SUPLEMENTO MENSUAL
producción de revista
- publicación del colegio de arquitectos d1
JUEVES 25 DE
ESPERANZA
CIUDAD HISTÓRICA DE LA COLONIZACIÓN P
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NOVIEMBRE DE 2010 - AÑO 4
Nº48
Este Directorio ha realizado desde el comienzo de su gestión diversas actividades relacionadas particularmente a la ciudad de Esperanza y su área de influencia. Entre otras deben ser destacadas las entrevistas mantenidas con la Sra. Intendente de la ciudad, autoridades municipales y colegas del medio, que sirvieron para intercambiar opiniones sobre la problemática local y el quehacer profesional en general. El 12do. Taller de trabajo en la provincia de Santa Fe "formación y consolidación de equipos técnicos en hábitat social" organizado recientemente por el Capsf D1, la Municipalidad, el Concejo Municipal y el Proyecto Habitando, la resolución Nº 214/10 del CASPF – D1 que crea la Junta Promotora con sede en esa ciudad, como así también estas últimas publicaciones del Distrito, tratan particularmente a la ciudad como tema y tienen por objeto propender y promover la participación de la matricula en un marco de interacción con la comunidad toda y constituyen a nuestro juicio herramientas y espacios para el debate que posibilitan la elaboración de propuestas en un marco de pluralidad y participación. A la entrega iniciada en el suplemento anterior por los arquitectos Miguel S. Rodriguez y Carlos M. Reinate sumamos en esta oportunidad y a modo de aporte para el análisis y el intercambio de ideas un trabajo realizado hace algunos años ya por un reconocido profesional de la ciudad como es el arquitecto Oreste Blangini. A los arquitectos, como así también a quienes generosamente han colaborado con estas publicaciones y especialmente a la ciudad de Esperanza vaya nuestro reconocimiento y gratitud. Consejo Editor
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EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LA CIUDAD DE ESPERANZA. URBANISMO, ESTADO Y SOCIEDAD CIVIL / PARTE 2 por el arq. Miguel Sergio RODRÍGUEZ*
Del modelo agroexportador a la sustitución de importaciones. ¿Qué es el progreso? "…desenvolver el espíritu de asociación, con las reunión diaria de los caballeros más respetables, tanto nacionales como extranjeros...conciliando en lo posible las opiniones políticas por medio de la discusión deliberada, y mancomunar los esfuerzos de todos hacia el progreso moral y material del país". "…poner en contacto las ideas y los hombres, hacer desaparecer al egoísmo y acordar la más decidida protección al trabajo". Acta de fundación del Club del Progreso, 18521 Muchos historiadores ubican el comienzo del s. XIX recién con el inicio de la Primera Guerra Mundial de 1914. La idea se sustenta en un enfoque básicamente socio-político que trata de explicar el fin de los Estados monárquicos-absolutistas y la definitiva aceptación modelo republicano para la organización de la mayoría de los Estados europeos. Podría decirse que se intenta comprender esta guerra como una “gran batalla final en defensa del mundo libre” y del ideario de la declaración de los derechos universales del hombre, aunque lo realmente acontecido indica que solo fue una expresión más de la irracionalidad humana. Otra mirada, con un enfoque más científico-económico, puede explicar lo mismo a partir de la forma como los avances tecnológicos impactaron en los sistemas productivos (industrialización) y consecuentemente, en las estructuras sociales de aquellos países que se vieron luego involucrados en la mencionada conflagración de escala mundial. Basta advertir que Engels en 1847 ya había escrito los Principios del Comunismo y redactado en 1848, junto a Marx, el Manifiesto Comunista; y que junto con el final de la guerra se produce la caída de la monarquía Rusa y abre el camino
para la creación del primer estado socialista. Efectivamente, se trata de dos miradas sobre un mismo proceso que no puede ser entendido exclusivamente desde uno solo de estos dos puntos de vista y que requiere además el aporte de otros. La República Argentina, una nación que apenas había recorrido cien años de vida como tal, recibió los efectos de estos procesos varias décadas después y de una forma muy particular: la que se tratará de repasar en las siguientes líneas, refiriendo específicamente al proceso de formación de la ciudad de Esperanza, con la intención de avanzar en el sentido de una mejor comprensión de su actual configuración. El desarrollo del capitalismo mundial necesitaba de una semejante reorganización de la sociedad de manera que le fuera posible aprovechar al máximo los resultados que los avances tecnológicos prometían en términos de incremento de la productividad y las ganancias. La industrialización de Europa, en la segunda mitad del s. XIX, generó una nueva clase social: el proletariado urbano (Engels 1847) y con ella una serie de procesos revolucionarios y contrarevolucionarios que, haciendo escala en la primera, derivo en la segunda guerra mundial. Es durante ese período cuando varios países de América, a los que se les había reservado el rol de productores de materias primas, se constituyen en la oportunidad de escapar de aquellos momentos de violencia social que caracterizaron aquel período de la historia europea. La promesa era ciertamente tentadora: iniciar una nueva vida en un nuevo contexto donde aún todo estaba por hacerse; y aunque el riesgo era alto, pues no se sabía cual sería el costo del éxito, el sufrimiento y las necesidades que imponía la convulsionada Europa los llevaron a aceptar el desafío. Con toda esta experiencia a cuestas llegaron estos inmigrantes a esta tierra. Habían aprendido de los procesos revolucionario en qué consistían sus derechos como hombres libres, conocía las lógicas y las reglas de juego del capitalismo
como sistema económico para la generación de riquezas y del sistema republicano y democrático como forma de organización para un país y sus instituciones. Todo esto confluía en un objetivo y casi se podía resumir una sola idea: el progreso. La meta era progresar y el camino era el trabajo para la creación de aquellas riquezas que permitirían elevar su calidad de vida pero fundamentalmente acceder a la condición de ciudadano propietario de la tierra. Así el término “adelanto” utilizado para describir la evolución de las colonias y localidades que se fundaron en nuestra región se volvió un indicador del tan ansiado progreso utilizado por muchos cronistas de la época. Los adelantos tecnológicos alcanzados eran lo que definían el progreso de una colonia. En cincuenta años (solo un cuarto de la historia de la República Argentina) la colonia Esperanza había logrado un progreso excepcional. El aumento del volumen de la producción agrícola de la Argentina entre las últimas décadas del s. XIX y las primeras s. XX no es solo el fruto de la disponibilidad de un suelo particularmente fértil en grandes extensiones, ni de una capacidad de trabajo sobrenatural de los colonos extranjeros. Si se analiza la enorme cantidad de hectáreas sembradas (algunos autores hablan de 6 a 7 millones) se pueden imaginar las dificultades que implicaría realizar la cosecha mediante los métodos tradicionales y conocidos para aquel entonces. Fueron los adelantos en materia tecnológica lo que permitieron alcanzar tales volúmenes de producción. Si bien Sartelli (1997) plantea dudas consistentes sobre la veracidad de la información, según los datos acumulados de los censos de las primeras décadas del s. XX, las cosechadoras ingresadas al país sumaban 3.377. En igual sentido, el mismo autor señala que los camiones desplazaron a los carros para el transporte de las cosechas, pasando de 17 en la provincia de Buenos Aires en 1914 a 25.800 en 1929. No menos importante es el impacto que produce la aparición del tractor que según la misma fuente entre 1921 y 1941 alcanzó un cifra
créditos Editor responsable: Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe / D1 - Santa Fe presidente: vicepresidente: secretario: tesorero: vocales titulares:
Arq. Mario Daniel ANSELMI Arq. Francisco Daniel GONZALEZ Arq. Graciela Verónica MANTOVANI Arq. Silvia Mónica MEYER Arq. Hernán BUSANICHE ITURRASPE Arq. Sebastián Ignacio GUZZETTI
12- Molino Angelita 1892 . Museo de la Colonización de Esperanza Fotografía de E. Schlie. Recopilación H. Zingerling Centro de Estudios e Investigaciones Históricos de Las Colonias. www.esperanza.gov.ar/ctr oestudios/indicebis.htm
13- Puente Mihura - Fuente: www.zingerling.com.ar
14- Plano tranvía a caballos 1885-6 - Museo de la Colonización de Esperanza Apuntes gráficos del P. Grenón . Recopilación H. Zingerling Centro de Estudios e Investigaciones Históricos de Las Colonias. www.esperanza.gov.ar/ctroestudio s/indicebis.htm 1 Fueron socios de este club 16 presidentes constitucionales
Consejo Arq. Mario Daniel ANSELMI editor: Arq.Carlos FALCO Arq. Ruben MARTINEZ LEDESMA Arq. Alberto MAIDANA Arq. Luis A. MÜLLER Dra. Arq. María Laura TARCHINI
Redacción: San Martín 1748 – 2º piso – cp (3000) Sta. Fe, Arg. – tel: 0342-4582003 / 09 Contacto editorial: d1directorio@capsf.org.ar / jeronimopoquet@yahoo.com.ar
Compilación y coordinación general: Arq.Carlos FALCO
Diseño y diagramación: Arq. Jerónimo POQUET
Imagen de tapa: Arco de la Colonizacion - ingreso a la ciudad de Esperanza
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aproximad a las 29.000 unidades. En clave capitalista, el progreso sería consecuencia en aplicar la máxima racionalidad posible para la obtención el máximo beneficio económico. Siguiendo esta lógica, los conocimientos científicos de la época permitían transferir a la producción - tecnología mediante una serie de herramientas capaces de aumentar su volumen, mejorar la calidad de los productos y demás reducir los precios. El paso siguiente era transformar el excedente producido resguardándolo e incorporándole valor agregado. H abía que transformar esa enorme cantidad de trigo en harina, avanzar del nivel primario de producción al secundario: industrializar. En un minucioso trabajo realizado por Zingerling (2000) sobre la industria molinera en Esperanza; éste cita a Cervera (1956) quien señala: "El permiso que en 14 de abril de 1859 dio el Gobierno a Martín Gaspoz, para establecer un molino harinero a agua sobre el arroyo Cululú y dos molinos más, uno movido a mula y el otro a viento por maquinaria traída de Europa por el señor Sieber, existentes en 1861, fueron los comienzos de la industria harinera de la localidad que llegó a tener 10 molinos a vapor construidos a todo costo...” Es fácil de imaginar el impacto que estas instalaciones producían en el territorio, no solo por su propia presencia sino porque además promovieron la realización de importantes obras públicas. En 1864 se aprueba el proyecto para la construcción de un camino a Santa Fe, en 1868 se construiría el puente Mihura. Hacia 1885 llega el adelanto más importante y que a nivel mundial generó profundas transformaciones de índole territorial: el Ferrocarril y un año más tarde se funda la Sociedad Anónima Tranway Esperanza (un tranvía de propulsión a sangre). Esperanza aspiraba a lucir como una ciudad moderna y su poder económico se lo permitía. Una riqueza que comenzaba en manos privadas como fruto de los esfuerzos individuales pero que también se veía reflejada en la calidad de sus infraestructuras y espacios públicos. El planteo inicial que aspiraba a organizar el pueblo en forma lineal, siguiendo el sentido norte-sur propuesto la calle ancha, entró en contradicción con la tensión centrípeta que propuso desde el
inicio la dinámica propia del mercado de la tierra. “Delineado el „pueblo?, el 23 de junio de 1856 se creó por decreto una comisión presidida por Ricardo Foster „para que con presencia del plano del pueblo de la colonia proceda a la venta del área de terreno intermedio que divide a las posesiones de la sección alemana de la francesa en proporciones señaladas?. Esta comisión intervino en las ventas de solares ubicados en las manzanas del pueblo trazado.” “Cada manzana fue dividida en cuatro solares iguales de 46 varas de frente por igual medida de fondo, tal como figura en el croquis de Gabarret.”2 2 Gori, Gastón. “Esperanza, madre de colonias”. Esperanza 2001. pág. Nº33 Entre el croquis de Gabarret de 1856 y el plano de Esperanza de 1902 (casi medio siglo después) se puede verificar el cambio de dirección del proceso de extensión de la ciudad, abandonando la propuesta lineal que uniría el río con el resto de la colonia por una fuerte tendencia a la concentración de la población en torno a la plaza como lugar central. La proximidad al centro equivale no solo a la cercanía a más y mejores servicios, a espacios públicos de mayor calidad sino también a una relativa cercanía a los lugares de mayor representación. Efectivamente, en torno a la plaza principal se ubicaron los templos de las colectividades religiosas más importantes, el palacio municipal, las entidades financieras, el centro social y deportivo, etc. Las tierras de mayor valor fueron así aquellas más próximas al centro es decir, el triunfo de la lógica del mercado en la ciudad capitalista. Pero esta tendencia fue la que, en las décadas venideras, seguiría el proceso de extensión de la mancha urbana en el territorio. Cabe preguntarse al respecto si hubo razones para este cambio y cuáles serían las consecuencias del abandono del modelo de crecimiento urbano planteado inicialmente. Para responder al primer interrogante bastará con entender la lógica del mercado inmobiliario en la ciudad industrial. Primero, el uso de la tierra para las actividades urbanas supone una renta concentrada en términos de superficie utilizada con lo cual se vuelve prioritario para el desarrollo de las mismas el abastecimiento de energía, la disponibilidad de mano de obra, la accesibilidad del mercado, etc.; por sobre la disponibilidad de tierras. La
actividad industrial, al contrario de las actividades extractivas, está asociadas a la concentración estable de población en el territorio. Cuando más concentrada, es decir, más cerca del centro tanto mejor. La actividad industrial que aquí naciera como subsidiaria de la actividad agropecuaria tubo como lógica para su localización dos opciones bien marcadas: 1) la proximidad a la fuente de energía como es el caso de los molinos harineros instalados a la vera de los cursos de agua (Zingerling 20022005) y 2) la accesibilidad de la materia prima, la mano de obra y la producción elaborada como el caso de los molinos unidos por el recorrido del tranway (Zingeling 2002-2005). También hubo una intensa actividad industrial de apoyo a la industria molinera que optó por instalarse próxima al centro, como es el caso de talleres metalúrgicos, carpinterías, etc.
La posmodernidad y la entrada en el S XXI ¿Cuál será el futuro urbanístico de esperanza? “Las nociones de „proyecto?y „plan? tienen sus raíces en la Arquitectura. En su origen etimológico, que data del renacimiento, aluden a la geometría, a la representación gráfica- y refieren a la organización de una composición artística, en el espacio y en el tiempo, adecuando medios y fines. El objeto de la Arquitectura sería la elaboración del „proyecto?, el del urbanismo, „el plan?. La distinción entre „proyecto de arquitectura?y „plan?se funda en la multiplicidad de actores concernidos y en la consideración del tiempo y del espacio.” Novick, Alicia. 2003 Es enorme la cantidad de trabajos de análisis y reflexión, y muy larga la lista de intelectuales, especialistas y pensadores, que han intentado explicar los mucho e intrincados motivos por los cuales nuestro país ha venido decayendo económico, social, político e institucionalmente en lo que duró, prácticamente, la segunda mitad del siglo pasado y lo que va del actual. Ahora bien, dentro de los que podríamos señalar como denominadores comunes, en todos estos ensayos y explicaciones,
puede señalarse que la mayoría de los autores advierte la incapacidad para sostener cualquier tipo de actitud previsora sistemática de mediano y largo plazo. Y más aún, cuando en el mejor de los casos existió algún tipo de propuesta o formulación prospectiva, la sociedad argentina dedicó mucho tiempo y esfuerzo a debatirla y cuestionarla antes que a ponerla en acto. Podría decirse que esta actitud esquiva respecto de las prácticas proyectuales o planificadoras se ha generalizado e impregna tanto el ámbito de la gestión pública como privada. Así, los niveles de incertidumbre sumados a una gran dependencia de factores externos hacen que hoy sea muy difícil, para el promedio de la población nacional, aceptar la posibilidad de planificar como una forma de reducir riesgos y aumentar las chances de éxito. Por el contrario, la improvisación parece haber alcanzado un estatus muy superior al punto de considerársela muchas veces como un rasgo distintivo y un talento propio de la argentinidad. Dado que el plan, tanto como el proyecto, son dos instrumentos básicos para la disciplina urbanística, la situación descripta resulta además de adversa para el desarrollo de cualquiera de los dos, muy ilustrativa para indicar cuáles son las consecuencias del abandono del único plan para la organización y transformación de su territorio, que tuvo la ciudad de Esperanza. La actividad colonizadora era una parte del programa para la organización nacional plasmado en su carta constitutiva tal como vimos en la primera parte de este trabajo. Y Esperanza se ensambló en él con su propio proyecto económico, social, político y de transformación del territorio, con su propio proyecto de urbanización. El proceso de industrialización puso en crisis aquel modelo de pueblo lineal al servicio de la colonia agrícola que se extendería a su lado. Pero el problema más grave es que no hubo un modelo alternativo que indicara una nueva forma de crecimiento para la ciudad, o que al menos señalara algún tipo de adecuación para las anomalías respecto del proyecto anterior que comenzarían a surgir con el paso del tiempo. No se lograba construir acuerdo alguno sobre cuál sería el modelo que debía superar al del país agroexportador ni tampoco aparecería un modelo de desarrollo urbanístico que indicara al menos cómo distribuir las actividades en el territorio, cómo
dotar, ampliar o mejorar la infraestructura necesaria para acompañar el crecimiento de la ciudad. Las décadas posteriores a la del ?30 estuvieron marcadas por la alternancia de gobiernos de facto y períodos democráticos, las ideas relacionadas con la planificación del desarrollo que movilizaban el mundo de las posguerras llegaron tarde o bien distorsionadas a nuestro ámbito local. Esto hizo más pronunciado el descreimiento en los instrumentos de planificación que en general eran copiados a las ciudades más importantes del territorio nacional que a su vez se copiaban de otras ciudades del mundo desarrollado. La confianza en los foráneo seguía siendo en muchos casos una actitud recurrente. Está claro que es muy difícil aprovechar las oportunidades que puede ofrecer un plan de escala mayor (nacional) si no se tiene, al menos, una idea propia de lo que se quiere ser y/o hacer. Entre los años ?30 y ?70 la ya ciudad de Esperanza siguió incorporando “adelantos”. Si bien con algunos altibajos, siguió progresando con: nuevas rutas, redes de servicios, más infraestructura, nuevos edificios y monumentos. Gracias a una especie de efecto de “contagio” en algunos casos y obligados por las leyes provinciales en otros, aparecieron algunos instrumentos urbanísticos que intentaron poner algo de orden al proceso de expansión (en algunos casos desbordante), que experimentaba la ciudad. El actual Reglamento de Edificaciones que fuera sancionado por ordenanza Nº 2382 del año 1982 y que consiste en la adaptación de una norma análoga sancionada varios años antes en la ciudad capital de la provincia (que a su vez había realizado lo propio con la capital nacional), es uno de los primeros intentos por establecer cierto control en la calidad y condiciones de habitabilidad de las construcciones tanto públicas como privadas. De todos modos su impacto en la forma urbana no es demasiado significativo ya que no se preocupa demasiado por la forma de los edificios sino más bien por su funcionamiento, en un sentido estrictamente higienista. No establece, por ejemplo, ningún tipo de condicionamiento para la configuración de los espacios abiertos públicos y/o privados. Como si estos no fueran también espacios construidos… En las dos décadas finales del s. XX
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Arco de la Colonización de Esperanza. Construido para celebrar el Centenario de la Ciudad en 1956 - fuente: www.esperanza.gov.ar
el mundo experimenta una serie de transformaciones muy significativas originadas en la evolución tecnológica en materia de comunicaciones. La globalización, entendida como un proceso de mundialización de la economía en tiempo real, le otorga en el discurso intelectual un nuevo espacio al ideario del liberalismo económico. El denominado neoliberalismo, sustentado en una visión fragmentada de la realidad, parece interesase más por aprovechar las oportunidades, que ofrece el comportamiento errático del capital, antes que por identificar y resolver los problemas estructurales de la sociedad. De este modo las reglas del juego se establecieron en función de las necesidades del mercado, el estado se transformó en un actor de reparto y la historia pasó a entenderse como una sucesión de anécdotas. Autores como Castells (1995) y Borja (1998) hablan de una sociedad a dos velocidades, una que es capaz de avanzar al ritmo que impone el mercado y otra que apenas sobrevive. Hablan de la deslocalización de las decisiones vaticinando un mundo que funcionará prescindiendo de su dimensión física, una realidad virtual más consistente que la real. Así ha quedado constituida una sociedad global a la que las sociedades locales le disputan aquel espacio que les permita subsistir como nichos donde refugiar sus necesidades insatisfechas. Se atraviesa un proceso de mediatización de los acontecimientos y la ciudad es entendida como un escenario que debe ser predispuesto para captar los capitales fluyentes por los circuitos financieros. Las grandes metrópolis se debaten por ser sede de acontecimientos de escala planetaria (Olimpíadas, Campeonatos Mundiales de Fútbol,
Grandes Exposiciones, etc.) ya que esto supone aumentar su visibilidad, captando más capitales que impacten en su forma y funcionamiento. Aumentar su protagonismo en la escala global supone como consecuencia agrandar su nicho de supervivencia mejorando las condiciones en la escala local. Según Gibelli (1999), se pasa de un modelo de planificación fundado en una fuerte racionalidad sistémica (propio de los ?60) y cuyo objetivo central es la previsión y el logro de objetivos rígidamente establecidos, a un modelo flexible basado en principios conceptuales de la economía y centrado en el aprovechamiento de las oportunidades. Este modelo propone la desregulación y el retroceso del Estado como controlador de los procesos urbanos. Aunque existen registros de intentos anteriores, la ciudad de Esperanza tuvo su Plan Regulador (expresión del primer modelo enunciado) recién en 1992, restringiéndose prácticamente a la formulación de una especie de Código de Uso y Subdivisión del Suelo. Este instrumento, si bien enuncia algunos objetivos, no define los modos como habrán de alcanzarse ni establece con claridad que ciudad se aspira a lograr como resultado. Un ejemplo significativo lo constituye su Objetivo Especifico Nº 8: “Estructurar un sistema vial, jerarquizando trazas para brindar una adecuada accesibilidad a las áreas centrales y periféricas permitiendo su interconexión con el área rural y la red regional.” Si bien el enunciado de este objetivo resulta muy atinado es difícil relacionar algunas de las obras ejecutadas en los últimos años con el cumplimiento de aquel propósito y con lo que se entiende en términos disciplinares por estructurar un sistema vial. Es decir, relacionando la ocupación del territorio con su
dotación infraestructural. Efectivamente, este instrumento debió ser acompañado con otro que la definiera. Los distintos colores del plano indican la forma en cómo los usos del suelo (actividades) deberían quedar distribuidos en el territorio. Llama la atención que muchas de las extensas áreas coloreadas aún hoy no tengan una ocupación efectiva y es de suponer que por allí pase el carácter “previsor” del plan. Lo que nunca se indicó es cómo y para qué llegaría la ciudad a extenderse hasta esto lugares y que acciones deberían realizarse para garantizar la sustentabilidad del proceso. 19 Cabe señalar que muchas de estas áreas han debido redefinir sus parámetros de control para evitar los conflictos que en estos casos provoca la presión del mercado inmobiliario o la simple convivencia entre actividades (ejemplo: residencia – industria). Es decir, no solo no se ha logrado que la ciudad avance hacia los destinos propuestos ni tampoco se han resuelto los problemas propios de la evolución de las áreas efectivamente ocupadas. En definitiva el Plan Regulador no ha sido más que un instrumento de regulación y como tal plantea dudas respecto de su eficiencia. A pesar de la recesión económica con que concluyó el paso del neoliberalismo por nuestro país en la década del ?90 la ciudad siguió creciendo (aumentando su población, construyendo más edificios y transformando nuevas extensiones de tierras rurales en urbanas). Mientras el estado nacional había dejado en manos privadas la prestación de servicios públicos o había transferido al nivel provincial responsabilidades que antes le correspondían y con la actividad industrial casi paralizada, el estado local se sostuvo en un rol preponderante con rígido control de los procesos económicos sociales y de aquellos relacionados con las transformaciones del territorio. Esto fue así gracias por un lado, a la gran laboriosidad, severa austeridad y
firme conducta contributiva de la población y por otro, a un proceso de concentración de poder basado en el debilitamiento sistemático de las instituciones de la sociedad civil que aceptaron dejar su supervivencia en manos de las políticas de subsidio del gobierno relegando su independencia y condicionando su capacidad de acción. Aunque p a r a d ó j i c a m e n t e y sospechosamente esta acumulación de poder nunca se utilizó en la definición un plan urbano o al menos un proyecto de ciudad reconocible que explicitara las reales intenciones del gobierno respecto de la evolución urbanística de la ciudad y sobre los beneficios que podrían retribuir las dinámicas emergentes del mercado inmobiliario. El impacto de este rol jugado por el Estado en materia de transformación del espacio urbano ha sido cuantitativamente significativo. Esperanza ha recibido una importante cantidad de vivienda de gestión pública y público-privada sumando 561 unidades entre 1988 y 2 0 0 2 , s e g ú n e l Do c u m e n t o Diagnóstico del PECE (2003). A esto debería sumarse que desde 1985 el gobierno municipal otorgó 774 “planos municipales” (planos tipo de viviendas mínimas que luego construyeron los adjudicatarios). Según la misma fuente el promedio anual (en el mismo período) de pedidos de permisos para edificaciones (nuevas y ampliaciones) alcanza un promedio anual de 152. En este sentido se destaca el periodo 1993 a 2002 donde se suman 1750 permisos para nuevas viviendas gracias al funcionamiento de líneas de crédito hipotecario. Si bien la extensión de redes se ha ejecutado como contribución por mejoras el volumen de obra realizado en las dos últimas décadas del siglo resulta cuantitativamente relevante. El aspecto más relevante de toda esta información es que no está claro si responden a algún tipo de plan o proyecto urbano que orientara hacia
dónde, cómo y con qué prioridades debían realizarse las obras. No se advierte algún instrumento que hubiera establecido una determinada lógica que explique hacia donde se debía promover el crecimiento y hacia donde se debía restringir. En el caso de la vivienda de gestión pública y público-privada todo indica que se terminó localizando donde los terrenos fueron más baratos y en lo que refiere a la extensión de redes estas fueron prolongándose allí donde los vecinos pudieron pagarlas. Tampoco la localización de la gran infraestructura urbana o los grandes equipamientos, ha tenido un sustento claro o en el marco de algún plan que estableciera lineamientos generales o los principales ejes de crecimiento para la ciudad. Una red vial jerarquizada que defina las principales vías de circulación (avenidas y/o bulevares), los principales accesos (rutas que atraviesan la ciudad, desvíos de tránsito pesado, etc.) las calles de circulación interior (calles de menor importancia, senderos peatonales, sistemas de ciclovías, etc.) las peatonalizaciones, los lugares para estacionamiento en las áreas centrales, son temas que parecen resolverse en la medida que se presentan como reclamos, conflictos o controversias antes que a partir de una idea de planificación, por mínima y elemental que sea. Así es como, desde la reinstalación del régimen democrático nuestro país, recién en los últimos años se ha logrado enunciar algún tipo de plan o proyecto que definiera reglas de juego para toda la comunidad nacional (Plan Estratégico Territorial, 2004) y provincial (Plan Estratégico Provincial, 2009), la ciudad de Esperanza no ha podido consolidar un plan de desarrollo que establezca algún horizonte para el mediano y largo plazo en materia urbanística. Efectivamente, a pesar de que en los primeros años de esta década se logró el consenso necesario para la elaboración de un plan estratégico inspirado en supuestos teóricos realmente innovadores:
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incorporando la visión de la comunidad sobre su propio destino e intentando construir una red de actores sociales como principales protagonistas del proceso de planificación, este naufragó sin poder antes establecer algún tipo de propuesta para el futuro urbanístico de la ciudad. Seguramente, Esperanza no quedará no fuera de los procesos de transformación territorial contemporáneos: dispersión de las periferias, profusión de la movilidad, congestionamiento de las áreas centrales, degradación de las áreas ambientalmente más frágiles, entre otros. Dicho de otra forma, no abandonará el proceso de ampliación de su planta urbana incorporando tierras rurales y transformándolas en tierras urbanizadas sin prever la correspondiente dotación de redes de infraestructura, se seguirán construyendo edificios en altura sin
saber realmente si se desea densificar y donde conviene que esto suceda. Se realizarán las obras de infraestructura intentando resolver los problemas de accesibilidad (ingresos a la ciudad, desvíos de tránsito pesado, etc.), se promoverá la localización de actividades productivas (parques o áreas industriales), se construirá equipamiento urbano (educativos, recreativos, sanitarios, de seguridad, etc.) todos estos asuntos podrían entenderse como un indicador de evolución aunque al no establecerse qué relación deben tener unos con otros o cual es la relación entre el esfuerzo destinado y el beneficio obtenido; al no tener claro que ciudad se aspira lograr en el futuro solo se podría decir que Esperanza crece, pero difícilmente se pueda afirmar que se trate de un proceso de desarrollo. productivas (parques o áreas industriales), se construirá
equipamiento urbano (educativos, recreativos, sanitarios, de seguridad, etc.) todos estos asuntos podrían entenderse como un indicador de evolución aunque al no establecerse qué relación deben tener unos con otros o cual es la relación entre el esfuerzo destinado y el beneficio obtenido; al no tener claro que ciudad se aspira lograr en el futuro solo se podría decir que Esperanza crece, pero difícilmente se pueda afirmar que se trate de un proceso de desarrollo. Por más que pueda parecer extemporánea, la pregunta para quienes se interesan por los temas urbanos sigue siendo: ¿Cómo será la ciudad de Esperanza del siglo XXI? En la segunda frase de J. B. Alberdi, con la que se inauguró este artículo, se señala que: “…poblar es una ciencia…” y seguramente esta comprensión explica el porqué de los avances que experimentó la colonia Esperanza
durante los primeros años de su existencia. Tanto su fundador como sus primeros pobladores apelaron al conocimiento disponible, al que sumaron una profunda fe en sus valores, para iniciar el camino. Aquellos valores en los que creían les permitieron escuchar de la ciencia lo que ésta tenía para decirles y no lo que ellos querían escuchar. Aquellos valores en los que creían les permitieron escuchar de la ciencia lo que ésta tenía para decirles y no lo que ellos querían escuchar. A pesar de la enorme diversidad que caracterizó a la sociedad esperancina de su momento fundacional esta pudo mayoritariamente entender que este nuevo mundo le estaba ofreciendo la oportunidad inmejorable de construir un futuro mejor a partir de lo que los unía y no de lo que los pudo haber separado.
Aquel pueblo lineal planificado en medio de la colonia dividida en católicos de un lado y protestantes del otro o entre franceses y alemanes, se transformó en el lugar común. El lugar de todos: de los unos y los otro, de los unos con los otros. Ese es el legado y la misión de la ciudad: ser el lugar de la tolerancia, de la confianza, del encuentro y de la confluencia. De cara al s. XXI y en el contexto del Bicentenario de la Patria, las ideas más innovadoras señalan en los procesos participativos y autogestivos - de profundo protagonismo social – la clave para resolver los desafíos del futuro, es de esperar que la persistencia y la convicción respecto de estos valores hagan volver a elegir correctamente conocimiento, antes que improvisación. hagan volver a elegir correctamente conocimiento, antes que improvisación.
CIUDAD DE ESPERANZA / PROVINCIA DE SANTA FE
PROPUESTA ESTRUCTURAL DE DESARROLLO NECESIDAD DE UNA INTERVENCIÓN por el Arq. Oreste BLANGINI La necesidad de intervenir en nuestra ciudad y proponer una reestructuración organizativa, surge como temática debido a la intención siempre latente de quienes vivimos y nos sentimos "dentro" de ella, como miembros con la posibilidad y el deber, además, de ofrecer nuestra capacidad en pos de aquellos objetivos que denoten el engrandecimiento de la comunidad toda. Nuestra ciudad, a diferencia de otros asentamientos, posee un rico pasado. Esto nos lleva a un lugar preponderante dentro del análisis histórico, debido a las políticas de incremento poblacional en el país a través de las corrientes inmigratorias; es por ello, que como Primera Colonia Agrícola del País, es fundamental para nuestra propuesta remontarnos en algunos aspectos a las primeras diagramaciones que irían generando con el transcurrir del tiempo, las composiciones urbanas y sus respectivos ejes ocupacionales. Para que a través de ellos nuestra idea base se asiente sobre pilares firmes de realidad e historia, tratando de alcanzar una estructuración que refleje no solo el sentir de un grupo programático-técnico, sino los ejes esenciales sobre los cuales se perfila
el desarrollo de nuestra comunidad. La problemática interpretada como sistema, nos permitirá establecer un enfoque estructural general, sobre el cual se asientan los recursos políticos y técnicos. El hecho de dejar librado un esquema direc triz posibilitará como objetivo principal la inserción de estudios particulares detectables en cada uno de los subsistemas, en el tiempo necesario, dentro del contexto general de la propuesta.
Estructura Analítica Componentes analíticos de la problemática Global.
1. Reseña Histórica 1a. Asentamientos originales de la Colonia. La colonia se genera a partir de la concesión de terrenos a inmigrantes con preferencia del norte de Europa. Como premisa fundacional se deja una faja de cuatro manzanas por el largo de la colonia, previendo la necesidad de un asentamiento. La zona estaba protegida por fortines y por el río Salado. (Gráfico 1)
1b. Características fundacionales En 1856 se mojona y traza la cuadrícula dejando cuatro manzanas para plaza. Se rematan los terrenos alrededor de la plaza con la condición y obligación de construir un rancho sobre ellos. (Gráficos 2 y3) 1c. Mojonamientos de hitos Aparecen, a través del tiempo, hitos que refuerzan la direccionalidad norte-Sur de la "Faja". (Gráfico 4) 1d. Aspectos emergentes / Crecimiento Hacia 1920/25, el eje "faja", ha sido seccionado con la aparición del ferrocarril y la traza de 2 avenidas (Córdoba y Los Colonizadores). Esto comienza a generar una idea de centralización superpuesta a la trama original,(Gráfico 5). 1e. Balance Se generan tres sub-centros (Barrios Norte-Sur-La Orilla). Se refleja también la aparición de distintos ejes ocupacionales del asentamiento; Ruta Nacional 166, posteriormente Ruta Prov. 70 y el ferrocarril como elementos de integración con el resto de la región y el país. (Gráfico 6)
2. Reconocimiento de la estructura del asentamiento físico. 2a.Relación Urbano-Rural Si analizamos los gráficos subsiguientes, podremos detectar que en el estado actual la ciudad presenta una contextura clásica de un crecimiento no controlado y una dualidad planteada entre centro y periferia. Esta dualidad genera un esquema de tensiones que es importante detectar para así posibilitar un esquema que contemple la visualización de toda la problemática, en todo un sistema, la interrelación de todas las áreas a través de un esquema director que posibilite el equilibrio de la estructura social y de la físico-espacial. Dentro de la estructura existente analizada podemos descubrir dos ejes sumamente claros: Eje Norte-Sur: Como interno del sistema urbano; en mayor grado de contacto y extensión; mayor antigüedad; radicación de servicios y diagramación catastral potencial;
tensión natural y áreas de adaptabilidad a la función residencial. Aparece como el más propio del conglomerado, pero secuencialmente discontinuo, si bien posee una tensión natural, no se refleja físicaespacialmente una continuidad urbana en su tejido, ya que el mismo es propio de un proceso de dispersión urbana. Arrastra en su linealidad manchas intersticiales mezcla de la relación ciudad-campo. Pero enfatizando su potabilidad a un tránsito a la homogeneización urbana; es importante detectar que dentro de este eje aparecen las áreas consideradas como subcentros potenciales a desarrollarse y generar un proceso de integración controlada a partir de ellas, teniendo además como foco de atracción natural un área a rescatar en su totalidad, que a su vez reflejará un polo de crecimiento en si mismo (Área natural del río SaladoTurístico-paisajística-ecológica) Eje Este-Oeste: Si bien perfora y penetra dentro del área urbana es el conector natural del conglomerado con la región y con un proceso marcado de conurbación
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Características de consolidación y densidad similar al sur, pero con una ubicación que geográficamente se identifica como "intermedia" entre el área central y el otro punto terminal que es el barrio "La Orilla". Intrínsecamente posee una diagramación catastral, que a su vez puede ser ampliada; pero si es claro el eje central que lo determina como lugar intermedio y por consiguiente disminuye su expansión con carácter concéntrico en si mismo. (Gráfico 10) Barrio "La Orilla" Hecho social-Cultural-histórico y físico-espacial muy particular. Actualmente actúa como terminal de la diagramación existente. Baja densidad, diferenciación marcada con el resto de los sectores. Características sociales marcadas, bajos recursos, baja infraestructura, consolidación social pero no física espacial, área con identificación propia. (Gráfico 11) 2c.Estructura Circulatoria. Esquema de distribución de actividades y servicios.
Santa Fe-Esperanza-Rafaela. Se localizan allí situaciones que denotan también cierta discontinuidad con localizaciones de tipo residencial, como así también hechos de carácter comercial-industrial, cultural educativo y recreativos. A diferencia del eje Norte-Sur, su potencialidad está dada no sólo por la posibilidad del crecimiento poblacional de carácter residencial, sino que es factible notar la flexibilidad del eje para absorber, con los límites precisamente diferenciados, localizaciones de tipo industrial. 2b. Factor Natural y Socioeconómico. Movimiento de crecimiento territorial / Manchas de ocupación en el tiempo / Análisis del “centro” y los "Subcentros" / Sus características y tendencias base de un desarrollo Polinuclear. Podemos establecer que de acuerdo a una diagramación originalmente ordenada y posteriormente espontánea la ciudad ha ido creciendo con una característica muy particular; los indicadores densificativos demuestran diferentes coeficientes de ocupación por área; pero que no difieren sustancialmente en la ocupación del modulo urbano, o
sea la "manzana". De aquí podemos decir que el crecimiento se ha sentado sobre la base de ocupación de la manzana con características ambientales excelentes, debido a que la "saturación" de la misma se da con factores de ocupación del terreno (FOS) muy bajos y con factores de densidad poblacional que van por ejemplo desde aprox. 150 a 200 personas por "manzanas" en el área "centro”, a 100 a 150 por manzanas en los "Sub-centros". (La densidad por manzanas es un indicador no convencional pero simple para entender el carácter ocupacional. Las mismas son en nuestro caso de 80mx80m.) Esta característica ocupacional nos da la pauta de encontrarnos frente a una ciudad de conformación morfológica homogénea, donde no existen los "picos" y donde su expresión urbana "chata" nos demuestra un crecimiento horizontal por el momento. Así mismo esta conformación favorece las características ambientales y por consiguiente la "calidad de vida". Es sumamente importante hacer hincapié en estos aspectos para cualquier estudio de desarrollo urbano, ya que nuestra ciudad posee su identificación propia en donde
radica el eje mismo de su esencia. (Pautas de vida-Ciudad pampeanaActividad agrícola-ganadera, con pocas intervenciones industriales: Cuero-Metalúrgica madera; ritmo de crecimiento lento). Conglomerado urbano consolidado Área Central. Este área está claramente definida por límites precisos, con un crecimiento de carácter "concéntrico". Posee características particulares debido a los indicadores socioeconómicos y físico-espaciales que denotan un tejido propio de una ciudad de baja densidad y calidad de vida no deteriorada. (Gráfico 8) Sub-Centros. Barrio Sur. Posee una caracterización de mayor integración con el área central por relación de distancia. Enfatizada por límites más precisos y por considerarse una de las puertas de la ciudad. Poca diferenciación de densidad con sectores del área central. Centro barrial perfectamente definido. Actúa en estos momentos como terminal abierta de la estructura. (Gráfico 9) Barrio Norte.
La ciudad posee, independiente de la estructura circulatoria del propio tejido establecida por la cuadrícula urbana, la inserción de ejes circulatorios de relevante importancia. Dos rutas de carácter provincial se adhieren a la estructura, la primera la ruta Prov. N°70 la atraviesa en forma transversal a su eje Norte-Sur, y la conecta con la ciudad de Santa Fe al Este y Rafaela al Oeste, la segunda la Ruta Pcial N°6 la circunvala y la relaciona con el norte y el sur de la región. También el ferrocarril juega su papel importante dentro de la estructura. Ambos ejes carreteros y ferroviarios limitan y perjudican en cierta forma el desenvolvimiento de la trama urbana. Es por ello que son tres los planteos
que siempre estuvieron latentes en la ciudad con respecto sobre todo al trazado de la ruta que nos conecta con la región: a) Estado actual: con controles en su paso por la trama urbana. b)Como elemento de circunvalación c) Nueva traza: distante del contexto urbano. (Gráfico 12)
Propuesta-Hipótesis teórica Proponemos un modelo director basado en: 1.Reconocer y aceptar las tendencias naturales y espontáneas. 2.Neutralizar el desarrollo mononuclear (congestionamiento del centro-dispersión de la periferia). (Gráfico 13) 3. Proponer un proceso "Polinuclear" Estudio-Crecimiento-ordenado y planificado del centro y los Subcentros en un eje de interrelación total. Interrelación de los polos y generación de nuevos polos de atracción y desarrollo. (Gráfico 14). 4.Control de los espacios intermedios e intersticiales, entre los polos. Generación e incentivación, promoción y programación de las actividades. (Gráfico 14) 5.Posibles localizaciones, actividades y servicios. (Gráfico 15 /Propuesta estructural completa)
Esquema estructural adoptado. 1. Relación con la región, desarrollo del eje de conurbación. Alternativas de conexión con la región. 2. Cursos de Acción de la Propuesta Urbana.
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Centro: Consolidado; Promover el control del crecimiento. Tarea legislativa-administrativa. Control de radicación de actividades y servicios e infraestructura. Barrio Sur: Reforzar. Barrio Norte: ídem Sur. Reforzar sus características intrínsecas ya analizadas. Acentuar su carácter e sub-centros. Incentivar sus ejes e tensiones para lograr la interrelación de los subsistemas en la idea del sistema polinuclear propuesto. Barrio La Orilla: Consolidar. Tomando sus características propias definir su situación entro del contexto del todo Zona Terminal Norte: Generar. Ta r e a s d e p r o g r a m a c i ó n planificación de un centro o polo de desarrollo y crecimiento que a su vez actúa como terminal de la estructura y foco de atracción de la misma. La propuesta en si, trata de contemplar la totalidad de los elementos estructurales existentes y diversificados en el territorio por carecer de un esquema programático. Es por ello que se asienta fundamentalmente sobre un esquema físico-espacial, lo cual no deja de reconocer la necesidad de incentivar el estudio de los factores particulares de cada subsistema, pero trata de establecer un eje director que pueda servir de base sobre el cual se asientan nuevos estudios que demuestren la imperiosa necesidad de no olvidarse que es responsabilidad de todos quienes podemos hacerlo, regular los destinos de nuestra ciudad.
colaboraciones y aportes de los arq. Jorge Seghesso y Amalia Jalinier colaboradores: Alicia Falchini, Matilde Martínez, arqs. Asociadas / dibujantes: Graciela Erni de Bella, arq., Alejandro Blazicevic, Luis Klinger, Felipe Ramírez, Néstor Oreggíoni / administrativa: Claudia Basset / asesores estructurales: Omar Volken, Ing. Eduardo Smitendolf, Claudio PeIlini.
Esperanza 25 años después… . Arq. Oreste Blangini Cuando decidimos dejar sentado nuestra opinión acerca del desarrollo territorial y urbano de nuestra ciudad y la región corría el año 1982-83, en los albores del inicio de un nuevo periodo democrático en nuestro país y por consiguiente el mismo poseía toda la euforia de la participación negada durante mucho tiempo y por lo tanto también las expectativas puesta en que la nueva etapa pueda tender los puentes para la búsqueda de estos objetivos planteados desde la óptica de quienes vivíamos en la ciudad y trabajábamos en la misma, conjuntamente con la visión académica de quienes con total desinterés apoyaron la iniciativa, que en definitiva solo era un disparador para el accionar y la discusión futura, habida cuenta lo que empezábamos a vivir en los espacios de participación. En ese tiempo varios sectores del espectro político opinaban casi al unísono y con unidad de criterios en la necesidad de establecer un mecanismo para coincidir en la planificación territorial, previendo una ciudad en relación a la región para los próximos veinte años. Mucho ha pasado desde entonces, no solo en el plano político sino en lo académico y también en las propuestas y enfoques especializados, respeto de lo que en materia de planificaciones y desarrollos territoriales se refiere. En lo político podemos decir que con un gobierno desde entonces, período 19832008, de la misma identidad, no se pudo encontrar eco para plantear esta necesidad y paralelamente asistimos a un cambio, desde lo cuantitativo, muy importante en su morfología que obliga a una nueva reconceptualización de la problemática desde una visión cualitativa que enmarque el futuro accionar del gobierno, definiendo políticas de estado en materia de acciones estratégicas y urbanísticas, que reaseguren poder visualizar dentro de los próximos veinte años una apropiación del espacio urbano más equilibrada entendiendo la ciudad como hecho social por excelencia. Políticas como densificación ordenada en contraposición a dispersión por el alto índice del uso de la tierra, propuestas creativas respecto del riesgo hídrico, políticas consensuadas de relocalización industrial, estudio y propuestas de los bordes en materias de transito y conectividad vial, análisis y control real en materia de medio ambiente, apropiación del rio como área integrada al macizo urbano, análisis, propuesta y control de preservación de diferentes sectores urbanos respecto de su calidad de vida y patrimonio a través de un código de ordenamiento territorial especifico, política municipal respecto de la accesibilidad habitacional, planificando, proyectando y canalizando el acercamiento a la vivienda de diferentes sectores sociales, política de tierras municipales como reaseguro de la propia política planificación urbana, reafirmación del marco institucional para el debate de la problemática estratégica de la ciudad, hoy vaciado de contenido, son algunas de las asignaturas pendientes esenciales de cualquier gobierno para encarar un proyecto serio y responsable a fin de prever un futuro más justo para las nuevas generaciones. Es cierto que desde hace veinte años a esta parte existieron factores de control en algunos casos a fin de no desvirtuar la ciudad como tal, pero también es cierto decir que los mismos casi se basaron en un análisis de tipo tecnocrático y a su vez no fueron evaluados periódicamente a fin de corregir su propio accionar, resultado de ello creo fueron algunas de los hechos dramáticos que nos toco vivir, y más aun tener a la distancia, veinte años, que volver a plantear la necesidad de poner el
alerta sobre el futuro de la ciudad. La misma necesita en forma urgente un debate amplio sobre la problemática a fin de garantizar los criterios planteados desde lo fundacional y así consolidar su preservación en el tiempo-
La síntesis de una idea La propuesta de reflexión elaborada hace 30 años simplemente como disparador para la reflexión y el debate contenía el espíritu y la esencia del planteo fundacional, un desarrollo lineal norte-sur a través de la articulación de los centros barriales existentes a consolidar y aquellos a proponer para establecer el equilibrio adecuado, valorizando pero controlando el eje transversal, desarrollado por la irrupción en la trama la ruta prov. Nº70 y las vías del Ferrocarril Belgrano, todo ello en busca de potenciar un área paisajística y de mucho contenido para la localización de actividades relacionadas con el río y su entorno, soñando también en esa conexión a través de la diagramación histórica y poder desarrollar junto al rio, casi como una utópica, un borde que permita su apropiación, más allá de cumplir su objetivo funcional de controlar los regímenes de crecientes. A la distancia, con el crecimiento poblacional, las políticas forzadas de desarrollo de obras publicas enfatizando áreas y postergando otras, la gran consolidación del área central, la carencia de reglamentación urbana que permita densificar los centros barriales planteados en la propuesta, la apropiación del espacio planteado como de importancia paisajística para la localización de un gran número de plantas de tratamientos de efluentes industriales, la falta de una política de tierras para la localización de viviendas y servicios, la no realización de un sistema de control del riesgo hídrico en relación con las áreas más vulnerables y la falta de una política seria respecto del debate de relocalización industrial, hacen que en los años que median entre aquellos pensamientos y los de hoy podamos decir como entonces, que estamos a tiempo, aunque reflexionando ahora más seriamente sobre la necesidad de incorporar y respetar el debate serio y con contenido desde lo interdisciplinario, para establecer nuevas bases sobre estos factores para los próximos años, resaltando que esto no se logra solo con el discurso y el voluntarismo de la participación sino con una cosmovisión de la problemática, con debate amplio y con la voluntad política de establecer bases para esas políticas de estado tan necesarias, que superen las mezquindades de la partidocracia y generen las garantías para cumplir los objetivos de todos en el tiempo. Creo en este pensamiento que no importe ya cual es,, como se decía entonces, el modelo de ciudad que queremos, sino la forma de accionar para lograr una ciudad que no se desarticule por políticas erróneas en estas materias, y que las políticas sean el resultado del sentir de todos y no de los factores de poder, que en honor la verdad también hay que decirlo, durante mucho tiempo han sido fuertes referentes a la hora de generar políticas de crecimiento urbano, control ambiental, localizaciones urbanas inadecuadas, sostenimiento de un sistema vial obsoleto y todas aquellas acciones que primaron en el tiempo lo individual ante lo colectivo. Hoy creo estamos en un momento inmejorable, con una fuerte concientización de las organizaciones intermedias, y un grado mucho más amplio que entonces en materia de participación y a su vez una experiencia importante desde lo gubernativo sobre lo realizado nos ubican en este nuevo espacio y el nuevo desafío.
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INVENTARIO / obras seleccionadas / segunda parte
Cátedra de Historia III Arqs: Carlos M. Reinante (Titular); Adriana Collado (Adjunto); Miriam Bessone y Silvia Bournissent (JTP).
CAPILLA DEL COLEGIO DE
FACULTAD DE CHALET AGRONOMIA Y MOLINO VETERINARIA ANGELITA La institución se origina en julio de 1960 como la Escuela Preparatorio de Agricultura y Ganadería, tuvo como sede el colegio San José. El 10 de abril 1961, la Escuela eleva su rango a facultad de Agronomía y Veterinaria dependiendo de la Universidad Católica de Santa Fe, finalmente el 17 de mayo de 1973 pasa a depender de la Universidad Nacional del Litoral. La nueva sede se construyó por iniciativa del padre Luis Kreder, perteneciente a la congregación del verbo divino y con la financiación de la República federal Alemana, para ello se adquirió un terreno sobre la ruta 166 al oeste de la ciudad, de 160 metros de ancho por 250 metros de largo. El proyecto estuvo a cargo del Arquitecto Santiago Toretta y la obra se adjudica por licitación a la Empresa Couzzo y Cia, quien inicia los trabajos en agosto de 1967, el 8 de septiembre de 1967 se coloca la piedra basal y el 13 de septiembre de 1970 se inaugura oficialmente el nuevo edificio. El planteo es una estructura lineal desarrollada en tres plantas, que toma distancia con respecto a la línea municipal, el mismo consta de un eje principal estructurador que enfatiza el ingreso interceptado por dos ejes menores que se definen como accesos secundarios y donde se ubican los núcleos verticales, resueltos con un estricto criterio funcional. El partido espacial, inscribe así en la tipología escuela, canal que abastece aulas en su recorrido. Inscripto en la corriente racionalista el edificio ofrece una volumetría en tira, tratada con un criterio de simetría. El frente principal se encuentra enfatizada por medio de una serie de galerías cuyas columnas circulares contrarrestan la horizontalidad del edificio. En 1995 se incorpora un nivel sobre el extremo oeste, para constituir el aula magna, en 1999 se agrega un nivel sobre el extremo opuesto, donde se ubico el nuevo decanato, cabe destacar que estas intervenciones, como las que se realizan permanentemente en las aulas y laboratorios, debido al aumento de la población estudiantil y requerimiento de las funciones, no altera en modo alguno el planteo primigenio. RELEVO: Mansilla, Claudio- Piro, JoseReidel, Alejandro FOTOS: Piro, Jose PLANIMETRIA: Archivo del propietario. Municipalidad de la ciudad de Esperanza.
Se denominó Chalet Molino Angelita a la residencia construida en el mismo solar, y próxima a los depósitos de granos y salas de máquina para la molinería de la firma B y S. Residencia destinada a la familia de los propietarios. Ubicado en calle 9 de Julio y B. Rivadavia, existe desde el siglo pasado. Su construcción comenzó en el año 1891 y finalizó en 1893, año en que fue ocupada por la familia Bosch. El chalet se encuentra ubicado en el extremo N.O. de un amplio terreno y se identifica con otras casas erigidas en la misma época. El edificio está recedido de la línea municipal; un muro bajo en que apoyan simétricos pilares, con una verja de diseño simple, es el limite entre la vereda y el cuidado jardín que precede a la fachada. Un sólido porch sustentado por columnas de capitel dórico, sostiene un balcón de mármol, en la planta alta, pilastras con capiteles corintios señalan los paños en los que se abren ventanas puertas. El edificio remata en un parapeto con balaustrada, destacándose el tímpano central. En el dintel de las ventanas se observan archivoltas en arco de medio punto. Una escalinata de mármol nos permite ingresar a la residencia pasando por un hall pequeño hasta llegar al gran hall central sobre el que balconean las habitaciones de la planta superior y alrededor del cual se encuentran el comedor, la sala de juegos, la oficina correspondiente al molino (ésta también cuenta con un ingreso independiente) y las dependencias de servicio. La gran escalera imperial ubicada como remate del gran hall, el hogar y el lucernario a través del cual se ilumina este gran espacio, completan la escena. Es esta residencia, entre las seculares de nuestro medio, menos ornamentadas que otras, pero que atrae por su aspecto de solidez. Cumplía una función múltiple. Al tiempo que servía de hogar a la familia, por entonces numerosa, se movía en ella el mundo de los negocios. Sus interiores ofrecían salas y salones para el despliegue de una vida acorde a las actividades de la vida de relación, de las vinculaciones políticas que trascendía la vida colonial para proyectarse en la capital de la provincia, en Buenos Aires y en el exterior, en particular Europa. RELEVÓ: Bertoli Enzo.- González Héctor.FOTOS: Bertoli Enzo.- González Héctor.PLANIMETRÍA: Archivo Municipalidad de Esperanza
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CASA TABERNIG
CASA GAUCHAT
En 1905, Luis Antonio Tabernig compro la casa emplazada en la intersección de las calles Moreno y A. Castellanos, siendo esta una vivienda a medio construir. Se le encarga la ejecución del proyecto al Técnico Constructor Rafael A. Pilatti. Al morir Luis A. Tabernig la casa fue heredada por su hija Nélida, quedando a su nombre y al de su esposo Luis Cesar Berraz, habitándola varios años. Después de fallecer Nélida, en 1975, su hijo y esposo deciden venderla, operación que fue concretada en 1977, cuyo destinatario fue el señor Luis Trod, quien respeta el pedido de Luis Cesar Berraz, de mantener intacta la vivienda. El señor Luis Trod no habita la casa, decide alquilarla, primero lo hace a D.I.P.O.S. y actualmente a Aguas Provinciales, habiendo sufrido pequeñas intervenciones y una reciente restauración. La fachada de la casa se recede de la Línea Municipal formando un pequeño jardín. El programa funcional de la vivienda constaba de un escritorio y una sala a ambos lados del paso, un estar mayor en el centro de la composición alrededor del cual se ubicaron los dormitorios (dos de ellos en contacto con la calle Castellanos y los otros dos con el patio de la casa, uno de estos con baño en suite) y el área de servicio (cocina, baño y cuarto de planchar), y el comedor recostándose sobre la medianera, todos los ambientes están intercomunicados entre si. En planta alta encima del área de servicio se encuentra el dormitorio de iguales características con acceso desde una escalera a cielo abierto. Sobre la medianera restante se halla un baño, un depósito, lavadero y cochera. Un patio de considerables dimensiones divide estos dos bloques, ubicándose un ingreso lateral desde la calle Castellanos. El cerramiento superior de la vivienda es de losa con cielorraso adherido, excepto la hilera de habitaciones de la parte interior que es de chapa con cielorraso suspendido. Actualmente la sala mayor se utiliza como hall de recepción e información, los demás recintos son oficinas, el ala posterior de la vivienda es utilizada como depósito. Quedando intacto el sector de servicio. La composición de la fachada, brinda una resolución clásica con un basamento, un desarrollo en el que se inscriben las aberturas y pilastras, rematado en una comisa. Se ha tratado con una serie de detalles ornamentales entre los que aparecen medallones, guirnaldas con detalles de hojas arriba de cada ventana, otorgando interés visual a todo el conjunto.
Esta vivienda que perteneció originariamente a la familia Gauchat, fue construida presumiblemente hacia 1918 en las afueras de la ciudad de Esperanza, en un amplio terreno, que incluía las tierras que hoy corresponden al trazado de las calles. Dentro de esta parcela y también funcionaba una fábrica de licores, propiedad de la familia. La casa se encuentra recedida respecto de la línea de edificación y, en un principio contaba además, en su costado norte, con un ingreso para carros y caballos que se unificaba con el patio y la huerta en la parte posterior. La lectura tipológica, desde el punto de vista espacial- funcional, no es clara. Se ingresa por un zaguán al que se abre el dormitorio principal de la casa y el comedor, y desemboca en una amplia sala de estar, en la cual se había previsto un pequeño espacio que podía utilizarse como dormitorio, aunque sus dimensiones y proporciones no se remiten a tal función. La sala se conecta directamente con una galería sobre la cual se ubican en forma lineal las restantes dependencias de la vivienda. Esta galería, con delgadas columnillas metálicas, actúa como transición entre las habitaciones y el patio. A esta disposición espacial se le confiere un lenguaje Art Decó para el diseño de los elementos decorativos del frente. Es una arquitectura de fachada telón, su mayor interés se concentra en la resolución de la fachada en la que se mantienen los criterios clásicos de composición. La fuerte simetría se acentúa por un juego de tensiones horizontales y verticales, el almohadillado simulado y la delgada cornisa se conjugan con falsas pilastras y líneas verticales que jerarquizan el ingreso. Superpuesta a esta composición, posee ornamentación Art Decó. Se utilizan elementos geométricos, lineales, formas puras como el cuadrado y el rombo. Pero el elemento más notorio y singular de la fachada lo constituyen las figuras en abanico o motivos radiales ubicados por encima de las ventanas. Este mismo elemento se encuentra también en las ventanas de la vivienda ubicada en calle Belgrano 1747 de la misma ciudad. Esta obra vale ser destacada como ejemplo de cómo a distintos esquemas espaciales propios de la tradición popular, se asimila un estilema, en este caso en Art Decó, para comunicar la significación. Por otro lado, la vivienda, pese a haber cambiado de propietarios, no ha sufrido grandes cambios respecto a su estado original.
RELEVO: Braccia, María - Olivero, Marcela FOTOS: Braccia, María - Olivero, Marcela PLANIMETRIA: Municipalidad de Esperanza
RELEVÓ: Agostini, Luis Rodrigo; Bredanini, M. Georgina; Ceaglio, Carolina; Galarza, Andrea. FOTOS: Agostini, Bredanini, Ceaglio, Galarza. PLANIMETRIA: Archivo privado.
NUESTRA SEÑORA DEL HUERTO El 12 de Mayo de 1895, por iniciativa del Párroco local Carlos Degenhart S.V.D. formaron una comisión que se encargaría de instalar un colegio de niñas bajo la supervisión de las Hermanas de Caridad de Nuestra Señora del Huerto, llegando éstas el 29 de agosto de 1895. Para la capilla del Colegio de Nuestra Señora del Huerto la reverenda madre Trucco en 1901 comenzó a recaudar limosnas; la piedra fundamental se colocó el 16 de mayo de 1920 que fue bendecida por Monseñor Canale Oberti, obispo auxiliar, con motivo de las bodas de plata del colegio. Los trabajos para la construcción se iniciaron el 8 de agosto de 1920, diseñada y dirigida por Jaime López. En 1923 es inaugurada formalmente por el obispo auxiliar Canale Oberti. El edificio se ubica en la intersección de 25 de Mayo y Mitre accediéndose desde la primera a través de un atrio abierto a un espacio interior de nave única y vinculado al colegio de su mismo nombre por el patio central a través de un acceso lateral y de la antesacristía. El espacio interior de carácter estático y escala doméstica consta de una bóveda ojival de cañón corrido que remata sobre el altar en forma de media esfera. Los muros interiores están articulados por ases de columnas que se continúan hasta el techo; en los entrepaños formados hay ventanas ojivales con vitrales que colorean el espacio interior. La fachada principal es simétrica, articulada por cuatro pilastras que acentúan la verticalidad rematando en una espadaña con dos campanas. El ingreso está jerarquizado por pilastras y arquería ojival que retroceden en forma escalonada, archivolta, hasta el filo interior del muro, coronando el portal un tímpano flanqueado por dos pináculos; correspondiéndose con éste se encuentra el rosetón. En la fachada oeste se puede leer un aspecto más clásico, zócalo- desarrollo y remate, la verticalidad se conserva a través de las pilastras que rematan en un pequeño frontis y de las ventanas ojivales. El contraste de los lenguajes utilizados en el colegio y la capilla es un claro ejemplo de la dialéctica clásico- romántico propio del pensamiento arquitectónico de la época. RELEVÓ: Raúl Ramonda, Marcos Fassio FOTOS: Ramonda- Fassio