Prólogo

Por que decidí emprender y qué me impulsa a seguir haciéndolo? Es difícil acordarme qué sentía a los 23 años cuando elegí dejar mi primer y único trabajo en relación de dependencia para emprender. En ese momento no estaba muy de moda ser emprendedor. De hecho ni siquiera se usaba el término. Te convertías en “independiente”.

Cuesta pensar en un 2008 emprendiendo, sin redes sociales, sin carritos de compra pre-fabricados ni correos preparados para el e-commerce. Incluso la parte impositiva era muy diferente. ¿Empresas monotributo? ¿Qué es eso?

En parte fue mi inconciencia de 23 años y que lo único que estaba arriesgando eran unos pocos ahorros y quizás demorar un poco la independencia económica. Y como emprender afecta a todo tu entorno, en ese momento me senté con mis papás para asegurarme que si las cosas no iban como pensábamos, ellos me podrían “bancar” un poquito más en casa (y en el peor de los casos, ayudarme hasta que me reinsertara). Claramente me dieron el 100% de su apoyo: una gran ventaja que tuve.

¿Qué me incentivó a salir de la comodidad de la empresa y el sueldo fijo? No sé. Pero siempre tuve bien en claro que no quería trabajar para alguien más. Me gusta crear cosas nuevas. Generar algo donde no había nada. Ver que a través de EnOrden hacemos la vida de alguien más simple. Me emociona transformar. Desde replantear un proceso cotidiano para

mejorar algo chiquito hasta hacer un cambio de imagen de marca para vender más. Me aburro fácil y me cuesta bastante mantener rutinas (eso NO es bueno, sépanlo). Me gusta HACER.

Y creo que justamente por eso, porque me gusta HACER, es que sigo emprendiendo. Porque no dejo de HACER. Porque para mí emprender es como una rueda que solo se mueve cuando nosotros lo hacemos. Y porque en cuanto frenás (o dejás de hacer) la rueda -y con ella todo el sistema que compone tu emprendimiento-, se detiene.

Sin duda emprender es un estilo de vida al que hay que saber adaptarse. No es para cualquiera. No es mejor, ni peor que cualquier otro trabajo. Es diferente. Hay que estar preparado para que las cosas no salgan siempre como planeamos. Eso a veces puede ser muy frustrante, o incluso llevarnos a situaciones económicas muy difíciles de transitar. Y ahí es donde te apoyás en tu equipo. Tus colaboradores, proveedores, clientes y también familia y amigos. Y así, seguís adelante. Eligiendo todos los días Emprender, disfrutando tus logros y superando tus pasos en falso.

No todo es color de rosa en este mundo, pero sin duda vale la pena.

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Agustina Tavella es Lic. en Administración. Tiene 35 años y hace 11 creó EnOrden. Hoy están en Argentina, Uruguay y Chile.