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Dejar fluir
from OH! Magazine #8
by OH My Chalk!
POR ANDRE BUSCEME
"Dejarte fluir” “Dejá que fluya” “Que todo fluya!”... es un slogan que constantemente nos llega de los programas de autoayuda, o que han puesto de moda los movimientos de “onda positiva”. Sin embargo, detrás de esta manoseada palabra, existe un pensamiento oriental que le da sentido a una filosofía de vida que no es lo que parece. ¿Qué es FLUIR? ¿Cómo se hace?
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Toda tu atención está puesta en utilizar tus habilidades para subirte a la tabla y surfear lo mejor posible. Sabés exactamente qué movimiento hacer en cada momento. No hay pasado ni futuro, sólo presente. Sentís el agua, la tabla, tu cuerpo y tu consciencia. Se unen en una sola entidad. Estás totalmente inmerso en la experiencia, sin pensar ni distraerte en ninguna otra cosa. Tu ego se diluye y te convertís en parte de lo que estás haciendo. Estás surfeando! Ya sea pintando, esquiando o arreglando un auto, todos hemos sentido cómo nuestra percepción del tiempo se diluye cuando nos dejamos sumergir en una actividad que disfrutamos. Esta idea es idéntica a la sensación de dejarse llevar por la ola; un estado óptimo de motivación intrínseca en la que estamos inmersos en lo que estamos haciendo, sin poner resistencia u oponerse. Si nos detenemos un instante a percibir esa sensación que nos embarga, generalmente es de gozo, compromiso y habilidad, durante la cual el resto de las cosas se ignoran y sólo importa lo que estamos haciendo. Por lo tanto, el fluir tiene que ver con la concentración o absorción completa de la actividad o situación en la que nos encontramos.
En las escrituras taoístas aparecía el término Yu, como sinónimo de la manera correcta de seguir el camino (Tao) y fue traducido como “caminar sin tocar el terreno”, “volar”, “nadar”, “fluir”... Los taoístas creyeron que el Yu era la manera más apropiada para vivir, es decir: no preocuparse por las gratificaciones externas, hacerlo espontáneamente, con total compromiso.
Mihály Csíkszentmihályii psicólogo húngaro que viene desarrollando estos conceptos desde 1975, dice que el fluir es “el hecho de sentirse completamente comprometido en la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento o del pensamiento previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí y estás aplicando tus actividades al máximo” y agrega: “Fluir es el estado en el que las personas entran cuando están inmersas en una actividad y nada más importa. La experiencia en sí misma es tan agradable que las personas la seguirán haciendo aunque tengan que sacrificar otros aspectos de la vida sólo por el hecho de hacerlo”.
¿Cómo se hace para fluir?
Según vemos, la condición más importante para entrar en fluir, es concentrarse en una sola actividad y disfrutarla.
Contrariamente a lo que dicen los pseudopsio las frases de autoayuda, la experiencia de fluir necesita de concentración, de un compromiso personal y de actividad disciplinada. Cualquier distracción hará desaparecer este proceso donde la conciencia trabaja suavemente mientras la acción sigue ininterrumpidamente a otra acción. Volvamos a imaginarnos surfeando... Si miramos el reloj, caeremos de la tabla... si nos cuestionamos cosas e incluso movemos un pie de forma insegura, también.
En nuestra vida diaria, nos interrumpimos constantemente, no sólo con preguntas y parloteos internos, sino también en nuestras actividades. Por ejemplo, estamos cenando mientras vemos una película y no registramos la
comida hasta que la terminamos. Por ello, una de las nuestras principales tareas para fluir, incrementar nuestro registro de actividades personales y dedicar tiempo a realizarlas. Es hacer una cosa a la vez, y dejarnos llevar por el placer, el deleite o el proceso en el que estamos inmersos en esa actividad, que es estar inmersos en la vida. Nuestra vida.
Según Csikszentmihalyi, para estar concentrado en una actividad necesitamos estar en un buen entorno que no nos despiste y tener control sobre lo que estamos haciendo en todo momento. Algo similar nos enseña la Terapia Gestalt cuando nos insta a vivir aquí y ahora. La única manera de estar conectados con nuestro fluir es vivir en el momento presente.
Atención!! que esto no es lo mismo que vivir el momento. La diferencia radica en estar presentes “en cuerpo y alma” en lo que estamos viviendo momento a momento. Y sólo de esta manera podemos darnos cuenta de lo que nos hace bien, de lo que elegimos y nos hacemos responsables de lo mucho (o poco) que nos hace felices. Tenemos que recordar que tenemos la capacidad para modificar lo que no nos gusta, lo que no queremos, lo que ya no nos sirve, para dejarnos fluir y estar presentes en cada instante, ser nosotros mismos y estar en estado de gozo y felicidad.
Técnicas prácticas para fluir
¿Qué podemos hacer para entrenar nuestro cerebro a concentrarse en una sola tarea? Les dejo algunas ideas para definir un espacio propio y obtener tiempo sin distracciones, incrementando las probabilidades de entrar en el fluir:
→ Apagá el teléfono antes de entrar en “flow”. Tu actividad es lo más importante del mundo durante este tiempo que has elegido para vos. Si te parece demasiado, ponelo en modo nocturno de forma que sólo te puedan contactar las personas más cercanas en caso de emergencia.
→ Un día a la semana, hacé ayuno de dispositivos electrónicos. Por ejemplo sábado o domingo, usá sólo tu kindle y el equipo de música.
→ Andá a una cafetería sin WiFi.
→ Leé y respondé e-mails sólo una o dos veces al día. Definí esas dos veces y cumplilo.
→ Podés usar la técnica Pomodoro que recomienda 25 minutos de actividad y 5 minutos de descanso por cada ciclo. Aunque también puede hacerse 50 minutos y 10 de descanso. Adaptá los tiempos a tu propio ritmo; lo importante es cumplir cada ciclo pomodoro a rajatabla.
→ Entrená tu conciencia para volver al presente cuando te distraés. Usá cualquier actividad que te ayude a centrarte (mindfulness, meditación, caminar, nadar..).
→ Trabajá para vos en un entorno sin personas que te puedan interrumpir. Si no puede ser en tu espacio habitual, andá a una biblioteca, una cafetería... Si notás que hay cosas que te distraen, cambiá hasta que encuentres el lugar ideal.
→ Juntá tareas rutinarias que puedas terminar a cierta hora del día. Por ejemplo, enviar facturas, hacer una llamada telefónica, etc. Eso te dará más tiempo para que te dediques a lo que te hace bien.
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Andre Busceme, es periodista, psico-terapeuta corporal con enfoque gestáltico y holístico. Consul. particular en Palermo.