21 El objetivo de las vacunas es provocar al sistema inmune adaptivo para que se generen anticuerpos. La práctica moderna común de obtención de vacunas ya no usa virus completos «atenuados», sino antígenos, es decir, aquellos fragmentos de proteínas víricas que desencadenan la producción de anticuerpos eficientes. El reto siempre es saber ¿cuál?, pues no todas las proteínas de superficie tienen la misma capacidad de provocar una respuesta del sistema inmune. El primer deseo es que estas superficies antigénicas sean estables en el tiempo pues si las moléculas degradan o cambian no sirven para ser usadas eficientemente. Otro deseo es que sean compartidas por la mayor cantidad de virus de su grupo, pues eso permitiría a la vacuna ser usada para el control de una mayor cantidad de cepas de virus. Normalmente las vacunas se basan en antígenos muy específicos compartidos por una variedad de virus muy limitada, por eso una vacuna desarrollada para la viruela no sirve para el control de sarampión o hepatitis C o algún otro virus. La medicina genómica moderna ha avanzado enormemente en este sentido. Si se logra aislar un virus, es posible estudiar en detalle sus características filogenéticas y estructurales. Técnicas modernas de imagen como la crio-microscopía electrónica, en conjunto con la cristalografía de rayos X permite actualmente «ver» la estructura de un virus casi átomo por átomo. Esto permite visualizar las proteínas de superficie que pudieran ser las responsables de la unión a los receptores celulares o aquellas que pudieran provocar la respuesta inmune y de esta manera se podrían tener moléculas candidatas para vacunas eficientes. Con la detallada secuenciación genética del virus se puede buscar aquellas secciones del ADN o ARN que contienen las instrucciones para ensamblar esas proteínas candidatas, aminoácido por aminoácido. Con este conocimiento es posible incluso modelar computacionalmente cómo se verían esas proteínas si fuesen sintetizadas, cómo se enrollarían y cuáles pueden ser las partes de ellas que funcionan como antígenos. Incluso es posible llegar a modelar cómo se unirían con un receptor celular en particular y si eso es posible o no. En principio, las investigaciones de búsqueda de fármacos para diversas enfermedades siguen el mismo camino, pues el fármaco (medicamento) pretende ser diseñado para unirse a moléculas específicas que necesitan neutralizarse o a ciertos receptores celulares específicos en cuyas células que lo portan se pretende que actúe27. Teóricamente todo esto es posible, pero no en todos lados se tiene la misma capacidad para hacerlo.
IV. LOS AMOS DE LA SALUD En los avances de la ciencia médica moderna descritos hasta aquí, no son precisamente las instituciones de salud pública quienes llevan la delantera, aún las de los países capitalista desarrollados, sino los grandes monopolios farmacéuticos que dedican gran cantidad de recursos en investigación y desarrollo, buscando fármacos que mediante
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A este respecto puede consultarse el libro de James R. Valcourt. SISTÉMICA. Ed Lipsa, 2018. Particularmente el Cap.13. Este libro es una buena introducción a la biología de sistemas, como enfoque con el que la ciencia moderna aborda temas complejos, incluyendo la genómica y la producción de fármacos.