Vidas Vividas en Riesgo

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La pobreza y la marginalidad identificadas como factores determinantes, limitan las oportunidades de la mujer para salir a tiempo de una relaci贸n de pareja da帽ina (violenta), y/o en riesgo de tener el VIH.


ÍNDICE Introducción

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Contexto:

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1.- Vínculo entre Violencia Contra la Mujer (VCM) y VIH/SIDA

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Metodo:

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Estudio con Mujeres

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Estudio con Proveedores

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La Respuesta Organizacional

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Procesamiento y Análisis

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Resultados

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Estudio con Mujeres

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a.- Características generales de la población estudiada.

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b- La Violencia en sus diferentes ciclos de vida.

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c.- Factores de riesgo asociados al VIH.

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d.- El VIH como desencadenante de violencia en la mujer.

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e.- Opiniones de las mujeres acerca de los factores de riesgo y circunstancias que hacen a las mujeres más vulnerables al VIH.

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f.- Factores que limitan salir a tiempo de una relación de pareja donde haya violencia.

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g.- Recomendaciones para trabajar el vínculo VCM y VIH/SIDA:

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Estudio con Proveedores

19

a.- Conocimientos

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b.- Percepción de riesgo

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c.- Factores sociales y culturales predisponentes

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d.- Actitudes

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e.- Detección

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Respuesta institucional para el establecimiento del vínculo VCM y VIH

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a.- Sobre Políticas

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b.- Sobre formación

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c.- Sobre protocolos y normas

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d.- Directorios

24

Discusión

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Referencias Bibliógraficas

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Fui adoptada, mi Papá me entregó a una señora, mi madre murió. A mi madre adoptiva le llamaba Mamá pero no le gustaba. Decía que delante de la gente no la llamara así porque ella no era madre de una negrita tan fea. Yo era responsable de hacer todas las labores de la casa y de estar ahí para lo que ella y mis hermanos necesitaran… nunca me compró un vestido nuevo…

introducción

Mi Mamá me golpeaba mucho. Cuando se enojaba conmigo amenazaba con matarme. En varias ocasiones, me tuvieron que llevar al médico por los golpes. Recuerdo cuando tenía 6 años, que uno de mis hermanos me manoseaba. Con 13 años, salí huyendo de la casa sin saber a donde ir. Llevé mi ropa donde una amiga que no me recibió, pero como estaba decidida, fui a buscar a mi Papá. El me dijo que me quedara con él, pero tenia miedo de que me violara, entonces le pedí $ 20 pesos y me fui. Duré 3 noches durmiendo en el parque. A pesar de todo nunca dejé de estudiar, lo que hice fue conseguir trabajo en una casa de familia y cambiar el horario de estudio para la noche. En esa época, un hombre ofreció ayudarme y prometió no abusar de mí, era mentira porque cuando me acosté se abalanzó sobre mí, pero pude huir de él… Cuando tenía 14 un hombre que vivía cerca de la casa de mi Papá prometió ayudarme, dijo que podíamos mudarnos juntos y prometía que no me tocaría, yo acepté. Al cabo de un tiempo, me declaró que estaba enamorado de mí y por agradecimiento lo acepté como mi marido. Tuve mis dos primeros hijos pero a pesar de que era bueno, no conseguí amarlo y al final la relación terminó. Luego me junté con otro hombre que lo buscó mi madre. Ella creía que él era de buena posición y me dijo “si no te juntas con él te desheredo”. Yo acepté. Tuvimos 3 hijos, lo llegué a querer pero era mujeriego. Al cabo de un tiempo nos separamos pero vivíamos en la misma casa. Luego supe que el estaba teniendo problemas de salud. Con lo del SIDA yo no tenía mucha preocupación, porque como un año antes cuando conseguí trabajo en un hotel me hicieron la prueba y salió negativa. Una noche, mi ex marido entró a mi habitación y me violó: me quitó la ropa, me lastimó… me penetró violentamente agarrándome la cara con fuerza… Cuando terminó, me dijo que creía que yo estaba enamorada de otro y se sentía mal porque yo estaba ganando más dinero que él y estaba estudiando. Producto de esa violación quedé embarazada. Me enteré al cuarto mes al hacerme unos chequeos. Me dieron la noticia del embarazo y que tenía VIH… Mi ex marido ya murió. Hoy tengo una nueva pareja, nos cuidamos siempre, él es muy amoroso conmigo y yo con él. Este no lo eligió mi madre, ya ella no tiene la influencia que tenía en mi vida. Ya yo la perdoné. Testimonio, mujer de 36 años.

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CONTEXTO Un estudio realizado por la OMS en el 2003, encontró que en América Latina y el Caribe, entre el 30 y el 60% de la población femenina ha sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas en algún momento de su vidai .

“Supe de mi condición

Otros datos revelan que entre el 6% y el 47% de las mujeres adultas a nivel mundial, reportan abuso sexual por parte de su pareja íntimaii. En las Américas, cada hora 78 mujeres adultas son violadas. Más del 60 % de todas las víctimas de violación, tenían menos de 18 añosiii. En los Estados Unidos, una mujer es violada cada 6 minutosiv .

me embaracé. Mi

A nivel global, entre el 10% y 69% de las mujeres reportan abuso físico por parte de sus parejas íntimas al menos una vez en sus vidasv .

tener mi pareja si se

La Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA) 2002vi, revela que en la República Dominicana el 24 % de las mujeres en edad entre los 15 a 49 años ha sufrido violencia física, emocional o sexual y el 40% de las divorciadas y/o separadas ha experimentado maltratos físicos desde los 15 años. Igualmente, las estadísticas revelan que en la República Dominicana entre los años 2003 al 2006 se registraron 974 feminicidiosvii. En cuanto al VIH y SIDA, se estima que 39.5 millones de personas en todo el mundo estaban viviendo con el VIH a finales del 2006. De éstas, 37.2 millones son adultos, de los cuales 17.7 millones son mujeres, representando casi la mitad de todas las personas viviendo con el VIHviii. El Caribe es la segunda región de mayor impacto de la epidemia del SIDA. Las tres cuartas partes de las personas infectadas por VIH viven en los dos países que constituyen la isla Hispaniola: Haití y República Dominicana.. En la República Dominicana, desde 1983 al 2006, se ha registrado un total acumulado de 17,660 personas que viven con el VIH o el SIDA, existiendo un sub-registro que se estima del 80%. La prevalencia Nacional estimada en adultos es de 1.1% (DIGECITSS, 2006)ix. El análisis global de todos los casos notificados en la República Dominicana, desde el inicio de la epidemia, indica que la misma se caracteriza por un predominio de personas heterosexuales, con el 75% de los casos. Una de las tendencias sobresalientes de la epidemia Mundial del SIDA es su feminización. En todo el mundo, el número de mujeres viviendo con el VIH está aumentandox. 17.7 millones de mujeres en edad igual o superior a los 15 años, viven con el VIH y si

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hace dos años cuando

mayor temor era la reacción que pudiera

enteraba…El nunca me dijo que estaba infectado, me dejó sola cargar con la culpa de llevar el VIH a mi familia”


comparamos esta cifra con la ofrecida por ONUSIDA en el reporte del 2004, encontramos que hay un aumento de un millón de nuevas mujeres victimas del VIH. Las tres cuartas partes (76%) de todas las mujeres viviendo con el VIH viven en África subsahariana, donde constituyen el 60% de los casos y se infectan en etapas de su vida cada vez más tempranas. De cada diez hombres adultos que viven con el VIH, cerca de 14 mujeres adultas se infectan por el virus. En el Caribe, cerca de cada uno de dos adultos con el VIH es una mujer. En la República Dominicana, se encuentra un patrón similar a toda el área del Caribe. Sin embargo, según informes nacionales (DIGECITSS 2006), cuando se hace una desagregación de los datos por grupos de edad, se encuentra que entre los grupos de 25 – 29 años la relación hombre mujer se iguala y en los grupos de 20 – 24 años de edad, hay más mujeres diagnosticadas con VIH que hombresxi. Todo esto nos indica que en nuestro país la epidemia es cada vez más femenina y afecta más a las mujeres jóvenes.

Vínculo entre Violencia Contra la Mujer (VCM) y VIH/SIDA: Estudios hechos en Sudáfrica y Tanzania revelan que las mujeres que han sido objeto de violencia tienen una probabilidad hasta tres veces mayor de estar infectadas por el VIH que las mujeres que no han experimentado violenciaxii. Se han desarrollado algunos estudios que evidencian el vínculo entre violación sexual y el VIH/SIDA. Por ejemplo, el realizado en los Estados Unidos por Patel y colab. 2001, estimó que el riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS) durante una violación sexual es de 6% a1 2% para Gonorrea, de 4% a1 7% para Chlamydia y de 0.5% a 3% para la Sífilis. En el caso del VIH, en tan sólo una relación sexual con penetración, el riesgo es de 1% a 2%, tanto para penetración vaginal como para la penetración analxiii. Varias investigaciones han demostrado que la VCM, particularmente en la forma de abuso y violencia sexual durante la infancia, es asociada a consumo de drogas, alcohol, mayor número de parejas sexuales, participación en trabajo sexual, bajo nivel educativo, estatus socioeconómico bajo y conductas permisivas durante la adolescencia y la adultez. xiv xv Dichas conductas pueden potencialmente poner a las víctimas de violencia en mayor riesgo de contraer una ITS, incluyendo el VIH. Una investigación realizada en Nigeria demostró que un 16% de las niñas que acudían a hospitales por alguna ITS eran menores de cinco añosxvi. Otro estudio realizado en San Francisco, California (1993), encontró que las mujeres adultas afro americanas que han sido sobrevivientes de violencia sexual en la niñez tenían 6 veces más probabilidades de haber tenido relaciones sexuales con personas diferentes, hasta 10 parejas o más; tres veces más probabilidad de reportar que nunca usaron condón y tres veces más probabilidad de no negociar el uso del condón, en los tres meses anteriores a la encuestaxvii. Existen evidencias de que mujeres que han sido víctimas de violencia por sus parejas tienen más posibilidades de ser infectadas por el VIH. De igual forma, se evidencia que los hombres abusivos son más propensos a tener el VIH y a imponer prácticas sexuales de riesgo a sus parejasxviii.

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‘‘... Me metí con un hombre, pero solo me dio maltrato, vivía amenazándome con un machete. Si yo no quería tener sexo, él me golpeaba, me obligaba y después, me dejaba encerrada en la casa como castigo; también me daba mi golpiza y se iba a la capital y me dejaba sin nada, sin dinero para la comida mía y de los niños…”.

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Una intervención de dos años en Ruanda, mostró que las mujeres viviendo con el VIH eran más propensas a reportar historias de abusos físicos y coerción sexual por parte de sus parejas, que aquellas sin VIHxix . Algunos estudios demuestran que las mujeres que sufren violencia presentan una tasa menor de uso de condón que aquellas que no viven esta situaciónxx. Datos en la República Dominicana, indican que la proporción de mujeres que padecieron alguna ITS en los últimos 12 meses anteriores a la encuesta, era tres veces mayor (3.7%) entre quienes alguna vez habían experimentado violencia que entre quienes nunca habían padecido dicha situación (1.0%)xxi . En muchos casos, el miedo debido a la posibilidad de sufrir violencia impide a las mujeres buscar información sobre el VIH y SIDA, ser examinadas y buscar tratamiento. xxii Los riesgos asociados con la revelación de la infección por VIH, hace que muchas mujeres mantengan en secreto su condición. Resultados de investigaciones también muestran que las mujeres que dan a conocer su condición de VIH positivas a menudo son propensas a ser abandonadas por sus parejas y familiares y sufren discriminación en sus comunidades. Un estudio hecho en los EEUU, muestra que el 20.5% de las mujeres infectadas por el VIH reportaron abuso físicoxxiii. Como hemos visto, el vínculo entre la VCM y el VIH/SIDA es cada vez más evidente, sin embargo y a pesar de la creciente feminizacion de la epidemia en la República Dominicana, no existen estudios que ayuden a identificar los factores de riesgo que vinculen ambas problemáticas y que caractericen el problema. El propósito del estudio presentado es formular evidencias para ayudar a entender más a cabalidad cómo la VCM actúa para incrementar el riesgo en las mujeres de adquirir la infección del VIH/SIDA, y cómo el VIH/SIDA provoca más violencia en la vida de las mujeres. De igual manera se evaluó la respuesta organizacional para afrontar el vínculo entre VCM y el VIH/SIDA. Se espera que los resultados obtenidos faciliten el desarrollo de estrategias, políticas y programas para un abordaje vinculante de ambas problemáticas y por consiguiente esto se traduzca en la disminución de la incidencia del VIH en la población femenina de la República Dominicana.

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MÉTODO Se realizó un estudio exploratorio de tipo observacional/descriptivo, usando una combinación de los métodos de recolección de datos: Método cuantitativo (entrevistas) y método cualitativo (grupos focales, observación participante). El método elegido para la selección de la muestra fue el muestreo no probabilístico de conveniencia. El proceso de recolección de información se llevó a cabo entre los meses de octubre y noviembre del 2006.

Estudio con Mujeres: El universo para este grupo poblacional estuvo conformado por treinta y un (31) mujeres escogidas intencionalmente con las siguientes características: Tener más de 18 años cumplidos; tener un diagnostico positivo a la prueba del VIH; ser o haber sido víctima de algunos de los siguientes tipos de violencia a lo largo del ciclo de vida: violencia en la niñez (abandono, violencia psicológica, violencia física, violencia sexual), y violencia doméstica e intrafamiliar (violencia psicológica, violencia física, violencia sexual, violencia económica); y violencia sexual fuera de las relaciones de pareja (después de cumplir los 15 años de edad). Con el fin de formular evidencias que ayuden a entender cómo la VCM actuó para incrementar el riesgo en las mujeres de adquirir la infección del VIH/SIDA, se elaboró un cuestionario con los siguientes temas: •

Datos generales de las entrevistadas (edad, nivel educativo, estado civil, ocupación, ingreso).

“La verdad es que no se que hacer con este diagnóstico. Tengo miedo

Dinámicas de poder en las relaciones de pareja.

Vivencias de violencia: en la niñez (ocurrencia del hecho, frecuencia, edad, persona responsable del hecho); violencia con la pareja fija y violencia fuera de la pareja fija y después de los 15 años (frecuencia del daño, tipo de violencia)

porque tenia una

Factores de riesgo frente al VIH, entre los que tenemos: Edad de la primera relación sexual, edad de la primera relación de pareja fija, edad de su primer hijo (a), número de personas diferentes con las cuales ha tenido relaciones sexuales, relaciones sexuales con hombres que les llevan más de 5 años de edad, relaciones sexuales con hombres que pudieran estar en riesgo de tener VIH, relaciones sexuales con hombres que tienen VIH, uso del condón en las relaciones sexuales, intercambio de sexo por dinero, por prebendas, drogas o alcohol, búsqueda de ayuda para prevenir el VIH; acceso y búsqueda de información y servicios sobre sexualidad y VIH2

marido y el la mato

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amiga que fue a hablar con su con una pistola, en una cabaña... otra amiga se lo dijo a su novio y él le pego una golpiza”


Para caracterizar cómo el VIH provoca más violencia en la vida de las mujeres del estudio, en la entrevista se trabajaron los siguientes temas: Relaciones sexuales con hombres viviendo con el VIH; confidencialidad y conocimiento del estatus serológico de las parejas sexuales; uso del condón para prevenir la reinfección y contagio y el VIH como desencadenante de violencia en la pareja, la familia y la comunidad. Con los grupos focales se abordaron las percepciones de las mujeres acerca de los factores de riesgo asociados al VIH/SIDA y la violencia contra la mujer; los conocimientos y creencias sobre el tema y las recomendaciones para el abordaje vinculante entre el VCM y el VIH/SIDA. El proceso de captación de las mujeres se realizó a través de redes de organizaciones de Personas Viviendo con el VIH distribuidas en diferentes zonas geográficas de la República Dominicana: en Santo Domingo ASOLSIDA, en Puerto Plata CEPROSH, en San Juan de la Maguana REDOVIH y en La Romana Grupo Paloma. En cada región, se seleccionó un mínimo de 6 mujeres y un máximo de 12. La población fue captada a través de informantes claves que trabajan en las organizaciones de PVVS elegidas. Un filtro de pre-selección fue aplicado por las informantes claves para el reclutamiento y a cada mujer se le citó para asistir a una reunión en la cual se le aplicaría un cuestionario y participaría en una reunión de grupo focal. Para caracterizar la respuesta organizacional al vínculo entre la VCM y el VIH/SIDA, se usaron dos técnicas de recolección de información: la revisión documental y las entrevistas aplicadas a proveedores/as de salud del área de Violencia y VIH/SIDA, incluyendo observación participante en los centros donde proveedores ofrecen servicios.

Estudio con Proveedores: El universo poblacional del estudio con proveedores estuvo conformado por 39 profesionales que ofrecen servicios en las Unidades de Atención Integral (UAI)para VIH/SIDA y en áreas de violencia de género, de los cuales 27 trabajan en 9 UAI y 12 trabajan en 5 centros o unidades de atención para casos de violencia basada en género y contra la mujer. Los/as proveedores/as entrevistados/as prestan servicio de, medicina, psicología, consejería, enfermería, abogacía, fiscalía, trabajo social y educación en diferentes entidades públicas, ONGs y Fuerzas Armadas. Los temas estudiados con proveedores fueron los siguientes: datos generales de Proveedores/as entrevistados/as, conocimientos e información sobre VCM y el VIH y SIDA en las mujeres, actitudes de proveedoras(es), detección, referencia y contrarreferencia y nivel de entrenamiento.

La respuesta organizacional: Para caracterizar la respuesta nacional en relación al vínculo entre VCM y VIH/SIDA se realizó una búsqueda de referencias bibliográficas y una revisión documental en centros especializados de la República Dominicana y a través de Internet. La búsqueda y revisión documental fue orientada para indagar sobre las normativas, las políticas públicas, planes

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Después de tantos años juntos se fue con otra mujer, al cabo de unos años volvió arrepentido…Yo le creí, pero luego me di cuanta que volvió porque estaba enfermo.

y programas, mecanismos de coordinación intersectorial e interinstitucional relativas al vínculo entre VCM y VIH/SIDA.

Procesamiento y análisis: El análisis y la administración de la encuesta se llevó a cabo utilizando el programa SPSS. Una vez los datos fueron editados y limpiados, se efectuó el análisis univariado y bivariado. Se establecieron cruces de variables (violencia contra la mujer en sus diferentes niveles y los factores de riesgo asociados al VIH/SIDA), usando la prueba estadística Chi cuadrado para establecer la relación de una variable con otra e identificar niveles de significación. Para el análisis de los grupos focales, se procedió a transcribir las grabaciones in extenso, para luego proceder a elaborar la codificación de los temas y a codificar los mismos. Se identificaron frases similares, relaciones entre las variables, patrones, temas y diferencias marcadas entre cada uno de los grupos. La confiabilidad y validez de los resultados fueron evaluadas examinando la representatividad, examinando los efectos potenciales de la investigación y triangulando a través de las fuentes de datos y métodos. El equipo de investigación dio prioridad a mantener la privacidad, confidencialidad y anonimato de los y las participantes en el estudio.

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RESULTADOS Estudio con Mujeres

a.- Características generales de la población estudiada. Las mujeres del estudio presentaron las siguientes características: en su gran mayoría eran jóvenes y/o adultas jóvenes entre los 20 y 39 años (74.2%); más del 60% apenas realizó algún nivel educativo del nivel de primaria, resaltando que un 16% era analfabeta. Su salario promedio mensual estaba por debajo del salario mínimo establecido oficialmente en el país. El 41.9% de las mujeres se encontraba en una relación de pareja al momento de la entrevista (ver cuadro 1).

Edad

Cuadro 1

Nivel Educativo

años

%

%

20 - 29

22.6

Ninguno

16

30 - 39

51.6

Primaria

45.2

40 - 49

22.6

Bachiller

22.6

50 - 59

3.2

Técnico

6.5

Total

100

Universidad Incompleta Universidad Completa

3.2 6.5

Total

Estado Civil

100 Ocupación

%

%

Casada

41.9

No asalariada

32.3

Viuda

16.1

Asalariada

67.7

Separada

9.7

Total

100

Divorciada

6.5

Nunca casada

3.2

Soltera

22.6

Total

100

Remuneración Recibida Promedio

RD$ 3138.71

b- La Violencia en sus diferentes ciclos de vida. Los resultados del estudio indican que para la gran mayoría de las mujeres los hechos de violencia se han vivenciado desde temprana edad, perpetuándose a lo largo del ciclo evolutivo.

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Para muchas mujeres del estudio, el origen de sus problemas está centrado en la violencia recibida en la infancia y la incapacidad de sus progenitores de satisfacer sus necesidades biológicas, psicológicas y emocionales. De igual forma, fuera del ámbito familiar, la violencia recibida de parte de la pareja, o la recibida fuera de ésta, las limita en el desarrollo de sus potencialidades y pone en peligro su vida. Los resultados del estudio indican que el 74.2% de las mujeres reportaron haber sufrido violencia psicológica de parte de familiares como la madre, los tíos, hermanos y padres, y esa situación fue vivida en la época de adultez por parte de las parejas fijas, hecho descrito por la totalidad de las mujeres del estudio, quienes refirieron que su pareja la hacía sentir mal consigo misma, la intimidaba, expresaba celos si conversaba con personas del sexo opuesto y las limitaba para acudir a los servicios de salud. En la niñez, casi el 60% de las mujeres fueron víctimas de violencia física, jugando en esto un rol protagónico la figura materna. En la edad adulta, el 93.5% refirieron haber sido víctimas de ese tipo de violencia con alguna de sus parejas fijas: los golpes en la cara son las acciones infringidas con más frecuencia (90.3%), los empujones y trompadas en más del 70%, seguido de los intentos de estrangulamiento (40.2%). La violencia sexual, reportada por el 71.0% de las mujeres en su época de niñez, y perpetrada por personas allegadas a la familia o familiares directos (amigos de la familia, conocidos, primos), igualmente fue reportada con la misma intensidad en la época de adultez en las relaciones de pareja (87%), y en el caso de violación sexual fuera de estos espacios lo reportaron el 45.2% de las mujeres del estudio. La violencia sexual por parte de la pareja fija va desde obligación para que la mujer tenga sexo con él, hasta la obligación para que la mujer realice algunas prácticas sexuales que complazca las necesidades del marido, como es el sexo anal. El caso del abandono en la niñez constituye otro hecho importante, que marca significativamente la vida de las mujeres y que fue presentado por el 58.11%. (Ver cuadro No. 2)

Cuadro 2

castigos muy fuertes. Recuerdo aquellos cuando era niña y olvidaba colocar los envases para cuando lloviera las goteras no mojaran el piso, me halaba por el pelo

Experiencias de violencia en la vida mujeres Tipo

“Mi madrastra me daba

%

empujándome hasta

Violencia en la niñez

Si

No

Total

Abandono

58

42

100

el patio, donde tenía

Psicológica

74

26

100

Física

58

42

100

que dormir en medio

Sexual

71

29

100

Violencia con pareja

Si

No

Total

Psicológica

100

0

100

Física

94

6.5

100

Sexual

87

13

100

saber a donde ir, me

Económica

90

9.7

100

fui a buscar a mi Papá

Violencia sexual (fuera PF + 15 años

45.2.

54.8

100

de la lluvia, oscuro y con frió…Con 13 años, salí huyendo sin

verdadero, el quería que me quedara con él, pero yo tenia miedo de que

13

me violara”


En las relaciones de pareja estudiadas, el control y dominio es ejercido por el hombre. Algunos datos evidencian que el 87.1% de las mujeres del estudio sentían que estaban en medio de una relación que las privaba de su libertad y en la cual el hombre era quien tomaba las decisiones.

c.- Factores de riesgo asociados al VIH. Los datos relacionados con factores de riesgo frente al VIH (ver cuadro 3), indican que el 74.4% de las mujeres iniciaron su vida sexual antes de cumplir los 19 años y el 24% la inició antes de los 15 años. De igual forma, casi el 60% de las mujeres tuvo su primer hijo siendo adolescentes (antes de los 19 años). Muy pocas de ellas tenían alta la percepción del riesgo sobre el VIH/SIDA, encontrándose que sólo el 29% hacía algo para evitar contagiarse antes de conocer su estatus serológico. Para ese tiempo, sólo el 19.4% de las mujeres buscaron información al respecto aunque el acceso a la misma fue reportada por un número mayor de mujeres. El uso del condón antes de saber que eran VIH positivas fue reportado por el 51.6% de las mujeres, su uso con pareja íntima, incluyendo la pareja fija era muy bajo (esposo 18.1%, novio, amigo, cliente fijo 3% respectivamente). El 25.8% de las mujeres reportó haber tenido relaciones sexuales con hombres que ellas creyeron podían estar en riesgo de contraer el VIH. Las parejas o ex parejas fueron identificadas con mayor frecuencia dentro de este grupo, (18.1 y 24.3% respectivamente), además de los conocidos casuales o clientes del trabajo sexual, destacándose que la exposición al riesgo se daba con mayor frecuencia en relaciones en donde había involucrados compromisos sociales, afectivos y/o representaba alguna ganancia de dinero. Factores de riesgo asociados al VIH. Edad 1ra. relación sexual Menos de 15 años 16 - 19 años 20 - 24 años 25 y más Total Cuadro 3

% 42 32.4 22.4 3.2 100

Edad primer hijo (a) Menos de 15 años 16 - 19 años 20 - 24 años 25 - 29 30 y más Total

20.7 38 31.1 3.4 6.8 100

14

Sexo con hombres que les llevan más de 5 años % Sí 90.3 No 9.7 Total 100 Antes de saber estatus serológico: relaciones con hombres en riesgo de VIH: SI: 25.8% Tipo relación Esposo 18.1 Ex esposo/marido 24.3 Novio/prometido 3 Amigo 3 Conocido casual 24.3 Cliente fijo 3 Otros 24.3 Total 100


Cont. Cuadro 3 Personas diferentes con quien ha tenido R. sexuales Menos de 4 38.7 5a7 19.4 Mas de 8 12.9 9 y más (No recuerda 29 cantidad) Total 100 Antes de saber su estatus serológico hizo algo para evitar el VIH Si 29 No 71 Total 100

Antes de saber estatus serológico: Uso condón. SI: 51.6% Tipo relación Esposo Ex esposo/marido

14.2 4.8

Novio/prometido

33.4

Amigo Conocido casual

28.6 14.2

Cliente

4.8

Total

100

Búsqueda y oferta de servicio para evitar VIH Buscó información Tuvo acceso

Si 19.4 38.7

No 80.6 61.3

Total 100 100

Intercambio sexo Por prebendas Por droga Por alcohol Por dinero

Si 16.1 6.5 3.2 54.8

No 83.9 93.5 86.8 45.2

Total 100 100 90 100

En relación a la cantidad de personas diferentes con quienes tuvieron relaciones sexuales, cabe destacar dos valores extremos: el 38.7% reportó que sólo ha tenido entre 1 a 4 parejas y el 29% reportó haber tenido más de 9 parejas sexuales o una cantidad que no recuerdan (algunas de ellas porque ejercen o ejercieron el trabajo sexual). Las limitaciones económicas caracterizan una gama importante de la población estudiada y esta situación marca algunas estrategias de sobrevivencia como el intercambio de sexo por dinero o prebendas, hecho reportado por el 70.9% de las mujeres. El intercambio de sexo por drogas o alcohol fue reportado, pero en menor escala. Otro aspecto que amerita consideración especial son los resultados encontrados al cruzar las variables violencia (en sus diversos tipos) y factores de riesgo frente al VIH, ya que los mismos son pieza clave para el desarrollo de estrategias efectivas de prevención, atención y control del VIH y SIDA. Asociación entre violencia durante la infancia y conductas de alto riesgo en la adolescencia y la vida adulta: El estudio reveló cómo las diversas formas de violencia en la niñez, de manera particular la violencia psicológica y física, limitan las capacidades de las mujeres en negociar la incorporación de medidas efectivas como el uso del condón, evidenciándose asociaciones significativas entre las siguientes variables:

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El papá de mis hijos vivía a amenazándome con un machete, si no quería tener sexo me golpeaba, me obligaba y después, me encerraba como castigo. Me escape de eso, pero como no tenia dinero y mis hijos tenían que comer me metí la prostitución


Violencia psicológica en la niñez y bajo uso del condón con una pareja formal (novio, prometido), (chi cuadrado: 6.857, p<0.05).

Violencia física en la niñez y bajo uso del condón, (chi cuadrado: 5.743, p<0.05).

Violencia física en la niñez y bajo uso del condón con parejas formales (novio, prometido),( 7.467, p<0.05).

Cabe destacar otros resultados encontrados en el estudio, que si bien no produjeron asociaciones significativas al aplicar pruebas estadísticas, las diferencias porcentuales entre los grupos ofrecen pistas para nuevas investigaciones y para el desarrollo de estrategias de acción: •

Mayor porcentaje de mujeres víctimas de abandono en la infancia inició su vida sexual a una edad más temprana, en comparación con las que no fueron víctimas del hecho (63.3% vs. 35.7%).

En comparación con los grupos de mujeres que no sufrieron violencia psicológica, un mayor porcentaje de mujeres que sí fueron victimas, inició su vida sexual siendo adolescentes - antes de los 19 años - (71.4% vs. 28.6%); se unió a edades más tempranas, (81.8% vs. 18.2%); tuvo relaciones sexuales con parejas fijas (maridos) a pesar de creer que éstos pudieran estar en riesgo de tener el VIH (100%); tuvo mayor experiencia de intercambio de sexo por prebendas (80% vs. 20%) y de consumo de alcohol (75.9% vs. 24.1%).

Mayor porcentaje de mujeres víctimas de violencia física en la infancia tuvieron relaciones estables con hombres que pudieran estar en riesgo de tener el VIH (83.3% vs. 16.7%).

Mayor porcentaje de mujeres víctimas de violencia sexual inició su primera relación de pareja fija antes de cumplir los 15 años, en comparación con aquellas de la misma categoría y que no fueron víctimas de violencia sexual (90.2% vs 9.1%).

Asociación entre relaciones sexuales forzadas fuera de la pareja fija y después de los 15 años y factores de riesgo frente al VIH: El estudio arroja tres datos interesantes que vinculan las relaciones sexuales forzadas con diversos factores de riesgo frente al VIH: •

Asociación entre violación sexual fuera de la pareja y después de los 15 años y uso de alcohol, (chi cuadrado: 5.226, p<0.05).

Asociación entre violación sexual fuera de la pareja y después de los 15 años y el intercambio de sexo por dinero (chi cuadrado: 5.226, p<0.05).

Asociación entre violación sexual fuera de la pareja y después de los 15 años y relaciones sexuales con hombres que les llevan más de 5 años de edad, (chi cuadrado: 26,390, p<0.05).

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Asociación entre Violencia intrafamiliar con la pareja y factores de riesgo frente al VIH: Aunque no se encontraron asociaciones significativas entre los diferentes cruces de variables estudiadas de violencia de pareja y los factores de riesgo asociados al VIH/ SIDA, queremos resaltar los cruces que tuvieron mayor diferencia porcentual: •

En comparación con los grupos que no fueron víctimas de violencia física, un mayor porcentaje de mujeres que fueron víctimas de este tipo de violencia, reportó consumo de alcohol, (93.1% vs. 8.9%). Mayor porcentaje de mujeres víctimas de violencia sexual por parte de su pareja, en comparación con aquellas que no sufrieron el hecho, tuvo relaciones sexuales con hombres que pudieran estar en riesgo de contraer el VIH (83.3% vs. 16.7%), y tuvieron bajo uso del condón con sus parejas fijas, (76.9 vs. 23.1%).

• Un mayor porcentaje de mujeres víctimas de violencia económica por parte de la pareja en comparación con las que no fueron víctimas del hecho, inició sus relaciones sexuales a una edad temprana -menos de 15 años-, (92.9% vs. 7.1%) y se unió a una edad más temprana (antes de los 15 años (90.9% vs. 1%, entre los 15 y 10 años: 83.3% vs. 18.7%).

d.- El VIH como desencadenante de violencia en la mujer. Al momento de la entrevista, el 48.4% de las mujeres del estudio tenían pareja fija. El 27% no conocía la condición serológica de su pareja, y de las que sí la conocían, el 33% sabían que su pareja vivía con el VIH y el 40% tenía una relación con una pareja serodiscordante. El uso del condón fue reportado por el 77.4% de las mujeres, (uso incrementado después de saber su estatus serológico) el mismo está referido mayormente a evitar que sus parejas se infecten, más que a evitar su reinfección. El 80.8% de las mujeres refirieron haber sentido miedo de revelar su condición serológica. El 41.9% de las mujeres se sintieron discriminadas de parte de familiares por su estatus serológico. El 16.1% reportó haber sido víctima de algún tipo de violencia de parte de su pareja por el hecho de tener el VIH (violencia psicológica 62.5%; física 25%, sexual 12.5%). Al cruzar las variables violencia y miedo al revelar el estatus serológico, se encontró un mayor porcentaje entre mujeres que habían sido víctimas de violencia física y sexual en la pareja, en comparación con aquellas que no fueron víctimas (92% vs. 8.0% para violencia física y 84% vs. 16% en violencia sexual). De igual forma, se encontró que un mayor porcentaje de mujeres que fueron víctimas de violencia psicológica en la niñez reportaron sentir miedo de revelar su estatus serológico a la pareja .

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He pasado tantas cosas, he tenido una vida muy amarga y llena de carencias. Ahora me enfrento a una gran situación. Por primera vez hay un hombre que está dispuesto a hacer cosas por mí y cuidarme y quererme. El quiere casarse conmigo y llevarme a vivir a Francia, pero no le he dicho que tengo VIH y no se como hacerlo. Si le digo la verdad, perderé la posibilidad de ser feliz para siempre, pero la carga de ocultar la situación es muy grande.


e.- Opiniones de las mujeres acerca de los factores de riesgo y circunstancias que hacen a las mujeres más vulnerables al VIH. En este punto se analizaron, a través de grupos focales, las respuestas ofrecidas por las mismas mujeres acerca de los factores de riesgo asociados al VIH y que marcaron la diferencia en sus vidas entre tener y no tener VIH. Entre ellos destacaron: •

Falta de informaciones oportunas y destrezas sobre temas relacionados con la sexualidad y la prevención del VIH y habilidades para la vida, que les permitiera discernir sobre las mejores decisiones a tomar.

Ambiente familiar de poca protección y amor que suscita situaciones de desamparo y abuso, incluyendo la negligencia y el abandono, situación que puso en riesgo la salud y la integridad de las mujeres que sufrieron el hecho.

Normas culturales de género que promueven la sumisión de la mujer, dentro de las cuales se resaltan: “Las mujeres deben guardar obediencia al marido”, “las mujeres “serias” sólo tienen una sola pareja”. Al igual que la naturalización de conductas agresivas en los hombres, “los hombres son agresores por naturaleza”, “las mujeres necesitan un hombre a su lado para ser completas y felices”.

La pobreza y la marginalidad identificadas como factores determinantes ya que limitan las oportunidades de la mujer para salir a tiempo de una relación de pareja dañina (violenta) y/o en riesgo de contraer el VIH.

f.- Factores que limitan salir a tiempo de una relación de pareja donde haya violencia. Las mujeres del estudio enumeraron diversas razones por las cuales se vieron limitadas a salir de una relación con una pareja violenta:

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Vivencia del amor romántico, en el cual amor es sinónimo de entrega incondicional.

Inicio de relaciones de pareja a temprana edad y con hombres mayores, en las cuales a las mujeres se les hace difícil identificar los riesgos y salir a tiempo de la relación.

Pocas destrezas y habilidades para detectar a tiempo relaciones de violencia y cómo salir de ellas.

Una vez las mujeres son víctimas de violencia, las constantes amenazas y agresiones físicas y/o sexuales, las limitan para salir de la situación.

Normas sociales y culturales estereotipadas y la creencia culturalmente aceptada de que las mujeres deben mantenerse al lado del hombre para ser valoradas y respetadas.

El escaso apoyo familiar y social que la mujer tiene cuando la pareja ejerce violencia y ellas desean salir de la relación.

• Pocas oportunidades de empleo y las limitaciones económicas que favorecen la permanencia por parte de la mujer en relaciones de pareja dañinas.

‘‘Me gustaría que

• Así mismo identifican 3 causas por las cuales un hombre puede ser violento: por su naturaleza humana, porque no están preparados para perder el control y porque los hombres no saben manejar adecuadamente los conflictos.

hombres sobre

g.- Recomendaciones para trabajar el vínculo VCM y VIH/SIDA:

ese trabajara con

nuevas formas de masculinidad.

Dentro de las alternativas planteadas por las mujeres del estudio están las siguientes:

Hacer un trabajo

Aumentar los niveles de información sobre la existencia del vínculo VCM y VIH.

de comunicación

Trabajar con hombres sobre nuevas formas de masculinidad. Hacer un trabajo de comunicación amplio con los hombres y con los patrones culturales establecidos, cuestionando la competencia y el abuso de poder.

Desarrollar programas comunitarios amplios e integrales con las mujeres, promoviendo sus derechos y dotándolas de herramientas para prevenir el VIH y la violencia. En el plano de la legislación, asegurar el cumplimiento de leyes que sancionen a los hombres violentos y apoyen más a las mujeres maltratadas.

amplio con los hombres y con los patrones culturales establecidos, cuestionando la competencia y el abuso de poder... ’’

Estudio con proveedores:

a.- Conocimientos: Los proveedores y proveedoras de servicios entrevistados/as, tanto en el campo del VIH/SIDA como en el de violencia contra las mujeres, evidenciaron bajos niveles de entrenamiento sobre violencia y VIH/ SIDA. Sólo el 29.6 % de los/as proveedores/as

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del área de VIH y SIDA, había recibido entrenamiento sobre violencia basada en género en los últimos dos años, y de igual manera, sólo el 33.3 % de los/as proveedores/as que trabajan en el campo de la violencia había recibido entrenamiento sobre VIH y SIDA. El bajo nivel de entrenamiento se expresó fundamentalmente por la falta de información precisa sobre prevalencia en las mujeres tanto del VIH/SIDA como de la VCM y en limitados conocimientos sobre los marcos legales y normativos sobre violencia y VIH/ SIDA. Por ejemplo, sólo el 22.9% y el 35.5 % de los proveedores/as entrevistados/as había leído respectivamente la Ley 24/97 sobre violencia contra las mujeres y la Ley 55/93 sobre VIH y SIDA. En relación a las Normas Nacionales para la Atención Integral en Salud a la Violencia Intrafamiliar y Contra las Mujeres, el 89,9% de proveedores/as dijo desconocer su existencia.

b.- Percepción de riesgo: El estudio muestra que los/as proveedores/as entrevistados/as tienen una adecuada percepción sobre los riesgos que corren las mujeres víctimas de VCM frente al VIH, así como las mujeres viviendo con VIH frente a la violencia. En ese orden, el 84.6 % reconoció que las mujeres víctimas de violencia tienen dificultad para negociar el uso del condón con su pareja, el 71.8 % estuvo de acuerdo en que las mujeres víctimas de violencia presentan mayor dificultad para acceder a información sobre VIH y SIDA, el 69.2% reconoce que la violencia ejercida contra las mujeres puede limitarlas para hacerse la prueba del VIH y el 94.9% se mostró de acuerdo en que una primera experiencia de relación sexual forzada o traumática podría ser un factor de riesgo de transmisión del VIH. De igual manera, el 89.7% reconoce que las mujeres en situación de violencia podrían tener dificultad para revelar a su pareja su estado positivo al VIH, el 100% considera que las violaciones sexuales podrían ser un factor de riesgo para la transmisión del VIH, el 92.3% mostró acuerdo en que el abuso sexual en la niñez puede derivar en un factor de riesgo para infección por el VIH y el 97.4% considera que violar la confidencialidad de un diagnóstico de VIH positivo de una mujer puede ponerla en riesgo de sufrir de violencia.

c.- Factores sociales y culturales predisponentes: Los/as proveedores/as entrevistados/as también valoraron con énfasis el hecho de que los factores sociales y culturales pueden colocar a las mujeres en situaciones de riesgo de sufrir violencia o transmisión del VIH, así como limitarlas para acceder a prácticas sexuales preventivas. En ese sentido, el 82.1% reconoce que la falta de autonomía sexual de las mujeres podría ser un factor de riesgo para infección por el VIH; el 79.5 % se mostró de acuerdo en que la presión social que reciben las mujeres para tener hijos podría en algunos casos llevarlas a tener relaciones sexuales en condiciones de riesgo de transmisión del VIH; el 71.8%

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“De niña veía como mis padres vivían peleándose. El entraba a la casa y le decía cuernera a Mamá y le daba golpes encima de mi... Me junte con un hombre que no quería que yo hablara con nadie y dormía con un cuchillo al lado de la almohada. Me obligaba a tomar estuvo de acuerdo en que las relaciones de mujeres muy jóvenes con hombres mayores que ellas podría ponerlas en riesgo de contraer el VIH, el 71.8 % se mostró de acuerdo en que cuando las mujeres demandan el uso del condón, como medida de prevención frente al VIH podrían ser violentadas y el 76.9 % reconoce que la dependencia económica de las mujeres puede convertirse en un factor de riesgo de infección por VIH.

alcohol para tener sexo. No aguante y me metí con otro hombre, pero me salio igual… no

d.- Actitudes: El estudio mostró actitudes de los proveedores y proveedoras que pueden facilitar el abordaje del vínculo entre violencia y VIH/SIDA y otras que se pueden convertir en limitantes. Dentro de las actitudes que pueden contribuir favorablemente al establecimiento del vínculo entre la VCM y el VIH/SIDA se destaca el hecho de que el 71.8% de los/as proveedores/as dijo no resultarle incómodo preguntar a las usuarias si han sido abusadas sexualmente alguna vez en su vida, el 92.3 % considera que tiene alguna responsabilidad de averiguar sobre violencia con las usuarias, el 89.7% considera que el personal que trabaja en el manejo de los casos de VIH y SIDA debe involucrarse en los asuntos de la violencia intrafamiliar o contra las mujeres y el 87.2 % se mostró de acuerdo en que los instrumentos y protocolos para el manejo del VIH y SIDA tienen que incluir aspectos relacionados con la violencia hacia las mujeres. En cuanto a la confidencialidad que deben mantener los/as proveedores/as sobre las informaciones de sus usuarios/as adolescentes el 46.2% considera que padres y madres pueden acceder a cualquier tipo de información que tengan los proveedores/as sobre sus hijas e hijos adolescentes sin el consentimiento de éstos.

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he tenido suerte con ningunos… El ultimo era dulce, pero mujeriego. El ya murió de SIDA.”


En cuanto a las prácticas sexuales el 51.3% de los/as proveedores/as consideró que las relaciones sexuales anales son una aberración sexual. En cuanto al uso del condón como medida de prevención en parejas estables el 48.7% de proveedores/as consideró que las parejas estables no tienen necesidad de usar el condón como medida de prevención. El 38,5% de los/as proveedores/as se manifestó de acuerdo en que algunas mujeres provocan la violencia de su pareja por su comportamiento frente a un 59.0 % que expresó desacuerdo. Este dato presenta diferencias importantes por tipo de proveedor/a, ya que el 48.1% de proveedores/as de VIH/SIDA se mostró de acuerdo frente al el 16.7% de los/as proveedores/as de violencia. Respecto a si la mayor parte de violaciones sexuales son perpetradas por desconocidos, el 41.0% se mostró de acuerdo contra un 56.4% que expresó desacuerdo. En este aspecto también hay importantes diferencias por tipo de proveedores/as, de manera que el 48.1 % de proveedores/as de VIH se mostró de acuerdo en que la mayor parte de perpetradores son desconocidos frente a un 25% de proveedores/as de VCM.

e.- Detección De casos de VCM para proveedores/as que trabajan en VIH/SIDA El 74.1% de los/as proveedores/as de VIH/SIDA afirmó que en el último año ha hecho preguntas directas y específicas a las usuarias VIH positivas acerca de si han sido abusadas o maltratadas. En cuanto a la frecuencia con que han hecho preguntas a las usuarias VIH positivas el 20% expresó que siempre y el 80% a veces. Las razones más destacadas por las que los/as proveedores/as deciden indagar a veces sobre violencia son por moratones en el cuerpo, trastornos del sueño, problemas de ansiedad, dificultad para concentrarse, ver a la usuaria fuera de la realidad y percibir en ella sentimientos de culpa.

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El 70,4% declaró haber encontrado algún caso de mujeres maltratadas. El 57.9% de los/as proveedores/as dijo haber atendido el último año entre 1 y 3 casos de mujeres maltratadas, el 31.6% entre 4 y 7, y el 10.5% entre 8 y 12 casos. El 63% de proveedores afirmó haber encontrado algún vínculo entre la infección por VIH y violencia y un 37% dijo no haber encontrado ningún vínculo. De casos de VIH para proveedores/as que trabajan en VCM El 58.3% de los proveedores/as de VCM expresó que en su trabajo de atención a violencia algunas mujeres les han revelado que son VIH positivas. El 100% de los proveedores dijo que en el último año ha atendido entre 1 y 3 casos de mujeres que son VIH positivas. El 71.4% de proveedores/as expresó haber indagado si hay relación entre su estado de violencia y la infección por el VIH y el 80% de proveedores/as afirmó haber encontrado algún vínculo entre su estado de violencia y la infección por el VIH.

¿Tu sabes porque ocurrió eso?, por mi inexperiencia, si yo hubiera sabido lo que sé hoy, yo no habría aguantado tanto maltrato, tanto miedo que tenia de mi vida si el no estaba… y sin necesidad… O sea, el se murió y

El 91,7% de proveedores/as dijo haber tratado casos de mujeres víctimas de violación sexual.

yo sigo viva, o sea,

Respuesta institucional para el establecimiento del vínculo VCM y VIH

necesitado.

a.- Sobre Políticas: En el país no existe un marco nacional de políticas públicas en el campo de atención y prevención en el VIH/SIDA y en violencia contra las mujeres con un abordaje vinculante sobre ambas problemáticas. En consecuencia, no existe ningún mecanismo de coordinación interinstitucional entre las entidades que trabajan en el campo del VIH/SIDA y las que trabajan en el campo de la violencia contra las mujeres que permita un abordaje vinculante y que contribuya a mejorar los sistemas de referencia y contrarreferencia, así como los sistemas de información y registros.

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el se fue y no lo he


b.- Sobre formación: En la revisión documental realizada observamos vacíos significativos en materia de formación y capacitación que permitan establecer un vínculo entre la VCM y el VIH y SIDA. Al revisar la currícula de las diferentes carreras a través de las cuales se forman las y los profesionales que intervienen regularmente en la atención y prevención de la VCM y el VIH y SIDA (psicología, trabajo social, abogacía, medicina, enfermería, educación), no encontramos ningún programa que abordara al mismo tiempo la VCM y el VIH y SIDA y mucho menos un abordaje que vinculara ambas problemáticas. En los programas de formación especializada o extracurricular que desarrollan varias universidades, entidades gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil para el entrenamiento de recursos humanos que intervienen en la atención y prevención tanto del VIH y SIDA como de la violencia contra las mujeres (cursos, talleres, diplomados), encontramos grandes vacíos de objetivos o contenidos dirigidos al abordaje de ambas problemáticas, con excepción de algunas experiencias aisladas de entidades de la sociedad civil.

c.- Sobre protocolos y normas: Cada una de las unidades o centros cuenta con protocolos escritos (normas y procedimientos) ya sea para detectar, atender, referir, hacer peritajes a víctimas de violencia basada en género o intrafamiliar, así como para la atención a las personas viviendo con VIH y SIDA. Pero ninguna posee protocolos cruzados que permitan hacer el vínculo entre VBG y VIH y SIDA.

d.- Directorios: Las unidades que trabajan en VIH y SIDA no cuentan con directorios de instituciones y recursos de violencia de género donde puedan ser referidas las mujeres viviendo con VIH y SIDA que se encuentran en situaciones de violencia. De igual manera, tampoco las unidades que trabajan en la atención a la situación de VCM cuentan con directorios o recursos donde puedan derivar a las mujeres víctimas de violencia que son VIH positivas o que corren riesgo de infección por VIH.

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DISCUSIÓN: A pesar de las limitaciones que tiene el estudio, sobre todo el hecho de que la muestra no fue seleccionada de forma aleatoria, y por tanto, es limitada la generalización de los resultados, consideramos que esta investigación contribuye a un mayor entendimiento de los factores de riesgo que vinculan la violencia contra la mujer y el VIH/SIDA en la República Dominicana y nos da mayores y mejores opciones para caracterizar el problema e identificar estrategias de abordaje. Deseamos referirnos a tres aspectos concluyentes que marcan el estudio con mujeres. En primer lugar, destacar que los resultados de nuestro estudio evidencian una asociación significativa entre factores de riesgo asociados al VIH, como el bajo uso del condón con la pareja, de manera particular con el novio/prometido y experiencias de violencia psicológica y física en la niñez y una asociación significativa entre el bajo uso del condón con las parejas (sin distinción) en mujeres víctimas de violencia física en la niñez. Estos resultados corroboran los de otros estudios que refieren la posibilidad de que la violencia a temprana edad puede colocar a la mujer en riesgo de contraer el VIH, (Miller y colab. 1993; Kru, 2002; Wingood y colab. 1998), al mismo tiempo que aumenta la probabilidad de tener sexo sin protección . Las posibles causas podemos encontrarlas dentro del Modelo descrito por Miller (1999), quien expresó cuatro mecanismos por los cuales la violencia en la niñez conduce a los comportamientos sexuales de riesgo: (a) Uso de sustancias para hacer frente al abuso. (b) Enfermedad mental debido al abuso. (c) Redes sociales más arriesgadas. (d) Un ajuste sexual más pobre. De igual forma O’Leary, (2000) concluyó que los episodios de violencia física y/o psicológica en la niñez limitan las capacidades de las mujeres de pedir el uso del condón a sus parejas por miedo a represalias. A estas aseveraciones hay que añadir la idea de que las carencias de afectos y protección adecuados en la niñez puede originar una dependencia afectiva en la vida adulta. Los resultados del estudio también destacan una relación significativa entre la vivencia de violación sexual en la vida de las mujeres y algunos factores que las colocan en riesgo de infección por el VIH/SIDA: el uso de alcohol, el ejercicio del trabajo sexual y las relaciones con hombres que les llevan más de 5 años de edad; hechos que corroboran

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“... mi esposo me vocea que tengo el SIDA en el barrio entero, es una zozobra, lo hace por hacerme sentir mal y para cuando el se muera, nadie me vea y no tenga más maridos.…”


resultados encontrados en otras investigaciones. Las experiencias de asalto sexual en las mujeres producen a menudo importantes traumas emocionales de manera que si no se ofrece la ayuda adecuada a la mujer víctima de violencia, ésta puede introducir en su vida el uso de drogas como un intento por desconectarse de las realidades difíciles de su vida. A su vez la necesidad de droga junto con las limitadas oportunidades educativas, económicas y de empleo, pueden conducir a las mujeres a utilizar el sexo como unaestrategia de supervivencia a través del trabajo sexual formal o informal. La vida en la calle aumenta el riesgo de las mujeres de sufrir abuso sexual, emocional y físico, así como el riesgo de adquirir el VIH o el SIDA. La exposición a experiencias traumáticas profundiza la dependencia del alcohol determinando así un círculo vicioso de abuso de sustancias, violencia y exposición al VIH/SIDA. El segundo aspecto concluyente del estudio es la verificación del carácter complejo y multidimensional en que se manifiesta el vinculo entre la VCM y el VIH/SIDA, del cual no existe un sólo factor causal, sino más bien una interacción de factores que operan en diferentes niveles, los cuales pueden colocar a la mujer en riesgo frente al VIH o la violencia o por el contrario, protegerla de ambos. Utilizando el modelo ecológico sobre factores de riesgo en la violencia intrafamiliar, propuesto por Heise (1998) y aplicándolo al vínculo VCM y VIH/SIDA, podemos identificar por niveles algunos factores de riesgo tanto en el plano individual, de relaciones, comunidad y social. A nivel individual: Como vimos, la violencia vivida en la infancia constituye un importante factor de riesgo ya que la violencia en la niñez provoca en las mujeres traumas psicológicos y reduce las probabilidades de tener prácticas sexuales preventivas al VIH como el uso del condón con las parejas, de manera especial con las parejas fijas. En el nivel de las relaciones hay que tomar en cuenta lo siguiente: a) La violencia intrafamiliar limita las capacidades de las mujeres para prevenir el VIH o el SIDA por varias razones: las amenazas o el uso de la fuerza limitan la toma de decisiones adecuadas como el uso del condón, salir de la relación peligrosa y/o valorar las relaciones que les convienen, etc., b) La unión a temprana edad y las pocas destrezas para manejar situaciones difíciles o hacer valer sus derechos hacen a las mujeres más vulnerables a la violencia intrafamiliar. c) Las limitaciones económicas provocan que las mujeres permanezcan en la relación abusiva y esto incluye el abuso sexual de parte de la pareja. d) Las normas culturales en parte aprendidas en el seno familiar y la comunidad promueven que las mujeres tengan una sola pareja para toda la vida a la cual deban obediencia.

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En el nivel comunitario: Varios son los factores de riesgo a tomar en cuenta: a) Entornos familiares poco protectores expresados con malos tratos en la niñez que se traducen en huida del hogar, emparejamiento a temprana edad, ejercicio del trabajo sexual, cambios frecuentes de parejas sexuales, elección de parejas buscando el afecto y la protección no recibida por parte de su familia, b) Situación socioeconómica precaria y niveles educativos bajos (que se traducen en poco acceso a trabajos remunerados en adecuadas condiciones) c) Valores sobre sexualidad, cuerpo y autoestima basados en mitos y tabúes. d) Comunidades con tolerancia a la violencia: tradiciones que protegen los roles de género de control del hombre sobre la sexualidad y decisiones de las mujeres y que protegen a los agresores, e) Falta de servicios sociales en la comunidad que les permitan a las mujeres buscar apoyo en caso de violencia (por ejemplo casas de acogida, centros comunitarios de apoyo, grupos de mujeres organizadas en la comunidad, estructuras creadas con buen funcionamiento, entre otros). En el nivel social se encuentran los siguientes factores de riesgo: a) La limitada información que tienen las mujeres sobre asuntos de equidad de género, toma de decisiones y habilidades para la vida, que les proporcionen las herramientas para mantenerse saludables. b) Los programas que pueden ayudar a las mujeres están poco integrados y con bajo nivel de articulación.

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“Huyendo del infierno de mi casa, me metí en otro porque durante muchos años ese hombre sólo me daba golpes y maltratos. Con el tuve dos hijos y me abandonó. Me sentía perdida, sin saber donde ir y una amiga me dio albergue en un cabaret, pero me c) Las limitadas informaciones recibidas sobre sexualidad en su gran mayoría están limitadas por el prejuicio, el silencio, prohibiciones y temor a tratar los temas.

sentía lejos de la casa

d) Escasez de programas educativos dirigidos a mujeres sobrevivientes de violencia (en la niñez, juventud, adultez y/o vejez ) que tengan en cuenta las necesidades y condiciones derivadas de los episodios de violencia y abuso y les permitan incorporar estrategias para prevenir el VIH, tomar decisiones adecuadas y superar el trauma ocasionado por la violencia.

necesitaba dinero

e) La presión social y creencias sociales referidas a los mandatos de género (para mujeres y hombres) constituyen el riesgo principal para la potenciación de la violencia y la propagación del VIH: “Obediencia al marido, mujeres serias sólo tienen una pareja, los hombres son agresores por naturaleza, los hombres no están preparados para perder o ceder el poder, las mujeres necesitan un hombre a su lado para ser completas y felices”. f ) Políticas poco orientadas a la superación de la feminización de la pobreza. g) Los/as proveedores/as tanto del área de violencia como de VIH/SIDA no cuentan con conocimientos y formación necesaria que les permitan establecer el vinculo entre VCM y VIH en su práctica profesional y los instrumentos jurídicos, legales, normas y protocolos del área de VIH y del área de VCM no establecen el vínculo. La tercera y última reflexión está referida a la marginación, desigualdad y violencia de los derechos humanos de las mujeres por el hecho de tener la condición de VIH. El VIH/ SIDA no sólo es fortalecido por la desigualdad de género, sino que también profundiza dichas desigualdades dejando a las mujeres más vulnerables a su impacto.

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y quería irme de allí, para el pasaje y tuve sexo con un hombre. Por desgracia ese hombre me embarazó y me pegó gonorrea. Nunca supe ni el nombre del padre de mi tercer hijo.”


Las mujeres viviendo con el VIH usualmente llegan a ser culpabilizadas tanto por sus parejas, la familia (incluyendo la familia de la pareja) y la comunidad. Las mujeres están más expuestas a sufrir violencia por parte de su pareja incluyendo violencia sexual e igualmente son víctimas de abandono por parte de familiares y comunidad. Este nivel de discriminación combinado con las responsabilidades del cuidado de la familia y los hijos/as y las limitaciones de recursos económicos, constituyen un poderoso obstáculo para que las mujeres puedan pensar en cuidar su salud y procurar servicios para ellas, además de que corren el riesgo de reinfección al no protegerse sexualmente contra el VIH y el riesgo de muerte en manos de su pareja violenta. En relación a los proveedores de servicios de salud, podemos considerar varios elementos: La falta de formación y conocimientos en proveedores sobre la VCM y el VIH/SIDA reflejada en el estudio, puede derivar en dificultades para valorar riesgos, detectar casos, registrar información, lo que puede a su vez afectar la calidad del servicio y limitar su capacidad de respuesta. De igual manera, el estudio nos permite inferir que esa falta de formación y conocimientos pudiera estar asociada a ciertas actitudes, mitos y creencias de proveedores y proveedoras tanto en torno a la VCM como al VIH/SIDA, las cuales se pueden traducir en estigmatización y discriminación en la prestación de los servicios. Estas actitudes pueden contribuir a perder oportunidades de detección, a elaborar diagnósticos con significativos márgenes de error, a no valoración adecuada de riesgos, entre otros aspectos. El estudio también muestra la carencia de un marco institucional de políticas que facilite el abordaje vinculante de la VCM y el VIH/SIDA, tanto en el ámbito de la atención como de la prevención. Esta carencia se expresa en la falta de normas y protocolos que aborden de manera integral y articulada ambas problemáticas así como de programas y mecanismos de coordinación interinstitucional, de un sistema nacional de registro e información y de la carencia de mecanismos de referencia y contrarreferencia dentro de las redes de servicios. El estudio también muestra la carencia de un marco institucional de políticas que facilite el abordaje vinculante de la VCM y el VIH/SIDA, tanto en el ámbito de la atención como de la prevención. Esta carencia se expresa en la falta de normas y protocolos que aborden de manera integral y articulada ambas problemáticas, en la falta de programas y mecanismos de coordinación. Y por último, una importante contribución de este estudio, es que los proveedores y proveedoras, tanto de VCM como del campo del VIH/ SIDA reconocen que ciertos factores sociales, económicos y culturales pueden colocar a las mujeres en situación de riesgo de sufrir violencia o infección por VIH. Igualmente, reconocen que la violencia puede ser un factor que predispone para la infección por VIH y viceversa. “Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad de las autoras y pueden no coincidir con la de las organizaciones que auspician el estudio”.

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