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Transición energética en México
Diego Rodrigo Esponda Betancourt1
d.esponda@eblaw.com.mx Licenciado y especialista en Derecho por la UNAM con más de 8 años de experiencia en el sector energético. Socio fundador de Esponda Betancourt Abogados
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Mucho hemos oído hablar en diversos medios de comunicación, así como en distintos foros acerca de la transición energética y de su importancia para el medio ambiente. Sin embargo, desde nuestra óptica no es clara la información sobre la transición energética, presente incluso en la iniciativa de reforma constitucional para el sector eléctrico que tenía por objeto modificar los artículos 25, 27 y 28 de nuestra Carta Magna. Por lo anterior, hablaremos de qué es la transición energética y analizaremos brevemente los instrumentos nacionales e internacionales para hacerla efectiva. II. Marco legal aplicable En primer lugar, podríamos definir a la transición energética como la sustitución gradual del uso de combustibles fósiles por fuentes de energía limpia de manera segura, confiable y asequible 2. La Agencia Internacional de Energía estima que los beneficios de dicha transición serían de carácter social y ambiental, así como el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) pér capita3 . En México, en el marco de la aprobación de la Reforma Energética que se publica en 2015 en el Diario Oficial de la Federación, la Ley de Transición Energética (LTE) es un mecanismo que tiene como objeto regular el aprovechamiento sustentable de la energía, así como las obligaciones en materia de energías limpias y de reducción de emisiones contaminantes de la Industria Eléctrica, manteniendo la competitividad de los sectores productivos4 . En la LTE se estableció la obligación de crear una Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles Más Limpios (Estrategia), misma que fue actualizada el 7 de febrero de 2020, estableciendo como metas de generación de energías limpias el 35.1% de la generación eléctrica total para 2024; en 2033, el 39.9%; y en 2050, el 50% de la generación eléctrica total5 . Para lo anterior, es que la Ley de Industria Eléctrica prevé los certificados de energías limpias (CELS) que son títulos emitidos por la Comisión Reguladora de Energía que acreditan la producción de un monto determinado de energía eléctrica a partir de energías limpias, equivalente a un mega watt/ hora, que se adquirían a través contratos de cobertura eléctrica derivados de las Subastas de Largo Plazo, mismas que han sido suspendidas desde el año 2019, teniendo obligación de adquirirlos los suministradores eléctricos (comercializadores de electricidad en el Mercado Eléctrico Mayorista) y usuarios calificados a efectos de comprobar que un porcentaje energía comprada provenía de energías renovables o limpias, porcentaje que aumentaba año con año, siendo para 2022 de 13.9%6. Es importante destacar que el costo de los CELS es determinado de conformidad con la oferta y demanda que exista en el Mercado de Certificado de Energías
Limpias (MCEL), administrado por el Centro Nacional de Control de Energía. Podríamos agregar que los CELS son un incentivo económico que tienen los generadores por el hecho de que su fuente de energía es limpia, al poder lucrar con los CELS, los suministradores y usuarios calificados, acreditaban que determinado porcentaje de electricidad que adquirían también provenía de fuentes limpias, situación que estimamos es un ganar-ganar tanto para los empresarios, consumidores, gobierno y medio ambiente. Sin embargo, hoy tenemos una sobreoferta de CELS en virtud de que centrales que generaban electricidad previa a la reforma, tienen derecho a emitirlos, situación que afecta al MCEL. En otro orden ideas, México, junto con 195 estados firmaron el 12 de diciembre de 20157 el Acuerdo de París (AP), dentro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) mismo que fue ratificado por nuestro país el 14 de noviembre de 20168 . El AP representa el compromiso México y de la comunidad internacional a través de diversas acciones para salvaguardar el medio ambiente, planteándose como objetivos la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero para que la temperatura promedio mundial de este siglo no incremente más de los 2oC; y de aumentar la capacidad de adaptación de los países al cambio climático. Es importante destacar que las acciones son de carácter voluntario y no tienen aparentemente una sanción por incumplimiento. Ahora bien, este compromiso internacional se materializa por medio de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDNN) que son las medidas a través de las cuales, cada nación inicia objetivo de combatir el cambio climático, considerando cada una de las realidades. Nuestro país se comprometió a realizar acciones de mitigación que tengan como resultado la reducción del 22% de sus emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030, lo cual significa una reducción de alrededor de 210 megatoneladas (Mt) de gases de efecto invernadero9 . Para lo anterior, es necesaria la participación de los sectores energético e industrial, tomando en cuenta dos elementos esenciales: 1. Generar el 35% de energía limpia en el 2024 y 43% al 2030. La energía limpia incluye fuentes renovables, la cogeneración eficiente con gas natural y termoeléctricas con captura de CO2, y 2. Sustituir en la industria nacional los combustibles pesados por gas natural, energías limpias y biomasa10 . 3. Es por lo anterior, que la LTE y la Estrategia cobran vital importancia para el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos por México, ya que son el medio a través del cual se podrían cumplir los CDNN derivados del AP.