La solución

¿La solución de hidrógeno?

Parte III

Carlos López Serrano

lopezc022032@hotmail.com Químico Farmacéutico por la UAM, Maestro en Bussines Administrativo por la Universidad de las Américas .

Las energías renovables como un cambio de juego: El mayor desafío del hidrógeno verde es que requerirá grandes cantidades de energía renovable. La IEA estima que satisfacer la demanda actual de hidrógeno mediante la electrólisis del agua requeriría 3.600 TWh al año, o más que la producción eléctrica anual total de la UE. Imagine que su uso se extiende desde la materia prima industrial, hasta la energía portadora en la industria, el transporte, la calefacción y la producción de energía. Las partes interesadas coinciden en que Europa nunca podría producir suficiente energía renovable para hacer funcionar una economía de hidrógeno autosuficiente. La Comisión asume que hay espacio para 1.000 GW de energía eólica marina en el Mar del Norte, la mitad de la que se dedica a la electrólisis. Pero un estudio de Agora Energiewende también advierte que la cantidad de turbinas eólicas marinas esperadas en la sección alemana del Mar del Norte después de 2020 corre el riesgo de reducir sus horas de carga completa de 4.000 a 5.000 a sólo 3.000.

Desde otra perspectiva, el hidrógeno se ve cada vez más como una forma de llevar la energía eólica marina a la costa y aliviar la presión en una red terrestre ya sobrecargada. Algunas empresas están explorando la posibilidad de construir electrolizadores directamente en el cuerpo de las turbinas eólicas. El hidrógeno verde brinda a las energías renovables un caso de negocio cuando el sistema eléctrico por sí sólo no puede. “La conversión a hidrógeno es una especie de cobertura para un inversor en energías renovables”, dice Kakaras. En realidad, la economía del hidrógeno es un proyecto internacional. La cooperación transfronteriza puede garantizar que los parques eólicos del Mar del Norte tengan suficiente espacio. La escala y la economía dictan que es probable que Europa importe hidrógeno verde del norte de África

y Oriente Medio, y combustibles electrónicos de lugares tan lejanos como Australia y Chile. Una de las preguntas más importantes es si se puede preparar el hidrógeno verde necesario lo suficientemente rápido para marcar la diferencia en el cambio climático. Niessen dice: “Vivimos dentro de las limitaciones de los presupuestos de carbono. Los electrolizadores no son microchips. Por supuesto, los costos se reducirán significativamente, pero ¿lo harán lo suficientemente rápido para cumplir con los objetivos climáticos de París?” Muchos creen que el hidrógeno azul, con las salvaguardias climáticas adecuadas, tiene un papel transitorio que desempeñar. Podría ayudar a poner en marcha diferentes usos sectoriales y reducir los precios mediante economías de escala. “El hidrógeno azul podría ayudar a acelerar la transformación industrial”, dice Deutsch. “La preocupación es que, si una gran cantidad de hidrógeno con bajo contenido de carbono está disponible, puede que no se limite a los sectores que realmente lo necesitan”. “En mi opinión, ponemos en marcha el sistema”, dice van

“El hidrógeno verde brinda a las energías renovables un caso de negocio cuando el sistema eléctrico por sí sólo no puede.”

Wijk. “A medida que crece la demanda de hidrógeno y el hidrógeno verde se vuelve más barato, complementará y reemplazará este hidrógeno de origen fósil”. Japón, que invirtió en hidrógeno mucho antes de que la neutralidad climática estuviera en la agenda, está trabajando con su principal proveedor, Australia, para hacer la transición del gris al azul y al verde. “El hidrógeno verde será, en última instancia, más barato que el hidrógeno gris debido a la energía eólica y solar muy barata”, dice van Wijk. “Ese es el cambio de juego”. “Si la descarbonización profunda está en la agenda de la sociedad, entonces vendrá el hidrógeno”, cree Kakaras. No se trata de las leyes de la termodinámica, sino de si la sociedad está dispuesta a pagar por la neutralidad climática.