1968 SIGNIFICADO HISTÓRICO

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Significado Hist贸rico Horacio Guajardo Elizondo


1968 Significado Histórico. Horacio Guajardo Elizondo Cuarta edición: febrero de 2013 Formación Electrónica: Diseño3 / León García Dávila, Yvette Bautista Olivares © Horacio Guajardo Elizondo © 2013 Universidad de Monterrey Av. Morones Prieto 4500 Pte., San Pedro Garza García, N.L. México, C.P. 66238 Conmutador: +52 (81) 8215-1000. Lada sin costo 01-800-801-UDEM. http://www.udem.edu.mx/ceh Primera Edición, 1997 Segunda Edición, 1998 Tercera Edición, 2005 Cuarta Edición, 2013 Quedan rigurosamente prohibidos, sin la autorización escrita de los titulares del "Copyrigth", bajo las sanciones establecidas en las Leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos de reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante cualquier alquiler o préstamos públicos. El contenido y las opiniones vertidas en estos estudios y su publicación son de entera y exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen a los editores del mismo. Impreso y hecho en México / Printed and made in Mexico ISBN: 978-968-6858-99-0


UNIVERSIDAD DE MONTERREY Dr. Antonio J. Dieck Assad Rector

Dr. Fernando Mata Carrasco Vicerrector Académico

Dr. Arturo Azuara Flores Director de la División de Derecho y Ciencias Sociales

Dr. Óscar Flores Torres Director del Centro de Estudios Históricos-UDEM



Horacio Guajardo Elizondo

INTRODUCCIÓN

El movimiento de 1968 tiene lugar en la historia de México junto a la revolución de 1910, las huelgas de la clase trabajadora, la insurgencia del EZLN y las elecciones de 1988 rumbo a la democracia. El recuerdo es colectivo. Encima de la nostalgia, significa lucha de entonces y de ahora.

1968, año crucial del siglo XX Del 22 de julio al 2 de diciembre vivimos días fuertes en juventud, ideas y reivindicaciones sociales... 2 de octubre no se olvida. Tlatelolco reune la muerte-vida que fluye de calles, escuelas y montañas. Siempre a la intemperie. México es un pueblo lleno de signos, relatos orales y corridos musicales. La memoria secular anota los discursos de Flores Magón y Vasconcelos, la suave patria de López Velarde y los pasajes sinfónicos de Revueltas y Moncayo, la universidad de Gómez Morín, los cuentos de Rulfo y los murales de Orozco, los ensayos de Octavio Paz y el proyecto político de Heberto Castillo. En las aulas, desde la utopía, se comienza a forjar el futuro. El sustento está en las bases de la sociedad. El autor participó activamente en el movimiento del 68. Dos escenas: a) la discusión en la asamblea del 15 de agosto en la UIA para suscribir el pliego de peticiones del Consejo Nacional de Huelga, y b) la 5


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marcha del 27 de agosto por el Paseo de la Reforma junto a estudiantes, profesores y mi compañera de toda la vida, Graciela. Momentos decisivos de nuestra historia social. Primera edición Este cuaderno consta de: a) Cinco escritos del autor publicados en La Prensa, El Porvenir y La Jornada. b) Escrito del autor: “Más historia que mito”, 2 de octubre de 1997. c) “Apoyo del Frente Auténtico del Trabajo”, 11 de agosto de 1968. d) “Discurso pronunciado por el Ing. Heberto Castillo en el Zócalo de México”, 27 de agosto de 1968. e) “Manifiesto del Consejo Nacional de Huelga”, 5 de diciembre de 1968. f ) “Nota periodística sobre el mayo francés” de 1968, Deutsche Press Agentur, 5 de mayo de 1993. ¿Cuáles fueron las principales consecuencias del movimiento?: se probó la capacidad de la juventud en el trabajo político. La democracia, la justicia y la dignidad son posibles. Cada generación se mide con estas exigencias. La edición de 1968 Significado Histórico tiene por objeto revivir la memoria de un acontecimiento ejemplar. Segunda edición En el lenguaje clásico de la industria editorial, que también puede ser llamado oficio, se dice que una nueva edición sale a las librerías “corregida y aumentada”. Aquí se hacen correcciones menores de índole gramatical o tipográfico, aumentan tres textos, fotografías, y a) parte de un escrito del Ing. Heberto Castillo, original de la cárcel de Lecumberri, b) poesía de Juan Bañuelos y c) entrevista a Cristóbal Garza Saldaña, por Elsa Garza García. Las ediciones de 1968 Significado Histórico no han tenido carácter comercial, salvo un paréntesis experimental de buenos resultados. Se trata de proporcionar material para el estudio del tema en diversas asignaturas universitarias. La reproducción de documentos, fotos y 6


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portadas de libros reconoce el valor de los acontecimientos y la presencia de sus autores en la historia. “Cuadernos de la Ventana”, colección de la Universidad de Monterrey, edita este trabajo al conmemorarse 30 años del movimiento de 1968. Tercera edición Un cuaderno de ocho páginas en papel amarillo, como su original, da realce a esta tercera edición de 1968 Significado Histórico que publica Difusión Cultural de la Universidad de Monterrey. Se trata de “Gaceta”, boletín informativo del Consejo Nacional de Huelga, 13 de septiembre de 1968. A 37 años de los acontecimientos el gobierno de la política y de la economía han tratado de borrar la gesta y la represión de 1968. No será posible. Se abrieron archivos y se creó una fiscalía para movimientos sociales y políticos del pasado. Los resultados han sido algunas declaraciones escurridizas por parte de personajes psicópatas. La memoria del pueblo persiste sin prescribir. Son muchos los ángulos en la historia del 68. Libros, filmes, teatro, pintura, poesía, novelas, universidades, partidos, ONG’s, performance, revistas, periódicos, volantes, marchas, pintas, relatos de generación en generación en aulas, hogares e internet. Referencia titular: “Libertad a los presos políticos”. En el año 2002 la UNAM y el Colegio de Michoacán realizaron un foro de discusión sobre la guerrilla en las regiones de México, siglo XX. El título se rebasó. Una de las exposiciones mas relevantes fue la del historiador Óscar Flores: “Del movimiento universitario a la guerrilla, el caso Monterrey”. “No se trata de un conflicto al que haya precedido una crisis económica” aunque hubo limitaciones de subsidios a la educación publica superior, bajos salarios al profesorado y estrecha vigilancia en las universidades a través de cuerpos policíacos. También señala influencias políticas desde intrigas oficiales hasta la formación posterior de nuevos partidos políticos de izquierda. Finalmente el autor cita la inserción internacional del movimiento. 7


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La figura mayor del movimiento de 1968 fue la asamblea. De allí sus debates y acuerdos se extienden por todos los rumbos en letreros inteligentes, brigadas de difusión y mítines relámpago; crece en las marchas históricas del 13 y 27 de agosto y del 13 de septiembre; sucede el genocidio del 2 de octubre. La participación en estos acontecimientos significa más que un recuerdo, es razón de vida. Además de incluir los contenidos anteriores, esta cuarta edición reproduce un artículo de Miguel Ángel Granados Chapa referido a Luis Echeverría: “La historia no lo absolverá” (Proceso, 28 septiembre, 2008). Nuevamente se subraya el carácter no comercial del cuaderno, es decír, se trata de una publicación de cultura política. El Centro de Estudios Históricos de la Universidad de Monterrey, no olvida el 44 aniversario de los acontecimientos de Tlatelolco y presenta este documental que registra puntos de contacto con Yo soy 132. La lucha continúa.

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ENCRUCIJADA

No es un presente grávido. Nace el futuro Las tensiones continúan en la guerra y el apetito de poder, en la invasión y el lucro, en el colonialismo y el artificio, en la explotación del trabajo y los puños cerrados, en el torbellino de la nada. Este contexto, con sus polos generadores de noticias, se margina. Y se perderá atrás. Por este camino de la evasión, nunca afirmativo, comenzó a borrarse un horizonte implacable de realidad. Y las nuevas generaciones irrumpieron para transformar el mundo. El foco conflicto se ha desplazado; las luchas estériles, las escaleras con trampa, las falsificaciones establecidas y los ritos solemnes se convierten en leños para el fuego nuevo. La tierra calcinada por el egoísmo y la soberbia se fecunda tal vez con sacrificio, tal vez con ciencia en el encuentro de semillas y sembrador. Una exigencia de amor.

¿Qué queremos? ¿A dónde vamos? Sabemos muy bien lo que lastra y nubla nuestro porvenir. Sentimos angustia por los muchos que sufren y nos irritan las mentiras y las 9


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muecas. Miramos la geografía y el tiempo se evapora. O corremos sin ver el camino. El cambio generacional, más allá de la biología y de la estadística, ocurre con certeza. Las atracciones de un lado, de otro lado, y hasta de terceros lados no satisface. Engañan, distraen. La perspectiva está adelante y arriba, en firme sentido ascensional, el espacio cósmico y el abrazo humano. La cruz, Cristo.

En la encrucijada que define a la vida Sería más que lamentable perderse en laberitnos mínimos confundiendo el barniz con la transformación. O regresar a la selva que sustituye la inteligencia por el instinto. Se trata de avanzar. Este proceso radica en la dirección de cada hombre y de cada pueblo de su propio destino. El cuadro de los conflictos de ahora se hunde con sus costras. La nueva dimensión de la historia parte de una solidaridad inicial. Los brazos se extienden en la necesidad y en la aspiración. El vértigo de los intereses huye para la creación, en clima de paz. Y en esa paz el hombre construye lo principal: el hombre nuevo. Los valores humanos y sociales se reavivan. Los bienes materiales, la cultura y el poder político en manos del pueblo. Sencillamente: la democracia. Y la encrucijada se hace vida y redención. (La Prensa. 29/8/68).

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PARÍS, PRAGA, MÉXICO

1968 fue un año profundamente rebelde. De frente, la juventud rechazó la farsa y afirmó la esperanza. 1968 simboliza dolor y verdad.

También lucha social París, Praga, México señalaron la historia con su vanguardia universitaria. La Sorbona, San Wenceslao, Tlatelolco fueron cátedras vivas, lecciones que aún sacuden nuestro mundo.

Mayo, agosto, octubre... Entonces 10 millones de estudiantes y trabajadores paralizaron el sistema francés y gritaron su inconformidad hacia viejas y decadentes estructuras escolares y económicas. Entonces los checoslovacos tiraron piedras a los tanques rusos para defender su suelo y su programa político autónomo: la primavera ideológica, plural y libre de cadenas. Entonces los mexicanos vivimos una perspectiva revolucionaria para sustituir la mentira por el diálogo y el charrismo oficial por la mano partidista de la democracia. 11


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¿Qué ha ocurrido en 10 años? Las consecuencias han sido rutinarias, negativas a una evolución saludable: 1) El reparto de poder en zonas de influencia persiste en su bipolaridad: Washington y Moscú encabezan los bloques tradicionales de occidente y oriente, con algunas disidencias como Pekín o Tirana y en algunos momentos Bruselas, sede de la Unión Europea. 2) La carrera armamentista no cede, por el contrario se acrecienta con la bomba de neutrones. 3) Los derechos humanos son gravemente heridos por los juicios soviéticos contra escritores, científicos, artistas y trabajadores. Pero es general el fenómeno de presos políticos, de discriminación por ideas, sexos, raza, religión e idioma... 4) Se multiplican y perpetúan los gobiernos militaristas, especialmente en África y América del Centro y del Sur. 5) El mundo especulativo de las finanzas sigue un proceso de enriquecimiento y de lujo... 6) El mundo del trabajo sufre desempleo, salarios bajos, subordinación colonial, injusticia... En Francia se corrigieron algunos puntos educacionales pero no de su economía; políticamente se desplazó de la derecha al centro. En Checoslovaquia aumentaron policías y militares y cinismo; los disidentes fueron encarcelados o huyeron al exterior. En México hubo una reforma discursera, al tiempo de registrarse represión sindical, campesina, universitaria: Todos, igualo peor, en la vereda de la corrupción, la mediocridad, el silencio... Retorna el fascismo tecnocrático, envuelto en espectáculo y diversión, consumo y más consumo. El norte satisfecho y el sur con muchos problemas, inclusive de supervivencia. La lección de 1968, 10 años después, es muy clara. (El Porvenir, 29/8/78).

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DE NUEVO AQuÍ

Cuando la política y la economía fracasan en sus respectivos y concurrentes proyectos sociales, la cultura asume la dirección histórica encabezada por la universidad. Esto sucedió en la década de los sesentas y con mayor precisión en 1968. Los nombres de Berkeley, Berlín, Sofía, Pekín, París, Praga y México figuran por derecho como postas de un camino que sigue y sigue... La presencia universitaria fue más que un éxito convencional, un sacudimiento profundo, una revolución cultural. “La imaginación al poder”, señalaron con alegría los estudiantes franceses. Fue un tiempo memorable. El sistema se asustó y acudió a sus expedientes habituales: el soborno y la represión, con mecanismos novedosos para continuar su dominio. Hubo algunas resistencias, pero los cuadros oficiales y privados terminaron por absorber hasta el lenguaje. Hablaron de “nuevas generaciones”, “cambio”, “diálogo”, “renovación moral”... Y volvió la rutina. La obra corruptora del sistema es bastante conocida. Todo se puede comprar y vender. Todo tiene precio. La vida se mide por el consumo 13


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y la diversión, inclusive la política, es un espectáculo. La década de los setentas representa un regreso al individualismo. Pan y circo, otra vez. La economía, por su parte, declina al parasitismo. Los fenómenos de producción y distribución se enredan con las finanzas y la especulación. La inflación se junta a la recesión, el monetarismo destruye el trabajo, la sobreproducción y la escasez exhiben una locura inexplicable. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. Entonces, la tarea corresponde a la cultura cuya mayor expresión es la universidad, al mismo tiempo debe enseñar e investigar, criticar y mostrar las posibilidades democráticas. Se necesita un 1968 constante, hasta la victoria.. (El Porvenir 4/3/83).

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1968: TESTIMONIO EN LA AULA Y EN LA CALLE

1968 es un símbolo mayor. Año de lucha social, de historia directa, de verdad. Cuando se inicia el análisis de este tema en mis clases universitarias o sindicales, hay expectación. Luego silencio y coraje, fuerzas del alma...

¿Qué sucedió en 1968? La primera mitad del año transcurrió conforme al calendario y a las costumbres. La economía mexicana, bajo el rubro del “desarrollo estabilizador” cumplía los objetivos de la clase dominante sin contratiempos ni alternativas: incremento de la producción, salarios de subsistencia, explotación de braceros y materias primas, paridad fija de 12.50 pesos por un dólar. Todo eso que se llama capitalismo periférico. La política totalmente en manos del partido oficial, PRI, con ligeras excepciones: veinte representantes del PAN, diez del PPS y seis del PARM en la Cámara de Diputados; algunos municipios, como Mérida y Hermosillo, con gobierno del PAN. El Partido Comunista Mexicano gestiona su registro legal para competir en la elecciones federales de 1970. 15


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La educación superior en función del régimen imperante. La Universidad Nacional Autónoma de México con 87 mil 390 estudiantes, el Instituto Politécnico Nacional, 55 mil 109. Después, números menores para centros educativos públicos o privados, de la capital o de la provincia, la Universidad Iberoamericana, por ejemplo, 4 mil alumnos. Un cuadro visible elitista. México tiene 46 millones de habitantes, en 2 millones de kilómetros cuadrados. El mundo registra novedades políticas tan serias como el triunfo de la revolución cubana y la resistencia del pueblo vietnamita. Berkeley y Berlín son escenarios del rechazo estudiantil al autoritarismo. El himno a la alegría de Beethoven ahora en la música “beatle”, junto con “Let it be...” 1968: huelga universitaria en París y enfrentamiento a los tanques militares en Praga. Marcuse dice que la lucha generacional sustituye a la lucha de clases. En rigor los estudiantes constituyen una nueva vanguardia de la sociedad.

Calendario básico El lunes 22 de julio arrancan los acontecimientos. Un incidente entre universitarios y politécnicos, por el rumbo de La Ciudadela, descubre el potencial revolucionario de la juventud mexicana. La policía pretende solucionar el problema en forma represiva, como siempre. Allí y en otros momentos se viola la autonomía universitaria. El jueves primero de agosto asistí a la manifestación que salió de Ciudad Universitaria y recorrió Insurgentes, Félix Cuevas, Avenida Universidad. El Rector Barros Sierra encabezó esta protesta. El martes 13 de agosto fui al Zócalo donde una multitud expresó su decisión en defensa de la UNAM con voces y antorchas encendidas. Allí estuvo el hombre de fuego que pintara José Clemente Orozco. El 16


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movimiento crece y las escuelas de la UNAM, del IPN, de Chapingo, de las Normales, etcétera, generalizan la huelga. El jueves 15 de agosto la asamblea de estudiantes y maestros de las carreras de Ciencias Políticas, Sociología y Antropología Social de la Universidad Iberoamericana se une al movimiento y exige también la solución de los siguientes puntos: 1) Libertad de los presos políticos. 2) Pago de indemnización a los familiares de los muertos y a los heridos víctimas de la agresión. 3) Deslindamiento de responsabilidades por la represión arbitraria y brutal de que fueron víctimas estudiantes y ciudadanos, por lo daños causados a la ciudadanía. 4) Investigación, enjuiciamiento y, en su caso, destitución y condenación de las autoridades y ciudadanos culpablemente involucrados en estos hechos. 5) Reestructuración y reeducación cívica de los cuerpos policiacos para que efectivamente garanticen los derechos ciudadanos. 6) Derogación a través de los órganos legislativos adecuados de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal para evitar que sirvan como instrumento jurídico de la opresión. Y luego señala los grandes problemas de México: “Es nuestra convicción que no se trata de una crisis social pasajera, sino de una manifestación de grandes problemas nacionales no resueltos, o deficientemente atendidos. Por ejemplo: 1. La injusta distribución del ingreso nacional; 2. El marginalismo y la discriminación tácita sobre todo en sectores urbanos, campesinos e indígenas; 3. El colonialismo interno, explotación de las clases menos favorecidas por el sector privilegiado de la nación; 4. Un sistema de desarrollo económico que pesa fundamentalmente sobre las clases populares; 5. La concentración del poder de decisión en pocas manos; 6. El control gubernamental sobre los medios de comunicación social; 7. La deficiencia de nuestras instituciones universitarias, que en su investigación, cátedras, planes de estudio y proyección social no han respondido suficientemente a los problemas que aquejan al país”. 17


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La participación de la UIA se dio bajo la forma de huelga activa, es decir, las clases fueron marco de informes y discusiones sobre los acontecimientos. Además se organizaron brigadas y contingentes para las marchas, hubo representación ante el Consejo Nacional de Huelga y la Coalición de Profesores. (La asamblea de la UIA me eligió presidente, cargo que desempeñé hasta febrero de 1969). El movimiento se extiende a Yucatán, Sonora, Michoacán, Chihuahua, etcétera. El martes 27 de agosto se realizó una gigantesca manifestación del Museo de Antropología al Zócalo. Al frente un camión del lPN con una muchacha enarbolando la bandera de México, un nuevo México, para ser preciso. Los gritos fueron críticos y certeros: “Únete Pueblo”. “Ché, Ché, Ché Guevara” ...”Libertad Vallejo”... “Diálogo”... La mejor noche de verano.

La represión aumenta, el movimiento más El viernes 13 de septiembre la famosa manifestación del silencio, protesta, dolor, coraje. El miércoles 18 el ejército invadió, sin más derecho que sus armas y las órdenes superiores, los recintos de Ciudad Universitaria. Todavía oigo la voz acusadora: “Soldado, estucha, tu hijo está en la lucha”. El martes 24 de septiembre la invasión del Casco de Santo Tomás del IPN por parte del ejército. La fuerza sin máscara. (Ese día en Monterrey asistí a un mitin relámpago en la esquina de Galeana y Madero. Estudiantes de la UNL apoyaban al movimiento). El sábado 28 de septiembre, a las cinco de la tarde, acudí a la Plaza de las Tres Culturas. El Consejo Nacional de Huelga estaba de pie y citó para el 2 de octubre. El miércoles 2 de octubre ocurrió el crimen de Tlatelolco. Los sucesos de Tlatelolco fueron un genocidio. Estudiantes, obreros, amas de casa, niños asesinados, intento oficial de borrar cualquier inconformidad ante los visitantes de la Olimpiada. El régimen quedó 18


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en su lugar: prepotente, falso, ignorante. Los mexicanos reconocen en la Plaza de las Tres Culturas su sacrificio y, lejos del fatalismo, su esperanza...

Lección de democracia La década de los sesentas fue rebelde. Su triunfo difiere del éxito convencional. Para México, el movimiento de 1968 es lo más relevante de la revolución de 1910. Pero no salió de la nada o llegó de fuentes remotas. 1968 tiene antecedentes en las luchas del pueblo mexicano por su liberación. Los más inmediatos fueron las huelgas de mineros (1950), maestros (1956), telegrafistas (1958), ferrocarrileros (1958-59), médicos (1964-65). En el campo de la educación superior deben mencionarse el proceso de autonomía de la UNAM (1929-33) y la huelga en el IPN (1956). El movimiento de 1968 es, en primer término, una lección de democracia: 1) Las asambleas son para proponer, discutir y decidir. 2) Las brigadas, las comisiones, las guardias constituyen células participativas de gran actividad. 3) Las manifestaciones expresan la verdad, desbaratan los mitos, prueban el espíritu de lucha. 4) La comunicación social enfrenta a la comunicación mercantil. Los volantes, las pintas de bardas y vehículos, las mantas, etcétera, obtienen credibilidad general. 5) La dirección del movimiento reside en los Comités de Lucha y el Consejo Nacional de Huelga. Las sesiones cambian de lugar y los representantes de escuelas y muchos de sus miembros fueron encarcelados. El principal dirigente de 1968 fue la asamblea de estudiantes y profesores. A partir de la base hubo numerosos dirigentes, dado el carácter multitudinario del movimiento. 19


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“La imaginación al poder” La profundidad del pensamiento del 68 registra, entre otros muchos, el siguiente texto del 3 de septiembre con la firma del Consejo Nacional de Huelga: “Que nadie pretenda llamarse a engaño. No estudiamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos, sin contenido humano. Nuestra causa como estudiantes es la del conocimiento militante, el conocimiento crítico, que impugna, refuta y transforma, revoluciona la realidad”. Un sistema pragmático con ribetes de cinismo, no puede aceptar ideas de la calidad citada. La mentira, la intimidación, la corrupción, se instalan y permanecen protegidas por la represión, o sea la razón de la sin razón. El reino de la impunidad.

¿Qué simboliza 1968? Más allá del misterio, constituye la esperanza de nuevos tiempos, de espacios democráticos, de una sociedad justa. 1968 proclama el socialismo y lo viven en ejemplos iniciales de autogestión. Reúne a socialistas de diferentes corrientes; comunistas, anarquistas, trozquistas, maoístas, cristianos... El movimiento de 1968 es capacidad de protesta y primeras realizaciones. Derrota al miedo y al inmovilismo. Sacude la historia y su belleza social alcanza momentos de utopía. Significa la posibilidad de llevar “la imaginación al poder” como en Francia y el mundo entero. 1968 es conciencia del propio valer y cimiento de un porvenir de justicia. (El Porvenir 5/8/88).

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REGINA

Regina existió realmente. Vivió en ascenso hasta su muerte el 2 de octubre de 1968. Hereda el poder de Cuauhtémoc y cumple una historia que va de la magia de los volcanes a las escuelas en el Tibet y la China, y alcanza un destino verdadero: el despertar del pueblo de México. Regina lo cuenta en un libro de 470 páginas editado por Jus. Su autor, Antonio Velasco Piña, lo atestigua. Se trata de un documento con imaginación o una novela con datos fehacientes. Los escritos de Teilhard de Chardin evitan que Regina sea calificada de esotérica, más allá de criterios y modos orientales. “La más elevada espiritualidad” y “la conciencia del planeta” significan el porvenir de la especie humana en su proyecto evolutivo. Otro rasgo de igual calidad ocurre cuando se reitera la posibilidad de “comunicarse con toda clase de seres... incluyendo (los) considerados como inanimados”. Aquí el recuerdo de San Francisco de Asís, el primer ecologista... Teilhard y San Francisco cantan a la materia, áspera y poderosa, y a la hermana agua, el hermano fuego y la hermana tierra... en el misterioso reino mineral. La historia novelada, con su matiz teatral, ha sido un género literario de indudable fuerza. Baste mencionar el Julio César de Shakespeare y 21


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Los Negocios del Señor Julio César de Bertolt Brecht, para coincidir en aquel personaje que inicia la serie política de los césares. Regina recupera nuestra cultura indígena sin olvidar la fusión con los españoles, señala a 1968 como año crucial. Allí se relatan los acontecimientos principales de aquella década rebelde. Hemos leído la crónica documental de Ramón Ramírez y el extraordinario testimonio de Elena Poniatowska en La Noche de Tlatelolco. Pero hablar de 1968 es todavía, después de 20 años de distancia, un asunto lleno de asombro y expectación. Regina, la reina, recorre el reino. La acompañan los representantes de las etnias náhuatl, maya, zapoteca y olmeca. Destacan por su simbolismo cuatro puntos centrales; el Zócalo, el bosque de Chapultepec, la Basílica de Guadalupe y Tlatelolco. Dos nuevos escenarios se agregan a esta geografía y son la explanada de Rectoría en Ciudad Universitaria y el Casco de Santo Tomás en el Politécnico. Lugares consagrados por la historia y el pueblo. En Regina se dice que el movimiento de 1968 es más peregrinación que revolución. Es difícil distinguir, porque las luchas encabezadas por Hidalgo, Morelos, Zapata y Vallejo toman conciencia y avanzan con el estandarte guadalupano en alto. 1968 fue precedido, en forma inmediata, por huelgas de trabajadores ferrocarrileros en 1958-59 y profesionistas médicos en 1964-65 que fueron perspectivas democráticas, avisos de dignidad. La manifestación del 27 de agosto de 1968 desbarató el mito de la infalibilidad presidencial, por lo menos. Luego la grandeza de la marcha del silencio, el 13 de septiembre. Y Tlatelolco, el 2 de octubre, más vida que muerte. (Y 1968 encuentra sucesión lógica en el movimiento que ahora en 1987 dirige el Consejo Estudiantil Universitario. Renace la esperanza, despierta el pueblo). Regina contribuye al estudio de la lección ejemplar; 1968 (La Jornada, XII/87). 22


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MÁS HISTORIA QUE MITO

Después de 1968 todo sigue igual, tal parece Persiste el contraste de ricos y pobres, lujo y miseria, poseedores y desposeídos, persisten el desempleo, la baja salarial, la emigración de mano de obra y de ganancias dolarizadas; persisten las carencias en salud, vivienda, educación; la discriminación étnica, cultural y social; el fraude electoral; persisten las costumbres hedonísticas que idolizan el consumo y el espectáculo...

Entonces ¿todo sigue igual? No lo creo. El movimiento de 1968 enfrentó un sistema y dejó una gran enseñanza: no todo se puede comprar y vender. A pesar de los afanes establecidos para enajenar a los demás, la sociedad mexicana sabe que puede exigir sus derechos. La democracia, la verdad, la justicia son valores en busca de realidad. 1968, fue un año de lucha ejemplar.

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¿Dónde está la generación del 68? Hubo casos de cansancio y de deserción hacia posiciones seguras. Pero otros muchos continúan: Félix Hernández Gamundi, Raúl Alvarez Garín, Marcelino Perelló, Pablo Gómez, etcétera, en todo momento la memoria de José Revueltas y Heberto Castillo. Hay impulso en universidades, partidos políticos, publicaciones, instituciones sociales, organismos internacionales, sindicatos, cooperativas, obras de un pueblo en construcción. El movimiento de 1968 expresó pasión y juventud, el poder de la asamblea. Enfrentar la represión requiere temple. Había represión verbal y laboral de la industria, la banca y el comercio; de la CTM y la CROC; del PRI; del PPS de Lombardo; de casinos y clubes; de medios de prensa, radio y televisión, salvo algunos espacios democráticos. Represión armada de policías uniformados, de cuerpos de seguridad privados y secretos, de formaciones paramilitares. El ejército era empleado contra estudiantes, profesores, padres de familia, obreros y burócratas, contra cualquier manifestación pública, contra las instalaciones universitarias y politécnicas. Aquí la presencia de una juventud con ideales, capaz de decir la verdad y enfrentar el engaño institucional.

1968 es una lucha social, más historia que mito El periódico del movimiento de 1968 se llamó Gaceta, boletín informativo del Consejo Nacional de Huelga. En su número 7, publicado el 13 de septiembre, incluye el resultado de la exposición y votación popular del símbolo representativo de la esencia del movimiento: dos círculos con figura asimétrica para representar las ideas de unidad nacional y estudiantil en torno a la bandera de libertades democráticas. En el citado número 7 se proporcionan informes sobre los mitines celebrados el 11 de septiembre en la explanada de rectoría de la UNAM y en la plaza del carillón de Santo Tomás, sede del IPN; se convoca a la manifestación silenciosa de esa tarde; y la Coalición de Maestros da respuesta al reciente informe presidencial. 24


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Un comunicado de prensa del Consejo Nacional de Huelga advierte las condiciones en ese momento: “El CNH y los estudiantes movilizados han decidido permanecer en huelga y en el movimiento hasta que la represión total y sin ambages sea un hecho. El CNH ha tomado medidas para que en caso de que las escuelas sean tomadas, el movimiento siga adelante. Para tal efecto, el CNH cuenta con cuadros directivos preparados para asumir la dirección del movimiento fuera de las escuelas si se hace necesario”. El movimiento de 1968 reivindicó y aún recuperó a) el derecho de pensar, b) de pensar distinto a la autoridad formal, c) decidir lo que se piensa, d) discutir en la casa y en la calle, y e) reunirse y protestar hasta el mismo Zócalo. Las manifestaciones de 1968 son imborrables: 26 de julio, 6, 13, 27 de agosto, 13 y 27 de septiembre. La ocupación militar del lPN y la UNAM nunca fue respuesta racional. El genocidio del 2 de octubre no tiene nombre. La esencia del movimiento del 68 está en la asamblea, generadora de ideas y propuestas, de responsabilidades y actividad. La utopía existe, nada es imposible. La experiencia democrática de México es muy limitada. Ni la antigüedad indígena ni la colonia española se caracterizaron por esta forma de gobierno, salvo en las rebeldías populares, levantamientos campesinos o huelgas mineras. Así ocurre en el siglo XIX especialmente con el movimiento de independencia. Nuestro siglo, a punto de terminar, registra varios momentos de alto contenido democrático a partir de la Revolución Mexicana: 1) La elección presidencial de Francisco l. Madero, a la caída del porfirismo. 2) La expropiación petrolera de 1938, después de las huelgas de trabajadores del ramo y fallo de la suprema Corte de Justicia de la Nación. 3) La elección en 1957 de Demetrio Vallejo como secretario general del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana. 25


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4) El movimiento de 1968. 5) La emergencia civil y fraternal en el sismo de 1985. 6) El movimiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, 1994. 7) Las elecciones del 6 de julio de 1997. Otros momentos impregnados de democracia han sido las huelgas de Cananea y Río Blanco, la rebelión de los yaquis, la guerrilla cristera, las huelgas de mineros, maestros, ferrocarrileros, médicos, electricistas, siderúrgicos en las décadas de los cincuenta a los setentas, el movimiento universitario del CEU, los esfuerzos electorales. En este recuento de movilizaciones de diferentes sectores del pueblo, figura la actividad del Frente Auténtico del Trabajo, a la vanguardia de la clase trabajadora desde 1960. El movimiento de 1968 despierta e impulsa formas democráticas de asociación, diferentes al corporativismo autoritario y mercantil que se caracteriza por liderazgos verticales de arriba –abajo. Los estudiantes y profesores aportan a la sociedad su estilo de discusión y obtención de acuerdos, con inteligencia. Las mentes perezosas suelen decir que detrás de los acontecimientos hay fantasmas y misterios. Al movimiento de 68 se le atribuyeron nexos con la CIA norteamericana y la KGB soviética, con políticos oficiales mexicanos como Carlos Madrazo o Luis Echeverría, con partidos políticos propios y ajenos, con gobiernos y embajadas, con el fantasma del comunismo... El entonces presidente Díaz Ordaz descubrió un hilo internacional desde quien sabe donde hasta México, para impedir la Olimpiada el 12 de octubre. El viejo cuento de “la conjura contra las instituciones”... Al mismo tiempo se dibuja una paloma de la paz y se usan las bayonetas contra la juventud de México. El Consejo Nacional de Huelga declaró su propósito de no obstaculizar los Juegos Olímpicos y acusó al Estado Mexicano de ser “cada vez más dependiente del capital extranjero no sólo en lo económico sino en lo político, en lo cultural”. 26


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Los antecedentes del movimiento del 68 están en México, sin desconocer el contexto mundial de ese tiempo. El pliego petitorio reclama “libertad a los presos políticos” en su primer punto. Los principales presos políticos eran Demetrio Vallejo y Valentín Campa, ambos líderes ferrocarrileros que exigían la democracia sindical. Las restantes peticiones eran la destitución de los jefes policiacos, la derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal, la desaparición del cuerpo de granaderos, la indemnización a los heridos y familiares de estudiantes muertos y el deslinde de responsabilidad de autoridades. El mismo año de 1968 se registraron huelgas estudiantiles en otros lugares: Francia y Checoslovaquia principalmente. En París se proclama “la imaginación al poder” y “prohibido prohibir”; en la primavera de Praga el pueblo detiene tanques militares con piedras y manos. Antes fueron Berlín y Berkeley. Sofía y Pekín. Daniel Cohn Bendit recuerda después “la revolución que habíamos amado tanto”... Los escritos sobre el movimiento de 1968 han sido abundantes, desde la clandestinidad hasta los reflectores. Como obra precursora, inmediata y personalmente entregada están los textos sobre universidad crítica y autogestión académica de José Revueltas. Y en el plano internacional a las ideas de Herbert Marcuse, que advierten la presencia de una lucha generacional. La literatura de 68 está encabezada por Libertad bajo protesta de Heberto Castillo que constituye un testimonio directo y personal en los acontecimientos lo mismo en la asamblea de la coalición de profesores, que en el grito de independencia la noche del 15 de septiembre de 1968 en Ciudad Universitaria “territorio libre de México”, hasta la cárcel de Lecumberri... El ingeniero Castillo ya tiene el reconocimiento de la historia. Su discurso el 27 de agosto en el Zócalo explica y guía el movimiento del 68.

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La noche de Tlatelolco, de Elena Ponitatowska; Posdata, de Octavio Paz después de su renuncia a la Embajada de México en India; Palinuro de México, de Fernando del Paso; La lección de mayo, de Carlos Fuentes; Los días y los años, de Luis González de Alba, México: una democracia utópica, de Sergio Zermeño. Regina, escrita por Antonio Velasco Piña, es una novela documental que contiene una valiente narración de los sucesos de 1968 en los que participó el autor. Forman parte de esta literatura del 68 los dos tomos de Ramón Ramírez con la crónica documental y los suplementos de Historia y Sociedad dedicados al tema. La poesía es también abundante. Para no extenderla cito a Marco Antonio Campos, Juan Bañuelos y a Martha Estefanía Caballero que clama: “Tlatelolco, Tlatelolco.../ ¿Para qué tanta vuelta a lo mismo? / no hay trigo en el molino.../ ¿Qué has hecho maldito / con ellos, conmigo, con nosotros?”. La cizaña se agazapa y la juventud sigue adelante. En el campo cinematográfico figuran El Grito, como documento histórico y Rojo Amanecer. 1968 despertó la conciencia política de México. Con apoyo en las luchas obreras, campesinas, estudiantiles y el movimiento médico de 1964-65 se ganó la calle; se abrieron espacios a la voz de la sociedad en prensa, radio, cine y televisión; se dio paso al pluripartidismo y a la ciudadanización electoral. El valor de 1968 crece en el tiempo. Su lección no se olvida. El camino de las reivindicaciones sociales representa un esfuerzo general encabezado por una vanguardia lúcida y valerosa. No cede a la represión, enfrenta a la clase dominante, sus recursos y sus cómplices. Para el pueblo de México la lucha continúa.

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• Necesitamos poner fin al pragmatismo y a la desigualdad social. • Necesitamos calidad educativa, fuentes de trabajo y de progreso. • Necesitamos libertad responsable, democracia y justicia. Queremos una sociedad con voz y voto, con derecho a la vida y a las oportunidades. El espíritu del 68, hasta la victoria. 2 de octubre de 1997. 68 FUE TESTIMONIO de conciencia social. Desde el aula, en la calle el movimiento de 68 denunció la mentira y rompió la urdimbre de quietud. Prueba valiente en París, Praga, México de verdad universal.

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Horacio Guajardo, Heberto Castillo y Cirilo Ortiz.

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ValentĂ­n Campa y Horacio Guajardo.

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APOYO DEL FRENTE AUTÉNTICO DEL TRABAJO

Durante los acontecimientos de 1968, el Frente Auténtico del Trabajo apoyó el movimiento de los estudiantes y condenó la intervención represiva de las fuerzas armadas. Esta posición fue de gran valor en momentos difíciles cuando el sindicalismo oficial y demás órganos del sistema exhibían su carácter sumiso respecto al gobierno. Aparte de concurrir a marchas de protesta y reuniones del movimiento estudiantil, el IV Consejo Nacional del FAT, reunido en León, hizo un pronunciamiento cuyo texto fue dirigido al presidente de la República. Este documento histórico dice: Los suscritos, integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Frente Auténtico del Trabajo, por acuerdo del IV Consejo Nacional de Trabajadores, celebrado los días 10 y 11 de agosto en la ciudad de León, Gto., nos permitimos dirigirnos a usted de la manera más atenta, para hacer de su conocimiento el acuerdo de este Consejo Nacional, en relación con el conflicto estudiantil que se ha suscitado en estos últimos meses en el D.F. Considerando que el sector estudiantil representa para México y para el mundo, la esperanza para transformar las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales. Estructuras que hasta ahora han sido

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incapaces de dar una respuesta eficaz a los distintos problemas que afrontan los diferentes sectores sociales que integran la sociedad. Considerando que en este proceso de transformación de las actuales estructuras, el estudiantado, los profesionistas, la juventud y la clase trabajadora, son factores determinantes para lograr el desarrollo personal, integral y colectivo del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres. Considerando que en estos últimos meses, a raíz de los acontecimientos violentos que se han presentando en el sector estudiantil por la intervención de las fuerzas represivas, significan violaciones a las garantías individuales más elementales de la persona humana: Este IV Consejo Nacional de Trabajadores ACUERDA: 1. Apoyar decididamente a los auténticos estudiantes, en su lucha por restablecer la paz y la tranquilidad en los centros de estudios de todo el país y en especial en los centros de estudios superiores del D. F. 2. Condenar enérgicamente la intervención de agentes extraños al sector estudiantil así como la intervención represiva de los granaderos y del ejército; que el estudiantado se organice en un frente común, no para atacar, sino para exigir el respeto de los derechos humanos. 3. Así mismo, este IV Consejo Nacional de Trabajadores, se hace solidario con las peticiones del Comité Nacional de Huelga de los estudiantes, en el sentido de exigir: a) La desaparición del cuerpo de granaderos, y la no creación de ninguna otra organización de tipo represivo, ya sea de policía o del ejército.

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b) La destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Mendiolea, Jefe y Subjefe de la Policía del D. F.; la destitución del Teniente Coronel Frías, comandante del Cuerpo de Granaderos. c) La indemnización de los familiares de los estudiantes heridos o muertos por las autoridades responsables. d) La liberación de los estudiantes que han sido detenidos arbitrariamente, y todos los presos sindicales. e) La desaparición de los Artículos del Código Penal Federal 145 y 145 -bis. f ) El deslindamiento de las responsabilidades de las autoridades gubernamentales que resulten comprometidas en el conflicto. En atención a lo antes expuesto, solicitamos de usted, señor Presidente, ordene las medidas necesarias a fin de solucionar satisfactoriamente el problema estudiantil conforme a la justicia y a la razón. Los presos sindicales aludidos fueron Demetrio Vallejo y Valentín Campa principalmente, ambos ferrocarrileros. Se recuerda que estos dos nombres estuvieron presentes en las grandes manifestaciones al lado de Emiliano Zapata y Ernesto Guevara... El Comité Ejecutivo Nacional del FAT incluía en aquel tiempo a Nicolás Medina, Patrocinio Caudillo, J. M. González, Alfredo Domínguez, Jesús Levario, Graciano Guadarrama y Antonio Velázquez.

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DISCURSO DE HEBERTO CASTILLO

Nos encontramos aquí en la Plaza de la Constitución, después de pasear nuestras convicciones por las calles de México. Hemos venido con el pueblo, estudiantes y maestros, para expresar en esta magna asamblea nuestra voluntad de que el Gobierno de la República escuche la voz del pueblo. Para que se percate de que el diálogo público, en el que tanto hemos insistido desde un principio, sólo puede reportar beneficios a la Nación, en fin, que es inevitable reconocer la suprema autoridad del pueblo, ahora y siempre. Hemos llegado aquí para reivindicar a la Constitución General de la República, sistemáticamente violada. Ese pequeño gran documento que se había convertido en el “libro olvidado”. Ese documento es el que ha servido de bandera a la juventud estudiosa de México, y a nosotros sus maestros. Bandera que enarbolamos con pasión, con vehemencia, en la medida en que entenderemos que su estricto cumplimiento abre caminos de libertades democráticas para que el pueblo trabajador se libere de la opresión secular que pesa sobre sus hombros y que no le ofrece otra perspectiva que seguir siendo mercancía -hombre. Nosotros buscamos otros horizontes. Y para ello acudimos a la Carta Magna. Esa es nuestra bandera. 69


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Estamos aquí para devolver, por segunda vez en unos cuantos días, la dignidad que había perdido la Plaza de la Constitución en las concentraciones multitudinarias de los últimos veinticinco años. Cuantas veces contemplamos con dolor cómo los peores enemigos del pueblo trabajador, sus líderes vanales y traidores a su clase, le obligan -a ese pueblo- a participar en festivales de indignidad, en concursos de abyección, año tras año. La Plaza de la Constitución recibe ahora el calor, el amor, de más de doscientas mil voces que proclaman la necesidad de que la dignidad, el decoro, la valentía y la razón conduzcan las manifestaciones populares de México. Esta Plaza recibe ahora a esta asamblea que exige que México reoriente sus caminos, que exige que la voz del pueblo se escuche. Y lo que es más definitivo aún: que exige que la voz del pueblo se acate. Las autoridades han aceptado que nuestros problemas, los planteados en el pliego de los seis puntos, para ser resueltos, deben tratarse con quienes representan, inequívocamente, a los estudiantes, en este conflicto. Y quienes han dicho que los estudiantes carecían de banderas propias, deben aceptar que la defensa de las garantías individuales se hace desde la tribuna de la juventud, porque quienes debieran velar por su cabal cumplimiento no lo han hecho. ¿Qué deseaban esos cultos hombres de México que contemplan el problema estudiantil desde la cómoda poltrona de sus intereses?… ¿Qué los estudiantes siguieran su ejemplo, quizá? Olvidaron que cuando en un país determinado abundan los hombres sin decoro, hay siempre unos pocos hombres que representan el decoro de los demás. Y esto, justamente, han hecho los estudiantes todos de México.

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Quienes pretenden constreñir los alcances de este movimiento a los ámbitos propios de la alta cultura en México, quienes desean limitar el marco de acción de los estudiantes a la lucha por la solución de problemas puramente escolares, son los mismos que desean encadenar las ideas que surgen de los centros de educación superior al estrecho campo material de los recintos escolares. Los centros de alta cultura, son, deben ser, fermento, levadura, para que surjan las banderas que encabezan la lucha de nuestro pueblo por su redención definitiva. Por ello nuestro movimiento deber ser un instrumento del pueblo trabajador. Un instrumento que le abra cauces democráticos al pueblo, para que llegue a tener una efectiva representación en los puestos de mando de la nación. Debemos entender muy claramente que la operancia de las leyes radica: no en el hecho de que están o no escritas, sino, fundamentalmente, en que estén o no apoyadas por el pueblo. Arropemos, como hasta ahora, nuestras demandas con el apoyo popular. Seamos instrumento de conciencia de nuestro pueblo. Y para lograrlo debemos ser intransigentes en la defensa de nuestras convicciones y consecuentes con nuestra táctica de lucha. No demos un solo paso que siembre la desconfianza en el pueblo. El movimiento estudiantil, nuestro movimiento, ha conquistado ya grandes triunfos. El hecho mismo de que estemos ahora aquí, reunidos pacíficamente, es uno de ellos. Ha roto los diques de la ignominia que la prensa, la radio y la televisión habían levantado para evitar que las voces más conscientes de nuestro pueblo llegaran a éste y le despertaron de su letargo de tantos años. Ha surgido la nueva prensa; la prensa de los volantes, la prensa de los camiones. La radio y la televisión han sido reemplazados por los 71


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cientos y cientos de brigadas de estudiantes y maestros que han ido al diálogo abierto con el pueblo. El movimiento estudiantil ha logrado que la UNAM se pronunciara en apoyo a sus demandas. Y lo ha hecho en base a sus razones esgrimidas, y fundamentales en base a la unidad de los sectores estudiantiles en torno a esas demandas. Ha logrado este magno movimiento que en México, por vez primera en muchos años, se respeten los derechos de expresión, de reunión, de manifestación y tantos otros que se habían convertido en letra muerta en la República Mexicana. Pero en mi opinión, en la opinión de la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas, uno de los triunfos más grandes ha sido la incorporación activa de grandes sectores del pueblo a la lucha estudiantil. Es, sin lugar a dudas, la conquista más grande de ese movimiento. Porque es la victoria que, de consolidarse el triunfo, permitirá a nuestro pueblo seguir adelante en la conquista de su soberanía. Por estos avances reales, innegables, conquistados ya, es que tenemos una grave responsabilidad histórica. Quienes con su trabajo crean la riqueza de México, tanto en las fábricas como en los campos de labor, han visto como la fuerza popular organizada, en este caso estudiantil, es capaz de hacer a un lado a los falsos representantes que han medrado a sus anchas en el clima de corrupción que priva en la República. Las falsas organizaciones estudiantiles y sus líderes “charros” ya no podrán jinetear más con los derechos de quienes dicen representar. Debemos enseñar a nuestro pueblo que se puede triunfar y sobrevivir. Amargas experiencias anteriores hicieron cundir el escepticismo en la población.

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Se llegó incluso a considerar imposible la existencia de dirigentes honestos en libertad. Y esto fue posible en virtud de que todos los grandes movimientos que obtenían grandes victorias parciales, culminaron siempre en una gran derrota. Las fuerzas negativas de México salieron ganando siempre al final. Es necesario que aprovechemos estas amargas derrotas. Estamos claros de que para enseñar a nuestro pueblo que se puede triunfar y sobrevivir, es necesario que triunfemos y sobrevivamos, LUCHANDO. Con el triunfo de este movimiento nos encontramos en posibilidades de iniciar la lucha popular por las libertades democráticas. Mantengamos viva la confianza del pueblo, no sólo en los estudiantes, sino también en las posibilidades del triunfo. Y esa confianza, qué duda cabe, se reafirmará con la consumación del triunfo. Ahora bien, ¿qué entendemos por triunfo? Pues la aceptación de las autoridades al pliego petitorio de los seis puntos. Demanda que ya no es sólo estudiantil. Demanda que es eminentemente popular, como lo demuestra esta Gran Asamblea del Pueblo. Si logramos esta aceptación habremos mostrado al pueblo el valor que tiene su fuerza y la fuerza que tiene su valor. Acabaremos todos por entender que no son abstracciones la fuerza del pueblo y los intereses del pueblo. Entenderemos todos nosotros que no basta con tener la razón. Que no es suficiente hacer planteamientos justos. Que se requiere, que es indispensable que el pueblo trabajador de México haga suyas estas demandas. Y que las defienda en consecuencia.

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Por ello, para triunfar, para sobrevivir, es indispensable obtener un triunfo inmediato; la aceptación del pliego petitorio de los seis puntos. Y para ello necesitamos iniciar el diálogo público, en condiciones tales que se garantice el que los estudiantes nombrados en las diversas comisiones no puedan verse envueltos en la menor sospecha de traición; a la vez que se aseguren las condiciones operantes de trabajo, que permitan llegar en el menor tiempo a una solución favorable para nosotros. NO CERREMOS CON INTRANSIGENCIAS DE MÉTODO EL CAMINO PARA QUE NUESTRAS INTRANSIGENCIAS DE PRINCIPIO SE RESPETEN CABALMENTE. A nosotros, estudiantes y maestros, nos preocupa resolver el problema a la brevedad posible. Jamás hemos planteado la necesidad de prolongar este conflicto. Todo lo contrario. Sabemos que las autoridades podrían terminar de inmediato con todos los problemas aceptando nuestro pliego petitorio que ha sido aprobado por aclamación en la Magna Asamblea del 13 de agosto, y que ratifica esta segunda Asamblea Libre y Soberana del Pueblo, esta noche del 27 DE AGOSTO DE 1968. Todos regresaríamos jubilosos al trabajo. Todos tenemos gran ansiedad por seguir trabajando en beneficio de nuestro pueblo. Y debemos decirlo con franqueza: tenemos mucha prisa. Somos conscientes de que debemos dar por terminada cuanto antes esta primera etapa en la lucha por las libertades a que tiene derecho el pueblo de México. Sabemos que el camino de su liberación definitiva es largo y queremos recorrerlo en el menor tiempo posible. Debemos decirle al pueblo de México que avanzado en esta lucha hemos contado con su apoyo. Siempre han existido hombres que defienden los intereses populares. Sin embargo, las más de las veces han estado actuando solos, 74


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apoyados exclusivamente en sus convicciones y esgrimiendo sólo el arma de su razón. Las cárceles del país están llenas de tales mexicanos ejemplares. Por ello nuestro pueblo debe saber que para que sigamos defendiendo con buen éxito sus intereses, necesitamos seguir contando con su apoyo. En el momento en que el pueblo no cubra con su manto protector a los hombres más conscientes de sus responsabilidades ciudadanas, la Constitución que ahora hemos hecho vigente en muchos de sus artículos, volverá a ser olvidada. Y nosotros, estudiantes y maestros seremos víctimas de las represiones más violentas. Ahora el pueblo de México acude a proteger a sus hombres limpios, encarcelados por ser limpios. Ahora el pueblo comandado por los estudiantes vuleve a imponer su autoridad, su voluntad. Y esta voluntad podemos expresarla ahora en el punto fundamental de nuestro pliego petitorio. LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLÍTICOS. Yo pregunto a esta Magna Asamblea: ¿Estamos por la libertad de todos los presos políticos? ¿Hay alguien en esta Asamblea que se oponga?… Bien, El pueblo, una vez más, ha expresado en esta noche su decisión. Debe quedar entonces, claro, que este gran movimiento abre perspectivas de libertades democráticas a nuestro pueblo porque ha defendido la justicia, la razón, la libertad. Porque este movimiento lo han llevado adelante los verdaderos estudiantes y los verdaderos maestros. Porque hemos sabido hacer a un lado a las organizaciones tradicionales y hemos sabido incorporar al pueblo. ¡Sigamos con las manos limpias! ¡Con las conciencias limpias! ¡ADELANTE, PUEBLO DE MÉXICO!! 27 de agosto de 1968. 75



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CONSEJO NACIONAL DE HUELGA

MANIFIESTO A LA NACIÓN “2 DE OCTUBRE” Durante los últimos meses de 1968, el país se ha visto sacudido por la protesta de miles de estudiantes que a través de la demanda de solución de un pliego petitorio que consta de seis puntos, cuestionan ante el mundo la imagen que de México la clase dominante ha pretendido crear y en la que se presentan como rasgos esenciales, la paz, la estabilidad y la riqueza. El movimiento estudiantil de julio ha surgido como resultado de viejos problemas planteados a un régimen que los ignora, los niega o que pretendiendo resolverlos, en realidad sólo consigue agravarlos y ha evidenciado ante este mundo la situación de miseria y falta de libertades políticas en las que viven la mayoría de los mexicanos. Efectivamente, este movimiento es expresión de las profundas desigualdades en la distribución del ingreso, consecuencia de la concentración en unas pocas manos de la riqueza generada por el pueblo, de la cada día más creciente dependencia de la economía mexicana al imperialismo norteamericano, revelado en el crecimiento vertiginoso de las inversiones extranjeras; de una política de desarrollo que favorece esencialmente al capital privado propiciando vastos 77


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desequilibrios regionales, beneficiando exclusivamente los intereses de una clase por medio de un sistema impositivo que ampara a los grandes capitales y que va en detrimento de quien sólo posee su salario como fuente de vida; de la irresponsabilidad de un gobierno que elude actuar en beneficio de las grandes mayorías de campesinos y obreros quienes aún no encuentran satisfechas sus necesidades vitales de alimentación, vestido y vivienda. En resumen, las decisiones políticas y económicas del gobierno mexicano no representan los intereses de una clase, propician y amparan la explotación de los demás y crean un marco de irracionalidad en el que los problemas socioeconómicos del pueblo hallan sólo una relativa solución. Así, los jóvenes campesinos, obreros y estudiantes no tienen acceso a perspectivas dignas de vida, pues las fuentes de trabajo se crean en beneficio de intereses particulares y no de la colectividad, dándose, por ejemplo, la paradoja de una sociedad que crea técnicos y profesionales a quienes no ofrece empleo y que, además no crea aquellos técnicos que necesita y los trae del extranjero. Así los jóvenes viven escuchando las halagadoras palabras de quienes les ofrecen el futuro del país, pero les niega sistemáticamente toda oportunidad de ser un presente actuante y participe de las decisiones provocando en ellos la necesidad de transformar esta sociedad. El carácter antidemocrático de las estructuras políticas del país, que se manifiesta en su incapacidad para resolver auténticas demandas populares, es resultado de prácticas políticas obsoletas y que no solucionan los problemas de la sociedad mexicana actual, la democracia en México es un mero concepto, una forma más, pues la política se hace al margen de las mayorías populares, de sus aspiraciones, interés y exigencias, las determinaciones son tomadas por un restringido núcleo de personas que obstaculizando la participación política del pueblo lo niegan como instancia última de decisión. La sistemática represión a todo intento de organización política independiente, el sistemático encarcelamiento o asesinato de los líderes más honestos, la construcción de marcos jurídicos que impiden por decreto toda participación organizada, y la falta de información 78


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nacional veraz, han impedido y frenado el surgimiento y desarrollo de organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y en general ciudadanas, que puedan participar libre, responsable y combativamente en contra de las medidas de opresión del gobierno. Así Demetrio Vallejo y Rubén Jaramillo que no aceptaron el sometimiento a las disposiciones gubernamentales fueron asesinados, considerando también como asesinato el encarcelamiento injusto de un líder justo. También es parte de este marco, la política nacional, la manipulación a través de la corrupción de la opinión pública, el fraude electoral y consecuentemente, la apatía, el desinterés y el marginalismo en la participación política. La ausencia de actitudes criticas, uno de los más altos valores que definen a la ciudadanía y elemento esencial del desarrollo de cualquier sociedad que tenga pretensiones democráticas. El movimiento estudiantil se ha expresado en la demanda de puntos concretos: el pliego petitorio y el diálogo público; a través de ellos se encierra una crítica profunda a las bases que sustenta el sistema político, económico y social que vivimos. Al responder a las arbitrariedades de los funcionarios públicos y logrando que éstas no queden sin respuesta, ha expresado la necesidad de que el monólogo oficial sea sustituido por un diálogo en el que participe la nación entera. En adelante el gobierno deberá esperar una respuesta del pueblo a los actos de arbitrariedad de quienes abusan de sus atribuciones utilizando al ejército y la policía para atropellar los legítimos derechos del pueblo. El movimiento ha sido resultado espontáneo de la indignación de prácticamente todos los integrantes de la instituciones de educación superior del Distrito Federal y de otros lugares del país; la arbitrariedad y brutalidad policiacas al agredir a grupos estudiantiles que hacían uso de un derecho consagrado en la Constitución al manifestarse públicamente en protesta a anteriores agresiones ordenadas por funcionarios irresponsables. Ello debe considerarse como la expresión del descontento y la protesta latente del pueblo frente a la injusticia. Descontento que se ha canalizado en los últimos meses a través del movimiento estudiantil. El Consejo Nacional de Huelga, máxima expresión organizativa del movimiento no ha asumido una posición ideológica homogénea porque ha acogido en su seno a todas aquellas corrientes que luchan por el avance democrático del 79


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país, por la vigencia de la Constitución y por una sociedad en la que todos nuestros compatriotas encuentren oportunidades para expresarse y desarrollarse cabalmente como hombres y ciudadanos. En esta última demanda implícita del movimiento, en lo que coincide con los movimientos estudiantiles de otros países que exigen para el presente y el futuro, sociedades en que la expresión cabal del hombre sea una realidad. De aquí que nuestro movimiento haya recibido el apoyo de todos los estudiantes y ciudadanos conscientes del mundo. El Consejo Nacional de Huelga ha demandado la democratización de las prácticas políticas y lo ha hecho dando ejemplo de democracia, ya que todos los centros educativos participantes han tenido permanentemente e irrestrictamente voz y voto en las decisiones tomadas, los órganos soberanos de nuestro movimiento han sido las asambleas de estudiantes y el pleno del Consejo Nacional de Huelga, representante auténtico de dichas asambleas. En ellas no se le ha negado la voz a nadie a pesar de lo que han pretendido órganos de información interesados en desvirtuar al movimiento. Hemos demandado la democracia porque la hemos practicado irrestrictamente. Si hemos exigido un diálogo público, no ha sido buscando la forma de eludir la solución del conflicto, sin porque consideramos y es una cuestión de principio en el movimiento, que los asuntos que afectan al pueblo deben ventilarse abiertamente. Hemos demandado la libertad de los presos políticos porque estamos convencidos de que los disidentes de los criterios oficiales y los opositores al régimen no son delincuentes. La existencia de presos políticos es una de las mayores lacras del sistema y es característica de los regímenes autoritarios en todas partes y en todas épocas. Son presos políticos: Vallejo, Campa. Y son presos políticos nuestros compañeros que fueron aprehendidos a partir del inicio de este movimiento, pues su único delito consistió en haber marchado junto con todos nosotros, los estudiantes y el pueblo de México en las manifestaciones públicas que recorrieron las calles de la ciudad; el haber utilizado las tribunas creadas por el movimiento para expresar su 80


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disidencia con el gobierno, y en fin, en haber hecho uso del legítimo derecho de expresión para protestar contra los abusos gubernamentales. Pese a las dificultades a que hemos debido enfrentarnos, pese a la intransigencia y la intolerancia del gobierno expresada el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, pese a todo ello, el movimiento ha arrancado al Estado algunas demandas y ha abierto nuevas perspectivas de la vida política del país, marcando nuevas etapas en su desarrollo... Las demandas arrancadas son la discusión pública del artículo 145 del Código Penal, antigua demanda de los sectores democráticos del país y que sólo hasta ahora adquiere las dimensiones de un debate nacional, y no nos referimos a la farsa montada en la Cámara de Diputados, sino al cuestionamiento que se ha hecho del aparato jurídico a raíz de la discusión sobre el citado artículo. El reconocimiento que el Poder Ejecutivo tuvo que hacer del descontento general y legítimo se deja ver en el momento en que se nombran representantes presidenciales ante el CNH, hacemos público que a pesar de haber reconocido la fuerza de la representatividad del CNH, el gobierno sólo ofreció soluciones limitadas. La desocupación de la mayor parte de los Iocales educativos, los compañeros liberados, la defensa de la Universidad expresada a través del apoyo del CNH al rector de la misma, sobre quien pretendían gentes interesadas en terminar con la institución, arrojar la responsabilidad de nuestro movimiento, son algunos de los resultados de nuestra permanencia activa y militante y no graciosas concesiones del gobierno. Existen, además, otra serie de logros que aunque menos concretos son más importantes para la vida política de México. El movimiento ha abierto en el país una etapa de discusión, de crítica y de reflexión política revelando las lacras del sistema, promoviendo así que amplios sectores del pueblo, indiferentes muchas veces ante los graves problemas que afectan a nuestra comunidad, tomaran conciencia de esos problemas y estuvieran dispuestos a luchar por la solución de ellos. 81


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Ha demostrado que en México es posible movilizar a grandes sectores del pueblo, al margen de los controles oficiales, en manifestaciones y mítines, en los que la participación fue resultado de la convicción y no de presiones o recompensas. Uno de los logros fundamentales del movimiento es el haber acercado a través de las “brigadas políticas” a los estudiantes, con el pueblo de México y sus problemas. En las colonias proletarias, en las fábricas, en Topilejo, los estudiantes conocieron de una manera concreta a ese pueblo que la retórica oficial ha convertido en mera abstracción, y en la que sus problemas quedan ocultos con un alud de palabras. Por otra parte, en las brigadas los estudiantes han demostrado su capacidad organizativa y de militancia política, han demostrado en Topilejo que su participación en la resolución de los problemas del país puede ir más allá de pintar fachadas los domingos y de participar en carreras de bicicletas, como pretende el criterio oficial. Estos triunfos parciales han costado mucho en vidas y sacrificios y no han satisfecho de ninguna manera las demandas que formulamos desde el principio, dada la intransigencia de los padres públicos y de su definitiva incapacidad para reconocer las demandas del pueblo expresadas en el movimiento estudiantil. Se ha acusado a los estudiantes de intransigentes, pero en las distintas fases del movimiento se ha demostrado disposición para solucionar el conflicto y así fue que de la exigencia de la resolución de los seis puntos, como condición para el retorno a clases, pasamos al cumplimiento sólo de tres prerrequisitos y al no obtener una respuesta del gobierno y ante el peligro real que amenaza la subsistencia y de las estructuras democráticas de nuestras instituciones de educación superior, peligro más grave aún que el de la represión en contra de las personas, puesto que la pérdida de la democracia en nuestras instituciones significaría la imposibilidad de continuar el presente movimiento, y de promover como Universidad y Politécnico verdaderamente abiertos al pueblo movimientos semejantes en otros sectores de la población, decidimos el retorno a las aulas. Las perspectivas que se ofrecen al movimiento consisten en organizar a nivel cada vez más elevados la protesta y la oposición a un régimen cada vez más incapaz para satisfacer las justas reivindicacio82


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nes populares. Esta organización en adelante deberá contar para ser eficaz, no sólo con los estudiantes sino, y sobre todo, con los sectores productivos de nuestra sociedad, los que con su trabajo dominan y transforman a la naturaleza, así en la ciudad como en el campo. Los estudiantes nos aliaremos de manera definitiva con estos sectores que objetivamente están destinados a promover los cambios verdaderamente revolucionarios que nuestra patria requiere. La organización estudiantil debe concluir necesariamente en la organización popular que oponiéndose a las trabas que frenan el desarrollo histórico de México convierta en realidad el lema de nuestro movimiento: Libertades Democráticas. El gobierno mexicano debe tomar muy en cuenta que ante la obstrucción sistemática y reiterada que de los canales democráticos realiza, no puede pedir actitudes eternamente pasivas y sumisas y que las vías que siga el pueblo de México para el logro de una auténtica democracia estarán esencialmente determinadas por la posición que se asuma frente a las exigencias de reivindicaciones populares que se aproxima. Sin embargo cualquiera que sea la vía, todo mexicano luchador por la democracia actuará con la responsabilidad que la historia le confiera. VENCEREMOS Diciembre de 1968 Consejo Nacional de Heulga Roberto Escudero, Gerardo Estrada.

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CARA A CARA

Por: Elsa Garza García

Estamos con el Sr. Cristóbal Garza Saldaña. El nació en el Estado de México y le tocó vivir uno de los momentos históricos más importantes de nuestro país: 1968. El fue protagonista de las manifestaciones estudiantiles que se enfrentaron no sólo al Gobierno, sino también a los policías y al Ejército mexicano. Usted como estudiante, ¿qué vivencias recuerda del 68? Primero, temor de encontrarme con los policías o lo soldados. Recuerdo asistir a las grandes manifestaciones, ser desalojado de mi escuela, la Prepa 5 de Coapa... de la UNAM, también tuve problemas en mi casa, con mis padres, porque mi papá le iba al Gobierno y yo estaba en contra de él. ¿Llegó a tener algún enfrentamiento con la policía o los soldados? Sí... Estaba en el Zócalo en la Ciudad de México, en una de las manifestaciones que hicimos de... salimos de Paseo de la Reforma... que hicimos de Chapultepec al Zócalo, pero a las 11:00 PM avisaron las autoridades que teníamos una hora para desalojar el Zócalo, y de no ser así seríamos retirados por la fuerza. A las 12:00 PM., por todas las entradas que llegan al Zócalo, llegaron las granaderas y los soldados 85


1968, Significado Histórico

en tanques y a pie... ¡Y todo el mundo a salvar su vida! Ese día llegué a las 3:00 AM a mi casa, ya que tuve que caminar porque no había transporte público.. Esta manifestación fue la más dramática para mi. ¿Qué les pasó a los estudiantes que agarraron? Algunos fueron detenidos... y muchos en la confusión, al caerse... si estabas al paso de alguno de los tanques, marchabas... Ahí era correr y vivir. Los muertos en esta ocasión, fueron llevados al Campo Militar #1 y fueron cremados. Al otro día, en el periódico, el Gobierno sólo decía que hubo algunos heridos y golpeados, pero nunca reconoció que hubo muertos. Había un reportero de LIFE al que le confiscaron su cámara, pues tomó fotos de los tanques pasando arriba de la gente. A los que agarraban, los llevaban detenidos a las delegaciones y los encarcelaban. Esa fue una de varias manifestaciones en que llegó la policía al Zócalo. Usted participó en la de Tlatelolco... No, no, porque no tenía transporte... ¡Y por obra y gracia de Dios! Me quede esperando que pasaran por mí; éramos un grupo de cinco muchachos que íbamos juntos a las manifestaciones, pero esta ocasión no pasaron. ¿Conocía a algún estudiante que participara en la manifestación del 2 de octubre? No, pero no se si fue en Tlatelolco o en otra parte, pero varios de mi clase ya no aparecieron. Y los maestros... ¿Estaban de su parte? Sí, de hecho, hubo una marcha que se hizo desde la UNAM y el Rector, el Ing. Javier Barros Sierra, iba al frente de la marcha. También estuve ahí. Si usted fuera el Gobierno, ¿cómo habría actuado? Con menos represión y más comunicación... dialogar, platicar, tratar de ver las demandas del estudiantado. El Gobierno, en lugar de dialogar, respondía con más represión.

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¿Qué sucedió después del 2 de octubre? Después de lo de Tlatelolco, se acordó terminar con las marchas, manifestaciones y regresar a la escuela a terminar el semestre o el año escolar. Cuando nos permitieron regresar, nos encontramos con un destrozo total de puertas y ventanas, ya que los soldados no utilizaban las perillas para abrirlas, todo era ¡PUM! ¡PAS!. El Rector, el Ing. Barros, fue el que solicitó que suspendieran todas las protestas y regresar a clases. Esto fue uno de los muchos testimonios que vivieron en carne propia las manifestaciones estudiantiles, las matanzas y las represiones violentas del Gobierno. Y esto no es todo lo que tiene que decir... Me ha mostrado muchas fotografías de los periódicos de aquel entonces, retratos que reflejan el abuso de autoridades contra estudiantes de 16 ó 18 años... 1968 nunca debe olvidarse...

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LA HISTORIA NO LA ABSOLVERÁ

Por: Miguel Ángel Granados Chapa

Gustavo Díaz Ordaz murió el 15 de julio de 1979, Marcelino García Barragán el 3 de septiembre siguiente, Alfonso Corona del Rosal el 7 de enero de 2001. Luis Echeverría, subordinado del primero, compañero de gabinete de los dos restantes, los ha sobrevivido. Es el único miembro del gobierno que asesinó a cientos de jóvenes el 2 de octubre de 1968, hace 40 años, que vive aún. Con gran sentido escenográfico, Echeverría, se preparó una coartada que le permitiera aparecer ajeno a lo que después llamaríamos la matanza de Tlatelolco. Por supuesto que no sólo estaba al tanto de lo que haría el equipo de Díaz Ordaz para descabezar al movimiento estudiantil y popular sino que por interpósita persona participaba en la planeación y puesta en práctica de la estrategia presidencial. El capitán Fernando Gutiérrez Barrios, director federal de Seguridad y enlace de Gobernación con el Ejército, entregó directamente al secretario de la Defensa, general Marcelino García Barragán, las llaves de los departamentos del edificio Chihuahua, en la Unidad Nonoalco Tlatelolco, en que militares vestidos de civil se ocultarían para aprehender a los miembros del Consejo Nacional de Huelga (ver Parte de guerra, de Julio Scherer García y Carlos Monsiváis). 89


1968, Significado Histórico

En presencia de Gutiérrez Barrios, en la mañana de aquel miércoles funesto, García Barragán dijo a los generales de su plana mayor que el secretario de Gobernación le había informado que el Comité de Huelga “tiene convocado para hoy un mitin en la plaza de Tlatelolco y que al terminar éste se dirigirán a las instalaciones del Politécnico para tomarlas, quitándoselas a los soldados que las custodian… para hacer abortar esta acción se ha decidido, por el mando del ejército, dislover el mitin de Tlatelolco, capturando al Comité de Huelga…” O sea que Echeverría no sólo estaba al tanto de los acontecimientos, sino que él mismo ofrecía información a la Defensa y la DFS, bajo su dependencia, aportaba los elementos materiales para aplicar la estrategia militar. Y sin embargo, montó una escenografía para mostrarse ignorante de la tragedia que estaba ocurriendo no lejos de su despacho en Bucareli, en la Plaza de las Tres Culturas. Invitó a tomar café, y a conversar tranquilamente al pintor David Alfaro Siqueiros y a su esposa Angélica. Era una pareja conspicua en todas partes, sobre todo en Gobernación. El muralista había salido recientemente de la cárcel, a que lo condujo una represalia política del presidente Adolfo López Mateos, instrumentada por su secretario Díaz Ordaz, para castigar el activismo del artista que precedió a López Mateos durante su viaje a Sudamérica en una campaña de denuncia que desdoró la imagen que el mandatario mexicano buscaba proyectar. Echeverría era un funcionario extremadamente cauteloso. No hubiera dado un paso como recibir a Siqueiros en su oficina sin notificarlo a Díaz Ordaz. Lo contrario hubiera significado una deslealtad, pecado supremo en deificación presidencial que el secretario de Gobernación no se hubiera atrevido a cometer. Tampoco se hubiera permitido dar la apariencia de frivolidad –hacer vida social, relaciones públicas– mientras una porción de los habitantes de la capital vivía en vilo por las movilizaciones juveniles, que generaron una represión cuyo tono iba en aumento hasta llegar a la ocupación militar de los predios del Politécnico y la Universidad Nacional. En todo ello participaba Echeverría, cuidadoso siempre de mostrar fidelidad a su jefe, intuyendo o averiguando hacia dónde quería este dirigirse para coincidir con él, para hacerle saber que en su reemplazante en Bucareli el presidente no sólo tenía un eficaz colaborador 90


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sino también, y sobre todo, un sucesor que continuaría su política de firmeza frente a la agitación comunista y quien le evitaría cualquier intento futuro de revisar sus actos. En esa identificación plena con Díaz Ordaz fincó Echeverría el trabajo político que lo condujo a sucederlo. Por eso puede decirse que su triunfo al ser ungido candidato presidencial se erigió sobre las tumbas de las víctimas de Tlatelolco. En Los presidentes, el propio Julio Scherer ofreció otra prueba de la participación central de Echeverría en la noche de Tlatelolco. Cuando el estruendo de las balas no había cesado aún, el secretario de Gobernación se aseguraba de que la información sobre el suceso funesto correspondería a los intereses del gobierno y los suyos propios. En un “telefonema urgente”, mintió al flamante director de Excélsior (elegido apenas un mes atrás) al informarle que había una batalla entre militares y estudiantes, en la que “caían sobre todo soldados, y a punto de colgar el teléfono había dejado al aire la frase amenazante: ¿Queda claro, no?”. A pesar de que en el otoño de 1968 faltaba un año entero para que Díaz Ordaz resolviera su sucesión, es seguro que el presidente la tuviera en la cabeza al encarar la crisis que su paranoia achacaba a la conspiración comunista destinada a desprestigiar a México en las vísperas de su debut internacional como nación potente, capaz de organizar unos juegos olímpicos. Ganó el premio quien supo sintonizarse con el temperamento presidencial. Lo intentaban todos, cada uno a su modo. Emilio Martínez Manautou, secretario de la Presidencia, simulando que creía en las ofertas de diálogo que Díaz Ordaz formulaba de dientes para afuera y mostrándose por ello conciliador y cercano a intelectuales que hubieran podido bendecir al gobernante feroz una vez concluido su sexenio. Alfonso Corona del Rosal, por su parte, suponía acaso que su doble vertiente de militar y político podía servir como bisagra, que asegurara el acercamiento con los universitarios basado en la intransigencia que era grata al Presidente, consustancial a él mismo. El escogido fue Echeverría. Corona del Rosal quedó retirado de la política concluida su gestión en el gobierno de la ciudad de México. Después de ser senador y gobernador de su estado, ocupante de dos carteras en el gabinete presidencial, su jubilación llegó a tiempo. 91


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No así la de Martínez Manautou, que había saltado casi de la nada (un puesto en la política provinciana) a la Secretaría de la Presidencia. Alejado de la vida pública mientras gobernó Echeverría, resucitó para ocupar, impulsado por él José López Portillo que había sido su colaborador, la secretaría de Salubridad y el gobierno de Tamaulipas. A su vez, Echeverría trocó su mutismo en verborrea y la sumisión en altanería, que desafió a un cada vez más perplejo Díaz Ordaz, a quien resultó difícil entender que se había equivocado y escogido para sucederlo a quien fingió ser lo que no era. Se sabe que por lo menos una vez, en noviembre de 1969, cuando el candidato que él había ungido le formuló un reproche no por indirecto menos corrosivo (el minuto de silencio en Morelia por la muerte de estudiantes y soldados en Tlatelolco), Díaz Ordaz pensó en revisar su decisión y desposeerlo de la candidatura. Lo que son las cosas: el hombre que ordenó la matanza del 2 de octubre no tuvo ánimos para disponer de la vida de quien sería su sucesor, como ocurría años más tarde. Muertos cada uno de los otros protagonistas del crimen de Tlatelolco, sólo sobrevive Echeverría. Resiste aún los afanes, que le resultan inconcebibles, de juzgarlo por el genocidio que cometió entonces y prolongó en los años de su propia presidencia. No irá nunca a la cárcel, pero la historia no lo ha absuelto, no lo absolverá. Proceso, 28 de septiembre de 2008.

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ÍNDICE

Introducción 5 Encrucijada 9 París , Praga, México 11 De nuevo aquí 13 1968: Testimonio en la aula y en la calle 15 Regina 21 Más historia que mito 23 Documentos 31 Apoyo del Frente Auténtico del Trabajo 65 Discurso de Heberto Castillo 69 Consejo Nacional de Huelga 77 Cara a cara 85 La historia no la absolverá 89


1968 Significado Histórico, de Horacio Guajardo Elizondo. Se terminó de imprimir en el mes de febrero de 2013 en los talleres de Diseño3 y/o León García Dávila, Valle de San Juan del Río No. 10, Col. Vista del Valle, Naucalpan, Estado de México. Se tiraron 500 ejemplares en papel cultural de 75 gms. Se utilizó tipografía Myriad Pro Light 11 en 13 puntos. Supervisión de la edición: Óscar Flores. Formación Electrónica: Diseño3 / León García Dávila, Yvette Bautista Olivares.



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