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Objetivo de aprendizaje

Aplicar las características del ensayo académico, los tipos de ensayos y su estructura para la redacción de estos en los espacios académicos.


0. Introducción Rojo, verde, azul o amarillo. Piezas grandes, pequeñas, redondas o cuadradas. Existe una gran gama de bloques con los cuales armar un Lego; nosotros decidimos cuáles formas y colores utilizar para lograr el acabado que deseamos o bien, los que mejor encajan en nuestra pieza y poder, finalmente, concretar lo que en nuestra imaginación se ha gestado. Lo mismo sucede con los ensayos, según el propósito del mensaje que queremos comunicar o la imagen que queremos proyectar en los lectores, decidimos utilizar una u otra pieza, una u otra estrategia, aquella con la que mejor podamos expresar un nuevo conocimiento, reforzar un aprendizaje, debatir una teoría o reflexionar sobre un tema determinado. Así pues, en esta unidad conoceremos las bases de construcción fundamentales que todo ensayo debe tener, sus características y las diferentes secuencias textuales que los componen, para así empezar a develar las piezas con las que contamos, la mejor forma de adaptarlas a nuestros propósitos y convertirlas en una obra de arte.


0.1.

Reflexione

Nuestra formación se desarrolla envuelta en textos. La escuela. El [colegio]. La universidad. Textos que deben reflejar los conocimientos adquiridos, la capacidad de seleccionar la información relevante, la habilidad de argumentar, de demostrar, de sostener opiniones, de verificar hipótesis. El dominio (o no) de la escritura determina en buena medida nuestro éxito o fracaso académicos (…) El mundo laboral no nos aleja del mundo de la escritura. No solo se ven obligados a escribir los novelistas y los poetas (…) Los jueces redactan sentencias; los abogados componen alegatos. Los médicos, enfermeros, psicólogos, pedagogos, asistentes sociales elaboran diagnósticos (…) Elaborar un informe se ha convertido en una fórmula mágica de la que nadie parece quedar libre. (Montolío, 2000, p.p. 11,12)

«Para escribir bien se necesita una facilidad natural y una dificultad adquirida» Joseph Joubert


0.2.

¿Qué sabemos?

A partir de lo anterior, responda:

¿Cuántos reportes ha debido escribir

¿Sobre qué ha escrito?

en su vida?

¿Se ha visto forzado a redactar?

¿Alguna vez ha redactado un

¿Cómo ha sido ese proceso?

ensayo?

¿Puede recordar la última vez que lo

¿Ha disfrutado lo que ha escrito?

hizo?

Como señala Montolío (2000), no importa la profesión o el ámbito en el cual usted se desempeña. Indiscutiblemente, la escritura forma parte de su vida profesional: diariamente redacta correos electrónicos, responde cartas, elabora consignas, modera foros, etc. Quizá nunca o bien, pocas veces, haya escrito un ensayo (tal vez nunca uno académico); puede que no haya disfrutado del proceso o bien, que el resultado no haya sido lo que esperaba; no obstante, es importante perfeccionar nuestra expresión escrita y con ella el uso adecuado del lenguaje académico, con el fin de cumplir con los estándares de calidad que nos exige nuestro sistema de educación, así que apurémonos, pues…


1. ¿Qué es un ensayo académico? El ensayo académico es una composición textual en la cual se desarrolla, de manera reflexiva y crítica, un tema o problema que puede ser de tipo social, cultural, político, filosófico, etcétera. En él, quien escribe interpreta, comunica o explica el tema apoyado en evidencias empíricas y teóricas; es decir, no parte únicamente de su experiencia personal u observaciones cotidianas, sino que se basa en otros autores, estudios o investigaciones previos para argumentar sus opiniones. Al respecto, Díaz (2004) menciona que existen dos formas de definir un ensayo: desde lo literario o bien, desde lo académico. Así pues, expone lo siguiente: Literariamente, el ensayo es un vehículo de comunicación que considera lo estético y lo científico, cuya referencia debe ser el público a quien va dirigido. En ese terreno literario, los ensayos se trabajan sin aparato crítico y con lenguaje colorido. En el campo científico cumple otras funciones, tales como explicación de problemas, divulgación de hallazgos, confrontación de teorías, discusiones, reflexiones, aportes o críticas. Por ello, es apropiado utilizar los beneficios del aparato crítico propio de la investigación bibliográfica y un lenguaje técnico. (p. 108) En resumen, en un ensayo académico se estudia una realidad desde la óptica subjetiva del autor, quien critica u opina sobre un tema, pero, además, se divulga de manera fundamentada una forma de entender o acercarse a una temática determinada. Justamente, como el nombre del curso lo indica, este es el tipo de ensayo que vamos a elaborar a lo largo de estas 6 semanas de trabajo. «El ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro» Gómez Barquero


2. Características del ensayo académico

Para que un ensayo académico cumpla con sus propósitos (informar, comunicar, reflexionar o explicar un tema en particular), debe poseer diferentes requisitos a nivel comunicativo-textual, pues no importa qué tan buena sea una temática o qué tan debatibles sean los argumentos expuestos si lo que se quiere comunicar no se expresa con habilidad. Por ello, antes de escribir un ensayo, debemos tener presentes los siguientes aspectos sobre redacción: 1. Coherencia y cohesión: la primera se refiere a la conexión, relación o unión que guardan las ideas explícitas en el texto; es decir, cuán relacionadas se encuentran unas con otras. La segunda, tiene que ver con la manera en que se entrelazan esas ideas para permitir su interpretación. Se trata, pues, de dar una lógica interna a la composición en general. 2. Adecuación al lector: existen textos infantiles, académicos, de ficción o meramente de recreación; todos escritos para un público determinado. Con los ensayos académicos sucede lo mismo: antes de escribir se elige una comunidad disciplinaria, por ejemplo, o un grupo de personas a quien dirigir nuestro escrito. Dicho grupo puede ser o no experto en el tema desarrollado, de manera que dejar algo sobre entendido podría ocasionar vacíos en la información. Es preciso definir los términos importantes y profundizar en las ideas relevantes.


3. Consistencia: se debe evitar la contradicción de ideas en relación a un mismo tema. Se pueden presentar contraargumentos que reformulen o fortalezcan lo que se está exponiendo, pero no que contradigan lo que se está expresando. 4. Pertinencia: el contenido del texto debe tener estrecha relación con el tema planteado. 5. Concisión: se trata de decir solamente lo justo y no caer en redundancias. Muchas veces el tratamiento de una misma idea desde diferentes perspectivas puede confundir o contradecir lo dicho por el autor o autora. 6. Uso del lenguaje: el lenguaje debe cumplir con ciertas características, a saber: a. Claridad: el escritor o escritora debe asegurarse de comunicar con claridad su mensaje. Utilizar vocabulario rebuscado o de difícil comprensión puede resultar perjudicial tanto para quien lee como para el escrito, pues la comunicación de ideas se podría ver opacada por la utilización de léxico inapropiado para el contexto comunicativo. b. Precisión: la precisión del lenguaje se refiere al empleo del léxico en su sentido exacto; en otras palabras, debe evitarse la ambigüedad. En un texto, el mensaje debe ser conciso y concreto, por lo que utilizar un vocabulario preciso es indispensable. Nota: En la cápsula de redacción de la unidad 2, profundizaremos un poco más en esta última característica. 2.1 Escuchemos algunos consejos Ahora que hemos revisado las principales características de los ensayos académicos, es tiempo de recibir algunos consejos de un gran escritor: Gabriel García Márquez. El aracataco colombiano nos habla sobre la "carpintería de la escritura" y con ello, del clavo más importante para el que se conforma este acto comunicativo: el lector o lectora meta.

Video: La carpintería de la escritura


3. Secuencias textuales de un ensayo académico Cuando redactamos un texto, por pequeño que sea, lo hacemos con un objetivo: comunicar una idea. Este propósito puede tener diferentes matices, como persuadir, convencer o bien, informar sobre un asunto. Según sea ese propósito, así serán las palabras, las construcciones oracionales y el tipo de secuencia textual que elijamos. Así las cosas, los ensayos están compuestos por los principales tipos de secuencias textuales utilizados para concretar ese propósito comunicativo, a saber: descriptiva, narrativa, expositiva y argumentativa. Rojas (1997, cit. por Díaz, 2004) “admite que [la elaboración de cualquier tipo de ensayo] es muy exigente, pues en él debe reflejarse dominio del tema, competencia lógica y competencia comunicativa” (p. 109). De ahí que en su construcción se puedan conjugar los cuatro tipos antes señalados, con el fin de que el autor demuestre su tesis personal y el dominio del tema expresado “con claridad, congruencia, ética, elegancia y solidez”. (ídem) Ahora, les invitamos a conocer cada una de las secuencias textuales antes señaladas, las cuales luego utilizaremos para armar nuestro ensayo. 3.1. Secuencias textuales básicas

Las secuencias textuales conforman las piezas de nuestro Lego. Como ya hemos dicho, los Legos son una serie de bloques ya prediseñados, con formas y tamaños fijos con los cuales podemos construir desde carros o elefantes hasta grandes palacios. Lo mismo pasa con las secuencias textuales, son piezas de contenido prediseñadas, con formatos o pautas estructurales determinados, pero que


combinándolos crean diferentes tipos de textos, nuestros propios elefantes o castillos encantados. Veamos qué caracteriza a cada una de ellas: 3.1.1. Descripción Describir significa representar a alguien o algo mediante el lenguaje, de manera que se dé cabal idea de ello; es decir, cuando describimos, “dibujamos” con palabras cómo es una persona o cosa, qué tamaño tiene, para qué sirve, cómo funciona, etc. Asimismo, depende de la situación comunicativa o el objetivo del intercambio, las descripciones pueden ser tanto subjetivas como objetivas: describimos subjetivamente cuando le contamos a los amigos cómo estuvo un paseo a la playa o un conversatorio o seminario al que asistimos, por ejemplo, pero lo hacemos de manera objetiva si la situación es más académica, precisamente, como lo es nuestro caso. Por ello, cuando describimos en un texto académico, debemos dar datos exactos, concisos, claros y comprobados. Esto se logra cuando proporcionamos datos numéricos como estadísticas o gráficos; estudios o investigaciones que traten el mismo tema, por ejemplo. Un ejemplo de descripción académica es el siguiente: Morfología y estructura del corazón El corazón es un órgano de forma cónica situado en la parte central de la cavidad torácica (mediastino), entre los pulmones. En su parte externa presenta un surco transversal y otro surco longitudinal, por donde discurren las arterias y venas coronarias, así como los nervios que intervienen en su regulación nerviosa. En su parte interna presenta cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Los ventrículos presentan paredes más gruesas que las aurículas y, a su vez, el ventrículo izquierdo es de paredes más gruesas que el derecho. La aurícula izquierda está comunicada con el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral o bicúspide, y la aurícula derecha se comunica con el ventrículo derecho por medio de la válvula tricúspide. Las válvulas están constituidas por una membranas (2 la bicúspide y 3 la tricúspide) insertas en las paredes del corazón.


A la aurícula derecha llegan las dos venas cavas (la superior y la inferior), mientras que a la aurícula izquierda llegan las cuatro venas pulmonares. Del Ventrículo derecho parte la arteria pulmonar, mientras que del izquierdo parte la arteria aorta. La llegada de la sangre al corazón por las venas efectúa continuamente y sin impedimento, pues estas venas se abren libremente en la pared cardíaca. En cambio, la salida de la sangre de los ventrículos a las arterias está regulada por las válvulas sigmoideas, que se abren únicamente cuando la sangre ventricular alcanza cierta presión como consecuencia de la contracción de la pared del ventrículo. (J.Mulas, A. Sánchez et. al. [1986], Ciencias Naturales, Santillana, Madrid)

3.1.2. Narración La narración se utiliza para explicar cronológicamente un acontecimiento a lo largo del tiempo: informa sobre lo que ha sucedido en el mismo orden en que ha sucedido, de manera que pueda representar la realidad. Así pues, para cumplir con esta secuencia cronológica que la caracteriza, el autor inserta adverbios o frases adverbiales como entonces, antes, pronto, posteriormente, en primer lugar, en segundo lugar, etc. Del mismo modo, debido a sus características, en esta secuencia textual el tiempo verbal más utilizado es el pasado (llegó, caminó, despertaba, comía, por ejemplo), aunque algunas veces se recurre al presente histórico: Ayer llego a mi casa y me encuentro con que los ladrones se habían robado todo el menaje. Ejemplo de texto narrativo Para tener una mejor idea de cómo se realiza una narración, les invito a escuchar el siguiente audio, ¡no se van a arrepentir!! Será como volver a nuestra infancia, aquellas épocas en las que nos entreteníamos escuchando historias contadas por nuestros abuelos, así como a una Costa Rica que hoy solo vemos en fotos: Patarrá, un paseo en el tiempo


3.1.3. Exposición Los textos expositivos construyen el conocimiento, ya que con ellos se pretende llenar vacíos de información relacionados con el saber científico. Su función primordial “es la de transmitir información pero no se limita simplemente a proporcionar datos sino que además agrega explicaciones, describe con ejemplos y analogías” (Camba, 2009). En otras palabras, mediante la exposición se llega a un nuevo o mejor conocimiento de un tema determinado que, prototípicamente, responde a una temática académica o especializada, de ahí que en este tipo de secuencias se busque responder a problemas propios de una disciplina particular. De esta forma, la estructura de un texto expositivo muestra dos ejes lógicos: “primero el problema y después la solución, primero lo general y después lo particular, primero lo más sencillo y después lo más específico” (Figueras y Santiago, 2000, p. 51). Para desarrollarlos, el texto puede dedicar varios párrafos a describir el problema y otros más a presentar la solución que resuelve ese problema. Es muy importante respetar esta secuencia, pues “un texto expositivo no es una novela policíaca, de manera que no pueden aparecer pruebas en el último segundo, ni explicaciones o pistas que no se hayan anunciado, ni pueden faltar datos que el lector espera” (ibíd.). Algunas estrategias que podemos utilizar para armar textos expositivos son las siguientes: a. Reformulación de ideas o conceptos: si las definiciones que brindamos en nuestros textos son muy complejas o de difícil entendimiento, quien escribe puede repetir con otras palabras lo que ha dicho anteriormente, con el fin de asegurarse de que la idea quede clara para el lector. Para ello, puede recurrir a expresiones reformuladoras como en otras palabras; es decir; a saber; esto es; en otros términos, por ejemplo. b. Aparición de ejemplos c. Explicaciones d. Inserción de citas de autoridad e. Ordenación jerárquica de la información: “existen informaciones primarias e informaciones secundarias y, por esta razón, resulta conveniente que el autor proporciones pistas adecuadas al lector para


hacer evidente qué información es de primer plano y qué información es de segundo plano” (ídem). f. Focalización: se da énfasis a ciertos conceptos para que el lector sepa que son importantes. A continuación les presentamos un ejemplo de texto expositivo: Hambre de solidaridad ¿Cuántas calorías tiene una hamburguesa?, ¿cuál programa alimenticio le asegura la pérdida de 10 kilos en dos semanas?, ¿la gaseosa: regular o dietética? Mientras cientos de hombres y mujeres, deseosos de cumplir con los estándares de belleza que impone la sociedad, buscan respuestas a estas interrogantes, 853 millones de personas alrededor del mundo, según informes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), son afectadas por la desnutrición, enfermedad que ocasiona, aproximadamente, entre seis y veinte millones de muertes al año. Las sequías o bien las inundaciones; el rápido crecimiento de la población; la pobreza de los suelos; y las guerras, son las principales causas por las cuales existe hambre en países como Corea del Norte, la India, La República Democrática del Congo, Etiopía, Afganistán y Somalia. Allí, según estadísticas del Fondo para la Infancia de la ONU (UNICEF), muere un niño cada cuatro segundos por falta de alimento, lo cual, consecuentemente, eleva la tasa de mortalidad al tiempo que reduce las expectativas de vida de la población a 40 o 50 años de edad, treinta menos en comparación con Costa Rica, por ejemplo. En África, principalmente, la desnutrición mata más gente que la malaria, la tuberculosis y el VIH-sida juntos, ya que es un padecimiento que, a diferencia de otros, no se controla con vacunas o antibióticos, sino con la acción y solidaridad de instituciones como la ONU, UNICEF y la FAO, así como con planes de gobierno sostenibles. Sin embargo, en la última década, les ha sido difícil hacer frente a una emergencia de tal magnitud, pues potencias como Estados Unidos, tal como lo exponen cifras oficiales de ese país, prefieren disponer fondos de hasta 100 000 millones de dólares al año para invertir en la guerra contra Irak, que para el


abastecimiento de alimentos a lugares en donde se mata por un plato de arroz. Para eliminar el hambre y disminuir la malnutrición, es necesario concienciar a las poblaciones de proteger, principalmente, los recursos naturales, con el fin de preservar la tierra para futuras generaciones, así como de acelerar la producción de alimentos, su distribución y consumo en países con recursos superiores, para que puedan brindar ayuda tanto en tiempos de crisis como de abundancia, y así reducir de una vez las víctimas del hambre. 3.1.4. Argumentación Según Parra (1996, cit. en Rodíguez, 2007) “la argumentación consiste en formular razones para sustentar una afirmación o una opinión del sujeto comunicante para convencer al sujeto interpetrante” (p.155). Así pues, Argumentan los críticos de cine en sus columnas periodísticas; los científicos en sus artículos; los políticos en sus discursos parlamentarios; los actores promocionando su último trabajo; y, en suma, se argumenta en cualquier actividad que requiera convencer a un interlocutor de algo. (Figueras et al, 2000, p. 57) En las secuencias argumentativas, por lo tanto, la persona que escribe afirma y desarrolla un pensamiento o discurso con el que pretende convencer a quien lee; razón por la cual, en ellas se suele defender una tesis, justificarla o probarla, precisamente, mediante argumentos: ideas con las que se prueban los datos expuestos. Estos argumentos se pueden presentar de acuerdo a varias estrategias, las cuales se exponen a continuación: a. b. c. d. e. f.

Pruebas Citas textuales Ejemplos Frases explicativas Citas de autoridad Cifras

En resumen, la estructura de un texto argumentativo se muestra de la manera que sigue:


Seguidamente, podemos leer un ejemplo de párrafo argumentativo:

Yo amo Costa Rica Paz, chonetes, armonía, carretas, solidaridad y Gallo Pinto: eso es Costa Rica. Calendarios, revistas turísticas y espacios televisivos pagados se han encargado de convencer al tico de que no hay lugar como el hogar. En este país centroamericano la gente no se lamenta por los 107 homicidios que según Otto Vargas, reportero del periódico La Nación, ocurrieron en San José durante el primer semestre del 2009, sino por la última derrota sufrida por la “Sele”. Los 2000 indigentes adictos al crack pasan desapercibidos; los opacan las playas de Guanacaste. El “Pura Vida” de los costarricenses compensa los 16 robos diarios de autos de los cuales son víctimas conductores de todo el país, así como un granizado en el puerto de Puntarenas hace olvidar las 3272 denuncias por asalto registradas entre enero y junio del año en curso. Sí, esta es la Costa Rica que todos amamos, el país de Nunca Jamás, en donde los conflictos no existen y las soluciones no hacen falta.

Autoevaluación Hasta el momento hemos abordado la conceptualización del ensayo académico, las características que estos presentan y las diferentes secuencias textuales que los componen. Antes de proseguir con el último tema de la unidad, es tiempo de que autoevaluemos nuestros nuevos conocimientos. En el siguiente enlace encontrará una pequeña práctica para que ejercite sus aprendizajes:

Mitos y verdades de los ensayos académicos

Al final de este documento, en el apartado de Anexos, podrá repasar las preguntas y respuestas de este ejercicio de autoevaluación, así como revisar una pequeña realimentación a cada una de las preguntas planteadas.


4. Estructura de un ensayo académico Así como un Lego se compone de varias partes, la estructura del ensayo también presenta las suyas. Por lo general, se divide en tres: -Introducción -Desarrollo -Conclusión En la introducción (normalmente un párrafo, máximo dos) es donde se presenta el tema sobre el cual se va a tratar en el ensayo, de manera que el lector se interese por lo que va a leer. Presenta el objetivo del escrito, la tesis que el autor se dispondrá a defender o a presentar, así como un breve resumen de lo que en él se desarrolla: la organización que seguirá el ensayo; así pues, se recomienda escribir la introducción una vez finalizado el ensayo o bien, cuando su organización esté clara. En el desarrollo se expone cada uno de los aspectos indicados en la introducción. Para ello, se escogen todos aquellos elementos que sustentarán la tesis expuesta. Como hemos anunciado, los ejemplos; las citas de autoridad; los datos concretos como cifras, gráficos o estudios estadísticos le darán mayor credibilidad al escrito. Todas estas estrategias son expuestas mediante párrafos, en los cuales se presenta una idea central y otras que lo complementan. Cada uno de los párrafos que componen el desarrollo o nudo del escrito responde a alguna o varias de las secuencias textuales estudiadas anteriormente. En el caso de los ensayos académicos, las secuencias de mayor uso son las de exposición y argumentación; las de descripción y narración se presentan en menor medida o bien, complementan las dos primeras. Finalmente, en la conclusión (el último párrafo del texto), por lo general se invierte la estructura de la introducción: se realiza un breve resumen de la idea principal y sus puntos de apoyo, de modo que se evidencie el alcance de nuestro desarrollo; para luego finalizar con una frase que refleje el enfoque del ensayo. Asimismo, puede presentarse la opinión personal del autor; eso sí, siempre de forma breve y precisa.


A continuación, se le ofrece una lectura en la que podrá conocer algunas técnicas para introducir y concluir un escrito de forma reflexiva, creativa y motivadora.

Lectura complementaria: Algunas técnicas para introducir y concluir una redacción

¡Hasta la próxima!: consideraciones finales

¡Hemos llegado al final de la Unidad 1! Adquirimos nuevos conocimientos, aprendizajes renovados y enlaces significativos. Ahora, les invito a reflexionar sobre aquello que les haya generado mayor aprendizaje de los temas vistos en la Unidad, así como la razón por la cual fueron significativos para ustedes. "Aprender sin reflexionar es malgastar la energía" Confucio


Referencias bibliográficas

Camba, M. (2006). El texto expositivo. Recuperado de http://formaciondocente.idoneos.com/index.php/Did%C3%A1ctica_de_la_Lengua/Tipos_de _Textos/Texto_Expositivo Díaz, D. (2004). Cómo se elabora un ensayo. Acción Pedagógica, vol. 13, no. 1, pp 108-113. Universidad de Los Andes - Táchira. Recuperado de http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17148/2/documento2.pdf Montolío, E. (coord.) (2000). Manual práctico de escritura académica. Volúmenes I, II y III. Barcelona: Editorial Ariel, S.A. Rodríguez, Y. (2007). El ensayo académico: algunos apuntes para su estudio. Sapiens. Vol. 8, no. 001, pp.147-159. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Recuperado de http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S131758152007000100010&nrm=iso Sánchez, C. (2005). Los conectores discursivos: su empleo en redacciones de estudiantes universitarios costarricenses. Revista de filología y lingüística de la Universidad de Costa Rica, vol. 31, no. 2, pp169-199. Universidad de Costa Rica. Sánchez, S. & Norma. Albaladejo (s.f.).Guía para la elaboración y presentación de un ensayo. Universidad Metropolitana. Recuperado de http://www.suagm.edu/umet/biblioteca/pdf/ensayo.pdf Varela, M. & Sandino, W. (1996). Español 10° año. Heredia: Ediciones Marwal de Heredia.


Anexo 1. Realimentación del ejercicio de autoevaluación Realimentación de la autoevaluación: 1. Los ensayos promueven el pensamiento crítico y reflexivo. Verdadero. Efectivamente, los ensayos fomentan la reflexión y la criticidad, pues mediante la investigación de un tema, quien escribe construye sus propias opiniones, sus propias reflexiones y asume una postura ante lo descubierto o ampliado.

2. Los ensayos académicos se basan solamente en la experiencia del autor o autora. Falso. Las experiencias personales o cotidianas del autor o autora son solamente parte del proceso de escritura de un ensayo académico. La fundamentación teórica es indispensable para que un texto de este tipo logre los alcances esperados. 3. No importa el orden en que se acomoden las ideas dentro de un texto, el lector o lectora deberá comprender lo que lee. Falso. ¡Recuerde la coherencia y la cohesión dentro de un texto! Las ideas deben ser claras y precisas, así como llevar una secuencia lógica que facilite el entendimiento del texto. 4. Todos los textos se dirigen a un público meta determinado, por ende, los ensayos académicos también. Verdadero. Se escribe con un propósito y hacia un público meta determinado. Es preciso tener siempre presente para quién escribimos o quiénes queremos que nos lean, para de esta forma dotar al texto de lo que sea necesario para mantener, como menciona García Márquez, hipnotizado al lector. 5. Para escribir ensayos académicos no es preciso fundamentar ni argumentar, basta con la opinión de quien escribe. Falso. Como ya se mencionó, un texto cobra mayor validez cuando se fundamentan mis ideas, pues de esta manera el texto logra ser más objetivo. 6. Las secuencias textuales promueven la dinámica del texto y evitan la monotonía. Verdadero. ¡Definitivamente! Las diferentes secuencias textuales otorgan vivacidad al texto. Presentan el discurso según diferentes estrategias, de modo que lo hacen más amigable para la persona que lee. 7. Es preciso incluir en el texto ejemplos, citas de autoridad, gráficos, cifras, etc., para reforzar argumentos y justificar opiniones. Verdadero. ¡Validez, validez, validez!


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