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Autarquía
Autarquía energética
Paul A. Sánchez paul@oem.org.mx Doctor en Política Pública con más de 10 años de experiencia en materia energética en los sectores público, privado, social y académico.
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Tras la cuestionada y debatida ronda de aplausos que cerró el acuerdo de recortes a la producción de países que integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEC+, por sus siglas en inglés), México logró mantener su postura que por muchos de los asistentes fue duramente criticada. Como todos los participantes se esperaba que México recortara el 23% de su producción, –tomando como referencia octubre de 2017–, equivalente a 400 mil barriles diarios para los meses de mayo y junio, al final logró que en el acuerdo se estableciera una meta de 100 mil barriles. La referencia de producción de México era de 1,753 miles de barriles diarios, por lo que el país de comprometió a reducir la producción en 1,653 miles de barriles diarios para mayo y junio. La idea de fondo era que, a partir de julio, comenzarían a verse incrementos de producción por encima de esa cifra. Lo anterior quedó de manifiesto en la reunión de la OPEC+ en junio que tenía por objetivo extender el mismo nivel de recorte de la producción para el mes de julio y México sostuvo que su compromiso sólo abarcaba los meses de mayo y junio, por lo que nuestro país no se podría comprometer a más recortes en el futuro. ¿Cuál es el saldo, entonces, de estas rondas de negociaciones? México honró su palabra y, de acuerdo con cifras de la CNH, pasó de una producción de 1,726 miles de barriles diarios en abril a 1,642 en mayo y todavía más en junio con 1,616 miles de barriles diarios. Julio, entonces, representaba una incógnita: ¿mantendría México la cooperación internacional con los países exportadores de petróleo y produciría en el orden de los 1,650 miles de barriles diarios o terminaría con el acuerdo y volvería a la producción registrada en abril o, incluso, aumentaría la producción para alcanzar la meta de los 1,800 barriles diarios? Las cifras de producción de CNH muestran que ninguno de los tres escenarios fue lo que realmente pasó en julio, si no que la producción siguió cayendo y se ubicó en 1,605 miles de barriles diarios. Esto significa que México no sólo cumplió,
de forma involuntaria, sino que agregó 50% de recorte adicional proveyendo un recorte objetivo en línea con la OPEC+ que implicó 150 mil barriles menos diarios de petróleo mexicano. Las hipótesis son mixtas, por un lado se señala que se debe a cuestiones operativas y efectos climáticos, por otro reducción de gastos y por otro simplemente la realidad de un difícil plan de producción. Los resultados de agosto, que seguramente veremos el próximo mes, podrán brindar más luz al respecto. Si en agosto de 2020 la producción aumenta a los niveles previos a los recortes, es decir, alrededor de 1,725 miles de barriles diarios, se confirmaría la hipótesis que sostiene que este es un freno
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temporal causado principalmente por los compromisos de la OPEC+ y condiciones adversas, climáticas y operativas. Si aumenta la producción solo a niveles de 1,650 miles de barriles diarios y se mantiene así hasta diciembre, entonces la respuesta podría ser más ambigua, México sigue comprometido con la OPEC+ y hubo algunas condiciones adversas que afectaron la producción de junio y julio, e incluso tendría crédito a favor para aumentar la producción un poco más de 1,650 miles de barriles diarios entre agosto y diciembre. Sin embargo, si por el contrario, la producción mantiene su declive o no puede aumentar al menos hasta los 1,650 miles de barrile diarios, entonces estaríamos ante un escenario completamente distinto. Es decir, se comprobaría el fracaso de la estrategia de aumentar la producción con base en billetazos para PEMEX bajo un modelo de campos prioritarios y no más rondas petroleras o asicaciones. Llegado a este punto, será importante reconsiderar la política petrolera nacional, la cual incluso con un giro radical de 180 grados, no entregaría resultados espectaculares en lo que queda del sexenio. De lo contrario, la pérdida de valor y la caída de la producción se acenturán y el saldo de las negociaciones de la OPEC+ quedarán en un creciente cumplimiento involuntario.