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SUPLEMENTO MENSUAL

producción de revista

- publicación del colegio de arquitectos d1

JUEVES 02 DE

CENTENARIOS ESCENARIOS Y REPRESENTACIONES PARTE 3

SEPTIEMBRE DE 2010 - AÑO 4

Nº45

Con este número concluye la serie en la que nos propusimos dar cuenta de algunos proyectos relacionados con la conmemoración del Bicentenario. Distintas escalas, distintas situaciones, pero en todas las ocasiones prevaleció un interés central, tomar el desafío de la oportunidad para celebrar, también, la arquitectura. Desde la primera entrega, que identificamos con el Nº 0, se planteó un eje: la relación entre la historia, la ciudad y la arquitectura. Así, comentamos la situación en torno al primer centenario, las producciones, las ideas, los proyectos; la restauración de un edificio emblemático como el Teatro Colón y su polémico proceso, que no pudo concretarse como reinauguración en su propio centenario y que hoy goza de un esplendor renovado. En otro orden y casi como contrapartida del espacio para el espectáculo cerrado, definido por la espléndida caja del teatro, dimos cuenta de la escena urbana transformada en escena teatral, en marco propicio para el espectáculo callejero de gran escala, como lo fue la performance desplegada el 25 de mayo. El segundo número, identificado con el 100, centró su atención sobre una obra compleja y de escala monumental, la reconversión del antiguo Palacio de Correos de Buenos Aires en el llamado Centro Cultural del Bicentenario, proyecto ganado en concurso internacional por el Estudio B4FS. Compleja por los múltiples aspectos que la atraviesan: la restauración de la caja arquitectónica histórica, la resignificación de sus espacios nobles y la incorporación de nuevos programas funcionales de gran volumen e innovación tecnológica; monumental por la escala y lenguaje del edificio, a la vez de su emplazamiento, que es aprovechado en la propuesta para trascender el acontecimiento aislado y generar la posibilidad de construir una nueva situación de espacio público de alta significación. Finalmente, esta entrega que denominamos 200, se ocupa de dos proyectos que se inscriben en el interés antes comentado. Uno, vinculado directamente con el trabajo publicado en el número anterior, ya que se trata del rescate y reconversión de la antigua Aduana de Taylor (así llamada por ser su autor el arquitecto inglés Edward Taylor) en un museo, más específicamente en el Nuevo Museo de la Casa de Gobierno. El proyecto de B4FS, vincula en su estrategia esta intervención con la del nuevo centro cultural ya iniciado en el Palacio de Correos y el sistema de espacios públicos definido para este sector de la más alta significación, ya que en él se integran la Casa Rosada y el antiguo fuerte de Buenos Aires, con lo que, en definitiva, puede entenderse como una posible lectura de las sobreescrituras que la historia imprimió sobre la ciudad de Buenos Aires. En tanto que en el orden local, se presenta un trabajo que, si bien el gobierno provincial incluyó en un proyecto integral para la ciudad de Santa Fe, que se inicia en “El Molino. Fábrica Cultural” y se extiende en un parque lineal que concluye en el Parque Federal y la rehabilitación del enorme edificio ferroviario conocido como Santa Fe Cambios, en esta ocasión hemos decidido recortar como obra destacada y designar a la misma como la “obra del bicentenario en la ciudad”, a la intervención en el antiguo molino. Por ello, la operación sobre el Molino Franchino, ubicado en un estratégico punto de la ciudad como lo es el bulevar, reconvertido en gran artefacto dedicado a la producción y presentación de actividades artísticas y culturales, adquiere una particular relevancia, tanto por lo que la propuesta en sí implica, como por la interesante estrategia del equipo proyectista al adoptar, como elemento de protección solar para su plaza de eventos, un conjunto (sin dudas el más numeroso construido nunca) de las bóvedas cáscara diseñadas por Amancio Williams, uno de los más importantes representantes de la arquitectura de la modernidad en la Argentina. Sin dudas, las sugerentes imágenes –que ya comienzan a perfilarse- provocarán un ambiente muy adecuado para facilitar la inspiración de las expresiones culturales por venir, además de caracterizar fuertemente el lugar. Es así, con estas publicaciones, que esperamos haber contribuido con esta doble celebración, la del bicentenario de la patria y la de la Arquitectura a un mismo tiempo, para imaginar con entusiasmo el país y su arquitectura futura. Consejo Editor


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PALIMPSESTO EL PROYECTO DEL MUSEO ADUANA DE TAYLOR COMO REESCRITURA DE UN SITIO HISTÓRICO Por Fernando Gandolfi, Eduardo Gentile y Ana Ottavianelli (*) (*) Arquitectos. Profesores Ordinarios e Investigadores del HiTePAC (Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad) Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata. Asesores en conservación y restauración en el proyecto del Museo Aduana de Taylor, con la colaboración del Arq. Omar Loyola.

El rescate de uno de los hitos más antiguos de la ciudad de Buenos Aires y de su integración a un ámbito museológico, constituye uno de los proyectos emblemáticos que el Gobierno Nacional decidió impulsar en el marco de la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo y de la Independencia. Los restos del Fuerte de Buenos Aires y de la Aduana Nueva –conocida por el nombre de su proyectista, el arquitecto inglés Edward Taylor- y un sector del Ala Este de la Casa de Gobierno integran uno de los conjuntos patrimoniales en los cuales la historia de la Ciudad y de la propia Nación pueden leerse en su materialidad. Habiendo sido referente urbano de la centralidad de Buenos Aires en el paisaje del Río de la Plata hasta casi finales del siglo XIX, su actual posición relativa expresa las transformaciones sucesivas que el sitio experimentó a lo largo de más de cuatro centurias. En virtud de la gran trascendencia histórica que el enclave implica para la ciudad, este proyecto integra este hito con los trabajos que el mismo equipo desarrolló para el Parque y Centro Cultural del Bicentenario, éste último parcialmente inaugurado y actualmente en ejecución. El conjunto urbano-arquitectónico, una vez concluido, equilibrará el sector Este –producto del desarrollo de Puerto Madero- revirtiendo su actual rol de corredor vial, reposicionando el área con un carácter de nueva centralidad. INTRODUCCION La actual imagen satelital –como antes lo hacían las fotografías aéreaspermite observar uno de los sitios de mayor densidad y significación histórica de la Ciudad de Buenos Aires y del País. Limitada hacia el río, cercano y ausente, por el borde constituido por las avenidas Huergo y Madero –mas la sucesión de antiguos depósitos reciclados de lo que fuera Puerto Madero– y con epicentro en la “Casa Rosada”, el área concentra edificios y lugares que a lo largo del tiempo han representado el poder político, económico, militar y popular de lo que hoy es la República Argentina. Pero además, el sitio fue –y sigue siendo– escenario de la vida pública y cotidiana de miles de ciudadanos. La exhumación en los años ochenta de lo que fuera el patio de maniobras de la Aduana –que media entre el demolido edificio semicircular y las galerías subterráneas de la época virreinal-

constituyó un primer paso en la revalorización histórica y arqueológica del sitio, aunque resultó un proyecto inconcluso. En ese contexto y en el marco de la celebración del Segundo Centenario de la Revolución de Mayo y de la Independencia, el Gobierno Nacional ha impulsado una serie de proyectos destinados a revitalizar el área comprendida entre el antiguo Correo Central y la Casa de Gobierno y desarrolla actualmente las obras de restauración y ampliación del Museo de la Casa Rosada –creado en 1943- y de la Aduana Nueva o de Taylor incorporando nuevas salas de exposición, sectores de administración y de servicios y un área destinada en forma exclusiva para la exhibición del mural “Ejercicio plástico”. La trascendental obra fue realizada en el año 1933 por el mejicano David Alfaro Siqueiros, con la colaboración de los artistas plásticos argentinos Lino Eneas Spilimbergo, Carlos Castagnino

y Antonio Berni y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro y declarada “Bien de interés histórico–artístico nacional” el 11 de noviembre de 2003, mediante el Decreto 1045/2003. EL PROYECTO El proyecto de conservación, restauración, consolidación y nueva intervención de la Aduana Taylor tiene por objeto recuperar material y simbólicamente el sitio y transformarlo en un ámbito museológico contemporáneo destinado, entre otros fines socio culturales, a la exhibición de la singular obra1. La intervención tiene por escenario un sector de la Sede del Gobierno Nacional, donde actualmente funciona el Museo de la “Casa Rosada”, las galerías abovedadas de lo que fuera el “Almacén de la Real Hacienda” y el Patio de Maniobras y restos arqueológicos de la “Aduana Nueva” como fue conocida en principio la luego

créditos Editor responsable: Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe / D1 - Santa Fe presidente: vicepresidente: secretario: tesorero: vocales titulares:

Arq. Mario Daniel ANSELMI Arq. Francisco Daniel GONZALEZ Arq. Graciela Verónica MANTOVANI Arq. Silvia Mónica MEYER Arq. Hernán BUSANICHE ITURRASPE Arq. Sebastián Ignacio GUZZETTI

Consejo Arq. Mario Daniel ANSELMI editor: Arq.Carlos FALCO Arq. Ruben MARTINEZ LEDESMA Arq. Alberto MAIDANA Arq. Luis A. MÜLLER Dra. Arq. María Laura TARCHINI Compilación y coordinación general: Consejo Editor

llamada Aduana Taylor- demolida y enterrados sus restos a partir de 1887, como consecuencia de la construcción de Puerto Madero. Dadas las características del sitio y en virtud de los requerimientos programáticos específicos, la intervención consta de fases claramente diferenciadas, a saber: a. Aquella que comprende la transformación del antiguo patio de maniobras de la Aduana de Taylor (hasta el presente a la intemperie) en un ámbito de exposición principalmente destinado a la instalación del famoso mural, la consolidación de los restos arqueológicos (pilares truncos) de la Aduana, la restauración de las galerías abovedadas y una serie de obras complementarias destinadas a resolver la accesibilidad desde el nivel de vereda pública, la conectividad e interfases del nuevo ámbito museológico con las actuales instalaciones del Museo de la Casa Rosada -al cual se integra- y la

disposición de distintos equipos técnicos. b. Conjuntamente a las obras indicadas, se desarrollan en el sitio trabajos de búsqueda arqueológica orientados a verificar distintas hipótesis respecto a la continuidad de los muros del edificio de la Aduana y a registrar y salvaguardar otros posibles hallazgos de valor histórico cultural. c. La que tiene por objeto ampliar la superficie de apoyo (técnico y administrativo) del ámbito museológico a expensas del terraplenamiento del sector aledaño a los pilares truncos, cuya modulación y dimensiones fueron establecidas como base de la nueva intervención en ese sector. Los trabajos de restauración y conservación tienen por objeto: Consolidar pilares, arcos y bóvedas de mampostería de ladrillos comunes en riesgo estructural, restableciendo su continuidad material alterada por la erosión de sus componentes por acción de la humedad como factor principal y por disgregación en virtud

Redacción: San Martín 1748 – 2º piso – cp (3000) Sta. Fe, Arg. – tel: 0342-4582003 / 09 Contacto editorial: d1directorio@capsf.org.ar / jeronimopoquet@yahoo.com.ar Imagen de tapa: Bóvedas Cascaras de Amancio Williams en la intervención para el Molino Fábrica Cultural Diseño y diagramación: Arq. Jerónimo POQUET


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de su ulterior secado. Revertir su estado de humidificación actual a parámetros compatibles con las condiciones ambientales que debe presentar el edificio, de tal modo de poner fin a los procesos de degradación físico química al que estaban expuestos. Recuperar la superficie de la mampostería –una vez deshumidificada- a partir de su limpieza, liberándola de eflorescencias y suciedad con métodos e intensidad compatibles con la fragilidad de cada componente. Dada la significación histórica y el emergente valor patrimonial de la obra, comprendida –como se dijo- en uno de los sitios con mayor densidad histórica de nuestro País, resulta necesario señalar los principios teóricos que orientan la intervención propuesta. El objetivo central que guía los trabajos es la recuperación material y simbólica del conjunto edilicio a partir de consolidar, conservar y restaurar cada uno de sus componentes originales, en

consonancia con los documentos, recomendaciones y cartas internacionales consagrados a la salvaguarda del patrimonio construido. En este sentido cabe señalar que el proyecto contempla el criterio de mínima intervención, que comprende la adecuación de la obra a condiciones técnicas y funcionales contemporáneas a partir de intervenciones consideradas indispensables pero que afecten en grado mínimo su materialidad y no alteren sus atributos estéticos en tanto producto del decurso histórico. Asimismo, el desarrollo de las obras en etapas tiene por objeto garantizar la continuidad de las excavaciones a fin de incorporar definitivamente al ámbito museológico los componentes arqueológicos que puedan resultar de los trabajos de exhumación. La premisa del proyecto integral de intervención es responder a la necesidad de detener el proceso de deterioro del sitio arqueológico, provocado por la exposición a la

VIDRIOS.CRISTALES “Siempre presente en las grandes obras de nuestra región”

intemperie tras ser desenterrado; revertir las adversas condiciones que afectaron las galerías abovedadas y crear un ámbito museológico contemporáneo brindando condiciones de seguridad, habitabilidad y confort acordes al desarrollo tecnológico actual, conservando las cualidades morfológicas, tipológicas, espaciales, lingüísticas y técnicas propias de la obra, tal como ha llegado a nuestros días. En este sentido, la cubierta vidriada propuesta tiende a conciliar la necesidad de “cubrir y proteger” el sitio arqueológico como tal, con la de conservar la luminosidad propia de un predio a cielo abierto –tal la idea de patio- y con la de crear condiciones adecuadas para la exposición de otras bienes culturales. La nueva sala resultante de la intervención, incorpora en el espacio del Patio de Maniobras una superficie de 1.782 m2 cubiertos (110,00 x 16,20 m. aproximadamente). Un suave pliegue de la cubierta vidriada permite resolver el acceso público a través de un hall ubicado en el

extremo lindante con la avenida Hipólito Irigoyen, estableciendo una particular continuidad con la ciudad. Las escaleras de emergencia más allá de su función específica, ofrecen otra alternativa de conexión de los distintos niveles. Las galerías abovedadas subterráneas, en cuya cabecera sur se encuentran los restos del antiguo “Castillo de San Miguel”, están conformadas por la sucesión de 18 bóvedas de ladrillo -de una altura de 4,80 m- que cubren una superficie de poco mas de 1.000 m2. En este sector se desarrollarán exposiciones permanentes y otras actividades paralelas, como las articuladas por recorridos con apoyo audiovisual. La singular espacialidad de este ámbito deriva de la expresión del ladrillo y de la geometría de arcos y bóvedas, por lo que las instalaciones termomecánicas, eléctricas y de incendio se resuelven bajo piso –componente no original- a fin de generar el mínimo impacto visual dentro del recinto.

La vinculación espacial entre este sector y los restos de la Aduana de Taylor se realiza a través de la liberación de una serie de arcos anteriormente cegados con muros de mampostería. Por su parte, la conexión con la Casa de Gobierno se produce en ambos extremos; al norte con el acceso de Paseo Colón 5 y al sur con el actual Museo de la Casa Rosada. En este sector, que cuenta con áreas administrativas, Dirección, Asociación de amigos, Relaciones públicas, Prensa y Difusión y Curaduría e Investigación, se realizan asimismo trabajos de conservación y restauro. El proyecto integral del Nuevo Museo de la Casa de Gobierno asocia las preexistencias a los espacios generados en función tanto del uso cultural específico como de los complementarios, técnicos y administrativos. Mas allá de la integración de las preexistencias, se prioriza la continuidad de visuales desde y hacia la Casa de Gobierno y la


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optimización de las condiciones de accesibilidad y seguridad en el área. Estas condiciones adquieren especial significación dado que el Museo recibe en la actualidad un promedio de 300 personas por día, entre visitantes individuales, grupos de turistas y de estudiantes, estimándose que este número se incrementará sensiblemente a partir de las obras previstas y de la incorporación del mural “Ejercicio Plástico”. En el Patio de Maniobras, según se dijo, se alojará esta obra de Siqueiros, junto a exposiciones temporarias, mientras que se desarrollarán otras actividades en el marco institucional del Museo y de la propia Casa de Gobierno. Asimismo se exhibirán piezas de la colección del Museo, de otras instituciones y, en forma temporaria, de colecciones privadas. La flexibilidad que requieren las muestras en su conjunto se resolvió mediante un sistema de paneles móviles y vitrinas que permiten una exposición simultánea. Una serie de programas complementarios se desarrollan en forma paralela al espacio de exposición temporaria constituyendo el principal soporte técnico del Museo, a saber: seguridad y sala de servers, sector de atención a grupos, guarda y tratamiento de las colecciones, área científico-técnica y museografía, sector de servicios y sala de máquinas, entre otros. Dentro del nuevo espacio se resuelven instalaciones técnicas, tales como las canalizaciones de desagües pluviales, conductos eléctricos, tomas de aire, ventilaciones, etc., emergentes de la refuncionalización integral de la obra. Por su parte, la mencionada cubierta translúcida estará conformada por vidrios de baja emisividad asociados a otros dispositivos de control térmico. Esta solución responde a los requerimientos necesarios teniendo en cuenta los siguientes criterios 1. Ambientales: generar condiciones adecuadas de confort tales como temperatura, humedad, nivel de iluminación, nivel de ruidos, etc., compatibles con exigencias propias del ámbito museístico. 2. Estructurales: lograr un ambiente diáfano a partir de una resolución que garantice óptima estabilidad y moderado impacto visual. La estructura se resolvió mediante una secuencia de vigas dispuestas en sentido transversal al antiguo Patio de Maniobras. Las vigas están moduladas cada 1,10 m, optimizando los cortes de los cristales y aprovechando su posición y dimensión para actuar también de parasol para la orientación norte-sur, mientras que para la orientación este-oeste otro sistema de control de la luz natural establece una adecuada protección. 3. Estéticos: contribuir a la

necesaria “neutralidad cromática” a partir de la utilización de cristales reflectivos que presentan tonalidades que van del gris a verdes muy claros. A fin de lograr una imagen sintética de la cubierta, las instalaciones eléctricas y de protección contra incendios se dispusieron dentro de las vigas. La iluminación de este espacio se genera desde la cubierta mediante LEDs, complementados con una serie de rieles ocultos que contemplan la posibilidad de generar iluminación focalizada. En el área exterior se incorporará una cinta de agua perimetral, mientras que hacia el área de Plaza Colón, se dispuso un podio para la bandera y las explanadas perimetrales Este – Oeste. El puente móvil sobre el techo vidriado resuelve el cruce desde Casa de Gobierno hacia el podio que se encuentra en el hemiciclo de la Plaza Colón, donde se podrá desarrollar cualquier actividad que el marco institucional requiera. Este dispositivo también resuelve – a manera de puente-grúa- la limpieza de la nueva superficie vidriada. EPILOGO A lo largo del extendido ciclo histórico por el que atravesó el sitio, puede advertirse su desplazamiento físico y simbólico desde su origen como borde fluvial portuario, pasando por la consolidación de un riverfront monumental durante casi todo el siglo XX, hasta llegar a la situación actual en que el antiguo Puerto Madero se consolida como nuevo enclave urbano. Frente a esta condición, que no atiende a transformar el carácter de mero corredor vial que domina el área, la actual propuesta de Parque del Bicentenario, con el Centro Cultural del Bicentenario y el Museo de la Aduana de Taylor coligados en un sitio libre de servidumbres de paso y nuevo sentido cívico, se constituye como una nueva centralidad capaz de expresar la historia plural de nuestra Nación.

1- Siqueiros llegó a la Argentina en 1933 y desarrolló dos conferencias en la Asociación Amigos del Arte, en Buenos Aires, donde fuera invitado por Victoria Ocampo. Dado lo revulsivo que sus puntos de vista resultaron a los sectores conservadores, la tercera conferencia prevista fue suspendida pero finalmente se desarrolló en la Galería “Signo”, dando lugar a duras polémicas. Curiosamente, mas tarde acepta el encargo de Natalio Botana, propietario del diario Crítica –por entonces el de mas venta en el país- para pintar un mural en el sótano de su quinta “Los Granado”, proyectada años antes por Jorge Kalnay. Tras atravesar distintas vicisitudes –que incluyeron la demolición de la quinta a fin de “liberarlo” de su contexto material- la obra fue seccionada con el fin de traficarla fuera del país. La oportuna intervención del Gobierno Nacional permitió recuperar la obra para emplazarla definitivamente en el nuevo ámbito museológico.

Dibujo de las superposiciones espaciales desde el Fuerte San Miguel a la situación actual. Huellas, marcas, heridas y cicatrices se superponen conformando un complejo palimpsesto que se sobrescribe constantemente.

Museo Aduana de Taylor Buenos Aires, 2009 Autores: B4FS: Bares Bares Bares Becker Ferrari Schnack Superficie: 6.900 m2 Programa: Restauración, puesta en valor y refuncionalización de los restos de la Aduana de Taylor y Fuerte de Buenos Aires. Museo, salas de exposiciones temporarias, salas de exposiciones permanentes, áreas administrativas y gastronómicas. Colaboradores Manager general: Ing. Pedro Miguel Martin / Project manager: Arq. Federico García Zúñiga / Cad manager: Arq. Gustavo Bennun / Coordinación: Arq. Uriel Jáuregui, Arq. Carlos A. Ucar / Proyectistas: Arq. Nicolás Pinto da Mota / Arquitectura: Arq. Fernando Belazaras, Matías Cosenza, Juan Ignacio Derrasaga, Estanislao Gutiérrez Arranz, Eduardo Vázquez Batti Consultores Estructuras: Jaime Lande & Asoc. / Instalaciones termomecánicas: Ing. Julio A. Blasco Diez / Preservación del patrimonio: Arq. Fernando Gandolfi, Arq. Eduardo Gentile, Arq. Ana Ottavianelli


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EL MOLINO FÁBRICA CULTURAL “El Molino Franchino permanece en pie como una metáfora que espera hacerse hábitat, recobrar la dimensión, ser habitada para decir su texto, su canción creativa e insinuante. La palabra dice “molino”, de moler, pulverizar en partes, hacer liviano lo pesado, destrozar el todo y alcanzar la sutileza. Sacar y no poner, como en el arte y el sentido. Cambiar la sustancia para transformarla en otra cosa, harina de lenguaje, forma de nombrarnos, volvernos a inventar. “Molino” es, al fin, un “molino harinero”, un homenaje visible al trabajo y a la acción humana, a la secuencia para recrear la materia, para alcanzar el pan, la complejidad de lo simple. Entonces, giro del color al blanco, del todo a la parte, del hierro al cuerpo, de la materia al sentido, del esfuerzo a lo colectivo. Obra de lenguajes múltiples donde la construcción es poesía, la soldadura puede ser silencio, una línea dibujada en el agua, una cadena convertida en canción. Nace una fábrica cultural, un lugar donde se imaginan, diseñan y producen bienes culturales de todo tipo: juguetes, muebles, libros, obras de arte, fotografías, películas y espectáculos.”

RECUPERACION EDILICIA DEL COMPLEJO MOLINO FRANCHINO Y SU INCORPORACIÓN A UN SISTEMA DE PARQUES Y ESPACIOS PÚBLICOS DE LA CIUDAD DE SANTA FE.

El viejo Molino Franchino se ubica en la manzana comprendida por Bv. Gálvez y las calles Castellanos, República de Siria, y Pedro Víttori. Este emplazamiento constituye una pieza diferencial que protagoniza el paisaje urbano del área pericentral de Santa Fe. El criterio de preservación y recuperación se aplica en este caso, no sólo por el significado histórico de los edificios, sino también por su alto valor constructivo y espacial. En esos espacios se plantea el desarrollo de actividades didácticas y expositivas vinculadas al diseño industrial y al diseño aplicado en general. Un multiespacio destinado a escuela de artes y oficios, y a la exhibición tanto del producto terminado como de sus procesos de fabricación y diseño. Con ese objetivo se organizaron las siguientes operaciones arquitectónicas:

recuperar los espacios interiores de la nave principal; captar la fascinación y el misterio que producen dichos interiores y asimilarlos para potenciar su encanto espacial y su expresividad constructiva; reinventar el uso de esos espacios para promover las prácticas artísticas contemporáneas; y dotarlo de las infraestructuras necesarias que permitan desarrollar dichas prácticas de manera eficiente. La obra está prevista en dos etapas superpuestas en un tiempo estimado total de veinticuatro meses. La primera etapa comenzó el 23 de diciembre de 2008 y cuenta con un tiempo de obra de doce meses y una inversión de aproximadamente $10.350.000. Involucra el sector comprendido entre la nave principal y la calle República de Siria. En esta etapa se desarrolla la adecuación de un edificio existente para el funcionamiento de talleres, aulas y dirección de la escuela.

Entre los cuerpos edilicios principales se propone la construcción de una calle interior de 25 metros de ancho, que atraviesa la manzana con dirección norte-sur, apta para la práctica de actividades masivas que asume un rol protagónico por su condición de gran espacio público. Esta calle interior se funde con los pisos exteriores y veredas propiciando la continuidad de la experiencia peatonal alrededor y en el interior del complejo. Para cubrir dicho espacio y generar un ambiente agradable y protegido se adaptó el proyecto de “bóvedas cáscara”, desarrollado en la década del '40 por el arquitecto Amancio Williams, poniendo en valor un objeto arquitectónico emblemático que significó uno de los puntos más altos de la cultura arquitectónica argentina. La consigna fue imaginar, cobijados bajo su sombra, todo tipo de actividades públicas, tanto experiencias masivas como de pequeños grupos o individuales.

Las tolvas a nivel de suelo de forma circular, expuestas gracias al desarme de los silos metálicos, se aprovechan para producir un sistema de canteros rellenados con distintos materiales (arena, césped, agua) y generar sobre la esquina noreste del predio una pequeña plaza. La segunda etapa de la obra, cuyo inicio está previsto para mediados de 2009, involucra el desarrollo total de la nave principal y su expansión a modo de explanada que se extiende hacia el oeste (hasta la calle Pedro Vittori) y se adecúa para resolver la parada de un tren urbano de baja velocidad. Se disponen sobre ese piso dos bóvedas cáscaras que irán jalonando el trayecto del tren hacia el Parque Federal y otros puntos significativos de su recorrido.


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Equipo de Proyecto: Arq. Francisco Quijano, Arq. Luis Lleonart Asesores: Arq. Mario Corea, Arq. Silvana Codina Equipo de Trabajo: Arq. Milena Alessio / Arq. Juan Carlos Blando / Arq. Franco Campodónico / Arq.Nadia Ferretti / Arq. Jorge GiuntaArq. Eleonora Piriz / Arq. Fabio Scarano / Julia Garay / Arq. Raúl Utges / Ing. Electr. Alejandro Ferrarini / Ing. Civil Daniel Gutiérrez Relevamiento: Sebastián Inglese / Gustavo Picotto Superficie total del predio: 9105m2 Calle cubierta por bóvedas cáscara: 1203m2 Espacio público: 1875m2 Superficie en planta edificio talleres y servicios Planta baja: Objeto de servicios (gusano): 200m2 Hall: 85m2 Patio: 300m2 Núcleo húmedo: 53m2 Taller: 330m2 Galería cubierta: 70m2 Entrepiso: Office y depósito: 10m2 Núcleo húmedo: 53m2 Administración : 123m2 Primer piso: Hall: 85m2 Núcleo húmedo: 53m2 Taller: 330m2 Segundo piso: Hall: 15m2 Núcleo húmedo: 53m2 Taller: 330m2 Entrepiso: 53m2 Total: 760m2

Usos y destinos: 1- Programa de investigación, construcción y realización de diseños múltiples: Una oferta cultural que se arma desde el soporte: madera, vidrio, metal, tela, papel y nuevos materiales. Antiguas y nuevas tecnologías para la realización objetual: indumentarias, muebles, juguetes, vitraux, cosas de metal,

papel, cosas cotidianas. a) Aprendizajes varios sobre las representación proyectual, una aproximación a la arquitectura, el urbanismo, y la preservación y recuperación de patrimonio. b) El arte, la técnica y las tecnologías al servicio de los procesos creativos del diseño. c) Homenaje al mundo del trabajo. Formación de cooperativas de diseño.

d) Experimentación y nuevas tendencias sobre la producción objetual. e) Dos modalidades de participación: Sábados, domingos y feriados el público en general construye, juega, crea, e inventa en todos los espacios del diseño; durante la semana, grupos de jóvenes y adultos producen diseño en la fábrica cultural organizados por soporte.

2 – Una administración mezclada con libros, juegos y objetos. 3 – Una biblioteca, mediateca, con todos los lenguajes y soportes para usar, circular, ajar y admirar. 4 – Una zona de industrias culturales, exhibición y quiosco (libro, cd, dvd, diseño), banco de datos y salas de reunión. 5 – Un centro de experimentación en los lenguajes audiovisuales con salas de escucha, grabación,

diseños diversos por el ordenador, música popular latinoamericana, proyectual de bandas sonoras, cine de animación, documentalismo, fotografía, arte digital, hipertexto, salas de exposición, salas de expectación, teatro, música, muñecos, etc. 6 – Terraza de las artes urbanas, espacios para la experimentación corporal. Superficie cubierta: 1935m2


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EL TERRITORIO, EN MEDIO... SOBRE LA INTERVENCIÓN PARA EL MOLINO FABRICA CULTURAL EN BASE A LAS BÓVEDAS CASCARAS DE AMANCIO WILLIAMS* Por el arq. Claudio VEKSTEIN**

También los sueños forman parte de la historia; los postergados de una cultura, una sociedad, una comunidad, sus grupos o la visión vasta y generosa de un individuo, que permanecen latentes aunque no estén disponibles… para pegar su salto cuando las circunstancias los convocan. Cuando conocí a Amancio Williams en el Taller del sótano de su casa del Barrio de Belgrano, retuve aquella impresión: en su trabajo furtivo y arcano, casi clandestino, esperaría paciente la ocasión. Esa ocasión no se dio nuevamente en el término de su vida, pero los sueños permanecieron intactos y nuestra tarea era simplemente implementarlos, trabajar para encarnarlos en el momento y lugar oportuno. Y fue así como tantas otras veces que Claudio Williams, director del Archivo Williams -quien ha facilitado y guiado esta genuina iniciativa, autorizando generosamente el uso

propicio de las estructuras-, solicita mi colaboración para encausar y asegurar la legitimidad del diseño de Williams en la implementación de sus sueños pampeanos. Corresponde aquí afirmar la importancia que tiene en esto el franco vínculo establecido por la familia Williams con el equipo del Gobierno de Santa Fe, que se dispone a respetar, poner en valor y fundamentalmente, dar dimensión real a las ideas y proyectos de Williams en el contexto de sus intervenciones públicas en la Ciudad. La Bóveda Cáscara que en este proyecto empleamos fue uno de los varios estudios iniciados por Amancio en 1939 para estructuras de techos altos: una finísima cáscara de hormigón armado de 5 cm. o 9cm. de espesor que, en virtud de su particular forma, es capaz de soportar grandes cargas y de mantenerse en equilibrio por sí misma apoyada en su propia columna central, ofreciendo muy poca resistencia al viento, y

generando un efecto de “paraguas” invertido lo que le da su nombre popular. Pero a Williams le interesaba no solo el carácter individual de esta pieza aislada sino también su replicación numérica, la capacidad expansiva territorial de la misma, y muy temprano comienza a aplicar las bóvedas en grupos, o conjuntos de superficies fundidas, onduladas y continuas, “donde pueden ser suprimidas parte o partes de alguna o de varias de ellas, formándose así aberturas triangulares o rombos de lados curvos.” (Williams, A.) Así desarrolla los Tres Hospitales (1948-1953) proyectados para las localidades de Curuzú-Cuatiá, Esquina y Mburucuyá en la Provincia de Corrientes, zona de población rural entre los amplios ríos Paraná y Uruguay caracterizada por sus esteros y lagunas, de clima subtropical, fuertes lluvias y malas circulaciones terrestres, donde “un techo convencional en un clima de esas características hubiera

implicado grandes espesores y diversidad de materiales, solución de escasa efectividad. Por esa razón se utilizó un sistema de dos techos: uno alto de espesor mínimo y otro bajo de poco espesor ya que no recibe prácticamente ni lluvia ni sol. Ese techo bajo puede tener iluminación y ventilación cenital. El techo alto, formado por bóvedas cáscara crea una zona sombreada y fresca. Entre ambos techos se logra una perfecta ventilación. Bajo el techo alto no sólo se albergan todos los servicios del hospital sino también los lugares de esparcimiento entre jardines y flores, los lugares de juegos para niños y de conferencias al aire libre entre fuentes de agua.” (Williams, A.) En 1963 retoma estos estudios pero nuevamente de manera individuada con el Monumento originalmente proyectado en memoria de su padre, el compositor de música Alberto Williams a los cien años de su nacimiento y diez de su muerte, que despliega luego y construye como

Pabellón de Exposiciones para Bunge y Born en la Feria del Centenario de la Sociedad Rural Argentina en Palermo en 1966, sumando a su habitual paratáctica dual proyectual un gesto cuasi figurativo, los dos semicilindros recuerdo fragmentario de silos y graneros de la compañía poblando el territorio. Tras solo dos meses de exposición (obteniendo apenas un Tercer Premio por parte del jurado) y pese a los esfuerzos de Williams para evitarlo, el Pabellón fue demolido para convertirse aunque ausente en pieza clave de la arquitectura y la cultura de vanguardia de una argentina que se ensayaba moderna. Una trayectoria de desarrollo proyectual queda así impulsada entre la unidad estructural original (como reflejo del individuo), el conjunto múltiple (el grupo) y la potencial superficie (la comunidad), virtualmente ideal en sus delicados saltos de particularidad. Tensión que demuestra el paso del Monumento y


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* Amancio Williams (1913-1989), Arquitecto y urbanista argentino de trascendencia internacional, fue autor de numerosas investigaciones e impecables realizaciones que abarcan, en propuestas siempre originales, una amplia escala de diseño, desde objetos hasta ciudades, habiendo sido expuestos y publicados internacionalmente. Ha sido distinguido como Académico de la Academia Nacional de Bellas Artes y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires. ** Claudio Vekstein (1965, Buenos Aires), último discípulo del maestro Amancio Williams, realizó el Asesoramiento proyectual como Curador por el Archivo Williams del conjunto de bóvedas cascaras incluidas en esta obra. Vekstein es Arquitecto especializado en la arquitectura de la obra pública e infraestructura urbana (Buenos Aires/Arizona), y Profesor permanente del Master de la School of Architecture and Landscape Architecture, Arizona State University (EEUU).

el Pabellón al proyecto para el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Pilar (1967-1968) que aunque se dispone como una serie diagonal de bóvedas discontinuas, compone “una gran superficie cubierta por bóvedas cáscara destinadas a albergar a las muchedumbres que concurren a las peregrinaciones. El santuario propiamente dicho, rodeado por un fondo curvo metálico y cubierto por un techo suspendido, configura una pequeña capilla en donde está el altar, y una gran cruz metálica domina el conjunto proyectada sobre una loma que se destaca en el horizonte.” (Williams, A.) A diez años de la muerte de Amancio (1999) llevamos finalmente adelante la primera reconstrucción, y el homenaje resulto doblemente significativo: sumado a las visiones del propio Williams en sus dos proyectos para el Monumento y Pabellón, la Municipalidad de Vicente López en la Provincia de Buenos Aires encargó esta obra en su Homenaje con motivo del Fin del Milenio para el Paseo de la Costa frente al Río de la Plata, que fuera el paisaje de reflexión e inspiración permanente para Williams. Y así como en la línea que del estanque de

agua y su reflejo el cielo realizan la unión ideal de las dos bóvedas que se mantienen tensas apenas distantes, en la otra definen la línea inquieta de sus pasiones inmóviles: Alberto y Amancio Williams, la pampa y el río, pampa húmeda y pampa líquida... Esta exaltación de lo infinito pampeano es retomado por Amancio desde Alberto, quien ya estudio arduamente las formas, melodías y ritmos del lenguaje musical folclórico argentino, en sus retratos compositivos más particulares como El Rancho Abandonado o mis favoritas, Cinco Milongas: Luciérnagas en la Redecilla de mi China, donde emprende con puntillismo de superficie expresivo temas que abordan literariamente otros autores como José Hernández, Eduardo Gutiérrez y Leopoldo Lugones, como el despojo de la vida del hombre de campo, entre otros. Sabemos que los Williams han estado íntimamente ligados a esto, prueba de ello es el vínculo que establece con la empresa Bunge y Born para la construcción del mencionado Pabellón para la Exposición Rural Argentina del '66, a través de su amigo Ignacio Pirovano, mecenas, coleccionista y primer

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Director del Museo de Arte Decorativo. Recordemos que Bunge & Born es una empresa fundada a fin del siglo XIX con el fin de dedicarse a la exportación de cereales, cuando la Argentina se encontraba en pleno proceso de estructurar una economía agro-exportadora basada en la producción de carne y cereales, para dedicarse luego a industrializar el que por entonces era su principal producto de exportación, el trigo, instalando los primeros molinos harineros en el entonces Puerto Madero de la Ciudad de Buenos Aires, llegando a controlar el mercado alimenticio argentino, y extendiendo su influencia en el mercado internacional de cereales. Es entonces evidente el nexo al menos histórico entre aquellos “Molinos Rio de la Plata” de Bunge y Born y los “Molinos Franchino” que nos ocupan. El edificio ubicado sobre Boulevard Gálvez nace también como consecuencia de la importante actividad agrícola de la región, primero en 1893 en la localidad de San Carlos Centro como “Molino Santa Teresa”, luego traslada su sede industrial a su actual emplazamiento en la ciudad capital, convirtiéndose en “Molino Ciudad de

Santa Fe”, hasta convertirse en “Molinos Franchino” en 1985. El conjunto original contaba con tres cuerpos principales de edificio y una chimenea cilíndrica de ladrillos, que fueran arrasados por un ciclón en 1920; se construye el nuevo edificio, silos de ladrillo común y tres cuerpos adosados, luego se anexa un desvío ferroviario para facilitar el transporte de granos del norte del país, extendiéndolo posteriormente a la zona portuaria, se anexa la planta elaboradora de maíz y en 1973 los silos para embolse de harina, para finalmente el molino forrajero y las cocheras. El Molino Harinero Franchino se consolida definitivamente en la manzana comprendida hoy entre las calles Boulevard Gálvez, Pedro Vittori, Cándido Pujato y República de Siria, hasta que cierra sus puertas en 1995, cuando se remata y el edificio es abandonado. Llegamos así al proyecto de recuperación actual, donde la calle interior del conjunto se abre como un paseo público de cause amplio entre las dos bandas programadas de edificios, articulando las infinitas vinculaciones internas de actividades culturales horizontales y cruzadas con las urbanas pasantes de más

largo alcance, aglomerando así la pieza inicial de una cadena lineal de espacios públicos dentro de la ciudad siguiendo el curso de las vías del tren, partiendo del Molino, extendiéndose hacia el Parque Federal con la Redonda, el Jardín Botánico y al norte de la ciudad. Es precisamente por allí donde se filtra entretejido en medio del urbano –aún nativo de filiación rural, el continuo territorial masivo y pampeano de Williams, celebración mutua de arquitectura y natura, trayendo en su aun discontinua aunque integrada proliferación procesional de individuos (ahora en número, los mismos multiplicados del homenaje primario a él y su padre), los sueños renovados aunque aun no plenamente amalgamados de una comunidad, expresión a la vez diferenciada e igualitaria de sus varios grupos culturales y sociales, proyecto inconcluso de un país inclusivo, superador y distinto, reconciliado hacia adentro como con el devenir de lo nuevo siempre por venir.


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