LA TRISTEZA La tristeza tiene tentáculos y aspiraciones de huida. Busca encerrarse en concha. Enroscarse sobre sí misma. Al tiempo, lanza sus gemidos para ser oída. Enraíza en el aire. Florece regada por lágrimas. Duerme, a la espera de un nuevo sol. La oscuridad amansa su dolor. La risa le duele y los trazos del paisaje pierden en ella contorno de formas definidas. Es ausencia. Podría secarse, si no encuentra tentáculos próximos que la abracen y saquen del ahogo en que se sumerge.