02/11/2010
PAISAJES
Paisajes literarios de esos lugares en que transcurre la vida de los Cifuentes. Jacinta, mi bisabuela, fue la criada en la casa de los Cifuentes. Ella es mi raíz materna. Era una mujer de carácter. Se hizo valer en ese mundo en que la mujer tenía pocos espacios para conseguirlo. La casa de sus padres no le dio otra oportunidad que la de venir a este mundo. Siendo muy jovencita, una niña, fue abusada, aunque sin violencia. Soy el nieto del hijo del cura. Los dos eran muy jóvenes. Ella inocente. Pude saber que ese hombre del que tengo el nombre le dijo a su hijo que ella no se opuso. Con eso dejó caer que consintió. Tengo mis dudas. En esos tiempos en que la vida no valía lo que debía, una muchachita sola ante su arranque poco podía hacer. Salir en estampida o evitar la envestida. Para eso debía saber lo que ella ignoraba. Confiada no veía malicia bajo sus sayas. No era débil, desconocía lo que le venía encima. Es posible que en otras circunstancias, sin que él tuviera hábitos como destino, de ese encuentro hubieran dado paso a otros, y ella, como muchas, hubiera tenido la creencia de que su destino estaba en engendrar esos hijos. Cuando se supo en cinta, no dudo en dejar lo que de su vientre naciera en otras manos. No hubiera sido capaz de suprimir esa vida, pero sabía que había quien lo recogiera. Eran tiempos en que las criaturas eran llevadas a centros de acogida para que familias sin descendencia las adoptaran. Esos procesos estaban a la orden del día. Las familias se enriquecían con la descendencia. Estaba muy valorado tener muchos hijos. No era extraño encontrar familias en las que se tiraba a delante con nueve hijos o más. Los métodos de anticoncepción eran rudimentarios. Mi bisabuela nunca intento deshacer lo que en sus entrañas se iba desarrollando. Lo que no quiso es tenerlo con ella haciendo el papel que le ofrecían. Su familia rechazo que ella se hiciera cargo de la criatura. No podían alimentarlos. De inmediato encontraron una familia que quiso adoptar. Eran los Sampe. Familia rica que se estaba preparando para ir a vivir a la ciudad. Los tiempos cambiaban. La economía centralizaba sus actividades en las ciudades. Ella aceptó que así fuera, pero rechazo quedarse a su cargo. Sabía que era la mejor suerte para su hijo. La familia del que se lo hizo. Cuando murió Jacinta, mi padre y mi abuelo velaron su marcha. Os preguntareis porqué mi padre, siendo homosexual, pudo tener una relación en la que yo fui engendrado. Así fue. Soy un Cifuentes. Enviat per Fernan a 11/02/2010 03/11/2010
Del futuro a ti Soy un personaje. Eso me permite moverme en la atemporalidad. Mi autora puso en marcha una historia familiar. Es posible que ella quiera imaginar lo que vendrá. Yo soy parte de la respuesta. Soy hijo del hombre hecho mujer. Mi madre. Ella vivió durante años bajo el perfil homosexual. Primero negó. Confundió un amor hacia la hermana del amigo que amaba. Cuando supo que no había otra forma de vivir, y el mundo le permitió verse, superó esa fijación y vivió su condición. Tuvo que pasar por ello. No siempre le fue fácil la aceptación, pero su principal enemigo era él mismo.
1 http://www.safecreative.org/work/1011127836525
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Una vez lo aceptó, se desmelenó. Tarde le llegó el amor. Ignacio, mi padre, un muchacho mucho más joven que él, sin trabas educacionales, le enseño a aceptarse. Su relación fue estable. Al principio tuvieron sus más y sus menos. La diferencia de edad era algo que Rica no sabía aceptar. Rica, es así como mamá se hizo llamar. Antes de ponerse en tratamientos hormonales y cirugías plásticas, depositó su semen para engendrarnos. He dicho bien, engendrarnos. Somos dos hermanos gemelos. Julia y yo. Para la gestación hubo una madre de alquiler. Nunca quisieron investigar si éramos el resultado de la fecundación de papá o mamá. Los dos hemos vivido en armonía familiar. Susana ha sido para nosotros nuestra tía. Cómplice y amiga. Enviat per Fernan a 11/03/2010
11/11/2010
¿Qué puede diferenciar un pueblo de una ciudad? Susana habla de árboles, caminos de tierra y polvo, insectos pululando entre hierbas secas en verano,... Lo que no se ha experimentado difícilmente puede ser representado. Hay imágenes que concuerdan en parte con lo que ella me ha contado. A veces, cuando lo hace, parece que pueda estar allí. Es ella la que, con su emoción, me transporta a esos caminos y sensaciones. Pone ante mí infinidad de fotografías y dibujos. Conozco retazos de esa proyección parcial. Cielos con nubes. Amaneceres y puestas de sol. En mi mundo todo se ha parcelado y uniformado. No hay diferencias como las que ella me quiere marcar. Hay pequeños espacios en que las aguas claras de una corriente liberan mi alma, reposando mi cuerpo sobre mullida hierba. Ella dice que eso estaba en un amplio paisaje. En pocos metros puedo vivirlo, pero si me desplazo, salgo a una calle diseñada con rectas y curvas geométricas. Se han recreado esos sitios para que podamos equilibrar nuestras vidas de origen animal. Mi familia se subió al carro de las tecnologías y energías que hoy día caducan. Cifuentes del Río, el pueblo originario, es una especie de cementerio de cochambre y residuos. En él encontramos todas esas máquinas en desuso. Chatarra que espera el proceso inverso. Ese es el reto. Convertir los materiales en piedra. Se hizo abuso y acabaron con las irregularidades que marcaban las diferencias en los paisajes. Enviat per Fernan a 11/11/2010
2 http://www.safecreative.org/work/1011127836525
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