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UNIVERSIDAD DE MONTERREY Rector Dr. Francisco Javier Azcúnaga Guerra Vicerrector de Educación Superior Dr. Antonio Dieck Assad Director de la División de Derecho y Ciencias Sociales Lic. Jorge Manuel Aguirre Hernández Directora de Departamento de Ciencias Sociales Mtra. Miriam Hinojosa Dieck Director del Centro de Estudios Históricos Dr. Óscar Flores Torres
ASOCIACIÓN MEXICANA DE HISTORIA ECONÓMICA Presidente Dr. Luis Jáuregui Secretario General Dr. Mario Trujillo Tesorero Dr. Mario Contreras Vocales Dra. Ma. Eugenia Romero Ibarra Dr. Luis Anaya Dra. María Cecilia Zuleta Dr. Bernd Hausberger Dr. Sergio Valerio Dr. Óscar Flores (suplente) Secretario del Consejo de Honor Dr. Carlos Marichal
Industria, Comercio, Banca y Finanzas en Monterrey, 1890-2000 Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey, Mexico (1890-2000) Primera edición: agosto de 2009. Diseño de portada e interiores: Diseño3 / León García Dávila, Erika Rojas Sierra, Yvette Bautista Olivares. Imagen de portada: Banco Mercantil, Mty. 1920. Manuel M. López © Óscar Flores Torres © 2009 Centro de Estudios Históricos UDEM © 2009 Universidad de Monterrey Av. Morones Prieto 4500 Pte., San Pedro Garza García, N.L., México, C.P. 66238 Conmutador: +52 (81) 8115-1000. Lada sin costo 01-800-801-UDEM http://www.udem.edu.mx/ceh © 2009 Asociación Mexicana de Historia Económica Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Plaza Valentín Gómez Farías 12, Col. San Juan Mixcoac, México, D.F. , C.P. 03730., Tel. 5598-3777, Fax: 5563-7162 Quedan rigurosamente prohibidos, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Industria, Comercio, Banca y Finanzas en Monterrey 1890-2000. Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey City, 1890-2000, es un libro editado por el Centro de Estudios Históricos de la Universidad de Monterrey. Se agradece a don Guillermo Zambrano por el patrocinio del mismo.
Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico ISBN 978-968-6858-24-2
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Introducción
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a actividad industrial y el sector comercial y de servicios son los factores más importantes en la generación del producto nacional actualmente en México. Éstos contribuyen con más de cuatro quintas partes del total y proporcionan ocupación a más de tres cuartas partes de la población económicamente activa del país. Después de una etapa crítica debido al movimiento revolucionario que conmovió a México durante la segunda década del siglo, el gobierno mexicano (particularmente a partir de la década de los años cuarenta) creó una serie de condiciones favorables de carácter financiero para estimular la inversión extranjera y para participar de forma directa a través de la industria pública y privada en prácticamente todos los rubros de la economía nacional. En este marco, la industria manufacturera y el resto de las actividades económicas fueron recobrando vitalidad y crecieron a ritmos muy altos. Durante los primeros años (1952-1970), la orientación básica buscó la substitución de las importaciones de bienes de consumo con el objetivo de lograr la consolidación de las fábricas y equipos de transporte, de productos químicos y de maquinaria, entre los sectores más importantes; sin embargo, las importaciones de productos intermedios y de bienes de capital continuaron y continúan siendo significativas. Este proceso de crecimiento industrial y comercial siguió un patrón concentrado geográficamente, ya que las áreas metropolitanas de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara generan las dos terceras partes de la producción nacional de manufacturas. Por su parte, las restantes ciudades del país disponen, en general, de un relativo bajo nivel de industrialización y de una estructura productiva poco diversificada, orientada principalmente a la producción de alimentos, prendas de
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vestir y otros bienes de consumo no duradero. Las plantas industriales en México se caracterizan por una estructura con múltiples establecimientos medianos y pequeños y un reducido número de grandes empresas que aportan una proporción substancial de la producción, como es el caso de la industria básica que conforma el núcleo central para el abastecimiento de los restantes sectores productivos. Después de las recientes crisis económicas (particularmente la de 1995) que sufrió el país, la recuperación para 1999 de la industria y del comercio es un hecho, no sólo en cuanto al dinamismo sino también en los niveles de producción y comercialización. Aunque hay que recalcar que este proceso de recuperación ha sido muy heterogéneo, y en términos generales, aún se encuentra ligeramente por debajo a lo conseguido en 1994. En efecto, respecto a los niveles de producción, una cuarta parte de los sectores industriales se encuentran aún por debajo de los logros obtenidos antes de la crisis: construcción, explotación de canteras, extracción de arena, cemento, productos de madera, tabaco, alimentos para animales, muebles metálicos, imprentas, editoriales, beneficio y molienda de café, petroquímica básica, derivados del petróleo, aserraderos y equipo y material de transporte. Sin embargo, el futuro es promisorio para las actividades económicas, y un ejemplo de este dinamismo visto históricamente en el transcurso del siglo XX, es el que se desarrolló en Nuevo León, y de forma particular en el Área Metropolitana de Monterrey (en adelante AMM). En el presente estudio veremos como se fue consolidando el AMM como una de las urbes con mayor actividad industrial, comercial y financiera en México.
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Los inicios
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Cerro de la Silla, Mty., CA. 1900. C.B. White.
Banco Mercantil, Mty., 1920. Manuel M. L贸pez.
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l despegue del capitalismo industrial en Monterrey a partir de 1890 y particularmente del año 1900, modifica profundamente el funcionamiento de un sistema económico donde la industria se afirma como el sector dominante del siglo, al imponer su ritmo de crecimiento y fluctuación y modificar también una sociedad donde el empresario y el obrero industrial se reafirman como actores sociales fundamentales en la estructura social. Entre los años de 1890 y 1910 quedó fundada la industria básica de la ciudad, provocando una verdadera revolución (Flores, 1991 y Vizcaya, 1971). En el número relativamente considerable de factores que determinan el despegue industrial, se encuentran esencialmente dos: el primero consiste en la demostración de solidez que proyectó el mercado interno mexicano articulándose en buena medida con el mercado allende el Bravo; y el segundo estaría condicionado por la política socioeconómica nacional del régimen liberal de Porfirio Díaz e implementada en esta región por el benemérito general Bernardo Reyes (gobernador de Nuevo León entre 1885 y 1909). Las bases de este despegue industrial se encuentran por la sutura del ferrocarril (1882-1891) que atraviesa la ciudad de Monterrey por sus cuatro puntos cardinales y la conectan hacia uno de los mercados más vigorosos del planeta, por los poblados fronterizos de Piedras Negras y Laredo. La llegada del telégrafo (1881) y del teléfono a principio del nuevo siglo facilita las transacciones comerciales. Es también una época que marca históricamente el primer arribo sistemático del capital estadounidense en nuestra región (Flores, 1994). La metamorfosis de la estructura productiva hacia el dinamismo industrial se respaldó y auspició por el poder gubernamental. La legislación estatal aseguró a toda aquella empresa que
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fuera consideraba de utilidad pública importantes exenciones de impuestos tanto estatales como municipales, facilidades en ubicación y accesibilidad a los servicios públicos, vías de comunicación, infraestructura urbana, entre otras (Benavides, 1999 y Flores, 1991). Los capitales previamente acumulados en Nuevo León a través de diversos modos como fueron las coyunturas de: la guerra civil estadounidense (1861-1865); el contrabando -el cual recibió un golpe mortal en 1870 con la ley federal de contraresguardo-; y finalmente la especulación, apropiación y relativa explotación de la tierra, convergieron aventureramente para embarcarse en uno de los progresos jamás imaginados en población alguna en México (Flores y Olvera, 1988). En el año de 1910, los industriales de Monterrey demostraron su capacidad empresarial en los fríos números divulgados por la administración pública. Solamente las dos más grandes fábricas de la metalurgia básica, aunada a la única empresa siderúrgica en América Latina -asentadas todas ellas en Monterrey-, generaron valores por 300 millones 400 mil pesos frente a los 5 millones 700 mil arrojados por el sector agrícola estatal (Flores, 1991ª). Para mediados de la primer década del siglo XX, Nuevo León era el estado que producía el mayor porcentaje de valores industriales en el país con un 13.5 por ciento, superando el 11.7 y el 11.2 por ciento producidos por el Distrito Federal y el estado de México respectivamente (Rosenzweig, 1974). Este proceso irreversible donde la industria se reafirma como el motor económico de Nuevo León se basó en un clima de convivencia social, política y económica sin precedentes entre los principales actores sociales en el Estado. El mejor ejemplo es el recibimiento que tuvo el presidente Porfirio Díaz en diciembre de 1898, en su única visita oficial a la urbe bautizada por Andrés Molina Enríquez como la ciudad de las industrias de fuego (Molina, 1910). En esa ocasión se organizó en su honor un gran baile el 21 de ese mes en el Casino de Monterrey. Los maestros de ceremonia fueron el presidente municipal y el connotado empresario Adolfo Zambrano -hijo de Gregorio Zambrano- y Francisco G. Sada, gerente de la compañía cervecera más grande del país: Cervecería Cuauhtémoc. En la mesa de honor sentados al lado del presidente, se encontraban el gobernador Bernardo Reyes y los ministros de Hacienda y de Gobernación. Entre otros invitados destacaban las figuras nuevoleonesas gallardas de los generales de división, veteranos de la lucha contra el Imperio de Maximiliano de Habsburgo y ex ministros de la Guerra Mariano Escobedo, Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo (La visita..., 1898 y Pérez-Maldonado, 1950). En efecto, libre de la incursión de las tribus nómadas hostiles (el último ataque a Monterrey fue en la década de los años setenta del siglo pasado) e impulsado por el boom económico, el centro urbano de Monterrey se metamorfoseó de una manera violenta. El centro de actividad se desplazó ya sea hacia las grandes
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fábricas situadas en la periferia, o bien hacia la estación del ferrocarril, la cual no dejó de proyectar sus ramales a las industrias procesadoras de metales. Las grandes plantas metalúrgicas iniciaron el despegue de 1890 (Flores, 1993, Rojas, 1997, Torres, 2006 y Vizcaya, 1971). La compañía Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, mejor conocida como la Fundición número 2, logró exención de impuestos por el término de veinte años. Inicialmente operó con un capital de 600 mil pesos y lo elevó a 8 millones en 1904. La Fundición número 3, conocida posteriormente como la American Smelting and Refining Co. (ASARCO), obtuvo la concesión de 1890 con el mismo plazo de exención de impuestos que la Fundición número 2. Esta planta fue impulsada totalmente con capital norteamericano de la familia Guggenheim. En 1909 su capital contempló 10 millones de pesos, con capacidad para beneficiar 400 mil toneladas de mineral al año. Junto con la fundición número 2, dio empleo a más de mil seiscientos obreros citadinos. La tercer empresa de estas dimensiones fue la Cervecería Cuauhtémoc, la cual nace de una concesión otorgada por el Gobierno del Estado el 16 de diciembre de 1890 al empresario regiomontano Isaac Garza y al empresario estadounidense J.M. Schnaider. Con una inversión inicial de 125 mil pesos la empresa establecida con el objeto de producir hielo y “cerveza de exportación”, logró una exención de impuestos por el término de 12 años. Las operaciones iniciaron a fines de 1891 y originalmente la producción anual de la Cervecería fue de 60,000 barriles de cerveza y 8,000 toneladas de hielo. La expansión de la empresa aprovechó la estabilidad social y política que brindó el dilatado régimen de don Porfirio Díaz. Para el año de 1900, el capital se elevaba a 2 millones de pesos, y para 1909 éste era oficialmente de 5 millones. Al final del régimen del general Porfirio Díaz, la industria cervecera regiomontana tenía una capacidad de producción de 300 mil barriles de cerveza al año. Embotellaba diariamente 300 mil unidades y producía 750 toneladas de hielo, empleando 1,500 obreros.1 Nuevas empresas surgieron 1 El producto rebasó el mercado nacional y pronto exportó cantidades importantes de mercancía a los Estados Unidos de América, Cuba y Centroamérica (Flores, 1991). El producto de esta empresa obtuvo numerosos reconocimientos internacionales, entre ellos están las siguientes exposiciones: Exposición Universal de Chicago (1893), Exposición de San Luis Missouri (1904); Exposición de Milán (1906) y Exposición Universal de Amberes en 1907. Para este último año, la Cervecería Cuauhtémoc fue invitada a presidir el Jurado Internacional de Cervezas en la Exposición Internacional celebrada en Madrid. En un acto dentro del programa de la Exposición de Madrid, el rey Alfonso XIII concedió a esta fábrica el ser una de las Proveedoras de la Casa Real, a la vez que autorizaba a la Cervecería Cuauhtémoc –según nos dice Isidro Vizcaya (1971)- el uso de las Armas Reales en las facturas y etiquetas de sus productos. Sus primeras marcas de éxito fueron las cervezas Carta Blanca, Bohemia, Cuauhtémoc (posteriormente denominada Indio), Estrella, Salvator y Saturno. Para 1912, la Cervecería Cuauhtémoc producía más de dieciséis millones de litros de cerveza. El Consejo Administrativo de la empresa –hasta la época revolucionariaquedó integrado por Isaac Garza como presidente, José A. Muguerza como secretario; José Calderón como tesorero; José M. Schnaider como vocal; Alberto Sada como comisario; y Francisco G. Sada como gerente general (Vizcaya Canales, 1971). Tras pasar momentos amargos durante la década armada de la revolución – es incautada por ocho meses por el gobierno radical constitucionalista del general Antonio I. Villarreal, gobernador de Nuevo León entre marzo de 1913 y enero de 1914-, la empresa cervecera presencia un nuevo período de expansión (Flores, 1991 y Ridaura, 2006)). En cuanto a la mano de obra calificada, la cual dependía de los técnicos extranjeros,
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en los albores de la revolución siendo entre otras: Cementos Hidalgo (fundada en el municipio de Hidalgo en 1905) que para 1913 tenía un capital de 2 millones de pesos y; la Compañía Vidriera Monterrey, S.A. constituida el 28 de diciembre de 1909 representando a la comunidad de accionistas Isaac Garza y Francisco Garza Sada (su antecesora era una compañía llamada Fábrica de Vidrios y Cristales de Monterrey fundada en 1899 y clausurada cuatro años después). En 1906, Joel Rocha y su cuñado Benjamín Salinas establecieron una fábrica en Monterrey de muebles de madera y camas de latón y fierro, empresa madre de lo que sería una de las cadenas de tiendas comerciales más grandes y antiguas de México: Salinas y Rocha. A estas empresas se sumaban las añejas empresas textiles Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón La Fama de Nuevo León (fundada en el municipio de Santa Catarina en 1854), la Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir (fundada en lo que hoy es el municipio de Santiago en 1871), la Fábrica de Hilados y Tejidos La Leona (fundada en el municipio de Garza García en 1874) y Ladrillera Monterrey fundada en este municipio en 1891 (Flores, 1991). El comercio a principios de siglo también interactuaba con la actividad industrial. Para fines del porfiriato, se estimaba que el capital invertido en este rubro en el estado de Nuevo León era de 40 millones de pesos. De estos 30 millones se concentraban en la ciudad de Monterrey con mil 110 giros comerciales. Los principales artículos que se comerciaban de Monterrey eran aquellos que producía la propia industria de la ciudad así como los productos agrícolas de la región que se concentraban en las principales Casas Comerciales o bien en los mercados populares como era el caso del Mercado Juárez. Entre otras mercancías estaban: lienzos de algodón y lana, jabones, piloncillo, azúcar, maíz, frutas, ixtle, licores, cerveza, pieles, productos de hierro, entre otros. Los vendedores ambulantes llamados entonces pacotilleros, no rebasaban según el censo de 1900 el número de 40 en la capital del estado (Mendirichaga, 1983). Sin embargo, la forma más sublime de concentración lograda por el empresariado de Monterrey fue la implantación de la primera siderúrgica en toda América Latina. La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, constituída en el año de 1900 y puesta en operaciones en 1903 por las principales familias locales y por una mínima parte de capital extranjero representado por los franceses León Honorat y León esto se superó con la creación en 1911 de la Escuela Politécnica Cuauhtémoc. En ella se empezaron a impartir cursos de educación elemental, artes y oficios, electricidad, refrigeración, sistemas técnicos de fermentación, física, química, comercio, agricultura y veterinaria. Este nuevo grupo de obreros y empleados de la Cervecería que vivió la caótica década revolucionaria, fundó una asociación de trabajadores para ayuda mutua: la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Operarios y Empleados de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A., el 30 de marzo de 1918 (García Naranjo, 1990, Rojas, 1997 y Trabajo y Ahorro, 1990 y 1985). Con el objetivo inicial de proveeduría, o sea, en surtir los artículos de primera necesidad a precios más bajos que en el mercado, esta organización se transformó en lo que hoy es la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa (SCYF).
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Signoret, por el español Antonio Basagoiti y por el estadounidense Tomas Braniff. Al arrancar con una inversión inicial de 10 millones de pesos, pudo permitirse el lujo de adquirir la maquinaria más sofisticada como lo fue el convertidor Bessemer –que transforma directamente el arrabio en acero-, y los hornos de aceración tipo Siemens-Martin, capaces de producir acero a través de la fusión del arrabio con hierro de bajo contenido en carbono. Sus productos fueron absorbidos casi totalmente por un pujante mercado interior, sobre todo por la expansión del ferrocarril. Situación totalmente diferente a la de la etapa revolucionaria (19101920), en que desarticulada temporalmente de las zonas de abastecimiento y consumo, su producción se volcó irremediablemente a las fábricas de implementos de guerra del mercado norteamericano. En el centenario del inicio de la independencia de México (1910), empleaba dos mil obreros en sus diferentes departamentos (Flores 1991ª). Todas estas grandes empresas se convirtieron en el catalizador que puso en operación un aumento en el número de fábricas y talleres de carpintería, herrería, fábricas de muebles y demás bienes de consumo duradero. También se incrementó el número de servicios y obras urbanas. La producción, sobre todo la minera e industrial, tendió a convertirse en negocios firmes y lucrativos. Este dinamismo exigió más capitales y engendró más y nuevos pequeños y medianos empresarios. En resumen, hasta ese año el capital local sobre el extranjero en el sector industrial, no era comparable con ninguna otra parte del país. El empresariado nativo poseía en inversiones, a principios de siglo, casi 20 millones de pesos, en contrapartida a los 3.4 millones de dólares en manos de los estadounidenses -de los cuales 2.5 millones se concentraban en la planta de los Guggenheim-, y los 400 mil dólares de inversión europea (Flores y Cerutti, 1997). Las industrias de Monterrey eran reconocidas en su ramo como la vanguardia nacional, basta leer lo expresado por la Memoria de la Secretaría de Fomento correspondiente a los años de 1910-1911: “...para extraer el fierro de nuestros ricos y abundantes yacimientos se emplean desde el primitivo procedimiento catalán, como pasa en las pequeñas ferrerías en la Sierra de Oaxaca y de otros lugares, con lo cual se pierde el 30 y hasta el 40 por ciento del metal, hasta los altos hornos que funcionan en Monterrey y que... representan y resumen los esfuerzos metalúrgicos de cerca de un siglo” (Memoria de la Secretaría de Fomento, 1912: X). La suntuosa celebración del centenario no pudo ofrecer un marco más espléndido para celebrar, con gran jolgorio, un importante ciclo de progreso económico cuya tarea civilizadora hizo de Monterrey la prefigura de la ciudad mítica del expresionismo: mecanizada, triste, trituradora de energía.
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Templo de San Francisco, Mty., 1900. Carlos García Pérez Maldonado, Narraciones Históricas Regiomontanas, 1961.
Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey, CA. 1903. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
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Monterrey en 1934. Márquez y Barros, Mapas, Revista de Turismo, Sep., 1934.
Palacio de Gobierno del Estado de Nuevo León. (edificado en el año de 1900). Roberto Ortíz Giacomán, Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
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Revolución y reconstrucción nacional,
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1. Los empresarios y sus organizaciones
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a caída del antiguo régimen y la irrupción del movimiento revolucionario que auguraba el desquiciamiento de la actividad económica, influyeron en la pronta reorganización de los empresarios comerciales e industriales en Nuevo León. En consecuencia, se reanudaron las actividades de la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey (CANACOM) a fines de 1911, después de doce años de inactividad. Estas agrupaciones tenían desde 1908 un marco jurídico nacional con la creación de la primera Ley de Cámaras de Comercio. A través de ella, se legalizaba la colaboración entre el poder público y el privado. En efecto, las Cámaras de Comercio no sólo aglutinaban a los pequeños y grandes comerciantes, sino también -y el caso de Monterrey es ilustrativo- a los terratenientes, a los dueños de fundos mineros y a los promotores del desarrollo financiero e industrial. Por ello, no sorprende que quedara constituido por fusión en mayo de 1921, el organismo cúpula del sector económico de Monterrey: la Cámara Nacional de Comercio, Industria y Minería del Estado de Nuevo León (CANACOIM). Este organismo perdurará hasta principios de la década de los cuarenta. Fue de esta forma como el empresariado industrial, comercial y financiero de Monterrey, la convirtió hasta 1940, en la organización más sólida para sortear la crisis social, económica y política que acarreó el movimiento armado. Es de destacar otras asociaciones menores, que facilitaron la organización de los comerciantes como lo fueron la Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey fundada en 1921 y la Cámara de Propietarios de Nuevo León creada durante la etapa armada (Flores y Olvera, 1988 y Snograss 1996 y 2003).
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La CANACOM siempre evidenció en estos años una fuerte voluntad de liderazgo político siendo capaz incluso, en momentos de vacío de poder, de hacerse cargo del aparato estatal local. Durante la administración directa del poder político en momentos históricos coyunturales del proceso revolucionario -19151920- solucionó temporalmente los problemas cotidianos: correo, cabildo, policía urbana, etcétera. En momentos de escasez, se importó maíz y controló la distribución de los productos de consumo básico a bajo precio y en ocasiones gratuitamente, a través de la creación de centros distribuidores en diferentes puntos de la ciudad de Monterrey y en el Estado. La comuna empresarial -como se le llamó en su época a la administración de la ciudad por la CANACOMresistió la dispersión del poder central y se robusteció en Monterrey y en la entidad como el poder regional más homogéneo y fuerte de la nación. Los fondos de auxilio a la población para el abasto y distribución de los productos primarios y los continuos préstamos a los gobiernos locales revolucionarios y postrevolucionarios -por parte del empresariado y comerciantes- crearon una vasta red de poder empresarial que condicionó en gran medida, la aplicabilidad del programa de reforma social y económica del constitucionalismo en su etapa más radical. 2 Y no sólo eso, sino que proyectaron a toda la nación su visión económica del proyecto nacional en plena época revolucionaria (Flores, 1993ª). La participación nacional en altos puestos de decisión por parte del empresariado de Monterrey, data desde el triunfo mismo del constitucionalismo. La presencia activa del bloque homogéneo de comerciantes e industriales locales en los Congresos Nacionales -que darán forma a las Confederaciones de Cámaras de Comercio e Industria-, los lleva a asumir el liderazgo empresarial durante la conformación del Estado postrevolucionario. El 13 de septiembre de 1918, ante 28 delegaciones industriales, se constituyó en México la Confederación Nacional de Cámaras Industriales siendo elegido como primer presidente el español don Adolfo Prieto. Éste no sólo era representante de la industria textil del estado de México, sino también era presidente desde 1906 del consejo ejecutivo de la siderúrgica de Monterrey. Un año antes, al constituirse la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (CONCANACO), los empresarios de Monterrey ya habían logrado sobresalir. En esa ocasión ante el pleno de 37 delegaciones comerciales, la primera comisión ejecutiva quedó presidida por el industrial de la cerveza Enrique Sada Muguerza. Los ejes de negociación de estas organizaciones ante el poder público emergido de la revolución giraron sobre tres aspectos básicos. Todos estaban relacionados 2 Entre estos préstamos hemos de destacar la exigencia el día 14 de marzo de 1915 de Francisco Villa a los empresarios y comerciantes de Monterrey de la suma de un millón de pesos para socorrer a la población más necesitada. Si bien no se pudo juntar esa cantidad, se reunieron más de 300 mil pesos a través del Banco de Nuevo León, que fueron repartidos por las autoridades villistas a 800 familias de escasos recursos. (Flores, 1991).
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con el papel que le confería la Constitución de 1917 al nuevo gobierno. El primero de ellos fue el papel del Estado en la economía, particularmente la aplicación del artículo 27. En segundo, la delimitación del campo de acción y participación de la actividad privada en el desarrollo económico. Y finalmente, en la especificidad de las relaciones obrero-patronales. La injerencia del Estado en la economía, la crisis económica de 1929, y la discusión gubernamental sobre el Código Federal del Trabajo, antecedente inmediato de la Ley Federal del Trabajo promulgada en 1931, presionaron a los empresarios de Monterrey a crear organismos de defensa a sus intereses. Fue así como a iniciativa del industrial Luis G. Sada, se creó en 1929 el Centro Patronal de Nuevo León. Esta alternativa de organización empresarial innovada por los industriales de Monterrey, pronto se proyectó a escala nacional. El llamado Grupo Patronal encabezado por el mismo Luis G. Sada, resolvió crear en septiembre de 1929, un organismo de carácter nacional. Entre los objetivos iniciales, se contempló no sólo crear una agrupación que superara las limitaciones existentes, sino que también fuera una organización independiente del poder público, para garantizar así el respeto de los intereses del capital. Fundamentada en la fracción XVI del artículo 123 de la Constitución, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), sería de tipo sindical, y estaría dirigida -entre otros industriales- por Luis G. Sada.3 Esta organización patronal que incluso actualmente es símbolo del poder organizativo del sector privado en México, fue la proyección más elaborada, que partió de la estructura orgánica del sector económico de Monterrey. Es decir, la experiencia del empresariado de Monterrey al crear un organismo local cúpula -desde 1883 hasta 1940- que aglutinara a todos los patrones sin importar el sector de producción del que procedieran, ni su participación en otras organizaciones o cámaras, les facilitó proyectar nacionalmente a través de la COPARMEX, una conciencia de clase empresarial diferente a todos los demás grupos sociales existentes en el país (Basave y Hernández, 2007).
2. Crisis y repunte de la industria
La situación de la sociedad regiomontana después de una década de guerra civil distaba mucho de la sociedad de 1910. A principio de la tercera década del presente siglo, las industrias, el comercio y las finanzas volvieron a reactivarse. El repunte económico que se inició en la región a fines del carrancismo era tímido pero constante. La revolución había respetado en lo fundamental los intereses 3 Acta Constitutiva de la COPARMEX, 1935.
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de los empresarios. Para 1916 la mayoría de los industriales exiliados había regresado para ampliar sus inversiones, diversificarse y adaptarse a las nuevas circunstancias políticas. La articulación del proyecto empresarial de Monterrey al mercado allende el Bravo se profundizó. Su relación con él, a principios de siglo, era sólo de carácter complementario, ya que el grueso de la producción iba dirigido al pujante mercado nacional de fines del porfiriato. Con el arribo de la revolución, el mercado nacional se desarticuló y los escasos mercados regionales se contrajeron. Lo sucedido en esta época lo ejemplifican con suma elocuencia las cifras de producción que registraron dos de las más grandes compañías industriales del período. La que indudablemente resintió en forma dramática las consecuencias y los alcances destructivos de una revolución, fue la industria siderúrgica. La Compañía de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., vio mermarse su producción en los diferentes departamentos al grado que algunos de ellos cerraron por varios años. La cifra de producción de acero que registró en 1911 de 85 mil toneladas no llegaría a ser rebasada hasta 1928. Por su parte el departamento de ventas de la compañía, decayó de seis y medio millones de pesos en el año de 1911, a menos de cien mil en 1915, por el concepto de entradas por ventas de mercancías. La Cervecería Cuauhtémoc no escapó al impacto demoledor de la crisis económica. En el año de 1914, los administradores de la compañía cervecera, se quejaron sobre la caída de las ventas que llegaron a representar más del 50 por ciento sobre lo vendido en el transcurso de 1909. Sin mencionar por supuesto las pérdidas calculadas en casi dos millones de pesos por el gerente Francisco G. Sada, durante los ocho meses de incautación que sufrió la empresa por las autoridades carrancistas. En 1909, esta compañía empleaba a más de mil quinientos obreros en diferentes actividades dentro de la fábrica. En 1916 en pleno declive económico, las instalaciones de la compañía albergaban a no más de 300 trabajadores y empleados de confianza (Flores, 1987). Los empresarios enumeraron los factores adversos que dieron forma a esta situación. Por un lado, se encontraron las causas que directamente se relacionaban con los estragos materiales causados por el conflicto armado (Perez, 2008). Estos eran: la falta de comunicaciones y material rodante de ferrocarril; escasez de combustible, de materias primas y de refacciones para la industria; y la crisis monetaria que atravesó todo el país, en particular al final de la segunda década. Por otra parte, se encuentran las consecuencias sociales. Y a ésto me refiero a las nuevas disposiciones laborales que exigieron disminución en las horas de trabajo –ocho horas diarias máximo cuando regularmente se laboraban doce- y un desembolso mayor en salarios y prestaciones a los obreros. Estas últimas consecuencias eran tanto más importantes para la industria pesada de Monterrey, especialmente para la siderúrgica, pues laboraban día y noche. En esta última el Alto Horno
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permanecía encendido más de seis meses. Por lo tanto si anteriormente se ocupaban dos turnos para cubrir un día estos se elevaron a tres. A ésto se sumó el derecho de huelga y el reconocimiento de algunas organizaciones sindicales. Bajo este panorama, el mercado exterior dejó de tener la poca importancia que tenía y pasó a ser un área prioritaria para los empresarios. La expansión del mercado externo en una etapa coyuntural como lo fue la guerra europea -a partir de 1917 cuando los Estados Unidos ingresan en la contienda-, revitalizaron la economía. Nuevamente el ejemplo de la siderúrgica es gráfico. La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey pasó de proveer en 1910 a casi exclusivamente al mercado nacional, a volcar en 1918, el 80 por ciento de su producción al mercado estadounidense y cubano. Por su parte, el mercado interno se nutría de nuevos y ansiosos inversionistas que dieron impulso a la economía local. A partir de 1919, la proliferación de negocios aumentó. Esta nueva expansión del mercado externo e interno estuvo ligada a la diversificación de las inversiones, a la introducción de cambios técnicos en la producción y a un mayor control del emergente movimiento obrero (Flores, 1995, 1994, 1993ª y 1989 y Mora-Torres, 1998).
3. Nuevas Industrias
Entre 1920 y 1940, la infraestructura industrial de Monterrey y en menor medida en el Estado, se fortaleció no sólo con la consolidación de algunas empresas fundadas durante el antiguo régimen sino también con la constitución de industrias nuevas. El origen del Grupo Cementos Mexicanos (CEMEX), data de 1906, año en el que se fundó en el municipio de Hidalgo, Nuevo León (30 kilómetros al Noreste de AMM) una de las primeras fábricas cementeras en el país. Catorce años después, en 1920, fue fundada la otra empresa que completaría la base de arranque del futuro Grupo cementero: Cementos Portland Monterrey, S.A., ubicada en la ciudad de Monterrey. El 8 de Junio de 1920, cinco miembros de la familia Zambrano, dos de la dinastía de los Madero - Alfonso y Salvador - y Santiago Belden, entre otros, constituyeron esta compañía. Al adquirir un terreno mayor a las dieciséis hectáreas del empresario Vicente Ferrara, presentaba una capacidad de producción para 1923 de cuatro mil sacos diarios de cemento, bajo un capital de un millón 200 mil pesos. (Flores, 1993 y 1991) En 1931, la fusión de ambas empresas en una sola denominada Cementos Mexicanos, S.A., da como consecuencia el surgimiento de la piedra angular del Grupo Industrial actual (Caintra, 1983). En cuanto a la compañía Vidriera Monterrey fue ampliada su planta en 1923, y alcanzó una capacidad de 150 mil piezas de vidrio por día, destinadas a embo-
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tellar cerveza, vino, droguería, alimentos, entre otros productos. La sustitución de la vieja maquinaria por otras más sofisticada fue desde el principio la estrategia a seguir, ya “que ahorra buen número de brazos –dijo la gerencia en 1923 -, pues el propósito de la empresa al introducir esta nueva organización es mantener sus instalaciones y sus sistemas al más alto grado de perfeccionamiento, única forma de que puedan subsistir, dentro de la competencia, todas las industrias...” (Flores, 1991:248). Issac Garza, presidente de la fábrica, comentó orgulloso -en una entrevista realizada por un periódico local ese mismo año- que era “la primera industria de vidrio en gran escala con éxito en nuestro país” (Flores, 1993:66). Para satisfacer la demanda de nuevos productos, se formó un departamento de cristalería en 1927. En esta sección fue puesto como encargado para entrenar a un grupo selecto de trabajadores a un soplador europeo de vidrio, el cual formó en diez años a trabajadores especializados en el área de cristalería. Es precisamente en 1936 cuando el departamento se transforma en una nueva empresa ligada a la empresa primigenia: Cristalería, S.A. Es también en 1927, cuando se construye una planta productora de vidrio plano. Esta se realizó en coinversión con industriales de Bélgica en el ramo, a fin de construir y poner en operación dicha planta. En junio de 1928, los empresarios del vidrio en Monterrey firmaron el primer contrato con empresarios estadounidenses, que originó en 1930, la llegada del primer gasoducto a Monterrey desde Texas, y por ende a abastecer del vital energético (gas natural) a las industrias del vidrio (Flores, 1994ª). Para los años treinta, su actividad estaba dividida en tres áreas: la producción del envase, cristalería y la de vidrio plano. Para satisfacer la creciente demanda de envases de vidrio en el centro del país, se creó la empresa de envases Vidriera México, S.A., entre 1934 y 1936, en la ciudad de México. Dos compañías más fueron creadas en 1936 al modernizarse sus respectivos departamentos en la empresa madre: Vidrio Plano, S.A. y Cristalería, S.A. (Cordero, 1977 y Flores, 1988). Es también en 1936 cuando se creó una de las tres primeras sociedades corporativas en Monterrey, me refiero a Fomento de Industria y Comercio (FIC), empresa predecesora de Vitro, S.A. (las otras dos son Industrias Monterrey, S.A. y Valores Industriales, S.A.). Esta sociedad controladora de cartera, era la principal accionista de las empresas del primigenio Grupo: Vidriera Monterrey, S.A., Vidrio Plano, S.A., Cristalería, S.A., y Vidriera México, S.A. (Flores y Dávila, 1996). Otra de las empresas insignes de Monterrey inició sus trabajos en los años treinta, teniendo como antecedentes el comercio y la industria del vestido. Industrias Monterrey, S.A. se creó jurídicamente el 14 de febrero de 1936 en la ciudad de Monterrey. Los socios fundadores fueron: Arturo Garza, Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio Domínguez y María Garza viuda de Clariond. Tal y como sucedió con las sociedades controladoras creadas por las familias Garza y Sada en 1936, Fomento
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de Industria y Comercio, así como Valores Industriales, IMSA aparece como una empresa controladora más. IMSA nace como una entidad que agrupa las principales acciones de cuatro industrias: Fábrica de Ropa La Sultana, Molino de Trigo Nuevo León, Fábrica de Artefactos de Madera La Sultana y la Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana. Las actuales familias (y principales accionistas del Grupo), Clariond Reyes y Canales Clariond, son descendientes de Eugenio y María del Consuelo Clariond Garza, quienes a su vez, fueron hijos del inmigrante francés que llegó a Monterrey a fines del siglo XIX, Santiago Clariond Desdieau, quién contrajo matrimonio con la joven María del Consuelo Garza. Clariond Desdieau, fundó, en compañía de sus dos cuñados (Arturo y Eugenio Garza) y con un capital de 14 mil pesos, un negocio de venta de ropa al mayoreo y abarrotes al menudeo, denominado Garza Hermanos y Compañía. A pesar de que Clariond Desdieau falleció el 30 de abril de 1921, y el negocio original de ropa y abarrotes se disolvió, a principios de la década de los treinta, su viuda y dos de sus hermanos, junto con Eugenio Domínguez, fundaron la sociedad llamada Centro Mercantil de Monterrey, S.A. el 20 de abril de 1932. Es esta la sociedad primigenia de lo que sería cuatro años después Industria Monterrey, S.A., la que sería fundada por los mismos empresarios aunados a ellos el hijo de Clariond Desideau y María del Consuelo, me refiero a Eugenio Clariond Garza. La base de Industrias Monterrey fue y es hasta hoy la que sería con el pasar del tiempo, la División Acero. La Planta Galvanizadora de Lámina, inició sus trabajos con lámina de acero importada de Estados Unidos (Rojas, 1997). La Cervecería Cuauhtémoc y sus empresarios - y sucesores - fueron promotores y creadores a la vez, de otras empresas y negociaciones insignes de la historia industrial regiomontana (Flores, 1993). Al buscar la integración vertical y horizontal del proceso productivo se fueron creando las industrias Vidrios y Cristales fundada en 1899, clausurada en 1903 y refundada en 1909 con el nombre de Vidriera Monterrey; Fábricas Monterrey en 1920 (fabricante de tapones y corcholatas, tapas para refrescos, gas carbónico, empaques de cartón, fundas y forros de cartón corrugado y papel engomado); Malta en 1928 (empresa abastecedora hasta 1989 de productos alimenticios en las áreas de agricultura, ganadería, avicultura y porcicultura); y Empaques de Cartón Titán, S.A. en 1936 (productora de cajas de cartón corrugado). Otra de las grandes industrias que surgieron al terminar la etapa armada se encuentra la fábrica de Galletas y Pastas La Industrial (empresa madre del grupo industrial GAMESA), que inició operaciones en 1925 con un capital inicial de 25 mil pesos y 150 trabajadores. La demanda de productos alimenticios tuvo una gran acogida en un mercado nacional en constante expansión. Un año después la familia Santos, procesaba su propia materia prima a través de un enorme molino de trigo que operaba en su nueva fábrica denominada Harinera Monterrey.
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Las instituciones bancarias jugaron un papel importante en la canalización de recursos a las grandes compañías. Ya desde fines del porfiriato, la banca consagró cada vez más sus servicios a la industria, como fueron los casos del Banco de Nuevo León (fundado en 1892) y el Banco Mercantil (1899). Las finanzas crecieron en importancia, después de las medidas de reorganización que en este sector llevó a cabo el gobierno federal a partir de 1925, con la fundación del Banco Único de Emisión: Banco de México. En 1925 se creó el Centro Bancario de Monterrey, A.C., influido por la Ley Federal de Instituciones de Crédito del 24 de diciembre de 1924. Por su parte las financieras en México, especialmente a partir de la primera de ellas fundada en Monterrey en 1933 y denominada Sociedad General de Crédito, S.A. (con un capital social autorizado de un millón y medio de pesos), se crearon bajo la protección de la Ley General de Instituciones de Crédito del 28 de junio de 1932, que incluía (a diferencia de la de 1924) por vez primera en el sistema a las sociedades generales o financieras con el carácter de instituciones auxiliares de crédito. Éstas se concibieron como instrumentos para procurar la organización y el funcionamiento de empresas, y el otorgamiento de créditos a plazos y en condiciones que la banca de depósito no satisfacía. De tal forma se fundaron en Monterrey en la década de los treinta (además de la mencionada Sociedad General de Crédito), las siguientes instituciones bancarias y financieras: Crédito Industrial de Monterrey, S.A., fundada el 29 de enero de 1932 con un capital social inicial de 500 mil pesos; el Banco Popular de Edificación y Ahorros, S.A., constituido el 2 de marzo de 1934 con un capital de 500 mil pesos; la Compañía General de Aceptaciones, S.A. (después Financiera Aceptaciones, S.A.), se creó el 29 de septiembre de 1936, con un capital igualmente de 500 mil pesos; Financiera del Norte, se constituyó el 9 de diciembre de 1936, con un capital social de 300 mil pesos; y finalmente el 20 de febrero de 1939 se fundó Financiera de Crédito, S.A. En cuanto a compañías de seguros se fundaron dos en este lapso, una fue la Compañía de Seguros Monterrey del Círculo Mercantil, S.A. el 8 de abril de 1937 y la otra fue Aseguradora del Norte, S.A., compañía de seguros contra incendios constituida el 4 de diciembre de 1939 con un capital autorizado de un millón de pesos (Flores 1997 y Morado, 1996). El comercio después de una fuerte tendencia a la escasez de productos a mediados de la segunda década se volvió a reactivar en la década de los años veinte. Entre las nuevas tendencias que aparecen en estos años está la primer queja de envergadura de los comerciantes establecidos en el centro de la ciudad sobre la proliferación de comerciantes ambulantes en la calle Morelos (1925); la competencia desleal que tiene que afrontar el comercio con las personas que viajan y vuelven de la ciudad texana de Laredo con ropa para venta en las aceras
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de la ciudad (y a través del ofrecimiento de la mercancía casa por casa) a precios más bajos (1929)4; y el contrabando de mercancías (ropa, calzado, etcétera) por automóvil de la frontera a Monterrey. Finalmente en 1939, se instaló en la capital del estado el Comité Regulador del Mercado de Subsistencias, el cual empezó a fijar precios de venta al menudeo a artículos de primera necesidad, tales como el frijol, maíz y chile.
La Industrial, CA, 1929. Fototeca del Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
Vista aérea de Cristalería Monterrey, Monterrey. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
4 Tema de la Sesión del 17 de julio de 1929 de la directiva de la Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey (Mendirichaga 1983).
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Cervecería Cuauhtémoc. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
Pabellón de Cementos Mexicanos. Monterrey, 1926.
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Parque Fundidora, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Rectoría del ITESM, campus Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Refinería en Cadereyta Jiménez. Carlos Rodríguez, PEMEX, Nuevo León.
Biblioteca Magna Raúl Rangel Frías de la UANL.
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omo ya mostré, desde sus orígenes a fines del siglo pasado, la industria pesada en el sector metalúrgico fue incorporando al sector productivo en Monterrey empresas ligadas al consumo liviano interno. A partir de 1940, este proceso industrializador recibió un fuerte estímulo cuando la sustitución de los insumos industriales, formó parte esencial en las estrategias de desarrollo del Estado mexicano. Este acelerado crecimiento de la industria regiomontana que registró una tasa promedio del 8.3 por ciento en el período 1950-1980, fue resultado del comportamiento hacia la expansión de las principales empresas regiomontanas. Por otra parte, también fue consecuencia en buena medida de la actividad promotora del Estado, a través de estímulos fiscales y financieros, subsidios y apoyos de infraestructura, especialmente al AMM. La expansión ininterrumpida se dio hasta principios de los ochenta. Este período fue dominado por la creación de grandes empresas que ya manifestaban un proceso desde la década de los cuarenta de extenderse, horizontal y verticalmente dentro y fuera del sector fabril. Este crecimiento permitió que la industria del estado de Nuevo León pasara a representar más del 12 por ciento del producto industrial del país de 1990 en adelante, convirtiéndose a su vez, el AMM en el polo de desarrollo más importante de la zona noreste del país. (Flores, 1994ª). Pasemos pues, al análisis de los elementos que nos permitirán dar una explicación de la elevada concentración no sólo poblacional, sino también de las actividades económicas que existen actualmente en la ciudad de Monterrey, y cuya tendencia inició de forma irreversible en 1940. En este apartado analizaré el peso de la infraestructura
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del AMM como soporte de las actividades económicas que se desarrollan en ella; así como el crecimiento y expansión del sector comercial y de servicios.
1. La infraestructura del AMM como soporte de sus actividades económicas
La infraestructura es fundamental para el desarrollo de la industria mexicana pues proporciona los energéticos, materias primas auxiliares y las comunicaciones indispensables para la realización de los modernos procesos productivos. La elevada concentración de obras de infraestructura en el AMM constituye un elemento explicativo de su elevada concentración industrial. A continuación examinaremos las tres categorías en que se dividen los medios de producción socializados para ilustrar la importancia y significado de estas obras en la elevada concentración de la población y de las actividades económicas de esta ciudad del norte oriental. a) Las redes energéticas. Estas son fundamentales para desarrollar la actividad industrial. Se contempla a las grandes unidades generadoras de electricidad que iniciaron su arribo a Monterrey y al Estado de Nuevo León en 1889 con la primer compañía productora y distribuidora de energía eléctrica denominada “Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey”. Actualmente, más de un siglo después, el principal beneficiario de la energía eléctrica que se consume en Monterrey es la industria cuyo beneficio era del 70 por ciento a mediados de la década de los noventa, seguido por el 20 por ciento del uso doméstico y el 10 por ciento restante se distribuye entre el comercio (7%), el alumbrado público y otros servicios (3%) (Flores, 1994). Se puede decir que el AMM es actualmente una de las localidades mejor atendidas por el sistema eléctrico nacional, lo que le ha permitido disponer de una novena parte del total de electricidad consumida de la república y ha posibilitado el dinámico crecimiento de sus actividades económicas. Las perspectivas se vislumbran optimistas con la nueva propuesta del Ejecutivo Federal para abrir al sector privado la inversión en esta industria. En cuanto a los hidrocarburos, estos tuvieron su arribo por medio de un gasoducto que provenía de Roma, Texas, en 1930, que construyó, instaló y administró la Compañía Mexicana de Gas, S.A., propiedad de empresarios locales. A raíz de la nacionalización de la industria petrolera en 1938, el sistema para dotar de energéticos a bajo costo a los grandes centros industriales fue su transportación terrestre a través del tendido de ductos. Actualmente, Monterrey
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es uno de los centros urbanos mejor dotados por esta extensa infraestructura que consta de oleoductos -ductos que transportan el petróleo crudo de los campos de explotación a los centros de refinación y los combustóleos a los lugares de consumo-, gasoductos -ductos que trasladan el gas natural de donde se extrae hacia la refinería y de ésta a las localidades consumidoras- y finalmente los poliductos, los cuales transportan los diferentes productos energéticos o materia prima de las refinerías a las ciudades donde se consumen. Debido a que en Nuevo León no se realizan actividades de extracción de petróleo ni de gas natural, éste se transporta desde los campos petroleros del sureste de México ubicados en los estados de Chiapas, Tabasco y en las plataformas ubicadas en el Golfo de México frente a Campeche. En el año de 1977, en la ciudad de Cadereyta , N.L. -a 26 kilómetros de Monterrey- inició operaciones una de las refinerías más grandes de México, con una capacidad de refinación diaria de 235 mil barriles de crudo. Su fundación tuvo un efecto económico multiplicador en las empresas y negocios no sólo de Cadereyta, sino en todo el Estado. Por su parte, en 1998 se dio la apertura al sector privado en la distribución de gas natural en Monterrey, ciudad que tiene el consumo más grande de gas natural a escala nacional. En marzo de 1999, la distribución se repartía de la siguiente manera por los distribuidores: el 35 por ciento era de Ginsa, que es autoconsumo, el 26 por ciento lo tenía la Compañía Mexicana de Gas (empresa local), el 24 por ciento la empresa española Gas Natural y el 15 por ciento restante lo distribuía todavía Petróleos Mexicanos (PEMEX)5. Tal como sucedió en el ámbito nacional, el creciente desarrollo económico del AMM del período de 1930 (especialmente a partir de 1940) a 1999, fue acompañado por un aumento paralelo en la refinación y consumo de hidrocarburos. Está fuera de toda sospecha, que sin el incremento de su producción no hubiera sido posible el desarrollo económico dada la fuerte dependencia de la industria, los transportes y los energéticos mismos6 de esta materia auxiliar. Amén de lo que representan los hidrocarburos como un elemento decisivo en la rápida expansión de la industria automotriz, el desarrollo de la industria metalúrgica y siderúrgica del AMM se apoyó fundamentalmente en la disponibilidad abundante y relativamente a bajo costo de los hidrocarburos. Tendencias similares pueden observarse en otras ramas industriales predominantes en el AMM (cemento, minero-metalúrgica, 5 Entrevista con Marcelo Chauvert, director de la Compañía Mexicana de Gas, El Norte, Monterrey 11 de marzo de 1999. 6 Por ejemplo, este último sector integrado por las dos mayores empresas industriales del país Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), consumían en 1990 el 29.9 por ciento de la producción total de hidrocarburos, el restante 70.1 por ciento se destinó al consumo final. La distribución de consumo en 1990 en el propio sector energético, en particular el sector eléctrico fue como sigue: se utilizó el 65.6 por ciento del combustóleo producido y el 15.8 por ciento del gas residual para generación de electricidad (Secretaría de Energía y Minas Paraestatal, 1991).
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papelera, sustancias químicas, productos derivados del petróleo, productos de hule y plástico, entre otras) en las que la oferta suficiente de este energético ha sido crucial para su desarrollo. En cuanto a materias primas auxiliares para la producción es de resaltar el caso del agua. A raíz del crecimiento industrial y demográfico que experimentó la urbe en el último tercio del siglo XIX, las fuentes y el sistema hidráulico de abastecimiento para el requerimiento urbano, resultó caduco. Es por ello que desde fines del siglo XIX se han realizado obras de infraestructura de grandes dimensiones para dotar a la urbe y a su industria de este vital líquido. Amén de los grandes embalses para consumo humano, la industria de Monterrey fue pionera en América Latina al fundar la compañía Agua Industrial de Monterrey, planta tratadora de aguas residuales en 1955 con una capacidad inicial de 60 litros por segundo para darle servicio a la empresa Celulosa y Derivados, ahora Cydsa. De los 10 mil litros por segundo que se consumen en el área metropolitana de Monterrey a agosto de 1998, 9,300 (93%) es para consumo de la población y 700 (7%) es para uso industrial. A ésto 700 litros por segundo se suman 3,000 más que consume la industria y que provienen de las plantas recicladoras de agua para uso industrial y de pozos privados (principalmente de las empresas de alimentos y bebidas). Las principales plantas recicladoras son Grupo IMSA (A.P.M.) con una capacidad de reciclaje de 600 litros por segundo (l/s), Agua Industrial de Monterrey, S. De U. (300 l/s), Cydsa S.A. (140 l/s), Agua Industrial del Poniente, S.A. (125 l/s), Papelera Maldonado (50 l/s), Campestre (Club de Golf ) con 50 l/s, Cydsa Corporativo, S.A. de C.V. (50 l/s) y Vitro Corporativo, S.A. de C.V (25 l/s).7 b) Infraestructura industrial. Por su parte, la infraestructura propia de una zona industrial, encontró un ordenamiento y una planeación estratégica, a través de diversos niveles de planeación de las diferentes instancias de gobierno.8 Entre estos proyectos contemporáneos destaca el Plan Director de Desarrollo Urbano del Área Metropolitana de Monterrey, para los años 1988 a 2010. Este plan parte de la premisa de la existencia de una zona conurbada integrada por nueve municipios que conforman la actual área metropolitana de la ciudad de Monterrey.9 El Plan establece como condicionante indudable de la actual y futura realidad urbana, el desarrollo industrial y su localización físico-espacial dentro del área diagnosticada. 7 Datos proporcionados por el Instituto de Protección Ambiental de la Cámara de la Industria y de la Transformación de Nuevo León (CAINTRA), El Norte, Monterrey, 6 de agosto de 1998. 8 Véase los siguientes macroproyectos gubernamentales elaborados por el gobierno federal, estatal y municipal que atañen al AMM: Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda, 1984-1988; Plan Nacional de Desarrollo Urbano 1978; Plan Estatal de Desarrollo Urbano, 1979; Plan Subregional de Desarrollo urbano de Monterrey Metropolitano, 1982; Planes Municipales de Desarrollo Urbano de Apodaca, San Pedro Garza García, General Escobedo, Guadalupe, Monterrey, San Nicolás de los Garza y Santa Catarina, 1980; Plan Nacional de Desarrollo, 1983-1988; Plan Nuevo León, 1988-1991; y Plan Director de Desarrollo Urbano del Área Metropolitana de Monterrey, 1988-2010. 9 Este Plan arranca con el recordatorio de un decreto del Ejecutivo del Estado que fue dictado ante una realidad aplastante. El 23 de Enero de 1984, este decreto publicado por el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, declaró
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La infraestructura creada desde los inicios de la industrialización en la región favorece la continuación de esta tendencia. El plan sólo lo confirma. Para 1990, el 95 por ciento de los establecimientos industriales del Estado se encontraban en el AMM. La estructura urbana del AMM estaba distribuida en 1986 de la siguiente forma: 884 colonias o fraccionamientos; 8 distritos industriales; y 5 corredores industriales (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). El AMM ocupa una superficie de 36,097 hectáreas las cuales encuentran la siguiente distribución del suelo: 65.6 por ciento destinado al uso habitacional; 13.7 por ciento al uso industrial; 11.6 por ciento a la vialidad maestra y primaria; y finalmente el 9.1 por ciento al equipamiento urbano. Esta infraestructura que se complementa con los incisos anteriormente analizados confirma que sus beneficios recaen directamente en el ámbito espacial donde físicamente se realizan las inversiones. Simultáneamente, aquella se va creando según la organización territorial de la población y las actividades económicas. Una característica de dicha organización es su elevada concentración en el espacio de las condiciones generales de la producción, las cuales se constituyen en el elemento central que explica y reproduce dicha concentración. No obstante, la aglomeración en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey de una parte significativa de las actividades económicas y de la población urbana del país, conlleva a una compleja problemática urbanística que se acentúa cada vez más. Déficits de vivienda, de servicios públicos, contaminación de su ecosistema,10 inseguridad pública, marginalidad, subempleo y otras características negativas que conforman el cuadro de patología metropolitana que es urgente resolver. c) Estímulos legales y fiscales en zonas territoriales preestablecidas. Es cierto que la localización industrial no puede decidirse por decreto, pero una legislación adecuada puede influir en las decisiones locacionales privadas. En este sentido y con los factores infraestructurales anteriores, se ha podido llevar una clara y firme política de descentralización industrial hacia fuera y dentro de la periferia del área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Es así como se han desarrollado los parques industriales. El objetivo de estos es el agrupar en una misma área geográfica empresas medianas y pequeñas, proporcionándoles facilidades para su desarrollo. El primer grupo de parques industriales en Nuevo León lo conformaron nueve, la existencia de una zona conurbada integrada por los municipios de Monterrey, San Nicolás de los Garza, Apodaca, Guadalupe, Garza García (ahora San Pedro Garza García), Santa Catarina y General Escobedo. En un decreto posterior se anexan dos municipios más: Villa de García y Juárez. (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). 10 Sobre el nivel alcanzado en la contaminación del entorno del AMM, existen estudios verdaderamente alarmantes. El Plan Director de desarrollo urbano, elaborado por el Gobierno del Estado de Nuevo León expuso en 1988 los siguientes datos. “Por la cantidad y calidad de los desechos contaminantes, la industria es la principal fuente con un 50 por ciento; le siguen los vehículos con un 40 por ciento; la disposición inadecuada de los desechos sólidos urbanos, principalmente la quema de basura, genera un 5 por ciento; y causas diversas, otro 5 por ciento. En general, las industrias más contaminantes son la cementera, la química, la papelera, la fundidora, la cristalera, la extractiva y la generación de electricidad”. De las industrias que contaminan más significativamente -dice el
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que hasta 1987, siete los administraba el gobierno del Estado, y dos la iniciativa privada: Ciudad Mitras y el Fraccionamiento Industrial Lincoln, respectivamente (Flores, 1988). Para 1997, el desarrollo de los parques industriales estaba en su apogeo, existían 19 parques (ubicados en los municipios de Escobedo, Linares, Sabinas, Ciénega de Flores, Doctor González, El Carmen, Pesquería, Guadalupe, San Nicolás, y Apodaca) con una superficie total de 1,777.31 hectáreas, de las cuales 912.2 estaban urbanizadas. En ellos se encontraban 233 empresas establecidas, 20 en construcción y dieciséis estaban en proyecto11. Orientados estos últimos principalmente a la industria maquiladora, encuentran su locación la mayoría en el norte del AMM y con acceso a las principales carreteras con destino a la frontera norte. Este tipo de parques fue diseñado para maquiladoras no contaminantes y fábricas de las denominadas ligeras que no excedan de las diez hectáreas de superficie de ocupación. Aprovechando las favorables condiciones generales de la circulación que posee el AMM, las empresas propietarias controlan el mantenimiento y el buen funcionamiento de los parques a través de reglamentos y/o fideicomisos creados por los propios empresarios. Otro ejemplo claro de la correlación entre el estímulo legal-fiscal y el auge de algunas empresas son las denominadas maquiladoras. La maquila se define como una actividad productiva compartida por dos o más países; esta modalidad de producción tiende a acumular menores costos, dado que aprovecha las ventajas comparativas de cada país. En los últimos años la implantación de empresas maquiladoras ha comenzado a adquirir gran relevancia en las principales ciudades de la frontera norte de México; estas compañías provienen fundamentalmente de Estados Unidos (aunque existe una proporción importante de empresas asiáticas, particularmente en el noroeste) y se dedican a ensamblar o a transformar materias primas y bienes intermedios que se importan de forma temporal y regresan al país de origen cuando se obtiene el producto final. Este fenómeno se está extendiendo, además, al interior de México, pero continúan siendo mayoría las instaladas en la zona fronteriza. Los principales productos procesados incluyen materiales y ensamble de equipos eléctricos, prendas de vestir y equipo de transporte. Todas las ramas industriales se pueden establecer como maquilaestudio- el 4 por ciento lo hacen con humos, el 6 por ciento con grasas y el 11 por ciento con polvos. Otro 13 por ciento genera contaminantes altamente tóxicos. Y por si fuera poco, sólo el 21 por ciento de las industrias que producen contaminación considerada altamente tóxica cuenta con equipo de control de emisiones. Amén de la contaminación del agua, suelos, ruido e imagen urbana, esta última comúnmente llamada contaminación visual. Así mismo, el Plan Director advierte la existencia de industrias contaminantes cercanas a zonas habitacionales, así como la localización de depósitos de gas licuado, de petróleo y de otros hidrocarburos en medio de éstas. Lo que representa -asegura el estudio- “un riesgo potencial de fugas tóxicas, explosiones e incendios que afectan la seguridad y bienestar de la población”. (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). 11 Información proporcionada por la Subsecretaría de Industria, Comercio y Turismo, de la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Nuevo León, El Norte, Monterrey, 4 de mayo de 1997.
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doras, excepto las reservadas en exclusiva al Estado y las contaminantes. Este tipo de industria constituye en el presente una parte importante de la economía mexicana. En sus orígenes, se fomentó con el propósito de dar empleo al gran número de desocupados de la frontera norte y a los posibles emigrantes hacia Estados Unidos; en la actualidad, es una importante fuente de divisas, un entramado primordial como fuente de trabajo y ha avanzado en diferentes aspectos tales como el número de establecimientos, la dispersión geográfica y la diversidad de sus productos. Fiel reflejo de esta realidad es el hecho de que a lo largo de 1997 se establecieron un promedio de casi 50 empresas maquiladoras al mes, con una inversión de 1,280 millones de dólares. El proceso de industrialización por medio de maquiladoras está siendo impulsado de forma muy importante por las autoridades económicas mexicanas. Según los programas oficiales, los establecimientos maquiladores procesan artículos semi-terminados enviados desde Estados Unidos para luego ser reexportados a ese país. Para apoyar la expansión de estas industrias se han llevado a cabo diversas reformas en el Decreto para el Fomento de la Industria Maquiladora de Exportación; entre ellas figuran las siguientes: Considerar como submaquila a los procesos industriales o de servicios complementarios de las maquiladoras; l Permitir a estas industrias la venta sin límites de su producción en el mer cado nacional; l Garantizar el trato de exportadores indirectos a sus proveedores na cionales; l Ampliación hasta dos años los plazos de permanencia en el país de las ma terias primas, partes e insumos importados temporalmente; l Facilitar los pagos de los impuestos correspondientes; y l Fijar plazos perentorios para atender los trámites de las empresas. l
Hasta el año 2000 la industria maquiladora continuará operando bajo el actual régimen de importación temporal; a partir del año 2001, se prevén algunas modificaciones de dicho régimen en el caso de los insumos y de los componentes importados de un país que no sea miembro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que sean incorporados en productos exportados a Estados Unidos o Canadá. Este Tratado estipula que las maquiladoras podrán seguir importando temporalmente insumos y componentes sin pagar aranceles de importación ni IVA, tal como se realiza en la actualidad, de acuerdo con los siguientes criterios: primero, cuando los insumos y componentes provengan de y se incorporen a productos destinados a países miembros del TLCAN; y segundo,
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tratándose de insumos y componentes incorporados a productos que se destinen a países no miembros de dicho Tratado. No obstante, cerca del 90 por ciento de las operaciones que realizaban las empresas maquiladoras en 1998, se corresponden con esos casos, por lo que no se verá afectada la gran mayoría de la producción. Por la cercanía con el mercado norteamericano, el nordeste de la república al igual que toda la frontera norte ofrece atractivos para su instalación. Como ya dije los programas del gobierno federal y estatal ofrecen apoyo en beneficio y facilidades a esta industria financieramente, en importaciones, transportes, trámites para la exportación, fiscales, etcétera. A diferencia de otros estados fronterizos, es apenas hasta 1986 cuando comienzan oficialmente a instalarse las maquiladoras en Nuevo León (CAINTRA, 1991). A pesar de instalarse en una época tardía, el auge que éstas experimentan en el estado es notorio. Mientras en 1986 sólo existían 15 empresas, para 1998 eran 121, ocupando un total de 48,113 trabajadores (INEGI, 1999). Responsables en buena medida de este auge, son los beneficios económicos que obtiene el inversionista extranjero. Éstos se basan en las siguientes expectativas: Mano de obra calificada y barata. Condiciones generales de la producción construidas y disponibles. l Cercanía para maquiladoras de Estados Unidos o dirigidas a este mercado, lo que propicia mayor control sobre las operaciones de la planta y menores costos de transporte e inventario. l Suministro regular de energéticos, a precios menores que el promedio del mercado internacional. Recuerden los beneficios del AMM con respecto a las redes de energéticos de electricidad e hidrocarburos construidos por el Estado mexicano. l Facilidades de importación y exportación como son una aduana local y la Comisión de Fomento a la Industria Maquiladora y de Exportación del Estado de Nuevo León.12 l l
Estos factores infraestructurales continúan atrayendo capitales externos a Monterrey. A juicio de la Subsecretaría de Comercio Internacional del Gobierno de Nuevo León, se espera que ingresen a México en el año de 1999 unos 11 mil 12 Los productos que estas empresas generaban en 1997 son los siguientes: artículos deportivos y juguetes; motores, partes y accesorios para automóvil; accesorios electrónicos; muebles metálicos; partes eléctricas y cables telefónicos; yeso cerámico y otros accesorios; prendas de vestir; serpentines para climas; píeles finas y artículos de joyería; maquinaria y aparatos eléctricos; ensamble de atomizadores plásticos; productos alimenticios; fabricación de rodamientos; recuperación de productos mecánicos; recuperación de materiales; y servicios (de cortado, etcétera). Información proporcionada por Jaime Contró Yllanés, presidente de la Asociación de Maquiladoras de Nuevo León, El Norte, Monterrey, “Hecho en México”,“Suplemento Especial”, 19 de abril de 1998.
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millones de dólares de inversión extranjera directa. De los cuales un 10 por ciento se estima que sea captado por el Estado de Nuevo León. La inversión consta tanto de la ampliación de plantas de algunas firmas ya establecidas, como nuevas construcciones. Las plantas se están instalando en los municipios de Apodaca, Ciénega de Flores, Montemorelos, San Nicolás, Escobedo, Guadalupe y García, estimándose la creación de 18 mil nuevos empleos. Las empresas que están reinvirtiendo en su expansión son Densa en Apodaca, Navistar en Escobedo, Lithonia Lighting en Guadalupe, Mercedes en García y Alcoa Fujikura en Apodaca. Por su parte las que están por instalarse bajo convenios firmados con esta Subsecretaría son Alpeck/Dupont (con un monto de 130 millones de dólares y por instalarse en el municipio de Santa Catarina), Axtel (100 millones), una firma (hasta ahora no divulgada) en el sector eléctrico (85 millones en Escobedo y San Nicolás) GE/Toshiba (25 millones en Ciénega de Flores), General Electric (22 millones en Apodaca), Varco Prudent (20 millones en Ciénega de Flores), Square D. (15 millones en Apodaca), REMSA (12 millones en Ciénega de Flores), HEB (22 millones en dos hipermercados, uno en Monterrey y otro en San Nicolás), Celestica (10 millones en Apodaca), Hon (10 millones en Ciénega de Flores), Bemis (8 millones en Ciénega de Flores). En Apodaca también están por instalarse Hendricson, (7 millones), Parker Fluid Connectors (6 millones), Saturn Electronics (6 millones) y Johnson & Johnson (5 millones); en Monterrey el Hilton Garden Inn (5 millones), en Montemorelos, Carters (4 millones), ATCO Flex (en Linares con 3 millones) y finalmente Compaq en el municipio de San Pedro con una inversión inicial de dos millones de dólares.13
2. Expansión del Sector Comercial y de Servicios
Actualmente, las actividades más importantes en el producto interno bruto nacional mexicano son el comercio y los servicios, ya que aportan más de la mitad del total y dan ocupación a más del 50 por ciento de la población económicamente activa (PEA). Monterrey no escapa a este esquema nacional ya que más del 64 por ciento de la PEA actualmente trabaja en el sector terciario de la economía a diferencia del 35.2 por ciento que labora en sector secundario, por lo que el primero es ya indiscutiblemente el sector económico dominante a fin de siglo.14
13 Información proporcionada por la Subsecretaría de Comercio Internacional del Gobierno del Estado de Nuevo León, El Norte, 19 de abril de 1999. 14 Ver Resultados definitivos. Tabulados Básicos. Conteo 1995 de Población y Vivienda, Nuevo León, 1996. México, INEGI, 1996.
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La multiplicidad de establecimientos pequeños y medianos distribuidos por todo el estado de Nuevo León y particularmente en el AMM, es lo que caracteriza a la planta comercial y de servicios. Sin embargo, en el AMM desde hace ya más de 20 años, la tendencia a la consolidación de las grandes y modernas empresas del sector, encuentran cada vez más la preferencia del público consumidor y en consecuencia, se han ido apropiando del espacio urbano. El comercio en Monterrey, como es tradición en el mercado interno de México, se clasifica por el tipo de oferta en mayoreo (comercio mayorista) y menudeo (comercio minorista); por su sistema de distribución en tradicional y moderno; y finalmente por su tamaño en micro, pequeño, mediano y grande. l El comercio al mayoreo distribuye y desplaza elevadas cantidades en mercancías; de forma regular funciona bien como oferente de bienes intermedios para la industria o bien como enlace entre productores e im portadores con los comerciantes detallistas. Actualmente el Instituto Na cional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) define el comercio al mayoreo como la “reventa (venta sin transformación) de productos nuevos o usados a comerciantes al por menor, a usuarios comerciales e industriales, a instituciones o profesionales y a otros mayoristas”. Por su parte, el comercio al menudeo es aquél que en su gran mayoría distribuye los bienes de uso final, siendo la última etapa del proceso de distribución; presenta éste a su vez una polaridad de forma: tradicional y moderno. l El sector moderno está conformado básicamente por los grandes esta blecimientos comerciales (comercios de más de 250 empleados y con ventas netas anuales mayores de 20 millones de pesos) y algunos medianos (hasta 250 empleados y ventas no mayores a 20 millones de pesos), que se abaste cen en su gran mayoría directamente de los productores, sistema que les permite una mejor planeación a sus márgenes de comercialización. En este tipo de comercio se encuentran las tiendas por departamentos, los super mercados, los hipermercados y los grandes negocios. l El comercio tradicional está integrado por establecimientos micro (comercios hasta 15 empleados y ventas anuales netas hasta 900 mil pesos), pequeño (hasta 100 empleados y ventas hasta 9 millones de pesos) y algunos medianos, que, junto con los puestos de los mercados públicos, se caracterizan por el manejo de pequeños volúmenes de mercancías y poca variedad de productos, por mantener bajos niveles de productividad y por ser en su mayoría de tipo familiares.15
15 Ver Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, México, 1997.
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Este sector se encuentra organizado al igual que el industrial por Cámaras, en este caso, de Comercio. El 22 de abril de 1941, el Senado de la República aprobó el proyecto de la nueva Ley de Cámaras de Comercio e Industria. La principal novedad fue que cada uno de los sectores económicos estuviera diferenciado por sus propias Cámaras. De tal modo que la Cámara Nacional de Comercio, Industria y Minería del Estado de Nuevo León (CANACOIM) se desintegró y se formaron sus respectivas Cámaras por rubro de actividad. De esta forma, se creó el 29 de diciembre de 1941 por la Asamblea General Extraordinaria de comerciantes los nuevos estatutos que regirían a la actual Cámara Nacional de Comercio de Monterrey. Su primera actividad de importancia fue apoyar (en los años de 1941-42) a los comerciantes de origen alemán, japonés e italiano que gozaban de gran reputación en la ciudad, a evitar que éstos aparecieran en las listas negras elaboradas en los Estados Unidos a raíz de su participación en la Segunda Gran Guerra. Entre ellos destacaron la Casa Holck y numerosos comerciantes en el giro de joyería, ropa y calzado entre otros (Mendirichaga, 1996 y 1983). La década de los cuarenta y cincuenta fueron prolíficos en la constante preocupación de los comerciantes locales (manifiesta a través de su Cámara de Comercio) sobre la competencia que enfrentaban con el comercio fronterizo. Para mayo de 1957 y particularmente en julio de 1959, la Cámara insistió en contrarrestar la publicidad que estaban haciendo los comercios de las ciudades texanas de Brownsville, Laredo y McAllen en los periódicos, la radio y la televisión en Monterrey. Esta preocupación siempre latente hasta la actualidad, reflejaba la gran expansión que había significado este sector para una parte importante de la población económicamente activa en Monterrey. Para 1960 el AMM daba empleo a 47 mil 456 personas en el sector comercial representando el 13 por ciento de la fuerza laboral de Nuevo León, y estas cifras continuaron creciendo en los años venideros. En 1968, en plena efervescencia política y social, se dio el primer retiro a gran escala (13 de mayo) por parte de las autoridades municipales de todos los vendedores ambulantes y comerciantes con puestos semifijos de las principales calles de Monterrey (Mendirichaga, 1983). Esta acción provocó un verdadero caos en algunas de las arterias de la ciudad y culminó con un mitin de parte de los afectados a fin de resolver su situación. El hecho presentó un precedente histórico al delegar los afectados sus intereses a sus líderes sindicales (de la Confederación de Trabajadores de México y de la Confederación Regional Obrera y Campesina, en adelante por sus siglas CTM y CROC respectivamente), los cuales iniciaron pláticas con las autoridades a fin de decidir los lugares en donde serían reubicados, los cuales nunca se definieron claramente lo que provocó de nuevo la invasión de las aceras en el distrito comercial de la ciudad.
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Durante los años setenta, las fricciones entre los comerciantes de la localidad y el gobierno estatal y federal aumentaron. Particularmente durante la presidencia de Luis Echeverría Álvarez16 (1970-1976), los comerciantes atacaron la tendencia hacia una mayor injerencia del Estado en la economía. Los Programas Federales de Productos Básicos a través de organismo y tiendas estatales como la Conasupo, ISSSTE, Sahop, Conasuper, la creación del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) y la Ley Federal de Protección al Consumidor, fueron considerados atentatorios de la libertad de comercio (y del consumidor) y creadores de un enorme aparato monopólico en manos del Estado. Es el 23 de julio de 1983 cuando se inicia en Monterrey la concentración del capital del gran comercio a través de sus nuevas formas de comercialización como es el caso del hipermercado y los centros o plazas comerciales tipo Perisur en la ciudad de México o Plaza Dorada en Guadalajara (Flores, 1996). En esa fecha se inaugura el Centro Comercial Galerías Monterrey, al cual le seguirán otros como el Moll del Valle y Plaza Fiesta San Agustín en Garza García. Año festivo que incorporó un nuevo monumento al AMM: el Faro del Comercio donado a la ciudad por el comercio organizado (e inaugurado el 7 de diciembre de 1983) ubicado en la llamada Macroplaza y que simboliza la edad centenaria de la Cámara de Comercio de Monterrey. Los diseñadores del proyecto fueron los arquitectos Luis Barragán Morfín y Raúl Ferrera Torres y consistió en una torre de 69.8 metros de altura, 12.53 de largo y 1.83 de ancho, construida en concreto armado utilizando mil metros cúbicos de cemento y 250 mil kilos de acero de refuerzo. El monumento está iluminado y lanza desde la cúspide luces al cielo (rayos láser), prolongando aún más su verticalidad. Ese mismo año, 1983 se crearon dos nuevas centrales de abasto, una en el municipio de Guadalupe, con 240 bodegas proporcionando 800 nuevos empleos y la otra en el municipio de Santa Catarina y que consistió inicialmente con 198 bodegas (Mendirichaga, 1996). Las crisis recurrentes de los últimos años, 1982, 1985, 1988 y 1995, aumentaron el contingente de familias que utilizan el comercio llamado informal como forma de vida o bien como una actividad alterna en su desempeño laboral. Sus consecuencias, a la par que el AMM se extendía territorialmente hacia todos los puntos cardinales, fueron la creación de zonas abigarradas y bien definidas de comerciantes que no cumplían ninguna obligación fiscal ni sanitaria, que vendían un 90 por ciento de productos de procedencia extranjera (principalmente estadounidense y asiática) y que la voz popular les llamó pulgas. Estas pulgas no resolvieron el problema del comercio ambulante en las calles de Monterrey, a pesar de su continua reubicación. 16 Años particularmente violentos. La escalada de violencia fue en aumento y tuvo su punto máximo el 17 de septiembre de 1973 al ser asesinado -en un intento fallido de secuestro- el empresario Eugenio Garza Sada.
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Es notable también el enorme tianquiztli (concepto náhuatl del mercado) que opera los fines de semana en el lecho del río Santa Catarina (y en menor escala en las plazas principales de todos los municipios de Monterrey) y que en él se puede encontrar el artículo más inesperado, desde viejos artefactos mineros e industriales a modernos artículos electrónicos importados. Indudablemente, este aspecto de la tradición y de la cultura mexicana no puede esconderse porque brota de diferentes formas y aspectos en todas las regiones de México. Recordemos lo que nos decía fray Juan de Torquemada a principios del siglo XVII (1615) sobre el mercado de San Hipólito en la ciudad de México:
Muchos vienen a comprar, y otros sin cuento, a ver los que se vende. Los más son mujeres, debajo de unos tendejones o sombras que hacen para la defensa del sol. Tienen las mercadurías puestas en el suelo y cada una conoce y tiene su asiento, sin que otra se lo tome, porque viene corriendo desde su gentilidad entre ellos, así en éste como en todos los mercados de esta Nueva España, tener cada oficio su asiento y lugar (Torquemada, 1978:144).
A la par de esta tradición mexicana, los años noventa trajeron la llegada de nuevos y lujosos hipermercados extranjeros. Tenemos en Monterrey la llegada de las cadenas estadounidenses Wall Mart, HEB, Price Costco y SAM´S, (estos dos últimos introdujeron una novedad en el comercio mayorista-minorista de Monterrey: el consumidor sólo puede comprar en estas tiendas siendo socio de las mismas a través de un pago menor a doscientos pesos por año), de la firma francesa Carrefour y del nuevo concepto de materiales para la construcción y el hogar de Total Home (originalmente establecido en coinversión entre la empresa regiomontana Alfa y socios estadounidenses, actualmente Alfa posee el cien por cien de la inversión). También en esta década, es inaugurado el Centro Internacional de Negocios (Cintermex), en los terrenos de la antigua Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. Indudablemente la apertura de la economía mexicana que inició en 1986 con el ingreso de México al GATT y posteriormente con la puesta en marcha del TLCAN en enero de 1994, el comercio se estimuló y definió nuevos y novedosos rumbos de crecimiento y satisfacción al consumidor. En efecto, de acuerdo con el Programa Nacional para el Abasto y el Comercio Interior, los comercios de autoservicio cubren en Monterrey hasta el 50 por ciento de la comercialización minorista, mientras que el 50 restante lo realizan los pequeños comercios. Los hipermercados de capital nacional y que existen en México desde décadas atrás son principalmente Soriana-Hipermart y Gigante. Que se sumaron a otros de carácter regional y de gran tradición como los Azcúnaga (Flores, 1996), Casa Holck, y el Mode entre otros.
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En fin, la actividad comercial refleja la estructura económica del país, además de contribuir de forma significativa a la formación del producto interno bruto; por otra parte, el segmento de la comercialización es una muestra inmediata de los recientes cambios acaecidos en la estructura económica. La finalidad del comercio interior es la distribución en el mercado nacional de mercancías y servicios, lo que permite determinar las necesidades de abastecimiento, del sector productivo interno el cual pasaré a analizar.
El Faro del Comercio, Monterrey. Alejandro Covarrubias.
Rectoría de la UDEM. Roberto Ortíz Giacomán.
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Estabilidad, crisis y crecimiento reciente. Características de la expansión industrial,
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Casa de Calderas, Alto Horno. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A. Guillermo Kahlo.
Panorámica de Hylsa. Erick Bachhausen.
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Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A. Roberto Ortíz Giacomán.
Hojalata y Lámina (HYLSA) en la década de 1950. Fototeca Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
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ste proceso de crecimiento económico basado en la industria y sostenido por el sector comercial y de servicios así como por la infraestructura del AMM, asumió el siguiente conjunto de características entre 1940 y 2000: mayor producción de bienes de capital y consumo duradero, concentración y centralización del capital, estrategias financieras y acumulación de capital y, la creación de Grupos Industriales.
1. Mayor producción de bienes de capital y consumo duradero
En el censo industrial de 1994, los subsectores industriales con mayor presencia en el sector manufacturero de Nuevo León continuaron siendo los siguientes: productos metálicos, maquinaria y equipo; sustancias químicas, productos derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico; manufacturas de productos alimenticios; e industrias metálicas básicas. Estos cuatro subsectores industriales representaron el 61 por ciento de las unidades económicas censadas; el 70.4 por ciento del personal ocupado en el sector; y el 79.7 por ciento de la producción bruta total del sector manufacturero en la entidad.17 Sin embargo, 17 Ver Anuario Estadístico del Estado de Nuevo León, Edición 1995, México, INEGI, Gobierno del Estado de Nuevo León, 1995.
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el sector manufacturero de Nuevo León, así como corroboró algunas tendencias que ya se venían dando desde décadas atrás, también mostró cambios importantes en su estructura industrial. En primer lugar evidencia “un cambio continuo hacia ramas modernas intensivas en capital, para la producción de bienes de capital” (Flores y Olvera, 1988:106). Esta tendencia es clara en algunos tipos de mercancías producidas en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Mientras en 1970 la fabricación de maquinaria, aparatos, accesorios y artículos eléctricos y electrónicos sólo representaba menos del 5 por ciento del total de la producción industrial de la ciudad, este porcentaje se incrementó hasta el 26.9 por ciento en 1994. Este avance de los bienes de capital y consumo duradero dentro de la estructura industrial del AMM se dio a costa de la producción de mercancías de bienes intermedios de algunas empresas. Este fue el caso del subsector industrial de las empresas dedicadas a la Industria metálica básica, las cuales en 1980, aportaban el 41.7 por ciento del total de la producción industrial del AMM. Este subsector industrial fue el que realizó como ya vimos una verdadera revolución en la época porfiriana, a fines del siglo pasado. La importancia de la industria metálica básica fue desde ese entonces emparentada con el desarrollo industrial de la ciudad de Monterrey, hasta los inicios de la década de 1980. La crisis económica de 1982 y el cierre en 1986 de la industria insigne de Monterrey, la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey fundada en el año de 1900, repercutieron de manera negativa a este subsector industrial del sector manufacturero (Flores, 1993). El parteaguas hacia una nueva y novedosa estructura industrial en el AMM lo establece el censo industrial de 1989, el cual cierra un ciclo de cien años de duración en Monterrey al mostrar a las empresas metálicas básicas con el 1.7 por ciento de las unidades censadas (el 0.6% para 1994), el 6 por ciento del personal ocupado en el sector (el 3% para 1994), el 6 por ciento del total de activos fijos netos y el 10.6 por ciento de la producción bruta total del sector manufacturero, agudizandose esta tendencia para 1994 cuando representó el 9.7 por ciento.18 Este subsector industrial muestra su declive por primera vez en un siglo y da paso a las empresas productoras de bienes de capital y consumo duradero (como las que fabrican maquinaria, aparatos, accesorios y artículos eléctricos y electrónicos); a los productores de bienes intermedios, en especial a las empresas fabricantes de sustancias químicas, productos derivados del petróleo y carbón, de hule y de plástico y a las empresas productoras de minerales no metálicos; y finalmente al subsector industrial de bienes no duraderos, manufacturador de productos alimenticios.
18 Ibid.
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2. Concentración y centralización de capital
Como segunda característica del período 1940-2000, se encuentra un aceleramiento en la tendencia hacia la concentración y centralización de capital. De las 9,729 empresas industriales existentes en 1994 en Nuevo León, el 92 por ciento (8,947 empresas) son empresas pequeñas, el 6.1 por ciento (597) medianas y sólo el 1.9 por ciento (185) son consideradas grandes empresas.19 Estas últimas poseen el 67.2 por ciento del capital invertido y emplean el 50 por ciento de la fuerza de trabajo industrial. Simultáneamente las industrias pequeñas (92%) tienen sólo el 11.3 por ciento del capital total invertido y emplean el 24.2 por ciento de la fuerza de trabajo. Sin embargo, el concepto de pequeña empresa es engañoso. De las 8,947 empresas bajo esta denominación, 7,372 son consideradas microempresas (75.8% del total en Nuevo León), dan empleo a 24,292 trabajadores (9.8% del total) y disponen del 3.5 por ciento del capital industrial invertido en el estado. Estas empresas que mantienen un promedio de 3 trabajadores por unidad, ahondan más las diferencias con respecto a la categoría siguiente: la pequeña empresa. En efecto, si tomamos con mayor rigurosidad a esta categoría, contemplamos que ésta con sólo el 16.2 por ciento del total de empresas existentes en el estado, capta el 14.4 por ciento del empleo y representa el 7.8 por ciento del capital invertido. Continuando con el tema de la concentración y centralización de capital, de las 185 grandes empresas registradas en el AMM en 1994, sólo 31 de ellas dominan el panorama industrial de Nuevo León, ya que éstas emplean a más de mil empleados por fábrica y concentran la mayor parte de capital invertido en esta categoría. En efecto, estas 31 empresas emplean casi el 40 por ciento del personal ocupado (48,875 empleados) en la categoría de grandes empresas y el 33 por ciento (o sea, 16 mil millones de pesos) del total de la inversión industrial en el AMM. A pesar de que Nuevo León sólo cuenta con el 4 por ciento de la población total del país, su industria genera el 12 por ciento del producto industrial nacional y las exportaciones representan el 15 por ciento de la exportación manufacturera nacional. La participación de la entidad en 1995 en el Producto Interno Bruto Nacional (PIB), la ubica en cuarto lugar (6.4% del PIB Nacional) por abajo del Distrito Federal (27.4%); del estado de México (10.7%); y del estado de Jalisco el cual aporta el 6.9 por ciento. En efecto, estos tres estados y el Distrito Federal, aportan el 51.4 por ciento del total del PIB Nacional.20 La presencia de Nuevo León en el rubro del comercio exterior, lo ubica con una participación en 1990 del 8.7 por ciento del total nacional 19 Ibid. 20 Ibid.
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en las exportaciones y un 7.7 por ciento en las importaciones que realizó en ese año. La exportación e importación de productos en el estado -en una clara expresión de la conducta nacional al respecto- estuvo fuertemente centrada y dirigida a un solo país: los Estados Unidos. El 89.23 por ciento de las exportaciones estatales se dirigieron a la frontera norte, mientras el 91.02 por ciento de las mercancías que ingresaron a la entidad provenían de la misma nación (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1993). La concentración y centralización también se acentuó en la elevada aglomeración de la población y de las actividades económicas en esta ciudad del norte oriental. El 95 por ciento de la industria de la entidad, se concentra de manera espectacular en su área metropolitana. El 65 por ciento de las fábricas están asentadas en el municipio de Monterrey, el 11 por ciento en San Nicolás de los Garza, el 10 por ciento en Guadalupe, y las demás en los municipios metropolitanos restantes (Flores y Olvera, 1988). El fenómeno de la conurbación del área metropolitana de Monterrey, comenzó a partir de la década de los años setenta, cuando las áreas urbanas de los municipios de Monterrey, Guadalupe, Garza García, San Nicolás de los Garza y Santa Catarina, se unen físicamente mediante la vialidad, transporte, fraccionamientos vecinos y una comunicación más fluida entre ellas, principalmente por el fenómeno de la industrialización de la zona (García Ortega, 1988 y Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). Para 1984, a través de un decreto del Ejecutivo del Estado se integran los municipios Escobedo y Apodaca; y se declara la existencia de una zona conurbada, con la finalidad de que ésta participe en su desarrollo a través de una planeación unificada (Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, 23-I-1984).Posteriormente, se integraron dos municipios más, Villa de García y Juárez, conformando así lo que actualmente se conoce como el área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Para 1986, fecha de la conformación oficial de lo que hoy conocemos como la superficie urbana del AMM, ésta posee 36,097 hectáreas, de las cuales el 69.0 por ciento lo conformaban tres de los nueve municipios: Monterrey (35.0%), Guadalupe (19%) y San Nicolás de los Garza (15%). En la distribución del uso del suelo urbano en el AMM destaca que el 60 por ciento del área destinada a la vivienda se encuentra concentrada en los municipios de Guadalupe y Monterrey; el 51.5 por ciento del total del área industrial está en Monterrey y San Nicolás de los Garza; y el 43 por ciento del equipamiento propio de una urbe se encuentra en Monterrey (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). En cuanto a la población del AMM ésta ha ido obteniendo cada vez más un peso abrumador sobre la población total de la entidad. Para 1995, más del 90 por ciento de ésta se encontraba en el AMM. Paralelamente, en la población económicamente activa (PEA) del AMM, encontramos una concentración de ésta en los sectores secundarios (35.2%) y terciario (64.3%), desapareciendo progresivamente el
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sector primario; el cual para 1995, representaba el 0.5 por ciento de la PEA total del área.21 El crecimiento de la PEA principalmente en la década de 1970 a 1980, obtuvo una tasa media anual de crecimiento de 5.4 por ciento, rebasando así a la población total (4.8%) (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988 y Vellinga, 1988). Este factor sienta las bases para una explicación de la tercialización de la economía local. En efecto, el acelerado aumento de la PEA y sus bajos niveles de calificación, desbordan la capacidad de oferta de las actividades secundarias y obstaculizan en consecuencia el acceso a los empleos industriales. Esta concentración de la industria en el AMM en el último medio siglo, tiene que ver con el cambio en los factores determinantes de la localización industrial en el país. En un primer momento ésta localización se encontraba ligada a los recursos naturales, posteriormente, al mercado y al aprovechamiento de las economías de aglomeración que se generan por la gran actividad industrial, comercial y de servicios manifiesta en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey.
3. Estrategias financieras y acumulación de capital
En tercer lugar, la acumulación del período 1940-2000, fue obtenida principalmente por medio de ciertas estrategias financieras. Antes de 1940, las grandes industrias de Monterrey, habían logrado edificar un sistema financiero relativamente sólido. Sin embargo, a partir de 1940 y específicamente después de 1950, la banca muestra signos de prosperidad. Esta última fecha, corresponde a la fundación de la Bolsa de Valores de Monterrey, y a la proliferación de las instituciones financieras nacionales. La consecuencia directa del desarrollo financiero es el auge industrial mexicano y el cambio estructural que sufre en ese momento la economía de México. En otras palabras, la fabricación de bienes de producción aumentó más rápidamente que los de consumo. Generalmente, al referirse a la historia del desarrollo de las fuentes primarias de financiamiento de las empresas privadas en México, se afirma que se realizó con la fusión de capitales y con la reinversión de sus utilidades. Simultáneamente, se sostiene que a partir de los años setenta hubo un cambio en la fuente de los recursos para el crecimiento, pasando de los recursos internos a los externos (Cordero, 1977; Cordero y Santín, 1976; Dávila, 1997; Flores y Dávila, 1996; Flores, 1993 y 1988; Hoshino, 1991 y Medina Cervantes, 1984). El caso de las grandes industrias regiomontanas no fue la excepción, aun21 Ver Resultados definitivos. Tabulados Básicos. Conteo 1995 de Población y Vivienda, Nuevo León, 1996. México, INEGI, 1996.
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que este proceso lo podemos detectar en una época temprana. El financiamiento industrial en Monterrey fue generado por dos mecanismos bastante claros: los recursos internos y los externos. En el caso de los primeros, tuvieron dos vías de canalización: los flujos de capital internamente generados (reinversión de utilidades); y el drenaje que hicieron las compañías financieras y bancos pertenecientes (hasta 1982) a los grupos regiomontanos. Dos ejemplos son el Grupo Visa-Banca Serfín, y el Grupo Vitro-Banpaís (Flores, 1988; Hamilton, 1986 y Luna, 1986). Como ya vimos, Monterrey siempre fue una plaza financiera importante en el país. Hasta antes de la nacionalización de la banca mexicana (1982), la AMM poseía 214 oficinas de la banca privada y mixta, correspondiéndole una captación de recursos del 15 por ciento del total nacional y un total de 14 por ciento de créditos otorgados (CAINTRA, 1983). Hasta 1982, los bancos con sede en Monterrey y que fueron afectados por la nacionalización eran siete: Banco Mercantil de Monterrey (fundado en 1899), Banpaís (originalmente Banco de Nuevo León, 1892), Banco Popular (1934), Bancam (1940), Banco Monterrey (1943), Banco Regional del Norte (1947), y Banca Serfín (1971). Pero la expansión económica de los grupos industriales, particularmente en los años setenta, demostró que la capacidad de los bancos nacionales para financiar el crecimiento era limitada. A pesar de ello, la deuda interna fue importante -o sea, el préstamo conseguido en pesos-, siendo regularmente el banco que estaba en el mismo grupo industrial, el primer acreedor de las empresas del Grupo, sobre todo, en el caso del préstamo a largo plazo. Es notorio que las empresas que tenían un banco dentro del Grupo tenían mayor oportunidad de obtener el financiamiento a largo plazo que las que no tenían banco. Pero el banco dentro del Grupo no era el único que otorgaba el préstamo. En muchas ocasiones existían bancos acreedores ajenos a los corporativos, siendo generalmente bancos extranjeros. El segundo mecanismo de financiamiento industrial en Monterrey fueron los recursos externos. Estos presentaron dos canales importantes para obtenerlos: uno fue a través de la Bolsa de Valores por la venta de acciones y la emisión de papeles comerciales, quirográficos, entre otros; y otro fue el capital prestado por instituciones bancarias extranjeras. Debido a la expansión económica que provocó el auge y la euforia petrolera de los setenta, los préstamos en el extranjero se acentuaron en esta última década (Dávila, 1997 y Flores y Olvera, 1988). Durante los años setenta, muchas empresas entre ellas las industrias regiomontanas se suscribieron en la Bolsa de Valores, motivadas por dos factores: la necesidad de recursos y la preferencia impositiva otorgada conforme al decreto de la sociedad de fomento industrial. Este decreto emitido en junio de 1973, concedía estímulos “a las sociedades y unidades económicas que fomentaran el desarrollo industrial y turístico del país” (Flores y Olvera, 1988). El decreto otorgó un trato preferencial
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en cuanto a impuesto a las empresas que eran controladoras de acciones. Atraídas por estos dos factores -necesidad de recursos y preferencia impositiva- la imagen de las empresas se modificó. La actividad de los corporativos industriales en la economía nacional se volvió más diáfano. Aquí es donde nos podemos preguntar el porqué de esta transparencia. Bueno, uno de los requisitos para la suscripción de la Bolsa es hacer pública la información de la empresa, por lo cual sus modalidades que antes eran desconocidas se pusieron a la vista. Dentro de las empresas industriales, comerciales y de servicios que hasta 1985 estaban en la Bolsa Mexicana de Valores, una tercera parte se suscribió en la segunda mitad de los años setenta. La suscripción de las grandes empresas regiomontanas data de ésta época. Nos referimos al Grupo CYDSA que los hizo en 1973; el Grupo VITRO, S.A. en 1976; Cementos Mexicanos también en éste último año; el Grupo Industrial ALFA en 1978, al igual que el Grupo Valores Industriales, S.A. hoy FEMSA. Es notorio que la política del gobierno en los años setenta, en cuanto a promoción de la colocación de acciones entre el público, ayudó a la expansión de la actividad bursátil. Inclusive en los años de ajuste ante la crisis (1982-1988) por parte de los grupos económicos, los rendimientos reales de algunas empresas regiomontanas en la Bolsa Mexicana de Valores fueron superiores al resto de las industrias suscritas. En el período de diciembre de 1982 a septiembre de 1988, VITRO encabezó la lista de rendimientos reales en el mercado de valores con un 960 por ciento; CYDSA en tercero con un 580 por ciento; ALFA en séptimo con un 470 por ciento; y CEMEX, en noveno lugar nacional con un 45 por ciento (Bolsa Mexicana de Valores, X-1988). El otro mecanismo de financiamiento industrial de tipo externo fue el capital prestado por instituciones bancarias extranjeras. El único inconveniente con estos préstamos fue que la mayor parte de ellos se encontraban en dólares. Ésto trajo como consecuencia que los cambios en la condición de la economía internacional afectaron directamente los estados financieros de la empresa, lo que sucedió en realidad a mediados de 1981 y más claramente al año siguiente. La profunda crisis económica de 1981-1982 acarreó a los corporativos industriales regiomontanos varios problemas que aparentemente han sido resueltos en la actualidad. Los factores adversos a los que tuvieron que enfrentarse a partir de 1982 fueron: el crecimiento de las tasas de interés internacionales; agudizado por la posterior devaluación del peso mexicano; disminución de los subsidios estatales; y el descenso de sus acciones en la Bolsa de Valores. Esto significaba dos grandes problemas para su supervivencia: la deuda externa y la contracción del mercado. La resolución del problema de la deuda externa se dio a través de la negociación de la reestructuración de la deuda con los bancos extranjeros. Un instrumento eficaz para la agilización de las negociaciones entre los corporativos industriales y las instituciones bancarias extranjeras fue el establecimiento
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en marzo de 1983, por el gobierno federal, de un sistema que se llamó Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA). El objetivo del FICORCA era evitar que los riesgos cambiarios afectaran a las empresas que tenían deuda externa y que en ese momento estaban negociando la reestructuración y, además, asegurar la captación de dólares con la tasa controlada, o sea, a costo bajo. Casi todas las grandes empresa regiomontanas que tenían deuda externa hicieron un contrato con el FICORCA tan pronto éste se creó. Ésto significa que con este contrato las empresas se salvaron de las pérdidas que la devaluación del peso les podría causar. Sin embargo, el mismo contrato no libera a las empresas del peso de la deuda. Es de hacer notar que el contrato entre la empresa y el FICORCA se establece que la responsabilidad del pago a los adeudos a los bancos extranjeros es de la empresa y no queda sustituido por el FICORCA. No hay duda que el instrumento FICORCA, resultó eficaz en un momento coyuntural y crítico para la mayoría de las empresas endeudadas. A partir de entonces, los principales accionistas adoptaron diversas estrategias para volver a ampliar su margen de control dentro de las propias empresas. El recurso para resolver el problema fue el aumento de la producción. Pero como el mercado interno era sumamente restringido de momento -por la crisis- se optó por la racionalización de la producción y el impulso hacia la exportación. La primer estrategia se llevó a cabo a través de la venta y/o el cierre a las empresas deficitarias y el recorte de empleados y obreros. Por ejemplo, el corporativo ALFA anunció oficialmente a fines de 1981 haber prescindido de 4,300 empleados y haber vendido empresas por valor de 5,697 millones de pesos (Dávila, 1997). Existen casos dramáticos como el del Grupo Valores Industriales, S.A. (hoy FEMSA) que recortó entre 1981 y 1983, 21,393 empleados; el Grupo Industrial ALFA, que prescindió entre 1980 y 1984, de 18,143 empleados; y el corporativo VITRO perdió a más de diez mil empleados entre 1980 y 1984. En general, casi todos los corporativos manifiestan una cierta recuperación en este aspecto a partir de 1985, incluso éstos demuestran actualmente una gran vigorosidad en este rubro después de las crisis de 1981-1982, 1985, 1988 y 1995. El impulso a la exportación de sus productos, fue utilizado por la mayoría de las empresas para compensar la pérdida en el mercado interno. Aunque todos los corporativos industriales regiomontanos poseían una experiencia exitosa en el ramo exportador, es hasta 1983 con la contracción del mercado interno cuando el peso de la exportación dentro de la venta total subió en muchas empresas. Las políticas gubernamentales también favorecieron claramente esta tendencia. Desde julio de 1985 se decidió acelerar el proceso de liberación del sector externo de la economía (Gaeta, 1988). Otro instrumento de suma utilidad ha sido el Fondo para el Fomento de las Exportaciones a través del Banco de Comercio Exterior.
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Finalmente, la necesidad de la exportación para que estos corporativos sigan produciendo, se reflejó en las consultas previas que antecedieron a la formal adhesión de México al GATT el 24 de junio de 1986 (Gaeta, 1988). Dos meses después, el 24 de agosto del mismo año, México se convirtió en la nonagésima segunda parte contratante. En síntesis, después de 1940 y particularmente a partir de 1960, este movimiento de flujo de capitales financieros a Monterrey se compensa con las inversiones regiomontanas en todo el país, y aún en el extranjero, a través de sus poderosos grupos industriales. Estos proyectos de inversión en otras áreas geográficas de la república, se dan especialmente en las ramas de bienes de capital, química, petroquímica y en los sectores pesquero y agropecuario. (Flores y Dávila, 1996). Finalmente, hemos de recordar que el proceso de reprivatización de la banca nacionalizada en 1982 se llevó a cabo entre 1991 y 1992. En este proceso, las grandes empresas industriales de Monterrey y sus hombres de negocios optaron por participar en la compra de algunas de las instituciones bancarias. Para 1993, los empresarios de Monterrey que compraron a las instituciones bancarias tales como Bancomer, Serfín, Banorte, Banpaís, Confía y Banco de Oriente, poseían el 40 por ciento de los activos y pasivos bancarios nacionales, el 42 por ciento del capital contable, el 46 por ciento de las utilidades, el 43 por ciento de los ingresos y el 35 por ciento del capital social.22 Estas cifras se modificaron en los últimos años debido a la quiebra de Confía (1997), la compra de Banpaís (por Banorte en 1997) y a la fundación de Banregio (1995).
4. Formación de los Grupos Industriales
Finalmente, en lo que respecta al sector de la industria nacional, el desarrollo económico ha propiciado la formación de Grupos Industriales. En éstos confluyen una diversidad y una diversificación de intereses más allá del énfasis industrial. Los sectores comercial, financiero, de servicios, turismo y comunicaciones constituyen una integración horizontal, vertical y territorial. La integración vertical fue una respuesta inicial a un mercado incierto e imperfecto que les permitió a las grandes compañías aliviar incertidumbres en cuanto a los proveedores de insumos y disminución de costos. Por su parte la integración horizontal y la diversificación de la producción les permite a estos mismos corporativos, aumentar los flujos de información y disminuir el margen de error en la toma de decisiones 22 Porcentajes obtenidos sobre la base de los informes publicados y/o enviados por los bancos a la BMV correspondientes al primer semestre del año de 1993. Véase El Porvenir, Monterrey, 25 de agosto de 1993.
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sobre inversiones y producción. En efecto, en los corporativos se concentraron las acciones de las empresas y la función administrativa del Grupo en su conjunto. Con esta reorganización, los Grupos Industriales aparecieron como una entidad más clara, que tiene en su cúspide un corporativo. Además de la función administrativa del Grupo en conjunto, el corporativo tiene a su cargo la vigilancia de la utilidad de las empresas y a veces la planeación y la coordinación de las actividades del Grupo (Cordero y Santín, 1976). Con la expansión de los Grupos Industriales, toda iniciación de nuevas actividades por parte de estos corporativos a través de la creación de empresas nuevas, propició la participación del capital extranjero. Ya sea éste directamente o a través de licencias internacionales. El ejemplo de los corporativos industriales nativos de la ciudad de Monterrey y que siguen manteniendo sus centros de decisión ahí, es elocuente al respecto, sobre todo a partir de la década de los setenta. En esta última década el estímulo gubernamental fue crucial para la formación de corporativos. Recordemos que el mismo gobierno federal estimuló su existencia a través del ya mencionado decreto de junio de 1973 que creaba las llamadas Unidades de Fomento Industrial y Turístico. También es de hacer notar que el secretario de Hacienda y Crédito Público que se encargó de la elaboración del decreto en aquel tiempo fue José López Portillo, y las estrategias que aparecieron en el decreto se desarrollaron como su política durante su régimen presidencial (1976-1982). Aunque esta transformación en Grupos Industriales parece ser más una consecuencia de los estímulos gubernamentales para la formación de empresas controladoras de acciones que fomentaron el desarrollo industrial y turístico del país, las grandes empresas no dejaron pasar esta oportunidad. Éstas encontraron el momento propicio para reedificar sus estrategias de negocios bajo la cobertura de una estrategia corporativa. Esta estrategia presenta en la actualidad tres características comunes en los Grupos Industriales de Monterrey: a) casi todos los grupos mantienen la mayoría de la tenencia de acciones en manos de las familias fundadoras; b) todos los grupos se transformaron en estructuras divisionales con unidades estratégicas de negocios (UEN’s, mejor conocidas como subsidiarias) y con un corporativo en el ápice organizacional al mando, y; c) en todos los grupos la estrategia corporativa se concentró en la integración y diversificación industrial (Dávila, 1997). Entre los Grupos Industriales más importantes de Nuevo León están: Alfa, Cydsa, Grupo Industrial Ramírez, Gruma, Pulsar, FEMSA, Vitro, Protexa, IMSA, Cemex, Proeza y Lamosa.
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La empresa química Celulosa y Derivados (CYDSA) en 1959. Fototeca Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
Fábrica de Hilados La Fama, Nuevo León. Roberto Ortíz Giacomán.
Interior de una siderúrgica en Monterrey. Fototeca Centro de las Artes, Fondo Eugenio Espino Barros, Monterrey.
Vitro, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
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Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Empresa Xignum, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Comentario Final
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na evaluación de las condiciones internas de cada región en México es crucial para entender el tipo de conexiones que ella pueda establecer con la economía internacional. El estado de Nuevo León y de forma particular el AMM mostró tener desde fines del siglo XIX una comunidad local de empresarios y negocios con suficiente poder económico, influencia política y experiencia para participar y beneficiar a la región en su conjunto de los negocios internacionales, en particular durante el período de 1940 en adelante. En contraposición a lo que ha sucedido recientemente en otros ámbitos regionales (en la que han influido las recientes crisis económicas de 1981-1982, 1985, 1988 y 1995 y la desregulación de la economía nacional) donde el ingreso masivo de la industria maquiladora y las empresas de capital foráneo han desplazado a los empresarios locales tradicionales, en Nuevo León, la comunidad local de negocios no parece haber disminuido el papel protagónico de sus empresas y empresarios. Antes bien, estos han realizado alianzas estratégicas con las firmas extranjeras que se establecen en la región, se han lanzado a expandir sus empresas más allá del ámbito regional y nacional para convertirlas en numerosos casos en empresas multinacionales y/o bien de clase mundial. Paralelamente los negocios medianos y pequeños tanto en el sector secundario y terciario de la economía han sido acicateados por el boom económico de las Grandes Empresas, estimulándolos a hacer competitivos y racionales a fin de buscar su sobrevivencia. Si a ésto le agregamos el soporte infraestructural que posee el AMM en apoyo a sus actividades económicas y a la numerosa fuerza de trabajo calificado que posee (obreros, técnicos y profesionistas), la economía de esta región seguirá permitiendo no sólo que se genere mucha riqueza en esta ciudad rodeada de una topografía abrupta, sino que también que muchas vidas sean cambiadas en el proceso. Monterrey ha logrado conjugar que la vieja economía que formó una aglomeración de proveedores de materiales, fábricas y transportación se encadene a la economía moderna, una nueva aglomeración formada de capacidad intelectual, una verdadera economía del conocimiento, donde los campus universitarios están cumpliendo apenas 66 años si nos remitimos a la Universidad Autónoma de
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Nuevo León (1933) como la institución universitaria pública más añeja, y a los Institutos de Educación Superior privados como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1943), y a la Universidad de Monterrey (1969), entre otros. Si consideramos que los profesionistas (tanto técnicos como científicos) a menudo están más íntimamente sintonizados con sus profesiones que con sus industrias, estaremos hablando de una fuerza laboral sumamente calificada e interesada sobre todo en nuevas maneras de hacer las cosas. Añada una pizca de calidad de emprendedor y obtendrá creación de riqueza. Estas aglomeraciones tecnológicas (en tanto núcleos críticos de la ciencia y del talento), serán, cada vez más, la base del dinamismo económico en México.
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Contenido Introducción
7
Capítulo 1 Los inicios 1890-1910
11
Capítulo 2 Revolución y reconstrucción nacional, 1911-1940
19
21 23 25
1. Los empresarios y sus organizaciones 2. Crisis y repunte de la industria 3. Nuevas industrias
Capítulo 3 Comercio, servicios e infraestructura del AMM
31
1. La infraestructura del AMM como soporte de las actividades económicas Las redes energéticas Infraestructura industrial Estímulos legales y fiscales en zonas preestablecidas 2. Expansión del sector comercial y servicios
34 34 36 37 41
Capítulo 4 Estabilidad, crisis y crecimiento reciente. Características de la expansión industrial, 1940-2000
47
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1. Mayor producción de bienes de capital y consumo duradero 2. Concentración y centralización de capital 3. Estrategias financieras y acumulación de capital 4. Formación de grupos industriales
49 51 53 57
Comentario Final
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Fuentes Consultadas Archivos Periódicos Referencias Bibliográficas
63 63 63 63
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A
Agua Industrial de Monterrey: compañía pionera en América Latina en tratamiento de aguas residuales, 36 Agua Industrial del Poniente S.A.: Monterrey, 36 ALFA, Grupo Industrial: 55, 56, 58 Alcoa Fujikura: empresa instalada en el municipio de Apodaca N. L., 41 Alfonso XIII: rey de España, 15n América Latina: 14 AMM: Área Metropolitana de Monterrey: 10, 33, 34, 35, 37, 38, 40, 42, 44, 49, 51, 52, 53, 54 arena: extracción de, 10 ASARCO: Fundición 3, American Smelting and Refining Co, Guggenheim, 15, 17 Aseguradora del Norte, S.A.: fundada en 1939, 28 aserraderos: 10 Azcúnaga: tiendas de autoservicio, 45
Banca Confía: B banco que se declaró en quiebra
en 1997, 57 Banca Serfín: fundada en 1971, 54, 57 Banco de Comercio Exterior: 56 Banco Mercantil de Monterrey: fundado en 1899, 12i, 28, 54 Banco de México: fundado en 1925, 28 Banco de Nuevo León: fundado en 1892, 28 Banco de Oriente: 57 Banco Popular de Edificación y Ahorros, S.A.: fundado el 2 de marzo de 1934, 28, 54 Banco Regional del Norte: fundado en 1947: 54, 57 Bancomer: 57 Banpaís: originalmente Banco de Nuevo León fundado en 1892, 54, 57 Banregio: banco fundado en 1995, 57 Barragán Morfín, Luis: 44 Basagoiti, Antonio: empresario, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 17 Belden, Santiago: empresario, fundador de Cementos Pórtland Monterrey, S.A., 25, 95
Bessemer, convertidor: transforma el arrabio en acero, 17 Bolsa Mexicana de Valores (BMV): 54, 55 Bolsa de Valores de Monterrey: 53 Braniff, Tomas: empresario, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 17 Bravo, río: 13, 24
Cadereyta: C municipio de, ciudad de, PEMEX, 36
Café: molienda de, 10 Calderón, José: empresario, Cervecería Cuauhtémoc, 15n Cámara Nacional de Comercio de Monterrey (CANACOM): 21, 22 Cámara Nacional de Comercio, Industria y Minería del Estado de Nuevo León (CANACOIM): fundada en Monterrey en 1921, 21, 43 Cámara de Propietarios de Nuevo León: 21 canteras: explotación de, 10 Carrefour: 45 Casa Holck: 45 Casino de Monterrey: 14 cemento: producción de, 10 Cementos Hidalgo: empresa fundada en 1905, 16 Cementos Pórtland Monterrey, S.A.: fundada el 8 de junio de 1920, 25 CEMEX: Cementos Mexicanos, familias Zambrano, Madero, Belden, 25, 30i, 55, 58 Centro Bancario de Monterrey, A.C.: fundado en 1925, 28 Centro Mercantil de Monterrey, S.A.: fundado el 20 de abril de 1932, 27 Centro Patronal de Nuevo León: Luis G. Sada, fundador, 23 Centroamérica: subcontinente, 15 Cervecería Cuauhtémoc: empresa en Monterrey, Isaac Garza, J. M. Schnaider, 14, 15, 24, 27, 30i, 60i CINTERMEX: Centro Internacional de Negocios, construido en los terrenos de la antigua Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 45
Los números de página seguidos por la letra i se refieren a ilustraciones y los que se hallan seguidos por la letra n corresponden a la nota de pie de página.
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Clariond Desideau, Santiago: inmigrante francés, 27 Clariond Garza, Eugenio: empresario, IMSA, 26 Clariond Garza, María del Consuelo: 27 Código Federal del Trabajo: 23 Comité Regulador del Mercado de Subsistencias: fundado en 1939, 29 Compañía General de Aceptaciones, S.A.: fundada en 1936, 28 Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey: 34 Compañía Mexicana de Gas, S.A.: 34, 35 Compañía de Seguros Monterrey del Círculo Mercantil, S.A.: fundada en 1937, 28 Comuna empresarial: CANACOM, 22 CONASUPER: 44 CONASUPO: 44 CONCANACO: Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, 22 Confederación Nacional de Cámaras Industriales: Adolfo Prieto, 21 Constitución de 1917: 23 Contrarresguardo, Ley Federal de: en 1870, 14 COPARMEX: Confederación Patronal de la República Mexicana, fundada en 1935, Luis G. Sada, 23 Crédito Industrial de Monterrey, S.A.: fundada en 1932, 28 Cristalería, S. A.: empresa fundada en 1936, 26, 29i CROC: Confederación Regional Obrera y Campesina, 43 CTM: Confederación de Trabajadores de México, 43 Cuba: 15n CYDSA: Celulosa y Derivados, Empresa petroquímica, 36, 55, 59i
Chicago,CH Exposición Universal de: en 1893, 15n Densa:Dempresa instalada en el municipio de Apodaca, N. L., 41 Díaz, Porfirio: presidente de México, 13, 14, 15 Distrito Federal: 14 Domínguez, Eugenio: empresario, IMSA, 26
Echeverría E Alvarez, Luis: presidente de México, 1970-1976, 44
Empaques de Cartón Titán, S.A.: fundada en 1936, 27 Escobedo, Mariano: ministro de Guerra, 14 Escuela Politécnica Cuauhtémoc: 16n Estados Unidos de América: 15n, exportaciones hacia, 52
FábricaFde Artefactos de Madera La Sultana; 27
Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón La Fama de Nuevo León: fundada en el municipio de Santa Catarina en 1854, 16, 59i Fábrica de Hilados y Tejidos La Leona: fundada en el municipio de Garza García en 1874, 16 Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir: fundada en el hoy municipio de Santiago, 16 Fábrica de Ropa la Sultana: 27 Fábricas Monterrey: fundada en 1920, 27 Faro del Comercio: inaugurado en Monterrey el 7 de diciembre de 1983, 44, 46i FEMSA: antes Grupo VISA, 55, 56 Ferrara, Vicente: empresario, 25 Ferrera Torres, Raúl: 44 Ferrocarril: vías del, 13, estación de, 15 FICORCA: Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios, 56 Financiera Aceptaciones S.A.: 28 Financiera de Crédito, S.A.: fundada en 1939, 28 Financiera del Norte: creada en 1936, 28 Fomento de Industria y Comercio (FIC): sociedad corporativa fundada en 1936, 26 Fomento de la Industria Maquiladora de Exportación: 39 FONACOT: 44 Fototeca Centro de las Artes: Parque Fundidora, 59i Fundición 2: Compañía Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, 15 Fundición 3: American Smelting and Refining Co, (ASARCO), Guggenheim, 15 Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Compañía: fundada en el año de 1900 y puesta en operación en 1903, 16, 24, 25, 45, 48i, 50, Casa de Calderas, Alto Horno, 48i
GaleríasGMonterrey, Centro Comercial: 44
Galletas y Pastas La Industrial: fábrica fundada en 1925, 27
Óscar Flores Garza, Arturo: empresario, IMSA, 26, 27 Garza, Issac: empresario, Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera Monterrey, 15, 16, 26 Garza, Roberto: empresario, IMSA, 26, 27 Garza Sada, Francisco: empresario, Compañía Vidriera Monterrey, 16 Gas Natural: empresa española, 35 GATT: adhesión de México a este organismo (24 de junio de 1986), 45, 57 Gigante: tienda de autoservicio, 45 GRUMA: 58 Grupo Industrial ALFA: 55, 56, 58 Grupo Patronal: Monterrey, 23 Grupos Industriales: 49 Guadalajara, ciudad de: 9 Guggenheim: familia, Fundición 3, American Smelting and Refining Co, (ASARCO), 15, 17
Habsburgo, H Maximiliano de: emperador de
México, 14 Harinera Monterrey, S.A.: fábrica, 27 HEB: 45 Honorat, León: empresario, siderúrgica, 16 HYLSA: Hojalata y Lámina, S.A.: 48i
imprentas: I 10
IMSA: Industrias Monterrey, S.A., sociedad corporativa fundada el 14 de febrero de 1936, Arturo Garza, Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio Domínguez, María Garza viuda de Clariond, 26, 27 ISSSTE: 44 ITESM: Monterrey, 32i
LAMOSA:Lsu empresa madre fue Compañía Manu
facturera de Ladrillos de Monterrey, fundada en 1891, 58 Laredo, ciudad de: 13 Ley de Cámaras de Comercio e Industria: aprobada por el Senado el 22 de abril de 1941, 43. Ley Federal del Trabajo: 23 Lithonia Lighting: empresa instalada en el municipio de Guadalupe N. L., 41 López Portillo, José: presidente de México de 1976 a 1982, 58
k 77 Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey, Compañía de: 18i
Madero,MAlfonso: empresario, fundador de Cementos Portland Monterrey, S.A., 25 Madero, Salvador: empresario, fundador de Cementos Portland Monterrey, S.A., 25 Mercado Juárez: 16 Malta, S.A.: fundada en 1928, 27 Metalúrgica: industria en Monterrey, 14 México: estado de, 14, ciudad de, 9, país de, 9, 10 Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, compañía: 15 Mode: 45 Molina Enríquez, Andrés: 14 Molino de Trigo Nuevo León: 27 Moll del Valle: 44 Monterrey: véase AMM Monterrey, ciudad de: 13, 14, 17, 18i, 21, 37, 49 Muguerza, José A: empresario, Cervecería Cuauhtémoc, 15n
Naranjo,NFrancisco: ministro de Guerra, 14
Navistar: empresa instalada en el municipio de Escobedo N. L., 41 nómadas: tribus, 14 Nuevo León: estado federal, 14
O
Oaxaca: estado de, 17
PalacioPdel Gobierno del Estado de Nuevo León:
18i Papelera Maldonado: empresa, 36 Parque Fundidora: Monterrey, 32i PEMEX: Petróleos Mexicanos, 35 Petroquímica básica: 10 Piedras Negras, ciudad de: 13 Planta Galvanizadota de Lámina La Sultana, 27 Plaza Fiesta San Agustín: 44 Price Costco: 45 Prieto, Adolfo: empresario del acero, 21, 22 PROEZA: Grupo internacional con sede en Monterrey cuya empresa madre es Metalsa fundada
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en 1956. Actualmente cuenta con negocios automotrices, agroindustriales y en el sector servicios, 58. PROTEXA: 58 PULSAR: 58 Ramírez, RGrupo Industrial: 58
Refinería PEMEX: Cadereyta, 32i, 35 Reyes, Bernardo: militar, gobernante del Estado de Nuevo León, 13, 14 Rocha, Joel: empresario, socio de Benjamín Salinas, compañía Salinas y Rocha fundada en 1906, 16 Roma: Texas, 34
Sada, Alberto: S empresario, Cervecería Cuauhté-
moc, 15n Sada, Francisco G.: empresario, 14, 15n Sada, Luis G.: empresario creador del Centro Patronal de Nuevo León, 23 Sada Muguerza, Enrique: empresario industrial de la cerveza, 22 SAHOP: 44 Salinas, Benjamín: empresario socio de Joel Rocha, compañía Salinas y Rocha fundada en 1906, 16 SAM´S: 45 San Francisco: templo de, 18i San Hipólito: mercado de la ciudad de México, Juan de Torquemada, 45 San Luis Missouri, Exposición de: en 1904, 15n Schnaider, J. M.: empresario estadounidense, Cervecería Cuauhtémoc, 15, 15n Siderúrgica: industria en Monterrey, 14 Siemens-Martin: hornos de aceración, 17 Signoret, León: empresario, siderúrgica, 16, 17 Silla, Cerro de la: 12i Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Operarios y Empleados de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A.: fundada el 30 de marzo de 1918, hoy Sociedad Cuauhtémoc y Famosa (SCYF), 16n Sociedad Cuauhtémoc y Famosa (SCYF): 16n Sociedad General de Crédito, S.A.: fundada en 1932, 28 Soriana-Hipermart: 45 submaquila: 39
tabaco:Tproducción de, 10
teléfono: llegada del: 13 telégrafo: llegada en el año de 1881 en Monterrey, 13 tianquiztli: mercado, 45 TLCAN: 45 Torquemada, Juan: fraile siglo XVII, 45 Total Home: 45 Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): 39 Treviño, Gerónimo: ministro de Guerra, 14
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UANL: Universidad Autónoma de Nuevo León, institución fundada en 1933, 32i Unidades de Fomento Industrial y Turístico: creadas en junio de 1973 por el gobierno federal, 58 Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey: fundada en 1921, 21 Universidad de Monterrey: institución fundada en Monterrey 1969, Rectoría, 46i
VidrieraVMéxico, S.A.: empresa fundada en 1926,
26 Vidriera Monterrey, Compañía: fundada el 28 de diciembre de 1909, primera industria del vidrio a gran escala en México, Isaac Garza, Francisco Garza Sada, 16, 25, 26, 59i Vidrio Plano, S.A.: empresa fundada en 1936, 26 Vidrios y Cristales de Monterrey, Fábrica: fundada en 1899 y clausurada en 1903, 16 Villa, Francisco: en Monterrey, 22n Villarreal, Antonio I.: gobernante del Estado de Nuevo León, 15n VISA: Valores Industriales S.A., sociedad corporativa fundada en 1936, 26, 54, 55, 56 VITRO Corporativo: 36, 54, 55, 58
Wall Mart: W45 Xignum:Xgrupo industrial de Monterrey, 60 Zambrano, Z Adolfo: empresario, 14
Zambrano, Gregorio: empresario, 14 Zambrano, Guillermo: empresario, 6
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Óscar Flores Industry, Commerce, Banking and Finance in
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CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS UDEM
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Introduction
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resently, the manufacturing, commercial, and service sectors are the major contributors of the Mexican Gross National Product. By this I mean that they contribute more than four fifths of the total GNP, and provide jobs for more than three quarters of our employed population. After the revolutionary movement during the second decade of this century, the Mexican government -particularly after the 40’s- created a number of favorable financial conditions for the purpose of encouraging foreign investors to participate directly in public and private businesses, in nearly all the industrial areas existing in the Mexican economy. Within this framework, the manufacturing industry, as well as all other types of businesses, were revitalized and grew at a fast rate. During the initial years (1952-1970), the basic drive was to substitute imported consumer goods with the purpose of consolidating the transportation equipment, chemicals, and machinery manufacturing sectors, to name a few of the most important ones. Nevertheless, imports of intermediate products and capital goods continued, and are still significant. This industrial and commercial growth followed a geographically-concentrated pattern, where the metropolitan areas of Mexico City, Monterrey and Guadalajara now produce two thirds of the total domestic manufacturing output. On the other hand, all other cities in the country have had a lower rate of industrialization and very little diversification in their manufacturing structure; industry in these cities is mainly engaged in producing food, garments, and other nondurable consumer goods. Manufacturing plants in Mexico may be described as multiple medium-sized and small businesses, plus a few large companies that contribute a substantial share of the domestic production; such as the steel commodities industry that supplies all the other manufacturing sectors. After
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the recent economic crisis (particularly the one that occurred in 1995) suffered by Mexico, the recovery of industry and commerce is now a fact, not only in terms of diligence, but also in the restoration of former production and marketing levels. I should emphasize, nevertheless, that this comeback has been quite diverse and, in general terms, is slightly below of what we had accomplished by 1994. In fact, insofar as production levels are concerned, one fourth of our industrial sector is still below the mark it had reached before the crisis: building, quarry exploitation, sand mining, cement, wood products, tobacco, animal food, steel furniture, printing presses, publishing, coffee grinding and processing, petrochemicals, oil by products, sawmills, transportation equipment and supplies. However, the future is promising for business, and an example of this dynamism may be found a historical review of the century that is about to end is what was developed in Nuevo Leon, particularly for the Monterrey Metropolitan Area (referred to below as MMA). In this paper we shall see how MMA has consolidated as one of the three cities –the others are MÊxico city and Guadalajara- with the highest industrial, commercial, and financial activity in Mexico.
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Cerro de la Silla, Mty., CA .1900. C.B. White.
Banco Mercantil, Mty., 1920. Manuel M. L贸pez.
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he onset of industrial capitalism in Monterrey that began in 1890, and had grown significantly by 1900, brought a deep change in the performance of an economic system where the manufacturing industry secured its position as the dominant sector in the century, changing our society into one where the entrepreneur and the blue-collar worker have been reaffirmed as the most prominent players in the social structure. In 1890 - 1910 the city’s grassroots industry founded in Monterrey launched an industrial revolution (Flores, 1991 and Vizcaya, 1971). Among the considerably large number of factors that define this industrial takeoff, we essentially find two. The first one consists of the soundness maintained by the Mexican domestic market after it meshed in a considerable extent with the market beyond the Rio Grande; and the second may be found to be conditioned by the national socioeconomic policy of the Porfirio Diaz liberal regime implemented in the region by General Emeritus Bernardo Reyes, governor of Nuevo Leon in 1885 - 1909. The groundwork for this industrial takeoff stems from the railroad junction (1882-1891) that crisscrosses the city of Monterrey through the four cardinal points and connects it to one of the most powerful markets in our planet through the Texas border towns Piedras Negras and Laredo. The advent of the telegraph in 1881 and the telephone at the turn of the century, expedited business transactions. These historical milestones permitted the earliest systematic inflow of American investments into our region (Flores 1994). Industrial developed was further supported and fostered by the Nuevo Leon State Government. The state legislation assured considerable state and local tax exemptions to any businesses that were considered of public benefit, and facilitated their strategic location close to utilities, roads, and urban infrastructure, among other benefits (Benavides, 1999 and Flores 1991). Capitals previously amassed in Nuevo Leon through different
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sources, such as the opportunities provided by the American Civil War (1861-1865); smuggling -which received a death blow in 1870 with the Contrarresguardo Federal Law-, and finally speculation, appropriation, and a relative exploitation of the land, converged to trigger a development never before conceived by any Mexican town (Flores y Olvera, 1988). In 1910, the two largest smelters and the only steel mill in Latin America- all based in Monterrey- generated an income of 300.4M pesos versus the 5.7M pesos earned by the farming sector in the State as a whole (Flores, 1991). By the middle of the first decade of the 20th century, Nuevo Leon was the largest producer of industrial commodities in the country, at a rate of 13.5%, exceeding the rates of 11.7% and 11.2% accomplished by the Mexico City Metropolitan Area and the State of Mexico, respectively (Rosenzweig, 1974). The industrialized economy flourished in a climate of social, political, and economic fellowship without precedents among the major community players in Nuevo Leon. The best example was a reception for President Porfirio Diaz in December 1898 during his only official visit to Monterrey, which had been recently labeled by Andres Molina Enriquez as “the city of the blazing industries” (Molina, 1910). On that occasion, a grand ball organized in his honor took place at the Casino de Monterrey on the December 21 1898. The two masters of ceremonies were the current mayor and prominent businessmen Adolfo Zambrano -son of Gregorio Zambrano- and Francisco G. Sada, manger of the largest brewery in the country: Cerveceria Cuauhtemoc. Sitting besides the President at the table of honor, were Governor Bernardo Reyes and the secretaries of Treasury and Interior [Gallant Division Generals, Veterans of the War against Maximillian and former Secretaries of Defense Division General Mariano Escobedo, Division General Geronimo Treviño, and Division General Francisco Naranjo, were distinguished guests (La Visita..., 1898 and Perez Maldonado, 1950)]. Free from raids by hostile nomad tribes (the last attack was in the 1860’s), and driven by the business boom, the Monterrey urban center underwent a dramatic change. The busy business core grew to the surrounding factories and the vicinity of the railroad depot, which continued extending its branches to the metal-processing factories. The large steel mills had their takeoff in 1890 (Flores, 1993, Rojas, 1997, Torres, 2006 and Vizcaya, 1971). Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, better known as the Number 2 Smelter, managed to get a 20-year tax exemption. Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey started with a capital of 600 thousand pesos and had raised it to eight million by 1904. The Number 3 Smelter, later known as the American Smelting and Refining Co. (ASARCO), was favored with a similar tax benefit. This business was totally funded by American capital contributed by the Guggenheim family. In 1909, its estimated capital was 10M pesos, with a processing capacity of 400 thousand tons of ore per year. Jointly with the Number 2 Smelter, it provided employment for more than 1,600 workers.
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The third largest manufacturer in this category was Cerveceria Cuauhtemoc, founded under a franchise from the Nuevo Leon State Government conferred on December 16, 1890 to local entrepreneur Isaac Garza and his American colleague J. M. Schnaider. With an initial investment of 125 thousand pesos, the business was incorporated with the purpose of manufacturing ice and “beer to export” and was exempted from taxes for a period of 12 years. Operations started by the end of 1891. Initially, the annual production of the brewery was 60 thousand barrels of beer and 8 thousand tons of ice. The company’s expansion benefited from the social and political stability that the extended regime of Don Porfirio Diaz provided. By the year 1900, its capital had grown to 2M pesos, and by 1909 it officially reached the 5M mark. By the end of the Porfirio Diaz administration, the local brewing industry had an installed capacity for 300 thousand barrels of beer per year. It filled 300 thousand bottles and produced 750 tons of ice per day, with a labor force of 1,500.23 New companies emerged in the dawn of the revolution, including Cementos Hidalgo (founded at the Hidalgo Municipality in 1905), which by 1913 had a capital of 2M pesos; and Compañia Vidriera de Monterrey, S.A. (glassworks) founded on December 28, 1909 with Isaac Garza and Francisco Garza Sada representing the stockholders (its predecessor, a company by the name of Fabrica de Vidrios y Cristales de Monterrey was founded in 1899 and shut down four years latter). In 1906, Joel Rocha and his brother-in-law Benjamin Salinas established a wooden furniture and brass-bed factory, the parent of what would become one of the largest and oldest chain retailers in Mexico: Salinas y Rocha. These pioneer companies were later joined by the old textile operations Fabrica de Hilados and Tejidos de Algodon La Fama de Nuevo Leon, founded in the Municipality of Santiago in 1871; 23 Production soon exceeded the domestic demand and large shipments were exported to the United States, Cuba, and Central America (Flores, l991A). This company’s products earned international recognition in many places. The following events are among them: Chicago World Fair (1893), Saint Louis Missouri World Fair (1904); Milan World Fair (1906) and Antwerp World Fair in 1907. That same year, the Cuauhtemoc Brewery was invited to preside the International Beer Judging Panel in the Madrid International Exhibition; and in a special ceremony King Alfonso XIII appointed it Royal Supplier and authorized the company, according to Isidro Vizcaya (1971)- to use the Royal Coat of Arms on its invoices and the label of its different products. The first successful brands were Carta Blanca, Bohemia, Cuauhtemoc (later renamed Indio), Estrella, Salvator, and Saturno. By 1912, the brewery produced more than 16 million liters of beer per year. Its Board of Directors - until the onset of the civil war -continued to be integrated by IsaacGarza as Chairman; Jose A. Muguerza as Secretary; Jose Calderon as Treasurer; Jose M. Schnaider as alternate member; Alberto Sada as Auditor; and Francisco G. Sada as General Manager (Vizcaya Canales, 1971). After undergoing the bitter times of the armed struggle during the Civil War - and being confiscated for eight months by the radical Constitutionalist administration of General Antonio I. Villarreal, Governor of Nuevo Leon in March 1913 - January 1914-, the brewery had a new expansion period (Flores, 1991 and Ridaura, 2006). As for Its skilled labor requirements, which depended on foreign technicians, were met by with the creation in 1911 of the Escuela Politecnica Cuauhtemoc; which soon began to teach elementary education, arts and trades, electricity, refrigeration, fermentation systems, physics, chemistry, business, agriculture, and veterinary. This new breed of brewery employees who lived through the chaotic revolutionary decade, founded a mutual assistance worker’s association: Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Operarios y Empleados de la Cerveceria Cuauhtemoc, S.A. (Savings and Investment Cooperative Society for the Operators and Employees of Cerveceria Cuauhtemoc.), March 30 1918 (Garcia Naranjo, 1990, Rojas, 1997, and Trabajo y Ahorro, 1990,1985). With the initial purpose of being a supplier of staples at discount prices for the company’s employees, this organization grew into (the multi-purpose service organization) Sociedad Cuauhtemoc y Famosa (SCYF).
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Fabrica de Hilados y Tejidos La Leona, founded in Garza Garcia in 1874; and Ladrillera Monterrey founded in Monterrey in 1891 (Flores, 1991). In the turn of the century, wholesalers and retailers interacted with the manufacturing businesses. By the end of the Porfirio Diaz administration, it was estimated that the aggregate capital invested in these businesses in the State of Nuevo Leon was 40M, 30 of them spread across 1,110 different establishments in the city of Monterrey alone. The large majority of manufactures sold in Monterrey were made by the local industry, and regional farming produce was sold in grocery stores or popular markets such as Mercado Juarez. Among other items, staples included bolts of cotton and wool fabric, soap, lump brown sugar (piloncillo), refined cane sugar, corn, ixtle (desert palm) fiber, liquor, beer, pelts, and steel products, among others. According to the 1900 census, only 40 traveling salesmen, called “pacotilleros,” worked in the state capital (Mendirichaga, 1983). Nevertheless, the most outstanding development accomplished by the Monterrey entrepreneurs was their joint venture in the foundation of the first steel mill in Latin America: Fundidora de Fierro (Iron) y Acero (Steel) de Monterey –incorporated in 1900 and in full production by 1903– owned by the most prominent local families and a minimum foreign capital from the Frenchmen Leon Honorat and Leon Signoret, the Spaniard Antonio Basagoiti, and the American Tomas Braniff. With an initial investment of 10M pesos, the founders could afford the luxury of acquiring the most sophisticated machinery, such as a Bessmer converter -which directly transforms cast iron into steel-, and Siemens-Martin steel furnaces capable of producing steel with cast and low-carbon iron. Its output was almost totally absorbed by the fast-growing domestic market, mainly the railroad business expansions. A totally different situation, if we compare it to the time of the Revolution (1910-1920) when, temporarily severed from sources of supply and consumption, production unavoidably went to war weapons factories in the American market. In the Mexican Independence Centennial (1910), this company employed an aggregate of two thousand people in its different departments (Flores 1991). These large enterprises were the catalyst of a growing number of carpentry, forge, and other durable goods factories and workshops. There was also on increase in utilities and public works. Industry, above all mining and manufacturing, tended to become a sound and lucrative businesses. Local entrepreneurs, particularly new small and medium-sized businesses, were important players. In short, as of that year, the local: foreign capital ratio in the industrial sector of Monterrey was greater than in any other place in the country. Native businessmen owned almost 20M pesos in stock at the beginning of the century, versus 3.4M dollars held by Americans –of which 2.5M belonged to the Guggenheims–, and 400 thousand dollars to Europeans (Flores y Cerutti, 1997). Monterrey manufacturers were recognized in their own fields as the Mexican
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cutting edge operators, as demonstrates this extract from the memoirs of the Mexican Treasury for 1910-1911: [...] to extract iron from our rich and abundant deposits, processes vary from the primitive Catalan approach, such as the small iron foundries in the Oaxaca mountains and other locations, where 30 or even 40 percent of the ore is lost, to the blast furnaces operating in Monterrey and [...] both represent and summarize the metallurgic endeavor of the better part of a century (Memoirs of Secretaria de Fomento, 1912: X).
The sumptuous centennial celebrations could not provide a more splendid backdrop to commemorate, with great joy, a significant cycle of economic progress. Yet, the breakthroughs accomplished by Monterrey led it to become the prototype of the mythical city of Expressionism: a mechanized and gloomy energy grinder.
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San Francisco Church, Monterrey, 1900. Carlos García Pérez Maldonado, Narraciones Históricas Regiomontanas, 1961.
Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey, CA. 1903. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005
Monterrey in 1934. Márquez y Barros, Mapas, Revista de Turismo, Sep., 1934.
Palace of Government of Nuevo Leon built in 1900. Roberto Ortíz Giacomán, Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
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Revolution and National Reconstruction,
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Aerial view of the Cristaleria. Nuevo Le贸n de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo Le贸n, 2005.
La Industrial, CA, 1929. Fototeca del Centro de las Artes, Fondo Carlos P茅rez Maldonado, Monterrey.
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1. The entrepreneurs and their organizations
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he fall of the old regime and the intrusion of the revolutionary movement that disrupted business activities caused a prompt reorganization of the manufacturers and other businessmen of Nuevo Leon. As a consequence, the activities of the Monterrey Chamber of Commerce (CANACOM) were resumed by the end of 1911, after 12 years of inactivity. This type of organizations had a national legal status since 1908, with the creation of the first Law on Chambers of Commerce legalizing this collaboration between public and private entities. In fact, the Chambers of Commerce not only gathered small and large businessmen, but also -and Monterrey’s case is an illustration- landowners, mine owners, and promoters of financial and industrial development. Therefore, it comes as no surprise that in May 1921 a group of leaders constituted, through a merger, an organization that would become the apex of the Monterrey business sector: the National Chamber of Commerce, Industry, and Mining of the State of Nuevo Leon (CANACOIM), which prevailed until the early 40’s. It was thus that industry, commerce, and finance entrepreneurs transformed it, up to that time, into the extremely strong organization that would cope with the social, economic, and political havoc that the armed movement brought. Other, smaller, organizations should likewise be mentioned here, such as Union de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales (Retailers and Small Manufacturers Society), founded in 1921; and Camara de Propietarios de Nuevo Leon (Chamber of Nuevo Leon Landowners), created during the Revolution (Flores y Olvera, 1988 and Snograss, 1996 and 2003).
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Throughout these years, the CANACOM always showed evidence of a strong drive for political leadership; and went as far as taking over the local state administration in times of a power void. During its direct administration of governmental functions –a historical milestone of the revolutionary process–, it temporarily managed everyday issues involving the Post Office, City Council sessions, law enforcement, and the like. At times of shortage, it imported corn and controlled the distribution of food commodities –at a low price and sometimes free of cost– through the creation of distribution centers in Monterrey and throughout the State. The “businessmen commune,” as it was called during the city administration by CANACOM, withstood the scrambling of central government agencies and grew in Monterrey and the Nuevo Leon at large as the most homogeneous and strongest regional power in the nation. Assistance funds to supply and distribute commodities among the people and frequent loans to the local revolutionary and post-revolutionary Administrations –by manufacturers and merchants– built a large power structure that in a large extent conditioned the applicability of social and economical reforms enacted by the Constitutionalists during their most radical times.24 And not only this also but it projected their vision of the national economic project throughout the nation smack inthe middle of the Revolution (Flores,1993). And not only this also but it projected their vision of the national economic project throughout the nation smack in the middle of the Revolution (Flores,1993). Monterrey’s participation in national decision-making positions through its entrepreneurs started with the triumph of Constitutionalism. The active presence of an homogeneous block of local businessmen and manufacturers in the Mexican Congress –which would later shape the Confederations of Chambers of Commerce and of Industry, respectively– lead them to assume business leadership during the configuration of the post-revolutionary State. On September 13, 1918 in the presence of 28 industrial delegations, the National Confederation of Industrial Chambers was constituted with Spaniard Adolfo Prieto as its first elected Chairman. He was not only the delegate from the textile industry of the State of Mexico, but also Chairman of the Board of the Monterrey Steelworks since 1906. One year earlier, after organizing the Confederation of National Chambers of Commerce (CONCANACO), the local businessmen had already gained national recognition. In this occasion, before 37 commercial delegations, the first elected Executive Commission was presided by the brewer Enrique Sada Muguerza. Negotiations between these organizations and the public administration that emerged from the Revolution pivoted around three basic issues, all related to the role that the recent Constitution of 1917 conferred to the new State. The first one was the role of the 24 Among these loans, we should highlight Francisco Villa’s demand of a million pesos loan to the business owners of Monterrey on March 14, 1915 to assist the poor. Although the amount could not be raised, more than 300 thousand pesos were collected through the Banco of Nuevo Leon and distributed by Villista authorities among 800 low income families (Flores, 1991).
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State in the economy, particularly pursuant to Article 27. Secondly, the boundaries, arena, and involvement of private enterprise in economic development; and finally, specificity of employee-employer relations. The interference of the State in private business, the economical crisis of 1929, and the Government’s debate on the Federal Labor Code –immediate predecessor of the Federal Labor Law enacted in 1931– drove the Monterrey businessmen to create organizations to defend their interests. This is how, under the initiative of industrialist Luis G. Sada,25 the Centro Patronal de Nuevo Leon (Nuevo Leon Employers’ Center) was created. This alternate businessmen organization, an innovation of Monterrey industrialists, was soon known all over the Mexico; and the so-called Employers Group headed by Luis G. Sada himself decided to create a nation-wide organization. Among the initial purposes, it was not only planned as an organization that could overcome the existing limitations, but also one that would be independent from the public administration to ensure that capital interests were safeguarded. Based on Article 123, Fraction XVI in the Constitution, the Confederacion Patronal de la Republica Mexicana (COPARMEX), would be a union directed –among other manufacturers– by Luis G. Sada. This employer’s organization, still a symbol of the rallying power of the Mexican private sector, was the most elaborate projection that emerged from the organic structure of the Monterrey business sector. That is, the experience of creating a local leading body–in 1883-1940– that would unite all the employers, regardless of their type of business or membership in other organizations or chambers, facilitated the achievement of national exposure through COPARMEX, and an awareness of the business class as different to all the other existing social groups (Basave and Hernandez, 2007).
2. Crisis and comeback of industry
The situation of the Monterrey community after a decade of Civil War was a long way from the one it enjoyed in 1910. In the early 30’s, industry, commerce, and banking started to recover. The business boost that started in the region at the end of Carranza’s administration was modest but steady, and the Revolution had stayed away from the fundamental interests of local businessmen. By 1916, most of the exiled industry owners had returned to expand their investments, diversify, and adapt to the new political scenario. Penetration of Monterrey’s businesses into the market beyond the Rio Grande deepened as compared to the turn of the Century, when it was only of a supplementary nature, whereas the bulk of production was sold in the busy domestic market at the end of the Porfirio Diaz administration. With the advent of the Revolution, the domestic market collapsed, and the few regional 25 Articles of Incorporation, COPARMEX, 1935
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markets shrunk. The events at this stage are very eloquently exemplified in the production figures reported by two of the largest manufacturers of the period. The steel industry was dramatically affected by the consequences and destructive scope of the Revolution. Compañia de Fierro y Acero de Monterrey, S.A. saw its production drop in the different departments to the extent that some of them were shut down for several years. The recorded figure for steel production in 1911 –85 thousand metric tons– would not be exceeded until 1928. On the other hand, the company’s sales revenues for merchandise fell from 6.5M pesos in 1911, to less than 100 thousand pesos in 1915. Cerveceria Cuahutemoc did not escape the demolishing impact of the economic crisis. In 1914, the brewing company’s directors mourned a sales drop of 50% as compared to 1909. It goes without saying, of course, that a loss of almost 2M pesos, as estimated by its CEO Francisco G. Sada, occurred during confiscation of the company by the Carrancista authorities. In 1909, Cerveceria Cuahutemoc employed more than 1500 people in the different departments. In 1916, during the tremendous economic downfall, the company’s payroll only included 300 employees (Flores, 1987). Local businessmen stressed the adverse factors that led to this situation. Some causes were directly related to the physical havoc brought about by the armed struggle: lack of communications and rolling stock for the railroad; shortage of fuel, raw materials and spare parts; and the monetary crisis that extended throughout the nation, particularly at the end of the 20’s (Perez, 2008). On the other hand were the social consequences. With these I refer to the new labor provisions that demanded less working hours –8 hours per day as a maximum, when the normal shift used to be 12 hours– as well as higher wages and more fringe benefits for workers. The consequences were much more significant for Monterrey’s heavy industry, particularly the steel mills, since they worked day and night shifts. In steel mills, for instance, the blast furnace was not shut down for more than six consecutive months. So, if it formerly took two shifts to manufacture one day’s output, now it required three shifts. Additionally, when the right to strike was enacted several unions were officially recognized. Under these conditions, the export market ceased to have the minor importance it used to have and became a business priority. The expansion of foreign markets during World War I –as of 1917, when the United States became involved– was like a shot of fresh energy to the Mexican economy. Once again, the example of the steel industry is a case in point. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey shifted from almost exclusively supplying the national market in 1910, to selling 80% of its production to the United States and Cuban markets in 1918. On the other hand, the internal market nurtured itself from new and eager investors that added thrust to the local economy. As of 1919, business proliferation increased. This new expansion of the foreign and domestic markets was linked to diversification by investors, introduction of technical changes to production
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processes, and an increased control over the emerging labor movement (Flores, 1995, 1994, 1993 and 1989 and Mora-Torres, 1998).
3. New industries
In 1920-1940, the industrial infrastructure in Monterrey, and in a smaller extent the rest of the Nuevo Leon, became stronger; not only with the consolidation of a number of business founded during the old administration, but also with the creation of new industries. The origin of the Grupo Cementos Mexicanos (CEMEX) dates from 1906, when it was founded at the Hidalgo Municipality (30 kilometers northeast of Monterrey) as one of the earliest cement plants in the country. Fourteen years later, in 1920, a second firm was organized in Monterrey to complete the launching pad of the future cement group: Cementos Portland de Monterrey, S.A. This company was founded on June 8, 1920 by five members of the Zambrano family, two from the Madero dynasty –Alfonso and Salvador– and Santiago Belden, among others. Acquiring a property of more than 16 hectares owned by Vicente Ferrara, by 1923 they had built an annual production capacity for 4,000 bags of cement, with a capital of 1.2M pesos (Flores, 1933 and 1991). In 1931, the merger of these two companies into Cementos Mexicanos, S.A., became a the cornerstone of the present group (Caintra, 1983). Vidriera de Monterrey, in turn, expanded its facilities in 1923, and reached a capacity of 150 thousand pieces of glass per day to bottle beer, wine, pharmaceuticals, and food, among other products. Substitution of old machinery with more sophisticated equipment was from the beginning the strategy followed, whereas “it saves a good number of arms” –remarked its Management in 1923-,
whereas the purpose of our business by introducing this new organization is to maintain our facilities and systems at their highest state of perfection, the only way in which manufacturers can prevail against their competitors [...] (Flores, 1991:248).
Isaac Garza, President of the company, proudly commented in an interview published by a local newspaper that same year that it was “the first successful largescale glass manufacturing operation in our country” (Flores, 1993:66). A glassware department was added in 1927 to meet the demand of new products, and a European glass blower was put in charge of training its select group of workmen. During 10 years he developed highly skilled operators in glassware manufacture, and in 1936 the department became a new, spin-off business: Cristaleria S.A. It was also in 1927 that a plate glass plant was incorporated under a joint investment with Belgian glass manufacturers. In June 1928, the Monterrey glassworks owners signed the first agreement with United States partners, which originated the arrival in 1930 of the first natural gas pipeline from Texas to Monterrey to supply this vital
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power source (natural gas) to the local glass industry (Flores, 1994). By the thirties, the glassworks were manufacturing three different product lines: bottles, glassware, and plate glass. To meet the growing demand of glass bottles in central Mexico, Vidriera Mexico S.A. was built in Mexico City in 1934-1936. Two more companies were created in 1936 when the respective departments in the parent business were upgraded: Vidrio Plano, S.A. (plate glass) and Cristaleria, S.A. (glassware) (Cordero, 1977 and Flores, 1988). It was also in 1936 that one of the three major business groups was created in Monterrey. I am referring to Fomento de Industria y Comercio (FIC), a predecessor of Vitro S.A. (the other two were Industrias Monterrey, S.A. and Valores Industriales, S. A.). This holding firm was the largest stockholder of the companies in the original group: Vidriera Monterrey, S. A., Vidrio Plano S. A., Cristaleria, S. A., and Vidriera Mexico, S. A. (Flores and Davila 1996). Yet another prominent local company –Industrias Monterrey, S. A., incorporated on February 14, 1936– was organized in the thirties, this time from a background in garment manufacturing and wholesale. The founding stockholders were Arturo Garza, Eugenio Dominguez, and Maria Garza Viuda de Clariond. As in the case of those by the Garza and Sada families in 1936 (Fomento de Industria y Comercio and Valores Industriales), IMSA became one more large holding firm. It grouped the majority stock of several manufacturing companies: Fabrica de Ropa La Sultana, Molino de Trigo Nuevo Leon, Fabrica de Artefactos de Madera La Sultana, and Planta Galvanizadora de Lamina La Sultana. The subsisting Clariond-Reyes and CanalesClariond families are presently the major stockholders in this group. They are the descendants of Eugenio and Maria del Consuelo Clariond Garza, the children of French immigrant Santiago Clariond-Desdieau, who arrived in Monterrey around the end of the 19th Century and married Maria del Consuelo Garza. ClariondDesdieau founded a wholesale garment business and a retail store by the name of Garza Hermanos y Compaùia with his two brothers-in-law, Arturo and Eugenio Garza, and a capital of 14 thousand pesos. Although Clariond Desdieau passed away on April 30, 1921, and the original garment wholesale and retail operation was dissolved, on April 20, 1932 his widow and two of her brothers, associated with Eugenio Domiguez, founded Centro Mercantil de Monterrey, S.A., the parent company of what four years later would become Industrias Monterrey S.A., founded by the two businessmen and the son of Clariond-Desdieau and Maria del Consuelo, Eugenio Clariond-Garza. The cornerstone of Industrias Monterrey was -and still is- its steel division, Planta Galvanizadora de Lamina, which started operating with sheet steel imported from the United States (Rojas, 1997). Cerveceria Cuauhtemoc, its owners and their successors, were promoters as well as creators of a further outstanding player in the industrial history of Monterrey (Flores, 1933). In a pursuit of vertical and horizontal integration of the production process, other manufacturing companies were created, such as: Vidrios y Cristales
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(founded in 1899, shut down in 1903, and reincorporated in 1909 with the name of Vidriera Monterrey); Fabricas Monterrey (bottle caps, carbonic gas, cartons, corrugated cardboard goods, and glued paper tape) in 1920; Malta (up to 1989 supplier of cattle, poultry and hog feed) in 1928; and Empaques de Carton Titan, S.A. (corrugated cardboard products) in 1936. Another large company that emerged after the end of the Revolution was Fabrica de Galletas y Pastas La Industrial (parent of the Gamesa Group), which started operating in 1925 with an initial capital stock of 25 thousand pesos and a labor force of 150. The new supplier of food products was quite welcome in a constantly expanding domestic market. One year later, the Santos family began to produce its own raw material at a large wheat mill located in the facilities of a new company by the name of Harinera Monterrey. Banks played an important role in this process, rallying funds for the large companies. Since the end of the Porfirio Diaz administration, banking services had increasingly centered on industry. Such was the case with Banco de Nuevo Leon (founded in 1892) and Banco Mercantil (1899). The importance of financing grew after reorganization in 1925 of the banking sector by the Federal Government, with the foundation of Banco Unico de Emision: Banco de Mexico (the Central Bank). In 1925, Centro Bancario de Monterrey, A.C. was created as a result of the Mexican Law on Lending Institutions enacted in December 24, 1924. On the other hand, Mexican finance companies –particularly their pioneer, founded in Monterrey in 1933 with the name of Sociedad General de Credito, S.A. and an authorized capital stock of 1.5 M million pesos– emerged under the Mexican Law on Lending Institutions of June 28, 1932, which allowed “general” or “financing” corporations with the nature of supplementary lending companies, conceived to advance business firms and operations by granting loans on the installment plan and other terms that common banks did not provide. Thus, in the 30’s (additionally to Sociedad General de Credito) the following banking and financing companies were incorporated in Monterrey: Credito Industrial de Monterrey, S.A. on January 29, 1932, with an initial capital of 500 thousand pesos; Banco Popular de Edificacion y Ahorros, S.A. on March 2, 1934, with an initial capital of 500 thousand pesos; Compañia General de Aceptaciones, S.A. (before Financiera Aceptaciones S.A.) on September 29, 1936, with a similar capital; Financiera del Norte, on December 9, 1936, with a capital of 300 thousand pesos; and finally Financiera de Credito, S.A. on February 20, 1939. As far as insurance companies are concerned, two were founded in this same period of time. One was Compañia de Seguros Monterrey, owned by Circulo Mercantil, S.A., on April 8, 1937; and the other Aseguradora del Norte, S.A., a fire insurance operation incorporated on December 4, 1939 with an authorized capital of one million pesos (Flores 1997 and Morado, 1996).
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Wholesale and retail operations recovered in the 20’s after a long shortage of goods that started around the middle of the second decade of the 20th Century. At this time, downtown businessmen protested the proliferation of sidewalk vendors on Morelos Street (1925); unfair competition of low-priced garments brought from Laredo Texas to sell on the streets and door-to-door, (1929)26; and smuggling of merchandise (clothes, shoes, etc.) from the U.S. border into Monterrey. Finally, in 1939, the Subsistence Market Regulating Committee (Comite Regulador de Mercado de Subsistencias) was instated at the State capital and started to set retail prices for food commodities such as beans, corn, and hot peppers.
26 Item in the agenda of the July 17, 1929 Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey of the Board (Retailers and Small Manufacturers of Monterrey) (Mendirichaga 1983).
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La Industrial, CA, 1929. Fototeca del Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
Aerial view of the Cristalería Monterrey, Monterrey. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
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Cervecería Cuauhtémoc. Nuevo León de cara al siglo XXI, Gob. de Nuevo León, 2005.
Pabellón de Cementos Mexicanos. Monterrey, 1926.
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Parque Fundidora, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Rectoría del ITESM, campus Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
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s discussed above, from its origins in the last century, heavy industry in the iron and steel sector gradually introduced businesses that supplied consumer goods to the Monterrey manufacturing businesses. As of 1940, this industrializing effort was strongly encouraged when a drive to substitute imported industrial inputs became an essential part of the development strategies designed for the Mexican economy. An accelerated growth of local industry, that averaged 8.3 percent in 1950-1980, was the result of a thrust for expansion by Monterrey’s major industries. On the other hand, it was also in a fair extent the result of the Nuevo Leon State Government’s fiscal and financial incentives, subsidies, and infrastructural support, particularly in Monterrey Metropolitan Area (MMA). This uninterrupted expansion continued until the early 80’s. The creation of large corporations was prevalent throughout this period, led by companies that had since the 40’s undertaken an expansion process, horizontally and vertically, both within and outside the manufacturing sector. This growth allowed Nuevo Leon’s industry to produce more than 12 percent of the total Mexican manufacturing output from 1990 on, converting MMA into the largest development pole in the northeast (Flores, 1994). Now I will analyze the elements that should allow us to explain, not only the large population, but also of the type of businesses now existing in the City of Monterrey, and the irreversible trend that started in 1940. In the following section I will review the significance of MMA’s infrastructure as a support for manufacturing operations, as well as for the growth and expansion of the commercial and service sectors.
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1. MMA’s infrastructure as a support for its business community
Infrastructure is fundamentally intended for the development of Mexican industry, whereas it provides the power, secondary raw materials, and communications that are indispensable for the implementation of modern production processes. The high concentration of infrastructure works at MMA is the best explanation of its extensive industrial community. Now, let us examine the three categories in which the social means of production are divided to illustrate the importance and meaning of these works in the high concentration of people and business activity in this northeastern city. a. Power systems Power sources are fundamental for the development of industry. Large electric power generators started arriving in Monterrey and the State of Nuevo Leon in 1889 with the first utility, Compañia de Luz y Fuerza Motriz de Monterrey. Nowadays, more than a century later, the main beneficiary and consumer of electric power in Monterrey is the manufacturing industry for whose benefit it was installed, and by the middle of the 90’s it used 70 percent of the total supply, followed by households with 20 percent for, and the remaining 10 percent shared by commerce (7 percent), street lighting, other public utilities (3 percent) (Flores, 1994). It may be said that MMA is at the present time one of the best-served localities in the national power system, a situation that has allowed it to use one-ninth of the total electric power available in Mexico and made the dynamic growth of its industry possible. The outlook also seems optimistic, with the recent proposal by the Federal Government of opening the utility market to private suppliers. Regarding hydrocarbons, these arrived from Roma, Texas in 1930, through a natural gas pipeline built, installed, and operated by Compañia Mexicana de Gas, S.A., owned by local businessmen. As of the takeover of the oil companies by the Mexican government in 1938, land transportation through pipelines became the best option to supply large industrial centers at a low cost. Presently, Monterrey is one of the urban centers best favored by the extensive infrastructure of oil pipelines –carrying crude oil from production fields to refining centers and fuel oil to consumption centers–; natural gas pipelines –taking natural gas from the wells to the refinery, and from there to consumers–; and, finally, multi-purpose pipelines that carry different power supplies or raw materials from the refineries to the cities where they are consumed. Since in Nuevo Leon there is no oil or gas, these fuels are brought from oil fields in the Mexican southeast states of Chiapas and Tabasco and marine platforms located in the Gulf of Mexico at Campeche. In 1977, one of Mexico’s largest refineries
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started operating at a daily rate of 235 thousand barrels of crude oil in the city of Cadereyta, 26 kilometers away from Monterrey. Its foundation had a great impact in the economy, not only for Cadereyta, but also for the State as a whole. Recently, in 1998, distribution of natural gas was franchised to the private sector in Monterrey, the largest consumer of natural gas in the nation. In March 1999, gas distribution was shared as follows: 35 percent goes to Ginsa for its own consumption; 26 percent to Compañia Mexicana de Gas (a local outlet); 24 percent to the Spanish business Gas Natural; and the remaining 15 percent is retained by Petroleos Mexicanos (PEMEX).27 As it happened throughout Mexico, particularly after 1940, MMA’s growing economical development of the 1930-1999 period was accompanied by a parallel growth in refining and consumption of hydrocarbons. It is beyond any doubt that without this growth in production, economic development would have not been possible given the large dependence of industry, transportation, and power companies as well28, on this additional supply. Not to speak of the decisive role of hydrocarbons in the fast expansion of the automotive industry, metallurgy, and the steel manufactures in MMA; fundamentally supported by the abundant availability and relative low cost of this input. Similar situations are also evident in other branches of the predominant MMA industries (cement, mining, metallurgy, paper, chemicals, and plastics, to name a few) where a plentiful supply of this power source has been crucial for development. Regarding secondary raw materials, we should highlight water. Due to the industrial and demographic growth of the city during the last third of the 19th Century, the sources and hydraulic system that fed the urban water supply became obsolete. Consequently, since the end of the Century huge infrastructure works have been undertaken to provide this vital liquid to the large city and its industry; not to mention the huge reservoirs intended for human consumption. The local industry was a pioneer in Latin America when in 1955 it founded Agua Industrial de Monterrey, a wastewater treatment plant with an initial capacity of 60 liters per second created to supply the Celulosa and Derivados, S.A. (now Cydsa) processes. Of the 10 thousand liters per second that the Monterrey Metropolitan Area consumed in August 1998, 9,300 (93 percent) were for human consumption and 700 (7 percent) for industrial use. Yet, 3000 more liters per second are supplied to manufacturers by water-recycling plants, and by private wells to food and beverage manufacturers. The major water recycling plants are owned by Grupo Imsa (APM) with a capacity of 600 liters per second (l/s), Agua Industrial de Monterrey, S. de U. (300 l/s), Cydsa 27 Interview with Marcelo Chauvert, C.E.O. of Compañia Mexicana de Gas, March 11, 1999, El Norte newspaper, Monterrey. 28 For instance, in 1990 the latter sector, integrated by the two largest companies in Mexico –Petroleos Mexicanos (PEMEX) and the utility Comision Federal de Electricidad (CFE)– consumed 29.9 percent of the total hydrocarbon production, while the remaining 70.1 percent was supplied to final consumers. The ratio of these inputs in the energy sector inputs for 1990, particularly the electric power utility, were as follows: 65.6 percent of the fuel oil and 15.8 percent of the residual gas produced for power generators. Secretaria de Energia y Minas Paraestatal, 1991.
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S.A. (140 l/s), Agua Industrial del Poniente, S. A. (125 l/s), Papelera Maldonado (50 l/s), Campestre (Golf Club) with 50 (l/s), Cydsa Corporativo, S. A. de C. V. (50 l/s) and Vitro Corporativo, S. A. de C. V. (25 l/s).29 b. Industrial infrastructure On the other hand, an adequate infrastructure for the industrial zone was invested with ordinances and strategies through a number of government planning agencies.30 The Master Monterrey Metropolitan Area Urban Development Plan (Plan Director de Desarrollo Urbano del Area Metropolitana de Monterrey) for 19882010 is outstanding among contemporary projects. Based on the premise of an existing urban area integrated by the nine municipalities that make up the existing Monterrey Metropolitan Area,31 the plan accommodates both industrial growth and its physical space. Infrastructure developed from the onset of regional industrialization has favored the continuance of this proclivity, and this plan only comes to confirm it. By 1990, 95 percent of the state’s manufacturing facilities were located in MMA, where the urban structure in 1986 was zoned as follows: 884 different residential/housing sectors, eight manufacturing districts, and five industrial corridors (Nuevo Leon State Government, 1988). MMA extends over an area of 36,097 hectares, of which 65.6 percent are occupied by homes; 13.7 percent by factories; 11.6 percent by the primary and master street systems; and the remaining 9.1 percent by the city apparatus (utilities and government agencies). This infrastructure, taken jointly with the constituents I have discussed, substantiates the claim that its benefits fall directly on the environmental space where the physical investments are made. Consequently, the infrastructure grows concurrently with and according to the territorial distribution of the population and its businesses. A feature of this distribution is the high concentration in space with favorable production conditions in general, which in turn becomes the core 29 Data provided by Instituto de Proteccion Ambiental de la Camara de la Industria y de la Transformacion de Nuevo Leon (Institute for Environmental Protection, Nuevo Leon Chamber of the Manufacturing Industry) (CAINTRA), El Norte newspaper, Monterrey, August 6, 1998. 30 The following macro-projects have been implemented in MMA by federal, state, and city administrations: Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda (National Program for Urban Development and Housing), 1984-1988; Plan Nacional de Desarrollo Urbano (National Plan for Urban Development) 1978; Plan Estatal de Desarrollo Urbano (State Urban Development Plan) 1979; Plan Subregional de Desarrollo Urbano de Monterrey Metropolitano (Sub-regional Plan for Urban Development of Metropolitan Monterrey) 1982; Municipal Plans for Urban Development of Apodaca, San Pedro Garza Garcia, General Escobedo, Guadalupe, Monterrey, San Nicolas de los Garza and Santa Catarina, 1980; Plan Nuevo Leon (Nuevo Leon Project), 1988-1991; and Plan Director de Desarrollo Urbano del Area Metropolitana de Monterrey (Master Plan for Urban Development of the Monterrey Metropolitan Area), 1988-2010. 31 This Plan was triggered by a reminder of a an action of the Governor in the face of a manifest reality. On January 23, 1984, his decree was published in the Nuevo Leon Official Gazette, declaring the existence of a conurbated zone integrated by the municipalities of Monterrey, San Nicolas de los Garza, Apodaca, Guadalupe, Garza Garcia (now San Pedro Garza Garcia), Santa Catarina, and General Escobedo. In a further decree two municipalities were added: Villa de Garcia, and Juarez (Government of the State of New Leon, 1988).
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element that explains and replicates concentration. However, the agglomeration in the Monterrey Metropolitan Area of a significant portion of local businesses and of the nation’s urban population leads to complex and growing urban issues: housing and utilities shortage, pollution of the ecosystem,32 public insecurity, poverty belts, underemployment, and other negative characteristics that make up the framework of a metropolitan pathology and demand an urgent remedy. c. Legal and tax incentives in pre-established territorial zones While it is true that the location of industrial facilities cannot be ruled by decree, it is also true that the appropriate legislation can influence private location decisions. In this sense, and considering the infrastructure factors described above, a distinct and firm policy of industrial decentralization has been enforced to drive facilities towards the outskirts of the Monterrey Metropolitan Area. This is how industrial parks began to emerge with the purpose of grouping medium and small operations in the same geographic location, through incentives for their establishment and facilities for their growth. The initial industrial park developments in Nuevo Leon were nine, of which up to 1987 the State Government managed seven and private companies the other two: Ciudad Mitras and Fraccionamiento Industrial Lincoln, respectively (Flores 1988). By 1997, industrial park development was booming, and 19 parks were built in Escobedo, Linares, Sabinas, Cienega de Flores, Doctor Gonzalez, El Carmen, Pesqueria, Guadalupe, San Nicolas, and Apodaca, over an aggregate area of 1777.31 hectares, of which 912.2 were developed. They accommodated 233 operating businesses, had 10 under construction, and 16 in the planning stage.33 The latter were primarily oriented to the maquiladora industry, mainly located in the north of MMA, with ready access to major freeways and highways leading to the Texas border. These type of parks were designed for 32 There are truly alarming studies regarding the pollution of the MMA environment . The Plan Director de Desarrollo Urbano (Master Urban Development Plan), designed by Nuevo Leon Government disclosed the following data in 1988: “ Given the amount and features of polluting waste, the manufacturing industry is the main source, at a ratio of 50 percent; vehicles are next at 40 percent; the deficient disposal of solid urban waste, mainly garbage burning, generates 5 percent; and a number of other causes the remaining 5 percent. In general terms, the cement, chemical, paper, smelting, glass, quarry, and power industries are most significant pollutants.” Of these, 4% pollute with emissions, 6% with grease, and 11% with dust. Yet another 13% generates highly toxic pollutants. And to make matters worse, only 21% of the plants that cause highly toxic contamination have emission-control equipment. Not to mention water, soil, noise, and urban image pollution (commonly called “visual contamination”). Likewise, the Plan Director (Master Plan) alerts to the pollution of inhabited areas close to plants; as well as liquid gas, oil, and of other hydrocarbon outlets installed nearby . Which means- the study assures- “a potential risk of toxic leaks, explosion, and fire that impairs the safety and well-being of the citizens” (Nuevo Leon State Government, 1988). 33 Information provided by the Subsecretaria de Industria, Comercio y Turismo, de la Secretaria de Desarrollo Economico del Gobierno del Estado de Nuevo Leon, El Norte newspaper, Monterrey (Industry , Commerce, and Tourism Undersecretariat, Secretariat of Economic Development of the Government of Nuevo Leon State), May 4, 1997.
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non-polluting maquiladoras and so-called light industries, built on properties of 10 hectares or less. Taking advantage of the generally favorable driving conditions that prevail in MMA, the owners control the maintenance and proper operation of these parks through regulations and/or trusts created by the occupants. Another clear example of the correlation between legal/tax benefits and the boom of some companies are the so-called maquiladoras, defined as a manufacturing operation shared by one or more nations. This production mode tends to generate lower costs, since it derives benefits from the comparative advantages of each particular country. In the last few years, implementation of maquiladora plants has gained increasing significance in the major cities of the Mexican northern border. These companies come mainly from the United States (but there is a fair number of Asian companies, particularly in the Northwest), and are engaged in assembling parts or transforming temporarily imported raw materials and intermediate components into finished products that are later returned to the country of origin. This development is also extending into central Mexico, but the plants in the border strip are still a majority. The leading processed products include electric parts and assemblies, garments, and transportation equipment. Any manufacturing business can be organized as a maquiladora, except those reserved by the government and polluting industries. Today, this type of industry constitutes a significant part of the Mexican economy. Originally, it was intended to provide jobs for a great number of unemployed and potential United States immigrants passing through the northern border. Presently, it is a significant source of foreign currency and a prominent establishment in the business community as a source of employment. Maquiladoras have progressed in different aspects, such as the number of plants, geographic coverage, and product diversity. A staunch reflection of their growth is the fact that in 1997 an average of almost 50 maquiladoras per month were opened with an aggregate investment of almost 1.28 M dollars. The industrialization process by way of maquiladoras is presently being boosted significantly by the Mexican authorities that regulate business operations. According to the official agenda, maquiladoras process unfinished products shipped from and later sent back to United States. To support expansion of these companies, several amendments were made to the Maquiladora and Export Business Promotion Act (Decreto para el Fomento de la Industria Maquiladora de Exportacion); including: • • • •
Definition of sub-maquila as the industrial processes or interrelated services provided by maquiladoras. Allowing these companies to sell their products without restriction in the domestic market; Ensuring a treatment of “indirect exporters” for their domestic suppliers; Extending to two years the allowed permanence of raw materials, parts, and inputs temporarily imported into Mexico;
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• Facilitating payment of the applicable taxes; and • Setting mandatory terms to complete incorporation procedures. Until the year 2000, the maquiladora industry worked under the temporary imports approach. NAFTA (North American Free Trade Agreement) provides that maquiladoras may continue importing inputs and components temporarily without paying customs duties or added value (IVA) tax, as they do now, according to the following criteria: firstly, inputs and components from and incorporated to products shipped to a country that is a party to NAFTA; and secondly, inputs and components incorporated to products shipped to a country that is not included in NAFTA. However, in 1998 nearly 90 percent of the existing maquiladoras fell under these two categories, and therefore the large part of this type of production will not be affected. Given the proximity of the American market, northeast Mexico, as well as the northern border strip, are attractive locations for maquiladoras. As I discussed earlier, both Federal and State Government programs provide support and facilities for these companies in terms of financing; importing, transporting, and exporting red tape; taxes, etc. Unlike the other border states, it was until 1986 that maquiladoras had their official start in Nuevo Leon (CAINTRA, 1991); but regardless of this tardiness, the boom they have had throughout the state is remarkable. While in 1986 they were only 15 in existence by 1998 there were already 121, with an aggregate labor force of 48,133 (INEGI, 1999). In a good extent, the financial benefits available to foreign investors are the cause of this fast growth. They are based in the following expectations: • • • • •
Low-cost skilled labor; Ready- built and available conditions for production, as a general rule; Proximity for American maquiladoras or companies focused on the U.S. market, which allows for more operational control over the plants and lower freight/inventory costs; Steady power and fuel supplies below the average international market price, keeping in mind the benefits for MMA of electric power and hydrocarbons brought through the pipeline system built by the Mexican government. Import and export facilitation through a local customs office and the Nuevo Leon State Commission for the Promotion of Maquiladora and Export Industries (Comision de Fomento a la Industria Maquiladora y de Exportacion del Estado de Nuevo Leon).34
34 The products made by these companies in 1997 included: sports articles and toys; automotive motors, parts, and accessories; electronic accessories; metal furniture; electric parts and telephone cables; ceramic plaster and accessories; garments; coils for air conditioning equipment; fine leather goods and jewelry, machinery and electric equipment; plastic spray assemblies; food products; ball bearings; recovery of mechanical products; material
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These infrastructural conditions continue attracting foreign capitals to Monterrey. According to the Nuevo Leon State Under secretariat of Foreign Trade (Subsecretaria de Comercio Internacional del Gobierno de Nuevo Leon), in 1999 Mexico should have a foreign currency income of 11B dollars in direct foreign investments; of which an estimated 10 percent will be invested in Nuevo Leon. These funds are expected to go into expansion of existing plants and addition of new ones. Facilities are being erected in the Apodaca, Cienega de Flores, Montemorelos, San Nicolas, Escobedo, Guadalupe, and Garcia municipalities, creating an estimate of 18 thousand new jobs. Some businesses that are re-investing in expansion are Densa at Apodaca, Navistar at Escobedo, Lithonia Lighting at Guadalupe, Mercedes at Garcia, and Alcoa Fujikura also at Apodaca. On the other hand, some that will be installed under agreements with the Under secretariat are Alpeck/Dupont (130 M dollars in Santa Catarina); Axtel (100 M) a relatively unknown firm in the telecoms sector (85 M in Escobedo and San Nicolas); GE/Toshiba (25 M in Cienega de Flores), General Electric (22 M in Apodaca), Varco Prudent (20 M in Cienega de Flores), Square D. (15 M in Apodaca), REMSA (12 M in Cienega de Flores), HEB (22 millions in two hypermarkets, at Monterrey and San Nicolas),Celestica (10 Min Apodaca), Hon (10 M in Cienega de Flores), Bemis (8 M in Cienega de Flores). Soon to be erected in Apodaca are Hendricson (7 M), Parker Fluid Connectors (6 M), Saturn Electronics (6 M) and Johnson & Johnson (5 M); in Monterrey, Hilton Garden Inn (5 M); in Montemorelos, Carters (4 M); ATCO Flex in Linares (3 M); and Compaq, the latest, in San Pedro with an initial investment of 2M dollars.35
2. Expansion of the marketing and service sectors As we speak, the largest contributions to the Mexican GNP come from commerce and services, at a rate of more than of the total and providing jobs for more than 50 percent of the working population (WP). Monterrey is no exception to this framework, whereas more than 64 percent of the WP works in this third sector of the economy versus 35.2 percent who work in the secondary sector; which means that the former is undoubtedly the dominating economic sector at the end of this century.36 A multiplicity of small and medium stores distributed throughout Nuevo Leon, and particularly in MMA characterizes the commercial and service salvage; and services (cutting, etc.). Information provided by Jaime Contro Yllanes, Chairman of the Nuevo Leon Maquiladora Association Leon, El Norte newspaper, Monterrey, “Made in Mexico,� Special Supplement, April 19, 1998. 35 Information provided by the Subsecretaria de Comercio Internacional del Gobierno del Estado de Nuevo Leon (Subsecretariat of International Trade, Nuevo Leon State Government), El Norte newspaper, April 19, 1998. 36 See final findings. Basic tabulations. Conteo 1995 de Poblacion y Vivienda (Count of Population and Housing, Nuevo Leon), 1996. Mexico, INEGI, 1996.
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foundations. Nevertheless, for more than twenty years the consolidation trend followed by large modern companies in MMA by this sector has found growing support in consumers and, as a consequence, has been taking over the urban space. Monterrey commerce, in line with the tradition of the domestic environment, is classified by the type of its (wholesale or retail) merchandise, its distribution system (traditional or modern); and, finally, by the size of the operation (micro, small, medium and large). Wholesalers distribute and transport large quantities of products, and regularly operate well as go-between merchants offering intermediate goods to manufacturers or as a link between manufacturers and importers where retailers are involved. Presently, the Mexican Institute of Statistics, Geography, History and Informatics (INEGI) defines the wholesale business as “resale (without processing) of new or used products, to retailers, commercial or industrial users, and institutions or professionals; as well as to other wholesalers “. On the other hand, a retail business mostly sells goods to the final consumer in the last stage of a distribution process, and likewise presents a bipolar framework: traditional and modern. Traditional retail commerce is integrated by micro stores (up to 15 employees and annual sales of 900 thousand pesos or less), small stores (up to 100 employees and 9 M pesos in sales), and a few medium-sized stores, that, together with farmer’s markets, are characterized by the small quantity and diversity of the merchandise they handle, their low productivity, and family ownership.37 Modern commerce basically takes place in large establishments (more than 250 employees, and net annual sales above 20M pesos) mostly supplied directly by the producers, and a few medium-sized stores (no more than 250 employees, and net annual sales of 20M pesos or less). This system allows for better planning of sales margins. Those types of operations include large department stores, supermarkets, hypermarts, and other large establishments. The commercial sector is organized much like the industrial sector, in this case by Chambers of Commerce. On April 22, 1941, a new amendment of the Law on Chambers of Commerce and Industry was approved by the Mexican Senate. The main variance was that each business sector would be differentiated by its own chamber. This brought about the dissolution of the National Chamber of Commerce, Industry and Mining of the State of Nuevo Leon (CANACOIM) and each one organized its own chamber according to its business. Thus, on December 29, 1941, the Extraordinary General Assembly of Merchants wrote the new bylaws that would rule the new National Chamber of Commerce of Monterrey. Their first important action was to support (in 1941-1942) the businessmen of German, Japanese, and Italian descent, who had a good reputation in town, and prevent their names from 37 See Secretaria de Comercio y Fomento Industrial (Commerce and Industrial Development Secretariat), Mexico, 1997.
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appearing on the black lists prepared in the United States when it got involved in the Second World War. Some of them worth mentioning were the owners of Casa Holck and many retailers in the jewelry, garment, and shoe trade, among others. (Mendirichaga 1996, 1983). The 40’s and 50’s were abundant in concern for local merchants, expressed through the Chamber of Commerce, on account of the competition they were having from the Texas border trade. By May 1957, and particularly in July 1959, the Chamber insisted on fighting advertisements from Texan cities such as Brownsville, Laredo, and McAllen published and broadcast by the local media. This persisting concern, latent to this day, reflected the significance of this sector’s expansion for a large part of the Monterrey working class. By 1960, the commercial sector in MMA employed 47 thousand 456 people in the community, 13 percent of the total Nuevo Leon WP; and this figure continued growing in the following years. In 1968, in the midst of a major political and social turmoil (May 13), came the first large-scale removal by the city authorities of all the sidewalk vendors and merchants with semi-fixed stands in the main city streets (Mendirichaga, 1983). This action brought real chaos to some downtown streets and culminated with a rally gathered by the damaged merchants to solve the situation. The event was an historic milestone when the merchants delegated their interests to the local union leaders of Confederacion Nacional de Trabajadores de Mexico (National Mexican Workers Confederation) and Confederacion Regional Obrera y Campesina (Regional Confederation of Laborers and Peasants) (from now on referred to as CTM and CROC, respectively) and initiated negotiations with the authorities for relocation to places that were never clearly determined. This started a new sidewalk invasion in the city’s shopping zone. In the seventies, friction increased between local merchants and both the State and Federal governments. Specifically during the Luis Echeverria-Alvarez administration (1970-1976),38 businessmen fought against the government trend toward an increased involvement in the economy. Federal programs to sell commodities through state organizations and stores such as CONASUPO, ISSSTE, SAHOP, CONASUPER; the creation of the National Fund for Workers’ Consumer Goods (FONACOT) and the Federal Law on Consumer Protection, were considered an attempt against business (and consumer freedom), and creators of a huge monopoly in the hands of the State. In July 1983, Monterrey started a concentration of large business capitals through new forms of merchandising such as hypermarts, malls, and large shopping centers in the style of Perisur in Mexico City or Plaza Dorada in Guadalajara (Flores, 1996). Around this time, the Galerias Monterrey Mall opened, to be soon followed by others such as Moll del Valle and Plaza Fiesta San Agustin in Garza Garcia. It was a year to be commemorated, and a new monument 38 A particularly violent time. Increasing terrorism reached its peak on September 17, 1973, with the murder after a failed kidnapping attempt of the entrepreneur Eugenio Garza Sada.
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was built in MMA: Faro del Comercio (Commerce Beacon) donated to the city by organized commerce (and dedicated on December 7, 1983) in the central square known as the Macroplaza symbolizing the Centennial of the Monterrey Chamber of Commerce. The project designers were architects Luis Barragan and Raul Ferrera Torres, and it consists of a 69.8-meters high, 12.53-meters long, and 1.83-meters wide concrete tower built with one thousand cubic meters of cement and 250 thousand kilos of rebar. The monument is illuminated, and a moving laser ray of green light from its apex into the sky enhances its verticality. That same year (1983) two new wholesale and retail staples and produce supply centers were created, one in Guadalupe –240 warehouses that generated 800 new jobs– and the other in Santa Catarina, which originally had 198 warehouses (Mendirichaga, 1996). Recurrent recent crises in 1982, 1985, 1988, and 1995, increased the number of families engaged in the so called “informal” market as a way of life or incomeearning alternative. As a consequence, parallel to the expansion of MMA toward all the cardinal points, came the creation of well-defined areas dubbed flea markets by the people, overpopulated with vendors whose merchandise was 90 percent of foreign origin (mostly from the United States and Asia) and did not comply with tax and sanitary regulations. Even though they were continually relocated, these flea markets did not solve the problem of sidewalk vendors in Monterrey. I wish to make a special mention of the enormous “tianquiztli” (“market”) in the Nahuatl Indian dialect that operates every weekends on the bed of the Santa Catarina River, and in a smaller scale in all the large parks of Monterrey and the central square of every municipality in MMA, where one is surprised by the wares, which range from old mining and manufacturing tools to modern, imported electronics. There is no doubt that this aspect of Mexican tradition and culture can not be concealed because it sprouts in different forms and aspects all over Mexico. Let us remember what friar Juan de Torquemada narrated in the turn of the 17th Century (1615) about San Hipolito Market vendors in Mexico City.
Many come to buy and others with no business at all, just to see what is for sale. There are mostly women, under makeshift roofs or shades they build to guard off the sun. They exhibit their merchandise on the floor and they all know and have their assigned seats that nobody else will take, because gentleness to each other runs in their blood; such are the ways in this one and all the markets of New Spain, each trade has its own seat and place (Torquemada 1978:144).
Parallel to this Mexican tradition, the nineties brought new and foreign luxury hypermarts. In Monterrey, United States chain stores such as Wall Mart, HEB, Price Costco, and SAM’S (the latter two introducing a novelty in the Monterrey wholesaleretail market: consumers can only buy through a membership that costs less than 200 pesos a year), the French firm Carrefour, and a new approach to building and home materials introduced by Total Home (initially established as a joint venture
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of the local WPa Group and United States associates, WPa now owns all the stock). The International Business Center (Cintermex) was also dedicated in this decade, at the site of the old Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey (steel smelter). There is no question that Mexico’s aperture to free trade started in 1986 when it joined GATT. Later, with the advent of NAFTA in January 1994, trade was stimulated and defined new paths to grow and achieve consumer satisfaction. As a matter of fact, under the National Program for Domestic Supply and Commerce, in Monterrey up to 50 percent of retail sales are handled by self-service stores, and the other 50 percent by small shops. Locally-owned hypermarts operating in Mexico in the last decades are Soriana-Hipermart and Gigante, joining others of regional good standing and great tradition such as Azcunaga (Flores, 1996), Casa Holk, and Mode, among others. Finally, marketing businesses reflect the country’s economic structure, and also contribute in a high extent to the GNP. On the other hand, the commercial segment is a ready example of recent changes in the Mexican economic structure. The purpose of domestic commerce is distributing merchandise and services, which allows it to determine the requirements of the domestic manufacturing sector; as discussed below.
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Refinery in Cadereyta Jiménez. Carlos Rodríguez, PEMEX, Nuevo León.
Magna Library Raúl Rangel Frías de la UANL.
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Commerce Beacon, Monterrey. Alejandro Covarrubias.
Rectory of UDEM. Roberto OrtĂz GiacomĂĄn.
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Casa de Calderas, Alto Horno. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A. Guillermo Kahlo.
Panorámica de Hylsa. Erick Bachhausen.
Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A. Roberto Ortíz Giacomán.
Hojalata y Lámina (HYLSA) en la década de 1950. Fototeca Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
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he above economic growth process based on industry and supported by the commercial and service sectors, as well as the MMA infrastructure, adopted the following set of characteristics in 1940-2000: increased production of capital and durable goods; concentration and centralization of capitals; financial strategies and capital accumulation; and the creation of industrial groups.
1. Increased production of capital and durable goods
In the 1944 industrial census, the most salient sub-groups in the Nuevo Leon manufacturing sector continued to produce the following: steel goods; machinery and equipment; chemicals; oil, coke, rubber, and plastic byproducts; food; and steel commodities. These four industrial subgroups represented 61 percent of the listed business units; 70.4 percent of the sector’s labor force; and 79.7 per cent of the contribution of manufacturers to the state’s gross product.39 Nevertheless, the Nuevo Leon manufacturing sector, confirming several trends that had held for a few decades, made significant changes in its industrial structure. To begin with, it evidenced “a continuous shift towards modern, capital-intensive branches engaged in capital goods production” (Flores y Olvera, 1988:106). This trend is clear in several types of merchandise produced in the Monterrey Metropolitan Area. While in 1970 39 See Anuario Estadistico de Nuevo Leon (Annual Statistics of the State of Nuevo Leon), 1995 Edition, Mexico, INEGI, Nuevo Leon State Government, 1995.
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manufacture of machinery, instruments, accessories, and electric/ electronic articles represented less than 5 percent of the city’s total industrial production, the ratio grew to 26.9 percent in 1944. This growth in capital and durable goods in the MMA industrial structure occurred at the expense of production of intermediate goods by a number of companies. Such was the case of the steel commodities subgroup, which in 1980 contributed 41.7 percent to the total manufactures produced in MMA. At the turn of this century, this industrial subgroup was the one that brought about an actual revolution in the Porfirian era. The strength of the steel commodities industry was since then related to the industrial growth of Monterrey, up to the early 80’s. The economic crisis of 1982 and shutdown in 1986 of the most prominent company in Monterrey, Compaùia de Fierro y Acero de Monterrey (the original smelter) operating since 1900, had a negative effect on this subgroup of the local industrial sector (Flores, 1993). The turning point that lead toward a new and exciting industrial structure in MMA is shown in the 1989 industrial census, which closes the centennial cycle in Monterrey recording for the steel commodities industry: 1.7 percent census units (fallen to 0.6 percent by 1994), 6 percent of the total WP (3 percent by 1994), 6 percent of the total net fixed asset, and 10.6 percent of the total gross product of the manufacturing sector. The latter figure became more critical by 1944, when it fell to 9.7 percent.40 This subgroup showed a drop for the first time in a century and gave place to capital and durable goods manufactures (such as machinery, instruments, accessories, and electric/electronic articles); intermediate goods suppliers, especially chemical producers, oil, coke, rubber, and plastic products, non-metal minerals producers, and finally to the perishable goods industry engaged in food processing.
2. Concentration and centralization of capitals
As a second feature of the 1940-2000 period in the State of Nuevo Leon, we find an increasing growth in the trend towards concentration and centralization of capitals. Out of the 9,729 manufacturing operations, 92 percent (8,947 companies) were small, 6.1 percent (597) were medium-sized and only 1.9 percent (185) could be considered large.41 The latter owned 67.2 percent of total local capital stock and had 50 percent of the total employed labor in their payrolls. Concurrently, small operations (92 percent) only had 11.3 percent of the total invested capital and had 24.2 percent of the total WP. Nevertheless, the small business concept is tricky. Out of the 8,947 companies under this category, 7,372 were classified as micro businesses (75.8 percent located in Nuevo Leon); employed 24,292 people (9.8 40 Ibid 41 Ibid
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percent of the total) and represented 3.5 percent of the industrial capital invested in the State. These operations, with an average of three employees, deepen the gap that separates them from the next category: small businesses. If we apply a more rigorous standard to the latter, we find that only 16.2 percent of these were based in Nuevo Leon, had 14.4 percent of the employed labor force in their payroll, and represented 7.8 percent of the capital invested in manufacturing operations. To continue with my discussion on concentration and centralization of capitals: out of 185 businesses chartered at MMA in 1994, only 31 may be depicted as dominating the Nuevo Leon industrial scene; since they employed more than one thousand workers per factory and concentrated most of capital invested in this category. In fact, at the time these 31 companies had in their payroll 41 percent of the WP (48,875 people) employed by large companies and 33 percent (or 16 billion pesos) of total investments made in MMA. Even though Nuevo Leon has 4 percent of the country’s total population, its industry generates 12 percent of the GNP, and its outputs represent 15 percent of the national manufactured exports. In 1955, Nuevo Leon held the GNP fourth place (6.4 percent) as contributor of the GNP under Distrito Federal (27.4 percent), the State of Mexico (10.7 percent); and Jalisco (6.9 percent). As a matter of fact, these three states and Distrito Federal, contributed 51.4 percent of the GNP.42 Nuevo Leon’s foreign trade share in 1990 was 8.7 percent of total Mexican exports and 7.7 percent of that year’s imports. Product exports and imports in the state –as an sign of national trend– were heavily centered on and oriented to a single country: the United States. 89.23 percent of the State’s exports were shipped to the north border, while 91.02 of the incoming merchandise was from the U.S. (Nuevo Leon State Government, 1993). Concentration and centralization was also reflected in overcrowded population and bustling business activity in this Northeastern City. 95 percent of the State’s industry is impressively concentrated in this way in its metropolitan area. 65 percent of the factories are located in Monterrey, 11 percent in San Nicolas de los Garza, 10 percent in Guadalupe, and the rest in the other metropolitan municipalities (Flores y Olvera, 1988). The phenomenon of conurbation in the Monterrey Metropolitan Area started in the 70‘s, when the populated areas of Monterrey, Guadalupe, Garza Garcia, San Nicolas de los Garza, and Santa Catarina were physically joined by streets, bus lines, adjoining housing developments, and a more fluid inter-communication, especially on account of the growing industrialization in the area (Garcia Ortega, 1988 and Nuevo Leon State Government, 1988). By 1984, the Governor decreed the integration of Escobedo and Apodaca and declared the existence of a conurbated zone with the purpose of having them contribute to development as a unit through joint planning efforts (Nuevo Leon Government, Official Gazette, January 42 Ibid.
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1, 1984). Subsequently, two more municipalities were added, Villa de Garcia and Juarez, to complete what is now known as the Monterrey Metropolitan Area. By 1986, official confirmation was issued of what is now known as the urban area of MMA. It measures 36,097 hectares, 69 percent occupied by three of the nine municipalities: Monterrey (35 percent), Guadalupe (19 Percent), and San Nicolas de los Garza (15 percent). In the distribution of urban land use at MMA, one finds that 60 percent of the housing is concentrated in the Guadalupe and Monterrey municipalities, 51.5 percent of the industrial area in Monterrey and San Nicolas de los Garza, and 43 percent of the city’s utilities are based in Monterrey (Nuevo Leon State Government, 1988). Regarding MMA’s population, it steadily became overwhelmingly larger than the total State population, and by 1995, was more than 50 percent thereof. Concurrently, the WP in MMA concentrated in the second (35.2 percent) and third (64.3 percent) sectors, while it gradually disappeared in the first sector; by 1995, it housed only 0.5 percent of the total.43 Mainly in the 70’s and 80’s, the local WP showed an annual growth rate of 5.4 percent, exceeding the total population growth by 4.8 percent (Nuevo Leon State Government, 1988 and Vellinga, 1988). This factor sets the stage for an explanation of the three-way division of local economy. As a matter of fact, the increase of the working force and its low skill levels exceed the employment demand of secondary businesses and, as a consequence, obstruct access to industrial jobs. This industrial concentration in the last half century at MMA has a bearing on the shift in the factors used to determine the location of manufacturing plants in Mexico. At the onset, location was linked to availability of natural resources, and later to the marketplace and saving opportunities generated by large clusters of manufacturing, commercial, and service businesses that is evident in the Monterrey Metropolitan Area.
3. Financial strategies and capital accumulation
The accumulation in 1940-2000 was mainly achieved by way of particular financing strategies. Prior to 1940, Monterrey’s large industries had managed to build a relatively strong financial system. Nevertheless, as of 1940 –and especially after 1950–, banks showed signs of prosperity. The end of this period coincides with the foundation of the Monterrey Stock Market, and a proliferation of domestic banks. The direct result of financing development is the Mexican industrial boom and structural change that Mexico is now undergoing. In other words, production of manufacturing goods grew faster than that of consumer goods. Usually, when 43 Ibid.
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people refer to the primary sources of private business financing in Mexico, they claim that it came from capital mergers and reinvestment of their profits. It is likewise said that as of the 70’s there was a shift in the origin of the development resources, from domestic to foreign financing. (Cordero, 1977; Cordero and Santin, 1976; Davila, 1997; Flores y Davila, 1996; Flores, 1993 and 1998; Hoshino, 1991; and Medina Cervantes, 1984). Monterrey’s large industries were no exception, even though we can detect this process at an earlier stage. Industrial financing in Monterrey was generated by two obvious sources: domestic and foreign financing. The former came in two fashions: cash flow generated locally (reinvestment of earnings); and tapping of the financing companies and banks owned by the local groups. Two examples are the Visa-Banca Serfin and the Vitro-Banpais liaisons (Flores, 1988; Hamilton, 1986 and Luna 1986). As I already commented, Monterrey was always an important financing site in the country. Until the government takeover of the Mexican banks (1982), MMA had 214 private and mixed bank branch offices, and captured 15 percent of the total national funds and 14 percent of the loans (CAINTRA, 1983). Up to 1982, the banks based in Monterrey affected by the government takeover were seven: Banco Mercantil de Monterrey (founded in 1899), Banpais (initially Banco de Nuevo Leon), Banco Popular (1934), Bancam (1940), Banco Monterrey (1943), Banco Regional del Norte (1947), and Banca Serfin (1971). But the economic expansion of the industrial groups, especially in the 70’s, demonstrated that the capacity of the national banks for financing development was limited. Notwithstanding, the internal debt -that is, loans granted in pesos- was significant. Usually, a bank operated by an industrial group was the major creditor of the group’s affiliates, above all, in the case of long-term loans. It should be noted that companies that had a bank in their group had a better chance of getting longterm financing than the ones that had no bank. But the bank in their group was not the only one that made them loans. In many instances, their creditor banks were other than the group’s own, and usually foreign. The second approach to industrial financing was resorting to foreign banks using two major approaches: one was placing shares in the Stock Market and issuing commercial paper, among other debt instruments; and the second getting direct loans from foreign banks. Due to the economic expansion that brought the oil boom and euphoria of the 70’s, foreign loans grew in this last decade (Davila, 1997; and Flores y Olvera, 1988). During the 70’s, many Mexican companies –among them several local ones– joined the Stock Market motivated by two factors: need of funds and the tax incentives conferred by a decree on Industrial Promotion Corporations. Issued in June, 1973, this decree provided benefits “to those corporations and business units that promoted industrial and tourism growth in our country” (Flores y Olvera, 1988). The legal provision granted a preferential tax treatment to companies that
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controlled capital stock. As a result of these two factors –need of funds and tax exemptions- the companies adjusted their image. The manufacturing corporations became more transparent. Here the reader may wonder about the reason for such transparency. Well, one of the prerequisites to be listed in the Stock Market is to publish the company’s financial report. Therefore, their patterns of conduct, erstwhile unknown, were placed in full view. Among the industrial, commercial, and service companies that were listed in the Mexican Stock Market in 1985, one third did so in the second half of the 70’s. The largest local companies went public in that period. We are referring to the Grupo Cydsa (1973); Grupo Vitro, S.A. (1976); Cementos Mexicanos (also in 1976); Grupo Industrial Alfa (1978), and Valores Industriales, now FEMSA (1978). It is significant how the government policy of the 70’s, insofar as promoting the public sale of stock shares, helped to expand of the Stock Exchange business. Even in the years (1982-1988) of crisis adjustments by the business groups, the actual returns of several local companies in the Mexican Stock Market exceeded those of other listed industries. In December 1982 - September 1988, Vitro headed the list with an actual return of 960 percent; Cydsa was third with 580 percent; Alfa was seventh with 470 percent; and Cemex was ninth with 45 percent (Mexican Stock Market, X-1988). The other financing approach was getting loans from foreign banks. The only inconvenience was that most of them were made in U.S. dollars. This brought as a consequence that international economy shifts directly affected the financial statements of these companies, as it actually occurred by the summer of 1981, and even more so the following year. The severe economic crisis of 1981-1982 brought several problems to manufacturing groups that have apparently been solved by now. The adverse factors that they had to face as of 1982 were: increased international interest rates, sharpened by the succeeding devaluation of the Mexican peso; fall in government subsidies; and drops in the price of shares listed in the Stock Market. This meant two great survival issues: the foreign debt and market contraction. The solution to the foreign debt was negotiating debt rescheduling with the foreign banks. An effective instrument to accelerate negotiations between these companies and foreign banks was the establishment by the Federal Government, in March, 1983, of a system named Exchange Rate Risk Protection Trust (FICORCA). FICORCA’s stated purpose was to prevent the exchange risk from affecting companies with a foreign debt that at the time were negotiating a rescheduling and insure availability of dollars at the controlled rate, that is, at a low cost. Almost all the local companies that had a foreign debt signed an agreement with FICORCA as soon as it was created. This means that they were saved of the losses that a peso devaluation would mean; but without being released from the burden of their debt. It should be noted that the agreement between the companies and FICORCA clearly established that the company continued to be liable for its debt to the foreign banks and would not be substituted by
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FICORCA. There is no doubt that FICORCA was effective in this critical crossroads of companies in debt. Since then, the majority shareholders adopted different strategies to regain an increased control margin within the companies themselves. The means to solve the problem was to increase production, but since the domestic market was at the time undergoing a fall on account of the domestic crisis, they opted for rationalizing production and putting their thrust on exports. The former strategy was accomplished by selling and/or shutting down the losing operations and the laying off employees. For instance, Corporativo ALFA officially announced at the end of 1981 that it had terminated 4,300 employees and sold companies worth 5.697 billion pesos (Davila, 1997). There were other dramatic layoffs, like Grupo Valores Industriales S. A. (now Femsa), that in 19811983 terminated 21,393 employees; Grupo Industrial ALFA (18,143) in 1980-1984; and Vitro Corporativo (more than 10 thousand in 1980-1984). Generally speaking, almost all the corporate groups had some recuperation in this aspect as of 1985, and even after the 1981-1982, 1985, 1988, and 1995 crises seem quite strong nowadays in this respect. The thrust on exporting their products was used by most of the companies to compensate for the fall of the domestic market. Even though all the local industrial groups already had a successful experience in the export business, it was until 1983, with the fall of the domestic market, that exports grew significantly in the total sales of many companies. Government policies also favored this trend. As of July 1985, the decision was made to accelerate release of the external sector of the economy (Gaeta, 1988). The (Mexican) Fund for Promotion of Exports, through the Foreign Commerce Bank, has been a further and very helpful instrument. Finally, the need of exports so that these companies may stay in business is reflected in the conferences that preceded Mexico’s formal adhesion to GATT in June 24, 1986 (Gaeta, 1988). Two months later, on August 24, Mexico became the ninety-second party to goin. In short, after 1940 and especially after the 60’s, this flow of financial capitals into Monterrey has been compensated by Monterrey’s investments all over Mexico, and even overseas, through its powerful industrial groups. Investment projects for other geographic areas are particularly directed to the capital goods, chemicals, petro-chemicals, fishing, and agricultural sectors. (Flores y Davila, 1996). Finally, we must keep in mind that the re-privatization process of government banks of 1982 was completed until 1991-1992. Monterrey’s large industrial companies and entrepreneurs resolved to participate in this process and purchased several banks. By 1993, they had purchased Bancomer, Serfin, Banorte, Banpais, Confia, and Banco de Oriente; and held 40 percent of the national bank assets and liabilities, 42 percent of the total bank equities; 46 percent of the profits; 43 percent of the revenues; and
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35 percent of the total domestic banks’ capital stock.44 These figures have changed the last few years on account of the Confia bankruptcy (1997), purchase of Banpais (by Banorte in 1997), and the foundation of Banregio (1995).
4. The formation of industrial groups
Finally, as far as the national industry sector is concerned economic growth created industrial groups in several sectors. In this process diversity and diversification of interests flow together over and beyond emphasis on the manufacturing business. The commercial, financing, services, tourism, and communications sectors constitute horizontal, vertical, and territorial integration. Vertical integration was the initial response to an uncertain and imperfect market that allowed large companies to allay uncertainties relative to their suppliers of inputs and cutting down costs. On the other hand, horizontal integration and product diversification allows these corporations to increase information flows and reduce the margin of error in investment and production decision-making. In fact, the stock shares and the administration of the groups were concentrated in headquarters (corporativo). With this reorganization, the industrial groups became a clearer entity with a corporativo on the summit. Additionally to their administrative function, corporativos are in charge of watching over the affiliated companies’ income, and at times planning and coordinating the group’s actions (Cordero and Santin, 1976). With industrial group expansion, the initiation of new businesses by the corporativos through the creation of new companies paved the way for foreign capital participation; directly or through licenses. The example of industrial corporativos born in Monterrey that continue to have their decision-making centers here is significant, particularly after the 70’s. In this decade, the government’s support was crucial in the creation of new companies. Keep in mind that it was the Federal Government who encouraged their existence through the aforementioned decree enacted in June, 1973 which created the so-called Industry and Tourism Promotion Business Units. It should also be noted that that the Secretary of the Mexican Treasury (Hacienda y Credito Publico) in charge of writing the law at the time was Jose Lopez Portillo, and the strategies in this law became a policy during his presidency (1976-1982). Even though transformation of companies into industrial groups seems to be more the result of the government’s encouragement to create stock-controlling companies that would encourage industrial and tourism growth in the country, the large companies did not let the opportunity pass them by. They found the right time to rebuild their business strategies under the protection of a group strategy. Presently, 44 Figures based on reports published and/or sent by the banks to the Mexican Stock Exchange (BMV) pertaining to the first two quarters of 1993. See El Porvenir newspaper, Monterrey, August 25, 1993.
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this strategy has three common characteristics throughout Monterrey’s industrial groups: a.) almost all the founding families are majority stockholders; b.) all the groups became divisional structures with strategic business units (UEN’s, better known as subsidiaries) and a corporativo in command at the organizational apex, and; c.) in all the groups the corporate strategy is concentrated on industrial integration and diversification (Davila, 1997). Some of the largest groups in Nuevo Leon are: WPa, Cydsa, Grupo Industrial Ramirez, Gruma, Pulsar, Femsa, Vitro, Protexa, Imsa, Cemex, and Lamosa.
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Celulosa y Derivados (Cydsa) in 1959. Fototeca Centro de las Artes, Fondo Carlos Pérez Maldonado, Monterrey.
Fábrica de Hilados La Fama, Nuevo León. Roberto Ortíz Giacomán.
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Vitro, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
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Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
Company Xignum, Monterrey. Roberto Ortíz Giacomán.
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Final Remark
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n evaluation of the internal conditions prevailing in each region of Mexico is crucial if we are to understand the type of connections that our nation can establish with the international economy. The State of Nuevo Leon, and particularly MMA, had by the end of the 19th Century a community of local entrepreneurs and businesses with enough economic power, political clout, and experience, to participate in and benefit the region as a whole with international businesses, especially as of 1940. Contrary to what has recently happened in other regional environments as a result of the latest economic crises [1981-1982, 1985, 1988 and 1995] and de-regulation of the national economy where the massive income of the maquiladora industry and businesses with foreign capital have displaced the traditional local entrepreneurs, in Nuevo Leon the local business community does not seem to have lost any of the protagonist influence exerted by its companies or entrepreneurs. In fact, they have made strategic alliances with foreign firms that have set up their operations in the region and undertook expansions of their businesses beyond the regional and national environment to become in multiple cases multinational and/or world-class companies. Concurrently, the medium and small businesses of the secondary and tertiary sectors of the local economy have been animated by the economic boom of the big corporations, and encouraged to be more competitive and rational in order to survive. If we add to these the infrastructure that MMA has to support its business activities and abundant skilled labor (blue collar, technicians, and professionals), the regional economy will not only continue to foster the generation of great wealth in this city surrounded by an unfriendly natural environment, but also to transform many lives in the process.
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Monterrey has managed to blend the old economy that built an agglomeration of materials, suppliers, factories, and transportation to the modern economy, a new agglomeration built on intellectual skills; an actual economy of knowledge, where university campuses are hardly celebrating their 66th anniversary. I refer to both Universidad Autonoma de Nuevo Leon (1933) as the oldest institution of public education, and private higher education colleges such as Instituto Tecnologico de Monterrey (1943) and Universidad de Monterrey (1969), among others. If we consider that (technical as well as scientific) professionals are often more in tune with their career than with their respective industries, we are talking of an exceptionally qualified labor force driven, above all, by new ways to do things.
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Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey, Mexico (1890-2000)
Ă“scar Flores
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Contents Introduction
83
Chapter 1 The beginning, 1890-1910
87
Chapter 2 Revolution and National Reconstruction, 1911-1940
95
97 99 101
1. The entrepreneurs and their organizations 2. Crisis and comeback of industry 3. New industries
Chapter 3 Commerce, utilities, and infrastructure in MMA, 1940-2000
107
1. MMA’s infrastructure as a support for its business community Power systems Industrial infrastructure Legal and tax incentives in pre-established territorial zones 2. Expansion of the marketing and service sectors
110 110 112 113 116
Chapter 4 Recent stability, crisis, and growth. Characteristics of industrial expansion, 1940-2000
123
k
Industria, Comercio, Banca y Finanzas en Monterrey, 1890-2000
k
150
1. Increased production of capital and durable goods 2. Concentration and centralization of capitals 3. Financial strategies and capital accumulation 4. The formation of industrial groups
125 126 128 132
Final Remark
137
Selected Bibliography
139
Manuscript Sources Newspapers Primary and Secondary Sources
Index
139 139 139 151
Óscar Flores
Index
k A
Agua Industrial de Monterrey: 111 Agua Industrial del Poniente S.A.: Monterrey, 112 Alcoa Fujikura: 116 ALFA: 130, 131, 133 Alfonso XIII: King of the Spain, 91n ASARCO: Fundición 3, American Smelting and Refining Co, Guggenheim, 91, 93 Aseguradora del Norte, S.A.: 104 Azcúnaga: self-service, 120
B
k 151
Banca Confía: 132 Banca Serfín: 129, 132 Banco de Comercio Exterior: 131 Banco Mercantil de Monterrey: founded in 1899, 88i, 103, 129 Banco de México: Central Bank, founded in 1925, 104 Banco de Nuevo León: founded in 1892, 103 Banco de Oriente: 132 Banco Popular de Edificación y Ahorros, S.A.: founded in 1934, 97, 129 Banco Regional del Norte: founded in 1947: 129, 132 Bancomer: 132 Banpaís: initially Banco de Nuevo León (1892), 129, 132 Banregio: founded en 1995, 132 Barragán Morfín, Luis: 119 Basagoiti, Antonio: businessman, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 92 Belden, Santiago: businessman, Cementos Portland Monterrey, S.A., 101 Bessemer, converter: this which directly transforms cast iron into steel, 92 Bolsa Mexicana de Valores (BMV): 129, 130 Bolsa de Valores de Monterrey: 129 Braniff, Tomas: businessman, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 92 Bravo, river: 89, 100 businessmen commune: CANACOM, 98
C
Cadereyta: city, PEMEX, 41 Calderón, José: businessman, Cervecería Cuauhtémoc, 92n canteras: mining, 86 Carrefour: 120 Casa Holck: 120 Casino de Monterrey: 90 cement: production, 86 Cementos Hidalgo: founded in 1905, 91 Cementos Portland Monterrey, S.A.: funded on June 8, 1920, 101 CEMEX: Cementos Mexicanos, family’s Zambrano, Madero, Belden, 101, 106i, 130, 133 Central America: 91n Centro Bancario de Monterrey, A.C.: founded in 1925, 103 Centro Mercantil de Monterrey, S.A.: founded on April 20, 1932, 103 Centro Patronal de Nuevo León: Luis G. Sada, founder, 99 Cervecería Cuauhtémoc: founded under a franchise from the Nuevo Leon State Government conferred on December 16, 1890 to local entrepreneur Isaac Garza and his American colleague J. M. Schnaider, 90, 91, 100, 103, 106i, 135i CINTERMEX: The International Business Center, built in the grounds of the former Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 120 Clariond Desideau, Santiago: children of French immigrant, 102, 103 Clariond Garza, Eugenio: businessman, IMSA, 102 Clariond Garza, María del Consuelo: 102, 103 coffee: milling, 86 Commerce Beacon: opened in Monterrey on December 7, 1983, 119, 122i Compañía General de Aceptaciones, S.A.: founded in 1936, 104 Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey: 104 Compañía Mexicana de Gas, S.A.: 34, 111
Page numbers followed by the letter i refer to the illustrations and which are followed by the letter corresponding to the n footnote.
k
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Compañía de Seguros Monterrey del Círculo Mercantil, S.A.: founded in 1937, 104 CONASUPER: 119 CONASUPO: 119 CONCANACO: Confederation of National Chambers of Commerce, 98 Constitution of 1917: 99 Contrarresguardo Federal Law: in 1870, 90 COPARMEX: Confederación Patronal de la República Mexicana, founded in 1935, Luis G. Sada, 99 Crédito Industrial de Monterrey, S.A.: founded in 1932, 104 Cristaleria, S.A.: founded in 1936, 32, 105i CROC: Regional Confederation of Laborers and Peasants, 118 CTM: National Mexican Workers Confederation, 118 Cuba: 103n CYDSA: Celulosa y Derivados, petrochemical company, 112, 130, 134i
CH
Chamber of Commerce (CANACOM): 97, 98 Chamber of Nuevo Leon Landowners: 97 Chicago Word Fair: in 1893, 91n
D
Densa: at Apodaca, Nuevo Leon, 116 Díaz, Porfirio: President of Mexico, 89, 90, 91 Distrito Federal: Mexico, 90 Domínguez, Eugenio: businessman, IMSA, 102
E
Echeverría Alvarez, Luis: President of Mexico, 19701976, 119 Empaques de Cartón Titán, S.A.: founded in 1936, 103 Escobedo, Mariano: Secretarie of Defense, 90 Escuela Politécnica Cuauhtémoc: 92n
F
Fábrica de Artefactos de Madera La Sultana: 102 Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón La Fama de Nuevo León: founded in 1854, 91, 134i Fábrica de Hilados y Tejidos La Leona: founded in 1874, 91 Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir: founded in the Municipality of Santiago, 91 Fábrica de Ropa la Sultana: 102 Fábricas Monterrey: founded in 1920, 103
Federal Labor Code: 99 Federal Labor Law: enacted in 1931: 99 FEMSA: before Grupo VISA, 130, 131 Ferrara, Vicente: businessman, 101 Ferrera Torres, Raúl: 119 FICORCA: Exchange Rate Risk Protection Trust, 131 Financiera Aceptaciones S.A.: 104 Financiera de Crédito, S.A.: founded in 1939, 104 Financiera del Norte: founded in 1936, 104 Fomento de Industria y Comercio (FIC): a predecesor of Vitro, S.A., founded in 1936, 102 Fomento de la Industria Maquiladora de Exportación: 114, 115 FONACOT: 119 Fototeca Centro de las Artes: Parque Fundidora, 134i Fundición 2: Compañía Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, 90,91 Fundición 3: American Smelting and Refining Co, (ASARCO), Guggenheim family, 91 Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Compañía: founded in 1900 and in full production by 1903, 92, 100, 101, 120, 124i, 126, Casa de Calderas, Alto Horno, 124i
G
Galerías Monterrey Mall: 119 Galletas y Pastas La Industrial: founded in 1925 with an initial capital stock of 25 thousand pesos and labor force of 150, 103 Garza, Arturo: businessman, IMSA, 96, 103 Garza, Issac: businessman, Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera Monterrey, 91, 92, 102 Garza, Roberto: businessman, IMSA, 102, 103 Garza Sada, Francisco: businessman, Compañía Vidriera Monterrey, 91 Gas Natural: spanish company, 111, 111n GATT: aperture to free trade started in 1986, 120, 132 Gigante: self-service store, 120 GRUMA: 133 Grupo Industrial ALFA: 130, 131, 132 Grupos Industriales: 125 Guadalajara, City: 85 Guggenheim: family, Fundición 3, American Smelting and Refining Co (ASARCO), 91, 93
H
Hapsburg, Maximillian: Emperor of Mexico, 90 Harinera Monterrey, S.A.: company, 103
Óscar Flores HEB: 120 Honorat, León: businessman, steel mill, 92 HYLSA: Hojalata y Lámina, S.A.: 124i
I
IMSA: Industrias Monterrey, S.A., founded in 1936, Arturo Garza, Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio Dominguez, María Garza viuda de Clariond, 102, 103 Industry and Tourism Promotion Business Units: founded in 1973, 133 ISSSTE: 119 ITESM: Monterrey, 108i
L
LAMOSA: before Compañía Manufacturera de Ladrillos de Monterrey, founded in 1891, 133 Laredo, City: 90 Latin America: 90 Law on Chambers of Commerce and Industry: approved by the Mexican Senate on April 22, 1941, 118. Lithonia Lighting: 116 López Portillo, José: President of Mexico, 1976 a 1982, 133 Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey, Company: 94i
M
Madero, Alfonso: businessman, Cementos Portland Monterrey, S.A., 101 Madero, Salvador: businessman, Cementos Portland Monterrey, S.A., 101 Malta, S.A.: founded in 1928, 103 Mercado Juárez: 92 Mexico: state, 90, city, 85, country, 85, 86 Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, compañía: 91 MMA: Monterrey Metropolitan Area 86, 109, 110, 111, 113, 114, 116, 118, 119, 126, 127, 129 Mode: regional good standing, 120 Molina Enríquez, Andrés: 90 Molino de Trigo Nuevo Leon: 102 Moll del Valle: 119 Monterrey: see MMA Monterrey, city: 89, 90, 93, 94i, 98, 113, 125 Muguerza, José A: businessman, Cervecería Cuauhtémoc, 91n
N
NAFTA: North American Free Trade Agreemend, 115, 120
k 153 National Confederation of Industrial Chambers: Adolfo Prieto, 98 Naranjo, Francisco: Secretarie of Defense and Division General, 90 National Chamber of Commerce, Industry, and Mining of the State of NuevoLeon (CANACOIM): founded in 1921, 97, 98, 118 Navistar: company in Escobedo N. L., 117 Nomadic: tribes, 90 Nuevo León: Federal State, 90
O
Oaxaca: Federal State, 93
P
Palace of the Government of Nuevo Leon: 94i Papelera Maldonado: company, 112 Parque Fundidora: Monterrey, 108i PEMEX: Petróleos Mexicanos, 111, 111n Petrochemicals: industry, 86 Piedras Negras: city, 90 Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana: 102 Plaza Fiesta San Agustín: shopping center, 118 Price Costco: 119 Prieto, Adolfo: businessman, 97, 98 printing presses: 86 PROEZA: International group with headquarters in Monterrey. It currently has automotive business, agricultural and service sectors, Guillermo Zambrano, 133 PROTEXA: 133 PULSAR: 133
R
railroad: junctions, 89, depot, 90 Ramírez, Grupo Industrial: 133 Refinery PEMEX: Cadereyta, 121i, 110 Retailers and Small Manufacturers Society: founded in 1921, 97 Reyes, Bernardo: military and governor of Nuevo Leon, 89, 90 Rocha, Joel: businessman, Benjamín Salinas, Salinas y Rocha company founded in 1906, 91 Roma: Texas, 110
S
Sada, Alberto: businessman, Cervecería Cuauhtémoc, 91n Sada, Francisco G.: businessman, 84, 91n
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Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey, Mexico (1890-2000)
Sada, Luis G.: businessman, Centro Patronal de Nuevo León, 99 Sada Muguerza, Enrique: businessman, 98 SAHOP: 119 Salinas, Benjamín: businessman, Joel Rocha, Salinas y Rocha company, founded in 1906, 92 SAM´S: 120 San Francisco: church, 94i San Hipólito: market in México City, Juan de Torquemada, 120 San Luis Missouri, World Fair (1904): 91n sand mining: 86 Saving and Investment Cooperative Society for the Operators and Employees of Cerveceria Cuauhtemoc (SCYF): founded in 1918, 91n Schnaider, J. M.: American businessman, Cerveceria Cuauhtemoc, 91, 91n Siemens-Martin: steel furnaces, 92 Signoret, León: businessman, steel mill, 92 Silla, Cerro de la: 88i Sociedad General de Crédito, S.A.: founded in 1932, 103 Soriana-Hipermart: 120 steel mill: industry, Monterrey, 90 submaquila: 115 Subsistence Market Regulating Committee: founded in 1939, 104
T
tobacco: production, 86 telephone: establishment, 89 telegraph: the advent in 1881, 89 telephone: establishment, 89 tianquiztli: prehispanic market, 119 Torquemada, Juan: friar of the 17th Century, 119 Total Home: 119 Treviño, Gerónimo: Secretarie of Defense, 90
U
UANL: Universidad Autónoma de Nuevo León, founded in 1933, 108i United States of America: 91n Universidad de Monterrey: founded in 1969, Rectoría, 122i
V
Vidriera México, S.A.: founded in 1926, 102 Vidriera Monterrey, Compañía: founded in 1909, Isaac Garza, Francisco Garza Sada, 91, 101, 102, 134i Vidrio Plano, S.A.: founded in 1936, 102 Vidrios y Cristales de Monterrey, Company: founded in 1899 and shot down in 1903, 91 Villa, Francisco: in Monterrey, 98n Villarreal, Antonio I.: Governor of Nuevo Leon, 92n VISA: Valores Industriales S.A., founded in 1936, 112, 129, 130, 131 VITRO Corporativo: 112, 129, 130, 133
W
Wall Mart: 119 wood products: 86
X
Xignum: 135i
Z
Zambrano, Adolfo: businessman, 90 Zambrano, Gregorio: businessman, 90 Zambrano, Guillermo: businessman, 6
Óscar Flores
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Otras obras del autor
Revolución Mexicana y diplomacia española Contrarevolución y oligarquía hispana en México, 1909-1920 ISBN 970-628-091-X
Historiadores de México siglo XX Selección, presentación y notas de Óscar Flores Torres. ISBN 968-24-6669-5
El otro lado del espejo México en la memoria de los jefes de misión estadounidenses (1822-2003)
Monterrey Industrial 1890-2000
ISBN 978-970-95040-0-2
ISBN 968-6858-21-0
Monterrey en la Revolución
Historiadores de México siglo XIX Selección, presentación y notas de Óscar Flores Torres.
ISBN 968-6858-17-7
ISBN 968-24-6698-9
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Industria, Comercio, Banca y Finanzas en Monterrey, 1890-2000
Industria, Comercio, Banca y Finanzas en Monterrey, 1890-2000. Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey, Mexico (1890-2000), de Óscar Flores, se terminó de imprimir en el mes de agosto de 2009 en los talleres de Diseño3 y/o León García Dávila, Valle de San Juan del Río No. 10, Col. Vista del Valle, Naucalpan, Estado de México. Se tiraron 1,000 ejemplares en papel cultural de 75 gms. Se utilizó tipografía Myriad Roman 11 en 13 puntos. Supervisión de la edición: Óscar Flores Torres y Marco Aurelio Ávalos Díaz. Diseño de portada e interiores: Diseño3 / León García Dávila, Yvette Bautista Olivares, Carmen Alegría Hernández.