ObraEmergente-
Publicación de difusión Cultural
#4 ScampiniCardozo da SilvaMayaFilgueirasMejíaRamponiPáezAlvarez PittamiglioGonzalez VelazquezOrtega y PalomaresMorescoCaleroNoé Lima-
GloomSofía LunaKiko Quintela-
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Imperdible oportunidad de conocer la Obra de Daniel Cardozo da Silva (Portada). Los espera en el Castillo de Piria ( Piriápolis, ruta 37 km 7 SÁBADO 6 de Julio de 15 a 17hs http://www.danielcardozoescultor.com/
Saliló de la Luz y disparando directamente a los sentidos, este viaje sideral que representó para mi "la Ciencia de los Árboles". Creación de Gabriel Araujo y Fer Henry. Dejo el link para que se acerquen a esta maravilla. https://www.youtube.com/channel/UCD4VDmueZnzOi5RoaYjMbg
Quino, presentó"Todos los Pétalos", un diseño precioso, una poesía cadenciosa, vasta, prosa poética de la que ha ido mostrando en el tiempo y la calidad a la que nos tiene acostumbrados. ("sin inguna flor") ." https://www.facebook.com/todoslospetalos/
Mina Feirrer tiene lista "El desalojo", novela gráfica que verá la luz en poco tiempo. Esta delicada y profunda y tan querida artista ya tiene sitio propio. Visítenlo! https://minafeirrer.com/
Leonardo Scampini
I Era la noche eterna de diez, quince cincuenta años sin saber de la luz ni de la promesa que lo que siempre había sido áspero ahora sería suave y lo rugoso, terso y la pesadilla, un sueño azul.
Era el día de la cresta de los reflejos despuntando abriendo tajos en ese estanque de negror y la mirada clavada allí como un convite a ver si se animaba como si un imán como si los ojos falderos de lo nuevo se sintieran muy pesados y cayeran en ese lugar y esperaran por una vez lo que no conocían y quedaran abotonados en esa línea de tensa paciencia del horizonte.
II
quién me lleva ahora que perdí el control que no tengo el arco ni la melodía de la flecha que mi brazo desmembró innumerables remos que la fruta madura del destino puso toda su fe en la aceleración
quién me lleva ahora en esta procesión de salidas y piedras arrojadas al lago de los otros quién me lleva como un viento como un tajo como un remolino quién con esta rabia que se quiebra como hoja reseca de un árbol con mi rostro enredado en boca de lobos con mis palabras raleadas cerrándose sobre sí
quién me lleva con mi olor a césped recién cortado con mi frente agrietada por los tantos planes de canela en el aire quién me lleva con la luz cayendo en bloques sobre la transparencia sobre un mundo que se arrodilla y tiembla quién con mi último amor deslizándose por las laderas del infinito
III Correr con el perro encadenado del horizonte el eco frío del estero la razón de ser de la cama, el techo y la buena comida, con el diploma enmarcado de la esquina sospechosa del peligro de la geografía jamás vista de la otra cuadra.
Correr sin brújula y el futuro en el borde de un océano abierto ávido envolviendo promesas azuzado por el río de las calles por la inundación del quinto día.
Correr desatado del buen puerto sin señales anudadas ni la precaución de una pista guía, correr con la persuasión que pulveriza vendas sobre los ojos y cegueras que motoriza los huesos rotos que subleva la carne roída.
Correr y no poder volver.
Daniel Cardozo da Silva
Vestida de Rojo Materiales: Metal, madera y corcho. Alto: 195cm Ancho: 52cm Profundidad: 27cm
Luis Maya ( dedicados a Fer Herny )
Crónicas emergentes.
Cuando nací ya hacía siglos que los manantiales, laderas, cardos y azucenas yacían sepultados por capas de asfalto. Sin embargo a cada tanto, mientras deambulo por la ciudad, mis pies, paso a paso, evocan el tiempo donde la hierba respiraba sin el hostigamiento de baldosas, automóviles y peatones.
Otras veces caminando, sin explicación alguna surge el desasosiego y solo atino a susurrar conjuros improvisados, melodías inconexas, versos errantes. Torpes antídotos ante la tormenta que se aproxima atravesando eternidades de ira y desolación.
2
Un extraño fulgor envuelve la tarde e inevitablemente una incomprensible nostalgia asedia las esquinas. Frutos negros de la tristeza impregnan las miradas de los transeúntes. Solo el bardo con su canto es inmune a la crueldad del egregor. Su inocencia lo custodia, la vulnerabilidad es su fortaleza.
3
Se quebraron los mármoles de los palacios. Después del diluvio quedo un abismo entre la cama y el piso. Prefiero morir de amor en vez de hambre-me dijiste En vano intente explicarte que la tristeza siempre le paga su deuda a la inocencia y que eso tiene mucho mas que ver con la crueldad que con el amor. Mire las banderas en ruinas y busque el encantamiento del sol real, no el de los trapos al viento. Bese tu cicatriz sabiendo que a pesar de la oscuridad seguíamos poseídos de luz.
Isis Filgueiras (al infinito y más allá)
Música Sobre Fer Henry y su trabajo “Una invitación a caer a las alturas, una sorpresa constante. La pachamama es poesía en la obra de Fer HENRY.” Gabriel Araújo Liporache
“Ser un escucha contemporáneo de Fernando Henry, es un privilegio. Es un riesgo delegar en el tiempo la tarea de valorizar su obra como creador e intérprete. Quien lo disfruta desde el momento de la creación misma, transita con una ventaja sensible intransferible el resto de su vida". Fede Olmos
“Según Spinetta la fuerza no cambia nada, pero el arte si cambia, dado que el arte es toda una forma inversa a las fuerzas de la destrucción. Cuanto más nos deshumanizamos y el sin sentido de una sociedad caníbal nos devora sin piedad, más imprescindible se vuelve que el arte ataque transmutando el horror en belleza. Fer Henry es músico, poeta, artista plástico pero por sobre todo es de aquellos escasos artistas que logran hacer de su existencia y por lo tanto de su obra, una luminosa entrega, como la de los heroicos kamikazes que cuando atacan todo estalla en luz. “ Luis Maya
“Fer es, aparte de amigo entrañable, uno de los autores de canciones más talentosos y auténticos de la música popular uruguaya.” Diego Presa
“Fer Herny, amigo, artista multifacético, sensible, bajo perfil. Sin embargo, al escuchar sus canciones, sus versiones de otras canciones, se me aparece como perteneciente a una antigua estirpe de zurcidores, que a veces sufre de invisibilidad y otras veces goza de invisibilidad. Su obra se me hace una casa tomada o inundada por una profusa libertad expresiva (basta echar un vistazo a su trayectoria musical) y sin dudas lleva el sello –tal vez de estirpela forma de un esencial y dulce resistir. “ Omar Tagore
Este disco es un acto de amor. Es mis gracias infinitas a estos cantores latinoamericanos que me han formado tanto como músico y como persona. Una selección de canciones que desde que empecé a tocar en vivo en 1995 siempre aparecen en los shows, aterrizan en mi garganta, aletean y así como dejan esa ráfaga de magia vuelven a su morada de eternidad. Extiendo mis agradecimientos a mi compinche y compañero de ruta Guillermo Wood, sin su gran aporte y corazón, este disco no se hubiera
materializado. Guille actuó como técnico de sonido y co productor. A Diego Presa, siempre presente cuando acudo a él, quien nos dio una mano en el acabado del sonido final. A Fabián Cota que nos prestó el micro con el cual grabamos todos los temas. A Diego Mara por el charango y su gran amistad. A Antonio “Ñato” de la Peña que trabajó en la bella masterización del disco.
LOS PÁJAROS PREHISTÓRICOS se grabó entre agosto y octubre de 2018. Todos los temas fueron registrados en 1eras y 2ndas tomas. Fernando Henry: Voz, guitarra cuerdas de nailon y charango. Foto de tapa: Guillermo Wood. Diseño de tapa y contratapa: Fernando Henry. Edición del disco para subirlo a esta YouTube: Gabriel Araújo.
Música y luz … siempre! Fer
Por contactos, discos, shows: fer.henry.veins@gmail.com instagram: @fer.henry.veins
Isis Filgueiras Tríptico Lúdico
Venus Ixchel Mejía Garabatos Mi hija destapa el marcador y hace del futuro un garabato. Su voz huele a presagio, a columpio de risa en las comisuras.
El sol se somete a la órbita de sus dedos, luego pliega el mundo y lo pone en mi mano.
Del poemario Venus [in] Victa, 2016.
Praga A manera de difuminados cronopios en el puente del Malá Strana, sobre el terciopelo índigo del Moldava, estamos vos y yo, haciendo escala onírica bajo la estoica vigilancia de San Juan Nepomuceno con su mueca de angustia.
El abrazo polar va disolviéndose entre nuestros abrigos comerciantes de caricias. El trémulo vitral del Moldava es una batalla de esgrima, una melodía gótica en el pináculo de la nostalgia.
Quizá desde el Callejón del Oro y la Alquimia nos mire Kafka con sus prismáticos de parábolas, ante el ceño fruncido de Max Brod que trata de hilvanar en un garabato una madriguera de confidencias.
Más tarde iremos al Don Giovanni en el Teatro Estatal, si Smetana no nos asalta en el camino con la estridencia de un acorde disminuido.
Nada entorpece este boceto cerúleo con afilados celajes que nos mira desde arriba. Es un cardumen detenido a mitad del asombro. Nada de nuestra mirada sorprende si no nos llenamos el alma con los labios. Así que, a mitad del vacío, nos decimos los besos a manera de confesiones medievales, nos tomamos de los ojos y apelamos a la complicidad de las manos.
Hay un vino bajo el sortilegio de la Bohemia que nos espera. De pronto, el boceto se diluye con una inusitada lluvia. Hay una mano que me sujeta, hay un pez traslucido que se queda prendido en la mirada. Hay una súplica de pez y mano en tu boca que me repite hasta perderse en una bocanada de suspiro: no te despertés todavía, quedate conmigo en Praga.
Del poemario Venus [in] Victa, 2016.
Carolina Ramponi Serie “ Ceguera fragmentada"
Entre la forma, el cuerpo y el alma en su manifestación, expresión, locura, imperfección perfecta, maestría, emoción, romper la forma para sacar el alma y para recuperar la cordura, sin el espejo sin mi mirada pero a través de la mirada de un “otro” sin mis ojos pero con los tuyos dejándome guiar.
Susána Páez
Viaje Hace cuarenta años, más o menos a esta hora, estaba poniéndome el uniforme del Bauzá, el de preparatorios, con corbata celeste. Corría, casi en ayunas y medio dormida, las nueve cuadras que me separaban de la parada del 185. No tengo ni puta idea de por qué hoy y a esta hora me siento como entonces. Me veo correr por la escalera, dar vuelta el pasillo y pecharme con los de ingeniería. Ellos creían que los de abogacía éramos burros, nosotros creíamos que los de ingeniería eran raros, pero me gustaba Carlitos. Él me miraba, pero nunca me dijo nada, yo también lo miraba, pero estaba convencida de que los muchachos de dieciséis eran idiotas. Por qué carajo estoy recordando los pasillos del Bauzá. Hasta siento un perfume que no sé si era el del limpiador de pisos, o el de la profesora de historia nacional, medio tuerta, medio empastillada o medio borracha ( nunca lo pude descifrar). Mientras sigo escribiendo este déjà vu , la gata se despereza y yo me miro por dentro. No puedo ver qué cambió. Seguramente mis neuronas son menos, mis arterias están más rígidas y mis piernas más torpes, pero mientras sigo tecleando tengo dieciséis años y toallitas en el bolso, por si me viene y la base de maquillaje por si Carlos me habla. Subjetivamente mi interior es igual. No pasó el tiempo. Soy la adolescente que corría casi un kilómetro cuesta arriba para tomar el 185 y llegar en hora a clase. Una lágrima casi asoma. Pero olvidé cómo se llora. Mi mano nudosa aferra el vaso, el vidrio de la ventana devuelve mis ojeras, desaparece la joven de la
corbata celeste, la escalera del Bauzá, Carlitos, la profesora de historia y mi adolescencia de los putos setentas con marchas militares, dolores menstruales y primeras penas de amor.
·Enero Son esos días en los que me gustaría saltar hacia las estrellas o estrellarme en la acera desde un piso diez. Son así, me miro al espejo y veo una tipa tierna. Me miro por dentro y tengo un cinturón con explosivos y estoy lista para embestir a la multitud, con un aullido de loba agonizante. Y quiero que teman, que se aparten, que huyan, aunque a lo mejor sólo quiero un abrazo, que voy a rechazar porque soy una kamikaze, un montón de explosivos con pies, una loba agazapada, el rugido de un tigre en la garganta del tiempo.
Serie “ Ceguera fragmentada" de Caro Ramponi
Claudia Ă lvarez Pittamiglio
"la artista" TĂŠcnica : tinta resistente sobre papel Medidas: 21 x 29;7
"la florista" Tinta resistente sobre papel Medidas: 21 x 29;7 3
"la modelo ll" Tinta resistente sobre papel Medidas: 21 x 29;7
Mónica González Velázquez
La danza del colibrí
Golondrina de alas rotas, no vuela pero baila la canción desconocida del colibrí.
De mí tendrás las horas acumuladas sobre la espalda la cama blanca y el reino de los infantes. Ave-ballena, no vuela pero trastorna los sueños de Magritte.
De mi tendrás las tardes sobre la almohada y un lugar cálido en la palma de mi mano. Chimpancé de ojos tristes, no vuela pero ejecuta el Lunfardo de los que aman.
De mi tendrás la danza rota de los corazones sin vuelo.
De: Las eternas rutas
Romper huesos de paloma para hacerse escuchar
Estoy esperando una mejor ocasión para elaborar un verso acústico que me asista
Escribo:
En una vuelta de mi mano se abre el mundo los caminos buscan destino el viento enrarecido contempla sus islas la piedra es un puente que une continentes pájaros de vivos colores transgreden sus jaulas y en libertad sobrevuelan no hay nichos las deidades caminan entre los mortales
Canto a la ciudad lo que soy
asisto donde los hombres brindan (no son nuevas formas de olvido) yo también necesito saber
que existe algo que se llama destino. Un coleóptero hipnotizado surca la luz la noche es capaz de aplastarlo todo la brújula de mi mente gira en el líquido que me aguarda.
Nunca por el fuego pasa la boca inadvertida es un niño pequeño y frágil en el intento de nombrar el mundo.
Aquí estoy en la orilla del vértigo barca, constelación y cartografía línea que no cruzan los viajeros
el corazón de un árbol soy soy
De: Glory box
¿Por qué te fuiste, Leopoldo?
in memoriam Leopoldo María Panero I Me han dicho que de tanto asistir a la bocanada tu labio se fue consumiendo y al correr de los días un nuevo ventarrón azotó tu cabeza.
II Al paso de los días extrañaré tu voz ligera como canto de estornino tu mano dirigiendo los coros de los vagabundos en las calles de La Palma.
Desde ya, te extraña mi corazón de Ortiga no encuentra su luz verde mi semáforo.
Carajo Leopoldo ¿por qué te fuiste? me dejas con la cabeza a punto del incendio y los licores servidos.
III
Dime una sola palabra que te defina (yo nunca negué la lucidez de tu sonrisa amarga). Los dementes son ellos los que juzgan detrás de la baya:
invidentes alados, sostenidos por míseros pesos que nada valen (salvo para ir al día a día) burócratas con el culo chato (amantes con el culo chulo) sonámbulos cuidadores del culo del recién parido q u e n a d a v a l e n.
IV En tu ausencia y al paso de los días canturreo la misma canción empuño la mano en alto me empujo los anticonvulsivos y espero el viento atolondrado de la siguiente despedida. De: Lo poETICAMENTE incorrecto. Homenaje a Leopoldo María Panero
Francisco. M. Ortega y Palomares
Juan Pablo Moresco I
Flor verde flor de la tierra tu cuello fantasma se arquea se quiebra en el ritual de tu muerte se retuerce como el cuello de un pollo o de una gallina verde que nunca puso huevos que siempre empolló solo la tierra. Flor verde amante del tomate unidos por el capricho del hombre en funerales de estío velados en fuentes que no tienen agua. Hoy decidí matarte te he arrancado del nido seco, te dejé los dedos al aire llorando tierrita negra y a la cocina te llevé doliente y te arranqué una a una las alas verdes, hurgué en tu panza verde
hasta encontrar el verde claro de tu hijo el tierno secreto que ocultaban tus plumas. La imagen es hermosa: las gotas de agua tiemblan en tus hojas, en las hojas sin ojos que no vieron cómo mastiqué el crujiente hijo, el fresco brote de la gallina verde, de la flor verde que desnudé en la cocina y velé sin llanto, generoso, entre los platos, el pan y los tomates rojos.
II
Hija de la roca sólida perdura en tu alma el tiempo que te inmola. Eres la piel de la tierra que el viento acaricia. Limpias las impurezas y en tu afán rebelde imitas el agua. Tu laxitud trasciende los relojes las horas contigo están llenas de huellas
III Name-dropping
Fui amigo de Cortázar de Borges de Carpentier. Conocimos juntos a Bradbury a García Márquez a Neruda. Nos agarramos a piñas con Huidobro con Vargas Llosa, puteamos bajito a Heidegger con “Ser y tiempo” bajo el brazo. Fui amigo de Herrera y Reissig criticamos a Quiroga en la Torre de los Panoramas. Leímos a Peri Rossi y aprendí a nombrar a soñar o a andar despierto con el ego erguidísimo.
IV
Vuelve a tu madre, vuelve a tu ser y siente. La inteligencia coloniza tu mente, la divide en parcelas, la alambra y no ha púas. No es necesario cuando hay ideas con dientes.
Vuelve a tu madre, vuelve a tu ser y siente. Qué difícil la conciencia de la muerte, el aceptarnos finitos, el saber que esta angustia, este amor, este pensar tras el último latido se irán para siempre.
Y no habrá más duda y no habrá más dolor y no habrá, habiendo abierto alas que se desintegrarán al instante.
Por eso hoy tómate la tarde, mira los ojos del otro que te sirve el mate
que te habla de juegos
que te mira los labios, bebe despacio el tiempo, la caricia del aire; vuelve a tu madre, vuelve a tu ser y siente la paz de su pecho, el refugio de su vientre, el sabor del instante
Manuel Kiko Quintela
Marvín Salvador Calero
Los niños de América Latina Los niños de América Latina nacieron tristes En salas oscuras de hospitales públicos Sus madres lloraron al caer la noche Pero encontraron consuelo por la mañana
Los niños de América Latina crecieron huérfanos En las calles anónimas del desconsuelo Soñando con Disney Word y el Santa Claus de los niños ricos
Los niños de América Latina tienen un cementerio en el corazón. Por eso cuando te miran a los ojos sientes en ellos tu propia orfandad.
Pero los niños crecieron y se volvieron pájaros migratorios algunos nunca más volvieron por eso los niños nacen tristes en hospitales públicos y las madres lloran sin consuelo.
Extrañar la patria
A vos te escribo este poema A vos que tenés herida el alma Que vas anónimo por las calles Que te llaman de manera denigrante “migrante” Para vos que los principios del derecho Se escriben feroces sobre los principios de la discriminación. Para vos que naciste sin colonia Sin acres y sin comarcas Para vos que simplemente sos mano de obra barata Para vos hermano que estás lejos de tu patria Dejaste el corazón con los tuyos Para vos que llorás sin consuelo En la habitación minúscula de un cuarto rentado Para vos que la ciudad te traga en el anonimato Las letras de este poema escritos sobre el abandono.
Isis Filgueiras
Noé Lima
LAS MOSCAS
No siempre gocé de compañía
Ni la de mis padres convertidos en escamas menguantes
Ni la de los hijos que nunca tuve los que tampoco supieron desflorar el fémur roto de mi canción lunar ahogada en un charco de orina
mis gestos llenos de arañazos mis ojos parecidos a las caracolas con sus aguaceros de plumas celestes que siempre terminan en tus brazos y que supieron convertir mi pecho en un estanque no siempre gocé besarle el enjambre de las lunas rotas a tus ingles
en algún poema de Li Po después de usar una pistola para apagarle el tacto a los calendarios o simplemente hacer rodar la marea de los gatos pardos que anuncian el celo del rocío en tu tejado
No siempre créeme estuve rodeado de moscas que bostezan sobre las doradas grietas del cenicero o mi libro de Joseph Brodsky la bisagra del sueño que anuncia que la noche es una roca en caída libre y que es una lengua donde cabe la cavernosa sílaba de tu sexo la curvatura del silencio cuando el poema que te escribo termine siendo ese sepulcro donde quepan tu cuerpo y los cerezos
ARMADURA La piel es una baba temblorosa,
un ladrillo que arma muros en este siglo de whisky y desgracias.
La piel respira peces gigantes en la lluvia. Un guante blanco en el delirio desvela el vocablo de la noche.
El corazón es un acróbata rumiante; cae en picada sobre el miedo, ese granizo que mide parábolas en la lengua.
Hay un estruendo en la caída. Un mes de abril nos ve de reojo, reloj de arena verdugo en una cintura rota.
No puede ser sobreviviente del asco, de romper esta carne armada de Parkinson, de suicidas con la soga hecha lumbre en las mañanas, de raticidas en la mesa del dormitorio que roncan con nuestras penas.
No puede, ya lo dije, resistir la mala gramรกtica, la hora pico de los lunes; esa rabia de querer matar al inquilino del insomnio, aprender la lecciรณn ortogrรกfica de los ciegos.
La piel es un espejo con voces ahogadas.
Isis Filgueiras
Balkto Gloom
La Merienda de los Locos (segunda entrega)
Prefabricado, inserto inevitable, necesariamente, precocido vienes al mundo No sueñes que eres prisionero no busques carceleros... El cielo es un límite lejano para la pieza, el engranaje... A medida, llegas a ocupar tu lugar No te oprimen ni mutilan, llegas diseñado hecho a medida... Solo hace falta un poco de fricción y te hechas a rodar y así, inevitable necesaria estratégicamente todo funciona... … Da paso el temblor, a la mirada serena. Dan paso la náusea, la garganta cerrada, al sabor de los sorrentinos y la ironía... La bocanada química y el llanto, dejan lugar al cálido abrazo
de manos pequeñas... (............) El equilibrio ajeno, la paz extranjera, contagian por un rato... Se completa el cuadro y allí, por algún rincòn se manifiesta asimètrico, el hueco, la disonancia... el recuerdo constante de la Muerte de todas las cosas... …
Nunca te he visto tan esquelética alma mía... O quizás solo no lo recuerdo... La costumbre destruye hasta la melancolía y su práctica decorosa... Qué escriben los poetas que ya ni siquiera recuerdan cómo es estar triste? Al menos existe la Sed el Ansia la convulsión incestuosa del cuerpo hacia el alma, los dedos arrancando mechones al espejismo más cercano, el castañeteo arrítmico de una boca que quiere morder el aire los hombros los bancos de las plazas las cejas arqueadas los ojos asqueados la mentira el encanto
morder el encanto, despedazarlo morderlo, tragarlo, escupirlo sobre el alma esquelética, y recordarle.... que aún está muy lejos de saber qué escriben los poetas que olvidaron la tristeza. …
Entre los escombros rojizos sobre la herida árida tierra, un reflejo verde hiere los ojos de la muerte... Entre los cables ya inservibles de viejos precarios tendidos eléctricos, un ave diminuta, azul, hiere los ojos del mercenario... Bajo el sol ardiente, entre miradas oscuras y manos cansadas de gatillos, una sonrisa casi imperceptible, hiere los ojos del padre... En la noche insaciable, entre las luces perversas del fuego asesino, una caricia hiere los ojos del miedo, y por detrás del infame rumor de estallidos y llantos, una milenaria canción de cuna, hiere de muerte a la noche...
Se desmigaja todo mi amor... Se vuelve arena, pelos de gato que se pegan en cualquier ropa descuidada, se vuelve gotas de vino en mil gargantas, se desmigaja, se vuelve arena, se vuelve sangre en los Bancos de Sangre, pasto en el barrio, gorriones de plaza, migas en el delantal... porque se desmigaja, se vuelve arena, ¿puedes entenderlo amor? se vuelve arena...
Nuestra lírica es borracha desequilibrada... Efímera e intermitente, se escapa y gotea por el costado de la boca mojando el cigarrillo deforme. Arremolina entre alardes egocéntricos de locura o hermetismo, de audacia quema-neuronas o retiro espiritual de masturbaciones solitarias por amores ideales o maratones sexuales con amores mínimos Nuestra lírica carece de manifiestos y vanguardias de técnica y estilo de enemigos detractores
y devotos seguidores... Porque es bastarda; y te hace el amor llorando mientras te desangra y reclama caricias mientras ríe indiferente, porque es un cáliz boca abajo y una espada de madera y peregrino en ciber-desiertos con cannabis hidropónica en arena... Nuestra lírica es amorfa y primitiva, paradójicamente aceptada por una crítica ignorante de razones y emociones, actualimpulsiva, súper-seudo-comunicada abúlica y babeante... Qué decir del amor, si nuestra lírica es suicida, disonante?
Henos aquí… Mentirosos, alienados, rascando apenas la cáscara de la existencia… Por qué amplificar el sonido de una voz y para siempre? Henos aquí… Miserables, vestidos, desacreditados. Necesitando abrir los oídos, los ojos, a Una, siquiera Una experiencia trascendente, de una vez y para siempre. Sin palabra, sin honor, sin vergüenza, inmorales, sin norma, sin amor, gastando la moneda del pobre, henos aquí. El escenario dispuesto día tras día, noche tras noche, para actores desganados. Enfermos! de pereza, … Nosotros! Queremos ser poetas y ni siquiera comenzamos a ser reales… Es que aún no nos dimos cuenta? No nos queda otra opción que ser subterráneos. No elegimos. No-hay-opción! Nos movemos ciegos en medio de una profunda oscuridad, tragando tierra al respirar, sin cobijar siquiera la sospecha de una superficie luminosa. Sin cobijar siquiera la esperanza de su existencia. Y esa es nuestra hiriente verdad. Pues no. No hay ni sospecha, ni esperanza, ni existencia que podamos percibir más allá de nuestro limitado pataleo bajo tierra. De nuestra… olisqueada terrenal que solo eventualmente nos brinda un aspecto de nobleza. Dormir, comer, coger… Cohabitar, mentir, morir… Cohabitar, dormir, mentir, comer, mentir, coger, mentir, morir. Desde una pantalla me gritan: vivimos un solo instante, y ese instante es este
momento y Es la Eternidad… el Tiempo: una ilusión. La inexistencia del tiempo es para mí, una idea familiar, ha crecido junto a mi conciencia. Conocerla, hacerla mía, atesorarla,… aún no me ha servido de NADA. La patética duda que es mi vida, persiste en este instante, eterna, inmutable, inmovilizando el universo que exudan mis poros. Y heme aquí, mentiroso, hipócrita, alienado, miserable, vestido, desacreditado… Ya sin palabra, sin honor sin vergüenza, inmoral, sin norma, sin amor, gastando la moneda del pobre, heme aquí…
Isis Fiilgueiras “El vuelo de la mosca” (Acuarelas)
Sofía Luna 01
Ninguna de las veces que morí y tuve que enterrarme lloré de pena
siempre lloré de miedo un profundo terror
de no saber quién o qué renacería
02 La gente que amo y me hiere se me muere dentro de a poco
cada herida es como una catástrofe, un accidente
algunas son fatales entonces los lloro, velo y entierro
los duelo mientras caminan, beben sonríen
no son más que espíritus o viejas fotografías
los veo muertos hablantes y a veces los abrazo, los despido
“hasta mañana”
03
los miles de rostros entorno son sólo vacío
en este largo viaje nada viene a ocupar esta escena de mí
detrás un diluvio a mares de barro se traga el cielo
delante una nube blanca y pequeña grita
lo inevitable
Mina Feirrer
Esa soledad