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CRÓNICA SOBRE LA VIDA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA –PRINCIPE DE LOS INGENIOSEN EL CUARTO CENTENARIO DE SU FALLECIMIENTO.- 1616-2016 Querer relatar la azarosa vida de Miguel de Cervantes en unos cuantos folios, es una osadía. Necesitaríamos varios tomos. No obstante nos atreveremos a contar algunos episodios, que por distintos medios, han llegado hasta nosotros. Fue novelista, soldado, contable, poeta, dramaturgo, hidalgo, aventurero y cautivo, mil veces se vio envuelto en disputas y persecuciones judiciales. Perteneció a la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Despreciado e ignorado por muchos de sus coetáneos, sorprendió al mundo con las aventuras de un hidalgo loco y su inseparable escudero. Miguel de Cervantes, punto culminante de la literatura castellana, llegó a ser universalmente conocido por haber escrito D. Quijote de la Mancha, considerado por muchos críticos como la primera novela “moderna”. Además de ser el libro mas editado y traducido de la historia -solo superado por la Biblia-. Vino al mundo en Alcalá de Henares, posiblemente el 29 de septiembre de 1547, -festividad de San Miguel-. Fue bautizado el nueve de octubre en la Parroquia de Santa María la Mayor de esa ciudad, según consta en su acta bautismal de los archivos complutenses. El acta del bautizo reza: Domingo, nueve días del mes de octubre, año del Señor de mill e quinientos e quarenta e siete años, fue baptizado Miguel, hijo de Rodrigo Cervantes e su mujer doña Leonor. Baptizóle el reverendo señor Bartolomé Serrano, cura de Nuestra Señora. Testigos, Baltasar Vázquez, Sacristán, e yo, que le bapticé e firme de mi nombre. Bachiller Serrano
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Fue el cuarto hijo de Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. D. Rodrigo a consecuencia de una enfermedad infantil quedó desde niño con una extrema sordera, lo que le impidió seguir estudios continuados, además de que el carácter itinerante e inquieto de su familia los llevó a moverse entre Córdoba, Sevilla, Toledo, Cuenca, Alcalá de Henares, Guadalajara, Valladolid y Madrid. Rodrigo, a pesar de su sordera, aprendió cirugía de su abuelo y de su padrastro – ambos médicos- sin llegar a contar nunca con un título oficial. En Alcalá de Henares trabajó en el Hospital de Antezana, entonces dedicado a atender a viajeros y personas sin recursos. Hoy se le conoce como el “Hospitalillo” y funciona como residencia de ancianos sin recursos. Los hermanos de Miguel fueron Andrés (1543), Andrea (1544), Luisa (1546) que llegó a ser priora del Convento de las Carmelitas Descalzas de la Purísima Concepción en Alcalá de Henares, (todavía hoy con presencia Carmelita), Rodrigo (1550), también soldado, que le acompañó en el cautiverio argelino, Magdalena (1554) y Juan, sólo conocido porque su padre lo menciona en el testamento. En busca de fortuna, en 1551, la familia Cervantes se traslada a Valladolid, donde se encontraba la corte, donde las deudas contraídas llevan al padre a la cárcel y provocan el embargo de todos sus bienes. En 1553 la familia regresa a Alcalá de Henares, desde allí emprenden un peregrinaje que en principio les lleva a Córdoba. Se cree que, en esta ciudad, Miguel asiste primero al colegio de Veiras y después al colegio jesuita de Santa Catalina, emprendiendo así, a la edad de seis años, sus primeros pasos escolares y viviendo los ambientes picarescos que después contaría en sus escritos. Después de un tiempo de recorrido por las provincias andaluzas, en 1566 encontramos a la familia en Madrid, donde se había instalado la Corte. Es sabido de familia y amistades en Alcalá de Henares, como el cirujano Francisco Torres y por ello visitaba reiteradamente esa ciudad. Pernoctaba en casa de su tío. Cervantes conocía bien a sus habitantes, los evocó en Los baños de Argel y en la Galatea. También hay constancia que asistió a un certamen poético convocado por el Cabildo de la ciudad entre los poetas alcalaínos, con motivo de las fiestas organizabas por el traslado de los restos de los Santos Niños de Huesca a Alcalá de Henares en 1568. Sobre su preparación académica, lo único seguro, es que asiste al Estudio de la Villa, regentado por un buen catedrático de gramática, el licenciado Juan López de Hoyos. Este en 1569 publicó un libro de medicina, en el cual incluyó algunas poesías de Miguel de Cervantes, a quien llama “nuestro caro y amado discípulo”. Son las primeras publicaciones literarias que se conocen de Miguel. Las presentó con la frase: “primer epitafio en soneto, con una copla castellana que hizo mi amado discípulo”. En este tiempo se aficionó al teatro de Lope de Rueda. López de Hoyos estuvo muy influenciado por el pensamiento de Erasmo de Rotterdam, lo que permite atribuir a Cervantes una formación humanista, inspirada en la doctrina eramista, tendentes a un cristianismo de tipo espiritual alejado de la tradición y la ceremonia. Más cerca de de las nuevas tendencias de la Contrarreforma iniciada en el Concilio de Trento.
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Esto es todo lo que se sabe con seguridad de la formación intelectual de Cervantes que, aunque se adivine bastante extensa, no parece derivar de estudios sistemáticos y completos. A finales de 1569 contando Miguel 22 años, viaja a Roma. Consigue colocarse como camarero (paje) del Cardenal legado Julio Acquaviva. En el mismo año ingresa como soldado en el Tercio de Miguel de Moncada. Dos años más tarde embarca en la galera “Marquesa” encargada de prestar apoyo al contingente veneciano en su lucha contra los turcos, flota comandada por D. Juan de Austria, hermanastro del rey de España Felipe II. Cervantes enferma de calenturas (malaria), lo que no le impide estar en primera línea de fuego, según relación de Ximénez “rehuso bajar so cubierta, manifestando que más quería morir peleando por su Dios y por su Rey que su salud”, también pidió que “se le pusiese en la parte y lugar que fuese más peligroso y allí estaría y moriría peleando”, Combatió así en la batalla de Lepanto, “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”, como el mismo escribió en el prólogo de la segunda parte del Quijote. En la batalla recibió dos disparos de arcabuz, uno en el pecho y otro en la mano izquierda, que le quedaría inutilizada, cuando un trozo de plomo, le seccionó un nervio. No le fue amputada sino que quedo tullido. De esta circunstancia procede el apodo de “Manco de Lepanto”. Después de seis meses en un hospital de Messina, en 1772, ya recuperado de sus heridas, se incorpora al tercio de don Lope de Figueroa, en la compañía del capitán Manuel Ponce de León, lidiando en otras campañas militares durante los siguientes años. (Túnez, la Goleta) Convertido en “soldado aventajado” por su labor y sus méritos en la batalla de Lepanto pide su licencia, y recibe cartas de recomendación de D. Juan de Austria y del duque de Sesa. Decidiendo regresar a España. Embarca en Nápoles, en una flotilla de cuatro galeras que se dirige a Barcelona. Una tempestad las dispersa. La galera “Sol”, donde viajaba Cervantes, junto a su hermano Rodrigo, es apresada por corsarios berberiscos frente a la Costa Brava, en el nordeste español. Los hermanos apresados son conducidos a Argel. Cinco años había de durar el cautiverio de Miguel. Su aspecto distinguido y las cartas de recomendación que llevaba para el monarca español le perjudicaron, puesto que creyeron que pertenecía a familia principal, pidieron por él un alto rescate (quinientos escudos de oro), inalcanzable para su familia. Por cuatro veces intentó fugarse con resultado infructuoso. Se jugó la vida pues estos intentos conllevaban la pena de muerte, en su caso permutada por castigos, por la presunción de riqueza que motivaba el alto precio de su rescate. Fue quizá el periodo más calamitoso de su vida. Corre el año 1580, cuando los Padres Trinitarios consiguen pagar el monto del rescate y queda en libertad. El 27 de octubre llega a Denia y de ahí a Valencia.
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En el cautiverio de Argel se gestó una de sus obras más conocidas, Los baños de Argel (1582). Tenía ya 33 años cuando regreso a España, sin oficio alguno que le permitiese ganarse la vida y sin fortuna personal de ningún tipo. En Madrid encontró a su familia en una situación económica muy difícil, por lo que aceptó algunos trabajos burocráticos para la administración, pero sin asegurarse el futuro. En mayo de 1581 Cervantes se trasladó a Portugal, donde se hallaba entonces la corte de Felipe II. Su propósito es encontrar algo con lo que rehacer su vida, y pagar las deudas que había contraído su familia para rescatarle de Argel. En febrero de 1582 solicita un puesto de trabajo vacante en las Indias, sin conseguirlo. En estos años, el escritor tiene relaciones amorosas con Ana Villafranca, mujer casada, con la que tiene una hija que se llamó Isabel de Saavedra. La reconoce pero no se llevó muy bien con ella. Por estas fechas estaba escribiendo su novela pastoral La Galatea, cuyo original vendería en 1584 por 1336 reales. El mismo año que nació su hija Isabel, contrajo matrimonio con Catalina de Salazar y Palacios, natural de Esquivias, en la provincia de Toledo. Miguel le doblaba la edad. Ella aportó al matrimonio una pequeña dote. No tuvieron hijos. En 1594 Miguel de Cervantes aceptó un encargo como Comisario real de abastos en Andalucía, consistente en recaudar impuestos impagados o atrasados. Este cometido le conllevo no pocos sinsabores, tantos que dio con sus huesos en la cárcel varias veces. Según la tradición fue en una cárcel sevillana donde comenzó a escribir el Quijote. De las poesías que Cervantes escribió entre 1588 y 1596 se desprende que, durante este tiempo, su modo de sentir y de pensar evoluciona, pasando de un sentimiento heroico y patriótico a una visión escéptica y desengañada del mundo. De ésta época precisamente es el famoso soneto “Al túmulo de Felipe II en Sevilla”, uno de los mejores poemas burlescos del Siglo de Oro A partir de 1603, Cervantes reside en Valladolid, donde se había fijado la corte de Felipe III, tuvo su hogar en un humilde y popular barrio, compuesto exclusivamente de las mujeres de su familia. Corría el año 1604 cuando se pide al rey “licencia y facultad para poder imprimir un libro intitulado “El Ingenioso Hidalgo de la Mancha”. En una extensa Cédula Real se dice: Por cuanto por parte de vos Miguel de Cervantes, nos fue hecha relación que habíades compuesto un libro intitulado El Ingenioso Hidalgo de la Mancha, el cual os había costado mucho trabajo y era muy útil y provechoso nos pedístes y suplicástes os mandásemos dar licencia y facultad para le poder imprimir y privilegio por el tiempo que fuésemos servidos, o como la nuestra merced fuese… Y mandamos al impresor que así imprimiere el dicho libro… no entregue más de un solo libro de los que fueron impresos así como el original al autor… hasta que antes y primero el dicho libro esté corregido y tasado por los del nuestro Consejo y sucesivamente ponga ésta nuestra cédula, y la aprobación, tasa y erratas, so pena de caer e incurrir en las penas contenidas en las leyes y premáticas destos nuestros reinos…
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Fechado en Valladolid, a veinte y seis días del mes de septiembre de mil y seiscientos y cuatro años. Fragmento de la Cédula Real.- Firmado: Yo el Rey En el Testimonio de Erratas dice: Este libro no tiene cosa digna que no corresponda a su original. En testimonio de lo haber correcto dí esta fe. En el Colegio de la Madre de Dios de los Teólogos de la Universidad de Alcalá, en primero de diciembre de 1604 años. Firmado.- El licenciado: Francisco Murcia de la Llana En el citado Colegio es donde hoy se ubica el Museo Arqueológico Regional
A principios de 1605 es lanzada al mercado literario la primera parte del Quijote que le dio una extraordinaria fama, aunque no dinero, y le convirtió en un escritor conocido y estimado. La corte, establecida en Valladolid desde 1601, volvió a Madrid en febrero de 1606. Cervantes la siguió. Apuros económicos le impiden escribir y se dedica, como en otros tiempos, a desempeñar las comisiones particulares que le encomiendan. Las mujeres de su casa ayudan al sostenimiento de todos. En 1614 se publica el Quijote de Alonso de Avellaneda. Cervantes, ofendido, es casi forzado a escribir la segunda parte del Quijote en 1615,-un año antes de su muertedonde hace constar la falsedad de la obra de Avellaneda. En 1609 había ingresado en la Cofradía del Santísimo Sacramento. En el ambiente espiritual, social y político que le tocó vivir a Miguel de Cervantes no es de extrañar la preocupación por acomodarse en una institución socio-religiosa.. En 1608 se había fundado en Madrid la Hermandad de los Esclavos del Santísimo Sacramento del Olivar. Miguel se inscribió en ella el 17 de Abril de 1609. Paralelamente su esposa Catalina y sus hermanas Andrea y Magdalena, hacían su ingreso en la Venerable Orden Tercera de San Francisco como novicias. Esta fraternidad se había fundado en 1608, aunque no se oficializó hasta el año siguiente, por los que estos miembros fueron de los primeros en formar parte de dicha fraternidad. No debía de estar muy satisfecho Cervantes de la Congregación a la que pertenecía y tal vez movido por las devociones de su esposa y hermanas con la V.O.T de San Francisco abandonó a los del Sacramento y se dispuso a entrar con los Terciarios Franciscanos. En 1616, a pesar de que su ingreso en la Orden Tercera iba para tres años, no había profesado. Siendo Sábado Santo, sin fuerza para desplazarse al convento de San Francisco, en su lecho de muerte, pidió la merced de profesar en su domicilio, como se recoge en el libro de profesiones.
6 En dos de abril de mil seiscientos y diez y seis profesó en su casa por estar enfermo el hermano Miguel del Cervantes Saavedra en la calle de León en casa de don Francisco Martínez Marcilla, clérigo hermano de la Venerable Orden Tercera
El cronista de la orden describe así aquel acto: Ingresó Cervantes en la orden en las postrimerías de su vida, teniendo una vela blanca en la mano derecha y la cuerda y el hábito en la izquierda, falta de movimiento por la herida recibida en Lepanto. Cubierto por el hábito, la sotanilla le descubría el calzón, la manga cerrada y el ferreruelo de estameña y la cuerda que le caía hasta las rodillas. Su confesor fue Francisco Martínez, capellán de las Trinitarias
Efectivamente, el 18 de abril, don Francisco Martínez confiesa a un Cervantes postrado y moribundo. A continuación recibió la extremaunción de manos de otro buen amigo, el licenciado Francisco López. En sus últimas horas estuvo acompañado por sus pocos familiares y amigos, así como por la presencia de sus hermanos terceros, que como era costumbre acompañaban a los hermanos en ese trance para dar consuelo, esperanza y oraciones. El viernes, 22 de Abril Miguel de Cervantes rinde el último suspiro, en su casa de la calle León, escaso de recursos como había estado toda su vida. Se hacía cargo de su enterramiento la Venerable Orden Tercera: su cuerpo amortajado con el modesto sayal franciscano, con el rostro y una parte de la pierna derecha descubiertos, fue depositado en un tosco ataúd de madera. Al día siguiente, como era costumbre, se realizó la ceremonia del entierro: los hermanos terceros postrados de rodillas y divididos en dos coros rezaron las oraciones del Santo Sudario. A continuación, conducido el difunto en comitiva por sus hermanos de hábito descubierto, fue llevado al cercano y modesto convento de las Trinitarias Descalzas, en la calle Cantarranas de Madrid, (hoy calle de Lope de Vega) donde recibió cristiana sepultura entre el repicar de campanas, como mandaba el Ritual de la Orden. Este evento se consigna en los registros de San Sebastián, su parroquia, según este su muerte ocurría el día 23, de acuerdo con la costumbre de la época, que sólo se señalaba la fecha del entierro. Esta fecha es la última que se conoce hoy en día y la fecha escogida para la celebración en España del Día del Libro. Cervantes sentía una gran devoción por el carisma Trinitario, ya que debía la vida y la libertad a ésta Orden que le libró de la prisión de Berbería tanto a él como a su hermano. De ahí que siempre hubiese expresado su deseo de ser enterrado en la capilla del convento, que en el siglo XVII era una sencilla iglesia. En Marzo del 2015 un equipo de investigación descubrió los restos del famoso escritor. Hoy se encuentran en una urna funeraria en la capilla del Convento Trinitario, bajo una placa conmemorativa de piedra caliza donde se puede leer: “Aquí yace Miguel de Cervantes Saavedra”.
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BIBLIOGRAFIA: Ruth Finey. Santiago López Navia.. Cervantes y las religiones. Artículo página 223, “Miguel de Cervantes Saavedra, “Un laico en la Venerable Orden Tercera Franciscana en la época de la confesionalización”. José Ignacio Ruiz Rodríguez. María Dolores Delgado Pavón. (Universidad de Alcalá de Henares). Biblioteca Aurea Hispánica Centro Virtual Cervantes. Universidad de Navarra, Editorial Iberoamericana. Vervuert.2008. VV.AA. Apuntes sobre Cervantes. CPR Alcalá de Henares. Ministerio de Educación y Cultura. Alcalá de Henares. 1997 VV.AA. España y Alcalá en la época de Cervantes. Conferencias 2005. IEECC. Alcalá de Henares.2005. VV.AA. Anales complutenses, Volumen XXVI. IEECC. Alcalá de Henares 2014. Grandes Semblanzas. Historia de España.- Editorial Espasa Calpe.- Tomo 6.2004 El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.- Editorial Sopena.- 1940
Acta de Bautismo de Miguel de Cervantes
ORDEN FRANCISCANA SEGLAR FRATERNIDAD DE ALCALÁ DE HENARES
Marzo, 2016
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