Amics de Babel, Alberto Brandani, Luz Mª Meseguer, Victòria Pascual, Jordi Tàrrega, Antoni Valesa y Leo Sánchez, muchas gracias por vuestra valiosa colaboración.
Primera edición agosto de 2013 © Joan Montañés Chipell © De esta edición Onada Edicions Edita Onada Edicions Plaça de l’Ajuntament, local 3 Ap. de correus 390 12580 Benicarló www.onadaedicions.com onada@onadaedicions.com Tel. 964 47 46 41 Maquetación Paül Peralta Aguilar ISBN: 978-84-15221-97-5 Depósito legal: CS-269-2013 Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida por cualquier medio sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. PEFC Certificado Este producto procede de bosques gestionados de manera sostenible y fuentes controladas. www.pefc.org
¿Es usted el último mono?
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a pregunta, como es obvio, no es necesario que la respondan los reyes del mambo. Tampoco tendrían que contestarla los ávidos consumidores de manuales de autoayuda, por si se hunden un poco más en el lodazal. Vaya por delante que El útimo mono es un libro de antiayuda, si es que el género existe. Y es que, de la teoría de la evolución de las especies, la ley de Darwin que más aceptación tiene, incluso entre los creacionistas más acérrimos, es la ley de la selva. Ante semejante panorama, el mundo civilizado parece avanzar, pero hacia el planeta de los simios, con perdón de los grandes primates y de Charlton Heston. Xipell, uno de los humanos evolucionados inmerso en este proceso involucionista, nos lega ahora y aquí un puñado de viñetas que son la viva estampa de los tiempos que corren, así como de un tiempo que nunca pasa de largo, como esas fotos fijas en blanco y negro que son la peor de las pesadillas. Cada una de estas postales reflejan nuestro propio rostro anónimo en el espejo de la España de Berlanga y pandereta, de la crisis (la actual y la permanente), de la Iglesia (la verdadera y las otras), y del rapto de Europa que llaman rescate. El lector de El último mono reconocerá, en medio de un ameno paisaje, los roles más ancestrales junto a las nuevas maneras que irrumpen con fuerza en la era de Internet. En buena medida, el autor pertenece a esa raza en vías de extinción de los “inmigrantes” de la red de redes, sin Facebook, sin Twitter, sin perdón. Quizás sea por su condición de inadaptado que, en un momento en que ya han cerrado tantos periódicos de papel, este libro de papel se nos presenta a modo de diario personal. Una rareza extemporánea que cualquier “nativo” que se precie habría ventilado en 140 caracteres. Por todo ello, las imágenes que realiza Xipell tienen mucho más que ver con las pinturas rupestres de las cavernas que con los emoticonos. Y es que las pinceladas primitivas de los hombres de la Edad de Piedra, como los gruesos trazos del dibujante en el tránsito de la era analógica a la digital, encierran el mismo propósito: mostrar con crudeza el mundo que nos envuelve. De ahí que las escenas que aparecen en este libro puedan recordar a las de una montería en la que todos, a excepción de los de siempre, nos vemos convertidos en el cazador cazado. ¿O acaso no es éste el sino del último mono? Joan Montañés
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