Obras Misionales Pontificias de Colombia
REVISTA DE ISSN 0122-5693 marzo - abril de 2014 n. o 797
隆Fiesta misionera en Colombia!
Anunciar el Evangelio
de la Misericordia WACOM III World Apostolic Congress on Mercy
Congreso Apost贸lico Mundial de la Misericordia
World Apostolic Congress on Mercy 15-19 de agosto III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia
“Misericordia: nuestra misión en un sólo corazón” www.wacomcolombia.org
¡Fiesta misionera en Colombia!
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l sábado 15 de febrero de este año, en la Basílica Catedral de la Arquidiócesis de Medellín, en solemne ceremonia, fueron consagrados tres nuevos obispos colombianos: Excmo. Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, del clero de la Diócesis de Sonsón – Rionegro, como Vicario Apostólico de Guapi; Excmo. Monseñor Medardo de Jesús Henao del Río, miembro del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, como Vicario Apostólico de Mitú y su cohermano, el Excmo. Monseñor Joselito Carreño Quiñonez, como Vicario Apostólico de Inírida. El Señor Nuncio Apostólico del Papa Francisco en nuestra patria Monseñor Ettore Balestrero, presidió la ceremonia. Lo acompañaron como obispos co-consagrantes Monseñor Antonio Bayter Abud mxy., Vicario Apostólico emérito de Inírida y Monseñor Fidel León Cadavid Marín, Obispo de Sonsón – Rionegro. Concelebraron más de 60 obispos, un número mayor a 200 sacerdotes. Engalanaron maravillosamente tan soberbia ceremonia la presencia de un gran número de religiosas, seminaristas y una inmensa cantidad de bautizados, entre familiares, amigos y admiradores de los nuevos obispos. Pocas han sido las oportunidades en Colombia en las que se unen las coincidencias para dar paso a una ceremonia de esta magnitud. Pienso, por ejemplo, en aquel lejano domingo, 3 de agosto del año 1924, cuando, en la Iglesia Catedral Primada de Colombia, el Nuncio Apostólico de entonces, Monseñor Roberto Vicentini, con la presencia de la casi totalidad del Episcopado colombiano, reunido en Bogotá para la cuarta reunión plenaria del Episcopado, consagró también tres obispos, que llegaron a ser grandes figuras en el concierto de la Iglesia en el país. Se trataba nada menos que del Siervo de Dios, Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez, quien fue consagrado para la Diócesis de Santa Rosa de Osos, permaneciendo allí como Obispo titular hasta su muerte, el 29 de septiembre del año 1971; de Monseñor Pedro María Rodríguez Andrade, nombrado Obispo de Ibagué, en donde murió como obispo emérito el 5 de noviembre de 1967 y de Monseñor José Ignacio López Umaña, nombrado Obispo de Garzón, Huila, en donde permaneció hasta el 15 de marzo de 1942, al ser nombrado Arzobispo coadjutor de Cartagena, en donde murió como Arzobispo titular, el 3 de octubre de 1974. Por los anales de la historia de la Iglesia en Colombia, sabemos que en aquel lejano año 1924, y como conclusión a la plenaria de los Obispos, se realizó en este país el PRIMER
CONGRESO Y EXPOSICIÓN NACIONAL DE MISIONES CATÓLICAS, hecho formidable que marcó el ímpetu y dinamismo de las misiones católicas en Colombia. Fue Monseñor Roberto Vicentini quien, motivado por la Madre Laura Montoya Upegui, hoy la flor más brillante de la santidad colombiana, convocó aquel gran evento para hacerle eco, además, a la iniciativa del Papa Pio XI, el Papa de la Misiones, de celebrar el Año Santo Jubilar de 1925 con una gran exposición de misiones católicas en el Vaticano. Monseñor Vicentini hizo coincidir la consagración de estos tres nuevos obispos con la fecha de la plenaria del Episcopado colombiano y con el Primer Congreso Nacional de Misiones. Aquellos días fueron todos ellos de gran eclosión del espíritu misionero en nuestra nación. También el sábado 15 de febrero de este año 2014, el Señor Nuncio Apostólico, consagrante principal, a la luz de Aparecida y teniendo claro el deseo del Papa Francisco sobre las misiones católicas, dedicó su homilía para expresarle al Episcopado colombiano, allí reunido en su casi totalidad, el reto de la misión permanente de la Iglesia en Colombia, como fruto de la misión continental, siguiendo las indicaciones del Papa Francisco, ya bastante claras en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, del 24 de noviembre del año pasado. Los planes de Dios van saliendo adelante contando con la colaboración humana. Ahora son dos javerianos y un diocesano, la razón de ser de una GRAN FIESTA MISIONERA DE COLOMBIA. En aquel entonces, uno de los consagrados resultó ser el OBISPO MISIONERO DE COLOMBIA, fundador de comunidades religiosas para el servicio de la misión. Ahora son sus hijos espirituales. Cabe esperar, y con confianza se lo rogamos al Señor, dueño de la viña, que estos nuevos obispos sean gloria y prez de la Iglesia misionera en Colombia y para el mundo entero. Nos estamos preparando para celebrar el centenario de aquel Primer Congreso Nacional de Misiones, en el año 2024, y estos nuevos Obispos son pieza clave en la renovación y fortalecimiento del gran espíritu misionero que ha caracterizado a la Iglesia de Colombia. Gracias inmensas al Señor por este gran regalo, al Papa Francisco, al Señor Nuncio Apostólico, a los Obispos de Colombia y a la Iglesia en general de nuestra nación por la alegría de haber vivido, una vez más, como acontecimiento renovador, una gran ¡FIESTA MISIONERA EN COLOMBIA! Mario Álvarez Gómez Pbro.
Contenido Editorial ¡Fiesta misionera en Colombia! Intenciones Misioneras Intenciones misioneras para marzo y abril Puente Misionero Boletín de Espiritualidad Año Jubilar Actualidad Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2014 El corazón del Papa “El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria”
Misión Colombia Formación de calidad en el Instituto Misionero Antropológico Luces para el camino Anunciar el Evangelio de la Misericordia Tema central Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia
Especial El Centenario del Instituto de las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres Reviviendo el espíritu misionero Democracia con espíritu patrio y cristiano Así vamos POPF Pontificia Obra de la Propagación de la Fe Así vamos POIAM Pontificia Obra de Infancia y Adolescencia Misionera Así vamos POSPA Pontificia Obra de San Pedro Apóstol Así vamos PUM Pontificia Unión Misional Santa Laura y Siervo de Dios Monseñor Builes Para Pensar Notimisión Todo Obispo es Misionero del mundo entero Rincón Misionero Caminando con visión prospectiva en la misión de Jesús
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Obras Misionales Pontificias Revista Misiones Fundada en junio de 1925 ISS 0122-563 Marzo - abril de 2014 Año 91 n.o 797 Director Nacional OMP Pbro. Mario Álvarez Gómez Coordinación y redacción Viviana López Sánchez Diseño y diagramación José Fernando Fonseca Correa Dpto. de Comunicaciones OMP Impresión Instituto San Pablo Apóstol www.ispaeducacion.edu.co Pbx: +571 202 0657 Valor de suscripción: Un año (6 números) $ 30.000 Administración y Suscripciones Transv. 28B n.o 36-70 Pbx: +571 368 9693/244 2070 Fax: +571 269 9840 comunicaciones@ompdecolombia.org www.ompdecolombia.org Bogotá, D. C., Colombia 2014 Revista de Misiones es una publicación de las Obras Misionales Pontificias de Colombia OMP dirigida a las familias y a los grupos misioneros. Su objetivo es informar sobre la labor misionera de la Iglesia en Colombia, así como incentivar y promover, dentro de los colombianos, una mayor conciencia de Misión Ad gentes.
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Nuestra Portada El 15 de febrero, tres Obispos fueron ordenados para Colombia, en la Catedral Metropolitana de Medellín. Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, Obispo del Vicariato Apostólico de Guapí; Monseñor Medardo de Jesús Henao del Río, Obispo del Vicariato Apostólico de Mitú; Monseñor Joselito Carreño Quiñones Obispo del Vicariato Apostólico de Inírida.
Tarifa Postal Reducida n.o 2007 - 304
Marzo Para que numerosos jóvenes acojan la invitación del Señor a consagrar sus vidas al anuncio del Evangelio. “La vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un especial don divino, que se sitúa en el amplio proyecto de amor y de salvación que Dios tiene para cada hombre y la humanidad entera. Nuestro primer deber ha de ser por tanto mantener viva, con oración incesante, esa invocación de la iniciativa divina en las familias y en las parroquias, en los movimientos y en las asociaciones entregadas al apostolado, en las comunidades religiosas y en todas las estructuras de la vida diocesana. Tenemos que rezar para que en todo el pueblo cristiano crezca la confianza en Dios, convencido de que el “dueño de la mies” no deja de pedir a algunos que entreguen libremente su existencia para colaborar más estrechamente con Él en la obra de la salvación” Mensaje del Papa Benedicto XVI - Jornada Mundial por la Vocaciones – 20 de enero de 2009. Diáconos en la celebración de la clausura de la Eucaristía del CAM4-Comla9 Maracaibo, Venezuela
Unámonos en oración para que muchos jóvenes escuchen y acojan el llamado que el Señor les hace de trabajar en su viña, y estén dispuestos a entregar su vida al servicio del Evangelio.
Abril Para que el Señor Resucitado llene de esperanza el corazón de quienes sufren el dolor y la enfermedad. “Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en vosotros una presencia especial de Cristo que sufre. En efecto, junto, o mejor aún, dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su sentido. Cuando el Hijo de Dios fue crucificado, destruyó la soledad del sufrimiento e iluminó su oscuridad. De este modo, estamos frente al misterio del amor de Dios por nosotros, que nos infunde esperanza y valor: esperanza, porque en el plan de amor de Dios también la noche del dolor se abre a la luz pascual; y valor para hacer frente a toda adversidad en su compañía, unidos a él”. “Cuando nos acercamos con ternura a los que necesitan atención, llevamos la esperanza y la sonrisa de Dios en medio de las contradicciones del mundo. Cuando la entrega generosa hacia los demás se vuelve el estilo de nuestras acciones, damos espacio al Corazón de Cristo y el nuestro se inflama, ofreciendo así nuestra aportación a la llegada del Reino de Dios”. Mensaje del Santo Padre Francisco con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo 2014. Hna. Patricia Llanos, Misionera Teresita con mujer de la tribu Samburo Barsaloi Kenia, África
Señor, que tu Resurrección fortalezca a las personas que sufren enfermedades y puedan permanecer unidos a ti en medio del dolor, reconociendo tu presencia viva en medio de ellos. También recordemos en este mes a quienes se entregan generosamente al cuidado de los enfermos, para que lo sigan haciendo con ternura y amor.
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Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
Boletín de Espiritualidad Año Jubilar
Centenario de la ordenación sacerdotal del Siervo de Dios Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez, febrero de 2014
Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez: El ciudadano
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os griegos organizaron sus ciudades-estado en tal forma que las confiaron a sus enarcas, políticos o ciudadanos de integérrima vida, con el único objeto de lograr el bien común.
conoció la semilla y su furor reproductivo, cosechó los frutos y amansó su temperamento en el entorno de veranos, de inviernos, de fríos y de calores de Donmatías y sus confines.
Aristóteles, es su cimera obra “la política” estructuró las bases y las formas para la administración de la polis, es decir “la ciudad”.
El “escolar-ciudadano” vivió las aventuras propias de las instituciones de educación: del banco al recreo, del recreo al estudio, del plantel a la casa, trajinando los viejos caminos de las calladas veredas y los nuevos de las incipientes ciudades.
La semántica de política, justamente, partió del concepto de polis, “ciudad”, de donde se pudo definir como “la recta administración de los asuntos de la ciudad-estado”. Tres serían las formas más adecuadas para manejar la ciudad, diría Aristóteles: la monarquía (el gobierno de uno: “monos”), la aristocracia (“aristos”: los mejores) o la democracia (“demos”, pueblo). Las tres se caracterizarían por la “búsqueda del bien común”. Pero como el corazón del hombre siempre había sido, es y será bivalente, al lado del buen manejo apareció el pésimo y el mismo ser humano ideó tres formas corruptas de gobierno: la tiranía, la oligarquía (“oligos”: pocos no siempre buenos) y la demagogia, caracterizadas las tres por la búsqueda del bien particular. A la luz de estas reflexiones filosóficas surge una pregunta: ¿Quién fue el ciudadano Miguel Ángel Builes Gómez? Hemos de ubicarlo, primero, como un humilde campesino, nacido de padres sencillos y pobres, educado por ellos mismos cuando “el camino hacia la escuela era proceloso”. El pequeño ciudadano fue fruto de su tiempo, anduvo tras la cola de las vacas, Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
El “joven-ciudadano” bajo la caricia amorosa de su mecenas, el Padre Leonidas, conoció la urbe, el pueblo, el populacho, el trajín, el vestido, las usanzas de los sitios que lo albergaron incluyendo la cálida Santa Fe de Antioquia y sus patologías. Y cuando la registraduría le entregó la cédula y lo hizo, oficialmente, ciudadano de la República de Colombia, ya su camino estaba trazado y “como lo que Dios ha unido no lo separa el hombre”, “el ciudadano era a la vez el obrero llamado a la mies”, “porque esta era abundante y los cosechadores pocos”. Imposible separar en Monseñor Miguel Builes Gómez el ciudadano del sacerdote, del misionero, del párroco, del obispo, del fundador, del luchador infatigable. Como ciudadano conocía sus obligaciones y también sus derechos. Sus obligaciones estaban en las urnas o en el voto en blanco o en la abstención de acuerdo con las posibilidades de cada período electoral. Sus pastorales incluyeron la angustia del ciudadano
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que veía cernirse negros nubarrones sobre los patrios suelos. Como ciudadano conoció y diagnosticó oportunamente su ciudad: Santa Rosa de Osos. Indudablemente se “la sabía de memoria” desde los tiempos de Antonio Serrano del Espejo hasta la nucleación en 1700, desde San Jacinto de los Osos hasta la ciudad Santa Rosa. La vio crecer desde 1924 en medio de la pobreza franciscana de las arcas oficiales, situación que se agravó alrededor de 1930 cuando la economía mundial se hizo pedazos. Por eso, arañando su escaso peculio, fue el primer en ofrecer algunas monedas para mitigar las necesidades pueblerinas. Como sabía de “escuelas y colegios” no se arredró ante la necesidad de abrir un nuevo seminario, obra que culminó en 1948. Él, como Obispo, lideró procesos municipales de grande envergadura que, a la postre, serían reclamados por otros líderes, porque su humildad lo llevaba a inclinar su cabeza y aparecer en la sombra para que otros segaron los campos que él, y la venerable curia, habían sembrado. Tal aconteció con la carretera troncal, con el hospital, con el orfanato, con el asilo y aún con sus fundaciones. Fue impulsador del progreso de Santa Rosa cuando los tiempos eran tan “estáticos” que ni una hoja se movía sin la bendición episcopal. Supo de los problemas suscitados por las aguas lluvias y servidas que discurrían, embravecidas, al pie de las tapias
falseadas, a través de las cunetas porque no existía alcantarillado.
para que Monseñor Builes “comenzara a llenar el hueco de la Virgen”.
Fue factor de primerísimo orden para la carretera Santa Rosa-Medellín, Santa Rosa-Yarumal y no se le “empolvó” la mitra cuando dio el primer golpe de pica en el brechón del Turco para darle inicio en 1925 acompañado del general Pedro José Berrío.
Y tal fue el furor de la idea que “el gallup de antaño” organizó la primera encuesta popular cuyos resultados fueron los siguientes: obra indispensable, obra de ornamentación, obra de romanos pero realizable… Fue cuando un padre curial le preguntó a un bribonzuelo: “¿Cuántos zurronados se requieren para tapar el hoyo?”, y el tipejo respondió: “eso depende, Reverendo Padre, del tamaño del zurrón”.
Exultó como buen ciudadano cuando fue inaugurada al ser preferida esta ruta pedida y luchada por los pueblos de la meseta, en oposición a la vieja ruta de El Porce e hizo parte del folclórico desfile en el cual Él y el pueblo marcharon portando palas, picas y carreterillas en vez de banderas y festones. Cuando sus ojos se cansaron de leer el breviario “a la pálida luz de una vela de sebo” o “a la brillante de las lámparas de caperuza” lideró una junta pro electrificación y después de grandes dificultades logró ver la luz de el Sará, luego la de Riogrande y, finalmente, la de las Empresas Públicas de Medellín. Ningún historiador diría que la luz había sido obra del obispo y su diócesis. Impulsó la carretera Santa Rosa – Entrerríos de acuerdo con un precioso documento enviado a la secretaria del Gobernador, suplicándole “ayuda” gracias al parentesco que acababa de descubrir con ella. Cuando se dio cuenta que las barrancas de minas, al frente de la Virgen de las Misericordias, se estaban despeñando y cuando las tapias de protección estaban tan deterioradas que “parecían viejas tridentinas, es decir, de tres dientes” rogó al honorable Concejo que comprara la manga del Hoyo del Hospital o de Miguelito Vélez (en cuyo anfiteatro se había abierto el Hospital de Caridad de Santa Rosa en 1886) que él se comprometía a llenarlo para formar una hermosa plazoleta llena jardines y alamedas que fuera, además, parqueadero de los vehículos cargados de peregrinos en la fiesta de las Misericordias. EL Concejo estaba tan pobre que no pudo comprar la manga pero fue el primero en enviar un aporte en dinero
El ciudadano-obispo participó en amplias discusiones cuando la planta de Riogrande, definitivamente esmerilada por las arenas de cuarzo de su corriente, “sacó la mano” y el comprador nada pudo reclamar a Alemania en donde había sido mercada, porque las arenas santarrosanas habían perdido “la garantía”. A partir de 1924 se maravilló ante la obra del Altar de San Isidro, importada por el ilustre presbítero Gabriel Velásquez desde San Andrés de Cuerquia. Como ciudadano sufría por la falta de vivienda para los pobres. Y de acuerdo con la junta fueron construidos los dos primeros barrios de VIS (vivienda de interés social): eran dos docenas de “casitas de San Isidro” situadas en el camino para la Villa (Arenales) y en la Calle San Francisco, cuarenta metros antes del Cementerio y Capilla del Carmen. Y cuando el cementerio se convirtió en una amenaza para la salud pública “ya que había quedado dentro del pueblo” junto con el ciudadano-párroco erigió un nuevo camposanto en los Banqueos, extramuros de Santa Rosa, y ayudó a delinear la Avenida Crespo, su ruta obligada y propuso, como ciudadano-ecológico, convertirla en una arboleda. El ciudadano-obispo había escogido como lema de su escudo “batallar los combates de la fe”. Por eso cuando los peligros extendieron sus alas, como aves agoreras, sobre su ciudad episcopal y sobre su diócesis, no temió empuñar la espada de la pluma, para condenar lo condenable,
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para admirar lo admirable, para propulsar lo recomendable y para hacer corregir lo corregible, pese a las persecuciones sufridas de continuo. Aunque para el siglo XX ya habían sido superados los conceptos del Patronato Regio mediante el cual el rey nombraba obispos y tenientes de gobernador, unos para lo espiritual otros para lo material, de suerte que dicho Teniente “aún castigaba” a quienes no cumplían lo espiritual” (destierro de los concubinos y concubinas, por ejemplo), ahora el Obispo-ciudadano, muchas veces, asumía oficios públicos sobre todo para “mejorar el orden público” sobre todo cuando “algunas damitas, en vacaciones, se paseaban, impúdicamente, montada a horcajadas a caballo y con briches”, es decir pantalones largos de hombre, lo que implicaba un atentado público por la curiosidad de los “poco” castos ciudadanos y cuando fustigaba a los borrachitos de las tradicionales “cabalgas” porque las habían transformado en “cabales perras”. Finalmente, cuando la salud hizo aguas (y todavía las hace) mandó construir pabellones de hospitalización y firmó contrato con las Capuchinas para que dirigieran el San Juan de Dios. Siquiera estaba muerto en el 2013 cuando fue ordenada la liquidación del nosocomio. Ese era Monseñor Builes el ciudadano: influjo permanente ante la municipalidad para caminos, calles, carreteras, acueductos, alcantarillados, luz eléctrica, salud, orfanato, asilo, construcción de edificios, mejoramiento de vivienda, obras sociales para los pobres, sociedad san Vicente de Paúl, madres católicas, hijas de María, cruzada eucarística, eudistinas, Sociedad el Sagrado Corazón, adoración perpetua y otras mil formas de unir lo “divino con lo humano”. Esos fueron nuestros Presbíteros y Obispos: los grandes ciudadanos que catapultaron “las bodegas y aldeas” a grandes ciudades. Loor a ellos. Cada corazón debería erigirles un monumento. Luis Octavio Yepes Roldán. 17 de diciembre de 2013 Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2014
Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cfr. 2 Cor 8, 9)
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ueridos hermanos y hermanas: Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de San Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8, 9). El Apóstol se dirige a los cristianos de Corinto para alentarlos a ser generosos y ayudar a los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos de hoy, estas palabras de San Pablo? ¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico?
carse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto, «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22).
Ante todo, nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: «Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…». Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2, 7; Heb 4, 15). ¡Qué gran misterio la encarnación de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrifi-
La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino — dice San Pablo— «...para enriqueceros con su pobreza». No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria.
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La gracia de Cristo
Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin embargo, San Pablo conoce bien la «riqueza insondable de Cristo» (Ef 3, 8), «heredero de todo» (Heb 1, 2). ¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor y su ternura. La riqueza de Jesús radica en el hecho de ser el Hijo, su relación única con el Padre es la prerrogativa soberana de este Mesías pobre. Cuando Jesús nos invita a tomar su “yugo llevadero”, nos invita a enriquecernos con esta
“rica pobreza” y “pobre riqueza” suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom 8, 29). Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos (L. Bloy); podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo.
Nuestro testimonio Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo. A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos
se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir. No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera. El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza! Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva, de compartir el tesoro que se nos ha
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confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana. Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele. Que el Espíritu Santo, gracias al cual «[somos] como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo» (2 Cor 6, 10), sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes. Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal. Os pido que recéis por mí. Que el Señor os bendiga y la Virgen os guarde. Vaticano, 26 de diciembre de 2013 Fiesta de San Esteban, diácono y protomártir.
Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
“El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria”
Pbro. Javier Alexis Gil H. Secretario Nacional POSPA/PUM pospa@ompdecolombia.org Primera audiencia general del Papa Francisco, Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano. Foto: Gustavo Kralj/Gaudium Press
Mensaje para la Cuaresma del 2014 El Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma nos propone algunas reflexiones con la intención de ayudarnos en nuestro camino sincero de conversión personal y comunitaria. Nos pone como itinerario personal y eclesial la evangelización, “el Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria”. Todo el mensaje está inspirado en el texto bíblico de 2 Cor. 8, 9: “Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza”. En este artículo ofrecemos algunos extractos del Mensaje del Papa con algunos puntos y comentarios que pueden ayudarnos a concretizar diversas aplicaciones prácticas para nuestra vivencia cotidiana de la fe: 1. Buscar en todo sólo la voluntad del Padre.
2. Dios siempre salva en su Iglesia.
“La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria”.
“Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres”.
El Santo Padre nos hace volver a la fuente más íntima de nuestra vida cristiana: El Bautismo, el ser hijo de Dios. Por consiguiente la vida cristiana es vivir la vida de Jesucristo Hijo Unigénito de Dios, que en todo buscaba sólo agradar al Padre, cumplir su voluntad; su alimento era hacer la voluntad del Padre (Cf. Jn. 4, 34).
Dios ha querido fundar su Iglesia como instrumento universal de salvación. Teniendo en cuenta la enseñanza del Concilio Vaticano II, especialmente la Lumen Gentium, vemos que la Iglesia en su misterio más profundo es la comunión de los hombres con Dios en Jesucristo y al mismo tiempo la comunión de los hombres entre sí en Jesucristo. La comunión con Dios y la fraternidad universal en Cristo. Por ello, para el bautizado, el camino de salvación ordinario es la comunión plena con la Iglesia de Cristo, mediante la vivencia fructuosa de los sacramentos y la práctica de la caridad de Cristo.
Como nos lo dicen muchos santos, es necesario habituarnos a reflexionar con fe lo que hacemos o pensamos hacer, teniendo en cuenta nuestro estado de vida, vocación y misión, y preguntarnos con frecuencia: ¿esto es lo que más da gloria a Dios? ¿esto es lo que Dios quiere que yo haga?
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3. Darme con fe y misericordia en el servicio a los demás. “¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece?. Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros”. La persona de fe ve sólo hermanos, en todos los demás seres humanos, a los cuales debe acercarse con fe para colaborar en la liberación plena que nos da Jesucristo. Liberación del pecado y de toda forma de esclavitud o de vida indigna. 4. Convertir nuestra conciencia a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir. “Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir”. 5. Ir a Evangelizar a los a los pobres. “En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo (…). Que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza (…). No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”. En definitiva el Papa Francisco con su vida, oración y enseñanza nos indica el camino del cristiano marcado por la atención alegre y fervorosa de servir a todos con un corazón limpio y generoso. Servir con el amor de Cristo a los demás. Para ello siempre es necesario que nos dejemos mirar por Cristo crucificado de modo consciente y fructuoso.
Formación de calidad en el Instituto Misionero Antropológico Pbro. Oscar Múnera Ochoa Director del Centro Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia
Cariñosamente lo llamamos IMA, este Instituto es una fundación de los Obispos de Colombia, tiene la sede en Medellín en la Carrera 81 n.o 53A-01 Barrio Calasanz, tel.: 264 8823, correo imat@une.net.co. Fue encomendado a los Padres Misioneros de Yarumal que han hecho una tarea maravillosa durante todos estos años, eterna gratitud al Padre Oscar Osorio, que le gastó literalmente la vida a este Instituto.
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a finalidad de su fundación es acompañar y promocionar a los líderes indígenas, afro descendientes y mestizos de los campos, a las comunidades alejadas; y de brindar espacios de apoyo para la formación, la capacitación y el estudio, con miras a la promoción integral de estas comunidades. El IMA en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana ofrece para todos los que se quieran capacitar para servir mejor a las comunidades, la licenciatura en Etnoeducación con énfasis en Ciencias Sociales, Especialización en Gestión Humana y maestría en Administración. La licenciatura en Etnoeducación con énfasis en Ciencias Sociales es un programa profesional de la facultad de educación de la Universidad Pontificia Bolivariana en convenio con el (IMA), proyecto de la Conferencia Episcopal Colombiana que busca en alianza con la Universidad llevar educación superior hasta los lugares más apartados de la geografía colombiana.
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En 1975 se tenía como objetivo en el IMA, contribuir con la formación de los sacerdotes que acompañaban a las comunidades especialmente indígenas, dentro del programa de misiones de la Iglesia colombiana. En 1988 se amplió la oferta para maestros empíricos y para líderes comunitarios, dando apertura y oportunidad a cientos de colombianos que por diversas circunstancias no accedían a la educación superior ofrecida por el estado colombiano, oferta educativa que terminó por formalizarse en un programa de formación profesional para maestros, y así se empezó a otorgar el título de licenciados en Ciencias Sociales. Las licenciaturas que se han desarrollado durante el marco del convenio de la Universidad y el IMA, cuenta con 3.598 egresados, diseminados por 20 departamentos del país. La licenciaturas se desarrollan en Leticia capital del departamento del Amazonas, en Puerto Asís, departamento
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del Putumayo, Toribío, departamento del Cauca y en Medellín capital del departamento de Antioquia. En estos cuatro departamentos tiene 1628 alumnos matriculados haciendo la licenciatura, 100 alumnos en trabajo social, 114 en posgrado en Gestión Pública, Desarrollo y Gestión Humana.
Aspirantes Los programas de estudio están dirigidos a integrantes de comunidades indígenas, afro descendientes y mestizos de ambientes campesinos, quienes sirven como líderes en trabajos de evangelización, educación, dirección, gobierno, administración, servicio social y asesoría a grupos, instituciones y organizaciones de dichas comunidades. Los laicos, sacerdotes y religiosos, comprometidos con los proyectos de promoción integral para el bienestar y desarrollo y progreso de las comunidades.
Los costos Prácticamente son simbólicos es muy poco lo que pagan, porque se trata te capacitar a los más pobres y necesitados y es una obra social de la Iglesia y la Universidad Pontificia Bolivariana.
Programas académicos 1. Profesionalización en Economía, en Toribío y en Puerto Asís. (Por iniciar). 2. Licenciatura en Etnoeducación con énfasis en Ciencias Sociales, en Medellín, Leticia, Puerto Asís y Toribío.
3. Pregrado en Trabajo Social, en el Putumayo, Valle del Sibundoy. (Por iniciar). 4. Especialización en Gestión Humana, en Medellín. 5. Maestría para quienes hayan hecho la especialización en el IMA - UPB y adelantado el proyecto de grado lo hayan hecho realidad en la comunidad o institución de la que participan. (Por iniciar).
Una formación humana e integral Los programas forman a los estudiantes a partir de la persona en áreas relacionadas con los procesos socio antropológico y comunitario, para poder servir mejor a las comunidades. Al principio del artículo coloqué los datos donde puede preguntar por la información si tienes deseos de estudiar y capacitarse para servir mejor.
Lo mínimo para poder estudiar es el acta de bachiller o fotocopia del diploma, para la licenciatura.
Estudiantes del Instituto Misionero Antropológico
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Anunciar el Evangelio
de la Misericordia Dra. Consuelo Vélez Caro Teóloga docente de la Pontificia Universidad Javeriana Facilitadora del Programa Virtual de Formación Misionera
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as Bienaventuranzas (Mt 5, 1-12) son el programa del Reino de Dios anunciado por Jesús. Constituyen la novedad que Él nos trae, muy por encima de los preceptos que, siendo necesarios para orientar la vida cristiana, han de ser interpretados a la luz de ese horizonte mayor que es el Reino, donde se nos revela el Dios misericordioso que rompe todos los esquemas, al considerar la situación particular de cada uno de sus hijos e hijas.
postura de arrogancia que hace mirar a los otros como inferiores a los que se les da una ayuda. Entendida así, correspondería a una acción externa que soluciona la situación del otro, sin implicarse en la transformación de la misma o en sentir la responsabilidad de no dejar que las cosas continúen siendo así. Su significado etimológico nos permite entender con más profundidad lo que conlleva. Del latín “miser” (miserable, desdichado), “cordis” (corazón), “ia” (cualidad o virtud). Es decir, la capacidad de sentir el dolor del otro, de compadecerse ante el sufrimiento del semejante. Por tanto, la misericordia deja de ser un acto externo que puede brindar una ayuda y pasa a ser la implicación existencial de con-sentir, com-paderse, con los que sufren.
Precisamente porque nuestro Dios es misericordia, la Sagrada Escritura invita a “ser misericordiosos como el Padre del cielo es misericordioso” (Lc 6, 36) y las bienaventuranzas proclaman que “serán felices los misericordiosos porque obtendrán misericordia (Mt 5, 7). Misericordia no significa sentir “lástima” de los que sufren. La lástima conlleva una
Evangelizando Tucanos en el Vaupés
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Pbro. Kiptum Too, Misionero de la Consolata en el CAM4-Comla9. Maracaibo, Venezuela
Surgen así varias reflexiones que iluminan nuestra vida cristiana. Si nuestro Dios es un Dios misericordioso quiere decir que Él no es el Dios impasible que a veces se nos presenta –para salvaguardar su omnipotencia– sino es el Dios que se abaja a nuestra realidad y la comprende infinitamente. Sin duda es el Dios que nos reveló Jesús en todo su actuar: un Dios que se hace prójimo de todos los necesitados y no teme transgredir los preceptos religiosos para ofrecerles la salvación. El Dios de Jesús cura en sábado, se acerca a los proscriptos por la ley –mujeres, enfermos, endemoniados, etc.– y se atreve a sentarse en la misma mesa con ellos, convirtiendo así el signo del banquete mesiánico en una mesa donde los últimos se sientan junto a los que se consideran puros e intachables. Esta imagen del Dios misericordioso se ha hecho más visible con algunos de los gestos del Papa Francisco como, por ejemplo, en la semana Santa del año pasado, cuando lavó los pies a dos mujeres –una de ellas musulmana– gesto que provocó indignación en algunos sectores eclesiales, porque bien conocemos las prohibiciones que muchos clérigos han hecho de no incluir a las mujeres en algunos espacios de la liturgia (ojalá que eso no se quede en una gesto extraordinario del Papa sino en una práctica eclesial de ahora en adelante). También en la Exhortación Evangelii Gaudium, el Papa recuerda varias veces que el Dios cristiano es este Dios misericordioso que nos “vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez (…) nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría” (n. 3). Pero no se queda en la experiencia personal de sentir al Dios misericordioso en nuestra vida sino que al referirse a la Iglesia y recordar lo que ha dicho tantas veces de que sea una “Iglesia en salida” la invita “a brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre” (n. 24). Y, refiriéndose a las normas y preceptos eclesiales que se han transmitido durante siglos, hace caer en cuenta que por im-
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portantes que hayan sido, cuando se percibe que no están llegando a los fieles ha llegado el momento de revisarlos e, invocando a San Agustín, recuerda que la Iglesia “no puede hacer pesada la vida de los fieles, convirtiendo la religión en una esclavitud” cuando “la misericordia de Dios quiso que fuera libre” (n. 43). No significa esto que se rebaje el ideal evangélico sino “el acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día”. En el mismo sentido recuerda a los sacerdotes que el confesionario “no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible” (n. 44). Todo esto porque “la Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (n. 114). En este horizonte, la dimensión misionera de la Iglesia no puede ser ajena a este dinamismo revelador de la misericordia divina. El Kerygma ha de anunciar a este Dios misericordioso que abre sus brazos “con una medida llena, apretada, rebosante” (Lc 6, 37). El evangelio que hemos de anunciar es el de la misericordia “escuchando el clamor por la justicia y respondiendo a esto con todas las fuerzas” (n. 188). Y recordando siempre, que el anuncio de la buena noticia ha de estar respaldado por el testimonio de misericordia hacia los demás, especialmente, a los más pobres. “La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (…) de ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas (…) Tampoco las puertas de los Sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera” (n. 47). Por tanto, transparentar el rostro misericordioso del Padre y ser una iglesia misericordiosa son aspectos inherentes a la responsabilidad misionera que llevamos entre manos. No desvirtuemos, entonces, el evangelio de la misericordia que el Señor nos ha confiado.
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WACOM III World Apostolic Congress on Mercy
Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia Paula Andrea García García Secretaria Local de WACOM III alrededor y dentro de la misericordia de Dios hasta ahora en Europa; Roma 2008, Cracovia 2011 y este año, 2014, viene para América Latina, el continente de la esperanza, el continente que reunió en Sínodo a los Obispos en el 2007 en la ciudad de Aparecida, Brasil y nos envió a todos a través del documento conclusivo como Iglesia a ser discípulos misioneros de Cristo: A ser sal y luz del mundo. Con el Papa Francisco, un Papa venido de América Latina, el Papa que muchos llaman de la misericordia, se fortalece aún más este llamado a acoger la misericordia de Dios en todos los rincones del mundo. Es por esto que WACOM quiere anunciar y vivir la misericordia en acción. Como se anuncia en el objetivo general de este WACOM III: La Misericordia no es un movimiento de la Iglesia, la Misericordia es la Iglesia en movimiento. Con esta premisa nos hemos puesto en movimiento desde la sede del WACOM III en Bogotá, distintos organismos de Iglesia; la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), las Obras Misionales Pontificias en Colombia (OMP), la Arquidiócesis de Bogotá, la Comunidad Eudista, la Casa de la Misericordia, la Conferencia Episcopal de Latinoamerica CELAM, y un grupo de laicos para organizar este encuentro de cinco días, 15 al 19 de agosto de 2014.
Rueda de prensa WACOM III, Cardenal Rubén Salazar Gómez, Pbro. Patrice Chocholski, Secretario General WACOM III, Paula Andrea García García, Secretaria Local de WACOM III
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l próximo mes de agosto de 2014 la ciudad de Bogotá acogerá al Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia, en su tercera versión. En esta ocasión WACOM III trae un contenido bastante atractivo para quienes vamos a hacer parte de él.
Dentro del proceso de preparación ya hemos vivido un Pre Congreso (agosto de 2013) donde estuvimos reunidos alrededor de cien personas y se dieron las líneas temáticas para el WACOM III así como el lema y los objetivos. Más adelante se organizó una rueda de prensa para el lanzamiento oficial del encuentro desde la Conferencia Episcopal de Colombia, 5 de febrero de 2014, presidida por el Cardenal Rubén Salazar Gómez, quien en medio de la Asamblea Episcopal de Colombia reunida por esos días y en el marco del proceso de paz que Colombia está viviendo, afirmo: “el acoger la misericordia divina se hace vital para que realmente a través de la reconciliación y el perdón se llegue a la paz”.
Para algunas personas WACOM es un Congreso que no muchos conocíamos ni habíamos oído hablar de él, y sin embargo en su esencia y espiritualidad desde siempre ya nos atraía. Esta iniciativa nacida del Beato y próximo Santo Juan Pablo II, y acogida desde el año 2000 por un Patronato de Cardenales del mundo ha tenido sus experiencias de encuentro Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
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Durante esos días también nos visitó el padre Patrice Chocholski (Secretario general de WACOM) desde Francia, quien acompañó al equipo de trabajo a visualizar los objetivos y adelantar el trabajo de cada uno de los sectores dentro del comité organizador local liderado por Monseñor Julio García (Obispo de Istmina) y el Coordinador, Padre Edgar Ardila (Arquidiócesis de Bogotá).
Los costos de inscripción están divididos en dos opciones: tarifa simple o tarifa solidaria. Las inscripciones se realizan a través de nuestro portal web.
El costo de inscripción (tarifa simple) es de quinientos mil ($500.000) pesos colombianos para nacionales colombianos, y de doscientos setenta y cinco (US$275) dólares (o doscientos [€200 euros]) para extranjeros. Es un valor prácticamente Es importante resaltar que WACOM es un congreso mundial, equivalente y sólo varía por la modalidad de pago (dentro y por lo tanto asistirán personas de todos los continentes así del país se paga por PSE, en pesos, desde fuera del país como se ha visto en sus versiones anteriores. se paga por orden de pago internacional, en euros o dólares). En esta ocasión esperamos alrededor de cuatro mil doscien- Se propone un pago solidario (que ayudará a financiar a tas personas incluidos ciudadanos colombianos. quien no puede asistir a WACOM III por motivos económicos) de seiscientos cincuenta mil ($650.000) pesos colombianos, WACOM III tiene una agenda muy variada y rica, pues va o su equivalente de trescientos cincuenta (US$350) dólares o a contar con los siguientes elementos: doscientos setenta y cinco (€275 euros) para extranjeros. • Oración: Laudes, Eucaristía, Adoración Eucarística, Via Crucis, Santo Rosario, Lectio Divina, Veneración de la Re- El pago de la inscripción incluye: La participación en el Conliquia del B. Juan Pablo II, Consagración a la Misericordia. greso en el centro Compensar Av. 68 n.o 49A-47 y en las actividades propuestas en la agenda, desde el 15 al 19 de agosto • Conferencias y testimonios de Misericordia: Colombia, de 2014. Entrega de kit para el participante, alimentación para Tailandia, Nigeria, Suiza, México, Polonia, China, Italia, esos días (refrigerios y almuerzos), transporte dentro de los Brasil, Filipinas y Papúa Nueva Guinea. horarios del Congreso a los lugares que visitaremos en buses. • Obras de Misericordia: Visita y talleres en entidades sociales y comunidades con atención a los más necesitados. El pago de la inscripción no incluye: Traslado desde o hacia Bogotá, alojamiento o desayuno o cena. Traslado desde • Ecumenismo. o hacia Compensar a los lugares de alojamiento. • Actos culturales: Conciertos de música, teatro, danza Estamos buscando alternativas de alojamiento pagado y gray folclore en espacios públicos alrededor de la ciudad; tuito, que en los próximos días podremos compartir a través actos en la Plaza de Bolívar, talleres para jóvenes, niños, de nuestra página web, como una forma de apoyar a los discapacitados, adultos mayores y familias. peregrinos del Congreso. • Visita a la Catedral de Sal de Zipaquirá. Por tanto, invitamos a todos a vivir y compartir esta expeAl final tendremos una asamblea plenaria de donde se ex- riencia de misericordia pues como nos recuerda el Papa tractaran las conclusiones y se realizará el envío para anun- Francisco en la Encíclica Evangelii Gaudium “La Iglesia tiene ciar la misericordia de Dios a los lugares a los que retornemos. que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentaMás adelante se compartirá la agenda oficial de WACOM III do a vivir según la vida buena del Evangelio”. a través de nuestro portal web: www.wacomcolombia.org Adicionalmente atenderemos consultas a través del correo electrónico: info@wacomcolombia.org
World Apostolic Congress on Mercy 15-19 de agosto
III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia
“Misericordia: nuestra misión en un sólo corazón”
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www.wacomcolombia.org
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El Centenario
del Instituto de las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres Hermanas OCPSP de Barranquilla
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uestro Instituto religioso nació en África occidental en el país de Benín, fundado por la Madre Elizabeth de la Trinidad Nobre, por medio de sus primeros votos el 19 de marzo de 1914. Ella fue dirigida y acompañada por el reverendo Padre Emile François Barril de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) quien apoyó esta primera vocación religiosa beninesa en la persona de Julia Nobre, quien pronuncio sus votos bajo el nombre de Elizabeth de la Trinidad. El Padre Emile François Barril misionero en esta tierra en su acción pastoral trabajó mucho para la promoción vocacional, donde Julia Nobre con la inquietud, de que puede hacer una mujer si no quiere casarse encontró su vocación de ofrecer su vida a Dios y al servicio de sus hermanos los pobres. Así el Padre Emile François Barril encontró también respuesta a su sueño de promocionar la vocación nativa para la evangelización del pueblo beninés y fundó la primera congregación de religiosas beninesas junto a la Madre Elizabeth Nobre.
Nuestra espiritualidad Hijas de Madre Elizabeth Nobre y del Padre Emile François Barril, nuestra espiritualidad es la de hacer la voluntad de Dios y buscar su gloria a través de una devoción incondicional al corazón eucarístico de Jesús: • Por una profunda relación personal con Cristo, reconociendo su rostro en cada hombre y revelándolo a aquellas personas que no lo conocen. • Siendo enteramente enamoradas de su corazón por un espíritu de adoración y de reparación. • Viviendo el espíritu de abandono a la providencia divina, ofreciendo flores de pequeños sacrificios a Jesús según la vía de infancia espiritual de Santa Teresita del Niño Jesús.
Fundador de la Congregación de las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres, Padre Emile François Barril
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Arzobispo Emérito de Cartagena, Mons. Carlos José Ruiseco; Arzobispo de Barranquilla, Mons. Jairo Jaramillo Monsalve con la Congregación de las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres. Barranquilla, Atlántico
• Viviendo una vida de pobreza al ejemplo de la santa Familia de Nazaret que nos permite estar cerca de los pobres que son los preferidos de Jesús. Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres, nuestro carisma se expresa por el amor y la gran compasión por los pobres y los pequeños que la Providencia Divina ha puesto en el corazón de nuestros fundadores. Recibiendo del corazón Eucarístico de Jesús el fuego de la caridad, somos siervas de los pobres. Este amor de predilección está orientado hacia los ancianos, enfermos, los niños, huérfanos, etc. Nuestro carisma nos pide estar al servicio del pueblo de Dios para el desarrollo integral del hombre en las obras parroquiales, sociales, humanitarias, educativas y misioneras; y se actualiza por medio de la educación: • Enseñanza: anunciamos el mensaje de Cristo desde la enseñanza a nivel maternal, primaria y secundaria; educación: catequistas por vocación damos prioridad al anuncio de la Palabra de Dios enseñándola a todos. • Promoción humana: formación de las mujeres y de los jóvenes para adaptarse a la vida en la actualidad.
Actualmente por obra de Dios nuestro Instituto está desarrollando su carisma en la Iglesia en seis país en tres continentes. En África: (Benín donde está la casa madre con 43 comunidades, en Nigeria, Marruecos, Níger); en América en Colombia y en Europa en Italia. La Iglesia de Colombia nos abrió sus puertas a la comunidad en el año 1996, las primeras se instalaron en Calamar Bolívar y en el año 2000 en Barranquilla, ejerciendo sus diferentes actividades en medio de la comunidad cristiana según su carisma. Estamos trabajando en las parroquias acompañando los grupos apostólicos, familias, jóvenes, niños, la tercera edad, la pastoral de la salud (visitas en las casa) y en la promoción femenina. En la Arquidiócesis, estamos prestando servicios en las Obras Misionales Pontificias, la Pastoral Social y el acompañamiento espiritual de los enfermos y sus familias en la Clínica General del Norte de Barranquilla. Damos gracias a Dios por todo lo que Él ha realizado a través de nuestros fundadores y lo que Él sigue realizando por medio de cada una de las hermanas del Instituto con la intercesión de nuestra patrona Santa Teresita del Niño Jesús.
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Madre Elizabeth de la Trinidad Nobre, Cofundadora de la Congregación de las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres
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Democracia con espíritu patrio y cristiano
Exmo. Mons. Libardo Ramírez Gómez Presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional y Obispo emérito de Garzón, Huila. monlibardoramirez@hotmail.com
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a vivencia del cristiano, y la tarea evangelizadora misionera, no se circunscribe solamente a la oración o a asuntos culturales, sino que debe sentirse en todas las situaciones y circunstancias que ha de afrontar el fiel discípulo de Jesús. Decir una palabra e influir en cuanto sea defensa de la vida, o del cuidado ecológico del planeta, o en la educación que se imparte en establecimientos docentes, y predicar la palabra “a tiempo y a destiempo” (II Tim. 4,2), son campos en donde se debe hacer presencia de parte de auténticos cristianos “evangelizados y evangelizadores”. Cuanto se refiere a la buena orientación de
las naciones, y a la elección de los dirigentes del país, es algo ante lo cual no se puede ser indiferente. En forma clara se refirió el mismo divino Salvador a ese último tema cuando dijo: “Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”
Señor Nuncio Apostólico, Su Excelencia Mons. Ettore Balestrero en celebración eucarística, Vaupés
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Tribu indígena los Tucanos en el Vaupés
(Mt. 20, 22). Es aspecto en el cual es de estar atentos en esta época electoral que estamos viviendo en Colombia, y cuando somos convocados a rendir justísimo homenaje, en agosto, a la misericordia del Señor, al tener la sede del III Congreso Apostólico Mundial en su honor. Es del caso unir ese gran sentido religioso con oración por algo trascendental para el país como unos resultados electorales que lleven a verdadero bienestar general de todos los ciudadanos y al progreso como aplicación de misericordia a las necesidades de los más pobres. Que vengan, luego, leyes y decisiones gubernamentales en defensa de los grandes valores para bien de todos como pregona el cristianismo. Hay que propiciar que en Colombia, como en toda sociedad que quiera subsistir, se tenga en alto la necesidad de una autoridad que la dirija, la cual tiene como base el acuerdo ponderado de las gentes que han de buscar el bien común basado en sentido de justicia, dentro del comportamiento honesto de ciudadanos que tienen derechos y deberes reconocidos y acatados. Es indispensable que haya leyes que custodien un orden, que es requerido por Dios, ordenador supremo: “fuente de toda autoridad” (Rom. 13, 1). Hay que insistir a los creyentes en el deber de participar en esas lides, pero
que se haga tras reflexiones sobre programas que con honestidad presenten los que aspiren a ser elegidos, y que se ejerza como acto libre de engaños y de humillante ofrecimientos de prevendas, y halagos. Dice la Constitución Conciliar “Alegría y Esperanza: “La mejor manera de llegar a una política auténticamente humana es fomentar el sentido interior de la justicia, de la benevolencia y del servicio al bien común, y robustecer las convicciones fundamentales en lo que toca a la naturaleza verdadera de la comunidad política”. (n. 73). Agrega: “Es evidente que la comunidad política, y la autoridad pública, se fundan en la naturaleza humana, y, por lo mismo, pertenecen al orden establecido por Dios, aun cuando la determinación del régimen político y designación de los gobernantes se dejen a la libre designación de los ciudadanos” (n. 74). Amplia es la exposición que se tiene en otra gran documento de la Iglesia, “Los fieles cristianos laicos”, cuando trata el tema de “la responsabilidad” de ellos al interno del ámbito eclesial, y frente al mundo en el que están inmersos. Allí se manifiesta que: “urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana” (n. 34). Pasa, luego, a un reclamo de no dejarse imponer decisiones inconsultas e inconvenientes, sino exigir que todo mejore,
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de verdad, en servicio de la dignidad integra del hombre (n. 36). El Papa Francisco, a su turno, reclama en su Exhortación “La alegría del Evangelio”, como deber y derecho de la Iglesia (directivos y fieles), hacer presencia con su pensamiento y acciones concretas, iluminando con su mensaje soluciones en el campo social y la recta dirección de los pueblos, apoyando a la humanidad con la ineludible dimensión social del Evangelio”. (Cap. IV nn176-257). Los anteriores son brochazos sobre deberes acerca de los cuales han insistido el propio Jesucristo, y los Papas, que se han de cumplir en las distintas circunstancias de cada país y que han recordado, también, ampliamente, los Obispos de Colombia en su última Asamblea Plenaria (03 a 07- 02-14). En esta línea va lo expresado por el Papa Francisco, en su reciente Exhortación, cuando pide que todo cristiano salga “en defensa de la dignidad de la persona humana y del bien común” (n. 218). Que honremos la misericordia del Señor cumpliendo nuestros deberes, propiciando una “democracia con espíritu patrio y cristiano”, que seamos asistidos por su divina misericordia, evangelizando benéficamente actividades cívicas y políticas a las que no puede ser ajeno un buen cristiano.
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Pontificia Obra de la Propagación de la Fe
Los desafíos de la familia en la evangelización
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n estos días en que nos disponemos a iniciar nuestro camino cuaresmal, tiempo especial de preparación y reflexión, es importante recordar que estamos llamados a ser mejores cada día, a ser gestores de fraternidad en un mundo tan carente de amor. Es un tiempo maravilloso que nos ofrece la Iglesia para encontrarnos con el Señor de una manera tan profunda que nos haga sentir urgidos de un proceso de conversión, que nos lleve a ser verdaderamente hombres y mujeres llenos del amor de Dios y ser instrumentos vivos de fraternidad y misericordia para nuestros hermanos y hermanas con quienes convivimos a diario. Este proceso se hace efectivo primero en nuestras familias porque como nos dice el Papa Francisco en el mensaje de la jornada mundial de la paz: “la fraternidad se empieza a aprender en el seno de la familia, sobre todo gracias a las responsabilidades complementarias de
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Hna. Claudia Patricia Llanos Cotrino Misionera Teresita, Secretaria Nacional POPF popf@ompdecolombia.org
cada uno de sus miembros, en particular del padre y de la madre. La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”. Vale la pena preguntarnos entonces si nuestras familias están contagiando al mundo con su amor, si están verdaderamente realizando su misión de ser puentes para construir la paz o ¿qué les hace falta? La Iglesia sigue buscando caminos para ayudar a concientizarnos de los desafíos de las familias en la Evangelización. En el documento preparatorio de la III Asamblea General Extraordinaria los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización, se insiste en la urgencia de trabajar para que la familia cumpla su misión evangelizadora de establecer sólidas relaciones familiares entre sus miem-
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bros que los lleven a vivir en armonía con los demás, a establecer verdaderas relaciones comunitarias tan necesarias para la convivencia y la paz.
“En el tiempo que estamos viviendo, la evidente crisis social y espiritual llega a ser un desafío pastoral, que interpela la misión evangelizadora de la Iglesia para la familia, núcleo vital de la sociedad y de la comunidad eclesial. La propuesta del Evangelio sobre la familia en este contexto resulta particularmente urgente y necesaria”. En sintonía con nuestra querida madre la Iglesia, dentro de las actividades para este año 2014, hemos programado el Encuentro Nacional de Familias Misioneras en la casa de retiros “Ciudadela de Jesús” en la Ceja, Antioquia que tendrá como marco de celebración
los 25 años del programa de familias misioneras en Bogotá y 15 años en Caucasia. Esperamos que el Señor siga tocando los corazones para que muchas familias participen de este evento tan significativo y juntos demos gracias a Dios por todos los beneficios y gracias que a diario recibimos de Él. Nuestro encuentro tiene como lema: “Los desafíos de la familia en la Evangelización” como adhesión al documento preparatorio del sínodo de los Obispos al que hice alusión anteriormente. Quiero rendir mi reconocimiento y admiración a las familias que han sido el baluarte del programa a lo largo de estos años tanto en Bogotá como en Caucasia. A Monseñor Julio Daniel Botía Aponte por implementar el programa y llevarlo a diferentes países en compañía de las familias. Al Padre
Rigoberto Hurtado, quien siguió apoyando el proceso activamente; de igual manera agradezco a las familias que aunque no han sido fundadoras también enriquecen nuestro programa con su compromiso, entrega y fraternidad, año tras año.
escuchados y amados. La familia está llamada a iluminar y mostrar el camino a las diferentes clases de familias que existen en el hoy de nuestra historia, pues aunque no todas son tradicionales también éstas necesitan conocer más a fondo la persona de Jesús.
Que el buen Dios siga animando nuestros corazones para continuar dándolo a conocer con nuestro testimonio y entrega para poder cumplir la misión que se nos encomienda de ser hombres y mujeres de fraternidad, instrumentos de paz y servidores del Señor como nos lo recuerda el Papa Francisco: “toda actividad debe distinguirse por una actitud de servicio a las personas, especialmente a las más lejanas y desconocidas. El servicio es el alma de esa fraternidad que edifica la paz”.
No permitamos que nos encerremos en nosotros mismos ya que como dice el Papa Francisco en la Encíclica Evangelii Gaudium: “Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor”.
Hoy más que nunca, el mundo nos llama a salir de nosotros mismos, a ir a todos aquellos que necesitan ser
Pidámosle al Señor nos conceda un corazón manso y humilde como el suyo y nos de la gracia de “Hacer amar el amor” a ejemplo de Santa Teresita quien amo y sirvió siempre.
Familias de la tribu Turkana Parkati, Kenia África, marzo de 2013
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Pontificia Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera
Experiencia de encuentro en familia en Manizales
Los niños sin padres, y los niños desprotegidos y desorientados pueden encontrar en la Iglesia su familia y en la Infancia Misionera un lugar apropiado para hacerse amigos de Jesús y misioneros. En la Arquidiócesis de Manizales queremos fortalecer la unidad familiar y para ello realizamos un encuentro de Infancia Misionera en noviembre de 2013, con motivo del Año de la Fe, en el Santuario de la Virgen de los Pobres y de las Naciones de La Florida (Villamaría). El objetivo del encuentro fue vincular a los padres de familia y reflexionar sobre el papel de nuestra institución en la pastoral eclesial. La conclusión a que llegamos es que el futuro de la pastoral infantil y por con-
siguiente de la Infancia Misionera en la Arquidiócesis de Manizales está en la Familia. La catequesis familiar que por ahora llama a los padres a enseñar el Catecismo de preparación para la Primera Comunión ha sido muy bien aceptada entre nosotros pero deja un vacío que la Infancia y la Adolescencia Misionera pueden llenar. Los niños entre los cuatro y los ocho años y los mayores de diez años, al reunirse semanalmente para hacer oración, reflexión y animación misioneras, crean un espacio propicio para que los padres creyentes cristianos católicos pueden compartir su fe y extender su actividad apostólica a aquellos que carecen de orientadores adultos que les permitan crecer en la fe y en la vida cristiana.
Encuentro de familias de la IAM - Manizales, noviembre de 2013
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Disney López Lara Secretaria Nacional POIAM infanciamisionera@ompdecolombia.org
Los grupos de Infancia Misionera se forman de esta manera a partir de una familia católica que se preocupa por los niños vecinos que no reciben formación religiosa. Mientras llega para los niños el momento de la catequesis especializada, en la Infancia Misionera, a medida que hacen oración con el evangelio del domingo, se van haciendo amigos de Jesús y misioneros, colaboradores del Papa en la altísima responsabilidad de difundir el evangelio en el mundo. Animemos las parroquias con la alegría de los niños y vinculemos a los padres de familia, así ayudaremos a fortalecer su fe. Pbro. Bernardo Naranjo Director Arquidiocesano OMP Manizales.
Reina del carnaval de la Infancia y Adolescencia Misionera Jarov Vargas. Barranquilla, 15 de febrero de 2014
La IAM de Barranquilla en carnaval ¡Quien lo vive es quien lo goza! Como inculturación en estos últimos años, la Iglesia de Barranquilla dentro de su carnaval, va planteando el Evangelio en la cultural caribe, por eso hoy ya las Iglesias no están cerradas en tiempo de carnaval, sino que en cada parroquia después de las eucaristías hay la vivencia de esta cultural donde como grupos y movimientos celebramos el carnaval con diferentes nombres, determinado lo que se quiere resaltar.
Así que este año el 15 de febrero se realizó el carnaval misionero de los asesores, niños y adolescentes misioneros. El mensaje de nuestra reina Jarov Vargas, asesora de la IAM en la parroquia San Clemente Romano fue: “el Carnaval Misionero 2014, sea una fiesta alegre, para que todo el mundo venga a gozar, se contagie de nuestro espíritu
misionero y acogedor, y viva con nosotros el amor de Dios y todos los misioneros anuncien el mensaje de Cristo con toda la alegría y todos colores para destruir la tristeza de los corazones”. Hna. Micheline Towanou Directora Arquidiocesana de Misiones OMP Barranquilla.
La IAM de Antioquía en Envigado-Antioquia de la parroquia San Ignacio
vive su misión en clave de fe
En nuestra vocación y dentro del carisma de animación y cooperación misionera la labor con los niños es una tarea de gran importancia y responsabilidad; por tal motivo llevamos a cabo esta conciencia de la evangelización dentro de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera en la parroquia de San Ignacio de Antioquía en Envigado, donde con un grupo de 40 niños y adolescentes misioneros, mamás asesoras, y el apoyo incondicional de las Esclavas Misioneras del Santísimo Sacramento, quienes impulsan y acompañan esta Obra desde hace varios años, hemos ido sembrando el
amor de Jesús en la parroquia y en cada lugar que visitamos. El itinerario durante el Año de la Fe ha consistido en realizar varias obras que testimonien la luz de Cristo como: las visitas a los enfermos, compartir con otros grupos de Infancia Misionera, hacer peregrinaciones cortas, teatro para las fiestas patronales de la parroquia, las novenas de Navidad y el día del nacimiento del Niño Jesús, encuentros con el Obispo y otros Sacerdotes, actividades lúdicas, mini-retiros, rosarios misioneros, animar a las religiosas ancianas de la congregación de Madre
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Laura, consagraciones, entrevistas con los responsables de la Obra Pontifica de Infancia Misionera, con el fin de trasmitir lo que vivimos y celebramos con Jesús. Las experiencias que hemos vivido como grupo de la IAM, han quedado en el corazón de estos pequeños misioneros que han aprendido el valor de la fe y de la entrega desinteresada por Cristo. Novicia Carolina Gallego Ladino Esclavas Misioneras del Santísimo Sacramento.
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Pontificia Obra de San Pedro Apóstol
“Misioneros de la Fe” Seminario Mayor Cristo Buen Pastor
Diócesis de La Dorada - Guaduas
Pbro. Javier Alexis Gil H. Secretario Nacional POSPA/PUM pospa@ompdecolombia.org w
“Hoy la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos… Ser discípulos es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar.” (Evangelli Gaudium, 127).
L
a evangelización es una necesidad constante que la Iglesia siempre tiene que desarrollar para ser fiel a su vocación y misión. Implica ir a las periferias como lo hemos escuchado de nuestro Santo Padre Francisco. Es vivir las tareas diarias con el entusiasmo de la fe, rompiendo la rutina. Es también salir de esa comodidad de la casa, del trabajo, del seminario, de la parroquia y adentrarse en un mundo que necesita ayuda, apoyo y que está sediento de Dios. Es ver en el prójimo un hermano, viendo a Cristo en su rostro.
El mundo de hoy tiene la necesidad de personas que se dispongan a servir al Señor, colaborándole en la tarea de proclamar el Evangelio con todo su corazón. Recibir y compartir un evangelio que da vida, renueva, purifica y salva. Por eso el discípulo de Jesús debe ser una persona que antes de hablar, debe primero vivir, antes de hacer, debe ser. De aquí la vital importancia de una intensa preparación espiritual, de oración asidua y de un corazón generoso para entregarse con fe en la misión de
ser anunciador, evangelizador y maestro; dispuesto a aceptar cualquier reto, a estar siempre atento para escuchar a Dios y a su pueblo. El misionero con su vida cristiana auténtica se convierte en luz y sal de la tierra. En esta línea misionera surgió en el año 2011 un grupo de diez seminaristas (cuatro de ellos son hoy sacerdotes), que con la orientación del Padre Ovidio Giraldo (actual Director Nacional del Sistema Integral de Nueva Evangelización), vieron la necesidad de que
Seminario Mayor Cristo Buen Pastor. Puerto Salgar - Cundinamarca, 19 de febrero de 2014
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en la Diócesis de la Dorada-Guaduas, y más específicamente en el Seminario Mayor Diocesano Cristo Buen Pastor, se creara un grupo misionero, encargado de animar y acompañar a tantas comunidades eclesiales. Este ideal y proyecto ya lo había vislumbrado Monseñor Fabio Betancur Tirado (q.e.p.d), primer Obispo de nuestra querida Diócesis. Monseñor Oscar Aníbal Salazar, nuestro segundo y actual Obispo Diocesano, apoya este proyecto y lo ve muy conveniente tanto para el crecimiento de los futuros pastores, como para la animación misionera de nuestra Iglesia particular y más allá de nuestras fronteras. Es así como se inician las misiones diocesanas anuales, realizadas por nuestro Seminario.
Durante el año 2013 se tiene un constante estudio del Documento de Aparecida enfatizando el Kerigma, que nos debe ayudar a un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, viviendo la conversión, el discipulado, la comunión y la misión, acompañando a una comunidad. En el mes de mayo se crea y consolida el logo del grupo: un mundo, unas manos que sostienen la biblia y una cruz como significado del ser misionero para la humanidad, llevando el mensaje de Jesucristo, centro y meta de la Iglesia. En el mes de junio se realiza la misión en Yacopí (Cundinamarca), que pertenece a nuestra Diócesis, allí estuvo la mayoría de nuestros integrantes en, mientras que dos seminaristas de nuestro grupo estuvimos participando en el VIII Encuentro Nacional Misionero de Seminaristas en la Diócesis de Istmina-Tadó. El grupo va creciendo, tanto en integrantes como en el espíritu misionero, y desarrolla constantemente labores con comunidades vulnerables, dando testimonio del amor de Dios.
El grupo misionero ve la necesidad de frecuentar encuentros formativos, que aviven y despierten en muchos más un profundo ardor misionero. De modo especial se crece en la conciencia misionera del grupo y en el compromiso de colaborar para que en el Seminario se fortalezca un auténtico espíritu misionero. Se realizan también diversas actividades de oración y formación pastoral contando con la asesoría de sacerdotes, misioneros y personas capacitadas. En el mes de junio del año 2012 se escoge el lema para el grupo: Tras las huellas del Maestro y en el mes de noviembre el nombre: Misioneros de la fe. En diciembre del mismo año 2012 se tiene la primera misión como grupo en Apure (Casanare) y en Paniquitá (Popayán) resguardo indígena de los Noviras; de igual modo uno de nuestros integrantes participó en la capacitación de Etnia y Cultura, realizada por la Conferencia Episcopal de Colombia en la ciudad de Bogotá.
Grupo Misioneros de la Fe. 19 de febrero de 2014
Señor Jesús gracias por invitarme a seguirte, a ser tu discípulo misionero. Deseo tener ardientemente la fe y el amor total para responderte con prontitud. Quiero tener la sabiduría y la alegría para contagiar a todos de tu amor. Quiero seguir el ejemplo de María y que por su intercesión sea ella la colaboradora para llevar tu palabra a mis amigos, mi familia y a todos, de modo especial a aquellos que están junto a mí y quienes sea enviado por medio de tu Iglesia. Amén. Jorge Alberto Ríos García. Seminarista Secretario Grupo Misioneros de la Fe.
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Pontificia Unión Misional
“Yo soy una misión en esta tierra” (EG 273)
Yuliana Sánchez, misión en Semana Santa –Vereda Corea, Córdoba, 24 de marzo de 2013–
E
l Papa Francisco nos dice que “la misión no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en el mundo” (EG, 273). Cada uno de los fieles en la Iglesia es misionero en razón de su Bautismo. Luego si soy bautizado, entonces estoy llamado a ser santo discípulo misionero del Señor. El cristiano verdadero es aquel que, con la ayuda de la Gracia de Dios, se esfuerza por conformar su vida a imagen de Jesucristo. Esto es, adquirir los sentimientos de Cristo en mi corazón (Cf. Fil. 2, 5). “Yo soy una misión en esta tierra”. O soy misionero de Jesús o no soy cristiano. Ser misionero constituye nuestra dicha y vocación, nuestro ser más
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profundo (Cf. EN, 14). El cristiano ha de vivir y nadar en la voluntad de Dios, esto sólo es posible uniéndonos a Cristo. Él unió plenamente su voluntad a la del Padre: “Yo no vine a hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jn. 6, 38). “Nadie va al Padre sino por mí” (Jn. 14, 6). “El verdadero misionero es el santo” (RM, 90). Un ejemplo lo tenemos en Santa Laura Montoya, nuestra primera santa nacida en Colombia, ella vivió en este mundo en la atmósfera de la fe. Todo lo que hacía, lo que padecía y lo que proyectaba era iluminado por la fe, vivía en Dios y veía todo con los ojos de la fe. A propósito, uno de sus más fuertes pensamientos lo encontramos al final de su autobiografía, es el siguiente: “Ver la acción de Dios en todos los acontecimientos de la vida” (Autobiografía, LXX). “La misión es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero des-
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Pbro. Javier Alexis Gil H. Secretario Nacional POSPA/PUM pospa@ompdecolombia.org
truirme” (EG 273). Esta afirmación del Santo Padre Francisco parece demasiado fuerte. Pero es la realidad, ya que misión es salir de mi egoísmo para darme con amor a los hermanos. El egoísmo es la autodestrucción del ser, ya que se “esteriliza”, no es fecundo en el bien, no genera vida verdadera. La vida la encuentra quien la da, así como lo hizo Jesús que dio su vida por amor a nosotros. Pidamos constantemente a Dios la gracia de enamorarnos cada vez más de su divino Hijo, nuestro Señor Jesucristo, ya que “la misión es cuestión de amor” (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones del 2008, número 2). «La actividad misionera es respuesta al amor con el que Dios nos ama (…). Dios es quien llama a los evangelizadores a beber “de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios” (Deus caritas est, 7). Solamente de esta fuente se pueden sacar la atención, la ternura, la compasión, la acogida, la disponibilidad, el interés por los problemas de la gente y las demás virtudes que necesitan los mensajeros del Evangelio para dejarlo todo y dedicarse completa e incondicionalmente a difundir por el mundo el perfume de la caridad de Cristo» (Ibid).
Fraternidad
de la Divina Providencia
Instituto Laical de Vida Consagrada Diocesana Hna. Yaneth María Martínez Barrios, Hija de la Misericordia Responsable Programa Red Nacional Oración Vida Contemplativa
E
n el año 1974 el joven Raymond Schambach (oriundo de New York) atraído por la solidaridad resolvió alquilar una casa en Usaquén (hoy barrio de Bogotá), para brindarle a 17 niños protección, cuidados y educación. En esa época el pensamiento no era el de fundar una comunidad, ni ser religioso, pero los designios de Dios permitieron que otras personas se unieran a la causa, hasta que el 19 de marzo de 1977 nació la Fraternidad de la Divina providencia integrada por 7 personas entre ellos una mujer la Hermana Lilia Balbuena y Ray el Fundador (actualmente sacerdote).
Desde la gestación de la comunidad la capilla fue siempre el santuario especial del Padre Ray, allí junto a un Cristo y una imagen de la Santísima Virgen fueron los iconos que forjaron los pilares de la fe en los que se apoyaría este hogar. El carisma se resume en amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, trabajando juntos con los hermanos más necesitados. Para ello, la misión ejercida con puntualidad, pulcritud y abnegación es: la caridad puesta en marcha, la expresión visible de lo que creen y la esperanza encaminada a resolver los problemas del mundo.
Viven en ambiente de oraHacen presencia en España, ción-contemplación inspiGuatemala, Colombia, Perú rado por San Benito y en la y Bolivia en hogares geriátrisencillez evangélica inspicos, comedores comunitarada en la espiritualidad de rios, atención a niños discaSan Francisco de Asís, que pacitados y desprotegidos. los capacita para glorificar Novicios de la Fraternidad de la Divina Providencia, 15 de noviembre de 2013 a Dios por la santificación Entre los integrantes de la de sus miembros, mediante la unión con Cristo y con su comunidad participan religiosas, hermanos y sacerdoIglesia para ayudar a los más menesterosos de la societes, según la regla de la comunidad que establece cuandad. Para lo cual asumen con disponibilidad las tareas tos deben llegar al sacerdocio. humildes y desagradables a los ojos del mundo, pero Imploramos a Dios que llame a muchas personas a vivir ofrecidas a Dios con sacrificio, el apoyo invaluable de la este estilo de vida. oración y la fuerza espiritual.
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Santa Laura y Siervo de Dios Monseñor Builes
Santa Laura Montoya y Siervo de Dios Monseñor Miguel Ángel Builes:
“…Dos águilas en la mitad del cielo” Cuarta entrega
Mario Álvarez Gómez Pbro.
3. Segunda actitud del señor Builes: pide a la madre la renuncia En la misma carta del 30 de marzo de 1927, el Señor Builes le escribe a la Madre Laura: “El Sr. Muñoz estaba muy de acuerdo conmigo, dice el P. Rochereau, cuando reprochaba a la Madre su espíritu autoritario e insoportable y su modo recio y cruel de tratar a las inferiores. Pero a pesar de esto, defenderá, hoy más que nunca, la Comunidad de Misioneras, porque es obra de Dios, aunque la Fundación adolezca de tan lamentables defectos, apoyada, sin embargo, en la fama de virtud que dizque posee…”
E
l Sr. Muñoz, a quien cita el Padre Rochereau, es el Ilustrísimo Señor Luis Javier Muñoz y Capuron, Jesuita. Había nacido el 15 de diciembre de 1858 en Guatemala. Llegó a Colombia en 1889 como Prefecto al Colegio de San Bartolomé. Pasó luego como Rector del Colegio de Medellín y fundador del Colegio de Barranquilla, hasta que en 1921 fue creado Arzobispo de Guatemala. Tuvo que salir desterrado de su tierra el 7 de septiembre de 1922 y la Santa Sede lo nombra Visitador de las Misiones Católicas en Colombia. Murió el 24 de enero de 1927, cumpliendo con su encargo, después de visitar las misiones del Chocó. ¿Cuál fue la relación de la Madre Laura con el Padre Luis Javier Muñoz, S.J.? Veamos. El encuentro de la Madre Laura con el Padre Luis Javier Muñoz, S.J. fue hacia 1903: “Padre, le dijo la señorita Laura al Padre Luis Javier Muñoz, rector entonces del colegio de San Ignacio de Medellín y más
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tarde Arzobispo de Guatemala: Padre, váyase al Norosí (paraje de indios en el Magdalena Medio) a enseñar a los indios…El padre sonrió. Y Laura le hizo también un sermón optimista sobre los bienes que se podrían hacer predicando a los indios de esa región. El padre cortó diciéndole: ¿Usted ignora que yo tengo superiores?...” (Carlos E. Mesa cmf Op. Cit. Pág. 124). El mismo Padre Muñoz, hablando de la vocación de Laura, dice: “No conozco bien el espíritu del Carmen (La Orden del Carmelo). Quizá usted (Madre Laura) esté llamada a él, pero me inclino más bien a creer que usted tiene un espíritu distinto al de todas las comunidades religiosas existentes y que está llamada a una orden no fundada aún… El Padre Muñoz, según él mismo, ya arzobispo, refería a los misioneros claretianos de Quibdó, habló siempre a Laura con absoluta franqueza. Y alguna vez llegó a decirle, ya con tuteo y en plan de broma pesada: Sí, tú puedes hacerte religiosa, pero con una condi-
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ción: Que al día siguiente de profesar te nombren superiora, de lo contrario no habrá quien te aguante. Perforando la cáscara amarga de esta anécdota, se verá que en ella se reconoce el innato don de mando que el Señor le otorgó, verdadero regalo de la Providencia a ciertos instrumentos de su gloria”. (Carlos E. Mesa cmf Op. Cit. Pág. 125). A comienzos de 1913, en un viaje en tren hacia Puerto Berrío, coincide con el P. Luis Javier Muñoz, a quien le relata sus ansias de misionar a los indígenas pero con la gran duda de no saber cómo ni dónde empezar. “El Padre, hombre experimentado, le da consejos sabios acerca del apostolado e insiste en una antigua idea suya: Hay que empezar por el Occidente de Antioquia: “Vea de tantear con el señor obispo de Antioquia yo le daré una recomendación para que se presente a él”. En el mismo hotel donde se hospedaron, escribió el padre esa carta que resultó decisiva. Era obispo de Antio-
seguro que la amistad del Ilmo. Señor. Pero, ¡cosas de la vida! Porque ¡sólo Vos, Señor de mi vida, sólo Vos no faltas nunca, ni siquiera cuando tanto te ofendemos!
Seminario de Misiones –Yarumal, Antioquia 1930–
quia, monseñor Maximiliano Crespo, de quien Laura tenía informes nada favorables. Le habían dicho que era inaccesible y poco amigo de empresas mujeriles. La historia y el decurso mismo de este relato nos dirán lo que Monseñor Crespo fue para la obra de Laura Montoya. Ella, en sus cartas de los últimos años, lo seguía llamando “Nuestro Fundador”. Tan pronto como Laura volvió a Medellín, escribió al prelado de Antioquia, remitiéndole adjunta la comendaticia del Padre Muñoz. La respuesta no se hizo esperar. Quedaba citada para una conferencia en el Palacio Arzobispal de Medellín, el once de febrero de ese año (1913), a las once de la mañana”. (Carlos E. Mesa cmf Op. Cit. 136). De nuevo en Colombia, el Ilustrísimo Monseñor Luis Javier Muñoz, como visitador de las Misiones Católicas en este país, recibe el 24 de julio de 1924, una carta de la Madre Laura en la que le suplica una carta comendaticia, para alcanzar de Roma del Decreto Laudatorio: “Algo quiero hablarle de esta humilde congregación de misioneras colombianas, que vuestra señoría de
tan lejos divisaba en mis antiguas agonías. Opinan los señores obispos que ya es tiempo de acudir a Roma, en solicitud del decreto laudatorio. Mas, como la congregación ha resultado un poco original y rara, creemos que necesitan buenas recomendaciones. Es, pues, la hora en que vuestra señoría puede poner su mano caritativa, enviando a Roma una recomendación de la obra que vio nacer y empujó con su influencia bendita…”. (Carlos E. Mesa cmf. Op. Cit. Pág. 518-519). Este deseo de la Madre Laura no lo alcanzó del Señor Muñoz. “El reverendo padre Muñoz, Arzobispo de Guatemala que había sido nombrado Visitador General de las Misiones de Colombia, había sido muy amigo mío en los tiempos en que fue Rector de los Padres Jesuitas en Medellín. Conoció y aún ayudó a la empresa de la Congregación y después de creada, me pidió órdenes para ayudarnos en Roma a lo del Decreto. De modo que lo tenía por amiguísimo y lo invité a visitar nuestras misioncitas que no entraban en su obligación por ser Diocesanas algunas de ellas. Nada creía más
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Alguna persona me dijo que después de la visita del Señor Muñoz a Urabá, había recibido las influencias de los reverendos padres carmelitas y que se había tornado en enemigo de la Congregación. Sabido esto por el Ilustrísimo Señor Builes quiso entenderse con él, para hacerlo propicio, creíamos que de contado hizo viaje desde Santa Rosa hasta Medellín a conferenciar con él. Se presentó y desde luego le interrogó de la siguiente manera: Ilustrísimo Señor, como sabe vuestra señoría, el señor Crespo me dejó en la diócesis las hermanas misioneras de la Madre Laura y como debo dirigirlas, quiero saber qué opina de esas hermanas vuestra señoría. Tenga la bondad de hablarme con toda claridad. Y aquí con puerta tan amplia se desató el buen padre Muñoz, con todos los cargos de los reverendos padres Carmelitas. Pues, le dijo: Mire, conozco a Laura desde hace muchos años y no sabe someterse a nada. En Medellín regentaba un Colegio con un sinnúmero de alumnas y las dominaba hasta el punto de hacerlas santas en poco tiempo, aunque hubieran sido las jóvenes más traviesas, no propiamente porque tenga buen método sino por cierta propiedad hipnótica que tiene y de la misma manera maneja ahora a las Hermanas, por medio del hipnotismo. Verá cómo al morir ella, esa Comunidad se acaba. Por otra parte, Laura enseña el heroísmo bajo precepto y ¡eso no es admisible! No se dejó mandar del Sr. Prefecto de Urabá, ni de nadie. Terminada la arenga del Señor Muñoz, el señor Builes nada le repuso en favor, ni siquiera le dejó caer una palabra acerca de los antecedentes de los padres carmelitas, ni le habló de que nos conocía, ni de nada que pudiera siquiera entrar un poco de duda al reverendo padre Muñoz.
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Santa Laura y Siervo de Dios Monseñor Builes
Seminario de Misiones –Yarumal, Antioquia 1929–
Llegó y me dijo: Madrecita, las cosas están malas; el señor Muñoz dice esto: Yo nada le repuse y salí, usted vea cómo se defiende. Al oír esta resolución tan terminante, no mediando todavía nada, ni una sombra en las amistades con el señor Builes, me quedé como aturdida. ¿Cómo era que el señor Muñoz había dado tales ideas cuando él era uno de los sostenedores de mi antiguo Colegio…? ¿Cómo era que el señor Builes, había hecho la pregunta al señor Muñoz, de modo que para torcerse él mismo en sus ideas, servía la pregunta? ¿Y cómo era que nada hubiera dicho en defensa de la Congregación, habiéndole servido las hermanas con resultado tan bueno y palpable en tantas partes? En fin, todo fue sorpresa pero ni siquiera por eso me resolví a creer que
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hubiera nada menos recto sino que todo lo atribuía a un querer de Dios para purificarnos y que el señor Builes no se cambiaría por eso. ¡Ay! ¡Cuán engañaba andaba y cuánta misericordia me ha hecho el Señor en no dejarme anticipar juicios desfavorables a los que tanto temo, que mejor me parece estar embobada y caer en algunos engaños de buena fe, que anticipar juicios desfavorables, sobre todo tratándose de superiores y eclesiásticos! (Autobiografía, Cuarta edición, páginas 1026-1027). • En la misma carta del 30 de marzo de 1927, el Señor Builes pide a la Madre Laura que renuncie a la dirección de la comunidad: “…Se trata por consiguiente de su sola persona, Madre, la que en la obra de la Congregación, no es más que un accidente, que puede desaparecer aún sin morir, como se lo dije
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en mi última carta… Otro motivo es éste Madre, para que suelte la dirección y se la confié a una de sus hijas. S.R. entre tanto, por estar enferma, se consagrará a la oración y a la humillación de sí misma. Toda esta tempestad que acaba de desatarse es culpa suya. Pues el remedio es muy sencillo: Hacerse a un lado y la obra de Dios seguirá su paso. Además, los que aborrecen la Comunidad por culpa de S.R. se acercarán y todo marchará después mejor. Pero esté absolutamente tranquila en cuanto a su Congregación, ni tendrá división ni sufrirá nada, ni se acabará porque la obra es de Dios. La bendice su amantísimo Prelado que la acompaña en estas penas, que son muy personales de S.R. Le ruego saque a las Hermanas de la situación de pesimismo en que se encuentran
y que sigan tan tranquilas como antes…Que no sean demasiado reservadas con lo que convenga decir, especialmente al Padre Tressel…”. • En un pequeño espacio de tres días, el Señor Builes cambia de actitud: “El ánimo del Señor Builes que empezó quitando importancia al asunto y que en esta carta reconoce que no tiene la importancia temida, ha trabajado y calado hondo la idea de que la Madre puede desaparecer, en beneficio
sultante, las previsibles borrascas de la naciente comunidad por él tan elogiada, el hecho de que algunos de esos cargos los admite como simple hipótesis. Extraña mucho que la carta, escrita por un hombre calificado de insensato y con cargos que el prelado recuerda “a medias” tenga como consecuencia la conclusión final de aconsejar la renuncia, de quien no solamente en ese momento es la superiora general, sino que es la fundadora de la congregación y desde luego, la mujer más instruida y más ilu-
Madre Laura, en el Cuchillón 1939
de la congregación misionera. Se le han olvidado todas las expresiones de tres años de amistad y carteo, todo lo que él sentía de la virtud, sabiduría y experiencia de la fundadora, el origen tormentoso de este episodio, sus calificaciones de falta de seso y cordura del ya desgastado autor de esa carta in-
minada que la congregación tiene. Es cosa clara que cargos tan importantes, tan graves, debieron ser estudiados con detención, comprobados en la misma fuente de los hechos y en pleno carteo con el padre Rochereau y luego aclarados serenamente, con los descargos y explicaciones que la inculpada le
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diera al prelado…” (Carlos E. Mesa cmf. Op. Cit. Págs. 446-447).
4. Actitud de la madre Laura: renuncia al cargo de superiora general
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n carta al Señor Builes, desde Medellín, el 2 de abril de 1927, la Madre Laura, renuncia al cargo de Superiora General: “… De la manera más sincera y según su deseo y mi necesidad, presento ante V.S, renuncia irrevocable del cargo de Superiora General de la Congregación de Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena, que en 1917 puso sobre mis hombros el Ilmo. Sr. Dr. D. Maximiliano Crespo. Pido perdón a Dios y a V.S. así como también a la Comunidad de Misioneras, por los desaciertos que he cometido. Le ruego se digne convocar el Canónico Capítulo General para el caso de nombrar la que haya de sustituirme…y como desde esta fecha cesaré en mis funciones, le ruego provea a la Congregación de quién gobierne, mientras el Capítulo elige la que haya de hacerlo definitivamente…”. En carta adjunta a la renuncia, la Madre Laura le insinúa al Señor Builes que el Padre Tressel, Eudista, Rector del Juniorato de San Pedro y Director espiritual del Señor Builes, tenía una intención oculta: “…Ya desde el principio se notaba que ese Padre deseaba lo que conseguirá”. ¿A qué se refiere la Madre Laura? En carta de respuesta a ésta, del mismo día 2 de abril de 1927, el Señor Builes le pregunta a la Madre Laura: “Me dice que el P. Tressel se le veía desde el principio que deseaba lo que conseguirá: No puedo saber si V.R. se refiere a modificarme a mí, o dañarme mi Seminario, o a destituir a la Madre Laura. Ojalá por correo me aclare esta duda…” En la misma carta adjunta la Madre Laura le dice al Señor Builes: “Como creo que con este triunfo de los Padres Eudistas, lo del Seminario de Misiones casi terminó, nada le digo de los muchachitos. Saldrá lo que el Padre Tres-
Revista Misiones n.o 797/ marzo - abril 2014
Santa Laura y Siervo de Dios Monseñor Builes sel prometió, que en veinte o treinta años, no se vería eso que decía el Señor Builes. Otra cosa persiguen ellos según parece…”. Y aparece un post data: “¡Cosa rara! Soy ciega en cuanto a mis inconvenientes y defectos, pues no acierto a encontrarme los que me acusan y de los que verdaderamente tengo, nadie me acusa. Sin embargo, hago esfuerzos para encontrarlos. Vea que éste del don de mando. ¿Cómo quieren que Dios no le dé leche a la madre, si le da hijos sin dientes? Y si me tenía para mandar, ¿cómo quieren que no me dé el don para hacerlo? Dios no da palos de ciego ¿No es verdad? Sin embargo, ahora veré si sé obedecer”. Y en carta del 4 de abril de 1927 al Señor Builes, la Madre Laura, escribe: “Mire, de todos los cargos que verbalmente y por escrito me hace, y ha hecho el Padre Henrique (Rochereau), hay dos que son de explicar. El primero, que vacío mi interior en todos los sacerdotes, para ganarlos para mi bando. Es
cierto lo primero y es falso lo segundo”. Y explica con mucha inteligencia las razones. “El otro cargo, que es cierto, es el del don de mando. Creo que lo tengo tanto como el don de obedecer cuando me toca y ha tocado…Ahora, si tener un don necesario a un empleo que Dios da, es delito, cóbrenselo a Dios, mis acusadores, pues yo creo que no era capaz de darme don de mando. Podré ser altanera; pero don de mando es cosa muy preciosa para que pueda hacerla yo… Pero cómo es posible que la soberbia me ciegue y no sea don de mando sino altanería, por eso me he dejado decir y estregar, sin hablar en defensa una sola palabra. Pero ahora veo que a V.S. no tengo por qué no decirle esto. Tener autoridad es sólo soportable porque viene de manos de Dios, esa es la palabra…”. El 4 de abril de 1927, desde Santa Rosa de Osos, el Señor Builes escribe un lacónico telegrama a la Madre Laura: “Madre Laura. Medellín. Esté tranquila. Bendígola. Obispo. ”. La Madre Laura interpretó estas palabras como aceptación de su renuncia al Cargo de
Monseñor Miguel Ángel Builes
Superiora General de la Congregación. (Cfr. Carta dirigida por la Madre Laura al Señor Builes el 7 de abril de 1927).
5. Tercera actitud del señor Builes: se alarma y no acepta la renuncia de la madre Laura
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n carta desde Santa Rosa de Osos, fechada el 3 de abril de 1927, el Señor Builes escribe a la Madre Laura: “Tengo en mis manos la renuncia que en fecha de ayer me ha hecho V.R. de la dirección de la Congregación de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena…Bien comprendo la justicia de las razones que me expone para apoyar su renuncia…Y como aún es difícil nombrar otra Superiora que se encargue directamente de la dirección de la Comunidad, le ruego el favor de seguir, como lo ha estado haciendo hasta aquí, como si nada hubiera pasado. Además le encarezco el mayor silencio en este sentido, de manera que nadie sepa que le he insinuado esa idea de renunciar, hasta que llegue la hora de Dios. Entre tanto siga cargando el peso de la Congregación, como siempre sin el más ligero desaliento…”. En carta del 4 de abril de 1927, la Madre Laura hace descargo de dos de las acusaciones hechas contra ella por el P. Rochereau. Y además le dice: “Le confieso que descansé mucho cuando V.S. me indicó de la renuncia, jamás por mí misma me habría resuelto a presentarla creyendo la Congregación necesitada todavía del calor primitivo; pero una vez que la voz del Superior lo dijo, se me abrió el cielo. Tampoco se me dio mucho la carta del P. Henrique (P. Rochereau) porque son muchas las parecidas que he recibido, lo malo fue la complicación con la Hna. Asunción y con los PP. Del Juniorato. Ahora en lo de la reserva, la guardaré con el mayor cuidado pero debe saber V.S. que, como no dudaba de que me retiraba, ni tenía por qué dudarlo, y además, lo que se desea se cree fácilmente, desde que recibí su indicación
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Madre Laura, antes de salir para Dabeiba, 1914
llamé al consejo para que fuera poniéndose de acuerdo en las cosas y que tomaran la iniciativa en las respuestas de unas cartas. Ellas inmediatamente después de llorar un rato me dijeron: vea Madre, mientras S.R. nos mandó, nos callamos; pero ahora que no nos manda, le rogamos nos dispense que no observemos la conducta antigua, vamos a darle a la conducta su puesto justo. En consecuencia comunicaron a Pamplona, para que allí observaran prudencia con los Eudistas; al Señor Crespo porque lo creen en el deber de ayudarle a lo del capítulo; al Padre Henao porque mi último consejo fue que no hicieran nada sin consejo de persona prudente y que lo que hicieran fuera para la pura gloria de Dios… En fin, en completa independencia de mí, han puesto telegramas; pero sí me aseguran que otros, fuera de los indicados, no saben de mi renuncia…Mal me vi para que me dieran permiso de estar un momento sola con el Padre Tressel, porque se suponía que él me haría cargos y que yo me agachaba como con los Carmelitas. A todo trance querían presenciarlo todo para responder en mi lugar. Parecen leonas y dicen que sin faltar al respeto, se sostendrán así…”.
Efectivamente, en telegrama del 3 de abril de 1927, el Consejo Generalicio, escribe al Señor Builes: “Suplicámosle convocar Capítulo General, fin elegir Superiora General. Otro arreglo sería desdoroso Congregación. Bendíganos. Consejo Generalicio”. El Señor Builes se apresura a responder ese telegrama, y envió dos telegramas: uno a la Madre Laura, el 5 de abril de 1927, “Autoridad no reside nadie fuera Superiora mientras no aceptare renuncia. Jurisdicción tiénela Su Reverencia. Avísele Hermanas a quienes dijo no ser ya Superiora. Cosas siguen tranquilamente mismo rumbo llevaban. Serenidad, calma. Relea carta mía causó tal turbación, empápese su sentido, sin forzarlo decir no dicho. Mándeme copia auténtica dicha carta porque alarmada interpretación diéronle. Bendígola. Obispo”. El Señor Builes pide copia auténtica de la carta enviada a la Madre Laura el 30 de marzo de 1927. Expresa que fue mal interpretada. Quizá el Señor Builes escribió aquella carta “con excesiva rapidez y sin suficiente premeditación”. (Cfr. Carlos E. Mesa cmf Op. Cit. Pág. 451).
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El otro al Consejo Generalicio, el mismo día: “Consejo Generalicio. Misioneras. Medellín. Aunque urgiera convocación capítulo deberían ir despacio para ir más bien. No veo por qué otro arreglo desdoroso para vosotras. Renuncia inaceptada tampoco autorízales asumir cargo Superiora. Enséñalo simple noción derecho. Bendígolas”. “¿Por qué este cambio del prelado? Es posible sospechar que el mismo padre Rochereau o alguno de los padres Eudistas, le hubiera advertido al prelado las consecuencias de todo este episodio para la misión del Sarare. Así nos lo persuade el telegrama urgente que el Padre Rochereau envió, desde Pamplona, a la Madre Laura: “Dimisión acabaría con Sarare, que va muy bien. A todo trance esperen cartas. Enséñele telegrama prelado y Tressel. Todo arreglaráse. Rochereau”. (Carlos E. Mesa cmf. Op. Cit. 452).
6. La madre Laura explica al señor Builes su renuncia y asume de nuevo la dirección de la congregación. Continuará…
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Para Pensar Pensar Para
“Las obras de amor
al prójimo...
son la manifestación externa más perfecta de la gracia interior del Espíritu” (Pg.32). E.G.
Todo Obispo
es Misionero del mundo entero Pbro. Javier Alexis Gil H. Secretario Nacional POSPA/PUM pospa@ompdecolombia.org
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Tres nuevos Obispos misioneros
l pasado sábado 15 de febrero de 2014 el Señor Nuncio, Monseñor Ettore Ballestrero, presidió la Eucaristía de consagración de los tres nuevos Obispos destinados al pastoreo de tres Vicariatos Apostólicos de nuestro País: Guapi, Inírida y Mitú.
para la evangelización del mundo entero
Concelebraron cerca de 60 Obispos y unos ciento treinta sacerdotes. También estaban presentes cerca de 40 diáconos permanentes, unos 150 seminaristas de la Arquidiócesis de Medellín, muchos miembros de la Vida Consagrada y numerosos fieles procedentes de diversos lugares de Antioquia, de Colombia y del extranjero. La ceremonia litúrgica se desarrolló en un ambiente de alegría, sencillez y recogimiento. Al final cada uno de los nuevos Obispos dirigió especiales mensajes centrados en la gratitud a Dios y a la Iglesia, en el significado del ministerio del Obispo, y la proyección misionera de los nuevos Vicarios Apostólicos.
41. Inírida
11
Vicario Apostólico de Inírida Monseñor Joselito Carreño Quiñones
Mar Caribe 2 1
3
6
4 5
9
8
72 7
71
10 18
Océano Pacifico
20
28 29
35
26
27 30
54
31
34
24
25 22
50
23 46
75
69
76
16
15
19
74
12 14
13
70
73 68
21 17
Venezuela
62
77 57 66
59
45 44
43
60
64
36
47 51
58 56
40
41
37
49 32
39
52
33
48 53
35. Guapí Vicario Apostólico de Guapí Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez
42 42. Mitú
55
Vicario Apostólico de Mitú Monseñor Medardo de Jesús Henao del Río
Ecuador 38
Perú Brasil
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Caminando con visión prospectiva en la
misión de Jesús
Pbro. Samir García Valencia Coordinador del Programa Virtual de Formación Misionera de las OMP de Colombia
Foto oficial de la reunión del Consejo Nacional, sede OMP de Colombia, Bogotá, D. C., 25 de febrero de 2014
D
urante los días 24 y 25 de febrero se llevó a cabo en la sede nacional de las OMP de Colombia la reunión del Consejo Nacional, que se realiza cada año para revisar, evaluar y proyectar la acción misionera de la Iglesia colombiana con el acompañamiento que hacen las cuatro Obras Misionales Pontificias: Propagación de la Fe, Infancia Misionera, San Pedro Apóstol y Pontificia Unión Misional. En clima de alegría, comunión y fraternidad se realizó este encuentro de los miembros del Consejo; quienes vieron con agrado el buen recorrido y proyección que se está llevando en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas respecto al trabajo misionero y la consolidación paulatina del proyecto OMP de Colombia Visión 20–24, la Iglesia en estado permanente de misión. Se acordó continuar este camino misionero en toda nuestra Iglesia colombiana, seguir acompañando y fortaleciendo la espiritualidad de la Infancia y Adolescencia Misionera propuesta precisamente en el Documento de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe (Cf. n. 441, h) y prepararnos a la realización de los próximos eventos misioneros: Encuentro Nacional Sacerdotal, IX Encuentro Nacional Misionero de Seminaristas, Congreso Americano de la Infancia Misionera, Asamblea Nacional de Directores y el XII Congreso Nacional Misionero a realizarse en el año 2015.
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Aunque hay un buen trabajo logrado, aún tenemos un vasto sendero por recorrer que nos lo irá dejando visualizar este proyecto que apunta hacia la celebración del centenario del primer congreso nacional de misiones celebrado en el año 1924, gran momento histórico y significativo para el empuje misionero en nuestra patria. Terminadas las sesiones del Consejo Nacional se inició la reunión con el equipo del Programa Virtual de Formación Misionera, en la que participaron dos delegados de La Católica del Norte–Fundación Universitaria, el equipo de docentes y el equipo de dirección del programa. Se evaluó también el proceso y los resultados fueron positivos. Cada vez se va consolidando esta formación misionera, va llegando a más sectores del pueblo de Dios y se perfila como un proyecto innovador en el ámbito formativo sobre la misión. El objetivo es continuar acompañando a los estudiantes ofreciéndoles con calidad una propuesta formativa integral que conjugue la espiritualidad, la doctrina teológica y la práctica sobre este cometido esencial de la Iglesia: la misión. Todo este proyecto misionero apunta a un solo objetivo: “Impulsar la acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tenga vida en Él” (D.A. n, 1).
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X Encuentro Continental
de Directores Nacionales de Obras Misionales Pontificias de América En México, D.F., durante los días 10 a 14 de marzo de este año 2014, estuvieron reunidos los Directores Nacionales de Obras Misionales Pontificias de América. El artículo 48 del ESTATUTO de las Obras Misionales Pontificias dice: “El Consejo Superior favorecerá, por tanto, los contactos y colaboración de las Direcciones Nacionales. Algún tipo de encuentros internacionales, tanto del ámbito regional como continental, depararán a los responsables nacionales la ocasión para el intercambio de opiniones, de informaciones y de experiencias. Esto constituirá una fuente de enriquecimiento para todos y permitirá a cada uno revisar y renovar, si fuese necesario, sus puntos de vista, sus programas y sus métodos de trabajo”. El ESTATUTO de las OMP consta de 64 artículos y fue ratificado y rubricado por el Eminentísimo Cardenal Crescencio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en Lyon, Francia, el 6 de mayo del año 2005. A partir de aquel año iniciaron, entonces, los encuentros continentales de los Directores Nacionales de OMP de América, en el siguiente orden: 2005, en Brasil; 2005, en México, D.F.; 2007, en Lima, Perú; 2008, en Santiago, Chile; 2009 en Bogotá, Colombia; 2010, en Orlando, EE.UU.; 2011, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; 2012, en San Juan, Puerto Rico; 2013, en Montreal, Canadá y 2014, en México D.F., México. En este último encuentro los Directores Nacionales, eligieron como nuevo coordinador de los Directores Nacionales de Obras Misionales Pontificias de América, por tres años, al Padre Mario Álvarez Gómez, Director Nacional
de OMP de Colombia. Además de coordinar todas las iniciativas sobre Obras Misionales Pontificias en América, será el representante de este Continente ante el Consejo Superior de las Obras Misionales Pontificias de Roma. De acuerdo al ESTATUTO de las OMP, América está organizado en cuatro regiones: Norte América, que la conforman Canadá, Estados Unidos y México; Centro América y el Caribe, que la forman todos los países de Centro América y las Islas del Caribe; Países Bolivarianos Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia y la del Cono Sur Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile. Cada año tienen su propio encuentro. Los de los países Bolivarianos han sido, en el 2010, Bogotá, Colombia; 2011, Lima, Perú; 2013, Maracaibo, Venezuela. La de este año será en Quito, Ecuador, del 28 al 31 de julio. El objetivo de este X Encuentro Continental fue evaluar la participación de las Direcciones Nacionales de OMP en el CAM4-COMLA9, realizado en la ciudad de Maracaibo, Venezuela, del 26 de noviembre al 1° de diciembre del año 2013, y estudiar las conclusiones de los 22 foros allí realizados. Además reflexionar y proponer líneas de acción para dar seguimiento al proceso iniciado en el Congreso a la luz de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, para responder a los desafíos de la misión Ad gentes en un mundo pluricultural y secularizado. En los próximos números REVISTA DE MISIONES estará informando de las importantes decisiones de estos encuentros continentales y regionales, cuyas conclusiones orientan los programas nacionales de las Obras Misionales Pontificias de cada nación en América.
Foto oficial de los Directores Nacionales de Obras Misionales Pontificias de América, 12 de marzo de 2014, México D. F.
EDICIÓN ESPECIAL Realizada por las OMP de Colombia “Acojamos con fe y amor la enseñanza de nuestro Papa Francisco y compartámosla con los demás”.