Energía nuclear

Energía nuclear: ¿oportunidad o desastre?

Adrián Morales Ríos

adrianmoralesrios@outlook.com Ingeniero Químico Industrial por el IPN. Sus líneas de especialidad se orientan al sector petrolero, con particular enfoque en la prospección petroquímica.

Actualmente la energía proveniente de fuentes fósiles sigue reinando sobre otras fuentes de energía, sin embargo, su soberanía pende de un hilo. Las consecuencias ambientales y los problemas para la salud y bienestar de la humanidad mantienen a los expertos en la búsqueda del santo grial de la energía. El uso de energías renovables se ha incrementado y desarrollado en prácticamente todos los países y, a pesar de que las energías eólica y solar se mantienen como las más importantes en este rubro, la energía nuclear se muestra como una ventana más de oportunidad para combatir el cambio climático y sus devastadoras consecuencias. La energía nuclear presenta la característica de no generar gases contaminantes a la atmosfera. El proceso utilizado es el de la fisión del átomo de uranio, lo cual libera enormes cantidades de energía. La principal consecuencia y por lo que socialmente se ha estigmatizado a esta tecnología de generación es que, de presentarse un accidente, el combustible utilizado (material radioactivo) puede causar daños graves a la salud y el medioambiente. Este hecho quedó demostrado en la mayor catástrofe radioactiva de la historia, el percance en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, Ucrania, en 1986. Veinticinco años después, sucedió el accidente de Fukushima, Japón, hecho que se suscitó tras un terremoto y un tsunami. Ambos incidentes dejaron en claro que las consecuencias de un desastre de esta índole quedan grabadas en la historia pues a 35 años del accidente de Chernóbil aún hay niveles de radiación peligrosos para la salud, así como afectaciones secundarias incalculables. Estos hechos han causado gran polémica a nivel mundial, generando grupos de contención que piden que la energía nuclear deje de ser utilizada mientras que otros apoyan que, con las medidas y precauciones adecuadas, la generación con material radiactivo es completamente segura. A partir del accidente ocurrido en Ucrania se creó la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO por sus siglas en inglés). Esta institución busca evitar que vuelvan a ocurrir sucesos de esta magnitud, sin embargo, señalan que a pesar de las ex-

Se ha estigmatizado a esta tecnología de generación, pues de presentarse “ un accidente, el combustible utilizado puede causar daños graves a la salud y el medioambiente”

tremadas medidas de seguridad y de los protocolos para atender cualquier incidente, un error humano podría significar un nuevo desastre. Por esto, grupos opositores como los españoles Ecologistas en Acción buscan desmantelar las centrales nucleares en operación, sobre todo aquellas con una vida prolongada, ya que apuntan que los efectos de un accidente no solo afectan a la población local, sino que se extienden a otros países y consideran que la única forma de evitar accidentes es evitando su uso. En México se tiene una central nuclear en el estado de Veracruz, la cual se llama Laguna Verde. Esta es propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y tiene una capacidad instalada de 1,640 MW divididos en dos unidades de 820 WM. Su participación en la matriz nacional de generación eléctrica apenas es mayor al 2%, no obstante, en países como España, la generación con energía nuclear representa el 22% de la producción nacional y el 34% de su generación con energías limpias, lo que nos deja ver la gran importancia a nivel mundial. Es por lo que, a pesar de la lucha constante en contra de la energía nuclear, esta se mantiene en uso pues representa un porcentaje considerable de generación a nivel mundial. Aun con esto, las políticas de transición energética apuntan a la generación con energías renovables, dejando bajo tierra a los hidrocarburos y al material radiactivo. En conclusión, podemos observar que sin importar la tecnología de generación que se utilice, la contaminación ambiental y los daños a la salud son inevitables por lo que la respuesta continúa siendo la misma, no hay mejor kilowatt ahorrado, que el que no se consume.