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III.-LOS VIRUS Y SU LETALIDAD Es necesario que tengamos claro qué son y qué no son los virus, así como la manera en que atacan a las células que infectan. Aún existe un debate abierto de si los virus deben ser clasificados en alguna pequeña rama del árbol de la vida o no, pues es difícil afirmar que una macromolécula por muy compleja que sea cumpla los criterios cualitativos de un ser vivo. Los virus se encuentran en la frontera entre lo vivo y lo no vivo19. Muestran características de uno y otro lado en diferentes circunstancias, son y no son vivos, de ahí el debate fuera de lugar que no se basa en la dialéctica materialista. En estado natural, los virus son apenas una macromolécula de ARN o de ADN (ARN-Virus o ADN-Virus) que representa todo su material genético y que se ha rodeado de otras macromoléculas de proteínas que le sirven de envoltorio de protección, llamada cápside. Las proteínas son grandes moléculas en forma de cadena donde cada eslabón lo forman moléculas llamadas aminoácidos. Las proteínas tienden a enrollarse de maneras muy particulares dependiendo de los aminoácidos presentes y de la secuencia en la que aparecen a lo largo de la cadena. Pudiéramos imaginar la forma de las proteínas como un montón de espagueti que se nos pone en un tazón. Vistos al microscopio los virus no son más que pequeñas partículas semicristalinas inertes, pero la historia es completamente diferente cuando logran adherirse a una célula. Es cuando muestran cambios cualitativos en su estructura que les permite atravesar la membrana celular, depositar su material genético en el citoplasma de la célula huésped y tomar el control de la maquinaria celular para fabricar nuevas copias de su material genético, con todo y las proteínas de su cápside. Una vez que las copias del virus son producidas logran romper la membrana celular (fenómeno conocido como lisis) con ayuda de ciertas enzimas que son fabricadas con las instrucciones escritas en su material genético, incluso a veces toman parte de esa membrana celular para formar una propia y todo esto lleva a la muerte de la célula. Cada nuevo virus infecta a otras células en un ciclo que se repite una y otra vez en cuestión de horas en el organismo del ser vivo infectado. Puede verse a los virus como entidades orgánicas en transición a la vida, pero extrañamente se han quedado “congeladas” en ese estado, siguen siendo virus por miles de millones de años y no otra cosa. Tienen el material básico como cualquier ser vivo, ARN o ADN, pero le faltan todas las otras estructuras que un simple organismo unicelular (como las bacterias) sí tiene y con las cuales logra sostener un metabolismo y la capacidad de replicación de manera autónoma, aspectos que sin duda le confiere la cualidad que llamamos vida. Los virus en cambio están mucho más atrás en ese nivel de complejidad. Pese a tener una estructura molecular compleja, aún son muy simples para lograr por sí mismos sostener estos procesos «vitales». Necesitan las estructuras celulares para poder 19
La disyuntiva no puede ser entre lo «vivo» y lo «muerto», pues no puede estar muerto lo que nunca estuvo vivo; aunque es una falsa dicotomía como veremos.