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Obras Misionales Pontificias de Colombia

REVISTA DE ISSN 0122-5693 MARZO - ABRIL de 2013 No. 791

Unión de fuerzas misioneras de Colombia, América Latina, el Caribe y de toda América

“La mayor obra de caridad es precisamente la evangelización” Benedicto XVI

Convertirnos al Dios de Jesús Semillas del Verbo en los Emberá Katío


Año de la fe Apertura: octubre 11 de 2012 Clausura: noviembre 24 de 2013

“La fe no es un peso, sino una fuente de alegría prufunda” Benedicto XVI

Jornada Mudial de la Juventud 23 al 28 de julio de 2013 Rio de Janeiro - Brasil

CAM4- COMLA9 26 de noviembre al 1 de diciembre de 2013 Maracaibo - Venezuela


Maracaibo, Venezuela; noviembre 26 a 1° de diciembre de 2013 proponer actividades misioneras a nivel continental, celebrar el envío de misioneros ad gentes, promover la animación, formación y organización misioneras, participar en la celebración del ardor misionero, la religiosidad del pueblo y la vida de los mártires. Son organizados por las Comisiones Episcopales de Misiones (CEM) y las Direcciones Nacionales y Diocesanas de las OMP (Obras Misionales Pontificias), con colaboración del CELAM. Se invita a participar a todas las Iglesias Particulares y todos los organismos y fuerzas misioneras del Clero (obispos, sacerdotes y diáconos), Religiosos (órdenes y congregaciones masculinas y femeninas) y Laicos (movimientos eclesiales misioneros, institutos seculares y líderes de comunidad).

El domingo 12 de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, la Iglesia Universal estará de fiesta y particularmente la Iglesia de Colombia, Colombia entera. Será la canonización de la Beata Laura Montoya Upegui, la primera santa declarada por la Iglesia, nacida y hecha en esta amada tierra. En las próximas ediciones de la REVISTA DE MISIONES haremos amplia divulgación de este magno acontecimiento. Hago mención en este momento de la Beata Laura Montoya Upegui porque nos estamos preparando para la celebración del CAM 4 en Venezuela. El primer país que celebró un CONGRESO NACIONAL DE MISIONES, fue Colombia, del 15 al 24 de mayo del año 1924, y la idea fue de la Madre Laura, trasmitida al Nuncio Apostólico, Monseñor Roberto Vicentini, quien la llevó a efecto convocando a todo el episcopado colombiano. A partir de entonces el pueblo colombiano quedó muy impregnado por el espíritu misionero que lo hace hoy uno de los países más misioneros del mundo y el primero en misioneros ad gentes en América Latina y El Caribe. Pero en Colombia no volvimos a celebrar otro Congreso Nacional Misionero hasta el año 1977. México, por su parte, inició los Congresos Nacionales Misioneros en el año 1942 pero los continuaron con regularidad y de aquéllos nacieron los COMLA y de éstos los CAM.

A partir del COMLA 6, celebrado en Paraná, Argentina, en 1999, nacieron los CAM, con la idea de vincular a toda América en la misión. Venezuela, entonces, acogerá la celebración del CAM 4, del 26 de noviembre al 1° de diciembre de este año 2013, con el objetivo inmediato de animar a todos los obispos, clero diocesano y religioso, seminarios, Institutos Misioneros, Institutos Religiosos y laicos, para que asuman un real y efectivo compromiso de misión ad gentes, desde América, para todo el mundo. En Colombia venimos preparándonos para este gran acontecimiento. Por ser el país más vecino nos ofrecieron 400 cupos de participación, que hemos repartido en los 8 COREMI, Comité Regional de Misiones, en los que estamos organizados. Se están escogiendo participantes que estén vinculados a los proyectos de pastoral diocesanos y sean parte activa de las diferentes estructuras pastorales de las diócesis, parroquias y comunidades religiosas, quienes tendrán una preparación inmediata, con base en un Instrumento de trabajo, para que puedan llegar a la celebración del Congreso con plena conciencia de lo que se trata y sean allí efectivos participantes que luego multipliquen en sus espacios el espíritu misionero ad gentes que fortaleceremos en Maracaibo, Venezuela. Roguemos a Dios para que este nuevo acontecimiento de la Iglesia en América traiga buenos frutos en bien de todos.

México, para el año 1977, ya había realizado 6 Congresos Misioneros Nacionales. En aquel año, se juzgó oportuno ampliar los horizontes y convertir el 7° Congreso Misionero Nacional de México en el 1° Congreso Misionero Latinoamericano, naciendo así los COMLA, Congreso Misionero Latinoamericano. Congreso: reunión de invitados especiales con un tema establecido para intercambiar informaciones, presentar avances o nuevas teorías, identificar situaciones, proyectar y tomar decisiones vinculantes. Misionero: hace referencia a la esencia de la tarea de la Iglesia, la Misión; exige asumir la responsabilidad misionera mediante el anuncio del Evangelio y el testimonio. Latinoamericano: participan todos los países de América Latina y el Caribe. A partir de 1977 se han realizado estos congresos cada cuatro años en un país diferente de América Latina. La finalidad de estos congresos es anunciar a Cristo, vida y esperanza de la humanidad, profundizar en la dimensión misionera de la fe, asumir la responsabilidad misionera ad gentes,

Mario Álvarez Gómez Pbro.

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Revista Misiones N. 791// Marzo - Abril 2013


Contenido Editorial Maracaibo, Venezuela; noviembre 26 al 1o diciembre de 2013 Intenciones Misioneras Intenciones misioneras para marzo y abril

de

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Puente Misionero Hacerse pan partido y compartido para los demás

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Actualidad “Abiertas al Espíritu, hacia una vida consagrada, significativa y profética, con sabor a Evangelio” El corazón del Papa “La mayor obra de caridad es precisamente la evangelización” Misión Colombia El encuentro con el totalmente Otro... en Jesús de Nazaret

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Figuras misioneras Las semillas del verbo en los Emberá Katío Luces para el camino Convertirnos al Dios de Jesús Tema central

Unión de fuerzas misioneras de Colombia, América Latina, el Caribe y toda América Especial Boletín de Espiritualidad MAB 5 y 6 Reviviendo el espíritu misionero Vivir de verdad la fe Así vamos POPF Pontificia Obra de la Propagación de la Fe Así vamos POIAM Pontificia Obra de Infancia y Adolescencia Misionera Así vamos POSPA Pontificia Obra de San Pedro Apóstol Así vamos PUM Pontificia Unión Misional Para Pensar

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OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS REVISTA MISIONES FUNDADA EN JUNIO DE 1925 ISS 0122-563 Marzo - Abril de 2013 Año 88 N. 791 Director Nacional OMP Pbro. Mario Álvarez Gómez Coordinación y Redacción Viviana López Sánchez Diseño y Diagramación Aura B. Guacaneme A. Dpto. de Comunicaciones OMP Impresión Instituto San Pablo Apóstol www.ispaeducacion.edu.co Pbx: (1) 202 0657 Valor de Suscripción: Un año (6 numeros) $ 30.000 Administración y Suscripciones Transv. 28B # 36-70 Pbx: 3689693 - 2442070 Fax: 2699840 comunicaciones@ompdecolombia.org www.ompdecolombia.org Bogotá D.C., Colombia 2013 Revista de Misiones es una publicación de las Obras Misionales Pontificias de Colombia (OMP) dirigida a las familias y a los grupos misioneros. Su objetivo es informar sobre la labor misionera de la Iglesia en Colombia, así como incentivar y promover, dentro de los colombianos, una mayor conciencia de Misión Ad gentes.

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Nuestra Portada La labor misionera durante la Semana Santa, hace descubrir el sentido de la pasión, muerte y resurrección de Jesús avivando un ambiente solidario y fraternal en las diferentes comunidades. Un joven indígena toma la cruz y se pone en el lugar de Jesús; buscando que su comunidad viva de cerca este gran misterio.

@OMP2024

Tarifa Postal Reducida N. 2007 - 304


MARZO Que los obispos, sacerdotes y diáconos sean incansables anunciadores del Evangelio hasta los confines de la tierra. Revestidos del poder del Espíritu Santo por la consagración en el sacramento del Orden, nos encontramos a diario con obispos, sacerdotes y diáconos que alimentan y fortalecen nuestra vida de fe; ellos son seres humanos elegidos por Dios para la salvación de las almas. En nuestro País, hay situaciones misioneras en las que los ministros de la Iglesia están en riesgo, de enfermedades, de violencia y de fe. Algunos sacerdotes que acompañaron a la IAM en el pasado CONIAM. -Bucaramanga 2012-

El Santo Papa ora e invita a orar por los que han sido consagrados para que “mantengan el fervor apostólico de las primeras comunidades cristianas que, pequeñas e indefensas fueron capaces de difundir el Evangelio en todo el mundo entonces conocido mediante su anuncio y testimonio.”

ABRIL Que las Iglesias locales de los territorios de misión sean signos e instrumentos de esperanza y de resurrección. Dice el Santo Papa en su mensaje para la Jornada Misionera Mundial 2012, “la fe es un don que se nos ha dado para ser compartido; es un talento recibido para que dé fruto; es una luz que no debe quedar escondida, sino iluminar toda la casa. Es el don más importante que se nos ha dado en nuestra existencia y que no podemos guardarnos para nosotros mismos”.

Animación Misionera. - Cumaribó, Vichada, Octubre 2012-

Señor Dios, que en este Año de la fe seamos perseverantes en la misión que Tú nos has encomendado; iluminando con la fe y el testimonio de vida a nuestra parroquia, familia, amigos y a todos aquellos necesitados de ser amados en Cristo.

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Revista Misiones N. 790 // Enero - Febrero 2013


HACERSE PAN PARTIDO Y COMPARTIDO PARA LOS DEMÁs

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er misionero en el contexto que me encuentro es un reto que exige día a día un esfuerzo y una entrega sin límites, una disponibilidad a prueba de todo y tener las antenas bien puestas para captar la realidad de los acontecimientos y la posición correcta para afrontar con valentía apostólica cada situación que se da. Cartagena del Chairá es un pueblo de campos verdes, valles extensos, ríos y cañadas que adornan el ambiente, en el que se descubre un lugar de riqueza inagotable, lleno de vida y de gente que quiere y busca el bien, con 96 veredas lejanas y con jóvenes dispuestos a entregarlo todo y con la creatividad de anunciar el Reino, con niños que quieren adquirir conocimientos para la vida, aunque muchas veces no tienen estas posibilidades.

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P. Kiptum Araap Too, MC*

Mi experiencia como “sacerdote misionero de la Consolata” me ha llevado a descubrir ampliamente que la gente está con el corazón dispuesto a recibir a un Dios que los acoge y comprende, un Dios cercano que escucha y que con sencillez los hace encontrar con su misericordia. El camino no es fácil, hay muchos momentos en que para salir a las veredas es casi que imposible pasar, pero Dios hace que estos obstáculos se puedan superar y para esto se necesitan los amigos y los instrumentos. Los amigos dan ánimo y alientan en la prueba y los instrumentos ayudan a allanar el camino para seguir. Superada la prueba se sigue avanzando en búsqueda de la gente que espera al sacerdote; muchas

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veces se va a sitios lejanos y en el recorrido hay que tomar distintos medios de transporte, carro, luego lancha, moto, caballo y a pie… todo esto para llegar a un grupo de 10 o 15 personas que esperan la eucaristía y de la que sólo una recibe la comunión. ¿Desanimarse? No. Por una sola persona vale el sacrificio y el esfuerzo, porque Dios la ama y así ha pasado muchas veces, pero el testimonio ha hecho crecer el número de participantes y de confesiones. Hoy la gente cree más en el “testimonio que en el discurso.” Lejos de mi tierra, alguien pudiera preguntar, pero que hace este hombre keniano en el corazón de Colombia? Sencillamente digo que el amor de Dios, el seguimiento del señor llama y llama para compartir la vida y hacerse pan partido


y compartido en medio de los hermanos. “Donde hay amor no hay nada que nos pueda detener” Una de las frases bíblicas que hace que mi vida cada día permanezca en búsqueda es esta: “No pretendo decir que haya conquistado la meta o conseguido la perfección, pero me esfuerzo a ver si la conquisto, por cuanto yo mismo he sido conquistado por Cristo Jesús” Fil 3,12. Aquí encuentro mi fuerza en esta misión en la que descubro que realmente he sido alcanzado por Cristo para que por mi entrega también muchos se dejen alcanzar y amar por El. Es una entrega que exige desprendimiento de todo, principalmente de uno mismo, porque cuando uno quiere descansar o hacer otras cosas distintas, llega alguien en búsqueda de escucha, aquí es el momento para compartir las bendiciones recibidas y

ser canal de gracia para que Dios se Pero hay que tener en cuenta que ante todo para formar camino se haga realidad. necesita constancia, aquí está el Mi búsqueda se basa en tratar de reto: Ser constantes, en la respuesta, ayudar a construir una sociedad la búsqueda de la voluntad de Dios equitativa, en el amor y en la y de la paz. fraternidad, por eso lucho con fuerza y con decisión y en mi lugar de Termino mi reflexión con Filipenses trabajo intento por todos los medios 4, 11-13: “Y no les digo esto porque que están a mi alcance para que se esté necesitado, pues he aprendido a construya el Reino de Dios desde los arreglármelas en cualquier situación. pequeños gestos de fe, de caridad y de Sé pasar necesidades y vivir en la abundancia. A todas y cada una de misericordia. estas cosas estoy acostumbrado: a En la vida siempre hay dos caminos, estar satisfecho y a pasar hambre, el del bien y el del mal; la tarea de a que me sobre y a que me falte. un misionero es mostrar el camino del Todo lo puedo en Cristo que me da bien y tratar de contagiar con su vida la fuerza ”. que vale arriesgarlo todo para llegar a la verdadera Vida. Pero ¿que contiene Queridos hermanos, que nuestra misión sea vivir siempre guiados por la este camino del bien? misericordia, la justicia y la caridad. Consiste en llevar en alto la bandera de Cristo vivo y resucitado, dispuesto a acoger a todos, en amar como él nos enseñó, en la sencillez de vida y en el perdón diario. *Párroco de la Parroquia San Pedro Claver. Cartagena del Chairá -Caquetá-

...la tarea de un misionero es mostrar el camino del bien y tratar de contagiar con su vida que vale arriesgarlo todo para llegar a la verdadera Vida 5

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“Abiertas al Espíritu,

hacia una vida consagrada, significativa y profética, con sabor a Evangelio”

Hna. María Ofelia Gómez Ruíz, MT.*

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as Hermanas Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús, fundadas el 11 de abril de 1929, en Santa Rosa de Osos, Antioquia, por El Siervo de Dios Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez, Obispo de Santa Rosa de Osos (1924 -1971), el Obispo misionero de Colombia, compartimos, para gloria de Dios y bien de la Iglesia misionera, la realización de nuestro XIII Capítulo General. Para comprender mejor el significado de este evento,

recordamos que un Capítulo General es: ”un acontecimiento eclesial, que interesa a toda la Iglesia. Constituye un momento de particular presencia del Señor y efusión de su Espíritu, no sólo sobre la Comunidad, sino sobre la Iglesia entera. Un Capítulo no es historia privada de una Congregación o Instituto, es esencialmente un acto eclesial” (Monseñor Eduardo Pironio) Un Capitulo General ha dejado de ser un acontecimiento aislado de un grupo religioso, para

De derecha a izquierda Hna. Cenith Navarro C., Consejera General; y Hna. Daisy Puentes P., Consejera General; Hna. Julia Matilde Pérez Arango, Superiora General; Hna. Beatriz Montoya A, Vicaria General; Hna. Luz Marina Almeida A., Consejera General

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convertirse en una celebración que repercute en la Iglesia, a través de los lugares y personas con quienes compartimos la espiritualidad y la misión. Además, puede servir de estímulo y orientación para otras familias religiosas porque todas las Congregaciones podemos aportarnos luz e intuiciones y sumar entusiasmo, en la búsqueda y el deseo de estar como Jesús al servicio de Dios y de la humanidad, gestando una nueva generación de discípulos misioneros. Para un Instituto el Capítulo General es la ocasión propia para hacerse consciente de sus conexiones con la Iglesia en cuya misión desempeña una parte y con el mundo al que fue enviado por Cristo Jesús. Es también el espacio propicio para que brille la luz carismática que el Fundador o la Fundadora encendieron. Y lo anterior es válido porque nuestro carisma colectivo, congregacional, no nos ha sido “dado”, sino “confiado”. Destinatario del carisma es la madre Iglesia. No tenemos derecho de propiedad exclusiva sobre el don: pertenece a todo el pueblo de Dios y no solamente


a los miembros que forman nuestro Instituto. A nosotras, nos cabe la responsabilidad de ser las vigilantes, pero no las propietarias del carisma. El pueblo de Dios tiene, por eso, la responsabilidad de custodiar esta parte de su patrimonio, tiene un derecho y un deber ejercido a través de la Jerarquía de la Iglesia en nombre de todo el pueblo de Dios. Y es así como quienes asisten, nos evocan el grupo simbólico constituido por Jesús: el grupo de los Doce. Bien sabemos lo que Jesús quería decir con este número (ellos eran representación de un nuevo Israel). Así también la comunidad-asamblea capitular se convierte por la elección y delegación de los hermanos o hermanas en el símbolo actual de “todo” el Instituto, de su presente, de su memoria, de sus sueños, de sus proyectos apostólicos. Y las hermanas participan en él, impulsadas por el Espíritu Santo,

Con la ayuda de Dios Padre y la entrega generosa de cada día podamos hacer realidad nuestro lema: “A solo Dios el honor y la gloria” quien les permite formarse para este trascendental evento, para que sean testigos de un hecho que se celebra con la eficacia de este mismo Espíritu, de acuerdo con la apertura de cada una, a su acción maravillosa, pues…si el Señor no construye la Congregación en vano se cansan las capitulares. Y todo esto será espiritualmente fecundo y contribuirá a la santidad y proyección misionera en la Iglesia en la medida en que dejemos que sea el Espíritu quien suscite en nosotros visión y profecía. Pues el objetivo general todas lo tuvimos claro “abiertas a la conducción, siempre nueva y creadora, del Espíritu Santo; revitalizar e impulsar decididamente el caminar congregacional, por la fidelidad al seguimiento radical de Jesucristo y a las exigencias del Carisma, atentas a los signos de los tiempos y a los gritos de un mundo sin fe, alejado de Dios. Y esto va en respuesta al llamado que se nos hace desde el Sínodo para la Nueva Evangelización:

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“…Invitación a reafirmarse como testigos y promotores de nueva evangelización en los varios ámbitos de la vida en que los carismas de cada instituto los sitúa.” Entre las finalidades de este Capítulo estuvo, además de lo mencionado, el elegir a quienes han de orientar y animar la vida espiritual y apostólica de la Comunidad, para que ésta, a su vez, sea en el mundo, portadora de la Buena noticia de la salvación realizada por Cristo Jesús para todos los pueblos. Ofrezcamos plegarias fervientes por quienes ejercen el servicio de autoridad en esta Congregación, cuyo gobierno general, quedó integrado por: Hna. Cenith Navarro C., Consejera General; y Hna. Daisy Puentes P., Consejera General; Hna. Julia Matilde Pérez Arango, Superiora General; Hna. Beatriz Montoya A, Vicaria General; Hna. Luz Marina Almeida A., Consejera General. * Secretaria Naciona POFP popf@ompdecolombia.org

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“LA MAYOR OBRA DE CARIDAD ES PRECISAMENTE LA EVANGELIZACIÓN” *Pbro. Javier Alexis Gil H.

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l Santo Padre nos ha brindado para este año un especial mensaje de cuaresma inspirado en 1 Jn. 4,16: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él». De allí que nos declare abiertamente que “creer en la caridad suscita caridad”.

amor de Dios, necesitamos, como María Santísima, aprender a habituarnos a un clima de silencio y recogimiento interior capaz de hacernos percibir con más facilidad las voces e insinuaciones que Dios constantemente nos envía (Cfr. Benedicto XVI, discurso 08.12.2012).

Es evidente que en el corazón de este mensaje, en el corazón del Papa, en el corazón de la Iglesia y en el corazón de Jesús está la caridad como norma suprema del actuar de Dios y del cristiano, y que al final de nuestra vida seremos juzgados según ella.

Tanto el obrar del Padre, como el obrar del Hijo y el del Espíritu Santo son vías de amor y humildad. Dios es rico en misericordia, eterno es su amor y eterna es su misericordia.

Es urgente el que meditemos y asimilemos la gran convicción de Cristo y de la Iglesia, que el Papa nos recuerda al afirmar que “la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización” (No. 3). De allí que se retome el magisterio del Siervo de Dios, el Papa Pablo VI, cuando dice que “la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana… El anuncio de Cristo es el primer y principal factor de desarrollo” (No. 1). Dios ha querido enviarnos a su Unigénito que se encarnó y se hizo hombre para salvarnos (Cf. Jn. 1, 14). En el reciente libro “La Infancia de Jesús”, el Santo Padre afirma que definitivamente la metodología de Dios es la humildad, lo desapercibido, el silencio. De igual modo si queremos experimentar en nosotros el

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Esto lo demuestra Dios cada día de muchas formas, pero debido a nuestra falta de fe o a nuestra fe débil o tibia, por eso de ordinario no nos damos cuenta, no lo percibimos. Es necesario, entonces, que cada uno de nosotros se silencie, se desprenda de sí y de sus apegos o “cosas”, y que acoja en la fe el amor de Dios. Él espera nuestra respuesta libre y consiente, de allí que el Papa ponga como primer punto de su mensaje “La fe como respuesta al amor de Dios”.

hizo el 13 de mayo de 2012 en el santuario de La Verna,

Italia, lugar especial donde San Francisco recibió los estigmas ya casi al finalizar su paso por este mundo. El mensaje, que amerita una seria y sincera reflexión, no de un momento, sino de muchos y durante toda la vida, es el siguiente: “no basta declararse cristianos para ser cristianos, y tampoco tratar de realizar obras buenas. Hace falta configurarse con Jesús, con un lento, progresivo esfuerzo de transformación del propio ser, a imagen del Señor”.

Vivir de la fe es aprender, con Jesús y como Jesús, a reaccionar a la acción amorosa de Dios, esto es lo que sucede en una persona que de verdad cree en el amor de Cristo, es lo que testimonian todos los santos con su vida, es la realidad de todo verdadero creyente. “El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor, «nos urge el amor de Cristo» (2 Co 5,14)” (No. 1). Para el que cree, todo le habla de Dios y en todo ve su acción formativa. Dios nos lleva gradualmente a una fe y a un amor cada vez más grandes.

Se trata de una configuración o creciente identificación con Cristo, ya que el cristiano ha de ser otro Cristo. Esto es posible gracias a la humildad del creyente que sabe acudir y corresponder a todas las ayudas que Dios le ofrece en Cristo a través de su Iglesia. Esto es alimentar la fe.

Todos los santos han logrado esa transformación a imagen del Señor, ¿cómo la lograron? Ahí está nuestra tarea, ante todo suplicando mucho al Señor con sinceridad y con afectación de nuestra alma. Así como lo dice Santa Teresita del Niño Jesús casi al iniciar su historia de un alma: “no se trata de querer o de correr, sino de que Dios tenga misericordia”.

Algo esencial, que el Papa ha afirmado sobre lo que significa ser cristiano, lo encontramos en un discurso que no pudo pronunciar, debido al mal tiempo que

Es siempre necesario facilitarle al Señor el que nos haga muy amigos de él, el que no nos cansemos de suplicarle cada día su ayuda fundamental, sin la cual nada bueno podemos hacer, el que permanentemente nos sintamos necesitados de él, de su conversión en mí, ya que ante todo, no se trata de que nosotros “hagamos”, sino ante todo de que él quiera, como lo dice el enfermo del evangelio que consciente, tanto de su enfermedad como del poder del Señor, le pide: “Señor, si quieres puedes curarme” (Lc. 5, 12). “Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios… Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad” (No. 3). *Secretario Nacional POSPA Y PUM pospa@ompdecolombia.org

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El encuentro con el

TOTALMENTE OTRO…en Jesús de Nazaret

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n el mes de febrero se realizó la Asamblea Episcopal que congregó a todos los obispos de Colombia, y una de sus grandes preocupaciones fue justamente la de mirar cómo se puede en Colombia lograr que los que nos decimos católicos salgamos al encuentro personal y cercano con Jesús. Algunos piensan que en la tarea evangelizadora se ha insistido mucho en el acercamiento a los ritos, a los sacramentos, a las normas, y se ha olvidado lo fundamental, el acercamiento a la persona amorosa de Jesús.

Hoy vivimos la era de las comunicaciones. Todos vivimos conectados, estamos encontrándonos a todo momento y casi que de inmediato con amigos y familiares que viven en cualquier rincón del mundo, basta abrir cualquier servidor que sea útil, el Skype es para mí el más conocido, y ya estamos con el otro viéndolo y hablándole.

Cuando los obispos no habían terminado de llegar a sus jurisdicciones, ellos y con ellos todos los creyentes del mundo, fuimos sorprendidos con la inesperada noticia de la renuncia del Papa que prefirió el encuentro íntimo con el Señor a los ajetreos del poder. Qué lección de humildad dejar el mando de la barca para ocultarse en un lugar sereno a profundizar su relación con el Buen Dios. Revista Misiones N. 791 // Marzo - Abril 2013

Fray Mario Rafael Toro Puerta, OFM.*

¿Será que estos encuentros nos permiten profundizar en la amistad verdadera, en el reconocimiento del otro, de sus valores, de su alta dignidad? ¿Será que vamos a utilizar la semana de oración para encontrarnos con Él, el totalmente otro?... está claro que para lograrlo debemos encontrarnos primero con Jesús:

Misión de Semana Santa -Vaupés-

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“nadie va al Padre sino es por mí”, lo ha dicho categóricamente (Juan 14, 16). Qué bueno que podamos vivir en este tiempo de gracia el acercamiento a la persona y al mensaje de Jesús. No hay otra alternativa. Si seguimos con tantos encuentros banales y superficiales en los que sólo nos buscamos a nosotros mismos para satisfacer nuestros deseos de ser amados, tenidos en cuenta, valorados por el otro, terminaremos perdidos. Sí, perdidos. Por eso la invitación es al encuentro con Jesús. Y para saber cómo se puede dar este encuentro no hay que inventar muchas cosas, basta con mirar en el evangelio los distintos encuentros de Jesús, con Pedro, Andrés, Santiago, Juan, en el lugar donde trabajan, junto al lago, en una barca...; con Zaqueo, primero en la cumbre de un árbol y luego, cuando el Señor lo invita a bajar, en el comedor de su propia casa; con el Centurión en el camino, cuando le pide con fe que cure a uno de los suyos; con el ciego de nacimiento que le pide que lo integre en el

grupo de los sanos; con Marta y María, en su casa, en momentos diferentes, unos de calma y otros de angustia… En todos estos el encuentro se da con motivo de acontecimientos diferentes, en la vida ordinaria, en la cotidianidad. Nada de espectacular. Ahora nos toca a nosotros, en esta semana de oración que la Iglesia nos regala, salir al encuentro de Jesús y de su mano ser llevados al Padre. Que lo encontremos en la entrada triunfante, en Jerusalén, asumiendo la actitud del Papa de mirar el espectáculo de la gloria como algo efímero, porque lo que vale y no se ve es la meta final de esa ruta: el encuentro con el Padre en la cumbre del Gólgota y en las tinieblas del sepulcro en donde finalmente se decidirá la suerte de todos y ésta no será otra que la resurrección, la vida nueva, el triunfo sobre las debilidades, las tristezas, las incomprensiones, las traiciones, las dudas, y todo lo que hace difícil la peregrinación por esta tierra.

Qué bueno que podamos vivir en este tiempo de gracia el acercamiento a la persona y al mensaje de Jesús El Papa de la fe, ahora huésped en el corazón de un monasterio y en las profundidades del misterio insondable de Dios, con su plegaria, alcance para todos en la Iglesia la fuerza que necesitamos para ir al encuentro del totalmente Otro en quien está la meta definitiva de la vida del hombre, y también del cosmos; dejémonos llevar de la mano de Jesús. Él nos quiere encontrar allí dónde ahora estamos: en una vida feliz o llena de desencantos, en un lugar armonioso o en medio de discordias. Él quiere acompañar nuestras búsquedas, Él quiere soñar nuestros sueños, Él quiere animar nuestros proyectos, Él que es una persona amorosa nos quiere amar así como somos, con trapitos y todo, justamente para rescatarnos de lo que desluce nuestra dignidad de hijos de Dios. Y con Él podemos tener la seguridad de que llegaremos al encuentro del Buen Padre, el totalmente OTRO. * Asesor de Etnias y Director del Dpto. de Promoción de la Unidad y el Diálogo de la Conferencia Episcopal Colombiana.

Seminaristas Centro Misional San Luis Beltrán, Seminario S. Tomás de Aquino -Sta Rosa de Osos, Antioquia-

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semillas del verbo en los emberÁ katío

Experiencia de una misionera laurita Hna. Dora Barreto Vargas Misionera Madre Laura

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ací en Nutibara, un pequeño corregimiento del Municipio de Frontino- Antioquia, donde viví la infancia y la juventud. De una familia Católica en cuyo seno aprendí de Dios y fundamenté mis primeras bases en la fe. Allí en el pueblo hacían presencia las hermanas misioneras de la Madre Laura “Lauritas”, de quienes recibí la enseñanza en la básica primaria, con ellas tuve la oportunidad de compartir y vivir una fe más comprometida, a través de la participación en

diferentes grupos apostólicos de la Parroquia. Hasta que un día en medio de esta experiencia, encendió Dios la llama de mi vocación, a los 14 años “pronunció mi nombre” y me sentí llamada. Decidí iniciar el proceso vocacional con las misioneras “Lauritas”, veía en ellas mujeres realizadas, serviciales, alegres, libres, fraternas y llenas de Dios. Quería ser como ellas, entregar la vida a Dios, haciendo el bien en medio de los más necesitados, anunciando el evangelio. Y así fue el 24 de junio del año 2002, esta

Nuevo Consejo Gral. de los Misioneros Javerianos de Yarumal; (de izq. a der.) P. Nicolás Ruíz R., Hno. Luis Alberto Hernández C., P. José del Rosario Jiménez R., P. Joselito Carreño Q., P. Hernan Pinilla Revista Misiones N. 791 // Marzo - Abril 2013

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congregación me acoge y hago el ingreso; después de cuatro años y medio de formación recibí mi consagración religiosa, el 28 de enero del año 2007. ¡Siento mover el corazón al hacer memoria de este momento, porque es el paso de Dios en mi vida, su acción amorosa, su plan salvífico en mí! En los primeros tres años como consagrada, fui enviada a la misión de Dabeiba (municipio del occidente antioqueño), que es un lugar teológico por ser la “cuna de la congregación”,


Hnas Lauritas e indígenas Emberá Katío -Puerto Frasquillo -Tierralta, Córdoba-

donde la Madre Laura inició su labor evangelizadora y fundó la Congregación. Allí en la vivencia comunitaria, pude experimentar la cercanía, atención, delicadeza y acompañamiento de las hermanas con las que compartí, descubriendo la riqueza de cada una y la importancia de la vida fraterna; en la pastoral indígena con los “Emberá Katío”, aprendí a vivir la dimensión misionera de mi vocación, superando esquemas mentales para descubrir “las semillas del Verbo” presente en las expresiones culturales de esta etnia; descubrí a Dios presente

...aprender, crecer, prepararme, beber del Espíritu carismático dado en Laura Montoya

en la mirada profunda, humilde y silenciosa de los nativos de la selva, donde solo se llegaba después de dos días de camino. Así a través de las visitas a las comunidades indígenas, de los espacios de compartir fraterno con las hermanas y de los encuentros con Dios en la oración se fue nutriendo y fortaleciendo mi vocación. En enero del año 2010 fui trasladada a la misión de Tierralta – Córdoba, donde me encuentro actualmente. En esta misión he seguido recibiendo y gozando de las bendiciones de Dios a través de las experiencias fraternas, del acompañamiento a las comunidades indígenas Emberá Katío, ubicadas en las riveras de los Ríos Sinú, Verde y Esmeralda, donde se accede solo en canoas con motor fuera de borda, a dos, tres y hasta cuatro horas. Allí en más de 16 comunidades desarrollamos la pastoral a través de tres líneas: diálogo interreligioso, educación y formación a la mujer Emberá. Desde mi consagración hasta ahora he vivido años de entrega

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y aprendizaje muy significativos para mí, en los que he ido experimentando la presencia de Dios que le sigue dando sentido y dinamismo a mi vocación, porque he descubierto que su Reino se hace visible en la alegría, en el gesto acogedor, en la búsqueda constante de los indígenas por vivir dignamente, en el amor, la fe y la esperanza con que se entrega cada misionera. La congregación me ha dado la oportunidad de aprender, crecer, prepararme, de beber del Espíritu Carismático dado en Laura Montoya, de realizarme como mujer consagrada y hoy doy gracias a Dios, a ella y a todas las personas con las que he compartido. Me he sentido en armonía y libertad con este proyecto de Dios para mi vida, por eso he realizado la preparación para los votos perpetuos durante cinco meses del año 2012, y ahora estoy dispuesta, en el momento designado voy a dar mi sí definitivo a este seguimiento y compromiso con Jesús de Nazaret, por quien me he sentido amada, llamada y enviada. Dora María Barrera Vargas

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Convertirnos al Dios de

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uestra identidad de discípulos/as misioneros/as nos invita a anunciar al Señor Jesús “a tiempo y a destiempo”, como recomendaba Pablo a Timoteo (2 Tim 4,2), “porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (2 Tim 4,3-4). Ahora bien, no hemos de entender este texto bíblico pensando que ahora son estos tiempos de más increencia, de más lejanía de Dios o tiempos de maldad y de rechazo de todo lo bueno. No hay que demonizar este tiempo presente porque a lo largo de la historia hemos vivido entre luces y sombras y no son estos tiempos peores que los anteriores. Lo que sí nos puede inspirar el texto es que siempre estamos abocados a manipular la imagen de Dios de manera que se ajuste a nuestros intereses y rechazar al Dios de Jesús, el testimoniado en los evangelios, el que incomoda e interpela por su amor incondicional y misericordioso con este mundo -como él es-, viendo siempre posibilidades de bien y de verdad en toda esta historia presente.

conversión al Dios de Jesús más que la insistencia en las fallas personales que llevamos dentro. No porque el cambio personal no sea “imprescindible” sino porque si nuestra imagen de Dios es más cercana al Dios de los evangelios, nuestro ser y quehacer será mucho más auténtico, se transformará por su mismo peso. Pero ¿cómo convertirnos al Dios de Jesús? ¿cómo no manipular la imagen de Dios que Él nos revela? ¿cómo no rebajar la radicalidad evangélica testimoniada en la praxis histórica de Jesús?

Tenemos que volver una y otra vez “a las fuentes”, a la Palabra de Dios, a la Sagrada Escritura que nos conecta con la experiencia vital de los primeros y no con el Dios en cierto sentido “filosófico” que hemos construido con el paso del tiempo. El dios de los filósofos es el dios todopoderoso, omnisciente, omnipresente, impasible, que hace justicia dándole a los malos su castigo y a los buenos el premio. Es el dios vengativo que castiga a los que se portan mal y perdona con dificultad porque su justicia exige que se le pague toda la deuda. El que pide sacrificios para conceder favores y el que permite el mal porque a Por esto la tarea evangelizadora que llevamos entre través de eso nos reprende. manos, ha de ser una misión que convoque a la Archivo Centro Nacional Misionero CEC

“Pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida en rescate por todos” (Mc 10, 45)

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Jesús Dra. Consuelo Vélez Caro *

Por el contrario el Dios que nos revela Jesús es aquel Dios volcado al servicio del ser humano: “Pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida en rescate por todos” (Mc 10, 45), el Dios que deja las 99 ovejas para ir detrás de la oveja pérdida (Lc 15, 4), el que no le exige al hijo pródigo que pague por sus pecados –como esperaba el hijo mayor- sino que hace fiesta a su llegada (Lc 15, 23). Es el Dios que come con pecadores y publicanos sin condenarlos (Mc 2,16), que no teme trasgredir el precepto del sábado o las exigencias de la ley cuando de curar o liberar a los enfermos se trata (Mt 12, 8). En otras palabras, es el Dios que no aceptaron los contemporáneos de Jesús, pero es el Dios que Jesús anuncia, transparenta y testimonia hasta la entrega de su propia vida. Por eso, este tiempo de cuaresma que estamos viviendo, nos convoca a purificar la imagen de Dios y hacerla cada vez más fiel al revelado en la Palabra divina. Ese Dios que transforma el corazón: “Les daré un corazón nuevo; les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que vivan según mis mandamientos, observando y cumpliendo mis leyes.” (Ez 36,26-27). Que pide un ayuno centrado en el amor y en la justicia: “El ayuno que yo quiero es éste: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes” (Isaías 58, 6-7). El Dios que nos invita a realizar la vocación misionera de llevar a todos la buena noticia de lo que Él es y lo que hace por nuestro mundo.” Volvámonos pues, en este tiempo, al Dios de Jesús, al Dios vivo “por el que suspira nuestra alma” (Sal 84,2), al que siempre salva y libera, al que abre caminos insospechados para que todos y todas tengan vida y vida en abundancia (Jn 10,10). * Teóloga Docente de la Pontificia U. Javeriana Facilitadora del Programa Virtual de Formación Misionera

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UNIÓN DE FUERZAS MISIONERAS

DE COLOMBIA, AMÉRICA LATINA, EL CARIBE Y DE TODA AMÉRICA Pbro. Mario Álvarez Gómez Director Nacional OMP de Colombia

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s claro que el espíritu de Aparecida es eminentemente misional. La misión es su tema principal, es su columna vertebral. Esta consigna estuvo marcada desde el título que señaló su derrotero: Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 16,4). Y todo Intervención Ponencia Misión y Nueva Evangelización, Mons. Rogelio Cabrera López Arzobispo de Monterrey México

el contenido del texto de las conclusiones es una clara ampliación y prolongación de la razón de ser de la Iglesia: ser misionera. Los Obispos allí reunidos tuvieron una maravillosa percepción para lanzar a todos nuestros pueblos a fortalecer su espíritu misionero: LA MISIÓN CONTINENTAL. Y ya hemos venido entendiendo que de la misión continental hemos de pasar a LA MISIÓN PERMANENTE, lo que quiere decir, que en todas las Iglesias Particulares los proyectos de pastoral que se siguen deben tener el tema de la misión como eje transversal que las anime a permanecer atentos a esta exigencia constante del Evangelio: anunciar a todas las gentes y en todo lugar el nombre de Jesucristo como Salvador y Señor de la historia. Y también los COMLA: Congresos Misioneros Latinoamericanos y, con sentido de totalidad y unidad, los CAM: Congresos americanos de misiones, sumando fuerzas al CELAM, son un signo visible del despertar misionero de las Iglesias Particulares: de cada nación de América Latina, de las Regiones de nuestro Continente y ahora, del Continente en su totalidad. Es bueno tener en cuenta que el PRIMER CONGRESO MISIONERO NACIONAL que se realizó en América fue el de Colombia, del 15 al 24 de agosto del año 1924. La idea fue de la Beata Laura Montoya Upegui, comunicada al Señor Nuncio Apostólico de Colombia de entonces, Monseñor Roberto Vicentini, quien con su autoridad lo convocó, para hacer eco a la invitación

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del Papa Pio XI, el Papa de las Misiones, a la PRIMERA EXPOSICIÓN MISIONAL MUNDIAL a realizarse en Roma, en el marco del Año Santo 1925. Previo a aquel acontecimiento mundial, tuvimos en Colombia la apertura a los Congresos Nacionales de Misiones y la Primera Exposición misional de nuestro territorio, en aquella memorable fecha, con protagonistas que serían pioneros del ímpetu misionero en estas tierras: el Siervo de Dios, Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez y la Beata Laura Montoya Upegui, de la cual sabremos mucho este año, el año de su canonización. Los COMLA serán la prolongación de los Congresos Nacionales de Misiones de México y los CAM son ahora la ampliación de aquellos congresos a todo el territorio de América. El próximo COMLA 9 ó CAM 4 se realizará en la ciudad de Maracaibo, Venezuela, del 26 de noviembre al primero de diciembre de este año 2013. Para iniciar un proceso de unidad de todas las fuerzas misioneras, primero en Colombia, nos reunimos en la Sede de las Obras Misionales Pontificias de Colombia, el miércoles 17 de febrero del año 2010, representantes de las fuerzas misioneras de nuestro País. En aquel momento analizamos la necesidad de unirnos, respetando las propias competencias, y llegar a tener algunos criterios comunes para la realización de este empeño en el territorio nacional. Se creó una inquietud. Fueron unos 15 Superiores

Generales quienes aceptaron esta invitación. No hubo conclusiones de este primer momento ya que la respuesta a esta invitación fue muy pobre. Allí estuvo presente el P. Carlos Rockenbach, Secretario ejecutivo del Departamento de Misiones y Espiritualidad del CELAM. En él depositamos la confianza, atendiendo a esta instancia superior, a convocar un encuentro que tuviera representación de todas las Iglesias de América Latina y el Caribe, con la esperanza de hallar más eco y empezar un movimiento que una todas las fuerzas misioneras de nuestros países, de nuestra región de América Latina y del Caribe y, por supuesto, hasta que lo logremos, de TODA AMÉRICA. Efectivamente, fuimos convocados por Monseñor Edmundo Ponziano Valenzuela, Vicario Apostólico del Chaco Paraguayo y responsable de la sección Ad Gentes del Departamento de Misiones y Espiritualidad del CELAM y por el P. Carlos Rockenbach al ENCUENTRO DE FUERZAS MISIONERAS DE AMÉRICA LATINA Y DEL CARIBE, realizado en Bogotá, D.C., del 3 al 7 de mayo del año 2010. Estas fueron las conclusiones de aquel primer gran momento, que abrió paso a la realización del que acabamos de tener en la Ciudad de México, del 21 al 25 de enero de este año 2013, del cual les hablaré más a espacio en el próximo número de esta REVISTA DE MISIONES. Para entender bien lo realizado en México son necesarios estos prolegómenos.

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CONCLUSIONES DEL ENCUENTRO DE FUERZAS MISIONERAS DE LA IGLESIA EN AMÉRICA

Algunas constataciones:

“Hemos hallado al Mesías” (Jn 1,41) En Bogotá, del 4 al 7 de mayo de 2010, convocados/ as por la sección Misión Ad Gentes del departamento Misión y Espiritualidad del CELAM, nos reunimos las fuerzas misioneras de América Latina y el Caribe (obispos, sacerdotes, religiosos/as, institutos seculares y laicos/as) con el propósito de compartir las experiencias misioneras en nuestras Iglesias locales, el proceso que vivimos como discípulos/as misioneros/as en el marco de la Misión Continental y, particularmente, nuestra conciencia misionera ad gentes. Nuestra acción misionera, ¿a qué modelo de misión y de Iglesia responden? ¿Cómo vivimos la conversión pastoral que busca pasar de “una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (DA 370)? Como discípulos/as misioneros/ as, ¿estamos “dispuestos a ir a la otra orilla” (DA 376, 379, cf. 360), es decir, ¿a salir, mirar hacia afuera, anunciar la Buena Noticia de Jesucristo allí donde todavía no es conocido como enviado de Dios para la salvación de la humanidad? ¿No será que la Misión Continental se está reduciendo a una misión simplemente ad intra, perdiendo así su dimensión ad gentes? Mons. Jesús Esteban Sádaba Pérez, Vicario Apostólico de Aguarico -EcuadorResponsable de Misiones y de Pastoral Indígena en la CEE

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-Valoramos la iniciativa del CELAM en convocarnos a este encuentro que nos ha permitido comenzar a conocernos como fuerzas misioneras, intercambiar experiencias, enriquecernos mutuamente entre todos/as (obispos, presbíteros, consagrados/as, laicos/ as...), pues constatamos la poca coordinación entre nuestros organismos eclesiásticos (Obras Misionales Pontificias, Conferencias Episcopales, Iglesias locales...) y el poco conocimiento de las fuerzas misioneras por parte de las Conferencias Episcopales y del mismo CELAM. -Vemos con satisfacción el encuentro entre la Comisión ad hoc y la Comisión Ad Gentes del CELAM, que esperamos sea el inicio de un trabajo conjunto entre las fuerzas misioneras de nuestro continente. Redescubrimos la necesidad de la importancia de la Misión Continental que ha de conducir necesariamente a un mayor compromiso ad gentes. Notamos, sin embargo, la escasa presencia misionera en los nuevos areópagos: política, artes, universidades, comunicación, mundo digital... De allí la urgencia de un mayor compromiso en la formación y animación a la misión. -Notamos en general una progresiva disminución del envío y de la animación misionera ad gentes, tanto en el CELAM como en los congresos misioneros americanos ya realizados. En este último caso, es un hecho significativo la reducción del antiguo


Departamento de Misiones a simple sección Ad Gentes, que denuncia ya el reducido espacio que tiene la Misión en la estructura institucional de nuestra Iglesia. Creemos que urge reconsiderar esta situación. -Valoramos la presencia de los centros de formación misionera en algunos países, que en sus diversas modalidades (presenciales, semi-presenciales, virtuales, a distancia) constituyen espacios de preparación académica y vivencial y que todavía no son suficientemente aprovechados por el pueblo de Dios. La escasa preparación misionera en general y Ad Gentes en particular, desde el seminario y casas de formación religiosa, de muchos presbíteros y religiosos/as - e incluso de algunos obispos representa también una causa del lento proceso en el despertar de la dimensión misionera Ad Gentes en nuestra Iglesia Particular. -Apreciamos con alegría los esfuerzos que realizan las conferencias episcopales e Iglesias locales en el proceso de la Misión Continental, en apertura al impulso del Espíritu Santo. Por los datos recibidos, este camino surge del conocimiento y estudio de la realidad, busca promover el encuentro personal con Jesucristo en la vida personal y comunitaria, particularmente en las parroquias y pequeñas comunidades cristianas, donde se redescubre la Buena Noticia de Jesucristo. La dimensión misionera comienza a plasmarse, no sólo en los planes globales sino en las expresiones concretas de las Iglesias locales: pastoral ordinaria y familiar, catequesis de iniciación, gestos cotidianos, compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la creación. No obstante, a pesar de la animación del CELAM, no pocos agentes de pastoral consideran la Misión Continental como una actividad paralela a la pastoral ordinaria. -Constatamos en algunos sectores que nuestra Iglesia tiene todavía un estilo piramidal, con fuerte clericalismo, donde los/as laicos/as no tienen aún su participación efectiva en la Misión Continental y Misión ad gentes. Vemos el difícil comienzo del laicado, particularmente de la mujer, en la Misión ad gentes, que no siempre encuentra el apoyo necesario en las instituciones eclesiásticas y religiosas. De allí que urge seguir profundizando la corresponsabilidad de trabajo y animación entre todos/as los/as bautizados/as teniendo como objetivo el encuentro personal y comunitario con

Mons. Sérgio Arthur Braschi de Ponta Grossa, Parana - BrasilDpto. Misión y espiritualidad/ CNBB- Comisión de Misiones

Jesucristo vivo y su anuncio explícito con el testimonio de la propia vida a todos los hombres y mujeres del mundo, también más allá de nuestras fronteras.

Nuestras convicciones: -Recordamos que nuestra misión está profundamente enraizada en el misterio trinitario: la misión es antes que nada Misión de Dios, que se ha revelado en la Misión del Hijo, con el protagonismo activo del Espíritu Santo (AG 2, RM 21) y está presente como “semillas del Verbo” en todas las culturas y religiones. La misión de la Iglesia, al igual que la del Hijo, encuentra su origen precisamente en la misión de Dios Padre. De modo que todo anuncio misionero o conduce al Padre o no alcanza su meta: todo anuncio que no desemboca en el encuentro con el Padre, no es misión cristiana, pues el Verbo desde la eternidad está dirigido hacia el seno del Padre, hacia la Paternidad, hacia el Misterio último, Inefable (Jn 1,1-2). -Nuestra misión es universal, tiene su fundamento en el Verbo, que es vida y luz para todas las personas sin exclusión: “luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo” (Jn 1,9); fuente de plenitud que siempre genera vida nueva, auténtica. De modo que

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es discípulo/a misionero/a toda persona que lleva a su interlocutor/a a vivir la experiencia de la filiación divina, en el encuentro con el Padre, en el misterio. Para ello el/la discípulo/a debe realmente arriesgarse a creer en el Verbo; en su encarnación (Jn 1,14), lo que significa asumir el mundo (Jn 1,9-11), la realidad humano-cósmica en todas sus dimensiones, pues lo que no es asumido no es redimido. Nuestra misión hoy ha de estar en sintonía creativa con la creación que gime con dolores de parto (Rm. 8,22-23) y debe estar al servicio del Reino de Dios. -Meditamos en el Evangelio de San Juan cómo los primeros discípulos eran personas inquietas, en búsqueda, abiertas a la revelación, que aceptaron la invitación de Jesús para ir con él, verlo, permanecer, hacer experiencia de su misterio gratuito; es esta experiencia precisamente que los convierte en apóstoles, misioneros, y así pueden exclamar con gozo: “Hemos hallado al Mesías” (Jn 1,41). Es un texto que nos interpela hoy a vivir nuestro encuentro personal con Jesús en los diversos acontecimientos, personales, relaciones sociales, religiosos, cósmicos..., con una profunda capacidad de escucha de la alteridad, de discernimiento evangélico, de aprendizaje constante, de apertura a las nuevas realidades que interpelan P. Toribio Tapia Bahena Diócesis de Cd. Lázaro Cárdenas Universidad Pontificia de México-OMPE de México

nuestras convicciones aparentes, nuestros esquemas mentales, y tal vez algunos paradigmas misioneros anacrónicos o caducos...; así, mientras escuchamos y aprendemos, anunciamos a Jesucristo con nuestra experiencia de vida, con nuestro testimonio, a veces silencioso, con la profunda convicción de que la Misión es en definitiva de Dios. -En sintonía con el documento de Aparecida, reafirmamos que nuestra misión de discípulos/ as misioneros/as será posible si realmente vivimos en Jesucristo al menos tres requisitos mínimos: la gratitud ante la vida donada, la alegría en las relaciones compartidas y la buena noticia (Evangelio) que descubren nuestros/as interlocutores/as. Si no vivimos estas tres condiciones, tampoco podremos comunicar la vida plena en Jesucristo, su estilo de vida (DA 356), punto de llegada de toda misión, y menos aún ser misioneros/as ad gentes. Por tanto; es urgente que sigamos profundizando las cuatro dimensiones propuestas para nuestro itinerario cristiano: redescubrimiento de nuestra vocación cristiana; su carácter comunitario, relacional e intercultural; necesidad de cualificada formación en todos sus niveles; y compromiso misionero cotidiano. A pesar de nuestros límites, queremos conocer, amar y anunciar a Jesús con alegría (DA 278e). -Recordamos que la Misión Continental comporta necesariamente un cambio de mentalidad en todo/a creyente: quien quiera ser misionero/a debe hacerse discípulo/a; ha de dar testimonio de la propia conversión; debe “ir a la otra orilla”, salir al encuentro de los/as interlocutores/as, con especial atención a los alejados, a quienes son culturalmente diferentes, y a quienes viven lejos de nuestras fronteras geográficas. La misión es una vocación, una vocación a la santidad (RM 90), a vivir según el estilo de Jesús (DA 363), en apertura gozosa a los signos de los tiempos, a “dejarse guiar por el Espíritu” (Gal 5,18). Este proceso supone un encuentro personal con Jesucristo, en la Eucaristía y los Sacramentos, en especial, por medio de su Palabra, a través de la lectio divina, que ha de formar parte de la pastoral ordinaria en nuestras Iglesias locales. Responsables de la misión son todos los miembros de la Iglesia local en su diversidad de carismas y ministerios, en un trabajo de corresponsabilidad.

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Solemne celebración de todos los participantes del I Encuentro CELAM - OMP en la ciudad de Querétaro - México- 23 de enero de 2013

Algunos compromisos: Al final de nuestro encuentro, sugerimos algunas acciones concretas para impulsar la Misión Continental y revitalizar el espíritu misionero Ad Gentes desde la animación del CELAM: - El Obispo Responsable de Misiones (Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones), promueva, en las Conferencias Episcopales, zonales y diócesis encuentros de fuerzas vivas misioneras (OMP, institutos y congregaciones misioneras, misioneros populares, institutos seglares ad gentes, laicos misioneros ad gentes) al menos dos veces al año. En particular, mediante el Directorio Misional, organice y coordine el trabajo conjunto de las fuerzas misioneras, con el espíritu de la misión ad gentes, a-nivel nacional y diocesano. Así mismo, es urgente que impulse, en especial la organización de los/as misioneros/as laicos/as a quienes ofrecer el apoyo institucional creando estructuras para la formación y el envío a la Misión ad gentes. Acompañe igualmente el envío ad gentes de los Religiosos/as de los institutos misioneros. - El Obispo Responsable y el Director de las OMP insistan en la urgencia de organización, formación específica y creación de redes nacionales, regionales y continentales de las fuerzas misioneras en especial la de laicos/as misioneros/as Ad Gentes con el apoyo de los obispos y conferencias episcopales de cada país. -Los Obispos Responsables de la formación sacerdotal en los Seminarios, promuevan la transversalidad misionera y misionológica de todas las disciplinas teológicas y en la formación pastoral de los aspirantes

al presbiterado en los Seminarios, en los Centros de formación religiosa y en las Universidades. Recuerden al presbítero que su consagración es para la Iglesia Universal. Para ello es necesario revisar los textos académicos de los Seminarios según los objetivos de la Misión Continental y Misión ad gentes. -Sugerimos a las Conferencias Episcopales la urgencia de incluir la dimensión misionera en los planes pastorales de las Iglesias locales. De allí la necesidad de promover y difundir la animación misionera de las Iglesias Particulares y las Obras Misionales Pontificias, como la Infancia Misionera, Juventud Misionera y Familias Misioneras, como vía concreta de animación misionera en las Diócesis y parroquias. - Sugerimos continuar la colaboración mutua entre la Comisión de Misión Continental ad hoc y la Sección de Misión Ad Gentes del CELAM en la animación continental con el objetivo principal: el mejor fruto de la Misión Continental es la misión ad gentes. Así mismo, sugerimos que los Directivos del CELAM estudien la posibilidad de retomar el Departamento de Misión, como lo fuera el antiguo DEMIS. - Proponemos a los organizadores del CAM 4 que tengan en cuenta la explícita dimensión misionera Ad Gentes como objetivo central del Congreso y que a los organizadores de los simposios misionológicos previos al CAM 4, inviten también a miembros vinculados a la sección Misión Ad Gentes del CELAM. Bogotá, 7 de mayo de 2010

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ESPIRITUALIDAD CRISTOCENTRICA DEL SIERVO DE DIOS

MIGUEL ÁNGEL BUILES Mons. Gustavo Ángel Ramírez, MXY.

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engan los misioneros como distintivo especial del Instituto, un amor entrañable a la persona adorable de Nuestro Señor Jesucristo, a quien deben cuanto son y tienen” (Costumbrero Art 116 p26) 2.

“Y por donde empezamos, pues por el principio hijas, por donde debo empezar, por las palabras del apóstol: “mi vivir es Cristo” ¿y podemos tener otro vivir?” (Mi Test. p.22) Es verdad que Mons. Builes no habla como los teólogos de ahora, del Cristo histórico y de Cristo de la fe. No se detecta en sus expresiones una cristología bien definida como nos la presenta la teología actual. Para él Cristo es Dios y hombre, y no hay que separar lo que Dios ha unido. Inclusive cuando habla de las relaciones de Cristo con la Trinidad, él afirma con san Pablo que Cristo es la plenitud de la Divinidad.

1. Así recomienda Mons. Builes a los misioneros Javerianos el amor a Cristo Jesús y se define como un seguidor incondicional del mismo Jesucristo. Si repasamos su diario, sus cartas pastorales, sus exhortaciones, el testamento espiritual, aparece de un amor apasionado a Cristo Jesús; como dicen hoy Él es su fan; todos sus desvelos son para que Jesús esté en el centro de sus deseos y 3. Hay sin embargo unas expresiones que privilegian su contemplación de Cristo como el ejemplar a aspiraciones y en el corazón de los demás. En el quien debemos imitar. Cristo es para Mons. Builes testamento espiritual corrobora este pensamiento

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el modelo perfecto a quien debemos imitar y copiar. Pero no solo es el hombre humilde, amable, comprensivo, lleno de amor porque es un hombre perfecto, sino porque Él es Dios, y siguiéndolo no nos equivocamos. Estaríamos ante una cristología modelar, Cristo es el modelo a imitar: “Asimílense su espíritu y su vida en las páginas del Evangelio. Ténganlo como la meta final de sus esfuerzos” (Costumbrero p.26). El modelaje de Jesús debe ser nuestro anhelo, mirarlo, conocerlo bien de cerca, encontrarnos con Él para copiarlo.

y sacramentado. Frecuentemente encontramos que se refiere al “Amado”; con esta palabra preciosa quiere indicar a Cristo en el Sacramento. Allí encuentra el consuelo en los momentos difíciles, la fuerza para seguir en los trabajos pastorales, el amigo de sus cuitas, quien le perdona todas sus faltas. “Aviven todos en sí un amor ardiente a Cristo Nuestro Señor y un íntimo pesar de verlo tan olvidado y ofendido” (manual de costumbres p. 29). No hay duda que Mons. Builes se refiere a Jesús Sacramentado.

Hay otra faceta en la Cristología de Mons. Builes. Él habla con frecuencia de Jesús en el Sacramento del altar. Se trata pues de una referencia constante a Jesús sacramentado; cristología sacramental diríamos. Él insiste en exhortarnos a las visitas a Jesús sacramentado. Se lo dice a los Padres Javerianos, se lo repite a las Hermanas Teresitas y a las Hijas de las Misericordias; llega a decir que la oración diaria se haga frente al Santísimo Sacramento; que no debe faltar nunca la visita a Jesús sacramentado y que inclusive cuando se está de viaje dirijan sus miradas y atención hacia el sagrario más cercano para acompañar y visitar a Jesús en el Sacramento.

“¡Puse en manos de Dios mi Estrella, toda mi Estrella! Él le dará brillo y hará el extraordinario milagro de hacerme santo algún día, Él lo puede todo y hará este”

Mons. Builes desea que haya muchos sagrarios en el mundo donde amen y adoren al Señor Jesús. A los misioneros Javerianos les dice: “No omitan nunca las pequeñas visitas al Santísimo Sacramento que se hacen después del almuerzo y la comida” (manual de costumbres p. 25). Mons. Builes al mejor estilo del Santo Cura de Ars, se entendía muy bien con Jesucristo en el sagrario. Vale la pena ampliar algún día esta devoción de Mons. Builes. Cristología sacramental: es allí donde él tiene su mirada puesta en Cristo Jesús, es allí donde nos habla de su devoción a Cristo resucitado

Miguel Ángel Builes Tomado del Boletín De Espiritualidad N. 5 Imágenes de archivo de Monseñor Miguel Ángel Builes

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El siervo de Dios

MIGUEL ÁNGEL BUILES y la vida consagrada

Hna. Nora Gómez Vargas, MT.

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sta sublime elevación de su espíritu puede leerse en la mística página de “Mi Diario”, el 19 de noviembre de 1964, cuando, durante los ejercicios espirituales, preparatorios a los cincuenta años de su ordenación sacerdotal, así se expresa con la humilde satisfacción que en el ánimo humano deja el deber cumplido: Monseñor Miguel Ángel Builes

1. Me pidió mi Dios querido que le formara unos misioneritos en unión con San Francisco Javier y mi adorada Teresita del Niño Jesús, y su escudo obedece a mis ambiciones […]. 2. Me pidió luego mi Dios que le regalara una comunidad de vírgenes; como se lo había yo prometido en el seminario de Antioquia, antes de mi subdiaconado, para que ellas derramaran el aroma de su virginidad y amaran a su Esposo por tantas almas entregadas a las liviandades y a la lascivia, y Santa Teresita me impulsó a ello con aquellas palabras: “Quiero Amado mío plantar tu cruz en tierra infiel y en las más remotas islas”. Y he aquí como en 1929 aparecieron las Teresitas misioneras […]. 3. Diez años después me pidió mi Dios querido le segregara del árbol de Hermanas Misionera de Santa Teresita un gajo viviente y las constituyera en comunidad contemplativa para que oraran sin cesar ante Jesús sacramentado expuesto en su custodia y recitaran el Breviario, y como segundo fin se dedicaran a la enseñanza de la juventud femenina en pensionados apropiados, haciendo que sus alumnas amaran entrañablemente la adorable Mons.que Miguelse Ángel Builes Eucaristía, al tiempo mismo formaban intelectual y moralmente […].

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4. Por fin, como la Madre bendita de las Misericordias, quería tener instrumentos virginales que le ayudaran a ejercitar su misericordia maternal y le sirvieran de instrumentos para derramar sus bondades, mi Dios me pidió en el año de 1951 que le formara una tercera comunidad de vírgenes para ejercer la mayor misericordia que se puede ver en el mundo: difundir el conocimiento y el amor de Dios, por la enseñanza del catecismo y toda clase de obras de caridad y beneficencia […].

mediante la meditación; cual era el cometido de las Teresitas contemplativas; conquistando almas para Cristo: los primeros, desde los campos de misión, con mano en la cruz y el evangelio; las segundas, desde la silente soledad del claustro, con mano en el rosario y en los labios la oración.

He ahí cuáles son el origen y la finalidad, y cuál la meta de cada una de sus Fundaciones, y he ahí también la razón por la cual ellas pudieron surgir y sobrevivir, producir y consolidarse en la Iglesia de Dios: todas fueron obras; fruto del amor y de la fe de un obispo que creyó y amó, y vivió y custodió la vida consagrada.

“ Hasta hoy les he presentado para su meditación muchas ideas recogidas en desorden como flores en un jardín; ustedes las discriminarán y colocarán en el jarrón de su corazón en variado u ordenado ramillete, aspirando el perfume de cada pétalo, de cada flor, con un solo pensamiento: hacerse santos, ya que ser santos es su vocación.

“Mi Testamento Espiritual” es –digo yo− el manual de formación de los miembros de sus fundaciones, y el contenido de este precioso Testamento lo constituyen las conferencias que el Fundador pronunciaba ante sus Religiosas; las Teresitas Activas y las Contemplativas.

Como lo establece el Código de Derecho Canónico; dado que la autoridad competente puede erigir cualquiera de las formas de Vida Consagrada (cf. Canon 573 § 1), él, haciendo uso de esta potestad, enriqueció espiritualmente con ellas a la Iglesia; colocando a su disposición recursos humanos de probada santidad, para que sus miembros, por medio de una entrega incondicional de sus almas y sus cuerpos al Señor, pudiesen llevar a cabo la salvación del mundo mediante la perfección de la caridad en el servicio del Reino de Dios. Así, convertidos pues en símbolo preclaro de la Iglesia triunfante, habrían podido todos anunciar la gloria celestial; ya por medio de la labor activa; cual correspondía a los misioneros de Yarumal, a las misioneras activas, de Santa Teresita, y a las Hijas de nuestra Señora de las Misericordias; ya

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“Quiero Amado mío plantar tu cruz en tierra infiel y en las más remotas islas” Santa Teresita del Niño Jesús Tomado del Boletín De Espiritualidad N. 6

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VIVIR DE VERDAD LA FE Excmo. Mons. Libardo Ramírez Gómez*

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s importante celebrar con recogimiento todo cuanto conmemoramos en la Semana Santa, procurando que sea una verdadera Pascua, o “Paso del Señor”, más digno de recordar que los hechos providenciales que rememoraba el Pueblo de Israel en torno a su liberación de Egipto (Ex. 12). No basta la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección del Salvador, sino que el acercamiento a esas grandes realidades han de dejar huella profunda y conversión sincera en el alma del creyente, y llevar a vivir de verdad la fe. Sea la Pascua un salir de vivir a medias la fe que se profesa, que así es algo estresante, angustioso,

insatisfactorio, un caminar vacilante e inseguro. Es preciso propiciar, en cambio, una vivencia a verdadera fe, que da alegría, entusiasmo, seguridad, ganas de vivir. Conforta ciertamente, sentirse empeñado en el animador programa señalado por ese hombre de tan grande fe como fue Saulo de Tarso: “Ya coman, ya beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios” (I Cor. 10,31). Es preciso aprovechar los grandes mensajes revividos en los días santos para adentrarse en algo que tanto conforta como vivir la verdad afirmada por el mismo Apóstol, al saberse el cristiano en la Iglesia miembro de ese místico pero

real “cuerpo de Cristo” (II Cor. 12,27) ¡Qué elevación tan maravillosa de todo el actuar humano, vivificado así por obra de la encarnación de Cristo en nuestra comunidad humana, divinizados nuestros esfuerzos y fatigas¡ Con gran caridad y respetuoso llamado a salir de su situación hemos de presentar esa alegría de creer a quienes al no tener aquella luz caminan en tinieblas, en incerteza, sin apoyo espiritual para afrontar los diarios problemas. Advertimos que deben ellos buscar distintas motivaciones, distintas razones al vivir, acudir a querer triunfar en esto o aquello por honor, por prestigio, por dinero, por placeres, o por Experiencia misionera - Vaupés-

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Quienes intentamos, con la ayuda de Dios, llegar a ese vivir de verdad la fe, podemos testimoniar que ella da paz satisfacción filantrópica, pero todo muy distante a cuanto anima la fe. No podemos menos que hablarles del gran consuelo y la alegría que se siente al estar impulsado a perseverante caminar, con propósito inquebrantable de triunfar por ideales superiores que lo alientan en su vivir. En esa contrastante situación que hay entre el creyente y no creyente o entre el que vive su fe a plenitud o a medias, ojala los últimos tengan apertura a dejar que su inteligencia y cualidades de que están dotados los vayan llevando a acoger aquella luz que conforta, llamada: Fe. Es de desear que tarde o temprano estos de vacilante caminar den un paso como el de Agustín de Hipona, y que lleguen, como él, a dirigir a Dios este clamor: “¡Tu me llamaste a gritos y acabaste de vencer mi sordera. Tu me llamaste y tu luz acabó de penetrar mis tinieblas. Ahora he gustado de suavidad y estoy hambriento de Ti!”. He venido a plantear el anterior dilema, y esa situación intima que da vivir o no vivir la fe, o entre vivirla a medias y vivirla de verdad, cuando estamos en el “Año de la

Parroquia Todos los Santos, Diócesis de Engativá -Bogotá-

Fe” lanzado por el Papa Benedicto XVI, y cuando percibo en tantas personas esas dos situaciones entre las cuales hay qué tomar partido. Es oportuno que pase a decisiones entusiastas, al vivir de verdad una fe que sea fruto estable de una debida celebración de la Pascua y profundizar en el vivir a la luz de la fe, y en las verdades mismas de ella, como fue el tema del Episcopado Colombiano en la primera Asamblea de este año 2013, eco al llamado del Papa, y al conmemorar los cincuenta (50) años de ese faro de luz como fue el Concilio Vaticano II. Con renovada gratitud a Dios ha de ubicarse el creyente al poder testimoniar cuanto trae su vivencia efectiva de la fe, como gran consuelo en medio de las penas, seguridad en las decisiones aún cuando se traben los caminos, como alegría de sentirse acompañado de Dios, con el entusiasmo que da la certeza de acertar cuando se escucha la voz de lo Alto. Muy seguro puede repetir el creyente como S. Pablo

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“Yo sé bien en quien tengo puesta mi fe” (I Tim. 1,12), o de expresar con él su certeza de que “quien en El tenga fe no será confundido” (Rom.9, 33). En actitud de reflexión y de escucha, el que no se sienta en tal situación, que perciba sí el llamado cariñoso a apreciar aquella actitud y no considerarse excluido de poder un día disfrutar de los gozos que da una fe vivida. Quienes intentamos, con la ayuda de Dios, llegar a ese vivir de verdad la fe, podemos testimoniar que ella da paz y serenidad aún en medio de las mayores penas y dificultades personales, familiares o profesionales, y que nunca nos pesará decirle a Jesús, así no entendamos sus exigencias, como Pedro ante ejemplos de deserción: “¡Señor, ¿a quien vamos a ir? Tu tienes palabras de vida eterna!”. (Jn. 6,68). Viviendo de verdad la fe estaremos reviviendo, comenzando por nosotros mismos, el espíritu misionero. *Presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional y Obispo emérito de Garzón, Huila

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Pontificia obra de la Propagación de la Fe

Hermana Ofelia Gómez Ruiz. MT. *

CUARESMA: TIEMPO DE GRACIA,

LLAMADOS A LA CONVERSIÓN

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reparemos en este tiempo de cuaresma una ofrenda agradable a Dios: nuestro corazón arrepentido El itinerario pascual, nos puede llevar a recordar nuestra dependencia radical del Creador: todo lo que somos y tenemos, lo recibimos continuamente de Dios; por nosotros mismos no somos nada; todo es recibido como don gratuito. Esta dependencia total del Creador nos coloca en radical humildad como criaturas frágiles e inconsistentes que somos: «¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido ¿de qué te glorías

como si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4, 7). Sin Dios desaparecemos, nos destruimos. Por lo mismo tampoco el ser humano puede reclamar nada a Dios como si le fuera debido: «Oh hombre, ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso dice el vaso al alfarero: por qué me has hecho así?» (Rom 9, 20). Por el contrario, la actitud propia del hombre ante Dios es recibir de Él y vivir en la gratitud permanente por todo lo que recibe de su Creador (Sal 50, 7-15.23). Lo oscuro, vacío y frágil que es o puede llegar a ser nuestro barro, lo puede transformar el “Alfarero

Divino” en una gran obra, en un recipiente que puede llegar a contener la luz del Resucitado, que será a su vez fuerza contagiante y compromiso misionero, pues así nos lo exige la Nueva evangelización: …”Evangelizarnos a nosotros mismos y disponernos a la conversión. La obra de la nueva evangelización consiste en proponer de nuevo al corazón y a la mente, no pocas veces distraídos y confusos, de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y, sobre todo a nosotros mismos, la belleza y la novedad Encuentro juvenil en Cumaribo- Vichada

Fundación Gente Como Uno. Bogotá, octubre 2012

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28 Juventud Misionera. Carepa, Urabá.


Encuentro juvenil en Cumaribo- Vichada

perenne del encuentro con Cristo. Os invitamos a todos a contemplar el rostro del Señor Jesucristo, a entrar en el misterio de su existencia, entregada por nosotros hasta la cruz, ratificada como don del Padre por su resurrección de entre los muertos y comunicada a nosotros mediante el Espíritu.

el Pan de Azúcar, la costa brasileña y la Cruz del Peregrino de la JMJ. Los colores son los de la bandera de Brasil.

”(Mensaje de la XIII Asamblea General Ordinaria de los Obispos, dedicado al tema “La nueva evangelización para la transmisión de la fe” (26-102012)

La Jornada Mundial de la Juventud será realizada del 23 al 28 de julio del 2013 en la ciudad de Rio de Janeiro y tiene como lema ¨vayan y hagan discípulos a todos los pueblos¨ (Mt 28, 19).

Y como nos dice la carta apostólica Porta Fidei, sostenidos por la fe, miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo, aguardando “unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia” y admiramos e invitamos a seguir el ejemplo de tantos hombres y mujeres de toda edad, que por la fe, han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús allí donde se les llama a dar testimonio de su ser de cristianos: en la familia, la profesión, la vida pública y el desempeño de los carismas y ministerios que se les confían. También nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia.

Las JMJ tienen su origen en grandes encuentros con los jóvenes celebrados por el Papa Juan Pablo II en Roma. El Encuentro Internacional de la Juventud, por ocasión del Año Santo de la Redención pasó en 1984, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

Todo comenzó con un encuentro promovido por el Papa Juan Pablo II en 1984. Fue un encuentro de amor, soñado por Dios y abrazado por los jóvenes.

Fue allá que el Papa entrego a los jóvenes la cruz que se tornaría uno de los principales símbolos de la JMJ, conocida como la cruz de la jornada. La primera Jornada Juvenil fue diocesana, en Roma, en el año de 1986. Seguido por los encuentros mundiales: Buenos Aires (Argentina-1987); Santiago de Compostela (España-1989); Czestochowa (Polonia-1991); Denver (Estados Unidos-1993); Manila (Filipinas-1995); Paris (Francia-1997); Roma (Italia-2000); Toronto (Canadá-2002) ; Colonia (Alemania-2005); Sídney (Australia-2008); Madrid (España-2011). La participación en la Jornada requiere un cuerpo preparado para la peregrinación y un corazón abierto para las maravillas que Dios tiene reservado para cada uno. Son catequesis, testimonios, acciones, ejemplos de amor al prójimo y a la Iglesia, festivales de música y actividades culturales. Al final, un encuentro de corazones que creen movidos por la misma esperanza de que la fraternidad en la diversidad es posible. San Francisco Javier y Santa Teresita del Niño Jesús nos ayuden a asumir con generosidad y ardiente espíritu de sacrificio, los desafíos misioneros derivados de nuestro compromiso bautismal y a seguir con firmeza por las rutas de la nueva evangelización.

Una Aventura de fe El logo es un corazón que simboliza el corazón del discípulo, la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro,

* Secretaria Nacional POPF propagafe@ompdecolombia.org

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Pontificia Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera

Disney López Lara *

“AYUDAR A LOS NIÑOS A TRAVÉS DE LOS NIÑOS”

Obra Pontificia de la Infancia Misionera 170 años al servicio de la misión

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róximos a celebrar los 170 años de fundación de la Infancia Misionera, quiero recordar al gran obispo Francés CARLOS AUGUSTO FORBIN JANSON, quien en 1843 en Nancy (Francia), impresionado por las necesidades de los niños chinos que estaban abandonados en la

calle, se sintió impulsado a fundar una obra especialmente para ellos. En una carta que recibió de un misionero desde China le contaba: “Me encuentro rodeado, aún sin saber cómo, de una decena de niños, unos de pecho, otros de dos, tres, cuatro años de edad; cubiertos de granos. Los pobrecitos no saben

más que comer y llorar: es necesario buscarles comida, y pagarla. Dios me da fuerza para sostener tantos niños, pero si no soy socorrido con alguna limosna, moriré con ellos” Qué preocupación tan grande, ¿qué hacer?”.

Grupo de la Infancia Misionera, Parroquia San Juan Evangelista - Cúcuta-

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Monseñor Forbin, estableció contacto con Paulina Jaricot, quién había fundado en 1822 la Obra de la Propagación de la Fe, en Lyon – Francia, para atraer su atención sobre las necesidades de los niños de los territorios de misión. Paulina lo animó para que creara una obra especial, de la cual ella quiso ser la primera en acogerla y se interesó por el proyecto original de Mons. Forbín: Ayudar a los niños a través de los niños; y definió a la Santa Infancia como la Obra de la Propagación de la Fe para niños. Mons. Forbin, estaba convencido que, si el niño es un ser débil al que se debe prestar asistencia, es también un hijo de Dios rico en fe y amor, capaz de participar a su manera de la Iglesia e incluso arrastrar a los adultos para que sigan sus iniciativas generosas. Es por eso que esta Obra promueve la animación y formación misionera de los niños, padres de familia y educadores, para que cooperen en la evangelización universal y muestren su solidaridad con los niños más necesitados del mundo. Después de la muerte de Mons. Forbin el 11 de julio de 1844, la respuesta de los niños no se hizo esperar y en pocos años, esta obra de ayuda a los niños se extiende no sólo en Francia, sino también en Europa, luego en América y hoy ya está presente en los cinco continentes. En Colombia la motivación misionera de los niños la inició San Ezequiel Moreno, en 1896. Después, en 1924, el Siervo de Dios Monseñor Miguel Ángel Builes y la Beata Madre Laura Montoya, promovieron esta iniciativa que fue organizada oficialmente por Monseñor Felipe Álvarez del Pino, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias de Colombia desde el año 1947 hasta 1970. * Secretaria Nacional POIAM infanciamisionera@ompdecolombia.org

Benedicto XVI con ocasión a la Jornada de la IAM -Roma, 7 de enero del 2013-

Los pontífices y la infancia misionera Desde un principio, la Obra tuvo el apoyo de los Papas, que han ido destacando sus logros en favor de los niños y su valor altamente educativo. Fue aprobada por Pío IX en 1846. El 3 de mayo de 1922 Pío XI la elevó a la categoría de Pontificia; en 1950 Pío XII instituyó el Domingo Mundial de la Infancia Misionera, que en Colombia se celebra el primer domingo de mayo. Conozcamos lo que algunos Papas dijeron a cerca de la Infancia Misionera: PÍO XII, expresa en su Encíclica Evangelii Praecones: “No ignoréis, venerables hermanos, que recientemente aún hemos instituido una fiesta, que de modo especial han de celebrar los niños para promover con oraciones y limosnas, la Obra de la Santa Infancia. Así se acostumbrarán estos hijitos nuestros a rogar insistentemente a Dios por la salvación de los infieles; y tal vez brotará y se desarrollará en sus almas, envueltas aún en el aroma de la inocencia, la vocación misionera”. BENEDICTO XV, incluye a la Santa Infancia en la Encíclica “Maximun Illud: “La segunda Obra que también recomendamos intensamente a todos es la de la Santa Infancia. Obra cuyo fin es proporcionar el bautismo a los niños paganos. Hácese esta obra tanto más simpática cuanto que también nuestros niños tienen en ella su participación; con lo cual, a la vez que aprenden a estimar el valor del beneficio de la fe, se acostumbran a la práctica de cooperar a su difusión”. JUAN PABLO II, se refiere a los niños de la Infancia Misionera como: “Los pequeños grandes colaboradores de la Iglesia y del Papa”. BENEDICTO XVI, “Deseo deciros que aprecio mucho vuestro compromiso en la Infancia Misionera. Veo en vosotros pequeños colaboradores al servicio que el Papa realiza a la iglesia y al mundo: vosotros me sostenéis con vuestra oración y también con vuestro compromiso de difundir el Evangelio”. Después de leer estas palabras tan alentadoras, dirigidas especialmente a los niños y niñas de la Infancia Misionera, los invito a preparase desde ya para que en mayo celebremos una fiesta especial en las parroquias, colegios y Jurisdicciones Eclesiásticas. Tengamos en cuenta que son 170 años animando, formando y comunicando en la fe.

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Pontificia Obra de San Pedro Apóstol

PREPARÁNDONOS PARA EL CAM 4 Pbro. Javier Alexis Gil H. *

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ios mediante, la Iglesia que peregrina en América, vivirá el próximo CAM 4, del 26 de noviembre al 01 de diciembre de 2013 en Maracaibo, Venezuela. El lema central es: “Discípulos misioneros de Jesucristo, desde América, en un mundo secularizado y pluricultural”. Ya está disponible el documento llamado Instrumento de Participación. Descárguelo desde la siguiente dirección: www. ompvenezuela.com

CUARTO CONGRESO AMERICANO MISIONERo contribuido al aumento de la conciencia misionera de toda la Iglesia. Sin embargo es mucho lo que falta por corresponder al encargo misionero recibido del Señor: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt. 28, 19). Se aborda el desafío actual de la Nueva Evangelización y de la Misión Ad Gentes en el continente y en el mundo entero.

Estos eventos continentales, de carácter misionero católico, han

Se entrelazan las realidades características de nuestro mundo secularizado y pluricultural. En este contexto tiene cabida un serio examen para mirar con fe las situaciones concretas y reales en las que está inmersa la humanidad.

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Entre otras, el fenómeno del relativismo, del individualismo, el mundo digital, la pluralidad cultural y la crisis de fe que tanto ha evidenciado el Santo Padre. El Padre Andrea Bignotti, imc, director nacional de las OMP de Venezuela y a la vez el secretario general del CAM 4. Él nos afirma, en la presentación del Instrumento de participación, que “la Iglesia siempre debe recordarse que existe para evangelizar y sobre todo para los que no han conocido aun a Jesucristo”. Las palabras “desde América”, contenidas en el lema del


Congreso, indican que todo bautizado que habita esta hermosa tierra amerindia ha de despertar constantemente su espíritu misionero universal. Espíritu católico que ha de vivirse desde el propio lugar en donde cada uno se encuentre, ya sea en el continente o fuera de él. A continuación se aborda el primer número del Instrumento de Participación: “Los tiempos han cambiado y los evangelizadores tenemos que tomar en serio ese cambio. No se trata sólo de una época de cambio sino de un cambio de época. En este cambio la religión sufre un desplazamiento. No desaparece pero no ocupa el lugar preponderante de antes. Redescubrimos la diversidad cultural como una riqueza y la interculturalidad como un reto. América como mosaico cultural exige una mayor inculturación, una incentivación del diálogo intercultural y una evangelización de las culturas”. Se puede decir que el documento, en su primer número, ofrece una mirada panorámica de todo lo que se quiere tratar en la preparación, vivencia y fruto del CAM 4. Se parte

de una reflexión sobre la realidad, estamos en un “cambio de época” en donde “la religión… no ocupa el lugar preponderante de antes”. Vale la pena examinar aquellas frases iniciales y ahondar en las posibles causas de esas constataciones. Por ejemplo, bien se podría pensar, tanto individual como grupalmente, en las características de este “cambio de época”, en sus bases y manifestaciones. Vislumbrar allí los anhelos y esperanzas de los hombres y mujeres de hoy, en qué gastan más su tiempo y a qué le dan más el corazón, cuáles son sus sueños. Este ejercicio, realizado con veracidad e iluminado por la fe, es ya una gran preparación y contribución para el bien de nuestra vida como creyentes y también es un magnífico aporte hacia una vivencia madura del evento continental que el Señor nos permite preparar. Las personas y grupos que deseen compartir sus reflexiones al respecto lo pueden hacer enviándonos por correo electrónico sus aportes. Del mismo modo se pueden hacer llegar las respuestas a las preguntas y talleres que el documento ofrece. Si se realiza un trabajo movido por el ardor

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misionero de dar el propio aporte en beneficio de la renovación que la Iglesia y todos necesitan, no hay duda de que allí obra el Espíritu de Dios que inspira y promueve la personal y comunitaria conversión y santificación. Las frases finales del primer número constatan la riqueza cultural de los pobladores del continente americano y, a la vez, evidencia la necesidad de una mayor inculturación. Al respecto, la Carta Magna de la inculturación, la Encíclica Slavorum Apostoli (SA), del Beato Papa Juan Pablo II, afirma que la inculturación es la “encarnación del evangelio en las culturas autóctonas y, a la vez, la introducción de éstas en la vida de la Iglesia” (SA, 21). Es fundamental tener ante nuestra mirada de fe el misterio de la Encarnación del Señor como modelo evangelizador y como proceso también de la personal experiencia de encarnar en sí la vida del Señor. Sólo quien está sinceramente en este empeño, puede también generar en los demás esa misma transformación que el Señor quiere realizar a través de su Iglesia. * Secretario Nacional POSPA Y PUM pospa@ompdecolombia.org

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Pontificia Unión Misional

“LOS CRISTIANos NECESITAMOS RECOMENZAR DESDE CRISTO” Pbro. Javier Alexis Gil H. *

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n el camino que antecede el CAM 4, el “Instrumento de preparación” en el número 9 evidencia que “necesitamos recomenzar desde Cristo”. Como desarrollo de esta urgencia, el documento pide tener en cuenta la multiforme realidad, iluminada por la única fe en Jesucristo: “Queremos ser fieles al Señor y para eso necesitamos de varias miradas que puedan iluminar los cambiantes momentos y las múltiples realidades, evitando visiones apocalípticas. Este CAM 4 Comla 9 es oportuno para explorar y rastrear caminos que serán transformados por la vivencia de una sola fe, la fe en JESUCRISTO” (Instrumento de Participación, No. 11).

(Aparecida, 41)

debe excusarse de entrar, decididamente, con todas las fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las posiciones caducas que no favorezcan la transmisión de la fe” (DA 47) por lo que ahora nos preguntamos sobre la Misión Continental: ¿ha sido verdaderamente aceptada e impulsada por los Obispos del Continente? o ¿simplemente se ha dicho que todo lo que hacemos es misión? ¿han sido verdaderamente evaluadas las estructuras de cara a la misión y las instituciones han revisado su accionar? ¿Se han creado instancias de coordinación de la misma o cada uno ha “adaptado” la misión para que no

En esta línea de búsqueda eclesial de nuevos caminos que produzcan conmoción y un mayor empeño misionero a escala personal, parroquial, nacional y continental con proyección universal, es de resaltar lo que el número 49 del documento de preparación al CAM 4 presenta: “Ninguna comunidad Revista Misiones N. 791 // Marzo - Abril 2013

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sea nada más que una campaña u operativo que un día se inauguró y ya se clausuró? ¿Cuántas Iglesias o mejor cuántas naciones están cumpliendo este plan de misión? ¿Cuál es la excusa? ¡No hay excusa!”. Se trata de una voz a la que se podría llamar bien un “examen de conciencia” que se escucha también en boca de muchos fieles de diversas partes del país y del continente. Algunos en ambiente de sólo crítica, sin aplicar ellos mismos el remedio en sus propias vidas. Otros en ambiente de una fe seria que produce dolor de Iglesia en la persona que de verdad ama al Señor y se identifica con su Iglesia, tan llena de santidad,


pero también tan necesitada de evangelización, como lo dijo el Siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi (EN) número 15: “Evangelizadora, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí misma”. De allí surge su incesante esfuerzo de conversión y renovación permanente. Esfuerzo que es ya el primer modo de evangelización hacia los demás, pues, “La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio” (EN, 21). PARA LA REFLEXIÓN (Tomado del Instrumento de participación, p. 23) –– ¿Cómo lograr la transición de una “pastoral de mantenimiento” a una “pastoral misionera”? –– ¿Qué relación plantea el Instrumento de Participación entre la Misión Continental y la Misión Ad Gentes? ¿Cómo es esa relación? –– Se puede participar enviando su aporte a nuestro e-mail pum@ ompdecolombia.org

... un mayor empeño misionero a escala personal, parroquial, nacional y continental con proyección universal * Secretario Nacional POSPA Y PUM pospa@ompdecolombia.org

Monjas Dominicas Contemplativas de la Orden de Predicadores - Bogotá, Cund.-

Monjas Dominicas Contemplativas de la Orden de Predicadores Hna. Yanet María Martínez Barrios

Fundadas en 1206 por Santo Domingo de Guzmán en Pruya- Francia. Su patrona Santa Inés de Montepulciano, que era una religiosa dominica. Por ello, les llaman popularmente “inesitas”. Su lema “Contemplar y dar de lo contemplado“. Pertenecen a la orden de predicadores, ya que por medio de la oración insistente ante el Santísimo sacramento, imploran para que el Evangelio sea llevado por los misioneros a todos los lugares sin errores, es decir fiel al querer de nuestro Señor Jesucristo, a la misión de la Iglesia y a las enseñanzas de su Fundador cuando dice ”Con los pies descalzos salgamos a predicar”. Están ubicadas provisionalmente en el sur de Bogotá y próximamente en Madrid Cundinamarca. Se sostienen con el fruto de su trabajo representado en fábrica de hostias, vino para la santa misa y la modistería. En medio de la vida de clausura, acogen con solicitud y alegría sus familias, bienhechores y personas ansiosas de encontrarse con Dios. ¡Allí se respira el perfume de Dios! Vale la pena recordar a la luz del Magisterio de la Iglesia el sentido de la vida monástica: “En la soledad y el silencio, mediante la escucha de la Palabra de Dios, el ejercicio del culto divino, la ascesis personal, la oración, la mortificación y la comunión en el amor fraterno, orientan toda su vida y actividad a la contemplación de Dios… contribuyen, con una misteriosa fecundidad apostólica, al crecimiento del Pueblo de Dios”. (S.S. Juan Pablo II, Vida Consagrada No. 8) Suplican a Dios que les siga enviando jóvenes decididas que opten por ese estilo de vida, para que desde el claustro sean misioneras para el mundo entero con caridad, humildad y pobreza voluntaria.

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Para Pensar

«Así dice el Señor: volvéos a mí con todo el corazón, con ayunos, con llantos y lamentos» (Joel 2,12)

“...Hay que subrayar la expresión «con todo el corazón», que significa desde el centro de nuestros pensamientos y sentimientos, de las raíces de nuestras decisiones, opciones y acciones, con un gesto de total y radical libertad.” Homilía de Benedicto XVI -Miércoles de Ceniza 2013-



Abril 7 de 2013 Segundo domingo de Pascua, Fiesta de la Divina Misericordia

Tercer

Congreso

Mundial

de la

Divina Misericordia La Divina Misericordia es el camino de la paz del mundo y de la renovación de la Iglesia

JESÚS

EN TI

CONFÍO

Bogotá, agosto 14 al 19 de 2014


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