en 1982.
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7ª Reconstitución paleoambiental de la zona que implique el acondicionamiento del arroyo, de acuerdo con las informaciones que deparen los análisis de palinología.
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8ª Reserva municipal de los terrenos por donde se ha evidenciado que se prolonga la arquitectura del yacimiento. 9ª Adecuación del entorno para dotarlo de una infraestructura fundamental en un espacio adaptado
a una oferta turística y educativa que haga compatible la
apreciación de la historia y sus posibilidades lúdicas. Se trata de crear espacios para la convivencia. 10ª Iniciación del proyecto museográfico que convierta al yacimiento en un “museo de sitio”. 11ª Dotar a las zonas excavadas de una itinerancia adecuada que permita recorrer todos los entresijos del yacimiento sin menoscabo de su integridad. 12ª Como propuesta fundamental y última, la prosecución de los trabajos de excavación sin más demora que la que impliquen los trámites administrativos. Sin esta propuesta, todas las que anteceden quedarían deslucidas, porque lo que en definitiva se pretende es el descubrimiento integral del yacimiento. Dadas las circunstancias por las que ha discurrido durante los cuatro últimos años, carecería de sentido cualquier actitud de freno a un trabajo ya iniciado y que tiene un destino perfectamente reconocible. Fuente Álamo está llamado a ser uno de los emblemas básicos de la arqueología rural romana en la Betica. En caso contrario carecería de sentido el reconocimiento institucional que ha merecido en los últimos años. Y, en consecuencia con esta propuesta, me dispongo a redactar a continuación el futuro proyecto. Fuente Álamo, 17 de agosto de 2009
Fdo. Luis Alberto López Palomo (director)
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