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Día Internacional del Reciclaje
Violeta Ortega Navarrete
violeta@oem.org.mx Editora, diseñadora multidisiplinaria por el INBA, activista ambiental.
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Reciclar significa hacer una selección de los residuos generados para ser tratados en plantas especializadas creando productos para otros usos, según la ONU- Hábitat (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos). Con la proliferación de hábitos de consumo y desecho constante y el deliverado propósito de la obsolescencia programada de las empresas, la generación de residuos a nivel global es un problema importante para las naciones. Los niveles de contaminación por plásticos es una de las más preocupantes. Según el Gobierno de México, se estima que 8 millones de toneladas de plástico llegan al océano cada año, considerando que el 50% de los plásticos que se producen cada año son plásticos de un solo uso. (Rubro que se acrecentó con la pandemia). Según un estudio de la Universidad Libre de Ámsterdam, ya hay microplásticos hasta en la sangre humana, (que antes nunca se había visto) en todo ser viviente y en cualquier lugar del planeta. En México el 40% de la producción de plásticos es para envases y empaques, desafortunadamente, en nuestro país la cultura del reciclaje está en ciernes. Cada gobierno local tiene su propio manejo de los residuos, que normalmente es el depósito en rellenos sanitarios. Están las propuestas de algunas empresas que hacen esfuerzos por ser ambientalmente responsables que diseñan empaques hechos de materiales biodegradables como cartón o bioplásticos, que generalmente elevan el costo de los productos y los ponen fuera del alcance de la mayoría, además de que muchos solo usan una “máscara verde” y no son realmente más sustentables o menos contaminantes. En los últimos años han surgido diversos proyectos dentro de la iniciativa privada para la recolección y recuperación de residuos inorgánicos que incluyen plásticos, metales, cartón, papel, etc. No obstante estamos muy lejos de lograr una economía circular, puesto que se focaliza mucha de la acción y responsabilidad en la ciudadanía y existen pocos programas públicos que faciliten o promuevan el reciclaje. En la Ciudad de México tenemos el Reciclatrón de la Secretaría del Medio Ambiente de CDMX, que es un evento para recuperación/reciclaje de materiales utilizados en la manufactura de apratos eléctricos y electrónicos, que se lleva a
cabo mensualmente. Y la Sedema, en su página web facilita un directorio de centros de reciclaje dependiendo del tipo de material, pero como mencioné anteriormente, ya depende de los usuarios juntarlo y llevarlo, (algunas empresas ofrecen servicios de recolección) lo cual me parece muy poco activo por parte del gobierno. México es el cuarto productor de envases de PET del mundo, este plástico cuyo nombre completo es polietileno tereftalato-poliéster, es el que comúnmente se usa para envasar bebidas. Nuestro país encabeza la lista de productores solo después de Estados Unidos, China y la Unión Europea. Sin embargo la tasa de recuperación de dicho material es de solo el 22.1%, según un estudio de Anipac (Asociación Nacional de Industrias del Plástico). Los plásticos más reciclados en el país son polietileno, cuya recuperación asciende a 51.2%, después está el polipropileno cuya recuperación es de 18.2%, el PET y al final la recuperación de PVC asciende a 2.1%. La ONU-Hábitat recomienda, que antes de pensar en reciclar, debemos enfocarnos en: Reducir, es decir minimizar hasta el máximo posible la compra y consumo de productos que vengan envasados o empaquetados o de productos de un solo uso. Ya que, aún en lugares donde la tasa de reciclaje es muy alta, siempre será necesario invertir energía y agua en los procesos de reciclaje, aspectos que tienen costo medioambiental. Reutilizar, dar un nuevo uso a objetos o materiales después de que “termina” su vida útil, con el fin de no malgastar recursos naturales ni energéticos. Reciclar, hacer acopio de los residuos generados para por medio de procesos industriales recuperar los materiales para fabricar nuevos productos. Finalmente parece decepcionante que como individuos luchamos por no generar residuos, frente a las gigantes transnacionales generadoras de productos que terminan pronto en la basura (sin hablar de otros tipos de contaminación y de explotación de recursos naturales). Pero con nuestra elección de consumo podemos ir dando las pautas para que las empresas emprendan las acciones que generen menos residuos. Hacer consciencia sobre nuestros hábitos de consumo: que se tenga el poder adquisitivo no debería implicar la necesidad de consumir y desechar interminablemente. Podemos librarnos de la cultura del desechar y volver al reparar, remendar, necesitar menos.
Una red más inteligente
Los hogares equipados con nueva tecnología
Investigadores del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) han desarrollado un sistema de control que podría hacer que la mayoría de los hogares de los Estados Unidos sean socios más capaces en la gestión de los recursos eléctricos del país. El sistema de control transforma efectivamente las unidades de calefacción y refrigeración y los calentadores de agua existentes en el hogar en aparatos inteligentes que pueden administrar su uso de electricidad de manera que ayuden a la red a coordinar el suministro y la demanda. El sistema podría beneficiar a unos 120 millones de hogares. “Desde el principio, nuestro objetivo ha sido desarrollar una solución que sea económica, fácil de instalar y usar, y que ponga a los residentes a cargo de su operación”, dijo Michael Brambley de PNNL, quien lidera el desarrollo del sistema de control. “A cambio de ayudar a la red, los hogares deben recibir un incentivo, como una tarifa eléctrica más favorable”. ¿Qué es un hogar conectado? Un hogar conectado contiene electrodomésticos inteligentes con capacidades de comunicación y control, que les permiten responder automáticamente a la información de una empresa de servicios eléctricos. Los ejemplos incluyen termostatos conectados inteligentes, que conectan los sistemas de calefacción y refrigeración, y calentadores de agua especialmente equipados. Algunas casas más nuevas ya tienen este tipo de electrodomésticos, pero la mayoría de las casas no. Los expertos creen que los hogares conectados desempeñarán un papel clave en la transición de Estados Unidos hacia un futuro sistema energético descarbonizado, que depende menos de las fuentes de energía tradicionales no renovables y más de la energía solar y eólica limpia. Debido a que la energía solar y eólica son “variables”, es decir, su producción de energía sube y baja con la subida y la bajada del sol y el viento, la red a veces debe pasar rápidamente a otros tipos de generación eléctrica o gestionar la demanda de manera de evitar la inestabilidad y satisfacer económicamente las necesidades de electricidad. Las fuentes de generación que actualmente ayudan a cerrar la brecha son, en general, las plantas alimentadas con combustibles fósiles, que aumentan las emisiones de dióxido de carbono y contribuyen al cambio climático global. Los hogares conectados pueden
ayudar a abordar la naturaleza variable de la energía solar y eólica, así como otras condiciones en la red. Los electrodomésticos con controles inteligentes que tienen en cuenta las preferencias de comodidad de los ocupantes, trabajando en conjunto con los servicios públicos y la red, pueden cambiar rápida y automáticamente su demanda de electricidad para ayudar a nivelar las variaciones y, en última instancia, reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que ingresan a la atmósfera. Esta capacidad de “demanda flexible”, si se realiza en decenas de millones de hogares, le daría a la red más espacio para coordinar la oferta y la demanda en momentos en que la energía limpia puede no estar disponible. El análisis realizado por PNNL y otros muestra que esta flexibilidad también puede reducir los costos tanto para los pagadores de facturas como para los servicios públicos. “Los hogares conectados son cada vez más comunes, ya sea por la demanda de los consumidores o por los códigos de energía de construcción actualizados”, dijo Marc Costa, director de políticas y planificación de The Energy Coalition. Costa formó parte de un comité de revisión por pares de BTO que evaluó el progreso del sistema de control de PNNL. 1/2